Anda di halaman 1dari 36

C\PITIIO XI

ANTROPOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD
HUMANA

La condición corpórea del hombre nos introduce en otro tema:


la sexualidad humana como modo de ser inherente a la estrucrura
csenetal de la persona humana. Es necesaao preasar desde el inicio
que cuando se habla de sexualidad, nos referimos no sólo a una
lidad de orden genital, sino que se qwere significar más profunda-
mente una climcnsión fundamental del ser humano como tal, una
potencialidad de amor que envuelve todo su ser espirirual-corpóreo
(espíriru encarnado) y representa un valor confiado a su responsabi-
lidad. La sexualidad humana no puede reducirse a un objeto o a una
función, sino que es la co11faro1ació11 eslmd11ral de la persona, una es-
tructura significati\·a anees, incluso, que una función.

1. La dualidad sexual

a) DiJJt:rsidad StXlfal

Ser sexuados es para el hombre y la mu1er un dato original. La


persona humana, en su constitución ps1co-somática, es un ser se-
xuado, y esta característica especifica su ser. Es endente que e
hombre no existe en abstracto. Por el contrario, existe siempre ) so-
lamente en dos posibilidades, que son d modo de la masmlinidan \ el
111odo de la fi111i11idad. Tanto el uno como el otro modo de existencia
humana, revelan un planteamiento específico de base, manifiestan
una lógica paracuJar, tienden hacra una propia manera de pro) ectar
el mundo, } son inconfundibles en su obrar. Hay que entender al
hombre en su cotalidad antropológica, por tanto, como una realidad
Uní-dual, porque la sexualidad de cada persona implica intnnseca-
meme una irreducible correlación unificadora hacia las demás. S1
364 HORIZONTE VERTICAL C.11 ANTROPOLOGIA DE lA SEXUALIDAD HU.v.ANA 365

cada persona human.'l puede considerarse «totalmente» humana, en más como puede imaginarse a cenor de lo dicho. Caminaba también
cuanto que cada una tiene todas las características propias de la na- recto como ahora, en cualquiera de las dos direcciones que quisiera
turaleza humana, no puede tener, sin embargo, la pretensión de ser [...] Eran también extraordinarios en fuC:rza } en \•igor y tenían un
el «todo» humano, porque por su especificidad sexuada está diYcrsi- iJunenso orgullo, hasta el punto de que conspiraron contra los clio-
ficado del otro ) carece de las caraccerísticas peculiares de la otra ses. Y lo que dice Homero de Efialtes } de Oto se dice cambién de
modalidad sexuada 1• La dualidad sexual es uno de los daros fun- ellos: que intentaron subir hasra el cielo para aracar a los dioses.
damentales del ser humano, y ninguna corriente de pensamiento Entonces, Zeus y los demás dioses deliberaban sobre qué debían
igualitaria podra minusvalorarla. La dualjdad sexual es el modo es- hacer con ellos y no encontraban solución. Porque ni podían matar-
pecífico de vt\·i.r el hombre en el mundo y de relacionarse con los los y exterminar su linaje, fulminándolos con el rayo como a los gi-
demas. Masculirudad r feminidad son las únicas dos posibilidades gantes, pues entonces se les habrían esfumado también los honores
del ser-humano. sacrificios que reciben de pane de los hombres, ru podían perm.t-
El mismo término de «sexo» se ha formado del laún secare, que órles rampoco seguir siendo insolentes. Tras pensarlo detenida-
significa separar, distinguir lo que estaba unido. La etimología indica mente dijo, al fin, Zeus: ''\!e parece que tengo el medio de cómo
va esta dualidad, esca diferencia de dos que estando «separados» podrían segw.r existiendo los hombres y, a Ja \"CZ, cesar de su desen-
tienden a reconstruir la unidad original. Ésce es también el sentido freno haciéndolos m:is débiles. Ahora mismo, dijo, los cortaré en
de los mitos griegos, y a él hace también alusión el primer capitulo dos mitades a cada uno y de esra forma serán a la ,·ez más débiles\
del Génesis. Pero, a diferencia de los mnos, el relato del Génesis: más utiles para nosotros por ser más numerosos. Andarán rectos
<Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, varón sobre dos piernas" (...] Dicho esto, cortaba a cada indi,iduo en dos
y mujer los creó» (Gén 1,26-27), pone en evidencia que el dato origi- mitades, como los que cortan las setas . las ponen en conservas o
nal es la unidad en la diversidad: «Serán los dos una sola carne». La como los que cortan los huevos con cnnes. Y al que iba cortando
perfecaon ho1110 se realiza en la doble. polaridad sexual, de lo mascu- ordenaba a Apolo que volviera su rostro ) la mitad de su cuello en
lino y lo femenino. Esta duplicidad no es consecuencia de una caída dirección del corte, para que el hombre, al ver su propia división, se
primiti,·a, como se consideraba en la mitología, sino el modo origi- hiciera más moderado, ordenándole también curar lo demas.
nal de ser homo. F ntonces, Apolo volda el rostro y, juntando la piel de todas partes
El Banq11elt de Pbtón se dedica completamente al terna del amor en lo que ahora se Uama vientre, como bolsas cerradas con cordel, la
y el núcleo lo consatuye el conocido mico relatado por .\.ristófancs: ataba haciendo un agujero en medio de) Ytc:.ntre, lo que llaman preci-
(<Pero, primero, c:s preciso que conozcáis la naruraleza humana y l:is samente ombligo. [...] i\si pues, una vez que fue seccionada en dos la
modificaciones que ha sufrido, ya que nuestra antigua naturaleza no forma original, añorando cada uno su propia mitad se juntaban con
era la rrusma de ahora, sino diíereme. [...] la forma de e.a.da person1 eUa y rodeándose con las manos y entrelazándose unos con otros,
era redonda en su totalidad, con la espalda y los costados en forma deseosos de unirse en una sola naturaleza, morían de hambre . de:.
de circulo. Tenía cuatro manos, mismo número de pies que de ma- absoluta inacción, por no querer hacer nada separados unos de
nos y dos rostros perfectamente iguales sobre un cuello circular. Y otros. Y cada vez que moría una de las dos micades r quedaba la
sobre estos dos rostros, situados en direcciones opuestas, una sola otra, la que quedaba buscaba otra (...) Desde hace tanto tiempo,
cabeza, r además cuatro orejas, dos órganos sexuales y todo lo de- pues, es el amor de los unos a los otros mnaro en los hombres :·res-
1 est.1ba mu> cquimca<lo Feuerbach ClL'Uldo habb.b.i del hombre como •<c'cncia ge-
taurador de la antigua naturaleza, que .atenta hacer uno solo de dos
ncric:a» 117um), enrcndíaido, prcasamcmc, d v:min y b mujer. Ysanar la naturaleza humana. Por tan.to, cada uno de nosotros es un
366 HORJZONTE VERTICAL C 11 ANTROPOLOGÍA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 367

símbolo de hombre, al haber quedado seccionado en dos de: uno ros dos cromosomas. D esde el punto de \-ista cienúfico y objetivo,
solo, como los lenguados. Por esra razon, precisamente, cada el sexo genético-cromosómico es el que decermina normalmente
uno está buscando siempre su propto símbolo» 2- El mito resuefre los demás componentes biológicos del sexo. «El sexo nace antes
así el hecho de la dualidad sexual Dualidad que no contradice la que nosotros. Hemos sido varones o mujeres desde el día de
identidad fundamental; si por una parte e! dato biológico constituye cep ción y lo hemos sido de modo irreversible. E l desarrollo hormo-
el punto de partida de la diferenciación sexual, por_ la .o_tra parte nal, la centralización neurológica, e1 ciclo fisiológico y la configura-
muestra la identidad constirut:inl de ambos sexos: md1Y1duos de ción morfológica de nuestra sexualidad no son sino fenómenos
Ja misma naturaleza. «La connotación sexual de cada sujeto atañe no subsiguientes, pero también conc;ecuentes, al fenómeno de la deter-
ya a la naturaleza humana que es una e idéntica en cada sino a la minación genética del sexo»"'.
caracterización en dos modalidades fundamentales clisunuYas de su
ser, la de. la masculinidad y la de Ja feminidad, que constituyen
los dos polos sexuados que fundan lo humano» 3. - Sexo gonáclico

El sexo cromosómico orienta el desarrollo de las gónadas en sen-


b) Difire11rias ge11étko-biológicas: el biologico rido masculino (testículos) o femenino (ornrios). El cromosoma Y o
X activa algunos genes responsables de la diferenciación de las gó-
D esde el punto de vista de la ciencia biológica\ la pertenencia al nadas. El crecimiento y diferenciación de las glándulas sexuales se
sexo masculino o femenino está determinada. desde la concepción, realiza sucesi\·amcnte sobre una base de tejidos diferentes, bajo la
por factores genéricos, gonádicos, hormonales y morfológicos. influencia de genes encargados del mecanismo de diferenciación
gonádica en sentido masculino o femenino. El sexo gonádico está,
- Sexo cromosómico por tanto, basado en las características histológicas de las gónadas:
Se forma por la presencia o ausencia del cromosoma Y en el pa- el varón posee tejido testicular, la mujer posee tejido m·árico. Las
tnmonio genético del individuo. El sexo femenino, además d.e otros gónadas producen celuJas germinales aptas para la reproducaón:
44 cromosoma.<;, está determinado por dos cromosomas iguales. los espermatozoides para el Yarón y los Ó\-ulos para la mujer. Las
que se indican con la letra X; en la especie humana, la mujer se cons- gónadas, además, producen determinadas hormonas que influyen
riture con la fórmula 44...,...XX. El sexo masculino, ademas los en la formación r fisiología de los órganos genitales, lo que
otros 44 cromosomas tiene un cromosoma igual a la X de la mu1er }' nos lle•·a a hablar de sexo hormonal, es decir, la testosterona produ-
otro ru\·erso indicado por la letra Y; el nrón se especifica geneoc3 - cida por el tesáculo masculino, } los estrógenos y progesterona pro-
m1.;nte por la fórmula 44+:Al. Ya desde cl periodo el ducidos por los ovarios femeninos.
brión contiene la información relativa al sexo de.. pertenencia en es-

¡;
.
- Sexo ducrual
uoi-., U Bun.¡utle, 189d-19ld, en DiáÍQ¡¡;os, lll ?redos,
Z P1 999) 22:P".6.
muo se: cxplic..1 rambién 12 atracdón bomose.,.ual. El dhcur1'o de Aru.wfancs es cnuci.
. Se forma en base a los genes y las gónadas; en el ,·arón se compo-
' G. BnM >MI, Pilzart Jr.JJ11ale. en G. RuSSti (ed.), Enddoptdiu di bii;r11ru r .rumo
ne de1 epidídimo, los conductos deferentes, las vesículas seminales,
o, C1-L<=umann, Turin 21J04) 1369. . uJ!oo'
1 Cf. L m .l\L\RI1'IS · A BARRAIUXO - A. SERR.\, «Biologu della díffc:renz1:121o nc sc:;s :¡,;
Mrtfim1J r \1or<1k 2 (1984) 155-165; \. Lt:os.\-.;o :\f. L l>I Pfü"TRO, Smualitc umatld U11alJl1 ; G. Bo1 UDI, «Sessualici maschtle e femm1mlc rra 0;.1rura e culrura»: .\ltdim:a ( l\loralr
ptr <01101rrrr 'prr rap1" (San Paolo, Cinisdlo Bals.'Ul10 1994). 1 (1983) 19.
366 HORIZONTE VERTICAL C 11 ANTROPOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 367

símbolo de hombre. al haber quedado seccionado en dos de uno tos dos cromosomas. Desde el punto de \-lsta científico y ob1eU\ o,
solo. como los lenguados. Por esta razón, precisamente, cada el se_--.;:o genérico-cromosómico es el que dcr.ermina normalmente
uno está buscando siempre su propio símbolo»'. El miro resueh·c los demás componentes biológicos del sexo. <<El sexo nace antes
así el hecho de la dualidad sexual. Dualidad que no conrrachcc. la que nosotros. Hemos sido varones o mujeres desde el día de la con-
idemidad fundamental; si por una parce el dato biológico consriture cepción r lo hemos sido de modo irreversible. El desarrollo hormo-
el punto de partida de la diferenciación sexual, por_ parte nal, la centralización neurológica, el ciclo fisiológico y la configura-
muestra la identidad constitutiYa de ambos sexos: individuos de ción morfológica de nuestra sexualidad no son sino fenómenos
la misma nacuralcza. <d.a connotación sexual de cada sujeto atañe no subsiguiences, pero también consecuentes, al fenómeno de la deter-
ya a la naturaleza humana que es una<= 1dénoca en a la minación genética del sexo» 5 •
caracterización en dos modalidades fundamentales disunuYas de su
ser, la de la masculinidad y la de la feminidad, que consuruycn
los dos polos sexuados que fundan lo humano» ·. - Sexo gonádico

El sexo cromosómico orienta e] desarrollo de las gónadas en sen-


b) Diftrmcias genético-biológicas: el stxo biológico rido masculino (testículos) o femenino (o\'arios). El cromosoma Y o
X activa algunos genes responsables de la diferenciación de las gó-
Desde el punto de vista de la ciencia biológica \ la pertenencia al nadas. El crecirruento y diferenciación de las glándulas sexuales se
sexo masculino o femenino está determinada, desde la concepción, realiza sucesi\amente sobre una base de tejidos diferentes, ba10 la
por factores genéticos, gonádicos, hormonales y morfológicos. mfluencia de genes encargados del mecarusmo de diferenciación
gonádica en sentido masculino o femenmo. El sexo gonádico está,
- Sexo cromosómico por tanto, basado en las caracterisucas hmológicas de las gónadas:
el \"arón posee tejido testicular, la mujer posee tejido ovárico. Las
Se forma por la presencia o ausencia del cromosoma Y en el pa-
trimoruo genético del individuo. El sexo femenino, además de otros gónadas producen células gemúnales aptas para la reproducción:
44 cromosomas. está determinado por dos cromosomas iguales. los espermatozoides para el varón y los óvulos para la mujer. Las
que se indican con la letra X; en la especie. humana, la mujer se cons- gónadas, además, producen determinadas hormonas que influyen
tituve con la fórmula 44..LXX. Fl sexo masculino, además de los en la sucesiva formación y fisiología de los órganos genitales, lo que
44 cromosomas tiene un cromosoma igual a la X de la mu1er Y nos lle,·a a hablar de sexo hormonal, es decir, la cestosterona produ-
otro diverso indicado por la letra Y; el ,·arón se especifica genética- cida por el tesáculo masculino, y los esrrógcnos y progesterona pro-
meme por la fórmula 44-.A'l-. Ya desde el período unicelula_r. el ducidos por los O\-arios femeninos.
brión conuene la información relatiYa al sexo de pertenencia en c:--
- Sexo ductual
2 El&w¡uttt, 189d-191d, en Díá!c:J,01. llI }999) 222 226. Rn
miro se explica también b atracción homosexual. El di•cur!.o <le ,\riscofum:s C'- cnucado.
fuu1. por 01óuma. . . . . li Ulk Se forma en base a los genes y las gónadas; en el varón se compo-
3 G. Bo:-;o\I, J>i11Crrc <m/4.JU, en G. (cd.). E1mr!optd111 di t 1er1110
ne del epididimo, los conductos deferences, las vesículas seminales,
Di Ci-Lcununn. Turin 21().1.J 1369. . • • ,u:Jc-;
Cf. L. os Mi\Rl.'b. \. B.\P.Il\llNO - .\. SE!UlA, •Biologt:a ddll differenzuz10ne 5C:· .....:J..
1\ltdui,,atMon:k2 ( 19841 155-165; A. IL ' L lll P1ETRO, Sm.vaiit.i umaM. {jira¡,....- G. BotAllD, .. .:alicl nusdule e femnunile tr:1 rurura e culrurait: ,\foiicilta t M()rak
JMr ('f)lllJKtrr t ptr ra¡Nn (S:tn P:aolo, Cinisello Bah:uno 1994). 1 (1983) 19.
368 HORJZONTE VERTICAL C.11. ANTROPOLOGIA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 369

la próstata, las glánduJas bulbourecraJes y parte de la uretra. En La. Desde el punro de -vista anatómico-morfológico, la diferenciación
mujer, del útero, las trompas de Falopio y parte de la vagina. se refiere a Jos órganos genicalcs) la forma general del cuerpo. En el
yarón, los órganos genitales que se refieren a la reproducción son:
- Sexo fenotípico o genital los cesáculos, el pene, los canales para la emisión del líquido esper-
mático y las glándulas anexas, como la próstaca, las glándulas serru-
Está determinado por las características anatómicas a nfrel de los nales, la glándula de Cooper. La idenodad anatómico-genital del va-
genitales externos. el sexo interno (cromosómico y goná- rón está claramente inclinada a la mujer, con fenómenos fisiológicos
dico) dem·a de las escrucru.ras diferentes en los dos sexos, los genita- que él no puede supnmir ni ocultar. En la mujer los órganos repro-
les externos cienen un esbozo embrionario común, que después, ductores son: la vuka, el clítoris, la ,-agina, el utero, las crompas de
ba10 el influjo genético r de las hormonas sexuales masculrnas} fe- Falopio, los m'llrios. La 1denodad anatómico-genital femenina mani-
meninas, se desarrolla de modo diferente: glande, pene y escroto en fiesta una difusión más amplia en el cuerpo, una apertura receptiva y
el Yarón; clítoris, pequeños y grandes lab1os, que forman la vuJva, en acogedora, y un grado más elevado de inmanencia.
Ja mujer. En referencia a este ru\'"el se asigna, en el momento del na- Además de las diferencias estrictamente unidas a los órganos de
cimiento, la identidad legal) soáal del se...">.o . El desarrollo sucesivo reproducción, se dan diferencias morfológicas generales: estatura,
lleva, en la pubertad y en la madurez, al crecimiento de los órganos esqueleto, piel. pelo, etc. En relación con el hombre, la mujer tiene
se>.-uales internos y externos según las características propias de la pelvis más ancha, las proporciones de las extremidades c:liYersas;
cada uno de los dos sexos. la estatura más pequeña (una meclia de 1O cm); el aparato esqueléti-
co y muscular más débil, el tejido adiposo más abundante, el siscema
- Diferencias genético-biológicas capilar dulce y suaYe, el aparato fonético más delicado. Las formas
Hechas estas precisiones terminológicas conceptuales, se puede r del cuerpo femenino difieren mucho de las del cuerpo masculino.
dectr que el indi\iduo crece y se desarrolla a partir del patrimonio el cuerpo de la mujer la carne tiende siempre a finísimas cur-
genético, bajo la acción de sustancias excitantes e inhibidoras, que se vas>i -. Cualquier parte del cuerpo de la mujer, incluso la menos dife-
llaman hormonas. En la formación del organismo, respectiYamente renciada del hombre, manifiesta la feminidad. Porque «no son las
masculino o femenino, tienen importancia fundamental las hormo- formas corporales que /11ego \'amos a calificar de peculiarmente fe-
nas sexuales, producidas por las gónadas testicular u ovárica, que a meninas las que nos señalan un excraño modo de ser humano pro-
su yez dependen de los genes X e Y. En condiciones normales. d fundamente distinto del masculino y que llamamos feminidad. sino
organismo se plasma en sus componentes geneocos, anarórr_llco!'. más bien al contrario: codas r cada una de las proporciones de su
morfológicos y fisiológicos de modo diYerso ) complememano. El cuerpo nos coro-presentan, nos hacen entreYer la intimidad de
femenino de manera que sea un día apto a todas las funciones d_e la aquel ser que desde luego, no es la \!u1er, y esca feminidad
maternidad. El masculino, de modo que pueda desarrollar las tun- una vez advertida, rezuma sobre su cuerpo v lo feminiza. La acker-
ciones de la paternidad. La diversidad-complemencanedad cenaa es paradójica, pero me parece innegable: no es el cuerpo fe-
por tanto, a los caracteres cromosómicos (presencia de X o 1 en menino quien nos re,·ela el a/111a fi111eni11a, sino el al/Jlafemeni11a qwen
la úloma pareja de cromosomas), los caracteres endocrino-neuro- nos hace ver femenino su cuerpo»
lógicos, los fenotípicos r los fisiológicos.

6 Cf. F. Bruo:-.;ll. - BRL"'-1, G1"r(()/ogi11 tkUi11fa,,zJ11 t iW/J'aÁolu«nz.a (Socicci Edítricc: L ni- -8 J. 011.TEG.\ Y G'1.."5eT, f:/ hombrt.J i.J_grntt, o.e., 168.
Roma 1990). lbíd, 167.
370 >-!ORIZONTE VERTICAL C.11 ANTROPOLOGÍA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 37

Alexis Carrel, autor del célebre libro La incóg11ila del bo111bre, en re- ciones anómalas desde el punto de vista genérico como el Síndrome
lación con el problema femenino, escribe: «Las diferencias que exis- de Turner, en el que se tiene sólo un cromosoma X, o en el síndro-
ten entre el hombre y la mujer no provienen de la forma parocular me de Klinefelter, en el que se nene <<XA'Y». Pueden darse otros ca-
de sus órganos, de la presencia del útero, de la gestación o del modo sos como o «X...Th'Y». Como se puede comprobar empírica-
de educación. Son de naturaleza más fundamental, determinadas mente, donde está el cromosoma Y, aunque haya más X se da un
por la estrucrura misma de los tejidos r por la impregnación de todo fenotipo pre\-alentememc masculino, aunque sea anormal; en cam-
el orgarusmo de substancias químicas específicas secretadas por el cuando falca el Y el fenotipo es pre,·alentemente femenino.
ovario. La ignorancia de estos hechos fundamentales ha lle,·ado a las Existen, además, estados de intersexualidad biológica si hay discor-
promotoras del feminismo a creer que ambos sexos debían tener la dancia entre las características genéticas, gonádicas r fenotípicas del
misma educación, los mismos derechos r las mismas responsabili- se..'<o. Se pueden describir los
dades. En realidad, la mujer difiere profundamente del hombre.
Cada una de las células de su cuerpo lle\'a la marca de su sexo. Lo - Pseudohermafroditismo
mismo ocurre con sus órganos y, sobre codo, con su sistema nervio-
so. Las leyes fisiológicas son tan inexorables como las del mundo si- Hay discordancia entre las caracteristicas fenotípicas y las gonádi-
deral. pueden ser sustituidas por los deseos humanos. Estamos cas-cromosómicas; se puede dar en dos siruaciones:
obligados a aceptarlas como son» 9 . Toda la corporeidad en su mor- 1. psef1doher111afrodilislllo Jemeni110: los genicales son masculinos
fología, desde la más externa hasta la más íntima, queda marcada (más o menos diferenciados), mientras que las gónadas y el código
por la diferencia sel...-ual. cromosómico son femeninos, por ejemplo, en el caso del síndrome.
androgenital congénito;
Desde el punto de vista fisiológico, el metabolismo basal es más
bajo en la mujer desde el nacimiento; la cemperarura es inconstante, 2. psmdohermefroditismo 11Jasc11/ino: los genitales son femeninos,
dtsrmnu\·e anees de la rotura del folículo o,·árico, sufre después un pero las gónadas y el código cromosómico son masculinos. es decir.
El andar es más sutil, el ritmo flucruance. El desarrollo testiculares (síndrome de Morris o del testículo feminizanre,.
de la mujer sigue un ritmo diverso al del hombre. Alcanza la puber-
tad una media de dos años anees. La madurez sexual se acompaña - Hermafroditismo \'erdadcro
de fenómenos más intensos; la producción de óYu.los es cíclica, con Es muy raro. Hay te¡idos o\'áncos testiculares simulcineamence;
los fenómenos que hacen posible la anidación del embrión. La con- el caso más común es el que prc.senta un fenotipo pre,'aJentemenre
cepc1on y c:1 desarrollo de una nuC\-a crearura se produce en el nen- masculino, incluso con gerutales externos rudimentarios, alguna ,·ez
trc de la mu1er. durante un espacio de nueYe meses. El parto es con el acompañamiento de menstruaciones después de la pubertad,
propio de la mujer. debidas a la presencia de un útero rudimentario.
Es necesario distinguir estas diferentes anomalías, que bien pue-
c) Estados de inlersex11alidad biológica opsíq11ica den lla.rna.rse patologías clínicas, y que atañen a los componenccs
físico-biológicos del sexo, del transexuabsmo YerdaderO )' propio, }
En la sexualidad física normal armonía y concordancia entre aún más de la homosexualidad y del travestismo, que se presentan
los componentes anees mencionados. Ex.iscen, sin embargo, sicun- prevalentemente como estados intersexuales psíc¡uicos.

9 A C\RRr'1., m mcor.1111 'Pion, Paas 1935) 103-104. Tr:id.: LA inf!Í¡.nrla ti.ti !Jo,,,/irr:
ti l>tJmilr, m daro111Nü/Q. de Ruiz Ferry {Iberia. Barcelona ts¡994) 100-101.
372 HORIZONTE VERTICAL C.11. ANTROPOLOGIA DE LA SEXUAIJDAD HUMANA 373

- El transexualismo Es significativo el pasaje de El Banq11elt de Platón: <<Al inicio, eres


eran los sexos de las personas, no dos, como ahora, masculino ) fe-
El transexualismo es la siroación de inadecuación y discordancia menino, sino que había, además, un tercero que participaba de estos
entre el sexo fisico-biológico en sus componemes mencionados, y dos, cuyo nombre sobre\ive todavía, aunque él mismo ha desapare-
la tendencia psicológica que se percibe en senrido opuesto. Esta ina- cido. El andrógino, en efecto, era entonces una cosa sola en cuanto
decuación a menudo se manifiesta en forma de conflicto entre la di- a forma r nombre, que parricipaba de uno otro, de lo masculino r
mensión biológica y la psicológica. El rasgo disrinrivo del transexual lo femenino [...] Eran tres Jos sexos y de estas características, porque
es la percepción consciente de sentlr su percenencia al s.exo opuesto lo masculino era originariamente descendiente del sol, lo femenino,
al genético, endocnno, fenoópico y, ob\i.amente, tambien anagráfi- de la tierra y lo que parricipaba de ambos, de la luna, pues también la
co que posee. Este sentirse «otro» está acompañado por una ten- luna participa de uno y de otro» 11 • Pero los hombres se rebelaron
dencia a identificarse física, psíquica y culturalmente con el «otro contra los dioses y Zeus para castigarlos los cortó en dos. <<As: pues,
sexo». \ menudo la tendencia está acompañada por un comporta- una vez que fue seccionada en dos la forma original, worando cada
truenco psíqwco-sexual de tipo netamente opuesco al previsto por el WlO su propia mitad se juntaban con ella y rodeándose con las ma-
sexo anatómico. En el análisis del fenómeno transexual, el caso más nos y entrelazándose unos con otros, deseosos de unirse en una sola
frecuente sucede en personas de sexo físico masculino que psicoló- naturaleza, morían de hambre }' <le absoluta inacción, por no querer
gicamente se sienten mujeres y nenden a 1dentificarse con el sexo fe- hacer nada separados unos de otros. Y cada vez que moría una de
menino, tanto en las caracteósticas biológicas, como en las psicoló- las dos mitades }' quedaba Ja Otra, la que quedaba buscaba Otra y se
gicas y culturales. Tendencia que a menudo se asocia con el dese? enlazaba con eJla, ya se tropezara con la mitad de una mujer encera,
obscsiYo de librarse de los atributos genitales que se poseen y adqw- lo que ahora precisamente llamamos mujer, ya con la de un hombre
rir los del sexo opuesto. Si esta tendencia ) componamie;nto [... dispuso Zeus que] si en el abrazo se encontraba hombre con mu-
gan profundamente en la persona, se llega a una cierta. jer, engendraran y siguiera existiendo la especie humana, pero, si se
dad que le lleva a pedir la inten·ención quirúrgica correcava. encontraba varón con varón, hubiera, al menos. sarisfaccióo de su
contacto, descansaran, volvieran a sus trabajos y se preocuparan de
- Homosexualidad las demás cosas de la vida>> 12.
El análisis de la homosexualidad no es sencillo y muchos facrores
En la homosexualidad los aspectos de la sexualidad no se perci- concurren en ella. La cultura actual la ha colocado en el candelero
ben en sentido ambiguo y conflicm·o; a menudo se sin·e de _ellos de los medios de comunicación y de la política. La filosofía, sin em-
para la satisfacción erócico-afectiva .dirigida del bargo, no puede contentarse con la constatación del fenómeno, sino
sexo. E! homosexual no desea de .sexo, smo sunplement c¡ue tiene la tarea de hacer una reflexión seria sobre sus causas 1 La
10
tener relaciones se:-..'Uales ,. afecavas con su1etos del trusmo sexo · Primera disrinción importante que qut. hacer) nunca oh 1dar, es
Desde el pumo de \"ÍSta del análisis existencial humano, la
sexualidad es tan ancigua como el hombre. Ya la filosofía gn_ega ll
12
EJ &rtt¡11tle, 189d·l91d, en [)i4/qgOJ, o.e., llI 222. 223.
!bid., en Diálr'!,01. o.e., 111, 225. Cf. E. CAN'l'All.I r • Jn 'UÍonalJtrtL LA biu.rn11:lir.i ,,,¡mM·
intentaba darle una e>..-plicación con el famoso mico del andrógtn°· do .,,,,,A'I (BUR. .Milán 52Q06). Pan una \'isión S. P·J!Iro. lmpr0111t. Percom sJQnn t
tidi tkD'ot11tmff11aiiJa 11wrhilt (Prospcniva F.darice, C1vuavccchia 2005).
11
1o G \Ció-.: P.UA LA n. JCJ1UXA DE L' Fr, d-Jomost:.."U;di1.1ti1 probltma». Cf. G. ZL\.-.:AZ7..1, «U condizione definizionc e f:mon causa!Í». en
Obispar tk la 1¡/wJ Cató/ka rohrt IJ armtúJn pastoral a /aJ pmontU ho.1nolt>:11Jlts (1-10-1986). [)ltJ- Antropolo¡,ia msha11l1 t Ol•loru111clit11 (1.'0sscnmore Romano, Ciudad del \':1ticano
"'9 ( 1987) 543-554: cf. E. \'..wnJ..) Ro,!F.110 (ed.). Cortgrrganon paro¡,, Drxlmta iif b [y. 99i). &ra hs caus.is y consecuencias Je la homosei..-ualida.d, \"Ct también d par.igrafo s1-
mwltJs 1966-2007, o.e., 391-403 gtticnte: llDifcrcnaas el sc11.-o psíquico».
374 HORIZONTE VERTICAL C.11 ANTROPOLOGÍA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 375

la que hay entre tmdenda homosexual y co111porto11rie11tos homosexua- Kolodny afirman que «hoy la teoría genérica de la homosexualidad
Hav homose}..-uales <<no-practicantes», que rechazan la etiqueta está casi totalmente descartada» 15; r Karlen concluye que <<la reali-
de <<gap : se abstienen de ) accos homose>.."Uales: dad de los hechos demuestra cada ''ez más decisivamente que los
sin embargo. experimentan la tendencia como un as- genes no causan la homosexualidad>> 16• La razón por la que no se
pecto innegable de su psicología y personalidad. Estas personas ,;_ puede atribwr a una causa biológica la ·endencia homosexual se en-
ven una profunda cfü;sión entre los valores en los que creen y sus cuentra en el hecho de que la biología no tiene una influencia deter-
tendencias sexuales. El otro grupo son los homosexuales «practi- mina.me en el comportamiento moral. Se puede admitir la existencia
cantes», los que se reconocen gay, vfren como practican.actos de algunos faccores fisiológicos que pueden predisponer a carencias
homosexuales, y reivindican para esre comportamiento r esnlo de sexuales, y en consecuencia a la homosexualidad, pero no de facto-
\•ida un reconocimiento de paridad con el heterosexual, incluso en res predeterminados y mucho menos del «gen de la homosexuali-
el plano jurídico del matrimonio. este grup? se ..rata de ,;,ir dad>>. Por lo demás, atribuir la homosexualidad a causas biológicas
hacer valer una identidad socio-polítlC!l } un estilo de vida homose- sería una «condena sin apelación» para la persona homose}\.-ual. por-
xual, típicamente representado en los «días del orgullo ga}')>. que le impediría esperar en la posibilidad de un cambio y bloquearía
análisis que sigue, dejo de lado el segundo grupo, porque su cualquier intento de crecimiento r recuperación.
excede el propósito de este trabajo, y tiene de apo
Superando la explicación biológica de la homosexualidad, ha}
psicológico, social, político, ideológico, ec?nóm1co, etc.,
que reconocer la influencia causal de factores psicológicos y socia-
curren en su práctica y difusión. Más pertinente es la clanhcac1on
les. Ya en la segunda mitad del siglo pasado Perloff afumaba que «la
del primer grupo, es decir: ¿cómo explicar la tmdmdo homosexual?
homosexualidad es un fenómeno puramente psicológico que no de-
En la comprension de la hay qu_e en pende en manera alguna de la estructura hormonal, ni puede modi-
cuenta los diversos aspectos rmplicados: b1ologico, so-
ficarse con sustancias endocnnas» 1-. Posteriormente, Hoult en
ciológico. Desde el punto de vista biológico, análisis de
1984 expresó con claridad que <<los estudiosos del comportamiento
los datos c1enrificos revela que los factores geneticos y
que siguen un planteamiento social en la explicación de los compor-
no desempeñan un papei determinante en el desarrollo homose-
tamientos sexuales humanos, trabajan sobre un terreno más seguro
xual, si bien puede haber algunos factores
gue e. del modelo biológico» ' 8• Entre las posibles causas de la ho-
Queda ciertamente excluido el factor hereditano: un
mosexualidad, la psicológica -falca de identidad sexual- parece
hormonal podría tener cierto influjo. pero éste, en caso.
jugar un papel de primera importancia. Para psicólogos y educado-
será mírumo. Aunque algún investigador homosexual intenta toda-
res un hecho es patente: resulta decisiYo r muy importante que el
vía demostrar lo contrario, estudiosos como Johnson Y
niño o la niña encuentre su identidad sexual y se identifique con ella
:\quf hablamos de la tendencia hornos=!. C( 'ter J. T/xnzpJ ef ' J:! en los primeros años de la infancia. Lna falta de realización en este
Hoo1oux11.i/ll'j. J'I J.'\e11· Cfim..,/Apprwcb (JJSOn Aronson Inc., 'ordw;ilc: 199); In, _L.
'"""-"1111/í!J. Giit Stona flf &p.mditl' Oason 199.>);J NICO Gro\"1: 15
2 \V. M.AsrnRS - \: Jo1r.-;so!\ - R. Kot.0D!'\), H11111a11 .fexi1ali!J (Llrrlc, Brown & Co., Boston
'-1« ws1, A Portt1ti G¡¡;Jj f(I Prrm1t111g (Inrci:\ mu.y !llll di 1985) 411.
16
20I 12 • Aconse¡o viv:amcruc b lccruni ck los libro!> <le '-'tcolm1, me han sc:n1 t;lés A. K.\Ril.r-:, Sr.\.11alio and 1Jo,,,ott.'\71aú!J. -l \t.., Vit11 ·("'. W. Korton, Nueva York 1971)
ta redacción de csLC parágrafo. G. V!I..." DE:'! AARD\TI:.G. PlllÍ1fopt. A 337.
.1bo11t tm:f111(flf und .-b.mgr ('Scn':lllt Books. \no .-\rbor 1985). Trad.: .r U - r PERI.OFF, «Hormones and Homo,cinulít}"• en J- (cd.), St:XNai ln1.VrsiM
Tm:pio J mratiM m /11 de 11n p.rkO/,o¡.17 (Eun5a. Pamplona S. CBasic
18
Boo1c;, York 1965) 68.
delf.mnrr. OntOJmNJlitii t tillz rrirtiana (Cittl Nuov:i., Roma 2002); Ar\.\'\., · j¡rtro, T. Hon.T, uHynun Sexualil) in BíologicaJ en J. D.E CECCO - SHJVEinY
u1110JUJJ1alrtO. o.e. Por lo que toea :i la wlota00n mor.ti dd compon:uruc:mo homOS ualdll· cds.), Bis=aJ anti Ho11r01co.·11al /Jmtitirr. Cntir,;/1"htorr1ir,1/ lm1a (Haworth Prcss, Nueva York
m.is :idc:bntc en c.ipírulo cl parágrafo sobre <&xu:ilidad y morales so. 1
984) 137; G. Zu..\.-.:AZZI, ..I..2 condi7.lonc omoscssll2le: dc:finizionc e fattori causali.11, a.c.
376 HORIZONTE VERTICAL C.11 . ANTROPOLOGÍA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 377

campo no quedará sin gra\•es consecuencias. En el homosexual dor, un amigo de familia, etc.; pero cuando este impulso se fruscra,
resultan e·1dentes las carencias de identidad sexual. La identidad la tendencia homosexual emerge como «esfuerzo reparador» 21' En
sexual sustancial se conserra intacta -y en esto se distingue del los consultorios de psicología y en los centros de atención espeaali-
transexual-, pero ha) una percepción subje[h·a de incompleta zada, se ha constatado que una actitud macema hiperprotectora, un
idennficaoón sexual que repercucc en la psicología de la persona. excesrvo autoritarismo paterno, conflictos encre padre-hijo -inclu-
Esta carencia de ideoudad sexual se refiere 'l una situación interior so inconscientes- no resueltos, la ausencia paterna no sustituida
asincrónica en relación con el propio sexo, que hace percibir su ina- p or otra figura masculina, pueden ser Jos principales factores en eJ
decuación en ia expresión del propio yo. Dicha inadecuación se ma- despertar de la tendencia homosexual.
rufiesta sobre todo en la psicología y en la personalidad, y no nece- Esta perspecava e\•idencia que «el p1anteamiemo determinista»
sariamente se hace explícita en rasgos de afeminamiento o masculini- de la homosexualidad, según el cual se nace homose.ntal v no hav
dad. Hay homosexuales masculinos fuertemenete viriles ) lesbianas .nada que hacer, puede ser...superado por «el planteamienro
marcadamente femeninas. Por eso esta carencia es más mtcrior tut:ivo» basado en la recuperación de la identidad sexual. La recupe-
psicológica que exterior; es más una psicológica que ración de las relaciones familiares auténticas, la autoaceptación y la
una inadecuación social a un cierto modc:lo cultural de masculinidad eliminación de los sentimientos de culpa. el cultivo de una sana
o feminidad. Para decirlo con otras palabras, no es el rol c:ocial el auroestima. el desarrollo de buenas amisr.adec:, son elementos fun-
que crea la tendencia homosexual, smo es la tendencia misma. origi- damentales en este planteamiento 21 • Reconstruir se puede, sobre
nada por .a c.'lrencia de identidad sexual, la que puede inclinar a la rodo, cuando la persona coma conciencia de que esto no es una fata-
persona hacia ciertos ro1es o funciones sooales. lidad determinista que atenaza, sino un camino abierto.
La carencia de idenndad sexual es frecuentemente un problema
- El travesrismo
del desarrollo, ligado a relacrones familiares problemáticas entre
padre e hijo y entre madre e hija. la relación con el padre EJ ttavesrismo, como tendencia, es un síndrome en el que no hay
fracasa, el niño no alcanza a 1menorizar completamenre la identidad deseo profundo de cambiar de sexo, sino simplemente se ha instau-
sexual masculina y llega a ser homosexual. l ste es el modelo clínico rado la necesidad ps1quica de vestir indumentarias del otro sexo,
más común» 19• Dicho así, parece que toda relación falli<la entre pa- como condición necesana para alcanzar la excitaoón sexual; la rela-
dre e hijo conduce necesariamente '.l la homosexualidad, mientras la ción sexual se dirige hacia sujetos del sexo opuesto, a menos que se
realidad de los hl:chos nos muestra situaciones de conflicto que no dé también un planteamiento homosexual.
han generado esta tendencia. Parece, además, que la causa primaria
de la homosexualidad masculina no es tamo el conflicto o la ausen-
d) Difermda..r p.ríq11icas: el sexo psíq1tico
cia de la figura paterna, cuanto la incapacidad del niño para
carse con la propia sexualidad masculina a causa de un rechazo Las diferencias anatómicas y fisiológicas profundamente ligadas a
cológico-emotivo hacia --o por parte de- una figura la constitución masculina o femenina, r.o pueden no influir en la
importante.. i\11encras el niño sea recepnYo hacia la influencia vida psíquica del hombre y de la mujer .:i. La sexualidad humana ha
culin.a, el conflicto o la ausencia de la figura paterna puede ser suso-
20
cuida por otros ,·arones, como un hermano mayor, el óo, el educa- 21
E. .\loaEJU.\, Ho1J1tm:>.'1taÍi!J. A Nt11· Cbrütio11 EtbK (Ame Prcss. Grecnwood 1983) .X.
Por lo que toca al a5pccto érico, ,.éase más :ldcl:unc en este c:ipirulo d pacigrafo sobre
«Scxua!idid \"desórdenes morales sc:xw.les».
l? J. Rlpr.nz111v Tlxrup; of Mak o.e.. 29. z.:? Cf. T. \'i:c.oa - Z. CAn-..-..:t;Q, JJ/t diffmnZ! 1tJS11Cfi (Carocci. Rorm 2006).
378 HORIZONTE VERTICAL C.11 . ANTROPOLOGIA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 379

sido siempre un tema controYertido en sus interpretaciones ) expli- dad sexual de los seres humanos 23• La propuesta contempla cinco
caciones. Ho} en día, esca controversia se ha r:res pa- géneros: masculino, femenino, hermafrodita, homose.xual, transe-
radigmas para explicar la relación Ja se::-..-wilida_d b1ol?gt°: la xual. Los representantes de esca ideología 24 afuman que las diferen-
sexualidad psiquica de la persona, o dicho con termmologia mas en cias entre hombre y mujer, aparte de las obvias características anató-
boga, entre sexo y género. Estos tres lugar a ten- micas, no corresponden a una naturaleza fija que haga a algunos
dencias y planteamientos a menudo opuestos entre. s1. Los tres pa- seres humanos masculinos y otros femeninos. Sostienen, por el
radigmas son: primero: identidad entre sexo y segundo: contrario, que las diferencias en el modo de pensar y actuar son
separación e independencia; tercero: complementanedad en la producto de culturas y épocas determinadas; sería el ambience
diferencia. socio-cultural el que asigna a Jas personas caracteristicas específicas
sobre la base de conveniencias de las estructuras de dicha cultura.
-Primer paradigma: identidad sexo/género «Aunque muchos creen que el hombre y la mujer son la expresión
natural de un plano genético, el género se produce por la cultura y
Se puede decir que este primer paradigma percenece más al pasa- por el pensamiento humano, es una construcción social que crea la
do que al presente, al menos en la cultura occidental. verdadera naturaleza de cada individuo» 25. <<El género es una cons-
tidad entre sexo y género, por lo que el aspecto cromosom.tco y bio- trucción cultural; en consecuencia, no es el resultado casual rlel
lógico determina la dimensión y cultural la persona. El se..xo. ni tan fijo como éste [...]. Al decir que el género es una cons-
sexo masculino corresponde in tofo al genero masculino, y el sexo fe- trucción radicalmente independiente del sexo, el género mismo es un
menino al género femenino. Los sexos, y también_ los artificio libre de cualquier vínculo; en consecuencia hombre v mascu-
n<.:ros, son diferentes y desiguaJes. Se da infenor1dad, subordmaaon lino podrían significar tanto un cuerpo femenino como mas-
y dependencia del sexo/género .al A cada culino; mujer y femenino, tantc un cuerpo masculino como uno fe-
se.xo/género corresponden, por determmaaon b1ologtca, unas _fun- menino» 26• Ambos son naturales. La masculinidad .. la femm.idad
ciones sociales y unos comportamientos culturales, que son fi1os e no derinm en modo alguno de rorma natural del sexo b10lógico.
invariables. Esto hace que, con independencia del sexo, los individuos puedan
idenáficarse y manifestarse en uno o más de los cinco generos.. sin
- Segundo paradigma: separación e independencia que de ello se deban inferir anomalías. Todos son estados normales
sexo/género: la ideología de género de la sexualidad y orientacic>n sexual.
Si el género es una construcción cultural raclicalmeme independiente
El segundo paradigma caracteriza la cultura O:ci- del sexo, d objetivo de la ideología de género será eliminar la bipolari-
dental actual. Presenta una separación tan radical entre sexo Ygene-
dad sexual: <<l..a meta no es sólo la de terminar con el privilegio mas-
ro, que ha llevado a muchos estudiosos a denominarlo de
culino, sino con la distinción sex-ual: las diferencias genitales no áe-
género». Hay una separación y una independencia enrre la dimen-
sión biológica y la psíquico-cultural de la persona, por lo que se 23
M. SaiOOYA.\;S, L 'Ér<1n¡jk fatt '"' áis(ITtÍrr 111i;ndí11/ (Fayard. París 1997 c.2.
de decidir la propia idenridad sexual, y a qué género pertenecer, in- LC<:A!t LuCAS, o f:un1ha en el tercer milcruo? El punto de rista ancro-
pologicoi., en AA W., Lr familia: rot1111nidaá át 1'itla y rdJ..:acló11. Arlas lkl Ctmgre.so 1"ltrt1aao11al
dependientemente del sexo biológico que se posea. La ideología de Edli"'1fiQ",f11n1ili11y &iáao (Uoivcr.;id;id Católica San Amonio, Murcia 2001) 47ss.
género se ha presentado en los últimos años como la propuesta para Bi L Gru1Ell - P. «The of Fcminity», en Gmkr Dfferrnas: SixW/tJy or
a la de género, 41. .. • . .
Pasar de la dualidad se.A-u.al (masculino/femenino) l J. Bun.a, Gmder 1ru11blt. r"tl!rznum 1111á tht S111Mnw11 f>j lámlT!J (Roudcdgc, York
labra que esconde una ideologta que mtenca abandonar 1a b"1poJari-
, . <}()()) 6.
380 liORIZONTE VERTICAL C.11 . ANTROPOLOGIA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 381

nen importancia culturah> n. Esca ideología intenta suprimir la por parre del sexo masculino» 30• Está claro que algunos promocores
diferencia natural entre hombre y mujer y afumar que no existe una •; defensores de la ideología de género se encuentran en ambientes
«for ma natural» masculina o femenina. Suprimiendo la forma natu- Íiberales alejados de concepciones y visiones marxistas de la histo-
ral de la sexualidad se intenta llegar a la plena liberación sexual en la ria; pero es también verdad que son más bien raras las posiciones
que todos los géneros son iguales, es son modos de compor- marxistas que no les ofrecen su apoyo.
tamiento sexual. Cada uno puede elegir el tipo de género al que de-
sea pertenecer, y el Estado debe dar el reconocimiento jurídico de Ja
- Tercer paradigma: complemeotariedad en la diferencia
igualdad de rodos los géneros: heterosexuales, homosexuales, bise- sexo/género
xuales. «Desde el momento en que las diferencias entre hombre y
mujer deben abolirse, la masculinidad o feminidad, que son propias Los sexos son diferentes: masculino y femenino, pero comple-
de cada ser humano, no tienen ya nada que expresar respecto de la mentarios. Las diferencias no tocan solamente la dimensión biológi-
persona» 28• ca, sino también la psíquica y culrural. Esta diferencia, sin embargo,
Otro objetivo, junto con la liberación sexual, es la instauración de se da en una igualdad de dignidad y derechos derivados de la misma
la pluralidad de formas de familia, y la consecuente reestructuración naturaleza humana. Entre los sexos se da interdependencia, corres-
-o incluso destrucción- de la familia natural. <<El final de la fami- pondencia, corresponsabilidad y complementariedad. Esro es lo
lia biológica eliminará también la necesidad de la represión se>.-ual. que quiero desarrollar a continuación; dicha exposición nos permi-
La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones fuera tirá hacer también una valoración crítica del primero r del segundo
del matrimonio, ya no se verán como opciones anormales [...]. La paradigmas.
humanidad podrá retornar a su sexualidad polimorfa natural [...].
La destrucción de la familia biológica, que Freud no vislumbró nun- - D ualidad e identidad sexual entre naturaleza y cultura
ca, permitirá el surgir de mujeres y hombres nuevoS>> 29•
Las raíces de la ideología de género pueden reconducirse a una La diferencia Se>."Ual entre hombre y mujer no es un simple dato
interpretación neoma.rxista de la historia. El sexo implica clase, la biológico sino que toca también la dimensión psíquica y expresa la
clase presupone desigualdad, la desigualdad genera alienación y dis- apertura de roda la persona hacia el orro. Las diferencias psíquicas
criminación. No me parece aventurado decir que Friedrich Engels se pueden deducir de la íntima relación que existe entre el espíritu y
estableció los fundamentos de la ideología de género cuando en su el organismo biológico informado por él El ser humano no es un
libro El origen la far11ilia. la propiedad) el Estado escribió: «El primer d ualismo espíritu-materia, sino una unidad, y existe una interacción
contraste de clase de la historia coincide con el desarrollo del con- entre la dimensión biológica y la psicológica. La diferenciación se-
rraste entre el hombre y la mujer unidos en el matrimonio monóga- asume en el hombre y en la mujer una peculiar originalidad en
mo, y la primera forma de opresión de clase es la del sexo femenino cuanto que se es varón o mujer, en una dimensión y en un ru\Tel di-
Yerso que el de los animales: la feminidad y la masculinidad de la
r S. fllll:SIO?-.C.. Tbe D1<1kdk ef Stx fBantam Books, Yoi:k 1970) 12. persona, precisamente porque se e"--presa en y por el cuerpo, lleva
22 S<°.HOOYA?-;S. L'És'an¡jk jíur 011daorrl"111011diul. o.e.
Eso discusión fue acogida por b
0::-.0lJ en 1995 en d ámbico de la Conferencia ,;\fundial sobre la Mujer tenida en Beijing. El la densidad y la vitalidad de todo el ser, espíritu y materia. No se tie-
autor h2 estudiado la influcnci3 de esta ideología en los org:mismos intemacion:úes más .ti· ne un cuerpo sexuado, sino que la persona humana es sexuada.
tos, como L', UXESCO. CE tambierl! l i D. Vu....-Co.11.0, L:t bioétita m la tntl"llrijada. Jo:-Jlj·
lidad, aúortu, etila1WJÍ11 (Dykinson, 2003 53-54. ,
29
A JloGGE&. <J>olitical Philosophies of \Vomen's l..iberaciotllt, en AA. Ftflfinimr ª"ª 30 F. E...-.:Gli.l.S, Der Urspn111¡, dn- Familit, dn Primtzigmll;ums und tks Stuals (Dietz, Snmgart
Philo10Jll!J (Lnleficld. Amms and Co., Totowa, !'J 19Ti') 13-14. 1894) 52.
HORIZONTE VERTICAL L. t 1. AN 1KUPOl.OOIA IJE LA SEXUALIDAD HUMANA
382 383

La unid.'l.d de la persona, desde el punto de vista biológico, depen- ha visto en el parágrafo precedente, a la cancelación de toda diferen-
de primariamente de las glándulas endocrinas que producen las cia masculina y femenina, y a la propuesta de la «ideología de géne-
hormonas y del sistema nervioso; el sistema nervioso dirige y contro- ro» y de lo «wusex» no solamente en el vestido, sino también en la
la el de los órganos. Esta diferenciación endocrina Yisión del hombre. Aun sin desconocer las diferencias biológicas
influve en la totalidad del indh;duo. La diferenciación no se limita a entre los dos sexos, la sexualidad fundamental queda reducida a una
caracteósticas biológicas, sino que marca en profundidad y en cuestión de cultura } a una elección de la persona. De este modo, <da
el tiempo a toda la persona. Es el espíritu y el yo personal lo que es feminidad, la masculinidad, la heterose2'.-ua.lidad, no serian, de he-
hombre o mujer y no solamente el cuerpo, precisamente porque es el cho, estados de naturaleza, sino "roles artificiales", ni defininvos ni
espíritu lo que anima, informa y hace vivir la corporeidad propiamen- determinados. Cada inruviduo debe sentirse, entonces, libre para es-
te humana. Por eso, h persona no solamente lienP un sexo determina- coger su propia orientación sexual: masculina, femenina,
do, sino que es hombre o mujer, } su vocación personal en el mundo homose.'<ual varón y homosexual mujer. Una lectura gravemente
no p :xirá realizarse armónicamente sino aceptando y valorando este distorsionada y una tentativa para introducir en la "normalidad"
determinado y concreto modo de ser. También la se.xualidad tiene, cambién situaciones de dcsonentación sexual, cancelando la insupri-
por tanto, su carga emocional } su mundo psicológico. mible especificidad de lo masculino v de lo femenino» JJ.
Al&\mos psicólogos, a partir del psiquismo, } además del psiqws- Me parece evidente que en las posiciones tan extremas antes des-
mo inconsc1ente, han querido interpretar todos los comportamien- cótas, hay una verdadera y propia «ideología de género» y se termina
tos humanos ) sociales en una visión totalizadora llamada pan- por no tomar en seria consideración v perder de visea la inter:relaaón
sexualismo 31• En esta visión, la sexualidad se considera como una entre naturaleza y cultura, las cuales no deben nunca oponerse ru ab-
energía arrolladora e instintiva que derermma toda la actividad hu- solutizarse unívocamente. En efecto, la exasperación de la relación
mana; es una fuerza originaria, de carácter biopsíquico, que tiene sus entre naturaleza y cultura y la instauración del nuevo pensanuento fe-
ratees en el inconsciente v determina codas las expresiones del hom- minista han lle\·ado a considerar irrelevantes las diferencias biológi-
bre. Según esta visión de. Freucl no es la persona la que se expresa -i co-sexuales y a rechazar el sexo como realidad ya dada, para preferir
traves de la st:xualidad. sino que es la se.xualidad la que determina la el «género» o mejor <<los géneros», que se expresan en las cl.i...'ersas
persona con las pulsiones vinculadas al inconsciente y a los meca- cipologias formas sexuales. Clarnmente. en esca perspectiva todo
nismos de defensa· sublimación, represión, fuga, agresividad, com- resulta licito, y cambien las desviaciones r perYersiones se>..-uales se
plejos, etc. El neofreudismo de Wilhelm Retch 32 ve la convierten en un modo legítimo de expresar la propia sexualidad.
como un evento puramente biológico que \'a de l.'l. tensión -bus- Contraponer «naturaleza>> a «cultura» es anacrónico. bien habría
queda del placer- a la distensión - satisfacción del placer-. que considerar la influencia de ambas sobre la identidad de la persona
En tiempos más recientes, a partir de la que se ha llamado <<re,·o- y sobre cada comportamiento humano particular. Como bien reco-
lución sex-uab>, la sexualidad se encuencra en la ambigüedad de ser noce G. Boiardi, <<la identidad psico-sexual del hombre y de la mujer,
considerada un evento puramente biológico o un hecho puramente está ciertamente construida sobre raíces genéncas, pero no se vive en
cultural, fruto de una elección personal y social. Se llega así, como se plenitud, si no es sobre puntos de interferencia de las longitudes de
onda que provienen de la naturale-¿a y de la
l S F1umn, Abri.11 án- J>!J'hour:a!JY: das Unbth.igm in dtr KM/t11r, en Gesa1111,ul11 Wtrkf. >,.'Vil
(lmig" Publishing. Londres 1946) 63ss. Trad.: ÚlfljJtndio de psitoa11Jlisis, Obnss 'º'!?kJ.lJ.
XIX \'crs. de L Lópcz Ballesreros (Orbis, Barcelona 1988J. Cí. wnbién: In, Úbtr fib',b.OJ! . ". E. ScRU·aA - ,\. SPAG11;01 n - M. L 01 Pnmt.o (cds..), .\LtnMOk pi Jiplo111i 111:irrr-
1ztan ckJla sonitá (Vita e Milán 1999) .315.
1jt> 11. en Gtrlll1111u/J( Wrnl:r, XIV (Fischcr, Fcincfort "1968) 507-513. _ 34
'"' Cf. W: Rr:.11..lf, Dir So..-1ifiil im KJJh,rúmp/ (Sapo! \'crl.ig. Copcnh2¡;Uc 19.>6). G. BotA!tDI, «Sessualiu e ícmminik tta nuura e culcura», 14.
384 HORIZONff VERl lCAl C. l 1 ANTROPOLOGIA DE lA SEXUALIDAD HUN\ANA 385

Hay que evitar Yisiones excesi,·as como las señaladas ames; sin distinguir lo que depende de la modalidad masculina o femenina
embargo, no se puede negar que la vitalidad psíqmca enriquece, fundamental, y lo que en cambio ,,.¡ene de la cultura ..,_ Es importan-
condiciona \ d.ramaciza también la vida sexual ) viceversa. También te establecer d origen cultural de algunas características, pero lo que
en el psiquismo, como en la corporeidad, se hace viva la diferencia- cuenta. sobre todo, es saber que existe una diferenciación psicológi-
ción de los sexos y su atracción recíproca. Si la masculinidad y femi- ca ligada a la personalidad masculina y femenina, que también gene-
nidad quedaran reducidas al solo dato biologico, su concepto debe- ra y se expresa en formas culru.rales. y que no debe tomarse como
ría ser idéntico en todas las culturas; por otra parte, si se redujera al pretexto para que uno domine y se imponga al otro.
solo hecho psíquico y culru.ral, nos encontraríamos ame una reali- De todo esto y de lo que coda,·ía se dirá. aparece claro que bs di-
dad demasiado heterogénea 3<. Por eso, en fuerza de la unidad ferencias psicológicas no se pueden anular o atribwr completamen-
psico-fisica de la persona, se puede afirmar que masculinidad y fe- te a las influencias socio-culturales 3 . No es la culru.ra la que por sí
minidad son el resultado de la naruraleza humana, que no es sola- sola constituye la diferente psicologia hombre-mujer. La cultura
mente biológica, sino también psíquica y espirirual. El hombre no es puede ciertamente influir en acenruar cienos roles e inducir ciertos
solamenre un ser natural, sino también culrural. pre1waos r falsas sensibilidades (hombre activo/rnu¡er pasl\ a;
;\o hay duda de que la cultura puede presentar como característi- hombre fuerte/ mujer débil...), pero no en crear la psicología mascu-
lina o femenina. La educación, el ambiente, la cultura pueden influu.
cas propias de la masculinidad o feminidad datos que son mas bien
modificando, me¡orando o deformando, pero en general no crean y
el resultado de un contexto educaóvo, social, e histórico mudable;
no transforman completamente la personalidad 39• Hay indudable-
en este senttdo, la cultura occidental -de la que estamos hablan-
mente características diversas entre hombre ) muier; no se trata de
do-, sobre todo desde la última etapa de la Edad \ f edia r el Rena-
un factor puramente culrural, sino que oene un fundamento bioló-
cimiento, no ha favoreodo mucho a la mujer 36• Puede no ser facil
gico }' consriruye una especificidad sexual. Es aerto que se pueden
35 Un().de lo.< más de b. e •mane wtr0pológica que COllSl· dar conflictos y dificultades entre }a sexualidad biológica y la psico-
dera estas di ferCfloas como d solo resultado de h culrura. c> S. de Bc2uvoir. He aquí la 5Ín· lógica, no sólo en el desarrollo, sino 'erdaderas y profundas anoma-
tesis de SU posición.: e._'\o SC IUCC mujer: SC llega a serlo. "\1ngún ciestino bioJ6gico. psíquico,
económico define b. mugen que reviste en el seno de b sooabd la hembra humana; el con-
¡unto de b. civilinción elabora esre producro.-»: u dntxztt11t so.:r, 11 tG:allinurd, París 1949)
13. Trad.: El stg1111d11 sr.>.u Va.,. de A. (Cárcdr¿, Madrid 2002) 13. . . el placer, CQflC\lbmas para ac:u- bien atcnJiJv), p:ua leguimos•.
36 Hesíodo, pnmcr dd periodo poswcaico, poct:a. tcónco e hisrorudor lcs tiene posiciones parcdda.s: AJUsTóniJ..Es, Poli11m l. 12-13; Ío., ÉÍÑo 11 ;.'\·1.li111aa;, VIII, 12,
del mWl<lo de lm dioses (f"ºii'"i.JJ. nos ha dejado un documento precoso sobre la vida de 11 los las cosas no han mtjor:ado. Es sabido que la cspccuhcióo
Greca en Los Jn;ba¡ory lor dus. Sus =cos, reflejo de la culrura gncga de b Epoa, muem:an atribuÍ;;i a mujer un papel puramente pasfro y de inferioridad. mcluso en b. pro-
uru acenruadl CÜ>criminaáón e indll50 desprecio de l:a mujer. 41Y f.lcusJ a cauu de fue- crC2.C1on, ya que b da e1 y 12 mu1er sólo b rcol>c. El v:u:ón deberla producu:
go (el que Prome1co robó para los hombres], los hirió con una prona calamidad. [.-J una normalmcncc orro V2ron, pero arodcmalmentc cuando esm no sucede, nace la mujcx, que
casta \-irgcn (... ¡ herm05a calamidad[-.] fatal ¡no los hombres. Porque de ella es de quien es un (homo ámi11111tus: mas También d ane. reflejo de la
procede la raza de las mujeres hembras, la mis nza de mujeres, el mis crud mcnalidad de wu época. ha rt."COgido esta idea como en esms versos de ópcr:c •U mu:cr e)
que cimce entre 10$ hombres mortales {.-J así, Zcus que truena en las alturas dio esas mu¡c- \"Oluble como pluma al ,;enro., c:imbia de id<'lls y de pensamiento. Su rosrro am:ible y cnc:m-
2 hombri..-s mortales, tsllS mujeres que nrl hacen más t¡ue dañM: H ESIOOO. t:ador, en la ñsa como en d llanto, es siempre cng:iñom. ¡Pobre dd que conffa en elb, >
560-605 en un mismo volumen con Lis trabaJOl.J lor días (Porrüa, :\téxico 1?81)). le cmn:ga, 1ncauro, el coraión! ¡Y sin nadie se sienu: plcruunc:nce feliz si de _,u seno
En c:su última obra dice: «No seduzca ru cspí.ntu con su dulce charla h mu1cr 1-·I no .!?ebc el amor! La mu1er es voluble......: G. \'i:RDI, RÍ!f'll1to, acto Ul, escena 2.
tu de mujer se Ha del l.arlróllJt (p.373· rS); «procura tener un.1 Cl!':l, una mu1cr. un , Cf. G. ZNr PhtÚJJ!JfJhu tkr Gt1dilt1hlrr: tÍ4I &"11itr ,.,,¿ (lds Ab"'lult u11 Gmbltrh-
buey de labor' una soltera que siga a bueyes- (p.405). La murer escabJ ler-Prob!tm, en Gtsanrla111gabt. XI\' {Suhrkam(\ Fráncfort 1996) 219-255; ÍD., Zllr Phikuophit
relegada al no participaba en la ..;da pública ru en los fastos de la Vlda Cw· <kr KH/Jur: lf'tiblkht /V¡/111r. en 1b1d., 4!"l-459.
daba sólo a !Js hi)Jii (los se confian a los pedagogos )" podornbos). 5c º CL\. Au.:;-BELLO A. \f. Pr:u.ULLA (eds.), oaidmfl. &ligio11i. ltltt-
máquma para hacer hijos y custodiar la. 015:1.. Grecia, tan rdini1.fa cultur:llmcnre. es d UJJ,ICO '"111Ta, rloria, '1lll11ra (Citta '°\;uova F..diuicc:, Roma 2005).
país que indica conscicmemcotc a la mujer con una palabra neutra (.lo lo que CUl- 39
CT V. /1 rklla ri1t1 (F..d1trice Roma 1982) 19/s$; G. Bo1AJU)1
d;¡ la c:isa), Demóstenes, d gran orador hwnanist:i.. llcga a decir: «Tenemos conc5a03S pAfll ocScssual.ici maschile e femrrumle era natura e cultura:.>, a.c., 12-24. '
386 HORIZONTE VERTICAL C.11. ANTROPOLOGlA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 387

l.ias de la psique que no acepta el sexo físico y se apela a la sexualidad la educación, el ambiente familiar, las amisrades, etc. Se realiza así
psíqwca para cambiar la fisica 4ú, lo que confirma el razonamiento una co-presencia y una interacción que hace del individuo sexuado
sobre el fundamento biológico, y no sólo cultural, de las característi- -macho o hembra- un mdiv:iduo sexual -varón o mujer-. Para
cas específicas. Boiardi, la identidad biológica («. \cepta lo que eres») debe hacerse
Por otra parte, incluso en el caso de las características que depen- idenádad psicológica («Llega a ser lo que eres» y finalmenrc 1dena-
den esrnctamente de una forma cultural, esto no significa que carez- dad lo que no eres»), en el sentido de que los
can de valor. Todas las culturas tienen una ru\'lsión de roles y tareas dos ordenes de 1denttdad -masculino " femenino-- deben saber
más o menos acentuada. La alteridad, la complememariedad, la estar en relaaon -'1. ·

orientación del uno al otro en el respeto recíproco constituye un va- La correcta asignación del sexo anagráfico, que se yerifica en el
lor culrural positivo. Lo que es necesario eliminar no son las diferen- momento del nacimienco, es muy importante porque condiciona
ciaciones v divisiones de roles, sino la discriminación que pueden profundamente no sólo la vida del niño, stno también el comporca-
provocar. Es necesano además decir que el término «rol» discors10- rmento de las personas que estarán en contacto con él, especial-
na el problema. El <crol» se define como la representación teatral, mente los padres. Es evidente que los padres «en el nacimiento
cinematográfica... que uca persona, vestida de modo especial, e inmediatamenre después aswnen una actitud organizan
desarrolla conforme a un guión escrito. El uso del término <<rol» estímulos ambienrale!': rliw·rc;m de acuerdo con el sexo» 4 2 del propio
transmite necesariamente la sensación de algo artificial impuesto a niño. Por tanto, su función es fundamental para determinar la psico-
la persona. Al contrario, si <<rob> se sustituye por otros témunos logía y el comporr.amiento deJ niño \' esrao llamados a dar señales
como «vocación», se manifiesta que hay realidades que no son ni claras y no equívocas o negativas, para permittrle una adecua.da
pueden ser ,;vidas como <croles». Yocación ind.tca algo autentico, no identificación con el propio sexo ) una neta diferenciación con el
artificial, una llamada a ser lo que se es. Éste es el sentido de la voca- otro. El niño comienza a desarrc Uar la propia identidad psíquica so-
ción femeruna a la maternidad, porque la maternidad no es un <<rob>. bre todo a traYés de las relaciones con los padres y aprende a con-
Cuando la madre concibe al hijo, comienza una relación con él que formarse con los modelos de hombre y mujer tomados principal-
dura toda la \ida. Esta relación define a la mujer-madre, le plantea sus padres. Según J. <d\ uestra identidad no puede
responsabilidades y toca toda su vidn. No representa el rol de en m;.sculina o femenina en ausencia del estímulo so-
madre·' es una madre. La cultura ciertamente mflu\·e cial así como la gónada indiferenciada de la cual coma inicio nuestra
. en el modo en vida no podria haberse transformado en tesóculos o en ovarios sm
que la mujer cump1e sus responsabilidades maternas; las expresio-
nes ) formas culturales en esto son diferemes, pero la cultura el estímulo de los cromosomas X o Y» .n. Hov, la mayor parte de los
no crea madres. estudiosos consideran que la interacción entre oaruraleza ,\ cultura,
Todas estas razones nos permiten subrayar la concurrencia del encre facrores biológicos ) ps1co-soc1ales, contribuye a la estructura-
factor biológico, del factor psíquico y de la influencia cultural en la ción de la identidad, incluso cuando no se conoce bien cuál es el
especificación de la sexualidad humana. Aunque sea innegable que equilibrio entre los unos y los otros.
el ongen y Ja orientacion de la se}..-ualidad están inscritos en el
G. ..Scssualici e fommini.l c e a.c.. 1 2-24.
biológico, se debe también reconocer que en su maduración r ma.n1- L :\!Ac:.wo, illalla programm:u.1onc maschio-tcmmina alla tormaziooe della coscicn-
festac1on intervienen factores de tipo psicológico ) socio-cultural: za scssualo.: Rimta dJ Sm110/q¡,14 4 ( 1980/ 11) 60.
43
J. Mo:-.u - P. T l 'CKER, Eurn 11G1110 UJtrt tkw:a. U110 fllldio suJl'iómtita Jigtmrr (Feh:rinelll
.Milin 1989) -2--_,, Póng.a'e en rcución este d:ito con lo que S< ha dicho aruenormentc
<l(I Cf. F. C...:.IAG'-'ET, tk fJ!qr IfXf J¡¡ rorps (Le Ccnrurion, Paris 1981). bre el origen de la tendenci:i homosl"ltllal.
388 HORIZONTE VERTICAL C.11 ANTROPOLOGiA DE LA SEXUA!.IDAD HUMANA 389

La identidad sexual es, por tanto y al mismo tiempo, un hecho de la mujer más inruiriva, se encontrarán también hombres mu\• inruiti-
naruraleza v de cultura. Angelo Serra, generista, en un estudio sobre. ,·os mu) racionales.' Hecha esta premisa, desde d punto
el cerna afuma: <<En realidad, en un análisis completo de la naturale- de se puede ciue en la masculinidad está presente
za e intensidad de esta fuerza en el hombre -análisis que no puede la fermrudad,_ pero pred?mma la masculinidad, y por eso una perso-
prescindir de una lógica metabiológica que considera la totalidad de na es masculina. Del nusmo modo, en la feminidad está presente la
la persona-, incluso admitiendo que el origen y la orientación es- masculinidad, pero predomina la feminidad, y por eso una persona
tán inscritos en ella en el nivel biológico, se debe reconocer que su es femenina. Varón y mujer tienen un modo típico y diferenre de n-
naturaleza no es sólo de orden biológico, y su intensidad no es cuan- vir las características psíquicas comunes. Dicho esto, hay algunos as-
tificable teniendo presente sólo este nivel. En efecto, puede bien de- pectos más acenruados en uno u otro sexo.
mostrarse que al constituirse en su totalidad, al caracterizarse y al
expresarse, intervtenen simultáneamente, durante todo el desarro- l) LA tmfier es m gmeral flltÍ.J smsible
llo, otros componentes de orden psicológico y mental, dem ados de
las relaciones ciue se establecen entre el sujeto singular humano y el Arenca a los detalles peciueños, advierte más cosas que para el
ambiente. familiar y socio-culrural, en el que es concebido, nace y hombre pueden parecer insignificantes. Ortega y Gasser describe
crece, y por el ejercicio de la propia capacidad racional y voliuva, esta diferencia en algunas páginas que pueden ser criticables. Más
que se desarrolla a través del aprendizaje) la educación» 44• Por eso, allá de estos aspectos criticables, ligados ciertamente a un momento
podemos concluir con )foney, «es equivocado seguir el ejemplo de histórico y cultural, quisiera entender la intuición profunda del autor
algunos autores que yuxtaponen sexo y género, atribuyendo el sexo respecto de la identidad psicológica femenina 4i>. Aunque Onega no
al cuerpo ) a lo que llaman biología (¡como si no hubiera una biolo- está en la estela filosófica de Tomás de \qwno, al contrario, es muy
gía de la mente! y el género a la mente y a la comprensión social, ?1tico y discante de esre pensamiento filosófico, me parece que la
okidándose aparentemente de la biología y del aprcndizajo> .cs. idea de fondo es la nusma que Ja cornista de la urudad sustancial en-
tre cuerpo y espíritu, por la ciue hay una influencia recíproca de las
dos dimenSiones en la urudad de la persona. La mu¡er tiene una rela-
- Diferencias psíqwcas fundamentales
a ón más intensa con el propio cuerpo que traSciende las sensaoo-
Con estas premisas, podemos preguntarnos cuáles son las dife- nes orgánicas } toca la dimensión ps1quica. <El cuerpo de la mujer
rencias psíqwcas fundamentales enrre hombre ) mujer. Ad:ierto está dotado de una sensibilidad interna más YiYa que el del hombre,
que no se trata de presencia o ausencia de caracteriscicas esto es, que nuestras sensaciones orgánicas intracorporales son ,·a-
res a los sexos, sino de de intensidad y de tonahdad en gas y como sordas comparadas con las de la mujer[...]. La relativa
elementos comunes a ambos sexos. hay ciue olvidar campoco hiperestesia de las sensaciones organicas de la mujer rrae consigo
CjUC Jas diferencias entre los mdividuoS SOn importantes, )"lo CJUC que su cuerpo exista para eUa más que para el hombre el suyo. [... en
general se dice de Ja masculinidad o feminidad, puede ser la mujer] es solicitada constantemente la atencion por la vivacidad
cho por indiYiduos concretos en los que se encuentra una de sus sensaciones intracorporales: siente a todas horas su cuerpo
ción diversa. Por e1emplo. si se dice que el hombre es mas racional ) como interpuesto entre el mundo ) su yo, lo lleva siempre delante

44 A. Sf M ..SCSsuwcia: rurura e culrura», en N. G:\I .t (ed.), L'tdM1z_ro11t m111.1k uP'rU d "{, J. ÜitTEGA: f;ll1G111!1t"tJ la,t¡tntr. o.e., fa conooda fa exquisita relación
tt'fJÚlfna 1\'ica e Pcns1cro, Milán 1994) 51. tiJ¡1dli. c:rcspcco y de s1mp:iaa que Ortega ten12 con las mu¡eres, y la adrruraaón con que er:i
-'S J.:'\10"1>\, Alll(lrr t '".,/ tfanrun: smuaPta, dijfmnza di .fptm t ltr_,1111r di toppra (Fd no ctCQ que se le pueda auibwr ningún discrimin:uoño respecto de
Milfo 1983) 32.
390 HORIZONTE VERTICAL <... 11. ANTROPOLOGIA DE LA SEXUAl.IDAD HUMANA 391

de s1, a la ,·ez como escudo que defiende y rehén '\'ulnerable. Las que piensa y otra menee que siente, y estas dos formas fundamenta-
consecuencias son claras: toda la vida psíquica de la mujer está más les de conocimiento interactúan para construir 11uestra ,;da mental.
fundida con su cuerpo que en el hombre» r•. Una de ellas es la menee racional, la modalidad de comprensión de
Más alla de las <primaJade» el dato que emerge es la la que solemos ser conscientes, más despierta, más pensativa, mas
profunaa unidad entre cuerpo y psique, por la que la persona es su capaz de ponderar y de reflexionar. El otro cipo de conocimiento.
cuerpo v se manifiesta en él. Nada más natural entonces, dice Orte- más impulsivo y más poderoso -aunque a veces ilógico- es la
ga, que Ía cendencia femenina al cuidado, ornato \ embellecimiento menee emooonah> s1.
del propio cuerpo. La proverbial vanidad femcruna se explica desde Toda la vida de :.Iiguel de L namuno es una ucha entre la razón y
esta sensibilidad en relación con el propio cuerpo y el cuidado de los Ja emom"idad; había puesto en evidencia la importancia de la inteli-
detalks. La narural estructura fisiológica empuja a la mujer a cultivar gencia emotiva al inicio de su obra Del smriflliento trágico de la 1.ida: «El
y cuidar el propio cuerpo 4s. hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya di-
cho que es un animal afectivo o sentJmenta.b> 52• Se puede definir la
2) La n11ger u n1ás oftctitJay emotfra inteligencia emoáva como la capacidad de comprender la realidad a
través de la gestión de nuestra emotividad. hay duda de que en
Todos tenemos emociones v experimentamos cada dta su in- esto la mujer tiene capacidades mucho más desarrolladas que el
fluencia en nuestro comportamiento. La emotividad no es exclusiva hombre.
de la mujer, sino que está fuenemente presente en todas las perso-
nas v se manifiesta según su carácter y temperamenco. Sin embargo, 3) La inteligmda de la vug'er es 111á.r Íflllfifil'a
en general se puede decir que la mu1er se conmuc\ e mas fácilmente
que el hombre. Expresiones típicas de la emociVIdad, como la sonri- Si la inteligencia de la mujer es más intuiá,·a, la del hombre. es más
sa. el llanto. el cambio del estado de ánimo, son más dominantes en discursiva. En unión con el punto anterior, se encuentra también
las mujeres. La afectrridad emotiva tiene la gran ventaja de la em- este de la inteligencia intuitiva. La capacidad de comprender las co-
paáa, lo que lleva a la mujer a ser más compasi\ a, más tierna que el sas se puede explicar de dos modos: por intwoón y por razona-
hombre. Por la afectividad, e.xiste en la mu1er l inclinación a dar miento discursiYo. El razonamiento discursivo necesita a menud0
prioridad a las razones del corazón más que a las de Ja razón 49• Pero de una elaboración larga y atenta. La intuición es una especie de re-
como es bien sabido y probado por estudios reconocidos por su se- lámpago r fulguración intelectiva, por la que se capta con un solo
riedad a c;ens1btltdad v- la emoávidad influyen en las facultades inte- actor en un instante la causa en el efecto. Hombre y mujer gozan de
:;. y la de la mu¡er se generalmente de ambos modos de comprender, pero la mujer parece mas rica de m-
modo diverso de la del hombre. Daniel Goleman habla de las dos ruición. La inteligencia, ayudada por el amor, quema etapas y llega
«mentes> para explicar el di:verso modo de comprensión de la reali- enseguida a donde la inteligencia discursi,·a lJega mucho más carde.
dad, una es la «mente racional», la otta la «mente emoávro>: «En un Piénsese en las intuiciones que la madre tiene respecro a los hijos o
sentido mur real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente la esposa respecto al marido. [ ) sentido analitico femenino es más
de cipo afecci\•o que racional; es intuitivo, concreto. Tolkieo, en una
,, lbí<l., 1-1-tn. carta a su hijo \lichael, sobre el tema del matrimonio ,. de las rela-
'8 Cf. Ín, l.A dd pref¡i1RO, en Obrus Cflnrplu.u, o.e., VI, 162-163. .
•9 R 4J., Ptr..r{u, o.e., ed. J. Che\'21.ier, n.477: ed. Brunsch,icg. n.z--; ed. Lanun:i.
n.42 <l.c coeur :a ses raisoru., que b nison ne conrulit pointlt. SI Tbid.. 27. Trad.. 29.
52 .,\L oc. Dtl stntrnrimto trJgiro dr la 1ida_., o.e., 129.
1
Cf D. Güu \HS, F,,,,<>1iv11..,/ lntt/Ji,""ª· o.e. Trad.: tmodonal, o.e.
392 HORIZONTE vc1rnCA1. C.11 ANTROPOLOGlA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 393

ciones entre le s sexos, hace un análisis perspicaz de las peculiarida- y actuar; que no áene a nadie a quien dedicarse y que se dedique a
des psíquicas de la mujer. Por lo que conaerne a la imeligcncia y la ella; la soltera que no áene hermanos, sobnnos, niños a los que
influencia sobre ella de la emoti\idad femenina, dice: «Cualquier quiera y que le apasionen; unos menesterosos a los cuales pueda ali-
profesor lo sabe. Lo rápido que una mujer inteligcnce puede apren- viar su dolor y de los que la consoladora, que no tiene forma de
der, aferrar las ldeas del profesor, entender su punto de Yista, y emplear sus instinros altruistas, su intuición, su acávidad, sus ceso-
cómo (salvo raras excepaones no pueda ir más allá cuando se dis- ros de afecco; que no es maestra, no es monja, que no tiene una
tancia del profesor o cuando deia de alimentar por él un interés meta viva, es decir, un amor en la ,;da, se amarga y se deforma ñsica
personal» S,'. y moralmeme» 55• La misma estructura biológica femenina eviden-
Cuántas veces en la relación entre padres e hijos, la madre -in- oa esta escrucrura psicológica de recepción } acogida. El hombre,
cluso sin elementos racionales- intuye que algo no \'a bien con la en cambio, esca más inclinado a hacerse una posición, un nombre,
hija; en los gestos, en el cono de la voz, en los comportamientos, una reputación, como se dice, a hacer carrera. El varón sienre más
etc., intuye algo que después los datos objeávos r razones claras marcadameme la exigencia de una acciv:idad externa, en la que plas-
revelarán también al padre, pero que:. ella, como madre, ya había per- mar los propios proyectos y desarrollar la propia personalidad.
cibido, aunque no pudiera dar e..xplicac1on racional ex.hausch·a.

4) Lo 1n11jer es aloré11trica, el hombre e.r egocé11trico e) Diversos pero ron¡ple111enlmios )' con los R1isn1os derechos
Esca característica parecería a primera \ ista en contraste con la D e cuanto se ha dicho, podemos deducir y sostener que es erró-
<•hiperestesia de las sensaciones orgánicas» femeninas de la que ha- nea la afirmación: «La mujer es igual que el hombre». La mujer no es
blaba antes. Lo que pretendo decir está bien descrito en el libro de igual que el hombre. Otra cosa es decir que la mu·er áene los mis-
Gina Lombroso, El aln1a de la 1mger 54 , y que se puede resumir así: mos derechos que el hombre. Esto es verdad, porque los derechos
la mu1cr nene un centro de imeres fuera de s1, en una persona distin- surgen de la naturaleza; el hombre y la mu1er áenen la misma naru-
ta de st, a la que puede comunicar y manifestar su afectividad. El tra- raleza. En el Génesis se narra que cuando Dios creó al hombre dijo:
dicional esten.:ottpo del hombre encerrado en su trabajo, mientraS la «HaJ;.unos al hombre a nuestra imagen ) seme1anza [...] varón y mu-
mujer asume el cuidado de la -rida familiar y está atenta al marido y a jer los creó» Gen 1,26.2- . Ambos m.:nen la misma naturaleza hu-
los hijos, no carece de fundamento. Como el hombre, la mana, la misma dignidad, los mismos \ t..lores. Para un creyente am-
mujer ama, pero qwere sentirse amada más que el hombre. Qwen bos escán creados a unagen y semejanza de Dios 56• Por eso tienen
ha tenido un poco de experiencia con matnmomos sabe que el los mismos derechos, porque éstos dem·an de la narura.ieza ontoló:.
amor en la mujer sobrepasa generalmente el problema del placer, gica. Pero puesto que áenen di,·ersa personalidad (<rnlt'ón y mujer
para entrar completamente en el dominio ps1quico; ) la unión mo- !os creó»), tienen el derecho de que se mantenga y respece su di\ ersa
ral, sentlm<.:ntal ) esptrirual con aque_ a quien ama, quita fácilmenre
personalidad. La dualidad hombre-mujer es una completa paridad s1
el puesto principal en su ánimo y supera el placer físico _L.-i se trata de la dignidad humana, ) una maravillosa complementarie-
tragedia de todos es no amar, pero esto es especialmente tragico
dad si se trata de los atriburos, de las propiedades y de los deberes
para la mujer: «La mujer que no tiene a nadie por quien apasionarse
SS lbíd., 46.
H J. R. R. Tou.:iE.."' Lz r"'lta ¡,, tr.i.rparo¡za. Ltllm 1914-197) (Bompum, .'.\lit.in 2001) 5S ;(o En este punto podrfa surgir una dificultad: ,..¡ Dio" no es sexuado, ¿cómo puede ser la
(cma del lí·S de mlll7o de 1941). SCXualidad imagen de eo el hombre? l.:i se cncucocra mis addam:c ro C"!ote
S4 Cf. G. Umima tkUa titPrM (Z:uüchcllí, Boloma 1920). llll$mo capítulo en el pirr:tfo robre «Scxualid;id y casodad consai:rada».
394 HOIUZONTf Vl:RTICAl. C. 11. ANTROPOLOGIA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 395

unidos a la masculinidad y a la feminidad del ser humano. Se podría m enee creeóa haber escuchado lo que, en realidad, anhelaba desde:
afirmar que <<la humanidad está realizada en el nivel del individuo. hacía tiempo: llegar a ser uno solo de dos, juntándose y fundiéndose
Pero está completa en nivel de la reciprocidad sexual. La masculinidad con el amado. Pues la razón de esco es que nuestra antigua naturale-
realiza una versión esencial de lo humano. Como la feminidad es za era como se ha descrito y nosotros estábamos íntegros. Amor es,
una modulación fundamental suya» s-. La dualidad y diferenciación en consecuencia, el nombre para el deseo y persecución de esta inte-
sexual masculina \" femenina es importante, pero no indica una dife- gridad [...) Digo que nuestra raza sólo podría llegar a ser plenamente
rencia de ,·alor el uno y el otro sexo. Influyen en el desarrollo feliz si lleváramos el amor a su culminación y cada uno encontrara el
de la personalidad, sellan las peculiaridades prop;as de las acrivida- amado que le pertenece retornando a su antigua naturaleza>> s9. La
des masculinas } femeninas, pero no son el uno superior al otro. dualidad hombre y mujer es por tanto una uni-dualidad-comp1e-
Para el ser humano, la dualidad sexual es una complementariedad mentaria. La parócula copulativay que se pone entre los dos com-
} perfección con el otro sexo. Hombre } mujer son complementa- ponentes de lo humano <<hombrey mujer; varónJ fémina» tiene '»a-
rios e uno del otro: el hombre, e1 vir, no es plenamente ho1110 sin la lor cierta.menee «disyuntivo» en cuanto que indica Ja existencia de
presencia de la mujer, ni ésta es exhaustivamente humana sin el dos sujetos humanos distintos, poseedor cada uno de su propia per-
complemento del hombre 58• Toda separación teónca o inst:1tuc1onal sonalidad aunque con una misma naturaleza, pero también, y sobre
del hombre de la mujer, toda preferencia acentuada del ser masculi- todo, tiene un valor de «conjunción>> en cuanto que las dos modali-
no a costa del femenino, puede contradecir la naturaleza misma del dades de lo humano están hechas para ponerse en íntima e insepara-
ser humano. Hombre y mujer están proyectados como seres ron-u- ble relación dual, conyugal, con el fin de poder realizar, a través de la
pondimle.s el uno al otro, en el mismo plano; se confrontan en íntima unión e integración de las dos personalidades sexuadas, la to-
logo, en el trabajo, en el sufrimiento )' en la alegría, en el conoo- calidad r plenitud de lo humano <·0 •
miento v en el amoL En el mito que narra Aristófanes en E/ Esta uni-dualidad y complementariedad se manifiesta con dari-
Baflquelt ·de Platón, es precisamente el amor lo que recrea la antigua dad en la «conyugalidad», es decir, en la unión fisica, psíqwca r espi-
unidad. «[Si Hefesto] les preguntara: "¿que es, realmente, lo que ritual con el sexo opuesto. La unión interesa a la totalidad de Ja per-
queréis, hombres, conseguir uno del otro?",) si al verlos perplejos sona y no solamente a una parte de ella. En el acto conyugal,
volviera a preguntarles: "¿Acaso lo que deseáis es estar juntos lo cuando es plenamente humano. está implicado el cuerpo. la psique
más posible el uno del otro, de modo que ni de noche ni de os y el espíritu de la persona. Reducir el acto a una de estas dimensio-
separéis el uno del otro? Si realmente deseáis eso, quiero fundiros Y nes significa empobrecerlo. hacerlo incompleto }' objetivamente fal-
soldaros en uno solo, de suerte que siendo dos lleguéis a ser un_o, so, porque el cuerpo humano no tiene sentido sino como dimen-
v mientras vh-áis, como si fuerais uno solo, viváis los dos en comun sión integrante de la totalidad de la persona. Porque d hombre no es
cuando muráis también allí en el Hades seáis uno en lugar de dos, la mujer, porque el uno no es igual al otro, en cuanto que no riene las
"'' ) ,.
muertos ambos a la vez. Mirad, pues, si deseáis esto y estarcts con· caracteósticas correlativas del otro, ca<la uno debe ponerse frente al
rentos si lo conseguís". Al oír estas palabras, sabemos que ni?guno otro como un «l:Ú>>. Ahora bien, el «tú» dice siempre relación al «}'O>
se negaría ni daría a entender que desea otra cosa, sino que simple· Yviceversa. En la unión con} ugal cada uno se pone en el otro, se
dona a sí nusmo al otro y, por esta donación recíproca, el uno hace
5" S. P\l.UMBlllllI, .A•tropolqguuk.ra.ruali/4(SEI, Turin 1996) 61. dcb
So'! mujt.-r es cl complemento dd hombre, como el hombre el complemento ser al otro, da valor al otro, realiza y perfecciona al otro. Por este re:-
mujer: mujer y hombre son entre si complement:moS», P.\Bl.O
Girto a '4s flflilfrtS (29-6-1995) • .., (PPC. Madrid 1996), el recto fue publicado con ooisivn 59
60 Pu.TóN, El &111qutlt, 192d-19.3c, en DiJ/4¡:os, o.e., UJ, 227-228, 229.
la IV Conferencia Mundial sobre b Mujer (Bcijing. de 1995). cr. G. Bo!l;O\!J, •Pi2ecre l'C:i-,uaJC>>, a.c., 1369.
396 HORIZONTE VERTICAL C 11 . ANTROPOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD HlJ!oMNA
397

ciproco modo de estar cada. uno en el otro, los elementos de la reali- entenderse, diferemes para completarse recíprocamente>> 6'. La es-
zación conyugal, es decir, las dos personas sexuadas, llegan a ser una tructura propia del hombre es la dualidad para la unidad. Xacidos
sola cosa el 111111/JJ de lo humano, realizando el «hagamos al hombro> diversos como hombre y como mujer, han nacido para la unidad. y
del entendido como unidad totalidad del «Varón y mujer es precisamente a tra\·és del propio cuerpo masculino o femenino
los creó•>. como esta unidad se realiza. (<l..a femineidad realiza lo "humano"
En cuanto componente fundamental de la persona, sexualidad tanto como la masculinidad, pero con una modulación diversa y
condiciona el modo en que se manifiesta y nos relaciona con los complementaria [...J. Femineidad y masculinidad son entre sí com-
otros: «Si la persona es un ·'yo" abierto al "rú", es un en rela- plementarias no sólo desde el punto de Yista físico y psíquico, sino
ción" la sexualidad posee una esencial dimensión relacional. Es el oncológico. Sólo gracias a la dualidad de lo "masculino,,}' de lo "fe-
sig110 el /J¡gar de la apertura, del encuentro, del diálogo, de la _comu.- menino" lo "humano" se realua plenamente>J 64•
nicación y de la unidad de las personas entre ellas» 1• Entendida as1,
Ja sexualidad se presenta como necesidad de salir de la propia sole-
dad de comunicarse con los demás, de encontrarse en los otros. El 2. La especificidad de la sexualidad humana
) la mujer perciben la diferencia sex-ual ) se siente? a_traídos
y orientados el uno al on:o: «el Yarón hombre siempre a) La sexualidad ctJn10 d1nmuión y eslmcl11ra constit11tit•a del '10111/Jrr
orientado a su contraparte, la mujer, gue sm embargo, iamas llega a
alcanzarla, y a la inversa, tampoco la mujer al varón [...]el yo huma- La sexualidad es uno de los elementos fundamentales de la propia
no está siempre a la búsqueda. de un tú } que de lo encuentra identidad. 1\demás del dato biológico-morfologico, es un compo-
[...] pero sin poder apropiarse jamás de ) esto, no nente esencial de la persona, un modo de ser, de marufestarse, de
sólo porque la libertad del tú no pueda ser 1amas por el ro comunicarse con los demás, de sentir, de expresarse, de vivir el
mediante una injerencia transcendente, puesto que hu- amor humano. El hombre debe confrontarse con esre dato consci-
mana sólo se abre desde sí a la libertad absoluta r divt.na, sino mti.vo. Se puede aplicar a la sexualidad lo que K. Rahner afirma so-
bién porque esta imposibilidad, en virtud de la "estrucrura cof!J?ral bre la fecundación in vitro: (El hombre debe acoger libremente su
del hombre, se funda en la constitución dfrersa ) complementana de naru!aleza tal como es, incluido el hecho de estar ya predetermina-
los sexos» "-. do. El, en efecm, nu es un ser llamado a la c:x.Istencia por propia ini-
ciativa [...]. Todo esto, incluso remiciéndose a la "deducción tras-
En este contexto la dualidad se)..-ual adquiere un significado diver-
cendental", se presenta como necesariamente u.nido a la naturaleza
so: <<l..a distinción se..x.ual, que aparece como una determinación del
misma del hombre» 65. Como dice Cornelio Fabro: hombre
ser humano supone diferencia, pero en igualdad de naruraleza Y
o mujer no es un hecho indiferente para el ser del indi,,duo; no es
dignidad. La' persona · una
por su ín_oma naturaleza.. exige si!·
relación de alteridad que implica una rec1proc1dad de amor. Los ·
una ctrcunscancia que incide solamente en la configuración anató-
xos son complementarios: iguales y distintos al mismo 00 63
PARA LA Eou: \CIO' C\TólJCA. Documemo Oritntadono ttÚIMth 11 JQ/Jrt
idénticos, pero sí iguales en dignidad personal, son seme1antes para ti IVllDrh11nw10 (1-11-J 983), 25; et: Euksia 2.155 (1983 21-35.
b )UA.-.; Pc\111.0 Il,A wotr.u, "''!Jffr!, 7, o.e. Cf. CAmbifo bs sobre
19 de las tll\udienci2s generales de los miércoles», desde scpoembrc de 1979 a m.iyo de
61 O. TcTf.\MA.'21, d.'coca sessualeit, en AA.W., 'itJsU111ita ua
J . rr¡xnsan 1t:i e Pais1ero.
1 81: cf. ]Ndn Pablb ll. Ensriltmz.as al P11cNo tk Dios (LEV-BAC. Ciudad del Vatica.n<>-;\fadrid
Mitin 1•)90) 28. /' f) Qaca 5o0-'1;, tomo 1979. 1tptúmbrt-diar111!m (tt), p.125-194; tomo 1980, mtrr>-]111110 {1-a),
62 H. U \O' BALTH.'\SAR, Teodrammatita, 2: Lt persone dd drm11ma: uomo 1n 'º. \'et':' tk tomo 19801 ¡11/iNiiaunbrt (ll-a), p.125-208: como 1981, mmrj1mio (1), p.65·127.
l\lilín 1982) 345. Trad.: Ttodrt1J11áiúa, 2: LJS pmontJJ drl dram.1: ti hombrr tn Dios. F K. RAH,F.R, «11 problema deJI.¡ mampolaúonc gcncDCl>>, en Cm-.-nto IT.-.U....'o
H. Bueno de La Fuente r J. Gm=o (Encuentro, 1992) 340. (ed), Uomo-D91t>r.:. Pratflto di 11111 (CIF-UECI, Ronu 1985) r0-371.
398 HORIZONTE VERTICAL C.11. ANTROPOLOGÍA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 399

mica del organismo, en la fisonomía de los miembros y en las fun- b) LA .rex11alidad más allá de la genitalidad· tridin1en.rionafidad
ciones biológicas, sino que lleva en sí una condición de ser que muv ji.rica, psiq11icay e.rpirit11al
temprano orienta hacia direcciones obligadas el mO\·imienro de
conciencia que debe ''proyectarSe" hacia el futuro» 66• La idenndad - La sexualidad es una dimensión de toda la persona
"exual humana se determina por el conjumo de los componentes La persona humana está tan profundamente influida por Ja se-
biológicos, psicológicos y espirituales. Por esta unidad-identidad xualidad que ésta se considera como uno de los factores que dan a la
psico-fisica, la sexualidad impregna toda la como bien ha vida de cada uno los rasgos principales que la disanguen. «En el
podido escribir el gran médico español Gregorio Marañón: «A me- sexo radican las notas características que constituyen a las personas
dida que se estudia con un criterio más fino y profundo la diferen- como y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiri-
ciación sexual, tocios nos convencemos de que no hay clasificación tual, teruendo así mucha parte en su evolución individual y en su in-
completa posible, porque la huella del sexo se descubre desde las serción en la sooedad» 71 • «La sexualidad caracteriza al hombre y a la
más llamativas hasta las más delicadas manifestaciones de la vida» 67• mujer no sólo en el plano ffsico, sino también en el psicológico } es-
Por eso, la sexualidad es una realidad que invade a tocio hombre pirirual con su consiguiente impronta en tocias sus manifestacio-
en la profundidad de su ser, alli donde se encuentra el «yo» como nes» 72• Estos dos textos indican bien que la sexualidad, como di-
núcleo personal. Es una dimensión constitutiva que emana de la mensió n constitutiva de la persona, es polfralentc precisamente
esencia misma de la persona. En efecto, la persona es un ser esen- porque hace referencia al nivel fisico, psíquico y espiritual del hom-
cialmente interpersonal, es constitutivamente relacional <.s. En su bre, y así se hace ero.r,Jilía y a,gapi '·De este modo implica los valores
constitución el hombre no está aislado, sino que lleva ya en corpóreos, ps1quicos intelectivos-volitivos, y espirituales y religio-
su oénero en el hecho de ser hombre o mujer, la referencia al otro, a sos. <<En el nivel personal espiritual, la sexualidad humana no es sólo
b '
Ja mujer o al hombre. No podrá ser comprendido verdaderamente, la energía finalizada a la función biológica de la generación de la
en su integridad, sin tener en cuenta esta apertura estrucrural hacia prole, sino que es casi un principio de configuración de la existencia
«otro» que, precisamente porque es «diverso», lo cualifica en su interna del hombre; en efecto, ella modifica y personaliza también
identidad 69. El «VO» se consrituve solamente en relación con el «W>, las interiores del pensamiento, de la voluntad, de la per-
y la sexualidad .es la realidad, que manifiesta esta comunión dd cepción de los valores y del mundo circunstante>> "'4• Sin querer ha
«nosotros». La esencia de la sexualidad humana está precisamente cer de la sexualidad una panacea que ofrezca la explicación de codos
en esta relación de un <<JO» hacia un «CÚ» d;verso en sus componen- los fenómenos humanos, es necesario acoger lo positivo del dato de
tes biológicos, psicológicos y espirituales. que encuentra su funda- la p sicología, que presenta la sexualidad difundida en toda la vida
mento en la constitución relacional de la persona. Corno dice orgánica y psíquica. Grcgorio Marañón, por encima de cualquier
Merleau-Poncy, <<no hay sCA"Ualidad cerrada en ella misma>>, porque la sospecha ideológica, cita estas palabras de Nietzsche: «El grado y la
sexualidad es siempre «algo diferente de ella misma y, si se quiere,
nuestro ser entero» -o. 71
. CosGkEG:\aós OH LA DocntlNA o u LA F1., 11tPmona h11,,,a•111». D<rlaraao11 a«roz t1t átrlas
tÍt itica n:>.71111 (29-12-1975): AAS 68 (1976) n. I; cf. E. VADUJ.O Ro.MERO (cd.), Con·
66 C. FABRO, Probltflli tldi'ui.11mz.iali.s1110, o.e.. 87. • _ para/,, Dodrina tÍt la Ft. Donu•un/os 1966-2007, o.e., 127.
67 G. MARA1'ó:-<, ÚI troladó.., tk la UX11JlidatÍJ alados inlmtXJJaks & la uptat h1t1flJl1!4 PARA Ener.J1Cl<>S CAror JCA, Omntadonu táNcaJi1w 1obrt ti m1or h1111ra·
(Morata, Madrid 1930) 6. ll"D, o.e., 5.
l>8 Cf. e.IX: -U dimensión irucrpcrsoml.. ;: Cf. BIN!.D1cro XVI, DCE 3-8.
69 P. B."1.El>IRO, SesJtJ , jJt:mlllL Vino '"'ª n1111ru t/i(d swll4Ít (Bompi211i. Milin !967). R. FRAlTAJJ.OSE, Lz rila t '}l!ltDrr. l'robk1rt1 di tJtOruk mnm!e t (ESUR-Tgn:t·
10 M. PhbuJ'INinq/IJ¡p di lo ptrrtp6o11, o.e., 119. Tr:ad., 188, 181. llanum, Mcssitu 1992) 20.
400 HORIZONTE VERTICAL C.11 . ANTROPOLOG!A DE lA SEXUALIDAD HUMANA 401

naturaleza de la sexualidad penetran hasta lo más elevado del espíri- - Dimensión dialógica y relacional de la sexualidad:
ru humano». Y añade: <<Se me dirá enronces que toda la vida humana amor y procreación
está influida por el sexo. Y es necesario responder que sí >5. La se-
xualidad es, por tanto, una dimensión integral de la persona. Existe . La se:x'Ual.idad va más allá del puro dato bio-fisico-orgánico-ge-
una ósmosis entre y ex1stencta, una influencia recíproca rural y se presenra como rekuionalidad con el otro ser humano "7. EJ
entre sexualidad y modo de ser. Para Romano Guardini, la sexuali- significado del hombre y de la mujer se encuentra precisa-
dad «no trata de una especialidad acotada, sino que afecta a cuanto mente en la relacton entre personas. Todo el misterio de la se:\.'Ual.i-
se refiere al y, viceversa, todo lo humano influye en ella>; -6. dad está en esca alteridad interpersonal, que que vi\-Ü-
Para comprender mejor el significado «humano» de 1a sexualidad en rdacton con las condiciones corpóreas - . Se puede decir con Y.
se podría tomar pie del significado humano del rostro. St Yiéramos Pellé-Douel: «Hay que afirmar explícitamente que la hu-
el rostro como realidad anatómica aislado de la totalidad de la per- mana se da únicamente en las relaciones entre seres humanos que se
sona, no sería nunca posible ver en é! las expresiones específica- reconocen como tales; es necesario insistir en el adjetivo "bumano".
mente humanas. Solamente si el rostro se ve en la totalidad de la Esto significa que la sexualidad no es ru masculina ni femenina sino
persona, también su significado humano se hara visible: el rostro es que es el hecho del hombre, ho1110. que es dos y se marufiesta 'en la
expresión r manifestación de la intimidad de la persona. ) su estruc- rectprocidad. Reciprocidad se da úrucamente allí donde dos seres
tura fisiológica forma parte del conjunto del hombre.. Una cosa existen plenamente, es decir, donde se da alteridad» 7 9, diversidad "
análoga se da en la estructura hombre-mujer ) en el significado complememanedad. ·
<(humano» de esta estrucrura. Hombre r mujer no son sólo estructu- En este contexto del encuentro interpersonal se revelan las posi-
ras objeti\·as, biológicas, psicológicas, espirituales, que se encuen- bilidades «humanas» de todos Jos componentes del hombre r de la
tran expresadas en indi\1duos particulares y que secundariamente mujer: diferencias fis10lógicas, psicológicas, culturales, ecc. Se. re,·ela
pueden también abrirse al otro para encontrarse y unirse. <<Sexo» y también
- . que la sexualidad es una alteridad fecunda. En efecto, la di-
«cuerpo» se refieren a elementos matenales y objetivos del hombre; sexual del hombre y de la mujer no es un simple claro bioló-
son realidades controlables y mensurables. A.hora bien, como la cor- gico, SlllO que expresa la forma de amor orientada a la comunión de
poreidad es subjerivacíón del cuerpo \ tiene dimenslC nes y significa- personas abierta a la transmisión de la vida so. La fecundidad no está
dos más amplios, así la sexualidad es subjetÍ\'aaon del sexo y posee solame?te en la estructura biológica y psicológica
significados y dimensiones más extensas. La sexualidad es el modo masculina Y femeruna, SIOO que rC\'iStC también una dimensión Ín-
de. ser constitutivo de lo humano; no un ejercicio temporal de derer- la instauración de un nuevo diálogo con un nuevo ser
mina<las funciones, sino un modo permanmte de ser, que se configura, mediante la procreación. La unión sexual es un acto que implica, en
por tamo, necesariamente o como masm/inidad o como fi"'i11idad. la totalidad r en la reciprocidad, dos personas ) pone las premisas

-5 G. Tm la st:.7ll11idad (Biblioreca 1934) 42. c. UPOUA (cd.), Lr Jt.JJJla/i:a


(f)fm obbligo a/r,;/Jmtli (Franco Angdi. Milán 2005).
"6 R. Gl!ARDl"ll, E1l.ik, o.e., 6-o. Trad., 49-_ G. CorpqmJJ t a1norr: /11 dm1tnsio11- ""'ª"'1 ti,/ smo (Cicu Rom.'\
9
" \: PEu.t-DOl t'á., • l.'hommc et la femmo.: É111da Philosophiq11r1 23 (1968) l
E Co:-.rr:.RID;O..\ l /ol11brrJ Jos trtó. de la Subcomisión
para b Famifu r de': \'ida (26-12-2004): 4<El matrimonio se bailen 12
Po Crcn':1 es para con la comunión conyugal.
de r eso el es una msntuCJOn es no pue-
lll Sér conmudo que por pc:rsonas de dn·crso sexo: una mu¡er} un varón". El m.1tnme>-
!Q es siempre y <olo b uruón cooyut->al de un homhic ) una mujcnt.
402 HORIZONTE VERTICAL C 11 ANTROPOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 403

para la llamada a Ja existencia de una nueva vida humana. Es arrifioales; lo que está en juego no es el elemento técnico, sino el he-
:i.cto, por tanto, en el que están imrinsecamente unidas dos dime': cho de que el origen de una persona humana, en virtud de la digni-
siones: el amor y la procreación. Procrear es por eso una realidad dad que le es propia, debe ser el fruto de la donación de amor enrre
mucho más profunda que la capacidad biotecnológica de hacer sur- :os padres, y no un producto técnicc,. Se realiza una despersonaliza-
gir una nueva Yida en el laboratorio. «Procrear significa do11ar la iida t11 ción del acto procreador que se conv1erce en un proceso cecnoló-
ti do11 de lasprrsonas: un don que trasciende y transfigura el hecho bio- gico, haciendo al ser humano propiedad de uso de quien está en
lógico» 81 • Procrear no es producir; por eso, hablando con precisión situación de generarlo en el laboratorio. La figura misma del «proge-
el hombre no se reproduce, sino que procrea. En el acco conyugal nitor» queda trastornada, reducida al rango de proveedor de un ma-
la persona misma la que se entrega en el amor. El amor-don es fe- terial biológico para generar un «hijo». Contradice, ademas, el es-
cundo. Ahora bien, hemos visto cómo el amor implica un yo }' un raruto de la sexualidad y su ntxo inseparable con la procreación, la
tú, que al unirse dan la vida a un nosotros. Por esa razón, el a.mor cual no es un dato puramente biológico, sino que implica a coda
tiene como elemenco la fecundidad. El amor auténtico la persona. La inmoralidad no se debe a una prescápción <religiosa>),
en efecto, no está nunca aislado, no es egoísta, limitado. Los sino al hecho objeri\'O de que dicha escisión contradice la antropo-
ges, al unirse en una sola carne, expresan precisamente la donación logía integral. E\·andro \gazzi puede así hablar de una «reproduc-
total y original. A través del acto conyugal los esposos confirman el ción s.in sexualidaci», separada de una «vn encía sexual» y por e!\o le-
recíproco don de sí mismos hecho en el matrimonio v se abren a la jana de una «vivenaa humana», del mismo modo como en la
nueva vida. Por canto, son dos las dimensiones que componen la anticoncepción se da una st..:xualtdad separada de la procreación.
unión conyugal: unitiva y procreadora. Separar estas dos dimensio- Hay que considerar estas pos1b1lidades tecnicas «con notable dosis
nes significaría prejuzgar la \·erdad profunda de la se.xualidad. Lapa- de preocupación, desde el momento en gue estamos aquí en presen-
ternidad responsable consiste precisamente en asumir la sexualidad cia de un salto cualicarivo enorme, es dec:r, e hecho de que el ser
en toda su verdad. De esta forma, «anee la elección de tener o dis- humano no llega a la vida por un proceso de generación, sino de pro-
tanciar o evitar una concepción, la pareja podrá decidir si hace los dHffÍÓn [...] La reproducción, de ser una acción h11ma11a, tiende a crans-
actos conyugales en momentos en que es posible o no una concep- formarse enteramente o casi en una operació11 témir@ x3_ Además, en
c1on, sm que esto altere la Yerdad objcth"'<l de ese acto. Bajo esta la fecundación artificial heteróloga y en la práctica del as llamado
acepción, en cambio, no es responsable manipular el acto conyugal útero de alquiler, <<las reglas de filiación quedan trastornadas. El caso
de modo que exprese solamente la dimensión psicológico-afecri\'a y extremo para un niño-probeta puede ser el de tener tres madres
no la procreariva, o que exprese sólo un hecho biológico-físico r 00 'biológica, gestante y legal) y dos padres (biológico y legal. Un hijo
también la unión afectiva r espiriruah> puede por tanto fabácarse utilizando \·arios elementos desunidos
Es esta también una de las razones de fondo por las que la fecun- --esperma, óvulo, embrión, útero- ensamblados además según
dación arnfici..'ll es profundamente inmoral: se escinde el acto sexual fórmulas diversas. Ante tales trastornos, las esperanzas terapéuucas
unitivo } el acto procreador. No se trata de poner en cuestión las que estos progresos traen consigo deben redimensionarse por los
técnicas de fecundación artificial por el simple hecho de que sean interrogantes cruciales que levantan y por los nuevos riesgos que
plantean a la sociedad humana» 84.
81
c. - A. SPAGl'OW - M. L01 PlElllo (cds.), Biotltra, o.e., 328.
ll2 !bid. Cf. «Anticoncepción, mcm:ilid.'ld anticonceptiva r cuhur.i dd 83 E. AGAZD, «.La filosofu di fronte 21 problema dclle m:uupolaziom genctiche», en
abarco: valoraaones ) cooe.'tiooesi., en R. Ll!CAl. Lc<:AS (ed.). Co,,,ml.in"o intmlisdp/ittlff a/.: AA.Y\':, Afg11ipolaz.10'1i.t.nutirbt t 4iri110 (Giuffre, Milán 1986) 95-98.
Enmgtlii•m rilar, o.e.• 435-452. ;.c F. f.E?..;ont, JI umpo mlla respo11sgbilila (SEI, Turira 1994) 39.
HORIZONTE VERTICAL L .11. ANTROPOLOGIA OE LA SEXUALIDAD HU,'MNA 405

En la sexualidad humana no se erara, por umo, sólo de una fun- ait.ales se saJe del ámbito ontológico y se coloca en el ámbito de los
ción o acávidad genital, sino del ser personal humano cota! y de la actos accidentales del hombre. Como el acto no agota la facultad (un
realización del hombre en cuanto hombre. «La genitalidad --dice actO de pensamiento no agota Ja facultad de pensar que es Ja inteli-
René Habachi- es sólo una función localizada, [...] mientras que la gencia), ni tampoco b facultad expresa toda la persona (el hombre no
se..xualidad es un modo de ser, un modo único y necesario de perte- es solamente inteligencia), analogamente debemos decir que el ejerci-
nencia a. género humano. La se:>.."Ualidad es un modo de ser "en si- cio de acros paráculares de la \Ída sexual no expresa la totalidad de la
tuación" en el uniYerso» 85. Con esto no decimos que la sexualidad se."\.-ualidad, ni la vida sexual realiza a toda Ja persona. El nivel de la ge-
sea eJ componeore principal y exclusivo del hombre, pero sí que rutalidad, por tanto, no puede $er totalizador en la comprension de Ja
permea su consritución corpórea, su senomienco, su sensibilidad, su que se presenta de forma más amplia. La genitalidad es un
rnluntad, su pensamiento y finalmente su relación con Dios. El dato anatómico y una función fisiológica. La so.."Ualidad humana ao
amor, Ja solidaridad. el pensamiento, la contemplación estética, es ni puro dato, ni un objero, ni una función; es una dimensión consti-
Ja oración, la pied.td..., llevan el sello de la sexualidad. Es decir, son cutinl de la persona que permea todo su ser. Con crudeza Money dice
expresiones sexuadas de una persona masculina o femenina y llevan que es necesario juntar «el sexo que está en medio de las piernas con
sus signos caracterísncos y diferenciales; no surgen y no tocan di- el que está en medio de las orejas» >11>; aunque la expresión es fuerce,
rectamente el nivel genital. Incluso Freud, en la obra Cov¡pendio dtl está cargada de significado no solamente antropológico, sino
psicoa11álisir, dice claramente que «es necesario establecer una neta biológico; en efecto, eJ «sexo que está en medio de las piernas» no es
distinción entre los conceptos "sexuaJ" ) "genital". El primero es nada y nada hace sin las indicaciones que llegan del que «está en me-
un concepco más amplio y comprende muchas acth ida<les que no
dio de las orejas», es decir, del h.tpotálamo, la hipófisis, la corteza ce-
guardan relación alguna con los órganos genitales» u.
rebral, etc. Hombre y mujer establecerán con los demás siempre y
necesariamente «relaciones sexuadas,> pero no «relaciones sexualcs-
- La sexualidad es más que la genitalidad genitales» s< .

Por esto la no puede considerarse como localizada o li- Es sabido cómo Freud redujo todo el comportamJento humano a
mitada a Ja genicalidad 87• La primera comprende, pero no se agota en un conjunto de impulsos sexuales-genitales. Viktor Frankl, también
l:a segunda. Obdamente todos los fenómenos genitales son sexuales: psiquiatra, no siguió a Frcud en esta línea. En su libro Ante el máo
pero hay muchos fenómenos se)l..-uales que no tienen nada que Yer exutendaL Hada 11110 h111JJa11izadón de la psicoterapia presenta una \'Ísión
con Ja genitalidad. La ecuación sexual= groita/ no existe. La sexualidad más personalista e incegraJ de Ja sexualidad «freud estampó la si-
es llnl dimensión global de Ja persona; una dimensión no sólo fü;ica guiente frase en una de sus cartas:"[...] En el momento en que uno
sin) también psíquica y espirirual. Ser varón o ser mu cr pertenece al se pregunta por el sentido y el \'alor de la ,;da es señal de que se esta
ser constitullYO de la especie homo, es una decerminacion fundamen- enfermo, porque ninguna de esras dos cosas existe de forma objeú-
tal y central del ser humano; ejercer la sexualidad mediante actos ge- va; lo único que se puede conceder es que se tiene una provisión de
libido insatisfecha". Personalmente me niego a creer esta afirma-
BS R. H/\BAOll, [/ p1omr11to tkll'utJma. lr.izj mal1<nz. La •olom:.. !J>ttt.ala di BaaJbt¡-J:.
ción» 90• La razón es que la sexualidad va más allá de la genitalidad y
Book. \{ilin 1986) 64.
11t S. FllliLID, AbriJs der Pf]floana!J.u, o.e., -5. Trad., •
K. ruj1<¡11Jnbiliilaá(PI= &Jané!>, B:ucelona 1996) 67: «La filmoha e< &s J. :'.\fo!>.'EY, A.'!la" e mal d'at!lorr, o.e., 31.
fa c1cnoa que nos pone ame los ojos b. \'is1ón complc12 dd impulso sexual, 6'J D. TéTf"-'\IA?\'ZI, KL'coc:i scssualc», 2.c.. 29; Ío., «l..:t sessualici umana: prospecnve an-
,".inculaJo 2 l:i. cx1ster1cia de la especie H0111t1 stZpims y que posee un c:uicccr no sólo b10Jógtco criche e pedagogichcn:. Mr,/iri11a r ,\forak 2 (1984)
sino cambién c:xtsrcnciw. \.E. FR."-'"1.. Das Lridm ,1,,, 11mr/01m L:bm, o.e., 26. Trad., 21.
406 ttüKILUN 1t VttWLAL
C 11 ANTROPOLOGIA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 407

roca a roda la persona, o como él dice, «la sexualidad humana es más


el fin de ejercerla en relaciones genitales \ sino porque también eUa
que mera sexualidad, y lo es en la medida en que -en un rnn:l hu-
forlIU parce de la pc:r 't:cción de la nalUralc.:za humana. Esre es tam-
mano-- es vehiculo de relaciones transexuales, per.;onruc.:s (...] en
bién el caso <lel ccübaro sacerdotal y religioso, para quienes la expe-
este nivel la sexualidad ciene una iunción de expresión: es expresión
riencia yfrida de la casádad es signo escatológico. Con este cra.sfon-
de uoll relación amorosa, de una "encarnación", de algo as1 como el
do, se comprende lo que d Concilio Vaticano II presento sobre la
amor o el estar enamorado» 91
\•ida religiosa corno signo pre figurativo de Ja misma vida despucs de
Que la sexualidad ''ªYª más alla de la genicalidad y constih;1Yª u?a la resurrección 96. L'l castidad es un ,.¡,'Ír la sexualidad corno se,,¡, i-
perfección de la persona, lo Yª, .\gu_san Y. sanco, fornas. rá cuando alcance su perfección suprema en el más allá.
qwenes sostienen que el sexo resuctcara -. Tomas en
__ , a humana una pri111ap-"ed10. ligada a las nc:ccs1dades y condi- La relación afccti,·a entre el hombre y h muier, en la mucua coor-
cur<uez <IJ• ••
ción humanas; , una 111/ima perftctio, más propia de la rcsurrecc1on. dinación de las cualidades espirituales proptaS de cada uno. consti-
Ahora bien, el significado de la sexualidad, considerada en su actuar tuye el modelo úJcirno de castidad para todos los hombres, cualquie
gcnjtal, se agota dentro de los confines de la vida terrena, pero en su ra que sea su cscado de vida. Este modo de 'Í\·;r la sexualidad s;n
ser dimensión fundamental del hombre, supera csros confines ) de- hacer uso de la función genital es lo que sucede cuando se est.'lblccc
semboca en la resurrección. Pero ¿con qué fin? Porque el ser una relacion enrre personas de. sexo cfü·erso marcada por cstuna,
do pertenece a la perfección de la naturaleza h.u.mana e? la especie )' respeto, amistad, afcctl\ idad. Ls necesario mirar, por tanro, a esta
en el indt\ iduo' \y puesto que en la resurrecc1on todo lo que. condición final de pt:rf<.:cción corno al modelo dcfinicivo de nuestro
a tal perfección pertenece, se sigue que en la rcsurrccc1on estara pre- accuar moral en esca 'ida. l .a ins1stc:ncia r Ja focalización en la vida
sente la sexualidad como perfección ontológica de la persona, aun- presente del modelo escatológico de. h casridad, contribuirá a ,·alo-
que el actu.'lr genital accidental ya no exista '· rar con equilibrio Ja relación entre hombre y mujer. incluso mdcpcn-
dientemcnre del estado de ,·ida, y a \'er con OJOS di\·ersos los seduc-
tores atracri\·os del erotismo.
c) de la se>:ualidad)' moral sex11al La perfecaón última de Ja sexualidad humana (perspectfra esca-
tológica nos hace encender que la sexualidad humana no ag.Jra su
-Sexualidad y castidad consagrada
fum:iún en la perspecth·a, aunque sea santa, pero a fin de cuentas
El significado perfectiYo de la personalidad, de sexuali- solamente terrena, de la gcneraciün física en el matrimonio, sino
dad, es...tal que justifica su presencia en la persona e;¡ se que exriende su influencia a codo el ámbito de la persona, de sus po-
cinde del hecho de que tal sexualidad se e;crcttc c.:n el el gcnmu. tencias y de sus actividades, poniendo las bases para una relación
Para santo Tomás éste es d caso del Yerbo cncarn:1do, qu11:n, al asu- entre hombre mujer, representada en esta tierra por la castidad re-
mir un cuerpo humano, asumió también su sexualidad. pero no con ligiosa, mucho más profunda que la mera relación genital; una rela-
ción entre hombre r mujer que debe consátllir la llama interior de
lbíd., 2·1. Tr:1d.. 25. - -- . es\ ''\'11 ('0U7) 900: .Sed ntlhi cualquier otra relación mas superficial, sea genital o no genital, ) que
cn Cf S\.' t,,C.1u.XXll,:l:Pl.41,71S- 9,ct.O · ·" - . · \e u:iles
llega a ser la garantía de una donacion de amor verdaderamente
mclius 'idemur c¡u1 utrumquc: non lluh1rant. f...Jno¿ ind1-
uriquc inmorulitatc ac fclioote, non carne; s1cur ntc "8-t: JO'ld interpersonal
gl)Ctunt Angc11,, s. , ro TO\L\!' Ol' \Qlíl'.'\v. Slh. Suppl q.81 a : et. - •-
9
mtr? 1
1 n i.-.s or: ,\Ql:ThO, ibicl. q. 81 a..+ ad 2: cf. ib1d., 280-281.
;
96
Cf. ÍD., !t: lib. mu. lll, d.12
Cf. LG 4-1.
fo., \ •! 1 q.99 2.2. cf. STEB Jll/2 (1959) 683-684.
v: K \'\ O.fí\1.\,. lr1MJ nspcattbilitlJJil (Plu.:.1 & o.e., 20h\.
408 HORIZONTE VERTICAL C.11. ANTROPOLOGIA DE 1A SEXUALIDAD HUMANA 409

De la castidad se da a menudo una imagen equivocada, es decir, la mundo y nadie podrá vivir sino siendo hombre o mujer, pero el ser
ncgaoon de la sexualidad. ..Algunas formas de Yivir la castidad son p ersona es más grande que el cuerpo y que la sexualidad. Esta ver-
ciertamente negaciYas. como las que se basan en la represión, la 1nlu- dad, evidente en sí núsma, conlleva que en la jerarquía de los bienes
bición, el desprecio y el rechazo. Pero la castidad positiYa y auténtica personales, la sexualidad, mientras pertenece a la persona en su toca-
no es rechazo de la sexualidad ni desestima de sus valores. La casu- lidad, no la agota en su plenirud. El bien total de la persona esca en
dad es energía espiritual que sabe defender el amor del egoísmo } de el primer lugar con toda su riqueza trascendente y espirirual. Si es
la agresividad y sabe promoverlo hacia la realización plena. La casti- verdad que nadie puede rechazar ser hombre o mujer, no es, sin em-
dad en la sexualidad no conduce ni al desprecio del cuerpo ni a la bargo, necesario que el eiercicio de la so..-ualidad exprese
desvalorización de la vida sexual, sino que enaltece el \·alor del cuer- toda lauda, y que coda persona necesite expresar la totalidad de sus
po sexuado al ruYel del \·alor de la persona. Por esto ella nusma es un capacidades sexuales. Al contrario.
valor, porque reconociendo el ejercicio de la sexualidad como Yalor, Si se considera la sexualidad como dimensión constirutirn v rela-
sabe colocarlo en un ámbito más grande. Desde su inicio, la Iglesia cional del yo personal, se verá que el <<yo» que realiza un
intuyó esta perspectiva y frente a formas de casudad negativas profundo con un «l:Ú>> puede también renunciar por toda la vida a la
-maniqueas, gnósticas, dualistas, cácaras- que despreciaban el acruación de la sexualidad genital sin que esto signifique empobreci-
matrimonio, ha afirmado al mismo tiempo el valor de la castidad micnco de sí. I:s lo que suce<le en la vida religiosa y sacerdotal:
consagrada > del matrimonio. el hombre hecho a imagen } semejanza de Dios, hecho para el <<tÚ>>
De aquí se sigue que el ejercicio de la acávidad genital, que se ex- de D ios, integra su «yo» con el «l:Ú>> trascendente también durante la
presa a través de los órganos genitales, no es el úrúco modo para ex- Yida terrena. La incegración virginal con Dios se fundamenta en
presarse como hombre o mujer r no es necesario, de forma decer- Ja relacionalidad conscirutiva de la sexualidad y al mismo tiempo la
mirusta, que cada individuo ejerote la acá\;dad genital para que manifiesta. La historia nos presenta la \;da de muchas personas céli-
pueda decirse realizada como persona y para TI\-ir la propia sexuali- bes, que a través de esta «consagración a Dios}> han llegado a reali-
dad. [ sto es cierto con una condición esencial: la persona que re- zarse plenamente, alcanzando una perfección excelsa: la santidad.
nuncia a .ta uruon sexual-genital debe permanecer fiel a su propia es- Este modo de ,;\ir la sexualidad se entiende porque es primaria-
trucrura sexual diferenciada, v realizar de modo W\'erso a la unión mente y consotuciTIU11enLt apertura, don, amor. El hombre ha sido
genital el sentido profundo de toda su que es comunica- r
creado por amor para el amor; su realización consiste precisamen-
ción, diálogo y don de sí mismo. Dicho de otro modo: la actividad te en donarse y amar. Cuando se abre a los demás y ama con genero-
scxual-genical no es el único modo de amar, de donarse, de ,·ivir el sidad, el amor se hace fecundo, tanto más fecundo cuanto más am-
espíritu de familia 98 . Si no se capta tal diferencia no se comprende plio es el radio de acción. El amor de quien se casa pri,;Jegia un
la elección de la vuguúdad hecha en la vida religiosa } número reducido de personas; el amor por el Reino de los cielos, se
el hecho de haber escogido vivir la propia sexualidad sin una acm'l- dirige completamente hacia Aquel que vino al mundo por amor, }
dad genital, ciertamente no hace menos hombres o menos mujeres. en él y como él ama a todos los hombres.
La sexualidad está inscrita en el ser humano, } por tanto arraigad:i Lo que da sentido a la castidad consagrada es la perspectiva del
en la naturaleza humana, marca a todo el ser humano, pero al mis- Reino de los ciclos: «Hay otros que se hacen eunucos por el Reino
mo tiempo no lo agora. Nadie podrá Yivir sin un cuerpo en este de los cielos. Quien pueda entender, que entienda» (11t 19,12). San
Pablo, en la 1 Cor 7, dice: <<.bn cuanto a las vírgenes, no tengo man-
?S Cf. J. M. Atil!I J\T, L 'cxilJC1'1fttin (Ccrf. Pam 1988) 192. dato dcl Señor. Doy, no obstante, mi consejo como quien, por la mi-
HOR ZONTE VERTICAL C 11 ANTROPOLOGIA DE LA SEXUAl.IDAD HUMANA -H 1
410

scricorJia del Señor, es digno de crédi o. "1g< • ere) cndo, en efecto, mana imagen de La rcspu<.:sta se encuentra, justamente, en el
que, debido al momenro e..xcepcion.il qut " \ imos, es bueno que el caráeter relacional de la sexualidad. Como el Padre es para el Hjjo y
hombre permanezca como esta. ¿Esrás cac;:ldo;. '\.e, busques la se- el Hijo para el Padre ) Jmbos para el Espíritu Santo y el Espíriru
¿Eres soltero? :l'\o mujer. Au?l!uc. si .te casas, no Sanro para ambos, así, análogamente, el varón es para la mu¡er
la mujer para el varón. 1-"l sexualid1d muestra que ser persona. ne <:s
pecas; y tampoco la de ncella s1 se casa:
ser aurosuficicntc, cerrado en !a propia concha, sino siempre un ser
ahorraros l:ls tribulaciones [emporalcs que c"tos sutnran [...]. Quie-
para el otro. El hombre es : semejanza de. Dios porque la se-
ro que cstéb libree; de pn.:ocupacioncs. Y mºcnrras el soltero e tá en
xualidad humana antes y sobrl. odo. más que una estructura bioló-
-.imación de preocuparse de las cosas de Señ '>r y de cómo agradar a
gica, es un claro de nuescra naruralez."l humana, y lo esencial de esta
Dios, d casado ha de preocuparst.. k las cosas del mundo y de
naruraleza es la apertura, la clonación, la intcrsubjetiYtdad, la reb-
cómo agradar a su mujer. y por lo tanto cst.1 di,;dido. lgualmcmc,
ción, el salt.r de sí ,y abrirse al otro.
la mujer no c;.1sa1.h y la d •ncdla ec;tan en situación de preocupar<:c
La sexualidad humana se configur1, c;cgún el Genesis, como reh-
de Jas cosas del consagrándose • él en cuerpo y alma. La que
cionalidad porque es querida y creada «a imagen y semejanza» de
está casada, cn cambio, se preocupa <lc las cosas del mundo ) de
Dios que es Uní-Trinidad de relacione<: de amor. Exisce, por canto,
cúm> agr.1dar a su marido. Os di,go esto no par'l ttn<leros una
una perfecta, aunque m1stenosa, analogía entre la relaaonalidad se
pa, smu par:t \'Uesua utilidad, mirando a lo que es decoroso y facilita
xual humana y la rclac1onabdad divina, porque al poner<;e Dios
el trato asiduo con el eñor» (1 Cor .,,25-28; '32-35). «Quisiera yo
como modelo ejemplar y causal de la pareja, le indica el proceder
guc todos los hombres siguiesen mi ejemplo; pero cada uno tiene de
más perfecto) cualificado de la r1..-alización de lo humano según su
OiO'• su propio <loo: unos de una mantra, otros de otra. A los solte·
particular naturaleza scxu :ida, innegablemc.nrc relacional. Lo
ros\' a las ,;udas les digo que es bueno que pcrmanezcan como )O. no es «a imagen \' semejanza de Dios» no solamente porque está
si no pueden guardar connncncia, tJUC se casen. Es mejor estructurado en su «ser» dual. es decir distinto en los dos polos se-
casarse que abrasarse» (1 Cor -.7-9 1. xuados, sino esencialmente en su «de' enin,, en el buscar su cumpli-
Esca extensión v amplificación de1 sentido de la sexualidad. indica miento, a tra,·C:s del actuar sc.xt..al, .Jcanzando la wudad y plcnirud
que no podemos la a una mera función biofi-.ica de lo humano en analogía con la unidad " plenitud de Dios. El ser
del cuerpo. En efecto. la sexualidad :lbraza toda la persona humana. humano se realiza. y sobre todo se perfecciona cuando las dos per-
5u hombre o mujer pertenece .J ser constituti,·o de la persona. La sonas se..'\.uadas deciden acruar sus innatas } potenciales capaadades
sc:xu'l'i hd. por eso, no es una condición «a1iadiJa11 de la persona, de apenura reciproca y de don ínterp<..rsvnal, ofrecido por su cons-
sin.> que es una deterrmnaaón fundamemal y central del ser huma- cirución sexuada, para realizar a tra,·és de una lntrinseca e irreducti-
no. Y entonces el int1ujo de la sexualidad en el mundo pcrson.al re- ble comurucabilidad sexual, la más íntima y total comunión cic amor
percute en rodas las manifestac ones de la ,·ida personal ) rclac1on.u. el modelo de la relacionalidad y del amor de Dios .
Desde el moml.ntO en que e::l sexo no es algo accesorio para la na.cu-
ralcza del hombre v no es solamente una capacidad funcional. sino '1? Para el último traf,'lTic:nto, cC G Bo!\0\11, «P1accrc :i;cssuil<!>>, en G. Rt":-O (ed.), fu1ddtr
/Xdin di bio<1im t' sumolqja (Elle D1 Ct·l..cumann, Tunn 2004)
qut.. esta arraigado la totalidad de su ser personal. se deriva que l:t
relación enctc el hombre v la mu¡er puede realizarse de modo ade-
cuado únicamente como personal. \qu1 encuentra tam-
bién fundamento el hecho de que la sexualidad sea «imagen» de la
Trinidad. S1 Dios no es sexuado, ¿cómo puede ser la sexualidad hu-
412 HORIZONTE VERTICAi. C.11 ANTROPOLOGÍA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 413

- Sexualidad } desórdenes morales sexuales de que tanto el mensa¡e re\.·elado como la creación natural tienen
como autor al mismo Dios.
En el plano antropológico, el desarrollo y madurez sexual tiende
hacia una creciente integración de la sexualidad en la totalidad de la De esta '¿sión antropológica de la sexualidad se derivan algunas
persona..\l contrario, el aislamiento egoísta de la sexualidad se opo- co?5ecuenaas en el plano enco u1• La moral sexual se refiere a la to-
ne a la integración y genera neurosis. La desintegración de la sexua- talidad de la rorpor rt a11i111fi mms. El juicio moral, por tanto,
lidad por la exclusión de las relaciones incerpersonales, significa una ru a los so.los datos biológicos, ni a la pura subje-
regresión y un desorden: en definitiYa, es una de\'aluación de la se- stn referencia a los datos biológicos. LA mast11rbn-
xualidad en cuanto deshwnanización de la misma non es mmnsecamente negatiYa porciue unpl..tca estructuralmente
un repliegue egoísta del indh iduo sobre sí mismo. Así, en el acto de
De aquí se deriva el aspecto ético: toda la vida sexual deberá estar
la O:anifiesta un comportamiemo egocén-
acompañada por la libertad responsable. Responsabilidad qwere de-
mco, contrano al senado dialógico y abierco propio de la se."l{uali-
cir aceptar y vivir la sexualidad por lo que ella es --como dimensión
dad ·03. «¿E n · consiste
· d acto .impuro? Se puede decir bien, en el
constitutiYa de un espíritu encarnado-- y por lo que ella implica en
abuso de los organos sexuales por una acti>idad completamente
sus significados y consecuencias. Es cierto que la persona no agota
todo su ser en la sexualidad, pero es igualmente cierto que Ja sexuali- del tú, r por eso en la falta de respeto al significado de la
dad implica y envuelve a toda la persona. El hecho de que la sexua- sexualidad y por tanto de la integridad del hombre» 11).j. Parece ade-
cuado colocar el desorden de la masturbación en la violación de
lidad no se pueda reducir a la genitalidad, no significa que una \'ez
este orden humano ciue ciuiere, en el ejercicio de la sexualidad
que la genitalidad se ejerce no comprometa a coda la persona. Yo
SO) libre de afiliarme a una asociación deportiva, no esto} obligado
-también biológica-, una relación con otro que pueda llamarse
ru necesitado, ni viYo solamente para hacer deporte, pero una yez una relación de amor. es canco la frustración de la finalidad bio-
ciue decido afiliarme, obligado a cumplir y respetar los regla- lógica la que hace ilícita la masturbación, sino la ausencia de una ,·er-
mentos estatutarios que determinan la naturaleza de la asociaaón; dadera pareja amada 105. El gra\ e desorden moral de la masturba-
mi adhesión no me compromete sólo en el acto puntual de recibir el 1
entro aquí 2 v:lloru los eswfos y bs condiciones p:uológias que segu-
carné, sino por todo el tiempo que dura la afiliación. La moral no es ramcruc influyen al dctermin:ir l.a moralidad del acto, y deben ronurse en consider:ici6n
así fruto de una constricción externa a nú, sino más bien la n.-aliza- c::n el cwdado pastoral: me rctlcro sunplc:mcmc al dato objcm-o. Par:i estos problcm:is, ci::

ción de Ja plerutud de mi ser en la conaencia del actuar. Por eso, en


\.o-.;Gll! .... ' PAR...., 1.A Docnu..'" DR u. Fe, •Pm."" , o.e.
mz Cf. DI. .\f.\Jtn.,1, Stmm/114 J",v13 ,.. 'S.:i.n Paola, CiniseUo Bils:uno, 11.Ulin
6 1993) 214S5.. • .
materia de moral sexual, la ilicitud no deriva tanto de una norma
lúl .A. CCHl, • \ , ' - tkU'e11ra Dutom1 01 mslJ,;Jnj (Qucnnima, Brcscfa 1972)
«externa» de tipo religioso, cuanto de la naturaleza intrínseca de la ..6:'!= «Ha sido la concepaón ··pcl"Sorulisu" de la sexu.alicbd {.-J 12 que h..'! :iponado una
sexualidad humana; en este campo se trata de comportamiencos va- de ;-icional a la condena rradioonalmcmc expresada con era h ma5rurb..1-
[...J La_?ueva de la -exualid.u:I, como función mo:.rsuhjeÓ\""3 y potencia de obb-
lorados por la <<ley moral natural», que pueden ademas ser convali- on Y de diálogo social, no no el componamienro aurocróñco. que por sí
dados por una ley positiva «religiosa». Los caterios éticos presenta- apan:ce 'olipsis12 y pm-:1do de cualqlticr apertura de comunión».
_ . F. vo-.; GARGl:R.'· L'e¡xxa dt/"1 StSJlldÍt {Borla, Twfo 1966) 154. Cf. CIC
dos aquí se desprenden del ámbho propio de la naturaleza humana. 23
_ .'.>2. 1<Por m11st11rborión se ha de encender la ,·olunuria de los órganos geruulcs a
El cristianismo, para ser fiel al mensaje revelado, debe comenzar fin de obtener un placer venér<."O»
los CIC 2352: <("El ddibcr111do de la facultad fuera de hls relaciones conwg:iles
con la reafirmación de los valores propios de la naturaleza human:t :nnales concradice a_ su finalid1d. cual el motl\"O que lo determ.tne". Así. ·el goce
en su integridad y ser fiel a esta naturaleza del hombre, consciente es buscad? aqw al de ·ta relaaon requerid.a por el onicn moral; aquclb
rclaoon que realiza el 5enudo integro de la mutua entrega y de 1:1 procreación humana en el
de Wl :unor verdadero" (Co1'GRUoM.Jó" P.\RA LA Docnu-.: \ oa LA Fe, "Pmowa hN·
°' \ F FMS1'."L, Das LJih 0111 simrlosm Ltbm, o.e., 23. Tr:id., 24. 111atra • 9: d. ne.)».
\..' '11:>
414 HORIZONTE VERTICAL

También el <le las relario11es pn111a/Ji111011iales 10s, dondc hav


ción s<: basa fundamentalmente en su carácter de acto scx""tta}
un.cornproml:o seno para casarse, el gesto permanece comrario a
imperfecto e 10sat1sfactorio puesto qm. exclU\·e la oricnración esen.
urudad y totalidad de] hombre, porque por una pane se Jona rotal-
cial de am >r al otro ) distorsiona así b estructura biológica misma.
mence .el .cue:o, por existen las condiciones obiecivns para
Un razonamiento w:ilogo Yale para la fornicación o las relaciones
una efccrwa ) coral donac1on de Ja per!l>ona; el acto fisico se des:irro-
sexuales realizadas con el propósito de puro placer, ) también las
en el presente: acco personal en el futuro: «me casaré concigo».
llamadas relaciones pre-matrimoniales. La ilicitud de la famict1dó111
En una concepaon amropológica respetuosa de la rotalidad de Li
consiste en hacer de persona un ob1c o, en ser contraria al carácter
la relación sexual se afirma como expresión de una comu-
dialógico de Ja sexualidad y en obrar una división en el interior de la
enm: los dos querida y decidida como total y definiáYa. Por esa
persona. El hombn: que acrúa este cipo de relaciones disocia su espí-
razon hay que ponerla en la situación de total v definici\"a donación
ritu de su cuerpo. E. acto sexual debería ser expresión de la totalidad
que se realiza e? matrin:onio. Fuera de él, efecto. «por firme
de In pcrson:i ) en cambio es sólo un gesto biológico; debería ser don
que sea d propos1to de quienes se compromerc.:n en esas relaciones
y comunicacion dL s1 mismo a un «tÚ.» } en cambio es sólo búsq teda
podrá lJUCd:u suficientemcme asegurada <<la since-
egoísta del placer c. tnstrumentalizaaoo de la persona. Esto no es solo
ndad r la hdcbda<l <le la relación interpersonal entre. un hombre y
m.>gati\·o dcsdt: el punto de \-ista énco, sino quL paradó1icamc:nt<: es
mujer» 1 • '\.o se trata solamente de aportar ganmtkL :11rdiras a 11
también una negación del mismo placer sexual que, buscado por si
scncdad del compromiso, sino también, y mucho más esencialmcn-
mismo, tiende a deYaluarse ) a permanecer insatisfecho. En efecto,
r<:., dt. una ,1demació11 011lolrígirt1 entre e s·gnificado del gesto
cuanto mas se concemra b. atención en el placer, moto m:b se dc:srru-
sexual y la \'Ida de ambos (hombre y mujer). Ll ser cst:í he-
yc y aleja; cuanto más se separa la acención del <1tÚ» con el que se de-
cho_ que a tra,·és de lol:> «gestos» del cuerpo las
berla viYir la relacion, tanto más est.i comprometido el mismo acto
rlec1s1ones tnrenores del espíritu; ahora bien, la relación sexual es un
sexual, generando insarisfaccióc ) repetición incluso masoquista.
que expresa la recio roca donación de modo tao total que
También los que buscan el placer sexual deberían dar!>e cuenta
de que c:.s en del mismo placer el favorecer conmctos sexuales haC:- de los dos un solo "<- . er i por tanto un gesto <(\·erdadero», es
d:c1r adecuado a la rt:-ali<l...a 1..x.stencial de la pareja, sólo cuando se
que trasc1c:n'1w el ni\·cl puramente y se coloquen en un nhel
inrcrpcrsonal. Con agudeza aYa.hda por la experiencia Viktor FrankJ de para 1..xprc,ar el dato de su compromiso total. de acuerdo con ro-
dice: «lhsándomc t:n la e:-..-pcric:ncia clínica de ,·arios me das sus cbmensione . En ca..;o contrario. como expresión mtal de un
atrevo a afirmar que las pern.irbacioncs de P')tencia y orgasmo deben do: que de hecho no es total, se convertiáa -al menos por lo que
atribuirse, en la ma:·oría de los casos, a este esquema de n..-acción, es atane a los hechos más allá de las buenas imenc1ones- en
mentira.
decir, al hecho de que la queda distorsionada en la mism.1
exacta medida en que es dominada por la intención preconcebida r la Igualmente el comportamiento homose.">..itaf es cstrucruralmenrt:: 1'
atención centrada en ella. Cuanto más se des\·ia la atención del com· negaá\·o porque la sexualidad tiene una orientación objeti\·a hetero-
pañero para fijala en el acto sexual c:n s1, L'Ulto m:ls comprometido sexual no solamente física, sino también psíquica y espiritual. Por
queda el nusmo acto r.
: et: N. 01. ;\lARlTh:J, S'1s11..Ji111 /m utJgwo d'am rr. o.e.. 156ss.
CIC 2353: «l.:lfanrttarii1'cs In uniñn c:mul entre un hombre pina mu¡cr fuera dd nu
t(I(
1
11
!"'RJ\ IA Dcx.,-1<1:-ot. 01 l.A l 1. Penol 1 l11nH11:11, - ,2; cf o.e.
Para la cxplicacion de b tmd.1:rra homO,t"Xu:i.l, \ l'llSC :ti tntCIO de e<.rc capirulo cl para-
uimonio. & gr:\\ emcme conttari.a a la dignidad de las r de la h11111Zl'· graro sobre de mtmc:xuahdid b1ológic2 Vp-1q111c.io; ayuí se habla dd ..comporra-
n:1tur¡ln.cme ordcn¡d:i al bien de lo,. 3-;1 como a la y cdun1ción de los nucnti»•. decir, de: homoSCXUJllc, realizados. de cu:Uquicr upo que Co
h11oso, so.e. L'I. Docnu.""' DE. t..\ F1.. Ho11JOJtX11r.l1tntis probkm . o.e.
1'.fl V. h. [ DuJ am Ji1n!6Ir1t LLE n, o.e.., 23. Trad., 24
nUKJLUNIC
410 L 1 1. AN rRUPOLOGIA DE LA SEXUALIDAD HUMA.NA 417

eso el comportamiento homosexual implica un rechazo objetiYo de a la Yocación de la libertad. Se tratará de mostrar que, teniendo en
la altendad fis1ca, psicológica y espiritual intrínseca a la sexualidad; cuenta las connotaciones biológicas y fisiológicas, lo que está en iue-
este rechazo hace que «según el orden moral objetiYo, las relaciones go, en el plano moral, es d modo en que la libertad asume 0 no la re-
homosexuales son actos p.riYados de su regla esencial e indispensa- lación de la persona humana, al mismo tiempo espiritual ,, corporal
ble> 111. La homosex:ualidad no expresa una unión complementaria como verdadera alteridad. Como se puede mostrar nfrel sim:
sino que esra fundamentalmente caracterizada por la autocompla- psicológico, la homosexual constituye un callejón
cenaa que impide la realizaáón verdadera de. la persona. sm salida en el i::lano del sentido ) de la vocación de la libertad, por-
La difusión cada vez más amplia de esce comportamiento, impo- que tal relac1o_n la un componanuento de apertu-
ne algunas precisiones ulteriores 1 2• Desde el punco de visea fisicista ra es el otream1cmo del prol:>io y de Ja propia
} biológico se dira que d comportamiento homosexual es negativo afecm,dad , en un contexto que contradice, SUl embargo, radical-
sólo porque contradice la complemencanedad fisiológica de los se- mente esta apertura. El otro, en efecto, al ser del mismo sexo, no es
xos y exclu} e la fecundidad biológica. Este apo de argumentación verdaderamente apeo el ofrecmuento del propio cuerpo,
ciertamente tiene una "·erdad, pero fundamenta el criceno moral cx- ) ambos no pueden abnrse juntos n la nue\·a alteridad de una tercera
en el dato biológico. El hombre, en cuanto dotado de persona: el. Por otra parte, el comportamienco homosexual per-
razón, trasaende, sin embargo, el orden biológico. El criterio bioló- manece pns1onero del narcisismo tanto en el plano moral como en
gico juega ciertamente un papel, pero por sí solo no es suficiente. el psicológico. Cn juicio moral de la conducta homosexual debe
En el extremo opuesto, desde el punto de vista meramente subjeti- conjugar el orden biológico r el dinamismo de la libertad en mutua
\·o, se intenta encontrar en la pura libertad incliv1dual el criteno sufi- interacción. Así se evita el reducc1onismo tanto del biologismo
ciente de la moralidad. En esta visión, las estructuras biológicas son como de la pura subjeci\·idad 114_
elementos <<infra-humanoS>> y no se puede encontrar un criterio de En este contexto connenc hacer mención de la distinción entre
jwcio del comportamiento en datos biológicos y fisio- macrimonio y «wlión homosexual». Desde el punto de vista ecimo-
lógicos de la Se)..-ualidad humana. Lo que importa no es lo que el in- Jógico, Ja palabra «matrimonio» viene del latín 111atn - 1Jnt11/(j, «tarea
dividuo t<es»: varón o muier, sino lo que «decide> ser usando la fuer- de la madre», o también malre111 - "" n rt, <proteger a la madre>>. La
za de su libertad. Lo que por tanto es s1gnifica0Yo en el plano moral etimología indicaría una relación directa entre <a alianza de amor de
es el rol masculino o femenino que el sujeto libre adopta de modo los dos (hombre y mujer' en la heterosexualidad \' la tarea de mater-
auténtico y responsable, 1ndepenclienremente de su ser biológico. nidad, paternidad que surge oc ella. En el derecho romane un ma-
. . '
Mt parece que la respuesta subjem 1sta al problema homosexual era i11sl11n1, es decir legítimo, sólo en e_ momemo en que se
es tan inhumana como la posiáón biologista. El hombre es tratado verificaban algunas condiciones fundamentales. Cuatro, en particu-
como si fuera una pura liben.ad angélica., sin relación concreta 113
C( S. Lt::o:-.i:, E.lira tklla 1ila ef/rllira (Fd. Dchonianc. &loma 2006'.
su encamación corporal y con la realidad de las tendencias biológi- • tu ac23·- :> : •i.a
'-Tr:idi cion • h2 dcclar.uio siempre /
..Jos 01ctos homosaw.les son in-
cas. En realidad, la solución correcta del problema es mucho má" tnnsec:uneme desorden!ldos" DELA 0ocnu1'A DE L\ FE, <1Prrs(lfl.:
8, e( o.e. 1. Son contrarios :J. la ley natur.t!. Cierran el :acto 'exu2l aJ don de Ja. v1d:t. No procc·
agil y equilibrada. r\ grandes rasgos consiste en la afirmación de la den uoa afccth-:i >sexual. No puc:dcn rccihu: aprobación
importancia del orden biológico, no en sí rrusmo, sino en referencia nmgun caso»; n.2358: «Un numero aprec1ablc de hombres y mujeres prcscman tcnden·
oas. No eligen su homo:.exual; ésra constituve par:¡ :1
mayona de _eJJo_s un:i autenoca prucb.L. Deben ser acogidos con respeta, compasión delic2 -
111 C o KGl\EGAOó :- 01 LA L.\ FE, h;1,,1ar.a, 8,3; cf. o.e. dcza. Se respceto a ellos, signo de injusca. ESllS personas escin
112 ''ª.,
Cf. J. o s F1' EsM JNr l'agir hNmaÍr.. o.e.• 11 Sss. P.ira la 2plicación 2 l.t homo>cxua· llamadas a la.:olunrad de Dios en su \"lda. ), si son cnsullJllls, a unir al sacrificio de Lt
hd:td, a A. l.mNARD. ujo11tk11u111tie/a111{)rak, o.e.. 157- 160. Trad.. 132-136. truz del Señor las d1hculcadcs que pue<l:m cncontr.1r a de su condicióllJll.
'110
C 11 ANTROPOLOGfA DE lA SEXUALIDAD HUMANA 419

lar: la capacidad de unión sexual entre la pareja. la cxoganúa, la mo- codos senrimos el deber de. rcspecar r amar, ,, de quienes, en algunos
nogamia y el t"or1•tlm1111. casos, conozco persona.mente su recotud y sufrinúemo» •1s.
La caparidad de 111.1ó11 .r.>..7tal. elemento fundamental si se considera Respecto a la a11t1co11cepció11 <rt1rtificraL 1 se puede decir que a pesar
que la finalidad del matrimonio era la prole. se constituía por trc de las apariencias engañosas suscitadas por el vocabwanc usado,
dcmentos: la heterosexualidad, la ec.fad púber por parte de ambos. la no es simplemente el hecho de ser <<a.rttficial» lo que fundamenta el
;.pLtud a la unión sexual La e. . .:r;ga111ia era (y el principio por el juicio moral sobre ella. Lo que de n;rdad se pone en juego no es
cual un imfü·iduo no se puede casar con miembros de su mismo lo biológico sino lo espiritual: se ex..mL el comportamiento sexual
t+arlilia, clan. rribu , es decir que entre los dos no tiene que de su responsabilidad inmediata de poder ser causa de una nue,·a
haber rdación de parencesco. El principio de 111011ogamia. en cambio. 'ida; se lo txonera de su deber dt s<.."T responsable y de actuar o no
csrabkc1a que no se puede tener Tás que una pareja. El co1111bilm1 actuar sobre la base de esta rLsponsabilidad. En la anriconcepción,
consisria en poseer 1as capacidades de contraer matrimonio. Es de- el acto sexual Uamado, por naturaleza imnnseca, a hacerse en \-incu-
cir, cuaf"do hoy se habla de ausencia de impedimentos -por lo tan- Jación con la lfüertad y la decisión responsable, se hace desligado de
lO en sentido los romanos h..blaban de posesión del c<r ella; el <c.arcificio» actúa por sí mismo y hace inútil la modificación del
111tli11111. en sentido positiYo: por ejemplo, el status de esclaYo, la comportamiento sexual.
pcrrencncia a diferente estado social, determinadas relaciones de
parcntcscc ... exdu) tn la posesión del co1111/1i1f111. Al ro1111hi11111 está liga-
d) Cararletistiras e.rp(r!Jims de la .re.....-110/idad h11mafla:
da la 'rj)'•r/10 1J1t11italis o amor conyugal.
factores reladonalesy perso11,diza11tes
Es e\•idcnte cómo t:n las uniones homosexuales se polariza la
atención en el amor (también él separado de todo criterio objerim), Todo este capítulo se ha encaminado a mostrar que la sexualidad
olvidando los demás componentes esenciales. Por tanto, propia- en b persona no <..s algo mareriaJ, corporal, externo al ser humano,
mente hablando, no se puede decir «matrimonio» homosexual. Eso sino una realidad profunda, íntima, que im·ade todo su ser) rodas
no sil.rnifica <<lmpedlr que el Esrado busque dar re"puesra a situacio- las dimensiones de la personalidad. Aunque hay algunas analogías,
nes ;UC\":lS presentes en 1a soaedad, reconociendo algunos dere- ecJa persona los aspectos biológicos aenen un sentido di,·crso de lo
chos ch ilcs también a pers• nas del mismo sexo que han <lccidido que ocurre en el mundo animal, y esto porque la naturaleza b·ológi-
,·ivir junt.1' o;.us propias vidas. Lo que importa [...] es que <:sto no se ca está unida, en d hombre, con la naturaleza del espíritu, dando lu-
traduzca en un debilitamiento de la insrirución familiar, ya muy ame- gar a la namraleza humana r a la person:>.. La sexoalidad se refiere a
nazada en fo. cultura m >cierna. Se sabe que la forma mfü; cfccti,·a de la persona en su 1mitotalidad de cuerpo ) espmtu, por eso la relación
agorar una real1dad o una paiabra es la de dilatarla y banalizarla. ha- sexual entra en la categoría del serptrsona) no del tmercosas. :\hora
ciendo que al. mee cosas diferentes \ t:ntre sí contradicrorias. Esro bien. lo que no se uenc, no se puede ni usar ni hacer usar; el unico
ocurre si se equipara .a pareja homt sexual :ti matrimonio. modo dt. reahzac1on es el don de
hombre y la mu¡cr. El sentido mismo de la palabra ..mammonto Para ilustrar más esto, comemos, por su aleo comen.ido simbólico,
-del btin, deber de. la madre 111at1is - 111111111.f}- revda la insensatez tres aspectos de la actividad sexual humana. Se trata de: 1, la mcon-
de tal pro ·e.cto. No se ve, sobre todo, el moti,·o de esta ct1uipara- gruencia de las cur\'as de excitación masculina } femenina, 2) la au-
ción, pudiéndose sakaguar<lar los derechos ci\ iks en cuestié>n
115 R. C
bién de otras maneras. No -reo por que esto deberá sonar a un hmne 116 Ct:
\."Comen uno a fa htur¡,,.ja dd domingo 31 de diciembre de 2()(16,,.
RHO,Hfl\11_11, mcntaltd:id anticonccpava )'cultura del abor-
y ofensa a h dignidad de las personas homosexuales, hacia quicne' to: valorac1onc.s y concx1ones», l.C., 435-452.
420 HORIZONTE VCP.T!CAJ. C 11. ANTROPOLOGIA DE LA SEXUALIDAD HUMANA 421

senda de periodos de celo, 3) el fenómeno de la exciracion y de la modificaciones físicas. Entre las más evidentes se encuentran la acu-
emoción. La estructura iosónáva humana, una r<.-alidad en aparien- mulación de gran cantidad de sangre en la zona genital, tanto del
cia puramente animal, contiene sorprendentes rcferencias a lo que hombre como de la mujer, y de. una involuntaria tensión muscular
es típicameme humano ) rrasoende la experiencia nsonth·a n-. La en todo el cuerpo, llamada «.miotonía», que disminuye después del
índole sexuada del ser humano r de las facukadcs humanas de la orgasmo y finalmente desaparece. La excitación masculina se pro-
procreación son diferentes y supenores a Jo que sucede en los esta- duce rápidamente r del mismo modo baja de intensidad con rap -
dos mferiores de la rida. Hablando propiamente, «ninguna conduc- dez; en la mujer, al contrario, la excitación y el retorno a la normali-
ta del hombre es resultado de un simple mecanismo corpóreo [...] dad son más lcnros y prolongados; siguen un ritmo ondulatorio
codos nuestros gestos participan, a su manera, en esta única acti- ascendente y descendente que. puede alcanzar, en el mismo acto se-
,;dad de explicación y de significación qut: somos nosotros mis- xual, más Yeces el ápice del orgasmo srn que se dé el fenómeno del
mos> t1. Psicólogos) biólogos están de acuerdo con estas palabras «periodo refractario» típico del orgasmo masculino, durante el cual
de. .:\Ierleau-Ponty, y numerosos análisis demuestran que la actiYidad es mu} dificil que alcance a tener una nuern erección. El peáodo re-
sexual humana no puede comprenderse como una concatenación fractario puede durar minutos u horas, con la regla general dt que.
automática de refle1os 10stinuvos. José Antoruo Marina sostiene que cuanco más edad tiene el hombre, más largo es este período. La mu-
la sexualidad es un fenómeno «privilegiado para el estudio de la jer, en cambio, puede continuar y con una adecuada estimulacion,
transformación del animal en ser humano [...] el impulso animal se alcanzar orgasmos repetidos.
humaruza al estar sometido a reglas» 1 G, se humaniza porquc.: la di- Quien juzgara estas incongruencias y carencias de sintonía en la
mensión espiritual humana lo hace «humano» y no ya «arurnal». estructura instinti\a del hombre y de la mujer solamente desde el
punto de 'ista fisiológico, podria conclwr que existe una imperfec-
-La incongruencia de las curvas de excitación ción en la naturaleza, . que:: por esta incongruencia uno de los dos
masculma y femenina (la mayor parte de las Ycces la mujer se podría sentir frustrado en la
realización del acto sexual. St cada uno de los dos, en el ejercioo de
Por los estudios de anatomía .' fisiología de la relación sexual hu- esta actividad, pensase solamente en sí rrusmo, seguramente dejaría
mana es conocida la diferenoa en el ritmo de la excitación sexual :tl orro insatisfecho
masculina ) femenina 20• Cada persona responde de modo di\·crso Pero si comamos la sexualidad humana en lo que ella es, vemos
al esámulo sexual, pero existe un esquema aplicable a la mayor parte que las leyes fisiológicas manifiestan algo que las trasciende. En
de las personas en la mayor parte de los casos. Este esquema prevé efecto, la diversidad en las cun·as dt excitación masculina ) femeni-
tres fases: deseo, excitación, orgasmo; cada fase se disánguc. de la na, así como las diferencias anatómicas y fisiologicas, invitan al
otra en base a precisas respuestas fisicas. La capacidad para resP'Jn- hombre a no dc¡arse arrastrar por el !nsunto de manera <<a!Üm:u r
dc.:r sexualmente \'aria también según la edad de las personas. Cuan- ofrecen a ambos la posibilidad de realizar el acto de forma
do el deseo se transforma en estado de excitación se dan di\'ersas «humana». Mientras los animales se aparean sólo por instinto con fi-
nes meramente reproductivos, en la persona cl acto SC-"\.-ual tiene
1•Cf G'> 51
t 1'1 Mr Kl l -Po:-.n, l{gnu Galhmard, París 1960) 2s-, 290. Trad.: Stg,110. (Sc:L' n:i.rr;il.. también el propósito de expresar la unión personal y de hacerla más
Barcclon.a ¡9-3. íntima. Lo propio del «coito» (de co-m·, ir ¡nnms) es llevar la dualidad
J. .\ ).l \Rr-..;A., El ro111J>tcal11fZ.:7S sc.·u,;/id.id (Anagram.1, Barcelona 2002)
a la unidad; cada uno está en simpaúa ) en empatia con lo que expe-
lO Cf \'( H \I 1 Rs - E. J. VIRGJ-..;L\, H11m.:in Si'X11<,/ Rr.1pMse (ljttlc, Brov.·n & C.o., Bos-
ton 966 ; 1 K \l'I \.-..;1 X1111rt Tm.rpi< Sm11ali (Bompiani, Milin 9 2002). rimenta el otro. «Conductor del 1uego, el hombre alcanza la profun-
422 ._ 1 1 ''" 11\vrVlVvl>I UC V\ :>l:AUAl.JUAIJ 4LJ

didad cuando, en lugar de inventar o de imponer un ritmo, descubre Esra condición significa que en cada instante eJ hombre está llama-
en la otra una longitud de onda que él mismo desposa» 121. do a proyectarse hacia lo que es lo <.:specífico de su humanidad. y
l s conocida la importancia, tamo para el cnnquccimiento del en- por tanro, a trascender la pura naturalidad biológica 12.1. Mientras
cm:ntro como para el incremento del goce, qut. uene en el acro con- que en d animal lo instinti,·o y lo natural coinciden, en d hombre Jo
yugal lo que se- h.. llamado «juegos eróticos>, o <<preludios)> (del latín natural es más amplio) "ª más allá del instinto, porque su <marura1e-
prae-/11dn ; ,uiw: juego). Lo afuman psicólog >s \ da testimonio di- za» no es solamente biológica sino también racional. La «naruraleza
recto de ello XaYier Lacroix, docror en rcologta, casado, padre de humana>> es la uni-mcalidad de materia y espíritu. y por ello lo <matu-
tres hijos, caróhco comprometido, director del Inscicuco de Ciencias ra1> en el hombre no puede quedar reducido al instinto. Esta \'erdad
de la Familia de la L1 niversidad Católica de Lyon: «Juegos de manos. que es válida para roda persona humana, lo es también para su as-
juegos de labios, insistencias, reci:cencias, audacias [...] no son ridicu- pecm «corpora1>, porc¡ue d cuerpo con su Libido es manifestación
leces sino dulzura, estupor, descubrimiento. En lm; confines del del hombre; es así como el hombre en su integridad es un ser dialo-
pudor )' de la impudicta, la pareja JUCga con los limites }' tienen leja- gal. abierto ru otro, cambién en su corporcid;d sexuada.
na la saciedad» 122• Uno de los inconvenientes dc la «revolución se- La diversidad en la complcmemaridad de la naturaleza sexual
xual» ha sido d de reducir el acto sexual al solo momento del orgas- mascuüna y femenina, impide, por rnnro, abandonarse solamente al
mo, en detrimento de otros aspectos que llevan a la comprensión de insónto, y no por «razones superiores» sino por ella misma. La di-
la pareja, como los preludios y otras expresiones de ternura. «El or- ,·ersidad sexual es un desafío que pide una respuesta responsable.
gasmo es sók un pequeño momento de abrazo r sería injuriar a los 1:.xpone al hombre al fracaso r al triunfo en la realizacion de su se-
amantes ltmirnrlos a la busqueda de una única sensación» 1 51 d xualidad. canto, presenta la posibilidad dL una ro1111111imno,1
act > sexual no es fruto de un camino común, el encuentro cor:·t. d mana y no solamente de una cc>pula animal. Por sí mis!Ua, ) no por
riesgo dt. n:duruse a dos ma.srurbaaoncs sincrónicas. una reflexión superior de cadctcr rcügioso, la estructura sexuada
Este razonamiento nos lleva a sostener que la sexualidad humana del hombre tiene una dignidad y una nobleza propillS, como de-
tiene una especificidad; su ejercicio implica fa presencia del hombre mento fundamental del hombre. No son por tanto las de6siones
completo, a rrascendenaa de la pura naturaleza biológica; el acto éticas la· que ennoblecen la sexualidad humana. sine. que e<; es-
conyugal debe -.er siempre un «acco humano». J..a condici6n huma- tructura misma de cst.'\ sexualjdad la que impone al hombre entero
na del cuerpo es algo más, es algo disrinto de la pura n:uuralidad. un planteamiento ético.
Esto es lo especifico de la sexualidad humana; es humana porque
H. \l\.'> Lir.l'l, Ll11t11:mr.1tx11rlk Cascctman, P.uis 196b) 62. E.sic es el rcswnoruo de
l?I
un:i pue¡a c2s:.1da h.ace n:une años: «H.iccmos de cad.i aero conyugal un 1cto de amor. está dirigida no sólo por la inrdigencia r la voluntad, sino por su na-
Es ufiacmc a Jesearlo 1umos, lo cwl rcileja :ihor:t nuestra situaaon, Por esto rut) turaleza misma. Cuando h libido humana se quiere a sí misma, no
que prc:mu gr.tn :ucncion :U cónyuge. Llegamos Li mayoña de b..' veces -imult:incamcnte a la
sa11 facaón. Es mu\ 1mport.mte, de otr.i fornu '>e uno de rep<.Tlte solo, separado dd
puede quererse en exclusi\'n, sino que tiene <¡uL al--rirse al ')rro. La
otro, ;1bandfin.1d >. P.1r:1 lograrlo ha) que e!'t.'lr muy :uento> el uno del ouo e 111\ crtir ocrnpo. sexualidad human:l debe lle\'ar siempre en sí el clememo «diacc rii-
o puedo gustar el placer un cieno clima. sm rcmurn, sm cnricus prclumn:ire' (e, to e' lo
nn uucio ck m.·u rimonio). fh por tamo, enrontr:u d
co» para no permanecer estéril o deformada. La incongruenda de la
acuc:rdn, , p.trn tc:ncr un :un•Jr el uno por 1.i mra. La sausfaccuin y b del naturaleza en las cun·as de excitación sexual masculina ,v femenina '
se corresponden. Para que sal¡,.-a bien un acto conyugal, es nccc:s:mo qu• uno
p1cn<e en el t>tro ma< que en ,.¡ mi:;mo, en el placer dd otro mh <¡u<: en d propio. <.u.111do
podrá parecer w1a impcrfccci6n en el pbno biológico-natural, pero
nos an 1.1mos mucho, uno siente Ll alegri:t del ocro como Ll propU,.;. Allit1111? ( 1IJSO) 9 10, 13. no lo es en d plano humano; precisamente por esta incongruencia
cnado por X. l.-1.0l.ul)(, Le corps de •hair. o.e.
122 X. Lvltt•LX, u 1wps tÍt rhalf; o.e., 38.
114 K. \'\ o¡n1_\ ,, !mor 1 respor.st1lnlidctl (Pliza .,. Janes), o.e.,
121
P. BRU< K.'U - A. hi-;J...,El.KRAl:T, U notatu:J di!ordrr m11 rirwx (:->cuil, P.aris 19"'7) 258.
4¿4 HUKILUNll: lltKlll...Al '- 1 1 • 1-11'111\U!'VLUvl>I Uc LA HUt-AANA 4L::J

se trasciende el automatismo de los procesos instinci,·os animales \· humanas se da el abuso, la violación, la imposición, la violenoa; to-
el hombre es humano en su se..xualidad Esta característica dos aspectos negariYos que el animal se ahorra. A diferencia del
de la sexualidad hace que en la realización del acto sexual, el hombre hombre, el animal difícilmente puede equiYocarse o fracasar en el
y la mujer se abran amorosamente el uno al otro y, teniendo presen- campo sexual.
te la diYcrsídad de los ricmos, den espacio a esa afecti,·idad general e La exclusión del hombre de. la determinación instintiva, no es un
integradora de la cópula sexual, que va más allá de la excitación e in- mimu, sino ocra oportunidad como signo de su grandeza.. La chstru-
cluye la emotividad 125. nución de su porencia como ser natural ofrece la oportunidad de
oáentarse hacia su autodeterminación. La Ytda no le es dada ra de
- La ausencia del periodo de celo forma organizada ni determinada por el ciclo de los instintos; así el
hombre está expuesto aJ riesgo, y tiene la oportunidad } el deber de
Ésta es otra caracteriscica de la sexualidad humana que manifiesta preguntarse cuál es el sentido de su actividad sexual Con esto, la
el modo en que los fenómenos fisiológicos, por el hecho de perte- posibilidad de equiYocarst se convierte en pri,·ilegio del cual goza
necer al cuerpo humano, trascienden una interpretación puramente sólo el hombre; errar es humano.
fisiológica. En el animal la accfridad instintiva se>.."Ual cicne un carác- La carencia de determinación de la fuerza natural de la sexualidad
ter totalmente automático y determinado. El encuentro del macho humana produce, paradójicamente, una fuerza de humanización.
con la hembra en celo no está subordinado a runguna decisión o «Somos libres a la fuerza». El paso de la determinación natural hacia
elección; tiene algo de fatal. Del m.ismo modo, el ritmo de los perío- actuaciones conscientes y responsables es una capacidad del hom-
dos de celo está regulado de manera automática r cíclica. bre y al mismo tiempo una obligación. Este paso que indicamos con
Este carácrc.:r automático no se encuentra en el hombre. '\io exis- el nombre de «autotrascendencia» del hombre está ya preseme en la
te en el hombre <<normab> ninguna actividad insunciva ' mculante estructura instináYa sexuada de la persona. en el animal
por sí misma. La razón de esto, respecto de la sexualidad, es la au- el uso de los órganos sexuales es 10st1nti•o y normal en cuanto lle
sencü. de los periodos de celo; a lo más cx.isten determinados gan a la madurez fisiológico-funcional, en el hombre todo esto debe
cstimulos hormonales, que se manifiescan en la intensificación dd insertarse en un contexto de madurez psicológica, espinrual :" mo-
instimo. F !1 \'irtud de esa ausencia, el hombre escapa del ciclo decer- ra.4 dado que la unión corpórco-genical expresa la unión de dos per-
m1msra del tiempo. sonas maduras. La sexualidad humana. por canto, se sustrae al ritmo
De modo análogo a ..1.0 que se ha chcho respecto a hs curvas de biológico insántivo y se coloca en el nivel del don recíproco de dos
excitación masculina y femeruna, esta ausencia de periodos de celo. personas. «Para que la experiencia de la no llegue inevita-
y por tamo la exclusión del ricmo determinisca de la naturaleza. PC: blemente a fracasar es necesano insertarla en el complejo de la mo-
dría parecer, a primera vista, un defecto y una carencia. Se p0dna avación humana, \Ülcularla ) dirigirla a servir a motivos que, no
también plantear la cuestión de si se trata de una supc.:ración o de un obedeciendo al impulso del momento, escapen de las leyes de la en-
rc.:croceso respecto del niYel animal. La pregunta es importante so- tropía y del hábito, } que:. crecen cuando cstan satisfechos. Tales ne-
bre codo si se considera la inescabilidad ) el desorden que se siguen cesidades de "crecimiento" pueden ser, por e¡emplo, la donación
para el hombre de la carencia de escas rttmos. Entre las personas personal, la colaboración para alcanzar jumo con el cónyuge unas
mecas a largo plazo, para real.izar en definim·a una "vida de dos"» 121;.
IZ5 La cubor::ición de Ull2 \isión unificador.i del clin;imismo impulsor dentro de 12 1ouli·
dad dd hombre, es e:! propósno de la obra de'\: l.rJ>LllR, Trt1frtt:MflftJ. 126 A. Rosco , o<l...a rea.Id biologica e pstcologica (iclla se,$u.Wci umana. Elcmc.""flc pcr uru
o.e. SUltesi in funuone pcd:igogica": Oriml::fllfnli ptt!.-:¡,l?(i.163 (1964) 575.
C 11 ANTROPOLOGÍA OE lA SEXUALIDAD HUM-\NA 127

- L.-i excitación. e senrimienco y la emoción


el scncimiento afccti\'o, la emotividad. llamado también libido. es lo
El ser humano está. sujeco a paniculares n.>:1ccioncs proYocadas que cmpuja a buscar una excitación sexual. Fs el imán que. nos diri-
por el encuentro de la masculinid..1.d y la feminidad. Este problema, ge hacia otras personas y que atrae a estas personas haeta nosotros.
yue pertenece más a la psicologfa que a la biología. está en relación Es difícil describir en términos cientficos el deseo afectivo, estando
estrecha con el dominio de s:.
Un análisis atento ele la psicología asociado en profundidad a un centro cerebral y por canto sujeto a
humana demuestra que en las rdaciones imcrper!"onalcs, en bs que las Yariaciones de los ni,·cles hormonalc" v al funaonam.ienco de los
se expresa la influena" recíproca de la masculini<lad y feminidad, se comple¡os circuitos cerebrales. además de la psicología de la perso-
produce en la persona urui triple reacción: la exritarió11, el sen/1111imtoy na. Cuando d deseo afcct' vo se saúsface se transforma en estado de
la e111otió11. excitación y se dan di\"er.;as modificaciones físicas.
Ese.as eres reacciones aunque aparecen jumas, se puc<len distin- Sin detenerme en una minuciosa valoración. probablemente cada
guir respecto a su objeto. La diferencia objc:ciYa entre uno y otro uno de esros dos puntos de \'ista encierra su verdad. Lo que mfis
Üpo de rcaccié>n consiste.: c:n t::I 1echo de que la excitación es sobre interesa es la especificidad humana dL este fenómeno y lo t¡ue reYc-
tocio «biolé>gica» y en este sentido «sexu1l»; el scncimiemo y la emo- la. La relación cmrc el sentimiento, emoción y excitación :; su rcfc
ción, en cambio, aunque se suscitan por b reciproca reacción de la rencia, más allá del mero aspecto fis1co o material, hacia el todo de
m•tscuünidad y feminidad, se rdlcrt.:r1 todo la ocra persona la persona -y por tanto, incluyendo también ese aspecto físico--
cntt:ndida en su integridad. La excicacion busca sobre codo cxprc- puede ,·erse reflejada en d diálogo ) la narración del encuentro de
s'lrst.: en la forma del placer sexual y corpóreo, y ticmk al acLO se- Odisea con Pendopc: después de largos años de ausencia, la ternu-
Xt. lll. r .n cambio. e' sentimiento y la emoción pronicados por otro ra de los amann:s n..aparccc con intensidad renO\·ada y profunda 118.
ser humano. aunque csren condicionados por la feminidad o mascu- Esta disrinci6n entre excitación, sentimiento y emoción es espe-
linidad del otro, n•J tlenden por sí mismos al .teto sexual, sino yuc se cíficamente humana, y es del todo extraña al mundo animal. El ani-
orientan a otras marufesraciones afccth-as. mal esta ciertamenre cxcimdo. pero eso no quiere decir que haya im-
¿Cómo concebir la rdación enrre excitación, scncimiemo emo- plicac1on de un mundo afectivo. La sexualidad humana, c.:n cambio,
ción? Desde un pumo de Yist:a, parece t¡uc la excitación, surcida dl: debe expresar::.e en la capacidad de dirigir ramo la excitación hacia
una determmada percepción visual, tácul, ol fama, cte., :->Uscica en el su correcto desarrollo, como el st:ntimicnto y la emoción hacia la in-
organi::.mo unos procesos hormonales y psíquicos t¡ue prO\OCa.tl tensiiicación de su carácter dc:->interesad ,. pcrsonalizantc. Esta di-
d sentimiemo (expresa<lo en r-o..ma de dest:o)) la emoción. Dl:sde ferenciacic>n no es una contraposición. )..o significa que el acto se-
otra perspecá\·a, sin t:mb:ugo, p,lrcce que la e.xcirn.ción no e::.tá en el xual. como efecto de la excimción, no implique al mismo tiempo un
primer lugar sino en e] úlcimo. La percepción de la belleza de una estado scnamcnml que, en la forma encendida, lleva a la emoción.
persona harfa surgir un estado "Lntimental y emoti\·o profundo. Al contrario, en el acto sexual hununo. la unión íntima debería im-
provocando un mm·imienco afecovo en el sujeto que condu- plicar una particular intensificación psicológica sentimental-emotiva
ce a la sexual. En el primer punco de vistn, la excitación es que en\'ueh-e a toe.la la persona y n sobmt:nte las partes crógcnas
1.1 causa de la emocion afecm'a; en el segundo es sólo la excuadas. Lo conrrano es rc<luccionismo bmlógico marufcsca<lo
ciün. Muchos estudiosos se inclinan por d st.:gundo ir. El deseo, dramáticamente en los fenómenos de la o de la viola-
ción, donde la excitación <le uno está completamente disociada de la
127 C l. 11. '· Kw1 ThtSc-:11a/DuirtDi.rordm. 1da11 r. '.f \f:'1; Motz Jf#1
(Bunncr .\1:!.zcl, 1995).
l..1\'llUJWn
l2S Od/Jtc, xxm. 1G6ss.
428 HORIZONTE VERTICAL

emot:i\'idad de ambos e, incluso, de la auseoce excitación del otro.


En cambio, en las relaciones auténticamente humanas, la excitación,
que se hace caricia, se trasciende a sí misma e impregna psíquica-
mence y emonvamemc coda la persona. Como dice Xavier Lacroix,
es necesano (<realizar el paso de la noción dt intercambio (sexual) a
la de relación 1 imersubjeriva)» l:!9• Por esta experiencia emocional
afectiva, la excicación se hace no solamente placer, sino sobre todo
profunda alegría r satisfacción afectiva. La emoción afecth·a puede
tener una connoración positiva, que es la satisfacción, o una conno-
tación negath-a, que es el sufruruento, el cual se manifiesta como
contrariedad sensual, insatisfacción. tnsteza. El sufrimiento emoti-
,.o ligado al acto sexual manifiesta la contradicción de la persona al
nvir de una forma no humana. La distinción entre excitación, senti-
miento y emoción prueba, por tanto, una Ycz más, la especificidad
de la sexualidad humana, que excluye cualquier reducción unilateral TERMlXO DE ThlPWUR \'01.lJ\fEl\ DI:. •HORl-
al pum instinto. ZOl\.'TF \ l RTICAI>. DE L.\ BfBIJOTl.CA DE -\l.;'"fO-
RLS CRISTl:\'\!OS, El DIA 4 Oh <x:n.:BR.. DFI
Al'O 20'll:I, f'ESTI\'IDAD D' SA:-.. 1R..\i...... CJS.
X. l..e "'rps tú ,/wr, o.e., 38.
CO DE :\SIS. E.'I LO-. r \U fRfS DL
sOC:ED.\D \'\Ó' \t. o r
TOCO\lPOslOO:>:, T\U-
SIO 9. MADRID

LA US DEO l ºIRGII\"JQUE MATRI


ESTUDIOS Y ENSAYOS

Últimos volúmenes publicados


Sene Historia
Galileo i d Vaticano
1\1. \.RTIGA<., - SÁ,CW:Z DE TOCA
El islam e1 la E.-;poña actual
Jo. t Lt.is .\.'cm:z :\ocau:s
Serie Teologia
Teologia Jrunea
Jo É C\8\
111011 Dum Escoto
J Osl A'T0'\10 \fERt'O
relatiVlsmo
Jo t A'-ro,10 SAYts
Sene Espintualidad
El percgnno de la volunrod de Dios.
Biogro{ia e:;piritual de San Ignacio de layo/a
l\h'U:L Ru1z JLRAOO
El padn: del hijo pródigo
Jo t \hRl \ C \BODEYILL\
Al .mt·ño de la muene hablo despierto.
Canas a poetas muenos
TO.\I\ ALFA.RO DRAKE

Senl! Filosofia}
Ewupu • el crisrianismo
\'1n:., n: R\...\10
El hombn} el ammal
LFOPOLDO PRIETO

Serie Pastoral
El cristianismo, ww propuesta con sentido
f'R\.'llCl5CO Co'u \ (ed.)

El juromento de Dios
G• RARDO LóPEZ LAGL'\\
Serie Lirica religiosa
los t'l'angdios apocn(os en
la li1erot11ra española
JoSl FRADW\S LnlRFRO
Santa Mana, la Vugen
Fu.1cJA.'0 BLÁl..Q U:Z un)

Anda mungkin juga menyukai