Campaña de Lectura
EUGENIO ESPEJO
104
Campaña de Lectura
EUGENIO ESPEJO
ESPECIAL:
Debate
sobre el «arte»
con Avelina Lésper
Rocinante
ESCRITORES DE CUENTO
Rocinante
6
• Encuentro crítico
con Avelina Lésper
12
• Raúl Pérez Torres
y sus propuestas
en Cultura Rocinante No. 104
Junio 2017
16
• Especial:
Bloomsday y Joyce
Contenido
34
• Adela,
una novela
de tema polémico
Portada:
54
Avelina Lésper
Fotógrafo:
Aldo Hinojosa
• Roa Bastos,
centenario
62
• La memoria
impúdica
de Daniela Alcívar
•ROCINANTE es una publicación de la Campaña Nacional Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura, que es una iniciativa ciudadana que
busca mejorar el comportamiento lector de los ecuatorianos. No recibe fondos públicos y se maneja mediante la autogestión y a través
de la asociación con diversas entidades. Sus líneas básicas de acción son la edición y distribución masiva de libros, la capacitación a me-
diadores de lectura, la difusión de la literatura nacional en el extranjero y la reflexión teórica sobre el tema de la lectura. • FOTOS: Busca-
dores en internet •DIRECCIÓN GENERAL: Iván Égüez. •EDICIÓN: Andrés Cadena. •DISEÑO: Agustín Montúfar Égüez. © CORPORACIÓN
EUGENIO ESPEJO POR EL LIBRO Y LA CULTURA. El Heraldo 244 y Juan de Alcántara. Teléfono: 243 2980. •DERECHOS RESERVADOS.
4 Rocinante
Ni una palabra
Iván Égüez
L Los ecuatorianos tenemos nuevo Presiden-
te. Se llama Lenín Boltaire Moreno Garcés,
conocido cariñosamente como Lenin
(así, sin tilde). En su discurso de pose-
director@revistarocinante.com sión, que duró una hora veinte minu-
Andrés Cadena
andresecu29@hotmail.com
tos, no se acordó de la cultura ni de
Agustín Montúfar Égüez los problemas irresueltos que se han
creativo@revistarocinante.com acumulado en ese campo. No dijo
ni una sola palabra al respecto. En
campaña había manifestado que
pagaría la deuda que tiene Alian-
za País con el sector cultural. Pe-
ro en el discurso donde dio pistas
de cómo será su gobierno y cuál
es su compromiso, se olvidó o
ignoró el tema de la cultura y de
revistarocinante.com la lectura que, según la flamante
info@revistarocinante.com Ley, deberá programar y condu-
cir el Estado. Queremos creer que
Textos de: no tuvo el insumo consiguiente,
Leonardo Parrini, Víctor Vallejo, Paco que el Ministerio de Cultura no tu-
Benavides, Andrés Cadena, Raúl Serrano,
Pamela Rovayo, Susana Reinoso, Juan vo qué poner en el informe-libro que
Carlos Arteaga, Javier Cevallos le fue entregado o que se le pasó por
Perugachi, Carlos Ferrer, Emmanuel alto al momento del teleprompter. No
Tornés Reyes, Carlos Vásconez,
Bruno Sáenz, Iván Rodrigo
queremos decir más sobre ese inútil mi-
Mendizábal, Yanko Molina, nisterio de diez ministros. Mejor hacemos
Lucía Moscoso Cordero votos por que el nuevo ministro lo enrumbe
debidamente, pero —como siempre— depende-
rá de la importancia que le dé el Presidente; de otro
modo, continuará la larga siesta cultural. ié
Rocinante 5
Rocinante
ENCUENTRO CASA ÉGÜEZ
Rocinante 7
ENCUENTRO CASA ÉGÜEZ
La académica
Graduada en Literatura por los entendidos del área. Eso es
la UNAM, es maestra en Histo- lo que Avelina trata de romper,
ria del Arte por la Universidad pues tiene la convicción de que
de Lodz, Polonia, y mantiene detrás de aquellos discursos
columnas de opinión en las rimbombantes que esgrimen
revistas Gatopardo y Letras variedad de conceptos pseu-
libres. Sus datos biográficos do-filosóficos para justificar
son escuetos, pero sus entre- una performance o instalación
vistas y polémicas se han vuel- —que últimamente van desde
to recurrentes y virales; tiene las hojas arrugadas de un dia-
varios detractores tanto como rio, hasta un supuesto artista
gente que aplaude sus aprecia- orinando frente al público en
ciones categóricas acerca de lo la sala de un museo—, no hay
que es y no es arte. más que una tomadura de pe-
Aunque muchos la tachan lo: «El discurso del curador es
de radical, anticuada y de es- el discurso del mercado, el cu-
casos fundamentos, ella habla rador es un vendedor. El pro-
para todos. A pesar de su for- ducto, es decir el artista, puede
mación, en su discurso no re- cambiar; el vendedor, en cam-
curre a academicismos y tér- bio, resulta inamovible».
minos crípticos exclusivos para
8 Rocinante
La polemista
Lésper sostiene que el lla- conocimiento del oficio y la
mado arte de hoy en día está falta de calidad, aniquilan al
viciado por los intereses mer- arte como una posibilidad de
cantiles y totalmente vacío de reflexión y deleite por parte
propuestas. Ella define esta del espectador; sin embargo,
época como un momento en quien cuestiona esto corre la
que el dinero, la autoayuda, suerte de ser descalificado por
el fetichismo y la egolatría, la gran industria que impulsa
así como la mal entendida rei- este «engaño».
vindicación de género, el des-
Rocinante 9
ENCUENTRO CASA ÉGÜEZ
verdaderas manifestaciones lidad estas dudosas denuncias
artísticas que denuncian ma- proliferan y son amparadas
les de nuestra sociedad (como por el mismo sistema que apa-
el machismo, los cánones de rentemente critican: son polí-
belleza impuestos a la mujer, la ticamente correctas, rebeldías
contaminación ambiental, las que no pasan del berrinche:
guerras, etc.), cuando en rea-
10 Rocinante
«El arte necesita talento»
Por todo ello, Avelina Lésper los artistas no necesitan tener
busca un cambio en la visión nada». Mediante la publica-
de público, docentes y estu- ción de artículos en su página
diantes, a fin de sensibilizarlos www.avelinalesper.com, la au-
y acercarlos al arte que, lejos tora expone sus ideas que ape-
de la «farsa comercial», es esa lan a cambiar la perspectiva de
construcción maravillosa que quienes se inician en el camino
se forja con esfuerzo, trabajo, de las artes plásticas para que
búsqueda, disciplina y sobre no desistan del trabajo y de
todo con la conciencia plena la constante búsqueda; lucha
de su aporte, ajeno a la lógica contra las imposiciones del sis-
del poder adquisitivo. «El arte tema y se centra en el público
necesita talento, que el artista que, con su sentido común, di-
tenga algo que mostrar a tra- ce: «Ver para creer». (PRL)
vés de su obra. Con el Arte VIP
Rocinante 11
ENTREVISTA
¿
n Leonardo Parrini
12 Rocinante
Foto: Leonardo Parrini
Rocinante 13
ENTREVISTA
y sé de esos contenidos y va- Uno de los rubros de la
lores culturales. Primero hay deuda cultural es la falta de
que visibilizarlos para todos; y un Plan Nacional de Lectura;
segundo, la interculturalidad ¿existe ese plan y no se aplica?
significa participar cada uno Con relación al programa
con su cultura en provecho de de lectura, hay un proyecto
un bien común. Eso es lo que que se debe analizar, que me
quiero destacar y hacer. parece que es originario del
¿El Ministerio seguirá sien- Ministerio. Quiero pedirle a
do un «misterio de cultura», o Edgar Allan García que me
se abrirá a la transparencia y ayude en esto para ver cómo
el diálogo? está diseñado y ver cómo se
Ahí está el desafío. Creo puede enriquecer. Ese es el
que la cultura tiene que dar su primer elemento que yo quie-
expresión más alta en el terri- ro atacar. Acaba de llegar una
torio, tenemos que deambular invitación a un taller que se va
con los ojos abiertos para ver a dar en Buenos Aires el 27 de
y evaluar esas expresiones de mayo. Es importantísimo para
la cultura y darle toda la po- el programa de la lectura, in-
sibilidad para que siga flore- clusive pueden prestar dinero
ciendo aquello. Se debe crear para trabajar proyectos.
un clima cultural en el país. Hay casi 500 bibliotecas del
Ese clima cultural no hay, ha SINAB que pasarían del Minis-
sido derrotado por el mercado terio de Educación al de Cultu-
y por los puntos de vista tecno- ra; ¿qué harán con eso?
cráticos, a veces dogmáticos. Me da mucha pena que es-
¿Cuenta con suficiente pre- tén embodegadas; la articula-
supuesto para hacer lo que se ción que querían hacer es con
propone, o se debe ampliar los los GAD, pero no sé cómo es-
recursos del Ministerio? tán. Hay que multiplicar las bi-
Eso es lo que tenemos que bliotecas en los barrios; tene-
ver. Si es que no existen recur- mos que poner, para la salud
sos, de igual manera tendré espiritual, una biblioteca en la
un enfrentamiento, una lucha; comunidad. Hay una anemia
pero también creo que hay que cultural en el Ecuador y ahí
mirar con los ojos al exterior debemos hacer el trabajo pro-
para alentar todos estos traba- fundo.
jos y programas y conseguir
recursos.
14 Rocinante
Foto: Leonardo Parrini
¿Cómo serán las relaciones tos con todos. Abrir esa mano
entre el Ministerio y la CCE, que propone Lenín, yo quiero
con Camilo Restrepo como multiplicar esa mano solidaria
Presidente Nacional? que no tiene nada que ver con
Yo he conocido a Restrepo el personalismo, con el indi-
desde mucho antes. Él también vidualismo, sino que estamos
conoce la CCE, fue presidente; buscando metas para un bien
puede haber tenido errores, común.
pero son otros tiempos. Lo que
más queremos es trabajar jun-
Rocinante 15
Bloomsday,
un día infinito
ESPECIAL BLOOMSDAY
J
n Andrés Cadena
Rocinante 17
ESPECIAL BLOOMSDAY
18 Rocinante
martes 14, que finalmente ocu- Fue realmente al celebrar-
rrió el tan mentado (jueves) 16, se el medio siglo de la novela,
con una caminata en el barrio en 1954, cuando tuvo lugar el
Ringsend, cuyo parque arroja Bloomsday inaugural, orga-
la vista sobre el río Liffey, en nizado por el escritor Flann
la orilla opuesta al viejo puerto O’Brien y John Ryan, quien
de Dublín. Tiempo después, Jo- dirigía una revista llamada
yce le diría a Nora: «You made Envoy, que además dedicó su
me a man», lo que quiere decir número de entonces a la nove-
que ese 16 de junio algo se rom- la de Joyce. Participaron algu-
pió. Y algo se creó. nos escritores, un secretario
Todavía en el ámbito legen- judío (era necesario) del Trini-
dario, se dice que algunos su- ty College, y un dentista, Tom
cesos que vivió Joyce duran- Joyce, en representación de la
te ese verano de 1904 tienen familia del autor. La idea era
analogías en la novela. Como recrear los avatares de Bloom,
que, el 20 de junio, ebrio, Ja- Dedalus y el resto de persona-
mes fue sacado de un ensayo jes, que transcurren —un 16 de
de la National Theatre Society, junio— desde la mañana en la
lo que en el capítulo 9 de Ulises torre Martello (hoy, Torre Joy-
le ocurre a Stephen Dedalus. O ce) y acaban en la madrugada
que el 22, otra vez al filo de la en la vivienda de Bloom, en
botella, Joyce se vio envuelto el número 7 de la calle Eccles,
en una pelea de la que salió con en cuyo dormitorio Molly nos
un ojo morado y otras lastima- regala un poderoso monólogo
duras… como le ocurre al mis- interior, por el que fue malva-
mo Stephen, enfrentándose a lorada la novela por parte de
un soldado inglés, en el capítu- lectores moralistas y censores
lo 15. Para curar esas heridas, de la época.
Joyce fue a parar a la consulta En ese Bloomsday original,
de un doctor judío, famoso en desde la mañana las bebidas
la ciudad por las infidelidades insuflaron de energía y ánimo
de su esposa. El episodio se paródico —muy joyceano— a
mantuvo en la mente del autor, la comitiva, que, puesto cada
quien pensó usarlo para la tra- uno en el papel de alguno de
ma de un cuento de Dublineses los personajes, se dedicó a las
—libro que empezaría en ese bromas, proezas y tonterías.
angular 1904—, pero terminó De pub en pub, transportados
siendo la génesis del Ulises, de en coches tirados por caba-
Leopold y Molly Bloom. llos y vestidos a la antigua, se
Rocinante 19
ESPECIAL BLOOMSDAY
dieron el tiempo de recrear el Además, otras ciudades como
episodio del funeral de Paddy Nueva York y Sevilla llevan a
Dignam, las visitas a la playa cabo sus propias versiones, ca-
de Sandymount, pasar por la da vez más tradicionales, del
Biblioteca Nacional en la calle Bloomsday, porque una obra
Kildare, atender a la retrans- del tamaño de Ulises caló en
misión de una carrera ecues- todo Occidente, al menos.
tre, vaciar las vejigas contra Así, poco a poco deben ir
los muros de piedra de las vías apareciendo en Dublín, por es-
peatonales cerca de St. Mary’s tas fechas, grupos de visitan-
Abbey, y terminar, a la noche, tes disfrazados, a la moda de
probablemente en busca de hace más de 100 años en Irlan-
burdeles, ajenos ya a las aven- da, y que buscan exprimirle al
turas de Bloom en su día inol- jugo a las páginas del Ulises,
vidable. para regarlo sobre eso que
Desde entonces, la tradición llamamos «vida real», que a
se fortaleció y se alimentó de veces es un desierto y a veces
críticos, lectores y otros auto- un festival. Eso responde en
res que, año a año, van a Du- cierto modo a la pregunta que
blín siguiendo los pasos de los se hacía Joyce de si alguien
personajes del Ulises. Ahora iría a recordar la fecha del 16
se trata de todo un festival, que de junio, en un futuro que es
en esta edición se desarrollará ahora; fecha que es fiesta pura
desde el 11 de junio hasta el 18, porque no recuerda la muerte
e incluye visitas guiadas, lec- de nadie, ni su nacimiento ni
turas in situ, cenas (con platos sus hazañas, sino que regresa
de riñones y salchichas, claro), a celebrar la literatura, o sea
desayunos, recorridos en bus, la vida de los personajes de
conciertos, conversatorios, una novela, no menos vida so-
catas de whisky, caminatas, lo por estar escrita; al contra-
revival tours, rutas en la To- rio, vida que no acaba nunca,
rre Martello y el Museo Joyce, que es susceptible de revivirse,
exposiciones, etcétera. En la cada vez por más y más per-
conmemoración del centenario sonas. Si Dublín es conocida
del libro, en 2004, se emitieron como tierra de santos y poetas,
sellos conmemorativos, cerve- entonces la figura de Joyce va-
zas, fotografías históricas, y le como un comodín de ambas,
se publicaron los cuadernos de funge como uno y otro, según
notas de Joyce que en 2002 ad- se lo mire.
quirió la Biblioteca Nacional.
20 Rocinante
Una ruta para Joyce:
Quito-Dublín-Verna
U
n Víctor Vallejo
Rocinante 21
ESPECIAL BLOOMSDAY
nació en Dublín el 2 de febrero Joyce? Puedo imaginarme ra-
de 1882 y murió en Zúrich en zones varias pero me detengo
1941. en una equivalencia: eso mis-
A Paco Benavides le impor- mo que nos lleva a cada uno a
tó mucho la obra y vida del intimar, y en un peligroso pun-
irlandés. La leyó, releyó y, en- to hasta lo tribal, con nuestros
cantado por lo que en ella en- amigos: la manera implícita y
contró, la celebró en un poema compartida de representarnos
y ensayó el traslado de unos el paso de las horas y, a lo Sá-
pocos fragmentos a lengua bato, el universo con nosotros
castellana, que en este caso dentro; digo, representarnos
sería mejor llamar quiteña. el universo con palabras; ver
Esta admiración por la obra el mundo a través de las pala-
y la vida de Joyce, que me la bras; verlo, cubrirlo y descu-
imagino mejor como diálogo, brirlo con fonemas y sintag-
tuvo su inicio en la década de mas. O, como también lo hizo
los ochenta, en Quito. Empezó Paco, con colores y formas.
con los cuentos traducidos por Entonces: palabras, colores,
Cabrera Infante, luego con los sonidos, estructuras visibles e
demás títulos y Ulises, en la invisibles, planos y figuras a
traducción de José María Val- la caza de sentidos.
verde. En Suiza, años más tar- El irlandés hizo su trabajo:
de, pudo Paco confrontar esta en palabras juntó de manera
versión con la realizada en la única tiempo, espacio, senti-
Argentina por J. Salas Subirat dos y sonidos que perpetúan
y, la más reciente, la de Fran- su conversación por el mundo.
cisco García Tortosa; indagar Paco no pudo seguirla como le
además en la versión france- habría gustado. A Paco le so-
sa de Auguste Morel y, éstas braron ganas y faltó tiempo
juntas, confrontarlas con el para proseguir el diálogo, éste
original (cosas de la vida: su con Joyce, y los otros entabla-
ejemplar en inglés de Ulises, dos paralelamente con otros
como The Waste Land, de T. espíritus intensos, igualmente
S. Eliot, y los Cantos de Ezra apasionantes, que tejieron su
Pound, pertenecieron una vez escritura, sus colores y su con-
a Francisco Alexander, el tra- versación.
ductor ecuatoriano de Walt Paco Benavides nació en
Whitman). San Gabriel, al norte de la
¿Qué llevó a Paco Benavides República del Ecuador, un 4
a entablar diálogo con James de diciembre de 1964. Se natu-
22 Rocinante
ralizó en Quito, donde realizó de la admiración que el ecua-
sus estudios primarios, secun- toriano tuvo por la obra del
darios y universitarios. Los irlandés. «J’aime Joyce», y la
últimos diez años de su vida traducción del fragmento de
residió en Berna, Suiza, donde ALP, se publicaron inicialmen-
falleció el 24 de junio de 2003. te en la revista Línea Imagi-
En vida publicó tres libros naría, en Quito, en 1998. «The
de poemas: Historia natural Bloomsday» es un poema in-
del fuego (1990), Viento sur édito y no forma parte de los
(1995), Tierra adentro (1998) libros que aguardan su publi-
y una versión del capítulo XI cación; tampoco está fechado
de la Odisea (1997). Por publi- pero seguramente lo escribió
carse quedaron pendientes los el 16 de junio de 2000 o 2001.
libros de poemas La voz de mi La carta última que recibí de
amo y X, vida y milagros, más Paco, franqueada el 13 de junio
un manojo de traducciones de 2003, contenía un ejemplar
de autores de lengua inglesa, antiguo de DU (revista cultu-
alemana, francesa, italiana y ral de la Suiza de habla alema-
portuguesa. na) dedicado a Joyce, Dublín y
Los textos que presentamos el Bloomsday, más una copia
a continuación nos dan cuenta del poema citado con una de-
Rocinante 23
ESPECIAL BLOOMSDAY
dicatoria escrita con estilográ- nuestro amigo entregado a
fica de tinta verde que dice: ¡a una conversación sin térmi-
tu salud viejo Víctor irlandés! no con artesanos de maderas,
(otro texto encontrado) de tu metales y piedras preciosas,
brother Paco Benavides. Du- con músicos y toreros, con
blín-Zürich-Berna, verano de ajedrecistas, astrólogos, guar-
2003. dabosques, trapecistas, pesca-
No está más con nosotros dores, cineastas, agricultores,
nuestro amigo Paco. No sé historiadores, jardineros, ci-
lo que es la muerte, no sé lo clistas, cómicos, cocineros, que
que puede representar el no- le descubren constantemente
ser; sin embargo, me agrada nombres de utensilios y prác-
imaginar variaciones sobre el ticas, nombres de actividades
no-estar aquí o el estar en un y sujetos, de sagas fantásticas
más allá, que según el ánimo y amores locos; me lo imagi-
me sirven o bien para conso- né una vez en compañía del
larme o sencillamente poner- irlandés, a cada uno hablando
me de buen humor. En tales en su juerga, antes de irse de
ocasiones suelo imaginar a jerga.
24 Rocinante
J’aime Joyce
U
n Paco Benavides
Rocinante 25
ESPECIAL BLOOMSDAY
tégmicas, térmicas, tónicas, metonímicas, gástricas, anacolúticas,
epifonémicas, políticas, disolutivas, fluyentes y refluyentes, me-
tafóricas, ontogénicas, escatológicas en ellos, quirománticas en
ellas, hiperbólicas en cuanto la luna, asidénticas en cuanto al sol,
onomatopéyicas al estar juntas, prosopopéyicas al separarse, po-
lisidéndicas en la noche, hipotiposísticas durante el día, apoco-
péticas en la guerra, sincopáticas en la paz, solcísticas cuando
las visiones, acromegálicas cuando el pan, palindrométricas en
tanto zorros, pleonasmáticas en tanto literatura, y además ana-
gramáticas, peripatéticas, terapéuticas, hiperbatónicas, chuscas,
alegóricas, disyuntivas, derivativas, catárquicas al despertar, eva-
nescentes al dormir, efervescentes al beber, epanortósicas al día
siguiente, episódicas día a día, anémicas normalmente, oxidantes
en vigilia, refranísticas en familia, zeugmáticas en el tren, dog-
máticas en el circo, antilógicas en las pescaderías, arcaicas en los
prostíbulos, apofónicas como las de las ballenas, proverbiales co-
mo las de los gatos, poliptotónicas al alba, parataxísticas al gozo,
en el miedo conceptuosas, y luego ctónicas, heroicas, sublimina-
les, irrisorias, enigmáticas, operísticas, panegíricas, epifánicas,
retruécanas, humanas, demasiado humanas, ha sido James Jo-
yce.
Le gustó más la lengua de las criadas que la de los bachilleres
o la de las duquesas. Ese cuidado por poner siempre las cebollas
y los ajos lo comparte con Picasso, quien nunca olvidó dibujar el
huequito del ano en todas sus bellezas.
Proust el prusiano, Kafka la cucaracha, Joyce el garabato. ¡Qué
siglo!
Como dicta la tradición, el héroe (que en Cervantes es un loco,
en Flaubert una adúltera) en Joyce es la lengua viperina.
James Herr Satán como lo llamaba su casera en la fría y aburri-
dísima (en la paz) y agitadísima (en la guerra) ciudad de Zúrich,
solía bailar cuando ebrio —como una araña—. Todas las mañanas
navegaba por Dublín y a eso de las ocho de la tarde se escapaba
de Circe para pegarse una o dos (quizá la tercera a escondidas
en el baño) botellas de Fendant de Sion, que es un vino blanco,
«orina de archiduquesa» decía riendo.
Bueno, me dice Marilyn, quizá para el Ulises se necesite el in-
glés, pero para el Finnegans Wake, ya no. Es como la lengua
madre-mar llena de sonidos, de ruidos, de espuma. La lengua
marina es para todos.
26 Rocinante
Las duquesas son asmáticas, las cucarachas tuberculosas, los
garabatos son ciegos. ¡Qué siglo!
La historia es sencilla, si es que se trata de la historia se sobre-
entiende. Aquí viene cualquiera, aquí llega cualquiera, y se va
como ninguno, se va como nadie. Cualquiera es nadie, cada cuer-
po es no cuerpo, everybody is nobody. Here Comes Everbody: di
como es el verbo o comes verbo o cómese verbo di, o con ese verbo
di o con el cuerpo para siempre (body for ever), siempre cuerpo
es igual a cualquiera. En un sentido diurno, solar por tanto, apolo
director, inti padre, las cosas son visibles y las palabras, cuchillos
de doble filo, brillan y los dos lados, digamos, comprensibles. Por
la noche, barbarie de musas, discurso gris, verbo fornicador, co-
pulativas son las palabras, gatos negros los adjetivos, la historia
no es más sencilla. Duermes, sueñas; si pesadilla, despiertas en
tu entierro; si dulce, te ves morir muy niño. A la noche la cubren
las aguas, las aguas te traen de todo: escualos y conchas donde se
escucha la historia. Caracola cerca de la oreja. ¡Escucha! Y es él:
es el Finnegans Wake (fin again week, el fincomienzo de semana
cuando se mató el tiempo): vigilia en ayunas de cualquiera, fin,
caída, entierro, ascenso, legañas del amanecer, rocío, despertar:
otra vez el fin otra vez el entierro-resurrección. ¿Que qué es la
historia? La caída de un borracho intentando subir las escaleras.
Sí. El, la, los, las.
Como al final de estos borrones hay una adaptación al medio
de Anna Livia, no olvidar mencionar que la luna Anna, reina de
las mareas, y virgen (puta además, tiene su lado oscuro) habla
como una lavandera, siempre recordarlo. No tan solo. Livia, la
cerda que se come sus propios lechones. Belleza. Plurabelle, la
Rocinante 27
ESPECIAL BLOOMSDAY
guerra lluviosa. ALP fonéticamente en alemán suena a pesadi-
lla y como geometría es alfa. Entonces es como oír hablar a dos
lavanderas arcaicas, cósmicas. Pero también a las de la esquina.
El capítulo final de Ulises comienza y termina con «sí» (yes
en el original). Hay esa ese de serpiente que es Eva (humana de-
masiado humana). Pero esa serpiente mordiéndose la cola es el
infinito, el tiempo, la mujer que reproduce la especie. El tiempo
es río, río es agua, agua es diluvio, diluvio es destrucción pero
también nuevo comienzo, diluvio es again, otra vez. De esto vie-
ne el terror: estamos condenados a repetirnos. A volver a Ítaca,
a largarnos de Ítaca, sin fin, sin modificación. Castigo infernal:
consistente en repetir exactamente nuestra vida siendo de lo que
vendrá y sin poder modificarla. Molly es la encaprichada mar
de donde no podemos salir, el útero inmenso. Sí («la palabra más
noble de la lengua humana», dijo Joyce). Ahora bien, frente a este
navegar rien ne se crée, rien ne se perd, decía Joyce, nada se
crea, nada se pierde, de Ulises en círculos o en elipsis, Gregorio
Samsa sale aventajado. Pero ¡por supuesto! Molly es de carne y
hueso y un poco rolliza y tiene flatulencias.
No hay manera, Dios los cría y ellos se juntan, Velázquez, Cer-
vantes, Picasso y Joyce. Donde hay cielo hay infierno. En el li-
bro de las apariciones consta que los fantasmas también mean y
fornican. «Para Joyce, la vida estaba sometida realmente a en-
cantamientos; la naturaleza era a la vez impasible y mágica, sus
detalles más corrientes impregnados de maravillas, y sus mani-
festaciones maravillosas permeadas por lo ordinario» (Ellmann).
Entre lectura y lectura de Vico o del Zohar, un polvito o un eructo.
Cogitar en coger a la cojita Grety. Quien celeste como las tapas
del Ulises o como el mar griego tenía su calzón.
Frente a «Als Gregor Samsa eines Morgens aus unruhigen
Traeumen erwachte, fand er sich in seinem Bett zu einem unge-
heueren Ungeziefer verwandelt» prefiero el «bababadalgharagh-
takamminarronnkonnbronntormerronntuonnthunntrovarrhou-
nawnskawntoohoordenenthurnuk!».
Aquí las espumas mundanas aquiescentes del hombre ruedan;
terrestres márgenes fluctuando, yéndose. Aves que repasan des-
de arriba el va y ven. Diminutos caracoles irrigados y anémicos,
por períodos. Peñascos carcomidos hasta sus bases. Arenas ne-
gras frente a la espesa leche. Sonoridad constante de ese balbu-
ceo ¡agua! ¡Sí!
Q
¡Oh!
¡cuenta todo
de la Anna Livia!
Rocinante 29
POESÍA
The Bloomsday
E
n Paco Benavides
30 Rocinante
fannullone, un couille molle, du spinnst wohl that pisses me off
you perv pédale vieja verde anda ya y tráeme que i am blind as a
bat lascia perdere scopare da tei es volver al tiempo que no pasa
que se regodea en uno sin dar ni un paso sin querer despedirse
como sentir su aliento ahí a dos milímetros el umbral del no-tiem-
po del cuerpo sin cuerpo body for ever word for everbody ruega
por nosotros porque hasta tus peditos que te salen del alma y que
disimulas echándote el pelo hacia atrás como creyendo que me
vas a mamar gallo o sea que estás echa la viva mi edredón de
malahierba, mi palomita cuculí te quedarás llorando tell me An-
nainés la sortija de tus esponsales ¿fue un hebrón de arrayanes?
Tell me tell us tell them non fare cosí, dai, dai! ¿moqueas? ¿nece-
sitas una cura de caballos? Ve raudo, córtale la picha et dalla a la
tua sorella you get right on my balls con tu timidez ven acuéstate
conmigo bajo mis mantas terminaremos you broozer piss artist
parece que tienes la cabeza llena de mierda pero si yo te convoco
todas las mañanas mi bella leve vigilia que me hace suspirar voy
a lavarte como las ovejas del viejo libro es scheint du hast den
Kopf voller Scheisse body for ever word for everbody ma dai dai
tell me tell us tell them Sí, sí quiero.
Rocinante 31
FRAGMENTO ULISES
S
n James Joyce
32 Rocinante
fstream, corrientes al norte y al sur del ecuador; su violencia en
los maremotos, tifones, pozos artesianos, erupciones, torrentes,
turbiones, crecientes, trombas, corrientes subterráneas, líneas de
división de las aguas, bajantes de las aguas, geisers, cataratas,
vorágines, maëlstroms, inundaciones, diluvios, lluvias torren-
ciales; su vasta curva circunterrestre ahorizontal; el misterio de
sus saltos, su humedad latente, revelada por instrumentos rabdo-
mantes e higrométricos, evidenciada por la cavidad en el muro
de la puerta de Ashton, la saturación del aire, la destilación del
rocío; la simplicidad de su composición; dos partes constitutivas
de hidrógeno por una parte constitutiva de oxígeno; sus virtudes
curativas; la flotabilidad en las aguas del Mar Muerto; su perse-
verante infiltración en arroyuelos, canales, presas deficientes,
vías de agua en los navíos; sus propiedades para limpiar, apagar
la sed y el fuego, nutrir la vegetación; su inhabilidad de paradig-
ma y parangón; sus metamorfosis en vapor, bruma, nube, lluvia,
cellisca, nieve, granizo; su fuerza en los rígidos diques; su varie-
dad de formas en los lagos y las bahías y los golfos y las caletas y
los estrechos y las lagunas y los atolones y los archipiélagos y las
profundidades y los fiordos y los estuarios y los brazos de mar;
su dureza en los glaciares, icebergs y témpanos flotantes; su do-
cilidad para el trabajo en las máquinas hidráulicas, las ruedas de
molino, las turbinas, las dínamos, las usinas de energía eléctrica,
los lavaderos, las curtidurías, los establecimientos textiles; su uti-
lidad en los canales, ríos navegables, diques secos y flotantes; su
potencialidad comprobable considerando las mareas o los cursos
de agua cayendo de nivel en nivel; su fauna y flora submarinas
(anacústica y fotófoba), verdaderos habitantes del globo si no por
la importancia por el número; su ubicuidad, ya que ella consti-
tuye el 90% del cuerpo humano; lo nocivo de sus flujos lacustres,
los pantanos pestilentes, el agua descompuesta de los floreros,
los charcos estancados en la luna menguante.
Rocinante 33
LIBRO DEL MES
34 Rocinante
n Raúl Serrano Sánchez
Rocinante 35
LIBRO DEL MES
mo los sujetos que llegan a un sujeto, la impotencia es un de-
lugar en donde aliviar en parte tonante que a cualquiera puede
sus males y dolores que tienen arrastrar a la locura o a buscar
muchos nombres y orígenes. salidas radicales como las de la
Un lugar en el que esos padeci- eutanasia; pero también es la
mientos acumulados ponen en oportunidad —¿prueba de lo
cuestionamiento todo principio divino?— en la que lo humano
filosófico, toda confesión de fe y toda su complejidad se revela
o de supuesta verdad. Un lugar de cuerpo entero.
que, a su vez, es una metáfora Y lo hace a través de las figu-
de eso de que «el infierno habi- ras muy bien construidas, de
ta entre nosotros». dos personajes entrañables: el
Sucede que esta novela tam- médico Diego Lara y Sor Eli-
bién es un viaje a ese submun- sa. Dos vidas que se proyectan
do. Un infierno del que nadie sobre ese asilo de sombras, de
está libre, o un averno del que lamentos, de una humanidad
muchos, de ahí aquello que que trastocan al inyectarle ese
acentúa el dolor, la desolación aditamento que en el mundo se
y la desesperanza, en quien ha perdido. Quizás se trate de
vive —¡vaya paradoja!— una dos herederos de Don Quijote,
situación así, buscan escapar pues su pasión por lo humano
pretendiendo pasar por alto y la solidaridad los convierte
algo que resulta tan descon- en esa especie de combatien-
certante como para no tener tes que buscan, se aferran a
presente: un día es posible que lo que saben está, germina en
te toque a ti, o a aquella per- todo ser humano, aunque eso
sona que es parte vital de tus el orden capitalista lo quiera
días y memoria. El asilo devie- suplantar por tramposos en-
ne ese otro país, quizás el más sueños neoliberales. Nos refe-
secreto, pero así mismo el más rimos a la idea de que a pesar
público. Esa otra sociedad que de esos valles de sombra por
bien puede reproducir las di- los que se transita, más incluso
versas taras y sinsentidos que quienes llevan sobre sus hom-
la sociedad capitalista profesa bres dolores inefables, siempre
afuera, pero que sin embargo queda esa posibilidad, quizás
muchos prefieren obviar. Aun- remota pero real, de que lo hu-
que lo que no se dice, todo lec- mano y la solidaridad vuelvan
tor lo percibirá, es que ante ese a imponerse como una forma
animal implacable del mal, que de salvación de la especie.
atenta y anula la salud de un
36 Rocinante
Adela o el derecho a morir
La novela gira alrededor de la duda no resuelta acerca del
grado de conciencia que pueda tener alguien en estado
de coma, y la posibilidad de una muerte asistida… tema
que ha sido tratado antes desde varios registros
Rocinante 37
LIBRO DEL MES
en EEUU se ha logrado lega- ra, habla de la actitud sospe-
lizar. chosa y alarmante de quienes
El derecho de optar por la por moral religiosa dicen de-
muerte asistida ante una afec- fender la vida hasta el último
ción incurable, es el tema tra- minuto y no se inmutan ante
tado en una de las menciones los miles de niños que mue-
del último Premio La Linares ren en el mundo por hambre,
de novela breve. abandono, guerras y enferme-
Modesto Ponce, novelista dades evitables.
tardío (publicó su primera no- He aquí un párrafo extraí-
vela, El palacio del diablo, a do de la novela que expone el
los sesenta y siete años), nos meollo de este drama humano:
estremece y nos propicia con
Adela una profunda reflexión Dos facetas de la maldad
y cuestionamiento acerca de y de la estupidez del hombre:
los dogmas y las leyes con aplazar la muerte del castiga-
relación al «derecho a morir», do por un grave delito (cuan-
práctica conocida, general- do la pena de muerte está pre-
mente, como eutanasia. vista en su sentencia), para
La novela está contada des- aumentar así su sufrimiento,
de varias miradas, entre ellas o, en el otro caso, mantener
la de Luis Enrique, quien a vivo al enfermo incurable e
pesar de su estado vegetativo, inocente, que no puede ni si-
mantiene un fluir de la con- quiera soñar en un hipotético
ciencia acerca de su estado perdón o en la conmutación
irreversible. La novela trans- de la pena, y que, si pudiera
curre en ambientes cerrados, expresarse, pediría una im-
el hogar, el hospital y, final- posible libertad, encerrado en
mente, el asilo para enfermos sus propios barrotes o en el
terminales, donde coinciden fondo de un pozo ciego, o de
Adela, esposa de Luis Enrique, un sótano húmedo, en absolu-
Sor Elisa y el doctor Diego La- ta oscuridad, como los conde-
ra, que dan espesor dramático, nados en las mazmorras de la
aunque extensamente discur- Edad Media (…) El jinete mata
sivo, a sus encuentros, desen- a su caballo que le mira con
cuentros, amores y, sobre todo, ojos desesperados desde el
a las discusiones sobre el tema piso. El dueño del perro vie-
de la eutanasia. jo y fiel jamás prolongaría su
Sor Elisa, en una sus con- agonía. El humano tiene trato
versaciones con el doctor La- preferencial.
38 Rocinante
Foto: Leonardo Parrini
Rocinante 39
PÁGINAS SALVADAS
Ser de izquierda
Recordamos al filósofo ecuatoriano fallecido el 5 de junio
de 2010, con un fragmento del capítulo «¿Ser de izquierda,
hoy?», del libro Vuelta de siglo, aparecido en 2006
40 Rocinante
N
n Bolívar Echeverría
Rocinante 41
PÁGINAS SALVADAS
Tierra. El hecho de esta caí- de los «bienes terrenales» y de
da a la que conduce sin falta abrir así el dique de la ingo-
el continuum capitalista de la bernabilidad.
historia moderna desborda ca- Y sin embargo, hasta en esa
da vez más y por los ángulos esfera aparentemente impene-
más inesperados la imagen trable de la política estableci-
progresista del presente y el da se cuelan indicios de que
futuro que los mass media se ese dogma de fe que acompa-
esfuerzan por mantener y re- ña siempre a los modernos en
mozar. Sin embargo, por más todo trato entre sí y con las
innegable que resulte a la cosas puede ser y está siendo,
mirada mínimamente crítica, en efecto, objeto de apostasía
su presencia amenazante no para un gran número de ellos.
basta para romper las paredes La vida social contemporánea
invisibles de esa esfera en la presenta un amplio panorama
que se encierra la actividad de comportamientos afectivos,
política obediente al dogma de de voluntades de forma estéti-
fe moderno; esa esfera en la ca, de propuestas de reflexión
que, al menos por definición, y de actividades de todo tipo
debería actualizarse lo políti- cuya tendencia impugna ese
co, ejercerse la capacidad de dogma de fe y va en contra del
decidir un cambio de rumbo. tipo de modernidad que se ex-
¿Se encuentra, dentro de este presa en él. Un extenso campo
ámbito formal de lo político, de resistencias, abiertas o so-
alguna fuerza beligerante, en- terradas —que abarca lo mis-
tre todas las que toman posi- mo los rincones más íntimos
ción en el mapa oficial que va que las plazas más públicas—,
de la izquierda a la derecha, y mejor aun de rebeldía fren-
que se muestre capaz de llevar te a la reproducción automáti-
a cabo o al menos de plantear ca de esa modernidad y a la
ese cambio de rumbo indispen- imposición sistemática de ese
sable, que se vuelve cada vez dogma invade cada vez más
más urgente? Es necesario, espacios.
por más que cueste hacerlo, Pienso que en la época ac-
reconocer que no, que toda la tual de refundación de la iz-
política formal del planeta ac- quierda, el ser de izquierda
túa amedrentada por la ame- debería definirse a partir de
naza del capital de «dejar en esa actitud de resistencia y
el desamparo» a la producción rebeldía frente al hecho de
42 Rocinante
la enajenación, de la pérdida Foto: andes.com.ec
de sujetidad en el individuo
y en la comunidad humana y
del sometimiento idolátrico a
la misma en tanto que se pre-
senta cosificada en el funcio-
namiento automático del capi-
tal, alienada en la «voluntad»
del valor que se autovaloriza
en medio del mundo de las
mercancías capitalistas. En el
origen y en la base del ser de
izquierda se encuentra esta
actitud ética de resistencia y
rebeldía frente al modo capita-
lista de la vida civilizada. Esta
actitud y la coherencia prácti-
ca con ella, que es siempre de-
tectable en la toma de partido
por el «valor de uso» del mun-
do de la vida y por la «forma
natural» de la vida humana,
y en contra de la valorización expensas de una posible «efi-
capitalista de ese mundo y cacia política» de un posible
esa vida, es lo que distingue, aporte efectivo a la conquista
a mi ver, al ser de izquierda, del poder estatal «en bien de
por debajo y muchas veces a las mayorías» 1.
1
Ya en 1792, en la Convention Nationale Française, la distinción topográfica (sincrónica) entre los
montagnards (jacobinos) o sentados a la izquierda y los girondins o sentados a la derecha, comenzó
a expresar artificialmente una distinción política (diacrónica) que se hará cada vez más clara entre
quienes estaban satisfechos con lo alcanzado por la Revolución francesa, los burgueses «conservador-
es», y quienes pretendían que ella avanzara aún más, los «progresistas», representantes del pueblo bajo.
Rápidamente reprimida en 1796, la «conspiración de los iguales», conducida por Babeuf y Maréchal,
dejó planteada la meta cuya conquista persiguen desde entonces quienes, con mayor o menor radi-
calidad, defienden una actitud «progresista» o de izquierda dentro del escenario de «la política»: com-
pletar la Revolución francesa, resolver el problema de la proprieté, eliminar el capitalismo, el principal
estorbo para alcanzar una fraternité básica, sin la cual tanto la liberté como la égalité se vuelven «puras
quimeras».
Rocinante 43
PERFIL
El mapa autobiográfico de
44 Rocinante
A Abelardo Castillo fue uno
de los protagonistas de la vida
cultural argentina del último
medio siglo, testigo y actor de
una de las etapas más prolí-
ficas de la literatura del país
torrinco, que dirigió junto con
la escritora Silvia Iparraguirre,
su pareja durante más de 40
años, uno de los pocos medios
gráficos que en 1981, en plena
dictadura, publicó la carta de
sudamericano, y su partida las Madres de Plaza de Mayo
deja huérfanos de referente a pidiendo a los militares por sus
decenas de escritores que año hijos desaparecidos.
tras año se han formado en Castillo escribió teatro, no-
sus talleres literarios. Autores vela, ensayos y cuentos, pero
como Liliana Heker, Guillermo fue también un gran orador.
Martínez, Juan Forn o Gonza- En 2014, recibió junto a Piglia
lo Garcés nacieron a las letras el premio Konex de Brillante a
bajo la mirada de Castillo, pese las letras argentinas de la úl-
a la insistencia del maestro de tima década, un galardón que
que estudiar para escritor «no en 1984 mereció Jorge Luis
sirve para nada». La cultura Borges y diez años después
argentina también debe a su Adolfo Bioy Casares. Castillo se
nombre revistas literarias aho- excusó de ir a recibir el premio
ra legendarias: El escarabajo por una «contractura», pero
de oro, El grillo de papel y El luego admitió que estaba «muy
Ornitorrinco. contento». El jurado tuvo en
Castillo nació en Buenos Ai- cuenta una larga lista de obras
res en 1935, pero se crió en San singulares: Israfel, Cuentos
Pedro, una ciudad con costa crueles, Las panteras y el
al río Paraná. Allí comenzó a templo, El que tiene sed, Las
escribir, cuando era un adoles- maquinarias de la noche, Ser
cente, sus diarios, publicados a escritor, El oficio de mentir, El
modo de autobiografía no siste- espejo que tiembla y Las pala-
mática en 2014. Esos textos son bras y los días. Castillo siem-
un recorrido por su vida como pre dijo que esas obras eran su
escritor en ciernes, sus proble- verdadero diario, mucho más
mas con el alcohol y sobre cómo que la prosa escrita adrede co-
adquirió el hábito de la lectura mo recuerdo ordenado: «Las
en el colegio Wilfrid Barón, el memorias suelen ser bastante
mismo en el que estudió el papa novelescas y mentirosas. En
Francisco. También son relatos cambio todo texto literario de
de su compromiso político. Fue alguna manera es un hito en
justamente su revista El Orni- un mapa autobiográfico».
Ser escritor...
n Abelardo Castillo
46
“Nadie escribió nunca un libro.
Sólo se escriben borradores. Un
gran escritor es el que escribe el
borrador más hermoso”
Rocinante 47
MÍNIMAS
sube por ellas. No penetra a las recámaras, entra en los dormito-
rios. Evitarás los ventanales y sobre todo los grandes ventanales.
Dicho sea de paso, las ventanas no son de cristal, son de vidrio.
Lo mismo los vasos. No digas que alguien empezó a cantar o a
vestirse si no estás dispuesto a que termine de hacerlo. En los
libros la gente empieza a reírse o a llorar en la página 3 y da
la impresión de seguir así hasta que se muere. Sé ahorrativo: si
lo que viene al galope es un jinete, no hace falta el caballo. La
inversa no se cumple. La palabra caballo viene misteriosamente
sin jinete.
• Deberías pensar por lo menos una vez por día en esta frase
de Nietzsche: «Un escritor deberá ser considerado como un cri-
minal que, sólo en casos rarísimos, merece el perdón o la gracia:
esto sería un remedio contra la invasión de los libros».
48 Rocinante
• Tal vez seas envidioso, rencoroso, un poco estúpido, avaro,
mal amigo. No te preocupes: un buen libro siempre es mejor que
la persona que lo escribe.
Rocinante 49
CUENTO
Hernán
M
n Abelardo Castillo
50 Rocinante
simplemente. Alguien, entonces, en voz alta —lo bastante alta
como para que ella bajara los ojos, con un gesto que después me
dio lástima—, se asombró mucho de que todavía fuera señorita,
yo me asombré mucho de que todavía fuera señorita y los demás
rieron, y ella, arreglando nerviosamente los pliegues de su po-
llera, fue hacia el escritorio. Al levantar los ojos se encontró con
todos parados, mirándola. No atinó sino a parpadear y a juntar
las manos, como quien espera que le expliquen algo, y cuando
torpemente creyó que debía insinuarnos «pueden sentarse», no-
sotros ya estábamos sentados y ella reparó por primera vez en
Hernán. Él se había quedado de pie, tieso, se había quedado de
pie él solo. Y en medio del silencio de la clase, dijo:
—Yo —dijo pausadamente— soy Hernán.
Esto fue el primer día. Después pasaron muchos días, y no
sé, no recuerdo cómo hizo él para darse cuenta: acaso fue por
aquellas miradas furtivas que, al llegar a ciertos párrafos de
los clásicos, la señorita Eugenia dirigía hacia su banco, o acaso
fue otra cosa. De todos modos, cuando se lo dijeron ya lo sabía.
«Me parece que la vieja…», le dijeron, y Hernán debió fingir un
asombro que jamás sintió, puesto que él lo había adivinado desde
el comienzo, desde que la vio entrar con sus maneras de pájaro
y su cara triste de mujer sola; porque Hernán sabía que ella se
inquietaba cuando él, acercándose sin motivo, recitaba la lección
en voz baja, íntima, como si la recitara para ella.
—Este Hernán es un degenerado.
Te admiraban, Hernán.
—Pobre vieja, te fijaste: ahora se le da por pintarse.
Porque, de pronto, la señorita Eugenia que leía a Bécquer em-
pezó a pintarse absurdamente los ojos, de un color azulado, y la
boca, de pronto comenzó a decir cosas increíbles, cosas vulgares
y tremendas acerca de la edad, la edad que cada uno tiene, la
de su espíritu, y que ella en el fondo era mucho más juvenil que
esas muchachas que andan por ahí, tontamente, con la cabeza
loca y lo que es peor —esto lo dijo mirando a Hernán de un mo-
do tan extraño que me dio asco—, lo que es peor, con el corazón
vacío.
—A que sí.
Ya no recuerdo con quién fue la apuesta, recuerdo en cam-
bio que pocos días antes del 21 de septiembre surgió, repentina
y gratuita, como un lamparón de crueldad. Y fue aceptada de
Rocinante 51
CUENTO
inmediato, en medio de ese regocijo feroz de los que necesitan
embrutecer sus sentimientos a cualquier costo porque después,
más adelante, está la vida, que selecciona solo a los más aptos,
a los más fuertes, a los tipos como él, como Hernán, aquel Her-
nán brillante de dieciocho años que podía demostrar teoremas
sin mirar el libro o componer estrofas a la manera de Asunción
Silva o apostar que sí, que se atrevería —como realmente se atre-
vió la tarde en que, apretando como un trofeo aquella cosa, esa
especie de escapulario entre los dedos, pasó delante de todos y
fue lentamente hacia el pizarrón—, porque los que son como vos,
Hernán, nacieron para dañar a los otros, a los que son como la
señorita Eugenia.
—A que no.
—Qué apostamos —dijo Hernán, y aseguró que pasaría de-
lante de todos, de los cuarenta, e iría, lentamente, hacia el piza-
rrón—. Para que aprenda a no ser vieja loca —dijo.
Pero antes de la apuesta habían pasado muchas cosas, y yo
ahora necesito recordarlas para que Hernán no las olvide. Hubo,
por ejemplo, lo de las cartas. Siempre supo escribir bien. Desde
primer año había venido siendo una suerte de Fénix escolar,
fácil, capaz de hacer versos o acumular hipérboles deslumbra-
doras en un escrito de Historia. Pero aquella primera carta (a la
que seguirían otras, ambiguas al principio, luego más precisas,
exigentes, hasta que una tarde en el libro que te alcanzó la seño-
rita Eugenia apareció por fin la primera respuesta, escrita con
su letra pequeña, redonda, adornada con estrafalarias colitas
y círculos sobre la i) fue una obra maestra de maldad. Yo sé de
qué modo, Hernán, con qué prolijo ensañamiento escribiste du-
rante toda una noche aquella primera carta, que yo mismo dejé
entre las páginas de las Lecciones de Literatura Americana un
segundo antes de que el inequívoco perfume entrase en el aula,
ese vaho a laurel cuyo origen era una bolsita blanca, de alcan-
for, colgada al cuello de la señorita Eugenia, junto al crucifijo
con el que solo una vez tropezaron unos dedos que no fuesen los
de ella.
No respirábamos. Hernán tenía miedo ahora, lo sé, y hasta
trató de que ella no tomase el libro. La mujer, extrañada, le-
vantó el papel que había caído sobre el escritorio, un papel que
comenzaba por favor, lea usted esto, y después de unos segun-
dos se llevó temblando la mano a la cara; pero en los días que
52 Rocinante
siguieron, cuando encontraba sobre el escritorio los papeles do-
blados en cuatro pliegues, ya no se turbaba, y entonces empezó
a decir aquellas insensateces vulgares acerca de la edad, y del
amor, hasta que el propio Hernán se asustó un poco. Sí, porque al
principio fue como un juego, tortuoso, procaz, pero en algún mo-
mento todo se volvió real y, una tarde, estaba hecha la apuesta:
—Delante de todos, en el pizarrón —dijo Hernán.
El Día de los Estudiantes, en el Club Náutico, todos pudieron
verlo bailando con la señorita Eugenia. Ella lo miraba. Lo mira-
ba de tal manera que Hernán, aunque por encima de su hombro
hizo una mueca significativa a los otros, se sintió molesto. Tuvo
el presentimiento de que todo podía complicarse o, acaso, al oír
que ella hablaba de las cosas imposibles («hay cosas imposibles,
Hernán, usted es tan joven que no se da cuenta») pensó que se
despreciaba. Pero ese día la apuesta había sido aceptada y uno
no podía echarse atrás, aunque tuviera que hacerle una canalla-
da brutal a la señorita Eugenia, que aquella tarde llevaba puesto
un inaudito vestido, un jumper, sobre su blusa infaltable de seda
blanca. Por eso, sin pensarlo más, él la invitó a dar un paseo
por los astilleros, y los otros, codeándose, vieron cómo la infeliz
aquella salía disimuladamente, seguida por su ridículo perfume
a alcanfor y seguida por mí, que antes de salir le dije a alguno:
—Préstame las llaves del coche.
Y me fueron prestadas, con sonrisa cómplice, y cuando yo
estaba saliendo, con el estómago revuelto, oí que alguien pro-
nunciaba mi nombre:
—Hernán.
—Qué quieren —pregunté.
Y me dijeron la apuesta, ojo con la apuesta, y yo dije que sí,
que me acordaba. Como me acuerdo de todo lo que ocurrió esa
tarde, en los galpones, contra un casco a medio calafatear, y
de todo lo que ocurrió al otro día, en el Nacional, cuando ante
la admirada perplejidad de cuarenta muchachones yo caminé
lentamente hacia el pizarrón apretando entre los dedos esa cosa,
esa especie de escapulario, como un trofeo. Y me acuerdo de la
mirada de la señorita Eugenia al entrar en la clase, de sus ojos
pintados ridículamente de azul que se abrieron espantados, dolo-
rosos, como de loca, y se clavaron en mí sin comprender, porque
ahí, en la pizarra, había quedado colgada, balanceándose toda-
vía, una bolsita blanca de alcanfor.
Rocinante 53
CENTENARIO ROA BASTOS
n Susana Reinoso
54 Rocinante
utilitario de la cultura», dice. timientos más profundos del
Al ser bilingüe, agrega, el sis- hombre, sino que traduce ese
tema educativo paraguayo difi- universo profundo de la her-
culta la afirmación de valores mandad de los seres humanos
que aseguren la continuidad entre sí».
cultural. ¿Cómo es escribir en un
Camina incansablemente la país de cultura bilingüe?
geografía latinoamericana en El problema bilingüe conno-
busca de vestigios de lenguas ta aspectos que se contradicen
primitivas. Y recorre su propio entre sí. El hecho de tener una
país con un programa de aper- lengua indígena ayuda mucho
tura de bibliotecas populares y a diversificar la cosmovisión
de alfabetización. Al agrade- de un universo complicado
cer la distinción del Gobierno como el nuestro. El guaraní
argentino, Roa Bastos dijo: «Yo tiene expresiones tomadas de
llamo a esto un gesto de amis- una ancestral visión del mun-
tad latinoamericana. La amis- do, que tenían las razas de
tad no es solo uno de los sen- la región. A tal punto que los
Rocinante 55
CENTENARIO ROA BASTOS
56 Rocinante
combina lo salvaje y lo tre- tura. Fue un fenómeno trau-
mendo de nuestras civilizacio- mático, una verdadera muti-
nes primitivas con la llegada lación de lo que hubiera sido,
de los españoles a nuestra por ejemplo, mi desarrollo cul-
región. Una de las causas de tural en otras circunstancias.
la carencia de intérpretes de En el destierro, ¿cómo
la realidad y el espíritu de era el Paraguay imaginario
un país se debe precisamente que alimentaba su obra?
a ese choque ideológico y lin- Era la memoria de una cul-
güístico entre esos dos mun- tura, de una lengua, que se
dos: el aborigen y el de los volvía más intensa desde afue-
colonizadores. Somos una cul- ra. Porque el exilio es como
tura bilingüe y oral, en la que una prisión en el vasto exte-
no prosperó la escritura. rior. En mi caso, nunca me fui
¿Cuánto se ha avanzado de Paraguay desde el punto de
en el Paraguay con el plan vista cultural.
de alfabetización en el que Como Sábato, usted des-
usted trabaja? truyó muchos originales.
Tratamos de avanzar a tra- ¿Por qué?
vés de la naturalización de los Hay un descontento íntimo
signos y los símbolos; incluso, muy profundo cuando uno tie-
a través de la mezcla del gua- ne una cosmovisión profunda
raní con el español. Muchos de la realidad y no logra ex-
países latinoamericanos, entre presarla. Se origina una ten-
ellos Paraguay, han sido cuna sión muy grande. Yo no he
de lenguas nativas sustituidas destruido mis originales para
por el español como un medio ir superando mis propias limi-
más universal de expresión taciones.
y de comprensión entre los ¿Cuál es su héroe latinoa-
pueblos. Yo pretendo que es- mericano preferido?
ta campaña de alfabetización San Martín, porque fue
aborde los distintos aspectos un prohombre desde el cen-
de la cultura y que, sin eludir tro al sur de América Latina.
el problema bilingüe, lleve a Además, nació en Corrientes,
una comprensión del español. donde se habla guaraní y re-
La mayor parte de su vi- presentó esa necesidad de ir
da transcurrió en el exilio. relegando la mediatización
¿Cómo repercute eso en la del español, sin que eso signi-
propia identidad? ficara ampliar la presencia de
Se creó una especie de rup- las culturas aborígenes.
Rocinante 57
REPORTAJE
C
n Leonardo Parrini
58 Rocinante
que comenzó hace 12 años por te del 14 de agosto de 1830, con
iniciativa del padre Francisco las firmas de los padres de la
Piñas. patria. Como dato significati-
El padre Piñas cuenta que la vo, existe una estantería hecha
biblioteca fue creada hace 83 en fina madera que perteneció
años por el humanista ecuato- a Gabriel García Moreno, don-
riano padre Aurelio Espinosa de hoy se guardan libros anti-
Pólit, con la idea de que en ese guos para exhibición.
sitio reposen todas las publica- Los libros en la biblioteca
ciones que versan sobre Ecua- Aurelio Espinosa Pólit son cla-
dor. En estos momentos, la bi- sificados bajo el sistema biblio-
blioteca alberga 300 mil libros tecológico universal desarro-
y una hemeroteca con 10 mil llado en 1876 por Melvil Dewey
publicaciones periódicas, re- —bibliotecario del Amherst
gistrados a partir de que la im- College en Massachusetts,
prenta llega a Ambato (1754) y EEUU—, que clasifica todo el
pasa a Quito en 1760. Este cen- saber humano en 10 campos:
tro de investigación superior, Ciencias de la Computación,
el más completo de cultura e Información y Obras Genera-
historia ecuatoriana, contiene les, Filosofía y Psicología, Reli-
el Museo de Arte e Historia, el gión, Teología, Ciencias Socia-
herbario del Padre Luis Sodi- les, Lenguas, Ciencias Básicas,
ro, y la colección de lepidópte- Tecnología y Ciencias Aplica-
ros del Padre Francisco Piñas, das, Artes y recreación, Litera-
testimonios del pensamiento y tura, Historia y Geografía.
la biodiversidad del país.
El público puede encontrar
obras como el primer libro cla-
sificado, La Hidra de las siete
La huella digital
cabezas, de Pedro de Melane- El proceso técnico que co-
sio, que habla sobre los proble- menzó hace más de una déca-
mas sociales que tenía Quito. da a cargo del padre Francisco
También están conservados Piñas ha digitalizado aproxi-
el texto original manuscrito madamente 50 mil publicacio-
de Juan León Mera del Himno nes que constan en archivos
Nacional, la obra en tres tomos como una huella digital que
de la Historia del Reino de prolongará su vida.
Quito, de Juan de Velasco, y el —El libro es muy vulnera-
primer Registro Oficial autén- ble por incendio, humedad o
tico de la Primera Constituyen- ejemplares únicos. Esa posible
Rocinante 59
REPORTAJE
pérdida de este legado cultural de El Comercio digitalizados
es lo que me llevó hace unos 12 desde 1906 hasta el año 2000, o
años a comenzar a digitalizar. los 100 primeros números de la
En esos años consistía en esca- revista Rocinante.
near, pero hoy día se supera- El padre Piñas mantiene co-
ron los escáneres con las cá- lecciones filatélicas de estam-
maras fotográficas digitales, pillas exclusivas, piezas de nu-
con las cuales se hacen fotos mismática, conchas marinas,
de cada una de las páginas del piedras, llaves, cámaras foto-
libro y así tener el libro preser- gráficas antiguas, circuitos de
vado, digitalmente, con la idea computadoras, entre otros ar-
de multiplicarlo a otras com- tefactos que ambientan y dan
putadoras, subirlo a Internet y vida al centro cultural Aurelio
ofrecer la información valiosa Espinosa Pólit, la biblioteca pa-
de estos libros únicos a dispo- trimonial más importante de
sición de la gente —manifiesta Ecuador.
el padre Piñas.
El proceso se inicia con la
elección del libro que convie-
ne digitalizar, con prioridad a
los más importantes, antiguos
y valiosos. En el área de digi-
talización, personal técnico fo-
tografía las publicaciones, con
un sistema de reprovit, en for-
mato JPG, y las archiva en PDF
para su lectura digital. En las
salas de consulta los visitantes
pueden leer en computadora
las publicaciones digitalizadas.
Los libros físicos no salen de la
biblioteca, porque se conserva
un ejemplar de cada uno que
no puede ser prestado. Las
obras digitalizadas son graba-
das en DVD para la venta al
público, a un costo de $12 cada
disco, que puede contener has-
ta 3000 páginas de la colección Padre Francisco Piñas
de revista Vistazo o ejemplares
60 Rocinante
RESEÑA
F
Fausto Segovia Baus, a tra- do del escolar; sino que, por el
vés de Edyta Editores & Con- contrario, lo importante para
sultores, publica su libro Apro- él es descubrir su propia voz
ximaciones a la ética civil. para explicar cómo funciona
Todo este trabajo ensayístico el mundo que lo rodea.
está enfocado en teorizar so- El lector, entonces, encuen-
bre la obra de la filósofa Adela tra eso: el comentario refres-
Cortina, en especial sobre el cante, aunque no por ello me-
libro Ética sin moral. Es decir, nos profundo, que lo devuelve
a propósito del pensamiento de a la realidad, que lo confronta
Cortina, Segovia crea su pro- con el funcionamiento social
pio universo de ideas. Así, toda contemporáneo del que es par-
la obra se divide en cinco sec- te. Cuando el autor describe la
ciones en donde, con un len- creatividad, podría estar des-
guaje elegante, se reflexiona cribiendo su propia poética, su
sobre puntos trascendentales propia creencia para formular
de la vida cotidiana. este libro: «La creatividad es,
El miedo, la genética, la ciu- entonces, la suma de sudores y
dad o la ciudadanía universal también de fracasos. Porque el
son algunos de los motivos que creativo no es, necesariamen-
componen sus micro ensayos. te, quien maneja la matemáti-
No existen citas textuales a lo ca moderna y la física cuán-
largo del libro, tampoco erudi- tica, sino aquel que se acerca
tas anotaciones al pie de pági- a la realidad, a los problemas
na aunque al final del texto sí cotidianos de la vida, y busca
se encuentra una bibliografía relacionar sus elementos, di-
general. Lo que sucede es que bujar situaciones probabilísti-
al autor no le interesa la tesis cas y entender de manera di-
universitaria, el texto anota- ferente la realidad».
Rocinante 61
COMENTARIO
Foto: www.eltelegrafo.com.ec
La memoria impúdica
de Daniela Alcívar Bellolio
M
n Javier Cevallos Perugachi
62 Rocinante
La narrativa de Daniela po- dora y brillante del mediodía
dría pensarse desde la inmen- equinoccial, sino la grisácea
sidad de la melancolía, desde iridiscencia de las mañanas
una tristeza infinita y hermo- frías. Esa luz va moldeando
sa que lo va ocupando todo: cada detalle con cierta latera-
la prosa cuidada, casi conte- lidad, con una descripción de
nida, que va manteniendo un las cosas que se vuelve incluso
ritmo constante que es, a la despreocupada. Hallo en esta
vez, despreocupado y tenso; el característica un gran logro
recuerdo como escrutador de de la narrativa de este libro,
la acción presente; los finales que se va alejando de otras
que no resuelven nada. La voz prosas que, por aparentar ser
narrativa se embelesa en el desmadejadas, se vuelven ar-
repaso cauteloso de los acon- tificiosas.
tecimientos, como caminando El agua, en cambio, es el ele-
sobre sus puntas de pie; podría mento que aísla, que desdibu-
pensarse que va retomando el ja, que recrea pero difumina.
tiempo que empieza a escapár- El mar es un personaje más,
sele. que acude para delimitar el es-
Los ambientes son decaden- pacio de lo narrado («Boca del
tes, entendiendo el concepto cielo») o para traer la brisa im-
desde esa visión lánguida, pregnada de recuerdos («Bal-
brumosa y elegantemente tris- cón al mar»). En contraste al
te de la Muerte en Venecia, agua salina y calma de la cos-
de Visconti: playas desoladas, ta se puede apreciar la lluvia
calles vacías de ciudades anó- torrencial y helada del Quito
nimas, casas habitadas por andino. Delicada imagen, casi
décadas de recuerdos. Son pictórica, la de César, el biblio-
espacios tan densificados que tecario de «Feriado», borrán-
no necesitan estar habitados. dose en una ráfaga de lluvia
Como en «Atget», cada cuento quiteña. El agua también pue-
semeja una fotografía vaciada de ser el estero de Guayaquil
de seres humanos, como si se o el gran río de Buenos Aires.
intentase detener un momen- La sensación permanente al
to hermoso y dejar que vaya avanzar en la lectura es que en
tomando la pátina del tiempo estos cuentos no sucede nada,
pasado. no existen acciones sucesivas
Un elemento que no puede que permitan al lector ir en-
dejar de apreciarse es el de cadenando una historia, en el
la luz, pero no la luz abrasa- sentido más tradicional del tér-
Rocinante 63
COMENTARIO
mino. Lo que se nos presenta amarillentas. «Fin de fiesta»,
en Para esta mañana diáfana por ejemplo, es un homena-
es un constante acercamiento je a un tiempo y a un espacio
sensorial a una serie de «ges- que convocó a algunos gran-
tos» de la memoria. En estos des amigos alrededor de un
gestos, la conciencia narrativa proyecto maravilloso y desca-
es omnisciente, y este concepto bellado, que implosionó en su
no basta para describirla. La propio anarquismo: la revista
voz que narra va establecien- Ourobourus. La potencia de la
do el mundo a su alrededor, anécdota puede convertirse en
como creando la realidad a una trampa mortal, la literatu-
medida que la nombra. ra puede terminar siendo re-
La imposibilidad de la cer- ducida a la impostación de los
teza, donde todo se escapa por fuegos artificiales. Sin embar-
entre los resquicios de la con- go, Alcívar toma ese material
ciencia. Este es el espacio don- y lo descompone, hasta dejar
de la memoria se convierte en de lado cualquier descripción
la única posibilidad de ubicar obvia, y retomar esa narrati-
al sujeto: un «yo memorioso» vidad indirecta que define su
que habita las reconstruccio- trabajo.
nes posibles de su propia histo- Ese es otro logro de la es-
ria. Este sujeto va elaborando critora: logra escapar de la
el mundo a cada paso, desde trampa de la autobiografía
su sensibilidad para percibir inundándolo todo con una pro-
el mundo que se va creando, sa profunda, reflexiva, que va
toma forma, se hace concre- convirtiéndose en la verdade-
to…, casi, casi, podríamos caer ra protagonista del texto. Por-
en la tentación de sacarlo del que Daniela pasea, juguetona,
libro. Los nombres conocidos por su castillo de la memoria,
se suceden: Martín, Santiago, abriéndonos puertas, mostrán-
Carmen… Pero es, justamen- donos pasillos secretos, con-
te, esa conciencia creadora tándonos historias que nunca
(¿creativa?) la que devuelve to- sucedieron allí. Va desnudan-
do a su cauce ficcional. do, impúdicamente, tiempos
Es en ese punto donde un y espacios que no volverán a
lector privilegiado como yo, ser jamás. Y hasta ahí llego yo.
que comparto algunos de esos Decir más sería abrir el telón y
recuerdos, puede sentirse ten- dejarles entrar a ver los came-
tado a asomarse a este libro co- rinos, las paredes desnudas y
mo a un álbum de fotografías los trajes antiguos…
I
n Carlos Ferrer
Rocinante 65
REEDICIÓN
Esta citada prolepsis es el los hermanos Restrepo y «el
preámbulo de la historia de E., monstruo de los Andes» como
que comienza con un interna- telón de fondo, años difíciles
miento, en 1995, en una clínica para un Ecuador convulsio-
de La Habana denominada El nado sociopolíticamente; y es
Solario «por problemas depre- que Guillo es un comunista
sivos y episodios maníacos». afín a AVC, que vivió el viaje a
El protagonista tiene 15 años la revolución con el peaje del
y contempla La Habana como desencanto. «Reconozco que lo
«un poema de sangre impreso que me impulsa a realizar este
en un metro de mármol». Du- recuento es la figura de Guillo
rante su estancia en la capital al final del laberinto de pala-
cubana, E. no solo lee y escri- bras y momentos congelados
be (como también sucede con como escombros a la velocidad
otros personajes de otras nove- de la luz» asevera el protago-
las de Carrión), instalado «en nista.
un largo diálogo consigo mis-
mo», sino que entabla amistad
con Virginia, la doctora, una
especie de consejera, y con
la lúbrica Jamila Pérez, una
«mujer candente». El segundo Juerguista y lector
capítulo cambia de escenario,
de Cuba a Ecuador, y se centra
en el deseado encuentro entre E. pasa de ser un mucha-
padre e hijo hasta el desenlace cho «melancólico y cursi», que
final, que ya conocemos. flirtea con el alcohol, polizon-
En esta obra, que recibió te literario que lee a Neruda,
elogios del escritor cuencano Lorca, Alberti y Manrique (y
Carlos Vásconez, Carrión re- quién sabe si los asimila), a
visa su relación con su padre, leer a Camus, Marcusse, He-
asesinado en 2014, por medio gel, Cardenal, Asturias y Ga-
del protagonista E., quien tam- llegos Lara; a intentar labrar-
bién la revisa desde la memo- se un camino, a sentir empatía
ria al tiempo que descubre su con los revolucionarios de
identidad en contraposición a AVC. Su padre hace las ve-
la de su padre. Todo ello en ces de compañero de juergas,
el marco de la Cuba castris- consejero sentimental y confi-
ta, con Roldós, Alfaro Vive dente de estética guevarista.
Carajo (AVC), Nahím Isaías, «La imagen de Guillo reco-
66 Rocinante
rriendo cantinas montado en
una generosa carcajada con
una botella en la mano y una
mujer al costado, sin mirar
hacia atrás, es la visión más
exacta de él que guardo» es-
cribe Carrión.
Rocinante 67
ACTUALIDAD
Perros de ficción,
de Ernesto Carrión
L
n Bruno Sáenz
68 Rocinante
En el caso de Ernesto Ca- intelectuales; la lógica crepus-
rrión, lo limitado de una an- cular (habría que analizar la
tología puede adolecer de una relación de lo arbitrario y de
carencia adicional. Este nota- lo cuidadosamente calculado
ble poeta escribe, por un la- de esta poesía); el pesimismo
do, textos torrentosos, al azar frente a la vida y una pala-
(aparente) de su verbo, de una bra (PORQUE TODA POESÍA
angustia apasionada y de su / COMPROMETIDA ES UNA
imaginación, incorporados a POESÍA / MUERTA / Y TODA
su vez a volúmenes de amplia POESÍA NO COMPROMETIDA
extensión. Aún los poemas que CON EL PRÓJIMO / TAMBIÉN
se constriñen a pocas pági- ES UNA POESÍA MUERTA)
nas y a una relativa condición que, pese a sus resistencias, es
sintética están relacionados el vehículo positivo de la nega-
por su tono y por su tema a la ción, de la destrucción y de la
abundancia sensorial y vocal reconstrucción; la interroga-
de La muerte de Caín o Los ción en pos de un sentido que
duelos de una cabeza sin mun- lo elude o que quizás no existe,
do. Se ha de anotar, al margen se apoderan de la antología,
de la selección comentada, una se manifiestan con suficiencia.
tendencia a una mayor conten- No suplen a una aproximación
ción en sus últimos textos en- integral a la obra de Carrión
tregados a la imprenta. pero introducen la aventura
Perros de ficción, a pesar de con dignidad.
lo dicho, publicado por la Libé- Faltaría añadir, en esta pre-
lula Nómada de Alicante, pro- sentación, que el solo hecho de
logado por Julio Pazos, poeta entresacar textos y poemas de
muy diferente en intención y un contexto para ubicarlos en
procedimientos a Carrión, se otro tiene un no sé qué de re-
salva en parte de tales incon- lectura, de reescritura. En la
venientes al ser producto de ocasión, el autor ha dividido la
elecciones debidas al propio selección en dos grandes par-
autor y al dar preferencia a tes, La vida entera y Cuatro
poemas completos, así les falte perros bajo el granizo, estos
la referencia de sus compañe- últimos tomados de la misma
ros de edición. La sucesión de obra. Los «perros», los porta-
imágenes, sea llevada a través dores de la palabra enriquece-
de yuxtaposiciones, sea de in- dora e inútil, son los escritores
sólitas relaciones; la particular Lowell, Sexton, Plath y el pro-
lectura de otros escritores e pio Carrión («el autor»).
Rocinante 69
REEDICIÓN
M
n Emmanuel Tornés Reyes
70 Rocinante
oficio (Bogotá, 2016), pude ex-
perimentarlo; no por el simple
hecho de conectarse a nosotros
a través de elementos inter-
textuales explícitos o alusivos
en algunos de los poemas an-
tologados (lo cual no deja de
ser válido), sino mediante algo
más raigal: la eticidad plena, la
fe cristiana, el humanismo y la
solidaridad que el sujeto lírico
ofrece, aun cuando esté inmer- reconstruir la secreta razón
so en la intimidad de temas tan que trae a la Isla al jardinero
sagrados como las elegías a la yanqui (eso de jardinero hace
madre y al hermano ausentes. pensar a algunos que vino a
Marilyn en el Caribe con- jugar con los Industriales, cé-
figura una poética cuyos pro- lebre equipo de béisbol de La
cedimientos técnicos y semán- Habana).
ticos desarrollará en parte El Tales circunstancias gene-
perpetuo exiliado, claro, con ran un relato muy atractivo
más holgura y matices por su por sus conflictos y caracterís-
desenvolvimiento. Llama po- ticas del protagonista, hechos
derosamente la atención cómo que conducen a que las pági-
Marilyn…, a pesar de su eco- nas del libro contengan una
nomía discursiva, despliega urdimbre especular e interdis-
múltiples registros enunciati- cursiva al taracear en su cor-
vos y focalizaciones destinados pus fragmentos del Diario de
a rescatar acontecimientos de Marilyn Monroe, de filmes pro-
la historia o diegéticos de pri- tagonizados por esta hermosí-
mer orden para comprender sima y desdichada mujer, de la
el presente del protagonista. cultura cubana de reminiscen-
Estos juegos complejizan lo cias afrohispánicas, del hablar
narrado porque, aparte de la habanero de los últimos dece-
gama de voces y perspectivas nios, de su música y literatura,
actuantes, sugieren otredades tanto en juegos intertextuales
espacio-temporales, personajes y autorreflexivos explícitos e
y conflictos disímiles. Como po- implícitos, como los clasificó
demos suponer, ello convierte Irlemar Chiampi y, aun, añado
a la analepsis o retrospectiva yo, en formas recicladas y su-
en medio imprescindible para bliminales.
C
n Carlos Vásconez
72 Rocinante
maba por encima de las mise-
rias que el mismo amor ofrece.
Todo artista es político por
antonomasia. Por antonomasia
pedimos también que las vacas
se aparten, que la vida es cor-
ta. No hay cortes de manga a
la política, pero es curioso có-
mo sus representantes son ex-
pulsados de estas páginas, de
estas historias. No hay burgue-
sía o burguesismos, tampoco
improperios, más clásicos en
autores de los 70, en contra de
alguna religión. No hay filias
y en cambio cunden las fobias. diplomático servil y galante
Nuestros autores han viajado o una princesita incrédula y
al fin de la noche producién- desdeñosa, portadores de refi-
donos impresión duradera con nadas alusiones y de punzadas
el torbellino de sus abismos sin exquisitas, y en esas omisiones
fondo, en procura de la gran- hay una connotación de burla,
deza de un círculo dantesco. esa mezcla de rencor y de des-
Despliegan una virulencia dén hacia las viejas aristocra-
caudalosa hasta lo atronador. cias, la misma —valga anotar-
Nos mienten con sobriedad, lo— que era la que usaban esas
tales infundios deben conside- mismas minorías de antaño
rarse como símbolos más que para juzgar, desde su orgullo-
como gratuitas calumnias de sa altura, a quien les ha permi-
intrigantes o resentidos. Sí, en tido seguir viviendo y desple-
estas páginas, resumen de dos gando sus vistosas plumas.
generaciones lectoras, se nota No se muestra aquí, aunque
el desacomplejamiento del que eso sea imposible, el fervor por
nuestros jóvenes se han visto desentrañar la realidad na-
ungidos durante los últimos cional. Es probable que ya no
años. Sus diálogos mundanos estemos predispuestos a ella,
en torno a la mesa, aunque que la realidad sea muy volá-
se trate de escribas de pode- til y que nadie, en palabras de
rosísimo verbo, tratan de ser Faulkner, esté preparado para
producción fiel de las palabras soportar demasiadas dosis de
que nunca pronunciaría un realidad.
5
n Iván Rodrigo Mendizábal
74 Rocinante
minado por la máquina, por
la inteligencia artificial) que
somete, que se constituye en el
marco esencial de todo totali-
tarismo en nombre del capita-
lismo.
Entonces, una cuestión es
la «historia» de la condición
humana, en términos de Aren-
dt, es decir, de lo que hace el
ser humano para someterse y
acabarse. Para hacerlo, la fic-
ción de los archivos sirve para
que podamos deconstruir esa
mentalidad moderna occiden-
tal. La clave de 5079: archivos
secretos es que se trata de una instaurar la colonia. Otro rela-
novela abierta, con capítulos o to lo conforman otros papeles
registros abiertos que pueden secretos de la NASA que nun-
ser leídos desde cualquier en- ca fueron revelados pero que
trada. Su sentido experimental también marcaron el curso de
(en cuanto a novela de ciencia la historia de la humanidad,
ficción) conduce a que el lector tratando de no perturbarla.
sea en realidad quien haga la En este contexto, se dice que
historia, es decir, se haga la la llegada a la Luna fue un
pregunta sobre su propia con- ardid publicitario, o que entre
dición de humanidad. En este los seres humanos convivieron
sentido, lo que tiene ante sí seres de otras galaxias y que
es un archivo con pedazos de se mostraron como otro tipo de
relatos y de recortes de pape- «héroes» como futbolistas, poe-
les. Así, un relato habla de un tas, escritores, etc.
comandante, genio de la inge- Puesto que estamos en una
niería, que escapa hacia Marte novela de «papeles» de «re-
con una comunidad intercul- gistros», en cada uno subya-
tural (pues los que le siguen cen mundos posibles, mundos
pertenecen a varias «patrias», mentales de posibilidades para
si colegimos por sus nombres), salir, individualmente, de la
quien además se va enamoran- quietud. Por algo la novela, en
do y tiene un bebé con una de este caso, debe ser leída como
las tripulantes, hasta llegar a un desafío.
Rocinante 75
COMENTARIO
De lo figurativo a lo literal
Cactus Pink publica el
segundo libro de cuentos
de Elking Araujo, quien
recibió el Aurelio Espinosa
Pólit en 2008
76 Rocinante
diar con la presencia de la len- gonista. Los puntos determi-
gua escrita. El idioma se torna nan los finales no solamente
algo más que herramienta de por la convención de la lengua,
transmisión, pasa a ser prota- como se puede leer en «Punto»:
Rocinante 77
PATRIMONIO CULTURAL
Archivo Nacional
versus agendas
políticas
“Un país en el que se maneja discrecional e
inconsultamente el archivo nacional y las
bibliotecas de investigación, corre el riesgo
de institucionalizar la arbitrariedad
y cimentar la desmemoria”
Guillermo Bustos
L
n Lucía Moscoso Cordero
78 Rocinante
Esperábamos con entusias- bliotecarios e investigadores
mo que se tomen acciones ecuatorianos y extranjeros,
emergentes para la rehabili- de diferentes instituciones
tación de estos lugares de la públicas y privadas, hemos
memoria y, en especial, que conformado la Coalición por
nuestro Archivo Nacional la defensa del patrimonio
creado en 1938, repositorio de documental y la memoria
documentos históricos genera- colectiva.
dos desde el siglo XVI al XX, Nuestro objetivo es alertar a
mejorara su infraestructura la opinión pública, a la comu-
física, obtuviera al fin un la- nidad científica y a los poderes
boratorio de conservación do- públicos sobre la desatención
cumental y se fortaleciera con que sufre el patrimonio do-
la conformación de archivos cumental; así como la ausen-
regionales. cia de políticas de patrimonio
Como actores comprometi- cultural y memoria. Estamos
dos con la salvaguardia de la prestos al diálogo productivo
memoria colectiva, profesores que nos lleve a gestionar la
universitarios, estudiantes, conservación y salvaguarda
historiadores, archiveros, bi- de las fuentes documentales.
Rocinante 79
ANÉCDOTA
E
n Oswaldo Albornoz Peralta
80 Rocinante
sentado su planta, campea la ras sobre todo, como aquella
selva dominadora, aromada de Manuel Antonio Luzárraga
por silvestres flores y musica- que, según Michael Hamerly,
lizada por el trinar de las aves. tiene 100.000 matas de cacao.
Y desde arriba —desde los Y al norte, en tierras que per-
riscos de la cordillera— bajan manecerán en la jurisdicción
los ríos frenando poco a poco de la provincia del Guayas, se
su ímpetu bravío, para llegar, halla el inmenso latifundio de
mansos y adormecidos, a las Tenguel de los terratenientes
aguas del océano. Caamaño, donde los abusos
El cuadro social tiene pin- ocasionan frecuentes protestas
celadas diferentes. Antes de la y asonadas.
manumisión, en los rincones Desde aquí, desde el pobla-
más inaccesibles de la porción do de Machala mejor dicho, y
selvática, existen pequeños es de creer que por primera
palenques de esclavos fugiti- y única vez en el Ecuador, un
vos, donde a fuer de sacrifi- grupo de humildes trabajado-
cios resguardan su libertad. res se pone en contacto con
Otra parte, ya desde principios Carlos Marx. El escritor Rodri-
de siglo, ha sido ocupada por go Chávez González nos dice a
grandes haciendas, cacaote- este respecto:
Rocinante 81
ANÉCDOTA
Entonces, es de suponer que su do de Urbina y participaron en
nombre llegó asociado al de La los combates que protagonizó
Internacional, ya bastante di- este caudillo. Los soldados li-
fundido por América, a la par berales que participaron en la
que combatido por las fuerzas revolución de 1895 surgieron y
más retardatarias. Quizás lle- se nutrieron de esta progresis-
gó a Machala —pueblo costa- ta tradición.
nero— alguna publicación en Esta posición ideológica —
castellano que se refería a ella aparte de la poca importancia
y su fundador como defensores numérica y local del grupo—
de la justicia y los derechos po- evidentemente influyó para
pulares. De aquí, sin duda, na- que no sea reconocido legal-
ció su admiración y el deseo de mente como se afirma en la ex-
establecer una relación, pues posición de Chávez González,
es claro que la iniciativa no po- porque en la era garcianalas
día haber partido de Marx. organizaciones populares de
El grupo de artesanos que se tinte liberal estaban práctica-
relacionó con Marx debe haber mente proscritas. El historia-
sido muy pequeño, ya que se- dor Enrique Ayala cita el caso
gún consta en la Guía Comer- de la Sociedad de Artesanos
cial, Agrícola e Industrial de Amantes del Progreso —patro-
la República publicada en 1909 cinada por la burguesía guaya-
—38 años después— el núme- quileña— cuya constitución fue
ro de esta clase de trabajado- impedida no obstante su ma-
res que aparece en la nómina yor magnitud y prestigio.
correspondiente a Machala es Las reflexiones anteriores,
poco significativo. sin embargo, no pueden es-
La ideología del grupo segu- clarecer la verdadera historia
ramente era liberal, teniendo del retrato de Marx, obscure-
en cuenta que esta predominó, cida, posiblemente para siem-
desde temprano, en el sector pre, con la neblina de los años.
litoral orense. Recuérdese que Pero, en cambio, no necesita
sus habitantes habían apoyado esclarecimiento un hecho por
la revolución del 6 de Marzo de demás diáfano: que un grupo
1845 y luego combatido a Flo- de trabajadores ecuatorianos,
res y a su reaccionario proyec- desde esta lejanía, pudo vis-
to de Reconquista. Además fue lumbrar en Marx y su obra la
un centro de combate contra encarnación de sus derechos y
el gobierno clerical de García el futuro promisorio de los ex-
Moreno, pues estuvieron al la- plotados. Y esto es suficiente.
(Tomado de Páginas de la historia ecuatoriana, t. I, Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
Quito, 2007, pp. 403-406.)
82 Rocinante
SOLAPAS
LITERATURA
DOCTOROW, E. L.
Cuentos completos.
Malpaso ediciones
La carrera de E. L. Doctorow se extiende a través de casi una docena de
novelas excepcionales, pero es en sus cuentos donde la pulsión por doblegar
la forma narrativa tradicional se convierte en un juego. También es en ellos
donde encuentra e inventa personajes excepcionales en su complejidad y, con
pinceladas asombrosamente descriptivas, nos sitúa en la realidad americana,
con su desesperada ingenuidad y su optimismo recalcitrante. Este volumen
recoge (por primera vez en cualquier lengua) todos y cada uno de esos cuentos.
Tal como lo resume el mismo Doctorow: «Escribir es inmensamente difícil,
sobre todo cuando el formato es breve».
CIENCIAS SOCIALES
ELSTER, JON.
La explicación del comportamien-
to social. Más tuercas y tornillos
para las ciencias sociales.
Gedisa editorial
En veintiséis capítulos, Jon Elster describe la naturaleza de la explicación
en las ciencias sociales; analiza los estados mentales —creencias, deseos
y emociones— que son precursores de la acción; hace una comparación
sistemática de los modelos de comportamiento basados en la elección racional
con explicaciones alternativas. Con un lenguaje accesible y liberado de toda
jerga, Elster aspira a la exactitud y la claridad, a la vez que elude los modelos
formales. En una provocativa conclusión, defiende el carácter central de la
ciencia social cualitativa en una guerra de dos frentes contra las formas
blandas (literarias) y duras (matemáticas) de oscurantismo.
Rocinante 83
SOLAPAS
FILOSOFÍA
WOLLHEIM, RICHARD.
Sobre las emociones.
Antonio Machado libros
Una famosa frase de Montaigne dice: «Lo que más temo es al miedo». Al decir
esto, estaba llamando la atención sobre la forma en la que el miedo atrae más
miedo. Muchas emociones negativas, quizá todas, son imanes de sí mismas:
el odio atrae odio; la ira, ira; y el miedo, miedo. Bajo el manto del miedo se
ramifica la idea del peligro, y lo mismo ocurre con los deseos que producen
aversión: el objeto de cada deseo se coloca ante el objeto de su predecesor igual
que la posibilidad se coloca ante la realidad.
ANTROPOLOGÍA
GEERTZ, CLIFFORD.
La interpretación de las culturas.
Gedisa editorial
84 Rocinante
POLÍTICA
FRASER, NANCY.
Fortunas del feminismo.
Instituto de Altos Estudios
Nacionales
Este nuevo libro de Nancy Fraser traza la evolución del movimiento feminista
desde la década de 1970 hasta la actualidad y anticipa una fase nueva,
radical e igualitaria, del pensamiento y la acción feministas, que se insertará
con fuerza en el actual ciclo de luchas contra las políticas y las prácticas
neoliberales. Este convincente y nuevo análisis está destinado a convertirse en
un hito del pensamiento feminista y a inspirar las luchas e iniciativas de las
mujeres y de los nuevos movimientos sociales.
CRÍTICA
QUEVEDO, TOMÁS.
Agustín Cueva: nación, mestizaje
y literatura. Universidad Andina
Simón Bolívar
Corporación Editora Nacional
Rocinante 85
Rocinante
GALERIA
• Inauguración de la exposición
y mural:
Travesías y Naufragios,
de Pavel Égüez
• Inauguración de la muestra
serigráfica del artista mexicano Eko
Jueves 22 de junio 2017 / 19h00
• Conferencia:
«La destrucción en el Arte,
razones y consecuencias»
Viernes 23 de junio 2017 / 17h00
Todo público
www.casaeguez.com