1. Definición
En general, los compuestos iónicos presentan fuerzas de atracción electrostática muy fuertes
y, por tanto, son sólidos a temperatura ambiente. Sin embargo, los líquidos iónicos (ILs) son
una excepción a esta norma, pues están formados por iones asimétricos demasiado
voluminosos y, por ende, casi todos tienen un punto de fusión por debajo de los 100 grados
Celsius. 1
Nótese que el término “líquido iónico” posee, hoy en día, una definición claramente
establecida y muy bien delimitada. Por ejemplo, el cloruro sódico disuelto en agua no es un
líquido iónico porque no está formado exclusivamente por iones2. Tampoco es posible decir
que una sal fundida es un líquido iónico, pues a pesar de que estas están constituidas de puros
iones, la mayoría de ellas requieren encontrarse a temperaturas ridículamente elevadas para
alcanzar la fase líquida (el cloruro sódico, mentado previamente, se encuentra en estado
líquido a una temperatura de aproximadamente 800° C y, por tal razón, no puede considerarse
líquido iónico)3.
2. Evolución Histórica
Actualmente, son publicados más de 10000 artículos enfocados en ILs por año, una cifra que
sólo puede calificarse como “aterradora” si se tiene en cuenta que entre 1980 y principios de
1990 el número de publicaciones anuales no rebasaba los 25 artículos4. Para saber el porqué
de tan drástico cambio es necesario hacer un recuento breve desde el descubrimiento de los
ILs, hecho ocurrido a mediados del siglo XIX, hasta el 30 de marzo de 19985.
A pesar de que los orígenes de la química de ILs pueden rastrearse al periodo comprendido
entre 1860 y 1880, periodo en que varios científicos notaron que un líquido apodado “aceite
rojizo”6 aparecía con frecuencia durante las reacciones de Friedel-Crafts, la primera
descripción de una sal iónica, líquida a temperatura ambiente, no fue hecha sino hasta 1914,
cuando Walden publica la síntesis del nitrato de etilamina, compuesto cuyo punto de fusión
es 12.5° C7.
Sin embargo, el 30 de marzo de 1998 se publica un artículo titulado “Desinger solvents: Ionic
Liquids may boost clean technology development”11, chispa que detonó el interés de la
comunidad científica en los líquidos iónicos a temperatura ambiente (RTIL), pues dicho
documento proporcionaba evidencia suficiente para considerar los RTIL como solventes
alternos a los orgánicos. Y es que de acuerdo con el artículo, los RTIL no se evaporan, no se
queman, tienen escasa toxicidad y, además, pueden disolver compuestos similares a los que
disuelven los solventes orgánicos, pero con la ventaja de evitar el excesivo consumo de
materias primas, pues los RTIL se pueden reciclar con facilidad. 12
3. Composición de los IL
Todos los líquidos iónicos se encuentran formados por un catión, que a menudo es orgánico,
y un anión, usualmente inorgánico. Mientras que el catión influye principalmente en las
propiedades químicas del IL como, por ejemplo, su reactividad; el anión afecta sus
propiedades físicas como viscosidad o densidad. 13
Aunque cationes y aniones se pueden combinar para generar una gran diversidad de ILs,
dichos iones no soy muy distintos entre sí. Por ejemplo, es de conocimiento general que la
mayor parte de los cationes que constituyen los ILs son de naturaleza aromática con átomos
de nitrógeno en el anillo, es decir, heterocíclicos nitrogenados14. De hecho, los ILs más
conocidos y usados por la industria corresponden a aquellos formados por la unión del catión
cloruro de 1-etil 3-metilmidazolio con el anión cloruro de aluminio (III) o aquellos
constituidos por el catión de cloruro de N- butilpiridinio con el anión cloruro de aluminio
(III) 15.
Está composición química tan particular de los ILs justifica su estado de agregación, pues
son sales formadas por iones muy asimétricos y de gran tamaño por lo que las fuerzas
atractivas catión-anión son más débiles que las fuerzas que intervienen en las sales iónicas
convencionales (sales fundidas). Cuando se van uniendo los iones negativos de cloro con los
iones positivos de sodio se produce un elevado empaquetamiento entre ellos para formar el
cristal de cloruro sódico16. Sin embargo, al partir de dos iones poco uniformes y uno de ellos,
el catión orgánico, muy asimétrico no puede lograrse un empaquetamiento que dé lugar a una
estructura compacta. Basta un pequeño aporte de energía para separar los aniones y los
cationes que configuran el sólido y transformarlo en un líquido. Este pequeño aporte se logra
cuando se expone a temperaturas próximas a las del ambiente. Para fundir un cristal de
cloruro sódico, por otro lado, se necesita aportar una gran cantidad de energía, hay que
calentarlo a temperaturas superiores a 800 °C, para lograr la separación de los iones que lo
forman.
4. Propiedades generales
El estudio de ILs es una ciencia en constante evolución. Cada mes, numerosas revistas
científicas reportan la síntesis de novedosos líquidos iónicos; creando una lista que crece sin
límite. Por desgracia, el conocimiento acerca de las propiedades físicas, químicas y
biológicas de los ILs es bastante escaso en comparación con solventes orgánicos y otras
sustancias moleculares.
Determinar las propiedades de los ILs es un aspecto crítico para aplicaciones específicas.
Para algunas de sus propiedades, tales como presión de vapor, es posible realizar
generalizaciones útiles; pero para la mayoría de ellas, es imposible identificar un patrón
universal, al menos de momento17. Esto se debe a que uno de los rasgos más impresionantes
de los ILs es la gran variación de sus propiedades, por ejemplo, algunos son ácidos, otros
neutros y también los hay básicos; y esto considerando solamente el pH de los ILs18. A
continuación, se enunciaran algunos de los aspectos representativos de los ILs.
Además, existen métodos para reducir el punto de fusión mediante agente externos. Por
ejemplo, es posible disminuir el punto de fusión de un IL al añadir otra sal para formar una
mezcla eutéctica, es decir, una mezcla con puntos de fusión inferiores a los de ambas sales
en estado puro23.
Esta presencia de presión de vapor despreciable es uno de los mejores aspectos de ILs, pues
implica que ellos, generalmente, no se evaporan en las reacciones que los involucran y, por
tanto, no contribuyen a la contaminación atmosférica25.
Los Líquidos iónicos, sin embargo, no necesitan estar disueltos en agua para presentar
conductividad eléctrica, pues ellos de por sí están hechos exclusivamente por iones y, por
ende, presentan conductividad iónica independientemente de si se encuentran en agua o no27.
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