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PREVENCIÓN

La dieta baja en hidratos de carbono disminuye menos el metabolismo


basal que la dieta baja en grasas
Pereira MA, Swain J, Goldfine AB, Rifai N, Ludwig DS. Effects of a low-glycemic load diet on resting energy expenditure
and heart disease risk factors during weight loss. JAMA. 2004;292:2482-90.

Objetivo. Evaluar si las diferencias en la composición de una dieta de adel- tamiento de la obesidad, la enfermedad cardiovascular y la diabetes melli-
gazamiento afecta al gasto energético basal y a la pérdida de peso. tus.
Diseño. Ensayo clínico aleatorizado, con un seguimiento hasta alcanzar el
objetivo (unos 2 meses).
Emplazamiento. General Clinical Research Centres of Birmingham y el Wo- Comentario
men’s Hospital, Boston.
Población de estudio. Treinta y nueve sujetos (30 mujeres) de varias razas, Este estudio evalúa el impacto que la restricción calórica de la dieta
entre los 18 y los 40 años, con un índice de masa corporal ≥ 27 kg/m2, pe- tiene sobre el metabolismo basal. Uno de los mayores problemas
so estable, sin enfermedades o tratamientos que alteren el peso, no fuma- en la disminución de peso es la adaptación que el organismo hace a
dor, sin actividad física intensa y con analítica de sangre general normal. Se la restricción calórica, ya que éste disminuye el gasto metabólico
reclutaron a través de anuncios y se remuneró con 1.500 dólares por pa- basal, lo que hace más difícil la pérdida de peso.
ciente. Es conocido que las dietas con más proteínas y menos hidratos de
Intervención. Veintidós pacientes se asignaron a una dieta baja en hidratos carbono son más saciantes y suelen presentar una mayor pérdida de
de carbono (un 43% hidratos carbono; un 27% proteínas; un 30% grasas) y peso que las bajas en grasas. Se teorizaba con que el gasto energéti-
17 a una dieta baja en grasas (un 65% hidratos carbono; un 17% proteínas; co (efecto térmico de la comida) que ocurre cuando se metabolizan
un 18% grasas), con un contenido calórico del 60% de los requerimientos las proteínas era superior al de los hidratos de carbono o las grasas,
necesarios para cada paciente y que nunca fue inferior a 1.100 kcal/día. De y que ello podía influir en una mayor eficacia de la dieta. Ahora
forma centralizada, se cocinaron los menús que los pacientes debían consu- bien, en este estudio se demuestra que, a pesar de calcularse el gas-
mir en sus domicilios. El objetivo fue conseguir una disminución de, al me- to metabólico basal tras 10 h de ayuno, éste es inferior en los que
nos, un 10% de su peso (9-10 kg en total). Se evaluó, al inicio y al final, el seguían una dieta baja en hidratos de carbono (y que, de paso, era
gasto metabólico basal por calorimetría indirecta (ingreso en el centro hos- más elevada que la otra en proteínas: un 27 frente a un 17%).
pitalario) de 3 días consecutivos, la composición corporal por absorciometría Las diferencias observadas en el gasto metabólico basal (80
dual de rayos X, los factores de riesgo cardiovascular (glucemia, insuline- kcal/día) son demasiado pequeñas como para observar una diferen-
mia, resistencia a la insulina por HOMA, parámetros lipídicos, proteína C re- cia de peso valorable. Tal y como los autores reconocen, la diferen-
activa y presión arterial), así como un cuestionario sobre la tolerabilidad de cia de peso entre grupos debería de haber sido de alrededor de 1
la dieta y el grado de saciedad. kg, pero existen otros factores de confusión difíciles de controlar,
Medición del resultado. Diferencias en el gasto metabólico basal, factores como el ejercicio.
de riesgo cardiovascular y grado de saciedad basal y postintervención, entre Es interesante observar cómo una disminución en la ingesta de hi-
ambos grupos. dratos de carbono en la población sana induce a una mejoría de la
Resultados principales. El grupo con dieta baja en hidratos de carbono resistencia a la insulina y a una disminución de la insulinemia basal
presentó una menor disminución del gasto metabólico basal (–5,9 frente a y posprandial, dato que puede ser de interés en la prevención de la
–10,6%), una menor sensación de hambre y una mejoría más elevada en la diabetes mellitus en obesos.
resistencia a la insulina (–33,9 frente a –15,8%), los triglicéridos y la proteí- A pesar de que los autores han enumerado en una tabla los menús
na C reactiva que los de la dieta baja en grasas, sin diferencias en la com- de ambas dietas, es difícil poder trasladarlos a nuestro entorno, ya
posición corporal, la presión arterial y la pérdida de peso. que se trata de menús de tipo norteamericano.
Conclusiones. Los cambios en la composición de la dieta pueden afectar a
las adaptaciones fisiológicas que evitan la pérdida de peso. Una reducción M. Pilar Orozco López
en la ingesta de hidratos de carbono puede ayudar a la prevención y el tra- CAP Gòtic. Barcelona. España.

204 FMC 2005;12(3):189-210 86

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