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POLITA

EN EL BOSQUE
Alicia Morel
INDICE
ALGO COLORADO EN EL BOSQUE
PÁG. 7

EL ESCARABNO SERIO
PÁG. 13

De/fin de Color POLITA EN LA COLMENA


I.S.B.N.: 978-956-12- l 848-2. PÁG. 19
7• edición: Julio de 2011.
LA CASA DE HOJAS
Obras Escogidas PÁG. 25
I.S.B.N.: 978-956-12-1847-5.
8ª edición: Julio de 2011. Do,RE,MJ
PÁG.37
Dirección editorial: José Manuel Za"artu.
Dirección de arte: Juan Manuel Neira. LA HUERTA MARAVILLOSA
Dirección de producción: Franco Giordano. PÁG. 49
O 2007 por Alicia More! Chaignaux. Los SUSTOS Y LAS RISAS DE POLITA
Inscripción Nº 155.703. Santiago de Chile.
PÁG. 59
Derechos de edición reservados por
Empresa Editora Zig-Zag, S.A.
Editado por Empresa Editora Zig-Zag, S.A.
Los Conquistadores 1700. Piso I O. Providencia. Alicia More!, la amiga de los niños
Teléfono 8107400. Fax 8107455.. PÁG. 69
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Santiago de Chile. Cronología de las primeras ediciones
de las obras de Alicia More/
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Impreso por Salesianos Impresores, S.A.


General Gana 1486. Santiago de Chile
Algo colorado en el bosque

Mientras desgranaba las arvejas de su huerta,


la Hormiguita Cantora entonaba:
-La arveja en su capi
duerme abrigadita,
yo vengo y la saco
con una palita.
Acurrucada a sus pies, Polita iba coñtando las
arvejas que caían en la paila:
-Una, dos, tres ... ¡Esta tiene una mancha! ¡Una
arveja con ojos! ¡Yo me la comeré!
La Hormiguita sonreía. De pronto se oyeron
unos pasos.
-¿ Quién será, Polita,
el que viene ahí?
esos pasos lentos
los conozco, sí.
8 ALICIA MOREL POLITA EN EL BOSQ1.IE 9

Por la puerta del hormiguero se asomó el Duende Caminaron mucho, casi cien cuadras de hormiga.
Melodía, con su brasero al hombro. Al llegar al pie de un roble, la pequeña hormiga
-Buenos días -saludó amablemente-. scilaló:
¿Podrían convidarme unas brasas? Me descuidé, y -El fuego está aJlá arriba.
se me apagó el fuego. -¿ Cómo que allá arriba? -preguntó el Duende
La Hormiguita le recomendó que fuera a la l'On incredulidad.
cocina. Polita lo acompañó, muy contenta; pero -Sí, colgado en una rama.
tampoco encontraron fuego en la cocina: a Ja Algo rojo se divisaba, en verdad. Curiosos,
Cocinera Mayor se le habían subido las sopas y no el Duende y la tía treparon detrás de Polita; se
quedaba ni una brasa. La cocinera y sus ayudantas encontraron bajo una copa de color rojo que se
estaban tan afligidas como el Duende. Todos saben abría llena de misterio. La Hormiguita alargó una
que en e] bosque sólo se consigue fuego cuando antena y tocó las gruesas paredes, dándose cuenta
caen rayos, durante las tempestades. de que eran frías. El Duende y la descubridora
-¿Qué hacer? -se preguntaban el 0uende y tumbién las tocaron y una risa brotó de la copa.
las hormigas, levantando los brazos y patas. -¡Ay! ¡ Qué cosquillas!
PoJita dio un brinco y gritó: Sonaba igual que campanita.
-Yo vi algo colorado en el bosque. Debe ser La flor, que no era otra cosa, volvió a reír.
fuego. -¿No saben quién soy? Me llamo Copihue.
-¿Estás segura? -preguntó el Duende con El Duende explicó:
desconfianza. -Buscamos fuego y como usted es tan colorado,
-Claro que sí, vamos a buscarlo. pensamos que podía convidarnos unas brasas.
Polita y el Duende salieron a buscar el fuego -Mi fuego es frío. Con mis raíces bebo este
y Ja Hormiguita Cantora, que había terminado su color del agua que corre bajo la tierra.
trabajo, los acompañó. La Hormiguita pidió entonces algo inesperado:
1 1 10 ALICIA MOREL

-Bello Copihue,
danos tu fuego,
bello Copihue,
yo te lo ruego.
La flor dejó de reír, asustada.
-Para darJes mi fuego, tengo que llorar, y para
IJorar, tengo que sufrir. A mí no me gusta sufrir.
-Bello Copihue,
llora un poquito,
no te hará daño
un dolorcito.
La flor se balanceó en un rojo silencio y dijo
al fin:
-Bueno, lloraré una sola lágrima porque puedo
secarme.
- Yo pongo mi brasero para recibirla -ofreció
el Duende lleno de alegría.
-Cuéntame algo triste -pidió el Copihue a la
Hormiguita.
Ella alzó las antenas y cantó:
- Un pajarito
perdió su nido,
y está llorando
muy afligido.
12 ALICIA MOREL

La flor sintió que una lágrima temblaba en su


11 corola. El escarabajo serio
·································································
- El pajarito
lloró y lloró
¡y en otra rama
nido encontró!
El Copihue dejó caer una lágrima en el brasero 11
y en seguida sonrió, porque todo había sido un 11
11
cuento. Polita se preocupó un poco más y preguntó
11
varias veces: l)cspués de lavar las ropas de su sobrina, la
-¿Dónde encontró el nido, tía, dónde? 11111 n1iguita Cantora las colgó junto a la pue1ta del
El Copihue agitó en eJ airn su campana roja para l11u miguero, sobre unas hierbas. Polita la ayuda­
borrar el resto de la pena. ha, ukanzando apenas a tender un pañuelo sobre
Los tres amigos agradecieron a la flor por 111-. hojas más bajas.
111,
el fuego y volvieron fe.lices a casa. El Duende De pronto una sábana se soltó de la rama y cayó
convidó unas chispas a las hormigas cocineras y -.t1hrc Poiita, tapándola por completo. La tía,de risa,
se fue rápido a su hongo para poner la olla en el 110 podía ayudarla a zafarse. La pequeña, riendo
brasero. 1a111bién, logró sacar fuera la cabeza, revolcándose
Y por fin Polita pudo comerse la arveja con co,1 sábana y todo. Las dos reían sin parar, cuando
ojos. 111111 voz ronca las asustó:
-¿De qué se rién? Han interrumpido mfa
pensamientos con su tonta risa.
Vieron un escarabajo negro que caminaba
apoyado en un bastón. Era tan serio, que el aire se

� 11
14 ALICIA MOREL

detenía a su alrededor. La Hormiguita le explicó


con amables trinos el motivo de su risa.
-¡Eso no tiene nada de divertido! Han ensuciado
la sábana y tendrán que lavarla de nuevo -gruñó
eJ Escarabajo agitando su bastón como si quisiera
pegarles.
Polita logró zafarse de la sábana y corrió a
refugiarse entre las faldas de su tía. El Escarabajo
Jes dio la espalda, con desprecio, y se alejó.
Sintiéndose culpables sin saber por qué, tía y
sobrina recogieron la sábana y la enjuagaron con
el rocío que guardaba una rosa silvestre. Pronto
recuperaron la alegría. Mientras PoJita salpicaba
para todos lados, la tía cantó:
-Lloró una nube,
lloró de .frío,
sobre la rosa
cayó e I rocío.
La hermosa rosa
guardó el rocío
para que lave
al gusto mío.
-¡Al gusto mío! -repitió Polita a toda voz.
El Escarabajo, que no .iba lejos, al oírlas dio un
respmgo:
16 ALICIA MOREL l'{)Ll IA EN EL BOSQVE 17

-¡Hormigas tontas! Creen que las nubes, la líH1h11 111 Mayordoma con cara de castigo.
rosa y el rocío existen sólo para que ellas laven 1 u Reina las espera en la sala del trono
sus trapos. 11111111r io.
Tía y sobrina estrujaron la sábana, una de cada 1 11111111 icmblaba, no así la tía, que iba con paso
punta, y corrieron a tenderla en un tallo firme. 1h¡'l10 , iranquilo. Se presentaron ante la Rejna _y
-Si te caes de nuevo, le diré al Cucaracho que , lt , 1111 que junto a la silla de oro de la soberana se
te venga a enjuagar -gritó ingenuamente Polita h11ll11h:i l.'I Escarabajo, moviendo eJ bastón como
amenazando a la sábana. 111111 pi 11l·ha. La Rejna preguntó:
El Escarabajo se devolvió furioso y enfrentó a ,. E1- verdad que ustedes se burlaron del
las lavanderas. 11111:ihnjo?
-¡Me han insultado! Haré que las echen del 1 11 1 hmniguita contestó respetuosamente:
bosque por reírse de mí. I >,· 1111 selíor tan serio
Agitó el bastón y ]es habría pegado si la , ,¡t11l't1 se atreverá?
hormiguita no lo detiene con calmado gesto. 1 ()11M11 anre su cara

-Señor Escarabajo, "' po11drá a jugar?


no fue con int ención, Nnsotrm· nos reímos
Polita aún no tiene , 011 nuestro trabajo y eso ha disgustado
el uso de razón. u/ H.,·carabajo.
-Tú tienes la culpa de que no tenga uso de ¡Esa pequeña me llamó cucaracho!
razón,porque no has sabido educarla. Iré a quejarme / >o/ita no sabe
donde tu Reina y las echaré del bosque. """ hablar bien,
Poi ita se puso a llorar. La hormiguita la consoló 111i señora Reina
y la IJevó a dar un paseo para olvidar al antipátko lo e11tiende tal vez.
bicho. Regresaron a recoger la ropa ya seca y entre l.a sdbana blanca
las dos la Jlevaron al hormiguero. En la puerta .,e 110s vino abajo,
18 ALICIA MOREL

y esa fue la risa


y ese fue el trabajo.
Polita sollozó:
t >oJita en..............................
la colmena ········· ........
-El señor "Escarajabo" nos quiso pegar con
el bastón.
La Rejna explicó al Escarabajo:
-Mis hormigas no quisieron molestarlo. ¿No
habrá exagerado usted su seriedad?
-Ellas se rieron de mí y yo no me reído nunca
-gruñó el acusador.
-Cuando usted aprenda a reírse, podrá
1 ,11 C 'm:incra Mayor del hormiguero guardaba
111 1h1k1.·, con llave, para comerlos durante el in­
condenar la alegría de los demás -dijo la Reina \ 11•11111, 1.'lli:llldo había escasez de alimentos y no se
levantándose y saliendo de la sala. p11d1,1 -..alir a causa del frío.
El Escarabajo se fue, alegando que reclarmu-ía a 1 111111:t 8ufría de hambre, y rondaba la gran
un tribunal más alto. Sin embargo, hasta ahora no 1 '" 11111, Un día, metió la pata en un frasco de
ha cumplido su amenaza. La Hormiguita Cantora y 1111"1111l'lada recién hecha, aprovechando el ajetreo
su sobrina dicen que el otro día lo vieron ensayando \ L, co11f'usión; pero la Cocinera la sorprendió:
una sonrisa en un espejo de agua. /, No sabes que este dulce es para la Reina? Anda
11 h11-..l..'ar azúcar a otra parte -dijo muy enojada.
;,Dónde, si todo lo tiene usted con llave?
11kgó la golosa, saboreándose aún.
Anda a pedirle mjel a la Reina de las abejas.
¡,D6nde vive?
En la colmena del roble. Pero ten cuidado,
20 ALICIA MOREL
.... ......... ........ ........ ..... .
, , ' ,, . .... .. . . .... ... .... .............. .

en la puerta hay varias guardianas que matan a los


intrusos con su lanceta.
Polita se fue por las galerías del hormiguero,
pensativa, mordiéndose una antena. Cuando la
Hormiguita Cantora supo que su sobrina rondaba
la cocina, la mandó a trabajar.
-Muy buen desayuno
te di esta mañana,
es de puro ociosa
que andas con mañas.
De mala gana, Polita siguió la fila de hormigas
que acarreaban leche de pulgones, polen y pequeños
despojos que descubrían. Varias veces pasaron
frente a la colmena y se olía la miel. Como no era
año de hambruna, ninguna hormiga tenía orden de
atacar eJ reino de las abejas. Pero Polita no aguantó
más y aprovechando una distracción de las abejas
guardianas, se metió colmena adentro.
Acostumbrada al silencio del hormiguero, se
sintió mareada con los zumbidos y aleteos. Los
panales eran una gran fábrica de dulces, donde se
hacía la miel para las abejas comunes, otra para
los zánganos y jalea para la Reina.
Polita llegó hasta la sala del trono sin que nadje
notara su presencia. La Reina de las Abejas dormía
22 ALICIA MOR.EL l'I ll l lA FN EL BOSQ!,JE 23

sobre una flor de oro. Polita le tiró la cola del manto. 1111111 11 11,,1.., Vl'l'Íél a su sobrina. En ese momento
-Oiga, señora, ¿me podría convidar miel? 11 1 , , 1 11 >1w11dc Melodía y la afligida tía aprovechó
La Reina abrió unos ojos espantados. I' ¡, , , 11111,11 lc su pena.
-¿Quién eres, extranjera? \11 l exclamó el Duende- debe ser a
1

-Yo no soy extranjera, soy Polita y quiero un 111 ,1 d1· la pequeña hormiga que la Reina de las

poco de miel para chuparme el dedo. 1111 1,1. 11w 111and6 Jlamar. Quédate tranquila, yo lo

-¿Cómo has entrado hasta aquí, burlando la 111, ,·l,1H· todo.

vigilancia? 1 ,1 1 f:1 se quedó esperando con paciencia


-Yo no me he burlado de ninguna señora 11111 1111 "" vi Duende era recibido por mil zumbidos
vigilancia. Soy una hormiga muy respetuosa. th litr11Vl'11ida. La Reina se apresuró a ponerse
-¿Hormiga? ¡Oh, estamos en un peligro 111 , 1111111:1 que se había quitado por eJ peso de las
mortaJ! ¡Nos invaden las hormigas! ¡Guardias, I'", 11 11p11doncs.
guardias, apresen a esta espía! �k11ora, beso sus dulces patitas -saludó el
En vano Pofüa protestó; dos abejas forzudas la 1 t111'1111l' . ¿CuáJ es el problema?
tomaron de las patas y la encerraron en una celda ,,., una pequeña hormiga -contestó ella.
vacía. La Reina de las abejas quiso averiguar si aquella l'ol1ta apareció muy asustada, custodiada por
hormiga venía en son de guerra o por casualidad y d11·, ,1hvjas capitanas. Al ver aJ Duende, corrió a
decidió consultar a su amigo, el Duende Melodía. ,, ll1r1:1rsc junto a éJ.
Entretanto, la Hormiguita Cantora notó la Scfiora, puedo asegurarle que no se trata de
desaparición de su sobrina y empezó a buscarla 11111r1111a invasión. Polita es una hormiga nueva, muy
muy preocupada. La flor Ojo de Niña, que crecía l11q11il'ta y golosa, y ahora mismo la llevaré junto
frente a la colmena, le contó: 11 ,11 tía. Nioguna hormiga volverá a interrumpir

-Yo vi a Polita entrar a la casa de las abejas, , 1w..¡tras meditaciones -aseguró el Duende.
pero no la he visto salir. nn vista de Ja explicación y por su amistad con
La Hormiguita se puso a llorar, pensando que t\ ll-lodía, l.a Reina ordenó dejar libre a Polita. Detrás
24 ALICIA MOREL

de la pícara hormiga envió dos abejas cargadas de


néctar para su poderosa vecina. La Reina de las
hormigas, a su vez, mandó de regalo un manto de ..................La casa de hojas
.......................................................... ....
cristales hecho en las minas de su propiedad.
La Hormiguita Cantora se puso tan feliz al
recobrar a su sobrina, que olvidó reprenderla por
su imprudencia. El néctar regalado no se guardó en
la despensa, sino que se repartió entre las hormigas
jóvenes. Poi ita se sintió satisfecha con el delicioso
granito de polen que le tocó.
. Una larga fila de trabajadoras salió del hor-
De este modo se evitó una ternble guerra
111iguero, con palas al hombro y afilados dientes.
entre el hormiguero y la colmena. La tía, ya sin
lhan en busca de alimentos para guardar en las
preocupaciones entonó una alegre canción:
dn;pcnsas de la Reina.
-Las Reinas bailan,
Poi ita se fue a escondidas en dirección contraria,
bailan sin fin
ron ganas de jugar y gozar de la vida. Sus amigas
con sus patitas
l.ali y Mayi seguían la fila de trabajadoras y al
en un cojín.
wrla huir, sintieron un poco de envidia.
Y las abejas
Oye Lali, Polita se arrancó al bosque -dijo
y las hormigas
1:, � orda Mayi, quedándose atrás.
1
son, por ahora,
No la mires, nosotras tenemos que trabajar
buenas vecinas.
advirtió Lali, como hermana mayor.
¿ Y por qué ella no?
Porque Polita es desobediente y hace siempre
In contrario de las demás hormigas.
26 ALICIA MOR.EL POLITA EN EL BOSQyE 27

-Tengo ganas de hacer lo contrario -insistió hojas muy bien amarradas. La puerta estaba a
Mayi. medio cerrar.
-Apenas terminemos con un acarreo de leche -¿Hay alguien aquí? -gritó la hormiga tratando
de pulgón, iremos detrás de Polita. Siempre se dl' mirar por la junturas.
mete en problemas -dijo Lali, que también tenía Golpeó y llamó varias veces sin que nadie
ganas de ir aJ bosque. t'tHltcstara.
La fila de trabajadoras desapareció entre la Parece una casa abandonada de verdad.
hojarasca. Y Polita se perdió entre los miles de Hmpujó la puerta y un largo crujido la
senderos bajo las hierbas. Por casualidad, llegó 'lobrcsaltó.
a una charca donde vivía la diminuta Rana de Hace tiempo que esta puerta no se abre
Darwin. Toda vestida de verde, salió de un agujero 1:omentó.
junto al agua y preguntó con fino silbido: Dio un paso dentro de la única habitación y un
-¿Qué buscas por aquí? olor exquisito le hizo agua la boca.
-Quiero jugar y c01rer por todas partes, pero si Estoy segura de que por aquí hay miel
hay algo bueno para mascar, me quedo acá. cxclamó.
-No creo que acá haya algo bueno para ti. No, Se puso a buscar con tanto apuro, que botó una
no creo. Por ese camino se sube a una rama, en la ,111:i de palo y desarmó una cama de flores. Por fin,
rama hay un agujero, y ahí hay una casa -indicó ,·,l'ondido en un rincón, encontró lo que buscaba:
la Rana. 1111 til•sto redondo, lleno de miel.

-¿Una casa abandonada? ¡También está hecho de hojas! Y tiene tapa.


-No sé si está abandonada, pero tal vez ahí hay Polita no se demoró en sacar el trozo de hoja
algo bueno para ti. q11v l'uhría la miel y empezó a comer. Mascando,
-¡Iré a ver! Me encantan las casas abandonadas. 11111, ·ando, tragando, tragando, la miel del tiesto
Polita subió por la empinada rama, buscó el hrqo II la müad.
agujero y encontró una casa redonda, hecha de ¡ U fl Mañana vendré a comerme el resto
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-suspiró, poniendo las patas sobre su redonda 1 , donde está esa casa? -insistió Lali.
panza. L,11l11t•11do por esa rama, se Hega a un agujero,
Caminando apenas, por el peso de lo que había 11 1•1 ,wujcro está la casa abandonada.
comido, bajó de la rama y se echó a dormir entre el l'ikh tumos subir ahora mismo -sugirió Mayi.
musgo. No vio ni supo que la dueña de la casa de hoja<; �1. l'ICO que alcanzamos a ir antes de que
llegó a los pocos .instantes; al descubrir que alguien le 11 , 1111•;,,1 11 se entusiasmó Lali.
había sacado miel, furiosos zumbidos estremecieron , 11 las espero aquí abajo -dijo Polita,
el aire y rebotaron en el agua de la charca cercana. Al \1111\ 11·1,do a dormirse entre el musgo.
oírlos, la Rana de Darwin se sintió un poco culpable y N1111 11111a de las tres sospechó nada. Lali y Mayi
se tiró al agua donde desapareció por largo rato. 11h11 11111 r:ípidas, con las bocas abiertas de hambre.
Hacia el atardecer, Polita despertó gracias a l l11h11111 trnhajado casi todo el día y ese medio tiesto
los tirones de sus amigas Lali y Mayi, que habían lit 11111'1 era un premio a sus esfuerzos.
salido a buscarla. 1 11 la rasa de hojas, los zumbidos habían cesado;
-¡Despierta, Polita! Tenemos que volver al 111p1w1111 i-;cguía a medio abrir como si no tuviera
hormiguero. il1111111111 dueña.
-¿Eh? ¿Por qué? -preguntó la rebelde. 1 ª" hormigas tocaron la puerta con sus antenas,
-Porque llega la noche y es hora de recogernos 111111•, 1k L'ntrar, con natural cuidado. El olor a miel
a dormir en nuestras camas -explicó Lali, tratando 111111 por la abertura, más fuerte que nunca; sin
de que su amiga se levantara. d11d,11 ya� entraron de sopetón. ¡Qué espanto! Se
-Apenas puedo caminar, porque me comí 11h 11111raron cara a cara con la furiosa Abeja Gris,
medio tiesto de miel -confesó Polita. q1w 1k un poderoso zumbido lanzó por el aire a
-¿Y dónde encontraste ese tiesto? -preguntaron 1 1111 y Mayi. Cayeron entre el musgo, sobre la
al mismo tiempo Lali y Mayi. ,11q11t•ndida Polita, sin hacerse daño gracias a su
-En una casa abandonada, hecha de puras 11«•11111.·11cz. Medio aturdidas por el susto, las tres se
hojas. La Rana de Darwin me dio el dato. ,11111l'Q.dcron hasta las raíces del pasto, mjentras la
30 ALICIA MOREL l'I ll 11A FN l:L BOSQ\JE 31

Abeja Gris zumbaba sobre sus cabezas. "'4d1•m•10, la Abeja Gris sigue zumbando allá
-¡ Hormjgas tenían que ser las ladronas! No 11 111t,1 l't1l11a. tienes que subir a hacer un trato. Yo
saldrán de aquí hasta que me prometan devolver 1 11111\11 ,h: alrás -decidió Lali.
la miel que se comieron. \p,·11:1� me puedo mover, con la panza llena.
-Nosotras no comimos nada, fue Poi... -alcanzó l 1 \111'111 rrn; da mucho miedo -gimió Polita.
a protestar Mayi, antes de que Lali le tapara la boca. \ 1111sot n,s también. No nos habríamos
-No digas nada, vamos a tener que hacer un 111111,h1 rll l'Stc embroLio si no es por ti. Me parece
trato -advirtió la hermana mayor. 111 111 q1H· en frentes a la Abeja y Je prometas eJ
-Yo no tengo la culpa; la Rana de Darwin me t•tih 11. p.iru que nos deje regresar al hormiguero
mostró l. a casa y dijo: "no sé si está abandonada''. ilq,, 1.:ili, ayudando a Polita a subir por el
Y yo creí que lo estaba -susurró Polita. 11111 •J'l1
-Y te arriesgaste, como siempre -murmuró 1 11 ,11 furia, la Abeja Gris no vio a Polita y
Lali-; pero a la Abeja Gris no podemos darle 1111 1111', oy6 lo que decía. La Rana de Darwin,
esa disculpa. Tenemos que devolverle la miel de t 11111·1111110. asomó la cabeza para ver qué pasaba;
algún modo. 11 11111 t l·I apuro de las hormigas, decidió ayudarlas.
-¿De qué modo? -preguntó Mayi, llorosa. lu11il11,·11 ella tenía alguna responsabilidad.
-Habrá que juntar polen, mucho polen, y 'wnorn Abeja Gris, las hormjgas prometen
traerlo hasta la casa de hojas. La Abeja Gris lo 11111 ill· todo el polen que necesita para llenar su
transformará en 1niel. 111 '" dv 111icl -dijo con sus más agudos silbjdos
-Eso quiere decir que tendremos un buen p111u q11c la oyera.
trabajo -se quejó Polita-. Sí, las tres lo haremos, ,,1!�o dicen? Las intrusas tienen que ponerse a
aunque sólo tú comiste miel; pero reconozco que 11 ,1luq111 u hora mjsmo, porque necesito con urgencia
nosotras nos habríamos comido la otra mitad del 111 11111'1. Pronto nacerán mis hijas, y su alimento
tiesto, si la dueña hubiera estado ausente. 111 l ll' q111,; estar listo.
-Pero estaba presente -lloriqueó Mayi. ¡,<)ué plazo les das?
32 ALICIA MOREL f>OLlTA EN EL BOSQ!JE 33

-Las espero en la puerta de mi casa mañana 11sw..,. esperando que la Portera quitara la llave a
a mediodía. 1111' prnndcs puertas.

Lanzando zumbidos amenazantes, la Abeja se A:-.í me gusta, que sean madrugadoras -dijo
retiró a su casa, cansada de rabiar. Las hormigas 1111111t·1:11n1. un poco sorprendida.
salieron del bosque de musgo y agradecieron a la l-11 Vl'/ de eguir la fila de hormigas que iban
Rana la ayuda que les prestó. 11 ..,11ra1 leche a los pulgones, Lali, Mayi y Polita
-Nosotras no somos ladronas, sólo un poco ,, , 11r1,·1011 los canastos y subieron por los talJos

golosas. Ojalá se lo puedas decir a la Abeja Gris d, 111.., 1kdalcs de oro, que en esa época ofrecían
cuando se tranquilice -pidjó Polita. 11h1111d1111k polen.

-Así lo haré. Todo fue una pura equivocación l 1'lll'1110s que llenarlos antes de mediodía, si
-reconoció la Rana. 1111, 111 \lwja Gris es capaz de venir al hormiguero
11.111·1 1111 terrible escándalo -dijo Lali, apurada.
A Polita se le deshinchó la panza con el susto y se
alejó con sus amigas a todo correr. Aprovecharon Jos 1 >i,..,dc ayer, no se me quita eJ hambre -se
últimos rayos de luz para comenzar a recoger el polen, 11111· 111 M11yi. echando polen en su canasto.

echándolo a unos pequeños canastos que fabricaron 1 kharnos un poco de rocío y comamos un
con hojas, imitando a la Abeja Gris. Cuando ya t'' 11110 dl' polen. así nos sentiremos mejor -sugirió
no había luz, los escondieron bajo unas raíces y l 11111111
regresaron al hormiguero,justo en el instante en que "º'º 1111 grano -advirtió Lali.
la anciana Portera estaba cerrando las puertas. \ ... , ll) hicieron. Animadas con el delicado
-A ver, pequeñas, ¿por qué regresan tan tarde? 11t ·,11v11110, las tres fueron de flor en flor, recogiendo
-gruñó. , I p11lv11 dorado. El miedo a la Abeja Gris y el
-Nunca más lo haremos, señora -contestó 11 111, 11d1111i1.:1110 de haber sido imprudentes y golosas,

Lali, distrayéndola con un saludo de sus antenas. li,11 1,1 q11l' sus patas ti-abajaran sin descanso. Así,

Esa noche, las tres durmieron a todo sueño de 1 11,111dn l'I ,111 cnsi alcanzaba la mitad del cielo, habían

puro cansadas. Antes del alba, las amigas estaban lli 1111d,, lq!'I cannstos con el oro de las flores.
34
........ .. . ...... . ····•··· .... ······ ..ALICIA MOREL
········ ········ ................

Al mediodía, las tres llegaron a la casa de hojas,


cada una con su carga. La Abeja las esperaba en
la puerta, sin dejar de zumbar. Pesó cada canasto
varias veces, lo que puso aún más nerviosas a las
negras amigas. Al fin, dio su aprobación. Luego de
acarrear el polen dentro de su casa, cerró la puerta
en las narices de las hu1nilladas trabajadoras, no
sin lanzar un último zumbido amenazador.
Bajaron en silencio, con las antenas caídas.
Ni se fijaron en que junto a la laguna, la Rana de
Darwin las esperaba con una sorpresa.
-Amigas, no se vayan todavía -silbó.
Lali, Mayi y Polita se detuvieron más por
educación que por ganas. Al levantar las antenas
para hacer un saludo, vieron frente a ellas la más
linda casa de hojas que es posible imaginar.
-Con hojas de menta y malvarrosa, fabriqué
esta casa para ustedes, para que se consuelen de los
sustos y trabajos que han sufrido -dijo la Rana,
sonriendo finamente.
Mudas y emocionadas, Lali, Mayi y Polita no
tuvieron ningún miedo en entrar a la verde mansión
que les regaló su nueva amiga. Adentro, encontraron
exquisitos manjares que las ranas recogen bajo el
agua y bajo tierra, y que sólo les gustan a las hormigas
golosas.
Do, re, mi

:1
J 1 1 >t1l'11dc Melodía era muy desafinado y
11111\l 1 11111,111 podido entonar una canción; pero
1 t 111 11111111w la música. En un armario guardaba
t ti•• 11·11· llaves las notas musicales para poder
1tll11111 11 ll11ula y dar conciertos.

1 ''"' 1111111ana de primavera voló por todo el


htt qu,· lu 11oticia de que el Duende Melodía iba
t il111 1111:i clase de música muy especial. Los
hh 1111'1 11111sicólogos acudieron en tropel: grillos
h 111111 ... 111:-., sapos tenores y sapos bajos, arañas
111 191-.111,, escarabajos rítmicos y chicharras con
l 11 1,11111clas. En primera fila, por cierto, estaban
111 1101 miguita Cantora y Poli ta, su sobrina,
I'' ,, "'" reconocida musicalidad. Hacia atrás se
,11111111lo11aban patas, alas y antenas, provocando
111 h·11" y protestas muy poco afinadas.
38 ALICIA MOREL rot I fA EN EL BOSQlJE 39

El Duende se asomó a la puerta de] hongo donde 1 ,, Manposa, algo asustada, se paró junto a
vivía, y ordenó: l'11lllt1. uh1111ic;ándose con las alas. Hubo un breve

-¡Silencio! Lo más importante para apreciar 11, 111 u,, hrnscamente interrumpido por alguien
la música es el silencio. lllll l" ,taha dentro del hongo:
Los alumnos se callaron, procurando contener 1
1 >0,DO,DO!
el temblor de sus alas y patas. 1 ,\y, las notas se están poniendo inquietas!
La Mariposa llegó atrasada y se detuvo un 1l111111lf11Íla Cantora, haz el favor de llamar a la
instante sobre una flor. Al ver tanta tranquilidad. 111 111w111, 11cccsita que la presente una persona
gritó sorprendida: 1ll1111d11
-¿Qué les pasa que están tan callados? , n lambién soy afinada -advirtió Polita,
-¡Silencio! -gritaron todos en coro. 1111111 11111 dl· estar al lado de la Mariposa.
-¿ Por qué? ¿Se murió alguien? 1 11 11111 miguita alzó sus antenas y cantó:
-Estamos aprendiendo el silencio -explicó el I o 110/u DO es un sapo
Duende a la recién llegada. 111111• ,,•río y muy grandote

-¿No era entonces una clase de música? -insistió ,1111 , ,1111¡,e con su canto
la Mariposa, que tenía muchas ganas de bailar. , I ""'"ºdela noche.
El Duende suspiró para no perder la paciencia. l '111 In puerta del hongo salió un sapo verde y
-Para comprender la música, es importante 111111111111 q1 1l' repetía sin cesar: "¡DO, DO, DO!" Al
aprender el silencio. ¿ Entiendes? , • , 111 11 '" ¡il11mnos se pusieron nerviosos; pero el más
-No -contestó la Mariposa abriendo unos 1¡•11,1d11 l.'nt el Sapo Tenor,que sin contenerse gritó:
ojos redondos. 1 11 1101n DO es igual a mi.
-Bueno, si quieres asistir a la clase, aprende a \1111111-. simpatizaron de inmediato y gritaban
quedarte callada; si no, te vas a tus flores -gruñó , li1 p,11 11no '11 tono bajo, el otro en tono agudo,
el Duende impacientándose. 1 H ) 1 ){), l)Q! ".
40 ALICIA MOR_EI
....... .......................................
, , . ...... .... ...... . .. .......... .. .. ... ... ....
,

La clase empezó a desordenarse y el Duende


los detuvo con un gesto:
-¡Basta, silencio, que se callen los sapos!
Ahora c01Tesponde llamar a la nota RE.
-¿Puedo llamarla yo,que soy afinada? -insistió
Polita.
-Prefiero que la llame tu tía. Si das un tono
falso, las notas pueden desmayarse.
Poi ita se acercó a la Mariposa, y refunfuñó:
-Me está aburriendo esta clase con notas que
se desmayan.
-A mí también -dijo su compañera, sacando
la trompa con que chupaba flores.
La Hormiguita levantó una pata para hacerlas
callal' y entonó:
-La nota RE es un grillo
que rasguña el silencio
con un violín que toca
cien cristalinas gotas.
Un elegante grillo salió del hongo con un violín
que tocaba solamente la nota RE. Los alumnos lo
celebraron con aplausos y vivas. Polita aplaudió
también y para probar que ninguna nota se
desmayaba oyéndola cantar, repitió varias veces:
-RE,RE,RE.
42 ALICIAMORH POLITA EN EL BOSQVE 43
.... ,... ... . ····- ....... ............... . ' ' .... . ..... .. . ..... ... ........................ ... .....
,

Pero el más divertido era el Grillo Vagabundo, -La bella nota M1_
que observaba la clase tendido en una hoja. es una mariposa
Con voz desafinada y soñolienta Jlamó a su con alas musicales,
compañero: amiga de las rosas.
-¡Eeh, REEE, vamos a pasear! En la puerta del hongo apareció una mariposa
El otro le contestó de buena gana, pero el de alas azules, cambiantes y brillantes. Todos
Duende le advirtió: lanzaron una exclamación de asombro. Al verla,
-Ten cuidado con ese Grillo flojo, es insolente y la Mariposita alumna del Duende casi se murió de
aprovechador. Puede cambiar tu afinado violín por envidia. Con voz aguda, gritó:
el que tiene, que no da nota buena y está roto. -La nota MI será una "marisopa" muy música,
El Grillo Vagabundo sacó la lengua al profesor y pero yo le gano en belleza y colores.
se escondió entre la hojarasca; desde alJí se asomó La nota MI se puso roja y protestó repitiendo
varias veces, haciendo morisquetas. Los bichos rabiosamente:
empezaron a hacer lo mismo, riendo y dándose -¡MI,MT,MI!
pequeños empujones. Aquello iba a terminar mal. -Soy mucho más I inda -insistió su rival,
Muy disgustado, el Duende pidió a Ja Araña que contoneándose.
dejara un instante su arpa colgada en una rama y -Las dos son lindas -dijo Polita, tratando de
alejara al Grillo mal educado. aplacar la competencia.
-Con gusto me lo comeré por interrumpir la -Basta de peleas tontas -exclamó el Duende-.
música -gruñó la Araña. Las dos son lindas, las dos son vanidosas, pero hay
Viendo que la ocho patas se le venía encima, el. una diferencia: la nota MI es única en el mundo.
Grillo Vagabundo desapareció de un salto. Al volver -Yo también soy única -murmuró la Mariposita
la calma, el Duende pidió a Palita que llamara a con aflicción.
la nota MI. Muy emocionada, la pequeña hormiga Para que no llorara, Po)jta le pasó un poco de
cantó mjrando a su compañera Mariposa: azúcar que tenía en el bolsillo del delantal. La
44 ALICIA MOREL POLITA EN EL BOSQUE 45

Hormiguita llamó entonces a la nota FA: ,¡11e el mar botó en la playa


-La nota FA, FA, FA 11acfo y sonoro.
es un escarabajo El Duende, ayudado por las otras notas, sacó
de alas muy pesadas dl·I hongo un hermoso caracol que brillaba pulido
que toca el contrabajo. por el mar. Si uno se acercaba a él, podía escuchar
Del hongo salió un escarabajo verde que giraba la nota SOL. Todos quisieron oírla, con Jo que se
repitiendo "FA,FA,FA". Al verlo, los escarabajos perdió mucho tiempo.
rítmicos se levantaron de sus lugares y se pusieron -EJ tiempo se va como la música -dijo el
a reír. Uno de ellos comentó: Duende con preocupación-. Hay que llamar a la
-Más parece un remolino que uno de nosotros. 11ota siguiente, que es la más importante.
De nuevo se alborotó la clase, mientras la nota La Hormiguita carraspeó para afirmar bien su voz:
reclamaba: "FA, FA, FA", produciendo más risas -El LA es una luciérnaga
y alegría. muy clara y armoniosa
Enojado, el Duende amenazó: que cuando canta, afina
-Si no se callan, terminaré la clase y nunca más a todas las otras notas.
los invitaré por ignorantes y patanes. Dentro del hongo se encendió una suave luz y
-¿Qué es patanes, tía? -preguntó Polita. el canto armonioso de la nota LA transmitió una
Pero en ese momento el Duende ordenó llamar tranquila alegría a los inquietos bichos; pero no quiso
a la nota SOL. salir, porque temía desafinarse con cualquier n.1ido.
-Me toca a mí,Duende Melodía,no se te olvide El Duende explicó:
-se apresuró a recordar la pequeña hormiga. -La nota LA afina a las demás; tiene un oído tan
-Bueno,bueno, saca tu mejor voz -concedió delicado, que hasta el aire se lo puede romper.
el profesor. -Yo también tengo un oído delicado -exclamó
-Entona SOL, SOL, SOL, la Luciérnaga que asistía a la clase, y de pura
un caracol de oro, emoción se apagó.
46 ALICIA MOR.EL POLITA EN EL BOSQ!}E 47

En vista del inconveniente, la Hormjguita llamó El Duende, desesperado, se lanzó tras ellas;
a la última nota: los alumnos no esperaron ninguna orden para
-Canta SI una chicharra ,1yudarle. Pero las resbaladizas notas se separaban
que a fines del verano y se juntaban, y su canto se oía esparcido por todas
ve que sus provisiones partes.
solamente son cantos. Buscaron y corrieron inútilmente. Cuando
-¡SI, SI, SI! -cantó una hermosa chicharra creían haber alcanzado a la nota FA, resultaba
verde, trayendo de la mano a la luciérnaga LA y ser un escarabajo común; y cuando alguno pensó
empezando a brular en torno al caracol SOL. Las haber atrapado al grillo RE, no tardaban en darse
demás notas las imitaron, haciendo una ronda muy cuenta que no era sino el Grillo Vagabundo, por
entonada: el modo como les sacaba la lengua.
-¡DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI! -repitieron Al final, el Duende se dejó caer en su silla de
varias veces. paja, gimiendo:
El Duende, los alumnos, la Hormiguita y su -¿Qué voy a hacer ahora, sin mis notas
sobrina se tomaron de las manos y cantaron a su musicales? La Hermandad de los Duendes me las
vez, rodeando a las notas: había regalado. ¿Qué será de ellas, perdidas en el
-¡DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI! bosque? Se van a desafinar, ¡ay, ay!
El entusiasmo fue grande; no se dieron cuenta Entonces la Hormiguita Cantora, Polita y todos
cuando anocheció. El Duende quiso dar por los bichos aficionados a la música lo consolaron
terminada la clase de música y guardar las notas con un armonioso coro:
en su armario, pero sucedió algo inesperado: los -Duende Melodía
bailes y las rondas sublevaron a las notas y ante no te aflijas tanto,
el espanto del profesor y sus bichos, entre todas que ya cada nota
recogieron al caracol SOL y huyeron al bosque, se sabe su canto.
perdiéndose entre las hierbas. Cantarán los grillos,
48 ALICIA MOR.EL

cantarán los sapos


con notas más finas
que los mismos pájaros.
La huerta maravillosa
Las verdes chicharras
y las mariposas
cantarán también
mientras comen rosas.
Todo el viejo bosque
sabrá sin tardanza
cantar siete notas,
bailar siete danzas.
Una mañana a fines de invierno, la Hormigu­
ita Cantora llegó al hongo del Duende Melodía
Y así sucedió. Las siete notas enseñaron a cantar
<.:on un pedido extraño. La acompañaba Polita,
a todos los animalitos del bosque; también las
que Llevaba algo escondido en el delantal.
flotes, las hierbas y hasta las piedras aprendieron -Mi buen amigo,
un canto, una nota, un susurro. quiero plantar
Si ustedes van un día al bosque, quédense lechugas tiernas
quietos un momento y escuchen e1 gran silencio y un maizal.
que hay allí; poco a poco empezarán a sentir Melones tuna
pequeños sonidos que salen de todas partes, como como la luna
si hasta las escondidas raíces tuvieran voz. Si Ja y unas sandías
suerte los acompaña, a lo mejor pueden escuchar rojas y frías.
a las siete notas que danzan entre las hierbas, -Pero Homúguita, cada sandía es una montaña
entonando sin cesar: para nosotros. ¿De dónde sacaremos semiJlas que
-¡DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI!
den plantas pequeñas?
50 ALICIA MOREL POLITA EN EL BOSQVE S1

-De aquí -djjo Polita abrjendo el delantal y Ya sé -gritó Polita-. ¡Ese es el señor
mostrando ante los asombrados ojos del Duende <�aracol!
unas semillas mágicas-. Me las regaló la Vieja ¡Es cierto! ¡Muy bien Poljta! -aplaudieron
Hormiga que vive aJ fondo del hormiguero y que 1•1 Duende y la tía.
tiene amigos invisibles. Pero faltaba lo más difícil: despertm· al Cm·acol y
-Veremos si esas semillas no dan plantas vonvencerlo para que les ayudara. Lo encontraron
jnvisibles también -rió el Duende. d11rmiendo, pegado al tronco del rosal silvestre.
Escogieron un terreno detrás del hongo; pero El Duende lo llamó varias veces y la Hormiguita
faltaba la ayuda de alguien para arar la tierra. le cantó con su dulce voz. Todo fue inútil; el
-Tiene que ser un bicho forzudo -explicó el sueño de] Caracol era demasiado profundo, porque
Duende. dormía enroscado. Hasta que Poli ta gritó como si
La Hormiguita dio unos nombres: 1uviera pataleta:
- Yo conozco al Sapo, -¡Vamos a plantar lechugas!
y al seíior Chincol, Entonces el dormi Ión asomó la cabeza y
los dos son grandotes, preguntó entre bostezos:
forzudos Los dos. -¿Dónde hay lechugas?
-No, eso es imposible. Se conoce que las -Querernos pl,mtar una huerta, pero... -alcanzó
hormigas no han arado nunca la tierra. El Sapo a decir el Duende.
sólo sabe saltar y el Chincol es un gran comedor de -Bien sabía yo que había un pero -gruñó el
semillas. Tiene que ser alguien parecido a un buey. Caracol enroscándose de nuevo.
-¿Qué es un buey? -preguntó Polita. -No, no te duermas, déjame explicarte.
-Mmm, de veras que ustedes no conocen a los Necesitamos que alguien nos ayude a arar la tierra
grandes animales. Un buey es forzudo, tiene dos y ese alguien...
cachos, camina lento y es capaz de arrastrar una -Soy yo, por supuesto, porque tengo cachos,
ca1Teta, un arado, cualquier cosa pesada. arrastro una carreta y soy forzudo. ¡Quieren
52 ALICIA MOREL POLITA EN EL BOSQ!JE 53

hacerme trabajar como a un buey! mucha dignidad permitió que lo uncieran al arado.
El Caracol continuó enroscándose; el Duende Trabajó varios días, lento, pero seguro, al compás
lo detuvo con un grito: de una canción de la Hormiguita:
-Si no quieres ayudarnos, quiere decir que -EL Caracolito
tienes mal ojo para los negocios, porque te daremos anda despacito
parte de la cosecha por tu ayuda. y su casa.fea
-¿Qué parte? -preguntó el Caracol, interesado, se balancea.
irguiendo de nuevo sus cachos. El Caracolito va
-De cada tres lechugas que salgan, te daremos paso a pasito
una. y así no se canso,
-Siempre que sean grandes -exigió el aunque poco avw,w.
mañoso. Polita y su tfo sembraron las scmiHas mágicas; el
Los tres amigos se miraron preocupados, porque Duende Melodía las r'gó y a los tres días salieron
las lechugas serían pequefütas como cabezas de los primeros brote�.
alfiler. Tampoco querían engañar al nuevo socio. Al cabo de una scnrnna las lechugas, el maíz, los
¿Qué hacer? melones y las .su11d1as :,;e balanceaban en el aire o
En eso, la Hormiguita distrajo al Caracol, a1Tastraban s11s hoja-. por el !'luclo. El Caracol venía
cantando: todas las tardes a 111ira1 las lechugas y al ver que
-Pues dinos tú que sí, apena crcdn,1. st quc.:joba a,m,rgamente:
y no digas que no, -¡Abuso, nb11so! nstns lt•chugas no crecen.
si eres buen amigo, A lo qm.• d Dul'tHk- y l:1 l lonniguita se hacían
querido Caracol. los lesos.
-Dí que sí, dí que sí -repitió Polita saltando -Creo que: 111 1 w1 rn no crn hucna -trató de
para que el Caracol la viera. explicar el D11L·ndt.
En vista de tanta súplica, el Caracol aceptó. Con La más <.:01111:111.1 l'III l 1olit11, q11c se paseaba
54 ALICIA MOR.EL POLITA EN EL BOSQiJE 55

entre las hileras de la plantación, cantando como noche los dos tenemos que hacer guardia -dijo
su tía: eJ Duende, dándoJe unas palmadas en la cara para
- Yo quiero ser lechuga, que recuperara fuerzas.
yo quiero ser maíz, -Por suerte me gusta andar en la noche
yo quiero ser sandía -sonrió el Caracol.
de corazónfeliz. Esa noche, los dos vigilaron la hue1ta, pero el
La alegría duró hasta una mañana en que sueño los venció antes de que amaneciera. Con
eJ Duende halló unas lechugas sin su tierno las primeras luces del día, una voz desconocida
corazón. los despertó:
-¡Miren, alguien entró a robar en la huerta! -¡Eeh, se robaron los choclos!
-gritó escandalizado. El Duende corrió a las siembras y se encontró
Afligida, la Honniguita cantó: con un Gusano sonriente.
-Duende Melodía -Yo di la alarma -explicó-. Vi eJ bulto del
¿ quién será el ladrón ladrón y me ofrezco para seguir vigilando, por si
que a las lechuguitas regresa.
robó el corazón? El Duende aceptó, agradeddo, porque además
-Esto es muy grave, hay que pillar a ese de sueño, tenía frío.
bandido -urgió el Duende. Cuando la Hormiguita y su sobrina vinieron a
-Yo vi un gusano por aquí cerca, comiendo averiguar si todo había salido bien, eJ Duende, ya
ensalada de lechugas -advirtió Polita. despie1to, le dio la mala noticia:
Pero nadie le hizo caso, porque en ese momento -Desgraciadamente anoche nos robaron
el Caracol gritó: una caoticlac.l de choclos� pero un gusano de
-¡Ay, ay, escuché que se están robando las buena voluntad se ofreció a cuidar las siembras.
lechugas! ¡Ay, ay, abuso, abuso, me desmayo! La Hormiguita levantó sus antenas al cielo,
-No, no te desmayes todavía, porque esta escandalizada:
56 ALICIA MOREL

-Ese buen gusano,


ése es el ladrón,
lo que vio Poiita,
también lo vi yo.
Polita, que llegaba detrás de su tía, añadió:
-Nosotras vimos a un gusanito comiendo
ensalada de lechugas y con un gran saco de
nuestros pequeños choclos, allá, junto al agujero
en que vive.
Furioso, el Duende, seguido del lento Caracol
que había despertado al oír lo del robo, corrieron
a castigar al ladrón; pero junto al agujero sólo
encontraron un letrero que decía: "Se arrienda''.
A pesar de todo, la cosecha fue abundante y las
bodegas del Duende, del Caracol y del hormiguero
se llenaron basta el tope. En el bosque se celebró
una gran fiesta. La Hormiguita cantó sin descanso,
mientras todos comían sandías refrescantes, choclos
granados, lechugas sabrosas y meJones tunas.
-Abrieron las Lechugas
sus polleritas verdes,
rompieron su envoltura
los choclos con sus dientes.
Maduraron sandías
y melones tiernos
58 ALICIA MOREL

y tenemos comida
para todo el invierno. Los sustos y las risas de Polita
A La sandía fresca
Le abrimos La guatita,
se nos Llenó la boca
con sus negras pepitas.
Bailemos y saltemos
en torno a nuestra huerta,
la cosecha fue buena
y la riqueza es cierta. Una mañana la Hormiguita Cantora salió con
su sobrina, la pequeña Polita, a jugar en el bosque.
Subieron al rosal para visitar las primeras rosas de
la primavera. Una rosa es como un palacio lleno
de habitaciones olorosas. Mientras caminaban en­
tre los pétalos, la Honniguita iba cantando:
-Es cosa muy graciosa
cantar en una rosa
y oí r como responden
sus hojas olorosas.
-Mira, tía, las hojas olorosas están zumbando
-interrumpió Polita. Lo que zumbaba era un
Abejorro.
-Zum. zum, zum, ¿quién canta por aquí?
Las hormigas se quedaron en silencio, algo
60 ALICIA MORH

asustadas y se escondieron entre los pétalos.


El Abejorro, en vez de irse, insistió con su
trompeta:
-¡Zzuuum! ¿Quién anda pellizcando mi rosa?
¿Quién se pasea entre los pétalos sin mi permiso?
Las hormigas pensaron: "¿Qué es lo que se cree
este Abejorro?
El pesado bicho empezó a revolver los pétalos
con sus patas velludas. Entonces la tía decidió
arnesgarse:
-"Las rosas, Abejorro,
las rosas son de todos,
del viento y de la lluvia,
del sol y de la luna.
-¿Con que del sol y de la luna? ¿Quién lo dice?
-Lo digo yo,
que hormiga soy.
-Yo también lo digo -intervino Polita.
-¡Zum! ¡Hormigas! Ya veo, tendrán que irse a
otra flor, porque esta rosa es mía.
-¿ Y quién te la regaló,
quisiera saberlo yo?
-Yo también quiero saberlo -repitió Polita.
-¡Hormigas intrusas! Es mía porque la descubrí
primero, y punto.
62 ALICIA MOREL POLITA EN EL BOSQlJE 63

-¡Nos dijo punto, tía! -reclamó la pequeña flor, chocando aquí y allá, como el torpe que era.
hormiga. Estaban tan entretenidos, que no se dieron cuenta
La Hormiguita trepó a un estambre y desde allí de que en la rama vecina una Araña gorda tejía
advirtió al grandote: muy apurada una enorme tela.
-Nadie te dio La rosa, -¡Ju juy! -reía mientras armaba la trampa­
y tú Lo sabes bien, ¡qué gran opo1tunidad tengo de cazar un abejorro
porque, señor Abejorro, cantor y tontón! Es la mejor presa que he divisado
las rosas son de todos en mucho tiempo. ¡Ju, ju, ju! Con el hambre que
de abejas, mariposas, siento, no puedo fallar.
y de hormigas también. Con gran cuidado, la Araña puso en el centro
El Abejorro dejó de zumbar para pensar un de la tela una brillante gota de caramelo de rosas,
poco; pero le faltaba oír lo mejor, cuando la que hizo temblar los hilos. En seguida, la patuda
Hormiguita agregó con soltura: se escondió en su cambucho de gasa, dispuesta a
-Mejor te haces amigo esperar con paciencia.
y cantas con nosotras; -Cuando el Abejorro menos piense, en vez de
es cosa muy graciosa chocar con la rosa, chocará con mi tela. ¡Ju,ju,ju!
cantar en una rosa. -rió, saboreándose.
-Es que soy muy desafinado -zumbó el ¿Qué ocurría con los cantores dentro de la rosa?
grandote, convencido, casi, de hacer amistad con Mientras la Hormiguita bailaba de pétalo en pétalo,
las hormigas. y el Abejorro se estrellaba, tratando de afinar los
-Yo te enseño a cantar -gritó Polita con zumbidos. Poli ta se detuvo a descansar un momento.
entusiasmo. Dio una mirada en torno suyo y descubrió cerca de
No tardaron en cantar los tres "las rosas son la rosa la gota de caramelo de la Araña.
de todos". Mientras Polita y su tía lo hacían entre -¡Qué suerte la mía! i Un caramelo de rosas
los pétalos, el Abejorro daba vueltas en tomo a la colgando en el aire! Creo que alcanza para mi
64 ALICIA MORH POLITA EN EL BOSQ!,JE 65

tía, para mí y para el Abejorro. -Que venga a salvarte tu amigo Abejorro, eJ


Sin pensarlo ni comunicarlo, se acercó pata a cantor porro.
pata hacia la dulce gota que lanzaba destellos de -Claro que vendrá con mi tía. ¡Ay,ay,sáquenme
oro. Alcanzó el primer hilo y avanzó poco, porque de aquí!
empezó a quedarse pegada en la tela. -No sigas columpiándote, que espantas al
-¡Ay, ay! -gritó pataleando con todas sus Abejorro -recomendó la ocho patas.
fuerzas y enredándose cada vez más. En esto, se oyó la voz afligida de la Hormiguita,
La Araña, que se había adormecido, sintió que buscaba a su sobrina.
los tirones de la red y abrió sus ocho ojos con -¿ Dónde estás Polita,
entusiasmo: que gritas socorro?

1,¡
-¡Por fin cayó el Abejorro! -exclamó, viendo Vamos a salvarte
visiones. con el Abejorro.
Sin fijarse mucho, amruTó la presa para que no Pero al mirar en torno suyo, la tía no vio ni
escapara. sombra del zumbador que segundos antes cantaba
-Hacía tiempo que no me daba un banquete de y jugaba con ellas. El cobarde había huido.
Abejorro -alcanzó a decir, antes de darse cuenta Dispuesta a salvar a su sobrina,la tía iba a lanzarse
de la pequeñez del trofeo. a la tela, cuando la Araña la detuvo con gesto
Polita chilló: despreciativo:
-Ay, yo no soy eJ Abejorro, soy... -No, no vale la pena que tú también vengas a
-... ¡Una hormiga! -concluyó la Araña, romper mi trampa; trabajé lo suficiente y no quiero
furiosa-. ¡Ni siquiera me sirves de escarbadientes! peleas con hormigas flacas.
¡ Vaya tontería! Cortando el hilo de donde colgaba Polita,
Polita gritaba sin parar: agregó:
-¡Suéltame,Araña mala, ay, ay! ¡Tía, la Araña -Ahí tienes a tu sobrina gritona.
me quiere comer! La tía no alcanzó ni a suspirar, cuando Polita
66 ALICIA MOREL POLITA EN EL BOSQ1J 1 67

cayó Jimpiamente entre las ramas, aterrizando en -¡Tía, mira, Ja Araña nos regaló el <.lulcl' !
otra rosa. Corrió a ayudarla y a consolarla, y ambas Ahora tenemos aJgo para llevar aJ hormiguero.
se abrazaron temblando aún de susto. -Llevaremos este dulce
-Palita, Polita, donde el Duende Melodía
reír y jugar y tendremos una fiesta
es muy peligroso en su buena compañía.
si es en el rosal. Pusieron la gota sobre una hoja y la arrastraron
Fue mucho descuido, por el sendero que iba al hongo de su buen amigo.
porque en el rosal Lo que nunca supieron, fue la rabia de la Araña,
el susto y la risa que se dio cuenta demas.iado tarde de lo que había
muy cerquita están. pasado. Las hormigas iban lejos y no oyeron los
-¿ Y por qué el Abejorro no vino a salvarme? gruñidos y rugidos que hicieron temblar la tela, y
-preguntó la pequeña entre lágrimas. las ramas del contorno.
-Apenas vio a la Araña,
voló a gran distancia,
y en otra rosa zumba
y en otra rosa canta.
-¡Que Abejorro tan calamorro! -alegó Poljta,
entre un hipo y otro.
No había tenninado aún de sollozar, cuando algo
pesado cayó junto a eJlas. Dieron un chillido de
espanto, temiendo que la Araña se hubiera descolgado,
según su maJa costumbre; pero no, era la gota de
caramelo que la cazadora había puesto al centro de
su tela corno cebo. Palita se consoló de inmeiliato:

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