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No.

53 - Septiembre 2012 ISSN 2164-4268

TEMAS NICARAGÜENSES
una revista dedicada a documentar asuntos referentes a Nicaragua

Contenido
NUESTRA PORTADA
Ángel Martínez Baigorri: entre España, Nicaragua y Bélgica ......................................................................4
Víctor Valembois
La vuelta del Ángel a la UCA .........................................................................................................................24
Emilio del Río Maeso

DE NUESTROS LECTORES..................................................................................................................31

RECTIFICACIÓN.......................................................................................................................................33

DEL ESCRITORIO DEL EDITOR


La Portada de Ángel, un Testimonio Personal............................................................................................34
Rubén Darío y el mes de Septiembre............................................................................................................36
Héctor Darío Pastora

ENSAYOS
Léxico Modernista en los Versos de Azul..(Quinta entrega).....................................................................37
Eduardo Zepeda-Henríquez
El Académico Julio Ycaza Tigerino ..............................................................................................................41
Carlos Tünnermann Bernheim
Anécdotas bibliotecarias: (1) El libro debe circular, siempre circular ......................................................45
James Campbell Jerez

HISTORIA
Los Malditos Pájaros de Hierro: La Guerra Aérea en Nicaragua durante la Rebelión de Sandino,
1927-1932..........................................................................................................................................................47
Michael J. Schroeder
Reina Lilliam (1941-1943) Cultura Cortesana en el Régimen Dinástico de los Somoza.......................88
Marvin Alberto Saballos Ramírez
Los caminos acuáticos y terrestres en los tiempos antiguos....................................................................119
José Mejía Lacayo

1
Fruto Chamorro (1806-1855): fundador de la república..........................................................................146
Jorge Eduardo Arellano

ANTROPOLOGÍA
Tradiciones Orales de los Indios Sumus ....................................................................................................157
Gotz Von Houwald y Francisco Rener

RECURSOS NATURALES
Continuidad de la generación de electricidad (2ª parte) ...........................................................................165
Guillermo A Nóffal Zepeda

BIOGRAFÍA
Rubén Darío: Su Vida y su Obra.................................................................................................................174
Francisco Contreras, edición corregida y aumentada por Flavio Rivera Montealegre

RESEÑAS
Galería de Próceres, Escritores y Educadores...........................................................................................197
Isidro Rodríguez Silva
La Managua nuestra que ya no existe: Comentarios al libro Managua 1972, 2da. Edición, de Nicolás
López Maltez ..................................................................................................................................................199
Aldo A. Guerra Duarte
Presentación de la obra Jinotega, novia de la montaña ............................................................................213
Francisco Arellano Oviedo

GENEALOGÍA
Pequeñas Biografias de Algunas Familias de Matagalpa ..........................................................................218
Eddy Kuhl

2
Editor: José Mejía Lacayo
jmejial@yahoo.com
Sitio Web: www.temasnicas.net
Correo: temas.nicas@gmail.com
Diseño de portada: Flavio Rivera Montealegre

ISSN 2164-4268, Revista de Temas Nicaragüenses, No. 53, Septiembre 2012, publicada men-
sualmente por José T. Mejía, 3861 S. Deerwood Dr., Harvey, LA 70058, USA
ISSN ISSN 2164-4268, Revista de Temas Nicaragüenses, No. 53, September 2012, published
monthly by José T. Mejía, 3861 S. Deerwood Dr., Harvey, LA 70058, USA

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3
NUESTRA PORTADA

Ángel Martínez Baigorri: entre España, Nicaragua y Bélgica


_________________________________________________________________

Víctor Valembois

Reseña bibliográfica: Valembois, Víctor, Ángel Martínez Baigorri: entre España, Nicaragua y Bél-
gica, Revista de Temas Nicaragüenses 53:4-23, Septiembre 2012.

El arte no tiene por qué ser valón1 ni vegetariano. René Magritte.

Al padre Emilio del Río Maeso, sin cuya asidua labor de rescate
y análisis mucho más producción artística del entrañable sacer-
dote-poeta Ángel Martínez B. se hubiera perdido.

1. Circunstancial triángulo vivificante

La tesis central del presente ensayo será que, sin que le persiguiera un fatum, en el recorrido vital
del Padre Ángel Martínez Baigorri no se puede negar el impacto de la traviesa “circunstancia”, definida
pocos años antes por José Ortega y Gasset.2 Cosa llamativa, su biografía resulta determinada por un
triángulo: nacido en España, en 1899, de repente se ve proyectado hacia Bélgica (1932) y después súbi-
tamente va destinado a Centro-América (1935) donde muere en 1971. ¡Curiosa Geworfenheit, para expre-
sarlo en términos de Heidegger, el maestro de Ortega!

1 Adjetivo para Walonia: la parte sur, francófona, de Bélgica, donde llegó y vivió Ángel Martínez Baigorri. Él no
utiliza nunca este término, en cambio algunas veces refiere a “Flandes” la otra parte de Bélgica, de más pobla-
ción y por ende mayoritaria en Bélgica: constituye el 55 % de los belgas, con el idioma “flamenco” que por ser
idéntico al holandés (o tan parecido como el “costarricense” y el “nicaragüense” por ejemplo, que juntos for-
man parte del español) mejor se identifica como “neerlandés”.
2 No es el momento de retomar la discusión sobre ese concepto clave para el filósofo español (que por lo demás
no le gusta mucho a AMB, ver: Cartas: 152): “El ser humano, dice Ortega, no es el alma ni la materia, sino la
perspectiva. (…) unida a una determinada circunstancia. (…) No se trata de una Circunstancia Biológica, si-
no humana y sobre todo histórica (…). Por todo ello, Ortega afirma que somos esencialmente circunstancia y
como consecuencia, el ser humano no tiene una naturaleza dada, no se puede definir al margen de sus circuns-
tancias históricas: no somos naturaleza sino historia.” Retomo de
http://www.filosofiafacil.com/13.Ortega%20y%20Gasset.pdf

4
En aras de la brevedad, a partir de aquí referiré a este frágil hombre, gran poeta, muchas veces a
la usanza “nica” (tan iconoclasta como reverencial) de “Ángel” (igual que “Rubén”, “Salomón”, etc.); a
veces también irá un prosaico “AMB” que se explica por sus iniciales. En paralelo, el nombre del editor
Emilio del Río Maeso muchas veces se reducirá a un escueto EDR.
Señala Isolda Rodríguez que la poesía de AMB no ha tenido la recepción crítica que merece:
concuerdo con esa sensación de déficit. Quiero contribuir a llenar la laguna desde un ángulo especial,
otra casualidad hasta cierto punto: quedé sorprendido porque en ese estudio por un español, sobre un
español, ambos con gran trayectoria en Nicaragua, figuran tantísimas alusiones a la tierra de uno. ¿Se me
acusará de fanático al afirmar -y probar- que caben más de medio centenar de alusiones a Bélgica3 en el
libro? Pueden ser directas o indirectas, vía nombres, topónimos o hechos ocurridos allá; a veces figuran
dos por página… Refieren a cartas desde allá o hacia allá, textos de AMB o comentarios de EDR… No
puede ser mera coincidencia.
La mera apreciación cuantitativa prueba que no se trata de algo gratuito, solo que el uso de este
método, a uno lo deja con bastante hambre. Por ello, en los puntos 2, 3 y 4 siguientes agruparé ciertos
ejes focales en torno a la relación con Bélgica en don Ángel. En el numeral 5 lanzaré la interrogante res-
pecto de posibles nexos o interferencias entre poiesis y geografía, para mostrar en el punto 6 que ni este
gran escritor, ni su acucioso editor, ni este modesto cronista pretendemos hacer la apología de alguna
tierra en particular: ¡miremos en-cima de la sima en que nos toca vivir!4

2. Lo sacro y lo sacerdotal… desde un bosque en el norte.

A no dudarlo, lo que une como eje principal a AMB con Bélgica, para después tener una tre-
menda proyección “angelical” en Nicaragua, lo constituye un suceso espantoso: en España, tierra queri-
da, fue proclamada la Segunda República en abril de 1931; enero del siguiente año trajo consigo la “di-
solución” de la Compañía de Jesús. Muchos se vieron forzados a emprender el camino del exilio; la casa
central en Madrid fue presa del fuego. Entre 1936 y 1939, la guerra civil implicará el exilio de “300 jóve-
nes jesuitas desterrados” (Lucas, 303, en el estudio de EDR) así como la muerte trágica de unos 7.000
religiosos.
A su vez, este conflicto fratricida, de cruenta incidencia local, se transformó en una medición de
fuerzas a escala internacional: antesala, nada menos, de la Segunda Guerra Mundial, con sus veinte mi-
llones de muertos. Felizmente, ya para entonces, Martínez había cruzado al otro lado del Atlántico. No

3 A los incrédulos, tipo Santo Tomás, ofrezco el siguiente detalle de las páginas: 19, 20, 45, 64, 84, 92, 96, 137,
281, 284, 291, 295, 297, 298, 299, 300, 303, 304, 305, 306, 307, 308, 310, 315, 316, 329, 330, 337, 339, 342, 343,
344, 362, 363, 365, 366, 367, 368, 398, 432, 444, 467, 524, 550, 551 y 564… ¡nada menos!
4 Por cierto, ya en esa idea reconozco influencia de AMB: en sus Cartas afirma: La sima en que se ahonda no se puede
ver desde la cima, sino después de haber bajado a ella. (p. 51). Ojalá un día pueda rastrear de manera más sistemática
ese eje ascendente en el poeta, logrado grandemente a base de introspección y silencio: será otro ejercicio que
nos ofrece en bandeja el estudio de EDR.

5
es que los países centroamericanos no estuvieran en guerra también, pero la repercusión humanan fue
muchísimo menor.
Claro que la acumulación de referencias al norte, en parte se debe a la manera en que EDR es-
tructuró su libro: de cómo agrupó las misivas de AMB y hacia él. El orden cronológico, sin más, habría
sido otra posibilidad, pero allí se habría perdido la evidencia de ciertos grupos, del valor de la amistad.
Acierta, pues don Emilio, al preferir la agrupación de personas. Casualidad: también él estudió en Bélgi-
ca y alude a ello (444, nota 9).5 En atinados comentarios posteriores, como editor no tiene más remedio
que retomar varias veces el por qué, entre españoles exilados, de repente y en forma mágica, florece un
apellido-topónimo en mi país6: es como encontrarse en un oasis, no exactamente en el desierto, pero
hispanohablante y sin guerra.
Muchas veces dejaré de concretar páginas para que este ensayo no parezca de matemática, pero
sorprende el asombroso número de referencias a “Marneffe”: un pueblo pequeño, insignificante, en la
provincia belga de Lieja (al este del país, en tierra claramente francófona). Como hubo de por medio
una reforma administrativa, agrupando pequeñas localidades, ya no existe. Pero queda el símbolo: ¿aca-
so es importante localizar físicamente “Macondo”?

Adicionalmente, más que a una aldea, remite al “Château de Marneffe” como lo pone, en fran-
cés, Ricardo García Villoslada, en misiva a su compañero (Cartas, 284). Trátase de un castillo de bastante

5 EDR nació en 1928. En 1940 ingresa en el Seminario de El Burgo de Osma y después entra en la Compañía de
Jesús. Realizó sus estudios en Loyola, en el monasterio de Veruela, Oña, lo mismo que en la “Faculté Saint Al-
bert”, de los mismos jesuitas, en la Universidad Católica de Lovaina. Somos, pues, de la misma universidad, en-
tonces todavía unitaria: él en la sección francófona (UCL), yo en la de habla neerlandesa (KUL).
6 Una vez se le escapa un error: en la página 20 confunde “Engien” con “Marneffe”.

6
historial7 que remonta a un apellido8, en una comuna ya inexistente, todo ello sin mayor relevancia en el
presente contexto porque nada aporta ni para valorar la personalidad de AMB ni para saborear su poe-
sía. Es más, nadie, entre los corresponsales, describe el majestuoso inmueble como tal (su arquitectura
exterior, sus comodidades o inconvenientes, adentro). Importa la edificación interior, el calor humano.
Interesaba Marneffe como distintivo, crisol de amistad, incluso después, a pesar de la distancia
física. Allí, AMB tenía buenos compañeros, sensibles además al fenómeno literario: aparte del Ricardo
García Villoslada recién citado: sobre todo Jorge Blajot, Javier Lucas, Eusebio Rey Carrera (“eu-re-ca,
para los amigos de Bélgica”. Del mismo y casual nido belga son además José Vargas Tamayo (alias
“Vaujolen”, colombiano9, quien refiere a ratos fruitivos [en] comunidad poética: 362), Juan Álvarez Mejía
(467) y Antonio Capel. Total, más de una década después afirma: “mis amigos son “enfermería” para mi
ternura -de ojos de ternero tierno-”. (Carta a Lucas, 319). En su ensayo: “El contacto vital de Ángel
Martínez Baigorri (1899-1971)”), p. 13, EDR subraya este factor.
Importa que la camaradería no excluya sino fomente la crítica10 y la autocrítica. Junto con el
ánimo de los amigos interesaba también sobremanera el alma de ese lugar: un paraje de gran belleza na-
tural: no es el lago de Nicaragua, pero… es bello. Cantidad de veces, después, sus condiscípulos (y va-
rios otros) comentan el en-canto y consecuente impacto de esa naturaleza en todos ellos.
Ángel Martínez no habría sido quien fue de no haber escrito, también en ese período difícil, lo-
grada poesía. El viento de allá le dio soporte, inspiración, hasta con matiz divino, en doble sentido del
vocablo. Una muestra parcial:

Vamos todos en busca


-de la voz que nos llama...-
Metafísicos supra-reales, vamos todos
en busca
del alma azul, sonora,
diáfana, de los ángeles,

7 Podría acumular aquí materiales respecto de lo que pasó tanto en la primera como la segunda guerra mundial, lo
mismo que la cantidad de intervenciones parlamentarias, en Bélgica, que ha generado la adquisición de esa pro-
piedad al ser puesta a la servicio de la causa de los jesuitas… pero aquello no aporta nada esencial para la valo-
ración del sacerdote y poeta Ángel Martínez B.
8 Eso de “Hucorne” que García Villoslada pone, para completar la dirección del remitente, por lo menos en bús-
queda actual por Internet, solo desemboca no en un topónimo, sino en un apellido de esa región de Lieja y
Namur, ambos en la parte “este” de mi tierra.
9 Nadie explica este seudónimo; tampoco veo luces del lado belga. Una pista eventual podría ser que “vau se lla-
ma la v en hebreo; la v de Vargas”: otro dato que aporta el inefable EDR.
10 En 1944 (Cartas, 137), Villoslada le reprocha a AMB estar demasiado cerca de Juan Ramón Jiménez. La misiva
va desde Oña y contiene un curioso guiño hacia… Marneffe. Vaujolen refiere a “charlas… críticas” (342).

7
para ponerla, con el ritmo puro
y blanco
de la hora que crea, palpitante
en nuestros versos de cristal, que late.

La investigación que tengo entre manos no representa directamente un espacio de análisis poético; de
allí que los poemas reproducidos aparecerán solo en fragmentos. Pero a cualquier lego en la materia (me
incluyo), puede que atraiga esa “voz que nos llama” y esa “alma azul”… le habría gustado a Darío.
Tampoco falta la referencia angelical, marca indeleble de AMB…
Aquellos “versos de cristal, que late” (deliciosa sinestesia incluida), puede que contengan refe-
rencia a una fabricación, en Seraing, muy cerca11 de Marneffe, en los mismos alrededores de Lieja (Liè-
ge, en francés). Refiero al “Val Saint-Lambert”, conocido entonces y ahora, quizá no tanto como el cris-
tal y la loza de Bohemia, Limoges y otros lugares, por su cristalería artística, pero bella y sonora, en ese
entonces especialmente con motivos de “art nouveau”…
Me tiene sin cuidado si don Ángel visitó esa fábrica o no. Ya sé, se me va a reprochar una lectu-
ra chovinista, que no es mi intención (volveremos sobre el punto). Ofrezco el dato, simplemente como
interpretación posible. “Ha llegado la hora del lector”, según Castellet… y en varias cartas, por ejemplo
entre Martínez y Urtecho, años después, ya en el trópico, traslucirá algo por lo demás evidente y vital: la
poesía se hace por una comunicación, sensibilidad entre dos: un “nosotros”, dejando la invitación a “lo-
sotros”, como pondría después el nicaragüense… En 1952 y desde El Salvador (en carta a su compañe-
ro jesuita-poeta Jorge Blajot) AMB lo formulará de manera tan invitadora, incluso para nosotros, legos,
un tanto discapacitados ante la lira: “creo en la Comunión de los Poetas” (Cartas, 46)12.
Ahora bien, viendo el contexto, de repente al amigo recomendaríamos -post mortem- que aque-
llo de “voz” lo hubiera puesto con mayúscula… Incluso para un ateo esos versos cortos hablan largo de
superación, motivan para la búsqueda de vida más allá del mero sobre-vivir en beneficio de un “meta-
vivir” potencial (¡y pleno: lo asegura AMB!)… Con otra sinestesia (aquello de alma azul y sonora…)
esos pocos renglones invitan y empujan a que no nos quedemos inactivos, al estilo de aquel Godot que
por cierto AMB conoció en 1952, el mismo año de su estreno.13

11 Otros topónimos que ojalá orienten más al lector, respecto del mapa regional, en los entornos de Lieja, en Bélgi-
ca, pueden ser, entre otros: Francorchamps (por la carrera automovilística), Spa (ahora el nombre de este lugar
con fuentes termales se asocia con cantidad de hoteles y lugares turísticos) y Herstal (donde se ubica la fábrica de
los FAL, armas tan conocidas como aplaudidas en Nicaragua…: ver la canción de Mejía)
12 EDR interpreta el caso como inseminación mutua: a la base estaría quizá Coronel Urtecho con su expresión:
“comulgamos en su poesía” (98, nota 1)
13 En tres sonetos da su respuesta a la obra: “La tragicomedia de Becket es del género de la Vida es sueño y con
mucho de su altura. La de Calderón no se puede entender sin la clave que da otro auto suyo: Sueños hay que ver-
dades son”. (Citado en EDR: “El contacto vital de Ángel Martínez Baigorri (1899-1971)”.

8
Esos versos rescatados, lo mismo que otros que vendrán, se ubican en un marco o “circunstan-
cia” muy especial para el autor: por dentro, sus constantes problemas de salud, por fuera, tormentas: la
República española pensaba volar de un plumazo… y hasta con plomazo el sentido religioso innato en
todo ser humano; en el otro lado del espectro ideológico, Hitler recién en el poder, todavía no mostraba
toda su careta inhumana… Pero allí está también lo fantástico del arte: a ocho décadas de creada esa
estrofa, más bien ha ganado en palpitante actualidad, ahora que nos quieren tumbar a fuerza de consu-
mismo.
En su exilio nórdico, AMB se está preparando para el sacerdocio. La redacción de esos sugeren-
tes versos debe de ser anterior a este gran evento, la consagración, que llegó el Día de San Ignacio, pa-
trono de los jesuitas, fecha que lo marcará para siempre:

Me ordenó de sacerdote, en [31 de] julio de 1933, el Sr. Obispo de Lieja, Mons. Kerckoff14.”
(…) Dije la primera Misa: acto central de mi vida, junto con la ordenación... de mi vida de
hombre y de mi vida de poeta, elevadas las dos a la altura del gran Sacramento.

Aquel recuerdo no es un simple souvenir de Bélgica: constituye otro leitmotiv15 en las escrituras de Ángel
Martínez.
La unción de ese día la concibe en dos componentes inseparables: por un lado va la confirma-
ción de su condición de sacerdos (por etimología: alguien que encamina a lo sacro), y por otro lado va un
medio, aquí peculiar a su disposición: su talento como poeta. De allí, como ejemplo palpable de su etapa
belga el poemario Sacerdotes, gran afirmación de su oficio. En enero de 1934 re-afirma el nexo: “la poesía
es toda ella una profesión de fe literaria”.

En Nicaragua, poco después, insiste con la metáfora de dos granos de café, siempre en pareja
(lo destacará en su poema Flor de café, 383). En acertada interpretación de don Emilio, esos poemas
constituyen “joyas lírico-teológicas vivas”. Por ser también jesuita y poeta, lo mismo que AMB, el edito-
rialista lo puede saber-sentir mejor que uno.
Este volumen, de los más emocionados de Ángel, recibió de su autor diversos títulos: como
"Año de Gracia" y "Año Sacerdotal"; finalmente se vino a llamar Cumbre de la Memoria, con el subtítulo:

14 La grafía revela un apellido de rancio abolengo en ese, anteriormente Principado eclesiástico. Muy probable-
mente este mismo obispo tiene que ver con el Marques de Peralta, diplomático costarricense, casado con la
aristócrata belga Jeanne de Clérembault: ellos vivían en Kinkempois, lugar frecuentado por Rubén Darío, muy
cerca de los otros topónimos. (ver en mi libro: Puentes trasatlánticos, en bibliografía.
15 EDR señala: “hemos hallado una nota a mano donde el P. Ángel escribe: "Todo esto no tiene ya razón como
prólogo -sólo puede ir como epílogo de 1933- que es preludio de lo restante de mi vida; o como apéndice"
(230). Igual, en alusión de otro corresponsal: 281. En 1947 (a Lucas, 325) vuelve: “toda la obra de Dios es obra
de poeta y por eso le llamamos el Hacedor”. AMB leo piensa en griego: poiein es hacer, de allí la poèsis, y la poe-
sía.

9
"Meditación sacerdotal en tres puntos" (Madrid, Escelicer, 1958). En Sacerdotes, señala que se encuentra
“…allí, orientándose, espiritualmente, en la tierra de Mercator”.
Mañana del altar, es otro ejemplo de combinación de función sacerdotal + expresión poética: bi-
nomio que se cristalizó en tierras del norte donde se refugió. Ahora bien, desperdigadas entre papeles y
recuperadas en parte en la versión escrita del libro como en la digital, con anotaciones por del Río16,
además de lo señalado, son varias las poesías de esa época belga. A continuación va un listado con
prueba de fecha, si se dispone de ella. Procuro además contextualizar e interrogar: 
­ Esperad La Rosa, Año de gracia –Sacerdotes 
­ Jesús. Fechado: 17 de enero, 1.933. 
­ Lunes de Carnaval, de 1933. ¿Habrá estado en Binche, cerca de Tournai, sitio famoso por su carna-
val, con ingredientes precolombinos, desde las fiestas allá en honor a Carlos Quinto, en 1548? 
­ En tus brazos. Fechado: 9 de junio, 1.933. Va con ritornello que marca, desde Bélgica, el tema de las
alas: Vuelvo con el alma cansada del vuelo... 
­ Buenas Noches. Fechado: 24 de junio, 1933. Relaciona su figura de sacerdote con la función de San
Juan Bautista. Ángel es ángel en doble sentido: sobre todo a divino. 
­ Mañana seré sacerdote. Fechado: 29 de julio 1.933. 
­ De luz a luz. ¡Soy sacerdote! 
­ La rosa a su medida. Fechado: 31 de julio, 1.933, quizá le debe algo a la ambientación francófona en
que se mueve y, en particular al antecedente temático de Ronsard.17 
­ Definitivo. Fechado el Día de la Virgen de Agosto, 1.933. Versos dedicados al P. Ricardo Gª. Vil-
loslada, con clara bipolaridad complementaria del sacerdote-poeta. 
­ Mi nuevo testamento. LLeva fecha y lugar: Entre Lieja y Huy, Bélgica, 1933. 
­ Realidad divina. Reflexión: Dios es el Poeta mayor y su Ángel es solo un pobre ejecutante… 
­ Una cosita nada más, versos dedicados a Santa Lucía: 13 diciembre de 1.933, días antes de salir. (p. 296,
en la versión digital). 
­ Sal un poco afuera. Fechado: 23-XI-33. 
­ Estrellita azul. Fechado: 3-12-1933. 
­ Hoy no sé qué es. Fechado: 3-12-1933.

16 El meticuloso estudio de don Emilio habría ganado aun en importancia si tuviera más índices, de personas y de
lugares, no solo repertorios de cartas “de” y “hacia AMB. Pocos leerán el libro de corrido, sino que lo harán con
base en una idea o una persona que les puede haber llamado la atención. Una cosa queda en claro: aquel viento
soplaba, y fuerte, todavía ahora: gracias a AMB, en primer lugar, gracias a EMB, en segundo lugar.
17 Pero en el poeta renacentista francés la rosa se individualiza del entorno y viene a ser símbolo para la mujer ama-
da. En AMB, la rosa y el que la contempla son al mismo tiempo productos y mensajeros, ambos, de la Creación,
de Dios: De allí, en este mundo animado, de nuevo, la importancia del aire y del viento…. Por supuesto todo jun-
to con las alas del mensajero Ángel.

10
Y seguimos descubriendo relaciones con las brumas del norte:
-en una carta desde Deusto (Aldabe), con fecha 5-II-35, Ángel afirma que “mando esos papeles sobre las
nuevas escuelas y sus representantes. Los escribí ahí en Marneffe…” (291) Refiere entre otros a su poema
Cazadores de auroras, que si bien firmada en “Bilbao, 1934”, está completamente todavía bajo el espíritu de
Sacerdotes.
Va también cantidad de poesías posteriores, en directa conexión con vivencias de Marneffe:
-“Ecos de la Presencia en el recuerdo” cuya fecha ignoro, lo califica del Río como “prolongación de su
libro de ordenación” (la de AMB).
-Continúa del Río: “Hay una poesía a Villoslada y otra a Lucas: “Tu Luz de mañana” que se ordenaron al
año siguiente, 31 de julio de 1934, siempre en Marneffe-Liège” (307): ya no serían poemas escritos en
Bélgica, sino para compañeros estudiosos en esa tierra.
Además de todo lo anterior, llama la atención la relación con el Padre José María Estefanía
(1889-1942) que estuvo enseñando literatura en Tournai18, Bélgica, para ser designado después en Centro-
América, especialmente en San Salvador. Es curioso, ambos son exilados, se fueron al mismo país, pero
dudo que allá se hayan encontrado y después (por lo menos en la recopilación de Cartas, no figuran de
esas de don José María a Ángel o al revés). En una misiva de 1942 a José Coronel Urtecho, AMB no deja
duda respecto del impacto que le causó la muerte de este colega que admiraba y al cual dedica una elegía,
“llanto en mi corazón vivo” fechado en Granada, Nic., 11 de enero, 1941. Varios elementos, entre otros esa
expresión de “corazón vivo”, el aire, el viento… ya se encuentra cantidad de veces en “Sacerdotes”. Vuel-
ven los tópicos al estilo del Segismundo de Calderón de la Barca: el estar muerto y sin embargo vivir),
como también los motivos del citado poemario de AMB: el sacerdocio, ser semilla, la resurrección.
Hasta donde tengo averiguado, en todos esos poemas no hay alusión alguna a Bélgica. Ni falta que
hace: definitivamente, no es el país que interesa, ni siquiera aquel castillo de Marneffe, sino una circuns-
tancial vital en la diáspora de tantos jesuitas españoles, aparte quizá de aquel bosque alrededor del casti-
llo…

3. Otras influencias desperdigadas de la “tierra del león”

Que los viajes enriquecen, no cabe duda, incluso en alguien con el Padre Ángel, con votos de
pobreza. Le calza perfectamente la frase de Cicerón: “soy ciudadano del mundo y conmigo llevo mis
pertenencias”.19 A como Ángel en tierra de águila sintetiza las andanzas de éste en el Nuevo Mundo, aquí,

18 Al salir de España en 1931, el Padre José María Estefanía (Bilbao, 1889-1942) hizo primero su tercer año de Teo-
logía en Valkenburg (volveremos sobre ello). De Tournai salió Ángel, igual, hacia América Central. (EDR, 92). La
ciudad va indudablemente asociada con la educación de los famosos padres jesuitas y en sí, por muchos otros
elementos, vale la pena estudiar más a fondo su relación con Centro-América.
19 Ego civis mundi sum… mecum mea porto. Ciceron, Paradoxae.

11
inspirándome en que por cuestión de heráldica, Bélgica puede considerarse como “tierra del león”. Bajo
esta fórmula paso a enfocar otras “adquisiciones” del Padre por esas latitudes.
Por haber viajado tantísimo en tren, uno también, y por diversas latitudes, impacta, inspira gozo
y reflexión el siguiente poema:

En la ventana enmarcado
-Del tren que rueda sobre tantos
Muertos-,
el campo anchísimo
De Flandes -Leroy20-, campo
Para mis ojos, desde Ti, infinito.
(…)
Campos sembrados tantas veces
De futuras cosechas
En la resurrección de tantas muertes,
Campos recién nacidos,
Y el campo, desde el tren -el cuadro-, el cielo
Todo, enmarcado, Flandes, era
Nacer yo en ti, nacer tú en mí, nacer
Los dos en Dios, divinos:
Tú, yo, ventana en marco a su Hermosura
Desde hace tiempo -eternamente- nueva
Sobre el campo infinito.
En toda su hermosura brilla el marco
Y el cuadro -el campo verde- es la promesa
De cielo en nuestra tierra, mi futura
Cosecha.

El texto lleva fecha claramente ubicada: 2 de noviembre, 1.933: ya Ángel es sacerdote, pocas semanas antes
de que, por razones de salud, se deberá marchar. No sabemos desde dónde, ni hacia dónde ni por qué
AMB se encuentra en ese tren: ahora aquello no tiene relevancia.
Lo que maravilla y sigue vivo y vigente, para todos nosotros, por esas mismas latitudes o en
cualquier parte, es su reflexión poética-teológica, en los históricos “Países Bajos” (“Holanda” y Bélgica
juntos) jugando el poeta con la verticalidad, contrasta y complementa “tierra baja” y “altos cielos”… No
tan metafóricamente, el tren anda literalmente sobre muertos, entre otros aquella “morne plaine” descri-
ta por Victor Hugo, respecto de Waterloo en 1815, y sobre todo la incidencia en el tema de “Flanders

20 Si se alude al pintor Eugène Leroy (París, 1910 - 2000), la alusión me resulta un tanto hermética y desafortuna-
da. Tampoco EDR encuentra explicación a ese punto: ¿apellido? ¿topónimo?

12
Fields”, de tantos “war poets” todo un concepto literario: lo pongo en inglés porque fueron sobre todo
ingleses (Owen,…) los que destacaron en ello.
Por suerte para él, AMB es posterior a esa debacle, pero se nota que viajando se hace eco de
ella. Una sugerencia es comparar el tratamiento del tema en Salomón de la Selva21, luchador directo en
esas trincheras de la muerte, con su visión humanista, frente a la perspectiva claramente cristiana de Án-
gel: no sabemos qué lo llevó a esta parte occidental de Bélgica, pero a las claras prevalece el re-nacer, la
cosecha y la resurrección más allá de nuestro pobre comportamiento humano: el poema está lleno de
ecos de hace cien años con la Primera Guerra Mundial a recordar, ojalá universalmente, también en este
día de los muertos.
Desde luego, esta sugerencia la aplicó el mismo Ángel, con el viaje inteligente, comparativo, re-
flexivo. Por el hecho de que él ha descrito más de un tren, en diversas poesías, aquí va una invitación a
confrontar esa “lectura flamenca”, que a continuación de AMB yo hago de ese tren en Flandes, otros
trenes, uno en la parte valona del país22. El conversa sobre varios otros viajes en tren por ejemplo uno
en Nicaragua; igual en “Tierra ancha de Castilla” que describe su desplazamiento de Madrid a Pamplona
(Cartas, 425 y 431).
Nuestro Ángel no llegó a aprender el idioma de Flandes: el flamenco, mejor llamado neerlandés
(holandés, le dicen más fácilmente en Centro-América), cosa que le habría venido de perlas para valorar
un colega poeta-sacerdote, Guido Gezelle, de una generación anterior a él, pero con algunos rasgos a
comparar23. Es poesía en el idioma de Ruysbroek, al que alude otro poema un tanto menos logrado24,
curiosamente firmado con referencia al mismo escritor medieval: Ruysbroek -Bruselas-, College Saint Louis -
Ancienne (sic) Chateau de Wittouck- 10 de noviembre de 1933.
A propósito de “flamenco” (casualmente homónimo de una expresión artística española, pero
totalmente diferente) antes hubo un nexo, allí mismo en Bélgica: cuenta don Ángel que su compañero
Raimundo Argárate (que por lo visto también estudió allá), le trajo a él [¿por una partitura musical?] un
villancico flamenco, entiéndase: de Flandes. Ángel lo oye cantar en flamenco y le pone letra a la música
que oye. Después todos lo cantaron maravillosamente: "Un sol ha nacido en la noche..." Lo fecha Ángel
en Marneffe, en diciembre 1.932. (Como siempre, la cursiva es nuestra, pero para subrayar copia textual
del libre que tomo como base)
Por lo menos, AMB se empapó de algunos hitos de su tierra de acogida y aprendió el otro idio-
ma de esta tierra bilingüe: años más tarde, al informar de las materias que debe dar en el colegio Centro
América en Granada, Nicaragua. Señala: gramática, literatura, religión y “se me olvidada que tengo tam-

21 Ver mi estudio Puentes trasatlánticos, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2009, 307 páginas, con dos capí-
tulos importantes sobre la relación de Salomón de la Selva con Flandes.
22 Entre Marneffe y Namur; AMB alude a ruinas. Ignoro cuáles serían. Sigue la ruta hacia el oeste, después, porque
señala: atravesábamos Charleroy (sic, por “Charleroi”), el 19-XII-1.933.
23 En otro estudio comparé a Gezelle (1830-1899) con Azarías Pallais. Ver: “Azarías Pallais: cuatro entronques sor-
prendentes (con énfasis en la relación con Bélgica)” en Romaneske (revista de la Universidad de Lovaina), Año
26, N.° 3, 3er trimestre 2001, pp. 32-41.
24 Empieza así: Abrazo virgen en su luz más blanca.

13
bién Francés” (315), idioma que aprendió en Bélgica, en los dos años que estuvo en la parte francófona
sobre todo. No sabemos qué leyó, allá, en francés.
Los constantes problemas de salud de AMB, desde joven, no tuvieron precisamente visos de
mejorar por su estadía en el norte. Un resultado palpable es Hoy tengo el alma dura, que Javier Lucas ubica
como “su poesía de despedida de esta casa” [Marneffe] (304). Tristeza de despedida, pero sobre todo
también dolor, dolor, por su enfermedad lacerante, desde hace años. Tremendo el subtítulo: Monólogo
trágico de un drama no intentado (128)

Hoy tengo el alma dura. Y no hallo un pensamiento


Que me la ablande. Tiene rigidez de cadáver.
Se dio a sí misma un golpe y quedó tiesa, dura
Y fría como un muerto. No hay agua que la ablande.
(…)
Hoy me duele toda el alma en mí y no siento
Lo que me duele: ¡todo!
Es este doler mío
Igual que si a un cadáver le doliera la muerte,
La rigidez, el frío de estar muerto y saberlo
Hoy no me duele nada porque todo me duele.
Por fin cruzó mi mente, como una estrella…
diciembre 1933.

De este poema dirá el mismo Ángel que es “muy anterior a mi trato con nuestro poeta jesuita y comple-
tamente hopkiana (…) Mi manera un poco aérea y más que un poco leve y la suya de hierro y cargada
del peso entero de la vida y del alma –pondus animae– que me abrumarían a mí, son tan distintas y más
que las lenguas con que nos expresamos”25.
En todo caso, verdad rajante lo es el poema, y como tal impresionará muchísimo después a Co-
ronel Urtecho. Como todo va en triángulo en este ensayo, se me ocurre el salto espacial entre esos ver-
sos “marnefianos” de “alma dura” del español en Bélgica, con otros, en un soneto, más tarde, en Chon-
tales, Nicaragua, donde refiere a mi blandura y el pensamiento duro. La conexión no parece tan descabellada
porque verso seguido señala él hace explícitamente el salto en el tiempo: de lo que fui, de lo que soy… (Car-
tas, 142)

4. Ángel en Centro-América: efectos “belgas” indirectos

25 En el valioso estudio de don Emilio: “El contacto vital con la cultura de Ángel Martínez Baigorri” (1899-1971).
Ver bibliografía.

14
A partir de sus cartas, con notas de EDR, sigo reconstruyendo la trayectoria en el eje Bélgica de
español Ángel Martínez B., para que se valore en Centro-América. Como queda dicho, a fines de di-
ciembre de 1933, sale de Bélgica, cada vez más afectado por problemas de úlceras y demás que arrastra
desde hace años. Años después, en Nicaragua, él evoca esos tiempos dolorosos, felizmente para noso-
tros, con fruto literario.
Un episodio ajeno a la salud ocupa cantidad de cartas y angustias del sacerdote-poeta: es una
maleta perdida. Comenta el Padre: De 1935 a 1936 hice mi Tercera Probación en Braga, Portugal. La terminé el
día en que comenzó el movimiento en España. [nota: eso es el 18 de julio, alzamiento de Franco]. No pude entrar. (…)
De Portugal, de Lisboa, fui a Bélgica [aquello supone que el viaje se debe haber hecho en barco] y allí, en Tournai26, me
esperaba la orden de embarcarme para Centro-América a los tres días: en tren vía Bruselas (Cartas 297) y Ambe-
res, tomó allí el barco “Cordillera” de la famosa Hamburg-Amerika Linie, hasta Puerto España, en una
travesía que duró del 16 al 28 de agosto de 1936. Ya está mas cerca de su destino: Nicaragua, pero fal-
ta…
Esos viajes intercontinentales (de entonces, más que los de ahora) incluyen sorpresas y avatares:
en alguna malla de la cadena de trámites y angustias, aumentado aquello con una clara sensación de
“diáspora” que prevalece en este hombre sensible, encima muy delicado de salud, se le perdió o le ex-
traviaron una caja de cosas, como pone. La cuestión debe haber tenido tal importancia porque, de casua-
lidad, son poesías redactadas en Marneffe.
En plena correspondencia con Coronel Urtecho, hablando de una poesía, señala que se la dejé [la
caja] a mis amigos íntimos cuando me marché, enfermo, de Bélgica. Uno de ellos me escribía luego que tenía todo el cuarto
colgado de retratos míos que continuamente estaba mirando –se refería a mis poesías-; pero en el último estaba y hecho una
facha. Luego sigue: Ese no es V. me decía. Conmovedor, el episodio, porque a propósito de “facha”, no era
esa época ni siquiera de tanta foto en blanco y negro. Uno se hacía idea del otro a través de sus textos,
su comportamiento, algunos dibujos y hasta caricaturas. (Para la reconstrucción más detallada de ese
enojoso asunto ¡pero con final feliz! ver entre otros, Cartas 97, 281-83 y 298; 295-310; 432).
Colgando entre Nicaragua y Bélgica, va otro episodio en torno a la imagen que uno se lleva de
los amigos: en 1947 AMB escribe Vicente García-Martínez, apodado “Gar-Mar” por sus compañeros en
Bélgica en esos famosos años treinta. No se vuelven a encontrar, pero como que se persiguen. Ángel
aborda el asunto sobre el delicioso y clásico tema cristiano de la “feliz culpa”. La misiva “angelical” no
precisa mención del país, Bélgica, pero sí está presente el calor humano, la “foto” en el corazón de cada
uno:
(…) No te he pedido nunca tu retrato
Y es esto lo que más te agrada

26 La ciudad va indudablemente asociada con la educación de los famosos padres jesuitas y en sí, por muchos
elementos, constituye un “puente” con América Central. Se alude a la ciudad también en Cartas 305. Otro
“puente” educativo une la ciudad de Melle (cerca de Gante) con Chinandega, principalmente: si pudieran hablar
tantos nicaragüenses, entre otros Alfonso Callejas Mayorga, que tuvieron su educación secundaria, fuerte en
materias, sólida en principios, donde los padres Josefitas: asunto a describir en otra oportunidad.

15
Lo llevamos los dos iluminado,
Tú con la luz tuya el mío,
Yo con luz tuya el tuyo… (367)

Prevalece la amistad profunda, más allá de algún fachendoso facebook que vendrá más de medio siglo
después. Ignoro si el poema en cuestión resultó finalmente reproducido en algún poemario o si AMB
dio a conocer su carta a los discípulos que entonces empieza a tener a partir de sus clases en Granada,
Nicaragua: lo cierto es que asocio ese episodio con aquel poema de Cardenal: “al perderte yo a ti…”
(Epigramas)
Sigue en todo caso, en el trópico también, la huella indeleble de lo vivido en el norte europeo.
Ejemplo: en carta de 1946, a León Pallais, AMB escribe, animando al futuro colega ante su incorpora-
ción en el sacerdocio:

…tratándose de una cosa tan grande, aun pequeño tiene que parecer grande lo que se dice. Pe-
ro yo he entrevisto tanto en esa cosa grande que le va a suceder a V. y me sucedió a mí y nos rodea de
infinito. Yo, que he querido decir eso mismo para lo que mi palabra es tan impotente, me hallo fren-
te a mi poema como San Pedro se hallaría ante la relación que otro le hiciera de la transfigura-
ción del Señor que él había contemplado, vivido, gozado. (398)

No hace falta la referencia geográfica de lo aludido: Ángel recuerda su propia consagración como sacer-
dote, en Marneffe.
No puede faltar alguna alusión al hermano de León: el Padre Azarías H. Pallais. Como demos-
tré27, tan vinculado se encuentra este, con Bélgica, por sus estudios, discípulo ya indirecto del Cardenal
Mercier que admiró tanto. Además, en toda su producción toma a la medieval ciudad de Brujas como
símbolo de lo humano ascendente hacia Dios; es la cima que comentamos y anhelamos. He aquí, partim,
el poema Corinto, de AMB:

En Corinto -su Brujas


De Flandes -un poeta rodeado
De un nombre de hermosura,
(…)
Para el poeta enfermo
-con Huysmans28 al auxilio-
Sea enfermera Santa Liduvina.

27 Ver mi libro “Puentes trasatlánticos”, Editorial de la Universidad de Costa Rica, con dos capítulos sobre el
poeta Pallais.
28 En otra parte (84) alude también a Joris Karel Huysmans, escritor francés, por cierto de ascendencia belga-
flamenca, admirador del citado Ruysbroeck.

16
(…)
Con qué secretas islas, el traslado
De su Brujas de Flandes…

Para nada sorprende la asociación Corinto-Brujas, pero llama la atención aquello de “islas”, en plural y
con la característica de “secretas” en referencia… no a Granada de Nicaragua, sino Brujas de Bélgica.
Estoy por dudar que AMB estuvo en la ciudad flamenca o haya leído la novela a la que Pallais alude tan-
tas veces: Brujas la muerta, de Georges Rodenbach. Otra producción de Ángel no deja duda respecto de
nexo con Pallais: El viaje de la espina.

(Con el secreto de: Vive en Brujas etc.)


"Desde el día en que el hombre con su maldad nativa,
En dudosas palabras feroz me calumniara,
O paso como ciervo de marcha fugitiva
O voy con las dos manos tapándome la cara.
Si no hay uno, no hay uno, no hay uno que no crea
En historias horribles y cuentos espantosos!"

Va otro salto encima del Océano. En México, en 1962, escribe a Margarita Munguía, con una
deliciosa anécdota que remonta a años atrás:

Había muchísima gente, porque venía en el mismo avión que el futuro Presidente de Nicaragua. La molestia fue
porque realmente yo no sabía si tenía o no residencia, ni si se puede tener en México y en Nicaragua. Al fin me
dio el pasaporte con una nota diciéndome que me fijara bien en ella. Yo me fijé, y cuando me dijo: “Ya ve que V. no
puede trabajar…”, le contesté: “Yo puedo trabajar y trabajaré como hasta ahora”. --Pues fíjese en la nota que no
puede trabajar--. --Estoy por decirle que se fije V. para que vea que puedo trabajar. Lo que no puedo es cobrar por tra-
bajar. --Entonces, ¿de qué vive? Estuve por decirle que de mis rentas y de mi Nombre. Pero para asombrarlo más se
lo dije en latín, como me lo dijo el Obispo [Kerkhoff] cuando me ordenó: Ad titulum paupertatis… --¿Y eso
qué es? --Pues eso es que yo vivo de mi voto de pobreza, o si lo quiere V. de otra manera, que lo dejé todo para
que no me faltara nada y así no necesito cobrar por mi trabajo para vivir. (549-50)29

Pese a décadas, increíble cómo vuelve tantas veces el recuerdo de la unción sacerdotal en Bélgica.
Del Río toma una frase en una carta del mismo AMB: “Al poeta se lo ha sorbido el trópico”.
Observemos sin embargo que no olvida Bélgica, con referencia a: …mi personeja (sic) humana, mis interiori-

29 Alusión paralela al voto de pobreza es aquello otro, cuando Ángel, con emoción, recuerda en Sacerdotes (…) “Ya
no hay más que un libro: Mi Presencia en mí, Mi presencia en Él, a lo largo de tres larguísimas Memorias que
desembocan en…Hactenus in. Del Río lo explica, a nosotros los legos: es “frase ritual de la Ordenación sacerdo-
tal”: “Desde ahora” nos ocuparemos “en” tus cosas.” (467, nota 3)

17
dades gastroenteríticas (sic). No estoy aún tan mal como en los días malos de aquel oscuro y gélido Marneffe, (…) he esta-
do y sigo estando mucho peor que el año pasado. (316). Gran parte de la misiva sigue en esa línea de total dife-
renciación: un allá (Marneffe) versus acá (Granada), un antes (1933-34) versus un ahora (el 6 de abril de
1937).
Hay sin embargo un punto en común: AMB compara ambos países en lo pequeño, con una
postura que saca de Horacio: “ille mihi praeter omnes”30, la cual figura al inicio del poemario Nicaragua
canta en mí, de 1968 y que podemos traducir así: “de todos los rincones de la tierra este es el que más me
sonríe”. Refiere primero a lo pequeño de Nicaragua: es un angulito del mundo, pero somos tan pequeños, que ni
aun esos angulitos somos capaces de llenar, aunque un día nos pareciese el mundo todo pequeño para lo que soñábamos.
Respecto de Bélgica, por poco le parece verla representada en una niña que se podía comparar en lo pequeña
al “Jean de la Lune” popular de Bélgica”. Poco o nada viene al caso que la cancioncita en cuestión es más
bien francesa, la comparación de ambos países desde luego a uno como lector le hace pensar en la frase
de Rubén (“…uno grande la sueña…”).

5. ¿Influye la geografía en la “poièsis”?

Ya sospecho crítica de chovinismo respecto de mis comentarios… Nada más lejos de mi inten-
ción… ni ciertamente la de Ángel Martínez B.: en sus poemas, en sus cartas, de lo que sabemos respec-
to de su estadía en Bélgica, durante más de años completos. No se perfila ningún comentario, ni una
crítica, ni un elogio sobre el país en que encuentra refugio.
Alguna gente, muchos escritores, aun afuera, no se puede desligar de su patria: García Márquez,
en México, no se desliga, en su obra, de la temática colombiana, es más de su región de Atacama. Otro
ejemplo, claramente en la esfera de los jesuitas: la Rusticatio Mexicana, de Landivar, escrita durante su exi-
lio en Italia, no es sino un recordar, con nostalgia, su tierra guatemalteca.
En AMB no percibimos ni asomo de real integración en Bélgica: apenas unas escasas pinceladas
de escasos lugares de paso. Tampoco descubrimos llanto por lo que pasa en su patria: apenas, veremos,
alguna comparación con su Ebro. ¿Qué opinaba del clima? ¿Cómo veía la gente? ¿Leía algún periódi-
co?
¿Alguna geografía favorece lo poético? Los apologistas de la obra-porque-sí, independiente
de la sociedad rechazarían indignados el acercamiento, la contaminación, según ellos, del entorno en
la torre de marfil del arte: esta postura, como vimos y veremos, choca de frente con la perspectiva de
“medio” que es la poesía en AMB, para que el mensajero, el ángel (sinónimos, por etimología) cum-
pla(n) con su sacro oficio de sacerdote…
Contesto mi propia pregunta reciente: si bien puede haber poesía hermética sellada a cualquier
rendija exterior, igual y en muchísimos casos, el entorno es actúa como acicate, catalizador… Aquí tam-
bién, a penas menciono dos ejemplos que convendría ahondar: ¿es posible imaginar Le lac de Lamartine

30 La cita completa de Horacio es: Ille terrarum mihi praeter omnes angulus ridet (Odes, II, 6, 13). Ver también la
contextualización de del Río, p. 317, nota 2.

18
sin que él haya visto cualquier lago? (Desde luego, no caigamos en el defecto opuesto: de explicar todo
por circunstancias, hasta detalles…). “Chile una loca geografía”, como libro siempre me gustó, allá31, lo
cual, sin explicar la poesía de la Premio Nobel, Gabriela Mistral, tampoco establece una “puente” auto-
mático entre sus poemas y el Valle del Elqui, o al revés… En definitiva que el contexto puede ayudar a
generar un texto, in que estemos hablando de fotocopias…
Pero el conocimiento del contexto sin duda puede ayudar, no necesariamente a “explicar”, pero
sí a comprenderla hombre detrás de ciertos de sus textos, lo mismo que estos mismos, insisto, hasta ci-
erto punto: la evolución y a veces dura ambientación de AMB en diversos contextos nos da argumentos
para la tesis que aquí desarrollo.
El contexto, en este caso, resultó determinante: Ángel, casi pierde la promoción, el pobre, por-
que el visitador de oración no lo hallaba nunca en su cuarto en hora matutina. Si finalmente recibió las
órdenes en 1933, fue gracias a que su compañero Javier (de la promoción siguiente), poeta también,
mostró al Rector la libreta, germen de este libro Sacerdotes: ¡embelezado, Ángel hacía su meditación en el
bosque! Recalca Lucas que: vivimos en auténtico clima fraterno (…) Bebíamos los colores y la luz de las arboledas
belgas. (299 y 303).
Un colega suyo compara el regocijo por el entorno natural de Marneffe con el de Oña, Burgos,
en el antiguo monasterio benedictino que ocupaban los jesuitas, porque ambos se prestaban para cami-
natas místicas (ver 308, 339, 342, 344 etc.). Para AMB, aquella esquina de Bélgica se volvió casi mística.
Años más tarde, por latitudes allende el Océano, en algún rincón de El Salvador, observamos tanto un
embeleso con la naturaleza, como algunas reflexiones sobre lo pequeño, en un país calificado por la ci-
tada Mistral como “el pulgarcito de América”.
En Nicaragua frente al lago, tendremos esa misma captación-interpretación de la naturaleza co-
mo signo de Dios, ante el ser humano32.
En todos los casos analizados en este punto, el factor vital, enriquecedor (no precisamente del
bolsillo) fue el de los viajes. Y sin embargo, Ángel no fue dado a excursiones, en Bélgica: apenas consta-
tamos unas salidas, por lo visto, llamémoslas, profesionales. Distinto fue el caso de sus compañeros,
allá. La camaradería sigue más allá de la ausencia de Ángel y su posterior salida de ese país. El Padre
Emiliano de Echaguibel, por ejemplo, le escribe en 1935 respecto de un paseo a Namur donde murió
Juan de Austria (hijo natural del Emperador Carlos), en1578.
Muy útil, adicionalmente, esa mirada diacrónica, por lo mismo: por el contraste, en tiempo y es-
pacio, aprender a abrir los ojos33. Otro caso es la excursión con un grupo de compañeros jesuitas, de
Marneffe a Valkenburg (en los actuales Países Bajos, fronterizo con Bélgica). Allí tuvieron oportunidad
de formación muchos jesuitas, sobre todo alemanes, como también el citado Padre José María Estefa-

31 No por casualidad, el libro, publicado el año 1941, vio la luz gracias a un cosmopolita, viajero impenitente:
Benjamín Subercaseaux. (Yo trabajé como profesor en Chile en los dramáticos años de 1972 y 73).
32 Ya sé, eso no es nuevo ni único y aparece, justamente en muchos poetas místicos, como también en otro gran
poeta-sacerdote, guatemalteco, que tengo bastante estudiado: Gustavo González Villanueva.
33 Le debo mucho, en ese sentido al interesante estudio Evangelio y culturas en América Latina, de Mariano Fazio (ed.
Promesa, Costa Rica, 2010).

19
nía, a raíz de políticas anti-religiosas, de Bismarck en adelante, incluyendo la República española. En esta
ciudad estudiaron varios corresponsales de Ángel, según consta en las Cartas. 34
Lo mismo que el choque de espacios, el de mentalidades promueve la reflexión y la creación:
más allá de las distancias en espacio y ahora igual en tiempo, observo que la diáspora le hizo bien al poe-
ta y sacerdote. Un tanto prejuiciado, quizás, el compañero Lucas (de repente igual que sus superiores)
opinaba que aquel, enfermo y poeta además, de repente no servía mucho en el “ejercito” que represen-
tan los jesuitas y que por eso lo mandaron a esos países en Centroamérica.
Craso error: aun con difícil ambientación inicial y sus inherentes problemas, en Costa Ria (pocos
meses, en 196235), en El Salvador (seis años: inicio 1948 a inicio 1954) y sobre todo en Nicaragua (desde
mediados de los años treinta hasta su muerte, en 1971), este Ángel sembró y sembró y sembró, aposto-
lado y versos, versos y apostolado. El alejamiento de Europa le hizo un gran bien; Centro-America
agradece este injerto español (con cuatro gramos de paisaje belga). Especialmente en el país de Rubén
(del que prácticamente no habla, como de ningún poeta de allá, excepto Azarías…), en la generación
subsiguiente asistimos a una verdadera inseminación mutua, particularmente en Nicaragua.
En efecto, segador segado, entre el profesor AMB y “alumnos-poetas”: José Coronel Urtecho,
Carlos Martínez Rivas, y “los tres Ernesto” (como siempre, me ayuda EMR: 76, nota 2) a saber Mejía
Sánchez, Gutiérrez y Cardenal, primero y después otros como Carlos Perezalonso y Jorge Eduardo Are-
llano, estos habiéndolo conocido y tratado pero no como pupilos. Ese injerto mutuo, convendrá anali-
zarlo más especialmente en el caso del primero de los citados, hasta con deliciosas interferencias de un
idioma a otro. Y aplicable a todos: “nos salvamos por la palabra correspondida” (ver las páginas 100,
107 y 121 del estudio de EDR). Ay del que no logra superar los muros físicos y mentales de su aldea…

6. Más allá de lo belga: lo universal


Que por favor en este ensayo mío no se busque ninguna “imagen de Bélgica” al estilo de los ac-
tuales “álbumes” de fotos de amistad y souvenir…uno más epidérmico que otro. Este belga que escribe
pretende no haber sucumbido al encanto de la sirena: todo ha ido acumulándose para la valoración (y
quién sabe, la imitemos) de un sacerdote-poeta de los grandes. Conste entonces que, por ejemplo, cuan-
do aquel Ángel describe un tren pasando por Flandes, no prevalece el cuadro costumbrista, localista.
Procuremos entre todos liberarnos de esa ideología cancerígena que nos separa y enfrenta a todos los
que compartimos hogar en la Tierra: el nacionalismo chovinista. Nada hay en AMB de turista superfi-

34 En mi mente se arman unas curiosas comparaciones con otros casos de fructífero exilio: por el tan famoso
como funesto “Kulturkampf” (“lucha cultural”, de 1872) por Bismarck muchos religiosos tuvieron que exilarse
a Italia, Francia, Estados Unidos de Norteamérica y los Países Bajos. En el caso de Bélgica, unas décadas antes
del dramático caso de AMB, al prohibirse los seminarios en Alemania, simplemente uno principal fue transferi-
do a Theux, fronterizo y cerca de Lieja, región también de AMB. Los monseñores Bernardo Augusto Thiel y su
sucesor Juan Gaspar Stark, alemanes acogidos en el citado Theux, luego hicieron un gran apostolado en Costa
Rica. Después fueron expulsados de este país, lo mismo que los jesuitas de allá (entre otros un belga), en 1884:
es decir la historia se ha repetido tantas veces.
35 Allí, por cierto (y como por el método expositivo escogido debe recalcarlo varias veces EDR), es donde AMB
re-elabora en prosa su libro Sacerdotes, con todo el sello inicial de Marneffe, como vimos.

20
cial, de admiración bovina. Todo constituye asimilación profunda, afinidad de almas, incorporación en
un cuadro universal del hombre en busca de trascendencia.
Lo afirmo con conocimiento de causa, porque otra veta, riquísima, en las “Cartas” del dúo (en
más de un sentido) AMB + EDR, nos ilustra sobre cantidad de afirmaciones vivenciales del Ángel por
lo que se prueba que el aire y el viento… existen en todo el planeta, por ende, ¡que viva la poesía angeli-
cal! Impresionan y guardan absoluto impacto contemporáneo ideas de él como:
…no siento que sienta el deseo de una tierra particular: mi deseo pleno es de la tierra. La
tierra, buena Madre…. Soy de todas partes -de todas las de la tierra de que he sido hecho-
y por eso de ninguna en concreto. (323 y 332)

En la forja (porque eso pocas veces se hereda) de una visión universalista se yuxtaponen y re-
fuerzan dos factores, muy visibles en toda la trayectoria de AMB, partiendo de la acuciosa investigación
de EDR: por una lado, su herencia clásica, griega, latina (y hasta de hebreo, cosa de la que nuestro editor
y yo ya no nos podemos enorgullecer) y además, la milenaria transmisión civilizadora del cristianismo.
Iremos por partes:
Respecto del patrimonio greco-latino, si bien hoy en día muchas veces el interlocutor de uno
considera aquello un fardo o una antigualla, Ángel Martínez muestra qué valioso puede ser haber estu-
diado varios autores como Horacio y otros. También el tema de la vida comprada con un río remonta a
esos siglos “clásicos”. Una carta de Ángel, desde Granada, Nicaragua, en 1945 pone en evidencia su
búsqueda y adhesión a todos los lugares donde le toca vivir, sin localismo:

… mi Río quiso ser un río universal, precisamente por ser solo el Río San Juan, Río de Ni-
caragua, por el que yo sentí pasar el Ebro. (141) Idea repetida p. 143.

Preciosa, por ello, también aquí y ahora su percepción del río humano:

Y entre un concierto de ángeles y pájaros


-Me he bañado en el río y en la aurora!

Este hermoso poema no contiene ninguna ubicación ni en cronología ni en espacio: ¡Cuál río; cuán-
do? ¿La voz lírica en este poema es de un hombre o de una mujer? ¿Joven o viejo? Pamplinas to-
do: cuenta la condición de hombre, el ser humano en contacto y hasta inmersión con la naturaleza,
aquí concretamente una corriente de agua. Pero allí también surgen preguntas hasta absurdas: ¿un río
de agua (valga la redundancia) o un río de saber? Yo sé nadar… pero además opto por este baño de
sabiduría… en la “aurora” (única referencia, simbólica desde luego, en el tiempo), siendo este mo-
mento el inicio del resto de mi vida (lo pongo al estilo “marnefiano” que vimos en el mismo AMB
de 1933)

21
De este mismo torrente, pero ya en su re-nacimiento de los siglos XV y XVI es la visión de
mundo del gran Leonardo, que Ángel hace suya: es el “saper vedere”, saber ver y distinguir, escudriñar
e intuir. Pero ANB no sería el miso si a partir de su fuerte estudio como jesuita no asistiéramos a una
re-interpretación de aquello en contexto cristiano:

... elevándose cuanto se puede elevar ese “saper vedere”, que en ello consiste y con ello se
conjuga toda la espiritualidad y toda la santidad. (Cartas, 37)

Hundiendo sus raíces en el mundo antiguo, la herencia cristiana consistió en darle al mundo
de los clásicos (griegos y latinos: Sócrates, Platón, Cicerón,…) una nueva semantización: la idea de
civilización universal resulta anterior al catolicismo. Veamos cómo procede Ángel, en Bélgica, en su
obra Sacerdotes:

(…) De todo lo anterior se deduce que la Nueva Alianza que Dios ha firmado con toda la Hu-
manidad, se contrae principalmente en nosotros, para que de ese modo que decíamos la mediación
del Mediador único y el mismo Mediador se prolonguen -se sigan haciendo presentes- en la tierra, en
este gran Sacramento -misterio de Fe- que nosotros renovamos. Somos así los Sacerdotes, con Cristo,
de la Nueva Alianza universal y eterna. Las palabras de la Misa que todos hemos dicho a una
con el Sr. Obispo, me sabían a nuevas, como creadas para mí y mías. Y la verdad es que eran mí-
as, porque yo entonces, sobre todo en las esenciales, haciéndolas, creadoras, las creaba. (…). 30 de
julio, 1.933. Subrayado mío.
No cabe entonces nacionalismo alguno en Ángel: en él se unen lo clásico y lo católico, por-
que el mismo término último refiere a una dimensión “sobre toda la tierra”, además de que el men-
saje evangélico se aplica igualmente en este caso: es el docete omnes gentes. Lo pongo en latín, como tan-
tas citas en esas Cartas tan inspiradoras porque -no lo olvidemos- el uso de esta lengua era como la
marca universal precisamente que la Iglesia quería imprimir al mensaje evangelical. De manera que,
con su voto de obediencia, además del de pobreza, ambos en la lengua de Cicerón, Ángel Martínez
dejó este llano país que es el mío, para ejercer su sacerdocio aunado con lo poético en tierra cen-
troamericana.
Al inicio de este estudio, demasiado largo, me he referido a un curioso trilátero: claro, cono-
cemos y tememos el llamado triángulo de Bermudas, que por no se sabe todavía qué interferencias,
magnéticas y hasta mitológicas, ha producido cada desastre y desaparición, cerca, cerquita de Centro-
América; todo lo contrario es lo que podemos concluir respecto del querido padre Martínez: sí, por
circunstancia le correspondió una biografía “en triángulo”, pero aquel que hemos contribuido a di-
bujar apenas respecto de una de las puntas (la belga), muy al contrario del otro, el tropical, resultó,
qué digo: resulta y resultará benéfico y revitalizador. De verdad, lo mismo que AMB señala que en
Nicaragua re-nació, de verdad, para mi, sus Cartas fueron re-nacimiento.

22
BIBLIOGRAFIA

DEL RÍO MAESO, Emilio: “El contacto vital de Ángel Martínez Baigorri (1899-1971)” (solo dispongo de
la versión digital)
FAZIO Mariano: Evangelio y culturas en América Latina, ed. Promesa, Costa Rica, 2010.
MÁRTINEZ BAIGORRI, Ángel: Con el hijo del hombre. Las cartas, recopilación y edición de EDR (UCA
Publicaciones, 2011, Nicaragua). Versión digital (no siempre coincidente):
http://es.scribd.com/doc/73802773/MARTINEZ-BAIGORRI-Angel-2011-Con-El-Hijo-Del-
Hombre-Las-Cartas
VALEMBOIS, Víctor: "Constantes en la poesía del guatemalteco Gustavo González Villanueva", Roma-
neske, revista de la Universidad de Lovaina, Bélgica, año 28, N.º 3, 2003, pp. 51-59.
VALEMBOIS, Víctor: Puentes trasatlánticos, “base literaria para un diálogo euro-centroamericano”, Editorial
de la Universidad de Costa Rica, 2009, 307 páginas.

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23
La vuelta del Ángel a la UCA
Emilio del Río Maeso

Reseña bibliográfica: Río Maeso, Emilio del, La vuelta del Ángel a la UCA, Revista de Temas Nicara-
güenses 53: 24-30, Septiembre 2012.

Para celebrar los 40 años de su vuelo “hasta el fin” la UCA de Managua presentó, 5.08.2011, el libro
de Ángel Martínez Baigorri Con el Hijo del Hombre. Las Cartas. El curso de Jorge Alvarado “Introduc-
ción al pensamiento poético de Ángel”, encuentros, charlas y estudios crearon un tiempo fuerte. Los agentes inme-
diatos presentan el suceso, sin definición posible, de “una vuelta de Ángel”, o, según Luis Rocha, “el año de gracia
de Ángel”. Hay un revuelo de cartas y alas. Pero ¿quién era -es- este Ángel?

Tres hermanas vivían en un hogar de San Salvador, donde a veces llegaba Ángel Martínez
Baigorri: Claribel, Ana María y Rosamaría: Alegría. Eran otros tiempos. Ahora Rosamaría, desde Os-
lo, es la primera en avisar, 21.06.11: “Mi herma-
na Claribel escribe de Managua que van a hacer
una fiesta al P. Ángel, supongo que por las Car-
tas”. ¡Qué sorpresa...! Pongo un correo a Luis
Rocha, poeta benjamín de Ángel. Él lo pasa: -A
ver qué informa... Alguien, el Lic. Jorge Alvara-
do escribe entusiasta: “Actividades para los 40
años de la muerte de Ángel”.
Resultaba que las cartas de Ángel se es-
taban publicando. Seleccionadas en la UCA
1972-74, preparadas luego aquí, mientras se edi-
taban sus Poesías Completas. Titulo: Con el Hijo del
Hombre. Las Cartas. Con informe de correspon-
sales y notas. En el 90, nueva corrección, están
acabadas. Y ahora enviaban en adjuntos cubier-
tas y libro. El Provincial de Centro América, P.
Jesús M. Sariego, entregó un ejemplar de orde-
nador a la UCA un año antes; y ahora, 2011, a
los 40 de la muerte de Ángel, se presenta el li-
bro: el 5 de agosto, la fecha “de cuando el Ángel
astronauta despegó su vuelo”.

24
Jesús Mari, sobrino de Ángel le tuvo en su casa de Madrid en 1970 y se fue a Managua el 71,
cuando le avisaron. Ángel se recuperó y pudo ser llevado a la UCA. Otro día, se despedía de Jesús
Mari. Por el Hospital pasaron muchos. María Lourdes Pallais Debayle, hija de Margarita Debayle,
escribe a su sobrino José Argüello, 7.10.11: “Fui gran amiga y admiradora del Padre Angelito, como
le llamábamos cariñosamente, tuve la dicha de acompañarlo en su lecho a la hora de su muerte,
muerte iluminada que nunca olvidaré. De repente me avisaron que se estaba muriendo... En el mo-

De izq. a dcha: Luis Rocha, Claribel Alegría, Jesús Mari Martínez (sobrino de Ángel),
Mayra Luz Pérez Díaz, (Rectora), Ernesto Cardenal, Lic. Jorge Alvarado.
mento en que entramos noté su alegría... Era difícil pensar que se estaba muriendo, porque en esa
sala había tanta vida y como un gozo extraño, lleno de Paz y de Luz. Entre poetas, amigos y escrito-
res que se reían y hacían bromas, y entre lágrimas y risas, de repente dejó de hablar. Yo creo que fue
un santo, se fue sencillamente así, sin bulla, pero cantando fuertemente Aleluya!”
Ángel, parecía volver de nuevo para su fiesta, los 40 años de su vuelo sin fin, su Río hasta el
fin. Una fiesta alegrísima. En el Auditorio Gorostiaga, el local mayor de la UCA. Presidían y habla-
ron: Jorge Alvarado, promotor; Ernesto Cardenal –alumno de Ángel en su Granada natal-; Luis Ro-
cha y Claribel; en el centro el sobrino de Ángel Jesús Mari, que emocionó al público, y la Doctora y
Rectora de la UCA, Mayra Luz Pérez Díaz. Jorge venía dando un seminario “Introducción al pen-
samiento poético de Ángel Martínez Baigorri” a sus alumnos de Filosofía, III, se adherían otros. Les
repartió el prólogo a las Poesías CC, ed. del Gobierno de Navarra, I, 1999 –centenario del nacimien-
to de Ángel en Lodosa-; y II, 2000. Y la presentación por Pilar Aizpún. Ahora les pude enviar Poesía
de Ángel, la tesis doctoral, en la U.N.A.M., México, 1972, del ejemplar de su autora María C. de An-
dueza. Y un artículo extenso que salió en Letras de Deusto, “Poética teológica de Ángel M. B.”, que

25
titulé: “El Ángel y la Palabra”. Jorge me informa de lo que hacen los alumnos, trabajos y poesía. Vi-
nieron cartas del P. Provincial y de la Rectora de la UCA. Otros muchos tomaban parte en esa “vuel-
ta del Ángel”, como decía Jorge. Julio Valle-Castillo, amigo de Ángel hace su retrato en las guardas
del libro, y acude a un “conversatorio” con alumnos y Claribel Alegría. Fernando Silva no podía asis-
tir por salud, Jorge fue a filmarle, en casa, con Luis Rocha. El diálogo se visionó ese “Vuelo al ali-
món sobre el Ángel de la poesía nicaragüense” –Rocha-. Es una conversación de “compadres”. Fer-
nando, le dice Rocha, tú has sido el pediatra de los niños de los poetas y el pediatra gratuito de los
pobres. Rocha llevó a Ángel a un pueblo, Los Platos para que le bautizara su hijo mayor; allí con la
una hoja grande de guagüita lo bautizó. Silva recuerda que hacia sus 14 años vio llegar a un sacerdote
a El Castillo, junto al Río San Juan, donde vivía su padre, El Comandante. En otro viaje del Padre,
vio llegar a un policía con un pobre hombre, atado. El P. Ángel se acercó al policía y le rogó: Este
hombre esta noche dormirá en mi cama; él se lo concedió. Al alba se fueron. Al almuerzo llega una
mujer: Padrecito, yo soy la Matilde; aquel hombre, nos dijo al marcharse que le dijéramos: “He sido
muy malo, he hecho cosas muy horribles, pero, vea, en mi vida ha habido una persona que me hizo
bien”. Silva recuerda cómo, al salir del agua, otra vez, tenía enfrente, sobre la barca, ¡a un ángel!: el P.
Ángel con su sotanita blanca. Y, en fin, dice Silva, un día el Padre tomó agua en las manos y me bau-
tizó: “Fernando Silva: yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”; en el
video Fernando, mientras lo dice, se lleva las manos a la cabeza indicando el agua.
Jorge escribe correos que transmiten lo que sucede. El 15.07.11 dice: “Ya envié por e-mail a
los estudiantes del seminario el tomo 3 de las PC y ayer entregué a cada uno y una su ejemplar de

Auditorio Xavier Gorostiaga de la UCA durante el acto.

26
“Con el Hijo del Hombre: Las Cartas”. Han aplaudido y pateado el suelo de lo lindo, como en las
viejas aulas universitarias. Luego seguimos analizando “Ángel en el país del águila”, pero las manos y
los ojos se les iban al libro y se quedaban entre sus hojas con los aromas de la tinta, la cola y el papel.
Y yo muy serio “dictando cátedra”, pero viéndolos de soslayo y haciendo esfuerzos ímprobos para
no soltar la risa y ponerme a aplaudir y patear con ellos. Hoy he repartido unos doscientos ejempla-
res a profesores, directivos y trabajadores de la UCA y me he sentido dando la comunión. Muchos
de ellos sabían de Ángel solo de oídas. La Rectora me llamó a su oficina para interesarse y aportar
ideas en cada una de las actividades de la conmemoración. Ernesto Cardenal encontró una segunda
errata en una de sus cartas: con ayuda de del Padre...” (p. 176, línea 8). Pero reía, como diciendo “te
pillé”, sabiendo mis manías de perfeccionismo editorial. (Le ayudé a corregir su inmenso “Cántico
cósmico” hace veinte años”). En otro correo habla de su vida; en otro me pide que Jesús Mari les
lleve un ejemplar de mi traducción de la Vita Christi de Ludolfo de Sajonia, (Monumenta y Comillas).
Otro día, cuenta que ha tenido mesa y misa en el Colegio Centroamericano, en los 50 años de orde-
nación de un Padre; después de la concelebración, ya al final de la comida, él entregó el libro a cada
uno de los 25 jesuitas comensales, jóvenes y mayores. “El Superior les habló de Ángel y del libro. Al
final aplausos, vivas, recuerdos compartidos de quienes conocieron a Ángel de carne y hueso y de
quienes sólo conocemos su vuelo”. El 20.07.11, presenta a su amigo, José Argüello, así: “Yo creo
que es Alguien Sorprendente quien nos está poniendo estas cosas en las manos. Fue él, José Argüe-
llo quien conservó el recorte de La Prensa con el “Informe de misión cumplida” del P. Emilio, y lo
compartió conmigo ayer, cuando fui a su casa para llevarle cuatro ejemplares de “Las Cartas”. José
es un teólogo seglar, director de la organización llamada “Teyocoyani” (un nombre de Dios en ná-
huatl, “Formador de Hombres”), dedicada a la pastoral campesina en el interior del país y muy apre-
ciada por los Obispos. (Yo estoy en la junta directiva de esa organización)”(...) “José conoció a Án-
gel, añade, cuando tenía 15 años y Ángel vino al funeral de su tía Gloria, alma finísima muy cercana a
Ángel; pues bien, en aquella misa de difuntos, Ángel habló de Resurrección y de Luz Eterna y sus
palabras fueron realmente iluminación para José y decisivas en su vocación (luego hizo filosofía y
teología en Alemania, en Tubinga). Cuando Ángel estaba para morir, José lo visitaba; una vez Ángel
tomó la mano de José, la colocó sobre su pecho y le dijo: “Tú no fuiste mi alumno pero te reconoz-
co como mi discípulo” Por eso este libro de Las Cartas ha sido para José un tesoro maravilloso”... El
29 de julio Jorge escribe que “los aires son muy auspiciosos, quiero decir que el Espíritu, que sopla
donde quiere y no sabemos nunca a donde va, cada día nos lleva de milagro en milagro... Por ejem-
plo aparecen de improviso un informe del P. Emilio, un soneto de Carlos Martínez Rivas sobre Án-
gel, un poema resplandeciente de puro Ángel (“Luz habitada”) [Rocha]”.
José Coronel Urtecho, lo cita Rocha en el video, tiene una frase que le llama la atención:
“Nunca he leído poesía con tanta eternidad como la suya”, 1970, c. 32. Sus cartas, a Ángel son 21.
En esta le dice: “Queridísimo Pater, / Gran gozo tuve de saber que usted andaba por España. Sé lo
que le enriquecen (y por lo tanto a nosotros) esos viajes suyos. Su poesía, entre tantas cosas, es tam-
bién una especie de itinerario. La verdad es que todo lo suyo, todo usted (usted todo) está en su poe-
sía. Uno siente que su poesía es ya usted mismo - su inmortalidad misma. Por eso recibir un poema
o poemas suyos, es recibirlo a usted en su totalidad. Porque también (para mí, por lo menos, y creo
que para cualquiera) un poema suyo es todos sus poemas juntos. No le voy a decir todo lo que se me
ocurre pensando en sus poemas. Sólo una cosa le voy a decir de los últimos poemas que me ha en-

27
viado - y no sólo de ellos, sino que leyéndolos lo pensé: Nunca he leido ninguna poesía con tanta eternidad
como la suya. De esto escribiré, creo que pronto. Envíeme lo demás que escribió en su viaje. Abrazos
de todos aquí / José Coronel Urtecho”.
El poema de Carlos Martínez Rivas a Ángel, que un alumno del seminario de Jorge encontró;
está publicado en Poesía reunida de C. M. R., 613 pp., llenas, manejable, introducción y notas de Pablo
Centeno-Gómez, Anama, Ediciones Centroamericanas, 2007; José lo envió después con otros libros.
Al autor de La insurrección solitaria, México, 1953, su revelación de juventud, y otros libros, le vemos
ahora en su enorme Allegro Irato, un texto mayor de la poesía del XX en español. José envió copia
mejor del poema aludido, escrito a máquina y dedicado a mano por Carlos M. R.; y subraya la impor-
tancia de la dedicatoria, declaración de fe de Carlos en la resurrección. Dice el poema: “SEM-
BLANZA E INMORTALIDAD, / en agua, mar y sueño nicaragüenses, / de ÁNGEL MARTÍ-
NEZ BAIGORRI, S. J. / (1941-1971-1991) // CALADO hasta los huesos de poesía, / lo azul se
azula en el azul: tus ojos. / Miembros que te soportan son despojos; / no cuerpo que te hospede en
demasía. // La llama de amor viva que te hería / de continuo, mostraba, en su sonrojo, / ser de ace-
ro viril templado al rojo / blanco. –que ante Satán prevalecía. // Por no extrañas Isletas, vulnerado
// ciervo vadeaste la espejeante agua // “bañándome en el río y en la aurora”. // Tu demolido cuar-
to, reentramado / con fábrica de sueño, en Nicaragua, / si ruina fue, es Monumento ahora. 1º de
Agosto 1991. / Altamira D’Este, 2!! stops, casa nº 8 [En nica vadeaste, espejeante, reentramado son
diptongo: 3, 4, 4 sílabas. La dedicatoria, a mano, dice:] A Alfonso Calleja Deshón, mi amigo, quien
una vez, por incitación del Padre Ángel, escribió una “semblanza” del autor del SONETO presente.
{Lo dedica y firma.] Carlos Martínez Rivas. 5 de agosto 1991 / a 20 años de la muerte y resurrección
in Xto., de Ángel [subrayado]. [Alfonso Calleja es el suegro de José Argüello, el padre de Patricia].
En un correo de Rocha, 29 de julio, llega copia el dorso de una foto de Ángel diciendo misa
–portada del libro-; es la dedicatoria del Dr. Gutiérrez que hizo la foto y al dorso escribió: “Para mi
querido Luis, la foto más transparente del P. Ángel, quien momentos antes de convertirse en espíritu
me dijo: “Juan Ignacio, no me voy, estoy entrando”.
Ángel fue Ángel de Granada, México, El Paso, (“Ángel en el País del Águila”), de Managua
al fin; también en sus cartas sale fuera. Los primeros ejemplares recién hechos los envía Jorge al
stand de nuestra Universidad Landívar en la Feria del libro de Guatemala. Y mucho después, ya el 21
de marzo de 2012, me llega un sorprendente correo, de Víctor Valembois, belga, en Costa Rica, a
José Argüello, que le entregó un ejemplar de las Cartas poco antes en Managua Le dice a José, que
reenvía el texto: “Terminé de leer las cartas de/a Ángel Martínez: ¡¡¡vieras cómo tengo el libro subra-
yado!!!, a veces por lo poético, a veces por una profundidad espiritual, a veces por el comentarista
genial, a veces por lo belga: esto último, ocurre cantidad de veces..., y él se refiere a su consagración
como sacerdote en Bélgica y alude al colegio de jesuitas en Tournai, entre otros, donde estudió mi
padre, unos pocos años antes... Es gente absolutamente superior, por su formación sus tres idiomas
clásicos, su huella en los poetas granadinos... y en un tal José Argüello... Ya no hay gente así. / Vic-
tor”.
Hay mucho que decir sobre Ángel, y sobre la honda la huella que deja su paso, pero hay que
acabar. Es gratificante y gratuita alegría, “alegría alegrísima” diría Cardenal, haber seguido el milagro,
este paso de Dios por Nicaragua, o como dice Jorge “la vuelta del Ángel”. Muy bien la frase de Ro-

28
cha: “la gracia de Dios de este año de Ángel”. Los que conocen a Ángel, sienten su verso más citado:
“Se siente el vuelo y no se ven las alas”.
La presentación que hace arriba Jorge Alvarado de José Argüello Lacayo basta para ver lo ín-
timamente unido que está lo que sigue a lo anterior, pues José recibe su vocación de Ángel Martínez
Baigorri, cuando está para morir, y toma su mano, la coloca sobre su corazón, y le dice: “No has si-
do mi alumno, pero te recibo como mi discípulo”. José recortó de La Prensa, 1974, -y lo entregó a
Jorge- el “Informe de misión cumplida”: qué se había hecho, qué se quería hacer –publicar las Poesí-
as y las Cartas-, qué materiales guardaba el archivo para otros. Ya lo estaba haciendo José, preparan-
do con Julio Valle-Castillo las Poesías Completas del gran poeta y sacerdote Azarías H. Pallais. José
encuentra manuscritos de Ángel sobre él. Pallais era tío bisabuelo suyo; trabaja sobre él por motivos
intelectuales, artísticos y mucho más; la vida de Pallais es modelo de vida para él. Ahora consultaba
sobre escritos de Ángel difíciles de in-
terpretar; ahí se inició el diálogo. Escri-
be, 12.09.11: “Con gran alegría he reci-
bido su último mensaje, al que no pude
responder antes por hallarme en Estelí,
a causa de mi trabajo. En mi interior
seguía sin embargo absorto en Ángel, y
cuando contemplé los bellos paisajes del
norte de Nicaragua no pude sino sen-
tirme poeta yo mismo y maravillarme.
Por eso dice Ángel en sus Cartas: Son
poetas todos los que me aman. Leo cada vez
que puedo sus Cartas y me deleito con
ellas y las de sus amigos poetas. ¡Qué
bueno que las haya finalmente publica- Portada de la Univerisdad Cntroamaericana en
do!” Me pide dirección postal y envía Managua
libros: su vida de Pallais: Un pobre de Je-
sús. El poeta de las palabras evangelizadas, (Fundación Calmecac 2000, Managua, 501 pp.); Palabras evange-
lizadas. Prosas, Hispamer, 2009; La voz de Azarías H. Pallais, antología, Caminos, de Pallais, Managua
2009; una antología de Carlos Martínez Rivas, Como toca un ciego ensueño, ed. de Pablo Centeno-
Gómez para el “Festival Poético Internacional de Granada” sobre Carlos, 2012; la “antología místi-
ca”, Que voy de vuelo, de Ernesto Cardenal, que viene dedicada –su hermosa letra sobre el azul de las
guardas-. Caminar con los Padres de la Iglesia, de su Equipo Teyocoyani, Managua, 1ª 2006, 2ª 2009, pró-
logo de Mons. David Zywiec, Bilwi, Región Atlántica Norte, la zona donde dan los cursos. En un
correo, intenso, añade: “Desde niño, a mis 15 años, vi a Ángel y sigo viéndolo inmenso al leer hoy
este poema. / La ceguera del mundo es grande al no verlo, siendo tan grande como es” (24.12.11).
Desde sus cursos a los campesinos de la zona más alejada y descuidada de Nicaragua, al NE
del lago Cocibolca, informa: “He impartido un curso de liturgia a 50 líderes laicos (la otra cara de mi
trabajo, la de la formación teológica de nuestros delegados de la Palabra en comunidades rurales). /
Han sido días intensamente calurosos, repletos de incomodidades, pero de una intensa satisfacción
espiritual” (30,09,11). Y también: ...”a pesar de todos los reveses trabajamos por una Nicaragua con

29
ética y espiritualidad. Le compartía... el informe que nuestro equipo Tetocoyani, al cual pertenezco,
se presentó recientemente al Obispo de Chontales y Río San Juan sobre nuestro trabajo de forma-
ción en esa región. Y cita una frase de Ángel a su amigo Lucas en 1937: “Qué buena gente es ésta.
Su único pecado o casi único es el que no tienen quién les atienda y se interese de veras por ellos”
(13, nov., 11). Pero ahí es ya el umbral de su misión; ellos, y él detrás; la despliegan en lo que llaman
Informe Narrativo de cada curso. El lector interesado puede pedir, en PDF, el de 2010 o el de 2011 a la
página web del Equipo Tetocoyani: www.teyocoyani.org

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DE NUESTROS LECTORES

Subject: Temas Nicaragüenses No. 50 sobre Sandino


Date: Tue, 24 Jul 2012 17:36:08 -0400
From: Michael Schroeder <msinpa@gmail.com>
To: jmejial@yahoo.com

Le escribo para expresar mi agradecimiento por su excelente revista, Temas Nicaragüenses.


Estuve especialmente encantado de ver en el número 50 su análisis de la guerra militar entre Sandino
y EDSN y los Marinos del EE.UU. & La Guardias Nacional, en lo que se hace uso extensivo de la
"Lista Oficial de Contactos" ubicado en mi sitio web, www.SandinoRebellion.com. Esto parece ma-
ravilloso a mi! Como usted sabe, uno de los objetivos principales del website es volver a los nicara-
güenses una parte sumamente importante de su propia historia, por lo que es especialmente gratifi-
cante ver a un erudito nicaragüense usar este material de una manera rigorosa y creativa para plantear
nuevas preguntas y llegar a nuevas conclusiones sobre la historia de su país. Gracias también por dar
el debido crédito al website y compartir mi información de contacto.
Tengo solamente una pequeña sugerencia, que también se da crédito al mapa que aparece
en la página 126, que he creado hace unos 15 años con una pluma de punta fina y frotar-en las letras
(en la época pre-digital de la cartografía!). Gracias.
También escribo para preguntar si la revista Temas Nicaragüenses quizás podría interesado en
publicar una traducción al español de mi artículo de la revista de 2007, sobre la Guerra Aérea en Ni-
caragua entre 1927 y 1933 (publicado en Inglés en la International History Review, aquí:
http://www.sandinorebellion.com/mjs/MJS-AirWarInNicaragua-IHR-Sept07.pdf ) Ya tengo una
traducción buena del artículo. Gracias por considerarlo.
Y mientras tanto, por favor acepte mis más sinceras felicitaciones por su revista maravillosa,
y mi agradecimiento por poner de relieve mi proyecto del website sobre la rebelión de Sandino.

Michael Schroeder
Lebanon Valley College
Annville PA

Subject: Diccionario Etnolingüístico y Guía Bibliográfica de los Pueblos Indígenas Sudamericanos


Date: Fri, 3 Aug 2012 16:48:22 +0000
From: Fabre Alain <alain.fabre@tut.fi>
To: Jose T. Mejia <jmejial@yahoo.com>

31
Le agradezco mucho el envío. Gracias a Usted, pude conocer a su excelente revista, que no
conocía. Estoy aprovechando algunos días libres, que me permitieron entrar las nuevas referencias
bibliográficas que encontré en su revista. Después tendré que revisar mi texto para evitar contradic-
ciones. Ello me dio la ocasión de ver otras cosas apasionantes en su revista - entre otras lecturas so-
bre Rubén Darío y otros temas de su país. Le felicito por el rico panorama cultural que Usted ofrece
al público. Es también una muy buena idea publicar traducciones de autores como Lehmann y Brin-
ton y sacar materiales de archivos. De todos modos, le enviaré las nuevas versiones antes de poner-
las en la red, para que vea si no he interpretado mal algunas cosas.

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32
RECTIFICACIÓN

En la edición No. 50 de la revista de Temas Nicaragüenses publicamos un artículo de José


Mejía Lacayo titulado Encuentros Militares durante la Guerra del Gral. Sandino, 1927-1932, en los que in-
cluimos el siguiente mapa, sin dar crédito a su autor. El mapa fue creado por Michael Schroeder
hace 15 años, haciendo el dibujo con una plumilla fina y aplicando las leyendas del mapa con letras
de frotar (rub-on letters), disponibles en muchas tiendas de varios países. Este es el mapa dibujado
por el Dr. Michael Schroeder en una época cuando no había cartografía digital..

Michael J. Schroeder, Assistant Professor of History, B.A., University of Minne-


sota, 1987; Ph.D., University of Michigan, 1993. Enseña el “Mundo Atlántico
desde el año 1500”, se centra en América Latina y los Estados Unidos desde la
era de la revolución. Es un historiador social, cultural y político cuya investiga-
ción se centra en el siglo XX, Nicaragua, es co-autor del libro de texto universita-
rio The Twentieth Century and Beyond (McGraw-Hill, 2007) y autor de numerosos
artículos académicos y capítulos de su área de especialización. Teléfono: 717-867-6356; Correo elec-
trónico: msinpa@gmail.com

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33
DEL ESCRITORIO DEL EDITOR

La Portada de Ángel, un Testimonio Personal

Reseña bibliográfica: Mejía Lacayo, José, La Portada de Ángel, un Testimonio Personal, Revista de
Temas Nicaragüenses 53: 34-35, Septiembre 2012.

El halo de Ángel Martínez Baigorri (1899-1971) se sentía en mis años de estudiante en el Co-
legio Centroamérica de Granada, aunque no recuerdo haberle visto personalmente porque el padre
Ángel pasó mis años de estudiante en el Centroamérica fuera de Nicaragua: en California (1947-
1948), más cuatro años en El Salvador, y en México. Fue en la Universidad Iberoamericana, enton-
ces en el sitio de Zaragoza, Avenida Miguel Ángel de Quevedo o Taxqueña, Distrito Federal donde
le conocí.
Yo estudiaba ingeniería y también escribía poemas, malos poemas aunque el Padre Ángel no
me lo dijo directamente después de leerlos. Sí me dio algunos consejos, que él mismo admitió des-
pués eran para que desistiera de escribir. Persistí y seguí sus consejos lo mejor que puede, y regresé
con mis versos para una segunda evaluación. Esta vez me alentó a continuar escribiendo y hasta lle-
gó a llamarme “poeta” en varias ocasiones, incluso cuando le pedí que oficiara mi matrimonio, ya
para entonces el Padre Ángel estaba en Managua, en la UCA.
En Zaragoza se albergaba la incipiente Universidad Iberoamericana; era apenas una propie-
dad que ocupaba toda una manzana, con un amplio jardín central y una fuente modesta al centro.
Las aulas eran pequeñas porque eran pocos los alumnos. El padre Ángel, entonces recién operado
del estómago, solía comer pequeñas porciones
en la cafetería de la Universidad donde departía
con los estudiantes de literatura, más quien es-
cribe y algunos amigos. El Padre Ángel siempre
tuvo una sonrisa para todos; una personalidad
atractiva y fácil de relacionarse con todos. Sus
fotos al lado de Bogart y McLane me recuerdan
esas conversaciones en la Cafetería por el con-
trate; solo que en la Cafetería de la Universidad
se sentía a gusto, en su medio. En Hollywood la
mirada del Padre Ángel está ausente, mira la
cámara sin integrarse a los artistas. En la cafete-
ría de Zaragoza el Padre Ángel se sentía en su Con Bogart y otros artistas
medio, nos dedicaba su atención y sus sonrisas.
Dejé los versos y me concentré en la música de mis ecuaciones matemáticas. Estoy seguro el
padre Ángel comprenderá el camino que tomé en la encrucijada. Ya ambos en Managua, le presenté 

34
a mi novia, hoy mi esposa en los patios de la UCA porque quería que el oficiara mi matrimonio. No
fue posible por no recuerdo que impedimento parroquial.
Al morir el amigo jesuita del Padre Ángel en la Universidad Iberoamericana, asistí a un acto
en honor del difunto. Allí el Padre Ángel tomó el micrófono y pidió al público que le sugiriera un
tema. La improvisación que hizo el Padre Ángel me impresionó tanto que he enseñado a mis hijos
que solo he tenido la oportunidad de tratar a un genio en mi vida, Ángel Martínez Baigorri. Y con-
servo su libro de poesías porque para mí es la presencia continuada del padre Ángel en mi hogar.
Mi esposa fue quien me informó que el padre Ángel estaba en el hospital, ya en su lecho de
muerte. Pensé en despedirme de él yendo al hospital. No lo hice a tiempo porque el Ángel nos dejó
antes de que yo fuera al hospital.
Hoy, gracias a la iniciativa de Víctor Valembois, y sobre todo del Padre Emilio del Río Mae-
so S.J. es que “revisito” mis recuerdos del padre Ángel que quiero compartir con ustedes.

A la izquierda departiendo con sus amigos poetas en Toledo; a la derecha con su


mirada ausente al lado de Margarita Debayle. 

Ángel sonriente y Ángel pensativo

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35
MOVIMIENTO MUNDIAL DARIANO

Rubén Darío y el mes de Septiembre


Héctor Darío Pastora
“Yo he luchado y he vivido, no por los gobiernos, sino por la Patria”
Rubén Darío, en su memorable discurso en León, Nic. 1907)

Reseña bibliográfica: Pastora, Héctor Darío, Rubén Darío y el mes de Septiembre, Revista de Temas
Nicaragüenses 53: 36, Septiembre 2012.

Los grandes acontecimientos de la historia de Nicaragua desde su


descubrimiento, época colonial e independiente, se registran en el mes de
Septiembre, dedicado por decreto oficial a exaltar los valores de la liber-
tad, soberanía, democracia y para rendir homenaje cívico a los próceres,
héroes y forjadores de la nacionalidad. Celebramos el 191 aniversario de
la independencia y 156 de la Batalla de San Jacinto, memorables aconte-
cimientos de la historia de su Nicaragua natal, a los que se refirió el Poeta
en su vasta obra literaria. En su libro El Viaje a Nicaragua (1909) escribe:
“Ya en los albores de la independencia se destaca en Nicaragua una figura
prestigiosa: la de Larreynaga”. El Prócer Miguel Larreynaga nació en León el 29 de Septiembre de
1771. Y en la revista Mundial Magazine, Paris, No. 21, de Enero de 1913, de la que era su director
literario escribió:“ Nicaragua tiene, como página principal de su historia, la segunda independencia,
cuando se vio libre de la ocupación del filibustero yanqui William Walker, con el apoyo de las repu-
blicas hermanas, especialmente de Costa Rica.” Darío, consagrado con “Azul” es el Poeta y perio-
dista de la unidad de Centroamérica, así lo testimonian los periódicos unionistas que fundara en El
Salvador, “La Unión” 7 de Noviembre de 1889 y “El Correo de la Tarde” Guatemala, 8 de Diciem-
bre de 1890. Sus Odas a la Unión Centroamericana y editoriales: “Venimos de buena fe a poner
nuestras ideas al servicio de la gran causa nuestra de la unidad de Centroamérica” legado y asigna-
ción aun pendiente. En su vida cosmopolita siempre vislumbro un futuro glorioso para su Patria. “A
través de las pagina fatales de la historia/nuestra tierra está hecha de vigor y de gloria,/nuestra tierra
está hecha para la humanidad”.
Miami, Sept. 2012

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ENSAYOS
Léxico Modernista en los Versos de Azul...
(Quinta Entrega)

Eduardo Zepeda-Henríquez
Correspondiente de las Reales Academias
Española y de la Historia
quetibus@hotmail.com

Reseña bibliográfica: Zepeda-Henríquez, Eduardo, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 37-40, Sep-
tiembre 2012.

BACANTE

En “J.J. Palma, vv. 11 y 12 (“ni es la bacante loca que canta y que delira, / en el amor fogo-
sa, y en el placer triunfal”), y en “Parodi”, v. 9 (“Los gritos de su carne son gritos de bacante”). Esta
voz culta, de origen latino, fue incorporada a nuestra lengua al finalizar el s. XVI, y, sin embargo, no
la recoge el Dicc. de Aut. (1726). Hay bacantes en la “soledad Primera”, de Góngora: “El silencio
buscaba / De aquellas que en la sierra dió bacantes, / Ya que ninfas las niega ser errantes. “También
hay bacantes en la “Epístola a Horacio”, de Menéndez Pelayo: “Y el júbilo feroz con que en las cum-
bres / Del Citerón, en la ruidosa noche, / Su leve tirso la Bacante agita.” Y hay bacantes en “Inés de
las Sierras” (Emaux et camées), del maestro Gautier: “Elle danse, morne bacchante…” Y las hay tam-
bién en Moréas (“Galatée”, vv. 70 y 71, de Le pèlerin passioné): “Telle la bacchante de Thrace sait
s´étendre / D’audace barbelée, Corinne.” Las bacantes, en Roma, eran equivalentes a las ménades grie-
gas (de mainas, que significa inspirada, arrebatada, frenética o furiosa), y a las cuales se suele confundir
con esas divinidades infernales que son las Erinias o Euménides y, entre los latinos, las Furias. En
Grecia, también pertenecían a cierta clase de bacantes las dionisiadas; que así se llamaron las once vír-
genes espartanas que, de modo peculiar, celebraban las fiestas de Dionisos. Ahora bien, las primiti-
vas bacantes, doncellas de encendidas pupilas y con los cabellos sueltos y desordenados (que luego las
matronas romanas juzgarían como señal de descoco), fueron aquellas ninfas que criaron al dios de la
vitalidad y, asimismo, las otras que le acompañaron en su peregrinaje victorioso por las indias orien-
tales. Eran sacerdotisas del culto báquico o, por extensión, todas las mujeres que participaban en las
bacanales. Se las representaba mostrando su desnudez bajo un ligero velo; portando las insignias de
Dionisos o Baco, y con todos los caracteres que aparecen en la descripción que Esquilo puso en
labios del propio dios: “Tebas es la primera ciudad en tierra helénica que ha acudido a mi llama-
miento, dando alaridos, cubiertos sus habitantes con una piel de ciervo y llevando en sus manos el
tirso, dardo adornado de hiedra, porque las hermanas de mi madre, por su interés particular, nega-
ban que yo, Dionysos, fuese hijo de Zeus… Así es que yo, inspirándoles mis furores, las he obligado
a abandonar su residencia, y delirantes habitan en el monte, adornadas con mis sagradas insignias…

37
Así, ¡oh mujeres!, mis amigas, que dejasteis el Tmolo, baluarte de Lidia, y desde las naciones bárba-
ras habéis sido mis compañeras y auxiliares en la larga peregrinación, levantad los tímpanos usados
entre los frigios, invención mía y de la madre Rea, y encaminándoos al regio palacio de Penteo, to-
cad a vista y presencia de la ciudad de Cadmo. Yo danzaré también en los coros de las bacantes, di-
rigiéndome ahora a las alturas del Citerón, en donde se hallan.” “Andad bacanates; andad bacantes,
delicias del Tmolo, que arrastra el oro, cantad a Dionysos, celebrad al dios con los tambores sono-
ros, gritando Evoe con gritos y clamores frigios, cuando la flauta de dulce sonido toca las sagradas
danzas que celebran corriendo en el monte, en el monte” (Las Bacantes, edic. de la Universidad Na-
cional de México, 1921; pp. 188-191). Por su parte, Darío llegó, en Prosas Profanas, al punto de ma-
yor intensidad en su evocación del tropel o del coro de bacantes rituales, lujuriosas y ebrias: “Y el dios
de piedra se despierte y cante / la gloria de los tirsos florecientes / en el gesto ritual de la bacan-
te…” (“Divagación”, vv. 9-11, en P. P.) “Ya en un tropel de bacantes modernas / el que despierta
las locas lujurias…” (“Pórtico”, vv. 129 y 130, en P. P.) “Lírica procesión que al viento esparce / los
cánticos rituales de Dionisio, / el evohé de las triunfales fiestas…/ (…) y el vivo són de músicas
sonoras / que anima el coro de bacantes ebrias” (“Friso, vv. 29-35, en P. P.). Y conste que estos
últimos versos fueron transcritos por Adolfo Bonilla y San Martín en su obra Las bacantes o del Origen
del Teatro (Madrid, Ribadeneyra, 1921), así como el mismo crítico había citado, en el t.I de su Historia
de la Filosofía Española (Madrid, Victoriano Suárez, 1906), un fragmento de la “Salutación del Opti-
mista”. (Véase nuestra nota a Pampanos.)

BAOBAB

En “Estival”, I, vv. 86-88 (“…ni al membrudo / hipopótamo al lomo corpulento, / quien


bajo los ramajes del copudo / baobab, ruje al viento”). El nombre del baobab (“Adansonia digitata”),
adoptado por nuestros botánicos, se incorporó poco después a la lengua literaria en español, el año
1887, por obra y gracia de Rubén Darío. Todavía en el 3er. cuarto del s. XIX, solía decirse en caste-
llano baobal, para designar ese árbol bombacáceo, propio del África Tropical y de la misma familia
que la ceiba americana; “copudo” -como lo describe muy bien Rubén-, pues sus ramas se aproximan
a los 20 m. de largo, y con grandes flores blancas y frutos acidulares en forma de cápsula. Natural-
mente, el término es también de procedencia africana, y, aunque su integración en la lengua francesa
-lo mismo que la inglesa- sea posterior a 1844, Rubén lo tomó seguramente del francés, en el cual
siempre se escribió baobab, como él lo puso en “Estival”, y no baobal . Darío da a entender que es
corriente que tal árbol crezca junto a los ríos, porque sitúa, precisamente, a un hipopótamo a la
sombra de su ramaje. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que los tratadistas han calculado que el
tronco de este árbol contiene cinco mil litros de agua; amén de que la corteza fibrosa del mismo si-
gue proporcionando hoy los filamentos para elaborar cuerdas y otras obras artesanales trenzadas o
tejidas. Cfr. Hugh Johnson: El Bosque, ed. de Barcelona, 1987 pp. 95 y 208.

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BÓREAS

En “Salvador Díaz Mirón”, vv. 9 y 10 (“Lo que suena en tu lira lejos resuena, / como cuan-
do habla el bóreas, o cuando truena”). Nombre de origen griego (“boréas”) que se da al viento del
norte, y que tiene dos dimensiones, ambas de índole culta: la mitológica y la científica. En efecto, de
una y otra se ha nutrido el lenguaje poético. Y también lo ha hecho de los derivados del nombre en
cuestión, como boreal e hiperbóreo. El Bóreas mítico tenía culto en el Atica, a orillas del Iliso, así como
en Megalópolis y en el templo octogonal de Atenas consagrado a los vientos. Se lo representaba casi
siempre como alas; en ocasiones, como un niño alado, calzando sandalias y cubriéndose la cabeza
con un manto, y, alguna vez, incluso transformado en caballo. Ovidio (Metamorph; VI; 6) nos habló
del “furor que le era tan natural”, a propósito del rapto de la princesa Oritia cometido por el mismo
Bóreas. Y añade Ovidio: “La violencia con que llevó a cabo su conquista aumentó su pasión.” Es
más, la ninfa Pitis, a causa de despreciar el amor de Bóreas, fue despeñada por éste; pero, convertida
en pino por la Tierra, que se compadeció de ella, sigue gimiendo al soplar el viento del norte. El
nombre de Bóreas nos llegó, a través del latín en el 2º cuarto del s XV. Cervantes lo empleó una sola
vez (El viaje del Parnaso, VI, 10 vto.): “Ni menos a la tierra trae rendidos / Los altos Cedros, Bóreas,
cuando ayrado / Quiere humillar los más fortalecidos”. Sin embargo, en el mismo Cervantes no se
encuentra el adjetivo boreal. Este, de uso principalmente científico (“hemisferio boreal”, “aurora bo-
real”…), sí está en Darío, en su poema de madurez “Al Rey Oscar”: “Que a los reinos boreales el
patrio viento lleve / otra rosa de sangre y de luz españolas…” Y tal derivado de Bóreas puede leerse
también en autores muy cultos como Góngora y Menéndez Pelayo. “Restituyen el día / A un geri-
falte, boreal arpía…” (Góngora, “Soledad Segunda”); “Por eso es hoy más íntima y solemne / La
voz de las tormentas boreales…” (Menéndez, “La Galerna del Sábado de Gloria”). En el mismo
Don Marcelino se encuentra hiperbóreo, tan usado por los mitólogos, como sobrenombre de Apolo, y
para calificar a regiones situadas más allá del Bóreas y a los pobladores de éstas (ya se sabe que, en
griego, el elemento compositivo “hyper” significa más allá). “¡Lejos de mí las nieblas hiperbóreas!”,
exclamaba el autor de la “Epístola a Horacio”, proclamando así, de modo juvenil, su fervor latino.
Darío, a su vez, usa el mismo adjetivo con diferente propósito (“Pórtico”, vv. 101 y 102, en P. P.):
“y cual labrada en un bloque hiperbóreo, / Venus, enfrente de un triunfo de Baco.” Y, en fin, un
nuevo empleo rubeniano de Bóreas es éste de “árbol feliz”, en el C.E.: “Árbol feliz, el roble, rey en
su selva fragante, / y cuyas ramas altísimas respetó el rudo Bóreas…” (vv. 1 y 2) Véase también el
encabezamiento Aquilón y Céfiro, en este vocabulario crítico.

BÚFALOS AMERICANOS

En “Salvador Díaz Mirón”, vv. 7 y 8 (“ven tus rudas estrofas jamás esclavas, / como un tropel de
búfalos americanos”). Por supuesto, los búfalos que dice Darío no son los cervantinos (Los Baños de
Argel, v, 65 vto., y El Vizcaíno Fingido, V. 241 vto.), o los de Alonso de Castillo Solórzano (Donaires
del Parnaso, II, 58); sino los de Norteamérica, que pertenecen a una variedad de bisonte y que están
llamados a extinguirse. Sin embargo, el nombre de búfalo (“bufălus” o “bubălus”) fue aplicado origi-

39
nariamente a especies del bóvido salvaje natural de Asia o de África, el cual se asemeja al toro. Se
trata de una palabra que data, en castellano, de finales del s. XIII; palabra coetánea, por tanto, de la
Crónica General (Cfr. la edic. más reciente de Menéndez Pidal, 1955, 2 tomos). Ahora bien, el búfalo,
en el soneto de Rubén, representa la libertad natural o, si se prefiere, la independencia americana -en
sentido continental-, sobre todo, en su vertiente poética o creadora. Es el búfalo que halló Darío en
Walt Whitman, a quien el nicaragüense, por ese tiempo, dedicaba otro de los medallones incorporados
a la 2ª edic. de Azul… Vaya, pues, un ejemplo whitmaniano (“Starting from Paumanok”, I, v.10):
“Aware of the buffalo herds grazing the plains…” Y Whitman, al final de ese primer poema de la
referida colección, dice, significativamente, que él empieza a cantar para un Nuevo Mundo.

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El Académico Julio Ycaza Tigerino
Carlos Tünnermann Bernheim

Reseña bibliográfica: Tünnermann Bernheim, Carlos, El Académico Julio Ycaza Tigerino, Revista
de Temas Nicaragüenses 53: 41-44, Septiembre 2012.

El Dr. Julio Ycaza Tigerino ingresó en la Academica Nicaragüense de la Lengua el 5 de ene-


ro de 1954, a los treinta y cinco años de edad, en reconocimiento a sus brillantes méritos como inte-
lectual y escritor. Su memorable discurso de ingreso fue sobre “Los Nocturnos de Rubén Darío”,
considerados como los poemas menos verbalistas, menos sonoros, pero más intimistas de Darío,
donde nos pone de manifiesto sus angustias, temores y profundas cavilaciones ante los misterios de
la vida y de la muerte. En ellos Rubén nos desnuda su alma. Ycaza Tigerino los escogió por que per-
tenecen a esa poesía donde Rubén toca los temas más universalmente humanos con la sensibilidad y
belleza propias de aquellos poetas que, por encima de los ciclos de la cultura y de las fronteras idio-
máticas, permanecen en la estimación de la Humanidad: un Goethe, un Shakespeare, un Lope, un
Calderón”.
Eminente estudioso de la obra de Darío, el Dr. Ycaza Tigerino nos deja varios estudios fun-
damentales, como son su libro “La palabra y el ritmo de Rubén Darío” (1987) y el que escribiera
en colaboración con otro miembro de nuestra Academia, el Dr. Eduardo Zepeda Henríquez, “Es-
tudio de la poética de Rubén Darío”, editado por la Comisión Nacional del Centenario de Rubén
Darío, de la cual el Dr. Ycaza Tigerino fue miembro en representación de nuestra Academia. Con
estos y otros ensayos, Ycaza Tigerino se consagró como profundo dariísta. La obra escrita conjun-
tamente con Zepeda Henríquez, analiza el contenido de la poética dariana y sienta la tesis sobre el
“carnalismo” americano de Rubén. Nuestra Corporación ya le había publicado antes su libro “La
poesía y los poetas de Nicaragua”, en 1958, en el cual se incluye uno de sus ensayos más lúcidos
sobre el ser y el carácter de la poesía hispanoamericana. Sobre este libro Zepeda Henríquez afirma
que en él Ycaza Tigerino estrenó “la ‘estilística de las fuentes’, que no consiste en un estudio de se-
mejanzas ‘literales’ entre los textos de dos o más autores; sino en una investigación del estilo por la
vía de un cotejo de los usos lingüísticos”.

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Poeta él mismo, Ycaza Tigerino perteneció a la generación inmediatamente posterior a la ge-
neración de Vanguardia. Don Pablo Antonio cuadra, uno de los fundadores del Movimiento de
Vanguardia nos dice que Ycaza Tigerino “fue el primero en responder, desde Chinandega, al llamado
de la Vanguardia con una poesía fuerte, narrativa, nueva y admirable ojo para el paisaje”. Sus dos
libros de poesía “Poemas del campo y de la muerte” (1955) y “Tierra prometida” (1960) con-
firman su vena lírica, si bien la obra del jurista, del ensayista, del crítico literario y del sociólogo, deja-
ron en un segundo plano su obra poética, elogiada por críticos y poetas de la altura de Alfredo Rog-
giano, Vicente Aleixandre, Oreste Macrí y Pablo Antonio Cuadra. Como bien observa Alvaro Urte-
cho, su poesía “no ha sido suficientemente valorada teniendo en cuenta la unidad raigal de su voz, la
fineza de su dicción, la intensidad de sus visiones y, por supuesto, la sustancia histórica subyacente
no sólo en sus poemas cívicos o épicos, sino en sus textos estrictamente líricos, personales, amoro-
sos y telúricos”.

Ycaza Tigerino fue uno de los más destacados teóricos de la hispanidad, reconocido en Es-
paña y en todos los países de este continente, por sus brillantes aportes a la apreciación y crítica de la
cultura hispánica. Sobre su libro “Originalidad de Hispanoamérica”, escrito en 1952, el Director
de nuestra Academia, Don Pablo Antonio Cuadra dijo, al contestar el discurso de ingreso en la Aca-
demia de Ycaza Tigerino que: “Es la obra de mi mayor aprecio entre las de Ycaza Tigerino, yo gocé
desde su primera página al ver su gesto rubeniano de enfrentarse a Europa (¡a cierta Europa!) sin el
menor complejo provinciano, advirtiendo a tratadistas de fama continental, pero miopes por falta de
universalidad, que la crisis actual de la cultura y la política no es un problema europeo sino mundial.
Agrada ver al nicaragüense enseñándoles con garbo el tamaño del horizonte a grandes pensadores
que se han sumergido dentro de sus problemas inmediatos y que, presionados por ellos, pierden el
verdadero ámbito de lo humano.”
Y es que para Ycaza, como lo apunta acertadamente su crítico Roberto Peña “lo hispánico
no es sólo salvación de América en cuanto occidentalización y cristianización del hombre americano,
del indio y su mestizaje. Es también salvación del mundo occidental en cuanto revitalización por lo
indígena americano de lo español y en lo español de lo europeo”.
Las obras de Ycaza Tigerino como historiador, crítico y sociólogo de la cultura, le valieron
un amplio reconocimiento internacional. Alguien tan conocedor de nuestra literatura como lo es Ste-
fan Baciú pudo escribir, en 1958, a propósito del libro “La poesía y los poetas de Nicaragua”,
que “Ycaza Tigerino, sin favor alguno, es uno de los más lúcidos espíritus de la nueva generación de
pensadores del Continente, entre aquellos que suceden a Mariano Picón Salas, Germán Arciniegas y
Luis Alberto Sánchez. Su nombre destaca de manera especial y su obra se impone a la atención del
lector y la del crítico al mismo tiempo”.

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“Mente clara y brillante del mundo hispánico, le llamó el crítico Odón Betanzos Palacios, al
comentar otra obra de Ycaza Tigerino premiada en 1980 por el Ministerio de Cultura de España:
“La Cultura Hispánica y la Crisis de Occidente”, publicada por nuestra Academia en 1997. “Li-
bro iluminador, serio, taladrador y hondo” agrega el mismo crítico, que señala las cuatro vertientes
que determinan el libro: “la función histórica está ligada a la crisis de Occidente; la interpretación
histórica de la ruptura de la unidad política de los pueblos hispánicos; recapitulación y examen de las
reacciones de nuestro mundo ante la crisis de la cultura de Occidente y las relaciones del mundo his-
pánico con la realidad de Estados Unidos.” “Libro de pensador católico el de Ycaza Tigerino. Para-
lelo al católico camina el sabio, concluye Betanzos Palacios.”
Al reseñar este libro de Ycaza Tigerino, el crítico alemán Günther Schmigalle escribe lo si-
guiente: “Visto en su conjunto, el libro del señor Ycaza Tigerino presenta una visión insólita de la
historia, refutando, con energía, erudición, y habilidad, una gran cantidad de prejuicios modernos y
de estupideces postmodernas. Es un libro que ayuda a comprender muchas cosas, y provoca a re-
flexionar sobre otras”.
Podemos o no estar de acuerdo con las tesis que Ycaza Tigerino formula en sus libros, pero
no podemos negar la fuerza de su pensamiento y de su extraordinaria capacidad para defender sus
ideas. Su poderoso don polémico lo advirtió Pablo Antonio Cuadra cuando reconoció que: “Ycaza
Tigerino posee una prosa naturalmente polémica. No que escriba siempre contra alguien, sino que
escribe siempre contra algo: para vencer, para dominar, para tomarse una idea con recursos lingüísti-
cos y expresivos esencialmente combativos. Su prosa está siempre en ejercicio de militancia para ex-
presar sus conceptos. Es un ejército mental. Una poderosa y bien organizada tropa de palabras po-
niendo sitio a la idea hasta posesionarse de ella como conquistador”.
Político conservador, diputado en varias ocasiones, su talento le hizo también destacarse
como orador parlamentario. Contribuyó, con acuciosidad, a la redacción de muchas leyes, cuidando
escrupulosamente los aspectos jurídicos de las mismas. Pero él mismo, al agradecer el homenaje que
le tributaron la Academica Nicaragüense de la Lengua y el Instituto de Cultura Hispánica, dejó plas-
mado en un poema su opinión sobre la política.

“La política es arte y artificio,


ficción y ciencia, juego, incertidumbre,
sueño, pasión, enfermedad y vicio,
amor y odio por la muchedumbre.

Es tragedia y comedia y sacrificio,


y derrota y victoria, sima y cumbre.
El Poder guarda oculto maleficio
y Fama impone dura servidumbre.

Si serviles me aplauden no envanezco.


Si envidiosos me insultan, enmudezco
Dejad que gire loca la ruleta.

43
Si a traición me derriba al hado impío
y enfrento de la infamia al desafío,
pongo en ristre mi pluma de poeta.”

Nada mejor para concluir estas palabras, que reproducir el retrato que de él escribiera el gran
poeta español José María Valverde:

“De tu profunda presencia


no se puede saber nada,
pero yo veo lo que
diremos cuando te vayas:

“Gran pájaro soñoliento


parecía Julio Ycaza.
Habitante del silencio
su misterio se espesaba.

Pero al hablar, de repente,


se rompía su distancia
en bondad; así al quebrarse
brillan las sombrías aguas.
Y una sonrisa de niño
le iluminaba la cara”.

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Anécdotas bibliotecarias:
1) El libro debe circular, siempre circular
James Campbell Jerez*
Abril 2012

Reseña bibliográfica: Campbell Jerez, James, Anécdotas bibliotecarias: El libro debe circular,
siempre circular, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 45-46, Septiembre 2012.

¡No se es buen usuario de biblioteca si no se roba un libro! Máxima de un historiador. Un gran amigo.
¡De qué sirve el sello de propiedad en un libro, si no evita que se lo roben?! Mi respuesta, sin pensarla,
pero tan elocuente como suena: ¡No, no evita el robo, pero el ladrón jamás olvidará a quién se lo robó!
Diálogo con el Director de una institución.

Era sábado y yo estaba, como solía hacerlo, trabajando en la preparación de mis clases de la
semana siguiente en la oficina de la Escuela de Bibliotecología donde daba clases, cuando un alumno
(al menos sigo creyendo eso) del que nunca supe de qué carrera, se acercó hasta mí y me pidió pres-
tado un diccionario para estudiar con sus compañeros, a los que me señaló sentados en el pabellón
de enfrente. Como también suelo hacerlo, le espeté un reproche sarcástico ¡que joden, ni en sábado
me dejan trabajar en paz!, pero no me opuse al préstamo. Tenía que salir de la oficina y trasladarme
hasta donde estaba la biblioteca que también era mi responsabilidad. Le mostré dos: el de español y
el bilingüe español-inglés. Escogió uno de ellos –no recuerdo cual- y se fue. Desde el aula donde es-
taba con sus compañeros me saludó como dándome confianza. Más tarde regresó. Sabía mi reacción
y con cara sonriente, me dijo algo como ¡sé que mucho jodemos pero préstenos el otro! En efecto lo
hice (le solté otra arenga sarcástica), me levanté e inicié el recorrido de nuevo. Le presté el segundo
diccionario, el que no había seleccionado la primera vez. Han transcurrido 25 años desde entonces y
sigo esperando que los devuelvan, ahora ya sin la mínima esperanza.
Esta anécdota suelo contarla en los cursos que imparto sobre la organización de bibliotecas
como conclusión de un contrato. Pero también lo hago cuando quiero ilustrar que a pesar de todo
sigo teniendo confianza en la gente. Y es que la misma tiene, al menos para mí, un significado espe-
cial.
Como ya se ha reconocido, el libro, al menos en Nicaragua, no es parte de la canasta básica.
¿Comprar comida o comprar un libro? es el dilema de muchos padres de familia. En muchos casos
este dilema es más dramático y se traduce en comer o enviar a las y los hijos a la escuela.
Por eso la biblioteca adquiere una importancia especial. Entre otras funciones, nos ayuda a
vencer el obstáculo económico para acceder al libro o en general, para acceder a la información. Con
ello cumple una función social. En ella encontramos muchos libros que no estamos en posibilidad
económica de comprar, pero que podemos leerlos o estudiarlos. Sin embargo, la tendencia de la bi-
blioteca es al cuido extremo, evitando en lo posible el daño y el robo. Esto no es malo, porque el

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libro en la biblioteca es un bien social que debe de cuidarse para la comunidad. Lo malo es cuando
esta tendencia adquiere patente de misión que desestimula su uso y hasta la concurrencia a la biblio-
teca. Su verdadera misión es lograr el mayor número de usuarios para cada libro.
Lo que se necesita es ponderar la forma de lograr que el libro circule entre la población. Una
biblioteca con estantes vacíos porque sus ocupantes gozan de permiso entre la población (amantes
ávidos) es una mejor biblioteca que aquella con estantes llenos de libros (amantes presos) en la que sus
cubiertas y hojas continúan teniendo el aspecto de cuando se compraron. En algunas, la diferencia es
el polvo, que resulta, a veces, el único usuario de muchos de ellos.
¡¿Y qué haría ahora?! se me pregunta cuando cuento esta anécdota. La respuesta que doy siem-
pre es: ¡los seguiría prestando, incluso a ese mismo usuario! Los míos, los que he logrado comprar y los que
me han regalado siempre han circulado entre amigos, colegas, vecinos, alumnos y, estoy seguro que a
través de ellos, entre desconocidos también.
Sé que mi amigo, el historiador, no bromeaba con su máxima. Lo que no sé es si es “su”
máxima o lo es de la profesión. Y sé que uno o múltiples sellos en un libro no evita su sustracción
del dueño. Pero sé también que esto es parte del costo por la educación de la población. ¿No es me-
jor arriesgarse a perder un libro que nunca haberlo prestado? Después de 25 años sigo esperanzado
en que esos diccionarios hayan circulado entre tantas manos como les haya sido posible.

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* Bibliotecólogo-consultor
Miembro RDS-Nicaragua
james@biblionica.org

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46
HISTORIA

Los Malditos Pájaros de Hierro:


La Guerra Aérea en Nicaragua durante la Rebelión de Sandino, 1927-1932

© Michael J. Schroeder
Lebanon Valley College
msinpa@gmail.com

Reseña bibliográfica: Schroeder, Michael J., Los Malditos Pájaros de Hierro: La Guerra Aérea en
Nicaragua durante la Rebelión de Sandino, 1927-1932, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 47-87, Sep-
tiembre 2012.

Will Rogers, el auto-estilizado proveedor de humor casero e ingenio, arribó en La Habana el


15 de enero de 1928 en el papel de Observador Especial para la sexta Conferencia Panamericana.
“Requiere un poco de humor,” bromeaba en su columna en el Daily Telegram, enviada a periódicos
alrededor del mundo, “para que esta gente entienda que nosotros con una mano estrechamos ma-
nos, y con la otra disparamos.”1 El apretón de manos del que se burlaba, se dio en La Habana, y los
disparos a un poco más de mil kilómetros al sur en Las Segovias, la región montañosa del norte de
Nicaragua. Allí por seis meses, los marinos estadounidenses habían estado combatiendo a los rebel-
des encabezados por Augusto C. Sandino. Los gobiernos de los Estados Unidos y Nicaragua pinta-
ban a Sandino como un “bandido,” mientras que en otros lados, él era presentado como un patriota
que estaba defendiendo la soberanía nacional. Para entonces, Sandino se había convertido en una
especie de celebridad internacional; aún el Kuomintang de China alzaba estandartes con su imagen.2
Las raíces de la rebelión de Sandino eran profundas. Los Estados Unidos habían intervenido
en los asuntos nicaragüenses desde 1909, principalmente para proteger intereses estratégicos centra-
dos en el Canal de Panamá. Desde 1902, cuando se decidió construir el canal en Panamá, la meta
principal de los Estados Unidos en Nicaragua era el impedir la construcción de un canal rival. En la
práctica esto significó en 1909 orquestar el derrocamiento del Presidente Liberal José Santos Zelaya,
e imponer el Pacto Dawson en 1910 (que suspendió las elecciones y le dio a los Estados Unidos el
control financiero de Nicaragua); intervenir en 1912 a favor de los Conservadores durante la guerra
civil; y posteriormente poner una guarda de la legación de un centenar de infantes de marina en la
ciudad capital de Managua para mostrar su apoyo a una serie de regímenes Conservadores impopula-
res. Los infantes de marina fueron retirados después de las elecciones de 1924, que ganaron una coa-

1 Agradezco a David C. Brooks, Nora Faires, Edward Ingram y Rosario Montoya por sus críticas y sugeren-
cias constructivas de versiones anteriores de ese ensayo, y a Carlos Corea Lacayo y Blanca Estrada-Cousin por
su ayuda con la traducción. Las traducciones desde el inglés son del autor, como son cualesquier errores que
quedan. Para la información suplementaria, Ver www.sandinorebellion.com/HomePages/airwar.html.
2 Gregorio Selser, Sandino, general de hombres libres (Buenos Aires, 1958), I, 272.

47
lición Liberal-Conservadora, pero regresaron a comienzos de 1926 después de un golpe Conserva-
dor (‘el lomazo’ de Emiliano Chamorro de 25 de octubre de 1925) que desató una revuelta Liberal
que desembocó en una guerra civil. Esta “segunda intervención,” que se prolongó hasta enero de
1933, se extendió a lo largo del país y en su momento cúspide, involucró a más de cinco mil tropas.
La misión de estas tropas, en las palabras del Departamento de Estado, era fomentar el “orden” y la
“estabilidad” por medio de la supervisión de elecciones “libres y honestas” y la creación de una
“constabularia apartidista” (la Guardia Nacional).3
En mayo de 1927, después de seis meses de guerra civil, el Enviado Especial de los Estados
Unidos, Henry L. Stimson, persuadió al General José María Moncada y los Liberales—aunque victo-
riosos en el campo de batalla--a deponer las armas y aceptar la continuación del gobierno Conserva-
dor, en espera de las elecciones a celebrarse en noviembre de 1928 bajo la supervisión estadouniden-
se. En repuesta a esta gestión, Sandino, un mecánico convertido en General Liberal en la guerra civil,
lanzó su rebelión, saqueando San Albino, la mina de oro de dueño estadounidense, y lanzando una
proclama en contra de “los cobardes y felones yankees” y “la carcomida y rancia aristocracia nicara-
güense, compuesta de degenerados traidores,” demandando el retiro inmediato de todas las tropas
estadounidenses. 4 El 16 de julio, unos 800 Sandinistas, burlados por el Capitán Marino G. D. Hat-
field, atacaron el puesto de los marinos en Ocotal, la capital del departamento del norte. Los Sandi-
nistas, sorprendidos por cinco biplanos De Havilland fuertemente armados, y después de perder
unos 300 hombres, se retiraron con dirección este a su base en El Chipote al norte del pueblo de
Quilalí.5
La rebelión de Sandino fue una expresión del sentimiento anti-imperialista cursando a través
de América Latina a finales de la década de 1920, a como fue la proclamación de enero de 1928,
producto de la reunión en México de La Liga Antiimperialista de las Américas, que decía que “el pa-
namericanismo significaba la sumisión al yugo de Wall Street.”6 A medida que la fecha para la Con-
ferencia de La Habana se acercaba, los oficiales estadounidenses sabiendo que los puntos más con-
troversiales de la agenda eran aranceles y comercio, se preparaban para un aluvión de retórica anti-
imperialista, sabiendo que cualquiera que buscara una imagen vívida de la agresión estadounidense, la
encontraría en el asalto aéreo a las tropas de Sandino en Ocotal. La mayoría de la prensa mundial,

3Ver Michel Gobat, Confronting the American Dream: Nicaragua under US Imperial Rule (Durham, NC: Duke Uni-
versity Press, 2005), pp. 175-280.
4“Informe de Sandino a sus hermanos de raza,” ca. 15 de julio de 1927, y “Carta a Berta Munguía,” 22 de
octubre de 1927, en Augusto C. Sandino, El pensamiento vivo, ed. Sergio Ramírez (Managua: Nueva Nicaragua,
1984,) I, pp. 127, 167.
5 Sobre la batalla de Ocotal, ver los reportes originales de los marinos y de los periódicos de Managua, trans-
critos en www.sandinorebellion.com/PCDocs/1927/PC270716-Hatfield.html y los dos páginas siguientes del
mismo website; también ver Lejeune Cummins, Quijote en Burro (México, 1958), p. 55; Neill Macaulay, The
Sandino Affair (Durham, NC: Duke University Press, 1967; rev 1985), pp. 62-82; Mayor G. L. Thomas, “Uni-
ted States Marine Corps Air-Ground Integration in the Pacific Theater,” Air Command & Staff College,
Wright Flyer Paper No. 9, Maxwell Air Force Base, Alabama, noviembre de 1999, pp. 3-4.
6 The Daily Worker del 10 de enero de 1928.

48
ejemplificada por el St. Louis Post-Dispatch, denunciaron ese asalto como una “masacre,” “asesinato
masivo,” y “carnicería al por mayor.”7

Ilustración 1:
“Las Lomas Negras de Nicaragua” del 24 de julio de 1927, © St. Louis Post-
Dispatch (reproducido con permiso).

La guerra aérea en Nicaragua ocupó los encabezados de periódicos otra vez a comienzos de
1928, cuando los Sandinistas mataron a seis infantes de marina e hirieron a otros veintiocho cerca

7St. Louis Post-Dispatch, 22 y 23 julio de 1927; The Nation, 25 de Julio de 1927; The Daily Worker, 21 de Julio de
1927. Ver también Selser, Sandino, I, cap. 8.

49
de El Chipote. En respuesta, la administración de Calvin Coolidge anunció que iba a enviar mil tro-
pas adicionales.8 Mientras Will Rogers enviaba su despacho desde La Habana, las tripulaciones aé-
reas de infantes de marina estaban bombardeando El Chipote. Diez días antes, Charles Lindbergh,
quien había regresado recientemente de su viaje solitario a través del Atlántico, estaba llevando el
Espíritu de San Luis a un recorrido de “paz y buena voluntad” por la América Latina, cambió su ruta
de vuelo cuando iba para Managua, para no volar sobre la zona de guerra en los alrededores de
Quilalí. Al día siguiente, el New York Times reportó desde Managua, que en las montañas del norte,
“los aviones Americanos en sus patrullajes dejan caer bombas en lugares en donde existe la más
mínima indicación de la presencia de la guerrilla que ellos están buscando.”9
La confluencia en enero de 1928 de la Conferencia Panamericana, el asalto aéreo a El Chi-
pote, y el recorrido de buena voluntad de Lindbergh, puso en relieve la lucha de Sandino contra los
infantes de marina, la enmarañada historia del imperialismo estadounidense en el ámbito del Caribe,
y el papel de los aviones en la guerra moderna. Los periódicos de las Américas y Europa congratu-
laron en una columna el mensaje de paz de Lindbergh y los altos objetivos de la Conferencia en La
Habana, y, en otra columna atacaron la matanza perpetrada por “la horda de los nuevos bárbaros”
contra hombres, mujeres y niños en Nicaragua.10 En Buenos Aires, Crítica denunció “un crimen de
lesa humanidad, sembrar el odio, cobijar traiciones, enlutar almas y preparar sangrientas refriegas,
bajo un cielo azul que no es el cielo de la bandera yanqui. . . los aviones americanos injuriaron el
firmamento nicaragüense, arrojando bombas de mano contra de la población indefensa.” Acusó a
los infantes de marina de cometer una “masacre sangrienta cuyas víctimas son los soldados nicara-
güenses que defienden a su patria.”11 En Santiago, La Nación editorializó que “toda la América Lati-
na está en un torbellino de indignación en contra de la guerra en Nicaragua,” y señaló la hipocresía
de celebrar un “panamericanismo” en La Habana mientras los infantes de marina realizaban una
campaña de “sangre y fuego” en contra de los “patriotas nicaragüenses.”12 En Lisboa, el Diario de
Noticias se preguntaba irónicamente por qué “mientras el Presidente Coolidge habla de paz en La

8 New York Times, 2-8 de enero de 1928.

9 New York Times, 6 y 7 de enero de 1928.


10Ver los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, Record Group 59, Archivo Decimal del Departamento
de Estado [SDDF], 817.00/5200-5350. Citar de Crítica, Buenos Aires, 3 de enero de 1928, recorte de SDDF
817.00/5249.
11 Crítica, Buenos Aires, 3 de enero de 1928.
12 La Nación, Santiago, Chile, 12 de enero de 1928, recorte en SDDF 817.00/5250.

50
Habana, 600 infantes de marina, municiones, y aviones bombarderos están desembarcando en Ni-
caragua.”13

La yuxtaposición retórica fue eficaz, porque el recorrido de Lindbergh, la Conferencia en La


Habana, los infantes de marina, y el poder aéreo estadounidense eran, en realidad, el imperialismo
estadounidense vestido con varios disfraces. Los críticos en los Estados Unidos fueron igual de ve-
hementes. En un discurso en Cleveland, Ohio, el Senador Burton K. Wheeler (Demócrata de Mon-
tana), tronó que, mientras Coolidge promovía la amistad panamericana en La Habana, “los mucha-
chos de la prensa están vendiendo extra contando de cómo los aviones bombarderos Americanos
riegan la muerte y el terror sobre poblaciones nicaragüenses indefensas.”14 En Nueva York, el ex
Ministro estadounidense en Nicaragua, Horace G. Knowles, preguntó retóricamente “¿vamos así
de temprano a convertir la gloriosa misión de paz y amistad del Coronel Lindbergh en un traves-
tismo (que seguramente vamos a hacerlo), cuando seguimos su vuelo del olivo de la paz en uno de
esos países que él ha visitado con miles de Americanos para hacer una guerra sangrienta contra sus
nativos?”15 El Brooklyn Eagle opinó: “recientemente hemos hecho mucho para avanzar en la ciencia
de la aviación. El Coronel Lindbergh... ha sido aclamado en el extranjero y en casa como un Emba-
jador aéreo... de paz y buena voluntad. En Nicaragua y en otros países de América Latina, nuestros
aviones no son un símbolo de paz. El avión bombardero se ha convertido en el nuevo símbolo del
imperialismo.”16
Mientras los recuerdos de la visita de Lindbergh a la América Latina se han desvanecido, las
memorias de la guerra aérea en Las Segovias todavía permanecen. Ellas guiaron las repetidas acusa-
ciones de que los infantes de marina cometieron atrocidades aéreas contra civiles nicaragüenses. El
historiador Neill Macaulay, citando los registros de los propios infantes de marina, llama a sus ac-
ciones “terrorismo aéreo,” manteniéndose con una tradición latinoamericana.17 Pero de acuerdo a
Wray R. Johnson—quien se basa en artículos escritos por ex pilotos de la infantería de marina que
estuvieron en el teatro de la guerra, principalmente el Mayor Ross E. Rowell, y en el Manual de Gue-

13 Diario de Noticias, Lisboa, 27 de enero de 1928, recorte en SDDF 817.00/5389. Opiniones semejantes de la
prensa mundial colocadas en SDFF 817.00/5200-5350 incluyen los de Los Tiempos y Últimas Noticias (Santiago,
Chile), La Prensa, La Nación, El Diario, La Acción, La Argentina, La Fronda, La República, Libertad, El Pueblo, Úl-
tima Hora, y Vanguardia (Buenos Aires), El Imperial (Santa Fé, Argentina), La Opinión (Córdoba, Argentina),
América (Rosario, Santa Fé, Argentina), Los Debates (La Plata, Argentina), Bien Público del Plata Tribuna e Impar-
cial (Montevideo), El Diario Nacional, El Debate, El Tiempo, El Espectador, El Nuevo Tiempo, y El Día (Bogotá), El
Universal (la Ciudad de México), El Sol (Guadalajara, México), Atuei (La Habana), Diario Latino y Diario del Sal-
vador (San Salvador), Excelsior y Nuestro Diario (Ciudad de Guatemala), Le Journal des Débats, Le Journal, La Liber-
té, Le Quodien, y L’Humanité (Francia), el Montreal Daily Star (Montreal, Canadá), el Chicago Tribune.

14 The Daily Worker, 13 de febrero de 1928.


15 New York Times, 4 de enero de 1928.
16 Citado en el St. Louis Post-Dispatch el 23 de Julio de 1927.
17 Macaulay, The Sandino Affair, pp. 115-16.

51
rras Pequeñas (Small Wars Manual), escrito en su mayor parte por veteranos de la campaña—los in-
fantes de marina comprendieron mejor la necesidad política de la “restricción” aérea, mejor que los
militares europeos: diferente a los británicos en Irak, o los franceses en Túnez, dice Johnson, los
infantes de marina no tuvieron intenciones de atacar civiles o bombardear pueblos enteros porque
tenían temor de la reacción política.18

Este ensayo sondea la reacción política que Johnson alega que la “restricción” aérea esta-
dounidense evitó. Analizando el uso de poder aéreo en Las Segovias y como lo percibieron y reac-
cionaron los Segovianos, los Nicaragüenses, y los Latinoamericanos, el ensayo demuestra que la
guerra aérea en Las Segovias impulsó la rebelión que quería suprimir, y que en ese momento y por
muchos años después, esa guerra aérea fue vista como una atrocidad que ha venido a ser como un
pararrayos para las protestas anti-estadounidenses y como un símbolo del discurso anti-imperialista.
La dinámica militar y cultural puesta en movimiento por la guerra aérea, y por las tácticas aéreas
desarrolladas en el teatro nicaragüense, dieron lugar a memorias sociales de terror aéreo que refor-
zaron los sentimientos anti-estadounidenses en América Latina y que persisten hasta hoy en día.

El Terror Aéreo en La Memoria Popular Segoviana

En julio de 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) derrocó al dictador


Somoza, apoyado por más de cuatro décadas por los Estados Unidos, e inauguró la era de la Revo-
lución Sandinista (1979-1990). En el término de un año, el Instituto de Estudios del Sandinismo
(IES), una rama del Ministerio de Cultura, inauguró un proyecto de historia oral con la intención de
preservar las memorias de los campesinos que habían peleado en contra de los infantes de marina
medio siglo antes. Entrevistadores jóvenes de la ciudad caminaron dentro de las montañas del norte
para grabar las historias de los sobrevivientes de la lucha “heroica” contra el “yanqui imperialista.”
La meta política explícita del proyecto era para ayudar a legitimar la revolución al reforzar la co-
nexión ideológica entre Sandino y el FSLN. Los entrevistadores estaban esperanzados en agregar
detalles a una narrativa preconcebida que agasajaba a Sandino y atribuía la violencia en Nicaragua
solamente a los Estados Unidos. Su agenda política era clara en sus preguntas: “¿Me podría contar
cuándo ingresó usted al Ejército del General de Hombres Libres Augusto César Sandino?”, o,
“Cuénteme lo que usted recuerde sobre sus experiencias cuando anduvo luchando contra el gringo

18 Wray R. Johnson, “Airpower and Restraint in Small Wars: Marine Corps Aviation in the Second Nicara-
guan Campaign, 1927-33” (“Poder Aéreo y Restricción en Guerras Pequeñas: la Aviación del Cuerpo de Ma-
rina en la Segunda Campaña Nicaragüense, 1927-33”), en Aerospace Power Journal, xv (2001), 4-7 (
http://www.airpower.au.af.mil/airchronicles/apj/apj01/fal01/johnson.html (visto el 25 de julio de 2012); J.
S. Corum y W. R. Johnson, Airpower in Small Wars, Fighting Insurgents and Terrorists (Lawrence, KS: University
Press of Kansas, 2003). Ver también V. E. Megee, “United States Military Intervention in Nicaragua, 1909-
32” (M.A. tésis, University of Texas, 1963).

52
invasor.”19 Más común, sin embargo, era que los viejos entrevistados, sin ganas de coger el anzuelo,
prefirieran contar sus historias en sus propios términos. Esas historias frecuentemente divergían de
la línea partidaria del Frente Sandinista, y se movían de la violencia del régimen de Emiliano Cha-
morro de 1925-26 y detalles desagradables sobre los jefes rebeldes, a las luchas intestinas entre los
Sandinistas y las masacres de ex rebeldes cometidas por el primer régimen de Somoza. Mientras los
entrevistadores buscaban como atribuir toda la violencia al imperialismo estadounidense, los entre-
vistados insistían en que los nicaragüenses infligieron mucha de la violencia a sus mismos compa-
triotas.
Los testimonios de las entrevistas retratan la guerra área, sin embargo, como una serie de
atrocidades en contra de ellos mismos, sus familias y sus comunidades. El testimonio de José Anto-
nio Ucles Marín, un campesino de setenta y ocho años originario de El Jícaro, es típico. Entrevistado
en 1983, él recordó: “El General Sandino recogió una gente y la mandó a pasar a Honduras para que
no la jueran a matar los yanques, porque los aviones, onde miraban, que estaba saliendo humo, que
estaban haciendo comida porque sus hijitos, las madres de familia, allí bombardeaban, allí los mata-
ban a todos los que estaban allí, onde se sitiaran a volar bombas.”20 José Paul Barahona de Murra y
de unos setenta años de edad, contó: “Un día de tantos que los aviones pasaban, corrimos a escon-
dernos a la montaña, porque donde miraban salir humo, allí bombardeaban ese día.”21 De manera
similar, Aurelio Osaba Izaguirre de setenta años y originario de Cinco Pinos relató:
“Y así era, como cuando Somoza aquí, que bombardeaba onde no había combatientes, onde
estaba la gente de civil pues, no bombardeaban onde estaban los muchachos [los rebeldes del
EDSN], . . . sí, sí, era [la población] civil, tal vez onde habíamos estado; entonces, cuando
todos íbamos la tropa, ellos [los yanquis] llegaron a bombardear . . . unos [murreños] morían,
otros se salían . . . Tal vez habían también los mismos zanjones, las mismas zanjas, verdad?,
entonces tenían en sus casas adentro, tenían hoyo para meterse allí cuando hubieran bom-
bardear; pero había gente que no tenía ese alcance, entonces los agarraban fácil, los mataban,
mucho mataban. . . . muchos murieron...”22
Juan Sánchez Ramos de Murra y de 66 años fue entrevistado en 1984: “¿Cómo fue que se integró
usted al ejército?” “Bueno, yo me encontraba bueno, sano, en Quilalí” respondió. “¿Estaban los
yanquis aquí?” En sus palabras:

19Francisco Centeno Fonseca, cinta del Instituto de Estudios del Sandinismo [IES], no. 066, p. 1; Luciano
Gutiérrez Herrera, IES, no. 102, p. 1. Es lamentable que no se encuentren estos testimonios transcritos im-
portantísimos en cualquier repositorio nicaragüense, ni en la institución sucesora del IES (El Instituto de His-
toria de Nicaragua y Centroamérica-Universidad Centroamericana, IHNCA-UCA, Managua), ni en el Archivo
Militar, Managua, pero en éste último se guardan las cintas originales. Parece que no se sabe lo que pasó con
los testimonios transcritos. Extractos seleccionados aparecen en Instituto de Estudio del Sandinismo, Ahora sé
que Sandino manda (Managua, 1986).

20 José Antonio Ucles Marín, IES, no. 071, p. 2.


21 José Paul Barahona, IES MS, sin titulo, p. 10, se repite con variaciones en su IES, no. 102, pp. 6-7.
22 Aurelio Osaba Aguirre, IES, no. 057, p. 10.

53
“Ya habían destruido todos estos pueblos, de ahi para abajo, ya los habían quemado, habían
matado, habían quemado todas las cosas de animales. Y en Quilalí, nos destruyeron los avio-
nes. Habían matado mucha gente y muchas casas quemadas, todo eso en esa invasión. Y to-
da la gente de esos pueblitos salían huyendo para los lugares largos, para el lado de Jinotega,
San Rafael uno, para Ocotal; así muchas familias que iban, gente que tenía facilidad agarraba
el camino, por ir a defenderse. No era tanto por las fuerzas armadas del yanque sino que por
defenderse de la aviación. Es que la aviación, donde miraba las casas, las agarraba por todas
partes. Yo me metí porque no teníamos otro campo de defendernos, porque lo agarraban los
machos, los aviones, eran muertos por todas partes. . . . hubo la agresión de aviones, era te-
rrible! . . . teníamos que correr, buscar asilo, como defendernos . . . si miraban un humo, por
ejemplo, la aviación, le caían encima hasta 5, 6 aviones bombardeando, y acaban todo, hasta
la madera, todo lo destruían. Todas esas selvas de montañas las hacían paste.”23
Juan Bautista Tercero García de Quilalí, de setenta y seis años en 1984, recordó la destruc-
ción del pueblo: “Quemaron Quilalí, porque Quilalí fue un pueblo que lo incendiaron los gringos
para hacer campo de aviación y para facilitar el ataque al Chipote quemaron el pueblo.”24 Santos Ló-
pez también recordó cuando el se unió al ejército de Sandino, en donde ascendió al rango de coronel
y se convertiría en uno de sus ayudantes de más confianza. A comienzos de la década de 1960, re-
cordando los eventos antes del ataque rebelde desastroso a Ocotal, ofreció un cuadro llamativo de la
memoria colectiva Sandinista de la campaña aérea de los infantes de marina:
“[Después de la batalla de Ocotal] la aviación hizo mucho daño a la población entre pérdida
de vidas y perdidas materiales, ocasionándonos 36 bajas en nuestra filas. . . . Las tropas yan-
ques acamparon cerca de Quilalí y antes de atacar enviaron la aviación que hizo destrozos te-
rribles en el pueblo; la tropa de Sandino le hizo frente como pudo a la aviación derribándole
un avión al enemigo (Foker), después de esto las tropas sandinistas se retiraron, es entonces
cuando las tropas yanquees penetran al pueblo ya destruido haciendo más grande la destruc-
ción, sacando de las ruinas de las iglesias las imágenes y campanas y tiraron al río. . . . aquí
hubo centenares de muertos entre niños, mujeres y ancianos . . .”25
En 1983, el ex rebelde de setenta y un años Ascención Iglesias Rivera, de Palacagüina, casi
cincuenta kilómetros al este de Quilalí, comenzó su testimonio describiendo cómo se había unido al
ejército de Sandino: “Yo me entré de 14 años, al Ejército . . . muchas veces también los gringos nos
amenazaban de muerte, porque miramos que pasaban bombardeando las casas sin necesidad, sola-

23 Juan Sánchez Ramos, IES no. 104, pp. 6-7; sobre las raíces del término “macho” — el epíteto favorito de
los rebeldes para los infantes de marina — como epíteto para los extranjeros en general; ver Salvador Mendie-
ta, La enfermedad de Centro-América (Barcelona, 1934), i. 437.
24Juan Bautista Tercero García, IES, no. 093, p. 16; cf. Gen. J. A. Lejeune, “Testimony of the Mayor General
Commandant before the Senate Committee of Foreign Relations” (Testimonio del Mayor General Coman-
dante ante el Comité de Relaciones Extranjeras), Marine Corps Gazette (Marzo 1928), p. 56.
25Santos López, Memorias de un soldado (Managua, 1976), pp. 15-16; ver también Barricada (Managua), 21-23 de
febrero de 1984; el informe de patrulla Kenyon, San Albino, 31 de enero de 1928 [Washington, DC] USNA
(United States National Archives and Records Administration, Record Group), 127/[número de entrada]
220/ [número de caja] 2.

54
mente talvez porque el pueblo mismo les decía que nos bombardearan porque eran bandoleros to-
dos, manteníamos a los bandoleros, entonces esa fue la causa para que bombardearan las casas.”26 La
representación colectiva de la campaña aérea en estos y otros testimonios es la de un enemigo sin
rostro y sin remordimientos que infligía violencia indiscriminada en contra de las casas, pueblos,
animales y gente que, independientemente de su edad, género, fortaleza física o estatus social, carecía
de defensa, con la única opción de rescatar algunas de sus pertenencias y salir huyendo.

La Guerra Aérea en la Cultura Política Segoviana y el Discurso Sandinista

La rebelión de Sandino, que duró de mayo de 1927 a febrero de 1933, estuvo confinada
principalmente a Las Segovias, donde los rebeldes controlaron la mayor parte del campo y los infan-
tes de marina y la Guardia controlaron los pueblos principales. Para mediados de 1930, la Guardia
había asumido el control de la mayoría de las operaciones terrestres y los infantes de marina mantu-
vieron el control de la campaña aérea. El primero de enero de 1933, las últimas tropas estadouniden-
ses abandonaron el país, y, el 2 de febrero, Sandino firmó un acuerdo de paz provisional con el re-
cién elegido gobierno de Juan Bautista Sacasa que requirió el desarme de los Sandinistas con la ex-
cepción de cien hombres,. Un año después, el 21 de febrero de 1934, durante negociaciones poste-
riores con el gobierno, Sandino fue asesinado por órdenes del director de la Guardia Nacional,
Anastasio Somoza García. Habiendo los Sandinistas peleado contra los marinos hacia un estanca-
miento de la guerra, fueron aplastados por la organización militar nativa creada durante la interven-
ción.
En Las Segovias a finales de la década de 1920, más o menos 120,000 personas vivían dis-
persas en casi unos diez mil kilómetros cuadrados. La expectativa promedio de vida era alrededor de
42 años. Había pobreza extrema por todos lados, junto a enfermedades como la anquilostoma, la
viruela y la malaria endémica. Los mercados eran rudimentarios, con mano de obra temporal en el
café, la minería, y en la ganadería, lo cual ataba a la mayoría de campesinos a la pequeña y emergente
economía capitalista. La mayoría de los pueblos estaban conectados a ciudades del “interior,” a lo
largo de la costa del Pacífico, por una serie de caminos de todo tiempo—que se puede contar con
los dedos de una mano—para carretas de bueyes. El resto de la región estaba atravesada por una red
intricada de senderos a pie. El alfabetismo funcional era aproximadamente de un 2 porciento. No
existían periódicos locales. En esta cultura oral, las noticias se difundían rápidamente y los rumores
florecían.27
La autonomía ocupaba un rango alto en la jerarquía de los valores sociales de la gran mayoría
del campesinado. Aunque las relaciones del patrón-y-cliente eran dominantes en el occidente de Ni-

26 Ascención Iglesias Rivera, IES, no. 065, p. 1.

27 Estas cifras son calculadas de información de Nicaragua, Censo General de la República (Managua: Oficina Cen-
tral del Censo, 1920). Ver también del Cuerpo de Marina de los Estados Unidos, “Monograph of Nicaragua”
(Monografía de Nicaragua), c. 1932, SDDF 817.00/7294.5.

55
caragua, en Las Segovias estas relaciones eran débiles. Las granjas y aldeas estaban dispersas a lo lar-
go de un paisaje agreste y, después de siglos de opresión, la mayoría de campesinos le daba gran im-
portancia a que los dejaran solos. La mayoría también practicaba un Catolicismo sincrético popular
que mezclaba nociones cristianas del bien y el mal, la adoración de santos ostensiblemente Católicos
y un fuerte sentido de justicia e injusticia con formas religiosas autóctonas que incluían la creencia en
curanderos, hombres y mujeres santos, espíritus y magia.28
Bajo cualquier medida, la sociedad segoviana era excepcionalmente violenta. Aunque no so-
brevive ninguna evidencia estadística, fuentes existentes revelan que las peleas, asaltos, violaciones y
asesinatos eran características de la vida diaria. La violencia, ejecutada la mayoría de las veces por
hombres, se levantaba de disputas diversas: política, tierra, propiedad, mujeres y honor, y en algunas
ocasiones alimentadas por el alcohol. Con muy poco suministro de armas de fuego, las armas esco-
gidas eran los cuchillos, los machetes de hoja ancha, y las cutachas de hoja delgada. Casi todos los
campesinos varones tenían machetes, que eran el implemento más importante de esta sociedad agra-
ria, y aún hasta hoy las víctimas nicaragüenses de asesinatos son a menudo cortadas a pedazos por
machetes.29
El honor, la clave para entender la cultura Segoviana, estaba entre las posesiones personales
más preciosas para un hombre y se derivaba de un estatus social y de un comportamiento virtuoso,
este último expresado como hombría. El honor exigía que un hombre protegiera su propiedad, in-
cluyendo su mujer y sus hijos, y los daños a la propiedad, que deshonraban a un hombre, eran vistos
como vergonzosos y humillantes, a menos que fueran reparados.30

28Ver Francisco Ortega Arancibia, Cuarenta años de historia de Nicaragua, 1838-1878 (Managua, 1993; orig.
1911); Carl Sherzer, Travels in the Free States of Central America (Londres, 1857); Thomas Belt, The Naturalist in
Nicaragua (London, 1928, orig. 1874); Jeffrey L. Gould, “The Enchanted Burro, Bayonets, and the Business of
Making Sugar” The Americas, 46 (octubre de 1989), 159-88; Volker Wünderich, Sandino, una biografía política
(Managua, 1995), cap. 5.
29Ver Michael J. Schroeder, “Horse Thieves to Rebels to Dogs: Political Gang Violence and the State in the
Western Segovias, Nicaragua, in the Time of Sandino, 1926-1934,” Journal of Latin American Studies, 28 (1996),
383-434; Robert H. Holden, Armies Without Nations: Public Violence and State Formation in Central America, 1821-
1960 (Oxford, 2004).
30Ver Rosario Montoya, “House, Street, Collective: Revolutionary Geographies and Gender Transformation
in Nicaragua, 1979-1999,” Latin American Research Review, 88 (2003), 61-93. Sobre la cultura política de la
ideología de honor y masculinidad, ver David C. Brooks, “Revolution from Without: Culture and Politics
along Nicaragua’s Atlantic Coast in the Time of the Sandino Revolt, 1926-1934” (disertación doctoral, Uni-
versidad de Connecticut at Storrs, 1997); Rocio Tábora, Masculinidad y violencia en la cultura política hondureña
(Tegucigalpa, 1995); Lyman L. Johnson y Sonia Lipsett-Rivera, eds., Faces of Honor (Albuquerque, 1998).

56
Ilustración 2: Dos versiones del sello oficial del Ejército Defensor de la
Soberanía Nacional, de junio de 1927 y junio de 1930. (Fuentes: junio de
1927, MCRC, caja “Sandino”. Junio de 1930: carta de Sandino a Marceli-
no Rodríguez Castillo, Estelí, 4 de septiembre de 1932, USNA 127/38/18)

Una sensibilidad cultural de personalismo fue asignada a cada relación social significativa y
así el honor y la vergüenza eran atributos personales. Un hombre peleaba o disputaba con su enemi-
go cara-a-cara: miraba a sus ojos y escuchaba sus gritos, olía su sudor y su sangre.31 Este personalis-
mo casado con el localismo, estaba también en el corazón de la política nicaragüense y segoviana. La

31 Ver Macario Calderón Salinas, IES no. 044-2-2, p. 14; Joaquín Fajardo Arauz, IES no. 101-2-2, p 16; An-
drés García Salgado, Yo estuve con Sandino (México, 1979), p. 23; y el informe de patrulla de Lt. McDonald, Es-
telí, 19 de octubre de 1930, USNA 127/202/13.

57
oficina política era percibida como un feudo personal y una elección la ocasión para apoyar a políti-
cos específicos y sus redes de clientes y simpatizantes. Como hombres y mujeres se identificaban
usualmente por sus relaciones personales y por su lugar de residencia, el defenderse a sí mismo y sus
relaciones, a veces significaba la defensa de su propio hogar o su pueblo.32
Entre la imágenes más espectaculares del carácter personal de la violencia en Las Segovias y
la actitud Sandinista hacia los infantes de marina, está el sello oficial de Sandino creado en junio de
1927, que muestra a un patriota Sandinista estando de pie y montado en un invasor postrado, mien-
tras el pie del patriota está plantado firmemente en el pecho del invasor y con su mano derecha
blandiendo un machete alto en medio de un giro y listo a separar la cabeza del cuerpo del invasor.
Inscrito en las rústicas monedas de oro y elaborado en un sello, el sello se convirtió en el emblema
oficial del Ejército Defensor de Sandino y su imagen autenticó cientos de cartas portando la firma de
Sandino.33
Cuando los rebeldes derribaron un avión y ejecutaron a los dos aviadores en octubre de
1927, les enviaron a los infantes de marina de Ocotal, una fotografía del Teniente Earl A. Thomas,
colgado de un árbol por el cuello.34 A comienzos de enero de 1928, los rebeldes mutilaron el cadáver
del Teniente Thomas Bruce, muerto en la batalla de Las Cruces. Ambos eventos enfurecieron a los
infantes de marina, y ante sus propios ojos, los absolvían por tratar a los rebeldes como beligerantes
protegidos por las leyes de la guerra, que muy pronto fueron formalizados en canciones e historias
sandinistas.35
Dada la violencia que caracterizó la cultura segoviana, uno puede preguntarse el por qué ellos
percibieron la violencia aérea como algo salvaje. La repuesta descansa en la anonimidad de los perpe-
tradores, que eran extranjeros, y su dependencia en tecnología. La violencia y la muerte llovían de
maquinas en el cielo, piloteadas por hombres sin rostros de tierras distantes. La pelea nunca era cara-
a-cara ni mano-a-mano. Las máquinas del enemigo, ruidosas, eructando humo, arrojando balas y de-
jando caer bombas, no eran humanas y eran intocables con la excepción de una bala bien puesta. En
las palabras del historiador Neill Macaulay, los Segovianos “encontraron este tipo de violencia me-
canizada impersonal más aborrecible que la más brutal y deliberada muerte cara-a-cara,”36 ya que re-
ducía al más hábil guerrero del machete a la impotencia.

32Ver Dana C. Munro, The Five Republics of Central America (Oxford, 1918), pp. 73-77; Guillermo E. Cuadra,
“Memorias de un ex oficial de la Guardia Nacional de Nicaragua,” Revista Conservadora (enero, febrero y marzo
de 1962), pp. 1-48; E. Bradford Burns, Patriarch and Folk: The Emergence of Nicaragua, 1798-1858 (Cambridge,
1991), pp. 110-45); Carlos M. Vilas, “Family Affairs: Class, Lineage, and Politics in Contemporary Nicaragua,”
Journal of Latin American Studies, 26 (1992), pp. 309-41.
33Para una versión temprana, ver Sandino de Selser, i. opuesto a la p. 64. Una versión refinada apareció en
junio de 1927, y una tercera versión a mediados de 1930 que son reproducidas aquí.
Ver Macaulay, The Sandino Affair, p. 93, y para la foto y los reportes asociados de los Marinos y La Guardia,
34

www.sandinorebellion.com/PCDocs/1927/PC271012-OShea.html.
35 Ver Schroeder, "Sandino Rebellion Revisited," 297-98.
36 Ver Macaulay, The Sandino Affair, p. 117.

58
La alusión a la masculinidad es intencional, ya que los hombres segovianos, al ser incapaces
de proteger su propiedad, sus mujeres y sus niños excepto cuando se escondían o huían, percibieron
a los aviones y sus tripulaciones “invisibles” como a un enemigo cobarde que nunca mostraba su
rostro, y en contra del cual no existían recursos excepto el de pelear y morir, esconderse en el monte,
o acobardarse y huir. Las dos últimas opciones estaban construidas culturalmente como vergonzosas
y humillantes. El hecho de que el asaltante era extranjero, solamente hacían los asaltos más odiados.
Los hombres podían sostener su masculinidad y honor peleando y muriendo, o al trasferir el des-
honor y la vergüenza al enemigo. Los aviones y sus tripulaciones se convirtieron en el objetivo co-
ntra el que los rebeldes afirmaron su propia masculinidad, su valentía y su honor.
Desde el comienzo, la propaganda de Sandino denunció a “los aeroplanos enemigos, que
cobardemente protegidos por la altura, destrozan a los aldeanos indefensos.”37 Acusando a los pilo-
tos de usar “gases asfixiantes” (falsamente) y “bombas de incendio””(verdaderamente)—él trataba
de desacreditar a “los cobardes bucaneros, persuadidos de su impotencia para batirnos a campo
abierto, se concretaban a bombardear desde la altura a los pacíficos aldeanos, arrojando bombas de
incendio y gases asfixiantes sobre las humildes chozas de los indefensos campesinos.”38 Los periódi-
cos y revistas de Ciudad de México y Buenos Aires, que publicaban muchos de los manifiestos de
Sandino, difundieron la imagen de atrocidades aéreas a través del mundo Atlántico. Muchos acepta-
ron la afirmación de que los aviones de la marina usaron bombas de gases y otras armas químicas,
que fueron a su vez desacreditadas como mentiras por los detractores de Sandino. Sin embargo, las
denuncias de la guerra aérea resonaron poderosamente en casa y en el exterior.39
Los seguidores de Sandino hicieron eco de las acusaciones de cobardía y deshonor. El Gene-
ral Sandinista Miguel Ángel Ortez, en una carta dirigida a EDSN General Pedro Altamirano fechada
el 4 de febrero de 1930, asegura que “la mayoría de las grandes naciones han admirado [nuestro
Ejército Defensor] la audacia, el coraje y el valor desde el momento de su fundación en contra del
coloso del norte [Estados Unidos], quien ha intentado humillarnos solamente con el rugido de avio-
nes.”40 Las canciones patrióticas expresaban sentimientos similares. Una canción de la época, canta-
da en una entrevista del IES en 1983, por José Flores Gradys, de setenta y seis años y originario de

37Sandino, “’La Chula’ y el combate de Las Cruces," 10 de octubre de 1927, El pensamiento vivo, I, 161; ver
también José Román, Maldito país (Managua, 1983), pp. 63, 65, 78, 101, 139 ff. La acusación que los marinos
usaban “gases asfixiantes y bombas de incendio”, ver e.g., Sandino a Froylán Turcios, marzo 25 de 1928, Pen-
samiento vivo, I, p. 257. Algunos reportes de los marinos hablan de “bombas de fósforo” (“phosphorous
bombs”) durante el asalto a El Chipote, que da crédito a la alegación última; ver B-2 Report, 17 de enero de
1928, Lt. Larson, Managua, USNA 127/209/2, transcrito en
www.sandinorebellion.com/IRDocs/IR280117.html y www.sandinorebellion.com/HomePages/airwar.html.
38 Sandino, “Tiroteos, escaramuzas, sorpresas y carreras, dadas al enemigo durante el mes de noviembre de
1927,” El pensamiento vivo, I, p. 193; cf. Gen. Logan Feland, “Summary of Activities from June 1 to July 20,”
21 de julio de 1928, SDDF 817.00/5890; H. D. Campbell, “Aviation in Guerrilla Warfare," Marine Corps Ga-
zette (noviembre de 1931), p. 33; Ross E. Rowell, “Aircraft in Bush Warfare," Marine Corps Gazette (septiembre
de 1929), p. 195; Johnson, “Airpower and Restraint," p. 27.
39 Informes periódicos de inteligencia (R-2, B-2, Bn-2 y GN-2), USNA 127/209/1 y /2.
40Gen. Miguel Ángel Ortez a Gen. Pedro Altamirano, (solamente en traducción al inglés, traducido al español
acá), 4 de febrero de 1930 USNA 127/38/19.

59
El Jícaro, alaba a “a todos los Segovianos / que con machos y aeroplanos / ha tratado de humi-
llar.”41 La última estrofa de la canción ubica la defensa del honor al centro de la lucha Sandinista:
“debemos de proceder / como soldados valientes / recibir mejor la muerte / y no dejarnos humi-
llar.” Otra canción conmemoraba la muerte del Sandinista General Pedro Blandón, muerto en un
asalto aéreo en la Costa Atlántica en abril de 1931, y expresa claramente el deshonor de los infantes
de marina: “Izar nuestra bandera / por nuestro gran General / en la finca bananera / del yanqui bru-
tal imperial / Rugen las duras metrallas / del asesino invasor / aquéllos viles canallas / que perdie-
ron el honor.”42 Blandón se convirtió en uno de los mártires más venerados de la rebelión, su hero-
ísmo conmemorado en canciones y cuentos.43
Santos López expresó su percepción del deshonor y la vergüenza del enemigo al describir el
sufrimiento de las mujeres en el tiempo de la guerra: “es difícil olvidar la abnegación, el dolor y el
sacrificio de las mujeres durante el bombardeo (los bombardeos), cargando a sus hijos, sufriendo
con valor toda aquella inhumana metralla del invasor.” Al alabar el “valor” de las mujeres—una vir-
tud usualmente reservada a los hombres—él describió la guerra aérea, y por implicación al enemigo
que confiaba en ella, como “inhumana”; el subtexto implicaba que solamente cobardes sin vergüen-
za podían atacar a mujeres y niños. “Los hijos de esas mujeres que nacían en el campo de batalla,
bautizados con la sangre derramada día a día, tenían que ser doblemente patriotas. . . . A raíz de los
bombardeos que eran continuos, los animales de la montaña salían en huída hacia los llanos.”44
Las historias de los rebeldes combatiendo contra los aviones se convirtieron en una fuente
de memorias compartidas de sacrificio, un pegamento cultural que ayudó a mantener unidas a las
columnas diversas y rebeldes del Ejército Defensor. En las palabras de Alfonso Alexander, un co-
lombiano que sirvió por un tiempo como el secretario personal de Sandino y que después escribió
una novela sobre la rebelión: “Odio, digo, gran aliado de Sandino . . . [los yanquis] crearon el odio
más salvaje y con toda razón y con toda justicia, ese odio tenía que estallar por cualquier parte. . . . El
odio entonces fue el primero y más grande aliado de Sandino. Repito, si la política gringa se hubiera
desarrollado más racional, más fríamente, la lucha de Sandino hubiera fracasado”.45 Junto a las histo-
rias de batallas y de atrocidades cometidas por los infantes de marina y las tropas terrestres de la
Guardia Nacional, los cuentos de los asaltos aéreos ayudaron a unificar a los rebeldes y a proveer las
materias primas para cuentos, canciones, mitos y leyendas sobre los temas de la estupidez de los in-
fantes de marina, su desvergüenza, su brutalidad y su bancarrota moral; y sobre los rebeldes: su hero-
ísmo, su astucia y su superioridad moral. Eran cuentos de aviones derribados heroicamente; de la
invención de armas antiaéreas invencibles como “La Chula” (un tipo de cañón primitivo); de pilotos

41 Ver también del Instituto del Estudio del Sandinismo, ed., El Sandinismo: documentos básicos (Managua, 1985),
p. 146; E. Mejía Sánchez, Romances y corridos nicaragüenses (1946); Aurelio Ozaba Aguirre, IES, no. 057, p. 18.
42 José Flores Gradys, IES no. 058, pp. 2-3, 7.
43Ver por ejemplo Pedro Antonio Arauz, “A la Costa Atlántica,” IES MS, p. 1; Ángel Martínez Sosa, IES, no.
060, p. 5; Calixto Tercero González, IES no. 095-1, p. 9; IES, Sandinismo, p. 143.
44 López, Memorias, pp. 19-20.
45Alfonso Alexander Montoya, IES, nos. 011-015, p. 19; Alexander, Sandino, relato de la rebelión en Nicaragua
(Santiago de Chile, 1937), pp. 168-70; Cf. García Salgado, Con Sandino, p. 40.

60
capturados y perdonados magnánimamente por el Jefe Supremo o matados en sus actos viles y sin-
vergüenzas.46 Paradigmática aquí es la historia, muchas veces contada, de los “hombres de zacate” de
El Chipote al comienza de 1928, cuando Sandino dio instrucciones a sus soldados de construir figu-
ras casi-humanas para engañar a los aviadores, antes de escabullirse sin ser detectado – por ejemplo
la versión contada por José Flores Gradys a un entrevistador del IES en 1983:
“Sí, al Chipote, allá estuvimos, entonces teníamos descubierto el campamento y la aviación.
Entonces el General paseándose una mañana; y nosotros poniéndole cuidado: —‘General,

Ilustración 3: Detalle de “Un Engaño Genial,” Barricada, 7


de Agosto de 1983.

Ver Instituto de Estudio del Sandinismo, Ahora sé que Sandino manda (Managua, 1986), pp. 221-22; Gregorio
46

Urbano Gilbert, Junto a Sandino (Santo Domingo, 1979), pp. 95-96.

61
qué es lo que pasa?’ —‘Muchachos, estamos descubiertos de la aviación de esos cabrones.’—
esa era la palabra de él. —‘Ajá! Y por qué no los esperamos aquí?’ —‘No! No los esperemos
aquí, no nos conviene. Vamos a hacer unos aparatos aquí, unos tercios de zacates en unos
troncos.’— En todo el campamento que era grande. —‘Muchachos, permítanme unos som-
breros, para tapar todos aquellos troncos, vámonos! Vienen en camino los machos, vamos a
ir a toparlos. Que no tengan el costo de venir aquí.’— Les pusimos una emboscada en un
zanjón, largo del campamento; se viene la aviación todita al campamento a volar plomo y
bombas; y nosotros con los yanques en un zanjón en una emboscada. Ahí los terminamos
toditos, quedaron hechos balsera en aquel zanjón, toditos los matamos. Entonces dice San-
dino: —‘Muchachos, esto es lo último que les iba a enseñar.’— Era para que se engañaron
los aviadores, los pilotos, y creyeran que ahí estábamos. Entonces, onde miraron tapado
aquellos, ellos dijeron —‘esos son hombres’— cuando los yanques murieron porque los ma-
tamos toditos. —‘Esto es lo último que les iba a enseñar, muchachos’— dice.”47
Esas leyendas ilustran los procesos culturales en los cuales los infantes de marina y sus avio-
nes se convirtieron en los anti-héroes paradigmáticos necesarios en una emergente narrativa e iden-
tidad nacionalista. Sandino efectivamente engañó a algunos pilotos con los muñecos de palo y zaca-
te, aunque sus fuerzas sufrieron pérdidas altas en los ataques aéreos a El Chipote.48 La historia es una
variación de un tema antiguo y deriva su resonancia cultural de historias folklóricas de cientos de
años, como los cuentos del “el Tío Conejo y el Tío Coyote,” en los cuales el conejo invariablemente
engaña al coyote; y la historia del embaucador astuto de la época colonial, El Güegüense, quien
siempre engaña al adversario más poderoso.49 Destilada como un ejemplo de la astucia de los rebel-
des frente a la superioridad tecnológica de los infantes de marina, la historia del engaño de Sandino
en El Chipote es una de las muchas creadas en esos tiempos y luego embellecidas e infundidas con
significados nacionalistas.50

Ecos Hemisféricos, 1920s-2000s

47José Flores Gradys, IES No. 058, pp. 15-16. Para extractos de los testimonios del IES de estos eventos, ver
IES, Ahora sé, pp. 142-60. Ver también Emigdio Maraboto, Sandino ante el coloso (Veracruz, 1929), pp. 17; Be-
lausteguigoitia, Con Sandino en Nicaragua (Managua, 1985, orig. 1934), pp. 119 ff.
48 Ver www.sandinorebellion.com/HomePages/AirWar.html.
49Ver Sergio Ramírez, ed., Cuento nicaragüense (Managua, 1986), pp. 18-37, y Les W. Field, The Grimace of Macho
Ratón: Artisans, Identity, and Nation in Late Twentieth-Century Western Nicaragua (Durham, NC: Duke University
Press, 1999), pp. 40-76.
50Ver Michael J. Schroeder, "To Defend Our Nation”s Honor: Toward a Social and Cultural History of the
Sandino Rebellion in Nicaragua, 1927-1934 (Ph.D. disertación, Universidad de Michigan, 1993), cap. 6 y 7,
aquí: www.sandinorebellion.com/mjs/Schroeder-1993Dissertation.pdf.

62
El discurso anti-imperialista y nacionalista en Nicaragua se remonta al episodio de William
Walker en la década de 1850, cuando el filibustero de Tennessee desató una guerra en todo el istmo
en contra de su usurpación del poder. El discurso alcanzó su cúspide durante el período de interven-
ción militar, política y económica directa de parte de los Estados Unidos de 1912 a 1933. El Sandi-
nismo fue una manifestación de este nacionalismo emergente, y la guerra aérea de los infantes de
marina en Las Segovias, se convirtió en un contribuyente clave al Sandinismo. El analfabetismo y el
aislamiento geográfico de la mayoría de campesinos segovianos previnieron la diseminación de sus
sentimientos patrióticos por medio de los escritos o la prensa. En su vez circulaban periódicos, re-
vistas y hojas de propaganda tanto en Nicaragua como a través del mundo atlántico difundiendo la
noticia del nacionalismo Sandinista y la guerra aérea en Las Segovias.
Las historias del terrorismo aéreo se tejieron dentro de la narrativa de la violencia y brutalidad impe-
rialista que mostraba a los invasores estadounidenses como carniceros sin corazón destazando hom-
bres, mujeres y niños a voluntad—que podría llamarse la “leyenda negra” de las atrocidades de los
infantes de marina. Por toda la ocupación estadounidense de Las Segovias, los periódicos y revistas a
través de América Latina publicaron episodios de la violencia aérea norteamericana en contra de po-
blaciones civiles, muchas veces inventados o exagerados en detalles.51 Entre las invenciones más
atroces son las que aparecían en los discursos de Julio César Rivas, quien pretendía ser un General
Sandinista en 1928 y 1929 en Colombia, Venezuela y Chile y que se publicaron ampliamente en los
medios de América Latina.
Rivas, un consumado fabulista martillaba repetidamente el tema de las atrocidades aéreas de
los infantes de marina. El cónsul estadounidense en Iquique, R. R. Bradford, describió un evento del
14 de marzo de 1929: “el lugar estaba repleto y además de que estaban tomados todos los asientos,
también estaban todos los lugares en donde pudiera haber gente de pie . . . su [Rivas] presencia en la
plataforma fue la señal para un aplauso prolongado y vitoreo . . . el tópico era un refrito de la propa-
ganda de Sandino . . . del tiroteo de mujeres y niños por parte de los pilotos Americanos, etc., . . . la
acogida que tuvo Rivas parece indicar claramente el sentimiento de animosidad, u hostilidad del
hombre común de la calle, hacia los Estados Unidos.”52 Como lo indican las ilustraciones que acom-
pañan el presente artículo, los dibujos y caricaturas mostrando las atrocidades aéreas y el heroísmo
de los rebeldes contribuyeron a esta explosión de textos. En Crítica (Buenos Aires), los rebeldes, co-
ntra toda probabilidad, pelean contra el enjambre de aviones; en The Daily Worker (Nueva York), un
Sandino con figura de rey, a lomos de su corcel, desafía a los invasores simbolizados por aviones. En
una hoja de propaganda del “Comité Manos Fuera de Nicaragua” (Ciudad de México), los aviones
causan devastación por todo el oeste de Nicaragua; en la portada de The Nation (Nueva York), un
campesino, parado junto a su mula y su rancho, toma puntería contra un avión que va pasando. Es-
tas imágenes se convirtieron en lugar común en los medios de América Latina y los Estados Unidos.
Los informes de Carleton Beals, el único periodista estadounidense que entrevistó a Sandino,
y que aparecieron publicados primero en The Nation y que contenían relatos de testigos de las atroci-
dades de los infantes de marina, causaron consternación en los niveles más altos del gobierno esta-

51 Para ver recortes, ver SDDF 817.00/5150-5400.


52 R. R. Bradford, Iquique, Chile, a Sec. State Kellogg, 14 de marzo de 1929, SDDF 817.00/6247 .

63
dounidense.53 La revista prestigiosa The New Republic, sus redactores a favor de la intervención, cari-
caturizó en julio de 1927 lo que ellos previeron como la reacción de la prensa latinoamericana a los
eventos en Ocotal: “una mina propiedad de un Americano es tomada por un patriota nativo, mien-
tras los aviones Americanos disparan una lluvia de muerte desde el cielo a doscientos de sus solda-
dos.”54 El pronóstico fue correcto.
Para algunos, como el anarquista argentino Alberto Ghiraldo en Yanquilandia bárbara (1929),
el avión se convirtió, junto al dólar en el símbolo de la opresión imperialista yanqui: “Nicaragua do-
liente, Nicaragua sangrante, es hoy el símbolo de la América libre, amenazada por el tirano moderno:
el dólar. El dólar, a quien secundan, en abominable consorcio, el explosivo aéreo, la más cobarde de
las armas . . .”55 Aun las días feriados locales en países vecinos se transformaron en textos que ridicu-
lizaban la guerra aérea estadounidense. A comienzos de enero de 1929, la prensa salvadoreña reportó
un simulacro de batalla entre “tropas Americanas” y “autonomistas nicaragüenses,” puesta en escena
por la comunidad de Nahuizalco en el departamento de Sonsonate. “Tomando sus posiciones en lo
más opuestas, los dos grupos participaron en feroces combates simulados, empuñaron palos como
pistolas, granadas y bombas, hasta que los ‘autonomistas’ derrotaron a las tropas ‘Americanas’, a pe-
sar de la ventaja de estos últimos por tener un avión que había sido construido por varios carpinte-
ros de la comunidad.”56
La batalla simulada en Nahuizalco representaba solamente la punta del iceberg anti-
imperialista. El movimiento anti-imperialista pro-Sandinista en Centroamérica y América Latina al-
canzó su zenit entre finales de 1927 y finales de 1928. Entre sus líderes más prominentes eran el pe-
ruano Víctor Raúl Haya de la Torre, el fundador y guía de luz de la Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA) de Perú; el líder comunista venezolano Gustavo Machado; el poeta hondureño
Froylán Turcios; la premio Nobel chilena Gabriela Mistral; el argentino Alfredo Palacios, Presidente
de la Unión de América Latina; el muralista mexicano Diego Rivera; el filósofo mexicano y ex minis-
tro de educación José Vasconcelos; y el escritor nicaragüense Gustavo Alemán Bolaños. Richard V.
Salisbury muestra que los esfuerzos post-1928, del Departamento de Estado de los Estados Unidos,
para amordazar la agitación anti-imperialista en Centroamérica tuvieron un éxito considerable.57 Aun

53Carlton Beals, “With Sandino in Nicaragua,” 22 de febrero-11 de abril de 1928, y “This is War, Gentele-
men!” del 11 de abril de 1928 en The Nation. ver también Beals, Banana Gold (Philadelphia, 1932). Sobre la
repuesta del gobierno estadounidense,e ver la Entrevista con el General Feland, 13 de abril de 1928, Gen.
Frank McCoy a Sec. State Kellogg, 17 de abril de 1928, SDDF 817.00/5655; y correspondencia de Weddell a
Kellogg, 6 de junio de 1928, SDDF 817.00/5764.

54 The New Republic, 27 de julio de 1927, p. 238.


55Alberto Ghiraldo, Yanquilandia bárbara: La lucha contra el imperialismo: Historia Nueva. (Madrid: Imprenta Argis,
1929), p. 66.
56La Prensa, San Salvador, 13 de enero de 1929, traducido al inglés en carta de R. M. de Lambert, San Salva-
dor, a Sec. State Kellogg, 16 de enero de 1929, SDDF 817.00/6203.
57Ver Richard V. Salisbury, Anti-Imperialism and International Competition in Central America, 1920-1929 (Wilming-
ton, DE: Scholarly Resources, 1984), cap. 5.

64
así después de muchos años, las historias de las atrocidades aéreas en Nicaragua, circularon a través
de Hispano América en novelas, cuentos, memorias, poemas, polémicas y la historia. La próxima
sección examina los textos más destacados.

*****

Ilustración 4: “Lucha desigual, angustiosa, la de Nicara-


gua, sólo puede afrontarla el coraje de los patriotas como
Sandino.” Crítica, Buenos Aires, 5 de enero de 1928.

65
Hernán Robleto, un líder Liberal, político e intelectual que se opuso tanto a la intervención
de los infantes de marina como a la rebelión de Sandino, enfatiza la barbaridad e inhumanidad de la
guerra aérea en su novela, Los estrangulados, el imperialismo Yanqui en Nicaragua (1933). “Son potentes
Fokkers, son tri-motores pesados los que llevan la muerte colgada de sus barrigas de plata . . . el
firmamento se poblaba de pájaros de hierro . . . Al principio formaban puntitos negros, luego ad-
quirían la forma de zopilotes, en seguida eran unas figures extrañas, grises, como los saltamontes,
como los chapulines.” Justamente cuando los aviones comienzan a bombardear a una población
pacifica, el narrador compara su arrogancia a la de un mito Griego: “Los nuevos Prometeos que
han robado el secreto a los pájaros y que se acercan al sol utilizan su conquista para ir a matar se-
mejantes, para marchar en incursiones mercenarias a otras tierras que no han ofendido a los colo-
sos.”58

Ilustración 5: “Viva Nicaragua Libre! Nicaragua no debe de ser patrimonio de impe-


rialistas y traidores, y mientras mi corazón lata, yo voy a combatirlos: General Sandi-
no.” The Daily Worker, 7 de enero de 1928.

58Hernán Robleto, Los estrangulados, imperialismo yanqui en Nicaragua (Madrid, 1933), pp. 166-68; ver también su
novela anterior, Sangre en el trópico, la novela de la intervención Yanqui en Nicaragua (Madrid, 1930).

66
Ilustración 6: Detalle del costado de _____publicado por Manos Fuera de
Nicaragua (Mafuenic), Ciudad de México, 19 de enero de 1928.

67
La novela del reconocido poeta y ensayista nicaragüense Salomón de la Selva, La guerra de
Sandino o pueblo desnudo (1935), publicada al año siguiente del asesinato de Sandino, comienza con el
ataque aéreo a los “hombres de zacate” de El Chipote. En la embellecida historia, los aviones vie-
nen en olas tras olas desde el amanecer al anochecer y en formaciones de 50 aviones o más, cau-
sando destrucción desde tan alto que el centro de operaciones de Sandino permanecía invisible con
su techo escondido por ramas y hojas. Los aviadores regresaron a Managua, seguros de “haber ani-

Ilustración 7: La Portada de The Nation, 7 de marzo de 1928.

68
quilado a Sandino y a todos los miembros de su banda.” Pronto llegan las noticias de que la banda
de rebeldes había derrotado a la columna del “Coronel Hatfield” (un juego de palabras con el nom-
bre del oficial que con sus burlas había impulsado a Sandino a atacar Ocotal en julio de 1927). Los
aviadores, confundidos, razonan entonces que “debía ser obra de otra banda, más numerosa y más
hábil que la de Sandino,” aunque no había. En el cuento de De la Selva, los aviadores de la infante-
ría de marina, aunque tecnológicamente superiores, eran en realidad unos tontos arrogantes supera-
dos aún una vez más por el astuto jefe rebelde.59
En Relato de la revolución en Nicaragua (1937), el relato florido pero evocativo de la novela se-
mi-autobiográfica del colombiano Alfonso Alexander, el protagonista está descansando con sus
camaradas en un campamento improvisado cuando ellos escuchan el zumbido lejano de los avio-
nes. “¿Los oíste Colombia?” “No me fastidies,” él contesta. “Estoy acabangado y no me importan
esos malditos pájaros.” Como los zancudos de la selva que son una molestia constante, ellos están
muy lejos y el campamento muy bien escondido para sufrir daño. Un juego de dados comienza. El
compañero de Colombia reflexiona, “¡Qué ricos han de ser esos machitos para gastar de balde tanta
gasolina!” Cuando las abejas anchas de acero zumban a ras de tierra en la distancia, Colombia cavi-
la: “Alas plomizas, alas rojas, alas plateadas, alas blancas. Ruido enorme, ruido magnífico, erizador
de nervios débiles, ruido brutal.” Arrullado por las bromas de su compañero y pensando en la pers-
pectiva de la muerte y sus consecuencias, se siente en paz. Pero su compañero Repollo está que le
pica por una pelea y le dan permiso para que le dispare a los aviones, por lo que dispara. Los avio-
nes, miedosos de ser alcanzados, ascienden en el cielo como cobardes antes de dejar caer sus bom-
bas. Los árboles y el suelo explotan, Repollo es el héroe del día, y los guerrilleros fatigados siguen
su camino.60
Imágenes similares de la cobardía, la brutalidad y el deseo de humillar a los rebeldes, de los
aviadores se encuentran en las historias cortas, críticamente exaltadas del novelista, poeta y ex sol-
dado de infantería de la Guardia, Manolo Cuadra, Contra Sandino en la Montaña (1942). La historia
“La Caza” (1933), comienza con “el hombre de los ojos azules,” el piloto del Corsair, mirando a
través de los remolinos de nubes, dando vueltas anchas, cayendo en picada, tras un bandido solita-
rio, y “haría ladrar sus ametralladoras . . . [pensando] y one greaser less.” Pero el rebelde que él trata de
matar ha oído “un cobarde pajarraco yanki” y refugiándose detrás de un árbol, él dispara de vuelta,
y la batalla comienza. Por horas los dos enemigos se enlazan en un combate mortal de hombre co-
ntra avión, cada uno determinado a destruir al otro, hasta que finalmente, “el hombre de los ojos
azules” pierde la paciencia. Consumido por “el deseo rabioso de terminar, de humillar con la muer-
te a aquel fugitivo que lo burlaba, descomponía su cerebro,” y el piloto se desvía demasiado cerca.
La bala rebelde alcanza su objetivo, el hombre de ojos azules grita, y el avión se estrella. El rebelde
exhausto continúa su viaje.61

59Salomón de la Selva, La guerra de Sandino o pueblo desnudo (Managua: Nueva Nicaragua, 1985, orig. 1935), pp.
11-12, 47.
60 Alexander, Sandino, pp. 168-170.
61 Manolo Cuadra, Contra Sandino en la montaña (Managua, 1942, orig. 1933), pp. 81-84.

69
Manolo Cuadra pudo haber cogido la historia de su hermano Abelardo, un Teniente de la
Guardia de finales de la guerra, dado un desenlace diferente. En sus memorias, Hombre del Caribe
(1977), Abelardo Cuadra cuenta en detalles desgarradores la destrucción que su propia tropa hizo
en ciudades, aldeas y fincas a lo largo de Las Segovias. A finales de 1931, el Teniente Charles Phi-
llips le contó a Abelardo una de sus experiencias. El describió una batalla de horas entre él, pilo-
teando un Corsair, y un rebelde solitario atrapado en campo abierto. El rebelde, combatiendo fe-
rozmente, había sido herido varias veces, y “[al] descender frente a él en mi último pase, todavía
trataba en vano de incorporarse; alzó los puños cerrados y apretó los dientes, la cara ensangrentada,
y me gritó algo. Otra descarga de ametralladora lo dejó al fin tendido. — ‘¡Qué hombre más bravo
ese!’— acabó por decirme el teniente Philips mascando su chicle.” Uno puede vislumbrar aquí la
cultura del personalismo, el combate cara-a-cara en el que un hombre insiste en que su enemigo lo
enfrente, lo vea sangrar y oiga sus gritos.62
Estas historias de Manolo y Abelardo Cuadra se parecen a una “anécdota interesante” con-
tada por el periodista vasco Ramón de Belausteguigoitia, cuyo libro—una descripción de sus entre-
vistas de días con Sandino, Con Sandino en Nicaragua (1933)—toca repetidamente en el tema de la
guerra aérea. De acuerdo a la anécdota:
“Un aviador Americano, que hacía el recorrido ordinario de guerra, se encontró de pronto
con un hombre en un llano, en actitud de cortar el zacate con el machete. Ello le pareció
una treta de un soldado sandinista, y empezó a dispararle con una ametralladora. Efectiva-
mente, el hombre aquel agarró pronto su rifle y comenzó a disparar contra el avión, dando
saltos y carreras para desviar las bombas que el aviador comenzaba a dejar caer. Una de és-
tas le voló un brazo y el rifle, y entonces vio el piloto que aquel hombre levantaba su brazo
crispado hacia el avión con un gesto de desesperación y de rabia. Así estuvo hasta que una
nueva bomba lo hizo pedazos. El aviador que contaba este incidente añadía que aquel gesto
le dio la impresión de toda la protesta de la tierra contra la ocupación armada.”
De acuerdo a Belausteguigoitia, con el tiempo “la lucha se generalizó, se inicia en los americanos el
furor de aniquilamiento de una región, donde ven en cada cabaña un centro de vida hostil y en cada
habitante un guerrillero o espía . . . Y así, con estas persecuciones y matanzas, llega un momento en
que toda la montaña o está luchando con Sandino o coopera con él en su incesante espionaje.”63

Tocando una nota similar, el intelectual, activista y pacifista Sofonías Salvatierra, quien ayu-
dó a negociar el tratado provisional de paz entre Sandino y el gobierno nicaragüense, observa en
sus memorias, Sandino o la tragedia de un pueblo (1934), después de la retirada de los infantes de mari-
na estadounidense en enero de 1933: “Los aviones le perseguían por todas partes, y arrojaban me-
tralla, por los valles y por los montes, matando al campesinos indefenso que no hallaba donde refu-
giarse. . . . esta persecución, que no reparaba en si eran gente pacífica o combatiente los campesinos
que maltrataba, obligó a éstos a huir y a buscar a Sandino . . . [y] de esta manera llegó a dominar

62 Abelardo Cuadra, Hombre del Caribe (San José: EDUCA, 1977), p. 79 ff.
63 Belausteguigoitia, Con Sandino, pp. 125-26, 108, 226.

70
Sandino toda la población [segoviana] . . .” Haciendo valer sobre todo la ley y el respeto por las vi-
das y dignidad de la población ordinaria, Salvatierra forzosamente condena las atrocidades en co-
ntra de los civiles perpetradas por los dos lados.64
Salvador Calderón Ramírez, quien como Salvatierra, tuvo un papel importante en el proceso
de paz, en sus memorias, Los últimos días de Sandino (1934), también denuncia la violencia Sandinista
mientras condena con más fuerza “las torturas y tormentos a que eran sometidos los campesinos de
los departamentos septentrionales por los invasores: casas, labranzas, animales y sementeras eran
arrasados por las ametralladoras de abajo y por las bombas infernales de los aviadores de arriba.
Cortinas de fuego calcinaban sin piedad a los niños, mujeres y hombres.” Según Calderón Ramírez,
los aviones simbolizan la destrucción y el terror, y Sandino es “un hombre que ha desafiado la tem-
pestad de plomo de los aviones americanos durante más de cinco años.”65
Entonces, la guerra aérea en Nicaragua se convirtió en un elemento importante en una larga
tradición literaria que diseminó el tropo de la brutalidad del imperialismo estadounidense por toda
la América Latina. Ramón Oliveres, el editor de La Prensa de Buenos Aires, editó un tomo denso y
pesado titulado El imperialismo yanqui en América (1952) en donde se describe “la lluvia de metralla
que procede del cielo, de los aviones norteamericanos,” e insiste que “Sandino fué, realmente, un
héroe.” Desde México, la polémica, El Águila rampante, el imperialismo yanqui sobre América Latina
(1956) de Genaro Carnero Checa, proclama que “recordar a Sandino no es solamente cumplir un
deber. Es una profesión de fe americana.”66 En el poema Sandino publicado en 1955 por el poeta y
galardonado Nobel, Pablo Neruda, el avión se convierte en el símbolo de la agresión imperial esta-
dounidense: “Y cuando vino la aviación, / la ofensiva de los ejércitos / acorazados, la incisión / de
aplastadores poderíos, / Sandino, con sus guerrilleros, / como un espectro de la selva, / era un ár-
bol que se enroscaba / o una tortuga que dormía / o un río que se deslizaba. / Pero árbol, tortuga,
corriente / fueron la muerte vengadora.”67 Otras poemas notables del mismo tópico se incluyen:
dos del Ministro de Cultura Sandinista (después de 1979), Ernesto Cardenal: “Hora 0,” publicado
en 1956 con sus imágenes de Sandinistas “peleando contra aeroplanos con tropas de zacate,” y su
“Canto nacional,” publicado en 1972: “en Quilalí tenían en la plaza una hélice / de un avión que
derribó Sandino / y la usaban como campana del pueblo. Y / oí lamentarse a las viuditas.”68

64 Sofonías Salvatierra, Sandino o la la tragédia de un pueblo (Madrid, 1934), pp. 71-72, 65 ff.
65 Salvador Calderón Ramírez, Los últimos días de Sandino (México D.F., 1934), pp. 13, 24.
66Ramón Oliveres, El imperialismo yanqui en América (Buenos Aires, 1952), pp. 169, 167; Genaro Carnero Che-
ca, El águila rampante, el imperialismo yanqui sobre América Latina (México D.F., 1956), p. 269.
67 Pablo Neruda, “Sandino,” http://spanishpoems.blogspot.com/2005/04/pablo-neruda-sandino.html. Sobre
la sobrevivencia de esta imagen hasta la década de 1980, ver Sergio Ramírez en Nicaráuac, Revista Cultural, Ma-
nagua (mayo de 1985), pp. 93 ff; Gregorio Selser, "Bombardeo yanqui a Nicaragua," Barricada, 21 de febrero
de 1980.
68 Ernesto Cardenal, “Hora 0 (fragmento),” en Jorge Eduardo Arellano y José Jirón Terán, eds., "Sandino en
la poesía: 50 poemas sobre el General de Hombres Libres," Revista del Pensamiento Centroamericano 29 (143),
agosto de 1972, p. 10; y Ernesto Cardenal, “Canto nacional,” en Cardenal, ed., Poesía Nicaragüense (Managua:
Nueva Nicaragua, 1981), p. 263.

71
El tropo literario continuó a través de la década de 1980 y después. El tercer volumen del
historiador y polémico Eduardo Galeano de su trilogía magistral Memoria del fuego (1986, descrita por
el Washington Post como “un trabajo épico de creación literaria”) describe la campaña aérea de los
infantes de marina: “1927: El Chipote . . . Los aviones norteamericanos bombardean al tuntún,
arrasando caseríos, y los marines vagan por la selva, entre abismos y altos picos, asados de sol, aho-
gados de lluvia, asfixiados de polvo, quemando y matando todo lo que a su paso encuentran. Hasta
los monitos les arrojan proyectiles.” Y después: “1933: Managua . . . La prensa norteamericana la-
menta los muchos muertos en tantos años de ocupación, pero destaca el valor del entrenamiento
realizado por los aviadores. Gracias a la guerra contra Sandino, los Estados Unidos han podido en-
sayar por primera vez el bombardeo en picada, desde aviones Fokker y Curtiss especialmente dise-
ñados para combatir en Nicaragua.”69
El humorista nicaragüense Chuno Blandón en su novela avant-garde casi sin puntuación,
Cuartel General (1988), basada en sus conversaciones con viejos residiendo en San Rafael del Norte a
comienzos de la década de 1980, entrelaza las atrocidades aéreas en su narrativa sobre las tribula-
ciones diarias de la gente de San Rafael y sus alrededores. Su relato sobre el bautismo del pueblo en
el nuevo mundo de aviones, con su mezcla juguetona de humor, religión y expresiones idiomáticas
que tienen cambios abruptos en voces, nos ofrece una perspectiva única de la dinámica cultural en
juego:
“Y es que realmente fue un golpe duro una enorme sorpresa para toda la gente del pueblo
ver aquellos cruces en el cielo si jamás había sabido siquiera lo que era un automóvil o una
bujía encendida pues no conocían los adelantos de la civilización con decirte que para poder
llegar a la cabecera departamental había que caminar un día entero en una buena mula que
desafiara aquellos abismos e inmensos lodazales donde más de una tuvo que ser sacrificada
para que muriera piadosamente. Que iban a saber ellos de cosas modernas por eso aquella
mañana cuando aparecieron las cruces brillantes en la bóveda celeste la gente salía a las ca-
lles y se arrodillaba gritando que era el juicio final . . .”
La descripción de Blandón del prisma cultural por el cual los humildes y religiosos pueblerinos per-
cibieron primeramente las “cruces en el cielo” de otros mundos, presagia un cuento horrendo, có-
mico y confuso en el que el terror aéreo se convierte en parte del tejido de la vida cotidiana, un ad-
versario más en la lucha diaria de las familias y comunidades segovianas para sobrevivir.70
Más recientemente, la arrolladora historia popular de Luis Suárez Salazar, Madre América: un
siglo de violencia y dolor, 1898-1998, un libro popular publicado en dos ediciones en Cuba para lectores
generales (2003 y 2006), despliega una caja sobre el tema de la “cruzada” de los Estados Unidos en
contra “del pequeño ejército loco”—una frase acuñada en 1928 por Gabriela Mistral. La caja con-
tiene pasajes de una historia popular temprana de Juan Bosch, el ex Presidente de la República

69 Eduardo Galeano, Memoria del fuego III: El siglo del viento (México, D.F.: Siglo Veintiuno, 1986), pp. 83, 113.
70Chuno Blandón, Cuartel General (Managua: La Ocarina, 1988), p. 39. Vea también Pablo Antonio Aráuz,
IES, no. 096, y manuscrito sin título; y Luisa Cano Aráuz, IES, no. 037. Para un relato de ficción de la reac-
ción de los aviadores de la infantería de marina al terremoto de Managua de 1931, ver Lizandro Chávez Alfa-
ro, “Cinco yardas de bandoleros,” en su colección Vino de carne y hierro (Managua, 1993), pp. 111-21.

72
Dominicana y escritor prolífico, cuyo libro se publicó en tres países y en por lo menos siete edicio-
nes en las décadas de 1970 y 1980: “Para el mes de marzo las fuerzas norteamericanas y sus auxilia-
res nicaragüenses habían incendiado 70 pueblos; los bombardeos aéreos a Las Segovias eran conti-
nuos.”71
En resumen, la campaña aérea de los infantes de marina en Las Segovias se ha convertido
en un referente en la tradición pan-Latinoamericana literaria e historiográfica. Poemas, panfletos,
hojas sueltas, entrevistas, discursos, programas de radio, artículos de periódicos y revistas desde la
década de 1920 a la de 1980, describen a los infantes de marina como matarifes de miles de hom-
bres, mujeres y niños inocentes.72 La cultura material hace un paralelo de la cultura impresa, con
cigarros Sandino, botones, monedas, estampillas, banderas, posters, mantas, textiles, fotografías, can-
ciones, y discos fonográficos circulando a la par de textos escritos y hablados.73 Las consecuencias
políticas de la guerra aérea, que reverberaron por toda la América Latina por décadas, se inscribie-
ron permanentemente en la memoria colectiva de la región sur del hemisferio.

La Guerra Aérea en la Prosa de la Contrainsurgencia


Los ocho oficiales con sus 81 alistados del Escuadrón Uno de Observación (el “VO-1M”
por sus siglas en inglés) arribaron a Nicaragua en febrero de 1927, procedentes de San Diego con
seis biplanos De Havilland (DH-4B). Fueron seguidos en mayo por el Escuadrón de Observación 4
(VO-4M), con siete oficiales y 78 alistados en seis Boeing 02B-1s. Estas unidades combinadas fue-
ron designadas como los Escuadrones de Aviones de la segunda Brigada (Aircraft Squadrons of the
2nd Brigade). En diciembre de 1927, cuando el bombardeo de El Chipote comenzaba, los De Havi-
lland fueron reemplazados por los más resistentes Vought Corsairs (O2U-1) y los biplanos Curtiss
Falcons (OL-4), que eran más adecuados para el combate y reconocimiento. Cada Corsair estaba

71Juan Bosch, De Cristóbal Colón a Fidel Castro: el Caribe, frontera imperial (orig. Madrid: Alfaguara, 1970), citado
en L. Suárez Salazar, Madre América: un siglo de violencia y dolor (1898-1998) (La Habana: Ed. de Ciencias Sociales,
2003, 2006), p. 118; por el texto complete del libro de Bosch en dos tomos digitales, ver
www.manuelugarte.org/.
72Selser, Sandino, I, cap. 8 y passim; Maraboto, Sandino, pp. 14 ff. Para ver números exagerados y “hechos” in-
ventados, ver Xavier Campos Ponce, Los Yanquis y Sandino (México, 1961), pp. 144, 167-68 ff.
73 Sobre cigarros marca Sandino, ver el informe B-2 del primero de agosto de 1931, USNA 127/43A/2. Sobre
botones, ver el informe de patrulla, USNA 127/202/1-14; y la correspondencia de Fischer a Kellogg, 24 de
julio de 1928, SDDF 817.00/5892. Sobre monedas, ver La Noticia (Managua), 10 de agosto de 1927; Sandino
a Echeverría, Ciudad Sandino (El Jícaro), 2 de julio de 1927, Marine Corps Research Center (MCRC), Quanti-
co VA, Colección de Papeles Personales, caja “Sandino”. Sobre estampillas, ver New York Times, 31 de enero
de 1928, y el Daily Worker del 10 de febrero de 1928. Sobre banderas y textiles, ver el informe de patrulla, Li-
vermore, San Juan, 22 de abril de 1930, USNA 127/202/11. Sobre mantas y rótulos, vea El Libertador (Ciudad
de México), febrero de 1928, SDDF 817.00/5462. Sobre canciones, existen hojas líricas tamaño bolsillo en
USNA 127/38/18. Sobre discos fonográficos, correspondencia de Lambert a Kellogg, de enero de 1929,
SDDF 817.00/6203. Para música moderna, escuchar a Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina, “Sandino,
General de Hombres Libres”.

73
equipado con una ametralladora 7.62 mm (calibre .30) delantera con visión de ajuste, dos ametralla-
doras giratorias Lewis del mismo calibre en la cabina trasera, y transportaban hasta trescientos libras
de bombas bajo sus alas inferiores. Además, varios Fokker (TA-1) transportadores de ala sencilla,
cuyos motores habían sido reemplazados por trimotores Ford 5-AT más poderosos acarreaban tro-
pas y se desempeñaban como ambulancias aéreas. Para finales de 1928, los infantes de marina en
Nicaragua tenían doce Falcons y Corsairs; siete bombarderos-observadores anfibios Loening, y cin-
co Fokkers trimotores, para un total de veinticuatro aviones. Después de un pequeño aumento en
1930-31, para finales de 1932 el total decreció a 22.
Los registros de la infantería de marina muestran que en los primeros seis meses de 1929,
los escuadrones de aviones gastaban un promedio semanal de 2,613 balas de ametralladora calibre
.30 y 11.2 bombas de fragmentación de diecisiete libras. Dos años más tarde, en los primeros seis
meses de 1931, en el tiempo en que la guerra de infantería se había intensificado, estos promedios
semanales habían declinado a más de tres cuartos, es decir a 577 balas de ametralladora y a 2.6
bombas. En el año del 1 de julio de 1929 hasta el 30 junio de 1930, los aviones de la marina hicie-
ron 1,275 vuelos militares de un total de 5,000 vuelos con más de 5,000 horas-aire. Para finales de
1932, las horas-aire anuales excedían las 8,000.74
En resumen, mientras la guerra se desenvolvía, el número de aviones permanecía relativa-
mente constante, cada avión pasaba más tiempo en el aire, y los aviadores se involucraban menos
en combates directos y más tiempo en supliendo y reconociendo para las operaciones en el terreno.
Tal como menciona H. D. Campbell, y otros de los primeros teóricos del poder aéreo que sirvieron
en el teatro nicaragüense—y tal como lo confirman los registros de los escuadrones aéreos: el com-
bate aéreo era una de las tareas menos importantes para el personal aéreo. La tarea principal era la
de transportar carga, información y personal entre Managua y las estaciones al norte; y de proveer
apoyo y reconocimiento para tropas en el terreno. Solamente después de cumplir con esas obliga-
ciones logísticas de inteligencia y suplir tropas, ellos reconocían el terreno en busca de rebeldes, los
expulsaban y los hacían participar en el combate.

74Ver Ross E. Rowell, “Reporte Anual de Escuadrones Aéreos, Segunda Brigada, Cuerpo de Marina Esta-
dounidense, 1 de julio 1927 a 20 junio de 1928”, Marine Corps Gazette (diciembre 1928), pp 258 ff. Datos
calculados de los informes semanales de los escuadrones aéreos, 1929-31, USNA 127/43A/16. Ver también
Clyde H. Metcalf, A History of the United States Marine Corps (New York, 1939), p. 442, y el New York Times, 28
de diciembre de 1932.

74
Ilustración 8: Mapa de las Segovias y zonas adyacentes mostrando pistas de
aterrizaje construidas en 1927-1934. © Michael J. Schroeder.
El número de balas y bombas disparadas (calculado de inventarios semanales de municio-
nes), nos da una medida de la participación de los aviones en combate. Para finales de 1931, los
aviones estaban gastando menos de un cuarto de las balas y bombas que habían gastado tres años
antes. En una reflexión de este cambio de táctica, de los resúmenes semanales de enero de 1929 a
menudo reemplazaban los informes individuales que sobrevivieron en un orden continuo, existen

75
solamente el de febrero-abril y octubre-noviembre de 1928.75 El más largo inventario en un orden
continuo cubre los ochenta y siete días del 8 de febrero al 5 de mayo de 1928, informa de 41 ins-
tancias en las que la tripulación aérea descargó sus armas (un promedio de 2.1 vez al día); 28 veces
en las que dispararon a gente, casas o ganado (promedio de una vez cada 3.1 días); y nueve en las
que hubo intercambio de disparos con tropas en el suelo (promedio de una vez cada 9.7 días).
La tendencia en la baja de asaltos aéreos es consistente con las conclusiones de J. S. Corum
y W. R. Johnson de que “el papel de apoyo del poder aéreo [es su] misión más importante y efecti-
va en una guerra de guerrillas” y que el “poder aéreo en ataques al suelo se hace más importante
cuando la guerra es convencional.”76 Debido a que la rebelión de Sandino nunca se convirtió en una
guerra “convencional,” la función de los aviones de “atacar al suelo,” permaneció supeditado al pa-
pel más importante de suplir a sus propias tropas. Sin embargo, el ataque a la población civil, tuvo
una visión diferente de parte de la táctica aérea.
En la campaña segoviana, como en todas las guerras de guerrilla, no había una línea clara y
sin ambigüedad que dividiera a los combatientes de los civiles. Un hombre armado llevando los co-
lores sandinistas (rojo y negro) era claramente un rebelde, mientras un niño claramente no lo era.
Pero en la práctica de todos los días, los dos grupos se fusionaban: los niños transportaban mensa-
jes para los rebeldes y las niñas servían de vigías mientras que las mujeres cocinaban para los rebel-
des y viajaban con ellos. La gente vieja los hospedaba y atendía a sus heridos, y los hombres planta-
ban cosechas adicionales para los rebeldes. Esa gente era al mismo tiempo civiles y rebeldes. Como
observa Michael Fellman en su estudio de guerra de guerrillas en Missouri durante la Guerra Civil
estadounidense, “esa guerra borró las líneas entre los combatientes y los civiles, entre los soldados y
los bandidos.”77 Los infantes de marina y los Guardias encontraron imposible el poder distinguir
claramente entre los civiles que ellos deseaban proteger y los rebeldes que ellos deseaban destruir.
Al tratar de resolver este paradoja, los aviadores idearon la categoría de comportamiento
“sospechoso” y “no sospechoso” — o, a como dice Rowell en el Marine Corps Gazette, “lo normal”
o “lo anormal.” La distinción asumió dos alternativas que se excluían mutuamente y que los pilotos
sabían bien como escoger entre ellas de manera rápida y correcta. Los aviadores hacían decisiones
de vida-o-muerte, de manera rutinaria, basados en conclusiones de patrones de conducta observa-
dos desde el aire. A como lo explicó el Mayor H. D. Campbell, “yendo en picada al ataque, si el lí-

75La mayoría de los informes se perdieron o fueron destruidos y lo que sobrevive son copias al carbón de
mala calidad y no inventariadas; todos los informes originales de servicio de aire que el autor fue capaz de
encontrar en los archivos han sido transcritas y publicadas en
www.sandinorebellion.com/HomePages/AirWar.html. Unos cuantos informes desconectados de 1930-31
indican que todavía se escribían informes individuales, pero no de manera continua y parece que no existen
para el período después de diciembre de 1928. Sobre la destrucción de archivos en los meses previos al retiro
de los infantes de marina, vea W. G. Sheard, archivos secretos, 1 de febrero de 1932, USNA 127/43A/30.
76 Corum y Johnson, Airpower, p. 427.
77Michael Fellman, Inside War: The Guerrilla Conflict in Missouri during the American Civil War (Oxford, 1989), p.
xv.

76
der encuentra que la columna hostil se ha transformado en una mujer, con un muchachito bien mo-
reno en cada brazo, él tiene que dejarse guiar por su conciencia y usar su propio juicio.”78
En la práctica, se desarrolló un código elaborado entre los aviadores y los Segovianos que
reemplazaron la palabra hablada con gestos y acciones. El 9 de febrero de 1928, cuando el código
estaba todavía naciendo, el Capitán Robert J. Archibald voló sobre la población de Gualí, de donde
se había reportado que estaban seis hombres cavando hoyos en una loma en las afueras del pueblo:
“Estaban enterrando o desenterrando algo. Algunos aviones sobrevolaron pero los hombres no
pararon su trabajo para mirar a los aviones. Estaban también cuatro mujeres y dos de ellas miraron
a los aviones y las otras estaban a la orilla de un edificio. Ellos parecían sospechosos.” Archibald se
puso alerta porque en su experiencia “toda la gente en esta área cerca de las fincas, paraban de tra-
bajar para mirar a los aviones.” Así sus sospechas se basaron en la suposición injustificada que su
blanco, conociendo la repuesta estándar a los aviones, prefirieron obviarla y seguir trabajando. Los
pilotos encaraban rutinariamente en este tipo de trabajo de adivinanza. En esta ocasión los aviones
no dispararon ni bombardearon.79
Dos semanas después, el 19 de febrero, Mayor Rowell voló sobre la villa de Santa Ana.
“Dos hombres estaban sentados en el dintel de la puerta. Dispararon dos ráfagas cortas de un arma
de fuego cercana. Los caballos saltaron pero los hombres no se movieron. Ellos parecían sospecho-
samente despreocupados.” El siguió su vuelo.80 Al día siguiente, él regresó a Santa Ana, lo cual vio
otra vez como sospechoso: “en una casa-finca de Santa Ana había una manada de ganado y como
unos cuarenta caballos en el pasto cerca de la casa . . . no había nadie a la vista excepto una mujer . .
. se dispararon dos ráfagas con el arma de fuego frontal, a la montaña con la esperanza de atemori-
zar a cualquier persona escondida. La mujer se metió a la casa y nadie más apareció.” De nuevo él
siguió su vuelo. Generalmente, aparentar no preocupación por los aviones era un motivo de sospe-
cha y también el aparentar mucha preocupación al correr y esconderse. Para parecer normales, los
campesinos no tenían que mostrar ni mucha ni poca preocupación. Los pilotos creían que los cam-
pesinos entendían esto de esta manera y por eso actuaban de acuerdo a esta creencia, aunque el ac-
tuar normal ante los ojos de los pilotos a menudo era un asunto difícil: “la falta de miedo a los
aviones era tan marcada que mostraba como que la gente estaba actuando.”81
Inferencias adicionales hechas una y otra vez, eran que disparando desde el aire iba a asustar
a la gente para que salieran a la luz, y que la concentración de caballos y ganado con poca gente a la
vista eran sospechosas. Ninguna de las inferencias era justificada. En esta sociedad agraria, las con-
centraciones de ganado desatendido eran un asunto común, y para los campesinos, salir a la luz y
mostrarse ante un aeroplano ametrallando o bombardeando el área cercana, piloteados por extran-

78 Campbell, “Aviation in Guerrilla Warfare,” p. 40.


79 Archibald, Informe de patrulla aérea no. 2, Managua, 2 de febrero de 1928, USNA 127/202/2.
80 Ross E. Rowell, Informe de patrulla aérea no. 2, Managua, 19 de febrero de 1928, USNA 127/202/2.
81 Fike, Informe de misión aérea, 20 de junio de 1930, USNA 127/202/2.

77
jeros con una reputación de brutalidad—en tiempos de guerra—pudiera haber sido visto como sui-
cida.
En el terreno de batalla, las reglas de enfrentamiento para los aviadores indicaban matar a
gente que se corría de los aviones.82 El 15 de marzo de 1928, Rowell informó que cerca de la aldea
de Caraterra,
“dos hombres corrieron de la finca [casa] hacia el arroyo adyacente y se escondieron por los
arbustos. Disparé una ráfaga con la ametralladora frontal hacia el techo pero no salieron
más hombres. Ametrallamos el banco del arroyo pero sin resultados . . . las acciones de es-
tos dos hombres que corrieron hacia el arroyo eran sospechosas mientras ellos se corrían
cuando los aviones estaban todavía a un cuarto de milla de distancia y se alejaban de la fin-
ca. No los hubiéramos visto si ellos no hubieran corrido.”83
Presumiblemente, los hombres pensaron que los aviones los iban a atacar si permanecían adentro.
Incidentes similares ocurrieron de manera repetida; por ejemplo cerca de Murra el 12 de abril de
1928, informaba Rowell, “observamos seis caballos alrededor de un grupo de tres casas y vimos a
tres hombres que corrieron hacia la maleza. Dejamos caer cuatro bombas, dos cayendo exactamen-
te en las casas.” Nuevamente no hay indicaciones de si alguien permaneció adentro de las casas.84
Para estos tiempos, los rebeldes habían aprendido a hacerse invisibles a los aviones de pa-
trulla. De acuerdo a un desertor Sandinista, interrogado en febrero de 1928, “Sandino le dijo a to-
dos los grupos que no usaran caballos porque los aviones los podían ver fácilmente y los caballos
no podían pasar a través de la maleza con rapidez.”85 Un terrateniente que fue brevemente prisione-
ro de los rebeldes en el mes de abril, hizo unas observaciones similares: “cuando los aviones vinie-
ron el 11, ellos [los Sandinistas] se detuvieron y permanecieron inmóviles, mientras varios de la
banda tocaban guitarras y cantaban canciones.”86
Civiles no-combatientes eran más lentos que los Sandinistas para aprender la manera de es-
conderse de los aviones al buscar cobertura y quedarse inmóvil. El 3 de abril de 1928, el Teniente
James B. McHugh voló sobre la aldea de Espino en la frontera con Honduras.
“Dos hombres y dos caballos con alforjas se veían en un rancho. Cinco hombres más co-
rrieron hacia la casa. Cuando el avión sobrevoló la casa y los dos hombres que estaban afue-
ra corrieron hacia los arbustos, disparamos una ráfaga desde la ametralladora trasera y ellos
se corrieron hacia la casa. Vimos que un hombre cayó y gateó hasta el rancho. Disparamos
otra ráfaga al techo pero nada más pasó.”87

82 Sobre las reglas de enfrentamiento en patrullas de combate, vea USNA 127/202/11-14.


83 Ross E. Rowell, Informe de misión aérea, 12 de abril de 1928, USNA 127/202/2.
84 Ross E. Rowell, Informe de misión aérea, 12 de abril de 1928, USNA 127/202/2.
85 Interrogación de Rogelio Mangas, Informe B-2, 12 de febrero de 1928, USNA 127/43A/4.
86 Informe, “Información de movimientos recientes de bandidos”, 24 de abril de 1928, USNA 127/43A/4.
87 McHugh, Informe de misión aérea, 3 de abril de 1928, USNA 127/202/2.

78
No había manera para que McHugh supiera si sus blancos eran o no rebeldes. Al día siguiente, el
Teniente Christian F. Schilt voló sobre una aldea sin nombre al suroeste de Matagalpa. “Observé
cerca de veinticinco hombres sentados en los dinteles de las casas. Tres hombres estaban parados
en el camino, uno armado de un rifle y los otros dos de machetes. Cuando nos acercábamos y el
avión era visible, estos hombres corrieron hacia adentro de una de las casas. Ametrallamos esa casa
pero nadie salió . . . las razones por las cuales no bombardeamos las casas [fueron que] aproxima-
damente quince mujeres y diez o doce niños estaban presentes.” Si las mujeres y los niños no
hubieran estado presentes y si Schilt— quien recibió la Medalla de Honor del Congreso por su
heroísmo en la evacuación de Quilalí en enero de 1928, hubiera tenido suficientes municiones, pro-
bablemente hubiera bombardeado la aldea.88
Así, un hombre con un rifle y tres corriendo hacia una casa era considerado suficientemente
incriminatorio para justificar un bombardeo. Ese mismo día más tarde, Archibald and Schilt regre-
saron a la aldea. “los aviones hicieron círculos bajos sobre las casas procurando hacer fuego de ma-
nera fallida. Dejaron caer cuatro bombas—dos de trapo—cerca de las casas. No se vio a nadie sa-
liendo de las casas aunque se podían ver dentro de las casas a varias mujeres y niños . . . no se deja-
ron caer bombas a las casas por la presencia de las mujeres y los niños en ellas.89
El informe de Campbell de mujeres locales “con niños bien bronceados en cada brazo”
protegiendo soldados enemigos, sugiere que los Segovianos aprendieron rápidamente a aprovechar-
se de la renuencia de los aviadores de matar mujeres y niños. El 10 de abril de 1928, Rowell infor-
mó que, en Jocomico, “observamos setenta y cinco caballos en una finca grande. Dos hombres es-
taban en el patio pero no le pusieron atención a los aviones. Una mujer con un tierno y dos niños
salieron y se pararon enfrente de la casa . . . disparamos varias ráfagas al patio de la casa pero nadie
le puso atención . . . las acciones de las personas allí, bajo las circunstancias, nos parecieron anor-
males, pero no los atacamos porque habían mujeres y niños.”90 Rowell juzgó el comportamiento
como “anormal” debido al gran número de caballos; la falta de interés en el avión; y la decisión de
las mujeres de hacerse ellas, junto a los niños, altamente visibles.
Otros informes sugieren del terror que algunos campesinos sufrían ante el vuelo de los
aviones. El 2 de abril de 1928, Rowell voló sobre una aldea cerca de la frontera con Honduras. “es-
taba llena de hombres, mujeres y niños, y cuando los aviones se acercaron cundió un pánico entre
la gente. Ellos corrieron de un lugar a otro, cayendo uno encima de otro, y enarbolaban cualquier
cosa que ellos podían. Era evidente que los sin ley estaban cerca y que los habitantes de la aldea te-
nían miedo del ataque de los aviones.”91 Los hondureños que vivían en aldeas y fincas cerca de la
frontera, vivían también con miedo. En abril de 1929, durante una conferencia fronteriza entre los

88 E. H. Brainard, “The Marines Take Wings,” The Leatherneck, agosto de 1928, p. 32.
89 Schilt, Informe de misión aérea, 4 de abril de 1928, USNA 127/202/2.
90Rowell, Informe de misión aérea, 10 de abril de 1928, USNA 127/202/2. Un episodio similar ocurrió el 5
de mayo y el 24 y 31 de octubre de 1928.
91 Rowell, Informe de misión aérea, 2 de abril de 1928, USNA 127/202/2.

79
representantes de los infantes de marina estadounidenses y del gobierno de Honduras, el Vice-
Ministro de Gobernación de Honduras, José B. Henrique, protestó porque los aviones estadouni-
denses “bombardean frecuentemente en territorio hondureño.” El citó el bombardeo reciente de la
aldea de Las Limas que destruyó varias casas. Cuando los infantes de marina se mostraron escépti-
cos, él les mostró una bomba que no había explotado en dicha aldea: “Mi reclamo principal en co-
ntra del cuerpo aéreo es el miedo que ocasiona cuando se acercan. Su apariencia previene a la po-
blación de hacer su trabajo cotidiano. Ellos le tienen miedo a los aviones . . . ellos piensan que pue-
den ser bombardeados en cualquier momento, por lo tanto ellos tienen miedo de ser vistos cuando
los aviones se escuchan.”92 Aun los grandes terratenientes nicaragüenses de las zonas cafetaleras
tenían miedo de las bombas. En septiembre de 1929, el Capitán H. H. Hanneken informaba de un
encuentro con un terrateniente: “Eulalio Flores, me dijo que él deseaba permanecer viviendo en su
finca con su familia y con unos 10 mozos para operar sus cultivos . . . Flores me dijo también que él
estaba con miedo de permanecer allí por temor a que los aviones podían bombardearlos . . . yo le
informé que iba a informar de su presencia . . . y le pediría a la aviación de no bombardear la casa
en la que él vive.”93
Otros informes sugieren que, aunque miedosos, los campesinos desdeñaban a los aviadores.
En marzo de 1928, Rowell hizo una inspección militar preliminar del Valle de Pantasma. “Un
hombre salió de una casa y después de hacer una reverencia elaborada, se quitó el sombrero y des-
plegó una cabeza vendada.”94 Una interpretación posible del gesto, podría ser: ustedes los machos
casi me matan sin ningún motivo, y con esta reverencia exagerada les digo que no les tengo miedo:
que me deberían de matar ahora mismo o me dejan a mí y a mi familia en paz.
En 1933, el Coronel Sandinista Abraham Rivera condenó la matanza aérea de ganado:
“ellos mataron todo el ganado y los cerdos, así que no tenemos nada que comer.”95 Tales carnicerí-
as eran la política oficial a como lo explica Rowell: “el objetivo primario en guerra en el monte es el
personal del enemigo. El objetivo secundario son su abastecimiento y sus animales de transporte.
El primer objetivo es más fácil que el segundo ya que el abastecimiento son difíciles de destruir
porque los animales corren en estampida, dispersando rápidamente a los blancos posibles.”96 De
manera similar observa el tratado de Campbell titulado “Aviation in Guerrilla Warfare” (La Avia-
ción en la Guerra de Guerrillas):

Es difícil para un avión el poder localiza a hombres oscuros entre rocas oscuras en un te-
rreno de lomas . . . en las guerras tropicales, el calor y la dificultad de abastecimiento y mo-

Capt. George Stockes, Informe de la Conferencia, Ocotal, 10 de abril de 1929, USNA 127/43A/3; y Sum-
92

merhill a Kellogg, 16 de abril de 1929, SDDF 817.00/6280.


93 Capt. Herbert H. Hanneken, Informe de patrulla, 14 de septiembre de 1929, USNA 127/202/13.
94 Ross E. Rowell, Informe de misión aérea, 29 de marzo de 1928, USNA 127/202/2.
95 Román, Maldito país, p. 63.
96 Rowell, “Bush Warfare,” p. 194.

80
vimiento son los peores enemigos del hombre blanco . . . mientras el objetivo ideal es la
destrucción de las principales fuerzas del enemigo y la sumisión de sus lideres, este objetivo
es frecuentemente difícil de obtener. Un ataque contra algo de importancia para los rebel-
des, como los campos de cultivo de las aldeas, o el ganado, puede forzarlos a rendirse o
presentarse en batalla en campo abierto con mucha facilidad para ser vencidos. Lo anterior
presenta un blanco ideal para los aviones.97
Un fragmento de un reporte aéreo del 6 de abril de 1928 documenta una de esas instancias: “bandi-
do armado y nueve más fueron vistos correr hacia una casa. Habían aproximadamente 50 cabezas
de ganado y muchas aves de corral cerca de la casa. Dejamos caer doce bombas sobre y alrededor
de la casa y disparamos 1,800 tiros cerca de la casa sin conocer el número de muertos. Cayeron
aproximadamente 25 cabezas de Ganado.”98 Medio siglo antes, el ejército estadounidense y ejércitos
privados eliminaron a millones de búfalos en las Grandes Praderas para privar a los indígenas de su
fuente principal de sostenimiento, y para abrir el campo a las industrias de ganado y del ferrocarril.
Dado que muchos infantes de marina vincularon la lucha en contra del “hombre oscuro” en Nica-
ragua con la librada en contra del “piel roja” en su propio país, no es sorprendente que ellos des-
plegaron una estrategia similar en las regiones “infestadas de bandidos” en Nicaragua.
La ausencia de restricciones atribuibles al racismo se fortaleció por el deseo de venganza de
parte de los infantes de marina. Tomemos por ejemplo, los relatos numerosos de las muertes del
Teniente Earl A. Thomas y del Sargento Frank E. Dowdell, derribados por los rebeldes en octubre
de 1927. En las palabras de la revista semi-oficial del Cuerpo de Marina Estadounidense, Leather-
neck: “ambos fueron después rodeados por los bandidos asesinos, seguidores de Sandino, blandien-
do machetes” informaba uno de los escritores de Leatherneck, que describía la escena y la comparaba
a lo que llamaba los “días negros” de la historia estadounidense: “el esqueleto del avión de combate
reposa no muy diferente a uno de esos vagones cubiertos de las primeras páginas de nuestra histo-
ria como país, posiblemente quemado por algunos indios merodeadores.” Al invocar las guerras
genocidas con los indios que habían concluido solamente cincuenta años antes, la descripción de
Leatherneck hizo explícita la implicación del lenguaje medido de los informes oficiales: que la repre-
sentación de los Sandinistas por parte de los infantes de marina estaba enraizada en la ideología ra-
cista con largos antecedentes en la historia estadunidense. En Leatherneck, los rebeldes fueron a me-
nudo comparados a los “pieles rojas,” por ejemplo en una historia breve de un soldado de infante-
ría, “Mi Experiencia en Nicaragua,” que proclamaba de manera simple que las cosas iban bien en

97 Campbell, “Aviation and Guerrilla Warfare,” pp. 36-37.


Fragmentos de un informe aéreo del 6 de abril de 1928, en el informe R-2, Ocotal, 15 de abril de 1928,
98

USNA 127/209/2.

81
Nicaragua “hasta que Sandino estaba on the warpath (en pie de guerra),” una referencia clara a los
“redskins” (indios) del siglo xix.99
Hasta principio de la década de 1940, el cuerpo de marina estadounidense estaba compues-
to de hombres blancos, muchos provenientes de los escalones más bajos de una sociedad profun-
damente dividida por clase y raza, y sus acciones iban a estar enlazadas y sujetas a la influencia de la
cultura política racista de esos tiempos. Por ejemplo el “Aircraft in Bush Warfare” (Aviacion y
Guerra en el monte) de Rowell—el cual Johnson cita como evidencia del auto-control de los infan-
tes de marina—enmarca su discusión en términos de raza. “El bandido moderno, forajido o insur-
gente podría ser un hombre blanco, pero con más frecuencia el va a ser de las razas roja, negra o
café, o todavía más correcto, un mezclado. Sus cualidades de combate varían ampliamente, pero su
moral, comparada a la nuestra, tiene la tendencia a ser menos sensible a las víctimas.” En otras pa-
labras, la gente blanca—en comparación a otras razas—valoraba más la vida humana. Rowell en-
tonces se irrita sobre las restricciones que sus superiores impusieron a las tripulaciones aéreas:
“La opinión publica tiene que ser siempre respetada ya que es sensible al derramamiento de
sangre, y los periódicos son propensos a los rumores públicos o a los escándalos y los abu-
sos. Varias combinaciones de estas influencias no solamente preocupan y acosan al coman-
dante de campo, sino que tienden a reducir la moral combativa de un comando entero . . .
nosotros no bombardearíamos pueblos porque esto no sería consistente con una política
abogada por alguna convención internacional. El resultado es que todas las aldeas de la sel-
va se convierten en zonas seguras para el enemigo. La seguridad de los no-combatientes se
convierte en un asunto de suma importancia. Los bandidos entonces emplean cortinas de
mujeres para alcanzar inmunidad ante los ataques. El uso de químicos, aun de gas lacrimó-
geno está prohibido por razones que podrían causar una mala interpretación de nuestro
punto de vista en la arena internacional . . . se nos requiere que nos enmarquemos en todas
las reglas de guerra civilizada, mientras el enemigo tortura prisioneros, mata a los heridos y
mutila a los muertos.”100
Note el sarcasmo y la frustración evidentes de Rowell en su énfasis sobre “la seguridad de
los no-combatientes.”
La creencia de que los nicaragüenses “oscuros” [brown] no valoraban la vida tanto como los
norteamericanos “blancos” permeaba el cuerpo de los infantes de marina. El Comandante del Área
Norte, Coronel Robert L. Denig, comentó en su diario sobre los nicaragüenses: “para ellos la vida
es barata, el asesinato en si mismo no es nada.” El Mayor Julian C. Smith, comisionado oficialmen-
te para escribir la historia de la Guardia Nacional de Nicaragua le da características esenciales a las

99Sobre Thomas y Dowdell, ver Leatherneck (enero 1928), p. 13, y la páginas del website corespondientes:
www.sandinorebellion.com/PCDocs/1927/PC271012-OShea.html y passim; ver también “Neighings of the
Flying Stallion Squadron of Nicaragua” (enero 1928), p. 18; R. Eubank, ”Warpath” y “My Experience in Ni-
caragua,” The Leatherneck (abril 1929), p. 19. Para contexto histórico del racismo contra los latinos en los
EE.UU., leer Arnoldo De León, They Called Them Greasers: Anglo Attitudes toward Mexicans in Texas, 1821-1900
(Austin, TX: University of Texas Press, 1983).
100 Rowell, “Bush Warfare,” pp. 180-81.

82
“dos razas dominantes en la historia moderna, la Germánica y la Romana. Los nicaragüenses, en el
lado Románico de esta división racial, son “profundamente ignorantes . . . muy poco interesados en
principios . . . capaces de incitarse a actos de extrema violencia . . . un estado de guerra es para ellos
una condición normal.”101 Los contribuidores de Leatherneck, que eran muchos, usaban con frecuen-
cia epítetos racistas como “gook” (despectivo para extranjeros), “nigger” (despectivo para negro),
“spick” (despectivo para Latinos), y “chink” (despectivo para asiáticos).102 Los aviadores en Nicara-
gua le pusieron de sobrenombre a uno de sus aviones, el “GP1 (The Gook Pursuit One)” (El Per-
seguidor de Gooks 1).103 Este tipo de lenguaje era también común en cartas privadas, como las del
Soldado de Primera Clase Emil Thomas de Ohio, escribiéndole a su prometida desde su cama de
enfermo en Quantico, Virginia, antes de partir para Nicaragua, él llamaba a los nicargüenses “nig-
gers” and “spicks.” Después de llegar a Las Segovias su epíteto racial preferido se convirtió en
“gook,” un termino que él usó docenas de veces por durante varios meses. Desde Ocotal escribió a
su prometida que “la mayoría de nosotros estamos bueno [sic] alegres de tener una excusa para
caerle a unos cuantos gooks.”104
La muerte de Thomas y Dowdell cerca de Quilalí en octubre de 1927, seguida por una serie
de batallas muy duras en las cercanías en los meses de diciembre y enero, en la que seis infantes de
marina fueron muertos y por lo menos un cadáver mutilado, evidentemente tocó un nervio entre
los aviadores, quienes incrementaron el nivel de la violencia que ellos infligieron y con consecuen-
cias serias para los civiles.105 En marzo de 1928, cerca de Murra, una escaramuza entre rebeldes y
aviadores escaló rápidamente. En la mañana del 18, uno de los aviadores “oyó dos disparos distin-
tos viniendo del bosque.” A pesar de que ametrallaron el terreno con 300 balas, los aviones no pu-
dieron sacar a luz a ningún rebelde y una inspección mostró que algunas balas habían atravesado el
avión. Cuando ellos regresaron al día siguiente, fueron atacados por todos lados y un aviador fue
herido en el pié, los cual enfureció a sus colegas y ellos volaron a Ocotal para dejar al herido, re-
abastecerse de gasolina y para armarse con 1,400 rondas de municiones y diecinueve bombas. “Los
aviones dispararon a ocho casas diferentes. Atacaron todas las casas y la maleza en la vecindad con
buenos resultados. Los forajidos corrieron desde las casas y se dispersaron dentro de la maleza y
entre el ganado. Se bombardeó al ganado y murieron algunos caballos, algunas vacas y algunos
hombres . . . número de víctimas es desconocido.” Se usaron todas las rondas de municiones y to-
das las bombas y los aviones fueron alcanzados cinco veces. A mediados de la tarde, ellos repitieron

101Col. Robert L. Denig, “Diario de un Oficial de la Guardia,” mss. inédito, MCRC, colección Denig, caja I;
Major Julian C. Smith, et al., “A Review of the Organization and Operations of the Guardia Nacional de Ni-
caragua," 1933, mss. inédito, MCRC.
102 Leatherneck, (septiembre de 1927) pp. 13, 18, 19; enero de 1928, p. 18; febrero de 1928, p. 49.
103 Leatherneck, (octubre de 1927), p. 17.
104Emil Thomas a Beatrice, 3 de septiembre de 1928, Athens, Ohio University, Colección Emil Thomas, car-
peta 31. Le agradezco a Douglas McCabe por su ayuda con esta fuente.
El número de victimas del cuerpo de la infantería de marina estadunidense en Nicaragua, del 1 de enero de
105

1927 al 2 de enero de 1933, USNA 127/43A/15; se accesó acá: www.sandinorebellion.com/USMC-


Docs/USMC-docs-Casualties.html.

83
el procedimiento, gastando otras 1,400 rondas de municiones y veinte bombas y sufriendo más dis-
paros. Para ahora, la noche estaba cayendo.
Cuando ellos regresaron la mañana siguiente, “le disparamos a dos lugares que fueron bom-
bardeados ayer, y una cantidad grande de zopilotes se observaron saliendo de cada lugar . . . debido
a la gran cantidad de zopilotes saliendo, se cree que se hizo mucho daño en la vecindad de Murra el
día anterior.” Este encuentro en el que se afiló el deseo de venganza de los aviadores y se les dismi-
nuye su auto-control, hizo que en esta zona, los civiles sufrieran más violencia aérea que en otros
lados.106
No tan largo de Murra unos meses después, en una ilustración de esta tendencia, dos avio-
nes atacaron a un grupo grande de civiles. El 2 de julio de 1928, de acuerdo a extractos de los in-
formes de los aviadores, “siguiendo el camino de San Juan de Telpaneca un grupo grande de sospe-
chosos [de 75 a 100] se encontraba cerca de Pericón . . . compuesto completamente de hombres.
Cuando los aviones se acercaron, ellos estaban cortando zacate y podando árboles con machetes de
una manera que parecía teatral . . . no hay excusa posible para la presencia de un grupo grande de
hombres en esta región escasamente poblada . . . el trabajo que ellos estaban haciendo, era obvia-
mente falso.” Los aviadores atacaron al grupo. Después de una investigación rápida, el comandante
del área, Coronel J. A. Rossell, determinó que el grupo había estado limpiando el camino—una
practica común: “no había evidencia suficiente para justificar un ataque a esa gente como bandi-
dos.” El Coronel R. H. Dunlap confirmó lo dicho, y el caso fue cerrado.107 Meses después, el Leat-
herneck bromeaba sobre el incidente.108 El episodio refleja las variaciones regionales en la intensidad
de la guerra resultando en el deseo de los aviadores para vengar las muertes de sus compañeros de
armas, y cómo la ignorancia de los aviadores sobre la vida rural algunas veces desemboca en conse-
cuencias catastróficas para civiles.
Poco tiempo después, un combate similar se llevó a cabo en Poteca, cerca de la confluencia
del ríos Coco y Poteca en la frontera hondureña, al norte de Murra, en donde los rebeldes se habían
concentrado después de haber atacado propiedades de estadounidenses en la región de la Costa
Atlántica. El ataque aéreo del día 25, en el cual treinta bombas de 17-libras se dejaron caer y se dis-
pararon cinco mil rondas de munición de ametralladora, logró dispersar al grupo. Después de esto,
alrededor de Murra los infantes de marina tenían menos auto-control y menos restricciones en
cuanto al tratamiento de civiles a lo largo del Coco y sus tributarios. El Capitán Merritt Edson,
quien encabezó la expedición del Río Coco en 1928 y comprendió las reacciones de ese tipo de ac-
ciones, que se podían generar en el área, recomendó a sus superiores: “No bombardeen pueblos
repito no bombardeen pueblos en el Río Waspuc.”109 A pesar de los consejos de Edson, unos
bombardeos después a lo largo del Río Coco, crearon, entre los habitantes de la región, sentimien-

106Como ejemplos se incluyen los informes del 28, 30 y 31 de enero de 1929, Managua, 12 de febrero de
1929, USNA 127/209/1. Vea también Urbano Gilbert, Junto a Sandino, pp. 41-42; y Claribel Alegría y D. J.
Flakoll, Nicaragua: la revolución Sandinista (México, 1982), pp. 78-79.
107 Col. R. Dunlap, Observaciones y deducciones aéreas, Ocotal, 15 de Julio de 1928, USNA 127/220/2.
108 “Air News from Nicaragua,” The Leatherneck (noviembre de 1928), p. 28.
109 Citado en Brooks, “Revolution from Without,” p. 193.

84
tos profundos en contra de los infantes de marina; esto se basa en fuentes diversas incluyendo a un
Ministro Moravo con larga experiencia en la zona.110
Para mediados de 1930, los infantes de marina habían cambiado sus tácticas y los aviadores
estaban menos involucrados en operaciones directas de combate, y más enfocados en el apoyo a las
tropas de tierra con tareas de abastecimiento, transporte e inteligencia. El número de pilotos, avio-
nes y horas de vuelo aumentaron, aunque el gasto en la cantidad de municiones y bombas disminu-
yó.111 El lugar principal de la guerra se había desplazado al terreno y la guerra misma se había trans-
ferido—en las palabras de Alfonso Alexander—“una guerra salvaje como esta, exigía métodos sal-
vajes, soluciones salvajes; aquí, el asunto era elemental: nada de problemas, nada de prisioneros—
liquidación, o sea, guerra a muerte.”112
Cientos de patrullas de terreno e informes de combate nos brindan una evidencia fría para
el cambio de táctica.113 Dos que son típicos son los del Capitán Arthur C. Small sobre sus patrullas
a través del distrito de Yalí. El 21 de noviembre de 1931, él le señaló a su apoyo aéreo de que los
“bandidos” iban rumbo noroeste. Un poco después, él oyó el ruido de bombas explotando en esa
dirección. “Los aviones regresaron y nos tiraron el mensaje diciendo que habían bombardeado dos
casas.” Investigando el hecho, él encontró a tres civiles heridos, un hombre viejo, “una mujer vieja
[con] un par de tucos de carne separada de su pierna izquierda cerca de la rodilla,” y a un niño “el
peor herido de los tres con pedazos de metralla en su brazo derecho . . . La única información dis-
ponible era que los aviones habían bombardeado a dos niños que iban caminando por el sendero.”
Unas semanas más tarde, la patrulla de Small regresó al área. En seis días, ellos quemaron más de
una docena de casas y le dispararon hiriendo a media docena de hombres locales que habían huido.
“Habían algunos doce o catorce campos de maíz que pasamos y todos con una o más casas” in-
formaba él. “Yo calculo que habían entre tres y cinco toneladas de maíz guardadas en esas casas.
No todas las casas fueron quemadas teniendo en cuenta mi escasez de fósforos.”114
En otras palabras, si Small ha tenido suficientes fósforos, toda la reserva de comida en la
zona que él patrullaba, hubiera sido consumida por el fuego. Este episodio ilustra varias tendencias
comunes, entre ellas la más importante de la integración táctica creciente de las fuerzas terrestres y

110Brooks, “Revolution from Without,” pp. 193-94, n. 382. Sobre los bombardeos a lo largo del Río Coco,
ver Macario Calderón Salinas, IES, no. 044-2-2, p. 15; ver también un reclamo civil en Request for Reclama-
tion de Demetrio Valle, La Cruz, Río Grande, 27 de abril de 1929 (
www.sandinorebellion.com/eastcoast/EC1930A-p1.html, bajo fecha del 13 de enero 1930); y una declaración
jurada de Onofre Urbino, 6 de junio de 1930, USNA 127/204/5. Sobre los combates aéreos cerca de Poteca,
ver los informes de inteligencia del 8 y 30 de julio, del 8 y 12 de agosto de 1928., USNA 127/209/1 y 2. Sobre
Edson, ver David C. Brooks, “Marines, Miskitos, and the Hunt for Sandino: The Río Coco Patrol in 1928,"
Journal of Latin American Studies, 21 (1989), 311-42.
Escuadrón aéreo, informe de operaciones semanales, 5 de enero de 1929 a 12 de diciembre de 1932, US-
111

NA 127/43A/16.
112 Alfonso Alexander, IES, no. 011-015, p. 24.
113 Informes compilados en USNA 127/202/13 y 14.
114 Small, Informe de patrulla, Yalí, 14 de diciembre de 1931 y 9 de enero de 1932, USNA 127/202/14.

85
aéreas, con las tripulaciones aéreas actuando cercanamente y de acuerdo con las patrullas en tierra; y
la tendencia creciente de las fuerzas aéreas y terrestres de tratar a todos los Segovianos como ene-
migos; y la importancia creciente de atacar las redes de apoyo civiles de los rebeldes, para poder
privar a los Segovianos de las necesidades materiales para sostener la vida.

Conclusión

En las primeras décadas del siglo veinte, las nuevas armas de destrucción masiva—entre las
cuales los aviones se iban a destacar como de las más potentes y versátiles—condujo a repensar las
leyes de la guerra. Para los conflictos convencionales entre estados beligerantes, esas leyes habían ya
sido revisadas. Por otro lado, las “guerras pequeñas” no convencionales, como la de la rebelión de
Sandino, cayeron entre las grietas de los tratados internacionales ya existentes, mientras también
servían como un tipo de terreno de experimentación para nuevas armas, nuevas tácticas y nuevos
enfoques para la guerra.
Porque los Sandinistas no ”respetaban las leyes y costumbres de la guerra” a como está de-
finido en la Convención de La Haya de 1907, los Estados Unidos no estaban obligados a verlos
como un poder beligerante, o, a ajustarse ellos mismos a las provisiones de la convención. Los polí-
ticos estadounidenses tenían mano libre para permitir que los infantes de marina bombardearan y
ametrallaran cualquier blanco que ellos quisieran y para que desarrollaran nuevas tácticas aéreas a
como ellos creyeran que era lo correcto. En esta época de los primeros aviadores, y con la cultura
mediática estadounidense y en todos lados enamorada de la tecnología de vuelo y de hombres co-
mo Lindbergh, aviadores como Rowell sabían que ellos estaban en territorio desconocido, que las
reglas todavía estaban en proceso de cambio, y que las tácticas que ellos desarrollaran iban a tener
grandes consecuencias para el futuro del poder aéreo, particularmente en guerras pequeñas, insur-
gencias y en otros conflictos no convencionales. Pero así como las reglas controlando el uso del
poder aéreo en guerras no convencionales—como la de la rebelión de Sandino—demandaban una
mayor claridad, así también lo demandaban las reglas para identificar a los enemigos no convencio-
nales. La categorización de patrones de comportamiento observados como “normal” o “sospecho-
so,” hizo que esta regla única diseñada por los infantes de marina en seis años de guerra, resultara
inadecuada cuando la línea que divide a los rebeldes y a los civiles no existía. El uso del poder aéreo
en contra de rebeldes nadando en un mar de civiles (usando una metáfora memorable de Mao), no
importa cuan cuidadoso sea, inevitablemente desemboca en una cantidad grande de víctimas civiles.
El terror era construido en la arquitectura de la guerra aérea en Nicaragua. La voluntad de
los Estados Unidos para usar el terror fue en parte atribuida a la arrogancia cultural, el racismo y el
deseo de venganza de los aviadores; y asimismo a su aislamiento y falta de supervisión. Muchos Se-
govianos recordaban a los infantes de marine mucho tiempo después de los hechos. La memoria
colectiva duradera se expresó en historias, canciones, leyendas, poemas, novelas, memorias y movi-
lización política. Ellos se indignaron por la violencia aérea no simplemente por el irrespeto a la vida
y a la propiedad de parte de los aviadores: en Las Segovias, asesinatos y destrucción de propiedad
era común, pero la violencia local—aunque brutal—tenía la tendencia de ser personal y con un

86
blanco fijo, y sus reglas eran claras tanto para la víctima como para el perpetrador. Los ataques aé-
reos, por contraste, eran impersonales y sin blanco fijo, y las reglas de combate de los aviadores
eran opacas. Los Segovianos podían descifrar esas reglas solo mediante ensayo y error y la palabra
de boca-en-boca, lo que a través del tiempo, se logró. Entre mucha de la propaganda en hojas suel-
tas que los infantes de marina dejaban caer, ninguna explicaba las circunstancias en las que los avia-
dores abrirían fuego.
Entre los Segovianos la guerra aérea, que parecía tener las intenciones de humillar y deshon-
rar, así como también de matar y mutilar, generó un odio profundo, individual y colectivo, contra
los Estados Unidos y contra los infantes de marina. El odio, a su vez, probó ser para Sandino una
herramienta poderosa de reclutamiento, quien capturó a los aviones como un símbolo para proyec-
tar su propia causa. Tiempo después, la experiencia con la guerra aérea se convirtió en una de las
tradiciones contra los Estados Unidos y contra Somoza de la izquierda cultural, que jugó un papel
prominente en la revolución Sandinista de 1979.
La edición de 1935 de la infantería de marina Small Wars Manual (Manual de Guerras Pe-
queñas), escrito principalmente por veteranos de la campaña de Nicaragua, argumenta que en la
guerra revolucionaria, la “estrategia debe de tratar de ganar ascendencia psicológica sobre el ele-
mento fuera de la ley o los insurgentes antes de las hostilidades. [La] misión política . . . dicta la es-
trategia militar de las guerras pequeñas.”115 Este ensayo muestra que, en la práctica, los militares es-
tadounidenses fracasaron en seguir su propia doctrina emergente. En Las Segovias, el objetivo es-
tratégico de ganar la ascendencia psicológica y privilegiar la misión política sobre la estrategia militar
se subordinó a la táctica de sembrar el terror. La táctica fracasó al crear a muchos enemigos más de
los que eliminó. En la memoria social de los Segovianos, ocupan un lugar prominente las atrocida-
des de los infantes de marina y el terror que vino del cielo. En otros lados, la narrativa de terror di-
seminada por escritores, intelectuales, activistas y propagandistas socavó la influencia política y di-
plomática de los Estados Unidos a través de Latinoamérica.
Las memorias compartidas de la victimización colectiva están entre los motores más pode-
rosas del cambio político y social en la era moderna. Casi un siglo después de la Conferencia Pan-
Americana en La Habana, el pedacito de ingenio y sabiduría popular de Will Rogers todavía resue-
na: solamente los bufones y los tontos supondrían que la gente te recordaría estrechando con una
mano mientras estás disparando con la otra.



115 Small Wars Manual, U.S. Department of the Navy, Washington D.C., p. 8.

87
Reina Lilliam (1941-1943)
Cultura Cortesana en el Régimen Dinástico de los Somoza
Marvin Alberto Saballos Ramírez

Reseña bibliográfica: Saballos Ramírez, Marvin Alberto, Reina Lilliam (1941-1943), Cultura Corte-
sana en el Régimen Dinástico de los Somoza, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 88-118, Septiembre
2012.

RESUMEN
Los años de 1941 a 1943 fueron de consolidación del Régimen Dinástico fundado por Anas-
tasio Somoza García, el cual dominó el escenario político, militar, económico y social de Nicaragua
durante casi medio siglo, entre las décadas de 1930 a 1970.
Somoza García empezó a ser un factor dominante de poder en Nicaragua al ser nombrado
Jefe Director de la Guardia Nacional, cargo que ejerció efectivamente desde el 2 de enero de 1933, al
retirarse del país las fuerzas de ocupación militar estadounidenses del U.S. Marine Corps. En enero
de 1937 asume como Presidente Electo de Nicaragua, y dos años después, el 23 de marzo de 1939,
mediante una disposición constitutiva transitoria, una Asamblea Constituyente le amplía su mandato
hasta el primero de mayo de 1947, para un total de diez años en la Presidencia de la República du-
rante este primer período.
En 1941, Somoza García se encuentra en el medio de su mandato, sin ningún rival político
que la haga sombra. El ingreso de Nicaragua a la Segunda Guerra Mundial en diciembre de 1941,
con el Estado de Emergencia, la Suspensión de Garantías Constitucionales y la Ley Marcial conse-
cuentes, le crean las condiciones propicias para el fortalecimiento de una dictadura legal, las que
aprovecha para consolidar más su poder político, económico y militar, dando paso a un régimen con
carácter cada vez mas personalista y autocrático, de manera que ha llegado a ser considerado como
ejemplo de régimen no democrático, en su variante de sultanismo, según las conceptualizaciones de
las Ciencias Políticas elaboradas a partir de los estudios del politólogo español-germano Juan J.
Linz1, profesor de la Universidad de Yale y Premio Príncipe de Asturias, Ciencias Sociales 1987. El
sultanismo vendría a ser un tipo de gobierno despótico, con glorificación del líder, quien ejerce su
autoridad de manera arbitraria y nepotista, aunque con cierta tolerancia de pluralismo social y políti-
co.
Lilliam, la hija mayor del Presidente Somoza, retornó de sus estudios en los Estados Unidos
en julio de 1941, lo que fue ocasión de una serie de eventos fastuosos que se iniciaron con los
homenajes y festejos de bienvenida, alcanzaron el cenit en su coronación como “Reina” de la Guar-
dia Nacional y culminaron en su “boda para la historia” en febrero de 1943.

1 http://www.fpa.es/premios/1987/juan-jose-linz/text/

88
El análisis de estos eventos evidencia el uso de los bienes del estado para fines personales, la
confusión estado-familia, y la cooptación de amplios sectores sociales, religiosos y artesanales para
los fines del continuismo político de Somoza García. Pero sobre todo, demuestran la construcción
de un imaginario político-social en el que se rinde culto no solo a la figura del Gobernante, sino
también a su familia, sentando bases político-sicológicas para la perduración dinástica, lo que fue
ampliamente logrado por Somoza García, ya que su legado perduró en los gobiernos de sus hijos
Luis y Anastasio Somoza Debayle hasta 1979.
Intentar el análisis de este período sin apasionamientos
partidarios, puede darnos pistas para entender no sólo las
claves que explican por qué pudo darse en Nicaragua un
régimen como el somocista, sino también dimensiones de
nuestro ser colectivo.
Palabras claves: Dinastía Somocista, Sultanismo, Cultura
Cortesana, Eventos fastuosos, Cultura Política Nicara-
güense.

INTRODUCCIÓN
En torno a la figura de Lilliam Somoza Debayle,
hija mayor de Anastasio Somoza García, Presidente y fun-
dador de la Dinastía Somocista2 y hermana de los también
Foto 1. Lilliam Ada de la Cruz Somoza 
presidentes de Nicaragua, Luis Anastasio y Anastasio So-
Debayle en sus años juveniles. Foto  moza Debayle, se tejieron en sus años de juventud una
tomada de la Invitación a Misa por su  serie de eventos fastuosos que merecen ser estudiados ya
Alma celebrada en la Catedral de Ma­ 
nagua el 30 de junio de 2003; archivo 
que reflejan, como en un laboratorio histórico, rasgos de la
personal Bayardo Cuadra Moreno.  cultura política y de la sociedad nicaragüense, expresados
La fotografía fue originalmente tomada  en un estilo que en este escrito denomino “cultura corte-
en ocasión de ser electa Reina de los  sana.”
Manzanos en Flor en la ciudad de She­ 
nandoah, Winchester, E.E.U.U. duran­  No pretendo realizar una biografía de Lilliam So-
te sus estudios en dicho país, según 
moza, sino estudiar elementos de los principales homena-
aparece en la Revista Élite, No. 17, 
abril 1940, Managua. jes de alta relevancia político-social que le fueron dedica-
dos entre 1941 y 1943, al regresar de sus estudios en los
Estados Unidos, con 20 años de edad, en la plenitud de su juventud y de la consolidación del largo
régimen de su padre y que arrojan luces sobre los valores y modos de vida predominantes en los cír-
culos del poder en Nicaragua, que en el caso de los actos dedicados a Liliam Somoza en esa etapa de
su vida, resultan un ejemplo sorprendente de “sultanismo”: una forma de ejercer el mando caracteri-
zada por la personalización del poder y por la arbitrariedad, expresión extrema del patrimonialismo

2Dinastía: Familia en cuyos individuos se perpetúa el poder o la influencia política, económica, cultural, etc.
Acepción 2 del DRAE 

89
heredado del Estado Colonial, tal como lo define el Dr. Andrés Pérez-Baltodano3, nicaragüense,
profesor de Ciencias políticas de la Universidad de Western Ontario.
La Doctora en Ciencias Políticas de la Universidad de Salamanca, Fátima García Díez, ubica
también en la forma sultanista del patrimonialismo al régimen de los Somoza, a la par de los de Tru-
jillo en Dominicana, Marcos en Filipinas, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros. Como nos
explica la Dra. García Díez, el debate en las ciencias políticas sobre los regímenes no democráticos
ha dado lugar en los últimos años, a partir de los estudios de Juan J. Linz y colaboradores, a la con-
ceptualización del término “sultanismo”, acuñado en clara referencia a los trabajos clásicos de Max
Weber quien utilizó el término “sultanato” en su obra “Economía y Sociedad” para interpretar las
formas extremas de patrimonialismo dentro de las formas de dominación tradicional.4 Ver tabla en
Anexo1.

CULTURA CORTESANA:
Visto entonces el Régimen Dinástico de los Somoza como una forma de “sultanismo”, en-
tenderé en este artículo, “Cultura Cortesana” como: el estilo de vida y protocolo que se estableció en torno a la
figura y familia de un tipo de gobernante que concentró en torno suyo poder político, militar, social y económico
suficiente para beneficiar o perjudicar a voluntad a cualquier ciudadano. Por ello, halagar y estar cerca del Gobernante
o de su familia, procurando atraer su benevolencia, era el objetivo de todos los que por sus posiciones oficiales, sociales o
económicas tenían la posibilidad de hacerlo.
Aún cuando el régimen sultanista, es diferente al monárquico europeo, en cuanto el régimen
monárquico obedece a un modelo de organización social institucional y el sultanista se basa
fundamentalmente en la figura del caudillo, la caracterización de Corte, Etiqueta y Majestad en la
España de los Austrias, según aparece en la Página Web de Cultura e Historia del Gobierno de
Castilla y León, puede ayudarnos a acercarnos a nuestra definición del asunto:
“El gran objetivo cortesano (es) la privanza5, expresado casi en su rudimentario sentido de privar estando fí-
sicamente al lado del Príncipe y desplazando a quien antes ocupase esa privilegiada posición (En el habla nicara-
güense, formar parte del “círculo íntimo,” ser de confianza del “hombre”). El siguiente paso sería hacerse
no sólo con el lugar más próximo al rey, sino también con el primero de los lugares en su ánimo y voluntad.
Aunque no se aspirase a la privanza, una constante de la vida palaciega fue la lucha abierta y dura por ocu-
par una posición que permitiera frecuentar o tratar de cerca a las personas reales. En el fondo, ese desaforado celo que
los cortesanos mostraban porque se respetase el protocolo en las ceremonias de corte y que podía provocar graves estalli-
dos de violencia cuando alguien intentaba ignorarlo, respondía a ese principio de asegurarse la cercanía regia. Por otra

3 Pérez-Baltodano, Andrés: Entre el Estado Conquistador y el Estado nación: providencialismo, pensamiento político y
estructuras de poder en el desarrollo histórico de Nicaragua. INHCA-UCA, 2008, Managua, pág. 32.
4 García Díez, Fátima: Regímenes no democráticos. Universidad de Salamanca, España:
http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/materiales/5.2.regimenesnodemocraticos.pdf
5Privanza: (De privar) 1. f. Primer lugar en la gracia y confianza de un príncipe o alto personaje, y, por ext., de
cualquier otra persona. DRAE.

90
parte, cualquier alteración en el orden habitual de posiciones era rápidamente interpretada como una muestra de ascen-
so o caída en desgracia ante el rey.
Camino predilecto de los cortesanos era hacerse con alguno de los cargos que se servían dentro de Palacio porque, como
le recomendaba el Conde de Portalegre a su hijo Diogo en 1592, "tienen los príncipes mayor conocimiento de los que
traen delante". En este sentido, los más apreciados eran los oficios de la Casa Real que garantizan la familiar proxi-
midad con el monarca o, como decían los cortesanos, "tener entrada" con las personas reales.”6
Curiosamente, encontramos que Gonzalo Fernández de Oviedo, durante su estancia en 1528
en León Viejo, desempeñándose como veedor de metales,
escribió “El Libro del Blasón”, un tratado sobre heráldica7
en el cual toca también el concepto de “vida cortesana”.
Según el Profesor Jesús Carrillo, de la Universidad Autó-
noma de Madrid y autor del libro “Cultura cortesana e impe-
rio: el Libro del blasón, de Gonzalo Fernández de Oviedo”, el mo-
delo defendido por Oviedo suponía que la habilidad de-
mostrada en la Corte en el servicio al Rey, era lo que le
daba mayor valor y derechos a una persona, más aún que
la nobleza del linaje o la educación formal, la corte por
tanto se constituía en el lugar privilegiado para quien que
ambicionara ser “alguien” en la vida8. Quizá Oviedo nunca
pensó que la figura del cortesano hábil adulador, del “cepi-
llo”, como se dice en el habla nicaragüense, perviviría por
siglos en nuestra cultura política.
Para nuestro caso nicaragüense, entenderé como Foto 2. Lilliam como Reina de los 
Manzanos en Flor en la ciudad de 
“Corte” el círculo de poder político, militar, social y eco- Shenandoah, Winchester, USA, du­ 
nómico que se estableció en torno a la familia Somoza en rante sus estudios en dicho país. 
sus 46 años, 6 meses y 15 días de ejercer el efectivo poder Tomada de la Revista Élite, No. 17, 
abril 1940, Managua.
en Nicaragua, contando este período desde el 2 enero de
1933, cuando Anastasio Somoza García, el fundador de la
Dinastía, asume efectivamente el cargo de Jefe Director de la Guardia Nacional9, convirtiéndose así
en el poder real en Nicaragua, hasta el 17 de julio de 1979 en que Anastasio Somoza Debayle, el ter-

6Corte, Etiqueta y Majestad. Austrias Mayores (España):


http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/contextos/6586.htm
7Oviedo y Valdez, Gonzalo Fernández de: “Centro América en los cronistas de Indias: Oviedo. Introducción y notas de
Eduardo Pérez Valle. Managua, Banco de América, 1977. Pág. 27.
8 Carrillo, Castillo Jesús: “Cultura cortesana e imperio: el Libro del blasón,
De Gonzalo Fernández de Oviedo”, 1998. http://ddd.uab.cat/record/2403/?ln=en
9El 14 de noviembre de 1932, Anastasio Somoza García fue nombrado por el Presidente José M. Moncada
como el primer Jefe Director de la Guardia Nacional, cargo que asumió efectivamente el 2 de enero de 1933,
un día después de la toma de posesión del Presidente Juan B, Sacasa y del retiro del General Calvin B. Matt-
hews, su anterior Jefe Director, junto con el resto de los U.S. Marine Corps que ocuparon Nicaragua. 

91
cero de la Dinastía, es derrocado de la Presidencia de la República por
la Revolución Popular Sandinista.

LILLIAM ADA DE LA CRUZ SOMOZA DEBAYLE10


Lilliam nació el 3 de mayo de 192111 en la ciudad de León,
como primogénita del joven matrimonio formado por Anastasio So-
moza García y Salvadora Debayle Sacasa.
Por línea paterna,
provenía de élite rural en
Foto 3. Senador Anastasio  el área de influencia de
Somoza Reyes, padre de  Granada. Su abuelo fue
Anastasio Somoza García.  el Senador de la Repúbli-
La Prensa, diciembre 1941.
ca Anastasio Somoza Re-
yes12, miembro del tradi-
cionalista Partido Conservador, alcalde de San Marcos y
hacendado de la región de Carazo. La familia Somoza
es de antigua presencia en Nicaragua. El primer Somo-
za en arribar a Nicaragua en el siglo XVII fue el Capitán
de Lanceros Francisco Somoza, presuntamente de ori-
gen gallego13 su bisnieto, el hacendado Fernando So-
moza Robelo, se avecindó en San Marcos, en el actual
Carazo,14 a inicios del siglo XIX, dando origen a la rama
familiar paterna de la que desciende Lilliam.
Por línea materna, Lilliam proviene de la alta éli-
te de la metrópoli colonial de León, identificada para su
época con el también histórico Partido Liberal. Su
abuelo fue el célebre médico Luis Henry Debayle Pa- Foto 4. Su fotografía juvenil aparecía en 
las portadas de los principales periódicos 
llais, hijo del soldado francés Louis Enmanuel Debayle y revistas de la época, como ésta del No. 4 
Montgofier, quien llegó a Nicaragua a mediados del si- de la Revista Literaria, julio de 1941, 

10 Nombre según tarjeta de invitación a misa fúnebre en la Catedral de Managua, 30 junio 2003.
Díaz Lacayo, Adolfo: “Nicaragua: Gobiernos, Gobernantes y Genealogías”. Adolfo Díaz Lacayo, Editor. Managua,
11

Nicaragua, Primera edición, Noviembre 2010. Pág. 528.


12Diederich, Bernard: “Somoza and the Legacy of U.S. Involvement in Central America”. E.P. Dutton, Nueva York,
1981. Pág. 6.
13 “Los Somoza: una familia de origen español y bélico”. La Prensa, 12 de agosto de 2000, pág. 7A. Paniagua Aguilar,
Carlos Fernando: “Filiación Agnaticia de los Somoza Debayle”: Boletín No. 63. Academia Costarricense de Cien-
cias Genealógicas, junio 2005. http://www.genealogia.or.cr/flash/boletines/boletin063.swf
Díaz Lacayo, Adolfo: “Nicaragua: Gobiernos, Gobernantes y Genealogías”. Adolfo Díaz Lacayo, Editor. Managua,
14

Nicaragua, Primera edición, Noviembre 2010. Cuadro 11 de Genealogías Pág. 2/10. 

92
glo XIX, radicándose en León. Su abuela lo fue Casimira Sacasa Sacasa, hija del Presidente Roberto
Sacasa Sarria15. Los Sacasa en Nicaragua descienden del militar español Francisco Sacasa, quien mu-
rió en el siglo XVIII siendo Capitán Comandante de la Fortaleza de San Juan; Don Francisco casó
con María del Corral y de ellos descienden numerosas figuras que ocuparon puestos de la más alta
relevancia en el Gobierno Colonial de la Provincia y posteriormente en la Nicaragua Independiente,
convirtiéndose en una de las familias de mayor influencia en la historia del país16.
En el linaje familiar de los Somoza Debayle, tanto por las ramas paternas y maternas, se
cuentan entonces muchos personajes de relevancia en la historia política, militar, económica y social
del país, en muchos casos desempeñando roles antagónicos, como ejemplos: para el período de la
independencia nacional y las guerras civiles que se sucedieron, destaca en la de 1824 Crisanto Sacasa
como líder de los llamados “Servi-
les”17 ( grupos de tendencia conser-
vadora) y en la de 1849 el caudillo
Calandraca (Tendencia Liberal), Ber-
nabé Somoza quien participó en una
rebelión de corte popular por reivin-
dicaciones de tierra18 .
Se cuentan al menos ocho
Presidentes de la República en el lina-
je de Lilliam Somoza Debayle: Rober-
to Sacasa (bisabuelo materno), José
María Moncada Tapia (tío línea pa- Foto 5. Bienvenida en aeropuerto. En la foto: María Debayle 
de Lacayo, Dr. y Coronel Luis Manuel Debayle, Salvadora 
terna), Juan Bautista Sacasa (tío ma- de Somoza, Presidente Somoza García, Lilliam Somoza De­ 
terno), Anastasio Somoza García (pa- bayle, Teniente “Tachito” Somoza Debayle y Casimira Saca­ 
dre), Víctor Manuel Román y Reyes sa de Debayle. La Noticia, 15 julio 1941, pág. 1.
(tío línea paterna), Luis Somoza De- on
bayle (hermano), Anastasio Somoza Debayle (hermano) y Violeta Barrios de Chamorro ( pariente
línea materna).

15 López Maltes, Nicolás: “La foto histórica”: http://www.estrelladenicaragua.com/375-EDICION/375-


fotohistorica.html
16Pérez, Jerónimo: “Obras Históricas completas”. Fondo de Promoción Cultural BANIC. Managua, 1993.
Pág. 425.
17Arellano, Jorge Eduardo:”Historia Básica de Nicaragua, volumen 2” Coedición Fondos CIRA-Programa de Tex-
tos Escolares, Managua.Pág.31
18Arellano, Jorge Eduardo:”Historia Básica de Nicaragua, volumen 2” Coedición Fondos CIRA-Programa de Tex-
tos Escolares, Managua. Pág. 82 

93
RETORNO A NICARAGUA DESPUES DE ESTUDIAR EN ESTADOS UNIDOS.

El lunes 14 de julio de 1941, en vuelo de Pan American Airways, Lilliam arribó a Managua al
concluir sus estudios en los Estados Unidos. En reportaje del Diario La Noticia se destaca que:
“Desde el mediodía de ayer la calle al Campo de Aviación estaba congestionada de gente en carro y a
pie que se dirigían al aeropuerto a dar la bienvenida a la bella Señorita”.
Al acto de recepción en el aeropuerto asistieron el Cuerpo Diplomático y Consular, Gabinete
y altas personalidades de Gobierno, que acompañaron a la familia en pleno: los padres General
Anastasio Somoza y Salvadora Debayle, las abuelas Julia García v. de Somoza y Casimira Sacasa v.
de Debayle, sus hermanos el Capitán G.N. Luis Somoza D. y el Teniente Tachito Somoza D, quien
además encabezaba el Cuerpo de Motociclistas de la Guardia Presidencial que precedían la caravana
presidencial19. Un acto de recibimiento dedicado a la hija mayor del Señor Presidente, orques-
tado con un protocolo de estado y con recursos del estado, evidentes al menos en la partici-
pación de los motociclistas de la Guardia Presidencial, el Cuerpo Diplomático y Gabinete
de Gobierno.
Durante su estadía estudiantil en los EEUU, Lilliam gozó también del reconocimiento social;
en 1940 fue electa Reina de los Manzanos en Flor de Shenandoah, Winchester, Virginia20. El “She-
nandoah Apple Blossom Festival” tuvo su primera edición el 3 de mayo de 1924, es ahora uno de
los más antiguos y prestigiosos festivales en
Virginia y se cuenta entre los mas grandes des-
files de Bomberos en los Estados Unidos. Lu-
ci, hija del Presidente Lyndon B. Johnson, fue
Reina del Festival en 1964; también lo fue Su-
san, hija del Presidente Gerald Ford, en 1975;
ambos Presidentes coronaron a sus hijas.
Además de políticos, han asistido celebridades
de la farándula y del deporte como Bing Cros-
by, Bob Hope, Lucille Ball, Mike Douglas,
George Hamilton, Jack Dempsey, Willie Mays
y Hank Aaron, entre otros21.
Foto 6. Carroza de Lilliam como Reina de los 
Aunque no fue coronada directamente Manzanos en Flor en Virginia. Revista Élite, No. 
por su padre, el Presidente de Nicaragua Gral. 17, abril 1940, Managua.
Somoza García, Lilliam Somoza tuvo la satis-
facción de haber sido sucedida, años después, en el trono del festival por las hijas de dos Presidentes
de los Estados Unidos.

19 “Grande y cariñosa recepción de la sociedad y pueblo de Managua, ayer a la Señorita Lilliam Somoza Debayle”. La Noti-
cia, 15 de julio de 1941, pag,1
20 “Al florecer los manzanos”. Revista ÉLITE, Año II, Número 17. Abril 1940. Managua.
21 http://www.thebloom.com/history.html 

94
En la coronación de Lilliam, sirvió como Ministro de la Corona el Honorable Henry F.
Grady, Asistente del Secretario de Estado de los Estados Unidos22.

BAILES Y HOMENAJES DE BIENVENIDA.

El mismo día de su llegada a Managua, sus padres le ofrecieron una fiesta de presentación en
sociedad, la cual fue seguida de una serie de fiestas brindadas por lo más “selecto de la sociedad nica-
ragüense” y homenajes de variados sectores del país.
Suntuosa, alegre y concurrida como pocas, calificó el diario La Noticia a la fiesta de
presentación oficial realizada en su lujosa residencia particular.
Los salones fueron profusamente decorados con flores importadas de Costa Rica y también
traídas de jardines en todo el país. La fiesta, que comenzó a las 8:00 p.m. y terminó a las 4:00 a.m.,
fue amenizada por las orquestas de la Guardia Nacional y la “Black Cat”. Asistieron 400 parejas de
distinguidos elementos sociales de Managua, León, Granada, Masaya, Carazo, miembros del Cuerpo
Diplomático, Gabinete de Gobierno y Alta Oficialidad de la Guardia Nacional.
Para la ocasión se estrenaron piezas musicales compuestas especialmente para la homenajea-
da: el bolero “Lilliam” del compositor Carlos Ramírez Álvarez, el fox trot “Lilliam”, composición
del Teniente GN Gilberto Vega y el también fox trot “Tacho Segundo” compuesta por el sargento
Domingo Andino y dedicado al entonces Teniente GN Tachito Somoza Debayle, a la sazón de 16
años de edad23.
En el Templo de la Música del Parque Central, el domingo 20 de julio a las 8:30 p.m., la
Banda de Guerra de la Academia Militar de Nicaragua le ofreció un concierto, con composiciones
hechas para la ocasión y el siguiente programa:

· “Presidente Somoza” (Marcha Militar) - D. Andino.


· “Reina de los Manzanos” (Obertura) -A. Picado S
· “La Reina de los Cerezos en Flor” (Vals)- Gilberto Vega.
· “Gral. Somoza” (Blues) -D. Cuadra.
· “Honor y Gloria” (Vals) -Miguel Solis H.
· “General Somoza” (Marcha)- A. Picado S.24

22http://www.thebloom.com/celebrities-past.html#1970

23“El suntuoso baile de presentación social de la Señorita Lilliam Somoza Debayle, antenoche” La Noticia, 16 de julio de
1941, pag.1.
24 “Concierto hoy en homenaje a Lilliam”. La Noticia, 20 de julio de 1941.Pag.1

95
La utilización de la Orquesta de la
Guardia Nacional y de los espacios y edifi-
cios públicos para festejos particulares re-
sultó ser una constante en los casos referi-
dos. A más de la exaltación permanente de
la figura del Gobernante y la de su hija.

Se le dedicaban también juegos deporti-


vos: su pariente y futuro cuñado, el abogado
Oscar Sevilla Sacasa, le envió nota pública dedi-
cándole el partido de la serie internacional de
basquetbol “Grifos-Hércules”, realizado en el
Gimnasio Nacional, el jueves 17 de julio en
“homenaje de admiración y simpatía a su
real gracia y belleza” 25
Los jóvenes de la “alta sociedad” capita-
lina no se quedaban atrás y el jueves 26 de julio
por la noche le ofrecieron un “té danzante” en
el Nejapa Country Club, en el que “Bellas dami-
tas y distinguidos caballeros rindieron tributo de
admiración y simpatía a la gentil festejada.” 26
Las fiestas de bienvenida culminaron
con el “Gran Baile en Honor de la Señorita Li-
Foto 7. Somoza García no desaprovechaba ocasión 
lliam Somoza” que le brindó el Club Social de
de presentar a sus hijos como coparticipes del po­
Managua, en traje de etiqueta, el 31 de julio de
1941. El Comité Organizador estuvo integrado por los conspicuos miembros de la sociedad de Ma-
nagua: Don Rafael A. Huezo, Dr. Laureano Zelaya, Don Eduardo Bernheim, Dr. Alejandro Stadt-
hagen, Dr. José Rodríguez Blén, Don Adolfo Altamirano Browne, don Emilio Meléndez y don Ra-
món Morales R. “Se diría que cada vez se superan las fiestas en honor de la bella Lilliam, pues este
festival ha sido uno de los mas regios que se han dado en su honor” 27
Granada, la ciudad cuna del Partido Conservador y de tradicionales y aristocráticas familias,
aunque oficialmente en la oposición al Gobierno Liberal del Presidente Somoza García, recibió el 21
de septiembre a la bella damita Lilliam con un Programa de Festejos de todo un día. Para la ocasión
Lilliam viajó, acompañada de su padre, en un tren especial de Managua a Granada. El Comité Orga-

25 “El partido de hoy en honor de Lilliam”. La Noticia, 17 de julio de 1941. Pág.1.


26“Homenajes a la Señorita Lilliam y a los jóvenes Luis y Tachito Somoza Debayle”. La Noticia, 27 de julio de 1941.
Pág. 1
27“Fue regio el baile en honor de la Señorita Lilliam Somoza Debayle, antenoche en el Club Managua”. La Noticia, 1 de
agosto de 1941. Pág. 1. 

96
nizador de los Festejos estuvo integrado por el Alcalde Municipal, Señor Lacayo Bermúdez, su espo-
sa Nela y la Srita. Angélica Lacayo Sacasa; a nombre del Comité Organizador ofreció el festival el
Bachiller Gabriel Pasos Wolf y a nombre de Lilliam contestó el Ministro de Relaciones Exteriores,
Dr. Mariano Arguello Vargas28. Al estilo de las tradicionales cortes reales, la homenajeada no
se dirige directamente al público, sino que lo hace por intermedio de sus cortesanos minis-
tros.
Para contextualizar las relaciones con los granadinos, valga señalar que Somoza García había
estudiado sus primeros años de Secundaria en el Instituto Nacional de Oriente en Granada, entonces
uno de los mejores del país, habiendo sido compañero de estudios de jóvenes de rancia familias co-
mo Buenaventura Rappaccioli, Emilio Chamorro Benard, Alejandro Solórzano Arguello, Guillermo
Pasos Montiel, Agustín Vigil Gutierrez, José María Zavala Lugo, Reynaldo Lacayo Lacayo, entre
otros.29Al viajar a estudiar y residir de San Marcos a Granada, fue “recomendado” por su padre el
Senador Conservador Anastasio Somoza Reyes, al notable conservador Diego Manuel Chamorro,
quien llegaría a ser presidente de Nicaragua entre 1921 y 1923.30 Recordemos que recomendar a un
joven tenía en aquella época la acepción de ponerlo bajo una especie de tutela familiar, hecho que
nos indica que Somoza García tenía buenos vínculos personales con las poderosas familias granadi-
nas, lo que probablemente le fue útil para las alianzas políticas que posteriormente le permitieron
detentar el poder tantos años. De modo que al visitar Granada, aunque formalmente en territorio
opositor, no estaban para nada en ambiente desconocido.
El 30 de septiembre, la “Corte” somocista se desplaza a Masaya a la celebración de las Fies-
tas Patronales de San Jerónimo. Siempre en tren especial viaja Lilliam con sus padres, acompañados
de Miembros del Cuerpo Diplomático, Secretarios de Estado, Alta Oficialidad de la Guardia Nacio-
nal e invitados. Son agasajados con un banquete en casa del Presidente de la Cámara de Diputados,
Don Alejandro Abaunza Espinoza.

El estado de salud de Lilliam también es noticia; “La Bella Lilliam restablecida” es el titular de
nota del 15 de octubre, que consigna que la joven se restablece de un resfriado31.
El 26 de octubre el turno de visitas le tocó a León, bastión liberal y ciudad natal de Lilliam y
de su madre Salvadora Debayle Sacasa. Nuevamente la Familia Presidencial viajó en tren especial
acompañados del consabido cortejo; el motivo de viaje en esta ocasión fue el apadrinamiento de la
boda de Marcelo Ulvert y María de Lourdes Sánchez32.

28 “El paseo a Lilliam Somoza Debayle en Granada” La Noticia, 23 de septiembre de 1941. Pág. 2.
29DíazLacayo, Adolfo: “Nicaragua: Gobiernos, Gobernantes y Genealogías”. Adolfo Díaz Lacayo, Editor. Managua,
Nicaragua, Primera edición, Noviembre 2010. Pág. 527.
30Diederich, Bernard: “Somoza and the Legacy of U.S. Involvement in Central America”. E.P. Dutton, Nueva York,
1981. Pág. 7.
31 “La bella Lilliam restablecida”. La Noticia, 19 de octubre de 1941. Pág. 1.
32 “El Señor Presidente y familia partieron ayer hacia León”. La Noticia, 26 de octubre de 1941. Pág. 1.

97
El cenit de los suntuosos festejos en homenaje a Lilliam adquirió un tono explícitamente
monárquico cuando la tropa de la Guardia Nacional decidió honrarla declarándola su “Reina”.
PROCLAMACIÓN Y CORONACIÓN DE LA REINA LILLIAM.

En una paradójica coincidencia histórica, el 19 de julio de 194133, los alistados de la Guardia


Nacional (soldados de bajo rango) en el Campo de Marte, se convocan en Asamblea General repre-
sentativa de las organizaciones y ramos militarizados y proclaman “Reina del Ejercito” a la bella Se-
ñorita Lilliam Somoza Debayle, hija del Señor Presidente Somoza y de su señora Doña Salvadorita.
Se establece que la coronación tendrá lugar el 14 de noviembre siguiente, fecha aniversario del
nombramiento del General Somoza en la Jefatura del Ejército. Se conforma un Comité de Alistados
que se encargará de los grandes preparativos para la solemnidad del acontecimiento34. Como se ve,
Somoza no descuidaba ningún aspecto para fortalecer las lealtades de los miembros del Ejército y el
control del mismo, así como de extenderlas hacia su familia, aún utilizando a su única hija mujer y las
simbologías afectivas y quizá lo más importante, marcando su gobierno con un sello de rey y por lo
tanto de poder vitalicio, hereditario e inamovible.
Convertir en “Reina” de la Guardia Nacional a su hija Liliam en
el marco de un evento que involucró a todos los departamentos del
país, ya que se realizó un proceso en el que se eligieron a jovencitas lo-
cales como “Novias Departamentales de la Guardia Nacional”, quienes
conformaron la “Corte Juvenil de Damas de Honor” de la Reina Li-
lliam, fue entonces utilizar símbolos sentimentales y monárquicos que
fortalecían en el imaginario nacional la figura de Somoza y de su familia
como gobernantes regios. Para completar la escenografía, la Reina Li-
liam fue “coronada” en el recién inaugurado Palacio Nacional35 por el
Arzobispo de Managua, al mejor estilo de las monarquías europeas.
Novias Departamentales del Ejército.
Las Novias Departamentales de la Guardia Nacional fueron
electas en votaciones de los soldados acantonados en cada departamen- Foto 8. Yolanda Solano 
to; se postulaban varias jovencitas de la localidad y los Guardias vota- Bolaños. Novia Depar­ 
ban eligiendo una de ellas. Este fue otro detalle de juego con símbolos tamental del Ejército 
de Masaya. Foto La
democráticos para legitimar una dinastía. El caso de Masaya ilustra có-
mo se realizaba el proceso:
El 20 de octubre se colocaron urnas en la casa de Don Mariano Lacayo, a las que concurrie-
ron los efectivos de la Octava Compañía GN, quienes eligieron entre 9 jóvenes “distinguidas de la
sociedad de Masaya” con los siguientes resultados:

33 38 años después, el 19 de julio de 1979, sería derrocada la Dinastía Somocista.


34 “La Señorita Lilliam Somoza Debayle proclamada Reina del Ejercito” La Noticia, 5 agosto 1941. Pág. 1.
35 Hoy Palacio de la Cultura. 

98
Yolanda Solano Bolaños: 40 votos; Lilliam Núñez Abaun-
za: 28 votos; Yolanda González y Lila Amanda Carrión: 2; Rosario
Abaunza y Rosario Coronel: 1; Chepita Coronel, Yelba Abaunza y
Chona Carrión. Posteriormente la Srita. Abaunza obsequió una
“tenida” (recepción, fiesta) a sus electores.
Después de la “elección” por parte de la tropa, las Novias
Departamentales del Ejercito, quienes provenían de las élites loca-
les o eran hijas de altos oficiales de la Guardia Nacional, eran obje-
to de homenajes, fiestas, dedicación de poemas, convirtiéndose así
estas “elecciones” en ocasión de festividades en que participaban
los diferentes estamentos sociales, y todo ello dedicado a la “bella
Reina Lilliam”, y por ende a su padre, el Señor Presidente General
Somoza García.
Merceditas Lanzas Ayón fue electa por el 12º Batallón GN
acantonado en León, motivo por la cual fue “homenajeada por la
Foto 9. Maruca Callejas, Chi­ 
nandega. Foto La Noticia. sociedad leonesa como tributo de distinción”. Para darnos una idea
del tono lírico y cortesano que adoptaban estos eventos, copiamos
fragmentos de poemas que le fueron dedicados a Merceditas por poetas leoneses, según tituló el pe-
riódico:
“Que eres blanca, mas blanca que el jazmín y la nieve
Que los cisnes que bogan sobre un lago de amor…
Que la brisa fragante de esta noche te lleve…
El aroma escondido que suspira en la flor.
Tomas Prado Blanco.
“No abras tus puertas,
Que permanezcan cerradas
Todavía olorosas a adolescencia,
Foto 10. Merceditas Lanzas 
Que permanezcan cerradas, Ayón. Novia del Ejército de 
León. Foto La Noticia. 
Todavía mojadas de inocencia.”
Fernando José Sánchez Ayón.36
En Chinandega compitieron Gloria Navarro Gasteazoro, Tulita Baca Navas y Maruca Calle-
jas, siendo electa Maruca por los oficiales y alistados de la 13ª. Compañía GN37. A Maruca también
se le dedicaron poemas y homenajes.

36 “Los poetas cantan la belleza de la novia del Ejercito de León” La Noticia, 20 noviembre 1941. Pág. 2.
37 “La Novia del Ejército de Chinandega” La Noticia, 3 noviembre 1941. Pág,1 

99
En Boaco, el Teniente Cuadra en compañía de otros milita-
res visitó al padre de Susana Espinosa, conservador y opositor a
Somoza, solicitándole su permiso para que Susana fuera la Novia
Departamental del Ejército; Susana en esa época estaba de novia
con Juan José Morales Marenco, hijo del líder liberal de Boaco, Juan
B. Morales. Con la autorización paterna, Susana fue la Novia del
Ejército de su departamento38.
En Bluefields, no hubo elección, sino que por disposición
especial del Presidente Somoza fue designada Salvadorita Gaitán,
hija del Mayor Francisco Gaitán y señora.39
En Somoto, Departamento de Madriz, la 16ª. Compañía de
la GN escogió como su novia a Zoila Marina Godoy, señorita de
“lo más conspicuo de la sociedad local.”40 Por Carazo lo fue Chabe-
lita Genie.
Foto 11. Susana Espinosa, 
Lilliam Molieri Bermúdez, Novia del Ejército de Boaco. 
quien llegó a ser actriz de reparto en Foto La Noticia. 
varias películas de Hollywood y por
lo tanto una celebridad en Nicaragua en las décadas de 1940 y 1950,
fue escogida como Reina por Managua.41 Lilliam Molieri, además de
actriz fue “ballerina”. Entre los filmes más conocidos en que actuó
se cuentan: “Tarzán y la mujer leopardo” (1945), en el que trabajó al
lado de Johnny Weismuller, el célebre interprete de Tarzán, también
“Ana y el Rey de Siam” (1946). Formó pareja de danza con el actor
Anthony Dexter, quien protagonizó La Vida de Rodolfo Valentino
(1951).42

Foto 12. Lilliam Molieri  Las Joyas de la Corona y sus Artesanos.


Bermúdez. Novia por Ma­ 
nagua, fue Dama de Honor  Las joyas símbolos de realeza como la corona, el cetro y el
principal junto a Chabelita  anillo, según las crónicas periodísticas de la época fueron elaboradas
Genie; llegó a ser actriz de 
reparto en Hollywood. Fo­  por artesanos nicaragüenses, lo cual fue destacado y enaltecido, lo
to La Noticia que podría ser indicativo del interés de Somoza de acercarse a todos
los gremios en sus campañas proselitistas.

38 Comunicación de Maritza Corriols de conversación con su tía Susana Espinosa.2 de febrero de 2012.
39 “Salvadorita Gaitán, novia del ejercito por Bluefields” La Noticia, 8 noviembre 1941. Pág. 1.
40 “La novia del ejercito de Somoto”. La Noticia, 12 noviembre 1941. Pág. 1.
41 “Las grandes fiestas de coronación hoy de la Reina del Ejercito”. La Noticia, 14 noviembre 1941. Pág. 1.
42 “Lillian Molieri, una estrella nicaragüense en Hollywood”. La Prensa Literaria, 6 de septiembre 2003. 

100
En torno a este tema se han creado leyendas históricas, pues se ha dicho que la corona utili-
zada para la coronación de Lilliam por el Arzobispo de Managua, fue la corona de oro de la Virgen
de la Candelaria, una imagen muy venerada en la vieja Managua, lo que era considerado como una
blasfemia y como sumisión de la jerarquía católica al régimen de Somoza. También se ha manejado
que fueron encargadas a exclusivas joyerías extranjeras por precios exorbitantes para la economía
nicaragüense, hecho que se interpretaría como una muestra de lujo y derroche.
En los hechos, el diario “La Noticia” No.6,753 del 7 de noviembre de 1941, trae en su por-
tada los nombres y fotografías de los artesanos que en Masaya y Managua elaboraron la corona, el
cetro, los anillos y los estuches, así como una descripción de las joyas.
El orfebre de Masaya, Antonio Moritoy, es descrito como “artista de legítima sangre
indígena”; Moritoy fue quien elaboró el Cetro de oro y plata de 12 pulgadas de altura, con cuatro
pétalos, cada uno de ellos con 33 piedras brillantes; en el extremo superior el Cetro llevaba una
corona de laurel de oro y un escudo de Nicaragua también de oro, debajo del escudo aparecían 16
balines de plata, además 3 grandes anillos grabados en oro.
La Corona de oro y plata, también elaborada por Moritoy, tenía 52 piedras brillantes, zafiros
y rubíes. En el centro un escudo de oro, con rifles a sus lados y encima la corona de hojas de laurel
de oro, con 10 rubíes rojos pequeñitos incrustados en la corona. Debajo un gran corazón de oro,
con un rubí rojo de buen tamaño, montado en relieve.
Miguel López M., orfebre de Managua, hizo el anillo de oro de 21 kilates, el cual llevaba
montado sobre su masa dos zafiros azules y una perla blanca, simbolizando la bandera de Nicaragua;
López, quien tenía su taller frente a la “Librería Nueva” en la Calle del Panteón, también trabajó en
las filigranas que adornaban el Cetro y la Corona y además elaboró las condecoraciones que la Reina
del Ejército impuso en reconocimiento a los miembros del Comité Central Pro Reina del Ejercito, a
los autores de la música y letra del Himno a la Reina, compuesto especialmente para la ocasión, y a
Don Frutos Alegría por haber hecho el diseño de la corona y el cetro.
Los estuches de maderas preciosas para las joyas fueron confeccionados por el ebanista Fer-
nando Reñazco, de Masaya; las maderas utilizadas fueron ñambar, cedro, granadillo, laurel, escobillo
y casquichigüi, acabados con maque claro (tinte) y forrados en terciopelo rojo.43

43“Los obreros que trabajaron en el Cetro, la Corona, el anillo y los estuches en Masaya, para la Coronación de la Reina del
Ejercito”. La Noticia,7 noviembre 1941. Pág.1.

101
Lilliam también recibió de obsequio otras joyas. Un brazalete con incrustaciones de diaman-
tes colocados en forma de corona, compuesta por 11 diamantes grandes y 24 pequeños, le fue tribu-
tado por la Alta Oficialidad de la Guardia Nacional y se lo entregó una comisión integrada por el
Coronel Alberto M. Baca, el Mayor Doctor Hermógenes Prado y el Capitán Roberto Martínez Laca-
yo en un acto que estuvo amenizado por la Orquesta de la Guardia Nacional.44 El orfebre Adán
Cárdenas, también masayés, le ofreció una medalla de oro en forma de guirnalda de laureles y una
coronita del reino con la letra inicial del nombre de Lilliam; Cárdenas había sido Teniente Cadete en
la Escuela Militar del Gobierno de
José Santos Zelaya; la medalla fue im-
puesta durante la coronación por la
Novia de Masaya, Srita. Yolanda So-
lano Bolaños.45
El Trono fue elaborado por el
artista Ernesto Brown. Para la noche
y baile de coronación se instalaron
iluminaciones especiales en el Palacio
Nacional.
Otro Masaya, el cordelero Jo-
sé Esteban Flores, fue el encargado de
fabricar las alfombras que se coloca-
ron en el Palacio Nacional, particu-
larmente en la parte norte, en los sa-
lones en que se realizó la coronación y
fiesta.46

Composiciones Musicales
Foto 13. Antonio Moritoy orfebre y burilista de Masaya, elabo­  Especiales para la Coronación.
ró la Corona y el Cetro. Miguel López M. orfebre de Managua 
hizo el anillo y Fernando Reñazco, ebanista de Masaya hizo los  El gremio musical también
estuches para las joyas. La Noticia, 7 de noviembre de 1941. hizo sus ofrendas a la Reina Lilliam.
La Bra. Esmeralda Thompson Mena
de Vega, a nombre de la sociedad del Litoral Atlántico, compuso y le dedicó el vals “Reina de las
Flores en la Isla del Amor” que fue ejecutado en el baile por la Orquesta de la Guardia Nacional; por
su lado, la Orquesta “Vega Matus”, muy afamada en la época y dirigida por Ramiro Vega, fue una de

44 “Brazalete con piedras preciosas entregado a la Reina del Ejercito, ayer”. La Noticia, 12 de noviembre de 1941. Pág.
1.
45 “Notas de la coronación de la Reina del Ejercito”. La Noticia, 8 de noviembre 1941. Pág. 1.
46 “Notas del baile de coronación de la Reina del Ejercito”. La Noticia, 11 de noviembre 1941. Pág. 1. 

102
cuatro que amenizaron la fiesta de coronación; en su programa figuró una composición escrita espe-
cialmente para Lilliam por el director de la orquesta, el Fox “Boca de caramelo”.47
El Himno fue compuesto por el Sargento Luis Andino con letra del Cabo Luis Vado.
Como puede verse, el evento de coronación de Lilliam Somoza Debayle como Reina del
Ejercito, involucró a todas las regiones del país al elegirse a una distinguida dama local como Novia
Departamental del Ejercito, con todos los festejos que ellos involucraba; así parte de la élites sociales
del país, quizá sin proponérselo, se veían arrastradas a un evento de fantasía girando en torno a la
figura del Gobernante y su familia.
También mediante esta manera se estaba invo-
lucrando a cada soldado y oficial de la guardia nacio-
nal, en una actividad, que si bien formalmente podía
considerarse de sentimental simpatía, al ser la elegida
hija del Presidente de la República y del Jefe Director
de la GN, implicaba involucrarse entusiastamente para
demostrar los lazos de lealtad y fidelidad a su persona.
El hecho de que el “Comité Pro Reina del Ejercito”
estuviera integrado por Cabos y Sargentos fue otra
medida populista para ganar adhesiones entre la tropa
Aunque los ornamentos “reales” bien se pu-
dieron traer de firmas de prestigio extranjeras, Somo-
za hábilmente lo encargo a artesanos nacionales,
haciendo mucha publicidad sobre este hecho, lo cual
fue otra forma de atraerse simpatías populares, en par-
ticular de los sectores artesanales y obreros.
Y para las masas, todos los preparativos eran
seguidos en detalles y publicados diariamente en los
periódicos y radios nacionales.
No podía faltar la gracia real de la amnistía a
Foto14. La Reina Lilliam con su corte de  prisioneros, así los soldados que por faltas comunes se
Novias Departamentales del Ejército. La 
Noticia, 14 de Noviembre de 1941. encontraban guardando prisión, dirigieron una peti-
ción a S.M. Lilliam para que intercediera a su favor
ante su Señor Padre48
El Día de la Coronación: 14 de noviembre de 1941.
El Palacio Nacional fue el escenario esplendido y con evocaciones de realeza escogido para
la Ceremonia de Coronación.

47“Notas de la coronación de la Reina del Ejercito”. La Noticia, 8 de noviembre 1941. Pág. 1.


48 “El gran desfile y baile de coronación de la Reina del Ejército”. La Noticia, 13 de noviembre 1941. Pág. 1. 

103
Su construcción fue iniciada por el Presidente Juan Bautista Sacasa (1933-1936), tío materno
de Lilliam. Se levantó para reponer el anterior Palacio, destruido por el terremoto del 31 de marzo de
1931. Construido con una monumentalidad no existente en Managua hasta esa fecha, es un edificio
de estilo Neo clásico, con mucha armonía y equilibrio49, considerado aún hoy “una de las joyas artís-
ticas más sobresalientes de nuestro acervo” tal como fue llamado en el decreto que lo renombró
como Palacio Nacional de la Cultura.50
El Palacio Nacional recién había sido inaugurado por el Presidente Somoza García el 15 de
septiembre de 194151, la Coronación y el baile de gala en honor de la Reina del Ejercito el 14 de no-
viembre siguiente, fueron los primeros eventos de relevancia que se realizaron en el magno edificio.
Para la ceremonia de coronación y el baile, distribuyó las invitaciones e intrasmisibles el Co-
mité Central “Pro Reina del Ejercito”, conformado por Cabos y Sargentos GN. Todos los que se
consideraban importantes o deseaban acercarse a los círculos de poder anhelaban asistir al fastuoso
acontecimiento, de tal forma que para ordenar la concurrencia, el Cabo GN José Núñez Castillo, en
su carácter de secretario del Comité Pro Reina, hizo público un comunicado informando que “será
de imperiosa necesidad presentarse con su correspondiente intrasmisible” y que serán rechazados de
las puertas de Palacio “todas las personas que aun llevando intrasmisible no asistan con el traje ade-
cuado” (smoking); solicita también que quienes no han recibido invitación se “abstengan de pedir
intrasmisible para evitarse la pena de negarles la entrada”52. Al final, se estimaron en tres mil las per-
sonas asistentes a la ceremonia.
Las Novias Departamentales se congregaron desde días antes en la capital y en Managua se
formó un ambiente de festejo, se pintaron e iluminaron las calles por las que pasaría el desfile de co-
ronación y se invitó al pueblo a congregarse para contemplar el paso del regio desfile.
El viernes 14 de noviembre, noveno aniversario del nombramiento de Anastasio Somoza
García como Jefe Director de la Guardia Nacional y día de la coronación de su hija Lilliam como
Reina del Ejército, despierta Managua con “Dianas,” alboradas musicales, en el Palacio Presidencial
y por las calles de Managua, anunciando el inicio de un gran día festivo.53
A las 9:00 de la mañana las Novias Departamentales acompañadas por el Comité Central Pro
Reina del Ejército realizaron una visita a “Su Majestad Lilliam I”, dirigiéndose después, a las 11:00

49 Comunicación de la arquitecta nicaragüense Nadia Palacios Lauterbach, graduada en Notre Dame Universi-
ty, Indiana, E.E.U.U.
50“Crease el Palacio Nacional de la Cultura”. Decreto No.112-99, La Gaceta, No.198 del 18 de octubre de
1999.
51 “La inauguración del Palacio Nacional”. La Noticia, 13 agosto 1941, Pág. 1.
52 “Aviso del Comité Central Pro Reina del Ejercito”. La Noticia, 12 noviembre 1941. Pág.1.
53“Programa Oficial de los festejos del 14 de noviembre a la Reina del Ejército Srita. Lilliam Somoza Debayle”. La Noticia,
29 octubre 1941. Pág. 2.

104
a.m. a una “Tenida” (coctel) en obsequio a las Novias Departamentales, realizada en el Nejapa
Country Club, a la que asisten el Señor Presidente y la Primera Dama.54
El gran desfile de coronación se realizó por la tarde del día 14, multitudes de ciudadanos se
aglomeraban en las aceras para contemplar el paso de aquella marcha al estilo de las princesas de los
cuentos de hadas, la cual salió a las 4:30 p.m. de la residencia particular del Presidente, encabezada
por un Heraldo a pie, seguido por Pregoneros a Caballos, una Valla formada por la “Guardia Impe-
rial” custodiando la Carroza de Su Majestad Liliam I, seguida por la Banda Musical de la G.N. y ce-
rrando el desfile Escuadrones del Ejército en traje de campaña; el desfile recorrió las calles
principales del centro de Managua, saliendo de la residencia particular de la familia presidencial se
dirigió hacia el norte sobre la Avenida Bolívar hasta llegar al Parque Darío, pasando por la Plaza de
Catedral para tomar la Primera Avenida Este hacia el norte, hasta la casa de salida.55
Por la noche, las calles y plazas de Managua, especialmente iluminadas para la ocasión, vol-
vieron abarrotarse de público; en las cuatro esquinas alrededor del Palacio se pusieron puestos de
cervezas para quien lo quisiera.
A las 9:00 p.m. a los acordes del Himno Nacional hizo su ingreso a Palacio por la puerta
principal, el Señor Presidente Somoza y la Primera Dama, seguidos de las abuelitas de la Reina, las
matronas Doña Julia García Vda. de Somoza y Doña Casimira Sacasa Vda. de Debayle, situándose
todos en el pórtico de la entrada, acompañados de las Novias Departamentales, para recibir a la So-
berana.
El Landó de la Reina.
A las 9:30 p.m. en un regio landó56 tirado por dos magníficos caballos, hizo Lilliam su entra-
da triunfal, acompañada por sus Damas de Honor: la Novia del Ejército de Managua, Srita. Lilliam
Molieri y la Novia del Ejército de Carazo, Srita. Chabelita Genie. Iban sobre asientos decorados de
azul y blanco y las ruedas del carruaje adornados con rosas. Al descender del landó, la Reina fue es-
truendosamente aplaudida por el público, siendo recibida por su Señor Padre, quien la condujo por
los salones de Palacio hasta su trono rojo y plata, situado en el jardín occidental, mientras se ejecuta-
ban las “imponentes” notas del Himno a la Reina del Ejército57.
Discurso y Decreto de Coronación.
Acto seguido, el Sargento Ernesto Cedeño pronunció el discurso de exaltación de la Reina y
el Cabo José Núñez Castillo, leyó el Decreto de Coronación firmado por los Cabos y Sargentos del
Ejercito en que se destacaba que se había escogido el 14 de noviembre para la ceremonia por ser el

54 idem
55“El gran desfile y baile de la Coronación de la Reina del Ejército”. Diario La Noticia, Managua, 13 de no-
viembre de 1491, Pag.1
56Coche de cuatro ruedas, tirado por caballos, con capotas delantera y trasera, para poder usarlo descubierto
o cerrado. DRAE.
57“Fue suntuosa la fiesta de coronación de la Reina del Ejército, antenoche en el Palacio Nacional”. La Noticia, 16 de no-
viembre de 1941. Pág.1.

105
9º. Aniversario del nombramiento del Gral.
Anastasio Somoza García como Jefe de la
Guardia Nacional y que, como galante testi-
monio del Ejército, la Reina Lilliam lo sería sin
sucesión58.
Coronación y entrega del Cetro.
El primer Arzobispo de Managua,
Monseñor José Antonio Lezcano y Ortega,
acompañado del Vicario Monseñor Vélez, el
cura párroco Pbro. Manuel Arguello y el Padre
Carranza, realizó la coronación, tal como es
costumbre en las monarquías europeas, en que
la más alta dignidad eclesiástica realiza las ce-
remonias de coronación.
Foto 15. Momento en que Mons. Lezcano colocaba la  Previo a la ceremonia, el Arzobispo
corona de oro sobre las sienes de la Reina del Ejérci­ 
to. La Noticia 16 noviembre 1941  pronunció un discurso en que expresaba que
lo hacía por razones personales al ser “Amigo
firme y leal” del General Somoza y de su esposa y también como Prelado “Por cuanto para la Santa
Iglesia toda autoridad viene por voluntad divina, y los prelados estamos deseosos de mantener las
mejores relaciones con los Jefes de Estado”59
A continuación, Monseñor Lezcano
asistido por sus vicarios procedió a la Corona-
ción de la Reina y a la entrega del Cetro, mien-
tras Lilliam se arrodillaba en un lujoso reclina-
torio. Acto seguido, la Reina hizo entregas de
condecoraciones a los organizadores del even-
to y pasó a bailar la primera pieza con su pa-
dre. Cuatro orquestas amenizaron la fiesta que
duró hasta las 4:00 de la mañana; dos orques-
tas fueron situadas en la planta baja y otras dos
en la planta alta del Palacio, fueron éstas: la
Orquesta de la Guardia Nacional, la Black Cat,
la Vega Matus y la GNOW de los artistas
Urroz60. Una fiesta para la historia. Foto 16. Entrega del Cetro de Plata. Foto La 
Noticia 16 noviembre 1941

58“Fue suntuosa la fiesta de coronación de la Reina del Ejército, antenoche en el Palacio Nacional”. La Noticia, 16 de no-
viembre de 1941. Pág.1.
59 ídem
60 ídem 

106
Convertir en Reina de Fantasía a su hija, fue también capricho de otro dictador, Rafael Truji-
llo, quien en diciembre de 1955, hizo coronar con gran lujo a su hija Angelita, como Reina de la Paz
y la Confraternidad en la Gran Feria de la Paz, con la que celebró los 25 años de su Gobierno en
Republica Dominicana, exhibiendo lo que se llamó "logros invaluables en el primer cuarto de siglo
de un gobierno honesto, dedicado y trabajador"61.
LA EFIGIE DE LILLIAM EN LOS BILLETES DE UN CORDOBA
Y para concluir el símil con la realeza, la imagen de Lilliam ataviada con traje de indígena,
que aparenta ser norteamericano, fue impresa en los billetes de un córdoba y lanzados a circulación
el 1 de febrero de 1943, día del cumpleaños de Somoza García y fecha de la boda de Lilliam Somoza
con su familiar Guillermo Sevilla Sacasa62 El artista de Masaya, Frutos Alegría, fue quien dibujó el
retrato que se uso para la litografía del billete63.
El día antes de su boda, Lilliam ofreció una fiesta a los Clases GN que la habían electo Reina
del Ejército, la orquesta fue ofrecida por Alfonso Gutiérrez, Jefe Político de Masaya. Entre otros
homenajes que se le siguieron tributando, un parque en Managua, al igual que otro en Corinto, fue-
ron erigidos y bautizados con el nombre de “Lilliam”.
BODA SEVILLA SACASA-SOMOZA DEBAYLE.
La serie de eventos fastuosos que analiza-
mos se cierra con la boda de Lilliam Ada de la
Cruz Somoza Debayle con el abogado Carlos Gui-
llermo Sevilla Sacasa,64 realizada el primero de fe-
brero de 1943, fecha del cumpleaños del General
Somoza García. Sevilla Sacasa, por la línea mater-
na venía a ser tío de Lilliam, lo que no es más que
Foto 17. Billete de un córdoba de la primera  otro ejemplo de la frecuente endogamia entre las
edición, enviado como recuerdo a La Noticia  familias de las élites nicaragüenses; era 13 años
por el Gerente del Banco Nacional Rafael Hue­  mayor que Lilliam.65
zo. Foto La Noticia, 29 enero 1943.

61“Hace 57 años se inauguró la Feria de la Paz, hoy Centro de Héroes” Diario El Nacional, Santo Domingo Rep.
Dominicana. http://www.elnacional.com.do/reportajes/2012/3/3/113560/Hace-57-anosseinaugurola-Feria-
de-La-Paz-hoy-Centro-de-los-Heroes
62“Los billetes de un córdoba con la efigie de la bella Lilliam Somoza se pondrán en circulación” La Noticia, 26 enero 1943.
Pág. 1.
63 “Los billetes de un córdoba con la efigie de la novia, Srita. Lilliam Somoza Debayle”. La Noticia, 29 enero 1943. Pág.1.
64 “Edictos fijados para el matrimonio Sevilla Sacasa-Somoza Debayle” La Noticia, 16 enero 1943. Pág. 1.
65“Mi madre es una mujer sencilla”. Entrevista a Luis Ramón Sevilla Somoza. Semanario 7 Días, Managua, 10 al 17 de
abril del 2003. Pág. 15. 

107
La boda fue apadrinada por los Presidentes de los países vecinos: Costa Rica, Honduras y El
Salvador. El Presidente de Costa Rica, Rafael Ángel Calderón Guardia y su esposa Ivonne de Calde-
rón Guardia viajaron desde San José acompañados de una nutrida delegación66; el Presidente de
Honduras, Tiburcio Carías y Señora, se hicieron representar por su Ministro en Managua, Julián Ló-
pez Pineda y su esposa Juanita de Pineda;67 el Presidente de El Salvador, Gral. Maximiliano Hernán-
dez Martínez y su esposa fueron representados por el Embajador Don Arcadio Sandoval y por Do-
ña Casimira Sacasa de Debayle.68
Quizá la escogencia como padrinos
de los presidentes de los estados vecinos fue
considerar que a una boda presidencial co-
rrespondían padrinos presidentes.
El Presidente de los Estados Unidos,
Franklin D. Roosevelt, envió un mensaje a
Lilliam, expresándole sus deseos y los de
Mrs. Roosevelt por una “completa felicidad
en su nuevo estado” y saludos afectuosos a
sus distinguidos padres, cuya visita en unión
de usted a Washington recordaremos muy
gratamente”69
Panchito: Qué me cuentas de las bodas Sevilla-Somoza?
De nuevo se activaron los entrama-
La rana: Cuando ya esté viejita y mis nietos me pidan que dos de los festejos sociales en “despedidas
les cuenten cuentos, les diré: Ella era linda y se llamaba de solteros” para el novio y homenajes a la
Lilliam, él era galán y se llamaba Guillermo. De tierras novia. Clubes sociales, asociaciones estu-
lejanas llegaron volando presidentes y embajadores, avio- diantiles, comisiones de artesanos y trabaja-
nes de Honduras llegaron repletos de flores y aviones de dores, competían en quien brindaba la fiesta
Costa Rica llegaron repletos de lirios, y hubo grandes fies- más distinguida, el mejor regalo o la más
tas, y serenatas, y músicos, les llegaron mil y un regalos, y excelsa pieza oratoria u homenajes líricos.
como en las Mil y Una Noches, se casaron y fueron muy Las noticias de estos eventos, de los prepa-
felices. Y ahora cuéntame otro. (Karikatos por Chilo) rativos de la boda, de los dignatarios extran-
Caricatura del Diario La Noticia, 2 de febrero de 1943.
jeros invitados, ocupaban las páginas de los
periódicos y revistas nacionales, así como
los espacios de los comentaristas radiales. Las ceremonias de la boda tuvieron como escenarios el
Palacio Nacional, la Plaza de la República, la también recién inaugurada Catedral Metropolitana de

66 “El Presidente de Costa Rica llegará a Managua el lunes”. La Noticia, 28 de enero de 1943.
67 “El Presidente Carías y Señora serán padrinos del matrimonio Sevilla-Somoza”. La Noticia, 29 de enero de 1943. Pág.
1.
68 “Las suntuosas bodas Sevilla-Somoza, antenoche” La Noticia, 3 febrero 1943. Pág.1.
69 “Mensaje de los esposos Roosevelt a la novia, Srita. Lilliam Somoza”. La Noticia, 31 enero 1943.

108
Managua y el Palacio Presidencial, excepto Catedral, todos edificios públicos usados para fines pri-
vados.
Matrimonio Civil en el Palacio Nacional y salida del Cortejo Nupcial.
El Matrimonio Civil se realizó en el Palacio Nacional unas horas antes del acto religioso; el
Juez de Distrito Dr. Zuniga Osorio efectuó el enlace legal. El Cortejo Nupcial y cerca de mil invita-
dos se reunieron en el ala norte del Palacio Nacional, entre ellos el Presidente de Costa Rica Calde-
rón Guardia y Señora; la Plaza estaba “iluminada como el día” con más o menos mil lámparas eléc-
trica en tres hileras70; quince mil personas del público se agolpaban para presenciar el cortejo, entre
ellas numerosas personas de las ciudades conectadas por el ferrocarril que arribaron a Managua es-
pecialmente para presenciar los festejos de la boda71.
A eso de las diez de la noche se inició el desfile, lo abría la niñita Haydee Pavón Suarez, sim-
bolizando a la Hada de la buena suerte, a continuación, el novio, Dr. Guillermo Sevilla Sacasa del
brazo de su madre, Dolores Sacasa de Sevilla, seguidos por su corte, integrada por los caballeros:
Duilio Baltodano, Carlos Ulvert, Francisco Medina, Alberto Sevilla Sacasa, Luis Román y Jack Baca.
Tres jovencitas venían después portando flores:
Melbita Debayle, Gretchen Tunnerman y María
de Lourdes Pallais y en seguida las Damas de
Honor: Miriam Cordero, Tisha Siero, Ruth La-
cayo Rappaciolli, Ligia Sevilla, Gladys Ramírez
González, Cándida Reyes, Lolita Boyd y Ofelita
Sacasa, cada una con vestidos distintos y de los
diferentes colores del iris, en seguida el niño En-
rique Debayle portaba las Arras matrimoniales y
cerrando el cortejo, la bella novia Lilliam Somo-
Foto 19. Arco Nupcial formado por sables milita­ 
res, al ingreso a Catedral. La Noticia, 3 de febrero  za Debayle del brazo de su padre, el Presidente
1943. de Nicaragua, General Anastasio Somoza García
y tras ellos el padrino de bodas, el Presidente de
Costa Rica, Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia dando el brazo a la madre de la novia Salvadora De-
bayle de Somoza y finalmente, familiares de los contrayentes. Una valla militar resguardaba la alfom-
bra por la que pasaba el cortejo en la Plaza de la Catedral.72
La Ceremonia Nupcial.
Al entrar a Catedral, pasaron por un arco de acero formado por los sables de un grupo de
cadetes de la Academia Militar, ataviados con lujosos trajes de galas, la orquesta de la Guardia Na-
cional ejecutó la Marcha Nupcial de Félix Mendelssohn y una Marcha escrita especialmente para la

70“Las bodas Sevilla-Somoza anoche, constituyeron un acontecimiento en los anales sociales de Managua”. La Noticia, 2 fe-
brero 1943. Pág. 1.
71 Para la época apenas se iniciaba la construcción de carreteras pavimentadas en el país.
72 “Las suntuosas bodas Sevilla-Somoza anteanoche”. La Noticia, 3 febrero 1943. Pág. 1 

109
boda por el artista Teniente GN Félix Vega
Miranda. La soprano Rosario de la Fraga73,
“El ruiseñor mexicano”, venida especial-
mente a las bodas, cantaba desde el coro.
Bendijo la unión el Arzobispo de
Managua Monseñor Lezcano y Ortega, asis-
tido por el Obispo Coadjutor Monseñor
González y Robleto y por el Alto Clero,
siendo Monseñor Vélez el Maestro de Ce-
remonia. El Altar Mayor fue artísticamente
Foto 20. Novios Sevilla­Somoza recibiendo la  ornamentado por Don Frutos Alegría. La
bendición nupcial del Arzobispo Lezcano y 
Foto 22. Casa del matrimonio Sevilla­Somoza en Ma­ 
Ortega. La Noticia, 3 febrero 1943.  ceremonia nupcial se transmitió en directo
nagua, conocida popularmente como “Casa Lilliam”. 
Al ser nombrado Guillermo Sevilla Sacasa Embajador 
por radiodifusoras a todo el país y por alto-
de Nicaragua en Washington y trasladarse el matri­  parlantes a la multitud congregada en la pla-
monio a vivir en esa ciudad, se utilizó como sede del  za.
Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue destruida en 
el terremoto de 1972. Foto La Noticia, 31 enero 1943. Las Arras Matrimoniales, trece mo-
nedas de oro puro, montadas en un artístico
camafeo, fueron un obsequio de Don Tomás Salinas, de Santo Domingo, Chontales y fueron elabo-
radas por el orfebre capitalino Miguel López74.
El Gran Baile en Casa Presidencial.
Después de la Ceremonia Religiosa, los esposos Sevilla-Somoza
encabezaron el Cortejo Nupcial en desfile de nuevo por la Plaza hacia el
Palacio Nacional, adonde se disolvió, pasando los invitados al gran baile
en el Palacio Presidencial en la Loma de Tiscapa. Las orquestas Ramírez
Velázquez de Masaya y la de la Guardia Nacional se alternaron en la eje-
cución del programa bailable que terminó a las tres de la madrugada. Lla-
mó mucho la atención el pastel de bodas, el cual según el reportaje del
diario La Noticia “medía como cuatro metros de altura y era una precio-
sidad.”75 Las fotografías que lo ilustran parecen indicar que esto es una
hiperbólica figura, quizá el cronista se dejo llevar por el entusiasmo al
describir los detalles de la “boda para la historia,” aunque ciertamente se
observa un pastel de gran tamaño.
EPILOGO. Foto 21. Pastel de 

73Soprano internacional, aparece referida como personaje ilustre del Municipio de Huasteco, Veracruz, Méxi-
co. http://www.mexico-tenoch.com/gobernadores/veracruz/HUATUSCOVER-MPIO.htm
74 “Las bodas Sevilla-Somoza, anoche” La Noticia, 2 febrero 1943.
75 “Las suntuosas bodas Sevilla-Somoza anteanoche”. La Noticia, 3 febrero 1943. Pág. 1 

110
Después de su matrimonio, la Reina Lilliam, paso a ser conocida como la “embajadora”, al
ser nombrado su esposo, el Dr. Guillermo Sevilla Sacasa, Embajador de Nicaragua en Washington,
cargo que desempeñó desde el 30 de julio de 194376, cuando presentó credenciales ante el Presidente
Franklin D. Roosevelt, el mismo que les envió felicitaciones en ocasión de su boda. Mantuvo la re-
presentación diplomática durante 36 años, hasta el 19 de julio de 1979, cuando su hermano Anasta-
sio, el tercero y último de la Dinastía fue derrocado por la Revolución Sandinista. Por su larga per-
manencia en el cargo llegó a ser el embajador ante el Gobierno de los EEUU de mayor antigüedad,
razón por la cual durante muchos años se convirtió en Decano del Cuerpo Diplomático en Was-
hington, lo que le abría muchas puertas en el mundo político y social de la capital norteamericana. Al
pasar a la vida privada, Lilliam y Guillermo continuaron habitando en los Estados Unidos, ocupando
la casa que la familia construyó en Kentsdale Estates, Potomac, Maryland, una selecta zona. La resi-
dencia, con terrenos de extensión de dos acres, fue llamada
Ayrlawn y en su pórtico ostenta cuatro columnas de piedra
caliza extraídas de la misma cantera de la que se construyó el
Capitolio de Washington; una residencia de 11 habitaciones y
10 baños, concebida para ser casa de reunión de la numerosa
familia77 que engendraron, compuesta por nueve hijos: Gui-
llermo Anastasio, Lilliam Salvadora, Luis Ramón, Edda Ma-
ría, Julia Dolores, Lorena Isabel, Eduardo José, Alejandro
Javier y Bernardo David. Alejada de Nicaragua y de las pom-
pas y boatos de sus años juveniles, Doña Lilliam, una dama
elegante, vivió una vida relacionada con los altos círculos so-
ciales de la capital norteamericana, hasta su muerte acaecida Foto23. Pórtico de Ayrlawn, re­ 
por causas naturales a los 82 años de edad, a la una de la tar- sidencia del matrimonio Sevilla­ 
de del miércoles 14 de mayo de 2003 en el Hospital Central Somoza en Maryland, EEUU. 
Washington Post, 28 julio 2006.
de Washington, siendo sepultada en el cementerio católico
“Puerta del Cielo”.78 Su esposo, el Dr. Guillermo Sevilla Sacasa había fallecido el 16 de diciembre de
1997.
Para terminar, sumergiéndonos en la tónica de la época, puede que sea apropiado transcribir
el “Himno pre Nupcial” que en ocasión de sus bodas fue publicado en La Noticia del 31 de enero de
1943:
Vas bogando en la barca del ensueño
En el mar sonrosado de la vida,
Y del brazo robusto de tu dueño

76 “Murió Lilliam Somoza Debayle” La Estrella de Nicaragua, Miami, #259-Mayo 1-15 2003. Pag.1, 3,11.
77“Here the Somoza Family Still Ruled” http://www.washingtonpost.com/wp-
dyn/content/article/2006/07/28/AR2006072800805.html?nav=rss_realestate/dcarealiving
78 “Muere Lilliam Somoza en Estados Unidos”. La Prensa, 16 mayo 2003. Pag.4A. 

111
Emprendes en conjunto la partida…
Están colmadas tus aspiraciones
Con el príncipe azul de tus ideales,
Marchando van dos corazones
Al eco de las notas prenupciales…
La vida para ti será dulzura,
Por la gracia sin par de tu hermosura,
Y porque eres la bella entre las bellas.
Han alfombrado ya tu real camino,
Heraldos de verdad, para tu sino
Con fragmentos de sol…y con estrellas.
A. Somoza Medina.79

Foto 24. Lilliam Somoza Debayle y su esposo Gui­ 
llermo Sevilla Sacasa en sus años vejez.
ANEXO 1.
Tipos de Regímenes No Democráticos

79 “homenaje lírico en las bodas Sevilla-Somoza”. La Noticia, 31 enero 1943. Pag.2 

112
AUTORITARISMO TOTALITARISMO POST- SULTANISMO
TOTALITARISMO
Pluralismo político No existe significa- Pluralismo Pluralismo eco-
PLURALISMO limitado. Pluralismo social y tivo pluralismo político, limitado, no respon- nómico y social no des-
económico a menudo exten- económico, social. El parti- sable, social, eco- aparece, pero es objeto
sivo. En la mayoría de los do ha eliminado práctica- nómico e institucio- de intervención impre-
casos el pluralismo tenía mente todo el pluralismo nal. Pluralismo polí- decible y despótica.
raíces sociales previas al es- pre-totalitario. No hay es- tico prácticamente Ningún grupo o indivi-
tablecimiento del régimen. pacio para una segunda inexistente porque duo en la sociedad o el
A menudo, espacio para economía o sociedad para- formalmente el par- estado escapa al ejerci-
semi-oposición. lela. tido es el que tiene cio despótico del poder
el monopolio del por parte del sultán. No
poder. Puede existir hay imperio de la ley.
“segunda econo- Baja institucionaliza-
mía” pero siempre ción. Alta fusión de lo
dentro de una pre- público y privado.
sencia estatal gran-
de. La mayor parte
de las manifestacio-
nes de pluralismo
surgen de estructu-
ras estatales tolera-
das y de grupos di-
sidentes.
Sin ideología elabo- Ideología elaborada Ideología Alta manipula-
rada, pero con mentalidades como guía. Utopía. Líderes, oficialmente existe ción arbitraria de sím-
distintivas. individuos y grupos derivan todavía y es parte de bolos. Extrema glorifi-
IDEOLOGIA buena parte de su sentido la realidad social. Se cación del líder. No hay

113
de misión, legitimación y a debilita el compro- ideología elaborada que
menudo políticas especifi- miso o la fe en la sirva de guía, ni menta-
cas, de su compromiso con utopía. Desplaza- lidades distintivas, fuera
una concepción holística de miento del énfasis de un personalismo
la humanidad y la sociedad. de la ideología a un despótico. No intento
consenso programá- de justificación de ini-
tico que presumi- ciativas sobre una base
blemente esta basa- ideológica.
do en la toma de
decisiones racional y
un debate limitado
sin demasiada refe-
rencia a la ideología.
Sin movilización po- Movilización exten- Perdida Movilización
lítica extensiva o intensiva siva dentro de un amplio progresiva del inte- baja, ocasional y mani-
excepto en momentos ex- espectro de organizaciones rés de los lideres y pulada de tipo ceremo-
MOVILIZACION cepto en momentos puntua- creadas por el régimen. Én- no lideres por la nial, por coerción o
les de su desarrollo. fasis en activismo de cua- movilización. Movi- clientelismo, sin orga-
dros y militantes. Esfuerzo lización de rutina de nización permanente.
por movilización del entu- la población dentro Movilización periódica
siasmo. Censura de la vida de las organizacio- de grupos paraestatales
privada. nes estatales para que utilizan la violencia
alcanzar un grado en contra de grupos
mínimo de aquies- señalados por el sultán.
cencia.
Líder, ocasionalmen- Las normas de lide- Énfasis cre- Personalista y
LIDERAZGO te grupo de líderes, ejercen razgo tienen límites mal de- ciente en la seguri- arbitrario. Sin constric-
el poder dentro de límites finidos y poco predecibles dad personal. Cierto ciones racionales-
formalmente mal definidos, comportamientos. A menu- control del liderazgo legales, ni ideológicas.
pero en la práctica bastante do carismático. Recluta- vía estructuras par- No autonomía en las

114
predecibles. miento de líderes depen- tidistas, procedi- carreras estatales. Sumi-
dientes de su éxito y com- mientos internos. sión basada en el temor
promiso con la organiza- Pocas veces caris- y recompensas perso-
ción partidista. máticos. Recluta- nales. Reclutamiento
miento restringido del personal entre los
al partido oficial, miembros de la familia,
pero menos depen- amigos, socios empre-
diente de la carrera sariales o individuos
al interior del parti- envueltos en el uso de
do, pueden ser tec- la violencia para soste-
nócratas del partido ner al régimen.
en el aparato estatal.

115
Fuente: Linz y Stepan, 1996. Traducción de de Fátima García Díez, con leves modificaciones.

Agradecimiento:
Consigno un especial agradecimiento al Ing. Bayardo Cuadra Moreno, coterráneo
corinteño, quien gentilmente puso a mi disposición valioso material de su archivo histórico
personal y realizó oportunos comentarios a borradores del texto que tuvo la amabilidad de
leer.

BIBLIOGRAFÍA.
Diarios y Revistas:
Colecciones de La Prensa, Julio de 1941 a febrero de 1943. Hemeroteca Nacional, Instituto
de Cultura de Nicaragua.
Colecciones de La Noticia, Julio de 1941 a febrero de 1943. Hemeroteca del Banco Central
de Nicaragua.
Revista ÉLITE, Año II, Número 17, Abril 1940, Managua. Hemeroteca Nacional, Instituto
de Cultura de Nicaragua.
“Mi madre es una mujer sencilla”. Entrevista a Luis Ramón Sevilla Somoza. Semanario 7 Días, Ma-
nagua, 10 al 17 de abril del 2003.
“Los Somoza: una familia de origen español y bélico”. La Prensa, 12 de agosto de 2000.

Libros:
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miento político y estructuras de poder en el desarrollo histórico de Nicaragua. INHCA_UCA, Managua, 2008.
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Editor. Managua, Nicaragua, Primera edición, Noviembre 2010.
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Nueva York, 1981.
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CIRA. Colección Historia y Sociedad. Managua, 2002.
Pérez, Jerónimo: “Obras Históricas completas”. Fondo de Promoción Cultural BANIC.
Managua, 1993.
Oviedo y Valdez, Gonzalo Fernández de: “Centro América en los cronistas de Indias: Oviedo. Intro-
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116
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http://www.washingtonpost.com/wp-
dyn/content/article/2006/07/28/AR2006072800805.html?nav=rss_realestate/dcarealiving



118
Los caminos acuáticos y terrestres en los tiempos antiguos
José Mejía Lacayo

Reseña bibliográfica: Mejía Lacayo, José, Las Rutas en los Tiempos Antiguos, Revista de Temas Ni-
caragüenses 53: 119-145, Septiembre 2012.
Resumen: La selección de las rutas de comunicación es un proceso comenzado por nuestros aborí-
genes desde tiempos prehispánicos; los españoles y la ingeniería moderna únicamente optimizaron
las rutas preexistentes y diseñaron nuevos vehículos de transporte. El mérito del descubrimiento lo
tiene el campesino indígena de miles de años atrás. Hemos usado como base el Mapa de Squier de
1851 y las Notas económicas y geográficas de Pablo Levy como punto de partida para elaborar este artícu-
lo, complementándolos con información histórica. La geografía del país ha determinado las rutas,
aunque para nosotros no siempre sea obvio. La contribución de los aborígenes rama fue determinan-
te para la navegación en el Desaguadero. Los españoles se aprovecharon de los conocimientos indí-
genas, y nosotros les atribuimos un mérito que no tienen.
Abstract: The selection of transportation routes is a process started by our aboriginal people since
prehispanic times; Spaniards and modern engineering did the optimization of preexisting routes and
the design of new transportation vehicles only. The merit of discovering is upon the aboriginal peas-
ant of thousand of years ago. We have used Squier’s map of 1851 and Pablo levy’s Notas económicas y
geográficas as starting points for preparing this paper, supplemented by history information. The geog-
raphy of the country has determined the routes, even though is not always obvious for us. The con-
tribution of the Rama Indians was a determinant factor for navigation the Desaguadero. The Span-
iards made the most of the aboriginal discoveries, and we ascribed to them a merit that they do not
have.

Introducción—Los puertos—Las vías desde la Costa Caribe—Las rutas de Fray Alonso


Ponce—Los primeros puentes—Los caminos carreteros—Las recuas—Las canoas y los ríos
—La navegación—Los caminos en 1875—El ferrocarril
——————
INTRODUCCIÓN
Las comunicaciones externas e internas configuran el potencial del país y son determinantes
en su desarrollo. Así panamá es producto de su canal, y Nicaragua de su Desaguadero. La navega-
ción por el Lago de Nicaragua y el río San Juan fueron determinantes en toda la historia del país, y
aún de Centroamérica. Para navegar el lago y el río San Juan, los pilotos de Solentiname, los indios
Rama fueron imprescindibles, sin ellos esa navegación no hubiera sido posible. Por ello este ensayo
histórico es un tributo a los indios Rama.

119
Estos caminos acuáticos y terrestres, estas rutas eran, y son, esenciales no solo para las acti-
vidades comerciales sino que también para la migración interior de las personas.
Para reconstruir los caminos del pasado, reproducimos un mapa de E. G. Squier de 1851 que
muestra los caminos existentes en esa época. El mapa lo hemos dividido en dos partes, para que
sean más legibles para el lector, pero también trataremos de cubrir el transporte en nuestros lagos,
ríos y mares.
Los caminos en el mapa de Squier de 1851 es una buena manera de tener una visión del con-
junto, una lógica de la red de comunicaciones. El camino real Chinandega-Managua-Granada-Rivas
es el eje principal. De él salen caminos secundarios hacia el suroeste a los puertos de El Realejo, Ta-
marindo, Brito y San Juan del Sur. Hacia el noreste, salen tres vías aprovechando los pasos o gargan-
tas entre la cordillera de los Maribios y entre los lagos. El primer camino parte de Chichigalpa a So-
motillo a través del paso más o menos llano entre los volcanes Casita y Santa Clara; y el segundo une
a León y Segovia a través del paso entre los volcanes Orota y Cerro Negro. El paso entre los volca-
nes las Pilas-El Hoyo y el Momotombo, que permitiría un camino entre Pueblo Nuevo y las Sego-
vias no fue utilizado; como tampoco lo fue el llano al oeste del volcán San Cristóbal que llevaría a
Honduras, pero no a las Segovias.
El siguiente acceso utilizado fue el llano entre los dos lagos, mediante un camino que unía a
Managua con Tipitapa, y de allí a Teustepe donde salía el camino que comunicaba con las tierras al
noreste del lago de Nicaragua pasando por Acoyapa, llegando hasta el puerto lacustre de San Carlos;
y otro ramal que iba de Teustepe a Las Segovias. Es decir, tanto el camino que salía de Chichigalpa,

120
como el de León y el de Teustepe, todos convergían en Segovia. La lógica de la red era conectar las
tres ciudades importantes, León, Granada y Segovia con los puertos y los países vecinos. Básicamen-
te esa es la red de caminos en el mapa de Squier de 1851. Esa lógica debe venir desde tiempos colo-
niales porque está determinada por la geografía. Estos caminos se comunicaban con los países veci-
nos. De Somotillo a Namasigue, Honduras, de Segovia a San Marcos, Honduras y de Rivas a Santa
Cruz, Nicoya, hoy Costa Rica. No quiere decir que todos los ramales fueran abiertos al mismo tiem-
po.
«Todos los caminos de Nicaragua, á excepcion del de Chinandega á Granada, son simple-
mente muleros. A cierta distancia alrededor de los pueblos, son carreteros. Durante la estacion de las
lluvias, la mayor parte de ellos son casi intransitables, ora por el lodo, ora por las crecientes de los
rios, que es menester pasar en los vados».1

LOS PUERTOS
El puerto de El Realejo comenzó a funcionar en 1533; por tanto, la vía de acceso Chinande-
ga-El Realejo debe datar de esa misma fecha. La ciudad de Segovia fue fundada en 1543, por tanto,
el camino mulero que daba acceso a ella debe tardar de esos tiempos, e incluso antes porque para los
barcos de El Realejo, los tamemes o indios cargadores traían la madera de pino, brea y resinas desde los
pinares (Pinus oocarpa) en las montañas de Nueva Segovia. La brea era uno de los productos exportados
al Perú.
Aunque resulte extraño a muchos de nosotros, Granada fue un puerto my importante durante
la época colonial. El comercio ultramarino lo inició Granada en 1540, un año después de la explora-
ción de descubrimiento del Desaguadero por Alonso Calero. Este comercio consistía en el transpor-
te de víveres a Nombre de Dios, Provincia de Veraguas, hoy Panamá. La actividad comercial de El
Realejo parece haber sido de la misma naturaleza. La Provincia de León tenía la ventaja de que entre
El Realejo y Granada había comunicación terrestre, transístmica. El comercio desde Granada fue
potenciado por la feria anual de Portobelo a donde llegaban los galeones del rey para escoger el oro
y plata extraídos del Perú.2
Nuestro país fue marcado de manera decisiva por este comercio Lago de Nicaragua-Río San
Juan, estableciendo en el Desaguadero el límite entre el Pacífico nicaragüense y centroamericano, y la
Costa de los Mosquitos, nuestra Costa Caribe. Este espacio se forjó paulatinamente por la acción

1 Levy, Pablo. Notas geográficas y económicas sobre la República de Nicaragua ... y una exposicion completa
de la cuestion del canal interoceánico y de la de inmigración, con una lista bibliográfica, las mas completa has-
ta el día, de todos los libros y mapas relativos á la América central y general y a Nicaragua en particular. Pp.
412-413, Paris: E. Denné Schmitz, 1873.
2Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530

121
combinada del sistema de transporte, las necesidades de defensa militar y el intenso intercambio co-
mercial. Es un espacio económico que también marcó a Centroamérica. Es este espacio convivieron
los esclavos negros, los indígenas, los españoles y los primeros mestizos, hecho que fue condenado
al olvido. Este espacio también creó mitos como el del canal y su corolario: que el tráfico entre Gra-
nada y san Juan del Norte desapareció a consecuencia de los terremotos que hicieron innavegable al
río. Lago y Río son parte de nuestro imaginario nacional, como lo son Darío y Sandino, y de forma
negativa, William Walker.
Los ataques de los piratas y el enfrentamiento militar de la Gran Bretaña con España desde
el siglo XVI al XVIII se producen alrededor del Lago de Nicaragua y a lo largo del Río San Juan.
Para las élites de Granada y León, las causas de su deterioro económico giraban alrededor de este
reducido espacio nicaragüense. A pesar de esta dependencia, la provincia, y por ende, España no po-
seía un conocimiento adecuado de sus características físicas que Herrera3 menciona: «indígenas rebeldes,
piratas al acecho, accidentes físicos presentes en el curso del río, como bajíos, raudales, bancos de arena y la difícil situa-
ción de la salida al mar, toda vez que en su desembocadura, el río tenía un delta con rutas diferentes de salida a la
bahía de San Juan y al mar, las más conocidas: el bajo San Juan (y sus diversos caños: Las Ánimas y el San Juani-
llo), el Taure y el Colorado».
Para navegar esta ruta desde Granada hasta Nombre de Dios, o hasta Cartagena, el conoci-
miento de los indígenas de Solentiname, quienes dominaban el arte de navegar el Lago y el Desagua-
dero. Por esta razón Sebastián Ramírez, procurador general de la Provincia, solicitó 17 de julio de
1649 a la Corona que se declarase “pueblo de indios” a la comunidad indígena de Solentiname, «sin
los quales, aunque ay pilotos españoles que las llevan, estos no tienen la práctica y experiencia que ellos en los vancos y
vajíos; y así está en uso que no baje ni suba fragata que sin que lleve indio piloto práctico por el riesgo de perderse…
que las lleven y saquen de la laguna por aquel río». Para las élites de aquel tiempo el comercio con Portobe-
lo había mermado por «lo cual está la dicha provincia pobre, y necesita de que se le aliente y ayude.»4 Sebastián
Ramírez hace la solicitud 110 años después de descubierto el Desaguadero y «los comerciantes espa-
ñoles aún requerían de la presencia indígena para sortear los obstáculos naturales que presentaba el
Desaguadero en su curso».5

3Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530
4 Citado por Herrera C., Miguel Ángel, quien refiere a Alejandro Bolaños Geyer, “Representación hecha ante
el Consejo de las Indias por Sebastián Ramírez Procurador General de la Provincia de Nicaragua. 17 de julio
de 1649”, en: Sepultado en el olvido. El cadáver de San Juan de Nicaragua, alias San Juan del Norte, alias Greytown.
1539-1984, (Managua: Edición del autor, 2000), pág. 45.
5Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530

122
Indios guatuso­maleku, sin fecha. Fuente: Rancho Bienvenido, Maleku Reserve, 
Costa Rica
Sabemos cual era la lengua de los indígenas de Solentiname porque en 1783 el obispo de Ni-
caragua y Costa Rica Esteban Lorenzo de Tristán emprendió una expedición para evangelizar a los
indios guatusos, su acompañante el Padre Tomás López avanzó río Frío arriba acompañado de un
sirviente y de un “intérprete” de Solentiname.6 La palabra intérprete está entre comillas en el artículo
de Elderman; si era intérprete significa que sabía al menos dos lenguas, la de los guatusos y español.
Sin embrago, Constala dice que «En el siglo XVI, los indios rama se extendían sobre un vasto terri-
torio a lo largo del río San Juan, el cual incluía parte de los municipios de San Carlos, Sarapiquí y
Upala en la planicies norte de Costa Rica y en las islas Solentiname en el Lago de Nicaragua».7 El
“interprete” del Padre López pareciera hablara guatuso, a menos que fuera Rama como dice Conste-
la Umaña y su lengua materna fuese la suficiente cercana al guatuso como para entenderla un hablan-
te de Rama. Tanto Rama como Guatuso son lenguas chibchas y «La evidencia lingüística de la pre-
sencia de lenguas chibchas en Centroamérica aboga por una serie de migraciones de la tierra peque-
ños de personas sudamericanas hacia el norte de Colombia, a más tardar en el siglo X. d.C.».8 Lo im-

6Marc Edelman, A Central American Genocide: Rubber, Slavery, Nationalism, and the Destruction of the
Guatusos-Malekus, Comparative Studies in Society and History, Vol. 40, No. 2 (Apr., 1998), pp. 356-390
7 Constela Umaña, Adolfo, Chibchan Languages en Campbell, Lyle, and Verónica María Grondona. The In-
digenous Languages of South America: A Comprehensive Guide. Páginas 391-392, Berlin: Mouton de Gruyter, 2012.
8 Current Knowledge of Amerindian Languages of Nicaragua Author(s): Colette G. Craig, International Journal
of American Linguistics, Vol. 51, No. 4 (Oct., 1985), pp. 381-384 

123
portante para nosotros es la contribución técnica que los indios de Solentiname hicieron para que,
piloteando embarcaciones. Los comerciantes granadinos pudieran exportar sus productos y los de
Centroamérica.
Las solicitudes de los comerciantes granadinos continuaron, para declarar pueblo de indios a
la comunidad de Solentiname y luego a que declarasen puerto a San Juan de la Cruz, el fuerte con
una sola batería en la desembocadura del Desaguadero. Y poco antes de la independencia los grana-
dinos encabezados por Miguel González Saravia solicitaron a la Corona se declarase puerto libre a
San Juan del Norte.9
Un buen ejemplo de la navegación temprana, fue atestiguado por el piloto Juan Catalán en
Sevilla declarando que en 1548 navegó desde Nombre de Dios hasta Granada en una fragata con
mercaderías. Y dice que «24Tiene la dicha ciudad de Granada diez o doce fragatas del trato que la dicha ciudad
tiene con los dichos puertos de Portobelo y Cartagena en que llevan gallinas, maíz, brea y otros bastimentos a los dichos
puertos; y de ellos traen a Granada vino, lencería y otros géneros y materias que vienen de España; y al presente suben
y bajan las dichas fragatas con grandísimo trabajo dificultad».10
El río San Juan nunca fue una ruta libre de obstáculos. Se dice que los terremotos han levan-
tado el lecho del río creando raudales donde antes no existían. Lo cierto es que las condiciones de
navegación ene l río no han variado mucho con el tiempo. Ya el 13 de agosto de 1556, el maestro
Alonso Gallegos declaraba en Sevilla que «en el qual dicho viaje se detuvo un mes, yendo el dicho río arriba, a
causa de ser las aguas muy corrientes, e no se puede navegar si no es con mucho trabajo, y andando el tercio de la dicha
navegación, hay en él un rodal, que se llama el rodal [raudal] de Machuco [Machuca], el qual es de peña viva y es
corriente de la manera de un canal de molino, donde las fragatas han de descargar forzado la ropa que llevan, porque
no pueden pasar cargadas; donde se lleva la ropa un tiro de arcabuz por tierra, y la fragata la suben con guindalezas y
cabrestantes; y adelante en el dicho río hay otros dos rodales como el de arriba, que el uno de ellos se llama el rodal del
Diablo, donde asimismo descargan la dicha mercadería y la llevan por tierra como en el dicho rodal primero».11
Las naves usadas, según las referencias españolas, que citan indistintamente naos, berganti-
nes, bajeles y fragatas. Según Diego García de Palacios, Oidor de la Audiencia de Guatemala, en
1579 se refería a estas embarcaciones que navegaban río San Juan arriba en los siguientes términos:
“Este Desaguadero se anda con fragatas que piden de cuatro a cinco palmos de agua, y desde los postreros de diciembre

9Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530
10 Citado por Manuel María de Peralta en El Canal interoceánico de Nicaragua y Costa-Rica, (Bruselas: impren-
ta de Ad. Mertens, 1887), págs. 6-9.
11Información hecha por los de la Casa de la Contratación de Sevilla en cumplimiento de lo mandado por su
magestad en virtud de cierta petición que se presentó en el Real Consejo de las Indias para hacer navegable el
Desaguadero de Nicaragua y hacer por esta provincia la contratación con la Mar del Sur. Sevilla, 13 de agosto
de 1556. Reproducido por Alejandro Bolaños Geyer en: Sepultado en el olvido. El cadáver de San Juan de Nicaragua,
pág. 40

124
hasta todo mayo, se sube mal por él, porque como acá es tiempo de verano, no tiene el agua que es menester, convinien-
do se a de andar en los otros meses».12 Esta observación de García de Palacios explica porque los viajes se
realizasen entre mayo y diciembre, que es la época de lluvias en que aumenta el caudal de agua en el
río. Las embarcaciones que salían hacia Portobelo, Cartagena o La Habana, debían tomar en cuenta
la navegación del río, previendo el viaje de regreso. La ventaja de la ruta de Nicaragua era su simpli-
cidad porque las mismas embarcaciones que transportaban las mercancías, podían continuar su de-
rrotero en la mar y alcanzar los puertos próximos de Portobelo y Cartagena. A comienzos del si-
glo XVII, la distancia entre San Juan y Cartagena era de 180 leguas que requerían cinco días y medio
de navegación.13
Citamos a Herrera sobre la manera de navegar de las fragatas entre Granada y San Juan del
Norte: «Cada una de las fragatas debe ir un contingente de catorce hombres armados, y en el transcurso del viaje entre
Granada y el puerto de San Juan, en donde desemboca el río, los maestres o patrones de las embarcaciones debían na-
vegar una nave detrás de la otra, enviar en avanzada tres canoas, cada una con un contingente de hombres armados
bajo el mando de un cabo español, quienes deben inspeccionar el curso del río y la desembocadura, de que no exista
presencia “enemiga”».
Explicaremos las diferencias entre los varios tipos de embarcaciones citadas por las fuentes
españolas. Nao deriva el catalán nau que significa nave, derivado del latín navis y, según la RAE, nao
es una embarcación de cubierta y con velas, en lo cual se distinguía de las barcas; y de las galeras, en
que no tenía remos. Bergantín también deriva del catalán berganti, que es una nave de dos palos y vela
cuadra o redonda, según la RAE.
El bajel, del catalán vaixell, es sinónimo de barco, buque, nave, navío, nao, embarcación. La
canción del pirata de Espronceda dice: Con diez cañones por banda,/ viento en popa, a toda vela,/ no corta el
mar, sino vuela / un velero bergantín: / Bajel pirata que llaman / por su bravura el Temido, / en todo el mar cono-
cido / del uno al otro confín... Claramente se ve el uso de bajel para referirse a un barco, en este caso el
bergantín. Espronceda dice bajel pirata en vez de barco pirata.
La fragata es un barco de tres palos, con cofas y vergas en todos ellos. La de guerra tenía so-
lo una batería corrida entre los puentes, además de la de cubierta. La cofa deriva del árabe clásico.
quffah, que significa cesto; cofa es la «meseta colocada horizontalmente en el cuello de un palo para
fijar los obenques de gavia, facilitar la maniobra de las velas altas, y antiguamente, también para
hacer fuego desde allí en los combates». Y verga es la percha labrada convenientemente, a la cual se
asegura el borde de la vela (el grátil).

12Carta a su majestad del Lic. Diego García de Palacios, oidor de la Audiencia de Guatemala. El Realejo, 17
de abril de 1579.
13Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530

125
A finales del siglo XVIII comenzaron a construirse en Granada embarcaciones sin quilla, es
decir, de fondo plano, que se llamaban por esa razón chatas, que podían aceptar más carga y manio-
braban mejor en el río San Juan. Las dificultades de navegación, según Thomas Gage en 1639 eran
tales que
me dijeron tantas cosas sobre el pasaje de las fragatas hasta Cartagena, que esto me hizo casi perder la gana
de seguir este camino; porque aunque en el tiempo que estos buques se hacen a la vela, navegan con seguridad y sin
miedo alguno, sin embargo cuando bajan del lago al río llamado en este sitio el Desaguadero, para irse después al mar,
se encuentran una gran dificultad que hace que este pequeño viaje dure algunas veces dos meses. En algunos sitios, la
caída de las aguas es tan grande entre los peñascos que muchas veces se está precisado a descargar los buques y después
volverlos a cargar con la ayuda de mulas entretenidas ex profeso para el intento, y de algunos indios que viven en la
orilla del río; estos cuidan de los almacenes donde se guardan las mercancías mientras que los buques atraviesan estos
sitios peligrosos, para ir a otro almacén donde las mulas vienen a traer las mercancías, y donde las cargan en derechura
a las fragatas.14
El comercio entre Guatemala y Portobelo, vía el Lago y el Desaguadero requería de la co-
operación entre comerciantes, marinos, indígenas cargadores, militares y los criadores de ganado mu-
lar. En Granada se necesitaba de bogas, estibadores que hacían las operaciones de cabotaje entre las
Isletas, donde se descargaban y descargaban las mercaderías, y las playas de la ciudad, distante unos
tres kilómetros.15
El puerto de San Juan del Sur tuvo una actividad similar al de Granada a finales del siglo
XVIII y comienzos del siglo XIX cuando la actividad comercial ameritó construir bodegas junto al
puesto militar.16 San Juan del Sur fue habilitado provisionalmente como puerto nicaragüense por de-
creto del Congreso Constituyente de la Federación Centroamericana en el año 1827; en 1830 fue
habilitado definitivamente como puerto marítimo por decreto ejecutivo del 8 de febrero del mismo
año con el nombre de: "Puerto de la Independencia".17 Cobró gran importancia con la Compañía
Accesoria de Tránsito y durante la Guerra nacional. El puerto de Tamarindo es mencionado ya en
1826.18 En 1955 pasó a llamarse Puerto Somoza y después de 1979, Puerto Sandino. Puerto Sandino

14Véase Tomás Gage, Los viajes de Tomás Gage a la Nueva España, parte III, (Guatemala: Editorial Artemis,
2000), pág. 276.
15Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530
16Miguel Angel Herrera C., « De los puertos en la laguna de Granada y su Desaguadero Siglos XVII-XVIII
(Resignificaciones de un espacio colonial) », Boletín AFEHC N°47, publicado el 04 diciembre 2010, disponi-
ble en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=2530
17 INIFOM, Caracterización municipal de San Juan del Sur
18 Bulletin des sciences géographiques, etc: économie publique, voyages, pp. 364, Imprimerie de Fain, 1826

126
es un puerto de descarga de petróleo y de mercaderías ligeras, sin facilidades de muelle para barcos
que surcan el océano.
El Realejo fue el único puerto colonial para exportaciones e importaciones durante la colonia
y mayoritario durante la vida independiente. San Juan del Norte fue también muy importante cuando
los piratas lograron navegar en el Pacífico. San Juan del Sur cobró importancia durante los años de la
ruta del tránsito. El Bluff y Ciudad Rama cobraron importancia hasta que se abrió la carretera Mana-
gua-Rama.
La carretera a El Rama fue el resultado de un acuerdo firmado entre el Presidente Roosevelt
de EE.UU. y Anastacio Somoza García en 1939. La primera trocha fue abierta en 1954; pero las
obras se paralizaron por varios años; se reanudaron en 1962 y se finalizaron durante el gobierno del
Dr. René Schick.. La construcción de la carretera Managua-Rama facilitó las sucesivas oleadas migra-
torias de campesinos hacia el Atlántico Sur (RAAS). El puerto de El Rama fue completado durante
el gobierno de Enrique Bolaños.
El río Escondido y sus afluentes siempre fueron rutas de acceso al interior de Nicaragua. In-
dios de la etnia ulwa y kukra jugaron un papel importante en este tráfico de mercaderías inglesas y en
el asentamiento de indios en el entonces departamento de Chontales.

LAS VÍAS DESDE LA COSTA CARIBE


A lo largo de nuestra historia, las únicas vías de comunicación entre la costa Atlántica y "el
interior" del país han sido el río San Juan, y en mucho menor escala, el río Coco y el Grande de Ma-
tagalpa. Un papel mucho menor deben haber jugado los otros ríos de la vertiente Atlántica. En 1654,
los filibusteros saquearon la ciudad de Nueva Segovia penetrando por el río Coco. Dice Burney19
que estos "subieron en canoas por un río de la Costa de los Misquitos, un poco al sur de Cabo Gra-
cias a Dios, y después de luchar casi por un mes contra la fuerte corriente y los raudales, dejaron sus
canoas, marcharon al pueblo de Nueva Segovia al que saquearon, y luego regresaron al río." Esta fue
quizás el primer ataque al interior de Nicaragua.
Los marines que recorrieron el río en 1928-1929 refieren que “El río Coco fluye, en su tra-
yecto al océano, por un denso bosque de pinos y muchas millas de selva lluviosa. Además, el río es
traicionero. Tiene muchos raudales y durante el pico de la estación lluviosa, en junio y julio, el Coco
se convierte en un torrente tumultuoso que puede crecer tanto como veinte pies en una sola noche.
Las corrientes rápidas se convierten los remolinos en torbellinos y frecuentemente arranca árboles
de los bancos del río, acarreándolos corriente abajo con fuerza mortal.” 20

19 Burney, James, History of the Bucaneers of America, página 53, London, 1816
20US Marines, Miskitos and the Hunt for Sandino: The Rio Coco Patrol in 1928 Author(s): David C. Brooks
Source: Journal of Latin American Studies, Vol. 21, No. 2 (May, 1989), pp. 311-342

127
Según una nota geográfica de Honduras, publicada en 1916, “La navegación propiamente tal,
pues se hace por buques de algún tonelaje y calado, no se realiza sino desde la boca hasta las corrien-
tes de Tilras y Quipisque, desde las cuales hasta el Pailla, existe una serle de corrientes que se suceden
con rapidez, por algunas de las cuales no pueden pasar sino canoas descargadas, que, a las veces, hay
que conducir por tierra. Desde las corrientes antes mencionadas hasta la boca, el río es tan tranquilo
que necesitan de remo las embarcaciones menores que lo recorren para bajarlo. Los vapores que
hacen su tráfico no tienen obstáculo alguno en su camino”. 21
Narvaéz hace la siguiente descripción del río: “A lo largo de la porción central de su curso [el
río Coco], forma cañones con raudales traicioneros, haciendo la navegación difícil aun para las ca-
noas nativas. Los cañones tienen hasta 90 metros de altura. La región está apenas habitada. Aquí es
donde el río recibe sus dos tributarios principales: el Bocay (115 kilómetros de largo) y el Waspuk
(138 kilómetros) el cual es el río sagrado de los nativos sumu. Al este del Waspuk, el Coco es nave-
gable para barcos de mediano tamaño, porque el río sale de las montañas centrales y corre en un lla-
no amplio, punteado con numerosas aldeas miskitas.” 22 La región más deshabitada del río Coco está
comprendida entre la confluencia del Poteca hasta el río Lakus que es el limite oriental del departa-
mento de Jinotega.
La red de caminos de la RAAN no llega más allá de Leimus, dejando unas 14 aldeas miskitas
sin más medio de comunicación que el río. La na-
vegación comercial por el río es cara, fuera del al-
cance de la población pobre. Leimus está a 39 me-
tros sobre el nivel del mar y tiene una población
estimada de 608 habitantes dentro de un círculo de
7 km de radio centrado en Leimus. La vega del río
es reducida entre Santa Isabel y la desembocadura,
y prácticamente inexistente aguas arriba de Santa
Isabel.
El río San Juan también fue la vía de acce-
so para entrar a las llanuras del norte de Costa Rica Figura 2. Cargador detrás del guerrero, 
que por estar dentro de la depresión nicaragüense Código Mendoza. Fuente: Wikipedia, 
son de fácil acceso desde el río. La expedición de Tameme.
Rodrigo de Contreras para colonizar Costa Rica entró por el río San Juan. A principios del siglo XIX
inmigrantes provenientes de San Carlos se instalaron en las llanuras, después de explorar el territorio

21Ramírez F. Fontecha, Antonio A., Noticia Geográfica y Estadística de la República de Honduras, Página
565, Proceedings of the second Pan American Scientific Congress, Section IX: Transportation, Commerce,
Finance, and Taxation, Washington, U.S.A., Monday, December 27, 1915 to Saturday, January 8, 1916 1915-
1916 v. 1, Published by G.P.O., 1917,
22Narváez, Rodolfo, Geography of Nicaragua,
http://www.ans.edu.ni/Academics/geography/hydrography.html 

128
remontando el río San Cutris, o río San Carlos porque cerca de su desembocadura estuvo el Fuerte
de San Carlos de Austria, destruido en 1670.23 En el siglo pasado, el correo de Europa entraba a
Costa Rica por Hipps Point, hoy Trinidad y, remontando el río Sarapiquí, llegaba hasta la capital del
país.
Si la selva del Atlántico es impenetrable, las montañas de la región Central no son lo sufi-
cientemente elevadas como para constituir una barrera geográfica infranqueable que separe la región
del Pacífico de la región Atlántica. Es la selva lluviosa que cubre la región Atlántica la que ha proba-
do ser una verdadera barrera. La construcción de la carretera a Ciudad Rama, y el más reciente cami-
no que une Matagalpa-Río Blanco-Siuna-La Rosita-Puerto Cabezas sirven para demostrar las dificul-
tades de nuestro acceso al litoral Atlántico.

Figura 1. La ruta seguida por Fray Alonso Ponce en 1584, según Jaime 
Íncer.

LAS RUTAS DE FRAY ALONSO PONCE


Desde Honduras, el acceso a la región del Pacífico posiblemente se ganaba siguiendo rutas
situadas al suroeste de la actual carretera Panamericana, en la región conocida, en la época prehispá-
nica, como Chorotega Malalaca. Una de esas rutas es la seguida por Fray Alonso Ponce, descrita por

23 Revista de Temas Nicaragüenses, Portada 31: i, Noviembre 2010. 

129
fray Antonio de Cibdad Real. El trazo de la actual carretera Panamericana desde San Marcos de Co-
lón, en la actual Honduras, sigue paralela, aunque cargada hacia el este, la línea divisoria de las aguas
entre la vertiente del Golfo de Fonseca y la vertiente Atlántica hasta la ciudad de Estelí. Desde esta
ciudad, la carretera sigue la línea divisoria entre la vertiente del lago de Managua y la vertiente Atlán-
tica hasta llegar al río Tipitapa. La referencia es solo aproximada porque la carretera corta los ríos
Estelí y Viejo y no sigue exactamente la línea divisoria en ningún sitio, pero ayuda a visualizar la ruta
en relación al nudo montañoso central. El mapa de Íncer que sigue, permite tener una idea de esa
ruta.
En 153924 el rey ordenó que se abriera, con la ayuda de los indios comarcanos, un camino
desde la ciudad de León hasta la provincia de Honduras. Quizás en la parte de Nicaragua, esta ruta
fue la que tomara en 1586 Fray Alonso Ponce25. El último tramo de la ruta de Fray Alonso partió de
San Miguel (hoy república de El Salvador), Nacaome, Choluteca, Condega, Somotillo, hasta conectar
con El Viejo. En cierto modo, aunque muy simplificado, es el trazo de la carretera Panamericana
hasta Choluteca, y de esta ciudad hasta Somotillo por la ruta 33 de Honduras, pasando luego a la ru-
ta 24 de Nicaragua; ruta que puede ser llamada de circunvalación al golfo de Fonseca. Entrando a
Nicaragua, esta ruta deja a su derecha (hacia el golfo) una zona de esteros y manglares difícilmente
transitables.

Figura 3. Puente colonial sobre el río de los Esclavos, Guate­ 
mala. Consta de once arcos y mide 128 varas de largo. Todavía 
sigue en pie.
24Documentos para la Historia de Nicaragua, Real Cédula expedida en Toledo a 7 de marzo de 1539, man-

dando a los Gobernadores de Nicaragua y Honduras, abran un camino desde la ciudad de León hasta la últi-
ma provincia, páginas 4 y 5, tomo VI, Colección Somoza, editada por Andrés Vega Bolaños, Madrid, 1954
25Cibdad Real, Antonio, Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre
fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva España, Imprenta de la viuda de Calero, Madrid, 1873 

130
LOS PRIMEROS PUENTES
Nuestros aborígenes no tenían animales de tiro ni vehículos para transportar carga. La carga
la transportaban indios cargadores llamados tamemes, del náhuatl tlamama, que significa cargar. Este
método de transporte no requiere caminos, sino de sendas delineadas por el uso. Los ríos se vadea-
ban en el sitio más conveniente, sin construir puentes. El Río Los Esclavos es un río de Guatemala
que desemboca en el Océano Pacífico en el Canal de Chiquimulilla; durante su recorrido atraviesa el
departamento de Santa Rosa de norte a sur. Sobre este río se construyó en tiempos de la colonia el
puente de Los Esclavos, por iniciativa del Procurador Síndico don Baltasar de Orena en 1579 y del
Gobernador Pedro Mayen de la Rueda. Se terminó en 1592.
En Nicaragua, el primer puente fue el puente de madera de San José de Tipitapa, de 208 va-
ras de largo, construido hacia 1755 por iniciativa del rico hacendado y fundador don Juan Bautista
Almendares. Ayón refiere que « Otra mejora de grande importancia fue la construcción de un puen-
te, hecho á expensas de Almendares, que servía para pasar el río en una anchura de doscientas varas
castellanas. Esta obra, al mismo tiempo que evitaba la repetición de desgracias ocurridas en años an-
teriores, facilitaba el tránsito de los pasajeros».26

LOS CAMINOS CARRETEROS


Refiere Román que « la región del Pa-
cífico de Nicaragua, donde se asentaba el
grueso de la población española, era una zona
más bien plana, de modo que la carreta de
bueyes se introdujo y difundió allí temprana-
mente, ya desde el gobierno de Rodrigo de
Contreras: 1535-1547, lo que conllevó la des-
aparición de los tamemes, o cargadores indíge-
nas. Aquí, pues, el Camino Real, que unía a
León, y prácticamente al Realejo, con Grana-
da (vale decir al océano Pacífico con el océa- Figura 5. Recua de mulas cruzando un puente 
no Atlántico) era un camino carretero, todos en Ecuador. Detrás de las primeras cinco mu­ 
las se ve un grupo más numeroso en espera de 
los demás no eran sino caminos muleros,
cruzar el puente.
puesto que los trenes de mulas constituían el
medio por excelencia para el transporte de cargas terrestres, hasta que fueron desplazados por la in-
troducción del ferrocarril».27

26 Ayón, Tomás, Historia de Nicaragua, página 28, volumen III, Managua: Tipografía El país, 1889
Román, Yalí, Los caminos de Nicaragua, Boletín de Genealogía 6: 10-15, Academia Nicaragüense de Ciencias
27

Genealógicas, Enero 2007 

131
El “Camino Real” era un camino de herraduras que unía la capital de la Capitanía de Guate-
mala con México, transitado desde la época prehispánica por viajeros y mercaderías a lomo de mula.
Thomas Gage en 1637, después de dormir en San Miguel, El Salvador, cruzó el Golfo de Fonseca en
canoa acompañado de un mulato que le era fiel. Su sirviente con su equipaje tomó el camino de
Choluteca, y se reunió con Gage en El Viejo y juntos cabalgaron por el camino real de Nicaragua
para llegar a Granada en dos días, pasando por León.28

LAS RECUAS
Gage presenció la llegada de recuas de mulas a Granada en 1637: «Durante mi permanencia
en la ciudad [de Granada], antes de que me retirara a un
pueblo de indios, llegaron un día a la ciudad por lo me-
nos 300 mulas provenientes de San Salvador y de Coma-
yagua, cargadas de índigo, de cochinilla y de cueros; dos
días más tarde llegaron otras tres recuas de mulas prove-
nientes de Guatemala, una de las cuales traía la plata de
los impuestos del Rey, la otra venía cargada de azúcar y la
tercera de índigo».29
Durante el siglo XVIII, el transporte en la Nueva
España se hacía por medio de recuas de 25-40 mulas
manejas por arrieros. El personal que atendía la recua con-
sistía de un hatajador que atajaba las mulas para que no se
desperdigaran; un sabanero que les daba el pasto cortado
en la sabana; y un aviador encargado de cargar y descargar
las mulas. El número total de arrieros dependía del total
de mulas. A la cabeza de la recua una la mula madrina. En
el camino real una mula podía transportar entre 120 y Figura 6. Recua de mulas cargadas 
150 kg. Si el camino era llano podía recorrer la recua de café. Medellín, Colombia.
unos 20 km. Si el terreno era escabroso, el promedio re-
corrido no llegaba a 12.7 km.30
El arreglo de las mulas dentro de las recuas variaba. Las mulas podían ir en fila india atando
las riendas de las mulas a la cola de la que va delante; o podían ir sueltas; y si el camino era suficien-

28Íncer Barquero, Jaime, Viajes, Rutas y Encuentros 1502-1838, páginas 240-241, 1ra ed, San José, Costa Ri-
ca: Asociación Libro Libre, 1989
29Gage, Thomas, Viaje por Nicaragua, traducción de Federico Argüello Solórzano, páginas 6, Revista Con-
servadora del Pensamiento Centroamericano, 101: 5-12, Febrero 1969.
Suárez Argüello, Clara Elena, El transporte en la Nueva España. lOs caminos y la importancia de las mulas.
30

En Mentz, Brígida von. Diccionario temático CIESAS. [México]: CIESAS, 2007 

132
temente ancho, en filas indias de varias filas de ancho. Seguramente en el camino real de Nicaragua
la recua viajaba ordenada en varias filas de ancho. Los caminos muleros eran poco más que sendas y
puede que tuvieran que viajar en fila india de una sola fila de ancho.

LAS CANOAS Y LOS RÍOS


Para nuestra Costa Caribe, el medio de transporte fueron los dori de los miskitu para navegar
por el mar Caribe y los pipantes para remontar los ríos. Estas canoas se hacían de un solo tronco de
caoba (Swietebia microphylla), cedro (Cedrella spp.), guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), Ceiba (Ceiba
pentandra), saba (Carapa guianensis), santamaría (Calophyllum brasiliense), y ocasionalmente de palo de
agua (Vochysia hondurensis) y banak (Virola merendonis?). Para cortar el árbol, primero se hace un anillo
con el hacha de piedra cortando la corteza y la base del árbol, causando que el árbol se seque. Ya
seco se aplica fuego y se corta la madera carbonizada. Este proceso se repite hasta que el árbol cae.
El agujero de la canoa se excava en el tronco usando el hacha y el fuego alternativamente, mante-
niendo agua cerca para apagar el fuego cuando está quemando más madera de la deseada. Para en-
sanchar el centro de la canoa, se llena el agujero excavado con agua por varios días, y se insertan pa-
los en el centro para ensancharlo. Antiguamente los sumu presentaban estas canoas a los miskitu
como tributo.31
Los miskitu remontaban los ríos hasta llegar a los poblados españolas del interior. Wickham
remontó el río Escondido con boteros ulwas desde Bluefields hasta Ka-ka, que «decían era el último
asentamiento de su tribu en este río. Esto yo lo dudo mucho, porque aunque el río se ha convertido
en una corriente pequeña, aun debe haber, por considerable distancia adelante, una gran cantidad
más de agua con muchos riachuelos, que fluyen río abajo, habitados por ellos. Ka-ka es un bonito
lugarcito, recostado como está en el bosque que lo rodea. En el lado opuesto del río, el cual es aquí
estrecho, había una especialmente hermosa pared de verdura; los tronco rectos y altos de los árboles
y las ramas apareciendo a intervalos entre el follaje variado, enredaderas de flores bonitas, cogidas
aquí y allá en festones o colgadas en mechones ondulantes, las serpentinas de bejucos fuertes y las
frondas elegantes de una palma, ocasionalmente rompiendo el follaje».32 Desde Ka-ka, Wickham
caminó con su grupo hasta llegar a La Libertad, Chontales. Esta ruta bien puede que haya sido la
misma ruta usada por Clovill Briton para raptar a María Manuela Rodríguez y otras personas en Jui-
galpa en 1782.
A un lado de las casas de Ka-ka, continúa Wickham, corría hacia el río lo que en mi país po-
dríamos llamar un riachuelo de truchas, los mismos bloques de piedra, las mismas pozas profundas;
cascaditas y ruidosos bajíos; pero aquí la palma elegante, helechos ocasionales, y muchas otras for-

31Conzemius, Eduard. Ethnographical Survey of the Miskito and Sumu Indians of Honduras and Nicaragua. Washing-
ton: U.S. G.P.O., 1932.
32Wickham, G.H., Explorando el Río Escondido: Notas de un Viaje entre los Indios Woolwas y Mosquitos,
Revista de Temas Nicaragüenses 17: 119-127, Septiembre 2009

133
mas extrañas de vegetación solo conocidas en los trópicos, colgadas mirando el agua, y las paredes
verdes que cortan la corriente en un lado, y a través de la cual solamente un rayo de luz solar refrac-
tado, ocasionalmente puede encontrar su camino. Entre ellas vino el alboroto estridente de loras,
tucanes, trogones y otros pájaros cuyas notas armonizaban bien con la escena. En este lugar estuvo
la plantación de caña de azúcar más grande que haya visto en este país. Estos indios hacen un muy
agradable tipo de azúcar, la cual moldean en panes y comen con sus plátanos y yuca asada.

LA NAVEGACIÓN
Según Levy, la comunicación por agua entre Granada y San Juan del Norte «se hace, ya sea
por medio de buques de vela, ya sea por vapores. Los primeros se llaman piraguas, y miden de 15 a
25 toneladas; su trayecto se efectúa directamente de Granada a San Juan del Norte sin trasborde. En
cuanto a los vapores, se dividen en vapores del Lago y vapores del Río, siendo los últimos construi-
dos de manera que puedan franquear los obstáculos y raudales. Las mercancías son trasbordadas por
primera vez en San Carlos, y sucede á menudo que en el verano es preciso trasbordaras por segunda
voz en el Castillo. Desde algún tiempo el vapor que hace el servicio en la parte baja del Río está obli-
gado a pasar por el brazo del Colorado, por ser demasiado insignificante el caudal de agua que pasa
por el propio río San Juan. En la ida para San Carlos, el vapor del Lago toca en San Ubaldo, y a la
vuelta toca en San Jorge o en San Ubaldo, según la importancia de la carga que tiene para uno u otro
punto. En San Juan del Norte se corresponde, por medio del vapor inglés, que llega el 16 de cada
mes, con las Antillas, Europa y los Estados Unidos (vía Colón).
«La navegación sobre el lago de Managua es hasta ahora nula; pero pronto va á instalarse un
servicio de vapores y después hacerse un ferrocarril de Granada a Tipitapa o a Managua. Si se cons-
truyese luego el ferrocarril de Moabita a Corinto o al Tempisque, de que hemos hablado mas arriba,
resultaría de este conjunto de comunicaciones una vía interoceánica dividida en cinco secciones».33
Sobre la navegación en lagos y ríos, el informe dice que de San Francisco de California, «se
puede venir á los puertos de Corinto y San Juan del Norte en los vapores de la Pacific Mail Steams-
hip Company que hacen tres viajes al mes, en cada uno de los cuales gastan trece días. Por los vapo-
res de la línea Atlas, que hacen el viaje de Nueva York á San Juan del Norte y vice versa cada quince
días, se llega á los puertos del Atlántico. Estos vapores han reducido el viaje de Nueva York á Gra-
nada, Masaya y Managua á once días. La mayor parte de los ríos de la parte oriental de Nicaragua son
navegables.
« En cuanto se refiere á las condiciones de transporte en la parte oriental de Nicaragua todas
las líneas a que se hace referencia en este informe, son dirigidas por seis compañías propiedad de

33 Levy, Pablo. Notas geográficas y económicas sobre la República de Nicaragua ... y una exposicion completa
de la cuestion del canal interoceánico y de la de inmigración, con una lista bibliográfica, las mas completa has-
ta el día, de todos los libros y mapas relativos á la América central y general y a Nicaragua en particular. Pp.
412-413, Paris: E. Denné Schmitz, 1873.

134
particulares. Con excepción de los vapores que hacen la travesía entre Filadelfia y Bluefields, todos
loe buques mencionados conducen el correo y todos llevan carga. Los tipos de fletes cotizados son
los que se cobran por llevar las mercancías de uso general. El dinero a que se hace referencia es el de
los Estados Unidos».
«San Juan del Norte y Bluefields son los únicos dos puertos de mar de este distrito consular.
Entre Nueva Orleans y Bluefields hay vapores que hacen viajes regulares, empleando cada uno de
ellos de diez y seis á veinte días en hacer el viaje redondo. Hay además otros vapores que hacen via-
jes regulares de Mobile a Bluefields, y tres de Filadelfia. El porte de estos vapores es de 323, 369,
448, 563, 321, 459 y 475 toneladas, respectivamente. Cada uno de ellos hace el viaje redondo en cer-
ca de veinte días. La velocidad de los vapores que van a Bluefields es como de 9 a 12 millas por
hora. Los pasajes entre Nueva Orleans y Bluefields cuestan $40 los de primera y $20 los de segunda
clase. El tipo de flete es $10 por tonelada y 20 centavos por pie cúbico. Es lo mismo de Mobile que
de Nueva Orleans. El Agente Consular en Bluefields no ha podido conseguir datos exactos, pero
informa que los tipos de pasaje y fletes en los vapores de Filadelfia son un poco más altos que en los
de Nueva Orleans.
«La línea Merchante de Nueva York, tiene dos vapores de hierro y de hélice, de cerca do 360
toneladas cada uno, que hacen es comercio entre San Juan del Norte y Nueva York, empleando cada
buque veinte y ocho días en hacer el viaje redondo. La línea Prince manda de Nueva York a San
Juan del Norte, cada veintiocho días, un vapor de hierro, de hélice. Los vapores que esta línea envía
á San Juan del Norte son como de 2,000 toneladas, y su velocidad, como la de los de la línea Mer-
chante, es de 9 a 12 millas por hora.
«Una vez al mes llega á San Juan del Norte, procedente de Inglaterra, un vapor de la Mala
Real. Estos vapores hacen primero escala en Colón. Varían en tamaño y velocidad y el mismo vapor
nunca toca dos veces seguidas en San Juan del Norte. Los pasajes catre Inglaterra y San Juan del
Norte cuestan $146.25 en primera y $97.50 en segunda clase; los fletes son de $7.30 á $11 por tone-
lada desde Inglaterra, y de $7.30 á $14.60 por tonelada para Inglaterra.
«A causa de la barra que existe en la boca del río, los vapores no pueden entrar en la bahía de
San Juan del Norte, haciéndose el desembarco de pasajeros y carga en remolcadores y lanchones.
Los pasajeros pagan 81.25 por persona en los remolcadores. Los gastos de lanchaje son de $2 a $3
por tonelada. La mayor parte del transporte de pasajeros y de carga entre San Juan del Norte y Blue-
fields se hace en pequeños veleros de 3 á 8 toneladas. Estos buques llevan pasajeros A razón de $3
por persona, y cajas y fardos ordinarios á razón de 50 centavos bulto.
«Personas que han tenido experiencia en el despacho de carga en el río San Juan, dicen que el
grueso del comercio extranjero de la parte occidental de Nicaragua debería hacerse por San Juan del
Norte, no obstante el hecho de que los buques que llegan al puerto se ven obligados a anclar en una
rada abierta y que la tercera parte del tiempo la poca agua que hay en el río dificulta la navegación en
ciertos puntos. Dicen estas personas que el empleo de buques de menor calado, la destrucción de las
rocas en dos o tres puntos, lo que se puede hacer con un gasto relativamente pequeño, y el empleo

135
de métodos prácticos en el transporte y despacho de la carga serían parte a que se resolviera el pro-
blema. El gerente de la línea actual calcula que las importaciones y las exportaciones de la parte occi-
dental de Nicaragua alcanzan a cerca de 50,000 toneladas por año, de las cuales llevan sus vapores de
10,000 a 12,000 toneladas. Esta línea solo recibe una pequeña parte de las importaciones que pagan
fletes de primera clase. El gerente mencionado asegura que sus buques no pueden cargar más de
10,000 a 12,000 toneladas por año, lo cual probablemente es cierto».
«En un informe fechado á 24 de junio de 1897, é inserto en los Consular Reports para no-
viembre de 1897, Mr. O'Hara, Cónsul de los Estados Unidos en San Juan del Norte, se expresa así:
"A causa de un convenio por el cual la Atlas Steamship Company está comprometida á cargar todo
el café que se despache de San Juan del Norte, la Mala Real, cuyos vapores durante muchos años
han hecho escala aquí cada veintiocho días, ha dejado de mandar sus baques á este puerto (San Juan
del Norte). Uno de los buques de la Compañía Atlas llega aquí de Nueva York cada catorce días, y
toda la carga para Europa, que antes llevaban los buques de la Mala Real, la llevan hoy los de la línea
Atlas, vía Nueva York. En una comunicación anterior dirigida al Departamento," continúa el Cón-
sul, "participé que la Compañía del Atlas había enviado un agente á Nicaragua con instrucciones de
presentar un informe acerca de la navegación del río San Juan y que la compañía pensaba comprar
los vapores del río San Juan y del lago de Nicaragua, para que corrieran en conexión con los que tie-
ne en el Atlántico." Parece que el informe del agente fue favorable, pues regresó á Nicaragua con
instrucciones de celebrar un contrato con aquel Gobierno. Dicho contrato se firmó el 5 de junio de
1897.
«En la actualidad todos los vapores del río San Juan y del lago de Nicaragua pertenecen al
Señor F. A. Pellas, súbdito italiano, residente en San Juan del Norte. El Señor Pellas valúa sus vapo-
res y el taller de maquinaria que antes perteneció á la Compañía del Canal Marítimo de Nicaragua,
entre $175,000 y $210,000 oro, pero no he podido averiguar las bases de la venta que hará a la Com-
pañía Atlas. La Constitución de 1893 prohíbe los monopolios; pero los párrafos 1, 2 y 3 del contrato
acabado de celebrar con la Compañia Atlas, le da derechos exclusivos que parecen tender al mono-
polio. La Compañía gozará del derecho exclusivo, durante treinta años, de navegar con buques de
vapor en la laguna de Sílico; por el mismo período, tendrá el derecho exclusivo de construir tranvías
y ferrocarriles de la laguna al río San Juan, donde lo crea conveniente con el objeto de salvar obstá-
culos en dicho río; el Gobierno no subvencionará ninguna otra línea de vapores en el lago de Nica-
ragua, durante el término de treinta años.
«Por muchos años ha sido imposible navegar, durante cuatro ó seis meses, en la parte baja
del San Juan, en este tiempo las embarcaciones llegan hasta la boca del río Colorado, 15 a 18 millas
distante de San Juan del Norte, haciéndose en remolcadores y lanchas el transporte de cargas y de
pasajeros entre los dos puntos. El tras bordo de los fletes es muy costoso y muchas veces no se pue-
de efectuar el viaje por causa de los vientos, el mal tiempo y lo peligroso de las barras.
«Se cree que la construcción de un ferrocarril de vía angosta, de no más de cinco millas de
extensión, desde el extremo superior de la laguna Sílico hasta donde el Colorado se aparta del San
Juan, evitaría por completo la necesidad de enviar botes á la boca del Colorado, pues durante todo el

136
año el agua es profunda en los caños interiores que hay entre San Juan del Norte y la laguna Sílico,
por una distancia de 13 millas. Mr. Wichmann, el agente, dice que la Compañía Atlas liara construir
probablemente dos ó tres vapores nuevos para el río y uno para el lago, y que comprará nuevas lan-
chas y otros accesorios. Es probable, sin embargo, que esto no se lleve á cabo todavía Como la
Compañía Atlas es inglesa, es probable que las nuevas embarcaciones, así como los materiales y ac-
cesorios para el ferrocarril, sean comprados en Inglaterra, pero nuestros compatriotas podrían pre-
sentar presupuestos que llamasen la aten-
ción de la compañía. Los dos remolcadores
que hay en esta rada fueron construidos en
los Pastados Unidos en 1895, uno para el
Sr. Pellas, italiano, y el otro para los Seño-
res H. F. Bingham y E. L. D'Souza, ambos
súbditos británicos, y esto se debió proba-
blemente á que los precios eran más favo- Figura 7. Vapor de la Royal Mail
rables que los de Inglaterra. Si podemos construir remolcadores para este país, no comprendo por
qué razón no se podría competir con la Gran Bretaña por una parte de los materiales que necesita la
Compañía Atlas en San Juan del Norte, si ésta quisiera negociar con nosotros. Los agentes de la
Compañía Atlas son los Señores Pim, Forwood y Kellock, 24 State Street, Nueva York."

LOS CAMINOS EN 1875


Cuando Pablo Levy escribió sus Notas, su evaluación del estado de las rutas era que: « Todos
los caminos de Nicaragua, a excepción del de Chinandega a Granada, son simplemente muleros. A
cierta distancia alrededor de los pueblos, son carreteros. Durante la estación de las lluvias, la mayor
parte de ellos son casi intransitables, ora por el lodo, ora por las crecientes de los ríos, que es menes-
ter pasar en los vados. La gran comunicación por agua entre Granada y San Juan del Norte merece
una atención especial y servirá de transición natural al examen que vamos a emprender de la cuestión
canal…el único camino medido era el camino de Managua a León y Granada».
La medida entonces era la legua, que Levy dice era de 5,000 varas. Nos interesan sus distan-
cias porque se supone que un hombre a buen paso camina una legua por hora. Como los caminos
no estaban medidos, una manera de estimar la distancia es conociendo las horas que se tarda en ca-
minar la ruta. Una carreta podía cubrir una distancia entre 15 y 40 km/día a una velocidad de 3 a 4
km/hora, dependiendo de las condiciones del terreno, podía transportar entre 1,500 y 2,200 kg. En
cambio, una mula podía cubrir hasta 60 km en un día, a una velocidad de 6 km/hora, pero solo po-
día cargar entre 150 y 170 kg. Las diligencias podían llevar hasta 12 pasajeros y recorrían entre 60 y
100 km/día, a una velocidad de 13 a 16 km/hora.34

34 La carreta en Argentina 

137
El camino de Managua a Granada era carretero pasando por el Valle Gottel, Nindirí y Masa-
ya; para llegar a Granada eran 11 leguas (46 km a 4.18 km por legua, muy cercana a la distancia actual
por la carretera asfaltada). De Managua a León el camino era también carretero pasando por Matea-
re, Nagarote, pueblo Nuevo hasta llegar a León después de recorrer 26 leguas (109 km) siguiendo
aproximadamente la ruta conocida hoy como Carretera Nueva a León; (la carretera nueva asfaltada a
León mide 90 km). El camino carretero continuaba hasta Chinandega, distante de León 12 leguas,
pasando por Chichigalpa, aunque se podía pasar por Telica y Posoltega. En el mapa de Squier se
muestra la ruta León-Telica-Posoltega, aunque es una desviación que alarga mucho el camino.
En el No. 51 de “El Porvenir de Nicaragua”, de fecha 19 de diciembre de 1868, en Rivas, la
Compañía de diligencias de Gottel y Tejada anuncian al público la puesta en marcha de la "Compa-
ñía de Diligencias" que se establece entre Granada y León, la que posteriomente, se extenderá hasta
el Barquito y El Realejo en Chinandega. También prometen, con el tiempo, otra ruta entre Rivas y
La Virgen.35

Para ir a Rivas, desde Managua, había dos opciones: por el camino mulero que iba de Mana-
gua a Nandaime pasando por Jinotepe o Masatepe, con una distancia de 11 leguas (46 km); o por un
camino carretero, aunque solo en verano, que pasaba por Granada y de allí a Nandaime, distante 6
leguas (25 km; por la carretera asfaltada actual, son 20 km entre Granada y Nandaime). El camino
mulero, que muestra el mapa de Squier, partía de Masaya y pasaba por San Juan de la Concepción-
Jinotepe-Diriá-Diriomo-Nandaime.
De Nandaime el camino carretero de verano seguía por el Paso Real (Ochomogo), El Obraje
(hoy Belén) para llegar a Rivas situado a 13 leguas de Nandaime y 28 desde Managua. Como después
de pasar Nandaime, el camino de Rivas á Granada no es carretero durante las lluvias; se prefiere en-
tonces ir por el Lago hasta El Menco o hasta San Jorge, y de allí a Rivas, a caballo.
Muchas de las rutas mostradas por Levy son muy parecidas a nuestras actuales rutas pavi-
mentadas; es mejor hacer resaltar aquellas rutas que no son suficientemente conocidas por seguir
siendo caminos carreteros, algunas veces solo durante la estación seca. La ruta Granada a Acoyapa es
un buen ejemplo. Parte de Granada a Los Cocos distante 6 leguas bordeando la costa del Lago de
Nicaragua. Dos leguas adelante se llega a Acoto (Malacatoya) después de vadear el río Tipitapa, vado
donde nunca se ha llegado a construir un puente; aún hoy en día se cruza el río mediante un ferry

Enlace Académico Centroamericano, Memoria Centroamericana, resumen del contenido de El Porvenir de


35

Nicaragua.

138
primitivo llamado “la barca del Paso de Panaloya” operada por particulares. De Acoto hay 20 leguas
para llegar a Acoyapa. Este camino todavía existe hoy en día, aunque la superficie nunca ha sido re-
cubierta. Squier no indica esta ruta en su mapa de 1851, sin embargo, la ruta existió desde tiempos
coloniales cuando los ganaderos de
Granada usaban una variación local
de trashumancia en respuesta a la
falta de pastos durante la estación
seca. Desde las haciendas de Rivas
y Granada el ganado era llevado a
Chontales usando la ruta Granada-
Los Cocos-Acoto hasta las verdes
sabanas que se extienden 10 a 20
km hacia el este de la divisoria de
aguas en las serranías de Chontales.
El pasto de tepalón (Leersia bexan-
dra) en la franja costera del lago de
Nicaragua es capaz de alimentar el Figura 8 . Lanchas de vela en el muelle de Granada. 
ganado, pero cuando el lago sube Hacia 1930.
de nivel, la franja se vuelve panta-
nosa, y no es apta para alimentar el ganado.36
Otra ruta olvidada es la de Granada a San Juan del Norte en parte por agua, y por caminos.
De Granada a San Ubaldo en lan-
chas de vela, y de San Ubaldo por
camino hasta Acoyapa y San Carlos.
Para ir a Costa Rica había que em-
barcarse en San Carlos hasta El
Castillo y Sarapiquí, y de Sarapiquí
se tomaba el camino para Costa
Rica. Para viajar a Europa, Colón,
Panamá o las Antillas, se continua-
ba aguas abajo del río San Juan has-
ta San Juan del Norte para embar-
carse en el vapor mensual de la Ro-
yal Mail Steam Packet Company,
también conocida como Cunard.

36Radell, David R., and James Jerome Parsons.Historical Geography of Western Nicaragua: The Spheres of Influence of
Leon, Granada, and Managua, 1519-1965. pp. 151-153, Berkeley: Dept. of Geography, University of California,
1969. 

139
La ruta de León a Ocotal requería 46 horas de viaje (leguas). La ruta pasaba por Orota, Va-
llecito de Zapata, Acuapa, Limay, Pueblo Nuevo, Yalagüina, Totogalpa, Ocotal. De León a Villa
Nueva había 18 leguas pasando por Telica y Estero Real.
De Chinandega a Tempisque había 8 leguas de camino; embarcado en Tempisque, había 60
leguas por agua para llegar a la Unión, El Salvador, y solo 50 para Amapala. Por tierra partiendo de
Chinandega se llegaba a Choluteca, Honduras, distante 37 leguas, pasando por Villa Nueva, Somoti-
llo y Amatillo.
De Rivas a San José, Costa Rica había 97 leguas. Se seguía el camino del Tránsito a la Sole-
dad, distante 7 leguas; 6 leguas adelante estaba La Flor y en 4 más se llegaba a la hacienda Sapoa, que
era la frontera provisional. El camino seguía por Naranjo, Liberia, Bagaces, Higuerón, Coyolito,
Aranjuez, Esparza, Atenas, San José.

EL FERROCARRIL37
La construcción del ferrocarril se inició durante el gobierno de Pedro Joaquín Chamorro Al-
faro (1875-1879) bajo la administración de su Ministro de Hacienda Emilio Benard Doude (1840-
1879), quien contrató el 29 de julio de 1877 al ingeniero d ferrocarriles Berverly S. Randolph para
determinar la ruta, elaborar los planos y presupuestos para el tramo entre Corinto y el Lago de Ma-
nagua (Puerto Momotombo) para ser sometidos al juicio de Maximiliano Von Sonnenstern, el inge-
niero civil de la República. Los planos fue-
ron enviados a Nueva York para ser revi-
sados por los ingenieros H. K. Norris,
Henry D. Butts y Aniceto (García) Meno-
cal.
Los rieles y equipo rodante se
compraron en Europa y los Estados Uni-
dos. Todo este material comenzó a llegar a
Corinto el 18 de septiembre de 1978. Los
durmientes se cortaron de los bosques de
la región entre Paso Caballos y Ameya,
tramo donde se iniciaron los trabajos el 18
Figura 9. Vapor Victoria navegando en el lago de  de septiembre de 1878. El ferrocarril se
Nicaragua, hacia 1930. comenzó a construir con fondos propios,
sin ningún empréstito. Don Emilio Benard murió apenas dos meses después de haber recibido en
Corinto las primeras locomotoras.

37Salvo notas que indiquen otras fuentes, seguimos a Bolívar Juárez, Orient. El ferrocarril de Nicaragua: his-
toria y liquidación; informe de la Comisión de Liquidación precedido de una sinopsis histórica del ferrocarril
de Nicaragua. Managua: Comisión de Liquidación del Ferrocarril, 1997. 

140
Ya bajo la presidencia de Joaquín Zavala (1879-1883) se recibió el resto de la estructura del
puente de Paso Caballos el 14 de septiembre de 1880. El puente se concluyó el 10 de marzo de 1882
día en que entró a Corinto la locomotora Emilio Benard procedente de Chinandega. La administra-
ción del servicio de este primer trayecto estuvo integrada por Maximiliano von Sonnenstern, super-
intendente; Juan B. Campuzano, jefe de la estación de Chinandega; y Gregorio Rocha, jefe de la es-
tación de Corinto.
El tramo Chinandega-León se concluyó hasta el 4 de julio de 1882 cuando quedó terminado
el puente sobre el río Chiquito. En 1883 se extendió la línea hasta Moabita (Puerto Momotombo) a
orillas del Lago de Managua. Lo accidentado del terreno entre Mateare y Managua, no se construyó
como estaba previsto originalmente, porque los estudios topográficos hechos por Teodoro Hocke
determinaron que era un tramo muy difícil. Por esta razón se tenía que hacer un trasbordo del ferro-
carril a los vapores que surcaban el Lago de Managua, que cubrían el tramo Managua-Moabita. La
línea de vapores se implementó en 1882. El presidente Zavala decidió convertir a Moabita en Puerto
Momotombo, cuyas obras fueron concluidas en 1884. De 1882 data el vapor Victoria.
Le tocó al presidente Adán Cárdenas (1883-1887) inaugurar Puerto Momotombo, y el tramo
de vía de 78 km entre Corinto y la Paz Vieja, y los 18 km entre la Paz Vieja y Puerto Momotombo.
Cárdenas, además construyó el tramo Managua Granada que fue inaugurado el 1 de abril de 1885. La
estación de ferrocarril de Managua la construyó el Ing. Teodoro Hocke, y la de Masaya el Ing. Gil
Pimentel. Cárdenas también construyó la Escuela de Artes y Oficios que después paso al servicio del
ferrocarril.
Durante la administración Evaristo Carazo, de solo dos años por su fallecimiento, y de Ro-
berto Sacasa, la construcción del ferrocarril se paralizó. El presidente Sacasa si adquirió los vapores
Managua y El Ángela para surcar las aguas del Lago de Managua.
Durante la administración del
presidente José Santos Zelaya se
construyó los tramos Chinandega-El
Viejo y el de Masaya-Diriamba de 44
km, que fue inaugurada a mediados
de 1899. Y también se construyó la
vía férrea entre Managua y la Paz Vie-
ja, unificando así las dos divisiones, la
occidental y la oriental. Los trabajos
del tramo central se iniciaron en Ma-
nagua, partiendo de la Escuela de Ar-
tes y Oficios. La obra quedó termina-
da a mediados de julio de 1902. La
obra costó tres millones de pesos y Figura 10. Estación de Granada con vagones de ferro­ 
carril y el tranvía.
tenía cubría una distancia de 58 km. 

141
Durante la administración de Zelaya también se construyó el ramal independiente de 17 mi-
llas entre la bifurcación del ramal del Colorado y el río San Juan y la laguna Sílico, tramo que se con-
cluyó en enero de 1900. El objetivo de este tramo era salvar las serias dificultades que presentaba la
navegación por el río entre Colorado y la laguna Sílico, debido a la acumulación de arena, la que en la
estación seca o en períodos de sequía, imposibilitaba la navegación.
En informe consular publicado en 189938, describe las facilidades de transporte por ferroca-
rril en Nicaragua. En la Costa Caribe, el medio de transporte casi exclusivo es el bote, y con el inte-
rior del país con vapores pequeños que navegan en el río San Juan y en los lagos. Y de Granada se va
por ferrocarril a Managua; en Managua hay que embarcarse en los vapores del lago para llegar a
puerto Momotombo, donde se puede tomar el ferrocarril que llega hasta Corinto. Todo ellos requie-
re cuatro trasbordos con 90 millas de ferrocarril más las de navegación en el río San Juan y los lagos.
El costo de las líneas del ferrocarril fue de 82,000,000 pesos oro.
El ancho de las vías en Nicaragua siempre fue de “vía angosta” que medía 1,067 mm de an-
cho (3 pies 6 pulgadas) de entrevía. De hecho, siempre hubo hasta 10 anchos de vía que iban desde
600 mm hasta 1676 mm. Los carros de carga y los de pasajeros estaban manufacturados en los Esta-
dos Unidos. En la ciudad de Granada hay un tranvía, y existe otro que va de San Jorge á Rivas, una
distancia de 3 millas. Ambos están construidos con materiales americanos.
Cuando el reporte fue preparado, el gobierno estaba construyendo una línea de Masaya á
Diriamba, que toca en cinco ciudades intermediarias y atraviesa los distritos de café más ricos del
país. Los rieles, de 30 libras por yarda, son alemanes, pero el material rodante será del mismo origen
que el que tienen las líneas nacionales.
En el distrito consular de San Juan del Norte no había ferrocarriles. La Compañía del Canal
de Nicaragua construyó unas cuantas millas do ferrocarril durante los trabajos del canal, pero hoy la
vía está cubierta de malezas. El largo del ferrocarril proyectado de Rama a San Ubaldo, un puerto
pequeño situado en la costa oriental del lago de Nicaragua, se calcula en 102 millas. El interés en
construir este ferrocarril Rama-San Ubaldo es porque los vapores que hoy hacen el comercio de fru-
tas entre Bluefields y los Estados Unidos suben por el río Escondido hasta Rama, distancia que se
calcula entre 55 y 65 millas. Estos buques calan de 10 a 12 pies.
Durante la presidencia de Juan José Estrada se celebró un tratado, el Castrillo-Knox, con el
gobierno de los Estados Unidos, por el cual ese gobierno otorgaría préstamos por medio de banque-
ros de EE.UU. garantizados mediante cesión de la administración de aduanas. Estrada recibió el
primer empréstito de 1.5 millones de los bancos Brown Brothers & Co. y de J. & W. Selligman &
Co., quedando hipotecados los derechos de aduana. Bajo el gobierno de Adolfo Díaz se hicieron dos
préstamos complementarios, uno de $750,000 dando como garantía el ferrocarril, y otro de $250,000
a cambio de una concesión del ferrocarril, que traspasaba la propiedad a una empresa norteamerica-

38 Directorio Comercial de las Repúblicas Americanas, pp. 367-420, Bulletin eddición 91, Bureau of the Ame-
rican Republics (Washington, D.C.), 1899

142
na, y daba a los bancos la opción de compra del ferrocarril y los vapores nacionales por dos millones
de dólares.
Cuando el Gral. Luis Mena rompió con el gobierno de Adolfo Díaz el 29 de julio de 1911, se
apoderó de parte del ferrocarril y de la línea de vapores nacionales que navegaban en el Lago de Ni-
caragua. El gobierno de los EE. UU. protestó oficialmente por el “secuestro ilegal y daño de su pro-
piedad”, y del peligro que corrían sus empleados y agentes. La repuesta de Díaz fue pedir que los
EE. UU. garantizara con sus propias fuerzas la seguridad y propiedad de los ciudadanos estadouni-
denses en Nicaragua. Así los marines ocuparon militarmente el ferrocarril entre Corinto y Granada.
Fue hasta 1917 que Nicaragua compró el 51% de las acciones en poder de los bancos esta-
dounidenses. El ferrocarril cambió su razón social pasando a llamarse Ferrocarril del Pacífico de Ni-
caragua. Las oficinas centrales fueron movidas de Nueva York a la Escuela de Artes y Oficios en
Managua. Los primeros directivos nicaragüenses fueron Vicente Vita, Evaristo Carazo Morales y
Elías Hazera. Se recibieron 19 locomotoras de leña que funcionaron hasta 1920. Luego se compra-
ron siete más. La extensión de la vía era de 242 km: Ganada-Corinto con 192 km; Masaya Diriamba,
6 km; y Chinandega-El Viejo, 6 km. El ferrocarril estuvo en manos de los EE.UU. desde 1912 hasta
1928.
El gobierno de José María Moncada construyó 31 km de vía entre San Jorge y San Juan del
Sur que fue completada en 1932 y funcionó hasta 1955. El ramal León-El Sauce-Estelí los inició
Moncada en 1929, y lo completó hasta El Sauce (72 km), el presidente Juan Bautista Sacasa. Sacasa
también construyó el ramal Chinandega-Puerto Morazán de 30 km de largo que se mantuvo activo
hasta 1960.
La construcción de la carretera Corinto-Managua, iniciada en 1945, fue uno de los muchos
factores que incidieron en la quiebra del ferrocarril. Otros factores fueron la construcción del oleo-
ducto en 1961 que privó al ferrocarril de ingresos por el transporte de petróleo.
Entre 1955 y 1977 se hicieron diez estudios técnicos que señalaban la necesidad de rehabili-
tar y modernizar el ferrocarril. El inventario del equipo fechado el 31 de julio de 1981 lista 8 loco-
motoras, 4 autocarriles, 6 carros tamper de gasolina, y 2 carros de gasolina; 49 vagones, Magor y Fe-
rrostal; 50 plataformas (Universal, Magor y Ferrostal); 8 góndolas Gregg, 32 tanques (Magor, Gregg,
Ferrostal); 11 carros volteos (Gregg, Ferrostal); 4 carros equipaje KZabbus (Gregg, Ferrostal).
La tormenta tropical Alleta en mayo de 1982 destruyó 56.42 km de la vía Corinto-León , 14
puentes, numerosas alcantarillas, y los puentes claves de Quezalguaque y Paso Caballlos. Solo queda-
ron funcionando los tramos Managua-Granada; Masaya-Diriamba; Managua-Puerto Sandino, León-
Río Grande. El ferrocarril se liquidó como empresa y los equipo vendidos en 1995, después de una
larga agonía de trece años.

143
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145
Fruto Chamorro (1806-1855): fundador de la república

Jorge Eduardo Arellano

Reseña bibliográfica: Arellano, Jorge Eduardo, Fruto Chamorro (1806-1855): fundador de la re-
pública, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 146-156, Septiembre 2012.

Observaba Fruto [Chamorro] la


descomposición, el abuso y arbitra-
riedades reinantes en su nueva pa-
tria, tan contrarios a su naturaleza
de orden, y pronto comprendió que
ni aún el alejamiento de las activi-
dades políticas le aseguraban la ga-
rantía personal.
P.J. Ch. Z.

A 150 años de la constitución de Nicaragua en República y a 149 del fallecimiento de su gestor, Fruto
Chamorro —ocurrida el 12 de marzo de 1855— presento su semblanza política e ideológica, exenta de apología par-
tidaria.
Motiva este reconocimiento póstumo la exhumación que el 5 de marzo de 2004 se realizó en el Cementerio de
Granada de los restos de Chamorro y su esposa Mercedes Avilés. Ellos se hallaban desde el 22 de mayo de 1890 en
el lote B14/16. Este trabajo lo dirigió una Comisión ad hoc, integrada por el ingeniero Ernesto Chamorro Benard
(presidente), José Joaquín Quadra Cardenal (secretario), René Morales Tamariz y Mauricio Chamorro (vocales).
Actuó como redactor del Acta notarial el abogado Horacio Bermúdez Cuadra.

146
El sábado 24 de abril de 2004 tuvo lugar el traslado de los mismos restos, contenidos en una cajita que dio a
elaborar Martín Chamorro Chamorro (1958-1991), al Mausoleo que las hermanas Zavala habían mandado a cons-
truir en Italia, a finales de los años 50. Todo un monumento que preside una estilizada estatua de don Fruto y la
orlan altorrelieves alegóricos representando la Libertad, la Ley, la Religión y el Trabajo.
Como afirmó Quadra Cardenal en su discurso de orden, aunque don Fruto no logró que entrase en vigencia
la Constitución de 1954, ésta se hizo realidad cuatro años después, en la de 1858, la más duradera de nuestra histo-
ria, que rigió el constructivo y transformador período de los Treinta Años. De ahí que se le haya considerado fundador
de la República y su primer presidente.

1. Jefe de familia
Antes de morir en la villa de Managua el 31 de marzo de 1824, don Pedro Chamorro Argüe-
llo —una de las primeras víctimas de la disolución anárquica desatada en Nicaragua a raíz de la inde-
pendencia— recomendó a su esposa doña Josefa Margarita Alfaro llamar al hijo que tenía en Gua-
temala, casi de veinte años, para restablecer sus bienes en buena parte confiscados y educar a sus
desamparados hijos menores. El último, acabado de nacer, era Fernando Chamorro Alfaro.
Tres años después, en enero de 1827, llegaba a Granada el hermano mayor de este: José Fru-
to Pérez, hijo de Josefa Pérez y de don Pedro. Fruto había sido concebido durante la estancia gua-
temalteca de su padre, entre 1803 y 1807, cuando este cursó primero el bachillerato en Filosofía —su
tesis fue elogiada en la Gazeta de Guatemala el 28 y 29 de febrero de 1805— y luego el bachillerato
en Derecho Civil. Petrus Chamorro / per obtinendo Bacca- / laureatus gradu in Jure- / Civil; / etc decía en
latín la correspondiente tarja —una hoja impresa por un lado—, datada el 30 de enero de 1807 enero
de 1807.
El primer paso de la madre política de Fruto, a quien don Pedro nunca dejó de suplirle todos
sus gastos, fue solicitarle que tomara el apellido de su esposo. “Fruto —refiere el historiador Pedro
Joaquín Chamorro Zelaya— resistía por amor y respeto a su madre natural la señora Josefa Pérez,
dando así muestras de que deseaba servir sin el estímulo del interés personal, y que no se avergonza-
ba de su madre ni de su origen humilde. Mas la viuda de su padre insistió, ordenó y él hubo de so-
meterse”.
Inmediatamente Fruto Chamorro, quien sería el líder por antonomasia del conservatismo
granadino en la primera mitad del siglo XIX, se hizo cargo de la administración de los bienes de la
familia Chamorro y de la formación de sus seis hermanos: cuatro varones (Rosendo, Dionisio, Pedro
Joaquín, Fernando) y dos mujeres (Mercedes Jacinta y Carmen). Así, como un jefe de familia y tras
haber concluido el bachillerato en Filosofía y asimilado conocimientos de agrimensura en Guatema-
la, se incorporaba a los 23 años a su nueva patria Fruto Chamorro.
Pronto el joven, decidido y enérgico, cumpliría a cabalidad los destinos asignados. No sólo
restableció los intereses familiares, sino que él mismo comenzó a formar un capital propio. Igual-
mente, se preocupó por templar el carácter de sus hermanos.

147
2. Prestigio social y político
Al mismo tiempo, Fruto Chamorro se integró a la sociedad granadina de la época, casándose
con la hija de don Leopoldo Avilés: la bella y acaudalada señorita Mercedes Avilés, con la que procreó
cinco hijas mujeres; y desempeñándose entre los suyos como albacea de herencias. Ese papel lo ejer-
ció en el caso de las hijas menores de edad del finado Narciso Arellano: sus primas Luz y Elena Are-
llano Chamorro.
A ese prestigio social, sumó el político, pues fue elegido diputado —en representación de su
sector— para la Asamblea Ordinaria de 1836 e integró la Constituyente que decretaría la Constitu-
ción del 30 de abril de 1838. Luego fue designado senador para el período de 1839 a 1842. Asimis-
mo, sirvió importantísimos cargos: Supremo Delegado de la Triple Confederación Centroamericana,
formada por El Salvador, Honduras y Nicaragua (mayo,1843-marzo,1845), prefecto del departamen-
to Oriental (abril-agosto, 1845) y ministro de Hacienda (septiembre, 1845 julio, 1846) antes de ser
elegido Director Supremo del Estado (tomó posesión el 1ro marzo de 1853) y de asumir, por vez
primera en la historia de Nicaragua, la presidencia de la República.

3. Periodista del Mentor Nicaragüense


Chamorro, además, fue periodista: mejor dicho: canalizó en una publicación periódica sus
ideas que respondían a un proyecto conservador de Estado-nación. Estas pueden rastrearse en el
semanario Mentor nicaragüense que dirigió y editó en la Imprenta de la Universidad de Granada, a su
cargo desde el 26 de octubre de 1841, cuando lanzó el “Prospecto” de dicho periódico: el más so-
bresaliente hasta entonces en Nicaragua. De acuerdo con ese documento, el objetivo del periódico
era:
la ilustración de los pueblos, presentándoles doctrinas sanas y sencillas de las materias que
más les interesen; manifestarle todo aquello que influya en su bien y prosperidad; formar el espíritu
público sobre las sólidas y verdaderas bases en que se funda nuestro sistema de Gobierno, y poner
alcance de todos, cuantas ideas y pensamientos hayan en relación con estos objetos.
Veamos, pues, un resumen del pensamiento de don Fruto. En primer lugar, había claridad en
sus ideas, reflejada vivamente en su periódico. Al referirse a las tareas propias de la prensa, resulta
ilustrativa su nota introductoria. Dice:
Quisiéramos poder seguir siempre la máxima de Horacio, de mezclar en nuestro periódico lo
útil con lo dulce, para instruir al mismo tiempo y deleitar a los lectores, mas esto no es posible en
ciertos asuntos que por naturaleza o en sí mismos llevan anexo el desagrado, sin que baste a remo-
verlo el modo de tratarlos. Sin embargo, prefiriendo lo útil a lo deleitable, vamos a hablar de una ma-
teria interesante.
O sea —observa un historiador costarricense— que es necesario tocar ciertos temas en la
prensa, aun cuando los mismos no pueden gustar a ciertas personas sensibles. En ésta la responsabili-
dad del periodista y Chamorro no elude cumplir de modo adecuado su tarea. Y así lo hace.

148
Tampoco elude su convicción de participar en política, comenzando con la municipal. “Este
asunto —las elecciones municipales— demanda la personal cooperación más activa y eficaz de todos los hom-
bres de bien”. (El subrayado es nuestro). Así, escribe: La indiferencia, la apatía, la indolencia o la confianza de
materia tan delicada es una gravísima culpa política, es una especie de traición a la Patria y a uno mismo; y es la
prueba más concluyente de la falta de espíritu público y de patriotismo. El que deja abandonados los graves asuntos del
Estado al ocaso o al arbitrio y maniobras del perverso, del inmoral o del aspirante, no debe tener una conciencia tran-
quila, sino que ha de ser turbada con remordimientos continuos por un largo período de su vida.

4. Ideas religiosas, económicas, educativas y morales


En materia moral, Chamorro proclama la máxima cristiana: Amar a Dios como a todas las cosas y
al prójimo como a uno mismo; máxima que dirige a los padres y madres de familia para que sus hijos no sean “unos
facinerosos, entes despreciables, objetos de odio y de oprobio: odio y oprobio que redundarán con tristeza y consternación
contra vosotros. No dejéis, pues, de predicarles el respeto y temor de Dios, el amor a la justicia y la caridad del próji-
mo. Y remata con esta sentencia latina: Discite justitiam moniti et nollite contennere Divos (“Aprended la
justicia y guardaos de no querer menospreciar a los dioses”). Aún más: transcurrida la celebración de
la Semana Santa en Granada en 1842 (en la que constató “una grande, numerosa y general concu-
rrencia poseída de recato y devoción, lo que prueba la moralidad de este pueblo y le coloca en un
lugar muy distinguido”), editorializa propugnando por un mejor adorno y una mayor iluminación en
los templos, ya que era preciso tener presente y no olvidar que la Religión es el consuelo de los mortales; que
influye mucho y muy poderosamente en las acciones de los hombres, en sus afectos, en su moral, en sus relaciones públi-
cas y privadas, y que les enseña cosas a que no llega la autoridad civil; que en todos los países y en todos los tiempos ha
existido un culto público; y que su publicidad tiene, como dice un sabio escritor, ventajas políticas y religiosas: políticas,
por cuanto es un principio de concordia, de confianza y de fraternidad; religiosas, por cuanto pone a los hombres en
estado de edificarse, de sostenerse y de animarse mutuamente con el ejemplo. Hay hombres enemigos del culto, porque
destruyéndole piensan que destruyen su principio y su objeto. Por fortuna, en Granada no hay ninguno de estos hom-
bres.
En relación con el ramo de Hacienda, defiende los intereses de los productores, en particular
de los ganaderos, el más sangrado por impuestos (un 10 por ciento “en los aumentos de su especie”
y un 5 en “los frutos o esquilmos”, todo por el derecho de diezmo), no sin antes establecer: “la ri-
queza del Estado la forman los capitales en giros de comercio, los hacendados de cacao, añil y cría
de ganado; mas este último ramo sufre hoy el mayor recargo de derechos, de manera que lejos de
recibir fomento por la ley, más bien parece que tienden a su destrucción, según las ligeras observa-
ciones que vamos a hacer”. Y las detalla para concluir:
Obsérvese el estado actual de las haciendas de ganado en los distritos de Acoyapa y Tipitapa.
Compárense con el estado que tenían el año de 1830, y se advertirá una baja espantosa, que no sólo
tiene su origen en las oscilaciones políticas sino que es en la exorbitancia de los derechos que hoy
sufre, que son mayores que los del extranjero en las importaciones marítima del comercio.

149
En materia de policía, destaca los objetivos y jurisdicciones que le otorga: “La seguridad per-
sonal, la propiedad, el honor, la salubridad, la comodidad, la decencia son los primeros objetos de la
policía. A su alcance están las cárceles, hospicios, hospitales, lazaretos, cementerios, montes, cami-
nos, puentes, lagos, ríos, abastos, incendios, mercados, calles, plazas, edificios”. Y agrega que, como
ramo de la administración pública, “no existe entre nosotros: parece un fantasma que sólo tiene
nombre”.

La influencia de Filangieri
En cuanto a la Instrucción Pública, no deja de ser significativa este concepto puntual: que po-
pularizar la instrucción, no es darla con uniformidad, porque como dice este autor —se refiere al señor Filangieri,
o sea, Gaetano Filangieri (1752-1788), jurisconsulto napolitano que delineó una instrucción pública a
expensas del Estado con la finalidad de formar ciudadanos en el espíritu de la Constitución—: Ella
exige, hablando de la educación que se dé a cada uno según sus circunstancias y el objeto a que esté destinado. Que el
colono reciba la instrucción necesaria para ser ciudadano o colono, y no para ser magistrado o caudillo; que se dé al
artesano en su infancia una educación a propósito para alejarle del vicio, para inclinarle a la virtud. Al amor a la
Patria, el respeto a las leyes, y para facilitarle los progresos de su arte; mas no la que se requiere para dirigir la Patria,
y llevar el timón del Gobierno. Finalmente, la educación pública exige, para ser universal, que participen de ellas todas
las clases y todos los órdenes del Estado, pero no que todos estos órdenes y todas estas clases tengan en ella su misma
parte. En una palabra, debe ser universal, pero no uniforme; pública, pero no común.
Aparte de esta acotación excluyente, Chamorro insistía en la educación moral (“ser buenos
padres, buenos hijos, buenos esposos, buenos hermanos, buenos amigos y buenos cristianos”) y pri-
vilegiaba la enseñanza elemental o primaria (“que, en opinión de algunos políticos y economistas, es
la que el público está obligado a costear”). En esa misma línea, se apropiaba de un curioso “Capítulo
sobre el matrimonio”, extraído de la obra de Miss Hannah Moor (1745-1843) sobre el sistema mo-
derno de educación de las mujeres.

La esposa, la compañera, la señora y la dama según Hannah Moor


Al respecto, en el Mentor Nicaragüense (núm. 8, sábado, 18 de diciembre, 1841) hizo suyo,
transcribiéndola, la siguiente clasificación de Moor, escritora inglesa cuya influencia pionera en el
pensamiento feminista de Nicaragua permanece desconocida: Hay cuatro clases de mujer entre las candida-
tas al matrimonio, que son: las esposas, las compañeras, las señoras y las damas. El hombre se une a una esposa, se
casa con una compañera, obsequia a una señora y se apalabra con una dama. Es feliz con una esposa, discute con una
compañera, bosteza con una señora y cela a una dama. Es amado por una esposa, bien tratado por una compañera,
estimado por una señora y tolerado por una dama. Es uno con su esposa, pareja con su compañera, acompañante de la
señora y portero de la dama. Cuando un hombre enferma, lo atiende su esposa, le compadece la compañera, le visita la
señora y se informa de su salud la dama. Si el hombre empobrece, le consuela la esposa, le aconseja la compañera, la
riñe la señora y le abandona la dama. Si el marido muere, se desespera la esposa, llora la compañera, se consuela la
señora y se casa la dama, porque las damas son las que menos pueden aguantar la viudez. Desde luego, Fruto
Chamorro prefería a la esposa y a la compañera; y no se le conocieron affaires con señoras y damas.

150
Su proyecto de Estado-nación
Hasta aquí las principales ideas expuestas en el Mentor Nicaragüense, periódico que dejó de pu-
blicarse en su número 24, correspondiente al 16 de abril de 1842. Como afirmamos, articulaba un
proyecto de Estado-nación, o más específicamente de gobierno, desde el estatus social del hombre
representativo que era Fruto Chamorro.
En fin, tales ideas las compartían los hombres de bien, en concreto quienes lo nombraron
para encargarse de la Imprenta de la universidad de Granada. Ellos debían participar en dicho go-
bierno y dirigir, exclusivamente, ese proyecto.
Por el contrario, estaban excluidos de ambos —de acuerdo con esta concepción— los auto-
res de libelos y pasquines, cuyas invectivas y ocultas amenazas “son de hombres oprimidos —
sostenía don Fruto—, de los que no tienen libertad para hablar y escribir, y de los esclavos que no
pueden expresar sus sentimientos, sino en la obscuridad y de un modo clandestino”.
Porque, al plantear esta dicotomía, Chamorro optaba por el primer tipo de hombre: el hom-
bre libre, el justo republicano que con la franqueza y el orgullo siempre modesto que le caracteriza, habla y escribe
en público sin el recelo de ser conocido porque sus palabras y discursos todos deben ser dirigidos al bien común.
Y condena a su opositor: el que “gruñe y ladra en la obscuridad”, reduciéndole a categoría
zoológica. Luego se pregunta y, sin titubear, responde: Mas ¿cuál es el objeto del que escribe pasquines, in-
vectivas y amenazas? En verdad que no puede tener otro que el muy innoble y reprobado de desahogar pasiones y de
promover el disturbio público. Objeto criminal digno de severo castigo.

5. “Campeón del Orden”


Verdadero conductor en materia política, Chamorro concebía esta como un padre riguroso.
Sin embargo, no pudo plasmar, en la realidad, sus ideas obsesionadas por el orden y partidarias de un
sistema capaz de poner freno a las facciones anárquicas y de administrar con método, pureza y eco-
nomía el tesoro nacional, requiriendo de un gobierno fuerte y centralista, cuyo fundamento social
estribara sólo en la virtud y el talento. Al respecto, su pensamiento es interpretado por Chamorro
Zelaya:
Fruto encontraba que la causa principal de los desórdenes en Centro América era la nulifica-
ción de la primera autoridad, como una reacción natural contra el poder absoluto de los reyes; y la
triple soberanía de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, lo que es distinto a la independencia
de los mismos entre sí; y a veces la preponderancia del Legislativo, proclive a la peor especie de dic-
tadura...
Ejemplo a seguir, Fruto se empeñó en ser un “Campeón del Orden”. Esta bandera la enar-
bolaron, por un lado, el Comandante de las Armas (a partir de 1845) general J. Trinidad Muñoz —
vinculado a León— y, por otro, el coronel Fruto Chamorro, principal Jefe del bando granadino. Pe-
ro sus conceptos de orden, esgrimidos por ambos para justificar sus acciones, eran diferentes. Para el
primero, consistía en la erradicación a la fuerza de las manifestaciones de la anarquía popular, a la
que primero agitaba y luego aparecía como su indispensable sofocador, con el fin de adquirir presti-
gio y ser considerado “el salvador del país”.

151
Fundamentación ideológica
En el segundo, el orden constituía toda una fundamentación ideológica. Para don Fruto, el
orden era la contraparte necesaria y legítima del desorden, del tumulto demagógico y de los alza-
mientos populares; es decir, la respuesta para continuar una situación semejante a la proporcionada
por la quietud colonial, donde se desarrollase el cómodo estatismo de las familias ricas. O, más pre-
cisamente, el de la suya, para lo cual había sido mandado a traer por su madrastra a Guatemala, don-
de llamaban serviles a los que no eran liberales exaltados.
Fue el caso de su padre quien, en compañía de don Crisanto Sacasa y del presbítero Policar-
po Irigoyen, había organizado en Managua el primer embrión de partido conservador en el marco de
la guerra civil de 1824. Embrión o bando político que se identificaba con los sacasistas o serviles y
contra los ordoñistas o fiebres, acaudillados por Cleto Ordóñez.
Los sacasistas, obviamente, eran encabezados por don Crisanto Sacasa, quien conciliaba el
conservatismo social con el liberalismo económico. Para José Coronel Urtecho, el sacasismo grana-
dino —truncado con la guerra civil de 1824— consistía en una modificación de la mentalidad colo-
nial por la capitalista. Pero tenía dos caras: una tradicionalista, de donde se derivaban el patriarcalis-
mo, el clericalismo, el orientalismo granadinista, la tendencia oligárquica y el sentido del orden: y otra
moderna, expresada en los siguientes elementos: subordinación de la política a la economía, sentido
burgués de la posición social fundada en el capital, desprecio de la pobreza como señal de inferiori-
dad y sobreestimación absoluta del dinero.

Mentalidad empresarial
El conservatismo de Fruto Chamorro, igualmente, conciliaba ambas caras. Ya detectamos, al
sintetizar sus ideas, la dimensión tradicionalista que las caracterizaba. Ahora veremos su tendencia
moderna. Esta también la expresó en el Mentor Nicaragüense. Por ejemplo, don Fruto poseía una men-
talidad empresarial. A tal conclusión se llega después de analizar su plan de la Hacienda Modelo, ex-
puesto en varios números del periódico. Con ella, intentaba promover la agricultura de su región,
sosteniendo e incitando a los vecinos propietarios:
Depongamos todo miedo y todo recelo en esta especulación. Es empresa muy sencilla y muy
conocida. Muy pocos ignoran cómo se siembra y se cosecha el maíz, arroz, frijoles, trigo, caña dulce,
jiquilite, algodón; y no faltan inteligentes para el cultivo de otros artículos de agricultura. Muy pocos
ignoran que estos trabajos, hechos en pequeños, por individuos aislados y escasos de recursos, pro-
ducen utilidad; y todos deben conocer que ésta debe aumentarse en razón directa de los fondos o
capitales, a más de la economía y demás ventajas que resultan de un trabajo en grande, con desaho-
go, y sin necesidad de mal vender los frutos.

152
La Hacienda Modelo, formada por 200 accionistas y un director, no llegó a concretarse, pese
a que sus primeros socios —23— se reunieron en varias ocasiones. Su intento por llevarla a cabo,
sin embargo, revelaba el pragmatismo económico de don Fruto, quien la consideró no sólo de inte-
rés individual, sino general.

Visión nacional desde su granadinismo


Al mismo tiempo, esta iniciativa no excluía la promoción del comercio interno, ya que don
Fruto —en las mismas páginas del Mentor Nicaragüense— concibió otro plan: el de establecer dos fe-
rias en Granada, que tampoco llegaron a realizarse. Una el 8 de diciembre, día de la Concepción, que durará
8 días y la otra el 1 de marzo. Porque Granada —sostenía— posee todos los ramos: ganado de toda clase, made-
ras, tintas, frutos, cacao, café, cueros y otros infinitos artículos.
Mas esta evidente manifestación de tendencia localista, iba acompañada de una idea constan-
te del imaginario nacional en formación: la del canal interoceánico, mito a través del cual Granada
tendría un porvenir grandioso, pues su posición geográfica —consignó don Fruto, en principio— es tan
adecuada para traficar con todos los demás estados y con las plazas extranjeras. En este sentido, mantenía una
sección permanente —titulada “Comercio”— en el Mentor Nicaragüense con el fin de promover ese
manantial de la riqueza de un Estado, como definía tal actividad económica.
Otras secciones del periódico, aparte del Editorial, se titulaban “Administración de Justicia”,
“Economía”, “Industria”, “Legislación” y “Variedades”. En todas ellas planteaba reformas moder-
nas de corte capitalista, reflejando una visión nacional desde su granadinismo y estableciendo, con
claridad programática, el concepto de patria. “Non solum nobis nati sumís; sed partim vindicat patria”: “No
hemos nacido sólo para nosotros; sino también para la patria” —decía el lema, en cada uno de sus
números, del Mentor Nicaragüense.

El “Ejército restaurador del Orden”


Ahora bien: al anterior resumen de las ideas socialmente tradicionales y económicamente
progresistas de don Fruto, hay que sumar la marca civil o civilista en la que insistía, contraria a la mi-
litar o militarista de J. Trinidad Muñoz, su antagonista regional que representaba los intereses de
León y, como vimos, recurría a otra concepción del orden. Tras debelar el movimiento armado y
agrarista de Bernabé Somoza en 1849, con la cooperación de don Fruto, Muñoz se proclamó “el de-
fensor de la libertad del orden en Nicaragua”. Pero este líder occidental cometió el error de ejecutar
un golpe de Estado el 4 de agosto de 1851 al gobierno constituido del licenciado Laureano Pineda
—que había sido electo como Director Supremo—, significando el triunfo de Oriente perdiendo su
disputa política ante Fruto Chamorro.
En todo caso, Fruto no pudo impedir la guerra civil de 1854: culminación del proceso anár-
quico experimentado hasta entonces por Nicaragua, pese a su decidido empeño de restaurar el orden
y reorganizar la república. Este objetivo se lo impuso al triunfar sobre Muñoz, lo que significó la de-
rrota de León, quedando no sólo dueño del poder efectivo, sino también del prestigio necesario para
ganar las próximas elecciones del Director Supremo.

153
Su triunfo y elección
Esta victoria electoral fue legitimada por el decreto, que había emitido y sancionado la
Asamblea Legislativa el 26 de febrero de 1853, dictado en base del dictamen de la Comisión respec-
tiva de la Asamblea de tabla demostrativa del número de candidatos que fueron 26. De ellos, Cha-
morro obtuvo 296 votos, Francisco Castellón 193, José Sacasa 157, Rosalío Cortés 70 y los restantes
entre 13 y 1 votos. Por tanto, atendiendo al principio de la igualdad social —paladín del republicanismo,
según la constitución de 1838— dicha Comisión concluyó que “a favor de ninguno —se refería a los
tres primeros— hai (sic) los sufragios necesarios para constituir elección popular”; pero que, obliga-
da a elegir “con tino al varón ilustre que las circunstancias designen para conducir victoriosa y dig-
namente la marcha política y social de Nicaragua “, había resuelto emitir ese decreto.
José Coronel Urtecho anota al respecto: Desde tu toma de posesión del primero de abril de 1853, don
Fruto hace sentir, con su característica firmeza, que tratará de llevar a la práctica su concepto de orden, que en efecto,
será el consagrado por la Constitución de 1854. Concepto marcado por la tradición colonial, específica-
mente paternalista, que plasma en el “Mensaje” de su toma de posesión el 24 de abril del mismo año
de 1853, sumado a una voluntad nacional de representar a todos los pueblos y regiones del Estado:
Todos los pueblos del Estado son para mí una sola familia, una sola identidad. El mal de uno
afecta a los otros: es mal común. Por eso mi Gobierno no verá en cada uno de ellos sino un objeto
en ejercitar su paternal solicitud. Jamás he considerado como enemigo común a ningún pueblo;
enemigo sí de la tiranía, la he combatido en León como en Granada, en Managua como en Rivas; la
he combatido donde la he visto. No soy ciudadano de un pueblo, sino de todos los pueblos: mi pa-
tria es el Estado.

El desequilibrio entre León y Granada


El mismo historiador afirma que Chamorro no logró resolver —siquiera en una forma via-
ble— el problema del equilibrio entre Granada y León, o entre Oriente y Occidente, que era —al fin
y al cabo— el principal problema político del país. No convenció a los leoneses que Chamorro, du-
rante su primera administración como Director Supremo, haya invertido 9 mil pesos para reparar
una de la torres de la Catedral —dañada por un rayo— ni adquirido los terrenos del cementerio e
iniciar su construcción, ni comprado en 7,500 pesos la casa del Cuartel que no pertenecía al Estado.
Tampoco quedaron satisfechos con otras acciones que ratificaban su tendencia nacional,
abarcando el Occidente del país —como la creación de una feria anual en El Viejo— y el Septen-
trión, al donar mil pesos de la masa decimal a los indígenas del departamento de Segovia para reme-
diarles la escasez que padecían, y quinientos pesos para proporcionar maíz a los agricultores a fin de
que lo cultivaran.

154
Siempre en León, estableció la Lotería a favor de la beneficencia, canceló los atrasos de las
listas civil y militar, heredadas de administraciones anteriores; devolvió a la Metrópoli el Palacio
Episcopal; aumentó la renta para el Hospital, reparó la Casa del Cabildo y socorrió personalmente a
varios vecinos, entre ellos a un señor Carmenate, a quien donó 50 pesos para resarcirlo del incendio
de su casa. “Las viudas y los defensores de la patria y los inválidos —puntualiza Chamorro Zelaya—
por las mismas causas tenían suspensiones al día”.
Porque, viendo en Chamorro un adversario de temple —dispuesto a imponer su criterio y a
consolidar la hegemonía de Granada— los mismos leoneses inmediatamente conspiraron contra su
gobierno, alegando el derecho de insurrección. Pero Chamorro, sosteniendo la necesidad de prever los
males antes que remediarlos, capturó, procesó y expulsó del país a los cabecillas, como lo justificara
en su mensaje del 21 de noviembre (también de 1853).
A los líderes políticos de León, convencidos del desequilibrio que significaba Chamorro, no
les quedó otra opción que invadir el país desde Honduras, iniciando la llamada guerra civil de 1854.
A ella, por otra parte, había contribuido el primer acto trascendental de la administración Chamorro
que fue dictar el decreto gubernativo del año anterior, convocando a elección de diputados para una
Asamblea Constituyente. Esta se reunió en Managua el 22 de enero de 1854 y el 30 abril siguiente
fue aprobada. Chamorro, entonces, fue nombrado por dicha Asamblea para servir el primer período
constitucional (del 1 de marzo de 1855 al 1 de marzo de 1857), con lo que concluirá el término de
dos años para el que había electo como Director Supremo en 1853. Se inauguraba, en suma, una
nueva Carta fundamental que otorgó el nombre de Presidente de la República al jefe de Estado, fi-
jando en cuatro años la duración del período presidencial.

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1. GRANADA (NICARAGUA) - HISTORIA

Bibliografía
ARELLANO, Jorge Eduardo: General Fernando Chamorro Alfaro, Managua, Pavsa, 2000.
CORONEL URTECHO, José: “Introducción a la época de la anarquía en Nicaragua”. Revista Con-
servadora del Pensamiento Centroamericano, núm. 134, noviembre, 1972, pp. 39-49.
CHAMORRO CHAMORRO, Martín: La lección de Don Fruto Chamorro. Granada, Ediciones del Par-
tido Nacional Conservador, 1994.
CHAMORRO ZELAYA, Pedro Joaquín: Fruto Chamorro, Managua, La Prensa, 1960.

155
CUADRA CH., Pedro J.: La posición histórica de don Fruto Chamorro en Nicaragua. Granada, Tip. de “El
Centro-Americano”, 1938.
CUADRA PASOS, Carlos: Fruto Chamorro / Breve comentario a una intensa vida. Managua, Fondo del
Grupo Conservador Tradicionalista, 1947.



156
ANTROPOLOGÍA

Tradiciones Orales de los Indios Sumus


Gotz Von Houwald
Francisco Rener

Reseña bibliográfica: Houwald, Götz von y Francisco Rener, Tradiciones Orales de los Indios
Sumus, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 157-164, Septiembre 2012.

Por cortesía de Arturo Castro-Frenzel quien ha obtenido todas las licencias para reprodu-
cir todos los textos de las tradiciones orales de los sumus, publicamos hoy esta Introducción a las
36 tradiciones, más un glosario y una sección bibliográfica, que originalmente fueron publicadas
en un texto trilingüe sumu-español-alemán por Houwald, Götz von, y Francisco Rener. Mayangna
yulnina kulna balna. Bonn: Univ, 1984.
La edición trilingüe consta de 233 páginas, incluyendo algunas ilustraciones. Los relatos
son cortos y podremos publicar varios en cada una de las siguientes ediciones de la revista, en
una serie que nos tomará unos 9 a 12 meses porque pretendemos publicar el glosario y la biblio-
grafía.
Temas Nicaragüenses se enorgullece en contribuir así a divulgar la cultura sumu en parti-
cular, la cultura indígena en general, y en rendir un homenaje a quien tanto amó a los sumu,
Maximilian Otto Gustav Albrecht Hubert Wilhelm Götz-Dieter Freiherr von Houwald (* 13.
Mayo 1913 en Posen; † 16. Agosto 2001 en Bonn), etnólogo, historiador y diplomático alemán.

INTRODUCCION

1. Con el calor sofocante del mediodía dejándonos aturdidos y agotados al borde del sueño bajo la
sombra de un árbol después de un largo camino, a veces uno de los hombres empezó con algún
cuento. Al comienzo muchas veces no era más que un chiste cortito y no siempre de la clase más
fina. Pero pronto otro le quitó la palabra y un cuentito siguió al otro, todos si bien chistosos y ale-
gres. Uno por ejemplo hablaba del conejo que engaña al tigre, a la tortuga u a otro animal cualquiera
de mil modos, burlándose finalmente hasta del mismo rey. Todos reíamos a carcajadas y el narrador
era quien más se reía y así se nos fué la modorra.
Lo mismo al atardecer, cuando la pálida luz de la luna simulaba figuras extrañas en el follaje
de los árboles que se mecían al viento, no teníamos que esperar largo rato para que alguien empezara
con un cuento. El narrador, comenzando bien lento como si buscara las palabras una por una, se
escaló en su cuento identificándose con su contenido hasta llegar a una clase de recital figurativo.

157
Para formar las expresiones, se sirvió de sus manos hasta que se olvida por completo de su propia
persona y las frases pasaron por sus labios como impulsadas de una fuerza ajena.
Al caer la noche, naturalmente, los temas se volvieron más serios que los de día: Cuentos de
fieras que acechan y devoran aquellos que se atreven a pasar un raudal peligroso del río, cuentos de
serpientes grandes o de tigres que se transforman, ya sea en árboles o en otros animales; algunos
pueden hasta tomar forma humana con fines maléficos hasta el momento en que el Sukia, el que se
"pueda mudar de piel" (misk. "aisukaya") o el Ditalyang, "el que sabe las cosas", hechiza a las fieras o
termina matándolas.
A veces, avanzada ya la noche, cuando una brisa fría nos hizo temblar y el cansancio empezó
a apoderarse de nosotros, escuchamos finalmente la historia de un gran héroe que había llevado a los
suyos a la victoria en batalla.
Cuándo había pasado esto en la realidad? La pregunta carecía de importancia. Lo único esen-
cial era el hecho en si, no el lugar ni el tiempo. La figura del héroe hasta pudo confundirse con la de
otro tomando rasgos de otro caudillo hasta perderse finalmente en la profundidad del mito.
Historias de este tipo quedaron en la memoria siendo creaciones sin fecha ni nombre de la
fantasía popular, transmitidas oralmente a través de los siglos.
Se demostró, sin embargo, que los Sumus
ya no disponían de tanto caudal de narraciones
como lo habla poseído otrora la generación ante-
rior. Lo que los viajeros e investigadores hace
pocas décadas habían escuchado, ya no vive más
en su memoria. O acaso se trata solamente que
hoy en día hay más timidez para contar a un fo-
rastero cosas mitológicas o religiosas? Como las
preguntas al respecto no esclarecieron este punto,
no queda más remedio que servirse de publica-
ciones de antaño para completar en lo posible el
cuadro de las tradiciones orales de los Sumus.
2. Hay bastantes indicios para demostrar la
calidad sumamente poética del pueblo Sumu y
constantemente uno se sorprende al darse cuenta
de su sensibilidad. Su lengua ofrece un incompa-
rable ritmo prosódico, mediante palabras cortas,
casi entrecortadas, y de sonido duro, a las cuales
siguen expresiones alargadas y suaves producién-
dose de esta manera en la forma de narrar, efec-
tos de un dramatismo insospechado.
Se dan formaciones semánticas de pronunciada belleza poética, tal como "yalawas"; "agua de
las estrellas", que describe aquel rocío sobre el pasto, en el frío de la mañana, cuyas gotas, una por
una, empiezan a relampaguear como estrellas, al primer toque de un rayo de sol. O aquella palabra

158
"lawana" con el significado de "cante" que tiene que ver, por extraño que parezca, con el verbo "la-
wanin" en el sentido doble de "levantarse", ya sea materialmente o metafóricamente expresado. De
esta palabra viene "di lawani", "ala, pluma" y "di lawana", que designa todo lo que vuela, lo que le-
vanta el vuelo al aire, como si en el complicado y profundo juego semántico, se compare el aleteo de
un pájaro o insecto en vuelo, con las ondas rítmicas de una canción en el aire. Es posible que de ahí
se deriven también las palabras "yaklaunin": "volar" y "aiwanin": "cantar", palabra prestada de la len-
gua mískita designando más bien un cante "edificante", algo como "cantar un himno". Qué extraño
significado se esconde tras el hecho que las grandes fiestas ceremoniales de los Sumus, que preferi-
blemente tenían alguna conexión con los cerros ("asang"), se denominaban "asang lawana" o "asang
yaklauna"?
Podrían aducirse varios ejemplos similares para demostrar la profundidad expresiva de la
lengua suma. Seria asombroso si este pueblo no hubiese conocido la poesía grande. Pero lamenta-
blemente ha caído en el olvido, habiéndose perdido probablemente hasta entre los mismos Sumus,
durante las últimas décadas, cuando se echó a perder una gran parte de su propia cultura, a conse-
cuencia de influencias ajenas. Sin embargo, subsiste un indicio del excepcional talento poético de los
Sumus: hasta hoy algunos - antes tal vez muchos más - conservan una asombrosa facilidad en la im-
provisación de canciones sobre una melodía sencilla.
La fantasía de los Sumus, ya de por sí muy viva, se intensifica aún más por su ambiente natu-
ral. Los ríos tranquilos de los que se levantan las neblinas al amanecer, las aguas que cambian su co-
lor con la variable luz del día reflejando la selva en tonos azul verdosos o a veces marrones por las
tierras que arrastran; aguas que parecen lazos de plata, cuando la luna las ilumina: Cuál seria la razón
por la cual los espíritus que las habitan, o el "Señor de los peces", no iban a someterse a una meta-
morfosis igual? La impenetrable selva con sus miles de voces audibles para un oído atento, a veces
unidas en un solo tono: no podría ser, acaso la voz del gran "Señor del bosque", o del "Señor de los
chanchos de monte", que es capaz de aparecer en múltiples formas siendo, sin embargo, una sola
persona?
Siempre en nuevas variaciones aparece en las tradiciones de los Sumus el tema del Señor del
bosque, de los peces, de los chanchos de monte,
que exige de los hombres sus hijos como recom-
pensa por todo lo que aquellos habían tomado en
abundancia. Para los Sumus, todos los fenómenos
de la naturaleza tienen su personalidad. Pero son
"sujetos en los dos sentidos de la palabra", como
explica A. Chapman : tienen una voluntad libre y
activa, pero tienen también sus superiores y sus
adversarios.
3. La selva da miedo y es hermosa, es enemi-
ga y da de comer a la misma vez, cambia constan-
temente de cara y se transforma al igual que sus
habitantes, que a veces sólo se dejan ver como
sombras fugitivas, desapareciendo en seguida o se

159
plantan delante de uno con un gesto amenazante y sin querer ceder el camino. De pronto se convier-
ten en serpientes, otras veces en tigres y a veces también en un espíritu bueno o maligno que puede
transformarse en lo que quiere.
Las narraciones de los Sumus reflejan el mundo que les rodea, la naturaleza con la que están
aún en comunicación, que les da la vida y la muerte, lo bueno y lo malo, y de la cual se sienten ser
parte, reflejan a los animales, más fuertes y más numerosos que los hombres, siendo a la vez, sus
hermanos como sus enemigos, pero en todo caso considerados como de categoría igual, y por eso
hay que mantener buenas relaciones con ellos.
De todos los ejemplos, se deduce claramente que en el ambiente de los Sumus no hay nada
que sea totalmente malo ni tampoco nada que sea completamente bueno. La naturaleza guarda neu-
tralidad. Al igual que son neutrales, los espíritus que la animan: dan y toman en forma de recompen-
sa. Premian algunas veces, pero es imposible molestarles u ofenderlos sin correr el riesgo de ser cas-
tigado. Por eso "walasa" no es de ninguna manera algo como un espíritu "maligno" o acaso hasta el
"diablo" como se ha traducido a menudo erróneamente. Ya lo decía Jacob Grimm: "La idea del dia-
blo, es ajena a todas las culturas primitivas", y Brinton en su libro "The Myth of the New World, a
treatise on the symbolism and mythology of the red race of America" (1868: 59) comentó que esto
ha sido la peor falta el habérseles enseñado el dualismo entre lo bueno y lo malo. Y sigue (p.65):
"Los dioses del hombre primitivo, son seres de una substancia enteramente humana, pintados con
los colores que proporciona el trato con ellos. Son sus enemigos o sus amigos, según como é1 se
lleve con ellos."
Ningún hombre y menos todavía un salvaje, es amigable y de ánimo benigno si se le descuida
u ofende, ni tampoco un hombre es completamente malo sin razón alguna.
Del trato con la naturaleza que les rodea, los indios sacan la experiencia profundamente vivi-
da de un maravilloso equilibrio que domina todo. Su mitología, e incluso toda su poesía, expresa este
"equilibrio entre derecho y obligación" (A. Chapman 1971: 764-773).
La tarea de mediación entre los hombres y los espíritus, la de cerrar tratos con ellos, a través
de los cuales los hombres reciben lo que necesitan para vivir, pero por lo cual han de pagar un pre-
cio, es la tarea de los "líderes". Pueden ser líderes espirituales como también político-militares.
Pueden ser "sukia" como los hay preferentemente entre los Mískitos. Las traducciones de es-
ta palabra tales como: "hombre de medicinas", "hechicero" o "sacerdote mágico", "curandero",
"snake doctor", "witch doctor", "brujo" seguramente son insuficientes o inadecuadas en su totalidad,
porque se refieren cada una, a un solo aspecto, el de sus funciones. W. Lehmann (1920:507) segura-
mente tiene razón cuando relaciona la palabra con la voz mískita "ai-sukaya", "cambiar de piel, tran-
formarse". Entre los Sumus anteriormente era más usual la palabra "ditalyang": "el que sabe las co-
sas", que la palabra "sukia", hoy corriente también entre ellos. Es probable, que las funciones del
"ditalyang" hayan sido más amplias, incluyendo un liderazgo mundano así como religioso, por la ra-
zón de que los Sumus no conocían ningún tipo de poder estatal al igual que los Mískitos. En este
contexto es de interés la historia de Udu o Mamang que llegó a ser el primer ditalyang, pero también
la historia del sukia de Daka quien persuadió a la gente a seguirle al "otro mundo".

160
4. La tradición oral de los Sumus, en sus diferentes formas como mito, leyenda, cuento, fábula,
canción o aquello que se ha dado en llamar "cuento de camino", tiene sus raíces hundidas profun-
damente en el alma del pueblo, reflejando todo su pasado, con su experiencia vital secular. A través
de generaciones, ha sido trasmitida del padre al hijo, quizás más a menudo aún, del abuelo o de la
abuela a los nietos, así como contestaron los indios de la costa del Pacifico, a los primeros españoles
que llegaron a Nicaragua, quienes les habían preguntado la fuente de sus conocimientos sobre dio-
ses: "Fraile: Cómo sabéis esto? Yndio: Por que así lo tenemos por cierto entre nosotros, e así nos lo
dixeron nuestros padres. Fraile: Tenéys libros donde esso está por memoria como este que te mues-
tro (una biblia)? Yndio: No. Fraile: Pues que no tenéys libros cómo os acordáys de lo que has dicho?
Yndio: Nuestros antepasados lo dixeron é de unos en otros dicurriendo se platica, como he dicho, e
assí nos acordamos dello. Fraile: Haslo dicho tú á tus hijos assi? Yndio: Sí, dicho se lo hé, é mandá-
doles tengo que assi lo tengan ellos en la memoria para que los digan a sus hijos..." (Oviedo,
Lib.XLII, cap. II).
Aún 300 años más tarde, Carlos Cuadra Pasos, lo escuchó de la boca de los Sumus en Chon-
tales de igual manera: "se hacían una gran rueda ... y colocaban un joven y un viejo, y en medio los
tamboriles para la música. Al ritmo de ese toque ellos cantaban la historia de su raza para que no se
perdiera; los viejos la decían y los jóvenes la repetían" (1972, 1:285).
Puede ser que en el largo camino a través de los siglos la tradición haya sufrido muchas va-
riaciones. Es posible que se hayan omitido cosas sin importancia o que, al contrario, estas, precisa-
mente, se hayan exagerado. O que eventos reiterativos como catástrofes naturales, migraciones, gue-
rras o los hechos de grandes figuras se hayan amalgamado y resultaron transformándose en mito.
Pero no es hasta muy reciente, bajo la influencia cada vez más fuerte de los forasteros, de comer-
ciantes, soldados, misioneros y aventureros, que este rico tesoro de tradiciones orales ha sido casi
enterrado o echado a perder. Desfigurados hasta la irreconocibilidad, distorcionados por añadiduras
impropias y vueltas al sentido contrario, tanto como privados de su contenido moral por los misio-
neros, los mitos sobre el origen del pueblo Sumu han venido a nosotros solamente en fragmentos y
nos queda por solucionar el enigma de dónde puede estar escondido el núcleo auténtico.
Las narraciones de eventos históricos, como guerras y hechos heroicos, puede que no sirvan
a nuestro concepto lineal de la historia que ordena todo lo acontecido según la idea de un punto fijo
en el tiempo alineando, así, evento tras evento de manera cronológica. Su valor inestimable es más
bien la expresión figurativa de la poesía popular sin que por ésto prescindieran de un contenido ver-
dadero. Así fue como cada lugar peligroso en el río, cada fenómeno natural que llama la atención se
hizo objeto de la imaginación que envolvió el núcleo duro, es decir, alguna realidad específica, con
su yedra muy fina: allí donde la orilla rocosa del río esta tan pulida que parece como el lecho de una
serpiente gigante, la que la fantasía hizo habitar allí, donde en realidad, se han encontrado huesos
gigantes de algún animal prehistórico y allí donde las rocas erosionadas parecen una boa erguida, se
cree que ella llevaba a cabo sus fechorías.
Los "cuentos de aparecidos" son para nosotros hoy a menudo difíciles de entender. Parecen
crueles y muchas veces ya se nos escapa su significado. Nuestro cerebro acostumbrado a hechos y
números (facts and figures) ha perdido la facultad de descifrar los viejos símbolos. Nuestro intelecto

161
analítico no es capaz de entrar lo suficientemente hondo para mirar detrás de lo obvio. Sin embargo,
la falta es nuestra.
Más fácil de entender para nosotros es el otro tipo de los "cuentos de camino" que forman
los "cuentos de animales". También aquellos son contados por los Sumus con toda clase de varia-
ciones aunque haya que buscar su origen, probablemente, en otra parte siendo conocidos también, o
mejor dicho, preferentemente, en la costa del Pacífico desde México hasta Chile.
Pablo Antonio Cuadra, en un articulo muy finamente razonado, (Revista Conservadora No.
74/1966) ha intentado demonstrar que su origen se halla entre los Chorotegas, inmigrados antaño
desde el Norte.
Pero independiente de su lugar de origen, queda por seguro, que los Sumus los cuentan a su
manera y que los han adaptado a su ambiente. En la mayoría de los casos, los protagonistas de los
cuentos han sido cambiados según la situación local: en vez del obispo aparece el rey (de los Míski-
tos), en vez del coyote, inexistente en la selva, el tigre. Estos cuentos pertenecen hoy, absolutamente,
a la tradición oral de los Sumus igual que las palabras prestadas o ajenas a su lengua actual. Por eso,
han de considerarse en esta forma como "cuentos de los Sumus".
Muchas veces en la memoria del narrador se entremezclan diferentes géneros de cuentos, en-
tretejiéndose tradiciones propias con motivos ajenos. Puede ser que se empieza con un cuento de
animales, pero pronto aparecen otras figuras, como p.e. un gigante, o una princesa que tiene que ser
salvada. A menudo, como premio hay riquezas y oro y a veces el héroe tiene que vencer a monstruos
horrendos, que le acechan. Tal vez algunos de estos temas ya habían llegado al país con los primeros
conquistadores, teniendo su origen en el tiempo cuando las novelas caballerescas estaban de moda
en España.
Esto seguramente es el caso de las incontables narraciones de las travesuras de "Pedro de
Urdemales", aquella figura picaresca, muy antigua, que ya Lope de Vega y Cervantes habían hecho el
centro de unas de sus piezas teatrales. Jorge Eduardo Arellano (1977: 89 sig.) ha demonstrado, cómo
estos cuentos probablemente han venido a Nicaragua. Para mientras, también han llegado hasta
donde los Sumus. Siendo de origen claramente ajeno no han sido incluidos en esta colección aunque
algunos también fueron grabados en cinta magnetofónica entre los Sumus.
5. La colección aquí presentada de tradiciones
orales de los Sumus quiere servir, en primera línea, a
fines etnológicos y no tanto a literarios o lingüísti-
cos; por tanto, no se ha insistido especialmente so-
bre la forma literaria. Esta forma específica de los
cuentos es determinada naturalmente por el arte
narrativo en cada caso, bastante variable entre si.
Estas variantes se notan en la elocuencia y en el
mismo talento de cada narrador. Por regla general
fueron más bien los jóvenes que estuvieron dispues-
tos a contar algo; los mayores parecían más preocu-
pados de que alguien se riera de ellos por sus "cuen-

162
tos infantiles" o hasta por decir algo "no cristiano". Entre los jóvenes dominaba, sin embargo, el
gusto por los hechos reales encima del contenido mítico o legendario. Un insistir en posibles expli-
caciones del trasfondo inclaro (sic) más de las veces sólo hizo enmudecer al narrador. Por esta razón,
al querer dar un panorama de lo más completo posible sobre la tradición oral de los Sumus no po-
díamos prescindir de usar también el material ya publicado de leyendas y mitos.
Siendo el mundo imaginativo de los Sumus esencialmente diferente al de los europeos y da-
do el hecho que la mayoría de los mitos y leyendas tienen como objeto algo irreal y mágico, cosa que
posiblemente no estaba siempre presente en la mente del narrador, ha sido difícil la traducción a
otras lenguas. A pesar de esto, hemos insistido en una publicación en tres idiomas simultáneos No
precisa explicar que la tradición oral de los Sumus en primer lugar les pertenece a ellos mismos de
que ha de publicarse en su propia lengua, precisamente en este tiempo cuando su existencia física se
ve amenazada por razones del desarrollo político en esta zona.
El español no sólo es la lengua oficial del país sino también es dominado por la mayoría de
los investigadores que pudieran tener algún interés en estos mitos y leyendas. El alemán, finalmente,
es la lengua, no solamente de los primeros científicos que se han ocupado de los Sumus sino tam-
bién la de algunos de los más importantes entre ellos, perteneciendo a este grupo sobre todo Be-
rendt, Froebel, Sapper, Lehmann, Conzemius y otros más.
La publicación simultánea en tres idiomas se ve confrontada con el problema de querer ob-
tener la mayor concordancia posible sin que sufra la comprensibilidad. Las dificultades que ya apare-
cen en una traducción literal de una lengua romance a una de origen germano, y esto a pesar de una
común raíz europea, se aumentan en el caso de una lengua india. El que tradujo los cuentos arriba
mencionados del Sumu al español, finalmente, no habla la última como lengua materna, como tam-
poco es la lengua materna del traductor del inglés al español.
Al tratarse de grabaciones propias, tales como las hechas en cinta magnetofónica, directa-
mente en lengua Sumu, o de aquellas informaciones escritas por un Sumu en su lengua, estas son
reproducidas aquí sin cambios ni enmiendas algunas. El texto Sumu se tradujo después al español
para que sirviera de borrador, trabajo efectuado por Francisco Rener Ramírez quién, por lo demás,
también ha aportado algunos cuentos él mismo.
Para dar una idea de las dificultades que tienen su origen en una sintaxis completamente dife-
rente, vamos a ofrecer aquí una frase como ejemplo: "Waspuk wasni as ayangni Kahka, kidika tuna
yakat lagun muhni as sak dai atwi". Una traducción literal, palabra por palabra, tendría que decir:
"Waspuk del río uno de nombre Kahka, este cabeza (manantial) allí enfrente uno ha estado se dice".
Al alemán hemos traducido asíDer Rio Waspuk hat einen NebenfluB, der Kahka heiBt; dort, wo er
entspringt, befindet sich ein See".
En las traducciones de una lengua a otra invariablemente hemos mantenido la norma de se-
guir la máxima literalidad posible aunque a costa de un estilo fluido. Por esta razón, es decir, para
conseguir una mayor fidelidad hacia el texto original en sumu, hemos revisado de nuevo seis cuentos
que ya había publicado en 1975 en la revista "Encuentro'' en sumu y español.
Para obtener un cuadro lo más amplio posible de todo el panorama de la tradición oral suma,
hemos incluido también como ya hemos mencionado - aquellos mitos y leyendas que al parecer hoy

163
han sido olvidados entre los Sumus aunque seguramente estaban vivos algunas décadas atrás. Los
hemos sacado de la literatura, a veces de publicaciones remotas o difíciles de conseguir. Una parte de
este material, sin embargo, tuvo que ser resumido o reelaborado porque en la literatura no aparece
como "cuento" entero con principio y fin. Hemos prescindido de dar una interpretación de los tex-
tos siendo nuestra meta primordial la de dar acceso al material para estudios posteriores y una inter-
pretación hubiera ido más allá de este propósito.
Con seguridad, los Sumus conocen mucho más del tesoro antiguamente tan rico, de tradi-
ciones orales de lo que concederían frente a un forastero. En este sentido el libro aquí presente ha de
valorarse solamente como un comienzo. Tal vez su publicación sirva de ayuda para que los Sumus
mismos reconozcan mejor el valor de su tradición y para que algún día, como consecuencia, ellos
mismos quieran ofrecernos una colección de sus mitos, leyendas, cuentos y también de su poesía.
Esta misma esperanza es el lema de la labor conjunta de los autores, un Sumu y un Alemán.



164
RECURSOS NATURALES
Continuidad de la generación de electricidad (2ª parte)

Guillermo A Nóffal Zepeda


Maestro en Ciencias de Ingeniería Civil
guillermo.noffal@gmail.com

Reseña bibliográfica: Nóffal Zepeda, Guillermo A., Continuidad de la generación de electricidad


(2ª parte), Revista de Temas Nicaragüenses 53: 165-173, Septiembre 2012.

GRAN VIEJO, PICOS Y RESERVA


Detalles del proyecto
Recomendamos al lector interesado en conocer mejor este proyecto que se familiarice con la
presentación del Ing. Armijo de agosto de 2007. En esa ocasión, él dijo “Las cartas 1:50,000 de
INETER, con intervalo de curvas de nivel de 20m, no son adecuadas para anticipar los parámetros
tentativos correspondientes a los diques que formarán el vaso de almacenamiento.” Ahora, gracias a
la precisión de un metro proporcionada por Google Earth, hemos podido determinar aproximada-
mente las características de este proyecto. Los detalles que mencionamos en este escrito son basados
en las fotos de satélite, ver la figura 2.

Figura 2. Principales obras civiles del proyecto

165
El proyecto comienza con el caudal de agua que viene en la tubería de presión representada
por la línea amarilla A en la esquina superior derecha. Esa es la tubería de alta presión de 1,9m de
diámetro del proyecto hidroeléctrico CFA. Antes de llegar a la planta, ver la figura 3, habrá que in-
sertarle un codo de 45°, marcado con el número 1, al que habrá que añadirle un tubo B de 1,9m de
diámetro por 60m de longitud, representado por una línea roja. El tubo B empalma, por medio de
otro codo, marcado con el número 2, con un tubo ascendente de 1,9m de diámetro representado
por la línea roja C. El agua subiría por medio de tres bombas de flujo axial similares a la bomba SPY
de KSB mostrada en el Apéndice, pero debe haber otras bombas de mayor capacidad de otros fabri-
cantes para usar solamente dos bombas, según lo ha calculado el Ing. Armijo.

Figura 3. Empalme de tuberías


Del extremo izquierdo del tubo C, partiría un canal de alimentación, D, (ilustrado en la figu-
ra 4)

Figura 4. Canal de alimentación

166
representado por una línea sinuosa de color amarillo de 12km de longitud, el que conduciría el agua
hasta un embalse, el cual está representado en la figura 5 por las líneas gruesas de color turquesa y
por líneas finas atravesadas, también de color turquesa, usadas para calcular el movimiento de tierra.
Para contener el embalse es necesario construir cuatro diques mostrados en color rosa vieja. Se for-
man dos embalses, los que se unirían por medio de un corte marcado en color rojo. El embalse nor-
te tendría una profundidad máxima de 34m, y el sur 49m.
Del lago sur, figuras 5 y 6, saldría una línea F de 920m de longitud, de color rosa vieja, que
representa un tubo de concreto, de baja presión y de 3,5m de diámetro, el que terminaría en un pozo
de oscilación de 3m de diámetro (no mostrado), de donde saldría una línea G de 1 440m de longitud
de color rojo, que representa al conducto forzado de concreto de 3,0m de diámetro, el cual termina-
ría en el lugar donde se construiría una planta hidroeléctrica de 100MW (no mostrada), en la cota
80msnm.

Figura 5. Lago Terranova

167
Elevaciones
Con el corte, indicado en rojo en la Figura 5, los dos embalses se convierten en uno solo, al
que llamaremos lago Terranova. Con una elevación de la superficie del agua de 435msnm tiene una
capacidad de embalse un poco menor que 80 hectómetros cúbicos.
Nuestros cálculos (ver ítem C en el Apéndice) indican que la pérdida de altura por fricción
en el canal de 12,5km de longitud que llevaría el agua al embalse es de 3,2m, lo que quiere decir que
la elevación del inicio del canal debería ser de 435 + 3,2 = 438,2msnm, que es también la elevación
hasta la cual habría que subir al agua proveniente del conducto forzado de la planta CFA.
Hemos estimado la elevación del agua en el pozo de oscilación de la central CFA en
440msnm, que es hasta donde subiría el agua en el tubo ascendente si no hubiere pérdidas por causa
de la fricción del agua con las paredes del tubo.

Figura 6. Tubos de generación y dique 3

Pérdidas en las tuberías


Los cálculos en el Apéndice (ítem B), indican que esas pérdidas son de 23m, lo que quiere
decir que el agua subiría hasta el nivel 440 – 23 = 417m. La diferencia de nivel que habrá que vencer
para subir el agua a la elevación 438,20msnm sería 438,2 – 417 = 21,2m, o sea que las bombas no-
drizas tienen que vencer 21,2m.

168
Factor de multiplicación
Ahora bien, la energía que se obtendría del embalse Terranova es producto de una caída
máxima de 360m (435 – 75) la que tomando en cuenta la eficiencia de los generadores, 90%, la dis-
minuye a una caída de 324m, y una mínima de 331m (406 – 75) la que se disminuye a 298m al apli-
carle el mismo factor de eficiencia, un promedio de 311m, o sea que se obtiene una caída promedio
de 311m a cambio de subir 21,2m. El resultado es que por cada MW que se invierta en llevar el agua
al embalse se obtendría un promedio de 311 : 21,2 = 14,66 MW, es decir, un factor de multiplicación
de 14,66.
La eficiencia de este proyecto contrasta con la de los proyectos convencionales de bombeo y
almacenamiento en los que previamente se bombea agua a una cierta altura durante las horas de po-
ca demanda, para luego invertir el flujo durante las horas de mayor demanda para generar electrici-
dad, los que tienen una eficiencia combinada de 0,9 x 0,8 = 0,72, es decir que se obtienen 0,72 MW
por cada MW invertido, o sea que el Gran Viejo es 20,36 (14,66 : 0,72) veces más eficiente que el
sistema común de bombeo-almacenamiento. Por tal razón, el Ing. Armijo ha asegurado que no exis-
te en el país ningún proyecto que tenga mayor eficiencia.
No obstante lo anterior, los proyectos son escogidos en función de su relación benefi-
cio/costo, razón por la que se hace necesario cuantificar las cantidades de materiales y obras necesa-
rias, algunas de las cuales mostramos adelante para que la autoridad correspondiente pueda determi-
nar el costo de cada uno de los proyectos.

Operación del embalse


La central CFA produce 50MW con un caudal de 17MCS (metros cúbicos por segundo)
procedente del embalse La Virgen. Según los cálculos del Apéndice, el Gran Viejo, Picos y Reserva
tiene capacidad para producir 108MW (en realidad produciría 100MW porque se instalarían dos tur-
binas de 50MW cada una) cuando descargue 34 MCS. Es entonces de la mayor importancia que la
planta CFA use el caudal de 17 MCS durante las horas de mayor demanda y que el caudal sea des-
viado al embalse Terranova en las horas de menor demanda para llenarlo.
Según el Apéndice , el lago Terranova tomaría 1.307 horas para llenarse, y 653 para vaciarse.
Es decir que cuando La Virgen pueda producir un caudal continuo de 17MCS, 4 horas diarias podría
ser usado para piquear por CFA y las 20 horas restantes podría ser desviado hacia el embalse Terra-
nova. El embalse entonces podría llenarse teóricamente en 66 días (1.307h : 20h/d = 66 d), o pro-
bablemente en 80, estimando 20% de pérdida por evaporación y fugas. Lógicamente, el proyecto
puede generar electricidad de punta antes de llenarse y usaría 8 horas de 17 MCS para piquear duran-
te 4 horas descargando 34MCS y generando 100 MW. Las otras 12 horas las puede usar para relle-
narse.
El resultado es que, mientras La Virgen pueda suplir un caudal constante de 17 MCS, las cen-
trales CFA y Gran Viejo juntas podrán piquear con 150MW durante 4 horas y CFA podría suplir,
además, 50MW durante 12 horas. En otras palabras, con el Gran Viejo, la generación de electricidad
de punta se triplicaría (150MW en vez de 50) y la de electricidad normal, 50MW, se mantendría

169
constante durante 12 horas diarias, pero CFA no produciría nada durante 8 horas porque el caudal
se usaría para rellenar el lago.
En caso de sequía total, CFA no podría producir nada y Gran Viejo podría producir teórica-
mente 100MW de electricidad de punta durante 4 horas diarias durante 163 días (653 horas : 4 horas
por día).
Resumiendo, mientras Terranova no pueda producir, CFA usaría el agua para piquear, 4 horas
por día y producir 50MW. Las restantes 20 horas el caudal pasaría al embalse Terranova. Una vez
que Terranova tenga agua suficiente para generar, el agua continuaría a ser usada de la misma forma,
pero ambas plantas funcionarían durante las horas pico y generarían 150MW. El agua que llegue al
embalse Terranova durante 8 horas sería usada durante las horas pico, y el agua de las restantes 12
horas sería usada para continuar llenando el embalse.
Cuando el embalse Terranova se colme, CFA pasaría a utilizar teóricamente el agua durante
16 horas para producir 50MW en ese período, y desviarlas hacia Terranova durante las restantes
ocho horas para producir 100MW durante las horas de mayor demanda.

Consumo y generación de electricidad


Según nuestros cálculos, el proyecto hidroeléctrico Gran Viejo, Picos y Reserva consumiría
cerca de 6,7MW durante 8 horas diarias para piquear durante 4 horas. Estimamos que será necesario
bombear cerca de 10 horas diarias para tomar en cuenta la evaporación y las fugas, o sea 67MWh de
electricidad durante horas de poca demanda, para generar 100MW durante 4 horas de pico, o
400MWh durante las horas de máxima demanda.

Viabilidad física del proyecto


Lo que se ha dicho y hecho hasta ahora demuestra que el proyecto es físicamente viable del
punto de vista topográfico. Restaría que las autoridades verifiquen su viabilidad del punto de vista
geológico y que determinen su rentabilidad económica y financiera, para lo cual damos a continua-
ción una lista de las cantidades estimadas de los rubros principales de que consta el proyecto.

170
CANTIDADES ESTIMADAS DE LOS RUBROS PRINCIPALES

Tubería de acero de 1.9m 1.375m


Codos de 45° 2
Bombas (como la SPY de KSB) 3*
Canal de alimentación 11.840m
Concreto reforzado para canal revestido 26.000m3
Movimiento de tierra para diques 3.900.000m3
Tubería de concreto reforzado de 3.5m 920m
Pozo de oscilación de 3.0m de diámetro 1
Conducto forzado de 3.0m 1.440m
Turbinas Francis de 50MW 2
Mov. de tierra para canal de restitución 400.000m3

Consumo diario de electricidad 67MWh


Generación diaria 400MWh
______________________________________________________
*Probablemente dos bombas, según previsto por el Ing. Armijo

GRAN VIEJO II
El Ing. Armijo también propuso una ampliación del proyecto anterior que consiste en un
segundo embalse al sur del embalse Terranova, y a menor altura, con el fin de generar electricidad
mediante el uso de bombas-turbinas. La condición para que este proyecto sea factible es que haya
suficiente electricidad ociosa y que haya una red de transmisión que la lleve al llano de Terranova.
Creemos que tales condiciones serán satisfechas a finales de 2014.
El proyecto puede resumirse así: Del lago Terranova partirían dos tubos de acero de 1,9m de
diámetro y 2.460m de longitud. Cada tubo llevaría un caudal de 40m3/s a sendas bombas-turbinas
que generarían 100MW cada una durante 4 horas y que desaguarían en el embalse La Mojarra (ver la
figura 7).
Cada bomba-turbina extraerá 10m3/s del embalse La Mojarra durante 16 horas diarias, du-
rante las horas de baja demanda, y los devolverá al lago Terranova para mantenerlo lleno.
El segundo embalse, La Mojarra, tendría su superficie a 125msnm, 1.350m de longitud, 450
de ancho promedio y una profundidad máxima de 34m; su capacidad aproximada de embalse (cálcu-
los no incluidos) sería de 5,5hm3.
Habría que construir un dique de 540m de longitud con un volumen de tierra de 1.305.000
m (cálculos no incluidos), para lo cual habría que excavar 1.700.000m3 (1.3 x 1.305.000 = 1.697.000).
3

Si fueran excavados del fondo del embalse, su volumen pasaría a ser de 7,2hm3 (5,5 + 1,7 = 7,2).

171
El lago Terranova proveería el caudal de 80m3/s durante cuatro horas (en las que usaría 80 x 4 x
3.600 = 1.152.000m3 ) para generar 200MW en la planta hidroeléctrica (en amarillo) durante las
horas de mayor demanda, caudal que sería devuelto al embalse durante 16 horas en las que se bom-
bearía a razón de 20m3/s (20 x 16 x 3.600 = 1.152.000m3), un poco más de un hm3, lo que no sería
problema para el embalse La Mojarra cuya capacidad se estima en 7hm3.

Figura 7. Proyecto de bombeo, almacenamiento y generación Gran Viejo II

Consumo y producción de electricidad


Según los cálculos en el Apéndice, el proyecto consumiría 78MW durante 16 horas diarias, es
decir 1,248MWh, y generaría 200MW de electricidad de pico durante cuatro horas diarias, es decir
800MWh.
A pesar de consumir 1,5MWh por cada MWh que produce, su utilidad reside en usar electri-
cidad ociosa (la que se genera durante horas en que la demanda es menor que la capacidad de gene-
ración), y en producir electricidad durante las horas en las cuales la demanda es mayor que la capaci-
dad de generación, ahorrando así la necesidad de usar las plantas térmicas que consumen petróleo.
La tecnología ha venido mejorando la eficiencia de la bomba – turbina. Tenemos informa-
ción de que en USA funcionan desde 1954. Cuatro bombas-turbinas Francis que producen
1.080MW funcionan en Northfield Mountain, Massachussets, USA, desde 1972. Esa hidroeléctrica

172
fue la mayor del mundo de ese tipo durante algunos años. En 1977 ya había 23 plantas de bombeo-
generación y 6 en construcción.
Un conglomerado checo, Litostrj Power, www.cbe.eu, fue contratado en 2003 para hacer
pruebas de modelaje (model test) en dos turbinas, una de 320MW y otra de 255, en el Northfield
Mountain arriba mencionado, y en 2006 fabricó e instaló dos bombas-turbinas de 45MW en Cari-
blanco, Costa Rica.
Probablemente Gran Viejo II usaría dos bombas-turbinas Francis de 100MW cada una, del
mismo tipo manufacturado por Litostj Power, según lo encontrado en el Apéndice.

CANTIDADES ESTIMADAS DE LOS RUBROS PRINCIPALES

Movimiento de tierra para dique y embalse 1.700.000m3


Tubos de acero de 1,9m 4.920m
Bombas - turbinas Francis de 100MW 2

Consumo diario de electricidad 78MW x 16h 1.248MWh


Generación diaria 200MW x 4 800MWh

NOTA: No hemos incluido el Apéndice para no abarrotar la revista con cálculos que no interesan a
muchos. Sin embargo, será remitido por el autor a quien lo solicite.



173
BIOGRAFÍA

Rubén Darío: Su Vida y su Obra


Biografía escrita por Francisco Contreras
Edición corregida y aumentada por Flavio Rivera Montealegre
Movimiento Cultural Nicaragüense
flavio_rivera2000@yahoo.com

Ficha bibliográfica: Rubén Darío: Su Vida y su Obra, Revista de Temas Nicaragüenses, 52: 174-
196, Septiembre 2012
Resumen: Es nuestra obligación mostrar a las nuevas generaciones nuestros valores culturales.
Transcribí la obra completa de Francisco Contreras, corrigiendo errores en datos de difícil acceso
para el autor. Para ello recurrí a otras obras escritas por nicaragüenses especializados en la vida y en
la obra de Rubén Darío. Agregué al libro original, información importante para ampliar los datos
sobre la vida del poeta o de otras personas que se mencionan en el texto original. Además, inserté en
toda la obra más de 500 fotografías de todos los poetas y personajes que se mencionan a lo largo del
libro. Contiene además una cronología y varios ensayos escritos por poetas importantes posteriores a
Rubén Darío, como Gabriela Mistral, Guillermo Díaz-Plaja, Gonzalo Rojas, Osvaldo Bazil, amigo de
Darío, y el discurso pronunciado por el padre Azarias H. Pallais en los funerales del poeta. El resul-
tado de ese proceso es un libro con elementos nuevos que nos dan una visión mucho más amplia

174
sobre la vida, la familia y la obra del poeta nicaragüense. Este trabajo será de mucha utilidad para las
nuevas generaciones interesadas en la Literatura Castellana. Además, será de gran utilidad para el lec-
tor neófito que no ha tenido a su alcance una información tan completa como la del presente libro.
Quisiera invitar a otros autores a revitalizar obras antiguas, modernizándolas con ilustraciones y da-
tos complementarios no disponibles en el tiempo de su edición inicial.
Palabras claves: Rubén Darío, Francisco Contreras, Los Raros, Juan Valera, Emilio Castelar

Abstract: It is our duty to show to the new generations our cultural values. I transcribed the com-
plete work of Francisco Contreras, correcting errors on data of difficult access for the author. For
doing this, I turned to works done by Nicaraguan specializing in the life and work of Rubén Darío.
Ro the original work, I added more than 500 photos of all the poets and celebrities that are men-
tioned in the original book. The reediting contains, moreover, chronological data and essays written
by important poets post Darío, as Gabriela Mistral, Guillermo Díaz-Plaja, Gonzalo Rojas, Osvaldo
Bazil, friend of Darío, and the speech made by Father Azarias H. Pallais at the poet funeral. The re-
sult of this process is a book with new elements that provide us a wider perspective of the life, the
family and work of the Nicaraguan poet. Furthermore, this work will be of great help for the new
generation interested in the Spanish Literature, and for the new readers that do not have had access
to complete information as provided by this reediting. I would like to invite other authors to revital-
ize old works, updating them with illustrations and supplementary data that were not available when
the original work was written.
Key words: Rubén Darío, Francisco Contreras, Los Raros, Juan Valera, Emilio Castelar

Presentación
En la presente entrega, RTN-53, el lector podrá encontrar el dis-
curso del Dr. Diego Manuel Chamorro, que trata sobre Rubén Darío y la
Política, en donde contesta al discurso del Dr. René Schick, y establece
una comparación entre el filósofo español Jaime Balmes y Rubén Darío,
y, una breve Bibliografía de los libros escritos sobre la obra y la vida del
Padre del Modernismo, información que he integrado a la segunda parte de
este libro: Su Obra. Esta segunda parte, consiste en el análisis que hiciera el poe-
ta e intelectual chileno, Don Francisco Contreras Valenzuela (foto a la iz-
quierda), de la poesía del Padre del Modernismo. El poeta Contreras dominaba perfectamente el
idioma francés y, además, era un profundo conocedor de la literatura francesa. De más está decir que
era una persona poseedora de una vasta cultura. Es por ello que su estudio analítico de la obra del
Príncipe de las Letras Castellanas, adquiere un gran valor. Es importante expresar aquí que el presen-
te libro, en opinión del Dr. Rubén Darío Basualdo, es uno de los mejores que él haya leído sobre la
vida y la obra de su distinguido abuelo. La presente edición, contiene un valor agregado a la edición
original de 1930 y 1937; consistente en más de doscientas cincuenta fotografías de todas aquellas
personas que de alguna manera influyeron en su obra y formaron parte de su vida personal y litera-

175
ria; fotos inéditas de sus descendientes, pertenecientes a la familia Darío-Lacayo, gentilmente sumi-
nistradas por sus bisnietos: Martha Eloísa y Rubén, ambos Darío-Lacayo; también contiene la genea-
logía de los antepasados y descendientes de la familia Díaz de Mayorga, a la que pertenece Rubén
Darío y el autor del Himno Nacional de Nicaragua, Don Salomón Ibarra Mayorga; y, por fina genti-
leza de mi amigo y primo en cuarto grado de consanguinidad, el genealogista e historiador, Marco A.
Cardenal Tellería, una iconografía de la revista “Mundial”, de la que Rubén Darío fue su director.
Otra genealogía desconocida por las grandes mayorías ajenas al estudio de los linajes familiares, es la
investigada por el Ing. Rubén Darío Lacayo: los antepasados y descendientes de Doña Rafaela Con-
treras Cañas, primera esposa de Rubén Darío; además, una valiosa iconografía inédita de la familia
Basualdo-Vigñolo que muestra al suegro del Dr. Rubén Darío Contreras, casado con Doña Eloísa
Basualdo Vigñolo, de nacionalidad argentina. El discurso del sacerdote y poeta, Azarías H. Pallais,
pronunciado en las honras fúnebres del Rubén Darío.
En este libro se ofrece al lector una visión bastante completa para conocer muy bien, aunque
no completamente, muchos aspectos de su vida como hombre normal y corriente, con sus defectos
y virtudes; al poeta, en su lucha por llevar su arte al mundo intelectual; al artista creador de una nue-
va forma de hacer poesía y un nuevo estilo de llevar un mensaje a todos aquéllos que sepan interpre-
tarlo.
Para concluir, podemos decir que la obra y la vida de Rubén Darío, en opinión de los críticos
y estudiosos de la Literatura Castellana, es motivo de estudio, por su vigencia y su alta calidad poéti-
ca, que marcó una época, el Modernismo, y que al igual que los grandes clásicos, Darío es uno de
ellos, y por tanto, es un punto de referencia obligado que establece un antes y un después de Rubén
Darío.

Flavio Rivera Montealegre, Arquitecto


Secretario General del Movimiento Cultural Nicaragüense
flavio_rivera2000@yahoo.com

176
Discurso del
Excelentísimo Sr. Don
Diego Manuel Chamorro Bolaños

Académico Dr. Don Diego Manuel Chamorro Bolaños


Señores Académicos:
Un gran honor es, sin duda, para la Academia Nicaragüense de la Lengua, correspondiente
de la Real Española, recibir en su seno al Excelentísimo Señor Presidente de la República, Doctor
René Schick Gutiérrez, como académico de número. En los anales de las Academias hispanoameri-
canas ha habido ex Presidentes de la República que han formado parte de ellas. En nuestra propia
Academia, el ilustre Ex Presidente General José María Moncada Tapia fue uno de sus miembros más
eminentes. Pero es ésta la primera vez que un Jefe de Estado, en el actual ejercicio de su elevado
cargo, hace su ingreso a una de estas doctas Corporaciones. Empero, es necesario advertir que nues-
tro ilustre recipiendario no fue electo Académico en virtud de su alto cargo, sino que lo había sido
antes de ser siquiera candidato a la Presidencia de la República, como reconocimiento a su dedica-
ción a las letras desde su temprana juventud, en que cultivó la poesía, y en el campo de la oratoria en
la que ha mostrado excelentes dotes literarias, en numerosos discursos en los que destaca diáfana-
mente un estilo sencillo y depurado; y sobre todo, señores Académicos, por su gran contribución a la
cultura nacional, a la que dedicó sus mejores esfuerzos cuando desempeñó el cargo de Ministro de
Educación Pública, dejando la huella profunda del gran impulso que imprimió a ese ramo del saber
humano, con inteligencia y constante dedicación.
La circunstancia de haber sido nominado candidato a la Presidencia de la República, apenas
designado Académico, le impidió al Dr. Schick incorporarse a ella en aquel momento por la intensa
campaña electoral a la que tuvo que dedicar todo su tiempo, y luego, las ingentes labores del elevado
cargo que desempeña con tan notable acierto, le impidieron asimismo hacerlo; y no es sino hasta
ahora que lo hace, para lo cual ha tenido que robar horas al sueño, renunciar al reposo y vencer la

177
fatiga después de las largas horas de trabajo agotador que un Estado moderno, con el fabuloso cre-
cimiento que ha tenido en su radio de acción, exige de un Jefe de Gobierno. Es realmente sorpren-
dente que en tales circunstancias haya nuestro nuevo Académico podido preparar su discurso de in-
greso en el cual campea una profunda erudición, fruto indudable de un extraordinario trabajo de in-
vestigación, en que ha debido realizar extensas lecturas de obras, revistas y periódicos publicados en
todo el ámbito del Hemisferio, para ofrecernos una original y exhaustiva glosa del pensamiento polí-
tico de nuestro máximo poeta, Rubén Darío, gloria del mundo de habla hispánica.
Es para mí, por otra parte, no sólo honroso el encargo que me ha encomendado el señor Di-
rector de nuestra Academia, de contestar el discurso de nuestro ilustre nuevo académico, sino moti-
vo de particular complacencia, por la personal amistad que con él me liga desde muchos años atrás,
cuando tuvimos ocasión de colaborar juntos, en ocasión de que él desempeñó el cargo de Oficial
Mayor de la Comisión Codificadora, siendo aún muy joven, y era yo uno de los miembros de esa
Comisión; y cuando fue Consejero de nuestra Delegación a la V Asamblea General de las Naciones
Unidas siendo yo Delegado de nuestro país. Nuestra colaboración en ambas ocasiones fue estrecha y
fraternal, de manera que hizo nacer una amistad cordial y sincera que ha durado aún a despecho de
nuestros antagonismos políticos.
Pero hay, señores académicos, otra circunstancia que hace para mí especialmente atractivo el
encargo que se me ha confiado de recibir en nombre de la Academia al distinguido recipiendario, y
es que nos ha traído, como tema de su discurso, una glosa política que para mi particular vocación es
extremadamente apasionante, porque siempre he creído que la dedicación a la política es la más no-
ble y desinteresada actividad humana, ya que la política es, contra lo que vulgarmente se cree, la de-
dicación al interés público, al servicio de los intereses generales con el abandono del interés particu-
lar. Más adelante tendré ocasión de extenderme un poco sobre esta importante materia.
Por ahora quiero hacer notar que, precisamente, el Doctor Schick, quien en su juventud tuvo
inclinación al cultivo de las letras, hubo de abandonar esa inclinación para entregarse a una constante
y meritoria vocación de servicio público, la cual lo llevó a desempeñar numerosos cargos, siempre
con probidad, acierto y competencia, desde maestro de escuela y catedrático de Universidad hasta
Oficial Mayor del Ministerio de Gobernación —cuando desempeñaba esa importante cartera un
gran caballero y figura patricia de nuestra vida política, el Dr. Julián Irías, quien sin duda influyó mu-
cho en la formación del destino político de su joven subalterno—. Fue Oficial Mayor de la Comisión
Codificadora. Ejerció la Magistratura en varias Cortes de Apelaciones de diversas regiones del país,
lo que le permitió conquistar el respeto de los ciudadanos de tan diversas partes del país, por su ca-
rácter ecuánime y por su integridad de funcionario. En el servicio exterior desempeñó cargos de Se-
cretario y Consejero de Embajadas, especialmente en Washington, donde siempre prestó una leal y
competente colaboración a sus superiores, lo mismo que en los Organismos Internacionales como
las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA), así como en numerosas Con-
ferencias especializadas, a veces como Consejero de nuestra Delegación y en algunas muy importan-
tes como Jefe de Misión, culminando su carrera diplomática con el rango de Embajador en la Repú-
blica de Venezuela. Finalmente, después de servir los cargos de Secretario de la Presidencia de la Re-
pública y de Ministro de Educación y de Relaciones Exteriores con gran acierto y verdadera compe-
tencia, alcanzó el alto cargo de Presidente de la República, que actualmente desempeña con distin-
ción y notable acierto.

178
He de ocuparme ahora, señores académicos, del tema del discurso de nuestro recipiendario
que titula “Rubén Darío y la Política”. El tema, como he dicho, es realmente apasionante, especial-
mente para mí. Yo mismo fui electo académico por mi carácter de escritor político y naturalmente
escogí también, como tema de mi discurso, otra glosa política que se titulaba “Perennidad y Univer-
salidad del Pensamiento Político de Balmes”, coincidiendo el tema con la conmemoración del Cen-
tenario del gran filósofo y pensador político, como la glosa del Doctor René Schick coincide ahora
con la conmemoración del cincuentenario de la muerte de Rubén Darío. En aquella ocasión hice
notar la circunstancia de que nuestros mejores ingenios literarios habia sido en el campo de la políti-
ca donde habían dado el fruto de su pensamiento. Dije, en efecto:
“Al aceptárseme como Miembro de Número se ha hecho mención expresa de mi carác-
ter de escritor político, y aunque no vengo a ocupar la silla dejada vacante por ningún
ilustre antecesor, no soy, empero, el primero de sus miembros que ha dedicado las acti-
vidades de su inteligencia a las disciplinas de la política. Varios de los señores Académi-
cos que en el pasado han ocupado o que en la actualidad ocupan estas augustas sillas, ha
sido en el campo de la política donde han derramado el fruto de su pensamiento escrito.
Nada menos, hace pocos días tuvimos la ocasión de oír el elogio de una de las más inte-
resantes personalidades de nuestra política al ocupar el doctor Ramón Romero la silla
dejada vacante por el General José María Moncada Tapia, escritor político de gran en-
vergadura y hombre de fuerte y dilatada actuación pública que culminó en su elevación a
la Presidencia de la República, meta del hombre de acción dentro del campo político.”
“Casi puede decirse —decía en aquel entonces— que ha sido la actividad política el úni-
co campo donde se han ejercido las disciplinas intelectuales en Nicaragua. La política ha
absorbido siempre a nuestras mejores inteligencias y ha sido al servicio de ella donde se
ha producido casi toda su obra literaria. Pocos, muy pocos, son los intelectuales que
hayan consagrado sus esfuerzos culturales a las puras letras o que hayan dedicado sus ac-
tividades intelectuales a la pura especulación desinteresada.”
Después de hacer notar el hecho de que fue en periódicos políticos, en polémicas políticas so-
bre temas políticos donde se ha producido la obra de nuestros mejores ingenios, y mencionar varios
nombres como Anselmo H. Rivas, José Madriz, los Guzmanes, Carlos Selva, Manuel Coronel Ma-
tus, Diego Manuel Chamorro Bolaños, padre del que habla, José Dolores Gámez, al referirme a don
Enrique Guzmán expresaba:
“El mismo don Enrique Guzmán, el primer nicaragüense que mereció el honor de ser
nombrado individualmente académico correspondiente de la Real Academia Española
de la Lengua —investigaciones posteriores muestran que, en realidad, fue don Pablo
Buitrago— que es uno de los pocos escritores en nuestro país que puede ser considera-
do específicamente como un hombre de letras propiamente dicho, porque jamás se de-
dicó a ninguna otra actividad o profesión, es en artículos políticos donde produjo la ma-
yor parte de su pensamiento.”
Y es especialmente oportuno, en esta ocasión, referirme a la alusión que hice entonces a Ru-
bén Darío, de quien dije:

179
“No cabe mencionar como una gloriosa excepción a Rubén Darío porque su actividad
intelectual no fue ejercida en nuestro país. Si se hubiera quedado aquí quizá él mismo
hubiera podido librarse de ser absorbido por la política y es muy posible que se hubiera
visto compelido por las circunstancias, a encadenar su musa al servicio de algún partido,
cometiendo así lo que Julián Benda ha calificado como “La Trahison des Clercs”, La
Traición de los Clérigos, tomando la palabra clérigo como intelectual en el sentido de la
fábula de La Fontaine: Un Leu an peu Clerc, un lobo algo sabio.”
No obstante, Rubén Darío no se libró de la acerba crítica por haber dedicado algunos artículos
a Zelaya, y haber servido al General Rafael Núñez, de Colombia, lo mismo que sus contemporáneos
Leopoldo Lugones y José Santos Chocano, quien sirvió al Dictador guatemalteco Manuel Estrada
Cabrera, lo que ocasionó, al regresar a su Patria, Perú, una ardiente polémica con el joven escritor
Edwin Elmore que terminó en una tremenda tragedia, al ultimar el gran poeta a su contrincante en
un lance personal al encontrarse ambos en la redacción de un diario de Lima. Elmore escribió una
diatriba contra Chocano con el título Poetas y Bufones y Chocano le contestó con un artículo titu-
lado Apóstoles y Farsantes, en que se refería a Vasconcelos, a quien Elmore admiraba como maes-
tro y lo consideraba como un hombre puro y ejemplar en su conducta política, mientras Chocano
preguntaba quién era más vituperable, si él que había servido a un hombre que no había fusilado a
nadie, o Vasconcelos que había servido como Ministro a Plutarco Elías Calles, que había derramado
tanta sangre mediante numerosos fusilamientos. A propósito del libro de Julián Benda, que acabo de
mencionar, es pertinente referirse a la gran polémica que ocasionó a raíz de la primera guerra mun-
dial, a propósito del problema que plantea la glosa sobre Rubén Darío que nos ofrece, en su discur-
so, el nuevo académico. El problema de los intelectuales en la política. Benda, en su obra, que oca-
sionó una polémica que duró varios años y que culminó con un segundo libro del mismo autor titu-
lado “Le Fin de l’eternel”, El Fin de lo Eterno, criticaba duramente a los intelectuales que habían
puesto su pluma al servicio de los intereses de sus respectivas patrias durante la guerra, acusándolos
de haber traicionado a su misión espiritual.
Es curioso comprobar cómo coincide Darío con el pensador francés en su tesis sobre la trai-
ción al espíritu de los intelectuales. El doctor Schick nos cita, en efecto, conceptos de Darío de re-
pulsa a la política, en los que sostiene que los poetas deben ser simplemente poetas y hasta llega a
quejarse amargamente del sacrificio de José Martí, en su lucha por la libertad de su Patria.
“Poeta político…. —dice en la cita del doctor Schick— no entiendo eso, o más bien, no
lo quiero entender. Yo creo que no es otro el objeto, la atmósfera, la vida de la poesía
que el culto de la eterna y divina belleza; que los filósofos se ocupen del misterio de la
vida y de todas las profundidades de lo incognoscible; que los señores políticos se en-
tiendan con la suerte de los pueblos y arreglen esas complicadísimas máquinas que se
llaman Gobiernos… En conclusión, el poeta no debe sino tener como único objeto, la
ascensión a su inmortal, sublime paraíso: EL ARTE.”
En su glosa, el doctor Schick cita luego el amargo lamento de Darío por la pérdida de Martí,
caído heroicamente en Dos Ríos:
“Bien sé que los tambores de la mediocridad, exclama Rubén, los clarines del patriotis-
mo tocando dianas celebrando la gloria política del Apolo armado de espadas y pistolas

180
que ha caído, dando su vida, preciosa para la humanidad y para el arte y para el verdade-
ro triunfo futuro de América…..”
Y luego imprecando a Cuba dice:
“¡Oh, Cuba! ¡Eres muy bella, ciertamente, y hacen gloriosa obra los hijos tuyos que lu-
chan porque te quieren libre; y bien hace el español de no dar paz a la mano por temor a
perderte, Cuba admirable y rica y cien veces bendecida por mi lengua; mas la sangre de
Martí no te pertenecía; pertenecía a toda una raza, a todo un continente; pertenecía a una
briosa juventud que pierde en él quizá al primero de sus maestros; pertenecía al porve-
nir!”
Y nuestro ilustre recipiendario comenta por su parte:
“No creo que puedan encontrarse en la obra de Rubén Darío expresiones más dramáti-
cas de condena para la intervención del artista genial en las tormentas políticas. Ni si-
quiera luchar por la libertad de la patria le parece motivo suficientemente poderoso, para
abandonar los combates menos sangrientos, pero no menos trascendentes, del espíritu y
del Arte. El artista se debe a su obra, que es de la Humanidad.”
¡La traición de los Clérigos de Benda, expresada muchos años antes que el pensador francés!
Sin embargo, como lo comprueba la glosa del nuevo académico, a pesar de la categórica repul-
sa expuesta en los párrafos citados contra la intervención en la política del artista, a Darío le preocu-
paban grandemente los asuntos políticos como lo demuestra la gran cantidad de artículos periodísti-
cos que les dedica.
“Él se encuentra —dice el recipiendario— en una gran encrucijada, entre la acción social
directa y el quehacer artístico. Se niega a comprometerse y alza orgullosamente la bande-
ra del arte puro. Sin embargo, ¿cómo explicarse que estos asuntos continuaran atrayendo
su atención y que a lo largo de toda la trayectoria periodística, encontremos magistrales
ejemplos de estudios políticos?.”
El nuevo académico encuentra la respuesta de esta interrogación, no obstante de que se negó
pertinazmente a mezclarse en banderías políticas, en la circunstancia de que su pensamiento estaba
penetrado de una preocupación política superior. Le interesaba el problema político, dice, como
cuestión teórica impostergable de cómo decidir el destino de nuestros pueblos, de cómo lograr que
las naciones latinas afrontaran el desafío victorioso de las razas sajonas, de cómo estatuir una socie-
dad equilibrada, libre de odiosidades y rencores, en donde florecieran las artes, y el artista, entregado
al libre ejercicio de su inspiración, recibiera apoyo y estímulo de la colectividad. Y en ese otro plano,
encuentra el nuevo académico, con su acuciosa erudición, que existe en Rubén un pensamiento polí-
tico coherente, soterrado a veces, explícito otras, pero al que siempre se mantuvo fiel.
¿Cuál es ese pensamiento político del poeta? Nuestro nuevo académico cree que su platonis-
mo fundamental que debió al influjo del Profesor Leonard que ejerció un largo magisterio en nues-
tro país, está en la base de sus concepciones políticas. De Platón, según él, deduce su creencia de que
deben ser los sabios, los entendidos, los moralmente superiores y capaces quienes rijan la cosa públi-
ca.

181
Pero según la magnífica glosa que he estado comentando, hay otro factor que impone a la
ideología política de Rubén un matiz particular: su cristianismo. Cree en el amor, dice el recipienda-
rio, en la comprensión, en la fraternidad como medios para allanar las dificultades sociales. A fines
del siglo XIX, continúa comentando, la llamada cuestión social atraía la atención de todas las inteli-
gencias. Las masas se rebelaban en procura de mejores niveles de existencia. La inhumana evolución
del capitalismo había provocado cruentos estallidos de grupos populares y ya esa situación insoste-
nible había atraído la atención de la Iglesia que, por boca de sus Pontífices, había lanzado sus Encí-
clicas en que favorecían la causa del pobre y del desposeído. Existían, sin embargo, los violentos, los
anárquicos que creían solucionar el problema con bombas y magnicidios. Contra ellos alza su pala-
bra condenatoria Rubén Darío. Abomina de la violencia. Darío, en efecto, condena a los predicado-
res de la fuerza, a los que recomendaban la lucha de clases. Comprende que existe la injusticia social
y que es necesario solucionar tan flagrantes iniquidades. Y piensa que la vida social debe articularse
sobre la justicia y por la comprensión cristiana. Y según la glosa del nuevo académico, para Darío la
cuestión sólo puede resolverse por caminos racionales en que los hombres busquen sensatas vidas
de conciliación y arreglo.
Aquí, señores académicos, nos encontramos con coincidencias interesantes entre el pensa-
miento de Rubén y del gran filósofo español Balmes.
Es en realidad de gran interés y por eso me permitiré hacer un análisis del pensamiento políti-
co balmesiano en relación con la exposición del pensamiento dariano que nos ha hecho nuestro ilus-
tre recipiendario en su notable glosa.
Balmes, como Darío, creía en la fuerza de la razón como determinante de la política y abomi-
naba de la violencia. Según su más reciente biógrafo, don Ernesto la Orden, hablando del tercero de
los propósitos en que según él consiste su programa político, dice que por lo que hace al tercero de
los propósitos políticos de Balmes, la condenación de los procedimientos de violencia, no es sino
consecuencia de su fe en la razón. El propio Balmes expresa así ese pensamiento:
“¿Acaso la verdad no entraña más fuerza que el error? ¿Acaso las convicciones profun-
das y duraderas no son más fuertes y enérgicas que las opiniones momentáneas? ¿Por
ventura las intenciones rectas y leales no pueden prevalecer sobre las miras mezquinas?
¿Por ventura la nobleza del corazón no puede entrar en ventajosa lid con las inspiracio-
nes de un miserable interés?”
Es tal su fe en la razón, es tal su confianza en las armas de la inteligencia que luego exclama
con profunda convicción:
“Para nada es necesaria la violencia: a nada conduciría sino a calamidades sin cuento y
quizás tan estériles como las anteriores. Los hechos con su realidad elocuente, la prensa
con su expresión fiel, el tiempo aumentando la realidad de los hechos y confirmando las
palabras de la prensa: he ahí nuestros auxiliares”.

182
Don Marcelino Menéndez y Pelayo (España, 1856-1912), refiriéndose a este aspecto de la polí-
tica de Balmes1 (España, 1810-1848), dice:
“Su doctrina política tan conciliadora, tan simpática, tan humana, tan aborrecida de los
violentos, debe a la amplia base de su filosofía crítica y armónica el haberse salvado de

Jaime Balmes (España, 1810-1848)

1 JAIME BALMES. (Vic, 1810- id., 1848) Filósofo español. Ingresó en el seminario de Vic (1817) y cursó
filosofía y teología en Cervera (1826-1835; sacerdote desde 1834). Catedrático de matemáticas en Vic (1836-
1840), se interesó por el movimiento intelectual francés (Lamennais, De Bonald, De Maistre). Se estableció en
París para preparar la versión francesa de El protestantismo comparado con el catolicismo (1842) y, en Ingla-
terra, conoció los problemas socialista e irlandés. Ya en Barcelona, dirigió la revista La Sociedad (1843), en la
que abordó problemas económicos, sociales y religiosos (propugnó la protección de la industria y de la agri-
cultura catalanas y las asociaciones obreras como instrumento para acuerdos sobre salarios y horas de trabajo;
combatió la idea burguesa de que las reivindicaciones sociales eran asunto de orden público y el centralismo
madrileño ante el incipiente nacionalismo catalán).
En 1844 marchó a Madrid para dirigir la revista El Pensamiento de la Nación, en la que desarrolló su ideario:
monarquía, unidad de liberales y carlistas (promovió, aunque sin éxito, el matrimonio entre Isabel y el conde
de Montemolín) y restablecimiento de las relaciones con la Santa Sede (tras intentar reparar las consecuencias
de la amortización). Viajó a Francia de nuevo (1845), donde leyó las novedades filosóficas y elaboró la Filoso-
fía fundamental (1846), resumida en Filosofía elemental (1847); sin embargo, su primera obra filosófica fue El
criterio (1843). Considerado el filósofo más importante de la España del siglo XIX, Balmes moderniza la es-
colástica y, a impulsos de la filosofía escocesa del sentido común, centra su atención en el problema de la cer-
teza y en el criterio de ésta (conciencia, evidencia, instinto intelectual). Secretario (1847) del nuncio en Madrid,
influyó en el nombramiento de obispos (entre ellos Antonio María Claret para Cuba) y escribió el libro Pío
IX, mal acogido por los círculos integristas, pues afrontaba la dificultad de juzgar la vía elegida por el papa.
Miembro de la Real Academia (1848), enfermó de gravedad y se retiró a Vic.

183
aquella lepra feroz del fanatismo, de aquella especie de pedantería sanguinaria que por
mucho tiempo convirtió en Caínes a todos los partidos españoles.”
El propio don Ernesto La Orden comenta a este mismo respecto:
“Entendida así, su enemiga a la violencia puede ser de benéficos efectos para la extin-
ción de los gérmenes de nuestras guerras civiles.”
Este aspecto tiene también estrecha relación con otro concepto de Darío que es su repugnan-
cia hacia las guerras fratricidas que le produjo la experiencia que adquirió en Chile cuando tuvo la
gran pena de perder a muchos de sus amigos intelectuales en guerra civil, en ambos bandos, como
nos la relata la glosa del nuevo académico:
“Pero será en Chile en donde el apasionamiento político producirá en él un decidido re-
chazo por esas lides. Así observa en un artículo de 1888 :

Juan de Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya (1893-1978)2

2 (Juan de Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya; Segovia, 1893 - Madrid, 1978) Historiador espa-
ñol. Nació en el seno de una familia aristocrática, que se ocupó de proporcionarle una amplia formación. Es-
tudió Derecho y, también, Filosofía y Letras.
Datos Genealógicos del Marqués de Lozoya:
Generación IX.- Marqués: don Juan de Contreras y López de Ayala, nacido en Segovia en 1893. Fue este se-
ñor Doctor en derecho y en Historia, catedrático de Historia del Arte, ilustre escritor, conferenciante y poeta.
Académico de número de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes, de la que fue su director. Fue
también director de la Academia Española en Roma, miembro de la Hispanic Society de Nueva York, Caba-
llero Trece de la Orden de Santiago y Presidente del Consejo de Órdenes. Fue profesor de historia del enton-
ces Príncipe Juan Carlos y paseó su amor a Segovia y al arte hispano por todo el mundo. Casó con su prima
Constanza López de Ayala y Morenés, marquesa de Villanueva del Castillo y baronesa de Hermoro. En 1976
el ya Rey Juan Carlos le elevó a la dignidad de Grande de España. Falleció en 1978 y sucedió su hija
Generación X.- Marquesa: doña Dominica de Contreras y López de Ayala. Nacida en Madrid en 1940, es Li-
cenciada en Filosofía y Letras y miembro de la Academia de Historia de San Quirce de Segovia. Casada con
Carlos Herranz Cano de Rueda, Ingeniero de Montes y editor del diario El Adelantado de Segovia. En esta
dama culmina una historia de siglos de un ilustre apellido unido como roca milenaria a la hermosa ciudad de
Segovia…

184
“porque desgraciadamente letras, artes, ciencias, todo va a caer entre nosotros a ese tre-
mendo hervidero de la pasión política”. Tensiones encendidas serán aquéllas, que culmi-
narán con la sangrienta Revolución de 1891, en que tantos de sus amigos chilenos, de
uno y otro bando, cayeron inmolados. Este propósito de alejarse de todo partidarismo
se verá reforzado más tarde cuando asista a los sombríos sucesos de la caída del Gral.
Francisco Menéndez (1830-1890) en El Salvador, que le da motivo para escribir esa tre-
menda requisitoria contra nuestras revoluciones, que tituló Historia negra.”
Pero al contrario de Darío, esas circunstancias que alejaron al poeta de la política fueron las
que movieron a Jaime Balmes a entrar en ella con el noble propósito de buscar remedio a esos ma-
les.
El Marqués de Lozoya3 describe, con fuerte colorido, la situación que reinaba en España
cuando Jaime Balmes ingresó a la política:

3 JUAN DE CONTRERAS y LÓPEZ DE AYALA, MARQUÉS DE LOZOYA (España, 1893-1978).


Historiador, crítico de arte y literato español, nacido y muerto en Segovia. Doctorado en Derecho y en Filoso-
fía y Letras. Enseñó historia del arte en las universidades de Valencia (1923-46), Madrid (1946-60) y Navarra
(1963-69).
Desempeñó relevantes cargos relacionados con el mundo del arte: Director General de Bellas Artes (1939-
1951). Fundador y Primer Presidente de la Asociación Española de Amigos de los Castillos (1952-1953).
Director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma (1952-57).
Presidente de la Real Academia Española de Bellas Artes de San Fernando (desde1972).
Consejero de Bellas Artes del Patrimonio Nacional y Presidente del Patronato del Museo del Pueblo Español
y del de Sorolla, Marqués de Lozoya, así como miembro de los patronatos del Museo del Prado, del Museo de
la Marina y del de Lázaro Galdiano. En 1940 ingresó en la Real Academia de San Fernando, con el discurso
La Teoría de las Artes Plásticas en el siglo XIX, y en 1941 en la Real Academia de la Historia, con el de Intro-
ducción a la Biografía del Canciller Ayala.
Perteneció asimismo a otras muchas entidades culturales y artísticas tanto nacionales como extranjeras:
- Academia de Bellas Artes de París,
- Instituto Arqueológico de Berlin, Hispanic Society de Nueva York,
- Academia de Bellas Artes de Lisboa,
- Instituto de Coimbra,
- Real Academia de San Carlos de Valencia
- Reales Academias de Ciencias, Artes y Letras de Barcelona
- Academia San Jorge de la misma ciudad.
En 1964-72 ocupó la Presidencia del Instituto de España. También en 1964 fue nombrado procurador en
Cortes, así como Consejero del Reino, como antes, en las legislaturas de 1933 y 1936, había sido diputado en
Cortes con la República. En 1967 recibió la Medalla de Oro de Mérito al Trabajo y en 1976 la dignidad de
Grande de España.

185
“No afirmaciones —dice— sino negaciones ponen las armas en las manos de los adver-
sarios que no combaten por una idea, sino contra una idea y una persona. Lucha ciega
en los campos de batalla o en las calles; lucha en el parlamento o en la prensa. El poder
apetecido solamente para gozar de los placeres de la revancha sobre un enemigo que se
consuela de la amargura de la derrota conspirando en la sombra u ofreciendo su odio a
la luz del día en pronunciamientos, motines o cuarteladas. Corriente desbordada que
arrastra a los mismos que presumen de dirigirla. Y a la orilla, impotentes para contenerla
o encauzarla, unos cuantos hombres que gritan palabras admirables, sin que su voz ape-
nas se escuche en el estruendo de la torrentera.”
¿Qué mueve a Jaime Balmes a entrar a la política en esas condiciones?. Don Ernesto La Orden
nos lo va a decir en su excelente obra “Jaime Balmes, Político”:
“A Jaime Balmes lo llevó hasta la política un apremio de patriotismo y de religiosidad,
un dolor casi físico de España y una auténtica vocación de apostolado. Llegó a la política
desde la filosofía y la apologética. Era un temperamento generoso y activo y no supo
negarse a la pasión del bien social.”
Pero el gran filósofo español no ingresó a la política como un mero teorizante, sino como un
político activo con intenciones de gobernar o como él mismo lo expresa, “con la mira de que el pen-
samiento se erija en gobierno.”
El Padre Casanovas dice hablando del solemne ingreso de Jaime Balmes en la política:

Entre sus muchas obras destacan por su monumentalidad y riqueza documental una Historia del Arte Hispá-
nico (5 vols., 1931-46) y una Historia de España (6 vols.,1969-70), que se editó asimismo en fascículos. El
resto de su obra, que supera el centenar de títulos, comprende:
- Poesía (Poemas arcaicos, 1913
- Poemas de añoranzas, 1915
- Sonetos espirituales, 1918
- Poemas castellanos, 1920,
- Premio Fastenrath de la Academia Española
- Romances del llano, 1924
- Cantar de las tierras altas, 1928)
- Novela (El corregidor, La alquería de los cipreses)
- Historia (Doña Angelina de Grecia, 1913
- El monasterio de San Antonio el Real de Segovia, 1918
- Vida del segoviano Rodrigo de Contreras, gobernador de Nicaragua, 1920
- La campaña de Navarra: 1793-1795, 1925
- El concepto romántico de la Historia, 1930) y arte (El arte gótico de España: arquitectura, escultura y pintu-
ra, 1935
- Guía de Segovia, 1957).

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“Iba dispuesto a gobernar, pero a gobernar dentro del ministerio con todo su programa
o con la parte que le fuera posible, es decir, iba a gobernar no solamente con doctrina,
sino con hechos, con los hechos que le permitiera en cada momento la realidad.”
Porque Balmes, no obstante ser un profundo y formidable teorizante político, era, al mismo
tiempo, un político de gran sentido realista.
“En política, decía, en efecto, en administración, y en todo lo concerniente a la práctica,
no ha de llamarse verdadero lo que es implicable, porque desde el momento que una
teoría no puede realizarse es señal de que está en lucha con la misma naturaleza de las
cosas.”
En este concepto coincide con otro gran político español. Antonio Cánovas del Castillo (1828-
1897), quien decía que en política lo que no es posible es falso. ¡Grandes lecciones éstas que deberí-
an meditar aquelos políticos que viven en un mundo de fantasía dando constantemente coces contra
el aguijón!
Nuestro poeta, según lo ha hecho notar el nuevo académico con la erudita glosa de su pensa-
miento político, considera que la cuestión social sólo puede resolverse por caminos racionales en que
los hombres busquen sensatas vías de conciliación y arreglo. Balmes expone los mismos conceptos
en elocuentes palabras llenas de hondo sentido humano.
“En una nación bien arreglada —dice— todo se aprovecha, todo sirve, y en circunstan-
cias como las nuestras, todo se necesita. Si ha de haber gobierno, si ha de haber nación,
es necesario arreglarlo todo, armonizarlo todo, ver cómo se puede conseguir que vivan
en paz, sin chocarse y sin hacerse mil pedazos enemigos tan violentos y tan irreconcilia-
bles. No olvidéis, sobre todo, que una nación no es una arena de combate, sino una fa-
milia de hermanos.”
Pero al mismo tiempo, por otra parte, Darío alza su palabra candente contra los violentos y los
anárquicos que creían solucionar el problema con bombas y magnicidios. Y el filósofo español tam-
bién expresa su repudio al magnicidio en estos categóricos conceptos:
“La libertad de los pueblos no deben fundarse en el horrible derecho del asesinato, la
defensa de los fueros de la sociedad no se ha de encomendar al puñal de un frenético.”
Sin embargo, Balmes no niega el derecho de insurrección de los pueblos; pero su ejercicio lo
reviste de condiciones de prudencia a fin de que la medicina no resulte peor que la enfermedad.
“Si ha de ser legítima y prudente la insurrección, dice, contra un poder ilegítimo, es ne-
cesario que los que acometen la empresa de derrocarlo estén seguros de su ilegitimidad,
se propongan sustituirle por un poder legítimo, y cuenten, además, con probabilidades
de buen éxito. En no mediando estas condiciones, la sublevación carece de objeto, es un
estéril desahogo, es una venganza impotente, que lejos de acarrear a la sociedad ningún
beneficio, sólo produce derramamiento de sangre, exasperación del poder atacado, y,
por consiguiente, mayor opresión y tiranía.”
No quiero, señores académicos, concluir este análisis comparativo entre el pensamiento políti-
co de Darío, expuesto en el notable discurso de nuestro ilustre recipiendario, y el pensamiento polí-

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tico de Balmes, sin citar las palabras en que el gran filósofo define el apostolado de la política del que
él mismo fue ejemplo vivo:
“No hay esfuerzo que no se deba hacer, dice, no hay sacrificio que no deba arrostrarse
cuando se interesa en ellos el porvenir de siglos de tantos millones de hombres: y más
todavía cuando esos hombres son nuestros compatriotas, cuando el país que ha de salir
favorecido o dañado es nuestra patria.”

Antonio Cánovas del Castillo (España, 1828-1897)4

4Antonio Cánovas del Castillo: Político español, artífice del régimen de la Restauración (Málaga, 1828 - Santa
Águeda, Guipúzcoa, 1897). Licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid, las inquietudes de este jo-
ven de origen modesto se dirigieron inicialmente hacia la literatura (en la que le apadrinó su tío, el escritor
Serafín Estébanez Calderón) y sobre todo hacia la historia, dedicación esta última que no abandonó ni en los
momentos álgidos de su vida política; escribió notables trabajos sobre los Austrias y la decadencia española,
que le valieron el ingreso en la Academia de la Historia (1860). También fue miembro de la Real Academia
Española (1867), la de Ciencias Morales y Políticas (1871) y la de Bellas Artes de San Fernando (1887).
Sus inquietudes intelectuales se canalizaron, además, a través del Ateneo de Madrid, que presidió en 1870-74,
1882-84 y 1888-89. A la política llegó a través del periodismo, trabajando desde 1849 en el diario de Joaquín
Francisco Pacheco, líder del grupo «puritano» que representaba el ala más conciliadora del Partido Moderado.
Esa vocación centrista quedó confirmada al integrarse en la Unión Liberal, partido creado por O’Donnell
para interponerse entre moderados y progresistas.
Su primera responsabilidad política fue la redacción del Manifiesto de Manzanares, que hizo públicas las posi-
ciones de los militares participantes en la llamada «Revolución de 1854» (O’Donnell, Serrano y Dulce). Luego
fue ocupando puestos políticos de importancia creciente, como los de diputado en las Cortes constituyentes

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de 1854-56, agente de preces en Roma, gobernador civil de Cádiz, director general de Administración Local,
subsecretario de Gobernación, ministro del mismo ramo (1864) y de Ultramar (1865-66).
Su actitud ante la insurrección de los sargentos del Cuartel de San Gil (1866) le costó el destierro a Palencia,
permaneciendo apartado de todo protagonismo político hasta que estalló la Revolución de 1868, que destro-
nó a Isabel II.
Durante el Sexenio Revolucionario de 1868-74, Cánovas asumió el liderazgo de una minoría conservadora en
las Cortes, señalándose en los debates contra el sufragio universal y la libertad de cultos. Atacó tanto al régi-
men democrático de Amadeo de Saboya como a la Primera República que le sucedió, aprovechando los fraca-
sos de ambos ensayos para consolidar su opción de restaurar la monarquía de los Borbones, pero no en la
persona de la ex reina Isabel -cuyo descrédito había provocado la revolución-, sino en la de su hijo, a quien
haría reponer como rey con el nombre de Alfonso XII.
Una vez que abdicó la reina madre en el exilio (1870), Cánovas consiguió plenos poderes para dirigir la causa
monárquica (1873), mientras orientaba la educación del príncipe en Inglaterra y le hacía proclamar el llamado
Manifiesto de Sandhurst, en el que trazaba las líneas directrices de una futura monarquía parlamentaria, liberal
y moderada, llamando en su apoyo a todos los católicos y descontentos con la situación revolucionaria des-
vinculados del carlismo (1874).
Fue fortaleciendo paulatinamente la causa alfonsina en medios políticos y acrecentando la viabilidad de la res-
tauración monárquica a medida que quedaba desacreditada la opción republicana; pero, en contra de su vo-
luntad, el general Martínez Campos se le adelantó, proclamando al rey mediante un pronunciamiento militar
en Sagunto (1874). Sin embargo, por primera vez en la historia de los pronunciamientos españoles, los milita-
res no quisieron ocupar el poder, sino poner en él a Cánovas, como líder de los partidarios de la Monarquía:
el último día de aquel año, Cánovas formó un gobierno que ejercería la regencia hasta la llegada de Alfonso
XII, el cual confirmó al gabinete en 1875.
Dueño de un poder prácticamente incontestado, Cánovas realizó en los dos años siguientes una obra ingente,
que puso las bases del régimen de la Restauración, el cual habría de perdurar hasta el golpe de Estado de Pri-
mo de Rivera (1923). Preparó e hizo aprobar la Constitución de 1876, estableciendo una monarquía liberal
inspirada en las prácticas parlamentarias europeas. La clave era acabar con la violencia política y los pronun-
ciamientos militares que habían marcado el reinado de Isabel II, asentando la primacía del poder civil. Pero
para ello había que garantizar la alternancia pacífica en el poder; Cánovas diseñó un modelo bipartidista al
estilo británico, formando él mismo un gran Partido Conservador a partir de la extinta Unión Liberal; y buscó
una figura que aglutinara la opción política alternativa, encontrándola en Sagasta, que asumiría el liderazgo del
Partido Liberal, con el cual se turnarían los conservadores en el poder.
Tras gobernar casi sin interrupciones hasta 1881, Cánovas dejó el poder a Sagasta en aquel año, recuperándo-
lo en 1884. Al morir Alfonso XII en 1885 y para consolidar la regencia de María Cristina de Habsburgo, selló
con Sagasta el llamado «Pacto de El Pardo», por el cual ambos partidos se sucederían sin enfrentarse en la
gobernación del país. Y es que, efectivamente, la peculiaridad del régimen canovista era que las elecciones
constituían una farsa manejada por las redes oligárquicas del caciquismo, mientras que el Parlamento y el go-
bierno se formaban de espaldas a la opinión pública, en función de pactos entre los líderes de los dos partidos
dinásticos y con una intervención decisiva de la Corona.
Cánovas volvió a presidir el Consejo de Ministros en 1890-92 y en 1895-97. En su haber como gobernante
hay que anotar la pacificación del país, poniendo fin a la sublevación cantonal (1874), la Tercera Guerra Car-
lista (1875) y la Guerra de los Diez Años en Cuba (1878). Inspirado por la «lección» histórica de la decadencia
española, trató de impulsar un resurgimiento nacional, fomentando un nuevo patriotismo español con actos
como los que conmemoraron el cuarto centenario del descubrimiento de América (1892).
Pero se mostró impotente ante los nuevos conflictos que suscitaban el nacionalismo catalán, el movimiento
obrero, el anarquismo, las disidencias internas de su partido (Francisco Silvela) y la reaparición del movimien-

189
Señores Académicos:
No deseo poner fin a este discurso sin dedicar algunas consideraciones a la circunstancia del
carácter político del ilustre recipiendario que él mismo recalca en el comienzo de su notable discurso,
así como el hecho de sentirse alentado, en la elección del tema, por el nobilísimo espíritu del Doctor
Carlos Cuadra Pasos. Y sobre todo, acerca de la emocionada exhortación que nos hace inspirado en
el pensamiento político de Rubén Darío, como culminación de su valioso trabajo:
“Nada me ha parecido más propio —dice— al entrar a este prestigioso recinto, que el
ocuparme en el análisis de las teorías políticas de Rubén Darío, maestro y modelador de
nuestro idioma, padre de nuestra cultura y héroe epónimo de nuestra nacionalidad. Per-
donadme que al enfocar estas difíciles cuestiones lo haga desde la perspectiva de quien,
como yo, ha dedicado todos los años de su juventud y de su madurez al quehacer políti-
co. Las reflexiones que aquí surjan, entonces, no tendrán otro valor que el ser manifesta-
ción sincera de mis convicciones, pues no he querido realizar un mero trabajo de erudi-
ción literaria, sino que, apoyado en la sin par clarividencia de Rubén, apuntar hacia la au-
téntica raíz de nuestros problemas socio-políticos.”
“Si estas razones no me valieran —agrega luego— para justificar la elección de mi asun-
to, ya sería suficiente respaldo para mi empresa el sentir alentar entre nosotros el nobilí-
simo espíritu del Dr. Carlos Cuadra Pasos, genio tutelar de esta Casa. Caballero ejem-
plar, se hermanaban en él, en armonioso equilibrio, la preocupación por los concretos
problemas de la vida pública y un ponderado saber humanista, que añadía gallardía a su
discurso, penetración a sus planteamientos y comprensión —comprensión siempre
hidalga— a las soluciones del adversario. ‘Hombre de diálogo’ llamó don Carlos Cuadra
Pasos a Rubén Darío, porque sentía su alma afin a la del poeta, pues, como él, buscó
caminos de conciliación antes que de combate, de hermandad antes que de odio, de uni-
dad antes que de división y de violencia. Invoco la nobleza de su ánimo al iniciar mi co-
metido, porque también yo, dentro de los límites de mis capacidades, creo fervorosa-
mente que la finalidad suprema de mis afanes de ciudadano y de Gobernante es lograr la
conciliación de la familia nicaragüense, para que todos, unánimes en el empeño y en pos
de comunes metas, conquistemos la Patria luminosa que Darío nos diseñara en su gan-
diosa cosmología poética.”
Tan hermosos conceptos sobre la egregia personalidad del doctor Cuadra Pasos a quien en
una ocasión llamara yo el último representante de la tradición patricia del Partido Conservador, me
invitan a hacer un rápido, pero cabal esbozo de la política que él preconizara, en tan admirable co-
munión de pensamiento con Darío y Balmes, y que tan magníficos frutos de convivencia han produ-
cido, al traducirse en el actual estado de libertad política, de seguridad personal, de garantías indivi-

to independentista en Cuba (1895). Incapaz de abrir cauces para la participación política de nuevos grupos y
aspiraciones, cuando murió asesinado por un anarquista italiano durante su estancia veraniega en un balnea-
rio, dejó al régimen ante una situación de crisis que se prolongaría desde la derrota en la Guerra de Cuba
(1898) hasta su extinción (1923).

190
duales y de progreso económico que hoy disfruta nuestra Patria de los que el gobierno del Dr. René
Schick, nuestro distinguido recipiendario, es culminación elocuente y a la que él mismo ha contribui-
do a consolidar por su personal estímulo a esa política y por su decidido apego a las normas de un
régimen de derecho y de respeto a las garantías ciudadanas.
Carlos Cuadra Pasos, por su preclaro talento y por su gran experiencia por haber él mismo
recorrido, en su juventud, los caminos de la violencia como método de acción política contra los go-
biernos de fuerza, censurados después por su distinguido hijo, nuestro actual Director de la Acade-
mia, Pablo Antonio Cuadra, en su celebrada pieza teatral “Por los Caminos van los Campesinos….a
la guerra civil”, comprendió que esos métodos no eran remedio para los males que pretendían curar,
como antes lo había comprendido Balmes, según lo hemos visto en el curso de este discurso, sino
que por el contrario, la medicina resultaba peor que la enfermedad; y hombre de diálogo, como él
mismo llamara a Rubén Darío, decidió dialogar con la dictadura, logrando así suavizarla y conseguir
que se hiciera una evolución que permitió trasladar al campo cívico la lucha política por medio de
una oposición desde las bancas parlamentarias y trayendo a la calle a su partido que se encontraba en
el exilio, en afanes conspirativos, siempre fracasados, habiendo florecido, como consecuencia, un
poderoso movimiento político que desafortunadamente se malogró debido a una estéril política pu-
ramente negativa. Esa evolución lograda por la política civilista fundada por el Doctor Cuadra Pasos
se acentuó notablemente en el gobierno de don Luis A. Somoza Debayle y ha culminado, como he
dicho, en el actual gobierno. Consecuencia de esa política, repito, es el actual clima de libertad, ga-
rantía y seguridad personal de que gozan todos los ciudadanos, así como el portentoso desarrollo
económico de que hoy disfruta el país, porque de no haber los discípulos civilistas del doctor Cuadra
Pasos resistido la presión para contribuir al caos político en las elecciones anteriores, se hubiera des-
embocado en un derrumbe económico que hubiera redundado en la miseria popular.
Y para terminar, señores Académicos, permitidme invitaros a sumarnos, con todo nuestro en-
tusiasmo, a la emocionada exhortación que nuestro eminente recipiendario nos hace, inspirado en el
pensamiento político de nuestro máximo poeta, que tan brillantemente y con tan gran erudición ha
glosado en su notable discurso que he tenido el gran honor y el singular placer de contestar:
“Al escuchar esta voz estremecida —exclama— de nuestro más grande conciudadano,
un sentimiento de orgullo y de optimismo nos invade. Bienvenidas sean estas incitacio-
nes de Rubén Darío porque ellas nos sirven de meta y guía en nuestros afanes. Compla-
cidos escuchemos la admonición del máximo cantor de nuestras glorias, porque el desti-
no que él nos fijara ya está siendo conquistado por nuestros patrióticos empeños. Unida
marcha la familia nicaragüense, por encima de disidencias partidarias, hacia la segura
búsqueda de su bienestar y de su florecimiento cultural.”

191
Donoso Cortés (España, 1809-1853)
Cuando Dios quiere perder a los pueblos los priva de la inteligencia, ha dicho Donoso Cor-
5
tés . Ojalá plugiera a su divina voluntad no infligir semejante castigo a nuestro pueblo para que po-
damos captar en todo su luminoso significado el mensaje clarividente de nuestros grandes ingenios,
que encierra, en su sapiencia, la clave de nuestro destino, el camino de nuestra salvación, la luz de su
verdad refulgente, para que podamos seguirlo, en toda su integridad, tal como nos lo ha descubierto,
con tan meridiana claridad, nuestro ilustre recipiendario en su elocuente y penetrante glosa política.
Diego Manuel Chamorro Bolaños

Bibliografía

1. Rubén Darío y su creación poética, por Arturo Marasso, Editorial Kapelusz, Edición de 1954,
Argentina.

5 Donoso Cortés: (Valle de la Serena, Badajoz, 1809-París, 1853) Filósofo, literato, político y diplomático es-
pañol. Se dio a conocer políticamente en 1832 con una Memoria actual de la monarquía, en la cual propugna-
ba un institucionalismo moderado al estilo de la Carta Otorgada francesa, y que por su oportunidad le llevó al
Ministerio de Gracia y Justicia. Más ligado a la corona que al liberalismo, se opuso a las ideas progresistas, en
especial después del motín de La Granja y de la promulgación de la Constitución de 1837. Parlamentario mo-
derado del grupo de Narváez, los intentos revolucionarios de 1848 provocaron su renuncia pública al libera-
lismo. Después de su primera estancia en Francia, en contacto con el ultramontanismo de Bonald y De Mais-
tre, escribió Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo (1851), en el que expone que la secula-
rización de la sociedad y el liberalismo son obra del orgullo humano; el castigo de este pecado es la revolu-
ción, evitable mediante la sumisión al cristianismo y a la Iglesia católica. Fue muy elogiado por los pensadores

192
2. Papeles de Rubén Darío, por Emilio Rodríguez Demorizi, Editorial del Caribe, Santo Domingo,
República Dominicana, 1969.
3. Curso de Historia de la Literatura Castellana de España y América, por Luis Alberto Cabrales,
Editorial Atlántida, Tercera Edición, 1945, Managua, Nicaragua.
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la Librería de la Federación de O.C., Santiago de Chile, 1925.
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Guevara, Editorial Aedos, Barcelona, España, 1ª. Edición, 1960.
6. La dramática vida de Rubén Darío, por Edelberto Torres Espinosa, Biografia Gandesa, Editorial
Grijalbo, Barcelona-Mèxico, 1966, 4ª. Edición.
7. Revista General de la Universidad de Puerto Rico, LA TORRE, No.55-56, número en Homena-
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8. Cuadernos Hispanoamericanos, Nos. 212-213, Madrid, agosto-septiembre, 1967.
9. El Archivo de Rubén Darío, por Alberto Ghiraldo, Editorial Losada, 1ª. Edición, 1943, Buenos
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10. Integración de lo Hispánico y lo autóctono en la poesía de Rubén Darío, por Baltasar Isaza Cal-
derón, Impresora Panamá, S.A., 1968. Separata del Boletín de la Academia Panameña de la Len-
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11. Seis Estudios sobre Rubén Darío, por José Agustín Balseiro, de Puerto Rico, Editorial Gredos,
S.A., Madrid, 1967.
12. Historia de la literatura hispanoamericana, por Enrique Anderson Imbert, Editorial del Fondo de
Cultura Económica, México, Tomos I y II, 5ª. Edición, 1965.
13. Revista Mundo Hispánico, No. 234, septiembre 1967. Número extraordinario dedicado a Rubén
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14. Apreciaciones y Anécdotas sobre Rubén Darío, por Octavio Quintana González (1893-1955),
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16. Autobiografía, por Rubén Darío, con prólogo de don Enrique Anderson Imbert, Ediciones Ma-
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17. Atlas de Literatura Universal, por A. Padilla Bolivar, Ediciones Jover, S.A., Barcelona, 1971.
18. Rubén Darío. Su vida y su obra por Francisco Contreras, Editorial Ercilla, Santiago de Chile,
1937.
19. Rubén Darío. Crítico literario. Selección, prólogo y notas de Ermilio Abreu Gómez, impreso en
México por la Unión Panamericana, Washington, 1951.
20. América en Rubén Darío por Carlos Martín, Editorial Gredos, Madrid, 1972.

193
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versidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua, 1978.
22. La originalidad de Rubén Darío, por Enrique Anderson Imbert, Centro Editor de América Lati-
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24. La influencia francesa en la obra de Rubén Darío por Mr. Erwing Kempton Mapes, Publicacio-
nes del Centenario de Rubén Darío, 1966-1967. Traducción del profesor Fidel Coloma Gonzá-
lez.
25. Vigencia de Rubén Darío y otras páginas por Guillermo de Torre, Ediciones Guadarrama, 1ª
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26. Escritos dispersos de Rubén Darío. (Recogidos de periódicos de Buenos Aires), estudio prelimi-
nar, recopilación y notas de Don Pedro Luis Barcia. Advertencia por Juan Carlos Ghiano. Edita-
do por el Departamento de Letras del Instituto de Literatura Argentina e Iberoamericana y por
la Universidad Nacional de la Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1968.
27. Homenaje a Rubén Darío (1867-1967), ensayos por varios autores, editado por el Instituto In-
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fornia, Los Angeles. Impreso por la Editora Sucre, en Caracas, Venezuela, 1970.
28. Encuentro de William Shakespeare en Rubén Darío del libro DOS ENSAYOS, ensayo escrito
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29. Rubén Darío. Poesías y articulos en prosa, Editado por la Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua, bajo el cuidado del Profesor Fidel Coloma y el poeta Mario Cajina-Vega. Managua,
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1982.
31. Crónica Política. Vol. XI, Rubén Darío, recopilación de las Obras Completas por Alberto Ghi-
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32. Rubén Darío. Poesías y Prosas raras, compiladas y anotadas por Don Julio Saavedra Molina, edi-
tado por Prensas de la Universidad de Chile, Santiago, 1938.
33. Rubén Darío a los veinte años, por Raúl Silva Castro, Biblioteca Románica Hispánica, Editorial
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34. Rubén Darío en su prosa, por Alejandro Reyes Huete, Editorial Hospicio, León, Nicaragua,
1960.
35. Rubén Darío y el modernismo, por Ángel Rama, Biblioteca de la Universidad Central de Vene-
zuela, Caracas, 1970.

194
36. Cuestiones Rubendarianas, por Ernesto Mejía Sánchez, Ediciones de la Revista de Occidente,
Madrid, 1970.
37. Los límites del modernismo, por Rafael Ferreres, Taurus Ediciones S.A., Madrid, 1964.
38. Génesis del Modernismo. Martí, Nájera, Silva, Casal, por Iván A. Schulman, El Colegio de Méxi-
co y Washington University Press, México, 1966.
39. Rubén Darío y la Edad Media. Una perspectiva poco conocida sobre la vida y obra del escritor,
por Francisco López Estrada, Editorial Planeta, Barcelona, 1971. Ensayos/Planeta. De Lingüís-
tica y Crítica Literaria. Dirección: Ángel Valbuena Prat y Antonio Prieto.
40. Historia de la Literatura, por Agustín del Saz, Editorial Juventud, S.A., Barcelona, 1958.
41. Diccionario de Autores Nicaragüenses, Tomo I y II, por Jorge Eduardo Arellano, Convenio Bi-
blioteca Real de Suecia y Biblioteca Nacional “Rubén Darío”, Managua, Nicaragua, 1994.
42. Cuadrivio, por Octavio Paz, Editorial Seix Barral, S.A., Barcelona, 1991.
43. Diccionario de Literatura Española, por Germán Bleiberg y Julián Marías y otros colaboradores:
José Manuel Blecua, Samuel Gili Gaya, Rafael Lapesa y José Manuel Pita, entre otros. Editora
Revista de Occidente, Madrid, 2da. Edición, 1953.
44. Literatura Hispanoamericana, por Ángel Valbuena Briones, Editorial Gustavo Gili, S.A., 2da.
Edición, 1965.
45. Provincialismo contra Rubén Darío, por Luis Alberto Cabrales, Editado por el Ministerio de
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46. Dos románticos nicaragüenses: Carmen Díaz y Antonino Aragón. Introducción y notas de Fran-
co Cerutti, Editado por el Banco de América, Colección Cultural, Serie Literaria No.5, 1ra. Edi-
ción, Managua, Nicaragua, 1974.
47. Antología del Modernismo, 1884-1921. Tomos I y II. Selección, introducción y notas de José
Emilio Pacheco, Editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1970.
48. Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. La colonia. Cien años de República, por En-
rique Anderson Imbert, Breviarios del Fondo de Cultura Económicas, 5ª. Edición, México,
1965.
49. Literatura Hispanoamericana, Tomos I y II, por Enrique Anderson Imbert y Eugenio Florit,
Editado por Holt, Rinehart and Winston, Nueva York, 1960.
50. Literatura y Hombre Occidental, por J. B. Priestley, Ediciones Guadarrama, Madrid, 1960.
51. Iniciación en la Historia Literaria Universal, por Samuel Gili Gaya, con Apéndice del crítico es-
pañol, Dr. Joaquín Molas, 11ª. Edición, Editorial Teide, Barcelona, 1972.
52. La Literatura Universal, por Guillermo Díaz-Plaja y prólogo de Ángel Valbuena Prat, 1ª. Edi-
ción, Ediciones Danae, Barcelona, 1965.
53. Historia de la Literatura Española e Hispanoamericana, por Emiliano Díez-Echarri y José María
Roca Franquesa, Editorial Aguilar, Madrid, 1960.

195
54. Rubén Darío. Cantos de Vida y Esperanza, por Antonio Oliver Belmás, Editorial Anaya/ Auto-
res Latinoamericanos; 2da. Edición, España, 1965.
55. Rubén Darío. “Un bardo rei”, por Arturo Capdevilla, 2da. Edición, Colección Austral, Editorial
Espasa-Calpe, S.A., 1969.
56. Obras completas de Rubén Darío. Volúmen II. Azul...., Ediciones de Rubén Darío Sánchez,
Madrid, 1922. Con el prólogo de don Juan Valera.
57. Rubén Darío periodista, por José Santos Rivera Siles y Fidel Coloma, Editado por la Dirección
de Extensión Cultural del Ministerio de Educación Pública, Managua, Nicaragua, 1964.
58. Rubén Darío en Chile, por Armando Donoso, Editorial Nascimiento, Santiago, Chile, 1927.
Edición ordenada con un ensayo sobre Rubén Darío en Chile, por Armando Donoso.
59. Cuba en Darío y Darío en Cuba, por Angel Augier, Ensayo, con Prólogo de Raimundo Lazo;
Editorial Letras Cubanas; La Habana, Cuba, 1989.
60. Los precursores de la poesía nueva en Nicaragua, por Agenor Argüello, Ediciones del Club del
Libro Nicaragüense; Managua, Nicaragua, 1963.
61. Rubén Darío. Poesías Completas, Edición, introducción y notas de Alfonso Méndez Plancarte.
Aumentada con nuevas poesías y otras adiciones por Antonio Oliver Belmás. Editorial Aguilar,
10ª. Edición, Madrid, 1967.
62. Nueva Historia de la Gran Literatura Iberoamericana, por Arturo Torres Ríoseco, EMECÉ Edi-
tores, Buenos Aires, 3ª. Edición, 1960.

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196
RESEÑAS
Galería de Próceres, Escritores y Educadores

Isidro Rodríguez Silva

Reseña bibliográfica: Rodríguez Silva, Isidro, Galería de Próceres, Escritores y Educadores, Revista
de Temas Nicaragüenses 53: 197-198, Septiembre 2012.

Galería de próceres, escritores y educadores es el más reciente libro de Carlos Tünnermann Bern-
heim, publicado con el sello editorial de HISPAMER. Este libro no sólo constituye otro aporte más
al ensayo crítico literario que se complementa con Valores de la Cultura Nicaragüense, Editorial Univer-
sitaria Centroamericana (EDUCA) San José, Costa Rica, 1998. Sino también viene a presentar otra
faceta más de Tünnermann, la de periodista, demostrando que no existe un divorcio entre creación y
crítica literaria, y periodismo. Él mismo lo afirma: “No se trata de una galería de semblanzas o de
enjundiosos ensayos, sino más bien de breves trabajos cuyo propósito principal fue, en su momento,
de divulgación periodística”…
Este libro nace entonces del ensayo pe-
riodístico, constante, persistente, que tiene su
mayor bagaje en temas educativos, del cual él es
uno de los grandes expositores del pensamiento
universitario latinoamericano. Galería de próceres,
escritores y educadores, también vienen a sumarse a
otros libros cuyos autores han publicado, desde
los periódicos del país, el fruto de sus escritos y
han surgido libros como Juez y parte (1994) de
Erick Aguirre ; Entre autores y personajes (2005) de
Francisco Bautista Lara; y En el país de alegorías
(2005) de Isolda Rodríguez Rosales.
Galería de próceres, escritores y educadores lo
constituyen tres galerías críticas: I Próceres, II
Escritores y III Educadores. Carlos Tünner-
mann se diferencia a los citados por el manejo
didáctico de la información y por un lenguaje
conversacional con el lector. Nuestro autor está
más emparentado con Álvaro Urtecho, no en su
crítica literaria, pero si en su periodismo cultu-
ral. Ambos están preocupados por enseñar, por
acerarse al lector común y educarlo.

197
“Reúno en este libro breve esbozos de personalidades, escritos como artículos para ser pu-
blicados en diarios, revistas o suplementos literarios”, asegura don Carlos Tünnermann Bernheim,
a propósito de su libro Galería de próceres, escritores y educadores. Es que, precisamente, la función perio-
dística no es solamente la información política o económica, lo es también la cultural. En este senti-
do, Carlos Tünnermann se acerca al hecho histórico, o al personaje que produce la vida histórica de
nuestro país, como la voz de un narrador, no sólo preocupado por lo histórico, sino sobre todo por
lo literario. Reviste al personaje del humanismo que a veces olvida el lenguaje retórico de la historia,
como a Miguel Larreynaga, al que llama “prócer sabio y prudente”, o Tomás Ruíz, el primer doctor
indígena, a quien califica de “prócer revolucionario”.
Galería de próceres, escritores y educadores es, en esencia, un periodismo cultural, no de simple co-
mentario, sino de critica a la cultura, a como afirma Erick Aguirre en su ponencia Crítica literaria y
periodismo: “desde un punto de vista de narrador literario cuya perspectiva puede ampliarse, abrirse o estrecharse de
acuerdo a las circunstancias o al objeto de comentarios, aunque siempre condicionada (valga la redundancia) a esa
perspectiva individual de narrador-protagonista”. Esto es esta galería de ensayos, un constante protagonis-
mo de nuestra identidad cultural.
Lo más novedoso es, precisamente, la galería de educadores, que reúne a educadores, no sólo
del magisterio nacional, sino también docentes universitarios, como Xabier Gorostiaga, pensador de
la educación, o Guillermo Rothschuh Tablada, o maestros en el arte de la música, como Luis Abra-
ham Delgadillo y Socorro Bonilla Castellón, en el teatro.
La intención de la publicación de este importante libro, nos dice el autor: “es que sirva princi-
palmente a profesores y estudiantes, que muchas veces tienen dificultades para localizar información o bibliografía sobre
personalidades de nuestro país y de la cultura universal”.
La sección de próceres está dedicada a nuestros pensadores y hacedores de la patria, así co-
mo a personalidades internacionales, como Andrés Bello y Mahatma Gandhi, al que llama “apóstol
de la no violencia”.
En la galería de escritores reúne diferentes poetas y escritores, de variedad de estilos litera-
rios, así como de diferentes épocas. “Espero –concluye don Carlos Tünnermann- que, al menos, maes-
tros, estudiantes y público en general, encuentren en esta modesta obra un incentivo que les mueva a profundizar en el
estudio de los próceres, escritores y educadores incluidos en esta galería”.

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La Managua nuestra que ya no existe: Comentarios al libro
Managua 1972, 2da. Edición, de Nicolás López Maltez

Aldo A. Guerra Duarte

Reseña bibliográfica: Guerra Duarte, Aldo A., La Managua nuestra que ya no existe: Comentarios
al libro Managua 1972, 2da. Edición, de Nicolás López Maltez, Revista de Temas Nicaragüenses 53:
1999-212, Septiembre 2012.
A la buena memoria del Arquitecto
Iván Osorio Peters, Autóctono Managua.

La aldea de pescadores fue aumentado su importancia desde su posición privilegiada y por


los talentos, esfuerzos y dedicación de sus habitantes. La ciudad de Managua D.N., donde crecimos
Nicolás López Maltez y yo, se venía construyendo desde su idílica permanencia de Bohíos disemina-
dos a lo largo de la rivera de su lago y su historia pertenece a los tiempos antiguos. Tribus aborígenes
fueron su original población y lentamente se mezclaron con los nuevos dominadores españoles que
se adaptaron a la pasividad de una subsistencia laboriosa y pacífica otorgándole fisonomía y carácter
independiente a su poblado que crecía.
La memoria de esa etapa fundacional hasta cumplir sus cien años nos la ha heredado Don
Gratus Halftermayer, de cabello canoso y de color blanco, flaco y no tan alto, cara delgada y ojos
grises. Don Gratus es el héroe managüense por sus crónicas e historias de la Capital. Este recordado
historiador que conocí en mis primeros años de vida, vivía en nuestro barrio en una bajareque de
tablas, de la Iglesia San Antonio dos cuadras y media a la montaña, o sea, a media cuadra hacia el
Lago de donde fue la Botica Central de Don Francisco Castro y sobre esa acera, curioseando al pasar
se podía apreciar una gran cantidad de libros que guardaba en sus estantes y otros sobre una mesa.
Casi siempre estaba leyendo o escribiendo, seguramente para no olvidar detalles atesorados en sus
publicaciones, enciclopedias de una ciudad amada. María Gratus Halftermeyer Gómez, nació en
Managua el 20 de Junio de 1887, fueron sus padres Rubéns Halftermeyer, de oficio Sastre y Julia
Gómez, de Granada. En el Registro de las Personas de la ciudad de Managua, en el Libro de Naci-
mientos del año 1887, su inscripción está muy destruida e incompleta y sólo se lee parte de ella: Pá-
gina 93, Partida 348. B. Mejía, Registrador, Rubéns Halftermeyer y José Félix Córdoba, Secretario.
De pequeños todavía se lograba recorrer a pie la periferia de la ciudad. Podíamos adentrar-
nos en el Cementerio San Pedro construido a la par de la Ermita que servía como capilla, ya aban-
donado y descuidado por las autoridades municipales, o recorrer caminando la larga calle 15 de Sep-
tiembre hasta el nuevo Cementerio General, al occidente, con su hermoso portal “LETUM NON
OMNIA FINIT” que nos recordaba que todas las cosas no terminan con la muerte física, o a la cos-
ta del Lago, a mirar y pasear en el Malecón construido por el Alcalde Andrés Murillo,─ imagen con-
servada en la Portada a colores impresa en el año de 1952 por Don Justo Pastor López Rivera, en el
libro-álbum “Managua 1972 Segunda Edición Aumentada” , publicada por su hijo el Licenciado Ni-

199
colás López Maltez─ y llegar hacia Abajo hasta la Quinta Nina o a la Montaña para admirar el Mo-
numento al final de la avenida Roosevelt, Pág. 68.
Era una ciudad pequeña, preciosa Capital, arborizada y vibrante cuya memoria renacida de
las cenizas del terremoto del 31se había engrandecido y extendido con vigor y gloria hasta la misma
noche del 23 de Diciembre de 1972, la ciudad reconstruida con letreros, rótulos, carteles, anuncios y
avisos, la heredad que ya no es nuestra, nos la preservaron en maravilloso álbum de fotografías don
Justo Pastor López Rivera y su hijo el Licenciado Nicolás López Maltez. “La Managua que vivimos des-
de la primera infancia hasta la esplendorosa juventud ─y añoramos a partir de su destrucción sísmica en 1972─ es
rescatada, revivida, en este volumen por un artista maestro de la fotografía: Nicolás López Maltez. Fotografías histó-
ricas de su propia realización y de su padre: don Justo Pastor López Rivera, uno de los pioneros de la fotografía en
Nicaragua y Centroamérica. Saturado de historia y consciente del valor de sus imágenes atesoradas, López Maltez
colma nuestras orfandad gráfica de la Managua perdida, aportando una obra trascendente. El tiempo, sin ninguna
duda, se encargará de confirmarlo.”.
La Managua nuestra que ya no existe, como muchas de las ciudades fundacionales que físi-
camente ni restos dejaron y se consumieron en el polvo en ese trágico sino de nuestra confluencia
territorial. León Viejo fue abandonado a pie, desapareció el puerto del Realejo, La Nueva Segovia
incursionada por bucaneros y piratas saltaba de un lugar a otro, misteriosamente se conserva el
nombre “bello y sugestivo” de Johanna Mostega, ciudades y puertos desaparecieron. Nuestra Managua
D.N., ya no existe, la que se ha reconstruido de sus ruinas más bien parece un enorme mercado,
bueno, recorriendo el país todas las ciudades y pueblos forman un enorme Tiangue, todo improvisa-
do, sucio, consumiéndose los viejos edificios y las calles fragmentadas, su asfalto deteriorado y con
hoyos, sin aceras, atestadas de vehículos motorizados de lento tráfico y populosa muchedumbre agi-
tada, presurosa buscando el pan de cada día. ¡¡¡Un Tiangue!!!
La historia de una ciudad son cuentos que se pueden relatar noche tras noche, como en “Las
Mil y una Noche y una Noche”. Las
narraciones son historias y cuentos
que nos permiten conocer el pasado
vivido por las ciudades, antecedentes
trasmitido por medio de relatos orales
que en el caso específico de nosotros
los nicaragüenses se convierten en
crónicas fecundadas de mucha
imaginación. ¡Memoria activada a base
de imágenes! “ Un recorrido por la vieja
Managua, a través de las fotos presentadas
por Nicolás López Maltez, evoca los
primeros años de mi infancia consciente, a
principios de la década de los 40´s, cuando ─me trajeron─ de tierra adentro para conocer la ciudad capital. Demás
está decir que aquella visita me dejó impresionado. Por primera vez admiré el entonces límpido e impoluto Xolotán con
su muelle de madera donde anclaban vetustos veleros que comerciaban con San Francisco del Carnicero, puerto en la
orilla opuesta, a la espera del soplo vespertino de la brisa terral para levar anclas. Aún más sorprendente quedé al
conocer ─el tren─, máquina alquitranosa, humeante y resoplante que se desplazaba pesadamente sobre un par de rie-

200
les, que con mis hermanos mayores solía recorrer hasta llegar al Parque Darío. En aquel entonces las aguas lacustres
espumaban cerca de la línea férrea, al pie del muro del parque, donde se levanta la estatua del gran panida. El abuelo
nos hacía memorizar los versos del poeta inscritos en el pedestal de mármol, a la sombra vespertina del domo sempervi-
rente de un gigantesco laurel de la india. El recorrido continuaba por el Parque Central y su templo de la Música,
anfiteatro coronado de frisos con temas históricos, que remataba en la estatua de una náyade desnuda dando la espalda
a la histórica catedral. El monumento fue erigido en 1939 durante la administración edilicia del tío abuelo Hernán
Robleto Huete, escritor y periodista, quien también inició la arborización de las primeras calles de Managua. El paseo
concluía en la Hormiga de Oro, calle Momotombo para disfrutar de los ricos sorbetes entonces sin competencia en la
ciudad. La esmerada colección y presentación de las imágenes recopiladas por Nicolás López Maltez, incluye las
hechas por su recordado padre, Justo Pastor López Rivera, es un rescate arquitectónico de la ciudad de Managua.
Muestra el surgimiento de la capital después del terremoto de 1931 y antes de su destrucción por el sismo de 1972. En
ese lapso, la ciudad fue abandonando su planta pueblerina, especialmente después de la década de los 50´s, con surgi-
miento de modernas edificaciones, (templos, bancos, teatros, estadio, hoteles, etc.), algunas de las cuales aún permanecen
en pie. En verdad constituyen el patrimonio urbano de la ciudad, como la vieja catedral, el palacio nacional, la asam-
blea legislativa, la tribuna monumental; algunas de las cuales deberán ser restauradas o conservadas, como testigos
mudos de la convulsa historia geológica y política que ha caracterizado a la vulnerable capital nicaragüense. Estas foto-
grafías me recuerdan una frase atribuida a León Tolstoi: ─pinta bien tu aldea y serás universal─. Las imágenes pre-
sentadas por el Licenciado López Maltez recuerdan esta obligación a todos los que nacimos en el siglo XX y la nueva
generación que empieza a surgir en este nuevo milenio.”
La ciudad que fue nuestra, la Managua de Nicaragua de la que disfrutamos ha tenido mayor
suerte. Desde hace años su memoria como ciudad está conservada en la labor tesonera de dos hom-
bres que la han guardado celosamente y con amor. Abrir las páginas del álbum de fotografías “Ma-
nagua1972 Segunda Edición Aumentada”, es mirar y recordar la imagen que define y evoca, el texto
histórico que precisa y ubica. De allí la importancia que adquieren para la memoria de nuestros coe-
táneos y para las generaciones venideras los dos libros editados por el Licenciado Nicolás López
Maltez: Managua 1972, primera edición publicada en 1997 conmemorando el 25 aniversario del te-
rremoto que destruyó Managua el 23 de Diciembre de 1972, y que consta de 100 páginas y 100 foto-
grafías históricas, todas en blanco y negro excepto cuatro fotografías a color y “Managua 1972 Se-
gunda Edición Aumentada”, consta de 144 páginas, de las cuales 48 son a todo color y totalizando
217 fotografías de lo que era la Vieja Managua y cada fotografía con su texto histórico descriptivo.
Página tras página, las imágenes reviven un pasado que fue realidad.
En el álbum “Managua1972 Segunda Edición Aumentada”, la ciudad está en movimiento,
sus imágenes son secuencias vívidas y permanentes. Podemos unirnos a los estudiantes gozosos, in-
teresados, expectantes y alegres subir la empinada loma de Casa Presidencial, pág. 89 o en el Salón
de las Banderas posar junto al grupo de Danzas Folklóricas Nicaragüenses, dirigido por Choni Gu-
tiérrez, pág. 85. Se oyen las bocinas de los carros en todos los tonos en el bullicio de los escapes de
los motores, mientras el policía de tránsito procura aligerar el tráfico con en el solazo y calor de la
Avenida Roosevelt. Pág. 142. A nosotros los nicaragüenses nos fascina y encanta la gallardía, la
hombría de nuestra Academia Militar de Nicaragua. Fue una escuela de jóvenes de todos los estratos
sociales seleccionados rigurosamente por sus cualidades y actitudes que rápidamente adquirían esa
esbeltez y soltura que denotaba la calidad del esfuerzo y arrojo que ejecutaban y acometían en sus
entrenamientos los Caballeros Cadetes. La bizarría de los clarines anunciaban en las calles de Mana-

201
gua y en la explanada de la Loma de Tiscapa que la Academia Militar de Nicaragua marchaban con
las alegres notas de la Banda de Guerra e interrumpían en la Avenida Roosevelt y calles aledañas,
atrayendo con sus acordes marciales el entusiasmo de una ciudad admiradora de sus gallardos Cade-
tes futuros integrantes de los Oficiales del Ejército Nacional. Pág. 138.
La calle está agitada con la Marcha de la Educación del Sindicato de Maestros de Managua,
con su enorme rótulo desplegado a todo el ancho de calle y con cientos y miles de participantes re-
corre la Avenida Central, en
1945, en una marcha
multitudinaria de desarrollo
pacífico y cívico, todavía el
eco suena con las consignas
coreadas a favor de los
Maestros. Pág. 109. Un Boy
Scout con su llamativo pito
dirige con seriedad y eficiencia
el tránsito vehicular capitalino.
Pág. 105. La marcha fúnebre y
respetuosa durante el entierro
del Presidente Don Luis
Somoza Debayle, el 13 de
Abril de 1967. Pág. 94. La
Calle 15 de Septiembre, con
rótulos comerciales por todas
partes, se pueden leer los de la
Joyería Garzón, El Barbero de Sevilla y Kikatex. Pág. 92. En la calle Santo Domingo se apretaban
miles de empresas comerciales managüenses que confluían en los Mercados Central y San Miguel, se
oyen las miles de voces: marchantita, marchantita llévese sus tamalitos, …Pág. 84. Mercados que
servían a la ciudadanía con una gran variedad de comercios y servicios: distribuidoras de mercaderí-
as, abarrotes al por mayor y menor, hospedajes, terminales de autobuses y camiones, restaurantes y
comiderías, como las célebres de la Chumila, Angelita y la Crucita. Pág. 82 y la ciudad habla, se ríe,
trabaja y se divierte.
El álbum “Managua1972 Segunda Edición Aumentada”, está impreso a color y blanco y ne-
gro, tiene espectaculares fotografías de Don Justo pastor López Rivera, como la del Malecón de Ma-
nagua junto al Lago Xolotán, el Teatro Salazar, Pág. 20. Hotel Lido Palace, Pág. 22. Teatro Gonzá-
lez, Pág. 23. Aeropuerto Internacional las Mercedes, Pág. 25 y muchas más fotografías históricas.
Son notables las imágenes del Licenciado Nicolás López Maltez, tomadas desde el aire desde
los helicópteros Hughes OH-6A Cayuse piloteado por el Capitán G.N., (FA) Abel Toledo Hislop,
las fotografías de imponentes edificios como el Banco de América de Nicaragua, Pág. 66, el Hotel
Intercontinental Managua, Pág. 87. La Catedral de Santiago de Managua, Pág 17. El Hospital Gene-
ral de Managua “El Retiro”, Pág. 19. La Casa Presidencial en la Loma de Tiscapa, Pág. 24. El perfil
de Managua con sus edificios destacados: Banco Central, Banco de América, el Edificio Zacarías
Guerra y el Palacio de Comunicaciones, Pág. 35. El Palacio de Justicia, Pág. 40 y numerosos idílicos

202
lugares que arrebatan la memoria con recuerdos felices y perdurables: El Club Social de Managua y
el maravilloso rincón del Parque Rubén Darío, Pág. 18, la Sorbetería LA HORMIGA DE ORO, Tel
5125, Pág. 42, la Managua navideña engalanada de luces y adornos luminosos, Pág. 115 y escuelas e
institutos de enseñanzas, monumentos, fotografías aéreas y bueno, las panorámicas de Managua
D.N., la ciudad que ya no es nuestra pero que conservamos en el corazón.
Así, con ese trasfondo existencial comienza la historia contada y fotografiada por Justo Pas-
tor López Rivera y el Licenciado Nicolás López Maltez, dos pioneros de la técnica y la ciencia del
celuloide, la publicidad y el entretenimiento. Padre e hijo, juntos los talentos y la sensibilidad artísti-
ca, rescatan para la vista y el entendimiento, el desarrollo humano, habitacional, industrial y comer-
cial de una ciudad que se ganó la preferencia de los líderes políticos por su espíritu trabajador e in-
novador, ellos son ejemplos de ese carácter empresarial que motivados por las oportunidades y faci-
lidades económicas de los gobiernos de trascendencia y visión nacional, como lo fueron las adminis-
traciones liberales desde Zelaya hasta Somoza que junto a con un grupo de insignes y preparados
legisladores y tribunos dieron lustre y prestancia a sus gobiernos impulsando el primero, la clase ca-
fetalera que le infundió a Managua su capacidad de ser rectora de las relaciones comerciales interna-
cionales o de comercio exterior con la obtención de divisas para promover las inversiones y obras de
progreso y también por medio de legislaciones modernas que permitieron la incorporación y luego el
incremento de las clases obreras y de oficios, las profesiones liberales y trabajadores en general del
campo y la ciudad que construyeron juntos desde sus inicios empresas productivas que se convertían
por su calidad en líderes de nuevas industrias que transformaron y aumentaron una creciente clase
media en los períodos gobernados por Somoza García.
Las familias en la cuenca hidrográfica de la ciudad de Managua D.N., del vecindario del Ba-
rrio Santo Domingo que nacen, crecen y se desarrollan en el alegre alboroto de nuestros congéneres
managüenses, como las de Justo y Nicolás que devienen de los antiguos López conocidos como
“Los López Piura”, ancestros representativos de la pujante clase que acentúa el mestizaje integral y
completo que se realiza en la población autóctona de la ciudad. Entre sus miembros más distingui-
dos están el General José Santos Zelaya López y en esta generación, el eminente educador de talla
continental Dr. Carlos Tünnermann Bernheim.
El padre Don Justo Pastor López Rivera, vino al mundo en esta ciudad alrededor de 1910, se
casa a la edad de 29 años, el 21 de Julio, 1939. Libro de Matrimonios. Página 238. Partida 237. “En
MGA, a 22 de Julio, 1939, Raúl Lacayo Montealegre, Juez 1ero. Local Civil de Managua D.N., que el día de
ayer autorizó en esta ciudad el matrimonio Civil de Justo Pastor Rivera, militar en servicio, de veinteinueve años de
edad y Concepción Maltez, de diecisiete años de edad. Testigos Leandro Pérez, casado y Luis Somarriba, soltero y
ambos mayores de edad. Alberto Selva y A. Carrasquilla, Secretario.”. Hombre disciplinado y estudioso había
logrado obtener el título de Contador Mercantil, su afición a la fotografía lo llevó a autoeducarse le-
yendo revistas y libros sobre esa nueva materia científica y, sobre todo, llevando a cabo experimen-
tos y proyectos que lo prepararon para realizar el conjunto de operaciones necesarias pera revelar,
fijar y reproducir las imágenes fotográficas, “un fotógrafo era medio químico, porque los reveladores no venían
preparados, había que saber qué cosa era el hiposulfito, cómo se mezclaba con hidroquinona y bromuro de potasio para
hacer reveladores y cómo se hacía el fijador, todo en las proporciones correctas.”, entre sus adelantos científicos
esta haber revelado películas de cine, filmaba para entender y aprender con películas de 16 milíme-
tros. Como fotógrafo profesional fundó en el año de 1940, cerca de la Iglesia de Santo Domingo, el

203
estudio fotográfico más completo del área centroamericana “Galería del Arte” y fue pionero en la
elaboración e impresión de postales a colores en Centroamérica. Del matrimonio de Don Justo y
Conchita nació un único hijo, el Licenciado Nicolás Adolfo López
Maltez que arriba el 1 de Mayo, 1940, a la ciudad de Managua
D.N., recuerda de su niñez querer poseer un circo “con animales
exóticos, jirafas, elefantes, leones enjaulados, bailarinas, enanos y payasos”.
Su personalidad se forja teniendo de compañero a su padre con
quien comparte su devoción por las ciencias y desde niño con una
cámara fotográfica Voigtländer en la mano se apasiona por la
fotografía. Chavalo serio, trabajador, inquisidor, preguntón,
disciplinado y curioso se entusiasma con la educación como fuente
del saber y tiene la suerte de pertenecer a las generaciones de
alumnos que recibieron conocimientos y experiencias para
enfrentar la vida, en el Instituto Nacional Central Ramírez
Goyena, bajo la dirección del consagrado educador Profesor
Guillermo Rothschuh Tablada, educación basada en el estudio,
reflexión, cuestionamiento y sobre todo en la observación, de allí
le deviene a Nicolás su peculiar manera de cuestionar, de
preguntar y por supuesto de sorprenderse, entramando así con la observación y el reflexionar res-
puestas con gran sentido filosófico, cualidad existencial que le otorga a su talento mayores facilida-
des para triunfar en la vida, de por si ya un reto. Nicolás Adolfo López Maltez estudia en México y
en Nicaragua obtiene su licenciatura de periodismo. Hereda de su padre el estudio fotográfico Gale-
ría del Arte y su valiosa colección de fotografías y negativos de la vieja Managua.
Se casa en ceremonia religiosa el 14 de Abril de 1957 y forma un hogar cristiano con doña
Norita Morales Gil, nacida un 28 de Diciembre del año 1940, en Santo
Domingo, hija de Don Joaquín Morales Quiróz y doña Maura Gil, chontaleños
todos, el matrimonio procreó seis hijos nacidos todos en la ciudad de Managua
D.N.,:
Rigoberto *1957 “.. un ratón de bibliotecas. Posee dos Maestrías y un PhD.
Profesor universitario. Director del Departamento de Estudios Económicos y Recursos
Naturales de la Universidad de Connecticut y ha sido consultor y asesor del Gobierno de
Estados Unidos. Actualmente es asesor del Gobierno de China para asuntos económicos. Sus libros sobre mercadeo
agropecuario y cooperativas de agroproducción, son referencia nacional en EE.UU. ”
Gioconda *1960 “..vive en Estrasburgo, es Presidente de Sonetmo SRL., empresa dedicada a remodela-
ción y mantenimiento de edificios. Cuenta con edificio propio y maneja alrededor de ciento cincuenta empleados.”
Aída *1961, es industrial textil, Presidente de Max Fibre SRL., con sede en Desenzano del Garda, Italia,
fabricante de hilo y ropa. Conquistó un doctorado Honoris Causa en Ingeniería Textil, otorgado por la Universidad
Constantiniana de Roma.”
Nora *1963 realizó sus estudios de diseño, producción y mercadeo de ropa en New York y con su esposo
fundaron una empresa de Bienes Raíces en Miami.

204
Mónica *1965, “.. es ingeniera en aviónica, experta en transformaciones de aviones militares. Trabajó mucho
tiempo para la Empresa Aeronáutica Commodore Aviation, de Miami, Florida, USA, para mejorar los aviones de
guerra que le vendía Estados Unidos a Israel, actualmente ella posee su propia empresa: DMS Aircraft Services, Inc.
http://www.dmsaircraft.com/home” . “La Empresa Aereonática DMS Aircraft Services, Inc., ofrece apoyo logístico
y de inventarios de los principales fabricantes de piezas de aviones, tales como: Airbus, Boeing, Bombardier, Embraer
y muchos más. De reaprovisionamientos de Kitting y proveedores de inventarios
de auto-reposición del sistema y los servicios de Kitting para todas las necesidades
de las aeronaves. Son proveedores de piezas y repuestos originales para aeronaves
de las marcas: Barden, Devcon, Garlock, Kamatics, MPB, NHBB, RBC,
Rexnord, Timkem y muchos más. DMS ofrece reparaciones de piezas y servicios
de reacondicionamiento que incluye motores JTD y los motores de CFM. Son
socios con estaciones de FAA, sistemas aprobados de reparaciones de aeronaves.
Además, DMS AIRCRAFT SERVICES, INC., es proveedor autorizado
de componentes aeroespaciales militares y comerciales y gestionamos los servicios de reparación y cambios. DMS Air-
craft Services, Inc., es reconocido por su responsabilidad como proveedor y distribuidor de servicios y productos aeroespa-
ciales. La compañía DMS Aircarft Services Inc., ha desarrollado y documentado un sistema de gestión de calidad que
cumple con las normas internacionales ISO 9001:2000. Gestión de Calidad.”
La hija cumiche es María José López Morales *1969, Arquitecta y diseñadora, especializada en mármol y
piedra, radica en Miami.
Todo este triunfo es producto de la educación y el trabajo realizado en familia. Primero fue
su padre, Don Justo pastor López Rivera, con sus
experimentos y trabajos sobre fotografía y filmación. De
chavalo el colegio, el insuperable Instituto Nacional Central
Ramírez Goyena, principal instituto de educación secundaria
de Nicaragua y el mejor de Centroamérica, bautizado en
honor al insigne educador y científico, Don Miguel Ramírez
Goyena, el edifico fue inaugurado en 1954 por el Presidente
General Anastasio Somoza García, nombrando como
Director al poeta y educador Profesor Don Guillermo
Rothschuh Tablada. Juntos, Nicolás y Norita se empeñaron
en la vida con el propósito firme de educar a sus hijos y
lograr con su trabajo y creatividad triunfar en el mundo de los negocios.
Nicolás hereda de su padre Galería del Arte, estudio fotográfico ubicado en la calle 15 de
Septiembre, en la Esquina de la Sala Evangélica, allí se producía diariamente el noticiero de Televi-
sión “Teleprensa”, “Fundé la industria de las noticias en Televisión. …En 1965 Don Octavio Sacasa Sarria,
fundador de Televicentro de Nicaragua, me llamó para transmitir mi noticiero. Soy el único vivo de los fundadores del
canal 2, yo traje la primera máquina de películas que grababa sonido óptico.” En sus inicios Teleprensa, el noti-
ciero dirigido y producido por López Maltez, duraba 10 minutos y se transmitía a las 8:30 pm., por el
Canal 6 propiedad de la familia Somoza. Ya en el exilio la familia López Morales se involucran en las
primeras organizaciones de nicas en el exterior y en la ciudad de Miami, Florida, USA., funda “La
Estrella de Nicaragua”, el periódico libro. La Estrella de Nicaragua actualmente constas de un tiraje
en Miami de 10,000 ejemplares y 5,000 en Nicaragua. “Su medio de comunicación, insiste todo orgulloso, es el

205
negocio más rentable que existe. El volumen de publicidad es superior al volumen de lo impreso para lectura. Hemos
logrado compartir la idea de educación. Lo dijo la Universidad de la Florida: La Estrella de Nicaragua es un periódi-
co libro, en 26 años nunca hemos publicado una violación, un choque. Aquí tienen una discusión sobre Rafaela He-
rrera. Aquí no hay una sola página sin anuncios.”
Doña Norita fallece el 11 de Abril, 2008, en Miami, Florida, USA., habiendo ya cumplido los
cincuenta años de matrimonio y sabedora de que había cumplido su misión. “Doña Norita fue la esposa
trabajadora y ama de casa; protectora y guía de sus hijos, actividades que coordinaba con el arte de la fotografía y como
administradora eficiente. Fue, además, organizadora y alentadora de las actividades de Nico, como ella lo llama-
ba, para capturar la geografía, la historia y la fotografía de nuestro bello país, consagrándose Nicolás como uno de
nuestros sobresalientes historiadores nacionales. Su temple fue fuerte en las duras pruebas de las catástrofes naturales,
y, así, como se levantó Managua, así se alzó nuevamente su Galería del Arte que desarrollaría un centro de trabajo
profesional con una intensa actividad periodística. Cuidadosa, eficiente, virtuosa, madre y amiga de sus hijos. Esposa
que defendió con valentía y diligencia la peor de las indignidades, la injusta prisión política y la represión sandinista a
su marido y al patrimonio de sus hijos, logrando, con denodado arrojo, preservar la fortaleza y la esperanza del cónyuge
preso, actitud de amor y lealtad al consorte y a la prole, significativa y heroica acción en tiempos en que a la mayoría de
los encarcelados los abandonaron y sólo los protegidos por sus esposas y familiares, lograrían la ansiada libertad.
Líder de un hogar en el exilio reconstruido con amor. Empresaria sobresaliente y ejemplar activista que real-
zaba los valores comunales de la cultura nicaragüense y que siempre buscó proporcionar los medios y los mecanismos
más seguros para paliar a los inmigrantes el duro inicio en USA y facilitar su inserción, desarrollo y triunfo en este
abundante y grandioso país.
Junto a Nicolás, su esposo, compartió los más bellos e idílicos momentos de su juventud y, a este tiempo de su
partida, habían ya celebrado sus Bodas de Diamantes. El triunfo de Nicolás no puede ser observado sin evaluar el
fundamento de su esposa, el éxito de sus empresas fotográficas y periodísticas, está fraguado en el yunque de un trabajo
compartido en pareja por dos preparados intelectos en las ciencias de la información y en las del retrato y reproducción
fotográfica, obras logradas en toda una vida de actividad y entrega, convirtiéndose Norita en ejemplo valioso para el
estudio y preparación de sus hijos que compartían ya con ella el diario faenar que impone el éxito económico. Paradig-
ma de mujer consagrada para siempre en la memoria de una comunidad industriosa y activa como lo es la diáspora de
Miami.”
El Licenciado Nicolás López Maltez es mi amigo desde que compartimos trabajos y respon-
sabilidades en los servicios de la Secretaría de Información y Prensa de la Presidencia de la Repúbli-
ca. Nos une desde ese entonces la pasión por la cultura y la educación. Me recuerdo como que fuera
ayer que un día me dio un consejo. ¡Qué difícil es oír un consejo! Estando con mi pequeño hijo ma-
yor, Aldo Benjamín, Nicolás me dijo: “Trátalo bien, no te imaginas lo rápido que se va hacer hombre y entonces
te pasará la factura.” Ambos educamos a nuestros hijos con propósitos y con amor. La amistad se
convierte en hermandad y se amalgama con indestructible consistencia al padecer ambos la injusta
prisión política, por parte de la Seguridad del Estado Nicolás, y yo, de los Tribunales de Justicia del
FSLN, de los cuales fuimos liberados, él a los cuatro meses “..Me fui en el 82 porque me restringían. Yo
fui el primer preso político. Me acusaron de que lo que yo tenía era regalo de Somoza. Me tuvieron cuatro meses preso
y luego me soltaron, hasta me pidieron disculpas. .. no había espacio para la juventud y él tenía que preparar a sus
hijos ..”y yo, a los diez y ocho meses, ambos logramos nuestra libertad por la entereza, integridad,

206
fortaleza, sacrificio y amor de nuestras esposas y nuestros hijos. Heroínas junto a cientos de miles de
mujeres nicaragüenses esposas y madres de los prisioneros políticos.
La Secretaría de Información y Prensa de la Presidencia de la república había sido de siempre
una oficina al servicio del Presidente, se caracterizaba por su pasividad informativa y su poca rela-
ción con las Instituciones del Estado, con los
dueños de periódicos, radiodifusoras y canales de
Televisión , con el gremio de los periodistas, la
Empresa Privada y del público en general que no
poseían casi ninguna relación e información, su
principal misión se dedicaba a la recolección de
estadísticas y datos de algunos Ministerios para
imprimir un Boletín Informativo de escaza
distribución y su tarea principal era la elaboración
de los esporádicos discursos del Presidente. Con la
llegada del Arquitecto Iván Osorio Peters, en el
año de 1967, la dinámica de la oficina adquiere responsabilidades que expanden sus servicios y los
primeros cinco años de gobierno del Presidente Somoza Debayle son dedicados por el mandatario a
visitar todos los pueblos y ciudades de Nicaragua, en giras y manifestaciones para inaugurar obras de
progreso, entregar títulos de propiedad, etc., que requirieron de una disciplina y cumplimiento profe-
sional de todo el personal de la oficina de Información y Prensa y de las diferentes empresas del sec-
tor privado que prestaban toda clase de servicios.
En ese ámbito, los servicios de fotografía ─contratados con Galería del Arte, del Licenciado
Nicolás López Maltez y administrados por su señora esposa doña Norita Morales de López, una mu-
jer de excepcionales cualidades humanas que siempre se mantuvo al frente de esa próspera e innova-
dora industria de la fotografía profesional─, fueron convenios de servicios de fotografía, videos y
filmaciones de la mejor calidad y responsabilidad. El fotógrafo más activo y frecuente en los salones
de la Presidencia fue Don José Dolores (Lolo) Morales Gil, hermano de doña Norita, y, la garantía
prestada por Galería del Arte siempre fue realizada y su personal y el compromiso de sus servicios
fotográficos y fílmicos siempre destacaron por su calidad y apegados a los estrictos cumplimientos
requeridos por la Secretaría de Información y Prensa, en el cumplimiento de las apretadas agendas
del Presidente.
No puedo, en esta pequeña recopilación de las obras y personalidad del Licenciado Nicolás
López Maltez, dejar de mencionar aunque sea someramente su destacada participación humanitaria
dentro de las filas del Club de Leones. Hay un cúmulo de realizaciones en la fructífera vida del Lic.
López Maltez que nos permiten apreciar su calidad humana y sus propósitos de servicio y ayuda para
con sus paisanos nicaragüenses. Nicolás ha participado por muchos años en Nicaragua, en el Club
de Leones Managua-Momotombo, una entrega callada, ─colmando donde hay necesidad─, aportan-
do su talento y trabajo, sus ideas y sus propósitos para beneficiar la carencia de muchos y enaltecer la
vida de los que sufren, quienes al sentirse objetos de la atención y preocupación por parte del grupo
de Leones, alientan en sus vidas nuevas esperanzas y disfrutan y agradecen los momentos en que
gozan de la felicidad y del calor humano de quienes comparten con ellos los bienes que mejorarán
sus existencias.

207
EL CLUB DE LEONES MANAGUA-MOMOTOMBO

En 1968, un grupo de vecinos y amigos organizaron el Club de Leones Managua-


Momotombo, entre ellos como fundador se encontraba el Lic. Nicolás López Maltez. En 1971 fue
electo Presidente del Club. En 1976 se efectuó en Matagalpa la Convención del Distrito D-2 Itsma-
nia, que comprendía a El Salvador y Nicaragua, donde fue electo Vice-Gobernador de Nicaragua.
Con la experiencia y el conocimiento de pertenecer a una organización internacional de ser-
vicios humanitarios, el Lic. López Maltez tenía las credenciales ante la Oficina Internacional para
organizar un club y sabía cómo hacerlo.
Así organizo y fundó el Miami-Managua Lions Club, MMLC; y el 22 de Octubre de 1984 les
fue entregada la Carta Constitutiva, apadrinados --como es el protocolo--, por el Miami-Havana
Lions Club. Se iniciaron con 30 miembros, la mayoría habían sido leones en Nicaragua de clubes de
varias ciudades. Así nació el primer Club de Leones nicaragüense en Estados Unidos.
Desde el inicio del MMLC dio beneficio a sus leones miembros. Entre ellos varios médicos
recibieron cursos y apoyo para revalidar su título y obtener su licencia, gracias a la ayuda de clubes de
leones de Wisconsin que financiaron los pasajes y les llevaron a Wisconsin para el entrenamiento.
Hubo casos de leones del MMLC obtuvieron sus primeros vehículos en el exilio, vendidos a
plazos y precios generosos por leones de Miami de otros clubes. Otros obtuvieron precios bajos en
alquileres, etc.
Hoy, el Miami-Managua Lions Club es el club padrino de otros cuatro clubes de leones en
Miami, tres de ellos también nicas y uno de peruanos. En estos 28 años, el MMLC ha ganado todos
los premios que concede la Internacional, siendo uno de los mejores clubes de leones de Florida y de
EE.UU.
El MMLC se involucró durante la guerra de La Contra, con ayuda humanitaria a los refugia-
dos nicaragüenses en la frontera de Honduras, enviando material hospitalario y medicinas (aviones
DC-3 bien cargados) obtenidos en campañas en Miami, en conjunción con los médicos y cirujanos
del Miami Medical Team que atendían a los heridos y enfermos en hospitales de campaña en la fron-
tera Honduras-Nicaragua.
En la lucha por la Ley Nacara, el MMLC estableció puestos en todo Miami con cartas que el
público firmaba pidiéndole al Congreso la aprobación de la Ley. Se enviaron por correo 20,000 car-
tas.
Durante el gobierno de Violeta Chamorro el MMLC comenzó a enviar ayuda a Nicaragua --
obtenida de donaciones de otros clubes de leones de EE.UU.-- como todo el equipamiento usado,
pero completo, de un hospital que nos donó el Club de Leones de Everglades, Florida.
En la actualidad desarrolla un extenso programa de donación de sillas de ruedas básicas que
se han entregado a clubes de leones de Honduras, Perú y Nicaragua. Cada contenedor de donación

208
contiene 550 sillas. En Nicaragua se han entregado 1,100 sillas en un programa bautizado como
«Operación Iván Osorio Peters In Memoriam» y otro contenedor para Nicaragua está en proceso.
Para completar un poco las múltiples actividades que realiza este Club de ayuda humanitaria,
trascribo íntegro el reportaje de la ESTRELLA DE NICARAGUA:

OPERACIÓN IVAN OSORIO PETERS IN MEMORIAM, VAN ENTREGADAS 1,100


550 sillas de ruedas donó en Nicaragua el Club de Leones Miami-Managua
El Club de Leones Miami-Managua, primer Club de Leones Nicaragüenses en Estados Unidos, fundado
en Octubre de 1984, continuó su campaña de donación de sillas de ruedas, bajo el nombre de Operación Iván Osorio
Peters In Memoriam, llevando un nuevo embarque con 550 sillas de ruedas que fueron entregadas directamente a las
personas necesitadas, ancianos los más, en coordinación con los Clubes de Leones de Nicaragua y de los Beneméritos
Cuerpos de Bomberos Voluntarios de Nicaragua.
Este segundo embarque se suma al del 2010, el mismo
Club de Leones llevó y distribuyó en Nicaragua las primeras 550
sillas de ruedas, ambos llegaron por el puerto de Corinto e ingresaron
bajo la bandera de la Asociación Nacional de Clubes de Leones de
Nicaragua, consignados al León Dr. Harlen Zapata, Director del
Comité Internacional de Sillas de Ruedas, Capítulo de Nicaragua y
miembro fundador del Club de Leones de León. José y Martha Arcas, Directivos del
De Miami viajó a Nicaragua una delegación de Directivos Club de Leones Miami-Managua, en
del Club de Leones Miami-Managua, integrada por los Leones Cé- coordinación con el Benemérito Cuer-
sar Lacayo, José Arcas, Martha Arcas, Miriam Guzmán y Nico- po de Bomberos Voluntarios de Nin-
lás López Maltez, presidente fundador del Club, con el propósito de dirí, entregaron un lote de sillas de
distribuir las 550 sillas de ruedas directamente a los necesitados o ruedas directamente a los ancianos
delegando a Clubes de Leones y Cuerpos de Bomberos Voluntarios necesitados de Nindirí.
calificados.
En las próximas semanas llegarán a Corinto y Puerto
Cortés dos contenedores más con 1,100 sillas de ruedas que se dis-
tribuirán así: 550 para las personas necesitadas de Nicaragua y
550 para los necesitados de Honduras.
El Club de Leones Miami-Managua y el Club de Leones
de León Nicaragua, bajo la licencia de la Asociación de Clubes de
Leones de Nicaragua, lideran el ingreso de las 550 sillas a Nicara- .
gua y en Honduras, ingresarán bajo la bandera de Gobernadora,
Lic. Diana Castillo y el Club de Leones Fraternidad de Hondu-
ras.
550 nicaragüenses y 550 hondureños más, serán beneficiados gracias a este regalo de mobilidad, amor y liber-
tad de Free Wheelchair Mission.

209
Ha sido notorio el apoyo de Miami Latino NE Lions Club de Vermont, Free Wheelchair Mission, Mia-
mi-Managua Lions Club, Club de Leones Fraternidad de Honduras, Club de Leones de León la Asociación Nica-
ragüense de Clubes de Leones y del Miami Dade Interamerican Lions Club, clubes de leones e instituciones humanita-
rias a quienes el Director del Programa Internacional de Sillas de rueda, León César Lacayo, pasado Presidente del
Miami-Managua Lions Club, expresó gratitud.
Nicolás Adolfo López Maltez es un pequeño gigante en la Historia de Managua. En el desa-
rrollo sistemático de la fotografía y de la fotografía industrial. Innovador y
precursor en los anales de las televisoras, la filmación y los noticieros de T.V.,
en Nicaragua y en Centroamérica. Un dedicado y laborioso miembro del Club
de Leones Internacional, fundador del Club de Leones Managua-
Momotombo y del Club de Leones Miami-Managua. Un hombre sobrio y tra-
bajador, humanista y solidario, emprendedor y visionario que comparte y
realiza y, sobretodo, mantiene un afán de servicio en favor mayoritariamente
de sus gentes nicaragüenses. Su figura como esposo y padre se enaltece y está
presente en su descendencia, es un dedicado padre de familia orgulloso de
haberse esmerado con sus hijos y haber lograr junto con su esposa Norita la
educación y el triunfo de ellos y sus nietos. ¡¡¡Misión Cumplida Nicolás!!
Anthem, Arizona, Junio 2012

EPÍLOGO

No se debe, ni se puede terminar este somero perfil sobre la personalidad de Nicolás, sin in-
vitar a los lectores a conocer su pensamiento histórico, “…. su extensa experiencia como fotógrafo y perio-
dista la dirige ahora al terreno de la historia. Domingo conversó con este hombre que también fue fotógrafo del dictador
Anastasio Somoza Debayle.” Este es el encabezado de la extensa entrevista que Eduardo Cruz, perio-
dista del Diario La Prensa, publicara en la Sección Domingo, el 17 de Junio de 2012 y a la que invito
a buscar en al Internet. http://www.laprensa.com.ni/2012/06/17/seccion-domingo/105314-
nicaragua-pais-bestializado. Considero que este headline es una exageración, el enunciado obtenido
por el periodista de una frase suelta en la entrevista, no refleja el pensamiento crítico y el conoci-
miento profundo de la realidad del ser nicaragüense que se analiza en la totalidad de la entrevista, me
da la impresión que el periodista quiere, por costumbre tradicional, publicar un título escandaloso y
así amarillear el contenido y, aunque es una frase dura, no está lejos Nicolás de señalar una realidad
que escapa a la cotidianidad del vivir inmerso en la búsqueda de la diaria sobrevivencia de la mayoría
de la población.
En este diálogo el Lic. López Maltez abarca con acertada opinión opiniones de política nica-
ragüense y enfoca la responsabilidad en este proceso de los periódicos y medios de comunicación,
puntualizando la falta de un periodismo constructivo y educador de nuestro pueblo, exponiéndolos
así a la voracidad de los políticos.
Cuando el entrevistador le pregunta: ¿Para Uds. como debe de ser el nicaragüense?, “Primero,
culto, que es lo más difícil porque la gente no entiende eso. ….Cuando alguien me dice que no puede estudiar porque

210
no tiene reales yo le recomiendo una universidad donde no se paga, que es de las mejores universidades del mundo, la
universidad donde estudió Tomás Alva Edison, Sigmund Freud, Alejandro Graham Bell y Rubén Darío. Ellos soli-
tos.”
Nicaragua es el país en Centroamérica de la mayor extensión territorial, a pesar de eso, a pe-
sar de las confiscaciones, no alcanzan terrenos para justificar un reclamo que a la larga no servirá
para aumentar la producción agrícola o ganadera, ni siquiera habitacional, con tanta falta que hacen
escuelas y viviendas para la población. Dice el Lic. López: “Qué es lo que piden? Tierras. Y no saben culti-
var la tierra. Nicaragua está cultivando la tierra como se cultivaba hace cinco siglos, con una yunta de bueyes o un
buey si la cosa está pobre. Igualito como lo trajeron los españoles hace cinco siglos. Quieren 50 manzanas de tierras. Se
las pueden dar pero no las van a saber cultivar. Son improductivos. Vos le das a un escocés 50 manzanas de tierras y
te hace una tremenda producción, él solito en la madrugada con un tractorcito pequeño, de 5:00 a 7:00 de la mañana.
A las 7:00 se viste y se va al trabajo.” Se sigue con la costumbre de ser hacendado o ganadero y vivir en
la ciudad y que el capataz se encargue de la hacienda, recientemente se oyen clamores de los ganade-
ros que quieren ponerse al día con la ganadería moderna y en ves de ganadería extensiva quieren ga-
nadería productiva, tecnificada la tierra y con ganado enrazado, ojalá empeñen no solo reclamos sino
educación, trabajo e inversión.
Se refiere el Lic. López Maltez aportando nueva información histórica, a los desmovilizados,
al ejército, a la Guardia Nacional, a la EEBI y sus comandos que se enfrentaron a la insurrección,
añora la magnífica educación proporcionada por el Colegio Ramírez Goyena a los niños y jóvenes de
todos los Departamentos de Nicaragua.
También habla de Anastasio Somoza Debayle y Daniel Ortega Saavedra y a las preguntas,
responde con comparaciones y ejemplos; se refiere con pesar y nostalgia a la posición de Nicaragua
como segundo país más pobre en el mundo hispano, habla de la historia de Nicaragua y señala con
acierto la falta en el país de una filosofía como Nación que sea producto del reconocimiento a todos
sus habitantes de sus derechos, responsabilidades y sus propósitos comunes. La educación es el tema
constante, habla también de Sandino como héroe nacional y toca temas personales de su vida políti-
ca.

BIBLIOGRAFÍA

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Nicaragüense/ 140 nicaragüenses sobresalientes. Managua, Nicaragua. Editorial Hispamer, 1998.
Arellano, Jorge Eduardo, Presentación/ Managua 1972 Segunda Edición Aumentada. Enero,
2012/Jorge Eduardo Arellano. Secretario de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.
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SA., 1993. 234 p. 1.- Prosa nicaragüense 2. Literatura Nicaragüense
Cruz, Eduardo. “Nicaragua es un país bestializado”/Diario La Prensa, sección Domingo. Managua,
17 de junio, 2012. http://www.laprensa.com.ni/2012/06/17/seccion-domingo/105314-nicaragua-
pais-bestializado

211
Espinoza, Mario Fulvio, MANAGUA LA INOLVIDABLE Cosas Veredes Sancho Amigo/ Mario
Fulvio Espinoza. UPOLI/Sello Editorial NOS-OTROS
Family Search: Free Family History an Genealogy Records https://familysearch.org/
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Halftermeyer, Gratus, HISTORIA DE MANAGUA, Gratus Halftermeyer/ DATA DESDE EL
SIGLO XVIII HASTA HOY. Edición definitiva. Managua, Nicaragua. Historia de Managua.
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de 2012/Jaime Incer Barquero. Presidente de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.
LA ESTRELLA DE NICARAGUA. AÑO XXVI, EDICIÓN 434. FUNDADA EL 1 DE MAYO
DE 1986. 16 PÁGINAS. MIAMI-DADE, FL, JUNIO, 2012. OPERACIÓN IVAN OSORIO PE-
TERS IN MEMORIAN, VAN ENTREGADAS 1,100 SILLA A NICARAGUA. 550 sillas de rue-
das donó en Nicaragua el Club de Leones Miami-Managua.
López Maltez, Nicolás, Managua 1972/ Nicolás López Maltez/1972-1997 25 Aniversario del terre-
moto que destruyó la ciudad Santiago de Managua, capital de Nicaragua, el 23 de Diciembre de
1972. Primera Edición. 1997. Álbum de Fotografías/Historia de la ciudad de Managua.
López Maltez, Nicolás, Managua 1972 Segunda Edición Aumentada/Nicolás López Maltez/ consta
de 144 páginas, de las cuales 48 son a todo color y totalizando 217 fotografías de lo que era la Vieja
Managua y cada fotografía con su texto descriptivo. Segunda Edición 2012. Álbum de Fotografí-
as/Historia de la ciudad de Managua.
López Morales, Mónica, http://dmsaircraft.com/
Sánchez Ramírez, Roberto, EL RECUERDO DE MANAGUA EN LA MEMORIA DE UN PO-
BLANO. Primera Edición: Managua, octubre de 2008/ Roberto Sánchez Ramírez/ El recuerdo de
Managua en la memoria de un poblano. -1ª ed- Managua: PAVSA, 2008. 1.- PROSA NICARA-
GÜENSE 2. MANAGUA (NICARAGUA) --HISTORIA-RELATOS PERSONALES.



212
Presentación de la obra Jinotega, novia de la montaña
de Eddy Kühl Arauz, realizada en INVERCASA,
el día 12 de julio de 2012

Reseña bibliográfica: Presentación de la obra Jinotega, novia de la montaña de Eddy Kühl Arauz,
realizasa en INVERCASA, Revista de Temas Nicaragüenses 53: 213-217, Septiembre 2012.

Francisco Arellano Oviedo

El 23 de abril de este año, un joven de la región austral de este Continente, Cristóbal Ugarte,
nieto de Nicanor Parra nos contó en la ceremonia de entrega del premio Cervantes, realizada en la
Universidad de Alcalá de Henares, que cuando se anunció la concesión del premio a su abuelo, un
periodista preguntó al poeta:
—¿Usted cree merecer el premio Cervantes?
—Claro que sí, —dijo el poeta de 97 años.
—¿Por qué méritos?, —insistió un periodista.
—Por una obra que he pensado escribir.
La pregunta del periodista era tan ingenua que mereció semejante ironía del poeta laureado.
De otro humor, así de grande, fui testigo hace más de veinte años; había visitado la casa de un colega
nicaragüense que daba clases de Materialismo histórico en la Universidad; frente a su escritorio tenía
una colección de tomos empastados en color celeste, con letras doradas y nombres de tratados filo-
sóficos. Tanto en el lomo como en la tapa de los volúmenes aparecían el título de la obra y el nom-
bre del autor. Extrañado por no haber tributado el respeto que aquel autor de tan gruesos volúme-
nes merecía, tomé un ejemplar del librero y lo abrí; me di cuenta, entonces, que las páginas estaban
en blanco; recordé inmediatamente a los poetas simbolistas, aquellos que pasaban en vigilia toda la
noche sin poder escribir una palabra y por eso mantenían la página en blanco. Pensaban aquellos
poetas que la lengua era incapaz de expresar fielmente las vivencias que estaban en sus cerebros. Al
hojear aquellos volúmenes, inmediatamente consideré que el catedrático de filosofía sufría el mal de
los simbolistas, quienes llegaron a pensar que lo que debía hacer el poeta era escribir únicamente los
títulos para que el lector se imaginara el contenido. Yo no resistí mi curiosidad y pregunté al filósofo:
—¿Y estos tratados sin su contenido, qué significan?
—Él me dijo:
—Son los libros que pronto empezaré a escribir.
El filósofo vivía en la capital de Nicaragua, pero las parcas no le dieron tiempo para cumplir
su propósito. Estas anécdotas que parecieran inventadas son realmente históricas. Yo las refiero por
el humor que en ellas encuentro y porque de alguna forma se contraponen con lo que ahora expon-
dré.

213
Jinotega, novia de la montaña es el último título de las obras de Eddy Kühl Arauz, un nicara-
güense especial porque ha sido capaz de transformar en realidad los proyectos de su ardiente cora-
zón por Nicaragua y porque haciendo tantas cosas como las que él realiza, sus amigos nicaragüenses
de todo el país, siempre pueden acceder a él y oír de sus labios un dato novedoso, una anécdota des-
conocida o su inevitable buen concepto sobre tal o cual persona.
Eddy Kühl Arauz es un hombre de concreciones. Sus palabras siempre apuntan a un refe-
rente: a un hecho o a una realidad. Otro aspecto de la personalidad de Eddy Kühl Arauz es su cali-
dad humana: capaz de hacer su obra y aceptar con entusiasmo la obra de los demás. Él no sufre por
el éxito de sus colegas ni los descalifica ni usa las conjunciones adversativas cuando emite su juicio o
se refiere al heterodoxo. A cuántos críticos he leído, que en vez de un juicio solo ofrecen la mitad o
tres cuartos de este porque todo lo que afirman inmediatamente lo restan. Así abundan quienes di-
cen: el trabajo es bueno, pero no es exhaustivo. Kühl Arauz no es como estos, es como los números
enteros; los críticos son como los quebrados o números fraccionarios, siempre que usan las conjun-
ciones adversativas restan algo de lo que ya habían concedido.
Jinotega, novia de la montaña, además de mostrar la brillante erudición del autor sobre el tema,
testimonia su compromiso con el desarrollo, de esta tierra del norte y de sus habitantes que se han
empeñado en hacer de la ciudad y sus municipios una región productiva, en la que además del café
se ha cultivado la buena música, la amistad y valores civiles: honradez, amor por la familia y el traba-
jo que es como la continuidad de la obra creadora de Dios.
A las pocas personas que tuvimos el privilegio de conocer los borradores de este libro, nos
llamó la atención lo hermoso de su título, que presenta un nuevo epíteto de la ciudad, sin ignorar, sin
suprimir, sin menospreciar los existentes y sin afectar, de alguna manera, el nombre de la ciudad. So-
lo después que se denunciara un error de concordancia gramatical en el título, volví la mirada sobre
el texto del mismo y no he dudado en reafirmar que la concordancia —de acuerdo con la gramática
ortodoxa de la lengua española— se da en género y número entre un adjetivo y un sustantivo; en
número y persona entre el predicado verbal y el sujeto—. En la primera parte del sintagma, formado
por Jinotega y novia, dos sustantivos donde el primero funciona como núcleo de sujeto y el segundo
como aposición, no se registra violación de ninguna regla gramatical. Tampoco se infringen normas
de concordancia en el sintagma completo.
Semánticamente, el título citado es una estructura poética que nos comunica un mensaje es-
tético. Novia, en este caso, no es la muchacha de carne y hueso, la de sexo femenino y de mirada
recatada que espera al varón; es el encanto, la belleza, la delicadeza que una novia tiene; se trata pues
de una metáfora y no del sustantivo convencional, así tampoco en esa ciencia que conocemos como
semántica se da incongruencia en la relación significativa de Jinotega, novia de la montaña, no se debe
olvidar la diferencia entre género gramatical, propio generalmente de la estructura de las palabras, y
género masculino o femenino, que diferencia el sexo entre macho y hembra. Solo alguna gramática
parda podría confundir esta realidad, pero sea gramática o sea semántica, estaría a la altura de aquella
astronomía que consideraba a la tierra como el centro del universo.

214
Hace medio siglo, en toda Nicaragua, las clases iniciaban en mayo. El campesino hundía el
arado para sembrar con las primeras lluvias los frijoles, el maíz y otros alimentos. Paralelamente, en
las escuelas los maestros sembraban las palabras en las mentes de los niños. La siembra era, como ha
sido en Jinotega, de granos y de valores. Pablo Antonio Cuadra, el gran nicaragüense que cumple
este año su primer centenario de nacimiento, inicia así su poema “Mayo”:

En mayo los arados comienzan arando la tierra seca


y terminan en tierra húmeda. Mayo es el paso
del polvo al fango.
La lengua cruza en mayo
del silencio a la palabra.
Las hormigas
crían alas. Los pájaros crean cantos.
…….

Tiempo de transiciones es mayo, termina una estación y empieza otra, en mayo son las fies-
tas patronales de Jinotega y en mayo el maestro terminó su obra para que los hijos de Jinotega la lean
y acrecienten la autoestima de ser jinoteganos.
Jinotega, significa —en lengua antigua, llamada popoluca por fray Blas de Hurtado y Plaza—
región de los jiñocuaos; por su etimología, dice el autor, el nombre de la ciudad sugiere el significado
de pueblo de hombres eternos o sabios; a un connotado hijo de Jinotega —mi recordado exalumno,
Harvey Wells— le gustaba decir que Jinotega significaba lugar de los hombres de maíz.
El nombre Jinotega irrumpe en la historia —según el autor de la obra— en 1581, cuando los
tasadores españoles de ese año reportan 91 indios tributarios y una población aproximada de 371
personas; se dice de Jinotega que su lengua debió ser igual que la de Sébaco, Matagalpa y Muy Muy,
es decir, la lengua popoluca o matagalpa.
Junto a las primeras noticias de Jinotega como un pueblo habitado por indígenas en el siglo
XVI, el autor ha rescatado datos importantes que describen la reducción de esta etnia, los primeros
asentamientos de españoles a inicios del siglo XVII y huida de los indígenas del lugar y regiones ve-
cinas por la imposición del trabajo gratuito en aquella época colonial. Es admirable constatar cómo
Eddy Kühl, un verdadero intelectual, es también un personaje campechano que sabe departir e inter-
actuar con ricos y pobres, con autores y personas sencillas, con adinerados compradores del café y
con las personas que hacen la limpieza de los cultivos y recogen la cosecha. Entre un quehacer y otro
opuesto, Eddy Kühl ha tenido la oportunidad de visitar y sentarse a investigar en la Biblioteca del
Congreso en Estados Unidos, las memorias de viajeros que estuvieron en Nicaragua y se refirieron a
Jinotega, entre estos: Wilhelm Heine, Carl Scherzer, Thomas Belt, Franz Sapper, Walter Lehmann y
Dèsirè Pector. A varios de estos autores los consultó en inglés.

215
Según los viajeros mencionados, San Rafael del Norte de Jinotega es comparado —por su
belleza— con el valle de Bohemia, Sajonia; Carl Scherzer describe el paisaje de pinos, matapalos,
naranjas y bananos dorados, casitas blancas con techos de tejas y el orgullo de los ciudadanos; Tho-
mas Belt subraya las características de sus habitantes, con sangre europea, y califica la región como
sana y libre de salteadores; Walter Lehmann a quien le movía la misión de salvar lenguas, tradiciones
y costumbres, creía que la lengua matagalpa era de la familia llamada misumalpa que incluye el mis-
quito, el sumo y el Matagalpa; realiza estudios sobre esta y obtiene un vocabulario de parte del inge-
niero Alfonso Valle.
El autor de Jinotega, novia de la montaña, no solo es un investigador en bibliotecas nacionales y
extranjeras. Es un hombre acucioso que busca la fuente de la información donde esta se encuentre.
Si la topografía niega el paso a su vehículo, él sabe montar y seguir en el caballo, no le da miedo en-
lodarse las botas. Sabe flexionar su cuerpo para pasar entre dos hilos de alambre de púas y tiene la
virtud de ganarse la confianza de la gente más humilde de lugares recónditos. En esta obra, Eddy
Kühl ha conversado, rescatado y reconstruido historias con el apoyo de personas de la etnia Mata-
galpa, con la consulta de los historiadores clásicos nacionales como: Francisco Ortega Arancibia,
Jerónimo Pérez, Andrés Vega Bolaños, Carlos Molina Argüello y no olvida ni omite la monografía
de Julián N. Guerrero, a quien cita en las pp. 50, 75, 93, 136, 220 y 405., a don Germán Romero
Vargas, al director de la Academia de Geografía e Historia, don Jaime Íncer Barquero, citado 25 ve-
ces en la obra, y no olvida la mención de colegas como: Jilma Romero, Carlos Alemán Ocampo, etc.
Describiendo la geografía de Jinotega, el autor se detiene en el esbozo histórico-geográfico
de los ochos municipios: Jinotega, San Rafael del Norte, La Concordia, San Sebastián de Yalí, Santa
María de Pantasma, Wiwilí, El Cua y San José de Bocay. Nos presenta una breve historia de las fami-
lias jinoteganas que han descollado en el lugar y la historia nacional: los Pastora, Zamora, Molina,
Castellón, López, Rizo, Alfaro, Gadea, Zeledón, Úbeda, Pineda, Arauz, Stuart, Kühl, Baldizón,
Blandón, Zelaya, Vílchez… Religiosos célebres por el conocimiento del lugar, celo apostólico y san-
tidad: fray Fernando de Espino, fray Blas de Hurtado y Plaza, fray Agustín Morel de Santa Cruz, el
santo fray Odorico D´Andrea que aunque no fueron lugareños dejaron importantes documentación
y testimonios que el autor los ha recogido en su obra.
Los prohombres del lugar están presentes: Patricio Centeno, héroe de San Jacinto; el general
Benjamín Zeledón, héroe y mártir en la Batalla del Coyotepe y la Barranca; el estadista Bartolomé
Martínez, célebre por su patriotismo, honradez y preocupación por el progreso. No faltan las muje-
res como las hermanas Baldizón, conocidas como las amazonas del café, Demetria que fue la esposa
de Otto Kühl, (era su bisabuela, amigo Raúl Amador), hermanas de ella fueron Rosenda y Delfina;
Blanca Arauz, la esposa del general Sandino; y Filomena López, símbolo de mujer ejemplar, de ma-
dre abnegada y productora de café. Ni faltan los artistas y músicos que le han dado un toque de dis-
tinción a esta región de la polka y la mazurca.

216
El libro de Kühl Arauz es una obra preciosa que rescata nombres de lugares, para algunos
lectores nunca escuchados, toponimias de lenguas indígenas, nombres y aportes de personas que
hasta ahora se podrán incorporar a la tradición de nuestra cultura, representada por las instituciones
de la economía, la religión, la educación, la arquitectura, y particularmente, el arte: escultura, cerámi-
ca, música, danza y las buenas letras. Y no solo, también documentos importantes para nuestra his-
toria como el Acta del matrimonio eclesiástico del general Sandino con Blanca Arauz, y el recuento
de algunos secretos indígenas.
En verdad esta obra está destinada a ser un patrimonio de los jinoteganos, una obra que de-
bería estar en todas las escuelas del departamento, en todas las bibliotecas de los municipios, en los
hogares de todos porque contiene la historia de todos. Felicito a Invercasa, al presidente de su Junta
Directiva, esta noche con nosotros, por promover a través del Fondo de Promoción Cultural “Dr.
Agustín Torres Lazo” esta obra de invaluable riqueza para Jinotega y el país.
A Eddy Kühl Arauz los nicaragüenses y, particularmente los jinoteganos, le deben admira-
ción y, más todavía, gratitud por esta obra que implica tantas horas de trabajo: investigación, lectura,
visitas de lugares, entrevista con personas, composición, escritura y revisión. Emular el trabajo del
autor haciendo con otros departamentos lo que él ha hecho por Jinotega y Matagalpa es una forma
de completar por Nicaragua lo que él se propuso por los departamentos mencionados del norte del
país. Felicito al autor y espero que las instituciones y los ciudadanos nicaragüenses acojamos su obra
y encontremos en ella el amor por Nicaragua que Eddy Kühl Arauz ha depositado en cada una de
las páginas de Jinotega, novia de la montaña.

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217
GENEALOGÍA

Pequeñas Biografias de Algunas Familias de Matagalpa


(Mini Bios of Some Families of Matagalpa)

Eddy Kuhl
Email. eddy@selvanegra.com.ni
Blog: www.selvanegra.com/eddy

Reseña bibliográfica: Kühl Arauz, Eddy, Pequeñas Biografías de Algunas Familias de Matagalpa,
Revista de Temas Nicaragüenses 53: 218-240, Septiembre 2012.
Resumen.
En este escrito trato de relatar algunos detalles de la conformación y vida de diferentes fami-
lias en el departamento de Matagalpa, mi objetivo es que quede alguna relación histórica que pueda
ser útil a estudiosos de esta región

FAMILIA ALM

Hermann Alm era pastor un evangélico y contador. Vino de Alemania a Matagalpa aproxi-
madamente en el año 1907 invitado por Alejo Sullivan destacado cafetalero originario de Baltimore,
Estados Unidos, quien tenia varias fincas de café en Matagalpa como: Uluse, Buena Vista, y La Ve-
rona.
En 1920 trabajó como contador de la mina de oro La Leonesa.
En Alemania quedó su madre Bertha Alm y dos hermanos, Ulrich y Alvaro Alm.
Hermann se casó en Matagalpa con Francisca Molinares, sus hijos fueron:

1. Guillermo Alm, casado con Leonor Lanzas padres de:


a. Esteban Alm Lanzas, casado con Zorayda Aguilar.
b. Herman Alm Lanzas, casado con Lucilda Aguilar.
c. Zeneida Alm Lanzas, casada con Augusto Flores. Padres de Sandra Flores Alm, Martha
Flores Alm casada con Silvio Weimer; Bivian Flores Alm, y Claudia Flores Alm, casada con un joven
de apellido Arauz
d. Guillermo Alm Lanzas, ya fallecido
e. Olimpia Alm Lanzas, casada con un señor mexicano.

218
En segunda nupcias Guillermo Alm se casó con Petronila Siles, son los padres de
f. Esbet Alm Siles, quien vive en México.
g. Ulises Alm Siles,
h. Guillermo Alm Siles ,
i. Victor Alm Siles. Viven cerca de Matiguas.
j. Nestor Alm Siles, vive en Miami.

2. Angela Alm , tuvo tres hijas Rita, Sonia, y Benigna y un hijo varón. Todos viven adelante
de Río Blanco. Angela murió en Matiguás.

3. María Francisca Alm, nació en 1920, tenía 3 años cuando desapareció su papá.
Se casó cuando tenía 17 años de edad con Juan Argüello Castro de Matagalpa.
Juan y María tuvieron 11 hijos:
a. Aydalina Argüello Alm, casada con Julio Vargas, viven en Matagalpa.
b. Juan Francisco Arguello Alm, murió asesinado de 27 años de edad .
c. Gilberto Arguello Alm, casado con Yolanda Sáenz.
d. Cesar Arguello Alm, casado con Tomasa Montoya.
e. Arístides Arguello Alm, casado con Gloria Otero Raitte, viven en Waslala.
f. Ruby Argüello Alm, casada con Rodolfo Vargas, vive en Siuna.
g. Gilma Arguello Alm, casada con Pantaleón Molina, originario de Estelí, viven en Waslala.
h. Rosibel Argüello Alm casada con Rafael Castro, vive en Matagalpa.
i. Carlos José Argüello, casado con una señora de apellido Rocha, viven en Boaco.
h. Raul Arguello Alm, casado con Bertha Molina, viven en su finca cerca de Waslala.
j. Laura Argüello Alm, casada con Ovidio Valladares Rubio, originario de El Salvador, viven
en Managua.

219
FAMILIA ALONSO

Domingo Alonso natural de Chile tuvo problemas con las nuevas autoridades después de la
independencia de Chile, allá por el año 1825. Entonces Domingo (circa 1805-1870) con otros disi-
dentes chilenos secuestraron un barco de vela en Valparaíso y se enrumbaron hacia el norte anclan-
do al fin en El Realejo, terminando por fincarse en León.
Allí se casó con una sobrina (circa 1815-1880) del líder democrático leonés Máximo Jerez,
uno de sus hijos llevó el nombre de Domingo Alonso Jerez (circa 1850-1920) este fue el padre del
tercer Domingo Alonso (1875- 1935).
Mientras tanto en Matagalpa una de las familias mas adineradas de Olama, de apellido Vega
enviaba a su hija Conchita García Vega (circa 1886- 1930) a estudiar a una escuela de León, pues en
Matagalpa no había escuelas de estudios secundarios.
Domingo conoció allí y posteriormente contrajo matrimonio con Conchita García Vega.
En Matagalpa nacieron sus hijos Eliseo (Elías*1908), Ernesto, Domingo y Paula Alonso
García.
Cuando Domingo hijo, falleció, Conchita contrajo matrimonio con otro ciudadano que tam-
bién había llegado a Matagalpa proveniente de León. de nombre Nicolás Grijalva.
Eliseo Alonso Garcia y Rosa Leclaire fueron los padres de Eliseo (Elias) Alonso Leclaire,
quien según el registro de la Iglesia de Jinotega (aprovechando la visita pastoral del Obispo de Mata-
galpa Isidro Augusto Oviedo Y Reyes) se caso en 1944 con Dominga Diaz Rivera de Jinotega.

Nota.
Concepción Garcia Vega, nacida en Muy Muy allí por el año 1867, era sobrina de Nazario
Vega Mairena (1830-1912). Conchita estudió secundaria en la ciudad de León, allí se casó en 1886
con el leonés Domingo Alonso, y fueron los padres de Elías Alonso García (*1887). Al enviudar de
él se casó en segundas nupcias en 1907 con otro leonés, Nicolás Grijalva.
Así Conchita Garcia y Domingo Alonso fueron los padres de Elías Alonso García (*1887), y
este último fue padre a su vez de los Alonso Rosales de Matagalpa: Elías (*1910):, Ernesto, Domin-
go y Merceditas Alonso García. Concita y Domingo son los bisabuelos del economista Mario Alon-
so Icabalceta (*1941), quien fue Presidente del Banco Central de Nicaragua.

FAMILIA ALVARADO
Entrevista con Benita Alvarado

Por el viejo camino de carretas vinieron de León a Matagalpa allá por 1899 tres hermanos
José María, Protasio y Rodolfo Alvarado.

220
Traían sal de León y la vendían en un patio que estaba del parque Morazán 25 metros al sur,
que era propiedad de Pancho Granera y Vicenta González, o sea a pocos metros de la tienda que
tiene ahora su hija Ernestina y su nieta Juanita Alvarado.
José Maria Alvarado casó con Anastasia López, y eran los padres de Ramona (Monchita),
Cándida y Celina Alvarado López.
Rodolfo Alvarado era albañil, construyó muchas casas en Matagalpa, entre ellas la casa de
José Leon Leiva que quedaba del Hotel Ideal una cuadra al norte y la casa de Domingo Martínez.
Construyó también de piedra gradilla sólida en forma de arco romano el puente que está por el Ban-
co Nacional. Cuenta su hija Benita que Monseñor Carrillo lo estimaba bastante
Su Familia:
Rodolfo se casó con Juana Mejía y fueron los padres de 14 hijos, entre ellos:
Gabino, Benita, Plácida, Esmeralda, Francisca, Isidora, María Isabel, José Cesáreo y Ernesti-
na. Todos de apellido Alvarado Mejía.

a. Gabino, trabajó mucho tiempo como constructor. Construyó la casa hacienda de La


Cumplida y también fue administrador de la haciende La Cumplida de Ernesto Salazar, y de las fin-
cas de Julio Cisne. Gabino murió en 1990.
b. José Cesáreo fue también albañil constructor como su padre y su hermano mayor.
Las únicas que sobreviven (en 1999) son Benita y Ernestina.
c. Benita, nació en 1905 y vive en la casa que ella pagó a su hermano Gabino para que se la
construyera con lo que ella ganó trabajando por muchos años destazando cerdos, la casa está detrás
de la iglesia San José.
Benita tiene ahora 94 años, está prácticamente ciega. Ceguera que le dijo el Dr. Fernando
Agüero que era producto de la agitación del trabajo al aire libre y después secarse los ojos con toallas
frías .Está ahora retirada después de trabajar toda una vida, ella crió a 13 sobrinos, pero ahora le gus-
ta vivir sola, las sobrinas le envían comida a su casa y la vienen a visitar desde los Estado Unidos.
Yo la entrevisté el 28 de Noviembre de 1998 y me dijo que ella es feliz porque aunque ha
trabajado mucho en esta vida, ha sido recompensada, visto muchas cosas buenas y tenido una vida
útil ayudando a otros

Experiencias
1. Dice Benita que ella conoció bien a Justina Fonseca, madre de Carlos Fonseca Amador.
Dice que Justina tuvo varios hijos que son: 1. Raul Fonseca Pennington quien tenia un hermano ge-
melo, de nombre Carlos Fonseca Pennignton, quien poco despues de haber nacido. El padre de am-
bos era el Teniente Ernest Pennington, marino norte-americano acantonado en Matagalpa entre
1929 y 1932.

221
2. René Fonseca Marenco
3. Juan Fonseca Delaney, vive en Estados Unidos.
4. Estelita Fonseca Velazquez
5. Haydee Fonseca Ubeda, dice que las dos ultimas viven en Estados Unidos..
Recuerda cuando vinieron las tres hermanas Fonseca Ubeda de San Rafael, es decir Justina,
Chagua y Chepita. Dice que Chepita se casó con Heriberto Peña.
Dice que es cierto que Carlos nació en la casa que ahora es la Casa Cuna o Museo, ella re-
cuerda que nació en el cuarto de atrás.
2. Benita recuerda que en los viajes en carreta a León los carretoneros compraban las gran-
des roscas de pan que horneaba Maclovia Rizo con la llamada ”harina del páis”, eran tan grandes que
los hombres las metían ensartadas en sus brazos para llevar bastante y comerlas durante el viaje en
carreta de bueyes a León.
3. La Plaza de Laborío era el “Sesteo” donde se estacionaban y descargaban las carretas
cuando venían de León cargadas de sal, mangos, plátanos y naranjas de Chinandega.
4. Otros que vinieron de León en tiempos de su papá eran: Remigio Buitrago, mecánico y
puso su taller allí donde esta ahora Pancho Donaire; Francisco Somarriba, Francisco Calderón, Her-
nán Delgado, Roman Roman Arguello, Rodezno, Telleria, Jaime Castro, etc.
d. Ernestina , quien nació en 1920, es la hermana menor de las Alvarado, vive con sus so-
brinas en su casa donde también tiene una tienda que está enfrente de la Kodak, en la Avenida José
Dolores Estrada.
FAMILIA AMADOR
Entrevista dic.1997, con Carmen Amador, Gladys Amador, Armando Amador, actualizado
en 2007
Una de las familias mas conocidas de Matagalpa es la familia Amador, está compuesta:
Francisco Amador (circa 1825-1890), se casó con Rosaura Arauz Fajardo (circa 1848-
1910)
Los ascendientes de Francisco Amador eran españoles que habían llegado a Matagalpa pro-
venientes de Guatemala antes de la Independencia. Un hermano de ellos pudo haberse fincado en
Matagalpa allá por 1780, aquí nace Francisco Amador por 1825, quien llegó a ser Tesorero del Ejer-
cito de Septentrion en 1856 y Prefecto del Departamento en 1868.
Francisco se casó con Rosaura Arauz Fajardo.
Carmen Arauz (*circa 1810) se casó con Gertrudis (Tula) Fajardo (*circa 1827) cuando
ella tenía apenas 16 años de edad. Hijos de Carmen y Gertrudis Fajardo eran: Rosaura Arauz esposa
de Francisco Amador; Hermenegilda casada con 1 nupciascon Ramon Arnesto, y 2 nupcias con Luis
Sierra, Margarita Arauz, esposa de Jorge Choiseul-Praslin .

222
Rosaura Arauz de Amador (*1848) fue enterrada en la Catedral de León, donde vivía su hija
Laura Amador de Aguirre. 2
1. Creo que son los mismos Fajardo de Mogeimes y Sáenz que vinieron de Cos-
ta Rica. N. Caldera

Francisco Amador y Rosaura Arauz tuvieron los siguientes hijos:

Rosaura y Francisco eran los padres de: Salvador, Sebastián, Horacio, Felicitas y Laura.

i. Felicitas Amador Arauz (*circa 1874) se caso con Justino Leopoldo Salazar,
padres, María (*1894, caso con Wilhelm Hüper), Justino Leopoldo (*1897) caso con Me-
yaya Arguello, Ernesto (*1899) caso con una dama Elizondo, y Emilia (*1901) caso con
Blair de DeSavigny
ii. Sebastián Amador Arauz (Tano, *1876-1941, soltero, pero tuvo varios hijos,
entre ellas a Benigna Amador, casada con Eduardo Lacayo (antes conocido como Lalo
Vazquez).
iii. Laura Amador Arauz (* circa 1879), se casó con Ignacio Aguirre Muñoz, de
León (nieto del Mariscal Trinidad Muñoz) padres de Roberto, Sebastián, Haydee (casada
con Federico Uebersezig Sierra, Laura (circa 1915 casada con un Knoll), y Enrique Agui-
rre-Amador.
iv. Salvador Amador Arauz (* circa 1878-1945), se casó circa 1898 con Cervanda
Pineda
Según datos de 1928 de sacados de un reporte del US Marine Corps en Matagalpa: Salvador es
de piel color moreno lavado, recio y de baja estatura 5- 4”, 140 libras de peso, 48 años de edad cabello negro platina-
do, ojos negros, nariz estrecha, barbilla redondeada, cara redonda y bigotes entrecanos. Cafetalero de buena educación y
carácter fuerte. Era Jefe Político de Matagalpa cuando comenzó la Revolución Constitucionalista en 1926. Vivía en el
Hotel Casino de la ciudad de Matagalpa.
v. Horacio Amador Arauz (*circa 1881-1947), se casó con Carmela Alemán Manning. Hora-
cio viajaba regularmente a Estados Unidos cuando los viajes eran en barco, se tardaban un mes de
ida, se quedaba un mes en San Francisco, y otro mes en barco de regreso, traía ropa fina por lo que
sus hijos se vestían de saco y corbata, especialmente Guillermo.
VI. Una hija fuera de matrimonio de Francisco Amador (* ca.1825-1895) pudo ser Maria
Amador Leon (*ca.1870), hija que tuvo con una señora de apellido Leon que trabajaba en su finca
San Rafael, o en la vecindad de San Ramon. Maria se caso con Francisco Somarriba Galo (ca. 1864-
1964) originario de El Viejo, padres de Lupita, Daniel (*1905), Leonardo Somarriba Amador.

223
Nota. El dia 19 de Sept de 2011 pregunte a Lila Somarriba ( *1946) sobre Maria Amador
Leon, dice que la mama (de Maria) de apellido Leon era nacida en la finca San Rafael de los Amador
Arauz, cerca de San Ramon, dice que se crio junto a Tano, Salvador, Horacio, Felicitas y Laura
Notas: 1. El presbítero Francisco Aguirre Muñoz es tío abuelo mío. Es hermano del general
Horacio Aguirre Muñoz, mi abuelo, y de Ignacio Aguirre Muñoz, tío abuelo mío. Ellos son nietos
del General José Trinidad Muñoz y de Manuela Macias Solís. El Padre Francisco Aguirre Muñoz fue
opositor al gobierno de Zelaya y fue exilado, muriendo en México. Mi hijo menor, Francisco Eduar-
do Aguirre Duque Estrada, está estudiando para ser sacerdote. La esposa de mi tío Ignacio Aguirre,
era Laura Amador Arauz, hija de Francisco Amador y Rosaura Arauz. (Rafael Aguirre Sacasa).
Mi madre Laura Aguirre Amador me dijo que uno de sus tíos era sacerdote. Ann Knoll
* Francisco Amador fue el Secretario de la Junta de Recursos del Ejército del Septentrión
que derrotó a William Walter. Rosaura Arauz era hermana de Margarita Arauz, casada con Jorge
Choiseul Praslin (*Paris 1805, Metapa 1882)
2. En el registro eclesiástico de Matagalpa aparece en 1910 la defunción de Juana Paula
Amador (nació en 1885) de 25 años de edad (según ese registro era hija de un Francisco Amador).
Firma el acta José Secundino Matus, Registrador del Estado Civil. Testigo Juan Rivera M. 
I. Salvador Amador Arauz (* circa 1877) y Cervanda Pineda, son los padres de: 

1. Francisco Amador Pineda (1897-1986) casado con María Kühl Baldizón (1901-
1991), fueron padres de: 
a. Salvador Amador Kühl (*1922) cafetalero, nació en 1922, casado con Marina
Lanzas Tercero, viven en Matagalpa. 
b. Frank Amador Kühl (1924) banquero, casado con Gladys Valerio Moncada, vi-
ven en Managua. 
c. Cesar Amador Kühl (1926) reconocido médico neurocirujano, casado en 1ras.
nupcias con Olga Molina Oliú, y 2das. nupcias con Carmen Recalde, viven en Managua
donde él tiene su clínica. 
d. Arnoldo Amador Kühl (1928) fue fraile capuchino Franciscano, vivio en Gua-
temala y en Estados Unidos, ya fallecido. 
e. Raul Amador Kühl (1930), prestigiado ingeniero estructural, casado con Thelma
Torres Lazo. 
f. Mario Amador Kühl (1932) agricultor, casado con Socorro Rivas Haslam. 

g. Gladys Amador Kühl (1936) casada con Pedro J. Gutiérrez, conocido empresa-
rio de origen granadino. Viven en Matagalpa 
2. Rosaura Amador Pineda, casada con Daniel Cuadra, fueron los padres de: 

a. Nelly Cuadra Amador, casada con Milton Wright 

b. Lily Cuadra Amador, casada con Ernesto Fajardo.

224
c. Telma Cuadra Amador, casada con Juan Bonilla 

d. Cora Cuadra Amador, se casó con Ernesto Fajardo cuando este enviudó de Lily
Cuadra, su hermana. 
e. José Daniel Cuadra Amador. 

f. Carmen Cuadra Amador, casada en primeras nupcias con el abogado Ernesto


Alvarado, y en segundas nupcias con el abogado David Zamora, de Jinotega. 
g. Roberto Cuadra Amador, casado con Conny Castillo. 

h. Olga Miriam Cuadra Amador, casada con Rafael (Payín) Valenzuela, cafetalero
matagalpino. 
3. Samuel Amador Pineda, casado con su prima Soledad Pineda Zeledon hija de
Juan Francisco Pineda, padres de: 
a. Perla Amador Pineda, casada con Ernesto (Tito) Navarro Richardson. 

b. Samuel Amador Pineda, fuerte productor matagalpino casado en primeras nup-


cias con Pina Mansell, en segundas con Lolita Zeledón Arauz. 
c. Ileana Amador Pineda, casada con un señor Morgan. 

d. Edda Amador Pineda, casada con Wilfredo Guerra. 

4. Edmundo Amador Pineda, casado con Mercedes Reyes Arauz, padres de: 

a. Silvia Amador Reyes, casada con Roberto McEwan Alvarado. 

b. Gloria Argentina Amador, casada con Bengoechea. 

c. Vilma Amador Reyes, casada con Oscar Cuevas (hijo de Daniel Somarriba).

Edmundo es padre también de Armando Amador Castillo (alias Cucuya)

6. Elsa Amador Pineda, perdió la razón como de 18 años de edad, quedó soltera.
7. Carlos Amador Pineda (1902-1986), casado en primeras nupcias con una señora Queza-
da, y en segunda nupcias con Cándida Gallegos con quien tuvo 17 hijos. Ganó una vez el premio de
familia numerosa en Nicaragua.
8. Tina Amador Pineda, se casó con un norteamericano, vive en San Francisco. 
II. Felicitas Amador Arauz casada con Justino Leopoldo Salazar (hijo de Fco. Salazar
Artola) son los padres de: 
1. Leo Salazar Amador (tiene 100, nació el 12 sept. 1897) casado con Esmeralda
Argüello Cervantes (Meyaya), fundadores del Hotel de Montaña Santa María de Ostuma. 
2. María Salazar Amador, casada con el ciudadano alemán Wilhelm Hüper. 

3. Emilia Salazar Amador, casada con el norteamericano Blair DeSavigny (veterano


de la I Guerra.)

225 
4. Ernesto Salazar Amador, casado con Amanda Elizondo, padres de Ernesto (ca-
sado con una dama Weil de Granada), Alejandro (casado con una dama Sequeira), y el inge-
niero Alfredo Salazar Elizondo. 
III. Sebastián (Tano) Amador Arauz, soltero, tuvo cuatro hijos: Benigna (casada con
Eduardo Vázquez Lacayo), Enrique, Pastora de Morrás, y Lola de Cabezas. 
IV. Horacio Amador Arauz y Carmela Alemán Manning, son los padres de: 

1. Horacio Amador Alemán. 

2. Guillermo Amador Alemán, casado con Margarita González, padres de Ada, Mirna,
Clark, y Harold. 
3. Fausto Amador Alemán, casado con Dolores Arrieta Ibarra. Padres de Gloria, Iván,
Fausto Orlando y Cairo.
Fausto fue el padre del líder revolucionario Carlos Fonseca Amador, que tuvo con doña
Justina Fonseca Ubeda, originaria de San Rafael del Norte. Fausto comenzó a trabajar en la mina
La Reina en 1937, luego fue administrador de la Cia. Central y Anexos, de Anastasio Somoza
García. 
4. Alberto Amador Alemán, soltero, 

5. Eduardo Amador Alemán, casado Gloria Castro Cano. Padres de Eddie, Janet, y Leslie

6. Cesar Amador Alemán. (no confundirlo con su sobrino el médico neurocirujano Cesar
Amador Kühl). 
7. Elba Amador Alemán, casada con un norteamericano. Vivía en Hawaii. 

8. Donaldo Amador Alemán, casado en primeras nupcias con Lucrecia Orúe Reyes, pa-
dres de Quechita. En segundas nupcias con Gloria Rivas Davis, padres de Donaldo, Elba, y Lin-
da, viven en Miami.
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Datos curiosos.
Mujeres bellas y hombres galanes en la primera mitad del siglo XX en Matagalpa, segun en-
trevista a Carmen Cuadra Amador de Zamora el día 18 de Diciembre de 1997. Las mujeres mas gua-
pas de Matagalpa, contestó: “dicen que Corina y Amada Pineda, Clementina Herrera Arrieta (de Es-
pinosa), Mercedes Reyes Arauz (de Amador), Delia Perez (de Corriols), Graciela Zapata Choiseul
(de Bermúdez), Fanny Delaney (de Barry), Rosita Kollerbohn (de Alaniz).

De los hombres mas galanes: Salvador Pineda Mairena, Juan Francisco Pineda, Emilio y
Mauricio Cuadra Lacayo, “dicen que el padre de Tirso Celedón, y Julio Kollerbohn eran guapísi-
mos.”

226 
Refiere Carmen Cuadra Amador que Fanny Delaney andaba siempre elegante, con sombre-
ro y guantes, tenía un mechón de canas que lucía en su peinado, e iba todos los días a misa.
Graciela Zapata de Bermúdez no solamente era guapa, sino elegante y sobre todo amable y
sociable con todo mundo, cuando alguien perdía un familiar, allí estaba ella acompañando y asistien-
do, ella decía: “es que yo repico la campana y ando la procesión”.
Las familias más antiguas.

Le pregunte cuales eran a su criterio las familias conocidas mas antiguas de Matagalpa, con-
testa: “Arauz, Castro, Mairena, Zeledón, Amador, Reyes, Rivas, Martínez (del Presidente Bartolomé
Martínez).”
Nota 2: Este es un libro de Bautismos de la parroquia de Matagalpa que cubre desde el 2 de Mayo de
1858, hasta el 13 de Enero de 1861.
Pagina 241. Padrino: Francisco Alvarado (ca.1825, contemporáneo de Pedro Alvarado, de la
ciudad de Leon, tio político de Dario, pues era casado con Rita Dario. Madrina Servula Amador
(*nacida en Matagalpa circa 1830)
Otros padrinos:
Pag. 243. Magdalena Castellon. Mercedes Perez
246. Roberto Rivas
262. Juana Perez (caso con Eliseo Ruperto Macy)
272. Rafaela Masis, Procopio Aleman
277. Dominga Alonso. Josefa Vidaures
282. Norberta Zelaya

Soledad Pineda Zeledon era hija de un hermano de Servanda Pineda de Amador. Soledad era
hermana de Maria, Corina, Amadita, Juan Francisco, Salvador Pineda y otro que murió a los 16 años.
A Juan lo mataron al atravesar un rio cuando iba para su finca en Apante. Creo que la esposa se lla-
maba Juana, (pero no estoy segura, quien te lo puede confirmar es Olga Lazo Pineda.
La mama de Soledad también murió trágicamente, quedaron todos los hijos pequeños, Ser-
vanda Pineda de Amador los llevo a su casa y allí crecieron todos los Pineda como herma-
nos. Salvador Pineda y Francisco Amador Pineda, una foto que se tomaron cuando los dos cumplie-
ron los 15 años se echaron pantalón largo, saco, sombrero y bastón", según la costumbre de ese
tiempo.
Cuando Edmundo, Samuel, Elsita y Tina se fueron a estudiar a los Estados Unidos por varios años,
Soledad quedo pequeña, cuando regresaron ya estaba señorita impresiono a Samuel Amador (su
primo hermano) y se casaron

227
RAMA DE LOS AMADOR CANTARERO

Federico Amador casó en 1895 con Carmen Martínez, ambos de Matagalpa, padres de:
Federico Amador Martínez, hijo, casado con Angela Cantarero (hija del general Simón Can-
tarero y Gertrudis), Luis Enrique Amador Martínez, Leonidas Amador, Daniel Amador,
Miguel Angel Amador, y Julieta Amador Martínez.
En la Parroquia de Matagalpa a 26 de Agosto de 1895. Yo el Cura y Vicario
de esta parroquia, después de de leer las tres moniciones canonicas instruí la infor-
mación de libertad de estado depose y vele in facie ecclesie a Federico Amador, sol-
tero con Carmen Martinez, soltera. Testigos Jorge Garcia y Esmeralda Amador
viuda de Pineda. Firma: J. R. Pineda
Los hijos de Federico Amador Martínez y Angela Cantarero son:
1. Carlos Adán Amador Cantarero.
2. Armando Amador Cantarero casado con Elba Mayorga López.
3. Abraham Amador Cantarero, casado con Graciela Mairena, de Matagalpa.
4. Alberto Amador Cantarero, casado con Filomena López, de Ocotal, trabajó en la Mina La
Reyna desde 1939 hasta su desaparición en 1979, vive con su esposa en San Ramón.
5. Ernesto Amador Cantarero, casado con María Blandón, de Matagalpa.
6. Estela Amador Cantarero, casada con el doctor Guillermo Ugarte, médico de la mina La
India.
7. Alicia Amador Cantarero, casada con el ingeniero Donald Anderson, minero canadiense,
viven en Seattle, Washington.
8. Rafael Amador Cantarero (1928), ingeniero civil, casado con Luisa Emilia Rodezno.
Armando Amador Cantarero, segundo hijo de Federico y Angela, nació en Matagalpa en
1919.
Armando estudió en el Colegio San Luis de Matagalpa. En esa época solamente había 3 es-
cuelas primarias: la Escuela Superior de Varones, el Colegio San Luis y la escuela del maestro Eliseo
Picado, y solo tenían hasta el segundo año de secundaria porque no había suficientes maestros.
Posteriormente Armando fue a estudiar a la Escuela de Radio de Managua, que era también
escuela de la Guardia Nacional y escuela pública, en tiempos de la caída del doctor Juan Bautista Sa-
casa en 1935.
Después anduvo trabajando en Bonanza y otros lugares de la Costa como operador de radio
por unos veinte años.

228
Allí conoció al general Carlos Zelaya, al capitán Davidson Blanco y a Adolfo Alfaro, quien
murió en el levantamiento militar contra el gobierno de Somoza García el 4 de Abril de 1954.
Después regresó a Managua y se dedicó al comercio, allí conoció y casó con Elba Mayorga
López, originaria de San Ramón. Vivieron algún tiempo en Managua y tres años mas tarde se muda-
ron a la ciudad de Matagalpa.
Aquí compró una finca de ganado y café que llamó El Carmen cerca de Samulalí. Ya para en-
tonces tenían dos hijos.
En Matagalpa su suegro tenía una sucursal de la tienda principal que estaba en Managua.
Posteriormente vendió la finca El Carmen y compró la sucursal de Matagalpa, la convirtió en
ferretería llamándola Ferretería El Caribe como la tienda de su suegro en Managua.
Esta conocida ferretería esta ubicada en la calle central de Matagalpa y es atendida personal-
mente por él.
Hijos de Armando y Elba:
1. Noel Armando Amador Mayorga (*1941) ingeniero civil, es director de Acueductos y Al-
cantarillados de Matagalpa, casado con Kathy Espinal con quien tiene cuatro hijos, Noel Armando,
Federico Arturo, Roberto Alejandro, y Augusto Cesar.
2. Edgar Amador, vive en Managua; Alan Amador, casado con Jacqueline;
3. Arelys Amador, casada con Hugo Vita Campodónico, padres de Hugo, Gianfranco y
Claudia;
4. Marlene Amador fue casada con el Dr. José del Carmen Jerez Tinoco, rivense, quien falle-
ció el 14 de Junio de 1979 producto de un disparo (en plena guerra) cuando salía de Matagalpa con
su familia, procrearon tres hijos: José Armando, Marlyn y Rodrigo. En segundas nupcias se casó con
Bosco Fonseca Lugo y tuvieron dos hijos: Fco. Bosco y Juan Carlos.
5. Ronald Amador, solero
6. Harold Amador, soltero.

Alberto Amador Cantarero y sus trabajos en las minas.


Alberto nació en Matagalpa en 1920, en 1939 llegó a trabajar a la mina La Reina invitado
por su primo Fausto Amador. Alberto es casado con Filomena López, originaria de Ocotal.
Por el año 1935 el doctor Luis Salazar, de origen leonés, y el ingeniero americano Henry Le-
fevre, compañero de Carmela Altamirano hicieron los primeros preparativos para comenzar a explo-
tar las vetas de una mina cerca del poblado de San Ramón, que llamaron La Reina.
En el año 1940 llegó la maquinaria procedente de Estados Unidos, se instaló la planta
hidroeléctrica de Wabule, y los hornos para fundir las remesas de oro.
Allí trabajó Stanley Haggart, Carleton Semple, Carlos Wallace, y otros norteamericanos.

229
Mucho antes de la existencia de la mina La Reina, ya existía la mina La Leonesa, fundada
por Nazario Escoto (Presidente Provisorio en 1855-56) después fue de Eliseo Ruperto Macy, y lue-
go del ingeniero Juan Davis, este tuvo una quiebra económica con esa mina. Al morir Juan Davis los
terrenos quedaron a su esposa Alma Davis, a su hijo Alfredo, y Margarita Davis (*1910, casada con
Manuel Rosales) quienes habían nacido en La Leonesa, después estos vendieron La Leonesa a su
cuñado ingeniero Roger Zúñiga y este a Luciano Palacios, de San Ramón.
Cuenta Alberto que él estuvo trabajando en La Reina hasta el año 1979, año que llegaron los
sandinistas a tomarla, él tuvo que entregarla.
Refiere que se llevaron toda la maquinaria para Chontales donde pasó por mucho tiempo ti-
rada en el campo y deteriorándose, él cree que tal vez ya no queda nada de eso, solo resta hierro oxi-
dado de lo que fue la famosa mina.
Hijos de Alberto y Filomena:
Jorge, Javier, Orlando, Luis Alberto, Roberto, Nelson, Alina, Maria Eugenia..

II. Luis Enrique Amador Martínez, dueño de Ferretería El Serrucho (la 1ª ferreteria de su
clase en Matagalpa), se casó en 1as nupcias con Juana Jiménez, procreado a: Luis, Leonor y al doctor
Leonardo Amador Jiménez. En 2as nupcias con Mercedes, procreando a Uriel (Canada) y Carmen
(Miami) Amador, y en 3as nupcias con Esperanza Vargas (pintora de Diriamba), procreando a Dani-
lo Amador Vargas, el conocidopianista concertista
Aleyda Amador Vargas, pintora al óleo, Guillermo Amador Vargas, diseñador gráfico; René
Amador, vive en California, y Mardie Amador.

Notas
El primer matrimonio de Luis fue con una señora de nombre Juana Jimenez quien falleció
muy joven, procrearon a Luis Amador quien falleció en Los Angeles, a Leonor Amador de Sánchez
quien falleció en Masatepe, a Olga Amador de García casada con Jorge García, viven en Matagalpa y
al Dr. Leonardo Amador quien era mi padre
Luis Enrique Amador habia estado casado anteriormente con una señora de nombre Mer-
cedes, de ese matrimonio nacieron dos hijos Uriel Amador que reside en Canada y Carmen Ama-
dor en Miami, Esperanza Vargas de Amador, era de Diriamba se casó con Luis Enrique Amador
Martinez de la Ferreteria El Serrucho, la primera ferretería que hubo en Matagalpa. (Leo Amador)

Danilo Amador Vargas


El conocido pianista matagalpino Danilo Amador Vargas nació en Matagalpa en 14 de Agos-
to de 1952, hijo de Luis Enrique Amador Martinez y de la conocida pintora al óleo diriambina Espe-
ranza Vargas. Danilo estudió la primaria en el Colegio San Luis y la secundaria en el Instituto Nacio-
nal del Norte, posteriormente partió a San Francisco, donde estudió música.

230
En Matagalpa su profesor fue el maestro pianista y cantante Pedro Joaquín Bustamante.
Recuerda con mucho agradecimiento a la señorita Lupita Somarriba quién donó a su mama
Esperanza un piano con el cual él y sus hermanos aprendieron a tocar música
Danilo representó a Nicaragua en el XIX festival Internacional de la canción en el Cesar’s
Palace de Las Vegas, Nevada, obteniendo para Nicaragua el segundo lugar entre 22 países.
Danilo es solista, toca el piano sintetizador electrónico. Está casado con Marjorie Martínez y
tienen dos hijas Marjorie y Aleyda.
Nota: Refiere esta familia Arauz, que la acentuación de este nombre era en la letra u, y no en
la letra a, por eso no le ponen acento, porque es palabra aguda terminada en vocal

HUMBERTO MAIRENA - PROFESOR DE GENERACIONES


Entrevista en Marzo de 1998

El profesor Humberto Mairena Miranda nació en La Trinidad, departamento de Estelí el 12


de Noviembre de 1910. Llegó a Matagalpa en 1920 cuando tenía 10 años de edad a continuar sus
estudios de primaria y parte de secundaria en el Seminario San Luis donde estuvo un tiempo pen-
sando en adoptar la vida eclesiástica.
Estudió allí hasta el primer año de secundaria, que era el último año en que se impartía clases
en esa época en Matagalpa.
Dice el profesor que para aprobar el primer año de secundaria había que estudiar todas las
materias pedagógicas y que él cree que salían mejor preparados que los bachilleres de estos tiempos.
Humberto estudió también para Técnico en Electrónica, en Educación Física, en Matemáti-
cas, e Inglés. Además estudió Grafología, que es una ciencia para adivinar la personalidad de las per-
sonas por su escritura.
SUS PRIMEROS TRABAJOS
En 1917 cuando tenía 17 años de edad, consiguió un trabajo por un año con don Gerónimo
Montes quien lo llevó para dar clases a los campesinos en su finca llamada La Concha por el lado de
Wasaka.
Luego comenzó a dar clases de Matemáticas, Educación Física e Inglés en el Colegio-
Seminario San Luis aproximadamente en 1938 cuando su hijo tenia 11 meses, el mismo hijo que
ahora vive en Guatemala que pronto cumplirá sesenta años.
Cuenta don Humberto que este colegio estaba antes donde esta actualmente la Curia Obispal
o sea frente al Teatro Margot y que era conocido como Seminario San Luis Gonzaga, en memoria al
Convento de los Jesuitas en Matagalpa entre 1878-81. Después el colegio se mudó donde está ubica-
do actualmente, frente a la Catedral, allí era conocido como Palacio de la Diócesis Obispal. Eso fue
como en el año 1971, pronto el Colegio San Luis tendrá la 27a. Promoción en ese mismo lugar.

231
Humberto se casó con Encarnación Castillo, y tuvieron cuatro hijos, tres mujeres y un varón.
Doña Encarnación y los hijos ya casados viven en EE.UU. y otro en Guatemala.
SESENTA AÑOS EN EL MAGISTERIO
Don Humberto continúa trabajando en el Colegio San Luis a sus 88 años de edad con el
mismo entusiasmo y dedicación como hace ya 60 años cuando comenzó a trabajar en ese Colegio.
Es encargado de la Supervisión Disciplinaria y allí se le ve en las pasillos, en las aulas en las
oficinas, Y en la calle supervisando la salida de los alumnos, etc.
Lo entrevisté el viernes 3 de Abril de 1998 mientras yo esperaba a mi nieto Cody Anderson
Kühl y otros hijos de trabajadores del Selva Negra, Otoniel, Marvin, Jose Luis, que estudian allí en el
Colegio San Luis.
El profesor Mairena me dio clases de inglés en 1949, hace ya 50 años, y ahora supervisa a mi
nieto, se veía tan enérgico como si no hubieran pasado ya tres generaciones. Yo le conté con orgullo
esto a los muchachos que allí esperaban y se quedaron maravillados.

Es el profesor Humberto Mairena un ejemplo de vitalidad, amor al trabajo y disciplina del


cual los Matagalpinos tenemos que estar orgullosos y debemos imitar.

FAMILIA AMORT

Roberto Amort nació en Suiza, pero emigró muy joven a Inglaterra donde se casó con Rosa
quien era inglesa. Posteriormente vino a Nicaragua a trabajar con la firma inglesa Caley & Dagnall.
Roberto fue dueño de varias fincas de café como El Tepeyac, El Hular y San Francisco, en una
crisis del café vendió San Francisco a Balto Frauenberger, quien nombro como administrador a Wil-
helm Moller, de origen danes.
Refiere Lula Hayn de Baca que Roberto era un hombre íntegro, muy amigo de su padre Car-
los Hayn Goldberg (alemán) quien al comienzo de la II Guerra Mundial le dijo a su amigo: “Rober-
to, algo muy grande y grave viene, y algo malo espera a nosotros los alemanes, tú que eres inglés no
tendrás problemas, quiero que me guardes estos diez mil dólares pues, si yo falto quiero que le estés
dando dinero a mi familia”.

232
Así fue. El gobierno de Somoza García a partir de principios de 1942 arrestó a la mayor par-
te de los alemanes e italianos en Nicaragua, Carlos fue enviado prisionero por un tiempo a la Quinta
Eitzen (esta fue posteriormente la mansión de Luis Somoza, actualmente es allí el Ministerio de Co-
operación Externa), después le enviaron tres años a un campo de prisioneros en Cristal City, Texas.
Posteriormente a otro campo de prisioneros en Dakota del Norte, y por último a Ellis Island, en
Nueva York, donde el gobierno americano estaba esperando la oportunidad para intercambiarlos
con prisioneros de guerra de su país. Los familiares de algunos de los alemanes prisioneros contrata-
ron los servicios de un abogado de nombre George Dix. Quien estaba relacionado con los Hüper
por medio de la familia Argüello, para evitar ser deportados pues su hogar era en Nicaragua.
Durante su ausencia Roberto Amort estuvo pasando dinero a la familia Hayn en Matagalpa,
cuando Carlos fue liberado al final de la guerra y pudo volver a Nicaragua Roberto todavía entregó a
aquel dos mil dólares que habían sobrado de la operación.

Carlos agradeció a su amigo tal gesto de caballerosidad, honradez y valentía. Y dijo a su fami-
lia; “este dinero no lo gastaremos, sino que lo ocuparemos para traer de Alemania a nuestro hijo
Carlos Julio que ha sobrevivido la guerra allá y necesita volver a Nicaragua. Así se hizo, y en 1949
volvieron a ver a su hijo que venía con una esposa alemana y una hijita de año y medio de edad gra-
cias a la ayuda y honradez de hombres como Roberto Amort.
Los hijos de Roberto Amort y Rosa fueron: Bimby Amort casado con Vilma quienes tienen
nueve hijos.
Norman Amort casado con Jo Amort, norteamericana, tienen cuatro hijos, después de los
sucesos de 1979 se fueron a vivir a Nueva Orleans. Norman falleció en esa ciudad.
Howard Amort, está casado con una canadiense y viven en Canadá.

Una anecdota acerca del apellido Amort.


En una visita vino al Hotel de Montaña Selva Negra un joven hijo de Norman Amort que
vive en Nueva Orleans, me contaba que cada vez que su papá se encontraba en las calles de Mata-
galpa con un señor amigo de apellido Bello, Norman le saludaba en voz alta y le decía “Adios Bello”,
aquel contestaba también en voz alta: “Adios Amort”, los matagalpinos que oían aquella broma se
reían a carcajadas.

FAMILIA ARAUZ-CANTARERO

El Diccionario Etimológico Comparado de los Apellidos Españoles, Hispanoamericanos y


Filipinos dice (pag. 20) que Araoz: vasco que significa pasto o helechos y sufijo de lugar, es decir
pastizal o lugar de los helechos. Variantes: Arauz Araus, Araiz y Araaz.

233
En el viejo Partido de Matagalpa en las Segovias vivían desde el siglo XVII, familias como
las siguientes:
Ramon Arauz (*circa 1765), firmó el acta de Independencia en Matagalpa en Octubre de
1821), fue padre de: (Rafael Arauz , padre de Ramon Enoe Arauz)
Atanasio Arauz (circa 1800) y Josefa de la Cruz Arnesto (circa *1800) padres a su vez de
Marcos Arauz Arnesto (circa 1835- 1900), nacido en San Rafael del Norte.
Marcos se casó con Josefa Cantarero Tinoco (circa 1840- 1898), hija de León Cantarero
(circa 1810-1865) y Aureliana Tinoco (circa 1815-1885), hija de Miguel Tinoco (circa 1780-1850
Marcos Arauz y Josefa Cantarero tuvieron seis hijas mujeres y un varón:
1. Josefa del Carmen, 2. Genara, 3. Josefa Dolores (1865), 4. Matilde Ramón (1875), 5. Maria
Ramona de los Ángeles 1876 , 6. Maclovia Mercedes 1880 y 7. Clotilde de la Paz (Lucila) Arauz Can-
tarero 1883

1. Josefa del Carmen Arauz Cantarero (1865) se casó en 1884 con Isabel Ramón Gutiérrez
(Chachagua), padres de Antonio Cristóbal (*1906), Erasmo, Luis Gutiérrez.
Cristóbal Gutiérrez Arauz, fue el padre de Cristóbal hijo. Erasmo fue el padre de los aboga-
dos José Ramón (Moncho) y Luis Gutiérrez (Wicho) y de Isabel Gutiérrez Castro de Bello
2. Genara Arauz Cantarero (1867, soltera) heredó su capital a su sobrino y sobrinas.
4. Josefa Dolores Arauz (1870), casó con Fulgencio Celestino Reyes Vega (nació en Muy
Muy en 1860), padres de Francisco Reyes Arauz, casado con Inés Blandón, general J. Rigoberto Re-
yes Arauz casado con Dolores Valenzuela Zeledón, Horacio Reyes casado con Elisa Siles, Esmeral-
da Reyes, casada con Polidepto Correa, Mercedes casada con Edmundo Amador Pineda, Virginia
Reyes casada con un Manzano, Celestino Reyes casado con Clorinda Soza, y Eudoro (Lolo* 1908)
casado con Adela Morales (este último fue Jefe de la Cruz Roja y Comandante de los Bomberos de
Matagalpa hasta su muerte en 2004.
4. Matilde Ramón Arauz Cantarero (1875-1907) se casó con Josefa Ramírez Zeledón, hija
de Sebastián Ramírez y Valentina Zeledón, fueron los padres de Soledad Rita de las Mercedes
Arauz, conocida como Soledad, quién se casó con Klaus Kühl Baldizón.
5. María Ramona de los Angeles Arauz (1876), soltera. Dedicó parte de su vida a la iglesia
y a cuidar a Monseñor Carrillo Salazar, Obispo de Matagalpa.
6. Macolfa de las Mercedes (1880), se casó con Domingo Portillo, político conservador
hondureño.
7. Clotilde de la Paz (Lucila) Arauz (1883-1961), soltera, era la hija menor, estudió bachi-
llerato en el Colegio Asunción de León. Fue una de las primeras profesoras del Colegio San Luis
Gonzaga en 1914 fundado ese mismo año por Monseñor Carrillo

234
Lucila fundó posteriormente el Colegio Santa Teresita en 1930, donde educó a varias gene-
raciones de matagalpinos. Donó este colegio un poco antes de su muerte a la Diocesis, quien lo en-
trego a la monjas de la Caridad que lo trasladaron al barrio ahora llamado Santa Teresita, localizado
en las faldas del Cerro Calvario, a orillas de salida de la carretera que conduce a Jinotega.
En los registros eclesiasticos de Matagalpa encontramos:
Jose Nazario Arauz (*1759 Masaya, teniente de las milicias de Granada) Archivo Ge-
neral de Indias, Archivo de Guerra.
Guilebaldo Arauz (*1860) sacerdote (Matagalpa 1940)
1. Antonio Arauz (*ca 1895 San Rafael del Norte - + Matagalpa) + Rita Blandon
i. Maria Fidelina del Socorro de Jesus Arauz Blandon (*9/08/1924)
ii. Concepcion Petrona de Jesús Arauz Blandon de Aguilar
iii. Francisco Arauz Blandon
Felix Pedro Arauz (*1871 Matagalpa) + Sinforosa Gonzales
Felix Pedro Arauz Gonzales (*1907)
Ramona Catalina Arauz Gonzales (*1905)

Concepcion Arauz (*ca.1910) + Petrona Osegueda (padre: Carmen Osegueda *ca. 1890,
hermana Santos Osegueda ver 1.3) 
i. Absalon Arauz Osegueda (*1935) 
ii. Felix Pedro Arauz Osegueda (*1941)
FIN
NdA. Pronunciación del apellido y otras ramas de Arauz
1. Sergio Zeledón Blandón nos refiere esto: El año pasado en la primavera fui a Europa con
mi esposa por varias semanas y me detuve en España varios días, visité varias ciudades y fui al País
Vasco, recuerdo que pasando por una ciudad cerca de San Sebastián que en Vasco nombran Zarautz
me llamó la atención porque probablemente de ahí debe provenir la raíz del apellido Arauz, el que a
como bien dices se escribe y pronuncia con acento en la "u" y suena Araúz. (Sergio Zeledón, 2.8.07)
2. Gregoria Arauz, prima de Marcos Arauz tuvo un hijo con Ponciano Valenzuela al cual pu-
so de nombre: Héctor Antonio Arauz. Cuando Gregoria salió embarazada de este niño, la madre de
Monseñor José Antonio Ríos Arauz, la llevó a tener su hijo en San Isidro;
Gregoria Arauz, esta es la madre de Rosita Arauz de Chacón quién trabajó en la Renta de la
Alcaldía de Matagalpa en los años 1990s. Ella es la madre de William Chacón, ingeniero que vive en
Burlingame, California.

235
II Rama de Margarita Arauz Fajardo, Rosaura Arauz Fajardo (1830-1899), Felicitas Arauz
(casada con Francisco Amador), Hermenegilda Arauz (de Arnesto en 1ª nupcias, casada con Luis
Sierra en 2ª nupcias).
Margarita Arauz Fajardo se casó (circa 1849 con Guerrero Yglesias y fueron los padres de
Victoria y Delia Natalia Guerrero,
Delia Guerrero Arauz se casó con Venancio Perez y fueron los padres de:
Delia Perez Guerrero-Arauz se casó con Antonio Corriols
Lilia Perez Guerrero-Arauz se caso con su primo Eduardo Haslam Macy (Soledad Arauz y
Lilia Perez se decian primas)
Mercedes Perez Guerrero-Arauz se caso con Salvador Mairena Tinoco (Soledad Arauz y
Mercedes Perez se decian primas por Arauz y por Tinoco)
Margarita Arauz Nota: en los registros de 1916 aparece una Margarita Arauz como madrina
de boda, página 6. Esta se casó con Celso Trinidad Arauz, y estos son los padres de Daniel Arauz
Arauz, padre del ingeniero Daniel Arauz
En 1898 todavía aparece en un registro Margarita Arauz como madrina de bautismo
III. Rama de Felix Pedro Arauz ( * circa 1880 +1944, hijo del general segoviano del mismo
nombre, casado con Sinforosa González, padres de Félix Pedro Arauz (soltero) y Catalina Arauz,
casada con Arturo Lopthrop Briones.
IV. José Arauz, abuelo de Medardo y Betania Arauz, primo de Maria Margarita Arauz Fajar-
do
V. Rama de San Rafael del Norte: 1. Antonio Arauz Pineda, casado en 1920 con Rita Blan-
dón, padres de Fco. Arauz quien fue alcalde de Matagalpa en los años 1960s.
2. Lucila (soltera) y 3. Blanca Arauz Pineda (casada en mayo de 1927 con el general Augusto
C. Sandino)

1854 Abril
En esta Santa Iglesia Parroquial de Matagalpa en el mes de Abril del año de mil novecientos cincuenta y
cuatro yo el Cura encargado de esta Villa Pro. Victor Jesus Noguera previa todas las virtualidades del derecho y
costumbre, desposé y velé en el mes de Noviembre a los siguientes:
El dia 23.
A Nasario Lopez h.l. de Vicente Lopez y Petronila Hernandez con Regina h.l. de Pedro Sanchez y Teodo-
ra Ochoa. Testigos Bonifacio Arauz y Dario Zamorano

NOS FRANCISCO ULLOA Y LARIOS POR LA GRACIA DE DIOS


Y DE LA SANTA SEDE APOSTOLICA OBISPO DE NICARAGUA

236
Boda Ramon Gutierrez & Josefa Arauz. 1884
Por cuanto en el expediente matrimonial que ha instruido el Sr. Cura de la Parroquia de Matagal-
pa resulta comprobada la cristiandad, solteria y libertad de estado de los señores Isabel Ramon Gutierres
y Srta Josefa Araus feligreses de la espresada (sic) Parroquia; y en atención a las justas causas que nos
han expuesto, usando de las facultadas ordinarias que nos competen como Obispo de esta diócesis,
les dispensamos las tres amonestaciones que con arreglo a los dispuesto por el Santo Concilio de
Trento debian leerse por parte de ambos contrayentes en la Parroquia de Matagalpa. En consecuencia les
asistirá a su matrimonio su propio Párroco o su Lugar Teniente, quién sentando la partida en el libro
respectivo, con expresión de esta dispensa, pondrá el presente en el archivo de su cargo. Y valga
siempre que la espresada Srta. Araus no haya sido robada, o que habiéndolo sido no exista en poder
del raptor.
Dado en nuestro Palacio Episcopal de la ciudad de León, a los dies días del mes de Noviembre
de mil ochocientos ochenta y cuatro.
Francisco Obispo de Nicaragua. Ante mi Estevan Torres. Secretario

Boda Jorge Choiseul-Praslin Arauz & Inocente Prado. 1888


Por cuanto en el expediente matrimonial que ha sustanciado el Sr. Cura y Vicario de de
Matagalpa resulta comprobada la cristiandad, soltería y libertad de estado de los señores Jorge
Choisuel Praslin e nocente Prado feligreses aquella Parroquia; y en atención a las justas causas que
nos han expuesto, usando de las facultadas ordinarias que nos competen como Obispo de esta dió-
cesis, les dispensamos las tres amonestaciones que con arreglo a los dispuesto por el Santo Concilio
de Trento debian leerse por parte de ambos en aquella sin prejuicio de correrse las que corres-
ponden a esta S. I. C (Santa Iglesia Catedral)
En consecuencia les asistirá a su matrimonio su propio Parroco o su Lugar Teniente, quien
sentando la partida en el libro respectivo, con expresión de esta dispensa, pondrá el presente en el
archivo de su cargo. Y valga siempre que la espresada (sic) Inocente Prado no haya sido robada, o
que habiéndolo sido no exista en poder del raptor.
Dado en nuestro Palacio Episcopal de la ciudad de León, a los diez y siete días del mes de
Mayo de mil ochocientos ochenta y ocho.
Francisco Obispo de Nicaragua.
Ante mi Sro. Flores
R. L. C. pag. 36

Nota: El amanuense escribió mal el apellido Choisuel (es Choiseul)

237
1927. 18 de mayo. Boda en San Rafael del Norte entre Blanca Arauz Pineda, hija de
Pedro Arauz y Ester Pineda, y el General Augusto C Sandino, hijo de Gregorio Sandino y
Margarita Calderón

1944. 30 de Enero
Boda en San Rafael del Norte de J. Mercedes Arauz, de veintiun años hija de Felix Pedro
Arauz y Juana Pineda, con J. Antenor Lumbi, de cuarenta y cinco años

Otras bodas:
Fernando Lopes y Petrona Vega
Tres de Febrero de 1887
Presbitero Flores

libros parroquiales nuestros y aparecen defunciones del año 1822 segun estos registros el
primer Arauz que aparece corresponde al nombre de Teodoro Arauz hijo de Jose Maria Arauz y
Rita Cantarero segun partida de bautismo del 10 de febrero del año 1825, Simeon Ubeda

Otros Arauz llegaron de León a San Dionisio


A principios del siglo XX existían varias compañías extranjeras dedicadas al cultivo y expor-
tación de café, entre ellas: Chagüite Grande Co., y Jumaiqui Co. Estas tenían fincas de café en la Zo-
na del Cerro Apante, Bella Vista, Payacuca y Matasano.
En la crisis del café de los año 1913 al 1920 muchas compañías quebraron, otras se retiraron
del negocio y regresaron a su países de origen. Ese fue el caso de estas dos compañías.
En la zona vecinas e estas fincas habitaban gente que sembraba maíz, frijoles, tenían ganado
y criaban mulas como era el caso de don José Cruz.
Cuando las compañías extranjeras emigraron vendieron los viejos cafetales a sus vecinos y
suplidores como don José Cruz, quien asumió la finca de café La Amistad, que apenas tenia sembra-
do 10 manzanas de café.
Una hija de don José Cruz se casó con José Angel Arauz, cuyos padres habían llegado pro-
cedentes de León.
Así fue como José Angel Arauz, sus hijos y nietos se dedicaron al cultivo del café, que luego
les rindió muchos frutos
José Angel Arauz se casó con Rita Diaz, y fueron los padres de Encarnación Arauz quien se
casó con Juana Maria Cruz, hija de José Cruz. Estos son los padres de Ignacio Arauz Cruz, rico
cafetalero de San Dionisio y Matagalpa.

238
También fueron los padres de otra Margarita Arauz, quién se casó con Celso Trinidad Arauz,
y estos son los padres de Daniel Arauz Arauz, padre del ingeniero Daniel Arauz Castillo
Nota. En 1945 Ignacio de Jesus Arauz (* 1923) se caso con Jacinta Romero. Ignacio era hijo
de Hipólito Siles y Nestera Arauz.

Nota de Sergio Zeledón


Yo tengo copia del documento del obispo Morell de Santa Cruz
En la catedral de Jinotega, el libro de registro de ese año, tiene también una nota del obispo
Morell indicando su visita y haciendo algunos comentarios,
El segundo es un trabajo del Alcalde Mayor de Tegucigalpa Clemente de Araus, este aparece
tiempo más tarde en León y pudo llegar a Matagalpa.
Visita Apostolica, topografica, historica y estadistica de todos los Pueblos de Nicaragua y
Costa-Rica, hecha por el ... Obispo de la Diocesis en 1751 : y elevada al conocimiento de ... Fernan-
do VI, en 8 de 6 Septiembre de 1752. Santiago de Leon, Nicaragua, 1752 Sept. 8. <1752>Author:
Morell de Santa Cruz, Pedro Agustin, 1694-1768. Format: Manuscript Location(s): BANC: BANC
MSS M-M 161; Contact Bancroft Library for availability.
Non-circulating; may be used only in The Bancroft Library.
Informe del Alcalde Mayor de Tegucigalpa ... sobre el estado de los Sambos - Mosquitos y
medio de esterminarlos : ms., Guatemala City : 1735 Oct. 31. <1735>Author: Araus, Clemente
de. Format: Manuscript Location(s): BANC: BANC MSS M-M 441; Contact Bancroft Library for
availability.: In item box\
Non-circulating; may be used only in The Bancroft Library.

Mama Chola Arauz


Yo recuerdo que ese pensamiento lo escuché la primera vez de una ancianita cariñosa y gra-
ciosa, que se escabullía por los cafetales de La Hammonia para que nadie le detuviera sus caminatas
y luego subía al Hotel con unas bellas flores que colocaba en cada mesa del restaurante, Cariñosa-
mente le decíamos Cholita, decía:
“¡Quien te puso Matagalpa, no te supo poner nombre
Yo mejor te hubiera puesto... Hechicera de los hombres!”
Estoy seguro que en el cielo contempla la grandeza de Nuestro Señor y goza contándole sus
anécdotas, como la de los bandoleros que pasaron por la finca donde vivía y se le llevaron su vestido
de novia. Jacinto Villalta
Foxa. 137.
1859. Candida Rosa h.l. de Don Ramon Arnesto y Hermenejilda Araus

239
En la Parroquia de Matagalpa a los nueve dias del mes de Setiembre de mil ochocientos cincuenta y nueve.
Yo el Cura Parroco Presbitero Br. Dolores Somarriba bautisé solemnemente puse olio y crisma a Candida Rosa h.l.
de Don Ramon Arnesto Hermenejilda Araus fueron PP los señores Marcos Araus y Margarita Araus a
quienes adverti su obligación y parentesco espiritual (f) Dolores Somarriba.
Esta nota esta al pie de esta partida
Nota de esta partida, y subsiguientes se encuentran tan diminutas; las que han sido asentadas del propio
Pbro. Somarriba las cuales se han copia integras
(Nota. Perfecto Altamirano era el Prefecto del departamento de Matagalpa)
En la Parroquia de Matagalpa a trese de Agosto de mil ochocientos cincuenta y nueve. Yo el Cura Parroco
Dolores Somarriba bautise (sic) solemnemente puse olio y crisma a Ricardo que nacio el doce de Marzo hijo de An-
dres Paiz y Maria Calvo. Padrino Perfecto Altamirano a quien adverti su obligación y parentesco conste. (f)
D. Martin Somarriba
Ejemplo de un registro (Foja # 225) Marcos Araus (circa 1830-1865)
En la Parroquia de Matagalpa a veintiuno de Julio de mil ochocientos cesenta (sic). Yo el Cura Parroco
Gordiano Zelaya bautise (sic) solemnemente puse olio y crisma a Camilo h.l. de Ciriaco Centeno y Rosa Montenegro.
Padrino Marcos Araus a quien adverti su obligación y parentesco. (f) Gordiano Zelaya
Foxa 229 Ramon Arnesto y Hermenejilda Araus
En la Parroquia de Matagalpa a tres de Agosto de mil ochocientos cesenta (sic). Yo el Cura Parroco Gor-
diano Zelaya bautisé (sic) solemnemente puse olio y crisma a Pedro Pablo h.l de Regino Matus y Venancia Mercado.
Padrinos Ramon Arnesto y Hermenejilda Araus a quien adverti su obligación y parentesco. (f) Gordiano
Zelaya

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