Anda di halaman 1dari 54

LA INDUSTRIA DE FERTILIZANTES

INTRODUCCIÓN

LA APARICIÓN DE LA INDUSTRIA

CRECIMIENTO DE LA INDUSTRIA CRISIS

DEL SECTOR DE FERTILIZANTES

COMERCIO EXTERIOR DE FERTILIZANTES

LA INDUSTRIA DE FERTILIZANTES EN ANDALUCÍA ANEXO


INTRODUCCIÓN
La virtual concentración de toda la industria de fertilizantes en una sola
empresa, Fertilizantes Españoles (FESA) -grupo Ercros-, ha puesto un punto y
aparte en el complejo y movido transcurrir de lo que hasta fecha relativamente
reciente era un subsector químico que reunía a una decena de empresas. El
proceso de cierres y absorciones ha superado incluso las previsiones del Plan
de Reconversión, y no ha estado exento de contradicciones tales como la venta
de la empresa del grupo INI, Enfersa,a Ercros, cuando hasta entonces se
suponía que esta firma pública era responsable de una producción de carácter
estratégico. Sin embargo, la fusión de las empresas del sector era una necesidad
ya antigua, y más necesaria aún tenía que haber sido la integración y
racionalización de su producción. De hecho, la propia historia de esta
industria puede explicarse como una búsqueda llena de dificultades hacia la
integración, búsqueda que quedó frenada por la existencia de intereses
encontrados entre los propios fabricantes, entre éstos y los sucesivos
cárteles europeos, entre éstos y las multinacionales petroleras americanas
instaladas en la península a partir de los años sesenta, y por último, y en
menor medida, entre ellos y las empresas públicas. Todos estos frentes de
batalla y las propias peculiaridades de un sistema industrial atrasado,
protegido e intervenido como era el español, impidieron alcanzar antes la
meta. Aclaremos, por último, que los conflictos existentes y la falta de unión
no suponían la total inexistencia de acuerdos y colaboraciones. Muy al
contrario, siempre existió un considerable grado de concentración junto a una
grave desproporción en el tamaño de empresas como la S.A. Cros, la Unión
Española de Explosivos o las empresas del INI (después reunidas en Enfersa)
frente a todas las demás. Además de ello, las dos primeras empresas
citadas han colaborado estrechamente durante diversos periodos,
menudeando los intentos por ir algo más allá sin que ello fuese finalmente
posible.

En este trabajo se pretende en primer lugar esbozar en grandes líneas la historia


de un sector que cumple un siglo de existencia. Se señalarán una serie de
grandes etapas que faciliten su lectura. También, y temporalmente, se
distinguen tres activida- des en la industria -producción de fertilizantes
nitrogenados,

3
producción de fosfatados y producción de potásicos-, porque hasta los años
setenta llevaron vidas paralelas y básicamente separadas. Limitaciones de
espacio impiden, sin embargo, entrar en la compleja problemática de otras
actividades muy cercanas al sector, y donde también actúan sus empresas:
minería de la pirita y elaboración de algunos ácidos y productos intermedios
químicos (ácido sulfúrico, fosfórico, nítrico y amoniaco, principal- mente)1.

Procesos industriales, materias primas,


productos intermedios y productos finales
Desde muy antiguo es conocida la necesidad y conveniencia de adicionar el
suelo con materiales orgánicos, derivados de plantas y animales, para mejorar el
crecimiento y desarrollo de los cultivos. Los abonos orgánicos mejoraban la
textura del suelo e incrementaban la actividad biológica del mismo. Liebig en
1823 demostró que las plantas absorben fundamentalmente sus alimentos
en forma de roductos minerales y no bajo forma orgánica. Este importante
descubrimiento abrió las puertas a la posibilidad de abonar la tierra
directamente con los elementos esenciales que necesitaba, procedimiento que,
claro está, no era incompatible con los tradicionales.

Los avances científicos permitieron determinar los elementos constitutivos de


los vegetales en una lista que nunca terminó de crecer. Sin embargo, de un
centenar de elementos químicos señalados, sólo un pequeño número se
considera esencial, y entreéstos,tansóloalnitrógeno,elfósforoyelpotasiose
cita como básicos; a ellos se hace referencia cuando se habla de fertilizantes
(convencionalmente y como es usual los
designaremos como:

N, P2 O5 y K 2 O, respectivamente2).

Quizás una de las notas más características del sector químico es que a partir
de un reducido número de materias primas naturales se obtiene un número
prácticamente ilimitado de producciones de las más diversas características y
variedades de usos y entre las cuales existen multitud de interrelaciones. El
subsector de fertilizantes participa de esta peculiaridad, existiendo una
notable interrelación entre sus productos intermedios y finales. Además de
ello, en uno de los productos finales, los abonos complejos, intervienen
casi todos los productos intermedios y finales -gráfico 1.

La elaboración de los abonos nitrogenados requiere del uso del amoniaco


como producto intermedio fundamental. Su fabricación ha estado desde un
principio íntimamente asociada a los esfuerzos para obtener el nitrógeno del

4
aire, ya que desde que se conoció la composición molecular del amoniaco
(NH3) se intuyó la posibilidad de la síntesis directa a partir de sus
elementos constitutivos: nitrógeno e hidrógeno. Sin embargo, fue preciso
esperar a que el desarrollo de la técnica de altas presiones y el logro de unos
conocimientos más perfeccionados en el campo de las reacciones
catalíticas, permitieran la consecución de un procedimiento rentable y
técnicamente factible. Al esfuerzo científico logrado por la I Guerra Mundial
debemos el impulso del primer procedimiento de síntesis, el Haber y Bosh
(1913) enAlemania.

Las materias primas, así mismo, han evolucionado, pasando del carbón a los
derivados del petróleo: nafta, fuel y gas natural principalmente. En España,
debido a varias circunstancias, se ha utilizado prioritariamente la nafta, mientras
que en el resto del mundo se utilizaba el gas natural de mejor manejo y coste. Esta
diferenciación se ha debido a la falta de gas natural en España, pero sobre todo, a
la relativa mayor abundancia y disponibilidad de naftas de que se dispuso cuando
esta industria arrancaba. El desarrollo de la industria química sufrió
tradicionalmente de un grave retraso en el subsector de la petroquímica,
principal demandante de productos petrolíferos y naftas en particular.

5
Esto hizo que hasta principio de los años setenta existiera en las refinerías una
amplia oferta de esta fracción, que necesariamente tenían que producir. Esta
circunstancia fue aprovechada entonces por las plantas de amoníaco que
en su práctica totalidad pasaron a abastecerse de naftas o se diseñaron con
ese propósito, pero a la larga el uso exclusivo de este derivado del petróleo se
convirtió en uno de los problemas esenciales de una industria que se vio
avocada a cerrar las plantas o a gasificarlas cuando ello fue posible.
La elaboración de abonos fosfatados es más simple que la de los nitrogenados,
lo que explica la aparición más temprana de las plantas de superfosfatos, que ya
son centenarias en España. La materia prima fundamental es el fosfato-roca,
mineral sobre el que se vierte un ácido -sulfúrico generalmente- para conseguir
un producto asimilable por los cultivos. Desde los propios orígenes de la
industria y salvando los escasísimos años en que se extrajeron fosfatos
saharianos, las rocas se han venido importando (principalmente de
Marruecos).

Gráfico 1

M a terias P rimas P r o d u c to s i n te r m e d i o s P r o d u c t o s F i n a l es

A m onia c o F e r ti li z a n te s s im p le s n it r oge na dos


N a fta
G a s N a tu r a l A c ido N í tr ic o

A c ido fo s fór ic o
F e r tiliz a n te s C o
F o s fa to R o c a m p le jo s y C o m
F e r t. s im p le s fo s f a ta d o s pue s tos

P ir i ta Az
u fr e A c ido s u l fúr ic o

S a le s p o tá s ic a s s ic o s
F e r tiliz a n te s s im p le s p o tá

6
Más recientemente se desarrolló una reacción más condicionada del fosfato con
ácido sulfúrico, obteniéndose un producto intermedio denominado ácido
fosfórico. Este ácido permitió obtener abonos fosfatados simples de
mayor riqueza de contenido, a la vez que permitió una elaboración más
adecuada de abonos complejos. Las plantas españolas de fosfórico se han
situado en Huelva persiguiendo la doble ventaja locacional de la cercanía a
Marruecosya las minas de pirita, materia de la que se obtenía el ácido
sulfúrico.
Los fertilizantes potásicos se obtienen del laboreo de las sales potásicas. El
procedimiento es similar a tantos otros llevados a cabo en el sector minero, ya
que no pasa de ser una primera transformación del mineral. Los yacimientos que
se explotan son lagos salados o, principalmente, cuencas marinas que quedaron
incomunicadas y por determinadas condiciones de sequedad y temperatura se
evaporaron poco a poco, depositando sus sales. España cuenta con una de estas
cuencas, la depresión del Ebro, explotándose en dos de sus extremos,
Barcelona yNavarra.
Por último, puede indicarse que una simple mezcla física de abonos simples
da lugar a abonos compuestos, mientras que una combinación química, da
lugar a abonos complejos. La fabricación de abonos complejos no reviste
gran complejidad, ni es un proceso costoso lo que permite obtener mayores
márgenes o valor añadido. Lo más sencillo es mezclar químicamente
productos simples, pero lo más eficaz y adecuado de cara a la consecución de
productos más ricos en contenido, es partir de productos intermedios como
amoniaco o ácido fosfórico. Como hoy en día los complejos tienen gran
importancia en el mercado nacional, cobran cada vez más interés los productos
intermedios que, como ya se indicó, sí que requieren plantas a gran escala y de
tecnología avanzada. Reconocer el papel esencial de estos productos
intermedios es fundamental para la adecuada comprensión del sector de
los fertilizantes.
Si se acepta un ámbito amplio para la industria de fertilizantes que incluyera
sus productos intermedios no cabe duda de que el consumo energético del sector
resultante sería muy destacable; es de hecho uno de los más importantes en
términos relativos de la industria química, industria que encabeza, a su vez, el
primer lugar por este concepto en la industria española por imperativos de su
propia naturaleza.

7
Las necesidades energéticas del sector son muy variadas, ya que si la fabricación
del abono -producto final- requiere un consumo moderado, la elaboración de
amoniaco es altamente consumidora de combustibles energéticos. Se
indica combustibles energéticos pues estos procesos utilizan
hidrocarburos tanto como materia prima como fuente energética. Por tanto, los
productos nitrogenados incorporan un elevadísimo coste energético mientras
que el de los fosfatados y potásicos es, en comparación, discreto. Así mismo,
lógicamente, cuanto más rico en nutrientes es el producto, mayor coste
energético incorpora.

De acuerdo con lo anterior podría pensarse que la fabricación del amoniaco y de


los abonos nitrogenados, desde el punto de vista energético, no parece la más
adecuada para un país como España carente de recursos petrolíferos o de gas
natural. Por el contrario la fabricación de abonos fosfatados y potásicos,
incluyendo sus productos intermedios, podría ajustarse más adecuadamente
a los recursos existentes.

Puede terminarse este apartado apuntando que la fabricación de fertilizantes y la


de sus productos intermedios puede ser contaminante en la práctica
totalidad de sus procesos, desde la extracción de las materias primas hasta la
última transformación de los productos, pudiendo ser además muy variada
en sus formas, emitiendo efluentes gaseosos, residuos sólidos y residuos
líquidos. Por otra parte, el agua, además de ser un alimento esencial para
las plantas, es también, el vehículo necesario para la fertilización. Ello
conlleva el que en períodos de sequía quede muy limitada la adición de nutrientes,
pero también que si las lluvias o riegos son abundantes se produzcan arrastres de
las sales minerales. Las pérdidas son siempre más importantes en el
nitrógeno, mientras que las de fosfatos y sobre todo de potasas son de menor
entidad. De esta manera, los fertilizantes, o más bien su uso masivo,
pueden provocar también secuelas nocivas para el medio.

8
LA APARICIÓN DE LA INDUSTRIA
Orígenes de la industria del nitrógeno.Afortunada- mente se
cuenta con valiosos trabajos y artículos que se centran en la historia más remota
de esta fabricación3. Hasta el siglo veinte se utilizaron abonos nitrogenados
de carácter natural como el nitrato de Chile, pero tras la Primera Guerra
Mundial se generalizan los de procedencia química. En España la actividad
surge de forma tardía y no llega a consolidarse por falta de protección
estatal en una época caracterizada precisamente por un elevado nacionalismo
y un creciente intervencionismo público. Las presiones de los agricultores
que preferían abonos importados a bajo coste, junto a las de los fabricantes
europeos
-ya reunidos en un cártel- pudieron con los esfuerzos de esta pequeña e
incipiente industria.
El desarrollo de la industria del nitrógeno en la postguerra puede presentarse sin
embargo como paradigma del proceso industrializador intervencionista y
de sustitución de importaciones de la Autarquía. Pueden destacarse dos
acciones que corroboran este hecho: la declaración de la industria del
nitrógeno como industria de interés nacional mediante Decreto de 10 de
febrero de 1940, y la entrada del INI en el sector, ya sea participando en
empresas ya establecidas -como en el caso de la histórica Sociedad Ibérica
del Nitrógeno SIN-, ya sea instalando plantas propias -el caso ENCASO y
REPESA-4.

9
Gráfico 2
Evolución del mercado de fertilizantes nitrogenados
(Miles de tms. de N)

500 1200

1000
400

800
300
600
200
400

100
200

0 0
1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990
Y1 Y2
Producción (Y2) Importación (Y1) Exportación (Y1) Consumo (Y2)
Fuente: FENINA, ANFEE y MAPA.
Estos grandes impulsos y la protección o cierre del mercado a la competencia
exterior no fueron suficientes sin embargo para el idespegue de esta industria -
como para tantas otras- hasta la década
de los años cincuenta5 -gráfico 2 y cuadro A.1del Anexo-. La necesidad de
importar la imprescindible tecnología extranjera y la falta de recursos
financierosparecenexplicaresteretraso.

La aparición de la industria del fosfato. El empleo de una


tecnología simple basada en el ataque de la roca de fosfato con ácido
sulfúrico permitió la pronta aparición de plantas de abonos fosfatados en
España en los últimos años del siglo XIX. Por idéntica razón surgió un
cierto número de empresas aunque desde un comienzo destaquen las
establecidas en Barcelona, y la S.A. Cros entre todas ellas. En Andalucía se
establecen en esta etapa varias plantas de las que supervive hoy la SA Carrillo en la
vega granadina. Las empresas españolas se expanden lentamente, pero al calor de
la Primera Guerra Mundial consiguen crecer y expulsar a las de origen
extranjero establecidas poco antes. Se funda asimismo la Federación
Española de Fabricantes de Superfosfatos para coordinar y defender los
intereses de la actividad. Al llegar la Guerra Civil ya se contaba con un conjunto
de plantas fabriles repartidas por todo el territorio español que abastecían
por completo la demanda nacional6.

El marco autárquico consolidó esta situación aunque la


expansión quedó estrangulada por la dificultad de importar maquinaria y
materias primas -particularmente fosfatos-, así como por el estrecho corsé que
impone el dirigismo estatal. En los años cuarenta se encuentra ya un primer
y destacado esfuerzo entre los industriales del sector para avanzar hacia su
propia integración. La S.A. Cros y la Unión Española de Explosivos van a
llegar a una serie de acuerdos que racionalizan la situación y limitan
poderosamente la competencia. Por una parte, con capital hermanado de
ambas sociedades se funda al 50 por ciento la sociedad Productos Químicos
Ibéricos, S.A. (Proquiber), para "sobre todo y muy principalmente representar
el interés conjunto ante todos los organismos que se relacionan con la
fabricación y venta de abonos químicos"7. En segundo lugar, se constituye
la S.A. Auxiliar de la Industria Química (SAIQUI) en 1942 "para agrupar
a todos los superfosfateros españoles en peligro de dispersión, al
desaparecer la antigua Federación Española de Fabricantes de
Superfosfatos..."8.

Las perpectivas más optimistas que se abren en España en los años cincuenta
suponen un nuevo pistoletazo de salida para el crecimiento del sector -
gráfico 3 y cuadro A.2 del Anexo-. Explosivos abre o renueva diversas
instalaciones mientras que la
S.A. Cros hace lo propio pero, además, continúa con una clara política de
absorciones. Este salto hacia adelante, muy anhelado tras años tan penosos,
conlleva sin embargo un incremento sucesivo de la competencia y en especial
una progresiva ruptura de las dos grandes del sector. El cisma entre la Cros
y Explosivos se concreta en el abandono de la citada Proquiber, en la renovada
lucha por el mercado, y en la práctica, por un fin no explícito de su colaboración
anterior. En 1951 casi se alcanza la producción de 1935 y en 1952 se supera, por
estrecho margen, la anterior producción record establecida en 1930. En definitiva,

12
Gráfico 3
Evolución del mercado de fertilizantes fosfatados
(Miles de tms. de P2O5)

300 800

700
250
600
200
500

150 400

300
100
200
50
100

0 0
1930 1939 1944 1949 1954 1959 1964 1969 1974 1979 1984 1989 1994
Y1 Y2
Producción (Y2) Importación (Y1) Exportación (Y1) Consumo (Y2)
Fuente: FENINA, ANFEE y MAPA.
se pasa del estancamiento a un fuerte creci miento gracias a la superación de los
problemas de abastecimiento, aunque ésta nunca fuera completa.
Los orígenes de la industria de la potasa. Como ya se
indicó, existen en España yacimientos potásicos en dos cuencas
diferenciadas, una en Navarra y otra en Cataluña. Esta segunda puede
subdividirse, a su vez, con arreglo a la cercanía de los yacimientos a los pueblos
de Suria y Cardona. Las minas catalanas comenzaron a explotarse en 1925,
mientras que las navarras lo hicieron en la década de los años sesenta.
El descubrimiento de las sales potásicas en Cataluña se produjo en 1912
levantando la noticia un gran revuelo internacional ya que el tradicional
monopolio alemán ya había sido roto poco antes por la aparición de mineral
en la Alsacia francesa (1904). De inmediato, se abrió una fuerte pugna por
el control del yacimiento catalán y numerosas sociedades solicitaron la
concesión de millares de hectáreas que sospechaban contenían el mineral, en
muchos de los casos sin estudios ni investigaciones preliminares de
ninguna clase.

Tres sociedades se apropiaron de grandes extensiones susceptibles de


explotación, siendo todas de nacionalidad extranjera. Pero si bien dos de
ellas, la Sociedad Minera y Fodina
- ambas de capital alemán y relacionadas con el Sindicato de la potasa de aquel
país- intentaban únicamente denunciar e impedir la explotación del nuevo
yacimiento, a la sociedad Solvay le movían motivos diferentes: "pues lo que
quería precisamente era independizarse del cártel en su acopio de potasa, vital
para una compañía química de su importancia"9. Frente a esta situación, una
empresa española Unión Española de Explosivos, conociendo la
existencia de otro afloramiento con salinas amargas en Cardona, y ante el
acaparamiento que las
Informe empresas
Anual extranjeras
del Sector Agrario enhabían realizado
Andalucía 1995 en Suria, se
14
decide a adquirir concesiones en aquel término hacia 1914. En 1930 comenzó
la explotación industrial en dos pozos distintos. Un nuevo grupo grupo, de
capital francés pese a su denominación: Potasas Ibéricas, vino a sumarse a
todos los anteriores abriendo en 1932
Gráfico 4
Evolución del mercado de fertilizantes potásicos
(Miles de tms. de K2O)

500 1200

1000
400

800
300
600
200
400

100
200

0 0
1925 1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990
Y1 Y2
Producción (Y2) Importación (Y1) Exportación (Y1) Consumo (Y2)
Fuente: ANFEE.
Gráfico 5
Evolución del mercado de abonos complejos
(Miles de tms. de producto)

1000 2500

800 2000

600 1500

400 1000

200 500

0 0

Y1 1956 1961 1966 1971 1976 1981 1986 1991


Y2
Producción (Y2) Importación (Y1) Exportación (Y1) Consumo (Y2)

Fuente: ANFEE y MINER.


una mina cercana a Sallent. Finalmente el acaparamiento extranjero
motivó una tardía reacción de la Administración que en 1914 declara la potasa
producto de reserva estatal.
Terminada la Primera Guerra Mundial se acentuó la pugna entre franceses y
alemanes por el mercado mundial y el estadounidense en especial, ya
que éste era el que más productos absorbía y el que mejor futuro presentaba.
En 1927, la multinacional Solvay consigue llegar a un acuerdo con el cártel y se le
reserva la mitad del mercado español y una mínima cuota del americano. El
problema aparece cuando Unión Española de Explosivos y Potasas Ibéricas
comienzan a explotar sus concesiones, estableciéndose una pugna donde
estos industriales consigen una cierta victoria y una cuota del mercado
internacional.
De nuevo la situación en la postguerra fue difícil para esta industria y, si
en términos generales se logró un cierto crecimiento -gráfico 4 y cuadro
A.3 del Anexo-, quedó por debajo de las previsiones. La empresa
alemana Fodina fue confiscada al fin de la Segunda Guerra Mundial
según el programa de reparaciones, siendo finalmente adjudicada al INI en 1951.
Este hecho y la actitud del Estado al no conceder nuevas concesiones facilitó la
concentración de la extracción en unos pocos productores donde la empresa
que pronto destacó fue la Unión Española de Explosivos. La información
existente parece indicar por último que durante la Autarquía se perdió buena parte
del mercado exterior que se había conquistado en los años precedentes a
la Guerra Civil.

CRECIMIENTO DE LA INDUSTRIA
Industria del nitrógeno. Superadas las dificultades
autárquicas pronto se producirá un rápido despegue de la industria hasta
el punto de convertirse en una de las más dinámicas del sector químico.
Por otra parte, sobreviene un proceso de innovación en cuanto a materias
primas. Si hasta ahora se partía para la fabricación del amoníaco de combustibles
pobres o de gases residuales de coquerías, se dará paso ahora al uso casi general
de la nafta. La innovación es también fuerte en variados aspectos: tecnología,
marketing..., en una palabra en toda la concepción que sobre esta industria se
tenía. Este
paso viene de la mano de la rápida y novedosa entrada del capital
extranjero en la industria. La entrada de las multinacionales americanas en
España no era un hecho casual ya que a comienzos de los años sesenta las
grandes compañías petroleras creyeron ver en el amoníaco una producción más
para ampliar su campo de acción, por lo que instalaron plantas en muy
diversos países. Su introducción en España es además simultánea y
complementaria a su colaboración en la instalación de las primeras refinerías
peninsulares10.

En efecto, en España, y dejando aparte el caso de la primera planta de CEPSA


en Canarias, ha habido que esperar el fin de la Autarquía para que se quebrara
parcialmente el monopolio de Campsa. Aparecen así nuevas instalaciones:
REPESA en Cartagena -participada por Texaco y Chevron, conjuntamente a
traves de CALTEX, que poseía un 40 por ciento del capital-, ENCASO en
Puertollano, CEPSA en Algeciras, RIO GULF -60 por ciento Cía. Española de
Minas de Riotinto, 70 por ciento Gulf-Oil- en Huelva, y por último ESSO y el
Banco Español de Crédito -al 50 por ciento- en Castellón. Este último grupo
abre la empresa Amoníaco Español S.A. en Málaga, mientras que el grupo
GULF constituyó la empresa Fertiberia con plantas en Huelva y La
Coruña.

La entrada de los americanos y la ampliación de la producción de distintas


refinerías del INI conformaron un subsector de nitrogenados donde
convivieron tres grandes grupos inmersos en una notable competencia:

1. El estatal, con REPESA, ENCASO y ENSIDESA, tres empresas


que reunían una capacidad aproximada del 35 por ciento del total, y que
sorprendentemente estaban inconexas, compitiendo frecuentemente
entre ellas11.

18
2. El grupo de capital norteamericano, formado por AMONESA y
Fertiberia. La primera, vinculada a ESSO, y la segunda a Gulf Oil12.
Reunían el mayor porcentaje de la capacidad instalada (37 por
ciento) pero sobre todo poseían las instalaciones mayores y más
modernas. Su presencia se apreció también en una nueva forma de
organizar la empresa, en los nuevos usos de distribución y marketing,
en la transcendental introducción de los abonos complejos y en
muchos otros aspectos13. Por contra el grupo repetidamente se negó
a colaborar con las empresas nacionales frente al enemigo común
encarnado en el gran cartel europeo Nitrex.

3. Por último, el grupo privado nacional, donde fueron


consolidando su presencia grandes bancos nacionales: Español de
Crédito,Bilbao,Vizcaya,CentralyUrquijo.

En 1959 y 1960, aprovechando la liberalización del comercio exterior que


sigue al Plan de Estabilización y al nuevo Arancel del 60, se produjo un gran
aumento de las importaciones de abonos nitrogenados estimuladas por una
anómala situación del mercado internacional que había abaratado los precios,
en cantidades apreciables14. Esta coyuntura es la que promueve precisamente la
aparición del actual cártel de productores europeos, Nitrex, en defensa de los
precios y exportaciones europeas. La
liberalización del comercio de nitrogenados comienza en julio de 1959,
produciéndose a continuación un proceso de reforma y contrarreforma,
típico de estos años, aunque esta vez muy mediatizado por esta situación
internacional. De esta manera, y ante las presiones recibidas, el legislador se verá
pronto obligado a restringir de nuevo este comercio.
A partir del año 1966 la capacidad de producción de nitrógeno es superior a las
necesidades del consumo15 pero pese a ello las importaciones no cesan. En esta
ocasión son las presiones de los importadores, pero sobre todo la falta de
acuerdo entre los industriales nacionales y los americanos instalados en
España, lo que propicia la descoordinación frente al exterior y la ausencia de
exportaciones16.
Pese a que la apertura de modernas plantas de amoniaco por parte del INI o de
los grupos americanos en los años sesenta permite un gran incremento en
la oferta de este producto intermedio fundamental, la fuerte innovación
tecnológica internacional en búsqueda de economías de escala no cesaba y en
1966 se instala por vez primera una planta con una capacidad de 1000
tm./día, ante la cual las españolas recientemente instaladas -250 tm./día-
resultan reducidas y las

20
antiguas -las montadas en los años cincuenta- obsoletas. Esta realidad abría
una nueva problemática al sector como era la de su concentración fabril,
puesto que ahora "... en España dos unidades de este tamaño hubieran
podido atender, con un pequeño excedente, toda la demanda de nitrógeno de
1968"17.
Se abrió, mediados los sesenta un amplio debate acerca de la concentración
industrial del subsector que quizás convenga rescatar ahora por la validez de
los argumentos utilizados o por dejar simple constancia de la antigüedad del
mismo. Pronto se crearon dos bandos, partidarios o no de la concentración.
Una opinión contraria puede recogerse en una editorial de la revista Economía
Industrial: "Hoy en día se construyen en todoel mundo casi exclusivamente
plantas de 1.000 a 2.000 toneladas diarias. Con una sola planta de 1.500
toneladas diarias se habían podido atender las necesidades totales de amoniaco
en España en 1967. La deficiente estructura del transporte y de las redes de
comercialización en nuestro país absorberían con creces los beneficios de la
implantación de este tipo de plantas. Por otro lado, la dependencia de la
industria de fertilizantes y, por tanto, de la agricultura, de una sola planta o de
dos como máximo, no sería aconsejable por el riesgo de cortes de suministro
debidos a paradas de la instalación, a las cuales suelen estar sujetas estas
plantas frecuentemente"18.
Otros trabajos presentan una opinión bien diferente pudiendo citarse por su
importancia la opinión de J. Miro, director de abonos de Explosivos,
recogida en un número de la revista Ingeniería Química19 de 1970. En este
artículo se afirma lo siguiente:
2. "Los avances tecnológico en los últimos años en la industria del
amoniaco, tanto en lo referente a capacidades como a primeras
materias utilizadas, hacen que solamente resulten rentables
plantas de gran capacidad y basadas en gas natural y derivados
del petróleo".

3. "... hacia la década de los setenta ... puede ser interesante la


puesta en marcha de una planta de 1.000 toneladas por día, que casi
completaría las necesidades actuales".

4. "El proceso principalmente utilizado es el sistema steam reforming, a


partir de nafta o gas natural. El coste en este último caso, cuando existe
gas natural, es siempre más barato que utilizando nafta". En definitiva
el autor aboga: "en forma urgente por una reestructuración que lleve, por
una parte, a una concentración empresarial, pero por otra, y quizás
con mayor urgencia a una concentración fabril".

La necesidad de racionalizar el sector, como de tantos otros problemas del


mismo que han abocado a una reconversión tan tardía, arranca pues de estos
años. Entonces habrían tenido que darse los primeros pasos hacia el cierre de las
pequeñas plantas y la consolidación de otras grandes hasta llegar a un número de
ellas que los técnicos hubieran podido determinar. Frente a esta situación la
política industrial venía siendo tan titubeante como la comercial y muy
sensible a las presiones del sector. Recapitulemos, en 1963 se establece
una dimensión mínima para el amoniaco y sus transformados de nitrógeno que
pronto sin embargo se elevará hasta perder su razón de ser. En 1964 se prohibe
por tres años, en lo que es un nuevo cambio en la política seguida, la nueva
instalación de plantas. Sin embargo poco después se permiten excepciones
tanto para la empresa privada como para las empresas del INI. Este finalmente se
hará cargo de buena parte de la nuevas instalaciones con lo que, de hecho, se
traslada al sector público la producción del producto intermedio fundamental
que contaba ya entonces con un difícil futuro. Esta acción debe encuadrase,
claro está, en la actuación

22
subordinada del Instituto durante estos años20.

El modelo que termina por dibujarse al llegar los años setenta es el de una
producción base poco rentable tanto por la dispersión y poca capacidad de las
plantas de amoniaco, como por la materia prima utilizada, la nafta, frente al gas
natural que utilizan otros países. La transformación del producto queda en
cambio en manos de empresas privadas que pugnan por el valor añadido de la
fabricación de los abonos.
En los albores de la crisis de los setenta comienza un rápido proceso que
aunque doble en su manifestación es prácticamente único en su esencia. Así,
simultáneamente va a producirse la retirada del capital extranjero presente en el
sector -ESSO y Gulf Oil- y la entrada contundente de empresas hasta ahora
relativamente ajenas al mismo: Explosivos Río Tinto (ERT) y S.A. Cros, que
compran las plantas americanas -la planta de la ESSO de Málaga pasa a manos
de la SA Cros, mientras que las de Huelva y La Coruña de Fertiberia pasan a
manos de ERT-. Este proceso conlleva lógicamente una concentración económica
(que no fabril) en el sector21, que irá acentuándose fuertemente,
drásticamente, a lo largo de la crisis22.
Junto a ello, cabe citar que continúa abriéndose aún alguna nueva planta
industrial -como es el caso de la planta de ERT en Huelva, vecina a la refinería-
que al continuar alimentándose de naftas no sólo va a insistir en la
irracionalidad del uso de esta materia prima en fecha tan tardía, sino que
va a conllevar excesos de capacidad para el sector23. Ello no obsta, claro está,
para que la apertura de estas plantas tenga su racionalidad desde el punto de
vista de las empresas que las emprenden. De igual forma, y al calor de la escasa
repercusión de la subida de los precios energéticos en el interior cuando estalla
la crisis del petróleo, el sector se lanza a incrementar su producción y sobre todo
sus exportaciones -cuadro 1y gráfico 6. Este proceso hay que entenderlo
también en el seno de la fuerte expansión que las ya empresas líderes del sector,
Cros y ERT, van a emprender en el sector químico y en otros varios
relacionados o no con sus actividades mástradicionales. Como se ve todo
esto puede calificarse como una huida hacia adelante, huida que tendrá una
grave repercusión en el futuro del sector.

Por otra parte, el Gobierno por D-L 12/1973 (BOE 1-XII-73) se reafirmó
definitivamente en su decisión de intervenir en los precios de los
fertilizantes. Esta regulación permaneció hasta la entrada de España en la CEE y
no puede ocultarse el destacado papel que podría haber jugado ya que suponía
despojar a los industriales de una de sus decisiones más importantes, la fijación de
los precios. La situación más frecuente, sin embargo, ha sido la de la guerra de
precios a la baja (desde los precios máximos fijados), siendo esta guerra el
exponente más evidente de la elevadada competencia oligopolística que
caracterizó al sssector. sector.

24
Esta etapa puede cerrarse con el establecimiento de cierto grado de
entendimiento con el cártel europeo Nitrex, una vez que ya no existen
intereses americanos en España. Este hecho, difícil de demostrar, parece
justificar el freno de las exportaciones españo- las a partir de 1978
aproximadamente. En cualquier caso, poco después el gobierno opta por
impedir la importación de abonos nitrogenados estableciéndose una
reserva del mercado interior por medio de barreras no arancelarias. Esto
hacía innecesario nuevos acuerdos o incluso la entrada en el cártel.

Cuadro 1
Principales magnitudes de la industria de fertilizantes en
España, 1970-1994
(Millones de pesetas)

Produ- Impor- Exporta- Consumo apa- Tasa


cción tación ción rente cobertura (7 = 2/4) (8 = 3/1)
(1) (2) (3) (4) (5 = 3/2) % % %
1970 17.676 1.905 236 19.345 12 11 1
1973 26.600 1.186 742 28.039 63 4 3
1974 35.100 1.377 3.351 35.072 243 4 10
1975 49.273 935 1.588 48.620 170 2 3
1976 55.151 1.606 2.779 53.978 173 3 5
1977 65.079 1.328 5.865 60.542 442 2 9
1978 78.700 1.306 6.765 73.341 518 2 9
1979 90.000 3.825 5.655 88.170 148 4 6
1980 109.800 6.846 8.255 108.391 121 6 8
1981 137.100 6.407 8.052 135.455 126 5 6
1982 137.700 5.105 9.392 133.413 184 4 7
1983 142.800 7.706 15.086 135.420 196 6 11
1984 200.000 4.813 16.402 188.411 341 3 8
1985 199.400 5.053 17.813 186.640 353 3 9
1986 206.000 17.123 10.957 212.166 64 8 5
1987 199.000 22.656 15.068 206.588 67 11 8
1988 131.300 27.501 18.927 139.874 69 20 14
1989 132.000 30.863 21.567 141.296 70 22 16
1990 107.100 33.781 22.950 117.931 68 29 21
1991 100.500 37.424 18.731 119.193 50 31 19
1992 83.200 35.551 20.057 98.694 56 36 24
1993 70.920 28.372 14.080 85.212 50 33 20
1994 92.000 44.360 19.103 117.257 43 38 21

Fuente: MINER e INE.


Gráfico 6
Evolución del comercio exterior
(Miles de ptas.)

Fuente: MINER e INE.

Evolución de la industria del fosfato. La relativa mejor


situación de esta industria y la aplicación de buena parte de lo ya relatado nos
permite sintetizar su evolución. Superada la Autarquía la industria cuenta
con un elevado número de plantas pequeñas y dispersas. El Ministerio de
Industria, en 1963, establece las condiciones mínimas requeridas para la libre
instalación de industrias de superfosfato. Pese a ello, con arreglo a la Orden de 10
de febrero de 1964 se suprimió el mínimo establecido, reiterándose la libre
instalación por Decreto de 9 de enero de 1965.
El alto grado de obsolescencia de las plantas también resultaba patente cuando
se considera sus fechas de establecimiento, y cuando la mayoría del ácido
sulfúrico se continúa obteniendo por procesos de cámara. Además, la
dispersión de las plantas impedía la posibilidad de un aprovechamiento integral
de la pirita. Pero si la concentración fabril no existía no ocurría lo propio con el
control del mercado, siendo patente el gran dominio de la
S.A. Cros seguida por la U. E. de Explosivos. El liderazgo de la Cros parecía
deberse a la menor diversificación de esta empresa

26
catalana pero también a su más amplia y agresiva red comercial.
El comercio exterior de abonos fosfatados supera sin dificultad la apertura que
sigue a la estabilización y liberalización de 1959. La industria se enfrenta sin
problemas a la posible entrada de abono extranjero gracias a que sus precios
interiores estaban en línea con los internacionales y, sobre todo, porque se
contaba con capacidad de producción excedentaria que hubiese permitido
devolver con exportaciones cualquier entrada en el país. La falta de exportaciones
puede atribuirse a razones similares, aunque no faltan críticas por falta de
agresividad a la S.A. Auxiliar de la Industria Química, sociedad que se había
creado para coordinar los intereses del sector y como agente exclusivo de las
ventas al exterior.

En 1969 de nuevo se propagan rumores de fusión entre los grandes del


sector, Cros y Explosivos. El resultado es conocido, éstas vuelven a rechazarse
y la unión se realizará por contra entre Explosivos y la histórica Río Tinto. Con
la Unión Explosivos Río Tinto (ERT) nacía uno de los principales
conglomerados de la industria española, y la principal empresa española en
el negocio de fertilizantes. Pese a ello, Cros y ERT pronto crearán al 50 por
ciento una sociedad (Fosfórico Español, S.A.) en el polo de Huelva para la
elaboración del producto intermedio imprescindible para elaborar abonos de
mayor calidad. Los ricos yacimientos de pirita de Huelva que permitían la
obtención de sulfúrico y la cercanía de los fosfatos norteafricanos justificaban
sobradamente una producción de fosfórico para la que España contaba
entonces con ventajas notables. Este hecho tenía una importancia adicional
desde el momento en que el resto de los industriales quedaban en clara
desventaja frente a los grandes que controlaban esta producción intermedia
citada. La salida que tomarán los pequeños será la elaboración de abonos
complejos de baja graduación, productos que al incorporar un mayor valor
añadido que los abonos simples, permitirían la subsistencia por algún tiempo.
También los grandes elaborarán complejos, pero en mejores condiciones
económicas y fabriles.

Evolución de la minería de la potasa. El subsector de la


potasa salió de la Autarquía en una posición de debilidad que impedía la
renovación del utillaje y sobre todo la financiación de grandes inversiones acordes
con una actividad minera. Aún

27
así, durante los años sesenta se produce un importante esfuerzo innovador que
sólo se vió empañado por la progresiva dificultad de la situación internacional.
En efecto, el anuncio y efectivo arranque de nuevas e importantes
explotaciones en Canadá envilecieron el mercado, conduciendo a graves
problemas a los productores europeos.

La minería nacional ve aparecer a una nueva e importante explotación de


la mano del INI: Potasas de Navarra. La nueva empresa no se integró en sus
comienzos en la que venía siendo central única de ventas: Potasas
Españolas, y fue vista con cierto recelo por los potaseros24. Sin embargo, los
temores eran infundados ya que se llega a acuerdos desde fecha temprana y la
potasa de la cuenca navarra se dirigirá preferentemente al exterior, sin
competir por el exiguo, pero seguro, mercado interior.

Expulsado prácticamente el capital extranjero, el problema clave de la potasa


venía siendo el comercial y la escasa agresividad de las exportaciones25. Este
problema continuó sin resolverse y todo parece indicar que se optó por una
prudencia que se tradujo en un uso intensivo de la capacidad instalada y una
ampliación muy moderada y meditada.

Un segundo problema que poco a poco iba creciendo era el de la


concentración de las labores. La delimitación de las cuadrículas mineras
y de las concesiones obligaban, con el avance de la actividad, a trabajar
en ocasiones de manera irracional, técnica y económicamente. Una vez
más, la concentración no se producirá vía fusión de explotaciones, sino por la
creciente participación de las sociedades de abonos en el

28
negocio de la potasa. Así, en los primeros años setenta Explosivos
adquiere la totalidad de Potasas Ibéricas y se procede a una racionalización de los
pozos bajo la forma de una nueva explotación que recibe el nombre de
Potasas de Llobregat.

En 1975 se integran todas las empresas, públicas y privadas, en una nueva


agencia única de ventas: Comercial de Potasas Españolas. Este cártel
favorece una adecuada unidad frente al exterior, pero al tiempo aumentaba
la concentración del subsector de manera extraordinaria. Una manifestación
de esta concentración fue la tradicional dificultad por parte del cártel a vender
producto en el interior a quien no fuera industrial de abonos, impidiendo
por tanto, la aparición de mezclas y reforzando las barreras de entrada e
integración total del sector.

CRISIS DEL SECTOR DE FERTILIZANTES


Como ya ha sido bien comentado, el estallido de la crisis en España no fue
seguido de una política industrial ágil y eficaz. En este marco, las medidas
tomadas en torno al sector de fertilizantes si bien fueron pródigas estuvieron
más encaminadas a paliar los problemas que a solucionarlos, en la medida que ello
fuera posible.

Cabe distinguir varios grupos de normas que afectaron al sector. En primer lugar,
normas tendentes a la solución del problema de las naftas, materia prima antes
excedentaria y ahora escasa para la industria química26. Paralelamente se bonificó
el precio de las naftas con destino a la producción de amoniaco entre 1973 y
mayo de 1977. A partir de esta fecha se pasó a subvencionar directamente a las
empresas del sector. Los motivos para este cambio venían expuestos en la
propia exposición de motivos de

29
dicho Real Decreto27; y a ello puede añadirse que de esta manera era ya posible
cuantificar con exactitud la cuantía de las mismas. Ala subvenciónanteriorse unió
la concedida por el MAPA desde 1977 con la intención de bonificar el precio de
losfertilizantes. En tercer lugar, un conjunto prolijo de exenciones aduaneras y
fiscales se mantuvieron desde 1973, fundamentalmente para importar el
amoniaco necesario para cubrir el déficit nacional.
Junto a todo lo anterior, y como ya se indicó, los precios de los fertilizantes se
sometieron a control desde 1973 dentro del mantenimiento de una política
antiinflacionista y como medida de protección a la agricultura. Por parte de los
industriales del sector no hay medida que haya sido más condenada y sobre la
que se haya hecho recaer la responsabilidad de más males que ésta. En realidad,
es muy difícil saber si realmente los precios fueron o no actualizados con la
suficiente agilidad y respuesta frente a las importantes subidas de costes.
Posiblemente han existido períodos en que los precios no han sido
actualizados debidamente -sobre todo el período 1975-1977- pero merecen
comentarse dos aspectos no debidamente considerados. Por una parte, han sido
tradicionales las guerras de precios a la baja dentro del sector y
especialmente en los años con mayores dificultades por parte de la
demanda. No parece que estos descuentos lograran variar sensiblemente las
cuotas de mercado de las empresas durante la crisis, lo que demostraría su
irracionalidad, pero lógicamente sirvieron para debilitar a todas ellas y para
prácticamente eliminar a los mas débiles, lo que dejó un margen de duda sobre
su real intención. Además, suficientemente conocida su existencia, hicieron
muy difícil la justificación del mantenimiento de subvenciones como las del
Ministerio de Agricultura que pretendían lograr bonificaciones en los precios
pagados por los agricultores.

30
En segundo lugar, fueran o no suficientes los precios autorizados, lo que
no puede haber duda es que se trataba de precios a medida de la industria
española. Con ello quiere decirse, que se estimaron sobre los costes que
soportaba dicha industria, pero no sobre los que podría soportar si se eliminaban
algunas de sus deficiencias o si sencillamente se importaban algunos abonos.
Como síntesis de lo anterior hay que resaltar que la política estatal, antes de
colaborar en la solución real de los problemas, ayudó a paliar los altos costes
de procesos de fabricación obsoletos y, por tanto, ayudó a mantener los
excesivos volúmenes de la oferta lo que conllevaba envilecimien- tos de precios.
Crisis económica, crecimiento desorbitado, deficiencias estructurales,
envilecimiento de precios y falta de adecuadas medidas ayudan a explicar las
pérdidas sufridas por el sector y el marco de crisis en que se encontró.
La industria española de fertilizantes a partir de 1977, aproximadamente,
estaba compuesta por un número escaso de empresas que fabrican abonos
complejos casi sin excepción, nitrogenados simples en menor medida, y
fosfatados y potásicos en último lugar. Su configuración es ya muy distinta
a la tradicional y su integración empresarial muy elevada. Ello no quiere
decir que la dimensión de sus plantas y que la modernidad de sus procesos fuera la
adecuada. Además de ello, la capacidad de producción de fosfatados era
excedentaria28 y la de complejos exorbitada. Tan sólo en nitrogenados existía un
cierto equilibrio entre oferta y demanda, si bien el amoniaco necesario había que
importarlo cada vez en mayor medida y el nacional se encuentra fuertemente
subvencionado. Por contra, la producción de fosfórico de FESA no había
cesado de aumentar con una vocación claramente exportadora.
A partir de estas fechas la distinción entre subsector de nitrogenados,
fosfatados y potásicos pierde su razón de ser por dos hechos fundamentales:
primero por la contundente entrada de las grandes empresas de fosfatados en
la fabricación de nitrogenados, y segundo por la elaboración
prácticamente

31
general de abonos complejos, fertilizantes que reúnen productos intermedios
fosfatados, nitrogenados y potásicos. Por ello, parece más adecuado
considerar ya a un sólo sector de fertilizantes que realiza una amplia gama
de productos29. La situación de plantas y empresas poco antes de la puesta
en marcha del Plan de Reconversión se recoge en el cuadro 2.
La necesidad de una reconversión en la industria española de fertilizantes no
se planteó con seriedad hasta fecha muy tardía (RD 295/1985, de 20 de
febrero). Por tanto, sufrió del retraso ya habitual en este proceso pero con el
agravante de ser una de las últimas en realizarse dentro del marco legal surgido en
1983. Quizás el detonante de todo el proceso fuera la entrada en la CEE que
hacía imposible el reparto de las últimas subvenciones que apuntalaban la
industria, pero resulta significativo además que la iniciativa tuviese que ser
pública dados los grandes titubeos existentes entre unos industriales
temerosos entonces de una variación substancial del statu quo.
El éxito de su rápida aprobación y el que ésta fuera por parte de todos -
Administración, sindicatos y patronal- se debió a varias razones como que se
solucionara suficientemente el problema de un excedente laboral relativamente
escaso, pero sobre todo, a que el modelo industrial que hubiera de surgir del
proceso de reconversión quedaba sin definir y postergado a negociaciones
ulteriores salvando el problema fundamental de variaciones en la correlación de
fuerzas, además del de la definición de los papeles de la empresa pública y las
privadas.
Pasadosdosañosdesdelafechadelafirmadeloquepodríamos calificar primera
fase de la reconversión siguió un período de negociaciones intensas con largos
impasse, donde se marginó a la sociedad creada para la gestión de la
reconversión y donde pronto se conoció el disgusto sindical ya que tras
haber aceptado fuertes reajustes de empleo no se lograba negociar la definitiva
configuración del sector. Se propuso la fusión entre las empresas con el
propósito de consolidar dos grandes grupos industriales, uno público y otro
privado, que alcanzaran una adecuada dimensión y pusieran fin a las disensiones
internas. Sin embargo, la compra de Cros por el grupo KIO, y la posterior

32
Cuadro 2
Capacidad instalada en la industria de fertilizantes antes de la reconversión industrial (1983)
(Miles de tms.)
Empresa Planta N Empresa Planta P2O5 Empresa Planta NPK
ENFERSA Puertollano 118 ENFERSA Cartagena 52
Cartagena 112
Avilés 78
Puentes 25

ERT Castellón 34 ERT Sevilla 59 ERT Huelva I 300


La Felguera 34 Cartagena 38 Castellón 270
Huelva I 37 Luchana 38 Sevilla 158
Huelva II 83 Mongat 30 La Felguera 132
Sevilla 49 Mongat 120
Luchana 100

CROS Málaga 90 CROS Sevilla 58 CROS Sevilla III 240


Badalona 32 Sevilla II 120
Zaragoza 22 Zaragoza 180
Santander 22 Lérida 120
Valencia 22 Mérida 120
Rentería 22 Tarragona 120
La Coruña 16 Valencia 120
La Coruña 90
Madrid 90
Rentería 90
Santander 90
Málaga 120

ASUR * Cartagena 67 CARRILLO Granada 22 ASUR * Cartagena 200


NICAS Valladolid 48 INABONOS Lodosa 22 CARRILLO Granada 150
SEFANITRO Bilbao 59 INDUCA Bilbao 16 CINSA Canarias 100
CINSA Canarias 24 MIRAT Salamanca 18 INABONOS Lodosa 200
PROQUIMED Castellón 34 FESA ** Huelva 235 INDUCA Bilbao 120
PAULAR Y OTROS Badalona 16 NICAS Valladolid 200
MIRAT Salamanca 130

Total España 908 Total España 724 Total España 3.680


Andalucía 259 Andalucía 374 Andalucía 1.088

* ERT y ENFERSA al 50 por ciento. ** CROS Y ERT al 50 por ciento.


Fuente: Plan de Reconversión de Fertilizantes.
compra de ERT por Cros alterararon por completo la previsión y, de nuevo, la
concentración empresarial volvió a primar sobre la reorganización fabril. La
nueva empresa, Ercros, pasó a controlar a su vez a la práctica totalidad de las
empresas, mientras que tan sólo alguna pequeña de fosfatados supervivía en
1990 con carácter independiente. Finalmente, el INI modificaba ciento
ochenta grados sus posturas anteriores cediendo el control de Enfersa al grupo
privado tras afirmar durante muchos años que la industria de amoniaco y abonos
era estratégica y merecedora de la presencia pública.

Visto todo lo anterior, parece claro que varios parámetros que venían
determinando la estructura del sector quedaron profunda- mente transformados tras
la entrada en la CEE. Por su relevancia quizás habría que destacar tres: el
desmantelamiento del conjunto de ayudas públicas directas e indirectas a la
producción de abonos o sus productos intermedios, el final de la reserva del
mercado nacional desde hacía años vigente y que impedía en la práctica la
importación de fertilizantes, y la libertad de precios -o fin del régimen de precios
autorizados de algunos fertilizantes-. De hecho, si algo ha caracterizado a la
adhesión, ha sido la fuerte recuperación de las importaciones con métodos
y las bajas de precios que recuerdan los hechos de los años treinta o lo
acontecido tras la apertura del Plan de Estabilización. Esta situación habrá de
ser ya una constante a no ser que se lleguen a acuerdos con los industriales
europeos tal como también se intentó antaño.

Otros hechos que resumen la evolución de la industria durante el proceso de


reconversión y la incorporación a la CEE han sido los siguientes:

5. Se ha reducido de manera apreciable la capacidad instalada -


cuadro 3- y así entre 1985 y 1994 ha descendido un 10 por
ciento la capacidad de elaboración de nitrogenados simples
(medido en nitrógeno), algo más del 70 por ciento la de
fosfatados (medido en P2O5) y un 40 por ciento la de complejos
(medido sobre toneladas de producto). Sólo ha crecido la
capacidad de elaboración de potásicos simples (un 8 por ciento
medido en K2O). Han sido también muy significativos los
cierres en
instalciones de amoniaco y ácido sulfúrico.
6. El empleo ha pasado de casi doce mil empleados en 1980 a unos
diez mil en 1985 y a menos de tres mil en 1994 -gráfico 7. Este ha
sido, sin duda, uno de los impactos más fuertes y duros del
proceso de reconversión, superando incluso las previsiones
iniciales.

Cuadro 3
Capacidad de producción y su grado de utilización

1980 1985 1990 1994

Nitrogenados simples 956 87 934 92 1050 73 850 70


(milesdetms.deN
año)
441 71 431 72 413 30 116 28
Fosfatados simples
(miles tms. de P2 O5
año) 800 82 840 78 840 82 904 76
Potásicos simples
(miles tms. de K2O año) 3125 73 3065 72 3168 56 1840 87
Complejos

Fuente: MINER.

Gráfico 7
Evolución del empleo en la industria española de
fertilizantes(Miles de personas)

Fuente: MINER y ANFFE.


7. Se ha pasado de contar con una docena de empresas a tan sólo
cinco en 1990. En realidad, si la concentración ya era muy
elevada en torno a las tres principales empresas, cabe ahora
hablar de prácticamente una (que controla el 90 por ciento
aproximado del mercado) además de otras de carácter
marginal y con difícil futuro. FESA (Ercros) ha pasado así a
reunir lasplantasdefertilizantes de la SA Cros, ERT y Enfersa,
y además a controlar Nicas, Asur,e IQZ. Restan las empresas
Sefanitro, Mirat, Carrillo e Inabonos, mientras que han optado
por cerrar Induca, Cinsa e Inquitasa.

COMERCIO EXTERIOR DE
FERTILIZANTES
En líneas muy generales puede afirmarse que, de acuerdo con las cifras de la
Estadística de Comercio Exterior, la tasa de cobertura de fertilizantes fue
claramente favorable para España entre 1974 y 1986. Sin embargo, hay que
señalar que si se toman en consideración productos intermedios y materias
primas (petroleo, fosfatos...) el resultado se invertiría crónicamente aunque el
déficit ha sido paliado en parte con exportaciones de ácido fosfórico.

Lo realmente destacable es que sería difícil de explicar la escasa cuantía de las


importaciones de fertilizantes desde el comienzo de la crisisdelpetróleohastala
incorporación a la CEE en 1986, si no fuera porque la razón que justificó su
ausencia -que debió ser potencialmente importante en nitrogenados y pudo
ser irregular, en cualquier caso, en el resto de los fertilizantes- ha sido tan solo
institucional. Con ello quiere decirse que pese a tener la consideración de
comercio liberalizado, el sector contó con una protección no arancelaria que
impidió la entrada de productos al interior30.

En definitiva, conviene señalar cómo el sector de fertilizantes vivió para el


mercado interior si exceptuamos las exportaciones
de potasas. La presencia de grupos nacionales tanto en este sector como en
los suministradores de sus inputs, y la escasa rentabilidad de las producciones
químicas básicas requeridas, ayudan a explicar además la ausencia a la
larga del capital extranjero. Sus limitadas posibilidades y los
condicionamientos estructurales también justifican su vocación y
orientación interior. Todo ello hacía del sector de fertilizantes un subsector
anómalo dentro del sector químico por cuanto, como se ha señalado, éste
se ha venido caracterizando en términos generales por la presencia de
este capital y por una gran apertura al exterior.

A partir de 1986, sin embargo, la entrada en la CEE provoca uno de los grandes
cambios que hoy, diez años después, podemos considerar definitivamente
asentado. En efecto, a partir de esta fecha las importaciones se dispararán desde
las modestas cifras de 1985 (cinco mil millones) hasta las significativas de
1994 (cuarenta y cuatro mil millones de ptas.), último año disponible,
suponiendo ya en torno a un tercio del consumo. No han faltado además las
acusaciones de dumping tanto a empresas radicadas en los países socios como
en otros del este europeo31. La contundencia de las ventas llevaron incluso a
que industriales y el propio Ministerio de Industria solicitaran claúsulas de
salvaguarda a la autoridades de la Comunidad que fueron parcialmente
concedidas en diferentes ocasiones, frenando algunas importaciones. Por
otra parte, la industria española ha realizado importantes esfuerzos para
potenciar unas exportaciones que suponen algo más del 20 por ciento de la
producción aunque se reconoce que no suelen cubrir todos los costes. Se ha
denunciado también la dificultad de vender en países como Italia o Francia
donde industriales y comerciales se defienden con eficacia.

Una consecuencia añadida a estos hechos ha sido el descenso generalizado de


los precios de los fertilizantes desde 1986, en
un proceso que no ha podido sino agravar más aun la situación de la industria
española -gráfico 8. Este descenso ha afectado sobre todo a los fertilizantes
nitrogenados, y así, de acuerdo a datos del Ministerio de Agricultura, el
precio de la urea ha pasado de las 40 pesetas/kilo en 1986 a 25 en 1993,
o el nitrato amónico (26 por ciento de nitrógeno) de 29 a 19 pesetas. El fosfato
por contra se ha estabilizado y el super (18 por ciento), por ejemplo,
cuesta 18 pesetas, sólo una más que en 1986. La potasa ha subido, en cambio, y
así el sulfato potásico ha pasado de 32 a 40 pesetas. Por último, los
complejos también han descendido con claridad y un producto típico como el
15-15-15 (15 por ciento de cada elemento) ha pasado durante estos años citados
de 35 a 25 pesetas (cuadro 4 y gráfico 9).

Gráfico 8
Evolución del índice de precios pagados por los fertilizantes

Fuente: MAPA.

Todos estos hechos, por previsibles, no han dejado de sorprender por su


rotundidad, y recuerdan de inmediato a otras épocas en las que procesos de
liberalizaciones fueron seguidos de situaciones muy similares. De esta
manera, y como ya se explicó, fueron precisamente unas importaciones muy
agresivas las que impidieron la consolidación de la industria del nitrógeno
en el primer tercio del siglo cuando ésta emergía. Y de igual forma, la
apertura posterior al Plan de Estabilización conllevó una fuerte entrada de
productos que motivó una vuelta atrás y parcial cierre del mercado. La
historia no siempre ha de repetirse pero existieron datos suficientes para
haber motivado una reflexión más temprana y una racionalización de la
industria que la hubiera dejado en una mejor posición de cara a la entrada en la
CEE.
Cuadro 4
Evolución de los precios medios anuales pagados por
los agricultores
(Ptas./kg.)

SULF.
NAC 26 UREA SUPER 18 POTÁSICO 15-15-15
1979 11,24 16,42 6,51 10,45 13,66

1980 14,03 20,53 7,80 12,28 19,46

1981 19,03 27,85 9,65 15,73 24,60

1982 22,04 32,24 10,18 17,98 27,30

1983 23,99 34,58 11,39 19,36 29,42

1984 26,62 38,26 14,56 27,44 32,77

1985 27,04 40,11 15,85 29,20 33,20

1986 28,54 39,95 17,17 31,79 35,05

1987 24,05 34,12 18,06 33,26 32,18

1988 22,11 29,53 17,67 34,67 29,59

1989 21,38 27,05 16,89 36,30 28,53

1990 21,05 25,77 17,16 37,39 27,73

1991 22,05 27,86 17,20 39,52 27,08

1992 20,28 26,65 17,86 40,84 26,08

1993 19,23 24,88 17,82 40,21 24,96

Fuente: MAPA.

Todo parece indicar que en el futuro las importaciones habrán de crecer conforme
crece también la industria de fertilizantes que sevainstaladoenpaísesenvíasde
desarrollo bien dotados de alguna de las materias primas. Sin embargo, si
se desea garantizar el abastecimiento interior y unos precios razonables es
muy conveniente que la industria nacional continúe participando de la
producción. Este es, sin duda, el reto del futuro.
Gráfico 9
Evolución de los precios medios anuales pagados por los
agricultores
(Ptas./kg.)

Fuente: MAPA.

LA INDUSTRIA DE FERTILIZANTES EN
ANDALUCÍA
Aunque existen en Andalucía referencias tempranas sobre la instalación de
plantas de abonos orgánicos o químicos, la formación de un auténtico
sector, que centra además junto al refino la actividad química de la región, no se
produce hasta los años sesenta. Las primeras plantas aparecen desde el comienzo
del siglo y se trata de industrias de superfosfatos que, en ocasiones,
combinan procesos químicos sobre fosfatos con otros sobre huesos animales y
otras materias primas. Se han encontrado referencias concretas para
industrias situadas en Málaga, Sevilla o Antequera, y desde luego, una de ellas
la SA Carrillo de Granada (con planta en Atarfe), ha conseguido
sobrevivir hasta nuestros días. De esta manera, esta empresa no sólo es la decana de
las andaluzas, sino una de las más antiguas
del país32, habiendo superado etapas bien difíciles.

Ya en los años sesenta, el montaje de la refinería de Huelva en colaboración con


capital norteamericano propició la instalación de la primera planta de amoniaco
en Huelva y, a partir de ella, plantas de abonos nitrogenados en Huelva y,
subsidiariamente, en Sevilla. Por otra parte, como ya se indicó, otro grupo
americano instaló una segunda fábrica en Málaga. Se instalan también plantas
de fosfatados abastecidas con el cercano mineral norteafricano, mientras
que la potasa se adquiere en otras regiones españolas. Con todo ello, se
comienza la elaboración de abonos complejos ampliando constantemente (y sin
duda en exceso) todas estas instalaciones hasta bien entrada la década de los años
setenta. En este esfuerzo se aúnan los intereses americanos y, a ellos, se suman los
nacionales a través de Cros y Explosivos. Pero, al final, y como ya se indicó,
poco antes de la crisis del petróleo se retiró el capital extranjero, pasando
entonces a adquirir las fábricas las empresas nacionales.
De acuerdo con todo lo anterior, la moderna aparición de la industria
andaluza guarda estrecha relación con la política o Planes de Desarrollo de la
etapa franquista, quedando vinculada en particular a la forma de intervención que
constituyeron los denominados polos de desarrollo. Si el éxito de la política de
los Polos fue desigual, el de Huelva estaba quizás asegurado. Su doble cercanía
a la pirita sulfurosa y a los fosfatos de Marruecos hacían de Huelva el lugar
idóneo y necesario para situar la industria de fosfatados y, por ello, la
actuación estatal venía a facilitar y a apoyar deseos e intereses de los
industriales ya manifestados con anterioridad33. Ello explica que en Huelva se
batieran records de inversiones -el 57 por ciento del total de la inversión en
industria química llevada a cabo en el marco del II Plan de Desarrollo, tras los
tres concursos celebrados en

1967. Así mismo es significativo que Huelva ocupara el primer lugar en


inversión requerida por obrero, manifestándose la intensa naturaleza
capitalista de la industria en montaje.
En 1971 se obtenían ya en Huelva 750.000 tms. de ácido sulfúrico"loque
le da la primacía a Huelva en la producción de este producto que
indiscutiblemente es considerado como el número uno de la industria
química. Se obtienen también
200.000 toneladas anuales de ácido fosfórico, lo que constituye prácticamente
la total producción española, y 100.000 toneladas al año de amoniaco,
producto fundamental para constituir un núcleo importante de
fabricación de abonos nitrogenados y complejos"35.
Por su parte, en el Polo de Sevilla, que debe considerarse subsidiario del
anterior, se sitúan grandes plantas, produciendo nitrogenados y complejos
primordialmente. Resultaba así que: "Huelva está bien preparada para las
producciones inorgánicas...", mientras que "la provincia de Sevilla, al contar
con una industria transformadora, no ofrece grandes dificultades de
localización, pues este tipo de industria se monta casi siempre por
razones de consumo"36. En definitiva se había encontrado la localización
adecuada, en Huelva la cabecera e intermedios y en Sevilla la transformación de
abonos, punto más cercano a las áreas dedemanda.
Como curiosidad final, cabe indicar que si bien en un momento posterior al
despegue de Huelva y Sevilla, CEPSA se planteó la posibilidad de instalar
plantas de abonos en el entorno de la refinería de Algeciras37, abandonó
finalmente la idea. Su negativa
a abrir esta planta constituye un caso excepcional en una época donde, como ya
se indicó, empresas vinculadas a los grandes bancos nacionales fueron
abriendo numerosas fábricas de pequeña dimensión pero pronto, todas en
conjunto, claramente excedentarias para el mercado nacional.
En los primeros años ochenta, cuando se pone en marcha la reconversión de
la industria, las plantas andaluzas componen el principal grupo fabril de
fertilizantes en España, con una capacidad instalada superior a las necesidades
de la demanda de la región ya que, como se ha indicado, se han perseguido
ventajas de localización para la importación y exportación, que se añadieron a la
existencia de un mercado interior de primera magnitud. De las tres
principales empresas del sector, una, Enfersa, no cuenta con plantas en
Andalucía, mientras que ERT se sitúa preferentemente en Huelva (Huelva I y
Huelva II38: amoniaco, urea y complejos) con otra planta en Sevilla (abonos
nitrogenados, fosfatados y complejos); por último Cros se sitúa en Sevilla
(fosfatados y complejos) y Málaga (amoniaco, nitrogenados y
complejos).
En el caso de los fertilizantes nitrogenados puede estimarse que la capacidad
instalada en Andalucía era el 30 por ciento del total nacional (unas doscientas
cincuenta mil toneladas de nitrógeno, respecto a un total de novecientas mil). Y
si bien Enfersa, que era el primer fabricante nacional de nitrogenados, no
contaba con ninguna planta en la región, ERT, que era el segundo, poseía el 70 por
ciento de su producción en Huelva o Sevilla. Por su parte, la SA Cros,
tercer fabricante, contaba con la única producción de Málaga -cuadro 2-.
En lo que se refiere a abonos fosfatados, la capacidad andaluza superaba
ligeramente el 50 por ciento del total nacional si se incluye la importante
planta de fosfórico de FESA en Huelva, propiedad entonces de ERT y Cros a
partes iguales. Además ERT poseía en Andalucía el 36 por ciento de su
capacidadadicional
-sin incluir FESA-, mientras que Cros contaba con el 30 por ciento.
Enfersa,porsuparte,queeraenestaocasióneltercer
fabricante, tampoco contaba con plantas en la región.

Por último, de la capacidad de granulación de abonos complejos que se


estimaba en España en 1983 en unos tres millones setecientas mil toneladas,
se situaba en la región algo más de un millón, en torno al 30 por ciento. Este
porcentaje era también el que mantenían en Andalucía las dos principales
empresas, la SA Cros(cuatrocientas ochenta mil tms. de un total de un millón y
medio de tms. de capacidad) y ERT (trescientas mil tms. de un total
aproximado de un millón).
El impacto del Plan de Reconversión de Fertilizantes en la región se ha
manifestado en el cierre de varias plantas y, sobre todo, en una reducción del
empleo que puede estimarse en unos 850 trabajadores a lo largo de la década
de los años ochenta, descenso que en términos relativos (35 por ciento
sobre el empleo de 1980) ha sido algo inferior al experimentado a nivel
nacional (40 por ciento). La SA Cros cerraba en su totalidad las instalaciones de
Málaga (amoniaco, nitrogenados y complejos), mientras que ERT cerraba
instalaciones en Huelva (una planta de amoniaco, Huelva I) y Sevilla (sulfato
amónico).
Ya en la década actual y como resultado del proceso de fusiones puede indicarse
que FESA pasa a controlar las plantas de Huelva (mil trescientos empleos) y
Sevilla (unos seiscientos trabajadores) que siguen constituyendo el núcleo
esencial de la industria de fertilizantes andaluza. Además de éstas, continúa la
empresa Carrillo (cien trabajadores)que no ha querido finalmente integrarse en la
gran empresa resultante (lo que presumiblemente hubiera supuesto su
desapararición), así como sigue obteniéndose por razones técnicas una
pequeña producción secundaria de fertilizante (sulfato amónico) en la planta
de Aragonesas en Huelva39. Podría indicarse, además, que en Huelva se genera el
70 por ciento del valor de la producción, mientras que en Sevilla se alcanzaría el
resto salvo un porcentaje del 2 ó 3 por ciento para Carrillo.
Cuadro 5
Principales magnitudes de la agroindustria en Andalucía
(Millones de pesetas)
A. Interior 15.824
B. Importado RE 1.560
C. Importado CE 349
D. Importado RM 4.463
I=A+B+C+D Consumos intermedios (inputs) 22.196
E. Remuneración de asalariados 5.312
F. Excedente Bruto de Explotación 5.306
G= E+F Valor Añadido Bruto al coste de los 10.618
factores
H. -1.172
2=G+H Impuestosnetosligadosalaproducción Valor 9.446
Añadido Bruto a precios de mercado
3=1+2 31.642
Producción efectiva (output interior)

Ventas a otras ramas 26.944


Ventas al consumo privado y stocks 1.681
Exportaciones 8.927

Fuente: TIOAN-90.

Las últimas tablas input-output de Andalucía correspondientes al ejercicio de


1990 constituyen una fuente adicional de información que es posible
analizar para conocer algunos rasgos adicionales que caracterizan a la industria
de fertilizantes de la región -cuadro 5-. Hay que tener presente, no obstante, que
la tabla incluye en la rama: productos químicos para la agricultura la pequeña
producción regional de fitosanitarios y no incluye, en cambio, la producción de
los productos intermedios para fertilizantes que se han ubicado en la rama
química básica. La inclusión de fitosanitarios no es un grave problema ya que
su facturación puede estimarse en un 2 por ciento aproximado del total, pero la
no inclusión de las producciones intermedias (amoniaco, fosfórico...)
reduce fuertemente las cifras de la actividad por más que esta decisión sea
plenamente congruente con los requisitos de elaboración de la tabla. De esta
manera, y con arreglo a esta fuente sería posible indicar lo siguiente:

1. En 1990 la facturación de la industria superó los treinta mil millones de


pesetas (el 1 por ciento aproximado de la industria andaluza),
mientras que el volumen de sus
compras de insumos ascendió a algo más de veinte mil. El valor
añadido consiguiente supuso unos diezmil millones de pesetas.

2. Más de la mitad de las compras que realizó la rama se hicieron, de


acuerdo con el diseño de la tabla, a la propia industria química
andaluza, ya que no se trata sino de la incorporación de los
productos intermedios realizados por las mismas empresas. La
segunda compra en importancia se hizo a la minería (en esencia
fosfatos africanos), adquisición que se valoró en unos cuatro mil
millones de pesetas, es decir, en torno al 20 por ciento del volumen
de los inputs.

3. La industria realizó unas exportaciones de casi nueve mil millones de


pesetas, en su gran mayoría al resto de España, mientras
que sus compras importadas
superaron en poco los seis mil millones de pesetas. Estoconfiere a
la rama una tasa de cobertura positiva pero las cifras, como se
observará, son modestas.

4. La industria tiene una clara vocación interior ya que la mayoría de


sus compras son interiores (70 por ciento) y, lo que es más
destacado, la mayoría de sus ventas (85 por ciento) tienen como
destino ramas (primarias) andaluzas.

5. Cabe indicar, por último, que la generación de rentas de la actividad fue


modesta ya que el valor añadido tan sólo vino a suponer el 33 por
ciento del output (facturación). Por otra parte, el reparto de este valor
se realizó casi al 50 por ciento entre salarios y excedente empresarial.

Este trabajo quiere terminar con alguna consideración sobre el mercado o el


consumo de los fertilizantes en Andalucía -cuadros 6 y 7 y gráfico 10-; a este
respecto puede indicarse que en la actualidad se alcanzan niveles de consumo
apreciables aunque desiguales. Esta calificación de desigual se manifiesta
o es resultado de varios hechos o circunstancias.
Cuadro 6

Consumo de fertilizantes en Andalucía


(Tms. de N, P2O5 y K2 O)

Abonos nitrogenados Abonos fosfatados Abonos potásico s

1974 156.163 105.446 70.311


1975 184.295 106.457 83.012
1976 175.299 101.283 75.449
1977 191.903 93.413 68.749
1978 156.781 72.517 51.407
1979 175.535 76.381 52.852
1980 208.266 86.160 57.717
1981 142.648 65.800 39.297
1982 215.030 73.641 47.638
1983 139.461 51.158 29.789
1984 198.348 66.266 40.904
1985 230.906 76.127 44.947
1986 256.714 85.207 45.547
1987 228.258 94.184 54.760
1988 290.772 100.515 64.194
1989 269.683 98.057 57.334
1990 311.252 131.000 75.423
1991 264.572 121.197 75.997
1992 274.636 93.693 59.634
1993 175.724 74.169 58.453
1994 226.001 88.861 63.340

Fuente: ANFFE.

En primer lugar, si en la mayoría de los países europeos el principal


nutriente aportado es el nitrógeno (algo más del 50 por ciento) seguido casi por
igual por fosfatos y potasas (en torno al 25 por ciento cada uno de ellos), y si en
España esta distribución es también observable, aunque existe un sesgo a
favor del fosfato y en perjuicio de la potasa (53 por ciento de N, 28 por ciento
de P2O5 y 19 de K2O en 1990), la distribución andaluza (que puede expresarse
como 60, 25, 15) presenta un uso muy intenso del nitrógeno y un insuficiente
consumo de potasas. De esta manera, la distribución del consumo de
nutrientes de la región es más similar a la media mundial (58, 25, 17) que a la
española o europea. Este elevado uso del nitrógeno en detrimento de los
otros nutrientes puede quizás explicarse porque (en términos sencillos) se
debe a este nutriente el crecimiento de las plantas, mientras que potasa y
fosfatos son
elementos de fondo. En definitiva por los resultados más evidentes del
nitrógeno, sin que quiera decirse por ello que esta situación sea la más
adecuada.

Gráfico 10
Evolución del consumo de fertilizantes en Andalucía
(Miles de tms.)

Fuente: ANFFE .

Durante los últimos veinte años el consumo de nitrogenados en Andalucía ha


crecido de manera firme y rápida, por encima de la serie nacional, y, como
consecuencia, ha crecido también su participación en el consumo nacional de
nitrógeno (llega a ser el 29 por ciento en 1990). Esta tendencia sólo se ha roto
durante los últimos ejercicios de marcada sequía. El consumo de fosfatos (P2O5),
por su parte, no ha seguido la misma evolución, pudiendo hablarse de
estancamiento a excepción de algunos años extraordinarios. Por último, el
consumo de potasa presenta una evolución adversa pudiendo señalarse que si
Andalucía absorbía el 25 por ciento del total nacional mediada la década de los
años setenta, esta proporción se reducía al 18 por ciento en los años anteriores a
la pasada grave sequía, etapa que quizás no deba considerarse. Llama la
atención que haya descendido incluso el número absoluto de toneladas de K2O
empleadas, circunstancia que no es posible señalar a nivel nacional por
mucho que allí
también sea la serie de la potasa la de crecimiento más atenuado. En
toda esta evolución parece haber influido el comportamiento ya referido
de los precios, y en concreto el fuerte descenso del nitrógeno y la elevación,
por contra, de la potasa, desde la incorporación española a la CEE.

Cuadro 7
Consumo de fertilizantes en las provincias andaluzas
(Miles de tms.)

N P2O5 K 2O

1991 1992 1993 1991 1992 1993 1991 1992 1993

Almería 10.000 10.968 8.392 4.200 3.796 2.549 6.200 7.470 10.064

Cádiz 13.000 11.008 6.337 5.400 3.148 975 1.600 1.427 439

Córdoba 48.300 46.771 40.749 21.000 12.289 15.857 12.000 7.728 8.878

Granada 53.500 40.249 25.441 17.100 12.972 10.363 10.200 6.551 12.518

Huelva 3.600 4.645 3.605 1.800 765 2.074 1.000 2.206 2.033

Jaén 18.800 20.702 12.735 7.100 4.878 7.777 14.800 2.621 2.793

Málaga 14.900 28.154 18.632 8.200 8.787 9.767 3.800 4.217 4.558

Sevilla 102.472 112.139 59.833 56.397 47.058 24.807 26.397 27.414 17.170

Andalucí a 264.572 274.636 175.724 121.197 93.693 74.169 75.997 59.634 58.453

Fuente: ANFFE.

El consumo de Andalucía es, por último, significativamente distinto si se


distingue entre oriente y occidente o si se desciende a nivel provincial.
De hecho, la diversidad de la situación queda patente si se indica que Sevilla
viene a suponer en los últimos años por sí sola el 40 por ciento del total de
nutrientes aportados, siendo seguida a distancia considerable por Córdoba (17) y
Granada (15), que reúnen así las tres más del 70 por ciento del consumo total.
Puede hablarse así de una elevada concentración del consumo de abonos en
Andalucía, pero más por el escaso uso que se hace de los mismos en varias de
las provincias (Huelva, Almería y Cádiz) que a la elevada y lógica utilización
de Sevilla y Córdoba, utilización que guarda relación con su potencial
agrícola.
Cuadro A.1
Fertilizantes nitrogenados. Evolución del mercado
(Miles de tms. de N)

Producción Importación Exportación Consumo

1940 4,510 18,930 - 23,440


1941 4,320 18,130 - 22,450
1942 3,960 16,310 - 20,270
1943 3,650 18,390 - 22,040
1944 3,980 13,460 - 17,440
1945 3,530 9,070 - 12,600
1946 3,400 18,500 - 21,900
1947 3,320 22,390 - 25,710
1948 2,750 22,680 - 25,430
1949 2,140 32,690 - 34,830
1950 3,560 77,680 - 81,240
1951 10,010 59,220 - 69,230
1952 24,220 92,570 - 116,790
1953 23,920 63,890 - 105,700
1954 32,710 89,200 - 128,800
1955 46,160 134,900 - 176,900
1956 46,660 121,710 - 177,600
1957 49,200 114,000 - 157,600
1958 55,300 172,300 - 232,900
1959 70,300 245,500 - 257,400
1960 93,600 127,000 - 242,127
1961 128,068 174,800 - 304,200
1962 140,840 200,100 - 341,100
1963 176,456 168,200 - 345,200
1964 228,901 150,700 - 378,800
1965 284,301 167,200 - 402,700
1966 327,636 97,400 8,170 402,400
1967 384,300 55,700 18,590 455,700
1968 479,300 75,000 3,210 520,500
1969 516,000 98,800 10,910 588,500
1970 586,700 86,000 0,030 614,700
1971 597,500 57,100 0,193 632,200
1972 686,200 35,300 3,000 669,400
1973 773,278 27,900 4,456 716,200
1974 770,600 16,000 33,597 747,934
1975 874,700 7,100 1,693 750,794
1976 940,400 16,300 73,500 749,272
1977 988,107 5,262 133,410 847,154
1978 1.024,900 7,668 64,404 808,398
1979 1.012,002 17,925 35,011 905,100
1980 1.041,954 18,900 33,600 985,900
1981 1.014,537 14,100 36,000 806,700
1982 943,278 16,642 53,500 885,124
1983 869,243 18,595 90,100 687,647
1984 1.059,967 14,738 84,200 870,709
1985 1.068,185 25,704 102,555 936,198
1986 1.027,145 249,600 73,291 1.027,800
1987 1.031,500 293,424 104,390 1.031,485
1988 1.028,872 384,210 134,385 1.160,128
1989 1.081,276 420,650 200,352 1.110,012
1990 969,200 460,500 - 1.087,372
1991 976,300 469,200 - 1.068,939
1992 810,900 484,700 - 980,669
1993 652,500 369,000 - 810,739
1994 - - - 991,486

Fuente: FENINA, ANFFE y MAPA.

51
Cuadro A.2
Fertilizantes fosfatados. Evolución del mercado
(Miles de tms. de P2O5)

Producción Importación Exportación Consumo


1930 183,760 - - 183,760
1935 173,760 - - 165,199
1936 39,840 - - 39,840
1937 25,600 - - 25,600
1938 30,400 - - 30,400
1939 67,200 - - 67,200
1940 101,330 - - 101,210
1941 99,890 - - 99,890
1942 92,460 - - 92,460
1943 42,500 - 42,500
1944 44,720 - 2,840 44,728
1945 85,200 - 9,890 85,755
1946 45,840 - 5,470 45,843
1947 58,460 4,900 0,030 58,466
1948 113,650 0,000 0,000 113,655
1949 133,820 0,000 5,700 133,824
1950 151,560 0,000 2,940 150,938
1951 167,490 0,000 13,270 167,492
1952 187,970 0,000 1,800 187,976
1953 201,980 9,780 4,410 201,979
1954 216,540 7,030 0,000 216,544
1955 243,160 49,520 0,000 243,161
1956 259,680 57,880 0,000 259,679
1957 255,770 64,740 0,000 288,000
1958 292,260 68,810 1,670 320,000
1959 324,670 15,840 9,720 315,000
1960 307,280 3,060 8,570 310,000
1961 280,390 2,830 13,917 319,700
1962 296,530 5,470 14,226 332,800
1963 307,210 7,200 4,765 313,000
1964 325,340 3,740 26,112 319,410
1965 344,100 12,100 12,030 323,400
1966 320,600 16,900 7,590 302,300
1967 320,400 26,500 6,680 327,800
1968 354,800 31,200 8,270 360,400
1969 364,400 59,600 10,300 389,900
1970 431,100 21,300 16,700 397,200
1971 517,800 22,900 12,500 435,800
1972 610,600 26,600 1,500 444,200
1973 650,726 14,100 5,100 459,100
1974 684,534 4,100 23,600 459,700
1975 658,914 2,300 24,500 456,600
1976 603,002 1,300 35,100 463,100
1977 676,848 1,000 33,900 472,200
1978 652,741 0,700 33,900 433,500
1979 667,315 1,300 21,300 456,600
1980 674,940 3,800 18,246 472,600
1981 642,569 1,286 14,836 420,100
1982 583,056 1,157 11,003 404,700
1983 556,045 1,940 25,432 366,100
1984 647,885 1,308 24,397 428,700
1985 670,718 0,994 23,765 460,241
1986 708,136 86,845 38,517 502,200
1987 610,933 176,469 57,900 518,618
1988 711,472 180,138 62,346 548,128
1989 683,175 209,663 69,101 527,556
1990 519,300 291,200 - 578,332
1991 475,300 282,800 - 556,850
1992 377,500 276,100 - 487,170
1993 283,300 237,200 - 414,570
1994 - - - 525,480

Fuente: FENINA, ANFFE y MAPA.


Cuadro A.3
Fertilizantes potásicos. Evolución del mercado
(Miles de tms. de K2O)

Producción Importación Exportación Consumo


1925 2,270 - 0,000 -
1926 5,900 - 0,000 -
1927 15,960 - 0,000 -
1928 22,115 - 0,000 -
1929 22,157 - 0,000 -
1930 28,039 - 11,000 27,518
1931 28,116 - 19,000 19,596
1932 54,811 - 38,000 23,833
1933 91,113 - 70,000 17,716
1934 131,648 - 100,000 22,534
1935 120,566 - 103,000 25,891
1936 49,365 - 35,000 3,975
1937 0,000 - 0,000 0,000
1938 0,000 - 0,000 0,000
1939 25,52 - 6,590 1,680
1940 89,650 - 51,500 36,020
1941 101,030 - 68,100 45,800
1942 91,850 - 34,220 51,590
1943 96,570 - 31,740 35,510
1944 106,960 - 82,310 34,990
1945 121,390 - 72,200 30,710
1946 135,470 - 86,030 42,150
1947 153,670 - 104,090 53,740
1948 163,900 - 105,130 38,460
1949 159,690 - 120,220 30,930
1950 177,690 - 98,850 52,260
1951 196,150 - 136,630 43,830
1952 172,640 - 111,130 45,410
1953 180,970 - 133,240 33,710
1954 208,470 - 135,440 63,930
1955 217,440 - 131,400 54,600
1956 254,270 - 134,400 79,800
1957 240,160 - 170,100 61,200
1958 265,800 - 138,700 89,600
1959 271,560 - 163,900 69,800
1960 288,310 - 203,700 69,300
1961 394,830 - 167,500 90,200
1962 265,720 - 134,600 100,800
1963 281,460 - 143,300 103,190
1964 292,500 - 190,100 102,400
1965 383,300 - 243,400 138,900
1966 417,800 - 272,000 145,800
1967 507,200 - 344,100 161,500
1968 543,200 - 367,280 201,070
1969 550,700 - 342,400 208,170
1970 520,892 - 288,400 225,950
1971 504,801 - 241,500 264,160
1972 532,869 - 227,620 306,670
1973 473,059 - 155,870 322,790
1974 395,766 - 127,800 273,120
1975 459,417 50,800 80,370 287,300
1976 533,882 3,000 241,500 320,300
1977 904,793 3,800 290,300 324,700
1978 955,557 3,300 219,300 327,300
1979 1.014,074 1,700 312,500 336,500
1980 992,670 3,400 357,900 295,300
1981 1.041,670 2,700 367,100 253,800
1982 975,748 3,709 435,267 255,399
1983 923,713 3,380 449,378 224,928
1984 993,612 4,571 366,831 277,183
1985 986,600 6,242 338,387 300,900
1986 1.027,065 28,919 338,367 303,400
1987 1.065,041 74,265 450,660 344,000
1988 1.091,825 87,521 446,514 380,400
1989 1.053,613 93,360 402,680 364,700
1990 950,600 131,900 - 385,598
1991 829,100 142,100 - 390,645
1992 797,600 236,500 - 354,663
1993 824,400 127,400 - 351,195
1994 - - - 420,722

La serie de producción se refiere sólo a cloruro potásico hasta 1976 incluido. Fuente: ANFFE.

53
Cuadro A.4
Evolución del mercado de abonos complejos
(Miles de tms. de producto)

Consumo
Producción Importación Exportación aparente

1956 - 0,500 - 0,500


1957 - 1,200 - 1,200
1958 - 2,000 - 2,000
1959 - 3,500 - 3,500
1960 - 7,200 - 7,200
1961 - 12,000 - 12,800
1962 - 18,000 - 28,360
1963 - 29,000 - 51,600
1964 148,000 45,000 - 141,000
1965 284,000 63,000 - 253,000
1966 427,000 91,000 - 417,000
1967 659,000 116,000 - 643,000
1968 1.010,000 122,000 - 944,000
1969 1.000,658 202,000 - 1.068,029
1970 1.224,263 58,563 - 1.196,000
1971 1.457,818 64,949 - 1.456,089
1972 1.570,231 35,431 - 1.490,524
1973 1.686,902 14,882 30,750 1.532,213
1974 2.129,169 13,905 128,587 1.984,230
1975 2.003,489 3,062 1,768 1.927,736
1976 2.009,500 2,073 66,434 2.001,399
1977 2.207,319 2,379 153,103 2.105,194
1978 2.286,157 0,010 181,445 2.060,615
1979 2.273,369 0,525 120,690 2.106,446
1980 2.282,909 9,568 101,133 2.242,877
1981 2.186,510 6,223 86,633 1.940,897
1982 1.855,527 13,803 74,001 1.847,393
1983 1.777,626 14,344 161,402 1.639,244
1984 2.170,765 7,733 158,177 1.996,331
1985 2.191,733 51,668 141,803 2.153,393
1986 2.257,742 258,053 193,612 2.219,700
1987 2.123,311 571,870 282,676 2.278,494
1988 2.307,188 595,038 317,954 2.367,632
1989 2.195,724 711,792 333,707 2.234,250
1990 1.782,200 902,648 257,346 2.427,502
1991 1.628,800 902,781 292,187 2.239,394
1992 1.333,800 913,554 225,195 2.022,159
1993 1.110,851 697,664 134,614 1.673,901
1994 1.594,906 882,789 178,862 2.298,833

Fuente: ANFFE y MINER.

Anda mungkin juga menyukai