en el corto plazo de unos meses. La guerra fría entre Estados Unidos y el bloque que dirigirá y
la URSS y sus aliados marcará la escena internacional por casi medio siglo.
La efímera concordia
La ruptura no fue sin embargo inmediata ni inevitable. Roosevelt había soñado en Yalta un
mundo en el que las dos superpotencias que surgían de la guerra, los EE.UU. y la URSS, pudiera
colaborar pese a representar sistemas económicos, políticos e ideológicos tan
diferentes. Stalinnecesitaba la cooperación de las otras grandes potencias para reconstruir su
país y contaba con la colaboración norteamericana para la cuestión de las reparaciones
alemanas.
Además, el espíritu general de los pueblos europeos era de un profundo anhelo de renovación
y justicia social. El triunfo de los laboristas de Atlee en el Reino Unido y el que los comunistas
obtuvieran más del 25% de los votos en Francia e Italia o el 38% en Checoslovaquia mostraban
a las claras la popularidad de las fuerzas de izquierda que en las zonas ocupadas por los nazis
habían llevado el peso de la resistencia.
Las potencias vencedoras mantuvieron también por poco tiempo diversas acciones comunes:
los Juicios de Nüremberg que significaron el juicio y condena de los altos dignatarios nazis
acusados de crímenes contra la humanidad o los tratados de paz de París firmados en 1947
con los antiguos aliados de Alemania e Italia son ejemplos de ello.
En febrero, además de descubrirse una red de espías soviéticos en Canadá, Stalin pronunció
un duro discurso en Moscú en el que no dudó en afirmar que el capitalismo y el comunismo
eran "incompatibles" y que la URSS debía prepararse para un período de rearme.
Dos semanas después, George Kennan, experto en asuntos soviéticos del Departamento de
Estado norteamericano, envió un telegrama a Washington. Este telegrama de dieciséis páginas
contenía un análisis demoledor: la Unión Soviética era un estado irrevocablemente hostil a
Occidente que continuaría con su política expansionista.
1
Como una réplica al telegrama de Kennan, el embajador soviético en Washington, Nikolai
Novikov, envió también un largo telegrama a Moscú en septiembre. En él afirmaba que los
EE.UU. buscaban dominar el mundo y estaban preparando una guerra para ello. Los
telegramas de los enviados diplomáticos eran una buena prueba del creciente deterioro de las
relaciones entre los antiguos aliados.
El año 1946 supuso el fin del entendimiento entre los aliados. Aunque los partidos comunistas
occidentales participaban aún en gabinetes de coalición en países como Francia y como Italia,
dos cruentas guerras civiles enfrentaban a comunistas y conservadores en Grecia y China, y la
tensión entre las administraciones de ocupación occidentales y soviética en Alemania era
creciente.
El año se inició con una clara violación soviética de los acuerdos deYalta en lo referido a
Polonia. Las elecciones se celebraron en enero tuvieron lugar en un ambiente de falta de
libertad y arbitrariedad que permitió el triunfo de los candidatos comunistas.
La Doctrina Truman
En febrero de 1947 una alarmante nota del gobierno británico llegó a Washington. En ella se
informaba a Truman y a su nuevo Secretario de Estado, George Marshall, de que el gobierno
de Londres era incapaz de continuar apoyando al gobierno conservador de Atenas en su lucha
contra las guerrillas comunistas griegas. También comunicaba que la nota que Gran Bretaña
era incapaz de seguir ayudando financieramente a Turquía.
Los norteamericanos reaccionaron vivamente a esta nueva amenaza. Conscientes de que las
zonas bajo dominio soviético eran "irrecuperables", optan por implicarse activamente en la
defensa del sur y del oeste del continente. En un discurso pronunciado el 12 de marzo en el
Congreso, Truman no solo demandó la aprobación de una ayuda de 400 millones de dólares
para Grecia y Turquía, sino que se sentó una verdadera doctrina de política exterior,
la Doctrina Truman. Afirmando que EE.UU. ayudaría a cualquier gobierno que hiciera frente a
la amenaza comunista, el presidente norteamericano proclama la voluntad de su país de
aplicar una política de contención del comunismo ("containment").
Esta nueva voluntad estadounidense tenía su principal desafío en Europa occidental. Aquí la
recuperación tras la devastación de la guerra estaba siendo muy lenta o inexistente lo que
favorecía la agitación y la propaganda comunista. Francia e Italia tenían poderosos partidos
comunistas que podrían ser la base de la expansión soviética al occidente del continente. El
nuevo ambiente de enfrentamiento provocó la expulsión de los ministros comunistasque
participaban en gobiernos de coalición en París, Roma y Bruselas en el período de marzo a
mayo de 1947.
2
El Plan Marshall
Esta medida no era, sin embargo, suficiente. Para contener al comunismo era necesario poner
las condiciones económicos que impidieran su expansión. Así, el 5 de junio de 1947 en un
discurso en la universidad de Harvard, el secretario de estado, George Marshall, anunció
el Programa de Recuperación Europeo (European Recovery Program), conocido popularmente
como el Plan Marshall.
Se trataba de un masivo programa de generosa ayuda económica para Europa. Aunque el Plan
servía claramente a los intereses diplomáticos y de potencia de EE.UU., lo
que Churchill calificó, quizá exageradamente, como "el acto menos sórdido de la historia",
supuso una extraordinaria inyección de ayuda económica que permitió la acelerada
recuperación de Europa occidental.
Washington ofreció la ayuda a todos los países europeos, aunque determinó que para recibirla
era necesario crear mecanismos de colaboración económica entre los beneficiarios. Este hecho
precipitó la negativa de Stalin a aceptar el Plan, forzando a los países que habían caído bajo su
esfera de influencia a rechazar la ayuda. El Plan Marshall vino a dividir a Europa en dos: la
occidental que va a iniciar un rápido crecimiento económico y la oriental, sometida a la URSS, y
que va a tener grandes dificultades de desarrollo. La excepción a esta regla fue la España
de Franco, a la que se negó la ayuda por el carácter fascista de su régimen político.
La respuesta soviética
La URSS, que había obligado al gobierno checoslovaco a renunciar alPlan Marshall tras haberlo
aceptado, reaccionó en septiembre de 1947 creando la Kominform (Oficina de Información de
los Partidos Comunistas y Obreros). Este organismo tenía como finalidad coordinar y
armonizar las políticas de los partidos comunistas europeos.
El año 1948 constituyó el primer año de la guerra fría. El continente europeo, que aún apenas
había iniciado a restañar las heridas de la guerra, fue el escenario de una importante crisis
internacional.
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centralizada, prioridad a la industria de base,. persecución de cualquier tipo de disidencia... La
URSS extendía su modelo en su área de influencia.
En ese rápido proceso que duró pocos meses, el momento clave lo constituyó el Golpe de
Praga en febrero de 1948. El líder comunista Gottwald, con la aprobación de Stalin, hace un
llamamiento a la huelga general que se ve apoyada por "milicias de trabjadores" que frenan
cualquier resistencia de las fuerzas democráticas. En pocos días, la democracia checoslovaca
se vio convertida en otra "democracia popular". En los meses siguientes
La repercusión en Europa occidental del Golpe de Praga fue inmensa y aceleró las medidas
occidentales que precipitarán la crisis de Berlín.
La antigua capital del Reich había sido dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba
situada en el corazón de la zona de ocupación soviética. Las crecientes discrepancias entre los
antiguos aliados hicieron de la cuestión de Berlín uno de los temas clave de la guerra fría.
El 18 de junio de 1948, los aliados occidentales dieron un paso más creando una nueva
moneda para sus zonas de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos reaccionaron aplicando
una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que consideraban parte
integrante de la zona soviética. Cuando los occidentales trataron de introducir el
Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín. Las protestas soviéticas se tornaron en
actos: se inició el bloqueo de Berlín. Mediante la interrupción de toda comunicación terrestre
entre las zonas de ocupación occidentales y Berlín occidental, Stalin confiaba en que Berlín
oeste caería como una fruta madura en sus manos.
La reacción occidental sorprendió al dictador soviético. Los norteamericanos, con una pequeña
ayuda británica, organizaron un impresionante puente aéreo que durante once meses y
mediante más 275.000 vuelos consiguió abastecer a la población sitiada. Al mismo tiempo, la
Casa Blanca hacía saber al Kremlin que no dudaría en usar la fuerza para hacer respetar los
"corredores aéreos" que unían Berlín con la Alemania occidental. Stalin había subestimado las
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posibilidades del transporte aéreo y la resolución occidental a hacerle frente: el 12 de mayo de
1949 levantó el bloqueo de Berlín.
La crisis de Berlín creó un sentimiento fuerte de solidaridad entre los alemanes occidentales y
los norteamericanos. Esta situación facilitó la culminación de la partición de Alemania: las tres
zonas occidentales se constituyeron en la República Federal de Alemania que se dotó de
una Ley Fundamental el 8 de mayo de 1949. Esta constitución establecía una sistema liberal
democrático y contó con el visto bueno de las potencias occidentales. La URSS reaccionó en
octubre con el establecimiento en su zona de ocupación de la República Democrática de
Alemania, un estado creado siguiendo el modelo de las "democracias populares".
Esta partición de Alemania era la concreción en el corazón de Europa de la división bipolar del
mundo: sólo unos días antes, el 4 de abril de 1949, se firmaba el Washington el Tratado del
Atlántico Norte que daba nacimiento a la OTAN. Nos ocuparemos más adelante del nacimiento
de esa estructura bipolar que caracterizó al mundo durante el período de la guerra fría.
El revés que había supuesto para la URSS el fracaso del bloqueo de Berlín se vio compensado
por un acontecimiento que cambió de forma decisiva el equilibrio estratégico mundial: el 29
de agosto de 1949 la URSS experimentó su primerabomba atómica. De repente, el monopolio
atómico norteamericano había desaparecido, mucho antes de lo que la mayoría de los
analistas habían pronosticado.
Una "segundo bomba" se abatió muy pronto sobre el equilibrio entre los nacientes bloques
enfrentados: tras dos años de renovada guerra civil, el 1º de octubre de 1949 las tropas
comunistas de Mao Zedongentraban victoriosas en Pekín, proclamando la República Popular
China. Las tropas nacionalistas de Chiang Kai Chek huyeron a la isla de Taiwan donde
establecieron un régimen dictatorial pro-occidental protegido por EE.UU.
En 1950, Mao viaja a Moscú donde concluye diversos acuerdos con la URSS, entre ellos una
alianza militar por treinta años "contra Japón o cualquier agresor unido a Japón". El paso del
país más poblado del mundo al campo comunista traumatizó al mundo occidental y
especialmente a la opinión norteamericana. No obstante, la concordia entre Moscú y Pekín
será efímera, abriéndose en el medio plazo un nuevo cisma en el mundo comunista mucho
más importante que el que habían protagonizado Tito.
La primera víctima de la guerra fría fue el pueblo coreano. Por primera vez, el enfrentamiento
entre el bloque occidental y el bloque comunista vino a concretarse en "una guerra caliente".
La guerra de Corea hunde sus orígenes en el reparto en dos zonas de ocupación de este
antiguo protectorado japonés tras la derrota del régimen de Tokio en 1945. Separadas por el
paralelo 38º, la ocupación soviética y norteamericana dio lugar al nacimiento de dos
regímenes radicalmente enfrentados. Corea del Norte, una dictadura comunista pro-soviética
bajo la mano de hierro de Kim il Sung y Corea del Sur, una dictadura de derechas pro-
norteamericana bajo la dirección de Syngman Rhee. Cuando las potencias ocupantes se retiren
en 1948, la URSS, y en 1949, EE.UU., dos estados antagónicos quedaron frente a frente.
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El conflicto se inició con la agresión norcoreana en junio de 1950 a la que respondió la
intervención norteamericana en septiembre de ese mismo año. En octubre, tropas chinas
entraron en la península en ayuda de Corea del Norte, lo que finalmente llevó una
estabilización de los frentes a partir de 1951.
Para romper este empate táctico, el general MacArthur, al frente de las tropas
norteamericanas que luchaban bajo el pabellón de la ONU en Corea, llegó a proponer el uso de
la bomba atómica y el ataque a China. Estas propuestas precipitaron la reacción del
presidente Trumany fue sustituido por el general Ridgway en abril de 1951. Se asistía así de
nuevo a lo que ya se había visto en el bloqueo de Berlín: a lo largo de la guerra fría, las dos
superpotencias fueron prudentes cuando se entrevió la posibilidad de un enfrentamiento
directo entre ambas.
La guerra de Corea dio dimensión mundial a la guerra fría y convirtió a Asia en uno de sus
escenarios principales. En adelante, conflictos de tipo colonial como la guerra de Indochina,
comenzada en 1946 y en la que la guerrilla del Vietminh luchaba contra la potencia colonial
francesa, se transformaron en conflictos insertos en la guerra fría.
Estados Unidos, donde el conflicto había alentado la histeria anticomunista orquestada por el
senador McCarthy, inició un importante rearme ante el convencimiento del carácter
expansionista del comunismo y la evidencia de que los soviéticos poseían la bomba atómica.
Los antecedentes del contencioso árabe-israelí se remontan a fines del siglo XIX con el
nacimiento del movimiento sionista. El holocausto nazi precipitó la afluencia de judíos a una
tierra que había estado poblada durante siglos por árabes palestinos. Dos pueblos competían
por el control del territorio de la, en aquel momento, colonia británica de Palestina: 1.250.000
árabes contra 560.000 judíos, venidos en su mayor parte de Europa y, por consecuencia, con
un nivel tecnológico y económico más desarrollado.
El 14 de mayo de 1948, el líder hebreo Ben Gurion proclamó el nacimiento del Estado de Israel
en los territorios que les habían sido adjudicados por la ONU. La reacción árabe fue inmediata,
cuando las tropas británicas abandonaron la colonia el 15 de mayo tropas de los estados
árabes que circundan a Israel atacaron al recién nacido estado hebreo.
La primera guerra árabe-israelí (mayo 1948-junio 1949) concluyó con la victoria israelí. El
nuevo estado judío pasó a ocupar el 78% de la antigua Palestina en lugar del 55% asignado por
el reparto de la ONU. Los territorios árabes quedaron que quedaron fuera de su control fueron
controlados por los estados árabes vecinos: la franja de Gaza pasó a manos de Egipto y la
Cisjordania y la ciudad antigua de Jerusalén quedó en poder del reino de Jordania (la antigua
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Transjordania). La guerra fue una catástrofe para la población palestina que fue expulsada
masivamente de los territorios israelíes y se refugió en los estados vecinos. Los árabes
palestinos quedaron como una población sin estado.
El bloque occidental
Este bloque está conformado y dirigido por países de economía capitalista con un alto nivel de
desarrollo y sistemas políticos democráticos. El levantamiento de las trabas al comercio
mundial patrocinado y gestionado por instancias internacionales como el Fondo Monetario
Internacional (FMI) o el GATT propiciaron los intercambios comerciales y monetarios, lo que
evitó tendencias aislacionistas.
Sin embargo, la gran cuestión que va a llevar a que EE.UU. se lance, contrariando sus
tradiciones históricas, a la constitución de un bloque constituido en torno a alianzas será
reforzar a una Europa Occidental, totalmente necesaria para no perder la guerra fría.
La Doctrina Truman y, sobre todo, el Plan Marshall constituyeron los dos primeros pasos de la
nueva postura norteamericana. La reconstrucción de las economías europeas y la consecución
de una cierta estabilidad social fueron elementos clave de la "contención" del comunismo en
Europa. El European Recovery Program, más conocido como Plan Marshall, hizo que EE.UU.
planteara la necesidad de una coordinación económica europea. Así, en 1948, nació la
Organización Europea de Coordinación Económica (OECE), embrión de la futura Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La conclusión de este proceso de
conformación del bloque occidental concluyó en 1949 con la firma del Pacto Atlántico y la
constitución al año siguiente de la OTAN, la gran alianza militar occidental.
Los EE.UU. van a jugar un papel esencial en la posguerra empujando a la Europa Occidental
hacia la construcción de la unidad europea. La "idea europea" no era nueva. Ya tras la primera
guerra mundial, durante el período de entreguerras figuras como Coudenhove-Kalergi o
estadistas como Aristide Briand defendieron un proyecto integrador que fracasó
estrepitosamente tras la depresión de 1929 y el ascenso de los fascismos.
Tras la segunda guerra mundial, diversas iniciativas llevaron a la adopción de los primeros
pasos concretos en el camino de la integración. En mayo de 1948, más de 750 figuras
europeas, muchos prominentes políticos ente ellos, se reunieron en el Congreso de La Haya y
en 1949 nacía el Consejo de Europa.
Sin embargo, fue en el bienio 1950-1951, cuando en Corea se iniciaba el primer "conflicto
caliente" de la guerra fría, cuando se tomaron losprincipales pasos que iniciaron el proceso de
integración: laDeclaración Schuman y su inmediata consecuencia la creación de laComunidad
Europea del Carbón y el Acero (CECA).
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La guerra fría y la experiencia histórica del período de entreguerras llevaron a los EE.UU. a dar
un giro histórico en su tradicionalaislacionismo. Más allá de los lazos trasatlánticos con la
Europa Occidental, la Secretaría de Estado norteamericana se lanzó a la construcción de una
serie de alianzas internacionales que consolidaran al bloque occidental:
El bloque comunista
Durante los años treinta, Stalin instauró un sistema totalitario fundado en el control de la
población, la represión contra cualquier disidencia, algo que fue especialmente significativo en
el cruento proceso de la colectivización agraria, la planificación económica centralizada y la
primacía de la industria pesada. Si bien la URSS consiguió una rápida industrialización, el coste
humano fue enorme: el sistema de campos de concentración o Gulag es el mejor ejemplo de
los sufrimientos del pueblo soviético.
Durante la guerra, a fin de suscitar la unidad patriótica contra el invasor alemán la represión
disminuyó y miles de prisioneros fueron liberados. La victoria de 1945 llevó a Stalin al cenit de
su popularidad, era el "Padre de la victoria".
Sin embargo, en cuanto aparecieron de nuevo las dificultades en la posguerra, como el hambre
de 1946, el viejo dictador volvió a sus prácticas de terror: las deportaciones masivas al Gulag
llevaron a que más dos millones y medio de personas fueran detenidas en muy corto tiempo.
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Las "democracias populares"
El estallido de la guerra fría tuvo como resultado en las zonas ocupadas por el Ejército Rojo la
organización de nuevos estados "satélites" de la URSS.
En primer lugar, la "desnazificación", es decir, purga de los colaboradores con el Eje que a
menudo redundaba también en la represión contra una parte importante de las clases más
acomodadas.
Formación de "Frentes Nacionales" en los que los PC colaboran con diversas fuerzas
democráticas, aunque se reservan los puestos clave -Interior, Defensa, Economía, Justicia- en
los gobiernos.
El cisma yugoslavo en 1948 constituyó la primera fisura en el bloque que se estaba formando
en torno a la URSS.
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Otro elemento clave de la labor de la Kominform fue la organización del Movimiento por la
Paz, esta organización centró sus críticas en el armamento nuclear norteamericano y lanzó
grandes campañas recogiendo firmas que pedían la prohibición de las armas atómicas. Estas
campañas consiguieron el apoyo de un gran número de intelectuales.
Paralelamente en los "países satélite", una nueva oleada de purgas (1948-1952) marcó los
últimos años de la dictadura de Stalin. Cualquier intento de iniciar una "vía nacional" al
socialismo que no siguiera al pie de la letra el modelo soviético fue acusado de "desviacionista"
y tildados de "trostkistas" o "titistas". La realidad fue que aproximadamente un cuarto de la
militancia comunista, muchas veces los militantes más veteranos y con mayor experiencia de
lucha, fueron juzgados, encarcelados o ejecutados. La represión se convirtió en adelante un
rasgo esencial de las "democracias populares".
En 1949, nació el COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica), instituto multinacional que
agrupaba a la URSS y a los países del Este con la excepción yugoslava que buscaba el fomento y
la planificación de los intercambios comerciales entre los países del bloque. Hubo que esperar
hasta 1960 para que este organismo funcionara con plenitud.
La URSS fue creando una red de alianzas que diera coherencia a su bloque. No obstante, esta
red fue mucho menos densa y tardó más en consolidarse. El gobierno de Moscú fue firmando
Acuerdos bilaterales con las "democracias populares" y con la China comunista de Mao.
Hubo que esperar a que pasaran dos años de la muerte de Stalin para que, con la ocasión del
ingreso de la RFA en la OTAN, naciera en 1955 el Pacto de Varsovia, alianza militar que unió a
la URSS con todos los países europeos del bloque comunista con la excepción de Yugoslavia. Se
calcula que las fuerzas militares del Pacto ascendían a 6 millones de soldados con un
armamento altamente homologado. El mando unificado de estas tropas quedó en manos de
un general soviético.
La Gran Guerra abrió el camino para el despertar de los pueblos colonizados. Las nuevas elites
indígenas, educadas en Occidente e impregnadas de las ideas de democracia y libertad y a la
vez excluidas de los cargos administrativos y políticos, formarán los cuadros de los primeros
grupos nacionalistas. Esta naciente idea nacional estará representada en diferentes figuras que
jugarán el papel de símbolos: Gandhi apelará a la conciencia religiosa hindú, Burguiba se
inspirará en el laicismo transformador de Kemal Ataturk, mientras que Ho Chi Minh planteará
la revolución comunista junto a la emancipación nacional.
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la población se produjo en sociedades que no experimentaron un crecimiento económico
significativo. Paro en el campo y hacinamiento en las ciudades fueron los resultados de una
sociedad dislocada en la que el descontento social fue pronto aprovechado por
los nacionalismos anticolonialistas.
El conflicto bélico trajo una fuerte aceleración al proceso de crisis de los sistemas coloniales.
Los factores que lo explican son varios:
El Reino Unido y la Francia Libre enrolaron en sus ejércitos a muchos habitantes de las
colonias. Un ejemplo lo constituye los más de dos millones de hindúes fueron
movilizados por el Imperio Británico, o la mayoritaria presencia de magrebíes en el
ejército francés que luchó en Italia junto a los Aliados. La sangre derramada legitimó
las reivindicaciones de los pueblos colonizados.
El acuerdo de las dos superpotencias, al que pronto se fue uniendo el voto de los
países que iban naciendo en el proceso de descolonización, hizo que la ONU jugara
un papel impulsordel proceso descolonizador.
Si tenemos en cuenta los dos grandes imperios coloniales, podemos distinguir entre:
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sustituyó el término "imperio" por el de Unión Francesa en 1946, el gobierno de París
trató de retener por la fuerza el imperio lo que dio lugar a un proceso descolonizador
traumático.
El movimiento nacionalista en la India es uno de los más antiguos y originales que aparecieron
en las antiguas colonias. Organizado en torno al Partido del Congreso, fundado en 1885, desde
la Primera Guerra Mundial fue liderado por Gandhi, defensor de la no violencia. Junto a su
discípulo y principal líder político del movimiento, Nehru, reclamó insistentemente la
independencia, concretando esta demanda en la resolución "Quit India" de 1942.
La victoria de los laboristas de Atlee en 1945 facilitó las negociaciones que se iniciaron ese
mismo año. Muy pronto surgieron dos posturas enfrentadas, mientras que Gandhi y Nehru
defendieron el mantenimiento de un único estado multireligioso, el líder de la Liga
Musulmana, Ali Jinnah, planteó la partición de la colonia en dos estados, uno hindú y otro
musulmán.
Tras una guerra civil que desgarró al país (1946-1947), Nehru finalmente se avino a la idea de
la partición reuniéndose en junio de 1947 la Conferencia de Nueva Delhi con Jinnah y Lord
Montubatten en representación del gobierno de Londres.
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La independencia de Indonesia
Tras el fin de la guerra, el gobierno de los Países Bajos intento por dos veces, en 1947 y en
1948, retomar el control del archipiélago por la fuerza. La resistencia indonesia y las presiones
de la ONU y EE.UU., que llegó a amenazar con retirar a Holanda la ayuda del Plan Marshall,
hicieron que finalmente, a fines de 1949, Indonesia alcanzara su independencia bajo la
presidencia de Sukarno.
La guerra de Indochina
El conflicto que desangró a Indochina de 1946 a 1954, lo que conocemos como la guerra de
Indochina, fue la primera fase de un desgarrador conflicto que se prolongará en la guerra de
Vietnam.
Los franceses, como los holandeses, fueron desalojados por Japón durante la Segunda Guerra
Mundial de su colonia en Indochina. El 2 de septiembre de 1945, Ho Chi Minh, líder del Viet-
minh, guerrilla comunista y nacionalista, proclamó la independencia.
Francia también fracasó en su intento de restaurar por la fuerza su dominio y, tras la derrota
de Diem Bien Fu, firmó los Acuerdos de Ginebra en julio de 1954. En ellos se acordó la
independencia de Laos y Camboya y la partición en dos estados de Vietnam, uno comunista al
norte y otro pro-occidental al sur.
Tras la guerra de Corea, la guerra colonial se había convertido en un conflicto de la guerra fría.
En ese marco, los Acuerdos de Ginebra fueron una simple tregua. Las elecciones previstas que
debían servir para la reunificación democrática de Vietnam nunca se llegaron a celebrar.
La descolonización de África
Burguiba, líder del tunecino partido Neo-Destur (Nueva Constitución), planteó una estrategia
negociada por etapas. Interrumpidas las negociaciones por el gobierno de París en 1951, la
respuesta armada de los tunecinos llevó a que en 1954 Túnez obtuviera la plena autonomía
política y en 1956 la independencia.
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Magadascar lo que provocó la insurrección general (1954-1955). Finalmente los franceses
tuvieron que ceder. El sultán, que pronto sería el rey Mohamed V, retornó triunfalmente en
noviembre de 1955 y el reino de Marruecos alcanzó la independencia el 2 de marzo de 1956.
La España de Franco no puso ningún impedimento para conceder la independencia en la zona
norte que controlaba y cedieron a las nuevas autoridades de Rabat el control del conjunto del
territorio.
El proceso de independencia en Argelia constituyó uno de los episodios más sangrientos del
proceso descolonizador. La presencia de una fuerte minoría europea llevó a que el gobierno de
París se negara a aceptar las demandas nacionalistas. La guerra de Argelia(1954-1959) fue un
episodio enormemente traumático tanto para la metrópoli como para la colonia. El
enfrentamiento entre el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino y el ejército francés
provocó que casi medio millón de argelinos musulmanes y 25.000 soldados franceses
perdieron su vida en el conflicto.
En el África anglófona la figura pionera fue N'Krumah, quién consiguió la independencia para
la antigua Costa de Oro que pasó a llamarse Ghana en 1957. El resto de las colonias se
independizaran en el período 1960-1965.
Un caso particular es el de Rodhesia del Sur, territorio rico en minerales, donde los colonos
blancos declararon unilateralmente la independencia en 1965, estableciendo un régimen
de apartheid, comparable al vigente en Sudáfrica. Hubo que esperar a 1979 para que fueran
desalojados del poder y para que ese territorio alcanzara una verdadera independencia. En
adelante se llamó Zimbabwe.
En el África francófona destaca la figura de Sedar Senghor, líder nacionalista senegalés. Aquí,
pese a los intentos de agrupar a las colonias en una Comunidad Francesa, a partir de 1960 las
colonias alcanzaron la independencia, estableciendo relaciones de cooperación con la antigua
metrópoli que en muchos casos son casos evidentes de neocolonialismo.
El caso del Congo belga nos muestra un ejemplo de descolonización convertido en drama.
Nada más producirse la independencia en 1960 bajo la dirección de Patrice Lumumba, la rica
provincia minera de Katanga proclamó su independencia dirigida por Moise Tshombé y con el
apoyo de los colonos belgas. Tras una larga guerra civil, en la que Lumumba fue asesinado, el
general Mobutu se convirtió en el dictador del país. Con la ayuda de los "cascos azules" de la
ONU consiguió reintegrar a Katanga en el país.
Todos estos jóvenes estados se agruparon en la Organización para la Unidad Africana (OUA),
fundada en 1963. Su principal preocupación fue evitar los conflictos fronterizos y secesionistas
que daban lugar a brutales guerras civiles como la de Katanga o la de Biafra que asoló Nigeria
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en 1966-1970. Uno de los grandes problemas africanos es que las fronteras fueron decididas
en Londres o París, sin tener en cuenta la realidad tribal existente previamente. Tras las
descolonización, los conflictos entre estados que no responden a realidades nacionales o las
guerras civiles entre grupos étnicos o tribales dentro de un mismo estado se han convertido en
una triste costumbre en el continente.
La última etapa descolonizadora tuvo lugar en los años setenta y afectó a las colonias ibéricas.
España cedió precipitadamente elSahara Occidental a Marruecos y Mauritania en 1975. La
agonía de Franco aceleró un proceso en el que no se contó con la población saharaui. Un poco
antes, la "revolución de los claveles" portuguesa precipitó la independencia de Angola y
Mozambique. La descolonización de las colonias portuguesas se produjo en un marco
internacional caracterizado por el recrudecimiento de la guerra fría, lo que explica en gran
medida las largas guerras civiles que se abatieron sobre estos países, en especial en el caso de
Angola.
Los países del Tercer Mundo, muchos de ellos recién llegados a la independencia tras el
período colonial, estaban abocados a una escena internacional en la que tenían un escaso
protagonismo y en la que la dinámica del enfrentamiento entre los bloques les llevaba a un
forzoso alineamiento con uno u otro.
Los cinco países decidieron convocar una Conferencia en la ciudad indonesia de Bandung en
abril de 1955. Veintinueve países acudieron: 23 asiáticas, de los que 14 procedían del Asia
oriental, y 6 africanos, de los que 4 pertenecían al África negra. Ni la China nacionalista ni Israel
fueron invitadas para evitar el boicot de la China Popular y de los países árabes
respectivamente, ni tampoco lo fue África del Sur, condenada por su política de apartheid.
Representantes de los países del Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez), que aún no habían
alcanzado la independencia, enviaron observadores a la Conferencia.
El "espíritu de Bandung"
En la Conferencia, como no podía ser menos, hubo una unánime condena del colonialismo que
aún dominaba en África y el sistema racista del apartheid. También fue unánime la llamada al
mundo desarrollado para que cooperase en la lucha contra el subdesarrollo y la pobreza. Por
último, en lo que se refería a las relaciones entre estados, se acordaron cinco principios,
concebidos por Sukarno y popularizados por Nehru, que vendrían a convertirse en las ideas
clave del movimiento de los países no alineados:
No agresión
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No injerencia en los asuntos internos de cada país
Coexistencia pacífica
Sin embargo, pese a estas demandas comunes, fue desde un principio muy evidente la
existencia de tres grandes corrientes enfrentadas:
Los dos Países Comunistas (China y Vietnam del Norte). Zhou Enlai, el representante
chino, fue enormemente hábil en frenar las iniciativas de los países pro-occidentales y
obtener un gran prestigio para la China de Mao.
La muerte de Stalin el 5 de marzo de 1953 abrió una nueva fase en la historia de las relaciones
internacionales. Tras un complejo proceso sucesorio, Kruschev consiguió asentarse en el poder
del Kremlin, muy especialmente tras eliminar a Beria, jefe del aparato represivo stalinista, en
junio de 1953.
El nuevo líder soviético lanza una nueva política exterior que va a denominar coexistencia
pacífica. Este nuevo concepto significaba básicamente que la URSS no solo negaba el recurso a
las armas para extender la revolución comunista por el mundo, sino que rechazaba la idea de
que la guerra con el capitalismo era inevitable. El bloque comunista, que en ese momento ya
se veía lo suficientemente fuerte para disuadir al adversario de un posible ataque,
concentraría en el futuro todas sus fuerzas en la competición pacífica con el Oeste.
La realidad de la política soviética no fue, sin embargo, tan pacífica. Como veremos, Moscú no
dudó en tomar medidas, en algún caso arriesgadas, que pusieron en grave peligro la paz
mundial.
La visión de Washington no se vio muy influenciada por la nueva política del Kremlin. En
EE.UU. primaba una situación de inseguridad propiciada por el acceso de la URSS al arma
atómica y sus ensayos con misiles intercontinentales. El lanzamiento del Sputnik en 1957, el
primer satélite al espacio por parte de los soviéticos vino a reforzar ese sentimiento.
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Tras el triunfo republicano, la nueva administración afirmó lo que se vino a denominar
la doctrina de las "represalias masivas". Washington amenazaba a la URSS con el uso masivo
del arma nuclear en el caso de que adoptara una política exterior muy agresiva.
El deshielo 1953-1956
Más allá de las formulaciones de la política exterior de las grandes potencias, la muerte
de Stalin abrió un período en el que aparecieron signos de distensión entre Moscú y
Washington: la firma del Armisticio en Panmunjong en 1953, que ponía fin a la guerra de
Corea, los acuerdos de Ginebra que ponían fin a la guerra de Indochina en 1954, la
reconciliación entre la URSS y Yugoslavia que culminó con la visita deKruschev a Tito en 1955
o la firma del Tratado de Paz con Austria en 1955, que significó la evacuación de las tropas de
ocupación y su neutralización.
Estos signos de distensión no impidieron que las superpotencias afirmaran, de forma brutal si
era necesario, su hegemonía en sus respectivas áreas de influencia. La brutal represión de
las protestas obreras en Berlín y Alemania oriental en 1953 por parte del ejército soviético de
ocupación o las intervenciones de la CIA para derrocar por la fuerza los gobiernos progresistas
de Mossadegh en Irán en 1953 o Arbenz en Guatemala en 1954, muestran bien a las claras la
complejidad de la nueva fase de las relaciones internacionales.
La muerte de Stalin trajo signos de distensión en el interior del bloque dirigido desde Moscú.
La evolución no fue evidente: en julio de 1953 los carros de combate soviéticos reprimieron
duramente las protestas obreras en Berlín. Pese a todo, la reconciliación del Kremlin con
Yugoslavia de Tito o la evacuación soviética de Austria mostraban un cambio de talante.
Este nuevo talante no hacía, sin embargo, presagiar lo que se vio en el XX Congreso del PCUS,
celebrado en febrero de 1956. Ante los atónitos delegados comunistas, Kruschev denunciaba
los crímenes deStalin y el "culto a la personalidad" que había caracterizada hasta ese
momento a la dictadura soviética. La nueva política exterior decoexistencia pacífica, implicaba
también la aceptación en el terreno teórico de la existencia de diversos caminos para la
construcción de un sistema socialista.
Esta relativa apertura tuvo su primer reflejo en Polonia. Impulsado por las manifestaciones
obreras, Gomulka, un comunista que había purgado por Stalin en 1948 retornaba al poder. Su
manifiestamente reiterada fidelidad a la URSS y a las bases del sistema comunista de las
"democracias populares" permitió que Moscú aceptara el nuevo giro en la política polaca.
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La tragedia de Hungría (1956)
La situación fue bien distinta en Hungría, donde se constató trágicamente las limitaciones de la
nueva política de Kruschev.
La resistencia de los dirigentes más stalinistas hizo que las protestas populares degeneraran en
una verdadera insurrección popular el 24 de octubre de 1956. Un comunista abierto y
liberal, Imre Nagy, accedió al poder y se puso al frente de la revolución húngara. Enfrentado a
un levantamiento que se extendía por el país, Nagy decidió encabezarlo y dio dos pasos
decisivos: la aceptación de la libertad de asociación política, lo que destruía el monopolio
comunista del poder, y, lo que fue mucho más grave, la proclamación de la neutralidad de
Hungría y su abandono del recién creado Pacto de Varsovia.
La respuesta del Kremlin fue inmediata: las tropas soviéticas ahogaron en sangre tras duros
combates la revolución húngara de 1956. La dirección soviética había puesto claramente los
límites a los que podía llegar el proceso de desestalinización.
De 1951 a 1958 la República Democrática Alemana había sufrido una verdadera hemorragia
demográfica: más de dos millones de alemanes orientales había huido hacia la República
Federal. Las diferencias de nivel de vida y de libertades provocaban este éxodo de población.
Tras momentos de fuerte tensión, la amenaza no se llegó a materializar. Hubo que esperar tres
años para que el 13 de agosto de 1961, ante los ojos atónitos de los berlineses se iniciara la
construcción de un muro infranqueable que rodearía todo el Berlín occidental. Se ponía así fin
al éxodo de alemanes orientales. Lo que se denominó en Occidente, el "muro de la vergüenza"
se convirtió en el gran símbolo de la guerra fría.
Paradójicamente, el muro del Berlín sirvió para estabilizar la situación en la RDA, calmando las
inquietudes soviéticas y suprimiendo uno de los mayores focos de tensión de la guerra fría.
La ruptura chino-soviética
Sin embargo, bajo una fachada de amistad se desarrollaba una áspera pugna basada en viejas
rivalidades nacionales y basada en la búsqueda del liderazgo del mundo comunista. Cuando en
1958 Mao Zedong lanzó su programa de reformas conocido como el Gran Salto Adelante,
China estaba lanzando un desafío al liderazgo soviético en el bloque comunista. La catástrofe
que trajo este programa, se habla de treinta millones de muertos por hambre en China, no
impidió queMao Zedong mantuviera una posición desafiante en el escenario internacional,
una posición que chocaba con la nueva política deKruschev: desestalinización y coexistencia
pacífica.
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El distanciamiento y las críticas chinas contra el "revisionismo" del Kremlin terminaron por
afectar a las relaciones entre los dos colosos comunistas. En 1959 la URSS denunció el Tratado
militar secreto que unía a ambos países y en 1960 retiró a sus consejeros y técnicos de China.
En 1962, Moscú apoya a la India en su conflicto fronterizo con China a propósito del Tibet y
Pekín denuncia tras la crisis de los misiles en Cubala actitud "capitulacionista" de la dirección
soviética ante el imperialismo americano.
El equilibrio del terror, la certeza de la mutua destrucción en caso de una "guerra caliente"
entre las superpotencias, se hizo más evidente a partir del lanzamiento del primer satélite
artificial por parte soviética: el Sputnik y la inicial superioridad de Moscú en la "carrera
espacial" mostró a Washington la capacidad del enemigo para atacarle en su propio
territorio. Robert McNamara, secretario de Defensa del nuevo presidente
norteamericano John F. Kennedy, planteó la necesidad de modificar la estrategia de
"represalias masivas" por otra de"respuesta flexible" que impidiera una catástrofe nuclear
mundial provocada por un accidente menor.
La crisis de los misiles de Cuba en 1962 llevó a las superpotencias al momento en que
más cerca se estuvo a lo largo de la guerra fría del enfrentamiento directo entre
ambas.
El nuevo marco de coexistencia pacífica no significó ni mucho menos el fin del enfrentamiento
entre los EE.UU. y la URSS en el Tercer Mundo. El período de la coexistencia pacífica se abre
con la segunda guerra del largo conflicto del Oriente Medio y concluye con una crisis en el
Caribe que a punto estuvo de llevar a la "guerra caliente" a soviéticos y norteamericanos.
En 1954, Gamal Abdel Nasser llega al poder en Egipto dando un giro espectacular a la política
exterior del principal país árabe. Apoya la FLN argelino, propone una política de unidad árabe
contra Israel y, tras participar en la Conferencia de Bandung se une al Movimiento de los
Países No Alineados, jugando a la equidistancia entre el Este y el Oeste. La reacción
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norteamericana fue inmediata poniendo fin a las negociaciones que debían financiar la gran
obra de la presa de Assuan en el Nilo.
El 29 de octubre, Israel ataca la península del Sinaí que ocupa en pocos días. El 31 de octubre
tropas franco-británicas inician los ataques que culminan con el control por parte de grupos de
paracaidistas de Port-Said y el desembarco de tropas.
Esta acción de las dos antiguas potencias coloniales se encontró con la reacción inmediata de
las dos superpotencias. El 5 de noviembre, la URSS amenaza a los agresores con represalias
atómicas. Los EE.UU., que temen que el mundo árabe y todo el Tercer Mundo bascule hacia el
bloque soviético, presionan a París y Londres para que cesen en su intervención.
Las dudas del premier británico, Anthony Eden, se disipan cuando los norteamericanos ponen
masivamente en venta libras esterlinas. La caída de la divisa británica hizo que Londres
convenciera a París para acabar con la intervención. Tras la retirada franco-británica e israelí,
lacrisis de Suez trajo importantes consecuencias:
El Reino Unido y Francia toman finalmente conciencia de que han dejado de ser
grandes potencias. Es más, Washington y Moscú no han dudado en dejárselo claro a
las dos antiguas potencias coloniales.
La toma del poder por Fidel Castro en 1959, tras derrocar la dictadura pro-americana
de Batista, va a desencadenar una dura reacción en Washington. Una de las primeras acciones
de Kennedy en la presidencia fue el fallido intento de invasión de Bahía de Cochinos o Playa
Girón.
Una revolución que, en principio no era comunista, acabo alineándose con el bloque
comunista. La agresividad norteamericana hace que el dictador cubano pida a la URSS el
despliegue de misiles nucleares en su territorio.
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isla. El mundo guardó la respiración ante la posibilidad de un incidente que llevara a la fatal
escalada nuclear.
Tras estar "al borde del abismo", Kennedy y Kruschev deciden iniciar una nueva política de
distensión de forma más sistemática y duradera. Se abría así un nuevo período en la larga
historia de la guerra fría.
¿Cuáles fueron las razones que llevaron a EE.UU. y la URSS a adentrarse en un período de
relativa distensión en sus relaciones? Esencialmente podemos señalar tres motivos:
La crisis de los misiles en Cuba en 1962 hizo tomar conciencia a las superpotencias del
peligro mortal de la posesión y multiplicación de su arsenal nuclear.
Las dos superpotencias consideraron por diferentes motivos que una relajación de las
tensiones favorecía a sus objetivos a largo plazo. Podemos hablar en ese sentido de la
distensión como un medio para obtener los fines a largo plazo de cada superpotencia.
El teléfono rojo
Uno de los elementos más célebres de la nueva situación fue el establecimiento de lo que se
vino a denominar el "teléfono rojo"entre la Casa Blanca y el Kremlin en septiembre de 1963.
Era una consecuencia de la crisis de los misiles en Cuba y de la necesidad de establecer una
comunicación directa entre Washington y Moscú que pudiera frenar una crisis antes de que se
produjera una escalada en la tensión.
La paridad nuclear
Esta nueva relación no supuso en absoluto el fin de la carrera armamentística. EE.UU. había
quedado conmocionado a fines de los cincuenta por el liderazgo soviético en la "carrera del
espacio": el lanzamiento del Sputnik fue un verdadero aldabonazo en la conciencia de
seguridad norteamericana. Nada más llegar al poder, Kennedy lanzó el programa "Apollo" para
recuperar el retraso acumulado en el terreno de los ingenios balísticos ("Missile gap"). Los
norteamericanos pronto sobrepasaron a la URSS en ese terreno, en 1963 había 500 misiles
intercontinentales norteamericanos por 100 soviéticos, y consiguieron poner al primer hombre
en la luna en 1969. Sin embargo, la guerra de Vietnam hizo que los EE.UU. consagraran su
gasto militar en otra dirección lo que permitió que la URSS recuperara el terreno perdido. En
1971 se había establecido la paridad nuclear.
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Los acuerdos de control armamentístico
Lo que aún fue más importante, en 1969 se iniciaron negociaciones sobre limitación de armas
stratégicas (SALT - Strategic Arms Limitation Talks), que finalmente llevaron a la firma en
Moscú delAcuerdo SALT I. Este tratado ponía límite a la construcción de armamentos
estratégicos, y fijaba un número para los misiles intercontinentales (ICBM) y los lanzadores de
misiles instalados en submarinos (SLBM) que poseían la URSS y los EEUU. También
prácticamente prohibía el establecimiento de sistemas de defensa antimisiles. Era el mayor
ejemplo, llevado al absurdo, del "equilibrio del terror": la única forma de mantener la paz era
que ninguna de las superpotencias se sintiera segura. La "mutua destrucción asegurada" era
la única forma de impedir el conflicto.
Un mundo multipolar
Esta diversificación del poder económico no se concretó, sin embargo, en un desafío político.
Este, aunque muy matizado por la desproporción de fuerzas, vendrá de la Francia de De
Gaulle. El general francés tras volver al poder en el marco de la crisis provocada por la guerra
de Argelia se lanzó a una política nacionalista y de grandeza nacional, Francia accedió a la
bomba atómica en 1960, frente al aliado norteamericano.
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Se negó a admitir la entrada del Reino Unido en la C.E.E. por dos veces, en 1963 y
1967. Para el general francés, el Reino Unido, con su "special relationship" con
Washington, significaba un verdadero "caballo de Troya" norteamericano que hubiera
desnaturalizado un proyecto europeo independiente.
La República Federal de Alemania también inició una cierta autonomía diplomática, aunque en
este caso su fidelidad a la alianza norteamericana y a la OTAN nunca se puso en cuestión. Willy
Brandt, líder de la socialdemocracia alemana, accedió a la cancillería de Bonn en 1969 e inició
una política de apertura hacia el este, conocida como la Ostpolitik. La nueva actitud de la RFA
de aceptación de las fronteras surgidas de la segunda guerra mundial llevó a la firma de
tratados con la URSS, Polonia y Checoslovaquia.
En ese contexto de acercamiento, el 1971 el estatuto de Berlín fue acordado por las cuatro
potencias ocupantes y las dos Alemanias, la RFA y la RDA, se reconocieron mutuamente en
1972, ingresando al año siguiente en la ONU.
Janos Kadar, dirigente húngaro impuesto tras la invasión soviética de 1956, si bien se
mantiene fiel en el terreno diplomático a la URSS y al Pacto de Varsovia, ensaya en el
terreno económico reformas liberales que alejaron a su país del modelo ortodoxo
soviético y permitieron un relativo bienestar de la población.
23
reacción soviética no se hizo esperar: el 21 de agosto tropas del Pacto de Varsovia, con la
ausencia de Rumanía, invadieron Checoslovaquia y pusieron fin al experimento normalizador.
El líder soviético proclamó la Doctrina Breznev que consagraba el dominio soviético sobre las
"democracias populares".
Junto a las relaciones Este-Oeste que caracterizaron la guerra fría, en los años sesenta surge
claramente la conciencia de la existencia de unas relaciones Norte-Sur: relaciones entre el
Norte desarrollado y el Sur o Tercer Mundo.
La distensión no puso fin a la competición entre los dos bloques enfrentados. Esta
competencia se concretó en dos grandes conflictos armados que han marcado la segunda
mitad del siglo XX: el conflicto del Próximo Oriente, que aún en los inicios del siglo XXI sigue
siendo uno de los mayores focos de tensión en el mundo, y el conflicto de en la península de
Indochina que tuvo su mayor exponente en laguerra de Vietnam, la gran derrota americana
durante la guerra fría.
Las guerras que enfrentaron a árabes e israelíes en 1967 y 1973 ilustran bien las reglas de la
distensión: los dos grandes se enfrentan mediante pequeños estados interpuestos pero
controlan perfectamente su competencia sin poner en riesgo la paz general entre las
superpotencias.
Tras la crisis de Suez en 1956, el Egipto de Nasser y con él los países árabes refuerza sus lazos
con la URSS, mientras que Israel se convierte en el aliado estratégico de EE.UU. en la región.
Envalentonado por el éxito diplomático de 1956 y el apoyo militar soviético, Nasser multiplica
sus acciones amenazadoras contra Israel, entre ellas destaca el bloqueo del golfo de Akba para
todo navío que se dirigiera al puerto israelí de Eilath.
La respuesta militar israelí fue fulgurante. el 5 de junio de 1967 desencadena la Guerra de los
Seis Días. En ese corto tiempo, los israelíes ocupan los Altos del Golán en Siria, la península del
Sinaí en Egipto, la banda de Gaza, Cisjordania y la ciudad vieja de Jerusalén. La aplastante
derrota árabe trajo consigo importantes cambios en la escena internacional y estratégica:
Israel pasa de país asediado a potencia ocupante. Se niega a devolver los territorios
ocupados y, mediante una dura política de represión, trata de expulsar al mayor
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número posible de palestinos hacia los países vecinos. Proclama unilateralmente la
reunificación de Jerusalén, anexionándose el Jerusalén árabe.
La diáspora palestina y el enfrentamiento de esta con Israel van a desequilibrar a los países
vecinos:
Desde sus bases en el Líbano Arafat y la OLP continúan sus ataques contra Israel y
consiguen ser reconocidos como "únicos representantes del pueblo palestinos",
primero en 1973 por elmovimiento de los países no alineados en su Conferencia de
Argely al año siguiente por la ONU a cuya Asamblea General se dirigeArafat en 1974.
Sin embargo, la llegada masiva de palestinos rompió los delicados equilibrios de una
sociedad tan compleja como la libanesa y en 1975 se inició una brutal guerra civil.
Anuar el-Sadat, el nuevo líder egipcio que había sucedido a Nasser en 1970, ante la negativa
israelí a cualquier concesión en lo referente a los territorios ocupados, comenzó a preparar
junto a Siria una nueva guerra que permitiera a ambos países árabes recuperar lo perdido en
la Guerra de los Seis Días. Así el 6 de octubre de 1973, tropas egipcias y sirias atacaron por
sorpresa a Israel. Se iniciaba la Guerra del Yom Kippur o del Ramadán, según se utilice la
festividad religiosa judía o el mes santo musulmán en el que comenzó el conflicto.
El factor sorpresa permitió importantes avances árabes: los egipcios cruzaron el Canal de Suez
y los Altos del Golán volvieron a manos sirios. Sin embargo, diez días más tarde los israelíes
contraatacaron recuperando el terreno perdido. Las dos superpotencias que habían armado
masivamente a sus respectivos aliados, buscaron una solución al conflicto que no engendrara
mayor inestabilidad en la zona. Kissinger viajó a Moscú donde se acordó las bases de una
resolución de la ONU pidiendo el alto el fuego a los contendientes. El 25 de octubre de 1973
cesaron las hostilidades.
La Guerra árabe-israelí de 1973 tuvo enormes consecuencias. No solo abrió una nueva fase en
el conflicto del Oriente Medio que vendrá a concretarse en 1979 con la firma de los Acuerdos
de Camp David, sino que tuvo una enorme repercusión en la economía mundial: la crisis del
petróleo que marcará el fin de una larga etapa de expansión del sistema capitalista en los
países desarrollados.
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La guerra de Vietnam
La guerra de Indochina concluyó con los Acuerdos de Ginebra de 1954 que preveían que, tras
la retirada francesa, el Vietnam del Norte comunista dirigido por Ho Chi Minh y Vietnam del
Sur, bajo una dictadura pro-occidental dirigida por Dinh Diem, debían reunificarse mediante
elecciones libres. La negativa del régimen del sur, apoyada por EE.UU., se apoyó en la certeza
de la victoria comunista.
La gran superpotencia, sin embargo, no pudo derrotar a un contrincante armado por la URSS.
Las grandes protestas de la juventud norteamericana y los éxitos militares del Vietcong
(ofensiva del Tet en 1968) hicieron que en 1969 el nuevo presidente norteamericano, Richard
Nixon, decidiera reducir rápidamente la implicación norteamericana en el conflicto. A la vez
que los efectivos estadounidenses se reducían drásticamente, de 500.000 pasaron a 50.000, se
organizaba un gran ejército survietnamita que con más de 1.800.000 hombres no dudó en
extender el conflicto a Camboya y Laos.
Todos los esfuerzos norteamericanos fueron baldíos. La gran ofensiva norvietnamita de 1972 y
el fracaso de los bombardeos en respuesta llevó a la firma de la paz en París, el 23 de enero de
1973. Los EE.UU. se retiraron de Vietnam. La retirada de sus tropas trajo el inmediato
derrumbamiento del régimen de Vietnam del Sur . La ofensiva final comunista llegó en la
primavera de 1975. El 17 de abril, Phnom Penh caía en manos de los Khmers Rojos y el 30 los
norvietnamitas y el Vietcong tomaban Saigón y Vietnam se reunificaba bajo un sistema
comunista. La guerra había terminado.
Durante muchos años las relaciones entre los países de América Latina y EE.UU. han estado
marcadas por la preocupación común de Washington y las oligarquías de cada país de
oponerse a cualquier amenaza revolucionaria.
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En el contexto de la guerra fria, las administraciones norteamericanas no han dudado en
apoyar dictaduras militares conservadoras y fuertemente represivas. Para los políticos de
Washington, los movimientos reformistas o revolucionarios en el continente americano no
sólo eran una respuesta a las fuertes desigualdades sociales sino que también eran acciones
desestabilizadoras orquestadas desde Moscú o La Habana con el objetivo de establecer
regímenes aliados al bloque soviético. La amplitud de los intereses económicos
norteamericanos en la región y su proximidad geográfica reforzaban esta actitud.
El mejor ejemplo de este fenómeno lo constituye Chile. En 1970 ganó las elecciones la Unidad
Popular, una coalición de izquierdas dirigida por el socialista Salvador Allende. Con un un
programa no muy radical, Allende se encontrará desde un principio atrapado entre sus aliados
más revolucionarios (el izquierdista MIR, la facción más radical del Partido Socialista) y la
reacción de unas clases medias y altas inquietas ante la posibilidad de una evolución "a la
cubana".
Chile no fue un caso aislado. Las dictaduras militares apoyadas por EE.UU. serán la norma en
los setenta. Otro caso especialmente feroz fue el de la Junta militar establecida en Argentina
en 1976 dirigida por el general Videla.
El fin de la distensión
No hay acuerdo entre los historiadores en señalar un único factor como el detonante que
provocó el fin de la época de distensión y el inicio de un nuevo período de recrudecimiento de
la guerra fría.
Aunque el año 1975 es a menudo señalado como el inicio de este nuevo período de tensión,
paradójicamente ese año tuvo lugar uno de los símbolos de la distensión la Conferencia de
Seguridad y Cooperación en Europa celebrada en Helsinki. El Acta de Helsinki significó el
reconocimiento de fronteras, el estrechamiento de la cooperación económica y vagos
compromisos de respeto de los derechos humanos.
Sin embargo, la desconfianza creada tras la Guerra del Yom Kippur en 1973, la crisis
económica internacional de ese mismo año, el escándalo Watergate en 1974 o la derrota
norteamericana en Vietnam en 1975 crearon una dinámica favorable a una nueva expansión
soviética que inmediatamente agudizó la tensión internacional.
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los Khmers rojos hicieron que la URSS y su aliado Vietnam fueran los únicos beneficiarios de la
nueva situación en Indochina. Por un lado, los EE.UU. perdieron todas su influencia en la
región, mientras que, por otro lado, el gobierno chino perdía el gobierno aliado de Pol Pot en
Camboya.
En África fue donde tuvo lugar una más rápida expansión soviética. En 1974, en Etiopía, uno
de los países más pobres del mundo, se produce una revolución que derroca la monarquía y
que llevará a su líder Mengitsu a instalar en 1977 un régimen que se proclama marxista y
aliado de la URSS. Tras la "revolución de los claveles" en Portugal, en 1975 sus antiguas
colonias africanas acceden a la independencia. En el marco de guerras civiles se instauran
en Angola y Mozambique, regímenes revolucionarios y favorables a los soviéticos. En la guerra
angoleña, la Cuba de Fidel Castro envía tropas que lucharán contra las incursiones del ejército
sudafricano que apoyaba al contendiente anticomunista.
Este pobre país, que durante el siglo XIX había sido terreno de disputa del imperialismo ruso y
el inglés, volvió en los años setenta a convertirse en un territorio clave en las relaciones
internacionales.
A partir del derrocamiento del rey Zaher Shah en 1973 se abrió un período de inestabilidad en
el que finalmente se disputaron el poder diversas facciones comunistas enfrentadas a su vez
con guerrillas islámicas. Moscú decide intervenir para imponer un gobierno que garantizase el
orden y mantuviera al país en la esfera de influencia soviética: el 24 de diciembre de 1979 las
tropas soviéticas invaden el país, se iniciaba la guerra de Afganistán.
Jimmy Carter (1976-1980) llevó a la Casa Blanca una nueva política internacional muy influida
por cuestiones morales y humanitarias. Ese impulso recordaba al presidente Wilson, también
miembro del partido demócrata. El elemento central de la nueva política exterior
norteamericana debía ser la defensa de los derechos humanos. La cínica política mantenida en
América Latina por tantos años en los que Washington no había dudado en apoyar a brutales
dictaduras subyacía bajo esta nueva preocupación.
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En un principio, Carter obtuvo importantes éxitos. Tras arduas negociaciones consiguió que el
Senado aprobara en 1977 el acuerdo para retornar a Panamá, en el año 2000, la soberanía del
Canal, lo que significó un gran cambio en la tradicional política norteamericana hacia América
Latina. El año siguiente, 1978, contempló su mayor éxito diplomático: la firma de los Acuerdos
de Camp David por parte de Menajem Begin, primer ministro de Israel, y Anuar el Sadat,
presidente de Egipto. Sus éxitos culminaba en 1979 con el establecimiento de relaciones
diplomáticas entre EE.UU. y la República Popular de China y la firma en junio de 1979 en una
cumbre con Breznev en Viena de los Acuerdos SALT II. Estos acuerdos de desarme fueron, sin
embargo, severamente criticados por la opinión más conservadora norteamericana que
consideraba que permitían a la URSS situarse en una posición de ventaja. Entre estos críticos
destacaba un político de la derecha republicana, Ronald Reagan.
Todos los éxitos de la política internacional de Carter se vieron eclipsados por el triunfo de
la revolución islámica en Irán en enero de 1979. El acceso de Jomeini y los clérigos chiítas al
poder en Teherán marcaba la aparición de un fenómeno, el del islamismo, que en aquel
momento nadie, ni la propia administración americana ni el Kremlin, fue capaz de valorar en su
verdadera importancia. La humillación que sufrió el "Gran Satán", en palabras de Jomeini ,
con el asalto a la embajada norteamericana y el mantenimiento durante 444 días de los
rehenes capturados supuso un durísimo golpe para el prestigio deCarter y, en gran medida, le
costó su fracaso en las elecciones de 1980.
La reacción de Carter fue inmediata. Congeló el debate en el Senado de los Acuerdos SALT II,
anunció una drástica reducción de venta de grano y de productos de alta tecnología a la URSS,
y, viendo en la invasión de Afganistán una amenaza en una región tan sensible como la del
Golfo Pérsico anunció lo que se vino a denominar la Doctrina Carter: el compromiso
norteamericano de usar la fuerza si fuera necesario para acceder a los recursos petrolíferos del
Golfo Pérsico. El boicoteo de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1989, al que la URSS y sus
aliados contestarían no acudiendo a los Juegos de Los Angeles en 1984 fue el triste resultado
en el terreno deportivo de esta agudización de las tensiones entre los bloques.
Cuando Carter abandonó la Casa Blanca, derrotado por el republicano Ronald Reagan, las
relaciones soviético-norteamericanas se hallaban en una situación de deterioro, desconocida
desde hacía muchos años.
La postura del nuevo presidente Reagan (1980-1988) quedó definida en su célebre discurso
pronunciado el 8 de junio de 1982 en la Cámara de los Comunes británica durante una visita a
una Gran Bretaña dirigida por una política muy próxima a sus puntos de vista:Margaret
Thatcher. En ese discurso el presidente norteamericano calificó a la URSS lisa y llanamente de
"Imperio del Mal".
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Sin reparar en el enorme déficit con el que tuvo que cargar la administración
norteamericana, Reagan se lanzó al mayor rearme de la historia de su país desde la segunda
guerra mundial. Este programa de rearme tuvo dos elementos clave: el mantenimiento de la
"doble decisión" adoptada en 1979 por la OTAN desplegando los
denominados "euromisiles" en Europa occidental a partir de 1983, y su propuesta, también en
1983, de la Iniciativa de Defensa Estratégica que de llevarse a cabo hubiera significado el fin
del "equilibrio del terror" y la posibilidad para EE.UU. de ganar una guerra nuclear.
La invasión de Granada, pequeña isla caribeña, donde existía un régimen izquierdista al que
Washington acusó de ceder su territorio para ser utilizado por cubanos y soviéticos.
La ayuda a la guerrilla islámica que luchaba contra los soviéticos enAfganistán. Aquí los EE.UU.
aplicaron una política que años después se volvería en su contra de forma espectacular. La
ayuda militar masiva a la guerrilla islámica fortaleció las posturas más extremas del islamismo
que posteriormente constituirán el mayor problema al que se enfrente EE.UU. y el mundo
occidental. Un simple dato: Osama bin Laden luchó en la guerra de Afganistán en una guerrilla
islámica armada y apoyada por Washington.
La compleja política norteamericana frente a Irán nos muestra un nuevo elemento que
debemos comentar para conseguir una mejor imagen de conjunto: la aparición de conflictos
que iban más allá de la lógica de los bloques enfrentados.
El final de la década de los setenta y los inicios de los ochenta forman un período clave en el
que viejos y nuevos fenómenos internacionales interactuaron de forma compleja. En un
contexto caracterizado por una crisis económica internacional aguda, la "crisis del
petróleo" iniciada en 1973, y por el inicio de la crisis final del sistema soviético, el Tercer
Mundo va a ser escenario de la aparición de nuevos conflictos que van a trascender la lógica
del enfrentamiento entre bloques, del conflicto entre EE.UU. y la URSS.
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La paz entre Egipto e Israel (1979)
El presidente egipcio Anuar el Sadat rompió en 1976 la alianza queNasser había tejido con la
URSS y, con el patrocinio norteamericano, firmó en 1978 con el líder israelí Menajem
Begin los Acuerdos de Camp David que llevaron a la firma del tratado de paz entre Egipto e
Israel en 1979.
Esta paz por separado no trajo, sin embargo, la solución al conflicto. Los territorios palestinos
continuaron bajo la ocupación israelí y Egipto fue condenado y aislado en el mundo
árabe. Sadat , considerado por muchos árabes como un traidor, murió asesinado en 1981 por
un grupo integrista musulmán.
La aparición del islamismo, movimiento de fronteras difusas y difícil definición que también se
viene en denominar fundamentalismo o integrismo islámico, es, sin lugar a dudas, la gran
novedad del paisaje político mundial en la fase final del siglo XX.
Aunque sus primeras manifestaciones aparecen en la primera mitad del siglo, el mejor ejemplo
son los Hermanos Musulmanes en Egipto, es en el conflictivo marco del Oriente Medio donde
el islamismo va alcanzar sus primeros éxitos.
Tras cinco meses de cruentas manifestaciones el régimen pro-occidental del Sha de Irán es
depuesto por una revolución islámica. El ayatollah Jomeini, máxima autoridad del clero chiíta
accede al poder político y establece una brutal dictadura en la que impone a la población iraní
los principios más rigurosos del Islam. En el terreno internacional, el Irán islámico se enfrenta a
la vez con las dos superpotencias: EE.UU. "El Gran Satán" y la URSS comunista y atea. Humilla
a Carter con el asalto a la embajada de EE.UU. en Teherán y la retención por más de un año de
una cincuentena de rehenes y no duda en enfrentarse a Breznev deteniendo y fusilando a
militantes comunistas.
No es de extrañar que las potencias occidentales y Moscú miraran hacia otro lado e incluso
apoyarann con armas a Irak, cuando su dictador, Saddam Hussein, decidió atacar a su vecino
Irán. La guerra Irán-Irak (1980-1988), además de una de las más crueles del siglo XX, fue un
buen ejemplo de los nuevos conflictos que sobrepasaban el marco estricto de la guerra fría y
adelantaban las nuevas líneas de fractura que caracterizarán al mundo tras el fin del conflicto
entre el bloque occidental y el soviético.
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Los conflictos entre las potencias comunistas en Indochina
Los conflictos entre estos dos países comunistas se multiplicaron en adelante. El conflicto
chino-soviético se vino a concretar en la península indochina. Finalmente, las tropas
vietnamitas con apoyo soviético conquistaron en 1978 la Kampuchea (Camboya) de losKhmers
rojos. Posteriores enfrentamientos fronterizos entre China y Vietnam fueron la última fase de
esta pugna entre las dos grandes potencias comunistas por la hegemonía en la península
indochina.
El repliegue soviético
Por unos años el panorama internacional había mostrado de forma engañosa un avance de las
posiciones soviéticas en el gran tablero de la guerra fría. Estos éxitos fueron efímeros y muy
pronto el Kremlin comprendió que le era absolutamente necesario iniciar reformas que sólo
podían triunfar en un marco internacional menos crispado. ¿Cuáles fueron los factores que
llevaron al ascenso de Mijaíl Gorbachova la secretaría general del PCUS y al inicio del fin de
la guerra fría?
Factores externos
La dureza de las posiciones de Reagan fueron sin lugar a dudas un elemento clave que llevó a
la dirección soviética a reconsiderar la escalada ene el enfrentamiento con EE.UU. Por muy
discutible que fuera su aplicación inmediata, la Iniciativa de Defensa Estratégica puso en el
tapete la superioridad tecnológica y económica de EE.UU. y la debilidad soviética en esos dos
terrenos clave de la pugna entre potencias.
Factores internos
El desafío al Kremlin no solo vino de su gran adversario. En el seno del bloque soviético se
inició en 1980 la primera de las grandes protestas que culminarán en 1989 con el derrumbe de
las democracias populares. En Polonia, el sindicato Solidaridad dirigido por Lech
Walesa organizó una oleada de protestas que culminó con los Acuerdos de Gdansk, por los
que, por primera vez en la historia de los países comunistas, el gobierno de Varsovia reconocía
un sindicalismo independiente y libertad de expresión. Esta experiencia democratizador duró
poco y, para evitar una intervención soviética, el general Jaruzelski declaró el estado de guerra
y acabó con las reformas en 1982. Sin embargo, era evidente las crecientes dificultades de
Moscú para controlar a sus estados satélite.
La situación era aún más complicada en la propia URSS. La economía tenía graves problemas
estructurales. No sólo dependía de las importaciones de grano norteamericano para alimentar
a su población, sino que se hallaba muy rezagada en diversos aspectos tecnológicos clave con
respecto a la economía occidental. El estancamiento económico y el progresivo deterioro del
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nivel de vida de la población soviética hacían evidente la imposibilidad de aceptar el desafío
militar norteamericano y extendían el desaliento y la desmoralización entre la población.
A esta crisis social y económica se le vino a unir una grave crisis política. En un sistema en el
que poder desde tiempos de Stalin se había concentrado en el Politburó del Comité Central del
PCUS y, especialmente, en la figura del Secretario General del partido, la muerte de Breznev a
los 76 años en 1982 puso en evidencia el anquilosamiento del sistema político soviético. El
poder se hallaba en manos de una verdadera gerontocracia: a Breznev le sucedió Yuri
Andropov, de 68 años, que murió dos años después en 1984. AAndropov le vino a
sustituir Chernenko, un anciano que murió un año después en 1985.
Hasta el fin de la guerra de Vietnam en 1975, la imagen de EE.UU. había sido muy negativa y la
URSS llevaba la delantera en lo que podemos denominar "la batalla de la imagen" entre las dos
potencias. A partir de esa fecha la situación cambió. Los factores fueron múltiples: la
publicación en 1974 de "Archipiélago Gulag" de Alexander Soljenitisin en el que el escritor ruso
ponía al desnudo el horror del sistema de campos de concentración soviéticos, la invasión de
Afganistán en 1979 o el lamentable espectáculo de la gerontocracia soviética con las sucesivas
muertes y sustituciones de Breznev,Andropov y Chernenko llevaron a la URSS a una situación
en la que la necesidad de cambio era evidente.
El 11 de marzo de 1985, Mijaíl Gorbachov, de "sólo" 54 años, era elegido Secretario General
del PCUS. Nadie podía esperar la magnitud del proceso de cambios que desencadenó.
Mijaíl Gorbachov fue nombrado Secretario General del PCUS el 11 de marzo de 1985. La
situación a la que se enfrentaba el nuevo líder del Kremlin era en general lamentable: tras
largos años de estancamiento, la economía se hallaba al borde de la bancarrota y la sociedad
soviética se encontraba inmersa en una verdadera crisis moral caracterizada por la falta de
compromiso ideológico y el escepticismo general. Era imposible que la URSS mantuviera por
más tiempo la ficción de "paridad" con los EE.UU.
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denominó un "nuevo pensamiento político" (Novy Myshlenie): el nuevo mundo se
caracterizaba por la "interdependencia global", en adelante, había que olvidarse de la lógica de
la guerra fría y buscar la cooperación y el consenso en la dirección de las relaciones
internacionales. Se trataba de buscar "una acción recíproca, constructiva y creador al mismo
tiempo (...) para impedir la catástrofe nuclear y para que la civilización pueda sobrevivir".
La URSS se preparaba para un gran repliegue, tanto en su competencia con los EE.UU. como en
los compromisos internacionales que había ido adquiriendo a lo largo de la guerra fría.
La tendencia apuntada por Gorbachov desde el inicio de su mandato se vio acrecentada por
una serie de acontecimientos que hicieron absolutamente evidente la necesidad de reformas:
La nueva actitud del líder soviético encontró, sorpresivamente para muchos, una voluntad
negociadora por parte de Reagan y la administración norteamericana. Tras el primer
encuentro en Ginebra en 1985 y el fracaso de la cumbre en Reikiavik en octubre de 1986, los
acuerdos y las medidas de distensión se sucedieron:
En diciembre de 1987, los dos líderes firmaron el Tratado de Washington, que preveía
la destrucción de las armas nucleares de corto y medio alcance. Era el fin de los SS-20
soviéticos y los euromisiles (Pershing y Crucero). Por primera vez, las dos
superpotencias firmaban un acuerdo que no limitaba sino que eliminaba de forma
verificada armas nucleares.
Las negociaciones START (Strategic Arms Reduction Talks), mientras tanto, avanzaron
de forma significativa a lo largo de 1988. Por primera vez, se planteaba de una forma
seria la reducción de las armas nucleares estratégicas. En junio de
1988, Gorbachov y Reagan mantuvieron un encuentro en la cumbre en Moscú en el
que prosiguieron las conversaciones. Fruto de esas negociaciones fue la firma
del Tratado START en julio de 1991 por parte de un Gorbachov al que le quedaban
pocos meses en el Kremlin y un George Bush que había sustituido en la presidencia
a Reagan. Esta cumbre fue denominado por muchos observadores como la primera
cumbre de la "posguerra fría".
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Gorbachov no sólo planteó el desarme nuclear sino que, empeñado en acelerar el
proceso de distensión, anunció en diciembre de 1988 ante las Naciones Unidas una
reducción unilateral de 500.000 hombres en las fuerzas armadas soviéticas y la
retirada de tropas y carros de combate de la Europa Oriental. Pocos meses después,
en marzo de 1989 se iniciaron en Viena conversaciones para la reducción de fuerzas
convencionales en Europa que culminarían con un acuerdo firmado en Ottawa en
febrero de 1990 por los ministros de asuntos exteriores de los países miembros de
la OTAN y el Pacto de Varsovia.
Además de buscar la distensión con los EE.UU., la dirección soviética inició una clara política de
desvinculación de sus compromisos con sus aliados a lo largo del mundo:
De forma graduada pero sin interrupciones, la URSS fue comunicando a sus aliados el
fin de su apoyo militar y económico. Fidel Castro y los sandinistas nicaragüenses en
América Latina; los regímenes de Angola, de donde se retiran las tropas cubanas,
Mozambique y el general Mengistu en Etiopía; Vietnam en Asia..., todos recibieron la
noticia de que la URSS iba a interrumpir su ayuda financiera, diplomática y militar.
Ya en septiembre de 1988, Gorbachov había clausurado el Comité de Enlace con los países
socialistas en el PCUS, un señal de que el Kremlin abandonaba la Doctrina Breznev. En
diciembre de ese mismo año anunció solemnemente en la Asamblea General de la ONU un
recorte unilateral de más de medio millón de soldados, de los que la mitad se retirarían con
más de cinco mil tanques de la Europa del Este. La actitud de Moscú era cada vez más
claramente conciliadora hacia la reforma en las "democracias populares"
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Aunque el objetivo de Gorbachov era que estos países aplicaran su propia perestroika,
manteniéndose en el Pacto de Varsovia, muy pronto la realidad desbordó sus esperanzas.
Polonia
Polonia fue el país que inició el proceso revolucionario. Tras una serie de huelgas en el verano
de 1988, el gobierno comunista, dirigido por el general Jaruselzski, tuvo que sentarse a
negociar con el sindicatoSolidaridad. Los acuerdos de abril de 1989 significaron el
reconocimiento legal del sindicato y la apertura de un proceso de transición democrática. El
partido comunista fue duramente derrotado en las elecciones de junio y no tuvo otro remedio
que permitir la formación de un gobierno presidido por un Mazowiecki, dirigente
deSolidaridad. Se formaba así el primer gobierno no comunista en Europa Oriental desde
1945. La rápida descomposición del régimen comunista, permitió que Lech Walesa fuera
elegido presidente del país en 1990.
Hungría
En Hungría fueron los propios reformadores comunistas, como Imre Pozsgay, los que
desmontaron con gran celeridad el sistema. Tras expulsar al viejo Janos Kadar en 1988, en la
primavera de 1989 se estableció el multipartidismo y en octubre de ese año el Partido
Socialista Obrero Húngaro (nombre oficial del partido comunista) se disolvía y se aprobaba una
constitución democrática. Las elecciones del primavera de 1990 llevaron al poder a fuerzas
democráticas anticomunistas.
El cambio en Hungría tuvo una enorme repercusión exterior. La decisión de las autoridades de
Budapest de abrir su frontera con Austria en septiembre de 1989 abrió una "brecha" en
el telón de aceropor el que decenas de miles de habitantes de la República Democrática de
Alemania huyeron hacia la República Federal de Alemania, atravesando Checoslovaquia,
Hungría y Austria. Al éxodo de la población se le unió pronto una oleada de manifestaciones a
lo largo de toda Alemania Oriental.
El líder de la RDA, Eric Honnecker, que acababa de felicitar públicamente al embajador chino
por la represión en la plaza de Tiananamen, se planteó la solución represiva. Fue en ese
momento cuando la actitud de Gorbachov disipó las últimas dudas. A fines de octubre de 1989
hubo tres declaraciones de enorme importancia política:
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A partir de aquí los acontecimientos se precipitaron, Honnecker fue sustituido por un
comunista reformista, Egon Krenz, quién tomó la histórica decisión de abrir el Muro de
Berlín el 9 de noviembre de 1989.
Checoslovaquia
La caída del Muro de Berlín precipitó los acontecimientos en los demás países del este. El
régimen de Gustav Husak, guardían de la ortodoxia brezneviana desde 1968, tras un último
intento represivo contra una manifestación estudiantil el 17 de noviembre, se derrumbó con
enorme facilidad. La denominada "Revolución de Terciopelo" llevó a fines de diciembre a la
presidencia de la Asamblea legislativa al héroe de la Primavera de Praga, Alexander Dubcek, y
a la jefatura del gobierno a Vaclav Havel, uno de los disidentes más famosos en la Europa
comunista.
Bulgaria
Al día siguiente de la caída del Muro de Berlín, un golpe dentro de la dirección del partido
comunista, alentado por Gorbachov, derrocó al viejo líder Todor Yivkov y llevó al poder a Petar
Mladenov, un comunista reformista que inició el camino hacia la democratización del régimen.
Rumanía
Aquí tuvo lugar la revolución más violenta de 1989. El 21 de diciembre el Conducator Nicolae
Ceaucescu se encontró con que una manifestación para glorificarle se convirtió en una áspera
protesta popular. En ese momento estalló una insurrección preparada por diversos cargos del
partido comunista, y apoyada por el ejército y el pueblo. Tras vencer la resistencia de
la Securitate, la temida policía secreta del régimen, Ceaucescu y su mujer Elena fueron
apresados en su intento de huida, juzgados sumariamente y ejecutados el 25 de diciembre.
La revolución rumana, que causó cerca de dos mil víctimas, puso fin al ciclo revolucionario de
1989 en la Europa oriental. En la pequeña pobre y pro-china Albania hubo que esperar un año
más para que la dictadura instaurada por Enver Hoxha terminara cayendo.
La muerte de Mao Zedong abrió una profunda crisis política en la China comunista que
finalmente concluyó en 1980 con el ascenso al poder de Deng Chiaoping. Con la nueva
dirección China se abrió a Occidente: Deng viajó a Washington, se firmó un acuerdo comercial
chino-japonés y se llegó a un arreglo amistoso con el Reino Unido para la vuelta de Hong Kong
a la soberanía china. Paralelamente, se emprendió una profunda reforma económica
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introduciendo elementos puramente capitalistas como la limitación del control estatal, los
incentivos a la producción y al consumo y la apertura a las inversiones extranjeras.
El éxito económico fue espectacular y el país crecía a fines de los ochenta a tasas superiores al
10% interanual del PIB. Sin embargo, en el caso chino no se aplicaron reformas de tipo político,
las libertades civiles y políticas estaban ausentes y el Partido Comunista siguió manteniendo
férreamente el control político del país.
Los ecos de la perestroika llegaron hasta china y en 1989 una oleada de protestas,
principalmente protagonizadas por estudiantes, recorrió la geografía china. La "Primavera de
Pekín" floreció y el 20 de mayo de 1989 le situación estaba fuera del control de las autoridades
comunistas, más de un millón de manifestantes llenaron las calles. El 29 de mayo, los
estudiantes demócratas erigieron una estatua en la plaza de Tiananmen a la "Diosa de la
Democracia".
Mientras se jugaba una partida interna en la cúspide del poder comunista entre partidarios de
la negociación y defensores de la represión. Finalmente, estos últimos se impusieron y el 3 de
junio de 1989, unidades militares del Ejército Popular Chino aplastaron la revuelta. Pese al
secretismo de las autoridades chinas, se calcula en centenares de muertos y miles de
detenidos el coste social de la represión.
La guerra fría, el enfrentamiento que había marcado las relaciones internacionales desde el fin
de la segunda guerra mundial, va a terminar de una forma que nadie se hubiera atrevido a
pronosticar unos años antes, por el derrumbe y desintegración de uno de los contendientes. El
fin de la guerra fría y la desaparición de la Unión Soviética son dos fenómenos paralelos que
cambiarán radicalmente el mundo.
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Otros señalan que el fin del conflicto tuvo lugar el 21 de noviembre de 1990, cuando
los EE.UU., la URSS y otros treinta estados participantes en la Conferencia para la
Seguridad y la Cooperación en Europa firmaron la Carta de París, un documento que
tenía como principal finalidad regular las relaciones internacionales tras el fin de
la guerra fría. La Cartaincluía un pacto de no agresión entre la OTAN y el Pacto de
Varsovia. El presidente Bush manifestó tras firmar el documento: "Hemos cerrado un
capítulo de la historia. La guerra fría ha terminado."
Sólo dos días antes se había firmado Tratado sobre Fuerzas Convencionales en
Europa que suponía una fuerte reducción de tropas y armamento no nuclear en el
continente. Tras entablar negociaciones en Viena en marzo de 1989, se llegó al
acuerdo de que ambas superpotencias debían reducir sus tropas en Europa a 195.000
hombres cada una. Se partía de la presencia de 600.000 soldados soviéticos y 350.000
norteamericanos.
En un proceso enormemente rápido la URSS y los EE.UU. pusieron fin al largo enfrentamiento
que habían iniciado tras el fin de la segunda guerra mundial El orden establecido en Yalta se
derrumbó ante la mirada atónita del mundo en unos pocos meses.
La guerra fría terminó por el derrumbe de uno de sus contendientes. El proceso de reformas
iniciado por Gorbachov en 1985 precipitó una dinámica que terminó llevándose por delante la
propia existencia del estado fundado por Lenin.
En medio de una profunda crisis económica, con una población gracias a la glasnost cada vez
más consciente de la crueldad y la corrupción que había caracterizado la dictadura soviética,
elnacionalismo vino a actuar como factor incontenible de disgregación del estado soviético,
heredero del Imperio zarista.
El movimiento centrífugo se inició en las repúblicas bálticas, que durante el otoño de 1989
dejaron claro su intención de romper los lazos con un estado al que se habían unido como
víctimas del Pactoque firmaron Molotov y Von Ribbentrop en 1939. Paralelamente el
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nacionalismo aparecía en las repúblicas caucásicas, azuzado por el enfrentamiento entre
armenios y azeríes en Nagorno-Karabaj en 1988.
La desintegración de la URSS no vino, sin embargo, motivada por las reivindicaciones de los
pequeños pueblos bálticos. El movimiento que definitivamente derrumbó la URSS vino... de
Rusia, la nación que había construido el imperio zarista, antecesor del estado soviético. En
mayo de 1990, Borís Yeltsin, quien había sido expulsado del PCUS en 1987, fue elegido
presidente del Parlamento ruso. Desde esa posición de poder, Yeltsin impulsó medidas que
precipitaron el fin de la Unión Soviética.
En julio de 1990, el XXVIII Congreso del PCUS constató la acelerada decadencia del partido que
había aglutinado al estado soviética durante décadas. El propio ministro de asuntos
exteriores Eduard Shevarnadze dimitió en diciembre de 1990 en protesta por lo que el veía
como un inminente golpe de estado que devolvería al país a la época de Breznev.
Acorralado entre las fuerzas comunistas conservadoras que buscaban una vuelta atrás en el
proceso de reformas y las fuerzas reformistas y nacionalistas, Gorbachov trató de negociar un
nuevo Tratado de la Unión que reconstruyera sobre nuevas bases de mayor libertad nacional
la antigua URSS. Sin embargo, los comunistas ortodoxos trataron de imponer una solución de
fuerza, el 19 de agosto de 1991,Gorbachov era secuestrado en su residencia de veraneo en el
Mar Negro y un grupo de comunistas de la línea dura se ponían al frente de un golpe militar. La
falta de unidad en el ejército y las acciones de protesta popular en Moscú hicieron fracasar el
golpe. Fue el momento de Borís Yeltsin, quién se puso al frente de la protesta contra el golpe
en la capital del país.
El golpe militar frustrado fue como la señal de alarma que precipitó la huida precipitada de
todas las repúblicas de una Unión Soviética que a nadie ya interesaba. Mientras el PCUS, el
instrumento político que había aglutinado a la URSS, era prohibido.
Impotente y abandonado por casi todos, Gorbachov dimitió como Presidente de la URSS el día
25 de diciembre de 1991. La bandera roja soviética era arriada en el Kremlin de Moscú. La
bandera rusa la sustituía. Rusia tomaba el relevo de la URSS en la escena internacional: las
embajadas, el puesto permanente en el Consejo de Seguridad, el control del armamento
nuclear soviético... Sin embargo, el mundo bipolar de la guerra fría había tocado a su fin.
Anunciado por el presidente Bush a principios de 1991, nacía un "nuevo orden mundial".
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El fin de la guerra fría y sus repercusiones en el mundo
El Oriente Medio
Cuando Saddam Hussein invadió el 2 de agosto de 1990 el pequeño y rico estado de Kuwait
para tratar de paliar las enormes pérdidas ocasionadas por la guerra que había enfrentado a
Irak con Irán no tuvo en cuenta la nueva situación creada con el fin de la guerra fría.
El desenlace la guerra era previsible. Saddam Hussein apenas pudo lanzar algún misil Scud
sobre Israel, en su mayoría interceptados por los misiles antimisiles norteamericanos Patriot.
Tras un intensísimo bombardeo iniciado el 15 de enero de 1991 cuando concluía el ultimátum
lanzado por la ONU, las tropas de la coalición liberaron con gran facilidad el territorio kuwaití.
Para la sorpresa de muchos, las tropas norteamericanas no continuaron su camino hacia
Bagdad y permitieron que Saddam continuara en el poder. El 28 de febrero se acordó un alto
el fuego en un conflicto inacabado que no iba a concluir aquí.
Tras el estallido de la Intifada (revuelta palestina contra la ocupación israelí) en 1987 en Gaza y
Cisjordania, la OLP y su líder Yasser Arafatconsiguieron consolidarse en la dirección de la
resistencia palestina. En ese contexto, se reunió el Consejo Nacional Palestino en Argel en
1988 y acordó la proclamación de la independencia del Estado Palestino, aceptando el acuerdo
de la ONU de noviembre de 1947 que decidió la partición de Palestina en dos estados, lo que
implicaba el reconocimiento del Estado de Israel. Gorbachov había recibido aArafat en abril de
1988 y le había solicitado que tomara en consideración "los intereses de la seguridad de
Israel".
El fin de la guerra fría facilitó que EE.UU. y la URSS convocaran unaConferencia sobre la Paz en
Oriente Próximo en Madrid en octubre de 1991. En la capital de España se abrió un difícil
proceso de paz basado en el principio de "paz por territorios". Tras arduas negociaciones
secretas en Oslo, en septiembre de 1993 se firmó en Washington la "Declaración de principios
sobre los arreglos provisionales de autonomía" que daba el pistoletazo de salida a un proceso
de paz que desgraciadamente terminará fracasando.
Europa
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En el occidente se acentuaron los procesos de integración. Tras la firma del Acta Única
en 1986, los doce países asociados en la Comunidad Económica Europea firmaron
el Tratado de Maastrichtde 1992 que daba nacimiento a la Unión Europea. Tres años
después la Unión se ampliaba a Suecia, Finlandia y Austria.
La situación mundial en los inicios de la década de 1990 era claramente contradictoria. Por un
lado, conflictos como el árabe-israelí, el del Líbano o el de Camboya entraban aparentemente
en vías de solución y se producían avances espectaculares en el respeto de los derechos
humanos como el fin del régimen del apartheid en Sudáfrica en 1990-1991 y la convocatoria
de las primeras elecciones democráticas y multirraciales en 1994. Por otro lado, conflictos
localizados como la brutal guerra entre las comunidades Hutus y Tutsis en Ruanda y Burundi
(1990-1994) hacen patente las dificultades de la comunidad internacional y la ONU para
instaurar un "nuevo orden mundial" que permitiera avanzar hacia un futuro basado en el
respeto de los derechos humanos, la solidaridad internacional y los valores democráticos.
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