¿Vale la pena?
Y lo saben. La gente que tiene el dinero, los que acaban decidiendo si se hacen o no
las cosas, los que tienen el poder, lo saben. Ellos saben que amamos hacer esto, y más
de uno de ellos se aprovecha de eso. Saben, también, que muchas veces vamos a
ceder. En el nombre del oficio, del arte, pero principalmente porque o necesitamos el
dinero o porque ceder significa que el proyecto avance.
Esto no significa que los guionistas seamos las víctimas del sistema. Sí, el sistema es
injusto, y sí, a los guionistas nos tocan migajas, pero sí nos pagan (en la mayoría de
los casos), y nosotros firmamos donde nos dicen y les seguimos el juego. Hacemos
nuestras propias elecciones. Condicionadas cruelmente por el sistema, pero
elecciones, al fin y al cabo.
Tal vez.
¿Deberíamos?
Definitivamente.
Escribiendo.
Acerca de las cosas que nos importan, sobre las personas que nos importan.
Empezamos descubriendo cosas nuevas, empezamos explorando e investigando,
expandiéndonos, mirando más allá de nosotros mismos. Empezamos
preocupándonos. Por el mundo y la gente que vive en él. Preocupándonos por nuestras
comunidades, por lo que necesitan y lo que quieren. Empezamos abriendo nuestras
cajas torácicas, arrancándonos el corazón y aventándolo al mundo. Gritándoles,
diciéndoles: “¡Es suyo!”.