En esta era de innovación en que ya existen mecanismos y aparatos que tienen como finalidad
la generación de energía limpia, bolsas biodegradables o envolturas de alimentos comestibles,
transporte que no depende de la quema de combustibles y formas de vida alternativas en que
se puede estar en armonía con el medio ambiente. Al parecer son invisibles para la mayoría de
países y personas, esta desinformación es a causa de los distractores que nos rodean, el
consumismo y la zona de confort en la que muchos estamos tiene que terminar en definitiva.
Tal vez nos sea complicado adquirir e implementar en las casas paneles solares, refrigeradores
subterráneos, lavadoras con pedal, platos desechables a base de hojas, vehículos eléctricos o
los nuevas modificaciones que hacen a motocicletas y autos con agua como combustible
debido al escondite colombiano en el que estamos. Sin embargo mientras que esperamos la
llegada de tan ingeniosa tecnología, la labor que podemos desempeñar cada día, para reducir
los niveles de contaminación en cierta medida significativa es posible.
Tareas tan simples como; recolectar el agua lluvia, para distintas tareas como las de hacer
aseo a la casa o para los inodoros, utilizar bolsas reutilizables o canastas que sustituyan las
bolas plásticas, colocar bombillos alógenos, desconectar los electrodomésticos cuando no se
utilizan y llevar los residuos sólidos a puntos de reciclaje donde inclusive se paga por
determinado montón de basura son estrategias realizables, hasta llegado el punto en que
podamos crear abono orgánico y cultivar y cosechar los alimentos en casa.
Algo para resaltar es los pocos e ineficientes puntos en que se pueden llevar los residuos,
además de los inexistentes contenedores de basura que a su vez servirían para la separación
inmediata de los diferentes tipos de residuos para su adecuado tratamiento. Esta gestión
debería ser prioridad en cada asentamiento humano del planeta.