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PAUSAS ACTIVAS SALUDABLES…UN ESPACIO DONDE ACTIVAR LA PALABRA

María Cecilia Quiquinto

En pleno siglo XXI, época en donde la velocidad configura los modos de


vivir, la forma de relacionarse con los otros, en donde lo vertiginoso se refleja en el
cambio constante de objetos que dan la ilusión de la felicidad, velando de modo
esporádico el dolor y el displacer a cambio de pequeños destellos placenteros, se
presenta hoy como la escena cotidiana, como el fenómeno que evidencia el
mandato a gozar que sostiene el amo posmoderno. Sucede también, de modo
paradojal a este gozar a partir de lo efímero de los objetos que ofrece el mercado,
la existencia de un aspecto que se quiere mantener y no cambiar, esto es la
imagen de un cuerpo siempre joven, esbelto, perfecto, completo, sin fallas, que se
impone como el ideal actual.

De este modo, en esta vorágine, la contingencia no deja de darse lugar.


Sucede hoy, que entre las preocupaciones humanas por alcanzar el cuerpo
perfecto, aparece asociada la de alcanzar el bienestar general, tener un cuerpo
moldeado va acompañado hoy de tener una buena salud, las consultas a
nutricionistas, deportólogos, cardiólogos, así como la matrícula en los gimnasios
ha crecido de modo llamativo, siendo estas las medidas tomadas por los sujetos
para alcanzar esa imagen de un hombre semidios. Frente a esto me pregunto qué
sucede cuando el sufrimiento atraviesa la búsqueda de este cuerpo que es visto
como garantía de felicidad?...¿ que sucede con esas sensaciones que aparecen
produciendo malestar?

Freud en El malestar en la cultura (1929) señalaba que el fin y el propósito


de la vida del hombre era justamente alcanzar la felicidad, lo que implicaba por un
lado, evitar el dolor y displacer ;y por el otro lado, alcanzar el placer y mantenerlo
eternamente. En este afán de placer eterno, el autor señalaba que el hombre no
puede soslayar del todo el malestar, cuyos orígenes conceptualiza a partir de tres
fuentes:
Por un lado aquellos que provienen de causas externas propias de la
naturaleza “del mundo exterior capaz de encarnizarse en nosotros con fuerzas
destructoras omnipotentes e implacables” (Freud, 1929, p. 3025). Por otro lado
menciona aquellas de causas internas que provienen del interior del cuerpo
“desde el propio cuerpo que, condenado a la decadencia y aniquilación, ni siquiera
puede prescindir de los signos de alarma que representan el dolor y la angustia”
(p. 3025); y señala también una tercera fuente de malestar surgido de las
relaciones humanas, la cual a diferencia de las otras dos, es la que más malestar
genera, porque es estructural a la cultura y al lazo social, “por fin el de las
relaciones con otros seres humanos . El sufrimiento que emana de ésta última
quizás nos sea más doloroso que cualquier otro; tendemos a considerarlo como
una adicción más o menos gratuita, pese que bien podría llegar a ser un destino
tan ineludible como el sufrimiento de distinto origen” (p.3025).

En relación a esto, cabe preguntarse qué es lo que sucede cuando las


fuentes de malestar que provienen del interior del ser humano y aquella que se da
entre humanos atraviesa de modo tajante el ideal posmoderno señalado
anteriormente, aquel referente al cuerpo ideal endiosado. Frente a esta
contingencia se descubre que el amo en cuanto garante del funcionamiento de la
cultura, propone dispositivos para abordar esta irrupción a partir de los servicios
de salud, que intentan darle sentido y ser continente, permitiendo que las cosas
marchen.

De esta forma, en este nuestra época, con su fluidez en los diferentes


modos de vida donde el tiempo para la espera no es considerado, donde las
demandas deben ser contestadas apenas aparecen y donde el malestar del
hombre debe ser resuelto lo más rápido posible, las enfermedades y
padecimientos en el cuerpo movilizan toda una operatoria a fin de cortar con
el displacer vivenciado lo más rápido posible, no dando así tiempo a la
reflexión ni a un tiempo para repensar aquello que sucede.
En Jujuy hace tres años se encuentra en funcionamiento dentro de los servicios
que ofrece el Hospital Pablo Soria, el programa Pausas Activas saludables. El
mismo nació con el fin de mejorar la calidad de vida de los empleados de la
institución.

El programa surgió, debido a que la mayoría del personal del hospital solía llevar
un modo de vida sedentario y consumía de modo frecuente alimentos poco
saludables y con alto contenido calórico(los desayunos con bizcochitos de grasa,
las colaciones de media mañana con sándwiches de todo tipo, caramelos,
gaseosas, entre otras cosas) que traía como consecuencia la aparición de
enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión en sus empleados. Esto
llevo, a que se genere en un primer momento, un espacio de actividad física, se
abrieron talleres de folclore y de gimnasia después del horario laboral que tuvo
buen efecto entre los empleados de la institución. Más adelante se incluyeron los
servicios de medicina clínica y endocrinología, nutrición y psicología armándose
un equipo específico para abordar estas enfermedades y mejorar no solo la
calidad de vida de los miembros de la institución sino mejorar su desempeño al
estar éstos en condiciones físicas saludables.

Debido a que el programa fue tomando mayor conocimiento en la población


jujeña, el mismo se abrió a los miembros de comunidad en general, quiénes a
partir de la inscripción en los primeros meses del año, se integran en las
actividades y consultas del equipo interdisciplinario llevando así un sistema de
asistencia que les permite permanecer en el mismo. El objetivo es que desciendan
de peso mejorando a la vez sus valoraciones en colesterol, glucemia, etc.

El área de clínica médica y endocrinología, realiza una evaluación del estado


global del usuario para programar el tratamiento médico a seguir, en conjunto con
nutrición se organiza una dieta que la persona pueda llevar a cabo teniendo en
cuenta su horario laboral; los talleres se organizaron en horario de la siesta, a
modo de ser “una actividad enganche” para que los miembros del programa
puedan realizarlos luego del horario laboral ( la mayoría de ellos llevan sus
viandas y ropa deportiva al hospital).
El área de psicología se creó con el fin de que sea un espacio de contención y
acompañamiento en el camino del sujeto en su recorrido para mejorar su calidad
de vida. El mismo se organiza a partir de admisiones en donde se va
determinando la cantidad de consultas a las que asistirán los usuarios según el
nivel de contención que necesiten. Hace dos años aproximadamente, me integré
al programa Pausas Activas Saludables. En un primer momento, no entendía cual
era su funcionamiento así que fue la observación de la organización del programa
lo que me permitió describir lo dicho anteriormente.

Por otro lado, llamaba la atención el movimiento constante que configuraba el


ritmo del programa, al son de la música que marcaba los pasos de zumba en la
clase de gimnasia, así podía concebirse el paso de los usuarios por las demás
áreas del programa, la rapidez, los horarios pautados, los kilos de más o de
menos asentados en las historias clínicas, y los cambios en los estados de ánimo
de los sujetos que transitaban las pausas activas, llevó a interrogarme, como
encarar la clínica desde la mirada del psicoanálisis, desde el discurso que éste
sostiene, a pesar de la rapidez que enmarcaba el funcionamiento del servicio.

Recuerdo que, en mis primeros días de atención, me sentí avasallada por este
ritmo, de una lista de pacientes a atender, era llamativo que, en el espacio de dos
horas semanales en las cuáles debía intervenir, los sujetos no registraban la
pausa entre ellos mismos. Comenzaba atendiendo un caso, terminaba la sesión lo
despedía y ahí inmediatamente la persona siguiente se metía en el consultorio
como si no entrar al mismo lo llevará a perder algo, a perder el tiempo. Esta
situación me parecía contradictoria con el nombre del programa…pausas activas,
generándome así una serie de interrogantes que se presentaron como las
puntadas iniciales para orientar luego mi práctica:

Acaso este ímpetú de demandar respuestas inmediata no permitiendo la pausa es


comparable al ímpetu pulsional, empuje avasallante del ello, que sólo busca
satisfacción?¿Cómo establecer el encuadre terapéutico entonces, sin ser
avasallada por este afán impulsivo a obtener una respuesta inmediata?.
Para poder entender cómo establecer un modo de hacer en este servicio, fue
necesario en un primer momento darme un espacio para pensar su nombre.
PAUSAS.

Según la Real Academia Española (2017) la palabra pausa es definida como


breve interrupción del movimiento, acción o ejercicio. Otro significado de pausa en
el diccionario es tardanza, lentitud. Otros significantes que nos permiten pensar en
la palabra pausa son sinónimos como alto, calma, detención, intervalo, parentésis.

Esto llevaba a ver entonces, que el programa aparecía como PAUSA en tanto
ALTO de las actividades laborales, sin embargo, desde el espacio de psicología la
palabra pausa empezaría a tener otro sentido. Empezó a concebirse en tanto
calma de la vorágine y tiempo para poner en paréntesis. Por un lado esto inicio
poniéndose pausa entre los pacientes, se lo iba a llamar de a uno no siendo ya
necesario que ingresen de modo abrupto sin ser convocados al consultorio. Esto
produjo un efecto en ellos, en un principio la queja era por el cambio en la comida,
la irritabilidad que generaba no comer cosas que eran del agrado de ellos y el
malestar por reorganizarse en el hogar y cocinar, con más tiempo, la comida del
menú propuesto por la nutricionista.

Ahora al marcar la pausa, se establecía un espacio para dejar, entre paréntesis, la


queja, y dar lugar a la emergencia del sujeto. Lacan en El tiempo lógico y el aserto
de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma (1945), propone la inclusión del
tiempo en la lógica, señala que el tiempo lógico no es objetivo, tampoco es sólo un
sentimiento subjetivo sino que se trata de una estructura dialéctica en la que
distinguen tres momentos:1-el instante de la mirada; 2-el tiempo para comprender
y 3-el momento de concluir.

Lacan demuestra de este modo, por medio del sofisma de los tres prisioneros,
que se trata de una lógica intersubjetiva encontrada entre el aguardar y el
precipitarse, la lógica del tiempo intersubjetivo sobre la que se estructura la acción
humana. Es precisamente la propuesta que señala a partir de éste sofisma lo que
configura también el dispositivo analítico en cuanto tiempo lógico, y es
precisamente a este tiempo lógico, lo que se dio lugar en la pausa.

Dar lugar a la pausa y en ella a los tiempos para ver, comprender y concluir,
reorganizaron la estructura del espacio de psicología y brindaron la posibilidad
para la emergencia del sujeto del inconsciente en este nuevo escenario.

Se empezaba a ver que la queja por la falta de tiempo para cocinar la comida de la
dieta, la irritabilidad por no comer alimentos de agrado y las malas sensaciones
gástricas que muchos de ellos vivenciaban en el inicio de sus dietas, ocultaban
solapadamente otro tipo de cuestiones referentes a sí mismos. En este nuevo
escenario cuyas tablas se armaban en torno a la transferencia, se permitió la
emergencia de otro tipo de malestar que, no provenía del interior del cuerpo, sino
que nacía de las relaciones con los otros. La angustia se daba lugar cuando
muchos de éstos sujetos hablaban de sus vínculos con los otros, solía ser como
punto en común en mucho de ellos la referencia a la falta.

La falta del padre ausente en la infancia, la muerte y el duelo no elaborado de


algún ser querido, la falta de aquel que se fue y no volvió, la falta del otro era lo
insoportable, apareciendo en muchos ellos el acceso a la comida como un modo
de taponar aquello que les era insoportable. Un exceso de goce que provenía del
cuerpo pero que encontraba su fundamento en las relaciones con los otros.

Este saber que empezaba a emerger en el dispositivo, llevaba a ver que en este
mundo moderno que comanda al consumo de objetos efímeros como garantía de
felicidad, no era suficiente, había ahí algo que insistía en los sujetos, algo que no
se decía, algo que no cesaba de no inscribirse( Lacan,2010) y era lo referente a la
falta, aquello que era complicado de tramitar por otras vías que no fuera el exceso
comida, fenómeno que dio origen al programa y que se presenta como la solución
inmediata.

Dar lugar a la dimensión de la falta permitió dar lugar al deseo…en varios sujetos
se abrió lugar a otras preguntas, que hoy continúan trabajando en el espacio o
bien en sus tratamientos individuales. Fue la subjetivación de la demanda, y en
consecuencia la posibilidad de cuestionar la posición del sujeto respecto a lo que
dice, haciendo así que tome responsabilidad respecto a su decir, es decir, arribar
a un bien decir sobre sí mismo (Miller, 2013) lo que marcó la diferencia respecto a
lo que se esperaba en tanto solución inmediata del área de psicología en el
programa.

Incluir en la pausa activa la pausa misma, el paréntesis para ver y comprender dio
lugar también a tiempos para concluir. Fue la propuesta de efectos terapéuticos
rápidos de Miller (2005), lo que de algún modo también configuro el hacer en el
dispositivo. No fue el objetivo precisamente hacer que los sujetos se acomoden a
sus dietas y establezcan nuevos hábitos alimenticios a fin de eliminar los kilos que
tenían de más, sino que lo que se intentó fue justamente reducir el goce implicado
en ese síntoma, a partir de la puesta en marcha de la cadena significante,
relanzando esto un nuevo ciclo en la dirección de la cura.

Abordar el malestar hoy, enmarcado por la búsqueda del cuerpo perfecto, puso en
evidencia la necesidad de dar un espacio al sujeto arrasado por los programas y
mandatos de nuestro tiempo.

Promover un espacio para activar la palabra, permitió dar lugar al sujeto para
pueda interrogarse sobre su síntoma yendo más allá de la queja por su malestar,
posibilitando de este modo el advenimiento de su deseo y el surcamiento de
nuevas vías para su tratamiento.
Bibliografía

ABAD, G (2015) Escenas y escenarios en la transferencia.Argus-a: Buenos Aires.

FREUD, S(1929) El malestar en la cultura. Biblioteca Nueva. El Ateneo: Buenos


Aires.

LACAN, J (2002) El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo


sofisma. En: Escritos 2. Paidós: Buenos Aires.

LACAN, J(1964) Seminario 11 Los Cuatros Conceptos Fundamentales del


Psicoanálisis. Paidos: Buenos Aires.

LACAN, J (1969-1970) Seminario 17 El Reverso del Psicoanálisis. Paidós: Buenos


Aires.

MILLER, A (2013)Introducción al método psicoanalítico. Nueva biblioteca


psicoanalítica. Eoalia-Paidós: Argentina.

MILLER, A y OTROS(2005) Efectos terapéuticos rápidos. Conversaciones clínicas


de Jacques-Alain Miller en Barcelona. Paidós:Buenos Aires.

REAL ACADEMIA ESPAÑOL, Diccionario ( 2017). Disponible en:


http://www.rae.es/

SAUCUNS, S (s.f) El concepto de goce en la enseñanza de Lacan. Disponible en:


https://elreyestadesnudo.com.ar/wp-content/uploads/2016/05/012-El-concepto-de-
goce-en-la-ense%C3%B1anza-de-Lacan.pdf

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