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3.

La oración de Jacob

1. Contexto histórico

Jacob significa “el tramposo, el que suplanta.” Recordamos como Jacob robó la bendición
paterna de su hermano Esaú, con la ayuda de su mamá. Eran gemelos, pero, Esaú nació
primero. Como el primogénito, mereció la bendición de su Padre. Esaú de hecho era el
favorito de su papá. Los dos les gustaron los campos, la cacería, etc. Mientras Jacob era el
favorito de su mamá, quedando en casa, cocinando comida rica, etc.

Con la ayuda de su mamá, Jacob se presenta delante de su padre como su hermano Esaú.
Isaac era viejo, ciego, entonces fácilmente engañado. Tomaron la ropa de su hermano.
Pusieron la piel de un cabrito sobre sus manos y cuello. Y así, engañaron su padre en
pensar que era Esaú ante él pidiendo la bendición.

Jacob logró recibir la bendición del primogénito. Pero, tenía que huirse de su hermano. Su
mamá le mandó a la casa de su hermano Labán, aprovechando la visita para encontrar una
esposa. Podemos ver dos motivos en la visita. Uno es la preocupación por encontrar una
esposa entre los parientes de Abraham en lugar con los cananeos. Y el otro para escapar la
ira y la venganza de su hermano. El interés en el fundo es la pureza de la religión, más que
de la raza. Casarse con una mujer cananea implica la tentación a la idolatría con los dioses
cananeos.

Dios había prometido Abraham tres cosas fundamentales.


 Una descendencia muy números.
 Que sea una bendición a todos los pueblos.
 Una tierra.

Ahora, estas bendiciones van a pasar por Jacob. Es lo que significa el robo en la historia de
salvación. Esaú es igualmente hijo de Isaac, pero no es hijo de las promesas. No es que
Dios está de acuerdo con sus trampas. Vemos como la providencia toma los pecados y los
trampas de los hombres en cuenta.

Saliendo de la Tierra Prometida, Jacob tenía un sueño en Betel. Betel era un santuario
antiguo. Allí, Abraham había construido un altar a Dios, cuando llegó a la Tierra Prometida
(Gen 12, 8).

2. El sueño de Jacob en Betel

Gen 28: 10-15: Jacob partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán. De pronto llegó a un
lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó
una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí. Entonces tuvo
un sueño: vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra, y cuyo extremo
superior tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban ángeles de Dios. Y el Señor, de pie
junto a él, le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac.

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A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde estás acostado. Tu descendencia será
numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia el este y el oeste, el norte y el
sur; y por ti y tu descendencia, se bendecirán todas las familias de la tierra. Yo estoy
contigo: te protegeré dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No te
abandonaré hasta haber cumplido todo lo que te prometo”.

¿Por qué Dios aparece ahora, en esta etapa de su vida?

El sueño de Jacob significa que Dios no está lejos de los hombres, incluso cuando cayeron
en el pecado y las consecuencias de sus decisiones.

Aunque Jacob era “tramposo”, Dios estaba con él, y Dios renueve las promesas que hizo
con Abraham. Ahora, Jacob es el heredero de las promesas. No es simplemente Dios de sus
padres. También es su Dios. Es el Dios de Jacob. Ahora, el mismo tiene una relación
personal con el Dios de sus padres.

Dios es capaz de escribir líneas rectas con los caminos torcidos de los hombres. Dios no ha
terminado con Jacob. Apenas está comenzando su conversión.

Jacob vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra. Subían y bajaban ángeles de
Dios. Son los mensajeros de Dios. Dios mismo ha construido un puente entre el cielo y la
tierra para comunicarse con los hombres.

Aunque Jacob tiene que salir la Tierra Prometida, Dios promete estar con él. Dios promete
mantenerse fiel a sus promesas. Jacob va a volver la Tierra Prometido. Y donde vaya, Dios
va con él. Dios es Dios de todo el mundo, y no simplemente Israel.

3. Jacob en casa de su tío Labán

Una esposa y una trampa

Como hemos dicho, Jacob va a aprovechar su estancia con su tío Labán para conseguir una
esposa. Aquí, quizás podemos ver el sentido de humor que Dios tiene. El nombre Jacob,
significa tramposo. Era tramposo con su papá y su hermano. Ahora, él mismo va a ser la
víctima de una trampa.

Labán tenía dos hijas, y Jacob se enamoró con la hija menor. Labán prometió dar su hija a
él en el matrimonio si Jacob trabaje 7 años. Pero, en el momento de la boda, no recibió
Raquel. Recibió Lía, la mayor.

Después, tenía que trabajar otros 7 años para poder casarse con Raquel. Obviamente esto va
a complicar algo la vida familiar. A veces el antiguo testamento narra hechos. Las cosas
sucedieron así. Pero, no necesariamente sucedieron las cosas según la voluntad de Dios.
Otro punto importante es que la revelación es progresiva. No todo viene de culpe. Dios va
poco poquito revelando su voluntad a los hombres. Por eso, siempre tenemos que leer el
antiguo testamento a la luz de Cristo. Concretamente aquí es sobre poligamia.

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Jacob va a tener hijos de sus dos esposas y de sus dos esclavas. Más complicaciones
familiares. Pero, de estos 12 hijos salieron las 12 tribus de Israel.

Es la historia humana – llena de problemas, pecados, sufrimiento, pero Dios siempre actúa
para cumplir sus promesas. No es que Dios hubiese querido todo, sin embargo, lo permite y
sigue cumpliendo sus promesas.

La prosperidad de Jacob (Gen 30, 25-43).

El siguiente tema en la narración es mostrar como Dios ha bendecido no solamente Jacob,


pero también Labán a través de Jacob. Recordamos que una de las promesas dada a
Abraham era que sea una bendición a los demás. Dios últimamente va a cumplir en Jesús,
hijo de Abraham, pero vemos a nivel chiquito aquí con Jacob.

Mientras que Jacob era con su tío cuidaba su rebaño. Dios había bendecido el rebaño.
Crecía y crecía. Cuando llegó el momento que Jacob quiso regresar a la Tierra Prometida,
naturalmente, Labán no le gustaba la idea. Propuso que trabaja unos años más por un
salario. Jacob pidió solamente una parte del rebaño, pero solamente las ovejas y cabritas de
cierto color, las negras y las manchadas. Y Dios hizo crecer muchísimo las manchadas de
color. Los otros quedaban con Labán.

Punto, Dios bendijo Jacob. Va a regresar a su tierra rico, una familia grande, con mucho
ganado. Dios había bendecido su tiempo allí en la casa de Labán. Pasó 20 años desde que
Jacob se ha huido de su hermano. Mucho tiempo ha pasado. Jacob ha cambiado algo en el
transcurso del tiempo. Pero, no sabe cómo su hermano va a recibirle. ¿Es posible que
todavía esté enojado con Jacob?

4. La lucha misteriosa de Jacob

Jacob está regresando a ver su hermano. No sabe cómo va a suceder la cosa. Mandó por
adelante su familia y sus bienes, incluyendo regalos para su hermano. Él queda solo.

Gen 32, 23-27: Aquella noche, Jacob se levantó, tomó a sus dos mujeres, a sus dos
sirvientas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Iaboc. Después que los hizo cruzar
el torrente, pasó también todas sus posesiones. Entonces se quedó solo, y un
hombre luchó con él hasta rayar el alba. Al ver que no podía dominar a Jacob, lo
golpeó en la articulación del fémur, y el fémur de Jacob se dislocó mientras
luchaban. Luego dijo: «Déjame partir, porque ya está amaneciendo: Pero Jacob
replicó: «No te soltaré si antes no me bendices».

Es una lucha misteriosa. El texto nombra en el inicio esta persona solamente “alguien.”
Puede traducirlo también como hombre. Quizás, tampoco Jacob sabe lo que está pasando.
De repente viene un hombre, quien comienza luchar con él. Bueno, tenía que defenderse.

Lucha toda la noche. Confusión. Misteriosos. No está claro lo que está pasando. No está
claro quién es el más fuerte de los dos. El hombre misterioso viendo que no pudo vencer
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Jacob, le hiere. Lo golpeó en la articulación del fémur. Le parece que así gana la lucha.
Pero, a la vez pide que le deje partir. Déjame partir, porque ya está amaneciendo.

Poco poquita Jacob va enterándose que no es simplemente un hombre. Y así Jacob insiste
que le bendice antes de salir. Quiso recibir su bendición. Entonces, no es simplemente un
hombre.

Gen 32, 28-31: El otro le preguntó: «¿Cómo te llamas?», «Jacob», respondió. El


añadió: «En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con
Dios y con los hombres, y has vencido». Jacob le rogó: «Por favor, dime tu
nombre». Pero él respondió: «¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?». Y allí
mismo lo bendijo. Jacob llamó a aquel lugar con el nombre de Peniel, porque dijo:
«He visto a Dios cara a cara, y he salido con vida». Mientras atravesaba Peniel, el
sol comenzó a brillar, y Jacob iba rengueando del muslo.

La bendición consiste en un nuevo nombre. "En adelante ya no te llamarás Jacob, sino


Israel, o sea Fuerza de Dios, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido
vencedor." Dios sana su pasado, dándole un nuevo nombre, una nueva identidad, y una
nueva misión. No es Jacob. No es tramposo. Es Israel, o sea la Fuerza de Dios.

Jacob da su nombre al hombre, pero el hombre no da su nombre a Jacob. En el mundo


antiguo, tener el nombre de alguien indica un poder o un cierto dominio sobre este persona.
Se identifican el nombre con la persona. El hombre no puede dominar a Dios, por eso, le
pregunta, “¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?”

Jacob no puede saber el nombre. No puede dominar este hombre, porque el hombre es
Dios. No es simplemente un hombre. Es Dios mismo. Jacob había luchado con Dios y con
los hombres, y has vencido.

Nombra el lugar Panuel, o sea Cara de Dios. Jacob entendía a final que era luchando con
Dios. "He visto a Dios cara a cara y aún estoy vivo."

He visto a Dios cara a cara. Una relación cercana, intima. La visión dentro la oscuridad.
Dios no levanta todo el misterio. Queda el misterio, aunque recibe algo de luz para entender
algo.

Jacob tenía que entregar su nombre, entregar su persona, entregar todo este Dios misterioso
para recibir su bendición. Tenía que luchar. Si deja de luchar, no recibe la bendición.

Dios había bendecido Jacob porque quiso bendecirle. Pero, quiso a la vez que Jacob lucha
para recibir su bendición. No era fácil. Luchar toda la noche y terminar herida.

Símbolo de la oración. Dios apremia la lucha y la perseverancia en la oración.

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