Resumen
La teoría económica convencional supone que la motivación humana está dirigida hacia una única meta:
la maximización de la utilidad. Frente a ello, este trabajo presenta un estudio descriptivo-documental, cuyo ob-
jetivo es ofrecer un modelo alternativo de motivación. La idea básica del mismo es que la motivación es un fenó-
meno complejo, dirigido hacia la cobertura de varias metas diferenciadas: las necesidades y deseos del indivi-
duo. Estas metas están organizadas en una estructura jerarquizada, que presenta unas características específicas
asociadas a los principios de crecimiento de las necesidades, saciamiento y no independencia. El objetivo últi-
mo es la satisfacción de esas metas, lo que presupone la construcción de unos niveles de aspiración adaptativos.
Tanto la construcción de esos niveles como la identificación de la estructura de necesidades y deseos son proce-
sos cognitivos; en un contexto sujeto a incertidumbre y con individuos con capacidades racionales y cognitivas
limitadas, estos procesos están condicionados por el entorno socioinstitucional. Esta concepción de la motiva-
ción resulta más realista que la de la economía convencional y concuerda con los resultados de otras ciencias,
como la psicología, sociología y las neurociencias. No obstante, este modelo no es un cuerpo teórico cerrado,
sino abierto a la posibilidad de acoger mejoras.
Palabras clave: Motivación, toma de decisiones, necesidades, deseos, modelo alternativo.
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tification of the needs and wants structure are cognitive processes; in a context subject to uncertainty and among
individuals with limited cognitive and rational capacities, these processes are conditioned by the socio-
institutional environment. This concept of motivation is more realistic than the vision from the conventional
economy and is consistent with the findings of other sciences, such as psychology, sociology and neuroscience.
However, this model is not a closed theoretical body, but is open to the possibility of incorporating improve-
ments.
Keywords: Motivation, decision making, needs, wants, alternative model.
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yal y Gough, 1984, 1991/1994; Berry, 1999). Gough, 1991/1994; Reisman, 2002). Los in-
Una necesidad (alimentarse) existe aunque un tentos de vencer estos problemas han tenido
individuo no desee satisfacerla (por ejemplo, quizás su plasmación más sólida en las aporta-
por estar en huelga de hambre) o aunque no ciones de Doyal y Gough (1984, 1991/1994),
sepa que la tenga o no sea consciente de ella quienes han tratado de superar el carácter uni-
(una operación quirúrgica por una enferme- dimensional de la jerarquía de Maslow descri-
dad no diagnosticada); por el contrario, una biendo la estructura de necesidades como una
persona no puede desear algo que no conoce y especie de sistema o de red de interrelaciones.
sí puede desear algo que no necesita. En esta En cualquier caso, el elemento clave es
línea, Doyal y Gough (1984, 1991/1994) han que la inclusión de las necesidades en el análi-
analizado los diferentes usos aplicados a los sis de la motivación conduce a reconocer que
términos de necesidad y deseos, y han asocia- existen diversas metas diferenciadas, e inclu-
do el primero de ellos a metas aplicables a la so, a admitir la presencia de un cierto orden de
generalidad de los seres humanos y los segun- prioridades. La aceptación de la diferencia-
dos a metas no universalizables o a gustos de- ción de metas encauza el análisis hacia la for-
rivados de las preferencias individuales o del mulación de uno de los principios básicos del
entorno sociocultural. En consecuencia, los modelo de elección I/PK: el principio de irre-
deseos pueden referirse o bien a metas que no ductibilidad de las necesidades (Georgescu-
son estrictamente catalogables como necesi- Roegen, 1954). Según él, la satisfacción de
dades, o bien, de forma más general, a las dife- distintas necesidades no resulta comparable
rentes formas (o preferencias) de satisfacer entre sí (desde luego no cuantitativamente),
una determinada necesidad (Lutz y Lux, ya que implica fines diferentes y por tanto va-
1979); en cualquier caso, las necesidades lores distintos (Lutz y Lux, 1979; Eichner,
siempre presentan un carácter superior (o una 1985; Lavoie, 1992; Schefold, 1997; Reis-
prioridad lexicográfica) sobre los deseos. man, 2002). Como resultado, no es posible re-
La distinción entre deseos y necesida- ducir todos los deseos a una escala de valora-
des y la consideración de éstas como las prin- ción común, sino que sólo son comparables
cipales metas que dirigen la conducta humana entre sí –y potencialmente sustituibles– aque-
sitúa el foco de atención en el estudio de su es- llos que están incluidos dentro de una misma
tructura y características. En este sentido, re- necesidad. Esto hace que los efectos sustitu-
sulta habitual recurrir a la jerarquía de necesi- ción sólo puedan estar presentes dentro de
dades de Maslow (1954/1991) como punto de grupos de deseos o de bienes similares (aso-
partida del análisis, si bien es cierto que la idea ciados a una misma necesidad), lo que a su vez
de una ordenación de necesidades no era total- implica que no sean tan relevantes como suele
mente novedosa ni ajena al trabajo de muchos asumir la corriente económica dominante
economistas2. El enfoque psicológico huma- (Arestis, 1992; Lavoie, 1992).
nista de Maslow ha tenido una influencia in- Por otra parte, el enfoque I/PK de la
cuestionable, aunque sus consecuencias prác- motivación permite incorporar mejor el papel
ticas sobre el modelo de agente de la corriente que desempeñan las emociones y sentimien-
económica dominante hayan sido escasas. No tos de los individuos. Dejando al margen la in-
obstante, la propuesta de Maslow también ha fluencia que las emociones pueden ejercer so-
sido objeto de diversas críticas (Doyal y bre otras fases del comportamiento humano,
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propia del modelo dominante, también es po- nas necesidades presentan homeostasis, en el
sible identificar algunos rasgos elementales sentido de que se manifiestan cuando existe
que definen la estructura de necesidades y de- una deficiencia en su cobertura, pero desapa-
seos en el enfoque I/PK. Además del principio recen automáticamente cuando ésta se elimi-
de irreductibilidad de las necesidades, Geor- na (Maslow, 1954/1991; Kaufman, 1999b);
gescu-Roegen (1954) identificaba otros tres en otros casos la necesidad puede estar plena-
adicionales: el principio de subordinación de mente viva hasta que su cobertura alcance un
las necesidades, el principio de saciamiento y determinado umbral considerado satisfacto-
el principio de crecimiento de las necesidades. rio, momento en el que, aunque no desaparez-
El primero de ellos supone reconocer la exis- ca, puede perder su lugar dentro del orden de
tencia de un cierto orden de prioridades. En prioridades del individuo (Earl, 1983, 1986;
particular, los deseos aparecen subordinados a Lavoie 1992).
las necesidades, y dentro de éstas, en cada mo- De cualquier forma, el hecho de que
mento existe también un orden (Pasinetti, una necesidad se sacie o pierda protagonismo
1981; Hodgson, 1988; Lavoie, 1992; Reis- no implica que el individuo se encuentre ple-
man, 2002); ese orden no tiene por qué ser es- namente satisfecho, sino simplemente que el
tricto, ni lineal, ni exactamente igual para to- lugar que ocupaba esa necesidad dentro del
das las personas y en todas las circunstancias, orden de prioridades se verá reemplazado por
ni inalterable ante la influencia de las emocio- otra diferente; en definitiva, existiría un sacia-
nes, y ni siquiera tiene que ser el resultado de miento relativo, pero no absoluto (Georges-
una deliberación plenamente consciente. cu-Roegen, 1954; Maslow, 1954/1991; Pasi-
Además, se suele afirmar que ese orden pre- netti, 1981; Lavoie, 1992; Reisman, 2002).
senta un carácter lexicográfico, en el sentido Ésta es la idea que recoge el principio del cre-
de que su formación se asemeja al proceso de cimiento de las necesidades. Además, y dado
composición de un diccionario: las necesida- que la cobertura de una parte de las necesida-
des estarían ordenadas según su prioridad, a des se realiza a través del consumo, este prin-
través de criterios no numéricos, y dentro de cipio implica que la estructura y composición
cada una de ellas se podrían ordenar las sub- de la demanda, así como su evolución en el
necesidades, y dentro de éstas los diferentes tiempo, vienen determinadas en buena medi-
deseos relacionados con su satisfacción, etc. da por los efectos ingreso. La idea que sostie-
(Arestis, 1992; Lavoie, 1992). ne el enfoque I/PK, sustentada por los resulta-
El principio de saciamiento recoge la dos de varios estudios empíricos –véase La-
idea de que las necesidades pueden llegar a ser voie (1992)–, es que la repercusión de estos
saciadas o satisfechas. Dentro del modelo efectos es superior a la de los efectos sustitu-
convencional, este principio se ve reemplaza- ción, especialmente desde un punto de vista
do por el de utilidad marginal decreciente, que dinámico.
implica que la saturación total sólo se produci-
ría en un contexto de precios nulos o ingresos 3. Maximización vs. satisfacción
infinitos (Lavoie, 1992). Por el contrario, el como objetivo de la motivación
principio de saciamiento supone reconocer
que éste sí se puede alcanzar, y que incluso El modelo del homo economicus apare-
puede no ser gradual. Así, por ejemplo, algu- ce asociado a una concepción optimizadora
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forma compleja, con un cierto orden de priori- cias previas del individuo, de sus éxitos y fra-
dades y cambiante. Los dos elementos que de casos precedentes, de los resultados obtenidos
forma más clara conducen a reconocer la ne- en situaciones similares por otros individuos
cesidad de utilizar la noción de satisfacción en pertenecientes a su grupo de referencia (Si-
lugar de la maximización son el principio de mon, 1955, 1979; Hodgson, 1988, 2003,
saciamiento y el principio de irreductibilidad 2004; Kaufman, 1999b); en definitiva, los ni-
de las necesidades. El primero de ellos signifi- veles de aspiración que fija el ser humano no
ca que las necesidades pueden llegar a ser sa- sólo son consecuencia de determinados ras-
ciadas o satisfechas y que, para muchas de gos de su personalidad, sino que dependen de
ellas, lo realmente relevante –o lo que motiva la percepción y conocimiento que éste haya
al individuo– es alcanzar un determinado um- ido adquiriendo sobre los resultados que con-
bral en su cobertura, y no tanto obtener la ma- sidera potencialmente alcanzables.
yor “puntuación” posible. El principio de irre- Este hecho tiene, a su vez, dos conse-
ductibilidad de las necesidades supone que la cuencias. En primer lugar, esas aspiraciones
satisfacción de necesidades diferentes no es de los agentes, como cualquier proceso de ca-
comparable entre sí, ya que involucra finali- rácter cognitivo, están condicionadas por las
dades y escalas de valoración distintas; si te- instituciones socioeconómicas que rodean y
nemos en cuenta que el ser humano persigue afectan a cada individuo; esas instituciones, a
en todo momento complacer varias necesida- través de su influencia en los hábitos de pensa-
des y deseos diferentes, que la valoración ob- miento y acción de los seres humanos y en el
tenida en parcelas distintas normalmente no conocimiento que éstos adquieren de su entor-
se puede compensar entre sí, y que el grado de no, moldean las oportunidades, restricciones,
cobertura alcanzado en cada necesidad y de- intenciones y, en definitiva, aspiraciones y de-
seo puede hacer que varíe el lugar que ocupa cisiones de los individuos (Hodgson, 1988,
dentro del orden de prioridades, entonces se 2003, 2004; Lane et al., 1996). En segundo lu-
llega a la conclusión de que la búsqueda de la gar, el reconocimiento del papel que ejercen
maximización en un determinado ámbito los niveles de aspiración implica, simultánea-
pierde gran parte de su sentido y no refleja la mente, la incorporación de una perspectiva di-
finalidad del comportamiento humano. námica. En efecto, esos niveles que forman
La noción de satisfacción sugiere si- los individuos no son estáticos, sino que cam-
multáneamente que el individuo establece bian y se van ajustando a medida que varían
unos criterios o niveles de aspiración que le las experiencias propias y ajenas que conoce,
permiten discernir lo que es aceptable (o satis- las oportunidades y restricciones que percibe,
factorio) de lo que no lo es (Simon, 1955, las instituciones y hábitos que condicionan su
1979, 1997; Hodgson, 1988; Lavoie, 1992). conocimiento del entorno, etc.; en definitiva,
Efectivamente, ante cualquier decisión el in- las aspiraciones y los objetivos de los indivi-
dividuo suele formarse una idea sobre cuáles duos presentan un carácter adaptativo (Hel-
son los resultados que podría llegar a alcanzar. son, 1964; Simon, 1979; Elster, 1983; Ho-
Esas aspiraciones, que se convierten en la dgson, 1988, 2003) y, como cualquier cons-
meta final del comportamiento, no son ilimi- trucción cognitiva, varían como consecuencia
tadas, y tampoco son determinadas de forma del proceso de aprendizaje. Además, el carác-
exógena, sino que dependen de las experien- ter limitado y finito que presentan esos niveles
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ridades. Mucho más relevantes y realistas, por Además, lo más probable es que la rela-
ser aplicables a una gran mayoría de situacio- ción de prioridades del individuo no sea “per-
nes, serían los procedimientos lexicográficos fecta” y estricta, entre otras razones porque su
de tipo “behavioural”; de acuerdo con ellos, se identificación es un proceso cognitivo. Por
supone que cuando un individuo se enfrenta a ejemplo, puede suceder que a partir de un de-
la decisión de elegir entre un conjunto de bie- terminado lugar –o dentro de un rango– en el
nes parte de un orden más o menos estructura- orden de prioridades, el individuo no sepa je-
do de los diferentes atributos según su impor- rarquizar los diferentes atributos de los bie-
tancia –emanado de la configuración jerarqui- nes; en este caso, lo normal es que tenga que
zada de las necesidades y deseos– así como de recurrir a las opiniones de otros agentes o uti-
unas valoraciones de lo que sería satisfactorio lizar otras reglas de decisión simples. Tam-
o deseable alcanzar en cada atributo. Cuando bién puede ocurrir que el individuo no tenga
un bien no alcanza el nivel prefijado en el atri- prioridades entre un conjunto concreto de atri-
buto prioritario, lo normal es desestimar su butos (es decir, que sea indiferente); en esta si-
elección; si, por el contrario, lo alcanza o lo tuación la regla de decisión puede ser elegir el
supera, entonces se procede a analizar la valo- bien que tenga un mayor número de esos atri-
ración obtenida en la siguiente característica butos (o que alcance un nivel satisfactorio en
dentro del orden de prioridades, y así sucesi- un mayor número de ellos).
vamente. Como señala Lavoie (1992), la especi-
En algunos atributos el nivel prefijado ficación matemática8 de este modelo puede
como objetivo puede operar como un nivel de ser muy compleja, pero en la práctica su apli-
saturación, en el sentido de que lo que real- cación resulta mucho más sencilla y acorde
mente importa es alcanzar ese límite “míni- con las facultades cognitivas y racionales de
mo” y, si se logra, la obtención de valoracio- los seres humanos.
nes superiores no es relevante (esto sucede,
por ejemplo, en aquellas características cuya 5. Reflexiones finales
dotación puede presentar una forma dicotómi-
ca del tipo “existencia/no existencia”, o trans- La motivación humana constituye un
formarse en una variable similar); en otras elemento clave que condiciona crucialmente
ocasiones, el nivel considerado satisfactorio el resultado de cualquier proceso de toma de
puede funcionar como un umbral mínimo decisiones. En la teoría económica dominante
(Georgescu-Roegen, 1954), de manera que se supone que esa motivación está dirigida ha-
cuando un bien supera ese límite en un deter- cia una única meta: la maximización de la uti-
minado atributo, la obtención de valoraciones lidad. A lo largo del presente trabajo se ha tra-
adicionales sigue siendo relevante y propor- tado de exponer los supuestos básicos sobre
cionando satisfacción, aunque seguramente los que se construye este modelo así como sus
su lugar dentro del ranking de prioridades principales características, no tanto para des-
cambie y decrezca (una vez alcanzado el um- tacar sus posibles deficiencias, cuanto para fa-
bral, el agente puede preferir que el bien tenga cilitar la comprensión de (y la comparación
otros atributos diferentes antes que una valo- con) otro modelo de motivación alternativo,
ración superior en ése). que hunde sus raíces, principalmente, en los
fundamentos de la economía institucionalista
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y poskeynesiana. Desde esta óptica, la moti- este modelo no debe interpretarse como un
vación humana aparece como un fenómeno cuerpo teórico cerrado, sino que está abierto a
complejo, que opera a niveles diferentes de la posibilidad de acoger mejoras teóricas –por
consciencia y que está guiada hacia la cober- ejemplo, que permitan comprender mejor
tura de varias metas más o menos diferencia- cómo es realmente la estructura de necesida-
das: las necesidades y deseos del individuo. des de los seres humanos– así como a incorpo-
Esas necesidades y deseos están organizadas rar los resultados y los avances procedentes de
en algún tipo de estructura jerarquizada, con la investigación en otros ámbitos del saber,
un cierto orden (lexicográfico) de prioridades como la psicología, la sociología o las neuro-
y que presenta otra serie de características adi- ciencias.
cionales (como las derivadas de los principios
de crecimiento de las necesidades, de sacia- Notas
miento y de no independencia). En este con-
texto, la finalidad última que de forma genera- 1. El hecho de considerar que el comportamiento
lizada moviliza la conducta humana es la sa- humano es intencionado significa reconocer
que existe un motivo que lo pone en marcha y
tisfacción –en oposición a la maximización–,
que permite explicarlo, pero esto no implica
más o menos progresiva, de esas diferentes que exista necesariamente y en todos los casos
necesidades y deseos. Para ello, el individuo una deliberación consciente y plena detrás de
construye de forma más o menos consciente él. De hecho, la motivación, como cualquier
unos niveles de aspiración que le permiten otra actividad mental del ser humano, puede
discernir lo que es aceptable o satisfactorio de operar a niveles diferentes de consciencia; in-
lo que no lo es. Tanto la construcción de esos cluso es necesario reconocer y dar cabida a la
conducta motivada inconscientemente (Mas-
niveles como la propia identificación de la es-
low, 1954/1991).
tructura de necesidades y deseos son procesos 2. A este respecto, la literatura (Georgescu-Roe-
cognitivos y, por tanto, están condicionados gen, 1954; Lutz y Lux, 1979; Hodgson, 1988;
por el entorno socioinstitucional de cada indi- Lavoie, 1992; Reisman, 2002) suele resaltar al-
viduo. Además, es necesario reconocer que gunas ideas y propuestas de Alfred Marshall y,
las emociones y características psicológicas sobre todo, de Carl Menger; Georgescu-Roe-
gen (1954) incluso se remonta hasta Platón, y
de cada ser humano desempeñan un papel im-
sugiere también un reconocimiento de este as-
portante en el proceso de motivación. Por últi-
pecto, más o menos explícito, por parte de au-
mo, se ha tratado de exponer brevemente tores como Leon Walras y Vilfredo Pareto.
cómo se desarrollaría un proceso de toma de 3. Esta concepción de la motivación es la que sub-
decisiones marcado por este modelo de moti- yace tras la teoría ordinal de la utilidad, cons-
vación, aplicándolo a las elecciones relativas truida a principios del siglo XX a partir de las
al consumo. ideas primigenias de Vilfredo Pareto y desarro-
llada, entre otros, por John Hicks y R.G.D.
Esta concepción de la motivación hu-
Allen. Para ver una evolución de la teoría de la
mana, aunque más compleja, quizás resulta utilidad y de sus principales aspectos, véase,
más realista que la propia de la economía con- por ejemplo, Wong (2006).
vencional, y encaja mejor con los resultados 4. Véase también Kahneman (1994).
de la investigación de otras ciencias, funda- 5. Muchos de estos aspectos aparecen recogidos
mentalmente de la psicología. No obstante, en la revisión de Rabin (1998).
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