PROFESIONAL DE DERECHO
CONTENIDOS DE LA ACTIVIDAD
ABUSO DE AUTORIDAD
AUTOR:
DOCENTE TUTOR:
HUÁNUCO – 2018
INTRODUCCIÓN
Estos delitos, pueden ser obra de los funcionarios públicos, o de los particulares, en este
trabajo monográfico trataremos sobre los delitos cometidos por los funcionarios públicos.
Donde abordaremos los siguientes temas.
GENERALIDADES
1. FUNDAMENTO TEÓRICO
La Revolución Francesa, sin duda, fue y es uno de los sucesos de la historia más
interesantes para el investigador y más trascendentes para la humanidad, su mención en
tiempo pasado queda suficientemente explicada si traemos a la memoria sucesos como la
toma de la Bastilla, el asalto al Palacio de las Tullerias; personajes como el Rey Luis XVI,
Lafayette, Robespierre; y otros temas como el uso de la Guillotina o aquella canción
llamada “la marsellesa”, actual himno nacional francés. Su consideración en el tiempo
presente, en cambio, se concentra en un hecho central La revolución ideológica que ella
representó.
Y como las ideas tiene fundamentos, y estos generan a lo largo de la historia instituciones
en las sociedades humanas, cualquier intención de estudiar con seriedad unos u otros nos
llevara indefectiblemente a sus inicios, a sus raíces; sea por un afán historicista, sea para
descubrir las fortalezas de dichas posiciones ideológicas o sus debilidades, sea para buscar
elementos no advertidos que nos permitan entender mejor o replantear las instituciones
por ellas generadas, o con el fin de atender puntuales necesidades de un particular campo
del saber humano.
En el Decreto, la necesidad recién presentada se hace tangible por una razón central.
Sabemos que vivimos los tiempos del Neoconstitucionalismo caracterizado por el axioma
de que toda actividad de poder o de libertad debe enmarcarse dentro del orden valorativo
contenido en la Constitución Política. Ello es así, porque desarrollando el axioma,
tenemos que la Constitución no solo es una declaración de principios, sino también una
norma jurídica con efectos verticales (entre sujetos dispares, léase el Estado frente a los
particulares) y con efectos horizontales (ente sujeto pares, como lo son todos los agentes
privados). Lo anterior, impone otra característica, cual es la posibilidad de defender tales
valores y a la misma Constitución en cualquiera de dichos ámbitos. Hablamos de que la
defensa de la Constitución- de su jerarquía normativa y de los valores que alberga, se
cumple ante cualquier acto que la amanece, y que provenga de cualquier sector del
ordenamiento jurídico.
Social, tuvo que organizar la forma y los medios por los cuales dichas prestaciones han
de recalar en sus destinatarios.
Ahora bien, el Estado tiene sus propios órganos contralores y se halla dotado de
reglamentos y procedimientos específicos internos y externos para proteger a la
administración pública- con niveles más o menos optimizados- de los comportamientos
de sus agentes que violando sus deberes infringen los reglamentos y pautas orgánicas. En
este contexto el derecho penal como medio de control conminatorio y represivo es un
mecanismo fragmentario de actuación, esto es, significa un último recurso aplicable
cuando la gravedad del hecho resulta intolerable para la administración estatal e
importante presencia de actuación dolosa. La fragmentariedad y última ratio del derecho
penal rige tanto para delitos comunes como para los especiales por la calidad del autor y
función.
El problema que subyace como cuestión de fondo reside en las excesivas expectativas
colocadas en el marco de la intervención penal, debe quedar claro que el derecho penal
no es un medio ex profeso de evitar delitos o de componer procesos de lesividad material.
Su eficiencia es este punto es muy discutible y relativa, siendo más bien modesta y
concreta su función, la misma que consiste básicamente en:
AMPLITUD TEMÁTICA
Para el derecho penal la administración pública como objeto genérico de tutela penal, es
decir, como bien jurídica, significa: a) Ejercicio de funciones y servicios públicos bajo
pautas de corrección y sometimiento a la legalidad; b) obsecuencia de los deberes del
cargo o empleo; c)regularidad (continuidad) y desenvolvimiento normal de tal ejercicio;
d) prestigio dignidad de la función; e) probidad se sus agentes; f)protección del
patrimonio público; g) imparcialidad en el desenvolvimiento decisional, etc. Estas
singulares digresiones en objetos específicos con vinculación institucional de protección
le confieren a la administración pública, en tanto bien jurídico-penal, su carácter supra-
individual o difuso, lo que motica a que cada vez que se señale el bien jurídico genérico
“correcto funcionamiento de la administración pública” se tenga que precisar acto
seguido el objeto especifico de tutela vulnerado o puesto en peligro con el
comportamiento del sujeto público.
Usualmente también se lesiona pone en peligro un valor o interés específico, por ejemplo,
el patrimonio público en los delitos de peculado y malversación o la dignidad de la
función y del funcionario en el desacato, o el principio de imparcialidad y honradez en
los delitos de corrupción. Estamos entonces hablando del objeto específico de la tutela
penal.
Debe quedar en claro que el titular (administración pública) es siempre el Estado. El delito
por acción u omisión siempre va a afectar a dicho titular, que viene a constituirse así en
un sujeto pasivo.
No siempre existe identidad entre sujeto pasivo y víctima del delito. Esto ocurre en
algunas de las modalidades delictivas cometidas por funcionarios o servidores públicos
donde existen agraviados directos distintos a los entes estatales (generalmente los
particulares) que resulten lesionados en sus derechos o intereses con los actos, por
ejemplo, del abuso de autoridad (arts. 376-378 segundo párrafo), de la concusión (art.
382) o en el tráfico de influencias (art. 400), en tales situaciones se habla de sujeto pasivo
y victima por separado.
Resumiendo, sujeto pasivo del delito es el titular de bien jurídico agredido. Víctima es
aquel que resulta directamente agraviado. Generalmente coinciden el titular y la victima;
no obstante, y por excepción se produce un desdoblamiento de ambos, siendo en este
último caso diferente el sujeto pasivo y la víctima.
Para el logro de sus fines, el Estado realiza, a través de sus órganos, numerosas
actividades que por el destino de las mismas (la sociedad y sus intereses en conjunto) la
fuente de la que emanan (el poder estatal), su gran importancia e incidencia en la vida
nacional, se las han denominado Función pública
Existirá función públicas siempre y cuando las actividades realizadas o por realizar, se
hallen destinadas al interés colectivo o al bien común en estés punto se presentan dos
bifurcaciones: primero, cuando tales actividades macro son predicables a los agentes
públicos y los órganos público-estatales; y segundo, cuando no se exigen que sean
necesariamente estos sujetos especiales quienes planeen, dirijan u ordenen, dejando
abierta por lo mismo la concepción de entidades privadas que ejercen función pública.
B) Concepción Legal-formal.
Se dará función pública o privada de acuerdo al régimen jurídico que regula la actividad
de la entidad generador de la función
FUNCIONES PÚBLICAS
Existen dos grandes bloqueos o sistemas de funciones. Un primer nivel abarca tres macro
funciones estatales: la función legislativa de naturaleza normativa y fiscalizadora; función
administrativa de gobierno de naturaleza ejecutora-dispositiva; y la función
jurisdiccional, eminentemente judicial y decisional en relación al interés sometido a su
ámbito de atribuciones derivada o en íntima relación con ellas existe un segundo nivel
de números funcionales específicas como el planteamiento y gestión económico-
industrial, la educativa, policial, militar, electoral, diplomática, contralora, y otras más
siguiendo a Roberto Dromi , las primeras son denominadas funciones de poder, mientras
que la segunda son funciones del Estado. Estas últimas estas identificadas con los fines
de la actividad estatal, en tanto que las primeras con los medios propios del poder estatal
o de su ejercicio.
Todo servicio público obedece, más allá de su “ratio ontología” a una función y finalidad
pública del Estado. Aunque no toda función pública termine o este destinada directamente
a un servicio público.
Servicio público, es toda acción o prestación actual concreta (a diferencia del carácter
abstracto y general de la función), realizada por la administración pública activa, directa
o indirectamente, para la satisfacción puntual de necesidades colectivas.
Así será función pública el dar leyes, el procesar penalmente o emitir sentencias, el
promover el bienestar de la colectividad, el dar seguridad nacional, la representación
diplomática, etc., en cambio serán servicios públicos las prestaciones de salud, la
educación-instrucción impartidas en colegios, escuelas, transporte, cultura,
construcciones de carreteras habilitaciones de redes de luz, agua, teléfonos, la seguridad
ciudadana, la provisión de guarderías, etc. El servicio público es actividad concreta
específica.
Funcionario público es toda aquella persona que en mérito de designación especial y legal
como consecuencia de un nombramiento o de una elección y de una manera continua,
bajo normas y condiciones determinadas en una delimitada esfera de competencia ejecuta
la voluntad del Estado en virtud de un fin público.
El ordenamiento legal peruano cuenta con la siguiente definición normativa a nivel del
Reglamento de la Ley de Bases de la Carrera Administrativa (D. Leg. 276, art. 4):
“considerase funcionario al ciudadano que es elegido o designado por autoridad
competente conforme al ordenamiento legal, para desempeñar cargos del más alto nivel
en los poderes públicos y los organismos con autonomía”.
En el ámbito punitivo, y como ocurre usualmente, los códigos penales adoptan dos
orientaciones básicas:
Fijan parámetros normativos para definir y/o comprender a los funcionarios públicos o
en cambio.
a)Origen del Título. Que su ingreso a la función pública se haya producido por (a)
disposición legal (b) elección popular y (c) nombramiento o elección hecha por autoridad
competente. Dichas formas son alternativas.
Existe disposición legal como fuente productora de la existencia del funcionario público
cuando es la ley en sus diversas expresiones (normas constitucionales, leyes orgánicas y
ordinarias) la que prevé o establece el título funcional. Por ejemplo, cuando muere o cesa
por incapacidad moral el mandatario, la Constitución Política contempla que asume la
presidencia el primer vicepresidente,
CLASES DE FUNCIONARIOS
Es Funcionario de Facto aquel que tiene irregular su investidura esta irregularidad puede
ser de nacimiento o sobrevenida. En el primer caso debido a la no observancia de los
requisitos legales exigidos para el cargo suscitada en circunstancias de buena fe; en el
segundo caso a consecuencia de cese, destitución, terminación (funcionario con plazo fijo
de ejercicio) o abandono. En esta segunda hipótesis el funcionario a perdido su calidad
de “iure”.
Como es fácil advertir para, el derecho penal ser funcionario de facto o de derecho no trae
como consecuencia ninguna diferenciación en el trato punitivo.
LA AUTORIDAD
Toda autoridad por definición es un funcionario público, solo que dotado de mando y
jurisdicción, ya sea a título personal o institucional, es decir de un especial poder de
decisión que lo sitúa en una relación de supremacía en relación a otros funcionarios y a
los subordinados, pudiendo ejercer coerción, dar órdenes y exigir obediencia en base a
normas de derecho público en un contexto territorial determinado. No todo funcionario
público haya premunido de dichos poderes, menos aún el empleado o servidor público.
Son autoridad en el Perú: el Gobernante o Presidente de la Republica, los Ministros de
Estado y aquellos funcionarios con rango de ministro, los Magistrados del Poder Judicial
en todas sus instancias, los miembros del Tribunal Constitucional, los del Consejo
Nacional de la Magistratura los del Jurado Nacional de Elecciones, los Alcaldes y
Regidores, los jefes y comandantes de las fuerzas militares y policiales, los perfectos, sub
perfectos, Gobernadores y Tenientes Gobernadores, entre otros.
TRABAJADOR PÚBLICO
LOS ASESORES
Son los Asesores todas aquellas personas calificadas por su técnica ciencia o
profesionalismo que contribuyen en forma decisiones con sus informes, consejos
especializados, diseños, proyectos. Planes, etc. Un asesor, en estricto, por naturaleza no
es funcionario público, la carecer de la titulación e investidura al respecto; su marco de
actuación, luego de su designación, se halla claramente delimitado al no estarle facultado.
De modo general y enunciativo son cuatro las posibles responsabilidades por las que
pueden los funcionarios ser llamados a responder en distintos niveles: 1) Administrativa;
2) civil; 3) política; 4) penal. Esta última modalidad de responsabilidad es sobre todo
para los funcionarios de primer nivel o alto funcionariado y para los que ocupan cargos
políticos. Los servidores públicos responden siempre a nivel administrativo y civil, y
solo en los casos en que lo establezcan los tipos penales, a nivel penal. La existencia de
estas clases de responsabilidad no supone que las cuatro sean imputables o derivables,
ya que pueden marchar separadamente o confluir alguna de ellas.
2.- los que desempeñan cargos políticos o de confianza, incluso se emanan de elección
popular.
3.- todo aquel que independientemente del régimen laboral en que se encuentre, mantiene
vínculo laboral o contractual de cualquier naturaleza con entidades u organismos del
Estado y que en virtud de ello ejerce funciones en dichas entidades u organismos.
6.- los demás indicados por la constitución Política y la ley texto de inciso 3 según la
modificación efectuada por el Art. 1 de la ley N° 26713 de 27 de diciembre de 1996.
Este artículo establece por vía normativa a quienes, en términos genéricos, el derecho
penal peruano considera funcionarios o servidores públicos. Tal comprensión no
necesariamente va a coincidir con la que existe en el ámbito estrictamente administrativo.
Es decir, no todos los que comprensivamente resulten involucrados en el Código Penal
son Strictu sensu funcionarios o servidores públicos. La estimación que hace el código
de las citadas calidades es puramente normativa, lo que implica sostener que más allá
del ámbito jurídico – penal permanecen o rigen las calidades propias e implícitas de tales
sujetos. Resulta obvio que la razón que explica esta amplia comprensión-equiparación se
fundamenta en la necesidad de brindar una efectiva protección a los intereses tutelados
con el nomen iuris “administración pública”.
El cargo político puede ser entendido en dos sentidos: a) de modo sustantivo, en cuanto
un conjunto delimitado de atribuciones que emanan de puesto o función, con
prescindencia de si es por elección o nombramiento o fijación legal; y b) de modo formal
, en tanto es una variedad especifica de cargo de confianza.
La norma penal está aquí refriéndose a particulares que presentan sus servicios técnicos
o profesionales al interior o fuera de las instituciones estatales (en sentido amplio) y cuyas
contribuciones llegan a constituir función pública, mas no así a aquellos cuyos aportes
sean de servicio público o de operaciones menores.
Se hace alusión a “los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional”; se trata de
servidores públicos que realizan particulares funciones públicas, en cuanto a la
conservación y cautela del Orden Público y la Seguridad Nacional, tal como se desprende
de la Ley Fundamental.
Si bien los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú, se rigen
por su propia normativa laboral, al fin y al cabo son también funcionarios y/o servidores
públicos, por tanto incluidos en el numeral 3). Tal vez los efectos simbólicos y socio-
comunicativos de la norma jurídico-penal, haya inspirado al legislador hace una mención
expresa de estos servidores públicos, que en base a un plano criminológico revela una
justificación de normación especifica .
se hace alusión a “los demás indicados por la Constitución Política y la Ley”; que parece
expresar una cláusula abierta, una especie de prescripción omnicomprensiva donde ha de
recalar todos aquellos, que al no detentar algunas de las vinculaciones funcionales que
se glosan en los apartados precedentes, ostentan una determinada relación funcional con
la Administración pública, pero de cara a una reforma legal a futuro, es decir, que de lege
ferenda se regulen ciertas condiciones para adquirir dicho status funcional. No obstante,
si dicho carácter viene definido por un precepto constitucional, habría de sancionarse una
normativa que desarrolle legalmente dicha caracterización, con arreglo al principio de
legalidad .
Como se ha destacado líneas atrás, los agentes públicos pueden resultar involucrados en
delitos comunes (homicidios, lesiones, contra el ambiente, robo, etc.) los mismos que
afectan una diversidad de bienes jurídicos tutelados, si n que por ello tales delitos pierdan
dicha naturaleza y se conviertan en especiales por la sola intervención del funcionario
público, sin embargo, la excepción a esta regla general se produce si la norma, en la
misma redacción del tipo penal, en un tipo complementario o a nivel de circunstancia
agravante, contempla la autoría del funcionario o servidor público. El delito para estos
casos se convierte en un especial impropio. Por lo tanto lo que hace especial al delito
común es la inclusión expresa efectuada por la norma acerca de la intervención como
autor del sujeto público.
Los delitos contra la administración pública que pueden ser cometidos por particulares y
por funcionarios públicos están construidos sobre la base del dolo. Esta concepción
principista trae como consecuencia que no puedan ser procesados ni obviamente
castigados penalmente los hechos culposos, los ocurridos por caso fortuito fuerza mayor
ni los acontecibles por desgracias atribuibles al destino. El dolo es un elemento de
naturaleza subjetiva esencial al delito, porque sin el primaría el castigo en función tan
solo a resultados, sin importar si hubo voluntad de cometer el hecho, lo cual supondría
retroceder siglos avance en el carácter liberal del derecho penal.
CAPITULO II
ABUSO DE AUTORIDAD
Según nos dice el tipo penal, este delito de abuso de autoridad genérico, se configura
cuando un funcionario público en pleno ejercicio de sus funciones, abusando de las
atribuciones que posee propias de su cargo, comete u ordena un acto arbitrario que le
cause perjuicio a alguien o q perjudique a un tercero.
Para que se configure este delito de abuso de autoridad, la conducta ilícita, debe guardar
relación con el cargo que asume el sujeto activo, es decir, supone el ejercicio de la función
pública. De esta forma el abuso de atribuciones o de poder se realiza cuando el
funcionario público sobrepasa los límites de su competencia fuera de los casos
establecidos por ley, reglamentos que regules su cargo, cuando no observa las normas y
formalidades prescritas o las instrucciones que se le han impuesto, y finalmente cuando
hace uso de sus facultades para un objetivo distinto de aquel para el que fueron conferidas.
Este abuso puede concretarse con un mal uso doloso de sus atribuciones y también con
una extralimitación dolosa de sus funciones.
Debemos entender el acto arbitrario como toda decisión personal que toma el funcionario
público sustituyendo o reemplazando lo dispuesto en forma clara por la ley o reglamento
que regula sus funciones del cargo que desempeña, careciendo de legitimidad y derecho.
Si no se acredita la realización del acto arbitrario el delito no se configura.
Este tipo penal nombra también como otro elemento objetivo la circunstancia que el acto
abusivo este dirigido a causar perjuicio a alguien, este último término debe entenderse
que se refiere a cualquier persona natural o jurídica, privada o pública. Debemos
considerar también que este alguien no podría ser el mismo funcionario que realiza el acto
abusivo, además que el perjuicio tiene que ser a un tercero y no al estado.
La sala penal de apelación para procesos sumarios con reos libres de la corte superior de
lima, por ejecutoria superior del 122 de setiembre de 2000, refiriéndose a los aspectos
que encierra el bien jurídico protegido precisa lo siguiente:
a) Tiene como objeto jurídico la tutela penal el interés público, entendiendo que las
funciones que tienen los funcionarios públicos no sean utilizados para cometer actos
ilícitos en perjuicio a terceros.
c) Que el precepto debe ser integrado por oras ramas del derecho público que son las
que fijan las funciones de los órganos de la administración, y determinan los parámetros
dentro de los cuales puede ejercer lícitamente.
Estamos tratando de un delito especial, el sujeto activo de este tipo penal, lo constituye
aquella persona que tiene calidad de funcionario público, nadie más que estas personas
pueden ser autores de este delito.
Los servidores públicos están excluidos como agentes de este delito, incluso también se
puede excluir como posibles autores a quienes cuentan con menciones especiales o
menores. Ya que a diferencia de los funcionarios públicos, no cuentan con poder de
mando o autoridad y trabajan bajo las ordenes de estos
El sujeto pasivo es el Estado, único titular del ben jurídico protegido que es el correcto
funcionamiento de la administración pública, sin embargo, es coherente determinar que
también resulta ser sujeto pasivo la persona particular o jurídica afectada directamente
por la conducta abusiva del sujeto activo.
Salinas Sicha citando a García Navarro, menciona que cabe rescatar la condición de
agraviados en los particulares que resulten perjudicados por el acto arbitrario en contra
de sus derechos individuales, sin embargo, de forma dubitativa considera que no es
recomendable brindarle la calidad de sujeto pasivo directo, ya que no son titulares del
bien jurídico primario y generara confusiones conceptuales entre sujeto pasivo y víctima.
Además solo es posible a título de solo directo, ya que si un funcionario público, actúa
sin conocer su reglamentación en la práctica administrativa es una negligencia en el
ejercicio de su funciones y es objeto de sanción administrativa, para imputar la comisión
de este delito se debe verificar si el agente conocía los elementos objetivos y pese a eso
actuó.
1.4. ANTIJURIDICIDAD
Por ejemplo es posible que concurra en las causas de justificación señalada en los incisos
9 y 10 del artículo 20° del Código Penal, cuando concurre que el funcionario obra por
orden obligatoria de autoridad competente, expedida en ejercicio de sus funciones, o
cuando actúa con consentimiento valido del titular del bien jurídico.
1.5. CULPABLIDAD
1.7. PENALIDAD
En suma, podemos considerar a los delitos contra la administración pública, son como
una enfermedad que socava la legitimidad de las instituciones publicas, atenta contra la
sociedad, el orden moral y la justicia, así como contra el desarrollo económico e integral
del estado.
Nuestro país no es ajeno a tal problema, en busca del remedio para dicha enfermedad el
legislador ha regulado en nuestro código penal figuras que tipifican y sancionan estas
conductas delictivas, que hemos estudiado en el presente trabajo.
Alonso R. Peña Cabrera Freyre, derecho penal parte especial, tomo V, editorial
idemsa, lima 2010
El código penal en su jurisprudencia, sentencias vinculadas con los artículos y
figuras jurídicas del código penal, gaceta jurídica, lima-Perú