• Presión arterial: es la presión ejercida por la sangre a su paso por las paredes arteriales. Está determinada por el gasto
cardíaco y la resistencia vascular periférica, por ello refleja tanto el volumen de eyección de la sangre como la elasticidad
de las paredes arteriales. Existen dos medidas de presión: la sistólica que es la presión máxima, y la presión diastólica
que es la presión mínima. Se puede medir de forma intermitente mediante manguitos neumáticos adaptados al tamaño
y edad del niño y conectados a un aparato oscilométrico en el cual se puede programar el intervalo de tiempo de la
medición, nos dará el resultado de la PAS, PAD y PAM. La medición de la PA también se puede realizar de forma
continua e invasiva mediante catéteres arteriales conectados a un sensor de monitorización y a un sistema de
transcripción de presiones, en este caso nos ofrecerá una curva y el dato numérico de presiones.
• Temperatura: es el equilibrio entre la producción de calor por el cuerpo y su pérdida. La obtención de la temperatura
periférica se realizará mediante el clásico termómetro digital, o de forma continua mediante sensores externos (Tª
cutánea) que llevan incorporados las incubadoras y cunas térmicas; otra forma más invasiva de medir la temperatura
central es por medio de sondas especiales insertadas en esófago, recto o arteria pulmonar y conectadas a un monitor. La
temperatura es un factor importante en la hemodinamia ya que según su valor se activarán mecanismos para promover
la producción de calor (vasoconstricción, aumento del metabolismo) o para promover la pérdida de calor
(vasodilatación, hiperventilación y sudoración). Se debe tener en cuenta la susceptibilidad de los niños a las variaciones
de temperatura ambiental, sobre todo en los neonatos y prematuros de bajo peso, por la inmadurez del centro
termorregulador y la falta de grasa subcutánea. La monitorización de la temperatura diferencial (diferencia entre la Tª
central y periférica) es un buen indicador de posibles complicaciones como la infección.
• Saturación de oxígeno: también llamada oximetría de pulso que mide la saturación arterial de la sangre a través de la
piel. Se obtiene mediante un sensor colocado en la piel del niño que posee un emisor de luz y un fotodetector; la
intensidad y color de la luz que atraviesa la piel y los tejidos es medida por el detector y lo transfiere al monitor que nos
indica la intensidad del pulso arterial, la saturación de hemoglobina y la frecuencia cardíaca. La medición se realiza de
forma continua e incruenta.
3.- Objetivos
El objetivo de la monitorización es recoger, mostrar y registrar los parámetros fisiológicos del individuo. La enfermera
deberá interpretar, detectar y evaluar los problemas y actuar de forma eficaz.
En este capítulo se describirá cómo realizar una monitorización correcta de forma no invasiva, cuáles son los límites
de parámetro adecuados, las alteraciones que podemos detectar y las falsas alarmas.
4.3. Observaciones.
Se debe tratar al paciente, no al monitor.
Existen muchos tipos de monitores, por este motivo, debemos conocer su configuración y utilización en cada caso.
Utilizar siempre los dispositivos específicos para cada monitor, adaptándolos a cada niño.
Las alarmas las fijaremos individualizadas por paciente aunque se hallen prefijadas por defecto.
Se comprobará periódicamente y de forma manual, la veracidad de las constantes obtenidas mediante el monitor.
Evitar el deterioro de todos los elementos y realizar revisiones del aparataje y sus componentes en busca de signos de
rotura o desgaste.
4.4. Bibliografía.
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ANEXO I
COLOCACIÓN DE LOS ELECTRODOS PARA MEDICIÓN DEL ECG