convierto yo".
Se ha establecido, en diferentes países del mundo, el 27 de Junio como “El Día Internacional de la
Sordoceguera y la Discapacidad Múltiple”, en honor al nacimiento de Hellen Keller. Ella adquirió
la sordoceguera por una meningitis en su temprana infancia. Desarrolló su pensamiento y lenguaje
usando el método Tadoma: tocando los labios de otros mientras hablaban, sintiendo las vibraciones,
y deletreando los caracteres alfabéticos en la palma de la mano. Este dato histórico de mitad del
Siglo XX es un referente fundamental en la educación de las personas con sordoceguera y
discapacidad múltiple. En diferentes países del Mundo se conmemora la Semana Internacional de la
Sordoceguera y la Discapacidad Múltiple, en la cual se hace una intensa difusión de las especiales
características y las necesidades de Inclusión en todos los ámbitos de la vida social y educativa.
Las niñas, niños y jóvenes con discapacidad múltiple tienen Derechos. Están explicitados en
Convenciones Internacionales, en las Leyes Nacionales y Provinciales en materia de Derechos
Generales así como también en Leyes que protegen y promueven específicamente la Inclusión
Social y Educativa. Son el marco ideológico que acompaña procesos que como sociedad hemos
iniciado y estamos transitando. Falta mucho aún para que veamos a la totalidad de estas ideas
plasmadas en la realidad, en la vida cotidiana de los sujetos. Las Políticas de Estado deben
reglamentar estas leyes y hacer eficaz su implementación para que dejen de estar sólo en el plano
ideal. Y si hablamos de una verdadera Inclusión Educativa, se deberá reglamentar la letra de Leyes
y Proyectos, tanto en los elementos materiales como en los simbólicos, dando a la estructura del
Sistema Educativo, la calidad que merecen Todos los Sujetos. Incluidos los estudiantes con
discapacidad múltiple: en la condiciones edilicias, de infraestructura y organización, en la
formación inicial y permanente de los equipos docentes y en todas las redes de trabajo colaborativo
que se necesitan para asegurar la igualdad en el acceso a la Educación. Y como docente, en lo
particular, tener como premisa siempre que el “diagnóstico no es un destino”, y actuar
profesionalmente y humanamente con una actitud que “empodere” a ese niño, niña y joven en sus
derechos. Promover un entorno accesible, ser capaz de escuchar su micro comportamientos,
mantener una cercanía no solo física sino emocional, generar una empatía genuina, ver a todos los
estudiantes como sujetos plenos y singulares. Para esto debemos cambiar el escenario de nuestra
práctica: entrar en el mundo de los sujetos, respetándolo y acercándonos desde su lenguaje
adoptando sus propios códigos comunicativos. El primer paso hacia este cambio es el re-
conocimiento de las personas con Discapacidad Múltiple como Sujetos Únicos, Singulares y no
como el resultado de la sumatoria de discapacidades.