Muchos tejidos del cuerpo humano pueden convertir los ácidos grasos en
triacilgliceroles mediante una secuencia común de reacciones. El hígado y el
tejido adiposo realizan este proceso en cantidad mayor (ver Ruta 14). Los
triacilgliceroles se almacenan en forma de gotitas líquidas en el citoplasma. De
ninguna manera es esto un depósito muerto, ya que el cambio tiene lugar con
una vida media general de sólo unos pocos días. Así, en una situación
homeostática hay una síntesis y degradación continuas de triacilgliceroles en el
tejido adiposo.
Los triacilgliceroles se sintetizan en muchos tejidos a partir de ácidos grasos
activados y de un producto de tricarbonado fosforilado que proviene del
catabolismo de la glucosa. La síntesis de triacilgliceroles a partir de los
fragmentos tricarbonados fosforilados implica la formación del ácido fosfatídico
(ver figuras), el cual es un intermediario clave también en la síntesis de otros
lípidos.
Figura 3: Síntesis de ácido fosfatídico a partir de glicerol 3-fosfato. Tomado de
Devlin T. M. "Bioquímica".
Figura 4: Síntesis de ácido fosfatídico a partir de glicerol 3-fosfato y de
hidroxiacetona fosfato. Tomado de Devlin T. M. "Bioquímica".
Biosíntesis de triglicéridos[editar]
La síntesis de triglicéridos tiene lugar en el retículo endoplásmico de casi todas
las células del organismo, pero es en el hígado, en particular en sus células
parenquimatosas, los hepatocitos, y en el tejido adiposo (adipocitos) donde este
proceso es más activo y de mayor relevancia metabólica. En el hígado, la síntesis
de triglicéridos está normalmente conectada a la secreción de lipoproteínas de
muy baja densidad (VLDL, su acrónimo en inglés) y no se considera un sitio de
almacenamiento fisiológico de lípidos. Por tanto, toda acumulación de
triglicéridos en este órgano es patológica, y se denomina
indistintamente esteatosis hepática o hígado graso. Por el contrario, el tejido
adiposo tiene por principal función la acumulación de energía en forma de
triglicéridos. Sin embargo, la acumulación patológica de triglicéridos en el tejido
adiposo (obesidad) se asocia, aparentemente de forma causal, con una serie de
anormalidades endocrino-metabólicas, cuyas causas son actualmente motivo de
intensa investigación, dado el impacto de ellas en la mortalidadglobal de la
población contemporánea. Una mínima cantidad de triglicéridos son
normalmente almacenados en el músculo esquelético y cardíaco, aunque
solamente para consumo local.1
La biosíntesis de triglicéridos comprende varias reacciones:
Activación de los ácidos grasos. Los ácidos grasos son "activados" (convertidos
en acil-CoA grasos) por conversión en sus ésteres con el coenzima A según la
reacción:
R–CO–OH + CoASH + ATP →acil-CoA sintetasa→ R–CO–SCoA + AMP + PPi +
H2O
Ensamblaje de triglicéridos. La síntesis de triglicéridos propiamente tal, consiste
en la acilación sucesiva del esqueleto de glicerol-3-fosfato en sus tres átomos de
carbono. La primera acilación, en el carbono 1 (sn1), es catalizada por la
enzima glicerol-fosfato-acil-transferasa (GPAT, por su acrónimo inglés) y da
como resultado la formación de ácido lisofosfatídico. La segunda acilación (sn2)
es catalizada por la enzima acil-glicerol-fosfato-acil transferasa (AGPAT),
generándose ácido fosfatídico. Una etapa previa a la formación de diacilglicerol,
el precursor directo de los triglicéridos, es la defosforilación del ácido fosfatídico.
Esta reacción es catalizada por una familia de enzimas parcialmente
caracterizadas, las fosfatasas del ácido fosfatídico (PPAPs, su acrónimo inglés),
de las cuales las más estudiadas es la familia de las lipinas. Finalmente, la
acilación en posición sn3 del diacilglicerol es catalizada por la
enzima diacilglicerol-acil-transferasa (DGAT). Tanto el ácido fosfatídico como el
diacilglicerol son, además, precursores de otros
importantes glicerolípidos: fosfatdilinositol, fosfatidilglicerol y cardiolipina, en el
caso del ácido fosfatídico;
y fosfatidilcolina, fosfatidilserina y fosfatidiletanolamina, en el caso del
diacilglicerol.