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Amalia Amelia y Emilia

Autor: Alfredo Gómez Cerdá


Ilustrador: Margarita Menéndez
Personajes principales
Amalia es una bruja. Es pelirroja y su nariz se ve como una zanahoria. Tenía 550 años y
vivía tranquila y feliz en la ciudad de Urbecualquiera. Lo que más le gusta a Amalia es el
bosque de Cantamilanos.
Amelia no se llama Amelia. Su verdadero nombre es Zalumba-Sagora-Bonidirubambo.
Tenía los mismos años que Amalia. Nació en África negra. Amelia es una bruja famosa de
raza negra. Primero, por su altura. Segundo, por su eterna sonrisa. Tercero, por sus
pociones mágicas.
Emilia tiene un cuerpo que parece una pelota gigante. Medía igual de alto que de ancho,
de frente que de ancho. Le gusta ponerse ropa de vistosos colores: azules, marrones y
verdes. Se parece un globo terráqueo. Ella nació en Asia. Ella tiene piel amarilla y ojos
rasgados. Su verdadero nombre es Won-Shim-Flin-Tantan-Tu. Sus aficiones principales
son: comer, comer y seguir comiendo. Emilia nunca padeció del estómago. Sin embargo,
no ha encontrado todavía la poción mágica que le hiciese adelgazar.
Personajes secundarios
Mercedes la del quiosco de periódicos
Emiliano el cartero
Gaspar el panadero
Carmela la que vendía golosinas a los niños
Ricardo el dentista
Rogelio el guardabosques
El Alcalde y los concejales
Resumen
Amalia era una bruja que se compró una casa en la ciudad de Urbecualquiera porque le
encantaba el bosque cercano de Cantamilanos. Cuando ella descubrió el bosque grito:
“¡No sé lo que es! ¡Pero es el lugar que estaba buscando!”
El bosque de Cantamilanos tenía montañas cubiertas de árboles, montañas que
cambiaban de color con las estaciones del año, arroyos y torrentes que bajan juguetones
por las laderas y muchos animales que habían encontrado su hogar.
Amalia se compró una casa desvencijada, la arregló y les envió cartas a sus amigas
brujas Amelia y Emilia para invitarlas a que vinieran a visitarla y conocieran también el
bosque.
Una visita de una bruja a otra dura aproximadamente diez años, pero Amelia y Emilia
llevaban ya catorce años en la casa de Amalia. Les gustaba pasear por la Calle Mayor de
Urbecualquiera, pero más que nada, les encantaba visitar el bosque de Cantamilanos.
Amelia decía que no era como la selva africana, pero no estaba mal. Emilia decía que no
era como los bosques de Asia, pero podía pasar. Rogelio, el guardabosque, se hizo
amigo de las brujas y a veces hablaba con ellas.
Un día, en el Diario de Urbecualquiera, publicaron una noticia que llenó de preocupación a
las tres amigas:
El Ayuntamiento aprobará el próximo jueves el llamado “Superplán”. Se construirán miles
de chalés adosados y miles sin adosar… Se construirá una piscina climatizada, con
toboganes gigantes y olas gigantes y otra sin climatizar… Se construirán pistas de tenis,
un gran campo de golf de dieciocho hoyos… Y la nueva ciudad se la llamará
“Urbecualquiera Dos”.
El problema era que la nueva ciudad se construiría en el mismo lugar en el que estaba el
bosque de Cantamilanos.
Las amigas decidieron que tenían que salvar el bosque. Siguiendo la idea de Rogelio,
hicieron una poción que transformaba semillas normales en semillas mágicas que, al caer
en un vaso con agua, harían crecer un árbol. Durante la reunión del Alcalde y los
concejales en el Ayuntamiento, Emilia, con un canutillo hecho con un bolígrafo viejo,
lanzaba las semillas para que cayeran en los vasos con agua. Pero los vasos no tenían
agua y el plan falló. En un vaso había agua tónica y salió una burbuja gigantesca. En el
vaso el Alcalde había anís y cuando la semilla mágica entró en contacto con el anís, se
produjo un olor insoportable. El mal olor duro doce días.
Las tres amigas se fueron para el bosque, se cubrieron de ramas y hojas y se pararon
como árboles para detener las máquinas que se preparaban para cortar los árboles. Ese
día llovió tanto que les dio gripe y tuvieron que quedarse en la casa por cuatro días.
Cuando se despertaron y salieron de la cama, se enteraron de que todas las personas de
Urbecualquiera habían seguido el ejemplo de ellas y también se cubrieron de ramas y
hojas como árboles para proteger el bosque de Cantamilanos. Al final, con la ayuda de
todas las personas, Amalia, Amelia y Emilia pudieron salvar el bosque y las máquinas
tuvieron que irse. La calle era una gran fiesta con toda la gente celebrando. Amalia,
Amelia y Emilia daban saltos de alegría.

Opinión
Leer este libro, para mí, era mucho trabajo. Me quejé mucho, pero al final me gustó.
Lo que más me gustó del libro es que Amalia, Amelia y Emilia no se rindieron cuando su
primer plan salió mal y siguieron intentándolo porque querían salvar el bosque. Al final,
pudieron salvarlo con la ayuda de todas las personas.
El personaje que más me gustó fue Emilia porque sólo piensa en comida como mi
hermano.

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