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De Certau, M.

, La escritura de la historia (México: Universidad Iberoamericana, 1993), 67-


116.

1) ¿ En qué consiste la operación historiográfica? Explique brevemente cada uno de los


componentes.

2) ¿Qué función cumple la institución para la historiografía?

3) ¿A quién se dirige el trabajo del historiador?

4) ¿Por qué el historiador “produce” los documentos?

5) ¿Qué quiere decir que la escritura histórica “sólo habla del pasado para enterrarlo”?

OPERACIÓN HISTORIOGRAFICA

No hay ninguna consideración que pueda borrar la particularidad del lugar desde donde hablo
o el ámbito donde prosigo mi investigación. Esa es una marca indeleble. En el discurso será
idiotismo: mi modo de hablar configura mi relación con un lugar. Un gesto del historiador es
el que traslada las “ideas” a lugares.

De Certeau cuando habla de historia se refiere a la historia como historiografía, es decir, una
práctica (una disciplina), su resultado (un discurso) y la relación entre ellos.
Considerar a la historia como OPERACIÓN consistirá en tratar de comprenderla como la
relación entre un lugar (un reclutamiento, un medio, un oficio, etc.), varios procedimientos de
análisis (una disciplina) y la construccion de un texto (una literatura). Así admitimos que la
historia forma parte de la “realidad” de la que trata y que esta realidad puede ser captada
“como actividad humana”, como “practica”. La operación histórica se refieren por ende, a la
combinación de un lugar social, de practicas “científicas” y de una escritura. Estas son
condiciones previas que el discurso no dice, que van a precisar las leyes que organizan al
espacio producido como un texto. La escritura histórica obedece a reglas propias.

UN LUGAR
Toda investigación historiográfica se enlaza en/tiene un lugar de producción socioeconómica,
política y cultural. Implica un medio de elaboración circunscrito (delimitado) por
determinaciones propias. Se halla sometida a presiones, ligada a privilegios que van
configurando una particularidad (enraizada en una particularidad). En función de ese lugar
los métodos se establecen, una topología de intereses se precisa y se organizan las cuestiones
que vamos a preguntar a los documentos.

La primera critica al “cientificismo” reveló en la historia “objetiva” su relación con un lugar,


el lugar del sujeto, le quito a la historia el privilegio de su pretencion de recontruir la
“verdad” de lo que había pasado. Luego de varios procesos se llegó a lo que actualmente se
sabe: los hechos históricos se hallan constituidos por la introducción de un sentido en la
“objetividad.” (SINTESIS DE TODA LA MATERIA).

LA INSTITUCIÓN HISTORICA
El lugar dejado en blanco u oculto por el análisis que exageraba la relación de un sujeto
individual con su objeto, es una institución del saber.
Esta institución señala el origen de las “ciencias” modernas, como lo demuestran, en el siglo
XVII, las asamableas de eruditos, los intercambios de correspondencia y viajes realizados por
un grupo de curiosso, y en el siglo XVIII los círculos de sabios, etc. El nacimiento de las
“disciplinas” está ligado a la creación de grupos. Las instituciones “políticas”, eruditas y
“eclesiásticas” se especializan recíprocamente. No se trata, de una ausencia sino de un sitio
particual en una nueva distribución del espacio social. Bajo la forma de un retiro relativo de
los “asuntos públicos” o de los asuntos religiosos, se constituye un lugar “científico”. La
ruptura que hace posible la unidad social (grupo social-institución, relacion insititucion social
y definición de un saber) destinada a convertirse en la “ciencia” nos indica que se está
llevando a cabo una nueva clasificación global. La ruptura señala en su aspecto exerno, un
lugar que se enlaza con otros en un nuevo conjunto; y en su aspecto interno, el
establecimiento de un saber que no puede separarse de una institución social.
A partir de allí, este modelo original se encuentra en todas partes, bajo la forma de subgrupos
o escuelas, de ahí el hecho de circunscribir una “doctrina” gracias a una “base insititucional”.
La institución social (una sociedad de estudios de…) quedda como la condición de un
lenguaje científico. La insititucion no da solamente una base social a una doctrina, también la
vuelve posible y la determina subrepticiamente.

Cualquier doctrina en historia que rechaza su relación con la sociedad se hubica en el campo
de lo abstracto, y niega lo que la está produciendo: sufre efectos de distorsion porque elimina
aquello que la situae en el mundo de los hechos. El discurso “científico” que no habla de su
realcion con el “cuerpo” social, no puede dar origen a una practica, deja de ser científico.
Esto es importante para el historiador, porque el objetivo de la historia esta en esa realcion
con el cuerpo social.
Habermas critica las teorías sociológicas (también en algún sentido las históricas) el sub-
entendido de una neutralidad en lo que respecta a los valores portulados por el punto de
partida epistemológico de sus investigaciones.

El mismo texto del discurso histórico confiesa su relación con la institución. Un ejemplo es a
través del “nosotros” del autor, el cual nos remite a una convención. Se trata de un sujeto
plural que “sostiene” al discurso, un nosotros se apropia el lenguaje por el hecho de
presentase como el locutor. De este modo se revelan la prioridad del discurso histórico
(práctica discursiva) sobre cada obra historiográfica particular, y la relación de dicho dicurso
con una institución social. Al mediar este “nosotros” elimina el atribuir la historia tanto a un
individuo (un autor, con su filosofía personal, etc) como también a un sujeto colectivo
(sociedad, etc), por ende, ofrece un lugar donde se apoya el discurso sin identificarse con él.
Los verdaderos lectores correponden al “nosotros” del autor. El publico, aunque sea su apoyo
financiero y moral, no es el verdadero destinatario del libro de historia. Una obra es menos
apreciada por sus compradores que por los “pares” y los “colegas” que la juzgan según
criterios científicos diferentes de los del publico y decisicos para el autor desde el momento
en que pretende hacer uan obra historiográfica. Existen leyes del medio que delimitan las
posiblidades, su contenido varía pero la presión que hacen, no. Son leyes que se convierten en
la verdadera policía del trabajo. Al no ser “recibido” por el grupo (institución) el libro cae a
una vulgarización, que no sería capaz de definir (no entraría) a un estudio como
historiográfico.
Para tener acceso a la enunciación historiografía hay que estar “acreditado”. La condición de
los individuos que tienen el derecho de expresar cierto tipo de discurso depende de una
“agregación” que clasifica el “yo” del escritor dentro del “nosotros” de un trabajo colectivo o
que habilita a que enuncie un discurso historiográfico (la investigación individual no
constituye la historia). Un estudio será definido por la relación que mantenga entre otros
contemporáneos, por el estado de la cuestión, con las problemáticas explotadas por el grupo.
Cada resultado individual se inscribe en un conjunto de practicas que dependen de otros.
La obra de valor es la que es reconocida por los pares. El estudio (obra histórica) se vincula al
complejo de una fabricación colectiva y no tanto el efecto de un filosofía personal o
resurrección de una realidad pasada. Es el producto de un lugar.

UNA PRACTICA
“hacer historia” es una practica. Considerándola así podemos amplicar a una persepectiva
mas programática. Partiendo de desperdicion, de papeles, de legumbres, glaciares, el
hsitoriador hace otra cosa: hace historia, artificializa la naturaleza. Sus técnicas lo situan en
esa articulación. La historia en tra en relación la realcion del discurso con las técnicas que lo
producen.
El historiador trabaja, según sus métodos, con un material para transformarlo en historia,
realiza una articulación naturaleza-cultura: manipulación similar a la fabricación, transforma
primero las materias primas (información primaria) en producos estándar (información
secundaria) , las transporta de una región de la cultura (las “curiosidades”, los archivos) a otra
(la historia). La obra histórica participa del movimiento por el cual una sociedad modifica su
realcion con la naturaleza, no solo convirtiendo lo natural en utilitario, sino también haciendo
pasar una institución social de una condición a otra (la iglesia en museo).
Pero no se trata solo de convertir producciones sociales en objetos de historia. Puede
convertir en cultura (civiliza) elementos de campos naturales.
Es “científica”, en historia (y otras) la operación que cambia el “medio”- que hace una
organización (social, literaria , etc) el lugar de una trasnformacion-. En historia se realiza un
gobierno de la naturaleza, en tanto su modo que conciene a la realcion del presente con el
pasado (pasado como producto, no dato).

En historia la practica comienza en reunir, convertir en “documentos” algunos objetos


repartidos de otro modo: realizar una nueva repartición cultural(primer trabajo). Se trata de
producir los documentos por el hecho de recopilar, transcribir o fotocopiar esos objetos
cambiando a la vez su lugar y su condición. Desnaturaliza las cosas, las aisla para
convertirlas en piezas de un conjunto establecido a priori. No acepta los datos pasvamente, el
los forma. Esta no es solo el efecto de una mirada, sino que necesita una operación técnica.
Desde los ortigenes de nuestros Archivos modernos, hasta hoy, implica una combinación de
un grupo (“los eruditos”), de lugares (las bibliotecas) y de prácticas (copiado, impresio,
clasificación, etc). Hoy en dia el establecimiento de fuentes requiere un trabajo fundador
significado por la combinación de lo anterior (un lugar, un aparato y técnicas).

La escritura hace entrar en escena a una población de muertos- personajes, mentalidades, etc.
Representa a los muertos a lo largo de un itinerario narrativo.
La escirtura tiene una función (diferente y complementaria a la práctica) bajo dos aspectos, la
escritura desempeña un papel de un rito de entierro, exorciza a la muerte al introducirla en el
discurso. Y tiene una segunda función: simbolizadora que permite a una sociedad situarse en
un lugar al darse en el lenjue un pasado, abriendo asi al presente un espacio: marcar un
pasado es darle su lugar al muerte, pero también redistribuir el espacio de los posibles,
determinar negativamente lo que queda por hacer: utilizar la narratividad que entierrra a los
meurtos como medio de fijar un lugar a los vivos.
El lugar dado al paso actua sobre dos operaciones diferentes: una técnica (de la
investigación), otra escrituristica (representación del texto).
La escritura solo habla del pasado para enterrarlo. Es una tumba en doble sentido, ya que con
el mismo texto honra y elimina. El lenguaje en este caso tiene la función de introducir en el
decir, lo que ya no se hace. Exorciza a la muerte y la coloca en el relato que sustituye
pedagógicamente algo que el lector debe creer y hacer. La reconducción del pasado (el
muerto) a un lugar simbolico se articula con el trabajo que tiene por fin crear en el presente
un lugar qie debe llenarse (libera al presente). El fin es que quede marcado el espacio abierto
por ese pasado para que sea posible articular lo que aparece con lo que desaparece. Una
sociedad se da asi un presente gracias a una escritura histórica.

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