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Universidad de la Tercera Edad

Carrera:
Educación Inicial

Materia:
Gestion de un Aula

Profesora:
Altagracia Ramírez

Alumna:
Clarivel Castro de Fermín
Matricula: 201600214

Tema:
La ética del maestro

Fecha:
Sábado de 7 de Julio del 2018
Índice

Introducción ................................................................................................................................................ 3
Propósito .................................................................................................................................................... 4
El concepto.................................................................................................................................................. 4
La ética del maestro..................................................................................................................................... 5
Código De Ética............................................................................................................................................ 6
El docente deberá ........................................................................................................................................ 6
Deberes Generales del Docente ................................................................................................................... 6
Ética del Docente en relación a las Publicaciones ......................................................................................... 8
Importancia de la ética en el ejercicio docente ............................................................................................. 9
consecuencia de la falta la ética del maestro .............................................................................................. 12
El Perfil Ético Del Educador Moderno ......................................................................................................... 12
Conclusión ................................................................................................................................................. 13
Bibliografía ................................................................................................................................................ 15
Introducción

Juro solemnemente ante Dios y en presencia de esta asamblea llevar una vida digna y ejercer mi profesión
honradamente. Me abstendré de todo cuanto sea nocivo o dañino, y no tomare ni suministrare cualquier
sustancia o producto que sea perjudicial para la salud. Haré todo lo que esté a mi alcance para elevar el nivel de
la enfermería y consideraré como confidencial toda información que me sea revelada en el ejercicio de mi
profesión, así como todos los asuntos familiares en mis pacientes. Seré una fiel asistente de los médicos y
dedicaré mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi cuidado.

Este juramento de Florence Nightingale fue redactado por una comisión especialmente nombrada por el Colegio
Farrand del Hospital Harper, de Detroit, en el año 1893 y a pesar del tiempo transcurrido, es la base ética de
una profesión, que se mantiene en vigencia y lo recordamos al inicio de este escrito para fundamentar la
importancia de los códigos de ética en los maestros.

El término ética se utiliza con frecuencia en nuestro medio, sin embargo, mucha gente no conoce bien de lo que
se trata. Como docentes, una de nuestras funciones es la asesoría académica, que tiene como misión promover
la formación integral de los estudiantes, de manera que puedan desarrollar sus potencialidades y capacitándolos
para responder a las demandas que le plantee la realidad laboral en lo humanístico y científico tecnológico
(Rada, 2000).

González (1997), afirma que "la ética de un profesional no se adquiere en la práctica de la profesión, sino que
se gesta desde la formación profesional", y es aquí donde los docentes debemos actuar. Para realizar
favorablemente esta labor tenemos que conocer qué es la ética y cómo debe ser nuestro comportamiento como
asesores académicos. Para ello, se realizó una breve revisión sobre ética y códigos de éticas de profesiones
humanísticas, como son la Medicina, la Docencia, la Psicología, la Abogacía con la finalidad de actualizar en los
docentes los principios y valores de estas profesiones, de manera que puedan proyectarlos a sus estudiantes y
rijan su comportamiento profesional (Código ético del orientador educativo, 1998).
Propósito
La ética es el ideal de la conducta humana, orientando sobre lo que es bueno y correcto y se consolida cuando
se internalizan las normas sin que exista presión exógena para su cumplimiento. La ética de un profesional se
gesta desde la formación del mismo, por ello el docente debe actuar en esta etapa. Para realizar esta labor tiene
que conocer los códigos éticos y plantearse cómo debe ser su comportamiento como educador.

El artículo, publicado en la Revista Educación en Valores, revisa los códigos de ética de profesiones humanísticas
con el objetivo de actualizar al docente acerca de principios generales que le sirvan en la toma de decisiones
ante situaciones a las que se enfrenta y que le permita proyectarlos a sus alumnos, orientándolos en su ejercicio
profesional.

El concepto
La palabra ética proviene del griego ethika, y ésta a su vez de éthos que significa costumbre o comportamiento.
Éthos se relaciona también con el lugar o suelo donde se habita, que debe ser firme, fundamentar la praxis de
vida y ser la raíz de todos los actos humanos. Tales razonamientos son expuestos por la maestra Madelen Piña,
en un artículo publicado en el 2004, que se titula "Ética, Moral y Axiología". En el mismo agrega que éthos
significa también carácter, que se logra por el hábito y no por naturaleza. Insiste la autora en que la repetición
de actos iguales constituye el hábito.

La autora define la ética como “la rama de las ciencias filosóficas que investiga las leyes de la conducta humana”.
De ahí se desprende que la ética dicta lo que hay que hacer. Por obligación se plantea y valora lo bueno, lo malo,
lo correcto, lo obligatorio o lo permitido. Desde ese punto de vista hay una estrecha vinculación entre la ética y
la moral, tanto que algunos autores no encuentran diferencias importantes entre ambas.

La Ética es el ideal de la conducta humana desarrollada en conjunto con el proceso de civilización, que orienta
a cada ser humano sobre lo que es bueno y correcto y lo que debería asumir, orientando su vida hacia la relación
con sus semejantes y buscando el bien común. (Código de ética de Petrobas, 2004).

La ética se consolida en el momento en que los seres humanos internalizan las normas, de tal modo que no sea
preciso ningún tipo de presión exógena para su cumplimiento, aunque surge cuando un grupo capta
determinadas pautas por la vía de la tradición. No indica al hombre lo que debe o no hacer, sino que aclara el
significado de los términos y frases que suelen usarse en la moral para que cada quien tome sus propias
decisiones en el ejercicio del arte de vivir (Veath, 1969). El sujeto de su estudio es el hombre como ser social y
su objeto es la organización de los rótulos que los seres humanos suelen colocar a cada uno de sus actos (Pérez,
1963).

Términos como bueno, responsable, justicia, igualdad y virtud son aclarados por la ética en función del contexto
donde sean formulados, lo cual significa que no hay una ética para todo espacio y tiempo, aunque haya
principios éticos presuntamente universales. El término moral se relaciona con el latín "mores" que significa
"costumbres", de allí que se afirma que una persona es moral "...cuando su conducta se ajusta a lo que es
costumbre en su sociedad, en su comunidad" (Burk, 1980). La costumbre impone una cierta normativa y el
hombre la infringe o la acata y por ello será inmoral o moral, conforme a patrones fijados por la costumbre o
tradición social.

Como se refiere al ser humano, la ética trata con elementos intelectuales y afectivos por lo que constituye una
orientación para razonar sobre el remordimiento y el arrepentimiento. El remordimiento es la culpa que cada
quien se impone por haber contravenido sus principios, el arrepentimiento es el propósito de enmienda. La
ética es el vehículo filosófico de la moral y aunque la filosofía es universal porque se ocupa del ser, del
conocimiento, de los valores, la moral es particular, por ello, se habla de una ética cristiana, ortodoxa,
existencialista, materialista, dialéctica y hasta una ética pragmática.
Aristóteles desde su perspectiva metafísica sostenía que lo esencial en el ser humano, lo que le da su condición
de ser, es su racionalidad, pues, los demás atributos son comunes a hombres y animales; por ello la ética debe
centrarse en la racionalidad para el control de los instintos, para el uso común del espacio físico y los recursos
materiales, para normar las relaciones entre los individuos y grupos humanos.

El conocimiento de la ética no es casuístico ni arbitrario, sino que corresponde a una organización racional, a
una conjunción de voluntades y a las características de una comunidad, y no es estático porque las comunidades
evolucionan, los valores se transforman ante las presiones de otros importantes factores del colectivo, como la
economía, la política, y la ciencia. El conocimiento de la ética es contextual es decir, funciona en un espacio y
tiempo determinados, se sustenta sobre una base filosófica que es general para muchos pueblos, pero también
tiene una base operativa que es consecuencia de una época y un lugar determinado.
Las personas tienen experiencias, crecen y aprenden; de las experiencias surgen guías de conducta, que tienden
a dar dirección determinada a la vida y pueden ser llamados valores. Los valores son términos aceptados por un
grupo para normar las actuaciones humanas y surgen de la reflexión, y ésta de la experiencia, es por ello que
los valores son, en definitiva, experienciales.

La ética del maestro


Los niños y niñas ven a sus maestros/as con admiración y son marcados por la conducta que éstos exhiben. Por
eso la responsabilidad del maestro/a es mayor, porque él/ella es compromisario de la conducta social y personal
que sus alumnos/as habrán de aprender y exhibir en el futuro.

El maestro/a debe exigirse a sí mismo un código de conducta ética mínimo que nazca de su convicción y con
responsabilidad se imponga. Deberá observar unas prohibiciones, para que se entienda que son prácticas
rechazadas en la sociedad donde le toca servir.

Pero a la vez debe esforzarse por comportarse de manera


servicial, calmada, poco ruidosa y discreta. El escándalo no sienta
bien al oficio de maestro/a, ni siquiera en el vestir. Necesita cuidar
su tono de voz, su dicción y su acervo cultural.
El maestro/a debe ser un facilitador/a de los procesos educativos
y culturales, pero para eso debe vivir sin amarguras su profesión
y su condición de educador/a.

Una persona que elige ser maestro/a debería estar informado


sobre lo que significa practicar ese oficio. No puede pretender que será rico siendo profesor/a, si esas son sus
pretensiones lo que corresponde es abandonar esa labor, de lo contrario vivirá triste y molesto con lo que hace
para vivir todos los días.
Si ha de ser maestro/a, una de sus habilidades será hallar la forma de ser un gran administrador de recursos
mínimos, pues eso es lo que siempre recibirá como pago a sus servicios. Las grandes satisfacciones en la vida de
un maestro/a no se encuentran en el renglón económico.

Tal vez las complacencias en la vida de un maestro/a, las podrá disfrutar si llega a comprender cuán grande es
su labor, si puede enterarse cuándo un niño/a, por su mediación, llegó a alfabetizarse; quizás si puede leer en
la mirada y la sonrisa de algún alumno/a, la admiración que puede inspirar con su ternura y su paciencia a la
hora de enseñar.
En asuntos tan simples, tan sencillos deberá encontrar el maestro/a motivos para la felicidad. Si no puede hallar
sentido a su trabajo en argumentos que parecen tan inocentes, entonces, es posible que esté en la carrera
equivocada y su vida será un sufrir. De verdad que es sufrida y tormentosa la existencia de aquel que intenta
ganarse la vida pretendiendo ser maestro/a, sin serlo.
Código De Ética
La ética crítica, cuestiona los códigos porque estos implican supeditarse a normas inamovibles que suelen
desfasarse de su contexto; la ética no da reglas de conducta, ni inventa códigos morales, pero es necesario
organizar un conjunto de valores con criterio de flexibilidad de acuerdo a las necesidades que surjan de la
relación individuo contexto.
Los códigos de éticas son instrumentos para orientar los actos humanos y para lograr la realización de cada
sujeto; responden a intereses, fines, necesidades, aspiraciones, sentimientos y valores muy concretos, siendo
el producto de una reflexión para la acción y no para la contemplación estática y mezquina (Mendoza, 1994).
Su propósito es proporcionar principios generales, que sirvan como regla de decisión para cubrir la mayoría de
las situaciones a las que se enfrentan los docentes (Gibson, 1990).

La ética está relacionada con la cultura inherente a un pueblo, a una comunidad. El docente debe responder de
sus actitudes frente al medio donde se desenvuelve y respetar la escala de valores que tiene la sociedad, sin
negar el derecho que le asiste para que esta escala de valores se perfeccione. La responsabilidad del docente es
eminentemente personal, va más allá de la responsabilidad penal y reposa en un concepto moral que se llama
conciencia individual (Código de Deontología Médica, 1985).

El docente deberá:
 Ejercer su rol con estricto apego y respeto a las consideraciones éticas y valores morales individuales y
sociales.
 Entender la educación como uno de los derechos humanos fundamentales, contemplado
constitucionalmente, que debe brindarse a todos por igual, con el mayor nivel de calidad posible.
 Conducir sus programas de manera que impidan la discriminación sobre la base del sexo, estado civil,
raza, clase social, convicciones políticas, discapacidad, religión, etnia, orientación sexual y edad.
 Propiciar la vigencia plena de los derechos humanos, la defensa del sistema democrático, la búsqueda
permanente de la libertad, la justicia social y la dignidad, como valores fundamentales para el ser
humano y para la sociedad en la cual participa (Colegio de Psicólogos, 2002; Ética médica, 2004).
 Concebir al alumno desde una perspectiva integral, como un sujeto multi determinado por una trama
de vínculos internos y externos, emergente en un contexto histórico, portador de una ideología, inscripto
en una cultura, inmerso en sus circunstancias socioeconómicas y políticas (Colegio de Psicólogos, 2002).

Deberes Generales del Docente:


 Proceder con desinterés, lealtad, veracidad, eficiencia y honradez. No deberá aconsejar ni ejecutar actos
dolosos, hacer aseveraciones falsas o maliciosas, que puedan desviarlo de su función como docente.
 Debe abstenerse de participar activa o pasivamente en cualquier acción o forma de tortura, tratos
crueles, inhumanos o degradantes, que atente contra los derechos humanos reconocidos
mundialmente; incitar a ellos, encubrirlos o intentar cometerlos.
 Preservar el respeto a su dignidad como persona y como profesional. Todo acto profesional que se
realice en forma apresurada o deficiente con el objeto de cumplir con una obligación administrativa o
por motivos personales, constituye una conducta reñida con la ética.
 Perfeccionar permanentemente sus técnicas de enseñanza.
 Mantenerse informado de los adelantos científicos y técnicos de su área. Evitar la improvisación y el
empirismo.
 Asistir y ser puntual en el cumplimiento de su deber.
 Mantener una vida pública y privada ejemplar. La conducta del asesor debe ajustarse a las reglas del
honor y de la dignidad.
 Entender que su labor es de servicio público, y no de carácter lucrativo.
 Contribuir al desarrollo de la personalidad, la formación de ciudadanos aptos para la vida, para el
ejercicio de la democracia, el fomento de la cultura y el desarrollo del espíritu de solidaridad humana.
 Abstenerse de realizar asesorías a personas que tengan con él vínculos de autoridad, familiaridad o de
estrecha intimidad, debiendo en todos los casos restringir su relación al área estrictamente profesional.
 Una asesoría complicada no constituye un motivo para privar de asistencia a un alumno. En los casos
difíciles y prolongados es conveniente realizar consultas con otros profesionales en beneficio del
asesorado.
 Deberes Institucionales del Docente:
 Fortalecer la confraternidad con sus colegas, mediante el respeto mutuo, trato cordial, tolerancia ante
la diferencia de carácter y pensamiento.
 Las relaciones entre los docentes deben estar inspiradas en la sana competencia, la solidaridad
profesional y la cooperación. teniendo en cuenta que todos tienen como objetivo común el bienestar de
los alumnos y comparten la responsabilidad del constante progreso de la Universidad.
 Son actos contrarios a la ética de un docente desplazar a un colega tanto de un puesto público como de
uno privado, por cualquier medio que no sea el concurso.
 Combatir con todos los medios lícitos la conducta moralmente censurable de sus colegas, investidos o
no de autoridad y deberá hacer las denuncias pertinentes. Incurre en falta grave si elude el cumplimiento
de este deber, observando una actitud pasiva, indiferente o complaciente.
 Ante una infracción a los principios de este Código el docente debe intentar persuadir a su colega de
modificar su conducta contraria a la ética. Si esta gestión personal enfrenta un rechazo o se conoce la
reiteración de la falta, es deber profesional informar a sus superiores.
 La buena relación humana entre los colegas es fundamental en sí misma, por la repercusión que tiene
en la buena asistencia a los alumnos y por la convivencia en el ámbito de trabajo colectivo. Es contrario
a la ética difamar, calumniar o tratar de perjudicar a un colega por cualquier medio (Código de ética
médica de Uruguay, 2004).
 El docente que, en el ejercicio de su trabajo, intente actos de soborno o cualquier otro de corrupción,
incurre en una falta grave contra el honor y la ética, sin prejuicio de las acciones penales a que hubiere
lugar.
 No emitir opiniones públicas o privadas que lesionen el gremio; el docente deberá expresar las críticas
que consideren pertinentes y promover la autocrítica como práctica de superación de los problemas
internos.
 El docente en ejercicio de su profesión deberá conservar su dignidad e independencia; éstas son
irrenunciables. No deberá aceptar sugerencias del alumno, que pueda lesionar su honorabilidad (Código
de ética del abogado, 1985).
 Guardar consideraciones hacia sus superiores, pero no deberá acatar instrucciones emanadas de sus
empleadores cuando éstas lo obliguen a contravenir los principios de la ética profesional. En caso de
conflicto entre los procedimientos institucionales y los intereses de las personas a quienes va dirigido el
servicio, optará por defender a estos últimos.
 Propiciar y defender niveles de excelencia en la formación educativa de sus alumnos.
 Atender hasta donde sea posible las diferencias individuales de sus alumnos.
 Propiciar la formación integral de los estudiantes.
 Estimular el pensamiento reflexivo, la actitud ética, la conciencia ética y la formación de hábitos de
estudio.
 Rechazar todo tipo de autoritarismo en las relaciones con sus alumnos.
 Fomentar el amor y el respeto al trabajo.
 Inculcar en sus alumnos el espíritu de superación constante.
 Orientar acerca de oportunidades laborales y supervisión consciente y motivadora de los estudios de los
estudiantes.
 Evaluar en forma justa, rápida y confiable.
 Apoyar la búsqueda de financiamiento para investigación de los estudiantes.
 Desincentivar la participación en proyectos éticamente cuestionables.
 Evitar vínculos sexuales con estudiantes, por cuya educación y entrenamiento profesional son
responsables (Código de ética de los Antropólogos, 2003).
 El docente como asesor guardará el más riguroso secreto profesional de las confidencias de su alumno.
La obligación de guardar secreto es absoluta, no debe admitir que se le exima de ella por ninguna
autoridad o persona. Ello da el derecho de oponer el secreto profesional ante los jueces y denegarse a
contestar las preguntas que lo expongan a violarlo.

La información amparada por el secreto profesional sólo podrá ser trasmitida para evitar un grave riesgo al que
pueda estar expuesta la persona atendida o terceros. En todo caso, sólo se podrá entregar la información, a las
personas calificadas que, a juicio del profesional actuante, sea estrictamente necesaria para cumplir el referido
objetivo (Código de ética profesional, 2004).
 Si un alumno comunica al docente, la intención de cometer un hecho punible, éste agotará todos los
medios necesarios para persuadirlo de tal propósito y, en caso de no lograrlo puede hacer las
revelaciones necesarias para proteger al alumno.
 Una vez que el docente acepte el asesoramiento de un alumno, deberá atenderlo con diligencia hasta
su conclusión, salvo causas justificadas inherentes al asesor o al asesorado.
 Ética del Docente como Investigador:
 En los trabajos de investigación, el docente actuará cultivando a los alumnos en:
 Respetar los derechos de los investigados en cuanto a ser consultados e informados de todo aquello
que pudiera comprometer su salud, capacidad de decisión y participación en asuntos que afecten
sus condiciones de vida.
 Queda absolutamente prohibida la realización de cualquier acto dentro de la investigación que
pueda causar perjuicio a la persona.
 Queda prohibido aplicar en su práctica profesional, tanto pública como privada, procedimientos
rechazados por los centros universitarios o científicos reconocidos legalmente. - A menos que exista
una limitación legal, reglamentaria o contractual, podrá utilizar para trabajos científicos los datos
que recoja o elabore dentro de la asesoría en la que trabaja, resguardando la privacidad de la
información.
 Diseñar y conducir investigaciones de acuerdo con normas éticas y de competencia científica,
reduciendo la posibilidad de resultados engañosos, sin inventar datos o falsificar resultados en las
publicaciones. Es contra la ética la alteración deliberada de algún elemento de la experiencia que
cambia la idea, juicio o valoración, que un revisor o lector pudiese tener si no hubiese ocurrido la
alteración (Sociedad de Biología de Chile, 2004).

Ética del Docente en relación a las Publicaciones:


Instruir al alumno en que:
 A las publicaciones que sean producto de un trabajo compartido, se le debe incluir los nombres de todos
los participantes y precisar su grado de responsabilidad y colaboración.
 Es contrario a la ética exponer o publicar como si fueran propias, ideas que no sean de propia
elaboración, o datos en cuya recolección no se haya intervenido, sin citar con toda claridad la fuente o
el autor.
 Las contribuciones menores de carácter profesional y no profesional a un trabajo de investigación en
equipo, son reconocidas como pie de página o en una declaración introductoria. Los reconocimientos
del material publicado y no publicado que hayan tenido influencia directa en la investigación o
publicación se harán mediante citas específicas.
 Los casos clínicos se pueden usar en la enseñanza y en publicaciones, pero sin revelar la identidad de las
personas involucradas. Sólo después de haber obtenido permiso explícito se publica la identidad de los
sujetos de investigación.
 El docente debe reconocer públicamente la participación de estudiantes en la investigación y
preparación de su trabajo y darle el crédito adecuado de coautoría.
 Motivar la publicación de los trabajos valiosos de estudiantes (Código de ética de los Antropólogos,
2003).
 La redacción y publicación de hechos científicos supone autoridad para ello sobre la base del
conocimiento del tema y que contribuye en algo, sea porque aporta resultados de investigaciones
personales, o porque intenta desvirtuar algún concepto erróneo, o por muchas otras loables razones.
 Cuando se cita un autor debe nombrársele expresamente, así como la denominación del libro o trabajo
publicado, y si es posible el número de la página y todos los demás datos que faciliten su identificación.
La cita se hará siempre entre comillas.
 Es contrario a la ética profesional la publicación de un mismo material bajo diferentes formas en varias
revistas. Tampoco se debe publicar un artículo en otro medio de divulgación sin haber obtenido permiso
del primer organismo que le dio publicación.

Importancia de la ética en el ejercicio docente


La Ética en el ejercicio docente, en paralelismo bíblico, como la sal al alimento. Esto por cuanto en el diario
actuar del docente, es la Ética cual el gusto especial que le da sentido y razón de ser a su vocación. Digo esto,
porque cualquier hecho o quehacer que no esté impregnado de un raciocinio ético se torna, más bien, en carga
molesta para avanzar. Ningún banquete más sabroso que el deber cumplido, pero no hay postre mejor que
cometerlo bajo una integridad ética irreprochable. La responsabilidad ética del docente es trascendente, en el
sentido de que su obra formadora le trasciende a él mismo y, como un ejemplo a imitar, se proyecta en sus
pupilos. He ahí donde radica el eje medular del ser educador: constituirse en paradigma ontológico para quienes
a su sombra se forjan. Es justo por ello que la ética viene a ser como la plomada que da coherencia, equilibrio y
seguridad para ser consecuente con las implicaciones que la vocación prescribe. En el diario quehacer del
docente, en sus actuaciones, en la toma de decisiones y hasta en la forma de hablar y de vestir, debe notársele
al docente ese ser imagen y modelo para los demás.

La calidad y calidez humana del docente reside en su raíz ética, por ello es de suma importancia que todo
educador, tanto ante decisiones excelsas como ante las más simples, acate siempre el objetivo juicio ético que
su razón le dicte. Y es que, no es hecho que extrañe, la conciencia ética nos lleva siempre a ser más humanistas,
a ser más auténticos y a apreciar con mayor admiración el valor intrínseco de la persona humana. Encontramos
la ética presente en circunstancias embalsamadas de cotidianidad: el saludo respetuoso a los alumnos; el
planeamiento del trabajo diario; la evaluación justa; la entrega abnegada a cada estudiante por procurarle el
mejor aprendizaje; la relación con los colegas profesionales, con las familias de los estudiantes y con la
comunidad; el cumplimiento de las obligaciones inherentes a su labor; la alegría con la cual enseña y forja
hombre y mujeres de bien... Como “el objeto de estudio de la ética consiste en la bondad y la maldad de los
actos humanos” (Ortiz, 2008) cabe preguntarse: ¿qué sería de la labor docente sin un juicio ético?
Probablemente, se implantaría el reino de la anarquía en el que prevalecería el hedonismo, el egoísmo y la
mediocridad, pues una de las cualidades de la ética se perdería: la de ser normativa. Así, la ética, podemos
afirmar con toda propiedad, ocupa un lugar preponderante en el ejercicio docente. Esto debe ratificarse hoy,
sobre todo por cuanto la crisis de valores y las tendencias a relativizar su importancia, tienden a infiltrarse en
las corrientes de pensamiento actual. Y esta es una brecha que, en el campo axiológico, no debe permitirse que
continúe, ya que puede culminar en una involución del avance sociológico de nuestras sociedades.

El papel del educador dentro del aula es muy grande, ya que debe de estudiar a cada alumno por separado y
ver más allá de su interior para saber que personas son las que tiene bajo su responsabilidad para formarlas y
que lleguen a ser esos ciudadanos de bien que la humanidad tanto necesita. El educador debe de ser una
persona espiritual y dotada de muchas virtudes, que senos son necesarias para brindarle a nuestros estudiantes
el mejor ejemplo posible; ya lo dijo Juan Pablo II en un extracto de su libro Caminando con el Papa dedicada a
los profesores y estudiantes donde dice lo siguiente: “Queridos amigos, profesores y estudiantes querría poder
estimularos personalmente a cada uno de vosotros y a cada uno de los que representáis, que es a todo el mundo
estudiantil, el mundo de la cultura y de la ciencia para que aceptéis plenamente cada uno vuestras
responsabilidades. Son pesadas; exigen lo mejor de vosotros mismos, pues la universidad no tiene como primer
objeto el proporcionar títulos, diplomas o puestos lucrativos, sino que la función más importante es formar
hombres al servicio del país...” (Fraternidad Sacerdotal San Juan de Ávila,1989) Creo que con este mensaje es
más que clara la responsabilidad y obligación, para seguir realizando nuestro trabajo con más amor y dedicación,
tratando de hacerlo de la mejor manera posible y realizándonos como profesionales en nuestra labor. 3. En la
actualidad y a su criterio, cuál es el papel preponderante que juega el maestro en la sociedad costarricense de
frente a la formación humana y científica de los estudiantes.

Desde antes y en la actualidad, han sido pilares muy importantes en nuestras vidas, a ellos le debemos lo que
somos y lo que sabemos, por eso es que el maestro cumple una función muy importante dentro de la sociedad
ya que como lo he mencionado anteriormente, es el que se encarga de formar y preparar a esos futuros
ciudadanos que más adelante le servirán a nuestro país de una u otra forma. Aunque comparado con años atrás
el papel del educador era muy diferente al actual; ya que su imagen ante una pequeña cantidad de estudiantes
ha cambiado con gran relevancia y hoy nos damos cuenta de que las cosas, costumbres o valores por parte de
cierta población estudiantil hacia éstos ha cambiado y al docente por el contrario ya no se le da ese valor y ese
respeto que se merece. El maestro actualmente se encuentra desamparado ante la ley y algunas de las veces
por más que trate de ayudar a éstos estudiantes no se le es posible y su labor se le dificulta y le es más difícil
realizar su labor como docente. Como en todos los grupos existen muchos estudiantes que se esfuerzan por ser
los mejores de la clase, que luchan por superarse cada día más y sueñan con ser profesionales dedicados a su
carrera a ser el orgullo de sus familias y a servirle a la humanidad con amor; a estos estudiantes se les debe de
admirar y apoyar para que sigan adelante cumpliendo sus sueños y metas; cosa contraria es la que ocurre con
otra parte de la comunidad estudiantil y es que culpan al profesor de no pasar las materias y suelen decir que
el profesor es el malo, cuando en la realidad son ellos quienes no toman el estudio con la madurez que debieran
para lograrlo. Me duele ver como en la actualidad los padres de familia se esfuerzan por darle todo el apoyo a
sus hijos para que estudien y éstos no lo aprovechan, dedican su tiempo en cosas nada beneficiosas para sus
vidas y destruyen todas las ilusiones de sus familiares que lo único que buscan es dar una vida diferente a sus
hijos y que ellos no sufran todo por lo que ellos han pasado.

El maestro se ha distinguido por ser la persona más preparada y estudiada, a la cual se le mira con respeto por
que dentro de sí guardan un gran tesoro de sabiduría e inteligencia; aunque algunas veces no se valore su trabajo
se preocupan por formar y moldear a cada uno de esos niños y jóvenes para que lleguen a ser personas de bien
y útiles para nuestra sociedad, ciudadanos que trabajen por la paz y el desarrollo del país, con valores
espirituales y morales y que éstos transmitan a sus hijos tales valores tan ausentes en nuestras familias el día
de hoy. Hacen falta personas honestas, que trabajen por la patria sin egoísmos y se preocupen por el bienestar
social de las personas más necesitadas, esperemos que estos futuros profesionales sean de ese tipo de personas
que la nación y el mundo tanto necesita. Cabe rescatar que en este mundo tan evolucionado la parte científica
juega un papel muy importante para la humanidad en general y en especial la educación se ve beneficiada con
los nuevos inventos y adelantos en materia de educación. Subrayo que gracias a esa parte científica y de
invenciones nuestros estudiantes gozan hoy de muchas facilidades para poder llevar a cabo sus estudios y ver
realizarse sus sueños. El hombre a través de los tiempos ha logrado cosas maravillosas y de mucha utilidad para
los el planeta; esto ha permitido abrirse paso para vivir nuevas experiencias que han sido de mucho beneficio
para todos. Esperemos poder seguir guiando y descubriendo al lado de nuestros alumnos nuevos avances
tecnológicos e incentivar a nuestros jóvenes para que acepten la mejor herencia por parte de sus padres como
lo es el estudio. 4. Analice y comente qué es una virtud y defina tres virtudes fundamentales que debe tener un
docente, por ejemplo: respeto, honestidad y prudencia, en la labor docente. Una virtud es una cualidad positiva
que Dios nos regala a cada ser humano para poder realizar ciertos trabajos o actividades que otros no pueden
realizar y que como todos somos diferentes e importantes debemos de juntar nuestros conocimientos para
poder.
La prudencia: es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir lo que es bueno o malo, para
seguirlo o huir de ello. ( Real Academia,2001) Debemos de dejarnos guiar por nuestra buena conciencia y no
permitir cometer errores que nos lleguen a perjudicar para toda nuestra vida. Debemos siempre actuar con
honestidad para evitar ensuciar nuestra imagen y nuestra dignidad, hacer siempre lo correcto, es un acto de
satisfacción personal y psicológica que nos permite poder continuar trabajando en paz, con nosotros mismos y
con los demás, sin tener que huir de las personas o tener que esconder nuestra mirada por vergüenza por el
acto cometido. Debemos pedirle a Dios que en toda nuestra vida nos guíe siempre a hacer el bien y no pensar
egoístamente en mi bienestar, sino en el de los demás. Ya lo dice el libro de Introducción a la Ética en el texto
del Concilio Ecuménico Vaticano Segundo, donde se refiere el tema de la conciencia ¿Voz de Dios? “En lo más
profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la
cual debe de obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón
advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal...” Qué frases tan ciertas, por que quien
no ante difíciles situaciones que algunas veces se nos presentan en la vida y se nos pone a escoger o decidir y
no es muchas veces casi imposible optar por la decisión correcta, nuestras mentes se confunden, pero en
nuestro interior siempre existe una voz que dice que es lo que debemos hacer o decidir. Que estas palabras
calen en lo más profundo de nuestras vidas para que guiados por Dios sepamos siempre tomar la decisión
correcta y así poder vivir en paz con nosotros mismos y con los demás.5. Comente la siguiente frase: “Por qué
en el maestro es fundamental la cordialidad, sentido del humor, amabilidad y respeto para con toda persona y
que debe actualizar sus conocimientos y procedimientos educativos”.

Todas esas son condiciones especiales de personalidad del educador como formador y docente y son esenciales
para las buenas relaciones con los estudiantes y con las demás personas que le rodean. La cordialidad es esencial
para saber como poder decir o sugerir ciertos acuerdos importantes tanto para el docente como para el alumno.
Saber expresarse a la horade sugerir algo o de corregir a alguien es muy importante para que no se presenten
malos entendidos o discrepancias entre los mismos de la clase ni entre ellos mismos. El sentido del humor, es
otra condición que debe estar presente en todo docente, ya que en él debe de existir un equilibrio emocional
de manera que sus problemas personales, no los debe de mezclar en su trabajo y éste debe de mantener una
estabilidad y un manejo racional de sus diferentes preocupaciones. Debe de existir por parte suya una buena
capacidad de interacción social, un interés por conocer y relacionarse con sus alumnos y familiares para que así
se trabaje con una mejor comunicación y el apoyo de los familiares. La amabilidad es un punto clave para poder
lograr nuestros objetivos con los estudiantes; y con todas las personas, que de una u otra forma tienen que por
algún motivo relacionarse con el docente; el ser amable es una condición muy fundamental y se refleja no sólo
en nuestro trabajo independientemente de lo que realicemos, sino que se vive a cada instante en nuestra vida
diaria. Otro valor fundamental para cualquier relación, ya sea de trabajo o personal es el respeto, primero por
uno mismo y luego por los demás, sin él no es posible lograr establecer una buena relación interpersonal y no
existiría el diálogo. Es claro recalcar que todos estos criterios valorativos éticos deben de estar presentes en
cada maestro como pilar importante de su conducta personal y de la orientación de su actividad profesional
para así trabajar por el bien propio y de del bien común.

Por otra parte en un mundo tan cambiante, el docente debe de estar actualizando sus conocimientos y
procedimientos de manera que su información y conocimiento se encuentren de acuerdo con la evolución de
la misma; esto para un mejor apoyo educativo y para una realización como profesional y como persona. A
medida que uno estudia, se da cuenta que siempre existen cosas nuevas por aprender y que esto nos ayuda a
realizarnos como personas, que en algún momento de nuestra de nuestra carrera profesional uno llega a
necesitar de dichos conocimientos adquiridos en nuestro caminar. Finalmente, debemos considerar que al
realizar nuestro trabajo bien hecho ante la presencia de Dios y al servicio de los hombres, éste debe ser el motivo
de nuestra mayor alegría. Luchemos por vivir siempre alegres, realizados como personas y desempeñando la
labor que hagamos con amor, optimismo y aunque en la adversidad nos sin tamos tristes y abatidos por los
diferentes razones o motivos que nos impulsen a ello, tratemos de llevar una sonrisa en los labios y a pronunciar
una palabra de aliento con la cual contagiemos a los demás y en definitiva ser luz y apoyo para aquellos que más
nos necesitan y hacer de nuestras vidas un mundo lleno de amor y de paz.
consecuencia de la falta la ética del maestro
En guaraní existe un conocido refrán que reza así: “La ignorancia no mata, pero nos tiene mal”; en otras palabras,
nos da una mala calidad de vida; alguna relación debe existir entre esta idea y el comentario de la maestra.
La opinión emitida por la gremialista desnuda la condición de la educación actual, pobre de forma y de fondo,
con total ausencia de filosofía, ética, moral y compromiso.

Entonces, indefectiblemente nos conduce a hablar de una crisis de valores en todo sentido. Situación que
necesariamente debe revertirse para mejorar la paupérrima educación que reciben los niños.
En una sociedad democrática, abierta y pluralista, los individuos estamos sujetos a derechos y obligaciones. En
este tema, por ejemplo, se plantea un dilema: los docentes tienen derecho a la huelga, pero también los niños
tienen derecho a la educación.

Con esta crisis actual es conveniente replantear la pedagogía. En este siglo XXI ella exige profundos cambios y
una nueva filosofía. Una filosofía cuyo centro debe ser la persona, el ser humano, su crecimiento intelectual y
moral.
Los maestros deben comprender que son guías, rectores, líderes naturales. Son los espejos donde se miran los
niños y jóvenes. Su tarea no es nada sencilla porque son los sembradores de las semillas de esperanza y los que
tienen la responsabilidad de transformar la nación. Nuestro país necesita no solamente cambios, sino una gran
revolución. Y esa revolución debe comenzar por la educación. En las aulas es donde están los cambios porque
allí se desarrollan los pensamientos y nacen las grandes ideas.

La pedagogía es un arte y una ciencia. Su esencia es enseñar lo bueno y hacer descubrir la naturaleza de lo justo
y lo correcto. La pedagogía debe enseñar a ser mejores personas. Esta responsabilidad es de los docentes,
quienes deben poner en práctica la ética, la moral y el compromiso en sus vidas personales y laborales.

El Perfil Ético Del Educador Moderno


La ética constituye un estilo de vida que se comienza a construir cuando el ser humano establece contactos con
sus semejantes. Es un saber vivir de forma humana y racional en medio de un contexto social. Los hombres
participamos del mundo social todos los días, y es en estos espacios de convivencia en los que aprendemos y
consolidamos nuestra moral, en los que adquirimos nuestra ética de vida. Ahora bien, en el proceso de
construcción de los fundamentos morales de cada persona, siempre se manifestará una cierta preocupación por
los demás, (consciente o inconsciente) una carga que nos impulsa de una u otra forma a interesarnos por otros,
a tratar de conocerlos, de entender lo que les sucede, una inquietud que nos obliga a establecer también
un compromiso permanentemente con ellos en su formación ética. Como bien lo declara Savater en su libro
Ética para Amador: “Ser ético implica procurar darles la buena vida a los demás”.
La escuela es un suculento caldo de cultivo de relaciones morales. Por lo tanto, si bien, ningún ser humano
puede escapar a la realidad de la ética, mucho menos un maestro. Y es que en los claustros académicos sí que
se establecen abundantes relaciones éticas: entre docentes y alumnos, entre directivos y padres de familia,
entre docentes y colegas o entre padres y estudiantes, relaciones que se manifiestan de muchas formas. Por
ejemplo, en el desarrollo de su labor pedagógica el docente bien puede asumir una actitud hostil, indiferente o
entusiasta hacia sus estudiantes o frente al trabajo realizado. De la misma manera los estudiantes y padres de
familia podrían manifestar actitudes de desinterés, indiferencia, hostilidad o empatía hacia los maestros y su
labor. En pocas palabras, cada agente del proceso educativo pone de manifiesto constantemente en el
desempeño de su rol (maestro, alumno, padre de familia, directivo) un conjunto de actitudes y posturas que le
dan su carácter moral, y en el caso del docente, “su identidad y su consistencia profesional, razones por las que
es conocido por sus estudiantes.” (José María Nava. Revista Educación y Cultura).
Surgen a partir de esta reflexión varias preguntas obligadas: ¿Cuál debe ser el perfil ético del docente del siglo
XXI? ¿Es fundamental la ética en la escuela? ¿Por qué? Intentemos responder el primer cuestionamiento
elaborando un listado de lo que debería ser la fundamentación ética de un maestro ejemplar del siglo XXI:
Ø Todo docente está obligado a asumir una actitud tolerante hacia sus alumnos. Esta actitud debe partir
del reconocimiento de los demás como seres humanos, con los cuales se puede dialogar, porque se les ha
aprendido a escuchar, a valorar por igual. Una postura como ésta apaciguará conductas violentas, de enojo e
indiferencia o sentimientos de auto-menosprecio y desigualdad que a veces se generan en el aula. Nunca habrá
educación ética en un espacio en donde prevalezca la dominación y la violencia del profesor. Ésta surge al
momento en que cada docente da lugar a la comunicación genuina, a la reciprocidad, al vínculo amistoso, al
DIÁLOGO CIVILZADO.

ØEl maestro debe reflexionar profundamente sobre su proceder moral. Esto significa que el docente debe darle
un sentido moral a sus acciones dentro del aula (¿Por qué procedí de esta manera? ¿Qué es lo conveniente
moralmente halando? ¿Está fundamentado mi proceder en un conjunto de valores o concepción de lo que es el
bien?, y a partir de ello tomar una posición moral respecto de sí mismo y de sus estudiantes. En este sentido,
coincido con José María Nava en que un maestro debe tener en cuenta tres cuestiones morales: “qué debo
hacer en el aula, qué puedo hacer por mis alumnos y qué me está permitido hacer”.

El profesor debe, además, buscar la forma de recuperar su papel en la escuela como potenciador de un espacio
digno donde los estudiantes resuelvan sus conflictos, se desempeñen como personas capaces de dar una
opinión sin miedo a ser censurados. Además, un espacio que permita manifestar libremente las creencias y los
puntos de vistas, donde se cuente con el apoyo del maestro para ser corregidos de manera oportuna y
respetuosa.

Por último, el docente de hoy debe generar un ambiente de igualdad entre sus alumnos. La ética debe servirle
para fomentar nuevas y productivas relaciones entre él y sus estudiantes. Prácticas como el regaño injustificado,
la represión, la preferencia por un estudiante en lugar de otro, el abuso de poder, no propician espacios de
igualdad, sino que acrecientan la intolerancia y el individualismo.
¿Entonces? ¿Resulta la ética imprescindible en la escuela? Claro que sí. Actuar moralmente nos lleva a despertar
en nuestros estudiantes respeto y aceptación. Es importante no perder ese ejercicio de reflexión, de volver la
mirada atrás para proyectar nuevas formas de tratar al alumno, para poder construir una nueva moral dentro
del aula. Creo que es fundamental actuar y reflexionar sobre lo actuado, “hacer y rehacer el trato diario” con
los estudiantes con una actitud de moderación, aceptación y respeto. Poner en marcha, como dice Adela
Cortina, “la posibilidad de una “ética mínima como fuente de nuestras obligaciones” nos llevará al
reconocimiento de nuestros estudiantes, a sentirnos altamente responsables del desarrollo de sus capacidades
y del alcance de todos sus logros: a ser mejores educadores.

Por último, hay que enfatizar que es en la escuela que los valores éticos alcanzan su máxima expresión y más
tarde, esos valores se expresarán en otros espacios (el trabajo, la familia, las relaciones interpersonales extra-
escuela); pues como anotamos al principio, es la ética la que le imprime al alumno, al docente ese “modo de
ser” propio, su identidad moral. Una educación comprometida. Por otra parte, existe también un interés
manifiesto por encontrar respuesta a los problemas morales presentes en la sociedad actual desde la escuela.

Conclusión
La educación integral debe integrar metas, fines y propósitos educativos dirigidos al perfeccionamiento humano
(Huaquin, 2002). Cada individuo tiene su propio patrón de valores, por esto se hace imperativo que cada quien
compatibilice sus valores individuales con los valores expresados en los principios éticos. Por esta razón, es que
existe el convencimiento de que la educación no puede reducirse a la generación de puro conocimiento.
Se considera de suma importancia la toma de conciencia en cuanto a que la vivencia de lo valores (la educación,
la libertad, la dignidad), es auténticamente esencial para ayudar a los profesionales de la docencia a
fundamentar con razones de carácter ético las decisiones que han de tomar.

Un código deontológico, en cuanto a criterio ético, es estrictamente necesario para el buen desempeño de la
profesión docente, no sólo para hacer uso de él en situaciones extremas, sino para reflexionar a través de él en
aquellas situaciones diarias en las que se pueden lesionar o infravalorar los derechos humanos (Código
deontológico de la enfermera española, 2004).
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