Nelson Contador
Capítulo I: Introducción
a. Ámbito de aplicación
“En una economía de mercado abierta, siempre habrán compañías que estarán en insolvencia. Es
completamente normal, inclusive en tiempos de prosperidad económica, que algunos sectores y
algunas empresas tengan dificultades que se deban al entorno, pero también y sobre todo, a la
forma en que han sido manejadas y cómo tienen su estructura financiera con el producto que está
desarrollando. Son muchas las razones. El proceso lo que busca es que se le dé una oportunidad a la
empresa para que pueda refinanciar el pasivo con el visto bueno de los acreedores y se conserve la
fuente de pago, y en consecuencia, el empleo”.
En dicho contexto a las personas afectadas por situaciones de insolvencia la legislación le provee
una determinada orientación que le sitúa en un primer escalón que es el Procedimiento de
Reorganización/Renegociación, esto es un incentivo al ente deudor, para que ponga en
conocimiento de sus acreedores un conjunto de medidas tendientes a mitigar su estado de
incumplimiento financiero generalizado, siempre sobre la base de una valoración de viabilidad
empresarial que en definitiva recae en los mismos acreedores (por medio del voto favorable o
adverso a la propuesta presentada), pero también en el mismo proponente (aceptando o no los
cambios a la oferta original según sus capacidades), el administrador concursal – fuere veedor o
liquidador –, el tribunal (velando por la observancia de disposiciones legales pertinentes) e incluso
terceros absolutos (interesados en adquirir la empresa).
Así mismo, la Liquidación ha de entenderse como una consecuencia residual o ultima ratio: el
sistema tenderá a sugerir por las formulas reestructurales y por ello entrega incentivos directos
como el suministro asegurado o protección financiera concursal, en el entendido que los efectos
negativos de todo procedimiento de insolvencia se puede ver morigerados en escenarios de
continuidad empresarial, que derechamente liquidatorios.
Tratándose de las personas deudoras, el panorama no cambia en los principios basales y sólo lo hace
guardando las necesarias diferencias entre personas jurídicas y personas físicas, por un lado, y
dentro de las personas físicas, diferenciado a aquellas que lo hacen por cuenta propia, y aquellas
que lo hacen bajo un régimen de subordinación o que por sus particularidades no realizan
actividades productivas propiamente tales.
En definitiva, lo que realiza el legislador es incentivar a los individuos a que ofrezcan a sus acreedores
propuestas serias y razonadas para el tratamiento de su insolvencia, con miras a evitar los nocivos
efectos de un sobreendeudamiento, pero también para promover evaluaciones crediticias más
simétricas con las facultades y fuerzas patrimoniales del deudor.
b. Competencia
La fórmula concreta de conocimiento de esta clase de procedimientos será determinada por la Corte
de Apelaciones respectiva mediante la dictación de Auto Acordados donde se señalen los tribunales
que siento asientos de Corte, puedan tener una distribución preferente de causas concursales,
teniendo siempre presente el criterio de la capacitación personal, haciendo recaer el peso de la
preparación en la entidad más reconocida a este respecto, como lo es la Academia Judicial.
Art. 3°: Los Procedimientos Concursales contemplados en esta ley serán de competencia del juzgado
de letras que corresponda al domicilio del Deudor, pudiendo interponer el acreedor el incidente de
incompetencia del tribunal, de acuerdo a las reglas generales.
Si perjuicio de la judicatura ordinaria, el Art. 295 que regula la participación de los denominados
Árbitros Concursales, señala que igualmente los procedimientos concursales de reorganización y
liquidación podrán ser sometidos a arbitraje.
El deudor debe acompañar al Tribunal competente, junto con los antecedentes del Art. 56, las cartas
de apoyo suscritas por acreedores que representen a lo menos la mayoría absoluta (más del 50%)
del pasivo del deudor, las cuales designen el nombre de los árbitros titular y suplente designados
por los acreedores, y sus honorarios.
Lo puede acordar la junta constitutiva referida en el Art.193 de esta ley; también se podrá acordar
en cualquier junta posterior; en ambos casos la ley exige un quórum especial (2/3 del pasivo total
con derecho a voto verificado y/o reconocido, según corresponda, en el procedimiento concursal
respectivo).
1° En todos los casos el nombramiento de los árbitros, titular y suplente, debe recaer en uno vigente
del registro público Nómina de Árbitros Concursales (compuesta por las personas naturales,
abogados y con experiencia no inferior a 10 años, nombradas como tales por la Superintendencia
de Insolvencia y Reemprendimiento).
2° Los árbitros son de derecho y unipersonales, y designarán a un secretario, cargo que deberá
recaer en un abogado.
3° La competencia de aquellos se extenderá a todo cuanto sea necesario para la tramitación de los
procedimientos concursales de reorganización, o en su caso de liquidación, y a los incidentes que se
promuevan en aquellos.
4° La competencia especial de los árbitros se encuentra en las disposiciones del Art. 298.
c. Recursos
Reposición: deberá interponerse dentro del plazo de tres días contado desde la notificación de
aquélla y podrá resolverse de plano o previa tramitación incidental, según determine el tribunal.
Contra la resolución que resuelva la reposición no procederá recurso alguno.
Apelación: deberá interponerse dentro del plazo de cinco días contado desde la notificación de
aquéllas. Será concedida en el solo efecto devolutivo, salvo las excepciones que esta ley señale y,
en ambos, casos gozará de preferencia para su inclusión en la tabla y para su vista y fallo.
d. Incidentes
Sólo podrán promoverse incidentes en aquellas materias en que esta ley lo permita expresamente.
Se tramitarán conforme a las reglas generales previstas en el Código de Procedimiento Civil y no
suspenderán el Procedimiento Concursal, salvo que esta ley establezca lo contrario.
e. Régimen de notificaciones
Art. 6°: “Siempre que el tribunal ordene que una resolución se notifique por avisos, deberá realizarse
mediante una publicación en el Boletín Concursal, entendiéndose notificada desde la fecha de su
inserción en aquél. Las notificaciones efectuadas en el Boletín Concursal serán de carácter público y
deberán ser realizadas por el Veedor, el Liquidador o la Superintendencia, según corresponda, dentro
de los dos días siguientes a la dictación de las respectivas resoluciones, salvo que la norma
correspondiente disponga un plazo diferente.
Toda resolución que no tenga señalada una forma distinta de notificación, se entenderá efectuada
mediante una publicación en el Boletín Concursal.”
f. Plazos
Art. 7°: “Los plazos de días establecidos en esta ley son de días hábiles, entendiéndose inhábiles los
días domingos y feriados, salvo que se establezca que un plazo específico es de días corridos. Los
plazos se computarán desde el día siguiente a aquél en que se notifique la resolución o el acto
respectivo.
Cuando esta ley establezca un plazo para actuaciones que deban realizarse antes de determinada
fecha, éste se contará hacia atrás a partir del día inmediatamente anterior al de la respectiva
actuación”.
Los principios representan los fundamentos esenciales que deberían englobar la legislación
propuesta, con el propósito de construir disposiciones coherentes con los paradigmas que
sustentan la evolución del derecho moderno.
Pese a las excepciones legales de la inmediación, cual debe entenderse como el “juicio
y la práctica de la prueba, realizada en presencia directa del órgano jurisdiccional
competente”, bajo la actual legislación se entiende que con independencia de la fórmula
de conocimiento, esto es, sobre a qué judicatura le corresponde conocer, la
inmediación del sentenciador se ha entendido, transversalmente, como un
componente esencial del nuevo sistema.
La cuestión sobre que versa el particular dice relación con la mayor o menor incidencia
estatal que una legislación concursal podría consagrar. Al respecto existieron distintas
visiones a la hora de decidir frente a quien se sustanciarían y resolverían los asuntos
falenciales, lo cual a priori admite que en dicho panorama la permanencia de síndicos
privados, se sugiere como más conducente y apropiada dados ciertos aspectos
favorables como la mayor expedición del concurso, pese a reconocer que, con todo,
dentro de la materia el concepto de orden público económico ha adquirido con el
tiempo, y con , mayor fuerza toda vez que frente a este tipo de conflictos pues los
intereses en juego no son sólo de índole y extensión meramente privada sino que sus
implicancias acceden a la comunidad toda. A mayor abundamiento el aspecto más
significativo de la concursalidad desde la óptica liquidadora, como lo es la igualdad
general de los acreedores, precisamente lleva a evidenciar la concurrencia de un factor
colectivo que prima sobre la pretensión particular, lo cual aconseja una prestancia
estatal. Y es que inclusive, soslayando la concordancia que con nuestra constitución
guarda la entrega de la litigiosidad civil al área del poder judicial, desde una perspectiva
meramente estructural, existe todo un entramado organizacional que garantiza una
pronta y cumplida administración de justicia, que permite a la ciudadanía un acceso
expedito y oportuno a la actividad sentenciadora.
Abrogo de tal forma la legislación por acabar con tramitaciones procesales que tendían
a dilatar sin mayor fundamento la tramitación de las que eran entonces, quiebras, como
determinadas certificaciones y validaciones, así como el fin de determinadas prácticas
sostenidas por la legislación, como la artificial extensión del término ordinario de
verificación de créditos y preferencias, mientras no hubiere sido publicada en el Diario
Oficial la declaración que declare su cierre. Bajo dicha perspectiva, se consideró
insoslayable ratificar e insistir, sobre la trascendencia del principio de fatalidad de los
plazos, de modo que la preclusión de las actuaciones, se ejecutaran de pleno derecho,
y sin necesidad de validación alguna.
1. Ámbito de aplicación
Veedor: ente concursal cuya misión principal es propiciar los acuerdos entre el Deudor y sus
acreedores, facilitad la proposición de los mismos, y resguardar los intereses de los
acreedores.
b.1. Estado de deudas; con expresión del nombre, domicilio y correo electrónico de los
acreedores o representantes legales.
b.2 Naturaleza de las obligaciones contenidas en los respectivos títulos, y el monto de
sus créditos; indicando el porcentaje que cada uno representa del total del pasivo.
b.3 La nómina de los tres mayores a acreedores; excluidas las personas relacionadas
(cónyuges, ascendientes, sociedades en que participe, etc.)
Cada acreedor propondrá por escrito o por correo electrónico a un veedor titular y suplente,
ambos vigentes de la Nómina de veedores, dentro del segundo día a la referida notificación.
Cada acreedor es individualmente considerado, sin distinción del monto de sus créditos.
Caso especial; existencia de acreedor con más del 50% del pasivo del deudor: el
requerimiento de la Superintendencia recaerá únicamente en él, y se atendrá a su
propuesta. Si no la realizare, se aplicaran las reglas generales anteriormente descritas.
a) Una vez nominados los veedores, la Superintendencia les notifica su asignación por el
medio más expedito.
b) Notificado los veedores, podrán realizar dos acciones:
Aceptar el cargo: deberán manifestarlo al día siguiente, debiendo jurar o prometer ante
ella, desempeñarlo fielmente, como así también declarar sus relaciones con el Deudor o con
los acreedores de éste, si las tuvieren, y que no tienen impedimento o inhabilidad alguna
para desempeñar el cargo.
Tras ello la Superintendencia emitirá el Certificado de Nominación, el cual será remitido
directamente al tribunal competente, dentro del día siguiente a su emisión, para que sea
este finalmente quien designe al veedor ya nominado por medio de una Resolución de
Reorganización.
Excusarse del cargo: deberá expresar fundadamente y por escrito su justificación al día
siguiente de la notificación. La Superintendencia resolverá dentro de los dos días siguientes,
con los antecedentes aportados por el veedor y sin ulterior recurso.
a) Relación de todos sus bienes, con expresión del avalúo comercial, del lugar en que se
encuentren y de los gravámenes que los afecten. Deberá señalar, además, cuáles de
éstos bienes tienen la calidad de esenciales para el giro de la Empresa deudora.
En el caso del Avalúo comercial (Art. 78), a objeto de la votación sobre el acuerdo, es
especialmente relevante para los acreedores cuyos créditos se encuentran garantizados
con prenda o hipoteca, toda vez que en dicho caso votarán conforme al valor de su
garantía, salvo que ésta exceda el valor de su crédito, en cuyo caso el voto se realizará
hasta el monto de éste.
c) Relación de todos aquellos bienes que se encuentren en poder del deudor en una
calidad distinta a la de dueño, esto es de aquellos bienes que posea a título de mera
tenencia o administración (Leasing, comodato, arrendamiento, etc.).
Dicho certificado servirá de base para determinar todos los quórum de acreedores que
se necesiten en la adopción de cualquier acuerdo, hasta que se confeccione la Nómina
de créditos reconocidos.
Si el deudor fuere una persona jurídica: los antecedentes deberán ser presentados por sus
representantes legales.
Efectuada la presentación de la Empresa deudora, con todos los antecedentes que exige el
Art. 56, el tribunal al quinto día dictará la primera resolución con que se abre el
procedimiento concursal. De acuerdo a lo que señala el Art. 57, en esta resolución se
designará a los veedores titular y suplente que fueran nominados por la Superintendencia,
incluyéndose en la misma resolución las siguientes disposiciones:
Con todo, la restricción no se aplicará a los juicios laborales sobre obligaciones que
gocen de preferencia de primera clase, suspendiéndose en este caso sólo la ejecución y
realización de bienes del deudor
iii. Todos los contratos suscritos por el Deudor mantendrán su vigencia y condiciones de
pago. En consecuencia no podrán terminarse anticipadamente y de forma unilateral,
exigirse anticipadamente su cumplimiento o hacerse efectivas las garantías
contratadas, invocando como causal el inicio de un Proceso Concursal de
Reorganización, ni aun cuando de forma previa se hubiere estipulado en el contrato una
clausula en ese sentido, dado que la norma, que es de carácter prohibitivo, contiene
muy por encima de la voluntad de las partes, un contenido público que es privilegiado
y tutelado por el legislador.
El crédito del acreedor que contraviniere tal disposición quedará pospuesto hasta que
se pague a la totalidad de los acreedores afectos al acuerdo, lo cual deberá con todo
solicitarse al tribunal en forma incidental.
iv. Si el deudor formare parte de algún registro público como contratista o prestador de
cualquier servicio, y siempre que se encuentre al día en sus obligaciones contractuales
con el respectivo mandante, no podrá ser eliminado ni se le privará de participar en
procesos de licitación fundado en el inicio de un Procedimiento Concursal de
Liquidación.
Esta indicación es relevante porque se establece con claridad las siguientes actuaciones
jurídicas:
- El plazo a partir del cual los acreedores recobran su derecho para deducir acciones
en contra del deudor, o bien, continuar los procedimientos que fueron suspendidos.
- El plazo que tiene el deudor para requerir la ampliación del período de protección
concursal que regula el Art. 58 y Art. 59, y
d) La orden al Deudor para que a través del veedor publique en el Boletín Concursal, y
acompañe al tribunal con al menos 10 días de anticipación a la fecha fijada para la
Junta de Acreedores, su propuesta de Acuerdo de Reorganización Judicial.
Este trámite de informe es esencial, por cuanto una vez entregada la protección
financiera, con todos sus efectos jurídicos, el deudor no podrá dilatar el procedimiento
por medio del expediente de no presentar la propuesta de reorganización; si lo hiciere
se presumirá el haberlo realizado a objeto de percibir ventajas indebidas, de modo que
consecuencialmente, el veedor deberá certificar la circunstancia, y el tribunal
competente dictar sin más trámite, la Resolución de Liquidación.
Art. 96 del rechazo del acuerdo: “Si la propuesta de Acuerdo es rechazada por los
acreedores por no haberse obtenido el quórum de aprobación necesario o porque el
Deudor no otorga su consentimiento, el tribunal dictará la Resolución de Liquidación, de
oficio y sin más trámite, en la misma Junta de Acreedores llamada a conocer y
pronunciarse sobre el Acuerdo, salvo que la referida Junta disponga lo contrario por
Quórum Especial. En este caso, el Deudor deberá, a través del Veedor, publicar una
nueva propuesta de Acuerdo en el Boletín Concursal y acompañarla al tribunal diez días
antes de la Junta de Acreedores que tiene por objeto pronunciarse sobre ésta. El Deudor
conservará la Protección Financiera Concursal hasta la celebración de dicha Junta, que
deberá llevarse a cabo dentro de los veinte días siguientes a la que rechazó el Acuerdo.
f) Que dentro de los 15 días contados desde la notificación de ésta resolución, todos los
acreedores deberán acreditar ante el tribunal competente su personería para actuar
en el procedimiento, con indicación expresa de la facultad que le confieren los
apoderados para conocer, modificar y adoptar el acuerdo.
La legislación no ha señalado una formalidad especial para la constitución del poder, sin
embargo, lo determinante es que quien le confiera tenga la capacidad suficiente o,
representación legal en su caso, para obligarse u obligar a su representada en lo que se
acuerde en el Procedimiento de Reorganización; de lo contrario, podría impugnarse por
la causal N°3 del Art. 85 de Las Causales para impugnar el Acuerdo, siempre y cuando
que de excluirse dicho acreedor, no se lograra el quórum del acuerdo.
Por otra parte esta personería y el poder conferido deberán ser analizadas por el
veedor, para emitir su Informe de Calificación Poderes para comparecer en las Juntas
de Acreedores.
Debe considerarse esto, estrechamente relacionado con el Art. 78, el cual nos señala
quienes tienen derecho a concurrir y a votar en dichas Juntas de Acreedores:
Art. 78 Inc. 1° “Sólo tienen derecho a concurrir y votar los acreedores cuyos créditos se
encuentren en la nómina de créditos reconocidos a que se refiere el artículo 70 y
aquellos que figuren en la ampliación de esta nómina, de acuerdo a lo previsto en el
artículo 71. En ambos casos deberá darse cumplimiento a lo ordenado en el número 6)
del artículo 57, relativo a la acreditación de personerías.
Finalmente, debe tenerse presente que si acaso el acreedor no cumpliere con esta
obligación dentro del plazo señalado, su derecho a votar simplemente precluye, aunque
su crédito figure en el certificado contable emitido por el auditor, y se deduce el monto
de sus créditos del pasivo al momento de calcular el quórum requerido para aprobar la
propuesta de de reorganización. Esto, sin embargo, no importará en ningún caso al
acreedor excluido de la votación, la perdida de sus derechos y los efectos del acuerdo
de reorganización.
g) La orden al veedor para que inscriba copia de esta resolución en los conservadores de
bienes raíces correspondientes, al margen de la inscripción de propiedad de cada uno
de los inmuebles que pertenecen al deudor.
Esta instrucción se enmarca dentro de los propósitos del principio de Par Conditio
Creditorum, esto es el resguardo de la igualdad de los acreedores frente al deudor, y
consigue de otro lado cautelar la integridad del patrimonio de la Empresa Deudora por
vía de publicidad e inoponibilidad; los terceros mediante la inscripción conocen la
situación del deudor, siéndoles oponible este procedimiento frente a cualquier
iniciativa de adquisición de bienes raíces del deudor, sin perjuicio de la excepción del
Art. 74, por la cual el veedor podrá solicitar durante la tramitación del procedimiento,
el alzamiento parcial de la inscripción cuando se produzca la venta de algún bien
inmueble que se contemple dentro del 20% por ciento del activo fijo contable, y su
producto verificado por el veedor, ingrese a la Caja de la Empresa Deudora a único
objeto de financiar su giro.
Analizar por ejemplo si los flujos son consistentes con el giro operacional que tendrá
la Empresa reestructurada en los términos contenidos en el modelo que se ofrece.
En esta última parte del informe se deberá hacer un análisis de estado de deudas
presentado por el deudor, cuando se sometió al procedimiento; su correcto asiento
contable, y un análisis de las preferencias o privilegios de los créditos de la empresa,
para concluir acerca de la existencia de estos y sus preferencias.
Esta orden impartida al veedor dice relación con la necesaria y completa información que
deben tener los acreedores para conocer y pronunciarse sobre la propuesta de
reorganización que formule el deudor. Se trata de un informe que debe emitir sobre la base
de la totalidad de los antecedentes que por ley le debe proporcionar el deudor, y el análisis
que hubiere realizado de la Empresa Deudora durante su intervención.
i) Que dentro del quinto día de efectuada la notificación de ésta resolución deberá
asistir a una audiencia el deudor y los tres mayores acreedores indicados en la
certificación del auditor independiente (Art. 55), a objeto de tratar la proposición de
honorarios que formule el veedor y le corresponda percibir, lo cual deberá considerar
para su computo el grado de responsabilidad que asume, y la complejidad que le
pueda significar la gestión de sus funciones.
Si no tuviere lugar la diligencia, será el tribunal competente, quien sin ulterior recurso,
determine los honorarios correspondientes al veedor.
j) La orden al deudor para que proporcione al veedor copia de todos los antecedentes
acompañados al tribunal, conforme al Art. 56. Dichos antecedentes, y la copia de la
resolución de que se ha referido, serán puestos a disposición de todos los acreedores
una vez sean publicados por el veedor en el Boletín Concursal dentro del plazo de 3 días
contado desde su dictación.
Objetivo
Que la Empresa Deudora pueda iniciar el proceso de renegociación con sus acreedores
sin que se vea expuesta a cobros ejecutivos o procedimientos compulsivos que puedan
significar la pérdida de la unidad productiva.
Plazo
El Art. 57 N°1 señala que el plazo de protección serán de 30 días hábiles, contados desde
la notificación de la resolución que consagra la protección, el cual podrá ampliarse en
conformidad al Art.58 hasta:
- Por 30 días más, si el deudor obtiene el apoyo de dos o más acreedores que
representen el 30% o más del total del pasivo, excluidos los créditos de las personas
relacionadas con el deudor.
- Por otros 30 días, si obtiene el apoyo de dos o más acreedores que representen el
50% del total del pasivo, excluidos los mismos acreedores señalados.
- Por 60 días de forma inmediata y en un solo acto, si obtiene el apoyo del 50% del
total del pasivo, excluidos dichos acreedores.
Oportunidad para solicitar la ampliación del plazo de protección: hasta el décimo día
anterior al vencimiento del plazo respectivo.
Situación de los acreedores garantizados frente a la prórroga: no pierden su
preferencia, por el hecho de haber prestado apoyo a la prórroga, y podrán impetrar las
medidas conservativas que procedan.
Objetivo
Medidas Cautelares
En el plano cautelar, la Empresa Deudora estará sujeta a intervención por parte del
Veedor, quien asume una verdadera posición de garante frente a los acreedores, y
cuyas funciones especiales se encuentran en el Art. 25;
7) Impetrar las medidas precautorias y de conservación de los activos del Deudor que
sean necesarias para resguardar los intereses de los acreedores, sin perjuicio de los
acuerdos que éstos puedan adoptar.
Medidas Restrictivas
Finalmente a las personas jurídicas, y a objeto de impedir que por medio de cualquier
reforma se disminuya su patrimonio, se les tendrá prohibido modificar sus pactos,
estatutos sociales o regímenes de poderes.
Art. 57 N°2 Letra c): “La inscripción de cualquier transferencia de acciones de la Empresa
Deudora en los registros sociales pertinentes, requerirá la autorización del Veedor, que
la extenderá en la medida que ella no altere o afecte los derechos de los acreedores. Lo
anterior no regirá respecto de las sociedades anónimas abiertas que hagan oferta
pública de sus valores.”
3. Objeto de la Propuesta de Acuerdo de Reorganización Judicial
El objeto de la propuesta dice relación con las distintas formas de reorganización tanto de
los pasivos como de los activos que puede presentar la Empresa Deudora, con el objeto de
obtener de sus acreedores el consentimiento necesario para modificar su actual situación
de endeudamiento, que afecta el normal desarrollo de sus operaciones.
Así el Art. 60 señala que la propuesta podrá versar sobre cualquier objeto tendiente a
reestructurar los pasivos y activos de una Empresa Deudora; Así por ejemplo se podrá
proponer una continuación total o parcial del giro de las actividades económicas de la
Empresa para el pago del pasivo, sobre la base del establecimiento o no de un período de
gracia para el servicio del capital, que pueda comprender o no el pago de intereses durante
este plazo; un calendario de amortización periódica para el pago del capital y los intereses,
por el plazo que sea necesario para mantener la viabilidad de la empresa y con ello asegurar
que las obligaciones de pago se cumplan íntegramente; con deducción o no de una parte
del capital vía remisión o condonación aceptada por los acreedores.
Los acreedores hipotecarios y prendarios que voten la propuesta del Acuerdo conservarán
sus preferencias.
Artículo 79, inc. Final.- el acuerdo sobre la propuesta de una clase o categoría se adoptará
bajo la condición suspensiva de que se acuerde la propuesta de la otra clase en la misma
Junta de Acreedores; de esta manera la propuesta de reorganización que se formule a los
acreedores, sólo se podrá acordar si esta logra el acuerdo de ambas clases, no siento
exigencia como señala el Art. 61, el que las propuestas que se formulen a los acreedores
valistas y a los garantizados, sean similares porque la composición de sus créditos
generalmente son distintos.
Sí deberán ser igualitarias las propuestas para todos los acreedores de una misma clase o
categoría, salvo que medie acuerdo en contrario.
Los acreedores garantizados con bienes de propiedad del deudor o terceros, podrán votar
la propuesta de acuerdo que se formule para los acreedores valistas, si renuncian a la
preferencia de sus créditos. Si optan por dicha modalidad para formular su voto, no podrán
votar en la propuesta de acuerdo que se formule para los acreedores garantizados, salvo
que dicha renuncia sea parcial y así se hubiere manifestado expresamente, deduciéndose
dichos créditos del pasivo de su clase o categoría e incluyéndose en el de la clase valista,
para efectos de computar el quórum de aprobación, y hasta la suma que hubiere alcanzado
su renuncia.
Art 62: cuando se formulen propuestas alternativas, el acreedor deberá optar por regirse
por alguna de ellas, dentro de los diez días siguientes a la fecha de la junta de acreedores
llamada a conocer y pronunciarse sobre la propuesta de acuerdo.
No existe al respecto norma específica, sin embargo se entiende que la voluntad del
acreedor debe pronunciarse de forma clara y expresa ante el mismo tribunal que conoció
la propuesta de reorganización, mediante una presentación que se debe agregar al
expediente respectivo y, al término del plazo señalado para ejercer la opción, el veedor
deberá publicar en el boletín concursal el ejercicio de las opciones formuladas por los
acreedores.
Si el acreedor no manifestara voluntad alguna dentro del plazo estipulado, se entenderá
aprobar la propuesta principal.
Este tipo de créditos quedarán pospuestos en su pago, es decir, se pagarán al término del
calendario establecido en el acuerdo de reorganización, salvo que se encuentren
debidamente documentados, a lo menos, con 90 días de anticipación a la fecha de inicio del
procedimiento de reorganización.
Podrá no obstante lo anterior, posponerse el pago de dichos créditos, previo informe del
veedor, quien debe analizar su naturaleza; su debida existencia y aplicación a los gastos o
inversiones de la Compañía, antes de emitir su informe fundado.
De igual modo, no podrán posponerse aquellos pagos relacionados, cuando provengan del
abastecimiento asegurado que regulan los artículos 72 y 73, ni aquellos créditos que se
otorgan durante la protección financiera concursal y que regula el art. 74.
Cuando resulte necesario establecer propuestas diferentes para algunos acreedores que
tienen características especiales, es posible acordar condiciones más favorables para alguno
de ellos. El Art. 64, señala que podrán tomarse respecto de acreedores de una misma clase,
siempre que los demás acreedores de la misma clase lo acuerden con quórum especial, el
cual se calculará únicamente sobre el monto de los créditos de éstos últimos, es decir
excluyendo de la votación al acreedor beneficiado.
Dejan de tener valor toda garantía por el sólo mérito de la declaración de nulidad del
acuerdo, porque todas las estipulaciones de éste quedan a su vez sin efecto cuando se acoge
esta acción especial, que únicamente debe estar fundada en la ocultación o exageración del
activo o del pasivo que se tomó conocimiento, después de haber vencido el plazo
establecido en el Art. 86 para impugnar el acuerdo, y que a mayor abundamiento produce
la liquidación de la Empresa Deudora. Lo anterior, tiene explicación en la sola circunstancia
de no exponerse a los terceros que de buena fe concurrieron como garantes por la acción
del deudor que deliberadamente ocultó o exageró su activo o pasivo a objeto de lograr el
acuerdo con sus acreedores.
a) Prohibición de repartos
Todo lo anterior, salvo que los acreedores expresamente lo autoricen en la forma que
determine el acuerdo, lo cual será posible si se incorpora a la propiedad total o parcial
de la Compañía un nuevo operador que inyecte capital fresco para potenciar el giro, o
bien si los propios socios o accionistas acuerdan y enteran un nuevo aumento de capital
con igual propósito; la modalidad final de reparto, en dicho caso, será fijada por el
propio acuerdo.
b) Alcance tributario de las estipulaciones del Acuerdo de Reorganización Judicial
Artículo 393.- Incorporase el siguiente artículo 27 ter al decreto ley Nº 825, de 1974,
sobre impuesto a las ventas y servicios:
"Artículo 27 ter.- Los contribuyentes gravados con los impuestos de los Títulos II y III
de esta ley, que tengan la calidad de acreedores en un Procedimiento Concursal de
Reorganización regido por la Ley de Reorganización y Liquidación de Activos de
Empresas y Personas, que hayan sido recargados en facturas pendientes de pago
emitidas a deudores de un Acuerdo de Reorganización, podrán imputar el monto de
dichos tributos a cualquier clase de impuestos fiscales, incluso de retención, y a los
derechos, tasas y demás gravámenes que se perciban por intermedio de las Aduanas u
optar porque éstos les sean reembolsados por la Tesorería General de la República. En
el caso de que se hayan efectuado abonos a dichas deudas, la imputación o devolución,
en su caso, sólo podrán hacerse valer sobre la parte no cubierta por los abonos, si la
hubiera.
Para hacer efectiva la imputación a que se refieren los incisos anteriores, los
contribuyentes deberán solicitar al Servicio de Tesorerías que se les emita un Certificado
de Pago por una suma de hasta el monto de los créditos acumulados, expresados en
unidades tributarias mensuales. Dicho certificado, que se extenderá en la forma y
condiciones que fije el Servicio de Tesorerías, mediante resolución, será nominativo,
intransferible a terceros y a la vista, y podrá fraccionarse en su valor para los efectos de
realizar las diversas imputaciones que autoriza la presente disposición.
De dicho modo, ésta clausula será obligatoria para todos los acreedores a los que afecte el
referido acuerdo y si el árbitro declara la terminación o el incumplimiento del Acuerdo,
remitirá de inmediato el expediente al tribunal competente para que éste dicte la
Resolución de Liquidación en conformidad a la Ley.
a) La comisión estará integrada por cinco miembros: tres (3) representantes de los
acreedores financieros; un (1) representante de los proveedores, que serán elegidos
por la Junta de Acreedores al momento de pronunciarse sobre estas proposiciones de
Convenio, y un (1) representante de la proponente; ordinariamente la Junta deberá
tener en consideración los montos de los créditos de los respectivos acreedores
individuales en la masa, de modo que se prefiera a los mayores créditos individuales en
tal designación.
b) El quórum para que la Comisión sesione válidamente y adopte sus acuerdos será de tres
(3) de sus miembros.
a) Negociar y acordar con la Compañía las modificaciones que sea necesario introducir
a las estipulaciones del presente convenio.
Una empresa sin abastecimiento es poco lo que puede ofrecer; aunque logre el mejor
acuerdo de pago con sus acreedores; si no tiene flujos, el convenio está destinado al fracaso.
Peor aún si tienen que adquirir productos con mucha anticipación.
Por tal motivo el Art. 72, señala que “los proveedores de bienes y servicios que sean
necesarios para el funcionamiento de la Empresa Deudora, cuyas facturas tengan como
fecha de emisión no menos de ocho días anteriores a la fecha de la Resolución de
Reorganización y en la medida que en su conjunto no superen el 20% del pasivo señalado
en la certificación contable referida en el artículo 55, se pagarán preferentemente en las
fechas originalmente convenidas, siempre que el respectivo proveedor mantenga el
suministro a la Empresa Deudora, circunstancia que deberá acreditar el Veedor.
1° El pago se podrá efectuar, de forma preferente y como obligación de giro y en las fechas
originalmente convenidas, solamente si el proveedor sigue prestando el mismo servicio o
abastece a la compañía con la regularidad y cantidad de productos que despachaba antes
de iniciarse el procedimiento; de lo contrario, el importe del crédito formará parte del
pasivo y el proveedor que voluntariamente no cumplió con las exigencias establecidas en la
norma citada, le afectará el acuerdo de reorganización.
Con el propósito de palear dicha situación, la Ley en su Art. 73 establece que “quienes
financien operaciones de comercio exterior de la Empresa Deudora se pagarán
preferentemente en las fechas originalmente convenidas, siempre que esos acreedores
mantengan las líneas de financiamiento u otorguen nuevos créditos para este tipo de
operaciones, circunstancia que deberá acreditar el Veedor.
Así tal como acontece con el abastecimiento asegurado, en el caso de que no se acuerde la
reorganización y, consecuencialmente, se dicte la resolución de liquidación, se pagarán con
la preferencia establecida en el número 4 del artículo 2472 del Código Civil, únicamente, los
créditos provenientes del financiamiento otorgado a contar de la fecha de la resolución que
abre el Procedimiento de Reorganización. Si por alguna circunstancia quedaran impagas
cartas de créditos emitidas antes de esa fecha, estos créditos formarán parte del pasivo,
afectándoles a estos acreedores financieros el acuerdo de reorganización hasta la
concurrencia de los saldos insolutos.
Como en muchas ocasiones es necesario realizar ventas de activos inmovilizados para hacer
frente a gastos operacionales de la compañía, en especial si son de aquellos que en concreto
no participan en la fase de producción o comercialización de ella, el Art. 74 autoriza este
tipo de ventas durante la Protección financiera Concursal, siempre que el valor de los
bienes a liquidar no superen el 20% de su activo fijo contable. Por su parte el Art. 76
establece que el producto de la venta debe ingresar a la caja de la Empresa Deudora y
destinarse única y exclusivamente a financiar su giro operacional.
Esta operación debe ser visada por el veedor, quien valorizará los bienes destinados a la
venta o enajenación y, por cierto, deberá acreditar el ingreso y destino operacional de los
fondos señalados.
La venta o enajenación de bienes que excedan los montos señalados, y la venta que se haga
de estos activos a Personas Relacionadas con la Empresa Deudora, requerirá de autorización
de los acreedores que representen más del 50% del pasivo del deudor.
Créditos operacionales
Por otro lado, también durante la Protección financiera concursal, la Empresa Deudora
podrá adquirir prestamos con el objeto de disponer de recursos frescos con los que financiar
el giro operacional, siempre y cuando estos no superen el 20% de su pasivo, señalado en la
certificación contable referida en el Art. 55; es decir, del estado del pasivo que la Empresa
Deudora presenta al momento de solicitar la apertura del Procedimiento de Reorganización.
Si los préstamos exceden del monto señalado, o bien, estos recursos provienen de Personas
Relacionadas con la Empresa deudora, se requerirá de la autorización de los acreedores que
representen más del 50% del pasivo del deudor.
Art. 66: estos acuerdos afectarán sólo a aquellos acreedores cuyos créditos se originen con
anterioridad a la Resolución de Reorganización regulada en el Art. 57.
A estos acreedores se les dominará como “En la masa”. Por el contrario, aquellos cuyos
créditos se originen con posterioridad a la dictación de la referida resolución, se
considerarán como “De la masa”, y sus créditos deberán pagarse en los términos que
normalmente se pacten, no siendo incluidos en el acuerdo de reorganización judicial.
Con todo, para ejercer los derechos como acreedor dentro del procedimiento, es necesario
que se determine el pasivo y los créditos se encuentren reconocidos, conforme a la
normativa contenida en el párrafo 2 sobre la determinación del pasivo.
Al verificar sus créditos, los acreedores deberán acompañar los títulos justificativos de éstos,
señalando, en su caso, si se encuentran garantizados con prenda o hipoteca y el avalúo
comercial de los bienes sobre los que recaen las garantías.
Expirado el plazo señalado, dentro de los 2 días siguientes, el veedor publicará en el Boletín
Concursal todas las verificaciones presentadas, indicando los créditos que se encuentren
garantizados, y el avalúo comercial de los bienes sobre los que recaen dichas garantías.
La objeción de créditos
Para instar por un proceso más rápido en la determinación de quienes tienen derecho a
concurrir y votar las proposiciones de los acuerdos de reorganización y ejercer los demás
derechos que la ley les otorga, el inc. 3° del Art. 70 establece la figura de la Objeción de
Créditos como figura previa a la actuación jurisdiccional que deben resolver las
impugnaciones.
Dicha norma establece que en el plazo de los 8 días siguientes a la publicación de las
verificaciones efectuadas, el veedor, el deudor y los acreedores podrán deducir objeción
fundada sobre:
2° El avalúo comercial de los bienes sobre los que recaen las garantías otorgadas por el
deudor o terceros
Indistintamente, la objeción se puede deducir respecto de los créditos y avalúos comerciales
que se indican en el estado de deudas que presenta el deudor, o bien en las verificaciones
presentadas por los acreedores.
Impugnación de créditos
Para simplificar el procedimiento, el Art. 71 facultad al veedor para que arbitre las medidas
necesarias de modo que se puedan subsanar las objeciones deducidas. En el fondo se trata
de que éste pueda servir de amigable componedor entre los acreedores que objetaron los
créditos y/o montos de avalúo comerciales de los bienes objeto de garantías y los
acreedores respecto de los cuales se dedujeron estas objeciones. El veedor, quien tiene la
información completa de la Empresa Deudora, por supuesto es el más indicado para
propones distintas soluciones, ya sea para modificar o limitar las verificaciones, o bien, para
clarificar al objetante que existen antecedentes suficientes que avalan la existencia del
crédito. Podrá también instar a la subsanación de defectos de forma en la verificación de
los créditos objetados, como acompañar títulos justificativos conforme a derecho y otro
elemento formal que sirvió de base de objeción.
Si no se subsanan las objeciones; los créditos y el avalúo comercial de los bienes sobre los
que recaen las garantías en su caso, se considerarán impugnados. El veedor de dicha
forma, consecuencialmente acompañará al tribunal competente la nómina de créditos
impugnados conjuntamente con un informe donde deberá indicar si existen o no
fundamentos plausibles que avalen la objeción, y se pronunciará fundadamente sobre la
avalúo comercial del bien sobre el que recae la garantía objetada.
La resolución en comento, deberá dictarse a más tardar el segundo día anterior a la fecha
de celebración de la Junta de Acreedores llamada a conocer y pronunciarse sobre la
propuesta de acuerdo; esta resolución ordenará la incorporación del crédito impugnado a
la nómina de créditos reconocidos si así lo resolviere o la modificación del avalúo comercial
de los bienes sobre los que recaen las garantías, cuando corresponda, y será apelable en el
sólo efecto devolutivo.
Como segundo requisito, eso sí, si plantea por el numero 6) del Art. 57, que adicionalmente
los acreedores para votar necesitan haber acreditado su personería, esto es dar fe ante el
tribunal de tener la capacidad suficiente, o representación legal en su caso, para obligarse
u obligar a su representada en lo que se acuerde en el procedimiento; de lo contrario, este
acuerdo podría impugnarse por la causal que señala el N°3 del Art. 85; además debe conferir
un poder especial a un apoderado judicial con la expresa indicación que se le confieren las
facultades de conocer, modificar y adoptar el Acuerdo.
Dicha personería, y el poder, deberán ser analizados por el veedor a objeto de emitir el
informe ordenado por el Art. 25 numero 6): “realizar la calificación de poderes para
comparecer en las Juntas de Acreedores, e informar al tribunal sobre la legalidad de éstos,
cuando corresponda”.
Finalmente, cuando el avalúo comercial de los bienes sobre los que recaen las garantías
exceda el valor del crédito que garantizan, el acreedor correspondiente votará de acuerdo
al monto de su crédito, según conste en la nómina de créditos reconocidos y en su
ampliación o modificación, en su caso; esta norma se justifica porque pueden existir en la
práctica créditos sobre garantizados.
N°4 del Art. 57; impone la obligación a la Empresa Deudora para que a través del veedor
publique en el Boletín Concursal y acompañe al Tribunal Competente, a lo menos con 10
días de anticipación a la fecha fijada para la Junta de Acreedores, su propuesta de Acuerdo
de Reorganización Judicial.
Presentada la propuesta de acuerdo por la Empresa Deudora, no podrá retirarla, salvo que
cuente con el apoyo de acreedores que representen al menos el 75% del pasivo y, si ésta se
retira sin contar con dicho apoyo, el tribunal dictará la Resolución de Liquidación.
Art. 79: “Cada una de las clases o categorías de propuestas de acuerdo que establece el
Art. 61 será analizada, deliberada y acordada en forma separada en la misma junta,
pudiendo proponerse modificaciones”
Por otra parte, el acuerdo sobre la propuesta de una clase o categoría se adoptara bajo la
condición suspensiva de que se acuerde la propuesta de la otra clase o categoría en la
misma Junta de Acreedores, o en la que se realice de conformidad a lo previsto en el Art.
82; es decir, aunque se acepte la propuesta de un clase o categoría de acreedores, no habrá
acuerdo si la otra clase o categoría rechaza esta propuesta.
Los votos que se obtengan por este sistema se considerarán como votos de acreedores
presentes en la Junta de Acreedores llamada a votar, para efectos del cómputo de quórum.
De tal forma, dichas modificaciones deben realizarse con los mismos acreedores que
suscribieron el acuerdo, agrupados en sus respectivas clases o categorías, conforme al
mismo procedimiento y mayorías exigidas, privándose también la participación de los
acreedores que tengan la calidad de personas relacionadas con el deudor.
Con todo, estas modificaciones no podrán recaer sobre aspectos relativos a la calidad del
acreedor, su clase o categoría, diferencia entre acreedores de igual clase o categoría,
monto de sus créditos, preferencias, y respecto de todas aquellas materias que el acuerdo
determine como no modificables por la Comisión de Acreedores, sin perjuicio de que
adicionalmente no podrá realizarse sino por el consentimiento unánime de los miembros
la dicha comisión a fin de resguardar el interés de todas las clases de acreedores.
Finalmente, y para el debido conocimiento de las partes y terceros, el texto integro del
Acuerdo con sus modificaciones, en su caso, será notificado por el veedor en el Boletín
Concursal.
La impugnación es la facultad que se les otorga a los acreedores a quienes afecta este
acuerdo para que fundándose en las causales que establece la ley, puedan solicitar al
tribunal que deje sin efecto este acuerdo y, en algunos casos, proceda a dictar la resolución
de liquidación de la Empresa Deudora.
Procedimiento de impugnación
Con todo, sólo se dejará sin efecto el acuerdo cuyo error de cómputo, sea incidente
en la determinación de los quórum de aprobación.
4) Acuerdo entre uno o más acreedores y el Deudor para votar a favor, abstenerse
de votar o rechazar el Acuerdo, para obtener una ventaja indebida respecto de los
demás acreedores.
Las primeras hipótesis parecen poco realistas, y en la práctica son inocuas. Distinta
es la segunda conducta que se consigna en la última parte de ésta causal; esto es la
colusión a objeto de obtener una ventaja indebida respecto de los demás
acreedores. En este caso sí se constituye un claro caso a impugnar toda vez que se
rompe la Par Conditio Creditorum, principio básico de toda la ley concursal.
5) Ocultación o exageración del activo o pasivo
Esta causal hace referencia al objeto o contenido de las propuestas del acuerdo de
reorganización y a las modalidades que se estipulen para el cumplimiento del
mismo. Y es que pese a poder ser amplio el objeto o contenido del acuerdo, existen
distintas normas que regulan su implementación que deben cumplirse, tanto en la
determinación de la propuesta como en las clausulas de ejecución como así se
desprende del Art. 61, 62, 64, etc. Calificándose todas ellas como de orden
normativo, en la comprensión de existir en el proceso concursal normas de
contenido público como lo son las correspondientes a la prelación de créditos,
competencia para conocer de los procesos, y las penales que establezcan los delitos
concursales.
El tribunal conocerá y fallará en una audiencia única las impugnaciones deducidas a los
acuerdos de reorganización; si son varias, se tramitan en un solo incidente. El art. 87
señala que el tribunal citará a esta audiencia, dentro de los 10 días de vencido el plazo
para impugnar; esta audiencia será verbal y se llevará a cabo con los que asistan y en
ella deberán resolverse las incidencias que promuevan las partes.
En dicho caso, la propuesta deberá presentarse con el apoyo de dos o más acreedores
que representen, a los menos un 66% del pasivo total con derecho a voto, gozando de
un plazo adicional de Protección financiera, hasta la celebración de la nueva Junta
llamada a conocer y pronunciarse sobre la nueva propuesta, distinto a los plazos de de
ampliación de este beneficio que establece el Art. 58.
Finalmente si se acoge la impugnación por las causales 4) y 5) del art. 85, el tribunal
de oficio y sin más trámite, ordenará el inicio del Procedimiento Concursal de
liquidación en la misma resolución que acoge la impugnación, y el deudor no podrá
presentar nuevamente una propuesta de acuerdo.
Se desprende de esto que la apertura del procedimiento de liquidación se funda en la
gravedad de las causales por las que se acoge la impugnación del acuerdo de
reorganización.
i.- Expirando el plazo de impugnación del Art.86, sin que fuere impugnado; el tribunal
declarará la aprobación del acuerdo, de oficio o a petición de cualquier interesado o del
veedor.
Para evitar impugnaciones instrumentales que tengan por único objeto paralizar el
procedimiento, la ley ha establecido una modalidad especial de aprobación y vigencia
que impide que se utilice la impugnación como herramienta para exigir el pago de los
créditos;
Art. 89: el acuerdo regirá no obstante las impugnaciones que se hubieren interpuesto
en su contra, salvo que éstas se presenten por acreedores de una determinada clase
o categoría, que representen en su conjunto a lo menos el 30% del pasivo con derecho
a voto de su respectiva clase o categoría. En este caso, el acuerdo no empezará a regir
sino hasta que dichas impugnaciones fueren desestimadas por sentencia firme y
ejecutoriada.
Los actos y contratos suscritos o celebrados por la Empresa Deudora en el tiempo que
medie entre el Acuerdo y la fecha en que quede ejecutoriada la resolución que acoja las
impugnaciones, no podrán dejarse sin efecto.
Finalmente para efectos de forma, el Art. 90 establece que una copia del acta de la Junta
de Acreedores en la que conste el voto favorable del Acuerdo y su texto íntegro, junto
a la copia de la resolución judicial que lo aprueba y su certificado de ejecutoria, podrá
ser autorizada por un ministro de fe o protocolizarse ante un notario público. Una vez
autorizada o protocolizada, tendrá merito ejecutivo para todos los efectos legales.
No impedirá lo anterior que la Empresa deudora pueda suscribir hojas de prolongación
de los distintos títulos de créditos aceptados o suscritos en favor de los acreedores,
indicando los nuevos vencimientos y condiciones de tasas, si así procediere.
1° obliga al deudor y a todos los acreedores de cada clase o categoría de éste, hayan o no
concurrido a la junta que lo acuerde.
2° Se cancela las inscripciones previstas en el número 7) del artículo 57; es decir aquellas
que ordenan la resolución judicial que se dicta cuando se abre el procedimiento de
reorganización y que practica el veedor al inscribir la resolución, en los conservadores de
bienes raíces correspondientes, al margen de la inscripción de propiedad de cada uno de
los inmuebles que pertenecen al deudor.
3° Cesa la intervención del veedor que impone el N° 2 letra a) del artículo 57, sin perjuicio
que por disposición del art. 69, se mantiene la presencia del veedor en la Empresa Deudora
por lo menos un año, con el objeto que supervigile el cumplimiento del acuerdo, con las
facultades y deberes que al efecto determinen los acreedores.
Cómo se resuelve
1° Art. 94; el tribunal podrá solicitar al veedor un informe que contendrá la calificación de
si el bien es o no esencial para el giro de la Empresa Deudora y el avalúo comercial del bien
sobre el que recaen las referidas garantías.
2° El tribunal deberá resolver dicha calificaciones en única instancia, a más tardar el segundo
día anterior a la fecha de celebración de la Junta de Acreedores llamada a conocer y
pronunciarse sobre las proposiciones de Acuerdo de Reorganización Judicial.
3° Si acaso el tribunal decidiera que el bien objeto de esta determinación no es esencial para
el giro de la Empresa Deudora, el acreedor garantizado puede ejecutar su garantía fuera del
concurso y concurrirá y votará en la clase o categoría de acreedores valistas, únicamente
por el saldo del crédito no cubierto por la garantía. El saldo cubierto por la garantía no se
considerará en el pasivo de la clase o categoría de acreedores garantizados.
a) El acreedor garantizado queda en libertad de acción para ejecutar su garantía fuera del
concurso.
b) El monto del crédito del acreedor hipotecario o prendario y el avalúo comercial del bien
sujeto a garantía, se conoce porque quedó fijado en la fase de la determinación del
pasivo que regula los artículos 70 y siguientes.
Art 95 N°3: si el respectivo acreedor cuya garantía recae sobre bienes de terceros,
declarados no esenciales para el giro de la empresa, vota a favor o en contra del
acuerdo, se sujetará los términos y modalidades establecidos en éste y no podrá
perseguir su crédito en términos distintos a los estipulados por los acreedores.
Con todo, mantendrá su garantía hipotecaria, la cual podrá hacer efectiva conforme
a las reglas generales del concurso, si como consecuencia de una declaración de
incumplimiento del acuerdo, se produce la liquidación de la Empresa Deudora.
Si los acreedores acuerdan autorizar a la Empresa Deudora para que reformule su propuesta
de reorganización que fue rechazada, se fijará una nueva fecha para la Junta de Acreedores
que deberá llevarse a cabo dentro de los 20 días siguientes a la fecha de la junta que rechazó
el acuerdo
Finalmente, el inc. Final del artículo 96 previene que la junta de acreedores que rechace la
primera o segunda propuesta de Acuerdo, en su caso, deberá nominar a los liquidadores
titular y suplente, a los que el tribunal competente deberá designar con el carácter de
definitivos.
No se admitirán otras acciones en contra del Acuerdo que las fundadas en la ocultación
o exageración del activo o del pasivo. Es decir, en la especie, estamos hablando de las
llamadas nulidades de derecho estricto.
Efectos:
1° Extingue de pleno derecho las cauciones que garantizaban el acuerdo, en tanto los
terceros hayan actuado de buena fe.
b) Acción de incumplimiento
El Art. 98 agrega que podrá considerarse de igual forma una estipulación incumplida, en
caso de agravarse el mal estado de los negocios del deudor de forma que haga temer
que se produzca un perjuicio para alguno de los acreedores.
Expirado el plazo sin que se verifique el pago o prestación debida, el tribunal dictará la
resolución de incumplimiento y se procederá a la apertura del Procedimiento de
Liquidación.
El deudor podrá enervar la acción de incumplimiento por una sola vez, para cada
categoría o clase de acuerdo.
El acuerdo simplificado nace para regular aquellos casos en que no existe una multiplicidad
de acreedores, y el pasivo se encuentra concentrado mayoritariamente sólo en algunos.
Legitimación y competencia
Formalidades
Al igual que el Acuerdo de Reorganización Judicial, este acuerdo simplificado podrá versar
sobre cualquier objeto tendiente a reestructurar los activos y pasivos del Deudor.
Normas aplicables
El Art. 106 señala que las normas aplicables a este procedimiento serán las que le
correspondan conforme a su naturaleza de especial procedimiento y aquellas que están
contenidas en los Títulos 1 y 2 del Capítulo III, en lo relativo:
1° Acuerdos por clase o categoría de acreedores
2° Determinación del pasivo
3° Propuestas alternativas
4° Diferencias entre acreedores de igual clase o categoría
5° Condonación o remisión de créditos
6° Constitución de garantías
7° Clausulas de arbitraje
8° Nombramiento del interventor y designación de la Comisión de Acreedores
2° El listado de todos los juicios y procesos administrativos seguidos contra el Deudor que
tengan efectos patrimoniales, con indicación del tribunal, órgano de la Administración del
Estado, rol o número de identificación y materias sobre las que tratan estos procesos.
No obstante esto, la ley sí prohíbe al Deudor gravar o enajenar sus bienes, salvo los
que resulten estrictamente necesarios para la continuación de su giro.
Sobre la venta de activos nada se dice, sin embargo debe entenderse que al igual que
ocurre con la Empresa Deudora en el Procedimiento Judicial, podrá vender o enajenar
sus activos, siempre y cuando no exceda del 20% de su activo fijo contable, debiendo
contara necesariamente con la aprobación de los acreedores, si acaso quisiera superar
dicha limitación.
Quórum de aprobación
Para que se entienda debidamente aprobado el acuerdo simplificado, el Art. 109 señala que
el Deudor deberá presentar el Acuerdo Simplificado suscrito por dos o más acreedores que
representen al menos tres cuartas partes del total de su pasivo, correspondiente a su
respectiva clase o categoría, de modo que se puede sustraer que en el caso de los acuerdos
simplificados, el quórum requerido para su aprobación, es mayor que para el caso de los
acuerdos judiciales en que se requiere sólo de dos tercios del total del pasivo.
Las Personas Relacionadas con el Deudor, tal como de igual forma acontece en los acuerdos
judiciales, no podrán suscribir un Acuerdo Simplificado, ni sus créditos se considerarán en
el monto del pasivo para los efectos de la determinación del quórum de aprobación del
referido Acuerdo.
Los cesionarios de créditos adquiridos dentro de los treinta días anteriores a la fecha de la
presentación a aprobación judicial del Acuerdo Simplificado tampoco se considerarán para
el quórum señalado en el inciso anterior.
Publicidad
Para los efectos de dar a conocer a los acreedores el acuerdo extrajudicial de modo que
puedan hacer valer sus derechos, el artículo 110 establece que junto con presentar al
tribunal el acuerdo con los antecedentes señalados en el artículo 107, el deudor deberá
acompañar al veedor copia de estos antecedentes, para que los publique en el Boletín
Concursal y los acompañe a los acreedores por medio de correos electrónicos, si lo
tuvieren.
Impugnación
Los acreedores disidentes y aquellos que demuestren haber sido omitidos de los
antecedentes previstos en el artículo 107, podrán impugnar el acuerdo dentro de los diez
días siguientes a la publicación del acuerdo en el boletín concursal.
A su vez el artículo 111 señala que la impugnación debe fundarse en alguna de las causales
establecidas en el artículo 85, respecto de los de reorganización judicial, o bien en la
existencia, montos y preferencias de sus créditos.
Ahora bien, sin perjuicio de lo anterior debe destacarse que no se aplicará respecto al
Acuerdo Simplificado la causal 1), en tanto en estos no hay Junta de Acreedores llamada a
tomar conocimiento y votar la propuesta de acuerdo, salvo que en términos muy
excepcionales el tribunal haga uso de la facultad que le confiere el Art. 112, esto es que
dentro de los diez días siguientes a la publicación del Acuerdo Simplificado, el tribunal cite
a todos los acreedores a quienes les afecte el Acuerdo, para su aceptación ante el tribunal,
la cual deberá contar con el quórum señalado en el artículo 109.
El Art. 112 indica que una vez aceptado el acuerdo simplificado, o vencido el plazo antes
señalado sin que el tribunal hubiere citado, y vencido el plazo para presentar impugnaciones
sin que se hayan interpuesto o si, deducidas, se hubieran rechazado por resolución que se
encuentre firme y ejecutoriada, el tribunal competente, previa verificación del
cumplimiento de los requisitos legales, dictará la correspondiente resolución aprobando el
Acuerdo Simplificado, debiendo el Veedor publicarla en el Boletín Concursal.
Finalmente, una vez que se encuentra aprobado judicialmente el Acuerdo Simplificado, se
producirán todos los efectos previstos en los artículos 91 y siguientes, en cuanto les fueren
aplicables.
d) Estado de deudas
En relación al Libro IV del Código de Comercio, desde “títulos” a “créditos” se
justifica sus permanencia en razón a que el deudor podía no conocer a ciencia
cierta si el título existente en su contra tenía o no naturaleza ejecutiva, por lo
que pareció más conducente señalar la naturaleza de este pasivo propiamente
tal.
e) Nomina de trabajadores
2. La Liquidación Forzosa
Causales
“Cuando el deudor que ejerza una actividad comercial, industrial, minera o agrícola,
cese en el pago de una obligación mercantil con el solicitante, cuyo título sea
ejecutivo”
El proyecto original de la Ley 18.175, en lugar de referirse al que ejerciera una
actividad de las referidas, aludía en cambio, a la empresa, con lo que el propósito
del legislador era el de avanzar desde el concepto de Comerciante al de Empresario,
como lo consagra la legislación italiana, todo lo cual es recogido por la Ley 20.720.
En síntesis, el elemento central respecto del deudor eventualmente sometido a un
Procedimiento Concursal de Liquidación ya no será su carácter de comerciante sino
su adecuación y concordancia con el concepto de Empresa Deudora, el cual para
mayor facilidad del intérprete, viene expresamente definido por el legislador en el
Art. 2° N° 13 de la Ley 20.720.
“Si cesa en el pago de una obligación que conste en título ejecutivo con el acreedor
solicitante”
El inciso segundo del artículo 117 N°1 de la Ley 20.720, señala que:
“Esta causal no podrá invocarse para solicitar el inicio del procedimiento concursal
de liquidación respecto de los fiadores, codeudores solidarios o subsidiarios, o
avalistas de la Empresa Deudora que ha cesado en el pago de las obligaciones
garantizadas por estos”
“Cuando el deudor contra el cual existieren tres o más títulos ejecutivos y vencidos,
provenientes de obligaciones diversas, y estuvieren iniciadas, a lo menos, dos
ejecuciones, no hubiere presentado en todas éstas, dentro de los cuatro días
siguientes a los respectivos requerimientos, bienes bastantes para responder a la
prestación que adeude y las costas”
Nos encontramos con una causal de quiebra común a toda clase de deudor, es decir,
de aquellas que pueden ser invocadas tanto respecto de deudores civiles o
comerciales.
a) Consignar fondos
b) Allanamiento
En este caso el ordenamiento concursal no hace otra cosa que ratificar un
comportamiento procesal general, conforme al cual el demandado se somete a las
pretensiones del acreedor, ratificando la presunción construida en su contra y
dando pie al pronunciamiento de la Resolución de Liquidación.
En este caso el deudor reconoce que la causal de Liquidación forzosa hecha valer
de contrario se configura efectivamente pero que, aún así es capaz o se considera
capaz de entregar una solución global a sus acreedores. El que la legislación lo
admita, responde a la necesidad de instar por concreciones legislativas del principio
de conservación de la empresa.
e) Oponerse
Esta forma de responder surge toda vez que el deudor concluya que existen
causales para cuestionar la validez o legitimidad del proceso concursal que se ha
incoado.
Teóricamente la oposición a alguna de las dos primeras causales del artículo 117 de
la Ley 20.720, resulta una tarea compleja toda vez que tratándose de un título
ejecutivo, éste presenta una naturaleza análoga a la de una prueba privilegiada, en
términos tales que el acreedor dotado de él goza de la garantía jurisdiccional de
solicitar el embargo de bienes suficientes de deudor y todo el peso de la prueba
recae sobre este último, de modo que el ejecutado debe desvanecer la presunción
de autenticidad y veracidad que el título supone.
Así por ejemplo, una vez notificada en el Boletín Concursal la Resolución de Liquidación
comienza a correr el plazo de 30 días hábiles para verificar créditos y alegar
preferencias. Periodo el cual está liderado por la idea de preclusión procesal, toda vez
que transcurrido el plazo legal señalado, el período ordinario de verificación se entiende
cerrado de pleno derecho, sin necesidad de resolución ni notificación alguna, lo cual
permite agilizar un aspecto que otrora se convertía en un relevante atasco procesal
concursal.
Uno de los obstáculos más significativos en esta materia era lograr que la demanda se
notificare en la forma que establecía la ley. Mientras ello no ocurriera era imposible si quiera
comenzar a vislumbrar la procedencia del abandono del procedimiento, simplemente
porque al no estar notificada la demanda impugnativa no se está estrictamente en un juicio.
Luego de su interposición, que cuenta con el plazo de 10 días hábiles contados desde el
término del periodo de verificación ordinario, nace un deber propio del liquidador que
consiste en propender a alcanzar acuerdos que permitan superar los defectos que
justificaron deducir la objeción.
Entonces vemos que en esta primera etapa, el liquidador asume una labor proactiva a
objeto de obtener la certidumbre necesaria para que el crédito pueda realmente estimarse
reconocido o como bien alegada la preferencia, todo lo cual además será útil para alivianar
la carga de nuestros tribunales en situaciones en que en que el fundamento de la
impugnación, hoy objeción, descansan en aspectos más formales o de corrección accesible.
Con todo, el éxito o no de la diligencia dependerá de la voluntad del acreedor objetado.
Y es que el acreedor tan sólo recibe la visión del liquidador como una mera recomendación,
pudiendo perseverar en su propia, personal y autónoma percepción del crédito y/o
preferencia, dejando que sea el tribunal del concurso quien resuelva los pareceres en
oposición; en esta situación, la objeción se transformará inmediatamente en
impugnación, lo cual no es otra cosa que la consecuencia jurídica prevista por el legislador
en caso que el acreedor objetado manifieste su rechazo o disconformidad a la sugerencia
planteada por el Liquidador en el plazo legal, y en orden a la corrección de los defectos
que este último estima concurrentes en el crédito verificado y/o preferencia alegada.
Está integrada por aquellos acreedores que no aceptaron, por cualquier causa, la vía
correctiva o de subsanación sugerida por el Liquidador, pasando a integrar una lista con
fines de orden y publicidad.
El liquidador adicionalmente debe entregar al tribunal que conoce del concurso un Informe
acerca de los créditos impugnados, el cual no será sino el antecedente más directo con que
contará el juez para resolver las distintas controversias suscitadas.
De cualquier forma la tarea del liquidador debe ser complementada con asesorías externas
que contribuyan a cubrir con propiedad y profundidad todas y cada una de las materias que
integran el mar de opciones para objetar un crédito o preferencia.
Bajo esta perspectiva será un esencial deber del liquidador aportar la mayor información de
que disponga y pueda disponer, a efectos de ilustrar al tribunal acerca de las materias a
resolver, no sólo para justificar la responsabilidad que el legislador y la junta de acreedores
le ha confiado sino también para dar seguridad al acreedor objetado en cuanto sus
descargos o razones para mantener su postura, han sido debidamente reflejadas.
Como buen complemento, el Liquidador podrá adjuntar a su Informe, copias simples tanto
de los escritos de verificación como de objeción, junto con las presentaciones que los
interesados le hubieren hecho llegar en apoyo de sus particulares puntos de vista.
Para concluir, las impugnaciones deberán ser resueltas por el tribunal que conoce del
concurso en una Audiencia Verbal, la que deberá tener lugar dentro del décimo día
contado desde la notificación por aviso en el Boletín Concursal de la resolución que tuvo
por acompañada la Nómina de Créditos Impugnados, a la que podrán asistir tanto
impugnantes como impugnados.
Regulación expresa
La ley 20.720 se hace cargo de entregar una regulación del Leasing en materia falencial, lo
cual por sí solo entrega beneficios al AOC como vía de contratación en tanto permite a las
partes interesadas en celebrar esta clase de acuerdos, saber de antemano las opciones en
caso de concursabilidad, y por ende, prevenir sus alcances y actuar en consecuencia.
a) Necesidad de incautar
El legislador ha impuesto al liquidador el deber jurídico de amparar los bienes que son
objeto de un AOC, maniéndolos dentro de su esfera de cuidado. En otra palabras, aun
sabiendo que no se trata de bienes que la Empresa Deudora tenga en dominio, que no
son bienes del deudor, igualmente forman parte del inventario y el administrador del
concurso se ve obligado a darles la misma protección que a los bienes estrictamente
propios del concursado.
Esta innovación normativa busca entregar mayor tranquilidad y certeza al arrendador:
con prescindencia del futuro del contrato, los bienes objeto de él estarán cuidados y
resguardados, igual como los activos del deudor.
Pero además los gatos de conservación, custodia y/o bodegaje de los bienes en
leasing serán de cargo de la masa y en caso de desacuerdo en su monto resolverá el
tribunal que conocer de la liquidación.
Este deber de protección o cuidado, con todo, tiene una duración limitada: hasta la
fecha de celebración de la Junta Constitutiva de Acreedores, sin perjuicio que en
ciertas hipótesis esa obligación podría extenderse.
Esperar que tenga lugar la Junta Constitutiva, ya que en ella deberá discutirse acerca
del futuro del AOC.
El propósito del legislador fue permitir que la junta concluyera acerca de su interés en
perseverar en el contrato. Ese interés se presume concurrente en casos donde el bien
leasing tenga gran importancia en la actividad del deudor o simplemente se trate de
un contrato que ha venido cumpliéndose durante bastante tiempo, bastando poco
tiempo relativo para alcanzar la opción de compra.
En cuanto a los términos originalmente pactados, se hace referencia a que las cuotas
que se devenguen con posterioridad al Acuerdo de la Junta, se deberán pagarse
oportunamente, omitiéndose, en todo caso, cualquier adición o incremento que tenga
por base la mora previa a la Resolución de Liquidación.
Esta posibilidad requiere que la Empresa Deudora deba pagar todas la cuotas
necesarias para ejercer la opción de compra, de moto tal que en realidad existe una
suerte de aceleración a la inversa, donde la Junta opta por el pago directo y total a
cambio de incorporar el bien Leasing al patrimonio del deudor.
En este caso, no quedará más que proceder a la restitución del bien al acreedor, sin
perjuicio de, eventualmente, invocar de común acuerdo algunas de las formas
negociadoras que implícitamente prevé el Art. 227 de la Ley 20.720.
El legislador consagra el que se tiene por afirmada la opción por continuar con el AOC
en los términos originalmente pactados, lo cual es en todo diverso a la anterior
normativa dado que bajo estos supuestos, simplemente se daba por terminado el
contrato, debiéndose proceder a la restitución del bien.
Finalmente se tendrá por no escrita cualquier clausula pactada en el AOC que contraríe
lo regulado por las disposiciones del Art. 225.
d) Verificación
Con todo, las cuotas o rentas que se devengan entre dicha resolución y la propia Junta
Constitutiva – período de tregua en que el bien leasing ha sido incautado a efecto de
permitir una decisión informada de la Junta a su respecto -, serán asumidas por la masa,
no obstante pueda que nos encontremos con que esas cuotas serán una sola , que ya
es dable presumir que la época de devengamiento coincidirá con la fecha de celebración
de la Junta (1 mes aproximadamente).
De otra parte, el mismo artículo se encarga de aclarar que la forma en que se pagarán
las sumas posteriores a la Resolución de Liquidación. En cuanto a las multas, el
legislador ha consagrado un desincentivo concursal: es perfectamente posible y válido
verificarse pero no en virtud del leasing como título, sino de una sentencia firme o
ejecutoriada que las conceda y por el monto en ella señalada, en procedimiento
sumario.
Finalmente, el Art. 227 permite que la Junta Constitutiva, con quórum calificado,
pueda acordar una forma de realización de los bienes de la Empresa Deudora que
incluya el bien Leasing, cosa que por lo demás responde a una constatación práctica de
lo que suele ocurrir.
Acto seguido en su Art. 208, la legislación también prevé las distintas formulas de
realización ordinaria por intermedio de las cuales se realizarán los bienes del deudor:
i. Ventas al Martillo
En el proceso de evaluación y revisión de la actual legislación, se ha constado la
necesidad de perfeccionar la norma, en el sentido de incentivar un mayor
profesionalismo en la actividad del martillo y aumentar las potestades administrativas
fiscalizadoras.
El acuerdo de venta al martillo podrá versar tanto sobre bienes muebles como
inmuebles del Deudor. El acuerdo deberá designar al Martillero Concursal, elegido
de una terna propuesta por el Liquidador y confeccionada sólo con aquellos
Martilleros Concursales incluidos en la nómina llevada por la Superintendencia. Las
demás condiciones de la venta deberán constar en las bases que proponga el
Liquidador en la misma Junta, para la aprobación de los acreedores.
Con a lo menos cinco días de anticipación a la fecha del remate, el Liquidador deberá
publicar en el Boletín Concursal las bases aprobadas por la Junta de Acreedores,
sin perjuicio de otros medios adicionales de publicidad que las mismas bases
puedan consignar.
Dentro del quinto día siguiente a la fecha del remate, el Martillero Concursal deberá
rendir ante la Superintendencia una cuenta detallada y desglosada de los bienes
rematados, así como de los ingresos, gastos y resultado final del remate o subasta,
y publicarla en el Boletín Concursal. La Superintendencia podrá objetar u observar
su contenido, conforme a lo previsto en el número 5) del artículo 337.
La nueva legislación se tiene al pie de la letra a cuanto dicho en el Art. 122 del Libro IV
del Código de Comercio, por lo que no pareciera ser necesario efectuar mayores
tratamientos.
iii. Otras formas de realización de los bienes
Se trata de aquellas de aquellas vías que exigen además de una alta aprobación, el
consentimiento del fallido. Es una técnica o método de venta bastante simple y
comienza su ejecución mediante una propuesta u oferta que para la actual
legislación debe ser presentada por el interesado al Liquidador, lo cual es un
requisito general bastante simple y que se explica por sí mismo: es necesario contar
con un constancia expresa acerca de la existencia de la oferta y de las demás
características que le rodean.
Pero existe una alternativa: votar con quórum calificado, o sea, con una menor
exigencia al primer caso, que los bienes sobre los cuales versa la propuesta sean
ofertados al Martillo, estableciendo que el mínimo para efectuar posturas por
cualquier interesado deberá corresponder al monto contenido en la oferta inicial.
Esta modificación legal tiene un claro sentido: a los acreedores conocer el precio de
mercado del bien; de tal forma, si el precio mínimo de remate (idéntico al ofertado)
estaba por debajo de lo habitual, tal circunstancia atraerá postores dispuestos a
pagarlo, ya que lo verán como una oportunidad.
Procedimiento en articulado
Todas las ofertas de compra directa que se formulen deberán dirigirse por escrito
al Liquidador, quien las expondrá a los acreedores en la Junta de Acreedores
inmediatamente siguiente.
Las condiciones del remate deberán ser incluidas en las bases que se confeccionen
y, en ellas, el precio mínimo de los bienes a rematar deberá ser igual al monto
ofrecido por el oferente. Si no se presentaren postores en esa oportunidad, se
llevará a cabo la venta propuesta por el oferente, en sus términos originales.
Esta fórmula integral presenta grandes ventajas para todos los intervinientes,
incluso para el resto de la comunidad. Tales escenarios se construyen a través de la
fundada proyección de una mayor recuperación de crédito, un mantenimiento de
las relaciones contractuales del concursado (entre las que destacan los contratos
de trabajo), y en síntesis, es una de las vías más idóneas para la consecución
empírica de principios de índole económica-jurídica, tales como el “salvataje
empresarial”, “funcionamiento continuo en otras manos”, etc.
Procedimiento en articulado
“Una vez publicada la resolución que tuvo por aprobada la Cuenta Final de Administración en los
términos descritos en los artículos 49 y siguientes, el tribunal, de oficio, a petición de parte o de
la Superintendencia, dictará una resolución declarando terminado el Procedimiento Concursal de
Liquidación.
Un importante efecto de esta Resolución de Término, una vez ejecutoriada, será que
por el sólo ministerio de la ley se entenderán extinguidos los saldos insolutos de las
obligaciones contraídas por la Empresa Deudora antes del inicio del Procedimiento
Concursal de Liquidación.
Extinguidas las obligaciones conforme lo anterior, el deudor se entenderá rehabilitado
para todos los efectos legales, salvo que la resolución señalada en el artículo
precedente establezca algo diferente.
Una vez publicada la resolución que tuvo por aprobada la Cuenta Final de
Administración en los términos descritos en los artículos 49 y siguientes, el tribunal, de
oficio, a petición de parte o de la Superintendencia, dictará una resolución declarando
terminado el Procedimiento Concursal de Liquidación. Con la resolución de término del
Procedimiento Concursal de Liquidación, el Deudor recuperará la libre administración
de sus bienes.
Al respecto las disposiciones del Libro IV del Código de Comercio, eran perfectamente
aplicables a la persona natural, tanto aquellas que podían ser catalogadas como deudores
calificados como las que por defecto fueran deudores civiles. El punto radicaba en que la
necesaria intervención de los tribunales, los costos asociados, la perdida en la
administración de los bienes presentes, junto con toda la carga de descrédito y escarnio
público de la legislación concursal, hacían que muy pocas personas naturales se sometieran
voluntariamente al concurso. De igual forma, las nociones de prelación de créditos y de
llamamiento general de los acreedores, incentivaban a éstos a preferir ejecuciones
individuales. Con todo existen casos de quiebras de personas naturales, pero claramente no
reflejan el real alcance de la insolvencia en nuestro país.
El sustrato rector, es sobre todo, la voluntariedad. Por parte de la persona deudora debe
existir el convencimiento de encontrarse en una situación económica crítica que le perjudica
y también daña su entorno, y por parte de los acreedores, la disposición a participar en los
procesos de renegociación dotados de flexibilidad, y que permitan alcanzar soluciones
satisfactorias para todos los partícipes.
Art. 261: regula la apertura del procedimiento señalando que éste se inicia ante la
Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (SIR) a través de la presentación de
una solicitud, la cual deberá presentarse adjuntando los siguientes antecedentes:
a) Declaración jurada con una lista de las obligaciones del Deudor, vencidas o
no, sean o no actualmente exigibles, y de todos sus acreedores con indicación
del monto adeudado a cada uno, o su saldo, según corresponda, expresando el
nombre, domicilio, teléfono, correo electrónico del acreedor y su representante
legal, en su caso y si lo conociere, y cualquier otro dato de contacto de cada uno
de ellos;
Rol de la Superintendencia
Servicio Público que se relaciona con el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Economía,
Fomento y Turismo, reemplazante de la Superintendencia de Quiebras.
Las exigencias legales para ampararse en el sistema son especialmente bajas, lo cual es
bastante lógico si se tiene en cuenta que su finalidad fue crear una herramienta real para
todos aquellos ciudadanos que alguna vez tengan que enfrentar la experiencia de vivir una
crisis financiera, ofreciéndoles un sistema justo y eficiente para poder sobrellevarla con
éxito;
El sujeto activo será la Persona Deudora, en tanto será la única que podrá dar inicio al
procedimiento administrativo ante la SIR. Es la única habilitada para determinar si se
encuentra o no en la situación prevista por el legislador y si debe o no acudir a las vías de
auxilio institucional. En caso que decida hacerlo, bastará que llene la Solicitud o Formulario
disponible en las dependencias de la SIR o en su sitio web y acompañe los documentos que
se indican en el Art. 261 de la Ley 20.720.
1° La SIR, una vez recibida la solicitud y los antecedentes complementarios, tiene 5 días
hábiles para examinar lo aportado y resolver acerca de su pertinencia.
2) El listado inicial de los acreedores informados por la Persona Deudora con indicación de
los montos adeudados por concepto de capital e intereses y sus preferencias.
3) El listado de bienes de la Persona Deudora informados por ella, con expresa mención
de aquellos que son inembargables, y los gravámenes y prohibiciones que los afecten, si
los hubieren, individualizando a los beneficiarios de estos últimos.
Los efectos del procedimiento sólo serán vinculantes para los acreedores que efectivamente
hubieren sido singularizados por la Persona Deudora en su solicitud y documentos
complementarios.
La audiencia comenzará con la propuesta del pasivo efectuadas por la SIR, es decir, un
esclarecimiento tendiente a especificar quienes son los acreedores de la persona deudora,
el monto de los débitos y cualquier otra circunstancia atingente.
Para efectos de elaborar dicha propuesta, la SIR debe tomar consideración de 3 elementos:
ii. Las observaciones u objeciones hechas valer por los acreedores incluidos en la
mencionada lista y,
iii. Los criterios que el ente estatal pudiere estimar aplicables en la especie.
Acto seguido la SIR debe instar o propender a un acuerdo en cuanto el monto a fijar, para
l cual incluso puede suspender la Audiencia por una sola vez y por 5 días; en caso de
desacuerdo, se procede a otra la propuesta de la SIR sobre la base de los participaciones
estructuras por el servicio público.
En caso de desacuerdo o si la votación no alcanza a la mayoría del pasivo, excluyendo a las
personas relacionadas de la persona deudora, el paso siguiente es fijar la fecha de
Audiencia de Ejecución; en este caso el legislador entiende que si los intervinientes, incluida
la persona deudora no han podido llegar a un acuerdo respecto del monto del pasivo
adeudado o bien, tampoco se avienen al sugerido por la SIR, es derechamente imposible
seguir propendiendo por acuerdos o vías amistosas, ya que las voluntades partícipes
claramente van por caminos diferentes.
Es conducente señalar que en este momento nunca los intervinientes han discutido acerca
de la Propuesta concreta del deudor, o sea, cual es la vía que ofrecerá a sus acreedores para
solucionar su estado de insolvencia.
En efecto, actualmente sólo estamos determinando el pasivo del deudor, las deudas de la
Persona Deudora.
En caso que este pasivo si quedare afinado o acordado, la SIR emitirá una Nómina de
Créditos Reconocidos, la que incluye tanto a los acreedores insertos en el procedimiento
como los montos de sus respectivas acreencias; estos mismos acreedores deberán concurrir
a la segunda reunión que tiene lugar en la SIR, a saber: la Audiencia de Renegociación,
prevista en el Art. 266 de la Ley 20.720.
d) Audiencia de Renegociación
Esta es la oportunidad legal para discutir y votar la Propuesta del deudor. Al respecto no
existen materias obligatorias o insalvables que todo interesado deba necesariamente
incorporar en su oferta. Sin embargo, la sola lógica de las actuaciones tanto en sede judicial
como administrativa nos debe llevar a la conclusión que las pretensiones
desproporcionadas serán votadas desfavorablemente.
e) Audiencia de Ejecución
En caso que no se logre determinar el pasivo del deudor o bien no se vote favorablemente
la renegociación, el Art. 267 nos conduce a la necesida de realizar el activo de la Persona
Deudora , en la forma que lo proponga la SIR.
Aun en estos casos, la SIR debe instar por alcanzar acuerdos que incluyan la voluntad. En
caso de que dicho acuerdo finalmente no se consiga, el deber del órgano público es remitir
todo lo obrado, es decir, “el expediente”, al tribunal con competencia en lo civil que
corresponda según las disposiciones sobre distribución preferente de causas concursales, a
efectos que pronuncie la respectiva Resolución de liquidación.
1) Error en el cómputo de las mayorías requeridas en este Capítulo, siempre que incida en
el quórum necesario para el acuerdo.
2) Falsedad o exageración del crédito de alguno de los acreedores que haya concurrido
con su voto a formar el quórum necesario para el respectivo acuerdo y si, excluida la parte
falsa o exagerada del crédito, no se lograre el quórum necesario para el acuerdo.
3) Concierto entre uno o más acreedores y el deudor para votar a favor, abstenerse de
votar o rechazar el Acuerdo de Renegociación o el Acuerdo de Ejecución, falseando,
omitiendo o adulterando información para obtener una ventaja indebida respecto de los
demás acreedores.
En principio es difícil concebir que una Persona Deudora prefiera una Liquidación Voluntaria
a un Procedimiento de Renegociación, pero el ordenamiento debe igualmente permitir esa
decisión.
Art. 273: Contempla requisitos – menores a los previstos para el caso de la Empresa
Deudora, y por tanto menos gravosa – a efectos de abordar la liquidación voluntaria:
1° Lista de sus bienes, lugar en que se encuentren y los gravámenes que les afecten;
4° Estado de deudas, con nombre, domicilio y datos del contacto de los acreedores, así
como la naturaleza de sus créditos”.
Algo similar acontece en materia de Junta de Acreedores, determinación del pasivo, entre
otras.
En los demás aspectos, hay remisión expresa a las disposiciones atingentes a la Empresa
Deudora, por lo que nos centramos en ellas.
Capítulo VII: Insolvencia Transfronteriza* (Los capítulos VI y VIII, correspondientes a Acciones Revocatorias y
Delitos Concursales, no fueron incluidos por no haber sido evaluados como materia departamental)
Dado que el comercio y las inversiones internacionales constituye, hoy por hoy, la regla
en materia económica, poco a poco las legislaciones concursales más modernas han ido
adoptando normativas sobre insolvencia tendientes a regular dichas situaciones, es
decir, aquellos casos en que la quiebra o concurso de un deudor trasciende las fronteras
o límites territoriales del país en que se declaró la apertura del procedimiento, con el
objeto de involucrar a sus acreedores y sus bienes situados en el extranjero.
El Libro IV del Código de Comercio no contempla al respecto, reglas relativas a
supuestos de insolvencia transfronteriza, salvo las normas sobre notificación al
acreedor extranjero, contenidas en su Art. 52 numeral 7;
7° La orden de notificar, por carta aérea certificada, la quiebra a los acreedores que se
hallen fuera de la República, y mandarles que dentro de plazo establecido en el número
anterior, aumentado con el emplazamiento correspondiente que se expresará en cada
carta, comparezcan en juicio con los documentos justificativos de sus créditos, bajo
apercibimiento indicado en el número precedente; (…).”
a. Nuestro país ratificó la Convención con reserva general, lo que hace siempre
necesario, coordinar y verificar sus normas con el derecho interno, de modo que frente
a un conflicto o desacuerdo entre una normativa y otra, siempre prevalecerán las
disposiciones de la legislación nacional.
Así por ejemplo parece discutible la aplicación del Art. 415, que consagra la pluralidad
o territorialidad de la quiebra disponiendo que si una persona o sociedad tiene
establecimientos mercantiles en más de un Estado puede haber respecto de ella tantos
juicios de procedimiento preventivos y de quiebra como establecimientos mercantiles.
Esto, entre otras cosas significaría una contraposición a la universalidad del concurso –
traducida en la indivisibilidad que se crea con la respectiva declaratoria entre el deudor
y sus acreedores, en todos los bienes y obligaciones del primero – contenida en el
artículo 2° del Código de Comercio.
b. El Código Bustamante, atendida su normativa de tratado internacional, sólo produce
efectos en relación a otros estados signatarios de la propia Convención, lo cual implica
una serie de deficiencias prácticas en la aplicación de sus reglas, traduciéndose lo
anterior especialmente en una triple carga para nuestro poder judicial por cuanto
además de revisar si la norma a aplicar para el caso transfronterizo es procedente
conforme a la reserva general, deberá también distinguir si el país de donde proviene
la solicitud de procedimiento concursal materia de requerimiento - vía exequátur –
adoptó la Convención de Derecho Internacional Privado; y si lo hizo, además deberá
distinguir si fue con o sin reservas, las cuales a su vez deberán verificarse, para dar curso
progresivo a la solicitud, en su contenido y extensión.
d. Respecto a las acciones y derechos reales, su Art. 420 dispone que “Continuarán
sujetos no obstante la declaración de quiebra o concurso, a la ley de la situación de
las cosas a que afecten y a la competencia de los jueces del lugar en que estas se
encuentren”. Esto sin entrar en detalle podría impedir el cumplimiento de sentencias
extranjeras sobre bienes situados en Chile, en cuanto podría entenderse que tales
bienes queda sometidos exclusivamente a la ley chilena y, por tanto, a la jurisdicción
nacional sin posibilidad de exequátur.
2. Necesidad de contar con una normativa que regule los supuestos de insolvencia
transfronteriza y propuesta a partir de la Ley Modelo de UNCITRAL
a) Objeto
b) Ámbito de aplicación
La ley transfronteriza que ahora está contenida en el Capítulo VIII de la Ley 20.720,
entra en aplicación en las siguientes situaciones:
Sobre el respecto es preciso señalar en primer lugar, que la piedra angular, que sustenta el
ámbito de aplicación de esta Ley Modelo, es la noción de “Procedimiento extranjero” por
la sencilla razón de que gracias a ella se describen las situaciones a las cuales se aplican las
reglas uniformes.
Sin embargo, puede darse el caso de que el deudor en Chile no tenga su domicilio, sino que
únicamente mantenga bienes dentro del país, encontrando entonces en tal hipótesis una
laguna jurídica que fue superada legislativamente, al establecerse una competencia
múltiple respecto de aquellos tribunales en cuyos territorios jurisdiccionales estuvieren
situados los bienes del deudor en Chile.
c) Igualdad de Acreedores
Hasta antes de la entrada en vigencia de la Ley 20.720 podía darse el injusto jurídico
de que un mismo acreedor pudiera verificar, y cobrar su crédito más de una vez, al
tratarse de procedimientos de insolvencia llevados respecto a un mismo deudor en
Chile y en el exterior.
La nueva ley establece una igualdad de derechos tanto para los acreedores chilenos
como para los extranjeros, quienes se sujetarán al orden de prelación de créditos
contenidos en el Código Civil. Respecto a los pagos en procedimientos paralelos, se
establece que el acreedor que haya recibido un pago parcial en un procedimiento
llevado en un Estado extranjero, no podrá percibir un nuevo pago por ese mismo
crédito en un procedimiento concursal chileno, tratándose del mismo deudor,
mientras los demás acreedores de su misma clase o categoría reciban su pago.
Para el caso judicial la comunicación se hará por cualquier medio que el tribunal
competente considere oportuno, y la cooperación se materializará mediante el
nombramiento de una persona u órgano que actúe bajo dirección o supervisión del
tribunal competente, además de coordinar la administración y supervisión de los
bienes y negocios del deudor.
- El artículo 302 dispone que en caso de conflicto entre este capítulo y una obligación
del Estado de Chile nacida de un tratado u otra forma de acuerdo en el que Chile sea
parte como uno o más Estados donde se estén tramitando los procedimientos
extranjeros, prevalecerán las disposiciones de ese tratado o acuerdo; y
Una vez resuelta la solicitud, se procederá a decretar una serie de medidas que pueden
ser “automáticas” o “facultativas” para el tribunal, dependiendo si la calificación del
procedimiento en el extranjero se considera como principal o no principal, todo lo
anterior conforme a la ubicación del centro de sus principales intereses que tenga el
deudor.
Cabe señalar que todo lo anterior solo será procedente en la medida que la normativa
extranjera lo permita, por cuanto el Capítulo VIII de la Ley 20.720, no establece normas
de reciprocidad, por lo que eventualmente, y en el caso de que los órganos extranjeros
no permitan estos medios de comunicación, deberá hacerse por medio de los
procedimientos procesales regulares, esto es, mediante exhortos y exequátur
internacionales.