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“Los rumores son falsos, pero el miedo aún está ahí”, dijo González, un
inmigrante del norte de México, e hizo énfasis en que era uno de los que
“tenían suerte” porque está legalmente en Estados Unidos.
Aunque los líderes políticos en Houston buscaron tranquilizar a los
residentes de que no se llevarían a cabo medidas de control migratorio
de rutina en los refugios ni en los bancos de alimentos, muchas personas
que abandonaron sus hogares expresaron su preocupación en torno a lo
que describieron como señales mixtas de las autoridades de inmigración
ante la agitación respecto al huracán Harvey.
‘Ya teníamos mucho miedo. Sería una desgracia que vinieran por nosotros en este
momento’.
La Patrulla Fronteriza no suspendió operaciones en puestos de control
en Texas el sábado, incluso después de que la tormenta causó
destrucción en partes del estado, lo cual atrajo fuertes críticas por parte
de activistas de derechos humanos, quienes dijeron que la decisión ponía
en riesgo a las familias de inmigrantes sin papeles y de estatus mixtos.
“ICE siempre dice una cosa y hace otra”, dijo Barbie Hurtado, una
organizadora comunitaria de RAICES, el grupo de servicios legales de
San Antonio. “El miedo está ahí afuera. La gente no quiere salir ni decir
quiénes son ni buscar ayuda”.
Hurtado dijo que han contribuido al miedo los reportes de que Trump
está considerando terminar con un programa del gobierno de Obama
que les ha dado permiso de quedarse y trabajar a cerca de 800 mil
inmigrantes que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.