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CAPÍTULO 7 CURADO DEL HORMIGÓN.

GENERALIDADES

El hormigón recién vertido, debido al calor generado por el proceso de


hidratación del cemento y en dependencia de la temperatura y la humedad
relativa ambientales, tiene una elevada tendencia a perder rápidamente el agua
que es necesaria para su correcto fraguado y endurecimiento, lo que provoca
retracciones y fisuraciones, con la consiguiente pérdida de resistencia mecánica
y durabilidad.

El curado es precisamente la actividad encaminada a evitar estas pérdidas de


agua, manteniendo el hormigón húmedo en el período de tiempo necesario y, a
su vez, protegiéndolo contra otros efectos negativos, tales como vibraciones,
impactos y cargas imprevistas.

El curado se puede definir entonces como la actividad que consiste en mantener


un contenido satisfactorio de humedad y temperatura en el hormigón durante las
primeras edades de manera que este pueda desarrollar las propiedades o
desempeño deseado.

El período mínimo necesario para garantizar un buen curado depende


fundamentalmente del tipo de cemento empleado en la elaboración de la mezcla
de hormigón. Los cementos Portland convencionales requieren que los
hormigones sean mantenidos húmedos continuamente, como mínimo los siete
primeros días.

Para los cementos aluminosos y de alta resistencia inicial (ARI) basta


generalmente que se mantengan húmedos continuamente los tres primeros
días.
Los cementos de endurecimiento lento, como los cementos Portland-puzolánicos
y puzolánicos, requieren que los hormigones se mantengan húmedos
continuamente como mínimo los 15 primeros días.

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Muchos ensayos han demostrado que, para un hormigón dado que contiene una
determinada cantidad de agua de amasado, mientras mayor sea la eficiencia del
curado, mayor será la cantidad de humedad retenida dentro del hormigón.

La Norma Cubana 293 define claramente los métodos de curado y su


tecnología.

7.1 MÉTODOS DE CURADO. CARACTERÍSTICAS

El curado puede ser inicial y final. El inicial se ejecuta entre la conclusión del
vertido del hormigón y el final del acabado o terminación de la superficie y el
final se ejecuta entre el acabado o terminación final de la superficie y la
conclusión del curado.

El curado inicial se lleva a cabo con reductores de la evaporación, nebulización o


pantallas de sombra (individualmente o combinados) para controlar el ritmo de
evaporación. Su realización evita la fisuración por retracción plástica.

Los materiales reductores de la evaporación crean una película continua sobre


el hormigón y evitan la pérdida rápida de la humedad.

La nebulización se hace con narices atomizadoras de agua que cubran toda la


superficie del hormigón. La temperatura del agua de curado no será mayor que
10 °C por debajo de la temperatura superficial del hormigón.

El curado final puede ser:


– Curado húmedo: adición de agua por inundación, por rociado, o
empleando materiales absorbentes.
– Curado mediante compuestos líquidos formadores de membrana.
– Curado por retención de la humedad mediante láminas plásticas u otros
materiales impermeables.

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El curado húmedo es el mejor método de curado y más aún si es por inundación.
Para ser efectivo tiene que ser continuo en todo el tiempo mínimo indicado. Se
basa en el empleo de un rociado continuo empleando para ello agua corriente o
estancada, o el empleo de cubiertas de arena, sacos u otros materiales
absorbentes continuamente saturados de agua. El secreto de la efectividad del
curado húmedo radica precisamente en su continuidad.

El agua debe aplicarse a las superficies no encofradas tan pronto como no dañe
la terminación de la misma y a las superficies encofradas tan pronto como sean
retirados los encofrados. Es importante que para aquellas superficies de
hormigón que van a quedar expuestas y que requieren de determinada
apariencia, no se emplee para el curado agua con algún tipo de colorante; por
ejemplo el agua proveniente de tuberías o tanques de hierro puede contener
óxido y si se emplea en el curado, manchará la superficie de hormigón. Para la
distribución del agua de curado es preferible el empleo de tubos plásticos
perforados o mangueras de lona.

El curado con sacos o mantas húmedas es un medio adecuado para mantener


húmedas las superficies no encofradas, ya que puede ser aplicado sin causar
daños a la superficie casi inmediatamente después de que se le da terminación.
Si se prevé el rociado con agua, debe estar precedido por la colocación de
sacos o mantas húmedas, que se mantendrán hasta que la erosión que pueda
causar el rociado no dañe la superficie. Los sacos y las mantas húmedas
también son útiles sobre las superficies encofradas, tan pronto como el
encofrado sea retirado, siempre que sean mantenidas húmedas y en contacto
directo con la superficie de hormigón.

Un excelente y seguro medio para mantener los sacos o mantas continuamente


húmedos es el empleo de mangueras perforadas de PVC o caucho a todo lo
largo del elemento, en tendido aéreo.

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Si los sacos o mantas son mantenidos sobre el elemento en todo el período
previsto de curado, deben ser mantenidos húmedos constantemente hasta el
final del período y entonces se dejan secar sobre la superficie del hormigón
antes de quitarlos. De esta forma el hormigón se secará más lentamente y
tendrá menos tendencia a la fisuración. Es importante que los sacos y las
mantas húmedos estén limpios y no se decoloren sobre la superficie del
hormigón, pues pueden mancharla.

Cuando se emplea para el curado tierra o arena húmeda, estas no deben


contener terrones o piedras grandes, pues el secado tenderá a ocurrir más
rápidamente en estos puntos, además al igual que los sacos y las mantas, se
deben mantener continuamente húmedas.

Otros métodos adecuados de curado húmedo son por inmersión, que solo es
posible para estructuras pequeñas soterradas, como por ejemplo cimientos
aislados, pudiendo aprovecharse el agua del manto freático (siempre que no sea
agresiva al hormigón), o por inundación, que consiste en crear un depósito de
agua sobre la superficie horizontal de hormigón, levantando un pequeño muro
en su perímetro que resulte adecuadamente impermeable.

Los encofrados de madera si se mantienen húmedos y los encofrados de metal


estanco, ofrecen cierta protección contra la pérdida de humedad. Las superficies
de hormigón expuestas deben ser mantenidas lo suficientemente húmedas para
que el agua corra por el encofrado y mantenga el hormigón húmedo. De lo
contrario el hormigón debe ser desencofrado lo antes posible de manera que el
curado comience con la demora mínima después del vertido.

El agua de mar no debe ser empleada para el curado pero es especialmente


prohibitiva para los hormigones armados, En el caso de los hormigones simples
solo puede utilizarse si el cemento utilizado sea resistente a sus efectos

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negativos, el hormigón tenga una relación agua cemento no superior a 0,4 y no
se disponga de otro tipo de agua para el curado.

Los compuestos líquidos formadores de membranas de curado, son productos


que existen desde hace ya bastante tiempo en el mercado. Se rocían con
equipos atomizadores de mochila o más sofisticados sobre la superficie del
hormigón y retardan con mucha efectividad la evaporación del agua de
amasado. Pueden ser de dos tipos fundamentales: de color blanco, o
transparentes. Los de color blanco se emplean sobre las superficies que no van
a quedar expuestas, o donde no sea importante su apariencia final. Con estos
compuestos es muy fácil verificar el cubrimiento completo de la superficie y su
color blanco permite reflejar la luz solar y minimizar el efecto de una alta
temperatura sobre la superficie del hormigón.

Cuando es necesario utilizar compuestos de curado transparentes, estos deben


contener una pigmentación que se destiña rápidamente para poder comprobar,
al menos temporalmente, el cubrimiento completo de la superficie.

Las superficies donde se vayan a aplicar los compuestos líquidos de curado


deben estar húmedas. Se aplican dos manos de operación de rociado continuo,
la segunda se realiza en dirección perpendicular a la primera.

El fabricante de estos compuestos deberá especificar el área a cubrir por unidad


de volumen del compuesto, que deberá estar entre 9 y 10 m 2/L. Es
importantísimo comprobar el completo cubrimiento de la superficie de hormigón,
así como la cantidad de compuesto utilizado por área del elemento.

Estos compuestos deben ofrecer suficiente resistencia al paso de personal y


otros movimientos que sean necesarios sobre el elemento, de lo contrario será
imprescindible cubrirlos con suficiente tierra o arena para proteger la membrana
de daños ocasionales.

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Si los compuestos de curado se van a aplicar sobre una superficie de hormigón
que ha permanecido encofrada 24 h o más, se debe humedecer constantemente
la superficie un cierto tiempo antes de aplicar los compuestos. Este
humedecimiento es muy importante, especialmente en mezclas ricas en
cemento, pues aunque esté herméticamente aislado el hormigón, estará
parcialmente seco debido a la autodesecación que acompaña la hidratación del
cemento y es importante tener en cuenta que estos compuestos solamente
retardan la pérdida de agua, nunca aseguran un sellado perfecto; sin embargo,
cuando se aplican en el momento adecuado y correctamente, retienen la
evaporación del agua lo suficiente para que el hormigón alcance su resistencia
especificada en los períodos indicados.

El curado mediante láminas impermeables se efectúa usualmente con láminas


de polietileno sobre estructuras planas. Para que este método de curado sea
efectivo es esencial que las láminas estén bien sujetas a la superficie del
hormigón, con las juntas entre láminas adyacentes cuidadosamente selladas y
las láminas no pueden estar dañadas. De esta forma además de retardar la
evaporación del agua de amasado, las láminas protegen a la superficie de daños
durante la construcción.

Es importante inspeccionar, en ocasiones la superficie de hormigón debajo de la


lámina impermeable y si se encuentra seca, debe ser rehumedecida y la
abertura debe ser nuevamente sellada.

Cuando se trata de elementos de cubierta y pavimentos que requieren de una


superficie texturada, debe tenerse mucho cuidado para mantener las láminas
cubriendo estas superficies, sin dañar la textura cuando el hormigón está
plástico aún. En el caso de elementos expuestos, donde la apariencia tiene un
papel fundamental, este método de curado no es adecuado, debido a que la
humedad condensada por debajo de la lámina plástica (especialmente en las

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arrugas) crea una distribución desigual del agua en el hormigón, con migración
de sustancias solubles, que dan como resultado una apariencia moteada, así
como decoloración debido a una hidratación diferenciada de la superficie.
Existe también el método de curado acelerado que se emplea
fundamentalmente sobre estructuras prefabricadas y especialmente
pretensadas. El curado acelerado se efectúa con vapor saturado o con calor
seco. En ambos casos se requiere que el elemento de hormigón sea cerrado
herméticamente para evitar la pérdida de agua de amasado y esta es su
principal limitante para emplearlo en el hormigón in situ a lo que se une el alto
consumo energético que requiere.

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