ESTRÉS INFANTIL

Tradicionalmente se ha

pensado que el estrés es una

característica que se manifiesta

sólo en personas adultas, sin

embargo actualmente existen

razones diversas por las cuales

se ha comprobado que un niño puede observarse estresado.

Un ejemplo a simple viste es el nacimiento de un hermano o cuando ocurre un

cambio de casa e inclusive el inicio de la etapa escolar pueden ser circunstancias

que liberen el estrés infantil.

Sin embargo, los maestros deben estar atentos a las diversas señales de estrés

en los niños, como por ejemplo, problemas para dormir, alteraciones en el

apetito, o comportamientos extraños al tradicional, sin duda son algunas de las

secuelas más frecuentes del estrés. Lo cual se debe tener presente que el estrés

es la demostración fisiológica más clara del cuerpo humano en la cual intervienen

algunos mecanismos que actúan en defensa para enfrentarse a un escenario

en el cual se observa como amenazante o de demanda incrementada.

Éste conjunto de reacciones, se

relacionan tanto a nivel biológico como

psicológico, se manifiestan debido a

ciertas situaciones que el niño no puede

controlar, alterando así su equilibrio

general. Desde 2012, Hans Selye, expresó el concepto de estrés como un

síndrome o conjunto de reacciones fisiológicas no específicas del organismo a

diferentes agentes nocivos del ambiente de naturaleza física o química.

En la niñez puede ser provocado

por cualquier factor o situación

donde un niño se adapte o

cambie, esta situación a

tradicionalmente causa ansiedad,

pudiéndose generar por cambios

positivos, por ejemplo, como

comenzar una nueva actividad, pero todo está relacionado con más frecuencia

con cambios negativos que el niño cursa, formándose como una enfermedad

psicológica que altera el ambiente y desarrollo natural y sano del infante.