EL CASO DE EYVI

Mientras nos alegramos sobre la clasificación del Perú al mundial 2018, el caso de Eyvi
Ágreda pasó a ser una de las tantas noticias que pasamos desapercibidos.

Todo empezó cuando un rechazo amoroso de Eyvi hacia Carlos Hualpa desencadenó
una tonta venganza, llegando a morir recientemente por las quemaduras severas en su
cuerpo, no soportando el dolor, falleció.

El leer o escuchar noticias diariamente sobre muertes, robos, extorsión, violaciones,

secuestros y tantas otras cosas, nos convierte en personas acostumbradas a escuchar
de violencia pero no haciendo algo para frenarla, lamentablemente debe tocarnos a
nosotros para poder sentir la inseguridad que tenemos en las calles del país, a esto
sumémosle la discrepancia entre algunas personas sobre si realmente existe una
violencia enfocada a la mujer o solo es una excusa para poder iniciar una guerra entre
nosotros.

Eyvi estaba al igual que nosotros, volviendo a casa con la idea de que nada podría
sucederle y en cuestión de segundos, su cuerpo ardía en llamas, "Si no eres para mí,
no serás para nadie" es lo que Carlos Hualpa dijo mientras le arrojaba combustible para
quemarla. ¿Qué clase de persona haría semejante cosa? ¿Un loco? ¿Un enfermo? ¿Un
psicópata? O ¿Una persona frustrada en búsqueda desesperada de aceptación por una
mujer?. A Eyvi no lo mató un loco, a Eyvi la asesinó una persona con problemas de
machismo y violencia, lamentablemente estamos en una sociedad donde aún perdura
la idea de que la mujer es pertenencia de otro, como si se tratara de un objeto, cuando
lo ideal sería que estemos en una época de igualdad entre hombres y mujeres.

Hay unas posturas que afirman que Eyvi fue la causante de su propia muerte, ella
provocó al sujeto dándole cierta incertidumbre sobre si este es correspondido o no,
jugando con sus sentimientos y así aumentar su ego como la “chica que está buena” y
que necesite de pretendientes para sentirse en parte realizada, esta idea si bien en la
actualidad podría tener cierta coherencia, nada puede justificar el solo hecho de
arremeter contra una persona de manera violenta, y marcarla de por vida con quemarle
el rostro. La travesura, como algunos quieren llamar, le salió cara al hombre y a la mujer
la termina matando; estas ideas realmente es parte del pensamiento machista, aun nos
cuesta aceptar que no tratamos de la misma manera a la mujer, nos cuesta aceptar que
las mujeres no deben pagar la primera cita, que una dama no puede decir lisuras, que
una mujer no puede vestirse como ella guste, sino debe acomodarse a la moda actual
y ser respetuosa por deber y no por cortesía, esto es la sociedad tercermundista, es el
Perú.

Con la llegada del bicentenario se tiene como metas diferentes aspectos en el ámbito
de este gobierno, el principal es el de tener una cobertura total del país en los servicios
básicos, pero otros temas como la violencia de la mujer no se están estableciendo metas
ni a corto ni a largo plazo, incluso la actual ministra solo recurre a dar discursos con
emociones, es decir, algo momentáneo para calmar las aguas del país.

Los censos de este año no han sido tan lejanos a la fecha actual, recordemos que hubo
un caso donde una empadronadora voluntaria fue ultrajada y el acusado, aceptaba los
hechos y se defendía con la frase de “si no ha gritado nada es porque le ha gustado”.
Son estos casos donde vemos que algunos varones ya perdieron la vergüenza de decir
que la mujer es solo un objeto de placer, claro que de manera indirecta.

Las feministas buscan la igualdad de género, un trato igualitario entre los hombres y
mujeres tanto en el tema legal como en la vida social; sin embargo esto también es una
excusa para que algunas extremistas causen disturbios y comiencen a mal interpretar
al feminismo como una banda de alocadas que solo vienen a distorsionar la mente de
la sociedad actual.

Tal es el caso de Eyvi, en el país no suele ocurrir este tipo de atentados hacia otras
personas, por eso es que ha sido tan cubierto por la prensa, por los diferentes
movimientos en el territorio nacional, provocando una reacción de odio hacia los
acosadores, hacia los violadores y demás delincuentes, llegando algunos a
aprovecharse de la situación como son los políticos, algunos proponen crear casas
refugio, otros ofrecen chistes y palabreo popular, pero hay algo que ha despertado en
el país, algo que estoy seguro nos va a unir a partir de estos tiempos, algo que los
peruanos podremos decir sin vergüenza alguna, somos personas como todos, y todos
independientemente seamos varones o mujeres, merecemos respeto y las mismas
oportunidades que los demás. Tal vez sea una frase repetida últimamente, pero a partir
de estos días estoy completamente seguro que, el respeto y la igualdad se buscará
como vitalidad para el Perú.