Los libros contables, conocidos también como libros de contabilidad, son registros o
documentos que deben llevar obligatoria o voluntariamente los comerciantes y en los
cuáles se registran en forma sintética las operaciones mercantiles que realizan durante
un período de tiempo determinado.
Libro Diario: es donde se registran por orden de fechas cada una de las operaciones
diarias que se van efectuando. Estas anotaciones en el libro diario se llaman asiento.
Libro Mayor: es donde se organizan y clasifican todas las diferentes cuentas de activos,
pasivos y patrimonio, es un resumen de todas los movimientos que aparecen en el libro
diario.
Libro de Inventario y Balance: consiste en registrar todos los bienes, tanto muebles
como inmuebles, activos, créditos y pasivos, vinculados o no a su comercio y también
refleja la situación del patrimonio de la empresa.
Ingresos
– Gastos operativos (variables)
= Margen bruto (operativo) de ganancia
– Gastos fijos
= Ingresos operativos+/– Otros ingresos o gastos (no operativos)
= Ingresos antes de impuestos
– Impuestos a la renta
= Ingresos netos (posteriores a impuestos)
Ingresos: el dinero que usted recibe como pago de sus productos o servicios.
Gastos operativos o variables: son los gastos que suben o bajan en función del
volumen de ventas.
Gastos fijos: son gastos que no varían mucho de un mes a otro, y que no aumentan o
disminuyen en función del número de ventas. Ejemplos: sueldos del personal de oficina,
alquiler o seguro.
Ingresos operativos: son los ingresos menos los gastos operativos y los gastos fijos.
Otros ingresos o gastos (no operativos): por lo general no se relacionan con el aspecto
operativo de la empresa, sino con la forma en que la administración financia el negocio.
Bajo “otros ingresos” pueden incluirse los intereses o dividendos de las inversiones de
la compañía, por ejemplo. La categoría “otros gastos” podría incluir los intereses
pagados por préstamos.
Ingresos antes de impuestos: son los ingresos antes de pagar los impuestos de los
gobiernos federal y estatal.
En el caso de los activos tenemos que subrayar que estos se suelen clasificarse en tres
tipos claramente delimitados:
Activos corrientes. Entre los mismos se encuentran aquellos elementos que son capaces
de convertirse fácilmente en dinero efectivo. De ahí que dentro de esta tipología se
hallen el dinero que hay en el banco y el que existe disponible en la propia empresa, las
cuentas que quedan por cobrar de clientes, los cheques que hay que cobrar y lo que son
los bienes inventariados (materias primas, productos terminados, productos en proceso
de elaboración…).
Activos fijos. Bajo dicha denominación incluyen todos los inmuebles y los bienes
muebles que la empresa en cuestión tiene y que le son básicos para el desempeño de su
actividad. De esta manera, ejemplos de activos de este tipo son los vehículos, los
muebles, los terrenos, las construcciones o la maquinaría, entre otros.
Otros activos. En esta clasificación se incluyen los activos que no pertenecen a ninguna
de las dos categorías anteriormente citados. Ejemplos de aquellos serían los gastos que
son abonados de manera anticipada.
El pasivo, en cambio, se compone por las deudas, las obligaciones bancarias y los
impuestos por pagar, entre otras cuestiones.
Pasivos a largo plazo. Son los que la empresa debe abonar en el plazo superior a un
año.
Pasivos corrientes. Son los que la industria debe pagar en el plazo menor a un año:
prestaciones, sobregiros, créditos…
Otros pasivos. Son los que no se incluyen en ninguna de las dos anteriores
clasificaciones.
Bibliografia:
https://www.gestiopolis.com/libros-contables/
https://www.actualidad-24.com/libros-contables-obligatorios
https://definicion.de/balance-general/