Índice
1 Descripción principal
2 Factores desencadenantes
3 Características clínicas
4 Diagnóstico
5 Tratamiento
6 Referencias
Descripción principal
Es la forma más común de desmayo. Diversas situaciones estimulan el nervio vago, lo que
ocasiona una reducción de la frecuencia cardíaca y una dilatación de los vasos sanguíneos del
cuerpo por mediación del sistema parasimpático. La frecuencia cardíaca lenta y los vasos
sanguíneos dilatados hacen que llegue menos cantidad de sangre al cerebro, provocando así el
desmayo.
El síncope vasovagal es de tipo reflejo. Existen síncopes situacionales que ocurren en momentos
como al orinar, defecar, deglutir o toser. Las causas del síncope no se han entendido por
completo pero se cree que se presentan en personas con una carga venosa periférica excesiva,
lo que produce una caída súbita del retorno venoso periférico, esto resulta en un estado de
hipercontractilidad cardíaca que activa los mecanorreceptores que responden al estiramiento
imitando así las condiciones de la hipotensión y provoca una disminución en el ritmo cardíaco
por debajo de 60 latidos por minuto (lo normal es de 60 a 100 latidos por minuto).
Factores desencadenantes
Los factores desencadenantes del síncope vasovagal son los que producen en las personas
sensibles, un aumento de la actividad parasimpática. Los principales, aunque no los únicos:
Cambios drásticos de posición (al levantarse muy rápido, yoga, pilates, hacer
ejercicios abdominales, etc.)
Estar de pie por mucho tiempo (centros comerciales, autobuses, cola de bancos, etc)
Sentado por mucho tiempo (en iglesias, teatros, restaurantes, en el instituto, etc.)
Estrés emocional
Cualquier dolor
Estimulaciones no placenteras como
o Donación de sangre o extracción de la misma
o Mirar a alguien más donar sangre
o Mirar a alguien experimentar dolor
Exposición prolongada al calor
Emociones extremas
Hambre
Ansiedad
Conglomerados de personas
Náuseas o vómitos
Deshidratación
Micción o defecación
Deglución
Toser mucho
Cólicos
Cambio de altitud
Presión en ciertos lugares de la garganta, nariz y ojos
Punciones venosas
Cirugía dental
Olores desagradables
Olores químicos (pintura, cloro, resistol, etc.)
Uso de diuréticos
Restricción de la sal en la dieta
Ingesta de alcohol o una comida muy copiosa
Hacer ejercicios fuertes en un clima muy caluroso
Consumo de drogas, alcohol
Alergia a medicamentos
Características clínicas
La mayoría de los síncopes (75%) en pacientes con "corazón sano" se deben al síncope
vasovagal. Aproximadamente el 70% de los pacientes son menores de sesenta y cinco años,
siendo más frecuente en mujeres que en varones. Estos enfermos tienen una alta incidencia de
trastornos neuropsiquiátricos y algunos sufren de síncope psicógeno.
Aunque algunos de estos enfermos pueden presentar en mayor o menor grado hipotensión
ortostática, la mayoría tienen una presión arterial normal entre los episodios sincopales. En
muchos casos el síncope está precedido de pródromos (que pueden durar de segundos a
minutos), entre ellos tenemos:
bostezos
malestar epigástrico
debilidad
parestesias
calor
ansiedad
disminución del campo visual
hiperventilación
palpitaciones
palidez
diaforesis
náuseas
mareo
vértigo
sensación de que los oídos están tapados
debilidad para respirar o caminar
sensación de desmayo inminente
No siempre se presentan pródromos dando lugar a la pérdida de la conciencia súbita, por lo que
el riesgo de sufrir lesiones físicas secundarias a la caída es mayor. Estas presentaciones atípicas,
sin pródromos, son más frecuentes en personas de edad avanzada. Mientras que la forma típica,
descrita inicialmente, es más común en pacientes más jóvenes, generalmente adolescentes.
Ocurre en los adultos jóvenes con las mismas consecuencias, y es la enfermedad menos
investigada en el mundo de habla hispana por lo cual muchos médicos determinan que sólo nos
debemos acostumbrar a ella sin tomar medicamentos, y eso empeora la calidad de vida en
muchos casos.
Durante el episodio sincopal se puede tener uno o más de los siguientes síntomas:
palidez
sudoración profusa
piel fría
pupilas dilatadas
desvanecimiento sin desmayo
confusión mental y falta de orientación
y menos frecuentemente incontinencia fecal o urinaria.
También en algunos casos se pueden observar movimientos tónicos o clónicos, indicando que
se alcanzó el umbral anóxico cerebral (el cerebro deja de recibir oxígeno). La pérdida del
conocimiento es breve, con una recuperación rápida al cambiar la posición del cuerpo.
Cuando las crisis se inician en la adolescencia, por lo general, van disminuyendo con el tiempo.
En las mujeres jóvenes los episodios se hacen más frecuentes durante el período menstrual. En
pacientes con síncopes recurrentes se ha encontrado una mayor incidencia de trastornos
neuropsiquiátricos (depresiones, somatizaciones, trastornos de pánico), y neurosomáticos, tales
como problemas vasculares y problemas digestivos de tipo funcional. También se ha
relacionado con el Síndrome de fatiga crónica.
Diagnóstico
Un número más que importante de condiciones pueden causar este síncope. Hacer un
diagnóstico correcto de la pérdida del conciencia es uno de los desafíos más difíciles que un
médico puede enfrentar. La base de un buen diagnóstico del síncope vasovagal y otras
enfermedades, se basa en una descripción clara por parte del paciente, sobre todo sobre los
eventos desencadenantes, los síntomas y cuando le ocurre.
En pacientes con recurrencia de este síncope, el diagnóstico adecuado puede darse con uno o
más de las siguientes exámenes o pruebas médicas:
Existen dos tipos de tratamiento para el síncope vasovagal, siendo el preferible el cambio en el
estilo de vida porque los fármacos y dispositivos tienen efectos secundarios que pueden afectar
más de lo que benefician. Cada tratamiento debe individualizarse en cada paciente de acuerdo
a las manifestaciones clínicas y el resultado de la Prueba de inclinación.
Estilo de vida
o Ingesta de líquidos de al menos dos litros al día para mantenerse hidratado.
o Ingesta de sal (7 gramos por día; aproximadamente 1 1/2 cucharadita).
o Maniobras físicas: contracción isométrica de brazos (hay contracción del
músculo, el cual desarrolla tensión, pero sin movimiento. Por ejemplo,
permanezco bloqueado en la barra con los brazos plegados), cruzar las piernas
y apretar
o Entrenamiento de inclinación: 10 a 30 minutos por día de pie contra la pared
o Recostarse y levantar los pies sobre una pared a mayor altura que la cabeza por
cinco a diez minutos tres veces al día.
Fármacos y dispositivos
o Midodrine
o Fludrocortisona
o Beta-Bloqueadores
o Inhibidores recaptura de serotonina
o Marcapaso definitivo