Y empecé a creer…
y empecé a soñar que el mundo podría ser mejor.
Madre
Por cada año que me has dado amor,
por cada mes que en tu vientre me diste calor,
por cada día que conmigo estás,
por cada hora de felicidad.
Por regalarme tus hombros para llorar,
por secar mis lágrimas y a mi lado estar,
por quererme tanto y mis heridas sanar,
por todo lo que haces por mí.
Hoy te quiero decir,
más que con palabras, con el corazón,
que eres la razón
por la que estoy aquí.
(Dirigiéndose al público)
Dice un gran poeta,
que los hijos no son nuestros hijos
sino hijos de la vida misma,
y yo me pongo a pensar en esa frase,
y me doy cuenta de la premisa:
aunque hayas nacido de mis entrañas,
eres libre como la brisa,
pero mientras de mi dependas,
te daré mil enseñanzas y te brindaré mil risas.