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LESIONES

1. DELITOS CONTRA EL CUERPO Y LA SALUD

1.1 BIEN JURIDICO TUTELADO

El bien jurídico es la integridad corporal y fisiológica.

En los delitos contra el cuerpo y la salud el bien jurídico


protegido esta conformado por la salud personal es decir
por la capacidad de disponer de la propia salud y el
sustrato material de la misma.

1.2 DELITOS CONTRA EL CUERPO Y LA


SALUD EN EL CODIGO

Nuestro Código Penal protege la integridad corporal y la


salud física y mental de las personas. La actual
Constitución establece el derecho que tiene toda persona a
la integridad física, así como el derecho que tienen todos
a la protección de la salud integral.

Por su parte el Código Sanitario precisa las acciones de la


salud se dirigen a logra el completo estado de bienestar
físico, mental y social de las personas, tendientes a
mantener el potencial humano como fuente de protección,
para mejorar el nivel de vida. De la precisión hecha por
este cuerpo de leyes, se puede colegir que, la salud
-entendida en sentido amplio- es un bien jurídico que
trasciende la esfera de lo individual, en razón que su
protección incide en diferentes aspectos de la vida en
relación.

A nuestro criterio consideramos que no puede entenderse


que en todo caso se proteja la integridad, pues en
ocasiones ésta es vulnerada como medio para el
mantenimiento o recuperación de la salud: la segregación
de un miembro gangrenado no constituiría así una
conducta típica de lesiones.

2. LESIONES
2.1 GENERALIDADES

La lesión es todo daño orgánico que afecte a la integridad


corporal de una persona, constituido por cualquier
detrimento. En el Derecho penal, por lesión se comprende
el daño o detrimento que es injusto y antijurídico, sin
ánimo de causar la muerte; es una violencia que causa
daño anatómico, físico o funcional.

El daño puede ser ocasionado por una acción material o


moral, directa o indirecta, o producido por una omisión
del agente, y siempre que exista relación de causalidad
entre la acción u omisión y el resultado.

Existe daño en el cuerpo toda vez que se destruya la


integridad del cuerpo o la arquitectura y correlación de
los órganos y tejidos, ya que ello sea aparente, externo o
interno.

Dañar la salud significa, en general, provocar o acentuar


un estado patológico de cierta intensidad, aun cuando
produjese una perturbación transitoria. Se entiende por
daño en el cuerpo, cualquier modificación, más o menos
duradera en el organismo de la víctima.

Según algunos juristas entienden que el daño debe ir


necesariamente acompañado de dolor, mientras que otros
afirman que, el dolor es de orden subjetivo, que varía en
función de la sensibilidad de cada persona, por lo que no
puede ser considerado como elemento integrante del
delito de lesiones.

En suma podemos decir que la lesión es el daño que se


causa en el cuerpo o la salud mental de una persona sin la
intención de matar.

Es importante tener en cuenta que no debe existir


intención de matar, porque de haber estaríamos ante un
caso de tentativa de homicidio y si el lesionado fallece
nos encontramos frente a un homicidio.

2.2. TIPO OBJETIVO


a) Sujeto activo: Puede ser cualquier persona distinta
del sujeto pasivo. El derecho penal no sanciona
las autolesiones, por los mismos fundamentos
político-criminales que no incrimina el suicido
tentado. Interviene cuando el menoscabo físico
que se produce a una persona trasciende la esfera
de lo individual.

En el caso del individuo que se auto-lesiona para


evadir las obligaciones provenientes del servicio
militar, no se reprime la conducta autolesionante
como delito autónomo, pues lo que se protege en
este supuesto, no es la integridad física del
lesionado, sino la observancia de un deber
jurídico.

b) Sujeto pasivo: Debe tratarse de una persona viva,


quedando excluida de la tutela el feto. El
consentimiento del sujeto pasivo posee eficacia
excriminatoria.

Se requiere la verificación de una relación de


causalidad real o hipotética -entre la acción y
omisión del acto y el daño físico o psíquico del
ofendido. Este nexo se mantiene cuando el
ofendido se hiere a sí mismo para neutralizar un
golpe o desarmar al agresor. Del mismo modo,
subsiste la relación causal si el agente se vale de
la mano de la víctima para producirle lesiones.
En este supuesto el agresor se coloca en una
situación de autoría mediata. Sin embargo, el
agravamiento o surgimiento de nuevas lesiones
por causas que exceden la acción del ofensor, no
determinan su mayor responsabilidad,
verbigracia, el herido que sufre nuevas lesiones
por el choque del vehículo en que era conducido
al centro médico.

Esta infracción también puede cometerse por


omisión impropia: privar de alimentos a una
persona, abstenerse de higienizar a fin de no
eliminar las causas de la infección.
2.3. ELEMENTOS

Sus elementos son:

a) Intencionalidad de causar daño físico o mental pero


sin ánimo de matar
b) Un acto dañoso en el cuerpo o la salud.
c) Un resultado dañoso que requiera asistencia médica.

2.4. ANALISIS DEL CONCEPTO DE DAÑO EN EL


CUERPO Y LA SALUD

Nuestra ley rechaza el sistema de clasificar actos


vulnerantes para abocarse la idea de daño padecido por la
víctima.

La distinción conceptual entre daño en el cuerpo y daño


en la salud, es importante sólo para un mejor análisis del
delito de lesiones. En general se tiende a determinar el
bien jurídico en las lesiones en forma doble: integridad
corporal y salud física y psíquica, lo cual parece tener una
ratificación legal, ya que el bien jurídico a que se refiere
el título I de la Parte Especial es la vida, el cuerpo y la
salud. En realidad la integridad corporal es una d ellas
dimensiones de la salud y, además, nunca es ella sola la
afectada por un delito de lesión.

En otras palabras, sólo el menoscabo de la integridad


corporal y que redunde en agravio de la salud del sujeto
pasivo podrá ser considerado típico. En tal virtud,
cuando la quiebra de la integridad corporal represente
una mejora de la salud, la conducta no puede ser típica.
Así, si analizamos una lesión en la cual se podría
entender que afecte exclusivamente a la integridad
corporal, como es el caso en que el sujeto hubiese
quedado desfigurado no podría sostenerse que lo único
afectado es la integridad corporal(cantidad, estructura y
disposición de las partes del cuerpo anatómicamente
consideradas), sino también la afección de la psiquis de la
persona, y así la interferencia en su vida de relación. En
definitiva, como dice Bustos, toda lesión implica afectar
las diferentes dimensiones de la salud de la persona.
Por eso decimos que la salud es un bien jurídico único de
carácter complejo, en la cual queda englobada la
integridad corporal, y que actualmente debe
conceptualizarse conforme lo hace la Organización
Mundial de la Salud, como un estado de bienestar físico,
mental y social, y no meramente la ausencia de
enfermedad o invalidez. La salud implica siempre un
determinado equilibrio entre las diferentes dimensiones:
anátomo-morfológica, psíquica, ecológico y
socioeconómico.

“Todo sujeto tiene salud, aún cuando ese equilibrio sea


muy reducido”. (1)

En consecuencia al vulnerarse la dimensión corporal de


la salud el delito es el mismo.

“Daño en el cuerpo: existe daño en el cuerpo cuando se


destruya la integridad del cuerpo o la arquitectura y
correlación de los órganos y tejidos, ya sea ello aparente,
externo o interno”. (2)

La objetividad del delito subsiste aunque la lesión


preexista a la acción del sujeto activo, si este contribuye a
mantenerla o agravarla.

Daño en la salud: existe daño en la salud cuando se


rompe el normal estado de equilibrio de las funciones
fisiológicas del cuerpo. Esta alteración puede responder,
a menudo, a lesiones orgánicas.

La dificultad para distinguir el daño en la salud, reside en


la duración del trastorno fisiológico. No obstante, las
leves sensaciones desagradables que no adquieran la
intensidad de alteración en el equilibrio general del
organismo, no pueden reputarse como lesiones. Las
sensaciones de asco, mareo, frío no constituyen este
delito, a no ser que traduzca en verdaderos desequilibrios
físicos o mentales.
1
BUSTOS RAMIREZ, Juan. Manual de Derecho Penal. Parte Especial.
Pág. 70.
2
SOLER, Sebastián. Derecho Penal Argentino. Tomo III. Pág. 110-111.
Los vómitos y diarreas para que sean lesiones, deben
constituir estados prolongados. En igual sentido, las
alteraciones psíquicas deben presentar este carácter y,
además, ser de orden patológico. Las simples
sensaciones, como los sustos, por ejemplo, no se adecuan
al tipo.

Constituye labor pericial determinar exactamente el grado


del daño inferido en el cuerpo o en la salud.

2.5. TIPO SUBJETIVO

Las lesiones pueden configurarse a título dolos o culposo.


El elemento subjetivo doloso está constituído por la
intención dirigida a producir un daño en el cuerpo o en la
salud. No es indispensable el dolo directo, basta con el
eventual, respondiendo al agente en este caso, no sólo por
el resultado dañoso previsto y querido, sino, además, de
las consecuencias concomitantes aceptadas como posibles
dentro del contexto de la acción lesionante. El énfasis no
se pone en la acción sino en el daño causado. En tal
consideración, un sujeto puede movilizarse intensamente
y producir sólo una equimosis en la oreja, no siendo
requisito que la herida o golpe se produzca de
determinada manera.

De otro lado, es suficiente que el dolo del agente sea


indeterminado, como sucede en el caso del sujeto que
lanza piedras o agua hirviente a un grupo de personas.

La dirección final de la conducta del agente es


determinante para precisar la diferencia entre este delito y
la tentativa de homicidio. La intencionalidad lesionante
es objetiva a partir de la verificación del conjunto de
circunstancias que rodearon la acción (modo de
realización, medios utilizados, intensidad, calidad del
sujeto pasivo y activo, etc.). No basta estimar el medio
idóneo para matar, para decidir la responsabilidad del
ofensor por tentativa de homicidio, pues su capacidad
vulnerante no es susceptible de valorarse in abstracto,
sino que obedece a las específicas circunstancias en que
se aplicaron.
Si deseándose únicamente la lesión, se causa la muerte,
imposible de prever, hay delito de lesiones con resultado
fortuito.

Si la lesión se produce sin voluntad de resultado típico, se


delínea la forma culposa. No se debe confundir el dolo de
lesionar con el objeto de matar. Si con la intención de
producir un daño, la persona muere, por ejemplo, en el
caso de heridas leves o graves, y si la muerte producida
fuere previsible podría condenarse además por homicidio
culposo; también, como dice Muñoz Conde podría
plantearse un concurso de leyes entre ambas infracciones
a resolver aplicando la que tenga una pena más grave.

Cuando solamente se han causado lesiones más graves


que las propuestas, existen lesiones graves no queridas.

En el supuesto que el agente haya inferido una bofetada o


un puntapié con la intención de injuriar, su adecuación
típica adicional como delito de lesiones está supeditada,
como señala Manzini, a que se haya producido daño
corporal; caso contrario, cabrá hablar solamente de
injuria real.
2.6. CONCURSO

El delito de lesiones es único. Se exige que las diversas


lesiones se cometan en el mismo contexto de acción y con
intención unívoca. Responderá por un solo delito el que
haya propinado diversos golpes, infiriendo inúmeras
heridas y utilizando medios variados en relación con un
mismo sujeto pasivo, sin interrumpir la determinación
delictuosa. En todo caso, dichas circunstancias deberán
ser apreciadas por el juez al momento de individualizar la
pena como agravantes genéricas.

El error en la persona o la “aberratio ictus”, conservan la


unicidad del delito.

El delito de lesiones es instantáneo, porque la acción u


omisión se consuma con la producción del daño dentro
del mismo contexto de acción y con el mismo sujeto
pasivo, vale decir, que si hay interrupción estaríamos
frente a otro delito de lesiones.

Las lesiones pueden ser recíprocas. En este caso, cada


uno de los lesionantes responden del hecho propio, dado
que la compensación es inadmisible.

Si el delincuente lesiona a varias personas, dentro de una


misma acción, habrá concurso. Pero si personas
diferentes de las que el autor quería ofender resultan
vulneradas, habrá tantos delitos como personas lesionadas
existan.

Las lesiones pueden concurrir con otros delitos que


posean como contenido, la violencia por ejemplo robo,
violación, despojo, etc.

2.7. CLASES DE LESIONES

Existen 4 clases de lesiones:

n Delito de lesiones graves


n Delito de lesiones simples o menos graves
n Delito de lesiones preterintencionales
n Delito de lesiones culposas
2.8. LESIONES GRAVES

Las lesiones graves se encuentran contempladas en el


artículo 121 del Código Penal en los términos siguientes:

El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud,


será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de tres ni mayor de ocho años. Se consideran lesiones
graves:

1. Las que ponen en peligro inminente la vida de la


víctima.

2. Las que mutilan un miembro u órgano principal, del


cuerpo o lo hacen impropio para su función,
causan a una persona incapacidad para el trabajo,
invalidez o anomalía psíquica permanente o la
desfiguran de manera grave y permanente.

3. Las que infieren cualquier otro daño a la integridad


corporal, o a la salud física o mental de una
persona que requiera treinta o más días de
asistencia o descanso, según prescripción
facultativa.

Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y si


el agente pudo prever este resultado, la pena será no
menor de cinco ni mayor de diez años.

Este delito se encuentra previsto a través de un tipo de


naturaleza alternativa; de modo que la adecuación de la
conducta puede verificarse en cualquiera de los resultados
típicos siguientes:

a) Las lesiones que ponen en peligro inminente la


vida: La determinación de lo que constituye
peligro para la vida del sujeto pasivo suscita serias
dificultades.

Carrara se muestra contrario a la inclusión expresa


“de esta circunstancia como criterio de agravación
aduciendo que la misma se sustenta en una idea de
peligro, que implica la necesidad de un juicio
pronóstico que queda completamente en manos del
perito.” (3) Nosotros creemos que la equivocación
consiste en sustentar la agravación en el peligro,
tomándolo abstractamente como posibilidad de
daño, advertido por un pronóstico. Resulta, pues
injusto agravar la pena, cuando después se pruebe
que el herido no ha muerto y que la calificativa se
impuso porque en un momento se creyó que
muriese.

Se trata, en realidad, de un peligro corrido y


concreto, no simplemente temido y abstracto. La
calificante se basa en el hecho de que la lesión
hubiese puesto en peligro la vida del ofendido. Si
bien es cierto, toda lesión representa en rigor, la
posibilidad de complicaciones que pueden anular
la vida del paciente (infecciones, gangrenas, etc.);
la ley exige que le peligro sea real, efectivo
actuante. La determinación de la probabilidad de
la muerte del lesionado, excluye, por tanto, que se
tomen como referencias el carácter vulnerante del
os medios empleados, o la idoneidad genérica de
la herida producida o la proximidad del medio
lesionante a una zona vital. Claro está, que el
peligro para la vida no debe rigurosamente
suponerse de la naturaleza de la lesión inferida,
sino considerando a la víctima en su totalidad; la
herida que para un adulto es insignificante, puede
ser fatal para un niño.

No se exige que el peligro sea contemporáneo a la


acción lesionante; verificado realmente el peligro,
la calificante de ninguna manera desaparece si la
atención o la resistencia de la propia víctima ha
descartado el peligro, porque la probabilidad de
muerte adquiere relevancia en el supuesto que
estamos estudiando por más fugaz que sea.
“Además, es de anotar que la razón de la
agranvante está precisamente en el peligro, y no
3
CARRARA, Francesco. Programa de Derecho Criminal. Parte Especial.
Tomo II. Pág. 107.
puede ser de otro modo, pues de lo contrario,
solamente podría aplicarse la agravante cuando el
peligro se transforma en daño”. (4)

Sin embargo, pese a estas reservas, es muy difícil


eliminar el juicio pronóstico. De todos modos el
centro de la cuestión está en precisar si
determinado individuó, a causa de la herida, ha
estado en algún momento en peligro de perder la
vida. Esta es tarea que concierne a la Medicina
Legal.

b) Mutilación del cuerpo, de un miembro u órgano


principal: Entendemos por mutilación, la
separación de cualquier parte del cuerpo, esto es,
la cercenación parcial o total de algún miembro u
órgano.

Miembro es la extremidad se inserta en el tronco


individualmente y no por pares. La mano y el pie
están dotados de cierta autonomía anatómica y
funcional; de manera que la pérdida total de las
dos manos o pies constituye propiamente la
pérdida de un órgano: el de la aprehensión y el de
la locomoción, respectivamente.

El vocablo órgano es empleado jurídicamente en el


sentido funcional, y no estrictamente anatómico.
En tal sentido, no se concibe al órgano en atención
a su individualidad, sino por su contribución en el
desempeño de una determinada función. La razón
de tal diferenciación, responde a que el contenido
del bien jurídico tutelado, no sólo engloba a la
corporeidad del órgano afectado, en tanto
estructura anatómica, sino que equipara a ésta la
función específica que cumplen los órganos
lesionados. Esta diferencia es objetiva mejor en
los casos en que una misma función son cumplidas
por órganos bilaterales (ojos, oídos, pulmones,
riñones, etc.); en donde cada parte tiene cierta
autonomía, anatómica, y la mutilación de una
produce debilitamiento de la función, pero no su
4
SOLER, Sebastián. Ob. Cit. Pág. 117.
pérdida. En consecuencia, la pérdida de uno de
los dos ojos no determina la aplicabilidad de las
presentes agravantes, sin perjuicio que pueda
subsumirse en otras hipótesis.

Sin embargo, conviene aclarar que en los casos


que no se trate de órganos bilaterales, la
autonomía anatómica es criterio suficiente para
considerarlo órgano, aunque, forme parte de un
sistema funcional complejo: el brazo -por ejemplo-
concurre con otros órganos para el desempeño de
una determinada actividad fisiológica, siendo su
mutilación configurante de esta circunstancia. La
noción funcional de órgano no es absoluta, porque
la pérdida total de la función, generalmente
determina la muerte y, por tanto, la circunstancia
estudiada devendría inaplicable.

La ley exige, por último, que la mutilación recaiga


sobre una parte, órgano o miembro “principal”. (5)
Su determinación es un elemento valorativo, que
alude a toda extremidad u órgano externo o
interno del cuerpo humano, que posea
independiente y relevante actuación funcional,
para la salud o para el normal desenvolvimiento
del individuo. (6)

c) Lesiones que hagan impropio para su función un


miembro u órgano importante: Es evidente que
el inciso es confuso.

A nuestro juicio hacer impropio para su función a


un miembro u órgano importante, no solamente se
verifica por la inutilización, caso del que es
víctima de la parálisis de un brazo, sino cuando la
integridad funcional sufre seria disminución.
Lógicamente “debe entenderse como un daño

5
COBOS DE LINARES, Miguel Angel. Manual de Derecho Penal. Tomo
I. Pág. 167.
6
RODRIGUEZ RAMOS. Compendio de Derecho Penal. Parte Especial.
Pág. 103.
jurídicamente considerable, una disminución
notable de la capacidad funcional”. (7)

La alteración debe ser permanente, aunque la ley


no lo diga expresamente. La pérdida de un ojo, de
una oreja, de cuatro dientes, o de tres dedos, que
significan un debilitamiento de la función visual,
de la auditiva y de la masticación,
respectivamente, importan lesión grave.

No se elimina la agravante con el tratamiento


ortopédico reeducativo de un miembro u órgano
que pueda utilizar la víctima.

d) Lesiones que causan incapacidad para el trabajo:


La ley peruana no hace mención a las ocupaciones
habituales ni al trabajo corporal, lo cual es un
acierto.

Frente a los términos empleados se deduce que la


ley se refiere a la incapacidad para el trabajo en
general. Técnicamente es una fórmula más
eficiente. La fórmula del trabajo habitual llevaría
a excesos como el considerar que lesionar a un
trabajador es más grave que herir a un
desocupado.

La incapacidad no debe entenderse como


imposibilidad para realizar determinada actividad,
si así fuera, la agravante se daría en casos
rarísimos.

Por otro lado, la incapacidad que alude la ley, es


un criterio objetivo, que se establece de acuerdo a
la gravedad de las lesiones inferidas.

Esta apreciación, sin embargo, debe ser aplicada


en cada caso, de acuerdo a la potencialidad laboral
que el lesionado pueda desarrollar, porque sería
absurdo pensar que no califique la incapacidad
laboral de un obrero, aduciendo -por ejemplo- que

7
MANZINI, Vicenzo. Tratado de Derecho Penal. Tomo VIII. Pág. 206.
podría desarrollar actividades diametralmente
distintas a las que venía desempeñando.

La incapacidad a que alude la ley, se establece de


acuerdo a la gravedad de las lesiones inferidas,
haciendo abstracción, para fines del juicio de
tipicidad del daño pecuniario causado, cuya
valoración corresponde al momento de fijar la
reparación civil correspondiente. Contrario sensu,
la base estimativa haría depender la calificación
del delito, no en la intensidad de la acción
vulnerable, sino en la ubicación social del
agredido, lo que iría en desmedro de los individuos
desempleados o subempleados.

La incapacidad debe ser permanente, que no es lo


mismo que perpetúa; basta la dilatación del
tiempo, Damásio considera que la situación de
permanencia puede objetivizar, siempre que no se
pueda fijar límite temporal a la incapacidad. Es
indiferente que la atención médica corrija
ulteriormente los defectos que precisamente
condicionan la inutilización para el trabajo. De
modo que, si por la atención esmerada, por el éxito
de una intervención, o por la eficacia de un nuevo
medicamento, etc., la víctima se restablece, la
responsabilidad no desaparece.

e) Lesiones que causan invalidez: Inválido es el que


carece permanentemente de fuerza y vigor. Esta
previsión carece de objeto, puesto que la persona
inválida está materialmente impedida de trabajar,
y este es el supuesto examinado anteriormente.

f) Lesiones que causan anomalía psíquica


permanente: La ley se refiere aquí a las
alteraciones permanentes de las facultades
mentales. La alteración tiene que ser patológica.
La “enfermedad mental” tiene idéntico significado
que el “daño grave a la salud mental” contemplado
en el inciso 3.
Si el Código habla de enfermedad mental, queda
marginado de esta agravantes el hecho de que se
cause lesiones que produzcan las psiconeurosis o
alienten la psicopatía, porque de acuerdo con los
principios que informan la psiquiatría, estas
perturbaciones son propias de personalidades
anormales y no de enfermos mentales. Para que se
dé la exigencia de la figura es menester que la
anormalidad sea de carácter patológica.

g) Desfiguración grave y permanente: Entendemos por


desfiguración a la alteración visible de la
proporcionalidad morfológica que presenta el
cuerpo humano, disminuyendo su belleza natural.

No es necesario que la desfiguración sea


permanente, no siendo previsible que por obra de
la naturaleza desaparezca. “Por deformidad,
deberá entenderse no sólo la permanente, sino
también la que pudiera desaparecer con el paso del
tiempo, pues lo que importa es que mientras
desaparezca o no, continúa la víctima afectada por
la irregularidad física”. (8) La previsibilidad a que
hacemos referencia, supone que no es necesario
constatar la permanencia como hecho ya
verificado, si no que basta que se presente como
diagnóstico. (9)

La desfiguración abarca, no sólo las características


anatomorfológicas, estáticamente consideradas,
sino también en su dinamicidad, por lo que la
desarmonía externa del cuerpo cuando se
encuentra en movimiento configura esta
calificante.

El supuesto que venimos analizando engloba un


concepto valorativo-estético, (10) vale decir, que no
basta con verificar la existencia de la deformidad,
8
COBOS GOMEZ DE LINARES, Miguel Angel. Manual de Derecho
Penal. Tomo I. Pág. 169.
9
NUÑEZ, Ricardo. Derecho Penal Argentino. Tomo III. Pág. 204.
10
MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho Penal. Parte Especial. Tomo V.
Pág. 86.
sino que ella está en función de las condiciones
personales del lesionado (edad, sexo, profesión,
etc.). Es indudable que no es lo mismo una
cicatríz en el rostro de un hombre que en el de una
mujer.

h) Cualquier otro daño grave a la integridad corporal


o a la salud física o mental: Con esta mención, el
legislador pretende abarcar todas aquellas
circunstancias, que vía interpretación analógica,
presente las características de gravedad.

La ley precisa la gravedad al requerir treinta o más


días de asistencia o descanso, según prescripción
facultativa.

2.9. LESIONES SIMPLES O MENOS GRAVES

Las lesiones leves se encuentran contempladas en el


artículo 122 del Código penal en los términos siguientes:

El que causa a otro daño en el cuerpo o en la salud que


requiera más de diez o menos de treinta días de asistencia
o descanso, según prescripción facultativa, será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con
sesenta a ciento cincuenta días - multa.

Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el


agente pudo prever este resultado, la pena será no menor
de tres ni mayor de seis años.

a) Tipo objetivo

La lesión leve es toda conducta que


intencionalmente determine un daño en el
cuerpo o en la salud de la persona, no
subsumible como lesión grave y que exceda los
límites cuantitativos y cualitativos de las meras
vías de hecho. Por tanto a este nivel su
determinación se reduce por vía de exclusión.
Así lesiones que no signifiquen mutilación de un
órgano o miembro, ni desfiguración, enfermedad
mental o incapacidad laboral ni pongan en
peligro la vida del agraviado, etc., son reputadas
como leves.

La entidad del daño en el cuerpo o en la salud


requiere más de diez y menos de treinta días de
asistencia o descanso, según prescripción
facultativa.

El resultado puede verificarse en cualquier de


sus formas. Así, es concebible un daño en la
salud mental cuando se le provoca al sujeto
pasivo un shock nervioso que requiera asistencia
médica más allá de los limites señalados para las
vías de hecho. De igual manera los medios
comisivos pueden ser de cualquier índole con tal
que concurra el elemento subjetivo, que a
continuación examinaremos. Y que el daño se
objetive dentro los marcos jurídicos señalados
anteriormente.

b) Tipo subjetivo

El agente, como lo señala el Código, debe haber


causado intencionalmente una lesión leve a la
víctima. Esto significa que el dolo del autor
debe comprender necesariamente, tanto el nexo
causal como el resultado dañoso producido. Si
bien en la práctica es poco concebible -como
advierte Rodríguez Devesa- que el agente se
proponga causar un daño de una entidad
determinada.

No cabe dentro de nuestra dogmática, obviar la


exigencia que el agente haya previsto y querido
producir una lesión leve. De otro modo no
tendría sentido en nuestro ordenamiento penal la
figura delictiva de lesiones graves no queridas,
donde el autor ve excedida su acción por la
producción de un resultado más grave que la
lesión que se había propuesto. El hecho que el
resultado dependa en gran parte del azar, en
razón de que un tratamiento más o menos
acertado lo amengüe para que la intencionalidad
del agente se resuelva de acuerdo a las reglas de
la tentativa.

No se puede confundir el dolo de lesiones con el


dolo de matar. Si con la intención de producir
un daño la persona muere, que es el tema que
nos ocupa, por complicaciones y totalmente
desconectadas de la intención del agente, la
solución dogmática debe ser la de condenar por
lesiones leves y si la muerte producida fuere
previsible -como es el caso del segundo párrafo
del artículo 122- podría condenarse además por
homicidio culposo; también como Muñoz Conde
se plantea un concurso de leyes entre ambas
infracciones a resolver, aplicando la que tenga la
pena más grave. (11)

2.10 LESIONES PRETERINTENCIONALES

El Código Penal establece en el artículo 123 lo siguiente:

Cuando el agente produzca un resultado grave que no


quiso causar, ni pudo prever, la pena será disminuída
prudencialmente hasta la que corresponda a la lesión que
quiso inferir.

a) Tipo objetivo

En este delito, el nexo de causalidad, entre el


acto lesionante y el resultado más grave es
irrelevante. La imputación objetiva del
resultado, no puede ser connotada típicamente,
porque aun cuando la conducta desplegada por el
agente pueda ser considerada como una
condición para el resultado, éste escapa a la
capacidad de control del autor, dado su carácter
imprevisible. Así, no es punible el resultado,
aquél que hiere a otro dejándolo en campo
abierto donde después le cae un rayo
ultimándolo, o si a ser trasladado en una
ambulancia, ésta se desbarranca produciéndose
su deceso. En estos casos los resultados
11
MUÑOZ CONDE, Francisco. Ob. Cit. Pág. 68.
devenidos, se producen al margen de la acción
lesionante, considerara integralmente.

En caso fortuito es considerado como un hecho


imprevisible e incalculable que sobreviene de
sorpresa en el comportamiento del hombre,
provocando un resultado que, con las
precauciones ordinarias, no podían evitarse (12).
Este acontecimiento puede ser natural, ordinario,
no necesariamente extraordinario que se
interpone como condición determinante en el
curso causal.

Por resultado grave comprendemos tanto a la


lesión grave como la muerte del sujeto pasivo
aún cuando no lo dice el texto en examen.

Al igual que en las figuras calificadas por el


resultado ya estudiadas, es irrelevante el lapso de
tiempo, entre el acto y el resultado fortuitamente
producido.

b) Tipo subjetivo

Esta figura delictiva no constituye la


configuración de una idea fundamental: no hay
pena sin culpabilidad, también en materia de
lesiones corporales. La responsabilidad penal
tiene como límite mínimo a la culpa. De tal
modo que aquí el sujeto activo es responsable
solamente a título de dolo de la lesión grave o
leve que se propuso causar. El agente conoció,
planificó y dirigió la causalidad hacia este
resultado, por ende, no puede imputársele un
resultado mayor que por ser imprevisible, no
podía formar parte, de su preordenación causal.
Es el carácter imprevisible del resultado más
grave, lo que diferencia mejor a esta figura de las
lesiones seguidas de muerte o de lesiones graves
no queridas, en donde la imputación del efecto
mayor, se sustenta en la capacidad efectiva o
potencial del autor del preverlo, por estar dentro
12
MAGGIORE, Giuseppe. Derecho Penal. Pág. 511.
de los alcances cognoscitivos de un hombre
ordinario.

En nuestro ordenamiento penal y en dolo el


Derecho penal vigente, la causalidad está
referida, en última instancia, a la subjetividad
del autor: por lo que resultaría injusto
responsabilizar al agente por un efecto fortuito
que no quiso causar ni pudo prever.

c) Consumación

Este delito se consuma con un la realización de


las lesiones propuestas, independientemente del
resultado más grave.

d) Pena

El agente será penado, prudencialmente dentro


de los márgenes establecidos por la ley para la
lesión que quiso causar.

Si bien la disminución de la pena constituye una


indicación potestativa del juzgador, una rigurosa
interpretación a la luz de los modernos
principios informantes del Derecho penal
aconsejaría, siempre, la punición de los actores
lesionantes dentro de los límites culpabilistas de
la responsabilidad penal.
2.11 LESIONES CULPOSAS

Las lesiones culposas se encuentran contempladas en el


artículo 124 del Código Penal en los términos siguientes:

El que, por culpa causa a otro un daño en el cuerpo o en


la salud, será reprimido, por acción privada, con pena
privativa de libertad no mayor de un año, o con sesenta a
ciento veinte días-multa.

La acción penal se promoverá de oficio y la pena será


privativa de libertad no menor de uno ni mayor de dos
años y de sesenta a ciento veinte días -multa, si la lesión
es grave.

El juez podrá acumular la multa con la pena privativa de


libertad.

a) Tipo objetivo

El delito de lesiones culposas presenta las


mismas características del homicidio culposo.
Los criterios que los delimita y diferencia, lo
encontramos en el resultado y en las condiciones
de persecución penal. El daño en el cuerpo o en
la salud tiene por común denominador el
número de días mínimos de asistencia facultativa
o de impedimento de trabajo de la víctima,
prescindiéndose, por tanto, de la enunciación
casuística.

b) Tipo subjetivo

El tipo subjetivo se configura por el


conocimiento potencial o efectivo que tuvo el
agente de que su acción ponía en peligro la
integridad física, psíquica de una persona.
c) Pena

Privativa de libertad no mayor de un año, o con


sesenta a ciento veinte días-multa. La acción es
privada en las lesiones leves.

En las lesiones graves culposas la pena privativa


de libertad es no menor de un año ni mayor de
dos y de sesenta a ciento veinte días-multa.

El juez, podrá acumular la multa con la pena


privativa de libertad.

3. LEGISLACION COMPARADA

3.1 BRASIL

El Código brasileño, en su artículo 131, incrimina cual


peligro de contagio de enfermedad grave, el practicar, con
el fin de transmitir a otro enfermedad grave de que está
contaminado, acto capaz de producir el contagio, hecho
que se pena con reclusión de uno a cuatro años y multa de
dos contos a diez contos de reis.

3.2 PARAGUAY

El Código de Paraguay en su artículo 340, como delito de


resultado, pena al que a sabiendas y con intención
criminal inocula a otro una enfermedad que la ciencia
médica reputa incurable o necesariamente mortal con
penitenciaría de cuatro a seis años.

4. JURISPRUDENCIA

MANDATO DE DETENCION: LESIONES GRAVES

EXPEDIENTE Nº 80-96-CALLAO

Quien dispara a alguien de frente y a la cabeza debe prever la


posibilidad de producir la muerte de éste. En cuanto al peligro
procesal se refiere, si bien es cierto, no existe en autos elementos
que indiquen una razonable probabilidad de que el imputado
rehuya el juzgamiento o perturbe la actividad probatoria, más aún
si éste se ha sometido a las investigaciones iniciales desde el nivel
policial, también lo es que por la gravedad de los hechos, resulta
coherente asegurar el sometimiento procesal del imputado.

------------------------------------------------------------------------

Lima, veinticinco de abril de mil novecientos noventiséis.-

VISTOS; Y CONSIDERANDO: que, conoce del presente


incidente esta Sala Suprema por haberse declarado fundada la
queja interpuesta por presuntas irregularidades; que, en efecto, de
la resolución recurrida se advierte que el Colegiado al modificar el
mandato decretado en el auto apelado, no ha efectuado una debida
apreciación de los hechos; que, aparece de lo actuado, que el
inculpado Jaime Octavio Meiggs Sagástegui fue objeto de arrebato
de su reloj pulsera por un sujeto desconocido en circunstancias que
viajaba a bordo de su vehículo; que, como consecuencia de ello,
emprendió en su persecución premunido de su arma de fuego
efectuando disparos con fines de amedrentamiento sin conseguir
su objetivo; que por el contrario, uno de los proyectiles llegó a
impactar en el rostro del agraviado, la misma que le ocasionó
lesiones de gravedad y consecuentemente su muerte; que, si bien
es cierto en el accionar del inculpado no existió premeditación ni
intencionalidad de causar la lesión al agraviado, no es menos
cierto, que por la trayectoria del proyectil de arma de fuego que
impactará en el agraviado, se evidencia la intencionalidad de
causar lesión corporal al sujeto a quien perseguía, resultando
irrelevante desde el punto de vista jurídico a quien se haya
causado tal lesión, mas aún si se tiene en cuenta que quien dispara
a alguien de frente y a la cabeza debe prever la posibilidad de
producir la muerte de éste; que, siendo esto así, por la forma y
circunstancias como se materializaron los hechos y teniendo en
cuenta la pena conminada para los delitos imputados, resulta
previsible que ésta sería superior a cuatro años de privativa de
libertad; que, de otro lado, en cuanto al peligro procesal se refiere,
si bien es cierto no existe en autos elementos que indiquen una
razonable probabilidad de que el imputado rehuya el juzgamiento
o perturbe la actividad probatoria, mas aún si éste se ha sometido
a las investigaciones iniciales desde el nivel policial, también lo es
que por la gravedad de los hechos, resulta coherente asegurar el
sometimiento procesal del imputado, cumpliéndose así en el caso
materia de autos en forma concurrente con los tres presupuestos
materiales establecidos en el artículo ciento treinticinco del
Código Procesal Penal para los efectos de decretar la medida de
coerción personal de detención cuales son: prueba suficiente, pena
probable y peligro procesal; por tales fundamentos: declararon
HABER NULIDAD en el auto recurrido de fojas setentidós, su
fecha diecisiete de marzo de mil novecientos noventicinco, que
revocando el apelado de fojas cincuentiuno, su fecha dos de marzo
del mismo año, dispone mandato de comparecencia contra el
inculpado Jaime Octavio Meiggs Sagástegui; en la instrucción que
se le sigue por los delitos de lesiones graves y tenencia ilegal de
arma de fuego, en agravio de Felipe Ramos Vargas y del Estado,
respectivamente; con lo demás que contiene; reformando el
recurrido y confirmando el apelado: DICTARON mandato de
detención contra el citado inculpado por los indicados delitos en
perjuicio de los referidos agraviados; DISPUSIERON que la
Segunda Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima,
imparta las órdenes de recaptura en su contra; y los devolvieron.-

IBERICO MAS.- ALMENARA BRYSON.- SANCHEZ


PALACIOS PAIVA.- SIVINA HURTADO.- VILLAFUERTE
BAYES.

Se publicó conforme a ley.


ROBINSON E. LOZADA RIVERA, Secretario (p) de la Sala
Penal. Corte Suprema de Justicia de la República.
INDICE

INTRODUCCION
PAG .

LESIONES

1. DELITOS CONTRA EL CUERPO Y LA SALUD 01


1.1 BIEN JURIDICO TUTELADO 01
1.2 DELITOS CONTRA EL CUERPO Y LA SALUD EN
EL CODIGO 01
2. LESIONES 02
2.1 GENERALIDADES 02
2.2. TIPO OBJETIVO 03
2.3. ELEMENTOS 04
2.4. ANALISIS DEL CONCEPTO DE DAÑO EN EL
CUERPO Y LA SALUD 04
2.5. TIPO SUBJETIVO 06
2.6. CONCURSO 08
2.7. CLASES DE LESIONES 08
2.8. LESIONES GRAVES 09
2.9. LESIONES SIMPLES O MENOS GRAVES 16
2.10 LESIONES PRETERINTENCIONALES 18
2.11 LESIONES CULPOSAS 21
3. LEGISLACION COMPARADA 22
3.1 BRASIL 22
3.2 PARAGUAY 22
4. JURISPRUDENCIA 22

CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
BIBLIOGRAFIA

1. BUSTOS RAMIREZ, Juan. Manual de Derecho Penal. Parte


Especial. De. Ariel S.a. Barcelona. 1986.

2. CARRARA, Francesco. Programa de Derecho Criminal. Parte


Especial. Tomo II. Editorial Temis. Bogotá. 1959.

3. COBOS DE LINARES, Miguel Angel. Manual de Derecho Penal.


Tomo I. 1985.

4. MAGGIORE, Giuseppe. Derecho Penal. Vol. IV. Editorial Temis.


Bogotá. 1955.

5. MANZINI, Vicenzo. Tratado de Derecho Penal. Tomo VIII. De.


Ediar. Buenos Aires. 1950.

6. MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho Penal. Parte Especial.


Tomo V. Sexta edición. Publicaciones de la Universidad de
Sevilla. Sevilla. 1985.

7. NUÑEZ, Ricardo. Derecho Penal Argentino. Tomo III. Editorial


Bibliográfica Omeba. Buenos Aires. 1964.

8. RODRIGUEZ RAMOS, J. Compendio de Derecho Penal. Parte


Especial. Segunda Edición . Madrid. 1987.

9. SOLER, Sebastián. Derecho Penal Argentino. Tomo III. De.


Tipográfica. Buenos Aires. 1976.
INTRODUCCION

Nuestro Código Penal establece los delitos contra el cuerpo y la


salud donde el bien jurídico protegido esta conformado por la salud
personal es decir por la capacidad de disponer de la propia salud y el
sustrato material de la misma.

En el delito de lesiones el tipo objetivo está conformado por el


sujeto activo puede ser cualquier persona distinta del sujeto pasivo.
Mientras que el sujeto pasivo es una persona viva, quedando excluida de la
tutela el feto. El consentimiento del sujeto pasivo posee eficacia
excriminatoria.

Nuestro ordenamiento penal establece diferentes tipos de lesiones


y ellas son graves, simples o menos graves, preterintencionales y
finalmente culposas.

Son lesiones graves: las que ponen en peligro inminente la vida de


la víctima. Segundo las que mutilan un miembro u órgano principal, del
cuerpo o lo hacen impropio para su función, causan a una persona
incapacidad para el trabajo, invalidez o anomalía psíquica permanente o la
desfiguran de manera grave y permanente. Finalmente las que infieren
cualquier otro daño a la integridad corporal, o a la salud física o mental de
una persona que requiera treinta o más días de asistencia o descanso, según
prescripción facultativa

El presente trabajo ha sido efectuado con nuestra mejor intención


y esperamos seguir superándonos con el propósito de elevar nuestra calidad
académica.
CONCLUSIONES

PRIMERA: En los delitos contra el cuerpo y la salud el bien jurídico


protegido esta conformado por la salud personal es decir
por la capacidad de disponer de la propia salud y el
sustrato material de la misma.

SEGUNDA: El sujeto activo puede ser cualquier persona distinta del


sujeto pasivo. Mientras que el sujeto pasivo es una
persona viva, quedando excluida de la tutela el feto. El
consentimiento del sujeto pasivo posee eficacia
excriminatoria.

TERCERA: Existen diferentes clases de lesiones y ellas son graves,


simples o menos graves, preterintencionales y finalmente
culposas.

CUARTA: Son lesiones graves: las que ponen en peligro inminente


la vida de la víctima. Segundo las que mutilan un
miembro u órgano principal, del cuerpo o lo hacen
impropio para su función, causan a una persona
incapacidad para el trabajo, invalidez o anomalía
psíquica permanente o la desfiguran de manera grave y
permanente. Finalmente las que infieren cualquier otro
daño a la integridad corporal, o a la salud física o mental
de una persona que requiera treinta o más días de
asistencia o descanso, según prescripción facultativa.

QUINTA: El Código Penal de Brasil establece que cuando existe


peligro de contagio de enfermedad grave, el practicar, con
el fin de transmitir a otro enfermedad grave de que está
contaminado, acto capaz de producir el contagio, hecho
que se pena con reclusión de uno a cuatro años y multa de
dos contos a diez contos de reis.
“Los tiempos cambian y las instituciones
jurídicas tienen que remozarse.”

Dr. Hernan Figueroa Estremadoyro


Con afecto a nuestros padres que en
todo momento se esfuerzan por dar lo
mejor de si.

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