Tiene un tallo muy corto y las hojas arrosetadas. La zona donde más crece es
entre 3800 y 4800 metros sobre el nivel del mar y a ras del suelo. Es la única
planta comestible que crece a estas alturas. La zona donde se desarrolla la maca
es agreste e inhóspita donde no casi hay vegetación ya que a esta altura hay poco
oxigeno y las condiciones naturales son realmente difíciles para la vida.
Gracias a que vive en un clima tan extremo, es una planta muy resistente.
Cultivo
La maca es una planta muy difícil de cuidar, ya que necesita condiciones muy
específicas. Solo puede cultivarse en los Andes en la región de la Puna
Peruana. El cultivo debe hacerse entre septiembre y diciembre.
Puesto que la maca absorbe los pocos nutrientes que hay en los suelos a esas
alturas, se debe dejar descansar el suelo durante un año para que se reponga.
Además, es aconsejable no utilizar ningún tipo de pesticida o herbicida.
Propiedades medicinales
La maca se emplea como hierba medicinal desde antiguas civilizaciones
aborígenes andinas. La raíz y las hojas son la que posee los principios activos y
sustancias positivas para la salud. Entre las propiedades más importantes de la
maca se encuentra la de ser afrodisíaca, estimulante, tónico, tiroestimulante y
antioxidante.
El vuelo de los cóndores es un cuento del escritor peruano Abraham Valdelomar, que forma
parte del grupo de los llamados “cuentos criollos”. Escrito en 1913, fue publicada por primera
vez el 28 de junio de 1914 en el diario limeño La Opinión Nacional. Es una “bella historia de
ternura de hogar, de solidaridad social, de indignación y del despertar adolescente a nuevos
sentimientos.”1
Valdelomar debió tener ya en mente el proyecto del cuento antes de partir a Italia como
diplomático en 1913. En la ciudad de Roma lo escribió, con la idea de que formaría parte de
un proyectado libro de cuentos de “sabor peruano”. Todo estos datos se desprende de la
correspondencia que el escritor sostuvo entonces con su amigo, el poeta Enrique Bustamante
y Ballivián, y con su madre, la Sra. Carolina Pinto de Valdelomar.
En una de las cartas que envía a su madre, dice textualmente lo siguiente:
“Contéstame a vuelta de correo, escribe, estas preguntas que son indispensables porque el primer libro
que publicaré pronto será un libro con tres novelitas cortas en que todo pasa en Pisco, pero me he
olvidado algunos detalles. Son tres novelitas, Los ojos de Judas, que escribí en Lima, El buque negro,
en el que verás cosas que te son conocidas de Pisco, y también El vuelo de los cóndores. Naturalmente,
hay mucho de fantasía, pero mucho de verdad, sobre todo en la descripción de ciertas cosas. Quiero
saber, por ejemplo, cómo se llaman esas hojas redondas que hay en las acequias sobre el agua, en
Pisco, verdes, que sirven para curar las paperas, y esa yerbecita verde que crece en las sangraderas,
que había mucho en Ica; dime cómo se llama la iglesia que está tapiada en Pisco, como quien va a un
pepinal, pasando la iglesia de la Compañía y ya en las afueras; si fue iglesia y convento o simplemente
iglesia; y si acaso te acuerdas de algunas de esas coplas que cantaban los payasos en las esquinas
cuando salían a convidar por las tardes en Pisco; también dime si recuerdan ustedes que un circo
Nelson y Vidal que hubo en Pisco, no tenía una chiquilla que trabajaba en el circo y que se cayó una
noche haciendo una prueba y casi se mata o se mató…2
Estructura[editar]
Este cuento está dividido en siete secciones o capítulos cortos.
I.- Luego de salir de la escuela, a las 5 de la tarde, Abraham se detiene en el muelle, para ver
el desembarco del circo. Observa a varios de los recién llegados, entre quienes la
muchedumbre identifica al barrista, al domador y al payaso; ve también a una niña rubia y
sonriente, que iba llevada de la mano de un hombre viejo y adusto. Esta distracción le costó a
Abraham llegar tarde a su casa, ante la preocupación de su madre y sus hermanos. Lo
castigan: sin dejarlo cenar lo mandan a su habitación. Su pequeña hermanita trata de
consolarlo regalándole sus pequeños bienes: unas galletas, un trompo y unos centavos. A ella
le cuenta sobre la llegada del circo y sus integrantes. Luego la madre sube a verle y le riñe
blandamente, para finalmente perdonarle.
II.- Aquella noche,Abraham sueña con el circo. Ve a todos los artistas, a los volantineros,
incluyendo a la niña rubia que le sonríe. Llega el día sábado y durante el almuerzo el padre da
una grata sorpresa a sus hijos: saca de su bolsillo un sobre que contenía entradas del circo,
para toda la familia. Leyendo el programa Abraham se entera que uno de los actos más
temerarios y emocionantes, denominado el “Vuelo de los cóndores”, será realizado por una
niña trapecista, que no podría ser otra sino la misma que había visto en el muelle: Miss
Orquídea.
III.- Otro día se oye ruidos en la calle, y Abraham y sus hermanos salen a ver lo que ocurría.
Era el desfile de los artistas y volantineros del circo. Precedidos por una orquesta de músicos,
iban montados en sendos caballos la hermosísima miss Blutner, el musculoso barrista Mister
Kendall y la niña trapecista Miss Orquídea, “una bellísima criatura, que sonreía tristemente”.
Más atrás iba el mono, montado en un pequeño asno, y el payaso Confitito, que deleita a la
muchachada con sus coplas burlescas. El cortejo se pierde al finalizar la calle, tras una
inmensa polvareda.
IV.- Llega el día tan esperado. Toda la familia asiste al circo. Abraham contempla emocionado
el espectáculo. Ante sus ojos desfilan el barrista que daba el salto mortal, el caballo que
respondía los problemas de aritmética con movimientos de cabeza, el oso bailarín, el mono
que hacía formidables piruetas y los graciosos payasos. Luego se anuncia el número más
esperado: el “Vuelo de los Cóndores.”
V.- El acto de acrobacia llamado el “Vuelo de los Cóndores” lo realiza Miss Orquídea una
chica sencilla. La prueba consistía en que la niña tomara el trapecio y, colgada de él,
atravesara el espacio donde otro trapecio lo esperaba, debiendo en la gran altura cambiar de
trapecio. Ante un público silencioso e inmóvil, la niña logra con éxito la riesgosa prueba. Se
escuchan aplausos delirantes del público sorpresivamente del acto, lo que empuja al dueño
del circo a ordenar la repetición del acto. Pero en esta segunda oportunidad "Miss Orquídea"
se suelta del trapecio, cae en la red y rebota repetidamente, golpeándose de mala manera.
Abraham ve con espanto cómo el pañuelo de la delicada niña se mancha de sangre, al
momento en que la auxilian.
VI.- Pasan algunos días. Abraham recuerda aún con tristeza a la pobre niña humilde. El padre
de Abraham ya no quería que sus hijos fueran al circo, a pesar que ya no daba el “Vuelo de
los cóndores”. El sábado siguiente vuelve a pasar por la calle el cortejo del circo, pero "Miss
Orquídea" ya no figura en él. Solo iba su caballo, con un listón negro.
VII.- Algunos días después, cuando iba a la escuela por el camino de la playa, Abraham
descubre de lejos a "Miss Orquídea" postrada en un sillón en la terraza de una casa frente al
mar. La ve muy pálida y delgada. Ocho días seguidos repite el ritual de contemplarla a la
distancia. No cruzan palabras y solo se sonríen mutuamente. Al noveno día, Abraham ya no la
encuentra y entonces recuerda que el circo estaba a punto de partir. Corre entonces hacia el
muelle, y justo llega cuando "Miss Orquídea" se disponía a subir al botecillo que la llevaría al
vapor en que se marcha el circo. Se cruzan las miradas. Musitan el adiós. A la distancia el
pañuelo que "Mis Orquídea" agita despidiéndose semeja un ala rota, una paloma agonizante .