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Francisco de Goya

te neoclasicismo, que adopta cuando marcha a Madrid


a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo
costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo co-
mo pintor de cartones para los tapices de la manufactura
real de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y
en otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía
Mengs, mientras que el pintor español más reputado era
Francisco Bayeu, que fue cuñado de Goya.
Una grave enfermedad que le aqueja en 1793 le lleva a
acercarse a una pintura más creativa y original, que ex-
presa temáticas menos amables que los modelos que ha-
bía pintado para la decoración de los palacios reales. Una
serie de cuadritos en hojalata, a los que él mismo deno-
mina de capricho e invención, inician la fase madura de la
obra del artista y la transición hacia la estética romántica.
Además, su obra refleja el convulso periodo histórico en
que vive, particularmente la Guerra de la Independencia,
de la que la serie de estampas de Los desastres de la guerra
es casi un reportaje moderno de las atrocidades cometi-
das y componen una visión exenta de heroísmo donde las
víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y
condición.
Retrato del pintor Francisco de Goya (1826), por Vicente López.
Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favo-
recida por la polémica generada en torno a la identidad
de la bella retratada. De comienzos del siglo XIX datan
también otros retratos que emprenden el camino hacia el
nuevo arte burgués. Al final del conflicto hispano-francés
pinta dos grandes cuadros a propósito de los sucesos del
levantamiento del dos de mayo de 1808, que sientan un
precedente tanto estético como temático para el cuadro
de historia, que no solo comenta sucesos próximos a la
realidad que vive el artista, sino que alcanza un mensaje
universal.
Pero su obra culminante es la serie de pinturas al óleo so-
bre el muro seco con que decoró su casa de campo (la
Firma de Francisco de Goya.
Quinta del Sordo), las Pinturas negras. En ellas Goya an-
ticipa la pintura contemporánea y los variados movimien-
Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, provincia
tos de vanguardia que marcarían el siglo XX.
de Zaragoza, 30 de marzo de 1746-Burdeos, Francia, 16
de abril de 1828)[1] fue un pintor y grabador español. Su
obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado
y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo 1 Años de formación (1746-1774)
que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone,
asimismo, el comienzo de la pintura contemporánea y se 1.1 Nacimiento y juventud
considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo
XX. Francisco de Goya y Lucientes nació en 1746 en el
Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito seno de una familia de mediana posición social[4] de
estilístico del barroco tardío y las estampas devotas, via- Zaragoza, que ese año se había trasladado al puebleci-
ja a Italia en 1770, donde traba contacto con el incipien- to de Fuendetodos, situado a unos cuarenta kilómetros al

1
2 1 AÑOS DE FORMACIÓN (1746-1774)

Casa natal de Francisco de Goya en Fuendetodos, provincia de Vista de la cocina de su casa natal.
Zaragoza.

económicas que pudieron obligar al jovencísimo Goya a


ayudar con su trabajo a superar la crisis. Quizá este he-
cho explique que su ingreso en la Academia de Dibujo de
Zaragoza, dirigida por José Luzán, no se produjera hasta
1759, una edad (trece años) algo tardía para lo que era
habitual. De su actividad durante el aprendizaje con Lu-
zán, que se prolongaría hasta 1763, se sabe poco, y, en
palabras de Bozal, «nada [de la pintura de Goya] se con-
serva de aquellos años».[5] Sin embargo, se han atribuido
a esta etapa algunos cuadros de tema religioso que acusan
el estilo barroco tardío napolitano de su primer maestro,
que se puede percibir en Sagrada Familia con San Joa-
quín y Santa Ana ante el Eterno en gloria, datada, según
José Manuel Arnaiz, entre 1760 y 1763.[2] José Gudiol
Ricart, sin embargo, lo data de entre 1768 y 1769.[2] De
estos momentos será igualmente el tristemente desapare-
cido durante la Guerra Civil Española, Armario relicario
de Fuendetodos, fechado entre 1762-1763[6]
Goya, en todo caso, es un pintor cuyo aprendizaje pro-
gresa lentamente, y su obra de madurez se revelará tarde.
No es extraño que no obtuviera el primer premio en el
concurso de pintura de tercera categoría convocado por
la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en
La Triple generación (entre 1760[2] y 1769,[3] Jerez de la Fron- 1763, en el que el jurado no le otorgó ningún voto en
tera, colección particular). competencia con Gregorio Ferro.[7] Tres años más tarde,
esta vez en la convocatoria de primera clase, volvió a in-
tentarlo a fin de obtener una beca de formación en Roma,
sur de la capital, en tanto se rehabilitaba la casa donde vi- de nuevo sin éxito.
vían. Su padre era un artesano de cierto prestigio, maestro Esta decepción pudo motivar su acercamiento al pintor
dorador, cuyas relaciones laborales sin duda contribuye- Francisco Bayeu —con cuya familia tenían parentesco los
ron a la formación artística de Francisco. Al año siguiente Goya—, que había sido llamado a Madrid en 1763 por
volvieron a Zaragoza, si bien los Goya mantuvieron siem- Mengs para colaborar en la decoración del Palacio Real
pre el contacto con el pueblo natal del futuro pintor, como de Madrid. En diciembre de 1764 un primo de Bayeu se
revela el que su hermano mayor, Tomás, que siguió el ofi- casó con una tía de Goya. Es muy probable que el pintor
cio del padre, instalara allí su taller en 1789. de Fuendetodos se trasladara a la capital de España por
Cuando Francisco tenía poco más de diez años, ya co- estas fechas en busca de protección y nuevo maestro, co-
menzados sus estudios primarios probablemente en los mo indica el hecho de que Goya se presentara en Italia en
Escolapios de Zaragoza, la familia atravesó dificultades 1770 como discípulo de Bayeu.
1.3 Pintura mural y religiosa en Zaragoza 3

Aníbal vencedor, 1770 (Cudillero, Asturias, Fundación Selgas-


Fagalde).

1.2 Viaje a Italia

Tras los dos intentos frustrados de obtener apoyo mate-


rial para llevar a cabo el obligado viaje para estudiar a los
maestros italianos in situ, Goya, con sus propios recursos,
parte hacia Roma, Venecia, Bolonia y otras ciudades ita-
lianas, donde consta su aprendizaje de la obra de Guido
Reni, Rubens, El Veronés o Rafael, entre otros grandes
Sacrificio a Pan, 1771. 33 x 24 cm. Colección José Gudiol, Bar-
pintores. celona.
Acerca de su recorrido y actividades durante este viaje de
estudios existe un valioso documento, un álbum de apun-
mural para la bóveda del coreto de la capilla de la Virgen.
tes denominado Cuaderno italiano, que inaugura una se-
rie de cuadernos de bocetos y anotaciones conservados en
su mayor parte en el Museo del Prado. Estos álbumes se 1.3 Pintura mural y religiosa en Zaragoza
distinguen con una letra que va de la A a la H y que mar-
ca un orden cronológico. En ellos se encuentra el grueso En estos años la actividad de Goya fue intensa. Deco-
de los dibujos de Goya, una expresión muy valiosa de su ra con un gran fresco que terminó en 1772, La adoración
arte por la libertad y rapidez con que están ejecutados. del nombre de Dios, la bóveda del coreto de la Basílica del
En este terreno, sin embargo, es el Cuaderno italiano el Pilar, obra que satisfizo a la Junta de Fábrica del templo.
más convencional, pues supone un cuaderno de trabajo, Inmediatamente emprende la realización de las pinturas
de ejercicios, más que un corpus de obra original. murales de la capilla del palacio de los condes de Sobra-
En Parma concursa en una convocatoria pictórica, con diel, conjunto de pintura religiosa que fue arrancado en
tema obligado de género histórico, en la que, si bien no 1915 y dispersado en piezas que se conservan en su ma-
obtuvo el máximo galardón, sí una mención especial del yor parte en el Museo de Zaragoza. Destaca el que fue el
jurado.[8] Su Aníbal vencedor contempla por primera vez techo, El entierro de Cristo, que se puede contemplar en
Italia desde los Alpes muestra cómo el aragonés se ha des- el Museo de la Fundación Lázaro Galdiano.
pojado de las convencionales composiciones de estampa Pero el mayor empeño lo constituye el conjunto de
devota aprendidas de José Luzán y del cromatismo tardo- pinturas de la iglesia de la Cartuja del Aula Dei de Zara-
barroco (rojos, azules oscuros e intensos y glorias anaran- goza, un monasterio situado a una decena de kilómetros
jadas como representación de lo sobrenatural religioso) a las afueras de la ciudad. Lo conforma un friso de gran-
para adoptar una invención más arriesgada, inspirada en des pinturas al óleo sobre muro que relata la vida de la
los modelos clasicistas, así como una paleta de tonos pas- Virgen desde sus antecedentes familiares (San Joaquín y
teles, rosados, suaves azules y grises perla. Santa Ana) hasta la Presentación de Jesús en el templo. El
Goya ha asumido con esta obra la estética Neoclásica, re- esfuerzo culminó en 1774 y es muestra de la capacidad de
curriendo a la alegoría mitológica en figuras como el mi- Goya para este tipo de pintura de carácter monumental,
notauro que representa las fuentes del río Po o la Victoria que fue resuelto con formas rotundas y pincelada enérgi-
laureada bajando del cielo en el carro de la Fortuna. ca.
Ya en 1771, Goya vuelve a España, quizá urgido por la Si los emolumentos del encargo del coreto del Pilar ha-
enfermedad de su padre o por haber recibido el encargo bían sido inferiores a los que cobraban sus colegas, solo
de la Junta de Fábrica del Pilar de realizar una pintura dos años después el impuesto de industria por el que co-
4 2 GOYA EN MADRID (1775-1792)

2.1 Cartones para tapices

La confección de tapices para las dependencias de la


realeza española había sido un empeño de los Borbones
que se ajustaba al espíritu de la Ilustración, pues se trataba
de una empresa que fomentaba la industria de calidad. A
partir del reinado de Carlos III, las estampas se esforzarán
por representar motivos españoles, en línea con el pinto-
resquismo vigente en los sainetes teatrales de Ramón de
la Cruz o las populares estampas grabadas por Juan de
la Cruz Cano y Olmedilla, Colección de trajes de España
tanto antiguos como modernos (1777-1788), que tuvieron
una enorme repercusión.
Detalle del Nacimiento de la Virgen, de la serie de pinturas de Para llegar al tapiz había de elaborarse un modelo previo
la Cartuja del Aula Dei, 1774.
en cartón, que servía de base en el telar y que reproducía
un lienzo de alguno de los pintores secundarios que ela-
tiza 400 reales de plata era mayor del que pagó su primer boraban bocetos y luego cuadros para tal fin. Entre estos
maestro, José Luzán. Goya era ya el pintor más valorado figuraban José Juan Camarón, Antonio González Veláz-
de los que trabajaban en Aragón. quez, José del Castillo o Ramón Bayeu; todos ellos bajo la
dirección de Francisco Bayeu y Mariano Salvador Mae-
En cuanto a su vida personal, Goya se había casado con lla, y en última instancia, por Anton Raphael Mengs. Este
la hermana de Francisco Bayeu, Josefa, el 25 de julio de fue además el rector del gusto neoclásico en España, aun-
1773 y tuvo el primer hijo el 29 de agosto de 1774. A que solo pudo ocuparse personalmente, en el periodo en
finales de ese año, posiblemente gracias a la influencia de que trabajó Goya, de la dirección de la Real Fábrica de
su cuñado, Goya es llamado por Mengs a la corte para tra- Tapices entre 1775 y 1776, fecha en la que parte hacia
bajar como pintor de cartones para tapices. El 3 de enero Roma.
de 1775 emprende el viaje a Madrid, donde comenzó una
etapa que le llevaría a un trabajado ascenso social como
pintor real, no exento, sin embargo, de puntuales decep-
ciones.

2 Goya en Madrid (1775-1792)

La conducción de un sillar o La obra, 1786-1787. 169 x 127 cm.

Goya comienza su labor, menor como pintor, pero impor-


tante para introducirse en los círculos aristocráticos, con
la dificultad añadida de conjugar el Rococó de Tiépolo y
el Neoclasicismo de Mengs para alcanzar el estilo apro-
piado para unos cuadros destinados a la decoración de las
estancias reales, donde primaba el buen gusto y la obser-
vación de las costumbres españolas; todo ello, además,
El cacharrero, 1779. dotando a la escena de encanto no exento de variedad en
la unidad. No es aún realismo pleno —si bien algunos de
2.1 Cartones para tapices 5

sus óleos para cartones denotan verismo, como La nevada te de ocio campestre, como correspondía a la ubicación
(1786) o El albañil herido (1787)—, pero sí fue necesario del Palacio de El Pardo. Por ello se insiste en localizar
alejarse tanto del barroco tardío de la pintura religiosa de las escenas en la ribera del Manzanares. Los ejecutados
provincias como del ilusionista Rococó, inadecuado pa- entre 1776 y 1778, destinados al comedor de los Prínci-
ra obtener una impresión de factura «del natural» (como pes en el Palacio, y los realizados en 1778 y 1780 para el
pedía siempre el pintoresquismo). También era necesario dormitorio de dicho palacio.
distanciarse de la excesiva rigidez academicista del Neo-
clasicismo, que no favorecía la narración y la vivacidad en
la anécdota requerida en estas imágenes de costumbres,
protagonizadas por tipos populares o aristócratas disfra-
zados de majos y majas, como se puede apreciar en La
gallina ciega (1789). Lo pintoresco necesita que el espec-
tador sienta que el ambiente, los tipos, los paisajes y esce-
nas son contemporáneos, cotidianos, como los que puede
contemplar él mismo; pero a la vez, la vista debe ser en-
tretenida y despertar la curiosidad, pues de lo contrario
carecería de interés. Por otro lado, el realismo capta el
motivo individualizándolo; los personajes de la pintura
de costumbres son, en cambio, tipos representativos de
un colectivo.
La actividad de Goya para la Real Fábrica de Tapices se El quitasol, 1777.
prolongó durante doce años, de 1775 a 1780 en un primer
quinquenio de trabajo y de 1786 hasta 1792 (otros siete El primer grupo comienza con La merienda a orillas del
años), año en que una grave enfermedad, que le provocó Manzanares entregado en octubre de 1776 e inspirado en
su sordera, lo alejó definitivamente de esta labor. En total el sainete homónimo de Ramón de la Cruz. Le siguen
realizó cuatro series de cartones distribuidos del siguiente Paseo por Andalucía (también conocido como La maja y
modo: los embozados), Baile a orillas del Manzanares y, quizá su
obra más lograda de esta serie, El quitasol, un cuadro que
logra un magnífico equilibrio entre la composición de rai-
gambre neoclásica en pirámide y los efectos cromáticos
propios de la pintura galante.
A la antecámara y el dormitorio principesco pertenecen
La novillada, donde gran parte de la crítica ha querido
ver un autorretrato de Goya en el joven torero que mira
al espectador, La feria de Madrid (ilustración de un pa-
saje de El rastro por la mañana, otro sainete de Ramón
de la Cruz), Juego de pelota a pala y El cacharrero, don-
de muestra su dominio del lenguaje del cartón para tapiz:
composición variada pero no inconexa, varias líneas de
fuerza y distintos centros de interés, reunión de persona-
Perros en traílla, 1775. jes de distintos estratos sociales, calidades táctiles en el
bodegón de loza valenciana del primer término, dinamis-
mo de la carroza, difuminado del retrato de la dama del
2.1.1 Primera serie interior del carruaje, y, en fin, una plena explotación de
todos los recursos que este género de pinturas podía ofre-
Realizada en 1775, consta de nueve cuadros de tema cine- cer.
gético realizados para la decoración del comedor de los
Príncipes de Asturias —los futuros Carlos IV y María
Luisa de Parma— en El Escorial. A la serie pertenecen 2.1.3 Tercera serie
La caza de la codorniz, aún muy influido por las mane-
ras de los hermanos Bayeu, Perros en traílla o Caza con Tras un periodo (1780-1786) en el que Goya emprendió
mochuelo y red. otros trabajos, cuales fueron su dedicación a ejercer de
retratista de moda de la clase pudiente madrileña y la re-
cepción del encargo de pintar un cuadro para San Francis-
2.1.2 Segunda serie co el Grande de Madrid y una de las cúpulas de El Pilar,
retoma su trabajo como oficial de la fábrica de tapices
Se pueden distinguir dos grupos de encargos cuyo tema es en 1786 con una serie dedicada a la ornamentación del
la representación de diversiones populares, generalmen- comedor del Palacio de El Pardo.
6 2 GOYA EN MADRID (1775-1792)

jóvenes, como en Los zancos, muchachos (Las giganti-


llas) o las mujeres que en El pelele parecen regocijarse
en el desquite de la dominante posición social del hom-
bre, manteando a un muñeco grotesco.
Comienzan con esta serie a aparecer los comentarios crí-
ticos hacia la sociedad de su tiempo que se desarrolla-
rán más adelante, especialmente en su obra gráfica, cuyo
ejemplo más temprano es la serie de Los caprichos. Apa-
recen ya en estos cartones rostros que anuncian las cari-
La pradera de San Isidro, 1788.
caturas de su obra posterior, como puede apreciarse en la
cara de facciones simiescas del novio de La boda (1792).
El programa decorativo comienza con un grupo de cuatro
cuadros alegóricos a las estaciones del año (entre los que
descuella La nevada o El invierno, con su paisaje de tonos 2.2 Retratista y académico
grisáceos y el verismo y dinamismo de la escena), para
continuar con otras escenas de alcance social, como Los Desde su llegada a Madrid para trabajar en la corte, Go-
pobres en la fuente o El albañil herido. ya tiene acceso a las colecciones de pintura de los reyes,
Además de los trabajos dedicados al ornato del come- y el arte del aragonés tendrá en la segunda mitad de la
dor de los príncipes se documentan algunos bocetos rea- década de 1770 un referente en Velázquez. La pintura
lizados como preparación a las telas que iban a decorar del maestro había sido elogiada en 1780 en un discurso
el dormitorio de las infantas en el mismo palacio. Entre pronunciado por Jovellanos en la Real Academia de Be-
ellos encontramos una obra maestra, La pradera de San llas Artes de San Fernando en el que alababa el naturalis-
Isidro que, como es habitual en Goya, es más audaz en los mo del maestro sevillano frente a la excesiva idealización
bocetos y más «moderno» (por su uso de una pincelada de los defensores neoclásicos de una pretendida Belleza
enérgica, rápida y suelta) que en los lienzos ya rematados. Ideal.
Debido a la inesperada muerte del rey Carlos III en 1788,
este proyecto quedó interrumpido, si bien otro de los bo-
cetos dio lugar a uno de sus más conocidos cartones: La
gallina ciega.

Los zancos, 1791-1792.

2.1.4 Cuarta serie

Con destino al despacho del recién proclamado rey Carlos


IV en El Escorial emprende la ejecución de otra serie de
cartones entre 1788 y 1792 cuyos temas adquieren ma-
tices satíricos, aunque siguen dando cuenta de aspectos
alegres de la sociedad española de su tiempo. Así apa-
recen de nuevo juegos al aire libre protagonizados por Cristo crucificado, 1780.
2.2 Retratista y académico 7

En la pintura del gran maestro sevillano, Jovellanos apre- queña corte que el infante don Luis de Borbón había crea-
ciaba valores originales de invención, técnica pictórica do en Arenas de San Pedro (Ávila), junto al músico Luigi
(manchas de pintura formando brillos que el ilustrado gi- Boccherini y otras figuras de la cultura española. Don
jonés denominó «efectos mágicos») y defensa de la tra- Luis había renunciado a todos sus derechos sucesorios al
dición propia que, según el asturiano, no desmerecía de casar con una dama aragonesa, María Teresa Vallabriga,
la francesa, flamenca o italiana, dominante en la pintura cuyo secretario y gentilhombre de cámara tenía lazos fa-
dieciochesca en la Península. Goya pudo hacerse eco de miliares con los hermanos Francisco, Manuel y Ramón
esta corriente de pensamiento y en 1778 publica una se- Bayeu. De su conocimiento dan cuenta varios retratos de
rie de grabados al aguafuerte que reproduce cuadros de la Infanta María Teresa (uno de ellos ecuestre) y, sobre
Velázquez. La colección fue muy bien recibida, pues la todo, La familia del infante don Luis (1784), uno de los
sociedad española demandaba reproducciones de las po- cuadros más complejos y logrados de esta época.
co accesibles pinturas de los sitios reales. Las estampas
fueron elogiadas por Antonio Ponz en el tomo octavo de
su Viaje de España, publicado ese mismo año.
También en sus cuadros Goya aplica los ingeniosos toques
de luz velazqueños, la perspectiva aérea y un dibujo na-
turalista, visibles en el retrato de Carlos III cazador (hacia
1788), cuyo rostro arrugado recuerda el de los hombres
maduros del primer Velázquez.
Goya se granjea en estos años la admiración de sus supe-
riores, en especial la de Mengs «a quien tenía asombrado
la facilidad con que hacía [los cartones]».[9] Su ascenso
social y profesional es notable y así, en 1780, es nombra-
do por fin académico de mérito de la Academia de San
Fernando. Con motivo de este acontecimiento pinta un
Cristo crucificado de factura ecléctica donde muestra su
dominio de la anatomía, la luz dramática y los medios
tonos, en un homenaje que recuerda tanto al Cristo de
Mengs, como al de Velázquez.

Los duques de Osuna y sus hijos, 1788 (Museo del Prado).

Por otro lado, el ascenso del murciano José Moñino y Re-


dondo, conde de Floridablanca a la cúspide de la goberna-
ción de España y la buena opinión que tenía de la pintura
de Goya, le proporcionó algunos de sus más importantes
encargos: dos retratos del Primer Ministro, entre los que
destaca el de 1783, El Conde de Floridablanca y Goya,
que refleja el acto in fieri del propio pintor mostrando al
La familia del infante don Luis de Borbón, 1784 (Fundación ministro el cuadro que le está pintando, jugando con la
Magnani Rocca, Corte di Mamiano, Italia). idea de la mise en abyme.
Sin embargo, quizá el más decidido apoyo de Goya fue
A lo largo de toda la década de 1780 entra en contacto con
el de los Duques de Osuna (familia a la que retrató en
la alta sociedad madrileña, que solicita ser inmortalizada
el afamado Los duques de Osuna y sus hijos), en espe-
por sus pinceles, convirtiéndose en su retratista de moda.
cial el de la duquesa María Josefa Pimentel, una mujer
Fue decisiva para la introducción de Goya en la elite de
culta y activa en los círculos ilustrados madrileños. Por
la cultura española su amistad con Gaspar Melchor de Jo-
esta época estaban decorando su quinta de El Capricho
vellanos y Juan Agustín Ceán Bermúdez, historiador del y para tal fin solicitaron a Goya una serie de cuadros de
arte. Gracias a ello recibe numerosos encargos, como los
costumbres con características parecidas a las de los mo-
del recién creado (en 1782) Banco de San Carlos y del delos para tapices de los Sitios Reales, que fueron entre-
Colegio de Calatrava de Salamanca. gados en 1787. Las diferencias con los cartones para la
De suma importancia fue también su relación con la pe- Real Fábrica son notables. La proporción de las figuras
8 2 GOYA EN MADRID (1775-1792)

es más reducida, con lo que se destaca el carácter teatral


y rococó del paisaje. La naturaleza adopta un carácter
sublime («Lo Sublime» del paisaje era una categoría de-
finida por entonces en las preceptivas estéticas). Y sobre
todo se aprecia la introducción de escenas de violencia
o desgracia, como sucede en La caída, donde una mujer
acaba de desplomarse desde un árbol sin que sepamos de
la gravedad de las heridas sufridas, o en el Asalto de la
diligencia, donde vemos a la izquierda un personaje que
acaba de recibir un disparo a bocajarro mientras los ocu-
pantes de un carruaje son desvalijados por una partida
de bandoleros. En otro de estos cuadros, La conducción
de un sillar, de nuevo destaca lo innovador del tema, el
trabajo físico de los obreros de las capas humildes de la
sociedad. Esta preocupación incipiente por la clase obre-
ra habla no solo de la influencia de las preocupaciones del
Prerromanticismo, sino también del grado de asimilación
que Goya había hecho del ideario de los ilustrados que
frecuentó.
De este modo Goya va ganando prestigio, y los ascensos
se suceden. En 1785 es nombrado Teniente Director de
Pintura de la Academia de San Fernando (semejante al
puesto de subdirector), y en 1789, a sus cuarenta y tres
años y tras la subida al trono del nuevo rey Carlos IV y
hacer su retrato, Pintor de Cámara del Rey, lo que le ca-
pacitaba para ejecutar los retratos oficiales de la familia
real a la par que obtenía unas rentas que le permitían dar-
se el lujo de comprarse coche y sus tan deseados «campi-
cos», como reiteradamente le escribía a Martín Zapater,
su amigo de siempre.

2.3 Pintura religiosa


Desde comienzos de 1778 Goya espera recibir la confir- San Bernardino de Siena predicando ante Alfonso V de Aragón,
mación de un importante encargo, la decoración pictó- 1783. Forma parte de la decoración de San Francisco el Grande
rica de una cúpula de la basílica de Nuestra Señora del de Madrid. Se considera que Goya se autorretrató en un joven de
Pilar,[10] que la Junta de Fábrica de dicho templo quiso la derecha, en segundo plano, que mira hacia nosotros.
encomendar a Francisco Bayeu, quien a su vez propuso
a Goya y a su hermano Ramón para su realización. En la
decoración de la cúpula Regina Martirum y sus pechinas Poco después Goya, junto con los mejores pintores del
depositaba el artista grandes esperanzas, pues su trabajo momento, fue requerido para pintar uno de los cuadros
como pintor de cartones no podía colmar la ambición a que iban a decorar la iglesia de San Francisco el Grande
que aspiraba como gran pintor. de Madrid, en lo que se convierte para él en una opor-
tunidad de establecer una competencia con los mejores
En 1780, año en el que es nombrado académico, empren-
artífices contemporáneos. Tras los roces habidos con el
de viaje a Zaragoza para realizar el fresco bajo la direc-
mayor de los Bayeu, Goya prestará un detallado segui-
ción de su cuñado, Francisco Bayeu. Sin embargo, al cabo
miento a este trabajo en el epistolario dirigido a Martín
de un año, el resultado no satisfizo a la Junta del Pilar y se
Zapater e intentará mostrarle cómo su obra vale más que
propuso a Bayeu corregir los frescos antes de dar su apro-
la del respetadísimo Francisco Bayeu, a quien se encar-
bación para continuar con las pechinas. Goya no aceptó
gó la pintura del altar mayor. Todo ello se refleja en la
las críticas y se opuso a que se interviniera en su recién
carta fechada en Madrid a 11 de enero de 1783, en la que
terminada obra. Finalmente a mediados de 1781 el ara-
cuenta cómo tiene noticia de que Carlos IV, entonces aún
gonés, muy dolido —en una carta dirigida a Martín Za-
Príncipe de Asturias, ha denostado el lienzo de su cuñado
pater expresa que «en acordarme de Zaragoza y pintura
en estos términos:
me quemo bibo...»—,[11] volvió a la corte. El resquemor
duró hasta que en 1789 conoció la intercesión de Bayeu
en su nombramiento como Pintor de Cámara del Rey. A Lo que sucedió a Bayeu fue lo siguien-
fines de ese año, por otra parte, muere su padre. te: Abiendo presentado su cuadro en palacio y
3.1 El capricho y la invención 9

aber dicho el Rey [Carlos III] bueno, bueno,


bueno como acostumbra; despues lo bio el
Príncipe [el futuro Carlos IV] y Ynfantes lo que
digeron, nada ay a fabor de dicho Bayeu, sino
en contra pues es publico que a estos Señores
nada a gustado. Llegó a Palacio Don Juan de
Villanueba, su Arquitecto y le preguntó el Prin-
cipe, que te parece de ese cuadro, respondio:
Señor, bien. Eres un bestia le dijo el principe
que no tiene ese cuadro claro obscuro ni efec-
to ninguno y muy menudo, sin ningun merito.
Dile a Bayeu que es un bestia.
Eso me lo han contado 6 o 7 profesores y dos
amigos de Villanueba que el se los a contado,
aunque el echo fue delante de algunos señores
que no se ha podido ocultar.
Apud Bozal (2005), vol. 1, págs. 89-90.
Cfr. tb. Goya, Cartas a Martín Zapater, ed. cit.
pág. 134.

La obra aludida es San Bernardino de Siena predicando


ante Alfonso V de Aragón, terminada en 1783 al tiempo
que trabajaba en el retrato de la familia del infante don
Luis, y el mismo año de El conde de Floridablanca y Go-
ya, obras que suponen tres hitos que le sitúan en la cima Asalto de ladrones, 1794.
de la pintura del momento. Ya no es solo un pintor de Óleo sobre hojalata. 42 x 31 cm. Colección Castro Serna
(Madrid).
cartones sino que domina todos los géneros pictóricos: el
religioso, con el Cristo crucificado y el San Bernardino
predicando y el cortesano, gracias los retratos de la aris-
vigentes en la época de Mengs para afirmar la necesidad
tocracia madrileña y de la familia real.
de libertad del pintor, que no debe estar sujeta a estrechas
Hasta 1787 no vuelve a abordar la pintura de religión, y reglas. Según sus ideas «la opresión, la obligación servil
lo hace con tres lienzos que el rey Carlos III le encarga de hacer estudiar y seguir a todos el mismo camino es un
para el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana de obstáculo para los jóvenes que profesarán un arte tan di-
Valladolid: La muerte de san José o El tránsito de san José, fícil». Es toda una declaración de principios a favor de la
Santa Ludgarda y San Bernardo socorriendo a un pobre originalidad, de dar curso libre a la invención y un alegato
o Los santos Bernardo y Roberto. En ellos la rotundidad de carácter decididamente prerromántico.[12]
de los volúmenes y la calidad de los pliegues de los hábi-
Es en esta etapa, y sobre todo tras su enfermedad de 1793,
tos blancos rinden un homenaje de sobria austeridad a la
cuando Goya hace lo posible para crear obras ajenas a las
pintura de Zurbarán.
obligaciones adquiridas por sus cargos en la corte. Ca-
Por encargo de los duques de Osuna, sus grandes protec- da vez más pintará obras de pequeño formato en total
tores y mecenas en esta década junto con el infante don libertad y se alejará en lo posible de sus compromisos,
Luis de Borbón, pinta al año siguiente para su capilla de aduciendo para ello dificultades debidas a su delicada sa-
la catedral de Valencia, donde aún se pueden contemplar, lud. No volverá a pintar cartones para tapices, actividad
San Francisco de Borja y el moribundo impenitente y la que le resultaba un empeño ya muy menor, y dimitirá
Despedida de san Francisco de Borja de su familia. de sus obligaciones académicas como maestro de pintura
en la Real de Bellas Artes en 1797 alegando problemas
físicos,[13] pero consiguió a cambio ser nombrado Aca-
3 La década de los noventa (1793- démico de Honor.
A fines de 1792 Goya se encuentra en Cádiz hospeda-
1799) do por el industrial Sebastián Martínez (de quien hace un
excelente retrato), para recuperarse de una enfermedad,
3.1 El capricho y la invención posiblemente saturnismo, una progresiva intoxicación de
plomo que era habitual en pintores. En enero de 1793 Go-
En 1792 presenta un discurso en la Academia donde ex- ya se encuentra encamado y su estado es grave; en mar-
presa sus ideas respecto a la creación artística, que se aleja zo comienza la mejoría, pero le dejó como secuela una
de los supuestos idealistas y de las preceptivas neoclásicas sordera de la que ya no se recuperará. No tenemos más
10 3 LA DÉCADA DE LOS NOVENTA (1793-1799)

noticias suyas hasta 1794, año en que el pintor envía a En el pintado para la quinta de recreo de la Alameda de
la Academia de San Fernando una serie de cuadros «de Osuna, el paisaje era amable y luminoso, de estilo roco-
gabinete»:[14] có, y las figuras eran pequeñas, por lo que la atención del
espectador no reparaba en la tragedia representada hasta
Para ocupar la imaginación mortificada en el punto en que lo hace en el Asalto de ladrones de 1794,
la consideración de mis males, y para resar- donde el paisaje es ahora árido, la víctima mortal apare-
cir en parte los grandes dispendios que me han ce en escorzo en primer término y las líneas convergentes
ocasionado, me dediqué a pintar un juego de de las escopetas hacen dirigir la mirada hacia el hombre
cuadros de gabinete, en que he logrado hacer suplicante que se ve amenazado de muerte.
observaciones a que regularmente no dan lugar A esta serie de cuadros pertenece también un conjunto de
las obras encargadas, y en que el capricho y la motivos taurinos en los que se da más importancia a las ta-
invención no tienen ensanches. reas previas a la corrida —tientas o apartados de toros—
Carta de Goya a Bernardo de Iriarte (vice- que en las ilustraciones contemporáneas de esta temáti-
protector de la Real Academia de Bellas Artes de ca de autores como Antonio Carnicero. En sus acciones,
San Fernando), 4 de enero de 1794. Apud Bozal Goya subraya los momentos de peligro y valentía, y po-
(2005), vol. 1, pág. 112. ne en valor la representación del público como una masa
anónima, característica de la recepción de los espectácu-
los de entretenimiento de la sociedad actual. Destaca en
Los cuadros a que se refiere son un conjunto de obras estas obras de 1793 la presencia de la muerte, en la de las
de pequeño formato entre los que se encuentran ejem- caballerías de Suerte de matar y en la cogida de un caba-
plos evidentes de Lo Sublime Terrible: Corral de locos, llista en La muerte del picador, que alejan estos motivos
El naufragio, El incendio, fuego de noche, Asalto de la- de lo pintoresco y rococó definitivamente.
drones e Interior de prisión. Sus temas son ya truculentos
y la técnica pictórica es abocetada y plena de contrastes Este conjunto de obras en planchas de hojalata se com-
lumínicos y dinamismo. Estas obritas pueden considerar- pleta con Cómicos ambulantes, una representación de una
se el inicio de la pintura romántica. compañía de actores de Comedia del arte. Una cartela con
la inscripción «ALEG. MEN.» al pie del escenario rela-
ciona la escena con la alegoría menandrea o sátira clá-
sica. Aparece en estos personajes ridículos la caricatu-
ra y la representación de lo grotesco, en uno de los más
claros precedentes de lo que será habitual en sus estam-
pas satíricas posteriores: rostros deformados, personajes
fantoches y exageración de los rasgos físicos. En un al-
to escenario y rodeados de un anónimo público, actúan
Colombina, un Arlequín y un Pierrot de caracterización
bufa que contemplan, junto con un atildado aristócrata de
opereta, a un señor Polichinela enano y borrachín, mien-
tras que unas narices (posiblemente de Pantaleón) apare-
cen por entre el cortinaje que sirve de telón de fondo.
En 1795 obtiene de la Academia de Bellas Artes la plaza
de Director de Pintura, vacante tras la muerte de Bayeu
en ese año. Además, solicita a Godoy la de Primer Pin-
tor del Rey con el sueldo de su suegro, aunque no le fue
concedida hasta 1799.

3.2 Retratos

A partir de 1794 Goya reanuda sus retratos de la nobleza


madrileña y otros destacados personajes de la sociedad
de su época que ahora incluirán, como Primer Pintor de
Cómicos ambulantes, 1793 (Museo del Prado). Cámara, representaciones de la familia real, de la que ya
había hecho los primeros retratos en 1789. Carlos IV de
A pesar de que se ha insistido en la repercusión que para rojo otro retrato de Carlos IV de cuerpo entero del mismo
el estilo de Goya ha tenido su enfermedad, hay que tener año o el de su esposa María Luisa de Parma con tonti-
en cuenta que ya había pintado motivos similares en el llo. Su técnica ha evolucionado y ahora se observa cómo
Asalto de la diligencia de 1787. Sin embargo, incluso en el pintor aragonés precisa los rasgos psicológicos del ros-
este cuadro, de similar motivo, hay notables diferencias. tro de los personajes y utiliza para los tejidos una técnica
3.2 Retratos 11

disminuyendo la importancia de mostrar medallas, obje-


tos o símbolos de los atributos de rango o de poder de los
retratados, en favor de la representación de sus cualidades
humanas.
La evolución que ha experimentado el retrato masculino
se observa si se compara el Retrato del Conde de Florida-
blanca de 1783 con el de Jovellanos, pintado en las pos-
trimerías del siglo. El retrato de Carlos III que preside
la escena, la actitud de súbdito agradecido del autorre-
tratado pintor, la lujosa indumentaria y los atributos de
poder del ministro e incluso el tamaño excesivo de su fi-
gura contrastan con el gesto melancólico de su colega en
el cargo Jovellanos. Sin peluca, inclinado y hasta apesa-
dumbrado por la dificultad de llevar a cabo las reformas
que preveía, y situado en un espacio más confortable e ín-
timo, este último lienzo muestra sobradamente el camino
recorrido en estos años.

Retrato del Duque de Alba, 1795 (Museo del Prado). Gran afi-
cionado a la música de cámara, aparece apoyado en un clave,
donde reposa una viola, su instrumento favorito. Tiene abierta
en sus manos una partitura de Haydn.

ilusionista a partir de manchas de pintura que le permi-


ten reproducir a cierta distancia bordados en oro y plata
y telas de diverso tipo.
Ya en el Retrato de Sebastián Martínez (1793) se aprecia
la delicadeza con que gradúa los tonos de los brillos de la
chaqueta de seda del prócer gaditano, al tiempo que traba-
ja su rostro con detenimiento, captando toda la nobleza de
carácter de su protector y amigo. Son numerosos los re-
tratos excelentes de esta época: La marquesa de la Solana
(1795), los dos de la Duquesa de Alba, en blanco (1795) La Duquesa de Alba, 1795 (Colección Casa de Alba, Palacio de
y en negro (1797) y el de su marido José Álvarez de To- Liria, Madrid).
ledo (1795), el de la Condesa de Chinchón (1795-1800),
efigies de toreros como Pedro Romero (1795-1798), o En cuanto a los retratos femeninos, conviene comentar
actrices como María del Rosario Fernández, la Tirana los relacionados con la Duquesa de Alba. Desde 1794
(1799), políticos (Francisco de Saavedra) y literatos, en-acude al palacio de los duques de Alba en Madrid para
tre los que destacan los retratos de Juan Meléndez Valdés hacer el retrato de ambos. Pinta también algunos cuadros
(1797), Gaspar Melchor de Jovellanos (1798) o Leandro de gabinete con escenas de su vida cotidiana, como La
Fernández de Moratín (1799). Duquesa de Alba y la Beata y, tras la muerte del duque
En estas obras se observan influencias del retrato inglés, en 1795, incluso pasará largas temporadas con la reciente
que atendía especialmente a subrayar la hondura psico- viuda en su finca de Sanlúcar de Barrameda en los años
lógica y la naturalidad de la actitud. Progresivamente va 1796 y 1797. La hipotética relación amorosa entre ellos
12 3 LA DÉCADA DE LOS NOVENTA (1793-1799)

ha generado abundante literatura apoyada en indicios no


concluyentes. Se ha debatido extensamente el sentido de
un fragmento de una de las cartas de Goya a Martín Za-
pater, datada el 2 de agosto de 1794, en la que con su
peculiar grafía escribe: «Mas te balia benir á ayudar a
pintar a la de Alba, que ayer se me metio en el estudio a
que le pintase la cara, y se salió con ello; por cierto que
me gusta mas que pintar en lienzo, que tanbien la he de
retratar de cuerpo entero [...]».[15]
A esto habrían de añadirse los dibujos del Álbum de San-
lúcar (o Álbum A) en que aparece María Teresa Cayeta-
na en actitudes privadas que destacan su sensualidad, y el
retrato de 1797 donde la duquesa —que luce dos anillos
con sendas inscripciones «Goya» y «Alba»— señala una
inscripción en el suelo que reza «Solo Goya». Lo cierto
es que el pintor debió de sentir atracción hacia Cayetana,
conocida por su independiente y caprichoso comporta-
miento.
En cualquier caso, los retratos de cuerpo entero hechos
a la duquesa de Alba son de gran calidad. El primero se
realizó antes de que enviudara y en él aparece vestida por
completo a la moda francesa, con delicado traje blanco
que contrasta con los vivos rojos del lazo que ciñe su cin-
tura. Su gesto muestra una personalidad extrovertida, en
contraste con su marido, a quien se retrata inclinado y
mostrando un carácter retraído. No en vano ella disfru-
taba con la ópera y era muy mundana, una «petimetra a Capricho n.º 43, «El sueño de la razón produce monstruos».
lo último», en frase de la Condesa de Yebes,[16] mientras
que él era piadoso y gustaba de la música de cámara. En
el segundo retrato la de Alba viste de luto y a la española
que obtiene una gradación en la escala de grises que le
y posa en un sereno paisaje.
permite crear una iluminación dramática e inquietante
heredada de la obra de Rembrandt.
3.3 Los caprichos Con estos «asuntos caprichosos» —como los llama Lean-
dro Fernández de Moratín, quien con toda probabilidad
Aunque Goya ya había publicado grabados desde 1771 — redactó el prefacio a la edición—, plenos de invención,
una Huida a Egipto que firma como creador y grabador— se trataba de difundir la ideología de la minoría inte-
,[17] una serie de estampas sobre cuadros de Velázquez lectual de los ilustrados, que incluía un anticlericalismo
publicada en 1778 y algunos otros sueltos entre los que más o menos explícito.[19] Hay que tener en cuenta que
hay que mencionar por el impacto de la imagen y el cla- las ideas pictóricas de estas estampas se gestan al menos
roscuro motivado por el hachón El agarrotado, de hacia desde 1796, pues aparecen antecedentes en el Álbum de
1778-1780; es con Los caprichos, cuya venta anuncia el Sanlúcar (o Álbum A) y en el Álbum de Madrid (también
Diario de Madrid el 6 de febrero de 1799,[18] que Go- llamado Álbum B).
ya inicia el grabado romántico y contemporáneo con una En los años en que Goya crea los Caprichos, los ilustrados
serie de carácter satírico. por fin ocupan puestos de poder. Jovellanos es desde no-
Supone la primera realización española de una serie de viembre de 1797 a agosto de 1798 el máximo mandatario
estampas caricaturescas, al modo de los que había en In- en España. Francisco de Saavedra, amigo del Ministro y
glaterra y Francia, pero con una gran calidad en el ma- de ideas avanzadas, ocupó la Secretaría de Hacienda en
nejo de las técnicas del aguafuerte y el aguatinta —con 1797 y la del Estado del 30 de marzo al 22 de octubre
toques de buril, bruñidor y punta seca— y una innovado- de 1798. El periodo en el que se gestan estas imágenes
ra originalidad temática, pues Los caprichos no se dejan es propicio para la búsqueda de lo útil en la crítica de los
interpretar en un solo sentido al contrario que la estampa vicios universales y particulares de la España del momen-
satírica convencional. to, aunque ya en 1799 comenzará la reacción que obligó
El aguafuerte era la técnica habitual de los pintores- a Goya a retirar de la venta las [20] estampas y regalarlas al
grabadores en el siglo XVIII, pero la combinación con el rey en 1803 curándose en salud.
aguatinta le permite crear superficies de matizadas som- El grabado más emblemático de los Caprichos —y po-
bras merced al uso de resinas de distinta textura, con las siblemente de toda la obra gráfica goyesca— es el que
3.4 El sueño de la razón 13

inicialmente iba a ser el frontispicio de la obra y en su pla ni deuda que no se pague— y una escena de El hechi-
publicación definitiva sirvió de bisagra entre una primera zado por fuerza que recrea un momento del drama ho-
parte dedicada a la crítica de costumbres de una segun- mónimo del citado dramaturgo en el que un pusilánime
da más inclinada a explorar la brujería y la noche a que supersticioso intenta que no se le apague un candil con-
da inicio el capricho n.º 43, «El sueño de la razón produ- vencido de que si ocurre morirá. Ambos realizados entre
ce monstruos». Desde su primer dibujo preparatorio, de 1797 y 1798, representan escenas teatrales caracteriza-
1797 (titulado en el margen superior como «Sueño 1º»), das por la presencia del temor ante la muerte aparecida
se representaba al propio autor soñando, y aparecía en ese como una personificación terrorífica y sobrenatural.
mundo onírico una visión de pesadilla, con su propia cara
Otros cuadros con temas brujeriles completaban la deco-
repetida junto a cascos de caballos, cabezas fantasmales ración de la quinta del Capricho: La cocina de los brujos,
y murciélagos. En la estampa definitiva quedó la leyenda
Vuelo de brujas, El conjuro y El aquelarre, en el que unas
en el frontal de la mesa donde se apoya el hombre venci- mujeres de rostros avejentados y deformes situadas en
do por el sueño que entra en el mundo de los monstruos
torno a un gran macho cabrío —imagen del demonio—,
una vez apagado el mundo de las luces. le entregan como alimento niños vivos. Un cielo melan-
cólico —esto es, nocturno y lunar— ilumina la escena.
3.4 El sueño de la razón

Interior de prisión o Crimen del castillo II, 1798-1800. María


Vicenta, en prisión tras asesinar a su esposo, espera ser ejecutada
(Colección Marqués de la Romana).

El aquelarre, 1797-1798 (Museo Lázaro Galdiano, Madrid). Este tono se mantiene en toda la serie, que pudo ser con-
cebida como una sátira ilustrada de las supersticiones po-
Antes de que finalizara el siglo XVIII Goya aún pintó tres pulares, aunque estas obras no están exentas de ejercer
series de cuadros de pequeño formato que insisten en el una atracción típicamente prerromántica en relación con
misterio, la brujería, la noche e incluso la crueldad y es- los tópicos anotados por Edmund Burke en Indagación
tán relacionados temáticamente con los primeros cuadros filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo
de capricho e invención pintados tras su enfermedad de sublime y de lo bello (1756) acerca de «Lo Sublime Te-
1793. rrible».
En primer lugar se encuentran dos lienzos encargados por Es difícil dilucidar si estos lienzos sobre temas de brujos
los duques de Osuna para su finca de la Alameda que se y brujas tienen intención satírica, como ridiculización de
inspiran en el teatro de la época. Son los titulados El con- falsas supersticiones, en la línea de las declaradas al frente
vidado de piedra —actualmente en paradero desconoci- de Los caprichos y el ideario ilustrado, o por el contrario
do, e inspirado en un momento de una versión de Don responden al propósito de transmitir emociones inquie-
Juan de Antonio de Zamora: No hay plazo que no se cum- tantes, producto de los maleficios, hechizos y ambiente
14 4 LOS ALBORES DEL SIGLO XIX (1800-1807)

lúgubre y terrorífico que será propio de etapas posterio-


res. A diferencia de las estampas, aquí no hay lemas que
nos guíen, y los cuadros mantienen una ambigüedad in-
terpretativa, no exclusiva, por otra parte, de esta temáti-
ca. Tampoco en su acercamiento al mundo taurino Goya
nos da suficientes indicios para decantarse por una visión
crítica o por la del entusiasta aficionado a la tauromaquia
que era, a juzgar por sus propios testimonios epistolares.
Mayores contrastes de luz y sombra muestran una serie de
pinturas que relatan un suceso contemporáneo: el que se
llamó «Crimen del Castillo». Francisco del Castillo fue
asesinado por su esposa María Vicenta y su amante y pri-
mo Santiago Sanjuán. Posteriormente, estos fueron dete-
Detalle de los frescos de la ermita de San Antonio de la Florida.
nidos y juzgados en un proceso que se hizo célebre por
la elocuencia de la acusación fiscal (a cargo de Meléndez
Valdés, poeta ilustrado del círculo de Jovellanos y amigo tuar las figuras de la divinidad en un espacio más bajo
de Goya); y ejecutados el 23 de abril de 1798 en la Plaza que el reservado al milagro, que además lo protagoniza
Mayor de Madrid. El artista, al modo en que lo hacían un fraile vestido con ropas humildes y a cuyo entorno se
las aleluyas que solían relatar los ciegos acompañándose sitúan mendigos, ciegos, trabajadores y pícaros. Acercar
de viñetas, recrea el homicidio en dos pinturas tituladas el mundo celestial a la mirada del pueblo probablemente
La visita del fraile (o El Crimen del Castillo I) e Interior sea consecuencia de las ideas renovadoras que los ilustra-
de prisión (El Crimen del Castillo II), pintadas antes de dos tenían en relación a la religión.
1800. En ella aparece el tema de la cárcel que, como el
Pero es en su técnica de ejecución firme y rápida, con
del manicomio, fue motivo constante del arte goyesco y
pinceladas enérgicas que resaltan las luces y los brillos,
que le permitía dar expresión a los aspectos más sórdidos
donde se observa la prodigiosa maestría de Goya en la
e irracionales del ser humano, emprendiendo un camino
aplicación impresionista de la pintura. Resuelve volúme-
que culminará en las Pinturas negras.
nes con rabiosos toques del todo abocetados que, sin em-
Hacia 1807 volverá a este modo de historiar sucesos a bargo, a la distancia con que el espectador las contempla,
manera de aleluyas en la recreación de la historia de Fray adquieren una consistencia notable.
Pedro de Zaldivia y el bandido Maragato en seis cuadros
La composición dispone un friso de figuras contenidas por
o viñetas.[21]
una barandilla en trampantojo, y el realce de los grupos
y los protagonistas de estos se resuelve mediante zonas
más elevadas, como la del propio santo, o el personaje
3.5 Los frescos de San Antonio de la Flo- que enfrente alza los brazos al cielo. No hay estatismo,
rida y otras pinturas religiosas todas las figuras se relacionan dinámicamente. Un pilluelo
se encarama en la barandilla, la mortaja está apoyada en
Hacia 1797 Goya trabaja en la decoración mural con ella como sábana secándose tendida al sol. Un paisaje de
pinturas sobre la vida de Cristo para el Oratorio de la la sierra madrileña, cercano al del costumbrismo de los
Santa Cueva de Cádiz. En ellas se aleja de la iconogra- cartones, constituye el fondo de toda la cúpula.
fía habitual para presentar pasajes como La multiplica-
ción de los panes y los peces y la Última Cena desde una
perspectiva más humana. Otro encargo, esta vez de par-
te de la Catedral de Toledo, para cuya sacristía pinta un
4 Los albores del siglo XIX (1800-
Prendimiento de Cristo en 1798, supone un homenaje a El 1807)
Expolio de El Greco en su composición y a la iluminación
focalizada de Rembrandt.
4.1 La familia de Carlos IV y otros retratos
Son los frescos de la Ermita de San Antonio de la Florida
la obra cumbre de su pintura mural. Realizada probable- En 1800 Goya recibe el encargo de pintar un gran cua-
mente por encargo de sus amigos Jovellanos, Saavedra y dro de grupo de la familia real, que se materializó en La
Ceán Bermúdez, en este fresco pudo sentirse arropado — familia de Carlos IV. Siguiendo el antecedente de Las Me-
tras la amarga experiencia del Pilar— para desarrollar su ninas de Velázquez, dispone a la realeza en una estancia
técnica e ideas con libertad. Son muchas las innovaciones del palacio situándose el pintor a la izquierda pintando
que introduce. Desde el punto de vista temático, sitúa la un gran lienzo en un espacio en penumbra. Sin embargo,
representación de la Gloria en la semicúpula del ábside de la profundidad del espacio del cuadro velazqueño queda
esta pequeña iglesia, y reserva su cúpula para el Milagro aquí truncada por una pared próxima en la que vemos dos
de San Antonio de Padua, cuyos personajes proceden de grandes cuadros de motivo indefinido. En Goya el juego
las capas más humildes de la sociedad. Es novedoso si- de perspectivas desaparece y la familia real simplemen-
4.1 La familia de Carlos IV y otros retratos 15

era duque de Alcudia, había pintado un pequeño boceto


ecuestre de él. En 1801 aparece representado en la cum-
bre de su poder, tras haber vencido en la Guerra de las Na-
ranjas —la bandera portuguesa testimonia su victoria—,
y lo pinta en campaña como Generalísimo del ejército y
«Príncipe de la paz», pomposos títulos otorgados a resul-
tas de su actuación en la guerra contra Francia.
El Retrato de Manuel Godoy muestra una caracterización
psicológica incisiva. Figura como un arrogante militar
que descansa de la batalla en posición relajada, rodea-
do de caballos y con un fálico bastón de mando entre sus
piernas. No parece destilar mucha simpatía por el perso-
naje y a esta interpretación se suma el que Goya podría
ser partidario en esta época del Príncipe de Asturias, que
luego reinará como Fernando VII, entonces enfrentado al
La familia de Carlos IV, 1800. favorito del rey.
Es habitual considerar que Goya conscientemente degra-
te posa. No sabemos qué cuadro está pintando el artista da a los representantes del conservadurismo político que
y, aunque se ha pensado que la familia se sitúa frente a retrataba, pero tanto Glendinning[22] como Bozal[23] ma-
un espejo que Goya contempla, lo cierto es que no hay tizan este extremo. Sin duda sus mejores clientes se veían
pruebas de tal conjetura. Más bien al contrario, la luz ilu- favorecidos en sus cuadros y a esto debía el aragonés gran
mina directamente al grupo, por lo que desde el frente del parte de su éxito como retratista. Siempre consiguió do-
cuadro debería haber una ventana o un espacio diáfano y, tar a sus retratados de una apariencia vívida y un parecido
en todo caso, la luz de un espejo difuminaría la imagen. que era muy estimado en su época. Y es precisamente en
No es el caso, pues la pincelada impresionista de Goya los retratos reales donde más obligado estaba a guardar el
aplica destellos en las ropas que dan una ilusión perfec- decoro debido y representar con dignidad a sus protecto-
ta de la calidad de los tejidos de las vestiduras y de las res.
condecoraciones y joyas de los miembros de la realeza.
Alejado de las representaciones más oficiales —los per-
sonajes visten trajes de gala, pero no portan símbolos de
poder ni aparecen, como era habitual en otras representa-
ciones, enmarcados entre cortinajes a modo de palio—,
se da prioridad a mostrar una idea de la educación basada
en el cariño y la activa participación de los padres, lo que
no siempre era usual en la realeza. La infanta Isabel lle-
va su niño muy cerca del pecho, lo que evoca la lactancia
materna; Carlos María Isidro abraza a su hermano Fer-
nando en un gesto de ternura. El ambiente es distendido,
cual un interior plácido y burgués.

Retrato de Manuel Godoy, 1801 (Academia de San Fernando,


Madrid).

También retrató a Manuel Godoy, el hombre más pode-


roso de España tras el rey en estos años. En 1794, cuando La Marquesa de Villafranca (Museo del Prado).
16 4 LOS ALBORES DEL SIGLO XIX (1800-1807)

En estos años produce los que quizá sean sus mejores re- Del Retrato de Isabel de Porcel asombra el gesto de fuer-
tratos. No solo se ocupa de aristócratas y altos cargos, te carácter, que hasta entonces no había aparecido en la
sino que aborda toda una galería de personajes destacados pintura de género de retrato femenino con la excepción,
de las finanzas y la industria y, sobre todo, son señalados quizá, del de la Duquesa de Alba. Pero en este ejemplo la
sus retratos de mujeres. Ellas muestran una decidida per- dama no pertenece a la Grandeza de España, ni siquiera
sonalidad y están alejadas de la tópica imagen de cuerpo a la nobleza.
entero en un paisaje rococó de artificiosa belleza. El dinamismo, pese a la dificultad que entraña en un retra-
Ejemplos de esta presencia de los incipientes valores bur- to de medio cuerpo, está plenamente conseguido gracias
gueses son el retrato de Tomás Pérez de Estala (un em- al giro del tronco y los hombros, al del rostro orientado
presario textil), el de Bartolomé Sureda —industrial de- sentido contrario al del cuerpo, a la mirada dirigida hacia
dicado a los hornos de cerámica— y su mujer Teresa, el el lateral del cuadro, y a la posición de los brazos, firmes
de Francisca Sabasa García, la Marquesa de Villafranca y en jarras. El cromatismo es ya el de las Pinturas negras,
o la Marquesa de Santa Cruz —Neoclásico de los años pero con solo negros y algún ocre y rosado, consigue ma-
del Estilo Imperio—, conocida por sus aficiones litera- tices y veladuras de gran efecto. La belleza y aplomo con
rias. Por encima de todos se encuentra el bellísimo busto que se retrata a este nuevo modelo de mujer ha superado
de Isabel de Porcel, que prefigura todo el retrato decimo- con mucho los estereotipos femeninos del siglo anterior.
nónico, romántico o burgués. Pintados en torno a 1805, Cabe mencionar otros retratos notables de estos años, co-
los aditamentos de poder asociados a los personajes de mo los de María de la Soledad Vicenta Solís, condesa de
estas obras se reducen al mínimo, en favor de una pres- Fernán Núñez y su marido, de noble apostura, ambos de
tancia humana y cercana, que destaca las cualidades na- 1803; el de María Gabriela Palafox y Portocarrero, mar-
turales de los retratados. Incluso en los retratos aristocrá- quesa de Lazán (h. 1804, colección de los duques de Al-
ticos desaparecen las fajas, bandas y medallas con que ba), vestida a la moda napoleónica y pintada con una gran
habitualmente se veían representados. carga de sensualidad, el de José María Magallón y Ar-
En el Retrato de la Marquesa de Villafranca la protagonis- mendáriz, marqués de San Adrián, intelectual aficionado
ta aparece pintando un cuadro de su marido, y la actitud al teatro y amigo de Leandro Fernández de Moratín, que
con que la representa Goya es toda una declaración de posa con aire romántico, y el de su mujer, la actriz María
principios en favor de la capacidad intelectual y creativa de la Soledad, marquesa de Santiago.[24]
de la mujer.
También retrató a arquitectos (ya hizo un retrato en 1786
de Ventura Rodríguez), como Isidro González Velázquez
(1801) y, sobre todo, destaca el magnífico de Juan de Vi-
llanueva (1800-1805) en el que Goya capta un instante
de tiempo y da al gesto una verosimilitud de precisión
realista.

4.2 Las majas


La maja desnuda, obra de encargo pintada entre 1790
y 1800,[25] formó con el tiempo pareja con el cuadro La
maja vestida, datada entre 1802 y 1805,[26] probablemen-
te a requerimiento de Manuel Godoy, pues consta que
formaron parte de un gabinete de su casa. La primacía
temporal de La maja desnuda indica que en el momento
de ser pintado, el cuadro no estaba pensado para formar
pareja.
En ambas pinturas se retrata de cuerpo entero a una mis-
ma hermosa mujer recostada plácidamente en un lecho
y mirando directamente al observador. No se trata de un
desnudo mitológico, sino de una mujer real, contempo-
ránea de Goya, e incluso en su época se le llamó «la Gi-
tana». Se representa en La maja desnuda un cuerpo con-
creto inspirado, tal vez, en el de la Duquesa de Alba. Es
sabido que el aragonés pintó varios desnudos femeninos
en el Álbum de Sanlúcar y el Álbum de Madrid al amparo
de la intimidad con Cayetana que reflejan su anatomía.
Rasgos como la esbelta cintura y los pechos separados
Retrato de Isabel Porcel (National Gallery de Londres). coinciden con su apariencia física. Sin embargo el rostro
4.3 Fantasías, brujería, locura y crueldad 17

es una idealización, casi un bosquejo —se incorpora casi libro La Duquesa de Alba y Goya[27] afirma en 1959, ba-
como un falso añadido— que no representa el rostro de sándose en la similitud de postura y dimensiones de las
ninguna mujer conocida de la época. En todo caso, se ha dos majas, que estaban dispuestas de modo que, median-
sugerido que este retrato podría haber sido el de la aman-
te un ingenioso mecanismo, la maja vestida cubriera a
te de Godoy, Pepita Tudó. la desnuda como un juguete erótico del gabinete más se-
creto de Godoy. Se sabe que el duque de Osuna, en el
• La maja desnuda, 1790-1800. siglo XIX, utilizó este procedimiento con un cuadro que,
por medio de un resorte, dejaba ver otro de un desnudo.
• La maja vestida, 1802-1805. El cuadro permaneció oculto hasta 1910. Como desnudo
erótico que no se acoge a justificación iconográfica algu-
Se ha especulado con que la retratada sea la Duquesa de na, causó un proceso inquisitorial a Goya en 1815, del
Alba porque a la muerte de Cayetana en 1802, todos sus cual salió absuelto merced a la influencia de algún amigo
cuadros pasaron a propiedad de Godoy, a quien se sabe poderoso.
que pertenecieron las dos majas. El generalísimo tenía
en su haber otros desnudos, como la Venus del espejo de Desde el punto de vista meramente plástico, la calidad
Velázquez. Sin embargo no hay pruebas definitivas ni de de su carnadura y la riqueza cromática de las telas son los
que este rostro pertenezca al de la duquesa ni de que no rasgos más notables. La concepción compositiva es neo-
hubiera podido llegar la Maja desnuda a Godoy por otros clásica, lo que no ayuda gran cosa al establecimiento de
caminos, incluso, el de un encargo directo a Goya. una datación precisa. De cualquier modo, los numerosos
enigmas que recaban estas obras las han convertido en
objeto de atención permanente.

4.3 Fantasías, brujería, locura y crueldad

Escena de canibalismo o Caníbales contemplando restos huma-


nos, 1800-1808[28] (Museo de Bellas Artes de Besançon).

En relación a estos temas se podrían situar varias esce-


nas de violencia extrema que en la exposición organizada
por el Museo del Prado en 1993-1994 titulada «Goya,
el capricho y la invención», fueron datadas entre 1798 y
1800, si bien Glendinning[29] y Bozal[30] se inclinan por
retrasar las fechas hasta un periodo comprendido entre
1800 y 1814, como por demás tradicionalmente se venía
haciendo, por motivos estilísticos —técnica de pincelada
Un desnudo (1796-1797) del Álbum de Sanlúcar-Madrid (o
más abocetada, menor iluminación de los rostros y aten-
Álbum B). Biblioteca Nacional de España, Madrid.
ción a destacar las figuras alumbrando las siluetas—, y
Gran parte de la fama de estas obras se debe a la polémi- temáticos —su relación con Los desastres de la guerra
ca que siempre han suscitado, tanto respecto de a quién fundamentalmente—.
se debió su encargo inicial como a la personalidad de Se trata de escenas en las que presenciamos violaciones,
la retratada. En 1845 Louis Viardot publica en Musées asesinatos a sangre fría y a bocajarro o escenas de cani-
d'Espagne que la representada es la duquesa y a partir balismo: Bandidos fusilando a sus prisioneras (o Asalto
de esta noticia la discusión crítica no ha dejado de plan- de bandidos I), Bandido desnudando a una mujer (Asalto
tear esta posibilidad. Joaquín Ezquerra del Bayo, en su de bandidos II), Bandido asesinando a una mujer (Asalto
18 5 LOS DESASTRES DE LA GUERRA (1808-1814)

de bandidos III), Caníbales preparando a sus víctimas y armado y de los horrores sufridos en toda guerra de cual-
Caníbales contemplando restos humanos. quier época y lugar por los ciudadanos, independiente-
En todos ellos aparecen horribles crímenes perpetrados mente del resultado y del bando en el que se produzcan.
en cuevas oscuras, que en muchos casos contrastan con la Es también el tiempo de la aparición de la primera Cons-
luz cegadora de la boca de luz blanca radiante, que podría titución española y, por tanto, del primer gobierno liberal,
simbolizar el anhelado espacio de la libertad. que acabó por traer consigo el fin de la Inquisición y de
las estructuras del Antiguo Régimen.
El paisaje es inhóspito, desértico. Los interiores indefini-
dos no se sabe si son salas de hospicios o manicomios, Poco se sabe de la vida personal de Goya durante estos
sótanos o cuevas, y tampoco está clara la anécdota — años. 1812 es el año de la muerte de su esposa, Josefa Ba-
enfermedades contagiosas, latrocinios, asesinatos o estu- yeu. Tras enviudar, Goya entabló relación con Leocadia
pros a mujeres, sin que se sepa si son consecuencias de Weiss, separada de su marido —Isidoro Weiss— en
una guerra— o la naturaleza de los personajes. Lo cierto 1811, con la que convivió hasta su muerte, y de la que
es que viven marginados de la sociedad o que están in- pudo tener descendencia en Rosario Weiss, aunque la pa-
defensos ante las vejaciones. No hay consuelo para ellos, ternidad de Goya no ha sido dilucidada.[31]
como sí ocurría en las novelas y grabados de la época.

5 Los desastres de la guerra (1808-


1814)

Retrato ecuestre de Palafox (Museo del Prado).


Los desastres de la guerra, n.º 33,
«¿Qué hay que hacer más?».
El otro dato seguro que se ha transmitido de Goya es su
viaje a Zaragoza en octubre de 1808, tras el primer Sitio
El periodo que media entre 1808 y 1814 está presidido de Zaragoza, a requerimiento de José Palafox y Melci, ge-
por acontecimientos turbulentos para la historia de Espa-
neral del contingente armado que resistió el asedio fran-
ña, pues a partir del motín de Aranjuez Carlos IV se ve cés. La derrota en la Batalla de Tudela de las tropas espa-
obligado a abdicar y Godoy a abandonar el poder. Tras el
ñolas a fines de noviembre de 1808 llevó a Goya a mar-
levantamiento del dos de mayo dará comienzo la llamada char a Fuendetodos y más tarde a Renales (Guadalajara),
Guerra de la Independencia. para pasar el fin de ese año y los primeros meses de 1809
Goya, pintor de la corte, no perdió nunca su cargo, pero en Piedrahíta (Ávila). Es allí (o en sus cercanías) donde
no por ello dejó de tener preocupaciones a causa de sus con probabilidad pintó el retrato de Juan Martín, el Em-
relaciones con los ilustrados afrancesados. Sin embargo, pecinado, que se hallaba en Alcántara (Cáceres). En ma-
su adscripción política no puede ser aclarada con los datos yo de ese año Goya regresa a Madrid, tras el decreto de
de que se disponen hasta ahora. Al parecer no se significó José Bonaparte por el que se instaba a los funcionarios
por sus ideas, al menos públicamente, y si bien muchos de la corte a volver a sus puestos so pena de perderlos.
de sus amigos tomaron decidido partido por el monarca José Camón Aznar señala que la arquitectura y paisajes
francés, no es menos cierto que tras la vuelta de Fernando de algunas de las estampas de Los desastres de la guerra
VII continuó pintando numerosos retratos reales. remiten a sucesos que contempló en Zaragoza y otras zo-
Su aportación más decisiva en el terreno de las ideas es la nas de Aragón en dicho viaje.[32]
denuncia que realiza en Los desastres de la guerra de las La situación de Goya tras la Restauración absolutista era
terribles consecuencias sociales de todo enfrentamiento delicada. Había pintado retratos de generales y políticos
5.1 Pinturas de costumbres y alegorías 19

franceses revolucionarios, y también del rey José I. Pe- España. Más que a la clase obrera, remite a Las Hilande-
se a que podía aducir que el Bonaparte había ordenado ras de Velázquez y las dos ruecas que aparecen evocan un
que todos los funcionarios reales se pusieran a su disposi- modelo de producción artesanal. Para este palacio pudo
ción, a partir de 1814, para congraciarse con el régimen también pintar otras dos alegorías: La Poesía y La Ver-
fernandino, pintará cuadros que deben considerarse pa- dad, el Tiempo y la Historia, que aluden a la idea ilustrada
trióticos, como el citado Retrato ecuestre del general Pa- de la puesta en valor de la cultura escrita como fuente de
lafox (1814, Madrid, Prado), cuyos apuntes pudo tomar todo progreso.
en mencionado viaje que le llevó a la capital aragonesa, o La Alegoría de la villa de Madrid (1810) es un ejemplo
los retratos del propio Fernando VII. Aunque este periodo
de las transformaciones que sufrieron las obras de este
no fue tan prolífico como el de la última década del siglo género al albur de los sucesivos cambios políticos de este
XVIII, su producción no dejó de ser abundante tanto en
periodo. En principio aparecía en el óvalo de la derecha el
pinturas como en dibujos y estampas, cuya serie central retrato de José I Bonaparte, y en la composición la figura
en estos años fue la de Los desastres de la guerra, aunque
femenina que representa a Madrid no aparece claramen-
se publicaría mucho más tarde. De 1814 datan también te subordinada al rey, que está algo más al fondo. Ello
sus obras más ambiciosas acerca de los sucesos que des-
reflejaría el orden constitucional, en que el pueblo, la vi-
encadenaron la guerra: El dos y El tres de mayo de 1808 o lla, rinde al monarca fidelidad —simbolizada por el perro
La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del tres de que a sus pies apunta hacia el rey— pero no se subordina
mayo, nombres con los que respectivamente son también a él.
conocidos.
En 1812, con la primera huida de los franceses de Madrid
ante el avance del ejército inglés, el óvalo quedó cubierto
5.1 Pinturas de costumbres y alegorías por la palabra «Constitución», alusiva a la de 1812, pero
el regreso de José Bonaparte en noviembre obligó de nue-
vo a pintar su retrato. Su marcha definitiva devolvió el le-
ma constitución a la obra y en 1823, con el fin del Trienio
Liberal, Vicente López pintó el retrato del rey Fernando
VII. En 1843, finalmente, se vuelve a hacer desaparecer
para sustituirlo por el lema «El libro de la Constitución»
y posteriormente por el que se contempla actualmente de
«Dos de mayo».[33]

Alegoría de la villa de Madrid (Museo Municipal de Madrid).

El programa de Godoy para la primera década del siglo


XIX no dejó de ser reformista e ilustrado, como muestran
cuatro tondos encargados a Goya como representación
alegórica del progreso (Alegoría de la Industria, Alegoría
de la Agricultura, Alegoría del Comercio y el desapareci-
do Alegoría de la Ciencia, 1804-1806) y que decoraban
una sala de espera de la residencia del primer ministro. El afilador, 1808-1812 (Museo de Bellas Artes de Budapest).
El primero de ellos es un ejemplo del atraso en la con-
cepción de la producción industrial que se tenía aún en Dos cuadros de raigambre costumbrista, que se conservan
20 5 LOS DESASTRES DE LA GUERRA (1808-1814)

en el Museo de Bellas Artes de Budapest, representan al ginación hasta la sátira social, como sucede en Las viejas.
pueblo trabajador. Son La aguadora y El afilador, y se En estos dos últimos cuadros aparece el gusto entonces
pueden datar entre 1808 y 1812. Si bien se consideraron reciente por un nuevo verismo naturalista en la línea de
en un principio tipos de los que aparecían en estampas o Murillo, que se alejaba definitivamente de las prescrip-
en tapices, y se fecharon hacia 1790, más tarde se resaltó ciones idealistas de Mengs. Se sabe que en un viaje que
la vinculación con las actividades de la retaguardia duran- los reyes hacen a Andalucía en 1796 adquieren para las
te la guerra, unos anónimos patriotas que afilan cuchillos colecciones reales un óleo del sevillano, El piojoso, donde
y ofrecen apoyo logístico. un pícaro se espulga.[35]
Sin llevar al extremo esta última interpretación —no hay Las viejas es una alegoría del Tiempo, personaje que se
en estas obras ninguna referencia bélica y estuvieron cata- figura como un anciano a punto de descargar un cómico
logados aparte de la serie que se calificó de «Horrores de escobazo sobre una mujer muy avejentada que se mira a
la guerra» en el inventario realizado tras el fallecimiento un espejo que le muestra una criada muy caricaturizada
de su mujer Josefa Bayeu—, destacan por el ennobleci- de rostro cadavérico. En el reverso del espejo se lee la
miento con que aparece representada la clase trabajadora. frase «¿Qué tal?», que funciona como bocadillo de una
La aguadora se contempla desde un punto de vista bajo historieta actual. En Las jóvenes, que se vendió como pa-
que contribuye a enaltecer su figura, con una monumen- reja de este, el énfasis radica en las desigualdades socia-
talidad que remite a la iconografía clásica, ahora aplicada les. No solo de la protagonista, atenta solo a sus amores,
a los oficios humildes. con respecto a su criada, cuya tarea es protegerla del sol
Relacionada con estas obras está La fragua (colección con una sombrilla, sino que el fondo se puebla de lavan-
Frick, Nueva York, 1812 - 1816), pintado en gran medi- deras que trabajan a la intemperie arrodilladas. Ciertas
da con espátula. La técnica abunda asimismo en rápidas láminas del Álbum E —«Útiles trabajos» donde apare-
pinceladas, la iluminación acusa un contrastado claros- cen las lavanderas o «Esta pobre aprovecha el tiempo»,
curo y el movimiento se hace efectivo con un gran dina- en el que una mujer de humilde condición social encierra
mismo. Los tres hombres podrían representar a las tres el ganado al tiempo que hila— se relacionan con la obser-
edades —jóvenes, maduros y ancianos— trabajando al vación de costumbres y la atención a las ideas de reforma
unísono en defensa de la nación durante la Guerra de la social propias de estos años. Hacia 1807 pinta, como se
Independencia.[34] dijo, una serie de seis cuadros de carácter costumbrista
que narra una historia al modo de las viñetas de las alelu-
yas: Fray Pedro de Zaldivia y el bandido Maragato.

Fray Pedro de Zaldivia y el bandido Maragato, serie de seis cua-


dros que narran visualmente la historia de la detención de un co-
nocido malhechor de principios del siglo XIX (Instituto de Arte
de Chicago).

En la línea de esta pintura hecha al parecer para sí, cua-


dros de gabinete con los que satisfacía sus inquietudes
personales, están varios cuadros de temas literarios, co- El coloso, 1808-1812.
mo el Lazarillo de Tormes; de costumbres, como Maja y
celestina al balcón y Majas en el balcón y decididamente En El coloso, cuadro atribuido a Goya hasta junio de
satíricos como Las viejas —una alegoría acerca de la hi- 2008, en que el Museo del Prado emitió un informe en
pocresía en la vejez— o Las jóvenes, conocido también el que afirmaba que el cuadro era obra de su discípu-
como Lectura de una carta. En ellos la técnica es la ya lo Asensio Juliá[36] —si bien concluyó determinando, en
acabada en Goya, de toque suelto y trazo firme, y el signi- enero de 2009, que su autoría pertenece a un discípulo de
ficado incluye desde la presentación del mundo de la mar- Goya indeterminado, sin poder dilucidar que se tratase
5.3 Retratos oficiales, políticos y burgueses 21

de Juliá—,[37] un gigante se yergue tras unos montes, en la muerte de su mujer Josefa Bayeu, se citan doce bode-
una alegoría ya decididamente romántica. En el valle una gones. De ellos destacan el Bodegón con costillas, lomo y
multitud huye en desorden. La obra ha dado lugar a di- cabeza de cordero (París, Museo del Louvre), el Bodegón
versas interpretaciones. Nigel Glendinning afirma que el con pavo muerto (Madrid, Prado) y Pavo pelado y sartén
cuadro está basado en un poema patriótico de Juan Bau- (Múnich, Alte Pinakothek). Todos ellos se suelen datar a
tista Arriaza llamado «Profecía del Pirineo».[38] partir de 1808 por razones de estilo y porque durante la
En él se presenta al pueblo español como un gigante sur- guerra la producción de encargo de Goya se vio reducida,
gido de los Pirineos para oponerse a la invasión napoleó- lo que pudo dejar tiempo al pintor para explorar géneros
que aún no había trabajado.
nica. El motivo fue habitual en la poesía patriótica de la
Guerra de la Independencia, por ejemplo en la poesía pa- Estas naturalezas muertas se desvinculan de la tradición
triótica de Quintana «A España, después de la revolución española emprendida por Juan Sánchez Cotán y Juan van
de marzo», en la que sombras enormes de héroes espa- der Hammen y León, cuyo máximo representante en el si-
ñoles, entre las que se encuentran Fernando III, el Gran glo XVIII fue Luis Meléndez. Todos ellos habían presen-
Capitán y el Cid animan a la resistencia. tado un bodegón trascendente, que mostraba la esencia
Su voluntad de luchar sin armas, con los brazos, como ex- de los objetos no tocados por el tiempo, tal como serían
presa el propio Arriaza en su poema Recuerdos del Dos de en un estado ideal. Goya dedica su atención, en cambio,
Mayo (op. cit. págs. 61-67): «De tanto joven que sin ar- a dar cuenta del paso del tiempo, de la degradación y de
mas, fiero / entre las filas se le arroja audaz» (pág. 63, la muerte. Sus pavos se muestran inertes, los ojos de la
IV)[39] incide en el carácter popular de la resistencia, cabeza de cordero están vidriados, la carne no está ya en
en contraste con el terror del resto de la población, que su máximo grado de frescura. Lo que interesa a Goya es
huyen despavoridos en múltiples direcciones, originan- dibujar la huella del tiempo en la naturaleza y en lugar
do una composición orgánica típica del Romanticismo, de aislar los objetos y representarlos en su inmanencia, lo
en función de los movimientos y direcciones procedentes que se aprecia es el accidente, el paso de las circunstan-
de las figuras del interior del cuadro, en lugar de la me- cias por los objetos, alejados tanto del misticismo como
cánica, propia del Neoclasicismo, impuesta por ejes de de la simbología de las vanitas de Antonio de Pereda o
rectas formadas por los volúmenes y debidas a la volun- Juan de Valdés Leal.
tad racional del pintor. Las líneas de fuerza se disparan
para desintegrar la unidad en múltiples recorridos hacia
los márgenes. 5.3 Retratos oficiales, políticos y burgueses
El tratamiento de la luz, que podría ser de ocaso, rodea y
Con motivo de la boda de su único hijo vivo, Javier Go-
resalta las nubes que circundan la cintura del coloso, co-
ya, con Gumersinda Goicoechea y Galarza en 1805, Goya
mo describe el poema de Arriaza «Cercaban su cintura /
pintó seis retratos en miniatura de los miembros de la fa-
celajes de occidente enrojecidos» (Juan Bautista Arriaza,
milia de su nuera. Fruto de esta unión nacería un año más
«Profecía del Pirineo», vv. 31-32.). Esa iluminación ses-
tarde el nieto del artista, Mariano Goya. La imagen bur-
gada, interrumpida por las moles montañosas, aumenta la
guesa que ofrecen estos retratos familiares muestra los
sensación de falta de equilibrio y desorden.
cambios que la sociedad española había experimentado
desde los cuadros de sus primeros años a estos de me-
diados de la primera década del siglo XIX. Se conserva
5.2 Bodegones también un retrato a lápiz de doña Josefa Bayeu dibujada
de perfil del mismo año, muy preciso en los rasgos que
definen su personalidad. En él se resaltan el verismo y
reciedumbre de su fisonomía y se adelantan las caracte-
rísticas de los álbumes posteriores de Burdeos.
Durante la guerra la actividad de Goya disminuyó, pero
siguió pintando retratos de la nobleza, amigos, militares
e intelectuales significados. El viaje a Zaragoza de 1808
pudo originar el retrato de Juan Martín, el Empecinado
(1809) y el ecuestre de José de Rebolledo Palafox y Mel-
ci, que concluiría en 1814. También estaría en el origen
de las estampas de Los desastres de la guerra.
Su pincel retrató militares tanto franceses —Retrato del
general Nicolas Philippe Guye, 1810, Richmond, Museo
de Bellas Artes de Virginia—[40] como ingleses —Busto
Bodegón con costillas y cabeza de cordero. de Arthur Wellesley, l duque de Wellington, National Ga-
llery de Londres- y españoles, como el de El Empecina-
Entre los bienes relacionados en el inventario de 1812 a do, muy dignificado y vestido con uniforme de capitán de
22 5 LOS DESASTRES DE LA GUERRA (1808-1814)

5.4 Imágenes de la guerrilla

Fabricación de la pólvora en la Sierra de Tardienta (Patrimonio


Nacional, Palacio de la Zarzuela).

Fabricación de pólvora y Fabricación de balas en la Sierra


de Tardienta (ambas de entre 1810 y 1814, Madrid, Pala-
cio Real) aluden, según rezan sus epígrafes al dorso, a la
actividad del zapatero José Mallén, de Almudévar, quien
entre 1810 y 1813 organizó una partida guerrillera que
actuaba unos cincuenta kilómetros al norte de Zaragoza.
El Empecinado, 1809 (Colección particular). Las pinturas, de pequeño formato, pretenden reflejar una
de las actividades más influyentes en el desarrollo de los
acontecimientos bélicos. La resistencia civil al invasor fue
un esfuerzo colectivo, y este protagonismo en igualdad
de todo el pueblo es lo que destaca la composición de
caballería. estos cuadros. Hombres y mujeres se afanan, emboscados
entre frondosos árboles que filtran el azul del cielo, en la
Se ocupó también de amigos intelectuales, como Juan
fabricación de munición para la guerra. El paisaje, ya más
Antonio Llorente (hacia 1810-1812, Sao Paulo, Museo
romántico que rococó, se caracteriza por la presencia de
de Arte), que publicó una Historia crítica de la Inquisi-
maleza, de agrestes roquedos y árboles retorcidos.
ción española en París en 1818 por encargo de José I Bo-
naparte, quien le condecoró con la Real Orden de España
—recién creada por este monarca— con la que aparece
retratado en el óleo de Goya. O Manuel Silvela, autor de
5.5 Estampas: Los desastres de la guerra
una Biblioteca selecta de Literatura española y un Com-
Los desastres de la guerra[41] fue una serie de 82 grabados
pendio de Historia Antigua hasta los tiempos de Augusto,
afrancesado, amigo de Goya y de Moratín y exiliado en realizada entre los años 1810 y 1815 en la que se daba
cuenta de toda clase de desgracias vinculadas a la Guerra
Francia a partir de 1813. En su retrato, efectuado entre
1809 y 1812, aparece pintado con gran austeridad en el de la Independencia.
vestir sobre un fondo negro. La luz incide sobre su indu- Entre octubre de 1808 y 1810 Goya dibujó bocetos pre-
mentaria y la sola actitud del personaje basta para mos- paratorios (conservados en el Museo del Prado) y, a partir
trar su confianza, seguridad y dotes personales, sin ne- de estos y sin introducir modificaciones de importancia,
cesidad de recurrir a ornato simbólico alguno. El retrato comenzó a grabar las planchas entre 1810 (año que apa-
moderno ya se ha afianzado. rece en varias de ellas) y 1815. En vida del autor sólo se
Tras la restauración de 1814 Goya pintó varios retratos imprimieron dos juegos completos de los grabados, uno
del «deseado» Fernando VII —Goya seguía siendo Pri- de ellos regalado a su amigo y crítico de arte Ceán Ber-
mer Pintor de Cámara—, como el Retrato ecuestre de Fer- múdez, pero permanecieron inéditos. La primera edición
nando VII que se encuentra en la Academia de San Fer- llegó en 1863, publicada por iniciativa de la Real Acade-
nando y varios otros de cuerpo entero, como el que pintó mia de Bellas Artes de San Fernando.
para el Ayuntamiento de Santander. En este el rey se sitúa La técnica utilizada es el aguafuerte, con alguna aporta-
bajo la figura que simboliza a España, jerárquicamente ción de punta seca y aguada. Apenas usa Goya el agua-
colocada por encima del rey. Al fondo, un león quiebra tinta, que era la técnica mayoritariamente empleada en
las cadenas, con lo que Goya parece dar a entender que los Caprichos, debido probablemente también a la preca-
la soberanía pertenece a la nación.[34] riedad de medios materiales con que toda la serie de los
5.6 El dos y el tres de mayo de 1808 23

El dos de mayo de 1808, 1814.


«Estragos de la guerra».

Desastres, que fue ejecutada en tiempos de guerra. podía elegir, por ejemplo, para la insurrección madrileña,
Un ejemplo del atrevimiento compositivo y formal a que a presentar como líderes a Daoíz y Velarde, en paralelo
Goya llega en sus grabados lo puede proporcionar la es- con los cuadros de estilo neoclásico de David que ensalza-
tampa nº 30, titulada «Estragos de la guerra», que ha sido ban a Napoleón, y cuyo prototipo fue Napoleón cruzando
vista como un precedente del Guernica por el caos com- los Alpes, de 1801. En Goya el protagonista es el colec-
positivo, la mutilación de los cuerpos, la fragmentación tivo anónimo de gentes que han llegado al extremo de
de objetos y enseres situados en cualquier lugar del gra- la violencia más brutal. En este sentido también se dis-
bado, la mano cortada de uno de los cadáveres, la des- tingue de las estampas contemporáneas que ilustraban el
membración de sus cuerpos y la figura del niño muerto Levantamiento del dos de mayo, las más conocidas de las
con la cabeza invertida, que recuerda al que aparece sos- cuales fueron las de Tomás López Enguídanos, publica-
tenido por su madre a la izquierda de la obra capital del das en 1813, reproducidas en nuevas ediciones por José
malagueño. Ribelles y Alejandro Blanco un año después. Pero hubo
otras de Zacarías Velázquez o Juan Carrafa entre otros.
La estampa refleja el bombardeo de población civil urba- Estas reproducciones, popularizadas a modo de aleluyas,
na, posiblemente dentro de su vivienda y remite con toda habían pasado al acervo del imaginario colectivo cuando
probabilidad a los obuses con que la artillería francesa Goya se enfrenta a estas escenas, y lo hace de un modo
minaba la resistencia española en los Sitios de Zarago- original.
za.[42]
Así, en La carga de los mamelucos, Goya atenúa la re-
ferencia noticiosa de tiempo y lugar —en las estampas
5.6 El dos y el tres de mayo de 1808 el diseño de los edificios de la Puerta del Sol, lugar del
enfrentamiento, es plenamente reconocible— y reduce la
Finalizada la guerra, Goya aborda en 1814 la ejecución localización a unas vagas referencias arquitectónicas ur-
de dos grandes cuadros de historia que suponen su inter- banas. Con ello gana en universalidad y se centra la aten-
pretación de los sucesos ocurridos los días dos y tres de ción en la violencia del motivo: una muchedumbre san-
mayo de 1808 en Madrid. De su intención da cuenta el grienta e informe, sin hacer distinción de bandos ni dar
escrito dirigido al gobierno en el que señala su intención relevancia al resultado final.
de
Por otro lado, la escala de las figuras aumenta con respec-
to a las estampas, con el mismo objeto de centrar el tema
... perpetuar por medio del pincel las más
de la sinrazón de la violencia y disminuir la distancia del
notables y heroicas acciones o escenas de nues-
espectador, que se ve involucrado en el suceso casi como
tra gloriosa insurrección contra el tirano de Eu-
un viandante sorprendido por el estallido de la refriega.
ropa.
apud Glendinning (1993), pág. 107. La composición es un ejemplo definitivo de lo que se lla-
mó composición orgánica, propia del romanticismo, en la
que las líneas de fuerza vienen dadas por el movimiento
Las obras de gran formato La carga de los mamelucos y de las figuras y por las necesidades del motivo, y no por
Los fusilamientos de la montaña de Príncipe Pío, estable- una figura geométrica impuesta a priori por la precepti-
cen, sin embargo, apreciables diferencias con respecto a va. En este caso el movimiento lleva de la izquierda a la
lo que era habitual en los grandes cuadros de este géne- derecha, hay personas y caballos cortados por los límites
ro. Renuncia en ellos a que el protagonista sea un héroe: del cuadro, como si fuera una instantánea fotográfica.
24 6 LA RESTAURACIÓN (1815-1819)

Santas Justa y Rufina (1817), Sacristía de los Cálices (Catedral


El tres de mayo de 1808, 1814.
de Sevilla).

Tanto el cromatismo como el dinamismo y la composi-


ción son un precedente de obras características de la pin- los que Goya tenía sus principales amistades. Juan Me-
tura romántica francesa, uno de cuyos mejores ejemplos, léndez Valdés o Leandro Fernández de Moratín se ven
de estética paralela al Dos de mayo de Goya, es La muerte obligados a exiliarse en Francia ante la represión. El pro-
de Sardanápalo de Delacroix. pio Goya se encuentra en una difícil situación, por haber
servido a José I, por el círculo de ilustrados entre los que
Habitualmente, en los Fusilamientos del 3 de mayo se ha se movía y por el proceso que la Inquisición inició contra
señalado el contraste entre el grupo de detenidos prontos él en marzo de 1815 a cuenta de La maja desnuda, que
a ser ejecutados, personalizados e iluminados por el gran consideraba «obscena», del que el pintor se vio finalmen-
farol, con un protagonista destacado que alza en cruz los te absuelto.
brazos y viste de radiante blanco y amarillo, e iconográ-
ficamente remite a Cristo —se aprecian estigmas en sus Este panorama político llevó a Goya a reducir los encar-
manos—; y el pelotón de fusilamiento anónimo, conver- gos oficiales a las pinturas patrióticas acerca del «Levan-
tido en una deshumanizada máquina de guerra ejecutora tamiento del dos de mayo» y a realizar retratos de Fernan-
donde los individuos no existen. do VII. Uno con manto real y otro del «Deseado» en cam-
paña, ambos de 1814 y conservados en el Prado, se suman
La noche, el dramatismo sin ambages, la realidad de la al antedicho encargado por el ayuntamiento de Santander.
masacre, están situados también en una escala grandiosa.
Además el muerto en escorzo en primer término, que re- Es muy probable que a la vuelta del régimen absolutista
pite los brazos en cruz del protagonista, dibuja una línea Goya hubiera consumido gran parte de sus haberes, su-
compositiva que comunica hacia el exterior del cuadro friendo la carestía y penurias de la guerra. Así lo expresa
con el espectador, que de nuevo se siente implicado en en intercambios epistolares de esta época. Sin embargo,
la escena. La noche cerrada, herencia de la estética de lo tras estos retratos reales y otras obras pagadas por la Igle-
Sublime Terrible, da el tono lúgubre al suceso, en el que sia realizados en estos años —destacando el gran lienzo
no hay héroes, solo víctimas: unos de la represión y otros de las Las santas Justa y Rufina (1817) para la Catedral
de la formación soldadesca. de Sevilla—, en 1819 está en disposición de comprar la
finca de la Quinta del Sordo, en las afueras de Madrid,
En los Fusilamientos no se produce el distanciamiento, el e incluso reformarla añadiendo una noria, viñedos y una
énfasis en el valor del honor, ni se enmarca en una inter- empalizada.
pretación histórica que aleje al espectador de lo que ve:
la brutal injusticia de la muerte de unos hombres a manos El otro gran cuadro oficial —más de cuatro metros de
de otros. anchura— es el de La Junta de Filipinas (Museo Goya,
en Castres, Francia), encargado hacia 1815 por José Luis
Se trata de uno de los cuadros más valorados e influyentes Munárriz, director de dicha institución y a quien Goya
de toda la obra de Goya, y refleja como ninguno el punto retrató en estas mismas fechas.
de vista moderno hacia el entendimiento de lo que supone
todo enfrentamiento armado. Sin embargo no se redujo la actividad privada del pintor y
grabador. Continúa en esta época realizando cuadros de
pequeño formato de capricho que abordan sus obsesiones
habituales. Los cuadros dan una vuelta de tuerca más en
6 La Restauración (1815-1819) el alejamiento de las convenciones pictóricas anteriores.
Corrida de toros, Procesión de disciplinantes, Auto de fe
El periodo de la Restauración absolutista de Fernando VII de la Inquisición, Casa de locos. Destaca entre ellos El
supone la persecución de liberales y afrancesados, entre entierro de la sardina que trata el tema del carnaval.
25

que no deja de haber soluciones compositivas atrevidas


y originales, como en la estampa número 21 de la serie,
titulada «Desgracias acaecidas en el tendido de la plaza
de Madrid y muerte del alcalde de Torrejón», donde la
zona izquierda de la estampa aparece vacía de figuras, en
un desequilibrio impensable no muchos años antes.
Desde 1815 —aunque no se publicaron hasta 1864— tra-
baja en los grabados de Los disparates. Una serie de vein-
tidós estampas, probablemente incompleta, que constitu-
yen las de más difícil interpretación de las que realizó.
Destacan en sus imágenes las visiones oníricas, la pre-
sencia de la violencia y el sexo, la puesta en solfa de las
instituciones relacionadas con el Antiguo Régimen y, en
La Junta de Filipinas, h. 1815 (Museo Goya en Castres). general, la crítica del poder establecido. Pero más allá de
estas connotaciones los grabados ofrecen un mundo ima-
ginativo rico relacionado con la noche, el carnaval y lo
Son óleos sobre tabla de parecidas dimensiones (de 45 a grotesco.
46 cm x 62 a 73 cm), excepto El entierro de la sardina
Finalmente dos emotivos cuadros religiosos, quizá ahora
(82,5 x 62 cm) y se conservan en el museo de la Real
sí de devoción franca, cancelan el periodo. Son La última
Academia de Bellas Artes de San Fernando.
comunión de san José de Calasanz y Cristo en el monte
La serie procede de la colección adquirida en fecha des- de los Olivos, ambos de 1819, que se encuentran en el
conocida por el Corregidor de la Villa de Madrid en la Museo Calasancio de las Escuelas Pías de San Antón de
época del gobierno de José Bonaparte, el comerciante de Madrid. El recogimiento verdadero que muestran estos
ideas liberales Manuel García de la Prada, cuyo retrato lienzos, la libertad del trazo con que los pinta, el hecho
pintó el aragonés entre 1805 y 1810. En su testamento de de estar firmados y datados de su puño y letra, transmiten
1836 legó estos cuadros a la Academia de Bellas Artes, una emoción trascendente.
donde se conservan en la actualidad.
Estas obras son en gran medida responsables de la ima-
ginería de leyenda negra que la imaginación romántica 7 El Trienio Liberal y las Pinturas
creó a partir de la pintura de Goya, pues fueron imitadas
y difundidas en Francia, y también en España por artistas
negras (1820-1824)
como Eugenio Lucas o Francisco Lameyer.
Con el nombre de Pinturas negras se conoce la serie de
catorce obras murales que pinta Goya entre 1819 y 1823
con la técnica de óleo al secco sobre la superficie de re-
voco de la pared de la Quinta del Sordo. Estos cuadros
suponen, posiblemente, la obra cumbre de Goya, tanto
por su modernidad como por la fuerza de su expresión.
Una pintura como Perro semihundido se acerca incluso a
la abstracción; muchas otras son precursoras del expre-
sionismo pictórico y otras vanguardias del siglo XX.
Las pinturas murales fueron trasladadas a lienzo a par-
tir de 1874 y actualmente se exponen en el Museo del
Prado. La serie, a cuyos óleos Goya no puso título, fue
catalogada por primera vez en 1828 por Antonio de Bru-
gada, quien las tituló por vez primera, con motivo del
«Desgracias acaecidas en el tendido de la plaza de Madrid y inventario que realizó a la muerte del pintor. Han sido
muerte del alcalde de Torrejón», 1816. variadas las propuestas de título para estas pinturas. La
Quinta del Sordo pasó a ser propiedad de su nieto Ma-
En todo caso, su actividad sigue siendo frenética, pues en riano Goya en 1823, año en que Goya, al parecer para
estos años finaliza la estampación de Los desastres de la preservar su propiedad de posibles represalias tras la res-
guerra y emprende y concluye otra, la de La Tauroma- tauración de la Monarquía Absoluta y la represión de li-
quia —en venta desde octubre de 1816—, con la que el berales fernandina, se la cede. Desde entonces hasta fines
grabador pretendió obtener más beneficios y acogida po- del siglo XIX la existencia de las Pinturas negras fue esca-
pular que con las anteriores. Esta última está concebida samente conocida y solo algunos críticos, como Charles
como una historia del toreo que recrea sus hitos funda- Yriarte, las describieron.[44] Entre los años 1874 y 1878
mentales, y predomina el sentido pintoresco a pesar de fueron trasladadas de revoco a lienzo por Salvador Mar-
26 7 EL TRIENIO LIBERAL Y LAS PINTURAS NEGRAS (1820-1824)

no hallar comprador, acabó donándolas, en 1881, al Es-


tado español, que las asignó al entonces Museo Nacional
de Pintura y Escultura (Museo del Prado).[46]

Detalle de plano de Madrid, en 1900-1901, con la situación de la


Quinta de Goya, o Quinta del Sordo, cerca del puente de Segovia.

Goya adquiere esta finca situada en la orilla derecha del


río Manzanares, cerca del puente de Segovia y camino
hacia la pradera de San Isidro, en febrero de 1819; qui-
zá para vivir allí con Leocadia Weiss a salvo de rumores,
pues esta estaba casada con Isidoro Weiss. Era la mujer
con la que convivía y quizá tuvo de ella una hija pequeña,
Rosarito Weiss. En noviembre de ese año Goya sufre una
grave enfermedad de la que Goya atendido por el doctor
Arrieta (1820) es estremecedor testimonio. Lo cierto es
que las Pinturas negras fueron pintadas sobre imágenes
campestres de pequeñas figuras, cuyos paisajes aprove-
chó en alguna ocasión, como en el Duelo a garrotazos.
Saturno devorando a un hijo. Si estas pinturas de tono alegre fueron también obra del
aragonés, podría pensarse que la crisis de la enfermedad
unida quizá a los turbulentos sucesos del Trienio Liberal,
llevara a Goya a repintar estas imágenes.[47] Bozal se in-
clina a pensar que efectivamente los cuadros preexisten-
tes eran de Goya, debido a que solo así se entiende que
reutilizara alguno de sus materiales; sin embargo, Glen-
dinning asume que las pinturas «ya adornaban las paredes
de la Quinta del Sordo cuando la compró».[48] En todo ca-
so, las pinturas pudieron haberse comenzado en 1820. La
fecha de finalización de la obra no puede ir más allá de
1823, año en que Goya marcha a Burdeos y cede la finca
a su nieto Mariano,[49] probablemente temiendo represa-
lias contra su persona tras la caída de Riego. En 1830
Mariano de Goya transfiere la finca a su padre, Javier de
Goya.
Finca y casa de la Quinta de Goya en 1828. La gran maque- El inventario de Antonio de Brugada menciona siete
obras en la planta baja y ocho en la alta. Sin embargo
ta o “Modelo de Madrid” que conserva el Museo de Historia de
Madrid, incluye la casa donde residió Francisco de Goya.[43]
al Museo del Prado sólo llegaron un total de catorce.
Charles Yriarte (1867) describe asimismo una pintura
más de las que se conocen en la actualidad y señala que
tínez Cubells a instancias del barón Émile d’Erlanger,[45] esta ya había sido arrancada del muro cuando visitó la
proceso que causó un grave daño a las obras, que per- finca, siendo trasladada al palacio de Vista Alegre, que
dieron gran cantidad de materia pictórica. Este banquero pertenecía al marqués de Salamanca. Muchos críticos
francés tenía intención de mostrarlas para su venta en la consideran que por sus medidas y su tema, esta sería
Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, al Cabezas en un paisaje (Nueva York, colección Stanley
27

Moss).[50] El otro problema de ubicación radica en la el año 1874, por encargo, en previsión del derribo de la
titulada Dos viejos comiendo sopa, de la que desco- casa de campo. Por él sabemos que las pinturas fueron
nocemos si era sobrepuerta de la planta alta o baja; enmarcadas con papeles pintados clasicistas de cenefas,
Glendinning la localiza en la de la sala inferior. Este al igual que las puertas, ventanas y el friso bajo el cielo ra-
detalle aparte, la distribución original en la Quinta del so. Las paredes fueron empapeladas, como era costumbre
Sordo era como sigue:[51] en las residencias palaciegas y burguesas, con material tal
vez procedente de la Real Fábrica de Papel Pintado pro-
movida por Fernando VII. La planta inferior con motivos
de frutos y hojas y la superior con dibujos geométricos
organizados en líneas diagonales. También documentan
las fotografías el estado anterior al traslado.

J. Laurent. Fotografía de El Aquelarre (en el año 1874) en su


estado original en una de las paredes de la Quinta del Sordo de
Goya. Fotomontaje a partir de los dos negativos originales que se
conservan en la Fototeca del IPCE.

Una hipótesis de la ubicación original de las Pinturas negras en


la Quinta del Sordo.

• Planta baja: Se trataba de un espacio rectangular.


En los lados largos existían dos ventanas cercanas a
los muros cortos. Entre ellas aparecían dos cuadros
de gran formato muy apaisado: La romería de San
Isidro a la derecha, según la perspectiva del espec-
tador y El aquelarre a la izquierda. Al fondo, en el
lado corto enfrentado al de la entrada, una ventana
en el centro con Judith y Holofernes a su derecha y el
Saturno devorando a un hijo a la izquierda. A ambos
lados de la puerta se situaban La Leocadia (frente a Exposición Universal de París (1878). A la izquierda vemos la
pintura El aquelarre (1823), que en 1875 se arrancó de los muros
Saturno) y Dos viejos o Un viejo y un fraile frente a
de la casa de la Quinta del Sordo.
Judith.

• Planta alta: De las mismas dimensiones que la Hay consenso entre la crítica especializada en proponer
planta baja, sin embargo solo tenía una ventana cen- causas psicológicas y sociales para la realización de las
tral en los muros largos, a cuyos lados se situaban Pinturas negras. Entre las primeras estarían la conciencia
dos óleos. En la pared de la derecha conforme se de decadencia física del pintor, más acentuada si cabe a
entraba se hallaban Visión fantástica o Asmodea cer- partir de la convivencia con una mujer mucho más jo-
ca del espectador y Procesión del Santo Oficio más ven, Leocadia Weiss, y sobre todo las consecuencias de
alejada. En el de la izquierda estaban Átropos o Las la grave enfermedad de 1819, que postró a Goya en un
Parcas y Duelo a garrotazos sucesivamente. En el estado de debilidad y cercanía a la muerte que refleja el
muro corto del fondo se veía Dos mujeres y un hom- cromatismo y el asunto de estas obras.
bre a la derecha del vano y a la izquierda Hombres Desde el punto de vista sociológico, todo apunta a que
leyendo. A mano derecha de la puerta de entrada se Goya pintó sus cuadros a partir de 1820 —aunque no hay
encontraba El Perro y a la izquierda pudo situarse prueba documental definitiva— tras reponerse de su do-
Cabezas en un paisaje. lencia. La sátira de la religión —romerías, procesiones, la
Inquisición— o los enfrentamientos civiles —el Duelo a
Esta disposición y el estado original de las obras podemos garrotazos, las tertulias y conspiraciones que podría refle-
conocerlos, además de los testimonios escritos, por el ca- jar Hombres leyendo, una interpretación en clave política
tálogo fotográfico que in situ llevó a cabo J. Laurent hacia que podría desprenderse del Saturno: el Estado devoran-
28 7 EL TRIENIO LIBERAL Y LAS PINTURAS NEGRAS (1820-1824)

do a sus súbditos o ciudadanos—, concuerdan con la si-


tuación de inestabilidad que se produjo en España duran-
te el Trienio Liberal (1820-1823) tras el levantamiento
constitucional de Rafael Riego. Estos sucesos coinciden
cronológicamente con las fechas de realización de estas
pinturas. Cabe pensar que los temas y el tono se dieron
en un ambiente de ausencia de censura política férrea, cir-
cunstancia que no se dio durante las restauraciones mo-
nárquicas absolutistas. Por otro lado, muchos de los per-
sonajes de las Pinturas negras (duelistas, frailes, monjas,
familiares de la Inquisición) representan el mundo caduco
anterior a los ideales de la Revolución francesa.

La pintura mural Perro semihundido según fotografía del año


1874, por J. Laurent, en el interior de la Quinta de Goya.
Fototeca del IPCE.

considerando que la planta baja servía como comedor,


los cuadros deberían tener una temática acorde con el
entorno: debería haber escenas campestres —la villa se
situaba a orillas del Manzanares y frente a la pradera de
San Isidro—, bodegones y representaciones de banque-
tes alusivos a la función del salón. Aunque el aragonés no
trata estos géneros de modo explícito, Saturno devorando
a un hijo y Dos viejos comiendo sopa remiten, aunque de
forma irónica y con humor negro, al acto de comer. Ade-
más Judith mata a Holofernes tras invitarle a un banque-
te. Otros cuadros se relacionan con la habitual temática
bucólica y la cercana ermita del santo patrón de los ma-
drileños, aunque con un tratamiento tétrico: La romería
de San Isidro, La peregrinación a San Isidro en incluso La
Leocadia, cuyo sepulcro puede vincularse con el cemen-
Perro semihundido. terio anejo a la ermita.
Desde otro punto de vista, la planta baja, peor iluminada,
No se ha podido hallar, pese a los variados intentos en es-
contiene cuadros de fondo mayoritariamente oscuro, con
te sentido, una interpretación orgánica para toda la seriela única salvedad de La Leocadia, aunque viste de luto y
decorativa en su ubicación original. En parte porque la aparece en la obra una tumba, quizá la del propio Goya.
disposición exacta está aún sometida a conjeturas, pero En este piso domina la presencia de la muerte y la vejez
sobre todo porque la ambigüedad y la dificultad de en- del hombre. Incluso la decadencia sexual, según interpre-
contrar el sentido exacto de muchos de los cuadros en tación psicoanalítica, en la relación con mujeres jóvenes
particular hacen que el significado global de estas obras que sobreviven al hombre e incluso lo castran, como ha-
sea aún un enigma. Así y todo, hay varias líneas interpre-cen La Leocadia y Judith respectivamente. Los viejos co-
tativas que convienen ser consideradas. miendo sopa, otros dos «viejos» en el cuadro de formato
Glendinning señala que Goya adorna su quinta ateniéndo- vertical homónimo, el avejentado Saturno... representan
se al decoro habitual en la pintura mural de los palacios la figura masculina. Saturno es, además, el dios del tiem-
de la nobleza y la alta burguesía. Según estas normas, y po y la encarnación del carácter melancólico, relacionado
29

con la bilis negra, en lo que hoy llamaríamos depresión.


Por tanto la primera planta reúne temáticamente la seni-
lidad que lleva a la muerte y la mujer fuerte, castradora
de su compañero.
En la segunda planta Glendinning aprecia varios contras-
tes. Uno entre la risa y el llanto o la sátira y la tragedia
y otro entre los elementos de la tierra y el aire. Para la
primera dicotomía Hombres leyendo, con su ambiente de
seriedad, se opondría a Dos mujeres y un hombre; estos
son los dos únicos cuadros oscuros de la sala y marcarían
la pauta de las oposiciones de los demás. El espectador
los contemplaba al fondo de la estancia al ingresar a esta. Dos viejos comiendo sopa. 49,3 x 83,4 cm.
De la misma manera, en las escenas mitológicas de As-
modea y Átropos se percibiría la tragedia, mientras que
en otros, como la Peregrinación del Santo Oficio, vislum- se reduce a ocres, dorados, tierras, grises y negros; con
bramos una escena satírica. Otro contraste estaría basado sólo algún blanco restallante en ropas para dar contraste
en cuadros con figuras suspendidas en el aire en los men- y azul en los cielos y en algunas pinceladas sueltas de pai-
cionados cuadros de tema trágico, y otros en los que apa- saje, donde concurre también algún verde, siempre con
recen hundidas o asentadas en la tierra, como en el Duelo escasa presencia.
a garrotazos y el Santo Oficio. Pero ninguna de estas hi- Si se atiende a la anécdota narrativa, se observa que las
pótesis soluciona satisfactoriamente la búsqueda de una facciones de los personajes presentan actitudes reflexivas
unidad en el conjunto de los temas de la obra analizada. o extáticas. A este segundo estado responden las figuras
con los ojos muy abiertos, con la pupila rodeada de blan-
co, y las fauces abiertas en rostros caricaturizados, ani-
males, grotescos. Contemplamos el tracto digestivo, algo
repudiado por las normas académicas. Se muestra lo feo,
lo terrible; ya no es la belleza el objeto del arte, sino el
pathos y una cierta consciencia de mostrar todos los as-
pectos de la vida humana sin descartar los más desagrada-
bles. No en vano Bozal habla de una capilla sixtina laica
La romería de San Isidro refleja el estilo característico de las donde la salvación y la belleza han sido sustituidas por la
Pinturas negras.
lucidez y la conciencia de la soledad, la vejez y la muerte.
La única unidad que se puede constatar es la de estilo.
Por ejemplo, la composición de estos cuadros es muy no-
vedosa. Las figuras suelen aparecer descentradas, siendo 8 Goya en Burdeos (octubre de
un caso extremo Cabezas en un paisaje, donde cinco ca- 1824-1828)
bezas se arraciman en la esquina inferior derecha del cua-
dro, apareciendo como cortadas o a punto de salirse del
En mayo de 1823, las tropas del duque de Angulema to-
encuadre. Tal desequilibrio es una muestra de la mayor
modernidad compositiva. También están desplazadas las man Madrid con objeto de restaurar la monarquía abso-
luta de Fernando VII y se produce una inmediata repre-
masas de figuras de La romería de San Isidro —donde
el grupo principal aparece a la izquierda—, La peregri- sión de los liberales que habían apoyado la constitución de
1812, vigente de nuevo durante el Trienio Liberal. Goya
nación del Santo Oficio —a la derecha en este caso—, e
incluso en El Perro, donde el espacio vacío ocupa la ma- temió los efectos de esta persecución (consta que Leoca-
yor parte del formato vertical del cuadro, dejando una pe- dia Weiss, su compañera, también) y marchó a refugiarse
queña parte abajo para el talud y la cabeza semihundida. a casa de un amigo canónigo, José Duaso y Latre. Al año
Desplazadas en un lado de la composición están también siguiente solicita al rey un permiso para convalecer en el
Las Parcas, Asmodea, e incluso originalmente, El aquela- balneario de Plombières que le fue concedido.
rre, aunque tal desequilibrio se perdió tras la restauración Goya llega a mediados de 1824 a Burdeos y aún tiene
de los hermanos Martínez Cubells. energía para marchar a París en verano, volviendo a Bur-
También comparten un cromatismo muy oscuro. Muchas deos en septiembre donde residiría hasta su muerte. Su
de las escenas de las Pinturas negras son nocturnas, mues- estancia francesa solo se vio interrumpida en 1826, año
tran la ausencia de la luz, el día que muere. Así sucede en en que viaja a Madrid para cumplimentar los trámites de
La romería de San Isidro, el Aquelarre o la Peregrinación su jubilación, que consiguió con una renta de cincuenta
del Santo Oficio, donde una tarde ya vencida hacia el oca- mil reales sin que Fernando VII pusiera impedimentos a
so y genera una sensación de pesimismo, de visión tre- ninguna de las peticiones del pintor.
menda, de enigma y espacio irreal. La paleta de colores Los dibujos de estos años, recogidos en el Álbum G y el H
30 9 MUERTE DE GOYA Y DESTINO DE SUS RESTOS

La lechera de Burdeos, 1827. (Museo del Prado)

Hace pensar este canto del cisne en un compatriota poste-


«Aún aprendo», Álbum G (Museo del Prado). rior, Antonio Machado que, también exiliándose de otra
represión, guardaba en su bolsillo los últimos versos don-
de escribió «Estos días azules y este sol de la infancia».
Del mismo modo, acabada su vida, Goya rememora el
o bien recuerdan a Los Disparates y a las Pinturas negras,
color de sus cuadros para tapices y acusa la nostalgia de
o bien poseen un carácter costumbrista y recogen estam-
su juventud perdida.
pas de la vida cotidiana de la ciudad de Burdeos recogidas
en sus habituales paseos, como ocurre con el óleo La le- Por último, hay que señalar la serie de miniaturas so-
chera de Burdeos (hacia 1826). Varios de ellos están dibu- bre marfil que pintó en estos años usando la técnica del
jados con lápiz litográfico, en consonancia con la técnica esgrafiado sobre negro. Inventa en dichos diminutos mar-
de grabado que está practicando por estos años, y utiliza files figuras caprichosas y grotescas. La capacidad de in-
en la serie de cuatro estampas de Los toros de Burdeos. En novar las texturas y las técnicas del ya anciano Goya no
los dibujos de estos años tienen presencia dominante las se había agotado.
clases humildes y los marginados. Ancianos que se mues-
tran en actitudes juguetonas o circenses, como el «Viejo
columpiándose» —custodiado en la Hispanic Society—
o dramáticas, como el que se supone contrafigura de Go-
9 Muerte de Goya y destino de sus
ya —aunque no autorretrato—, un barbudo anciano que restos
camina con la ayuda de bastones titulado «Aún aprendo».
También siguió pintando al óleo. Leandro Fernández de El 28 de marzo de 1828 llegaron a verle a Burdeos su
Moratín, en su epistolario, principal fuente de noticias so-
nuera y su nieto Mariano, pero no llegó a tiempo su hijo
bre la vida de Goya en estos años, escribe a Juan Anto- Javier. Su estado de salud era muy delicado, no solo por
nio Melón que «pinta que se las pela, sin querer corregir el proceso tumoral que se le había diagnosticado tiempo
jamás nada de lo que pinta». Destacan los retratos a sus atrás, sino a causa de una reciente caída por las escaleras
amigos, como el que hace al propio Moratín a su llegada a que le obligó a guardar cama, postración de la que ya no
Burdeos que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de se recuperará.[52] Tras un empeoramiento a comienzos
Bilbao o aquel en que retrata a Juan Bautista de Muguiro del mes, Goya muere a las dos de la madrugada del 16
en mayo de 1827. de abril de 1828, acompañado en ese momento por sus
Pero sin duda destaca La lechera de Burdeos, lien- deudos y por sus amigos Antonio de Brugada y José Pío
zo que ha sido visto como un directo precursor del de Molina.
impresionismo. El cromatismo se aleja de la oscura pale- Al día siguiente se le entierra en el cementerio bordelés
ta característica de sus Pinturas negras. Presenta matices de La Chartreuse, en el mausoleo propiedad de la familia
de azules y toques rosados. El motivo, una joven, parece Muguiro de Iribarren,[53] junto a su buen amigo y con-
revelar la añoranza de Goya por la vida juvenil y plena. suegro Martín Miguel de Goicoechea, fallecido tres años
31

atrás. Tras un prolongado olvido, en 1869 se efectúan des- te un cuaderno de estudio realizado con motivo de
de España distintas gestiones para trasladarle a Zaragoza su viaje de aprendizaje a Italia y en él encontramos
o a Madrid, lo que no era posible legalmente hasta pa- trabajos preparatorios del Aníbal vencedor. Se sirve
sados cincuenta años. En 1888 (a los sesenta años, pues) del lápiz, la sanguina y la tinta.
se hace una primera exhumación (encontrándose los des-
pojos de ambos esparcidos por el suelo), que por desidia • Álbum A (verano de 1796). También llamado
española no concluye en traslado.[54] En 1899 por fin se Cuaderno pequeño de Sanlúcar. Fue dibujado du-
exhuman de nuevo y llegan finalmente a Madrid los restos rante su estancia en la finca de la duquesa de Alba
de los dos, Goya y Goicoechea. Depositados provisional- en Sanlúcar de Barrameda. Predominan las escenas
mente en la cripta de la Colegiata de San Isidro, pasan de jóvenes en actitudes caseras e íntimas, en las que
en 1900 a una tumba colectiva de «hombres ilustres» en se puede apreciar el porte de la propia Cayetana. La
la Sacramental de San Isidro[55] y finalmente, en 1919, a técnica es la punta de pincel, la aguada de tinta china
la ermita de San Antonio de la Florida, al pie de la cú- y toques de lápiz negro y pluma.
pula que el aragonés pintara un siglo atrás, donde desde
entonces permanecen.[56]
• Álbum B (1796-1797) o Álbum de Sanlúcar-Madrid.
Fue comenzado en Sanlúcar, de modo consecutivo
al Álbum A, con los mismos rasgos técnicos y estilís-
10 Álbumes de dibujos ticos hasta el dibujo número 27. En adelante apare-
cen motivos que preludian los Caprichos: asnerías,
ladrones, procesiones. Muchos son trabajos prepa-
ratorios de las estampas, pues aparecen dibujos en-
marcados y epígrafes que los explican.

«Mujer maltratada con un bastón», Álbum B o Álbum de Ma-


drid. Dibujo a la aguada y tinta china sobre papel.

Los diferentes cuadernos o álbumes de dibujos de Go-


ya son vehículos para sus apuntes, borradores, croquis... «Castigo francés», Álbum G.
pero en mayor medida suponen una obra privada y per-
sonal con valor propio. Se distinguen el inicial Cuaderno
italiano, de comienzos de la década de 1770, y otros seis • Álbum C (1803-1824). Es el más extenso y el cua-
álbumes catalogados con letras de la «A» a la «F». En derno de dibujos medular de la obra goyesca. Re-
general fueron luego deshojados y vendidos los dibujos fleja temas, composición y formas vinculados a las
uno a uno. La mayoría de ellos se han logrado reunir en series de grabados más destacadas, críticas y de ca-
el Museo del Prado. Una breve descripción y cronología pricho. La técnica dominante es la tinta china y la
de estos sería como sigue: aguada sepia. De todos modos, la amplitud crono-
lógica y la extensión de este álbum admite registros
• Cuaderno italiano (h. 1770). Es fundamentalmen- muy variados.
32 11 UNA VIDA EN AUTORRETRATOS

• Álbum D (1801-1803). Todos los indicios apuntan


a que está inacabado. Sus asuntos se relacionan con
las planchas de Los disparates. Utiliza en sus dibujos
pincel y tinta china.

• Álbum E (1783-1812) o de bordes negros, pues las


escenas están enmarcadas con un grueso trazo. Po-
drían haber sido destinadas a una serie de estampas,
por su minuciosidad y regularidad en el formato y la
unidad temática presidida por la sabiduría.

• Álbum F (1812-1823). La importancia de los dibu-


jos en Goya crece con este álbum. Variedad de te-
mas, complejidad de las composiciones, masas de
figuras, interiores con un delicado tratamiento de la
luz. Realizados con pincel a la aguada de sepia.

• Álbumes G y H (1824-1828). Realizados en Bur-


deos, reflejan la mirada costumbrista hacia el nue-
vo país. Aparece un condenado a muerte en la gui-
llotina. Pero también rememora el pasado español
(como el mutilado de brazos y piernas y colgado en-
vuelto en un lienzo cuyo epígrafe reza: «Amaneció
así, mutilado, en Zaragoza, a principios de 1770»).
Destaca la profusión de personajes que vuelan: an-
Autorretrato, hacia 1773 (Colección privada).
cianos, lindas muchachas, clérigos... Destaca un di-
bujo donde aparece un alter-ego del anciano pintor,
que apoyado en bastones, camina con dificultad y
cuyo epígrafe reza «Aún aprendo».

11 Una vida en autorretratos


Se puede estudiar la evolución del aspecto físico e inclu-
so aspectos de la condición humana de Goya haciendo un
recorrido por las numerosas obras en que reflejó su auto-
rretrato, tanto en óleos como en dibujos; unas veces con
su efigie, otras de cuerpo entero y en numerosas ocasiones
incluido en el conjunto de un cuadro de grupo.
El autorretrato más temprano que se conoce fue realiza-
do hacia 1773 (óleo sobre tabla, 58 x 44 cm, colección
Zurgena, Madrid), y da cuenta de su imagen tras la vuel-
ta de su viaje a Italia de 1770, si bien Juan J. Luna es
partidario de una datación anterior a este año, conside-
rándolo un retrato hecho para que su familia lo tuviera
presente ante su inmediato viaje.[57] Aparece con larga
melena, evocando posiblemente la imagen de los maes-
tros barrocos, con una actitud de firmeza, seguridad en sí
mismo y un punto de rebeldía a juzgar por la cabellera
suelta que le cae hasta los hombros. Pintado con minu-
ciosidad, destaca un rostro redondeado, nariz algo chata
y una constitución gruesa, aunque de noble prestancia.
Hay que esperar hasta la década de los años ochenta del Autorretrato, 1783 (Museo de Agen, Francia).
siglo XVIII para encontrar una nueva imagen del artista.
Esta vez aparece con el cuerpo perfil pintando un gran
lienzo y mirando hacia el espectador. Despojado de atri- rostro hacia el motivo que pinta, dándonos así una ima-
butos relacionados con su cargo de pintor real, gira su gen del mismo en ligero escorzo. La pincelada es aquí
33

más suelta, Goya aparece vestido con ropa cómoda en un rostro, con una mirada de con gran intensidad. Ha sido
interior, adelantando el modelo de retrato burgués que le visto como un retrato plenamente romántico que guar-
será propio a partir de estos años. da curiosas similitudes con los que dibujó el surrealista
[58]
De la misma época es el autorretrato que incluye en la Antonin Artaud tras la Segunda Guerra Mundial.
pintura para una de las capillas de San Francisco el Gran- Entre los años 1797 y 1799 Goya trabaja en la estam-
de Predicación de San Bernardino de Siena, donde el pin- pación de la serie de Los caprichos. Para su frontispicio
tor reafirma su personalidad apareciendo en una de las dudó entre dos imágenes que contienen sendos autorre-
obras que emprendió con mayor ambición. Asimismo tratos. En un primer momento pensó en situar al frente la
aparece en el Retrato del Conde de Floridablanca de 1783 que luego será la estampa n.º 43, «El sueño de la razón
y en la obra que dedicó al año siguiente a representar la produce monstruos», en uno de cuyos dibujos preparato-
familia del infante Luis de Borbón. Más tarde, en 1800, rios (h. 1797) se aprecia la imagen del artista reclinado
aparecerá pintando un gran lienzo, al modo que lo hizo y rodeado de sueños de pesadilla constituidos claramente
Velázquez en Las Meninas, en el retrato de la familia de por la representación de su rostro. Sin embargo se decan-
Carlos IV. tó finalmente por abrir Los caprichos con su autorretrato
Francisco Goya y Lucientes, pintor, con sombrero de co-
pa, descrito en la época como de gesto satírico, en alusión
a la intención crítica de esta colección. De él se conser-
va un dibujo previo de busto completo. En otro borrador
dibujado previamente al Sueño de la mentira y la incons-
tancia, estampa destinada a Los caprichos que no llegó a
ser incluida en la serie, también se ve a Goya en relación
con la imagen de una mujer que tiene rasgos de la Duque-
sa de Alba y aparece con dos rostros, cual Jano bifronte,
lo que de nuevo lleva a pensar en un posible despecho
amoroso sufrido por el artista.

Autorretrato, hacia 1800.

También existen numerosos dibujos en que el artista se


autorretrata. El busto con peluca del Museo de Bellas
Artes de Boston a grafito, también de hacia 1783, el del
Museo de Arte Moderno de Nueva York con sombrero
de tres picos (pluma y tinta sepia, colección Lehman, h.
1790 o quizá anterior a 1783, a juzgar por el atuendo die-
ciochesco y la robustez del rostro), y otro de alrededor de Autorretrato, 1795 (Museo del Prado).
1800, pintado a tinta china y aguada. Ha sido muy comen-
tado este último retrato en el que aparece su cara total- De características similares al muy comentado dibujo a
mente de frente y orlada con una melena medusea unida la aguada de 1800, es un minúsculo retrato al óleo sobre
por las patillas a la barba, contorneando todo el óvalo del lienzo (18 x 12 cm) que fue pintado en torno a 1795, con
34 12 VÉASE TAMBIÉN

toda probabilidad elaborado como regalo a la Duquesa mismo». El del Museo del Prado muestra al artista con
de Alba, a cuyos herederos perteneció hasta su salida a actitud más sencilla, una vez desaparecida la urgencia de
subasta en 1989.[59] Aquí aparece ante un lienzo, mirando afirmarse personal y profesionalmente de sus anteriores
hacia lo que parece ser su modelo y con un atuendo a la autorretratos.
última moda del momento. Emotivo es Goya atendido por el doctor Arrieta, un cua-
Es muy significativo un pequeño retrato de cuerpo entero dro pintado en 1820 que refleja la grave enfermedad que
conservado en la Academia de San Fernando y pintado padeció desde noviembre de 1819 —quizá el tifus—, en
entre 1790 y 1795: el llamado Autorretrato en el taller. El la que fue atendido por el médico Eugenio García Arrie-
artista de perfil, a contraluz, lleva un extraño sombrero en ta. Se autorretrata enfermo y agonizante, sostenido por
el que hay unos soportes para poner velas, con las que se detrás por el doctor que le da a beber alguna medicina.
supone que pintaba de noche. Nos habla de su actividad En un fondo oscuro aparecen al fondo a la izquierda unos
como intelectual (la luz destaca una mesita con recado rostros de mujer que la crítica ha identificado con la re-
de escribir) y de su aprecio por la actividad alejada de presentación de Las Parcas.
los encargos oficiales. En esta época renunció a labores
como pintor de cartones para tapices alegando motivos de
salud, pero el cuadro nos lo muestra activo (como ratifica
su biografía de estos años) y gozando de la pintura que se
alejaba de los encargos oficiales.

Autorretrato con gorra, 1824.

En una cartela en la parte baja del cuadro figura un epí-


grafe, presumiblemente autógrafo, en el que se lee:

Goya agradecido, á su amigo Arrieta: por


el acierto y esmero con qe le salvo la vida en
su aguda y / peligrosa enfermedad, padecida á
fines del año 1819, a los setenta y tres años de
Autorretrato del Museo Goya de Castres (Francia). su edad. Lo pinto en 1820.

Otros dos autorretratos al óleo muy parecidos de bus- La última imagen conocida de la mano del propio artista
to corto con gafas se encuentran en el Museo Goya de es un dibujo de 1824 conservado en el Museo del Prado
Castres y en el Museo Bonnat de Bayona, ambos en Fran- con su rostro de perfil y tocado con una gorra en apostura
cia. Adopta en ellos la pose de un tertuliano burgués, ves- cercana al de la portada de Los caprichos.
tido como sus amigos ilustrados Jovellanos o Saavedra.
De su senectud hay también testimonios. Dos magníficos
autorretratos casi idénticos realizados en 1815, uno dona- 12 Véase también
do por Javier Goya a la Academia de San Fernando y otro
que se encontraba probablemente en la Quinta del Sordo, • Relación de cuadros de Goya.
pues figura en el inventario que Antonio de Brugada reali- • Cronología de Goya como personaje en los medios
zó a la muerte del artista aragonés de las Pinturas negras audiovisuales.
en 1828 y desde 1872 se aloja en el Museo del Prado.
La firma del primero reza «Fr. de Goya, aragonés por el • A Goya
35

[7] Bozal (2005), vol. 1, pág. 27.

[8] Alcolea Blanch, Santiago. Aníbal, máscaras y anamorfo-


sis en el Cuaderno italiano de Goya [en línea], Barcelona,
Instituto Amatller de Arte Hispánico, 1998. <http://www.
amatller.com/digipubl/GoyaAnibalAnamorfosis.pdf>
[Consulta: 30.10.2007].

[9] Glendinning (1993), pág. 33.

[10] Francisco de Goya, Cartas a Martín Zapater, ed. lit. Mer-


cedes Águeda y Xavier de Salas, Tres Cantos, Istmo,
2003, pág. 60 y n. 8, pág. 62.

[11] Goya, Cartas a Martín Zapater, ed. cit. pág. 94.

[12] Pérez Sánchez, Alfonso. Goya, Barcelona, Planeta-De


Dibujo de Goya en una carta a Martín Zapater, 3 de febrero de Agostini, 2004, pág. 24.
1785.
[13] Valeriano Bozal (2005, vol. 1, págs. 119-124) analiza la
condición física de Goya a partir de 1794 en virtud del
13 Referencias análisis de sus retratos y apoyándose en argumentos y do-
cumentación aducida por Glendinning, indica que la fre-
[1] Se cita a veces por error la muerte el día 15 de abril, sin nética actividad desplegada por el pintor en los años no-
duda porque ocurrió a las 2 de la madrugada del día 16, venta no es compatible con los achaques que alega para ser
pero los documentos del registro civil de Burdeos no dejan eximido de ciertas obligaciones docentes y de encargos de
lugar a la duda. Los transcriben, por ejemplo, J. Fauqué y cuadros para la corte:
R. Villanueva Echeverría, Goya y Burdeos (1824-1828),
[...] el director de la Real Fábrica [de
Zaragoza, Oroel, 1982, págs. 206 y 210.
Tapices], Livinio Stuyck, creía en marzo de
[2] Arnaiz, José Manuel «La Triple Generación», en Reali- 1794 que Goya «se halla absolutamente im-
dad e imagen, Goya 1746-1828. Catálogo de la exposición posibilitado de pintar, de resultas de una gra-
celebrada en el Museo de Zaragoza del 3 de octubre al 1 ve enfermedad que le sobrevino» [pero tan-
de diciembre de 1996, Madrid, Electa, 1996. Consulta el to en 1793 como en 1794 Goya pinta va-
29 de octubre de 2007. ISBN 978-84-8156-130-2. rias obras]; en marzo de 1796 no pudo diri-
gir la sala del modelo [como supervisor de los
[3] Ficha de obra en el catálogo de la Universidad de Zaragoza alumnos de la Academia de San Fernando a
la que estaba obligado a comparecer un mes
[4] De su condición social dice Nigel Glendinning en Fran- al año], tal como le correspondía, «a causa
cisco de Goya, Madrid, Cuadernos de Historia 16, 1993, de estar enfermo», y en abril de 1797 dimi-
pág. 21: te de su empleo de Director de pintura en la
Él podía moverse fácilmente entre las dis- Academia, desengañado de convalecer de sus
tintas clases sociales. La familia de su padre dolencias habituales. En 1798 el propio Goya
estaba a caballo entre pueblo y burguesía. Su «confiesa que no ha podido ocuparse en cosas
abuelo paterno fue notario, con la categoría de su profesión, en relación con la fábrica de
social que esto implicaba; sin embargo, su bi- tapices, por hallarse tan sordo “que no usan-
sabuelo y su padre no tuvieron derecho al dis- do de las cifras de la mano [el lenguaje de
tintivo de don: éste era dorador y maestro de signos de los sordos] no puede entender cosa
obras aquél. Al seguir la carrera de pintor ar- alguna”» (Glendinning, 1992, 25) [cita que
tista, Goya podía levantar sus miras. Además, alude a la obra de Nigel Glendinning, Goya.
por parte de su madre, los Lucientes tenían La década de los caprichos. Retratos 1792-
antecedentes hidalgos y pronto se casó él con 1804, Madrid, Real Academia de Bellas Ar-
Josefa Bayeu, hija y hermana de pintores y de tes de San Fernando, 1992]. Pero no excluye
orígenes infanzones. Glendinning que Goya exagerara sus males,
no solo por la amplia producción pictórica de
Al respecto de sus orígenes, véanse también «La familia estos años, también por el interés que pone
de Goya: ascendientes y descendientes», en Infogoya, pá- en los asuntos económicos.
gina de la Universidad de Zaragoza y la Institución «Fer- Bozal (2005), vol. 1, pág. 120.
nando el Católico»-Consejo Superior de Investigaciones
Científicas; e información sobre su árbol genealógico en
la página web «Genealogías de Uncastillo». [14] Bozal, vol. 1, pág. 112.

[5] Bozal (2005), vol. 1, pág. 26. [15] Mercedes Águeda y Xabier de Salas, en la edición cita-
da de las Cartas a Martín Zapater (ed. cit., págs. 344 y n.
[6] Ficha del Armario relicario de Fuendetodos en el Catálogo 3, pág. 346), afirman de este pasaje: «Única frase cono-
de la Universidad de Zaragoza cida y documentada de Goya en donde hace alusión a la
36 13 REFERENCIAS

duquesa de Alba y que ha dado lugar a toda la leyenda y de una clase de pequeños propietarios en el
elucubraciones posteriores.» Apud loc. cit. campo, todos éstos son fenómenos que con-
tribuyen a crear una atmósfera en la que los
[16] Carmen Muñoz de Figueroa Yebes, La condesa-duquesa Caprichos adquieren pleno sentido. La crítica
de Benavente, una vida en cartas, Madrid, Espasa-Calpe, de la corrupción eclesiástica, de la supersti-
1955, pág. 75. OCLC 12542430 Apud Bozal, 2005. ción, de los matrimonios de conveniencia, la
explotación de los agricultores..., son temas
[17] «La huida a Egipto», 1771, en la Exposición virtual de
dominantes en estas estampas. Sin embargo,
grabados de Goya de la Biblioteca Nacional de España.
para cuando se ponen a la venta en 1799 la
[18] Biblioteca nacional de España (ed.). «Diario de Madrid situación ha cambiado, el clima represivo se
del miércoles 6 de febrero de 1799.». Consultado el 21 de acentúa y las pretensiones reformistas pasan
agosto de 2013. a mejor vida: la Inquisición se interesará por
las estampas de Goya y éste, asustado, ter-
[19] «La burla de Goya no se detiene en los tópicos de la crí- minará regalando las planchas al monarca a
tica anticlerical, aunque también los utiliza, sino que va cambio de una pensión para su hijo.
más allá y unas veces roza la irreverencia y otras se mofa Valeriano Bozal (2005), vol. 1, págs.
de los votos religiosos y de ciertas funciones del ministe- 107-112.
rio sacerdotal». Emilio La Parra López, «Los inicios del
anticlericalismo español contemporáneo», en Emilio La
Por otro lado un párrafo del libro de Glendinning (1993,
Parra López y Manuel Suárez Cortina, El anticlericalismo
pág. 56), de un capítulo que titula significativamente «La
español contemporáneo, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998,
feliz renovación de las ideas», afirma:
pág. 33. ISBN 84-7030-532-8.
Un enfoque político sería muy lógico pa-
[20] Bozal (2005), vol. 1, pág. 107, abre el capítulo correspon- ra estas sátiras en 1797. Por entonces los ami-
diente al contexto histórico de esta época con el título de gos del pintor disfrutaban de la protección de
«La primavera ilustrada» donde asevera: Godoy y tenían acceso al poder. En el mes de
noviembre se nombra a Jovellanos ministro
Godoy inició una política de talante libe-
de Gracia y Justicia, y un grupo de amigos
ral que le indispuso con la Iglesia y con la
de éste, entre ellos Simón de Viegas y Var-
aristocracia más conservadora. Es muy posi-
gas Ponce, trabajan en la reforma de la en-
ble que apoyara a Jovellanos cuando la Inqui-
señanza pública. Una nueva visión legislativa
sición le abrió expediente y formuló censura
trasciende en la labor de Jovellanos y estos
(1796) con motivo del Informe sobre la ley
amigos, y según el mismo Godoy, se quería
agraria [de 1795]: el expediente contra Jove-
ejecutar poco a poco «Las reformas esencia-
llanos fue suspendido por orden superior en
les que reclamaban los progresos del siglo».
1797; ¿quién sino Godoy tenía poder para or-
Las artes nobles a bellas tendrían su papel en
denar semejante suspensión? Éste es el año
este proceso, «preparando los días de una fe-
en que el ilustrado asturiano entró a formar
liz renovación cuando estuviesen ya maduras
parte del gobierno en calidad de ministro de
las ideas y las costumbres». [...] La aparición
Gracia y Justicia, en compañía de Francis-
de Los caprichos en este momento se apro-
co Saavedra (Hacienda) [...] Los meses que
vecharía de «la libertad de discurrir y escri-
transcurren desde finales de 1797 hasta agos-
bir» existente para contribuir al espíritu de
to de 1798 constituyen la llamada «prima-
reforma y podrían contar con el apoyo moral
vera ilustrada». La política que Godoy había
de varios ministros. No es extraño que Goya
asumido en los años anteriores de una forma
pensara en publicar la obra por suscripción y
balbuceante parece entrar ahora en una di-
esperase que una de las librerías de la Corte
rección mucho más decidida. Los ministros
se encargara de la venta y publicidad.
mencionados son los instrumentos del favo-
Nigel Glendinning Francisco de Goya,
rito para llevarla a cabo, y Jovellanos ocupa
Madrid, Cuadernos de Historia 16, 1993,
en este marco un lugar fundamental. [...] Se
pág. 56 (El arte y sus creadores, 30). D.L.
estima que entre los objetivos de Godoy se
34276-1993
encontraba la reforma de los estatutos uni-
versitarios, el inicio de la desamortización y
el recorte de atribuciones de la Inquisición. [21] Véase en commons la serie ordenada. El bandido Maraga-
[...] El lector habrá notado que las fechas en to, delincuente homicida muy conocido desde 1800, fue
las que Jovellanos intenta llevar a cabo sus detenido en 1806 por un franciscano, Pedro de Zaldivia,
reformas coinciden con aquellas en las que de lo que resultó ahorcado y descuartizado por la justicia
Goya realiza las estampas de sus Caprichos, de la época.
una obra profundamente crítica que se pon-
drá a la venta en Madrid en 1799 [...] A buen [22] Glendinning (1993), págs. 44-48
seguro que el clima de cambio que Saave- [23] Bozal (2005), vol. 1, págs. 107 y 148-149.
dra y Jovellanos introducen, la nueva actitud
ante la Iglesia, los deseos de reforma econó- [24] Seseña, Natacha. Goya y las mujeres. Madrid, Taurus,
mica, la pretensión de fomentar el desarrollo 2004. ISBN 978-84-3060-507-1.
37

[25] El estudio del estilo de La maja desnuda refleja el [36] «'El Coloso' “casi seguro” que no era de Goya». El País.
de la década de 1790. 1800 es la fecha de la prime- Consultado el 26 de junio de 2008.
ra mención de La maja desnuda y aparece en el dia-
rio de Pedro González de Sepúlveda, grabador y aca- [37] «El Coloso es de un “discípulo de Goya"». El País, 26-01-
démico, que refiere que forma parte de la colección de 2009. [Consulta: 26.01.2009].
pintura de Manuel Godoy en 1800. Cfr. Juan J. Luna,
[38] En el poema de Juan Bautista Arriaza, «Profecía del Piri-
La maja desnuda [en línea], en Catálogo de la exposi-
neo» (vv. 25-36) aparece un Titán que se yergue sobre los
ción celebrada en el Museo de Zaragoza del 3 de oc-
Pirineos, cordillera cuya etimología significa monte que-
tubre al 1 de diciembre de 1996, n.º 1: «La maja des-
mado y así ha sido reflejada en la tradición literaria espa-
nuda». Cit. por la página web Realidad e imagen: Go-
ñola, como se observa en la Fábula de Polifemo y Galatea
ya 1746-1828. URL <http://www.almendron.com/arte/
de Góngora; al gigante Polifemo lo llama «este Pirineo»
pintura/goya/obras_goya/goya_34.htm> [Consulta:8.12.
en el verso 62. El poema de Arriaza describe detalles co-
2007]
mo los de las nubes que rodean su cintura, precisión que
[26] Juan J. Luna, art. cit., 1996. Goya refleja en el cuadro:

[27] Joaquín Ezquerra del Bayo, La Duquesa de Alba y Goya, Ved que sobre una cumbre
Madrid, Aguilar, 1959. de aquel anfiteatro cavernoso,
del sol de ocaso a la encendida lumbre
[28] Bozal, vol. 1, pág. 187. descubre alzado un pálido Coloso
que eran los Pirineos
[29] Glendinning (1993), pág. 64 basa humilde a sus miembros giganteos.
Cercaban su cintura
[30] Bozal, vol. 1, págs. 185-187 celajes de occidente enrojecidos,
[31] A menudo se da por supuesto que Goya tenía una rela- dando expresión terrible a su figura
ción sentimental con Leocadia Weiss, de la que nació en con triste luz sus ojos encendidos
1814 Rosario Weiss, por quien Goya sintió un gran cariño. y al par del mayor monte,
Sin embargo, José Manuel Cruz Valdovinos, en «La par- enlutando su sombra el horizonte.
tición de bienes entre Francisco y Javier Goya a la muerte Juan Bautista Arriaza, «Profecía del
de Josefa Bayeu y otras cuestiones», Goya Nuevas Visio- Pirineo», en Poesías patrióticas, Londres, T.
nes. Homenaje a Enrique Lafuente Ferrari, Madrid, 1987, Bensley, 1810, págs. 27-40, vv. 25-36.
págs. 133-153, señala que no hay prueba alguna de que
esas relaciones fueran amorosas; además el amor de Goya [39] «Recuerdos del Dos de Mayo», pág. 63, IV.
por Rosarito Weiss es plenamente comprensible conside-
rando solo su condición de ahijada. Isidoro Weiss recono- [40] Ficha del Retrato del general Nicolas Philippe Guye en el
ció la paternidad de Rosario el 2 de octubre de 1814 y si VMFA (Virginia Museum of Fine Arts).
este no fuera el padre biológico, tras la ruptura con su es-
posa no habría accedido a darle su apellido (apud Bozal, [41] El título completo que escribió Goya en el ejemplar que
2005, vol. 2, págs. 156-160). A pesar de estas opiniones regaló a Ceán Bermúdez es Fatales consequencias de la
contrarias, según documenta J. Camón Aznar (Francisco sangrienta guerra en España con Buonaparte. Y otros ca-
de Goya, Zaragoza, Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón prichos enfáticos.
y Rioja, 1980, pág. 226), tras la partición de la herencia el
hijo de Goya, Javier, cedió a Leocadia y su hija, que que- [42] Véase al respecto el comentario de José Camón Aznar:
daban en estado precario, los muebles de la casa, la ropa, Goya recorrió las tierras aragonesas em-
y dinero en efectivo, lo que sugiere una relación más es- papadas en sangre y en visiones de muerte.
trecha de su padre con Leocadia. Esto se confirmaría por Y su lápiz no hizo más que repetir los es-
varias vías pero sobre todo por el documento de viaje por pectáculos macabros que tenía ante su vista
Bayona de Leocadia y sus dos hijos, Guillermo y Rosario, y las sugerencias directas que recogió en es-
que alegaba ir a Burdeos para reunirse «con su marido», o te viaje. Sólo en Zaragoza pudo contemplar
por el acta levantada por el cónsul de España tras la muer- los efectos de obuses que al caer derrumba-
te de Goya, donde manifiesta que «vivían juntos», véase el ban los pisos de una casa precipitando a sus
bien documentado artículo de M. Núñez de Arenas en el habitantes como en la lámina 30 “Estragos de
Bulletin Hispanique 52, 1950, págs. 229-273, espec. 257. la Guerra”.
José Camón Aznar, «Los Sitios de
[32] José Camón Aznar, «Los Sitios de Zaragoza en los gra-
Zaragoza en los grabados de Goya», Herado
bados de Goya», Heraldo de Aragón, 11 de octubre de
de Aragón, 11 de octubre de 1953,
1953, recogido por Juan Domínguez Lasierra en Heraldo
recogido por Juan Domínguez Lasierra en
Domingo el 17 de agosto de 2003, [URL visitada el 24 de
Heraldo Domingo el 17 de agosto de 2003,
diciembre de 2007].
[URL visitada el 15 de agosto de 2007].
[33] Bozal, vol. 2, pág. 76.

[34] Glendinning (1993), págs. 84-97. [43] Revista Descubrir el Arte, nº 201, noviembre de 2015, pá-
ginas 18-24. ISSN 1578-9047. La maqueta fue realizada
[35] Glendinning (1993), pág. 90. por el ingeniero militar León Gil de Palacio, entre los años
38 14 BIBLIOGRAFÍA

1828 y 1830. Es la última casa de Goya en Madrid, don- 14 Bibliografía


de creó las Pinturas Negras, entre los años 1819 y 1823.
Es la verdadera casa de campo de Goya, con aspecto ru- • ALCOLEA BLANCH, Santiago, Aníbal, máscaras
ral, antes de que sus descendientes construyesen al lado un
y anamorfosis en el Cuaderno italiano de Go-
palacete burgués (que hasta ahora se había creído erró-
neamente que era la casa de Goya). El pintor solamente
ya [en línea], Barcelona, Instituto Amatller de
conoció la casa que se ve en la maqueta. Arte Hispánico, 1998. <http://www.amatller.com/
digipubl/GoyaAnibalAnamorfosis.pdf> [Consulta:
[44] Charles Yriarte, Goya, sa vie, son oeuvre, 1867. 30.10.2007].
[45] Cfr. Bozal (2005), vol. 2, pág. 247:
• ARNAIZ, José Manuel, Las pinturas negras de Goya,
Salvador Martínez Cubells (1842-1914), Madrid, Antiqvaria, 1996. ISBN 978-84-86508-45-
restaurador del Museo del Prado y académi- 6
co de número de la Real Academia de Be-
llas Artes de San Fernando, trasladó las pin- • BOZAL, Valeriano, Francisco Goya, vida y obra,
turas a lienzo por encargo del que en aquel Madrid, Tf, 2005, 2 vols. (Aficiones, 5-6). ISBN
momento, 1873, era propietario de la quin- 978-84-96209-39-8
ta, el barón Fréderic Emile d'Erlanger (1832-
1911). Martínez Cubells realizó este trabajo • D'ORS FÜHRER, Carlos, y MORALES MARÍN,
ayudado por sus hermanos Enrique y Fran- Carlos, Los genios de la pintura: Francisco de Go-
cisco (...). ya, Madrid, Sarpe, 1990. ISBN 8477001002
[46] L. V. G. (2006). «Erlanger, barón Frédéric Émile d'». • GLENDINNING, Nigel, «El Coloso de Goya y la
Fundación Amigos del Museo del Prado. Consultado el poesía patriótica de su tiempo», Dieciocho: Hispanic
21 de agosto de 2011. Enlightenment, [en línea], 22-03-2004. [Consulta:
[47] Bozal (2005), vol. 2, págs. 248-249. 6-02-2009]. Consultable [7-3-2011] en <http:
//sites.google.com/site/franciscodegoyaelcoloso/
[48] Glendinning (1993), pág. 116.
d---glendinning-coloso-2004>
[49] Arnaiz (1996), pág. 19.
• — Francisco de Goya, Madrid, Cuadernos de His-
[50] Cabezas en un paisaje con comentario. toria 16, 1993 (El arte y sus creadores, 30). D.L.
[51] Existen reconstrucciones virtuales de este espacio en línea 34276-1993
en artarchive.com y theartwolf.com • — Goya y sus críticos, Madrid, Taurus, 1982. ISBN
[52] Carlos D'Ors Führer y Carlos Morales Marín, Los genios 978-84-306-1217-8
de la pintura: Francisco de Goya, Madrid, Sarpe, 1990,
pág. 76. ISBN 8477001002. • GOYA, Francisco, Cartas a Martín Zapater, ed. lit.
Mercedes Águeda y Xavier de Salas, Tres Cantos,
[53] M. Núñez de Arenas, art.cit. supra, pág. 260. Istmo, 2003. ISBN 978-84-7090-399-1
[54] M. Núñez de Arenas, art.cit. supra, pág. 261.
• HAGEN, Rose-Marie y Rainer Hagen, Francisco de
[55] Carlos Viñas-Valle, «La decapitación de Goya», Madrid- Goya, Colonia, Taschen, 2003. ISBN 978-3-8228-
LaCiudad. A la búsqueda de la ciudad recóndita y perdi- 2296-8
da., 14 de enero de 2011.
• NÚÑEZ DE ARENAS, M., «Manojo de noticias. La
[56] El esqueleto del pintor, como es bien sabido, carece de la suerte de Goya en Francia», Bulletin Hispanique, vol.
calavera, desaparecida en circunstancias aún oscuras, pe-
52, n.º 3, 1950, págs. 229-273. eISSN 1775-3821
ro ya antes de 1849, pues de esa fecha data el pequeño
cuadro de Dionisio Fierros del Museo de Zaragoza que la • PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso, Goya, Barcelona,
plasma, o al menos así está autenticado por el pintor y por Planeta-De Agostini, 2004. ISBN 978-84-674-
su mecenas, el marqués de San Adrián. Fundación Goya 1155-3
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la exposición], Zaragoza, 2008. Vid. § II Contenido y ám- • TOMLINSON, Janis A., Cartones para tapi-
bitos de la exposición. II La memoria fúnebre. ces, Enciclopedia en línea, Museo del Pra-
[57] Luna, Juan J. Autorretrato [en línea], en Catálogo de la do, 2008. URL <http://www.museodelprado.
exposición celebrada en el Museo de Zaragoza del 3 de es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/
octubre al 1 de diciembre de 1996, n.º 1: «Autorretra- cartones-para-tapices-goya/?no_cache=1> [Con-
to».Cit. por la página web Realidad e imagen: Goya 1746- sulta: 28.11.2007].
1828. URL <http://www.almendron.com/arte/pintura/
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Henri Plon, 1867; trad. al español por Enrique Can-
[58] Bozal (2005), vol. 1, pág. 122. franc y Lourdes Lachén, Goya, Zaragoza, Depar-
[59] «Un autorretrato de Goya, vendido en subasta por 36 mi- tamento de Educación y Cultura, 1997. ISBN 84-
llones de pesetas», El País, 1 de noviembre de 1989. 7753-644-9
39

15 Enlaces externos • «Goya en el Prado», sitio específico sobre el pin-


tor en la web del museo. Contiene biblioteca digital,
exhaustiva cronología, correspondencia del artista e
• Wikimedia Commons alberga contenido multi- información e imágenes a alta resolución de sus pin-
media sobre Francisco de GoyaCommons. turas, grabados y dibujos en el Prado.

• Obras digitalizadas de Francisco de Goya en la


• Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacio-
Francisco de Goya. Wikiquote nal de España
• Fundación Goya en Aragón: catálogo online de obra • VV. AA., Goya y su contexto. Actas del seminario
de Goya internacional celebrado en la Institución «Fernando
el Católico» los días 27, 28 y 29 de octubre de 2011,
• InfoGoya, Portal, Índice sistemático, Índice crono- Zaragoza, IFC, 2013. Ficha de la publicación. ISBN
lógico de sus cuadros (catálogo). Iniciativa de la 978-84-9911-252-7
Universidad de Zaragoza.

• Estampas de Francisco de Goya. Bibliothèque nu-


mérique de l'INHA (en francés).

• Web Gallery of Art, GOYA Y LUCIENTES, Francis-


co de, catálogo de pinturas.

• Allpaintings.org, Francisco José de Goya, biografía


y catálogo de pinturas.

• Ayuntamiento de La Puebla de Alfindén, Realidad


e Imagen: Goya, 1746-1828, 59 obras de Goya co-
mentadas.

• TheArtWolf.com, Reconstrucción virtual de la ubi-


cación de las Pinturas negras en la Quinta del Sordo.
(Versión extendida).

• Juan Carrete Parrondo, Ricardo Centellas Sala-


mero y Guillermo Fatás Cabeza, Goya ¡Qué va-
lor! [Estampas: Caprichos. Desastres. Tauromaquia.
Disparates.], Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inma-
culada, 1996. ISBN 84-88305-35-4.

• Los Caprichos de Goya

• Series de grabados de Goya

• Biblioteca Zeno, Goya y Lucientes, Francisco de.


Catálogo de obras. Dibujos.

• Allart.com, Fragmentos, E. L. Buchholz (Life and


Work), K. Reichold, B. Graf (A Reflection of Ho-
rror) y Enciclopedia Británica (Francisco Goya) (en
inglés).

• María José Díaz de Tuesta, «Nuevas noticias de Go-


ya. Hallados tres dibujos del genio que se 'perdieron'
tras una subasta en París en 1877»', El País, 27 de
mayo de 2008. Imágenes de dichos dibujos.

• Ángel Canellas López (ed.), Francisco de Goya,


Diplomatario, Zaragoza, Institución «Fernando el
Católico», 1981. ISBN 84-00-04909-6. Addenda
ibídem, 1991.
40 16 ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS

16 Origen del texto y las imágenes, colaboradores y licencias


16.1 Texto
• Francisco de Goya Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Goya?oldid=90394584 Colaboradores: Joseaperez, Manuel Gon-
zález Olaechea y Franco, Matraco, Moriel, JorgeGG, Lourdes Cardenal, Robbot, Alberto Salguero, Romanm, Sanbec, Zwobot, Paz.ar,
Rosarino, Ecelan, Dodo, Patxi Aguado, Sms, Patrizia~eswiki, Rsg, Cookie, Elwikipedista, Tano4595, Jsanchezes, Flextron, Joselarru-
cea, Wricardoh, Palavi, La Mantis, Ecemaml, Papix, Renabot, FAR, LeonardoRob0t, Boticario, Unnio~eswiki, Petronas, Hispa, Airunp,
Lalulilo, Emijrp, Immanuel Giel, Magister Mathematicae, RobotQuistnix, Alhen, Flordeneu, Yrbot, Seanver, FlaBot, Varano, Vitamine,
YurikBot, Ferbr1, Willtron, Yonderboy, KnightRider, Eskimbot, Banfield, Kepler Oort, José., Morza, Maldoror, Er Komandante, Tom
Bombadil, Chlewbot, Lancaster, Ketamino, Tomatejc, Armenteros, Carlosblh, Paintman, Dropzink, Aloneibar, BOTpolicia, CEM-bot,
Laura Fiorucci, -jem-, Ignacio Icke, Retama, Eli22, Baiji, Rastrojo, Antur, Subitosera, Martínhache, Escarlati, Montgomery, Juan Carrete,
Thijs!bot, L.Willms, Telifon, Parsec, Xabier, Tortillovsky, Roberto Fiadone, Yeza, RoyFocker, Juan25, IrwinSantos, Ángel Luis Alfaro,
B25es, Ninovolador, Botones, Isha, Bernard, Chuck es dios, Mpeinadopa, Palach, JAnDbot, Joane, Muro de Aguas, Franxo, Gsrdzl, Com-
monsDelinker, TXiKiBoT, Netito777, Bartito, Rei-bot, Recaredo el godo, Chabbot, Idioma-bot, Pólux, BL, Jmvkrecords, Jorab, Manuel
Trujillo Berges, MarisaLR, Niplos, AlnoktaBOT, Sertrevel, VolkovBot, RigobertoMongo, RaizRaiz, Technopat, Cid Campeador2, Ga-
landil, Tláloc, Libertad y Saber, Jándalo, Matdrodes, Javichu el jefe, RandomJambo, Synthebot, Kelosepas, Juancharlie, DJ Nietzsche,
BlackBeast, Sürrell, Lucien leGrey, Luis1970, Tatvs, Enlineaweb, AlleborgoBot, Muro Bot, C h a n-Wiki, J.M.Domingo, Komputisto, El
Pantera, Gracia jmcs, Numbo3, LeftEye~eswiki, Dodecaedro, Alicia M. Canto, BotMultichill, SieBot, Thor8, Mushii, Ensada, Loveless,
Macarrones, Marchom, Carmin, Obelix83, Elena015, Drinibot, Novellón, Aecharri, BOTarate, Byrialbot, Marcelo, Ncasado, Manwë, Gar-
ber, Lobo, BuenaGente, Pla y Grande Covián, Xqno, Copydays, Tirithel, Juanrac!, Mutari, Javierito92, Canaan, HUB, Enriqueamq, Antón
Francho, Kikobot, Danisd75, DragonBot, Farisori, Oriolhernan, McMalamute, Eduardosalg, Leonpolanco, Rokelar, Furti, Romanovich,
Poco a poco, Juan Mayordomo, Arhendt, BRONZINO, Toolserver, Raulshc, Açipni-Lovrij, BotSottile, Cruento, Osado, Ravave, Shal-
bat, Misigon, Prparga, Armando-Martin, Taty2007, AVBOT, Mememax, LucienBOT, A ver, Jhendin, Maria Lidia Venditti, Agox, Angel
GN, Paladio, MarcoAurelio, EivindBot, Espartera, Ialad, Diegusjaimes, MelancholieBot, Linfocito B, Arjuno3, Saloca, Andreasmperu,
Luckas-bot, Pedrony, Molta, Coseyo, Wikisilki, Kelvin, Jotterbot, Tintoretto~eswiki, Vic Fede, LordboT, Flizzz, Glendininng, Saru325,
Riuk, Alonso de Mendoza, Outisnn, ArthurBot, Diogeneselcinico42, Tu reno a domicilio, SuperBraulio13, Xqbot, Jkbw, GhalyBot, Cho-
corroche, Ruthven, Kasturba, Cosaninioh, Ricardogpn, Manu Lop, Fgaral42, Liutprando, Cejota edu, Macucal, Igna, Pucelui, Botarel,
AstaBOTh15, Yelkrokoyade, D'ohBot, TiriBOT, TobeBot, Halfdrag, RedBot, BF14, Enrique Cordero, Wikielwikingo, Ecummenic, Pa-
truBOT, KamikazeBot, Maragm, *TikiTac*, Tremendo, TjBot, CARLOS TEIXIDOR CADENAS, El arriero de Ilucia, Tarawa1943,
HermanHn, Nachosan, Foundling, GrouchoBot, Wikiléptico, Kimiko20, Edslov, EmausBot, Savh, Sergiooo, ZéroBot, HRoestBot, Ser-
gio Andres Segovia, Africanus, Grillitus, Aavindraa, Courcelles, David822, Emiduronte, ChuispastonBot, WikitanvirBot, Acai~eswiki,
Saander, Cordwainer, Daehan, Bien claro, Lcsrns, Antonorsi, MerlIwBot, KLBot2, Acocris, Museopecharroman, Julian04s, AvocatoBot,
NNeilAlieNN, Ginés90, MetroBot, Invadibot, Milartino, 5truenos, AntoFran, DARIO SEVERI, Asesino Cereal, Orovargas, Guillermo
Boto Arnau, Azarbe, Libertad 17, Elvisor, Raquel ms, Peteroneante, Totemkin, MaKiNeoH, SantoshBot, Baldaquino, Claudiamarantello,
Lautaro 97, Mario Pasti Crack, Canichu, Sisidro, Tuareg50, Carlos LF, Addbot, Balles2601, Stratovarius22, K5s15, Museras, Latemplan-
za, JacobRodrigues, Sergirakitic9, Lety San Martin, Laberinto16, Lovevangogh, Jarould, CEM-air, Crystallizedcarbon, Juliatorressanchez,
Strakhov, Ralujo Sanda, Cgjkkdghkdgk, Fernando2812l, Ks-M9, Fsss8282818, Barrio boró y Anónimos: 572

16.2 Imágenes
• Archivo:Aníbal_vencedor_contempla_por_primera_vez_Italia_desde_los_Alpes.jpg Fuente: https://upload.
wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a0/An%C3%ADbal_vencedor_contempla_por_primera_vez_Italia_desde_
los_Alpes.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://artepedrodacruz.files.wordpress.com/2010/05/
anibal-vencedor-que-por-primera-vez-miro-italia-desde-los-alpes-1771-oleo.jpg Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Aquelarre_de_Laurent.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c7/Aquelarre_de_Laurent.jpg Licen-
cia: CC BY-SA 2.5 es Colaboradores: http://biblioteca.ucm.es/tesis/bba/ucm-t25732.pdf Artista original: J. Laurent
• Archivo:Asalto_de_ladrones.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c6/Asalto_de_ladrones.jpg Licencia: Pu-
blic domain Colaboradores: http://goya.unizar.es/InfoGoya/Obra/Catalogo/Pintura/269.html Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Aun_aprendo.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4b/Aun_aprendo.jpg Licencia: Public domain
Colaboradores: http://www.museodelprado.es/uploads/tx_gbgonline/d04151.jpg Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Autorretrato_con_gorra_(Goya).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8f/Autorretrato_con_
gorra_%28Goya%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.museodelprado.es/uploads/tx_gbobras/D04333.jpg
Web Gallery of Art: <a href='http://www.wga.hu/art/g/goya/9g/95/9504draw.jpg' data-x-rel='nofollow'><img alt='Inkscape.svg'
src='https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/6f/Inkscape.svg/20px-Inkscape.svg.png' width='20' height='20'
srcset='https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/6f/Inkscape.svg/30px-Inkscape.svg.png 1.5x, https://upload.
wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/6f/Inkscape.svg/40px-Inkscape.svg.png 2x' data-file-width='60' data-file-height='60'
/></a> Image <a href='http://www.wga.hu/html/g/goya/9g/95/9504draw.html' data-x-rel='nofollow'><img alt='Information icon.svg'
src='https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/35/Information_icon.svg/20px-Information_icon.svg.png' width='20'
height='20' srcset='https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/35/Information_icon.svg/30px-Information_icon.svg.png
1.5x, https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/35/Information_icon.svg/40px-Information_icon.svg.png 2x' data-file-
width='620' data-file-height='620' /></a> Info about artwork Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Autorretrato_de_Goya_(1795).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b2/Autorretrato_de_Goya_
%281795%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.museodelprado.es/es/pagina-principal/coleccion/galeria-on-line/
galeria-on-line/zoom/1/obra/autorretrato-5/oimg/0/ Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Autorretrato_de_Goya_(h._1783).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ec/Autorretrato_de_
Goya_%28h._1783%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.repro-tableaux.com/kunst/francisco_jose_de_goya/
self_portrait_xir169042_hi.jpg Artista original: Francisco de Goya
16.2 Imágenes 41

• Archivo:Bodegón_con_costillas_y_cabeza_de_cordero.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/ae/Bodeg%


C3%B3n_con_costillas_y_cabeza_de_cordero.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.allpaintings.org/v/Romanticism/
Francisco+Jose+de+Goya/Goya+-+A+Butcher_s+Counter.jpg.html Artista original:
• Archivo:Carga_de_los_mamelucos_restaurado.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/da/Carga_de_los_
mamelucos_restaurado.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.elmundo.es/albumes/2008/04/11/goya/index.html Artis-
ta original: Francisco de Goya
• Archivo:Casa_de_la_Quinta_de_Goya,_en_la_maqueta_de_1828-1830_del_Museo_de_Historia_de_Madrid.JPG Fuente:
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a2/Casa_de_la_Quinta_de_Goya%2C_en_la_maqueta_de_1828-1830_del_Museo_
de_Historia_de_Madrid.JPG Licencia: CC BY-SA 4.0 Colaboradores: Trabajo propio Artista original: CARLOS TEIXIDOR CADENAS
• Archivo:Casa_natal_de_Francisco_Goya,_Fuendetodos,_Zaragoza,_España,_2015-01-08,_DD_06.JPG Fuente: https:
//upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/ae/Casa_natal_de_Francisco_Goya%2C_Fuendetodos%2C_Zaragoza%2C_Espa%
C3%B1a%2C_2015-01-08%2C_DD_06.JPG Licencia: CC BY-SA 4.0 Colaboradores: Trabajo propio Artista original: Diego Delso
• Archivo:Casa_natal_de_Francisco_Goya,_Fuendetodos,_Zaragoza,_España,_2015-01-08,_DD_14.JPG Fuente: https:
//upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/bb/Casa_natal_de_Francisco_Goya%2C_Fuendetodos%2C_Zaragoza%2C_Espa%
C3%B1a%2C_2015-01-08%2C_DD_14.JPG Licencia: CC BY-SA 4.0 Colaboradores: Trabajo propio Artista original: Diego Delso
• Archivo:Catedral_de_Sevilla,_Sacristía,_pintura_de_Goya_en_1817,_Santas_Justa_y_Rufina.JPG Fuente: https:
//upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/43/Catedral_de_Sevilla%2C_Sacrist%C3%ADa%2C_pintura_de_Goya_en_1817%
2C_Santas_Justa_y_Rufina.JPG Licencia: Public domain Colaboradores: Trabajo propio Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Commons-logo.svg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4a/Commons-logo.svg Licencia: Public do-
main Colaboradores: This version created by Pumbaa, using a proper partial circle and SVG geometry features. (Former versions used
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• Archivo:Cristo_en_la_cruz_(Goya).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/24/Cristo_en_la_cruz_
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Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Cscr-featured.svg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e7/Cscr-featured.svg Licencia: LGPL Colabo-
radores: Wikipedia until June, 2006 Artista original: Wikimedia users ClockworkSoul, CyberSkull, Optimager, White Cat, Erina, AzaToth,
Pbroks13.
• Archivo:Cómicos_ambulantes.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/47/C%C3%B3micos_ambulantes.jpg
Licencia: Public domain Colaboradores:
The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing
GmbH.
Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Detalle_Plano_Madrid_1900.tif Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e7/Detalle_Plano_Madrid_
1900.tif Licencia: CC0 Colaboradores: Trabajo propio Escaneado un detalle del mapa original. Artista original: CARLOS TEIXIDOR
CADENAS Escaneo mapa de 1900, obra de Facundo Cañada López.
• Archivo:Dibujo_onírico_de_Goya.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/fe/Dibujo_on%C3%ADrico_de_
Goya.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/10/54/_ebook.pdf Artista original: Francisco
de Goya
• Archivo:Doña_Isabel_Cobos_de_Porc_by_Francisco_Goya.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/
6/64/Portrait_of_Do%C3%B1a_Isabel_de_Porcel_by_Francisco_Goya.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http:
//www.nationalgallery.org.uk/paintings/francisco-de-goya-dona-isabel-de-porcel Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:El_Empecinado_de_Goya.jpeg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/42/El_Empecinado_de_Goya.
jpeg Licencia: Public domain Colaboradores: ? Artista original: ?
• Archivo:El_Maragato.gif Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/59/El_Maragato.gif Licencia: Public domain Co-
laboradores: Image:Francisco de Goya - El Maragato Threatens Friar Pedro de Zaldivia with His Gun.jpg, Image:Francisco de Goya - Friar
Pedro Offers Shoes to El Maragato and Prepares to Push Aside His Gun.jpg, Image:Francisco de Goya - Friar Pedro Wrests the Gun from
El Maragato.jpg, Image:Francisco de Goya - Friar Pedro Shoots El Maragato as His Horse Runs Off.jpg, Image:Francisco de Goya - Friar
Pedro Clubs El Maragato with the Butt of the Gun.jpg and Image:Francisco de Goya - Friar Pedro Binds El Maragato with a Rope.jpg
combined Artista original: Paintings: Goya. Animation: Chabacano
• Archivo:El_Quitasol_(Goya).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d5/El_Quitasol_%28Goya%29.jpg Li-
cencia: Public domain Colaboradores: http://www.museodelprado.es/uploads/tx_gbobras/P00773.jpg Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:El_Tres_de_Mayo,_by_Francisco_de_Goya,_from_Prado_in_Google_Earth.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/
wikipedia/commons/4/48/El_Tres_de_Mayo%2C_by_Francisco_de_Goya%2C_from_Prado_in_Google_Earth.jpg Licencia: Public
domain Colaboradores: The Prado in Google Earth: Home - 7th level of zoom, JPEG compression quality: Photoshop 8. Artista original:
Francisco de Goya
• Archivo:El_cacharrero.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/17/El_cacharrero.jpg Licencia: Public domain
Colaboradores: http://www.museodelprado.es/es/pagina-principal/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/zoom/1/obra/el-cacharrero/
oimg/0/ Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:El_coloso.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/be/El_coloso.jpg Licencia: Public domain Colabora-
dores: http://www.museodelprado.es/uploads/tx_gbobras/1a_01.jpg Artista original: Seguidor de Francisco de Goya
• Archivo:Exposición_Universal_de_París_de_1878,_Palacio_del_Trocadero,_arte_español,_El_Aquelarre_de_Goya.jpg Fuente:
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/01/Exposici%C3%B3n_Universal_de_Par%C3%ADs_de_1878%2C_Palacio_del_
Trocadero%2C_arte_espa%C3%B1ol%2C_El_Aquelarre_de_Goya.jpg Licencia: CC BY-SA 4.0 Colaboradores: Trabajo propio Artista
original: CARLOS TEIXIDOR CADENAS
42 16 ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS

• Archivo:Firma_de_Francisco_de_Goya.svg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/2d/Firma_de_Francisco_de_


Goya.svg Licencia: Public domain Colaboradores: Ángel Canellas López (ed.), Francisco de Goya, <a data-x-rel='nofollow' class='external
text' href='http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/10/54/_ebook.pdf'>Diplomatario</a>, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico»,
1981, pág. 57. ISBN 84-00-04909-6 Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya,_Saturno_devorando_a_su_hijo_(1819-1823).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/
commons/8/82/Francisco_de_Goya%2C_Saturno_devorando_a_su_hijo_%281819-1823%29.jpg Licencia: Public domain Colaborado-
res: [1] Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya_-_Godoy_como_general_-_Google_Art_Project.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/
commons/3/3f/Francisco_de_Goya_-_Godoy_como_general_-_Google_Art_Project.jpg Licencia: Public domain Colaboradores:
ZAEofsDWMWLWUA at Google Cultural Institute, zoom level maximum Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya_-_The_French_Penalty.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9a/Francisco_
de_Goya_-_The_French_Penalty.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Trabajo propio Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya_y_Lucientes_004.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f5/Francisco_de_
Goya_y_Lucientes_004.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM,
2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya_y_Lucientes_040.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8d/Francisco_de_
Goya_y_Lucientes_040.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM,
2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya_y_Lucientes_054.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/fc/Francisco_de_
Goya_y_Lucientes_054.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Museo Nacional del Prado Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Francisco_de_Goya_y_Lucientes_082.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/bc/Francisco_de_
Goya_y_Lucientes_082.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM,
2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:GOYA_-_El_aquelarre_(Museo_Lázaro_Galdiano,_Madrid,_1797-98).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/
wikipedia/commons/7/74/GOYA_-_El_aquelarre_%28Museo_L%C3%A1zaro_Galdiano%2C_Madrid%2C_1797-98%29.jpg Licen-
cia: Public domain Colaboradores: Mirar abajo. Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Goya_-_Desgracias_acaecidas_en_el_tendido_de_la_plaza_de_Madrid,_y_muerte_del_alcalde_de_Tor_rejon.jpg
Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/93/Goya_-_Desgracias_acaecidas_en_el_tendido_de_la_plaza_de_
Madrid%2C_y_muerte_del_alcalde_de_Tor_rejon.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Galería Nacional de Arte: online
database: entry 1943.3.1640 Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Goya_Alba1.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/1d/Goya_Alba1.jpg Licencia: Public domain Co-
laboradores: Desconocido Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Goya_Dog.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/38/Goya_Dog.jpg Licencia: Public domain Cola-
boradores: http://www.museodelprado.es/en/the-collection/online-gallery/on-line-gallery/zoom/1/obra/dog-half-submerged/oimg/0/ Ar-
tista original: Francisco de Goya
• Archivo:Goya_MilkMaid.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8e/Goya_MilkMaid.jpg Licencia: Pu-
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• Archivo:Goya_Self_portrait_with_spectacles_(Musee_Goya_Castres).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/
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• Archivo:Goya_self_portrait_(1771-75).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0d/Goya_self_portrait_
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de Goya
• Archivo:Goya_selfportrait.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/39/Goya_selfportrait.jpg Licencia: Public
domain Colaboradores: Metropolitan Museum of Art, online collection (accession number 35.103.1) Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Goya_y_Lucientes,_Francisco_de_-_Allegory_of_the_City_of_Madrid_-_1810.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.
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• Archivo:Interior_de_prisión_(El_crimen_del_castillo_II),_de_Goya.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/
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goya.unizar.es/InfoGoya/Obra/Catalogo/Pintura/464.html Artista original: Francisco de Goya
16.2 Imágenes 43

• Archivo:José_de_Palafox_por_Goya_(Prado).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9d/Jos%C3%A9_de_


Palafox_por_Goya_%28Prado%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.museodelprado.es/uploads/tx_gbobras/
P00725.jpg Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:José_Álvarez_de_Toledo,_Duque_de_Alba.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/
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• Archivo:La_Junta_de_Filipinas.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/46/La_Junta_de_Filipinas.jpg Licen-
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• Archivo:La_conducción_de_un_sillar_o_La_obra.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a6/La_conducci%
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25B3n%2Bde%2Bun%2Bsillar%2BII.jpg Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:La_familia_del_infante_don_Luis.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f4/La_familia_del_
infante_don_Luis.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Web Gallery of Art: <a href='http://www.wga.hu/art/g/goya/2/203goya.jpg'
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2x' data-file-width='60' data-file-height='60' /></a> Image <a href='http://www.wga.hu/html/g/goya/2/203goya.html' data-x-
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original: Francisco de Goya
• Archivo:La_marquesa_de_Villafranca.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/be/La_marquesa_de_
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Francisco de Goya
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• Archivo:Los_zancos_(Goya).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/ae/Los_zancos_%28Goya%29.jpg Licen-
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de Goya
• Archivo:Mujer_maltratada_con_un_bastón_(Goya).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a6/Mujer_
maltratada_con_un_bast%C3%B3n_%28Goya%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.zeno.org/Kunstwerke/B/
Goya+y+Lucientes,+Francisco+de%3A+Madrid-Album+%5B25%5D Artista original: Francisco de Goya
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https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f5/Museo_del_Prado_-_Goya_-_Caprichos_-_No._43_-_El_sue%C3%B1o_
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• Archivo:Nacimiento_de_la_Virgen_(Cartuja_Aula_Dei).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5c/
Nacimiento_de_la_Virgen_%28Cartuja_Aula_Dei%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.artrenewal.org/asp/
database/image.asp?id=2327 Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Perros_y_útiles_de_caza.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/77/Perros_y_%C3%BAtiles_
de_caza.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.museodelprado.es/es/pagina-principal/coleccion/galeria-on-line/
galeria-on-line/zoom/1/obra/perros-en-trailla-1/oimg/0/ Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Pinturas_Negras_de_Goya,_\char"0022\relax{}El_perro\char"0022\relax{}_o_\char"0022\relax{}Perro_
semihundido”,_fotografía_de_J._Laurent_en_1874,_en_el_interior_de_la_Quinta_del_Sordo,_posiblemente_con_
iluminación_eléctrica,_VN-06583_P.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/27/Pinturas_Negras_de_
Goya%2C_%22El_perro%22_o_%22Perro_semihundido%22%2C_fotograf%C3%ADa_de_J._Laurent_en_1874%2C_en_el_interior_
de_la_Quinta_del_Sordo%2C_posiblemente_con_iluminaci%C3%B3n_el%C3%A9ctrica%2C_VN-06583_P.jpg Licencia: CC BY-SA
2.5 es Colaboradores: http://www.mcu.es/fototeca_patrimonio/search_fields.do?buscador=porCampos Artista original: J. Laurent (Juan
Laurent, o Jean Laurent) (1816-1886).
• Archivo:Prado_-_Los_Desastres_de_la_Guerra_-_No._30_-_Estragos_de_la_guerra.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/
wikipedia/commons/2/25/Prado_-_Los_Desastres_de_la_Guerra_-_No._30_-_Estragos_de_la_guerra.jpg Licencia: Public domain
Colaboradores: Museo del Prado Artista original: Francisco de Goya
44 16 ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS

• Archivo:Prado_-_Los_Desastres_de_la_Guerra_-_No._33_-_Que_hai_que_hacer_mas?.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/


wikipedia/commons/c/c4/Prado_-_Los_Desastres_de_la_Guerra_-_No._33_-_Que_hai_que_hacer_mas%3F.jpg Licencia: Public do-
main Colaboradores: Museo del Prado Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Quintasordo.svg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/76/Quintasordo.svg Licencia: CC-BY-SA-3.0
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• Archivo:Sacrificio_a_Pan.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/af/Sacrificio_a_Pan.jpg Licencia: Public do-
main Colaboradores: http://www.artinvest2000.com/goya_sacrificio-pan.jpg Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:San_Bernardino_de_Siena_(Goya).jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8e/San_Bernardino_de_
Siena_%28Goya%29.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: [2] Artista original: Francisco de Goya
• Archivo:Spanish_Wikiquote.SVG Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/13/Spanish_Wikiquote.SVG Licencia:
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• Archivo:Triple_generacion.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6d/Triple_generacion.jpg Licencia: Public
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Goya
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bf/Vicente_L%C3%B3pez_Porta%C3%B1a_-_el_pintor_Francisco_de_Goya.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Museo Nacio-
nal del Prado, Galería online Artista original: Vicente López Portaña
• Archivo:Viejos_comiendo_sopa.jpg Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cf/Viejos_comiendo_sopa.jpg Licen-
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