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Dr.

Fernando Sito
Médico Cardiólogo – MP 443927
Medicina del estrés-Terapeuta EMDR
APEGO Y SALUD
Cómo nuestras relaciones tempranas impactan en nuestro “modo adulto” de
respuesta ante el estrés.

No nos referiremos al paradigma budista


de apego como aquello que implica el
rechazo al cambio y que a su vez produce
sufrimiento. Ese tipo de vínculo que, al no
cumplir con lo deseado, resulta en
frustración y dolor. Por lo cual, en el
budismo se promueve constantemente la
renuncia al apego.
Nos referiremos aquí a la importancia del
vínculo –denominado “apego”– entre
madre e hijo para el óptimo desarrollo psicoemocional de un individuo.
Basándonos en la teoría de John Bowbly y Mary Ainsworth. Tratando de mostrar
la relación existente entre la teoría y el campo de la práctica clínica.

¿Qué es el apego temprano?

El apego es el vínculo de tipo afectivo que una persona, en este caso bebés y
niños, establecen con otro individuo (figura significativa). Bowlby, el principal
artífice de la Teoría del Apego, afirmaba que

“el apego es el resultado de la activación de sistemas de conducta que tienen


una meta: establecer una relación especial con otro individuo concreto”.
Y enfatizaba diciendo que, el sistema de apego es un componente de la
programación genética humana tan importante como la alimentación y el
apareamiento.
Somos seres sociales, nuestra supervivencia depende de nuestras relaciones,
y estas se pueden constituir de diferentes maneras…………………………………
El modo en que nos relacionamos con ese al que llamamos “otro” determina en
gran medida la forma en que vemos al mundo. Nuestra capacidad de confiar y
nuestra capacidad de afrontar son modeladas por nuestras relaciones.
La aptitud de establecer, formar y mantener relaciones haciendo uso de ese
“pegamento emocional” es diferente en cada uno de nosotros y depende de las
primeras experiencias relacionales que hemos tenido en nuestra infancia;
principalmente con nuestros cuidadores primarios, mamá, papá, o quien haya
cumplido ese papel. ……………….…………………………………………………..

Los niños necesitan de experiencias de apego positivas para poder


desarrollar la regulación del afecto.…

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…………………………………………………………….
El desarrollo del cerebro, requiere de suficientes experiencias otorgadas por un
cuidado sintónico y receptivo que permita amortiguar las respuestas ante el
estrés del bebé y el niño pequeño, y en realidad del adulto en que nos
convertimos.
Entonces:
 El apego es el vínculo afectivo que se establece entre algunas personas
del sistema familiar, especialmente la madre-hijo(a).
 Este lazo emocional impulsa a buscar la proximidad y el contacto
personal.
 Crea expectativas de cómo serán los niños en el futuro, ya que, gracias a
un buen apego, las personas lograran socializarse bien con las demás,
potencian una autoestima positiva y seguridad en sí mismos.

El apego se ha estudiado a través de un procedimiento de laboratorio


denominado “Situación extraña”, donde se observó a bebés entre 12 y 18 meses
de vida, reaccionar ante la angustia al retirarse su mamá por unos minutos y
luego regresar.
Lo curioso del asunto es que el tipo de relación de apego: Seguro o inseguro
tiene correlato con la manera en que regulamos nuestro sistema nervioso, y esto
condiciona nuestra reacción ante situaciones estresantes, determinando en gran
medida nuestra “vulnerabilidad” al estrés y por ello impacta en nuestra salud.
La clave de la seguridad o inseguridad, radica en los patrones de comunicación
entre el niño y el cuidador.
Como bebés estamos biológicamente predispuestos a apegarnos a nuestros
cuidadores y, las brechas o rupturas en las primeras relaciones de apego pueden
dar lugar a inseguridad emocional y, problemas en el desarrollo de las siguientes
relaciones, y esto tiene su correlato biológico en nuestro sistema nervioso y en
verdad, en todo nuestro cuerpo.

Lo importante no es lo que nos sucede, sino cómo lo vivenciamos y cómo


lo recordamos.

Desde el primer contacto físico con nuestra madre empezamos a decidir si


podemos recurrir a ella en busca de consuelo.
El modo en que responde ante nuestro llanto, podrá ser tranquilizador, o de
irritación, indiferencia o miedo, y esto se graba en nuestra memoria emocional y
guiará nuestra evaluación posterior de la seguridad o el miedo en situaciones
posteriores.
A esa edad tan temprana, nuestro sistema nervioso aún se está formando, y la
manera en que se forme determinará cómo responderemos ante los desafíos del
mundo, a través de nuestra unidad mente/cuerpo.

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Sólo cuando estamos en un estado fisiológico de calma podemos transmitir
señales de seguridad al otro. (Teoría polivagal de Porges)
Todo esto que les comento, no es nuevo, es solo que ahora tenemos la
posibilidad a través de la neurociencia de presentar investigaciones que
concluyen lo que otros han pensado antes.
Podemos citar a Freud que consideraba que el “yo” es, antes que nada, un yo
corporal y que, en última instancia, se constituye a partir de sensaciones que
están localizadas en el cuerpo.

“Lo fundamental para la construcción del self son el cuerpo y sus afectos”

El self puede entenderse como la conciencia del sí mismo. Y esta conciencia


requiere de un “otro” que me mire y me cuide; que me enseñe a regular mis
emociones para que luego yo pueda internalizar esto y poder “ver” con seguridad
y confianza los avatares de la vida, confiando en mis recursos internos.
El cerebro humano tiene múltiples sistemas de neuronas espejo, que se
especializan en entender las acciones y las intenciones de los otros, el
significado social de su comportamiento y sus intenciones. Nuestra
supervivencia depende de entender las acciones y emociones de los otros. Y
esto depende de nuestra capacidad de entender nuestras emociones.

¿Cómo se relaciona el apego con nuestra salud?


Muchos son los estudios que relacionan la ausencia del apego seguro con
situaciones vinculadas a nuestra salud: Por ejemplo, depresión, ansiedad,
dificultad para regular las emociones (que resultan incontrolables), violencia de
pareja, baja autoestima, etc.
La atención y los cuidados del cuidador principal se expresan en nuestros genes
implicados en la función reguladora del estrés, y se manifiestan en nuestro
cerebro y sistema nervioso, en todas nuestras neuronas que se encuentran en
cada uno de nuestros órganos y se transmite a las siguientes generaciones.
(Teoría del trauma transgeneracional)
El desarrollo de un apego seguro puede verse afectado; la ignorancia, la
pobreza, la violencia, el abuso sexual, el caos y la desatención o negligencia
pueden causar estragos en los cerebros en desarrollo y en las incipientes
personalidades. Existen interacciones complejas que comienzan en la primera
infancia que afectan nuestra capacidad para concebir alternativas y que, más
adelante, pueden limitar nuestra habilidad para tomar las mejores decisiones.
La buena noticia es que, si acaso existiera un trauma de apego, donde tenemos
que lidiar fundamentalmente con lo que “no se ha dado” y “tendría que haberse
dado”, podemos realizar la reparación de la relación de apego, para que nuestro
cerebro rehaga ese camino. Existe un puente entre la teoría del apego y la
práctica clínica. Según Bowlby “…el papel del terapeuta es análogo al de una

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madre que ofrece a su hijo una base segura desde la que podrá explorar el
mundo.”
Se puede aprender a regular las emociones y el cuerpo. Se puede re aprender
a relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.
Es mi deseo que pongamos nuestra mirada en prevenir las interferencias el
desarrollo de este “pegamento emocional”.

No existe mejor prevención que el desarrollo de un apego seguro.

Para terminar, quiero dejarles este pensamiento de “los cuadernos de Da Vinci”


para reflexionar en torno a la relación de las primeras relaciones, aquellas del
entorno uterino, esa relación que se da ya antes de nacer.
“La misma alma gobierna los dos cuerpos. Las cosas deseadas por la
madre a menudo quedan grabadas en el niño que lleva en su seno. Una
voluntad, un supremo deseo, un temor o un dolor mental que la madre
siente, tiene más poder sobre el niño que sobre ella.”

“In memorian”
Jorge Osvaldo Sito
julio 1935 – marzo 2018.
Médico, Psiquiatra, Sanitarista,
Político, Escritor, Papá.

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