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SESIÓN 7

LA INTERCULTURALIDAD
En América Latina, en general, y en la región andina, en particular, hay una
nueva atención a la diversidad cultural que parte de reconocimientos jurídicos y
una necesidad cada vez mayor, de promover relaciones positivas entre
distintos grupos culturales, de confrontar la discriminación, racismo y exclusión,
de formar ciudadanos conscientes de las diferencias y capaces de trabajar
conjuntamente en el desarrollo del país y en la construcción de una democracia
justa, igualitaria y plural. La interculturalidad parte de esas metas. Como
concepto y práctica, la interculturalidad significa “entre culturas”, pero no
simplemente un contacto entre culturas, sino un intercambio que se establece
en términos equitativos, en condiciones de igualdad. Además de ser una meta
por alcanzar, la interculturalidad debería ser entendida como un proceso
permanente de relación, comunicación y aprendizaje entre personas, grupos,
conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y
propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de las capacidades de los
individuos, por encima de sus diferencias culturales y sociales. En sí, la
interculturalidad intenta romper con la historia hegemónica de una cultura
dominante y otras subordinadas y, de esa manera, reforzar las identidades
tradicionalmente excluidas para construir, en la vida cotidiana, una convivencia
de respeto y de legitimidad entre todos los grupos de la sociedad (Walsh,
1998). La interculturalidad no es una descripción de una realidad dada o
lograda, ni un atributo casi “natural” de las sociedades y culturas (Guerrero,
1999), sino un proceso y actividad continua; debiera, pues, ser pensada menos
como sustantivo y más como verbo de acción, tarea de toda la sociedad
(Godenzzi, 1996) y no solamente de sectores campesinos/indígenas. En sí, la
interculturalidad tiene el rol crítico, central y prospectivo - no sólo en la
educación, sino en todas las instituciones de la sociedad de reconstruir, paso a
paso, sociedades, sistemas y procesos educativos, sociales, políticos y
jurídicos; y de accionar entre todos los peruanos indígenas, blancos, mestizos,
cholos, negros, mulatos, asiáticos, árabes, etc. - relaciones, actitudes, valores,
prácticas, saberes y conocimientos fundamentados en el respeto e igualdad, el
reconocimiento de las diferencias y la convivencia democrática. Como
términos, la inter-, multi- y pluriculturalidad muchas veces son usados como
sinónimos. Un primer paso necesario para aclarar el significado de la
interculturalidad, es distinguirla de los otros términos.
SESION 8
ENFOQUE DE MODELOS DE EDUCACION MULTICULTURAL E
INTERCULTURAL
Enfoque de derechos
El derecho a la diversidad: somos diversos y queremos seguir siéndolo Vivimos
en un mundo globalizado en el que gracias a la tecnología de la información y
la comunicación se ha hecho evidente la alta y compleja diversidad cultural del
planeta, así como las inequidades y la exclusión en la que viven muchos
pueblos, lo que hoy representa un desafío para la democracia y los sistemas
económicos que buscan ser innovadores e inclusivos. Esta gran variedad de
culturas y la conciencia de esta diversidad ha llegado a ser hoy prácticamente
un lugar común gracias a la mundialización de los intercambios y a la mayor
receptividad mutua de las sociedades, pero esta mayor toma de conciencia no
garantiza, en forma alguna, la preservación de la diversidad cultural, la
superación de la pobreza, de las desigualdades sociales, de la exclusión y la
falta de integración social, pero es evidente que, al menos, ha contribuido a que
el tema haya conseguido más notoriedad14. El Perú es un país pluricultural y
multilingüe marcado por la diversidad desde siempre. Está formado por un
conjunto muy diverso de pueblos asentados sobre zonas y regiones muy
variadas, con una situación socioeconómica y cultural que está determinada
por sus relaciones con la sociedad nacional, las mismas que están defi nidas
por la falta de equidad, la desigualdad y la exclusión. En esa medida,
consideramos que no sólo hay que ver la diversidad como un potencial, sino
que se debe diseñar políticas que permitan valorar y seguir desarrollando esa
diversidad como una riqueza y un patrimonio de nuestro país y de la
humanidad. Como se establece en la Declaración de la UNESCO sobre la
Diversidad Cultural, “La cultura toma diversas formas a través del tiempo y del
espacio. Esta diversidad se manifi esta en la originalidad y la pluralidad de
identidades que caracterizan los grupos y las sociedades que componen la
humanidad. Fuente de intercambios, innovación y creatividad, la diversidad
cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica
para los organismos vivos. En este sentido, constituye patrimonio común de la
humanidad y debe reconocerse y consolidarse en benefi cio de las
generaciones presentes y futuras”. Asimismo, señala que “La creatividad tiene
sus orígenes en las tradiciones culturales pero se desarrolla plenamente en
contacto con otras culturas. Por esta razón el patrimonio, en todas sus formas,
debe preservarse, valorizarse y transmitirse a las generaciones futuras como
testimonio de la experiencia y aspiraciones humanas, a fi n de estimular la
creatividad en toda su diversidad e inspirar un verdadero diálogo entre culturas”
El derecho a una educación intercultural y bilingüe de calidad
No basta con decir y reconocer que la diversidad es una potencialidad, esto
debe manifestarse en políticas públicas y acciones concretas para trabajar a
partir de ella. En la educación esto se concretiza en el desarrollo de una
educación intercultural para todos y bilingüe donde se requiere por las
características de los estudiantes, que pueden ser de pueblos originarios que
tienen un lengua originaria como lengua materna u otros sectores que optan
por aprender una lengua originaria como segunda lengua. La Ley General de
Educación, en su artículo 8, señala que la interculturalidad es un principio que
sustenta la educación peruana, y que “asume como riqueza la diversidad
cultural, étnica y lingüística del país, y encuentra en el reconocimiento y respeto
a las diferencias, así como en el mutuo conocimiento y actitud de aprendizaje
del otro, sustento para la convivencia armónica y el intercambio entre las
diversas culturas del mundo”. Además de la educación intercultural, que es
para todos, está el derecho humano fundamental de los niños, niñas y
adolescentes de cualquier cultura y lugar del mundo a recibir una educación en
su lengua materna. En el caso de los niños, niñas y adolescentes de los
pueblos originarios que tienen una lengua originaria como lengua materna, su
educación básica debe darse en esta lengua, y tienen derecho igualmente a
aprender el castellano, que es la lengua de comunicación nacional, como
segunda lengua. Este derecho está consagrado en la Constitución Política del
Perú, promulgada en 1993, que establece que toda persona tiene derecho.
La diversidad cultural del Perú puede ayudar a una reconfi guración de nuestra
idea de desarrollo, de un desarrollo alternativo, mucho más vinculado al Buen
Vivir al que aspiran los pueblos indígenas. Educar para su preservación no sólo
es una pretensión museográfi ca, sino una apuesta por el futuro en el cual
podamos aportar desde nuestra originalidad. Los conocimientos de nuestros
pueblos indígenas siguen vigentes hoy en día, y siguen maravillando al mundo.
Estudiarlos, demostrar su valor hoy en día y posicionarlos en el mundo global
con responsabilidad es parte de este enfoque de educación intercultural y
bilingüe.
Al respecto, la Defensoría del Pueblo plantea que “La EIB es un derecho
fundamental de los pueblos indígenas, reconocido tanto en la legislación
nacional como en la internacional. Este derecho se fundamenta en la premisa
de la plena participación de las lenguas y de las culturas indígenas durante el
proceso de enseñanza, así como en el deber de reconocer la pluralidad étnica
y cultural como atributo positivo para el aprendizaje en una sociedad”18. En el
plano internacional, el derecho a la Educación Intercultural Bilingüe está
reconocido y garantizado por diversos tratados y leyes, entre ellos el Convenio
Nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el que reconoce que
los miembros de los pueblos indígenas tienen el derecho de recibir instrucción
en todos los niveles en condiciones de igualdad con el resto de la comunidad
nacional. Dice, además, que la educación de los pueblos indígenas deberá ser
de calidad, de tal manera que los estudiantes puedan participar en el efectivo
disfrute de sus derechos. A partir de lo expuesto, la educación intercultural
bilingüe busca desarrollar competencias interculturales en los estudiantes, y
formar ciudadanos que puedan desenvolverse adecuadamente en diversos
contextos socioculturales y comunicarse adecuadamente en dos o más
lenguas: una lengua originaria, el castellano para la comunicación nacional, y
una lengua extranjera para espacios de intercambio más amplios. Esto implica
trabajar un conjunto de aspectos educativos como las actitudes, la afectividad,
los enfoques, conceptos y conocimientos de dos o más culturas, así como el
manejo de dos o más lenguas con metodologías adecuadas y desde un
enfoque intercultural.
“a su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad
étnica y cultural de la nación. Todo peruano tiene derecho a usar su propio
idioma ante cualquier autoridad mediante intérprete” (art. 2, inciso 19).
Establece, igualmente, que el Estado “fomenta la educación bilingüe e
intercultural, según las características de cada zona. Preserva las diversas
manifestaciones culturales y lingüísticas del país. Promueve la integración
nacional” (art. 17). Además, se declara que “son idiomas ofi ciales el castellano
y, en las zonas donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las
demás lenguas aborígenes, según Ley” (art. 48). A nivel nacional, además de
la Constitución Política del Perú, la Ley General de Educación y la Ley para la
Educación Bilingüe Intercultural, garantizan y reconocen el derecho a la
educación de los pueblos indígenas u originarios, tanto andinos, costeños
como amazónicos.
Como parte de este derecho a la EIB, es importante remarcar el derecho al uso
y desarrollo de las lenguas en la escuela. Las lenguas no son solamente un
medio de comunicación, sino que representan la estructura misma de las
expresiones culturales y son portadoras de identidad, valores y concepciones
del mundo. El multilingüismo es entendido como la coexistencia de distintas
lenguas en un espacio determinado. En nuestro país existen diversas lenguas
que se encuentran en contacto y cada región muestra una diversidad lingüística
particular. Por ejemplo, en Loreto se hablan más de veinte lenguas y en Lima
se concentra la mayoría de las lenguas que existen en el país, a causa de la
migración. Este contacto de lenguas genera que los hablantes aprendan,
además de su lengua materna, una segunda o más lenguas. Sin embargo, este
escenario de contactos de lenguas genera también un proceso de bilingüismo
sustractivo, donde la lengua de “mayor prestigio” –como es el caso del
castellano– permanece, se extiende y se hace cada vez más fuerte y las
lenguas originarias de “menor prestigio” –y eventualmente las variantes de
menor prestigio del castellano– van desapareciendo, o su uso se restringe a
situaciones y ámbitos específi cos, como la familia y la comunidad. Dado los
procesos de globalización y de inserción a una sociedad cada vez más
competitiva, es necesario fortalecer la identidad y las lenguas originarias, sin
dejar de reconocer que el castellano es la lengua que permite la comunicación
con hablantes de otras lenguas y pobladores de otras culturas que coexisten en
nuestro país, y una lengua extranjera con personas de otros lugares del
mundo. Hay una exigencia cada vez mayor para desarrollar competencias
interculturales y comunicativas para desenvolverse en situaciones y contextos
de pluriculturalidad y multilingüismo, por lo que el aprendizaje de la lengua
originaria, del castellano y del inglés o de otra lengua extranjera se convierte en
una necesidad19 . Al respecto, Irina Bokova, Directora General de la UNESCO,
señala que “Las lenguas maternas de las poblaciones excluidas, como los
pueblos indígenas, quedan a menudo ignoradas por los sistemas educativos.
Permitiéndoles aprender, desde la más tierna edad, en su lengua materna y
luego en otros idiomas, nacionales, ofi ciales u otros, se promueve la igualdad y
la inclusión social”20. El uso de la lengua materna es determinante en el
desarrollo cognitivo de los niños y las niñas por el hecho de que les permite
comprender el signifi cado de los aprendizajes que se le van pre sentando en
su vida cotidiana. Cuando usan su lengua materna, se sienten emocionalmente
más seguros, participan más, comprenden y aprenden mejor lo que se les
enseña. El simple contacto con dos lenguas en un ambiente bilingüe no
garantiza la formación de niños y niñas bilingües coordinados. Es necesario
rodear a los infantes de condiciones estimulantes que les permitan adquirir
funcional y sistemáticamente ambos idiomas. Para el caso de los pueblos
indígenas, cuyos procesos históricos han generado que la lengua originaria sea
desplazada por el castellano, es un reto recuperar la lengua originaria porque
reconocen que los signifi cados más profundos de la cosmovisión de su
sociedad sólo pueden ser comprendidos y explicados desde su lengua
indígena. Asimismo, sus lenguas originarias, en algunos casos caídas en
desuso, son canales importantes para rescatar los conocimientos más íntimos
de sus pueblos y para fortalecer su identidad, de ahí la necesidad de
reanimarla. En el actual escenario de descentralización, es importante señalar
que las regiones, en sus Proyectos Educativos Regionales (PER) o a través de
ordenanzas regionales, han ofi cializado las lenguas originarias de su región y,
por lo tanto, deben tener o construir un modelo educativo que las promueva en
correspondencia a los tipos de bilingüismo que quieran fomentar . El modelo de
Educación Intercultural Bilingüe que plantea el Ministerio de Educación es el de
mantenimiento y desarrollo de las lenguas, modelo que propugna que la
primera y segunda lengua sean utilizadas a lo largo de toda la escolaridad,
donde en una primera etapa (nivel inicial 3 y 4 años) se da énfasis a la lengua
materna, y luego se inicia el trabajo de expresión oral en la segunda lengua
(inicial 5 años). Ya en primer grado (nivel primario) se desarrolla el proceso de
aprendizaje de la lecto-escritura en la primera lengua y se continúa con el
desarrollo de habilidades de comprensión oral en la segunda lengua. Adquirido
el código escrito en la lengua materna, progresivamente la segunda lengua irá
compartiendo funciones con la primera a lo largo de toda la educación básica.
En la educación secundaria se mantiene la enseñanza de y en la lengua
originaria y en castellano, con mayor énfasis en la segunda lengua, y se inicia
la enseñanza de la lengua extrajera como área (inglés). Una educación
intercultural permite que todos los ciudadanos del país, peruanos y peruanas
de diversos estratos sociales y con diversas herencias culturales, sean
conscientes de las diversas formas de ser, vivir, relacionarse, trabajar, producir,
etc. que existen en el Perú. Que conozcan y aprendan a valorar las diversas
culturas del país y, sobre todo, que les permita desarrollar capacidades para el
intercambio y la convivencia entre diversos, basadas en el diálogo intercultural
pero en condiciones de igualdad, asumiendo que todos tenemos iguales
derechos y debemos tener iguales oportunidades. La frase “diferentes cultural y
lingüísticamente, pero iguales en derechos y oportunidades” es el sustento de
esta relación y de la construcción del diálogo intercultural.
SESION 9
ENFOQUE: HACIA EL RECONOCIMIENTO
Enfoque democrático
Se podría decir que nos preparamos para ser ciudadanos desde nuestros
primeros años de vida por el contacto con nuestros parientes cercanos y con
los que conforman la familia extensa, la comunidad local y sus organizaciones.
Es así como se va entretejiendo nuestra cultura ciudadana. Aprendemos de
nuestros padres, hermanos, tíos, abuelos, líderes y dirigentes, las formas de
relacionarse y convivir con otras personas, así como la manera como se toman
las decisiones a nivel de las unidades domésticas, en el contexto comunal y
fuera de este. Sin embargo, en contextos pluriculturales lo que suele ocurrir es
que un sector de la sociedad impone sus reglas de convivencia social,
menospreciando los valores y reglas que norman las relaciones sociales en las
sociedades excluidas, como es el caso de los pueblos indígenas y campesinos
que se ubican en el contexto rural de nuestro país. Hay muy pocos avances en
la construcción de ciudadanías interculturales que hagan posible el
reconocimiento y la valoración positiva de la diversidad cultural que caracteriza
a nuestro país. Esto es importante porque si queremos desarrollar una
formación ciudadana acorde con la diversidad cultural, debemos “disponer de
una concepción no etnocéntrica de los derechos humanos, capaz de ser
legitimada culturalmente por una diversidad de culturas, y construir una manera
de entenderlos a la luz de las concepciones que al respecto poseen nuestras
culturas originarias. Reconstruir y renovar nuestra concepción de los derechos
desde la recuperación de los saberes previos de la gente de esa manera la
educación ciudadana se convierte en una experiencia con sentido”.
La Ley General de Educación (art. 8, incisos “a” y “e”) contempla la formación
integral de los estudiantes: una formación democrática que promueva el
respeto irrestricto de los derechos humanos, el ejercicio pleno de la ciudadanía
y el fortalecimiento del Estado de Derecho, contenidos que en el mejor de los
casos son trabajados en las áreas curriculares, unidades didácticas y jornadas
pedagógicas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esto no está
relacionado con una convivencia que favorezca no solo la calidad de los
aprendizajes, sino también el desarrollo humano integral de los estudiantes en
las instituciones educativas. Lo que se puede apreciar, en la mayoría de los
casos, es la imposición de una disciplina vertical basada en modelos
autoritarios que atentan contra los derechos fundamentales de los niños, niñas
y adolescentes. Las continuas quejas y denuncias contra los docentes por
maltratos físicos, psicológicos o sexuales, son manifestaciones de los
problemas de convivencia al interior de las instituciones educativas. Al
respecto, en las recomendaciones del Informe fi nal de la Comisión de la
Verdad y Reconciliación sobre cómo evitar que se repita la violencia en el Perú,
propone poner énfasis en políticas educativas destinadas a la transformación
de las escuelas en lugares en los que se respete la condición humana de los
estudiantes, se contribuya al desarrollo integral de su personalidad, se
refuercen instancias de participación y democratización de la escuela, y que la
disciplina se desprenda de una gestión democrática que permita la autonomía y
el crecimiento personal del ser humano (Recomendaciones D1). Necesitamos
un cambio en la mentalidad sobre las formas en que se dan las relaciones
humanas en las instituciones educativas, es decir, la manera en que
convivimos. Esto implica refl exionar sobre el modelo de convivencia escolar
que se necesita, que permita la formación de estudiantes en prácticas
ciudadanas basadas en el ejercicio de la democracia y en el respeto a los
derechos humanos. Proponemos construir una cultura escolar que promueva el
pleno desarrollo de cada persona, de sus potencialidades humanas, cognitivas,
afectivas, culturales y actitudinales. Para esto se debe modifi car las
estructuras escolares autoritarias y construir una escuela democrática en la que
los estudiantes, docentes, padres y madres de familia, así como los diferentes
actores de la comunidad, participen de manera organizada en la gestión
educativa. En ese sentido, queremos desarrollar una educación para la
participación ciudadana que tenga sentido para los estudiantes y que les
permita integrarse de manera efi ciente como sujetos de derechos y deberes en
la escuela y en la comunidad; la organización de los estudiantes debe tener
como referentes las características antes señaladas. Así tendrán un mejor
acercamiento al conocimiento de sus derechos, a la capacidad de defenderlos
y de respetar los derechos de los demás, participando activamente en la
construcción de espacios donde se viva la democracia como estilo de vida,
más allá de los muros de su escuela, en las casas y en las calles, en la ciudad
y en el campo, en los centros de trabajo e instituciones, en el país entero.
Enfoque intercultural
En una visión clásica, la interculturalidad sólo implica reconocer, tolerar o
incorporar lo diferente dentro de las matrices y estructuras sociales
establecidas. Esta visión ha sido superada por una comprensión crítica de la
interculturalidad22 que recoge y sintetiza los avances en la defi nición de este
enfoque toda vez que no se quede en el plano descriptivo ni en el normativo,
sino que propone y busca transformaciones, desde una postura crítico-refl
exiva. Desde esta nueva comprensión, la interculturalidad implica:
• Visibilizar las distintas maneras de ser, sentir, vivir y saber, destacando sus
orígenes y desarrollos a lo largo de un determinado tiempo hasta la actualidad.
• Cuestionar la tipifi cación de la sociedad por razas, lenguas, género o por todo
tipo de jerarquías que sitúan a algunos como inferiores y a otros como
superiores así como las lógicas de poder que las sustentan.
• Alentar el desarrollo de la diversidad cultural en todas sus formas y generar
las condiciones sociales, políticas y económicas para mantenerlas vigentes en
contextos de globalización e intercambio cultural.
• Cuestionar las relaciones asimétricas de poder que existen en la sociedad, y
buscar construir relaciones más equitativas y justas entre distintos grupos
socioculturales y económicos.
Enfoque: hacia el reconocimiento de la pluralidad de culturas
Las luchas reivindicativas de derechos civiles y los movimientos sociales de
los años sesenta dieron lugar a un proceso de no segregación y de
reconocimiento de la validez de las distintas culturas. El relativismo cultural de
la Escuela de Chicago y de la sociología británica contribuyeron en el campo
ideológico a que surgieran nuevos modelos de educación multicultural.
Modelo de curriculum multicultural.
Se introducen modificaciones parciales o globales del curriculum para que
estén presentes en la actividad escolar las diversas culturas de los grupos a los
que pertenecen los diversos alumnos. Dentro de este modelo citamos algunos
programas.
Programas de aditividad étnica: añaden los contenidos étnicos al curriculum
escolar, sin ninguna clase de revisión o reestructuración del mismo (Paradigma
1º de Banks)
Los programas biculturales y bilingües (paradigma 4º de Banks; modelo 4º de
Mauviel) parten de la hipótesis de que los niños de minorías étnicas obtienen
peores resultados porque reciben la enseñanza en una lengua que no es la
materna. Para mejorar el éxito escolar de los alumnos minoritarios se organizan
programas que atienden las lenguas 1 (materna) y 2 (oficial o nacional) de
modos diversos. En el programa de transición se reconoce la lengua materna
en la escuela como paso previo a la enseñanza del idioma del país de acogida:
así los años de preescolar e incluso los comienzos de primaria se atiende la
educación en la lengua originaria. A mediados de los setenta y a principios de
los ochenta podían leerse encendidas defensas de este programa, basadas en
supuestas razones psicopedagógicas (como es la tesis constructivista de que
todo conocimiento se asimila mejor si se enlaza con lo conocido, con las
experiencias previas) o en razones políticas.
En el programa de mantenimiento de la lengua materna, convive ésta con la
lengua mayoritaria durante todo el período escolar obligatorio. Se estima que el
desarrollo adecuado de la lengua materna del alumno inmigrante contribuye
positivamente a la formación de su identidad personal, da autoconfianza y
seguridad. Un buen dominio de la lengua materna contribuye significativamente
a la adquisición de una segunda lengua.
La enseñanza de la lengua materna en la escuela se considera cada vez más
un valor en sí mismo para el desarrollo cognitivo individual, para la capacidad
de encontrar trabajo en ciertos sectores del mercado laboral en que hay
demanda creciente de conocimientos de idiomas poco frecuentes y para la
capacidad de mantener lazos sociales con las respectivas comunidades de
inmigrantes.
Modelo de orientación multicultural
Hay abundancia de publicaciones actuales sobre la orientación (counseling)
multicultural, poco desarrollada aún en Europa. Se trata de vincular la identidad
personal al desarrollo de la identidad cultural de los sujetos.
Se elaboran programas de desarrollo del autoconcepto o de la identidad étnica
y cultural. El contenido étnico puede contribuir al fortalecimiento del
autoconcepto de los alumnos de las minorías y simultáneamente ayuda a la
preservación y desarrollo de la cultura en estos grupos.
Modelo de pluralismo cultural. El pluralismo cultural, como ideología y como
política, aboga por la defensa de todas y cada una de las culturas, su
preservación y desarrollo allá donde estén los grupos culturales que las
sustentan. La afirmación de la igualdad de valor de toda cultura se traduce en
la convicción de que la existencia de cada cultura sólo puede asegurarse
ratificando sus diferencias y particularidades con respecto a las demás. Es una
lógica reacción frente al asimilacionismo uniformador, que confunde la igualdad
educativa con la homogeneización cultural.
Según este modelo, la escuela debe promover las identificaciones y
pertenencias étnicas; los programas escolares deben atender a los estilos de
aprendizaje de los grupos étnicos y a los contenidos culturales específicos; se
deben organizar cursos específicos de estudios étnicos e incluso establecer
escuelas étnicas propias que mantengan las culturas y tradiciones (Modelos 8º
de Banks, 3º de Mauviel, 3º de Davidman).
Conforme avanzaba en las minorías la conciencia de su identidad y el
reconocimiento de sus propios valores culturales, surgió en algunos grupos la
necesidad de afianzarlos a través de prácticas educativas propias que dieran
lugar a grupos específicos e incluso a escuelas separadas. En ocasiones, esa
necesidad brotaba de una respuesta oficial insuficiente o de la persistencia de
modelos asimilacionistas que entraban en clara confrontación con la
“incapacidad” experimentada por el profesorado y el alumnado de incorporar a
la cultura oficial a algunos grupos determinados. Se vuelve así, desde otra
perspectiva, a la segregación como alternativa educativa. Cuando los grupos
culturales poseen suficiente poder político y económico promueven la creación
de escuelas específicas para quienes desean educarse en su lengua de origen.
En los Países Bajos ha sido muy discutido el caso de las escuelas coránicas,
de reciente creación.
Modelo de competencias multiculturales
Gibson lo propone como modelo de educación multicultural y lo define como el
proceso por el que una persona desarrolla un cierto número de competencias
en múltiples sistemas de normas de percibir, evaluar, creer y hacer. Los
individuos aprenden a movilizar, según las situaciones, competencias culturales
diversas. Esto requiere una intensa interacción de individuos de culturas varias
en la misma escuela.
Uno de los objetivos finales más nítidos de la educación multicultural consiste
en preparar a todos los alumnos –mayoritarios y, fundamentalmente,
minoritarios- para poder comprender, adaptarse y funcionar adecuadamente,
tanto en la cultura mayoritaria como en la minoritaria; es decir, generar una
auténtica “competencia multicultural”.
Esto implica desarrollar en los diversos alumnos conocimientos (sobre las
culturas en contacto), habilidades (dominio de las varias lenguas) y actitudes
(positivas respecto a la diversidad cultural); cualidades, todas ellas, que les
permitan participar, según situaciones, necesidades u opciones, tanto en la
cultura mayoritaria como en la minoritaria u originaria.
Enfoque: hacia una opción intercultural basada en la simetría cultural.
Críticas a la educación centrada en las diferencias culturales
La acepción generalizada del término interculturalismo hace referencia a la
interrelación entre culturas. Los términos multiculturalismo y pluriculturalismo
denotan simplemente la yuxtaposición o presencia de varias culturas en una
misma sociedad. Cuando estos términos se utilizan aisladamente comparten el
mismo campo semántico. Así es más frecuente el término "multicultural" en la
bibliografía anglosajona y el "intercultural" en la europea continental. Cuando
ambos términos se contraponen, se hace notar especialmente el carácter
normativo e intencional del término educación intercultural, significando con
éste la especial relevancia de establecer comunicación y vínculos afectivos y
efectivos entre las personas de diversas culturas. Es más importante analizar
cuáles son los valores y fines que hay en los modelos y programas que se
presentan, que el mero uso de rótulos o términos polisémicos o análogos.
Diversos autores, defensores de la educación intercultural, han señalado los
“efectos perversos” engendrados por los programas que subrayan en exceso
los particularismos etnoculturales y las diferencias:
a) Encerrar a los individuos en una identidad cultural fija e inmutable que les
priva de la libertad de elegir su propia “fórmula cultural”.
b) Reforzar las fronteras entre los grupos y acentuar los riesgos de intolerancia
y rechazo del otro.
c) Acentuar las dificultades de acceso a la igualdad de oportunidades para los
inmigrantes y miembros de grupos minoritarios.
d) La perplejidad paralizante que se adueña del maestro relativista que no
sabe qué es lo que debe enseñar, si quiere ser respetuoso con las culturas
de los alumnos de las minorías.
e) La estigmatización y marginalización de los alumnos de las minorías a
quienes se asigna una identidad socialmente desvalorizada.
f) La cosificación y folclorización de la cultura, que deja de ser una realidad
viva.
g) La fragmentación del curriculum bajo el impacto de reivindicaciones
particularistas.
h) La ruptura del equilibrio educativo entre desarrollo personal y socialización.
Sesión 10
Características de la Interculturalidad
La interculturalidad consiste en la interacción respetuosa entre personas
pertenecientes a entornos culturales diferentes. Esta interacción tiene lugar en
igualdad de condiciones y supone la habilidad para comunicarse con el otro,
desde el conocimiento y la compresión de su cultura. De este modo, la
interculturalidad contribuye a la integración, la solidaridad y la convivencia entre
individuos.
La interculturalidad puede adoptar diferentes formas y constituye por lo general,
una experiencia enriquecedora. El contacto con otras culturas puede
representar una oportunidad única para reflexionar sobre la propia cultura y el
mundo.
Por otra parte, debe existir un reconocimiento mutuo ya que éste permitirá al
individuo reconocer al otro como otro y aceptándolo tal como es. Se trata de
adoptar una postura de apertura y tolerancia hacia la identidad del otro.
Una nación multicultural, que cuenta con un marco jurídico de unidad nacional,
podrá construir y fortalecer sus espacios de convivencia intercultural a partir del
formal reconocimiento, respeto, promoción y aceptación voluntaria de las
culturas y los pueblos que la conforman como tal. Se fortalece con la vivencia
de los valores de civismo y equidad, libertad y responsabilidad, respeto y
solidaridad. La fuerza y el sustento de la interacción y comunicación
intercultural, de la creatividad artística e intelectual de una nación, proviene de
su diversidad cultural y lingüística, de la rica diversidad ecológica de su
ambiente natural, de la fortaleza y dignidad de las familias, comunidades y
pueblos, y fundamentalmente de la capacidad humana de comprender, crear,
recrear, construir, emprender y corresponder. El autor Carlos Giménez
Romero, propone nueve características de las relaciones interculturales para
que sea una relación de armonía entre las culturas, una relación de intercambio
positivo y convivencia social entre actores culturalmente diferenciados8 . Sobre
ellas haremos las siguientes reflexiones:

 Confianza. Es la actitud que resulta de la creencia, certidumbre,


seguridad y confiabilidad de la persona en su identidad cultural y
lingüística en una sociedad multicultural. Le permite tener franqueza y
amistad para relacionar e intercambiar positivamente con personas
pertenecientes a otro grupo social o comunidad cultural. Se realiza
plenamente cuando el marco de políticas culturales, lingüísticas y
educacionales del país está diseñado conforme al pluralismo cultural.
Cuando la relación es desigual dominante-dominado, mayoría-minoría,
sin equidad étnica, cultural, lingüística y de género, será difícil
desarrollar la confianza para el desarrollo de la persona y la comunidad.
La confianza y la lealtad son factores indispensables para las relaciones
interculturales. Cuando una parte de la población de un país está en
condiciones de exclusión y discriminación por su condición social, su
cultura y su lengua, hay que trabajar por medio de políticas culturales y
educativas, y hasta acciones afirmativas, para crear confianza en la
sociedad y la nación.
 Reconocimiento mutuo. Es el reconocimiento del otro como tal, en sus
códigos lingüísticos y costumbres, capacidades, formas de vida,
cosmovisión, formas de organización social y patrones de crianza. Al ser
reconocimiento mutuo, cada quien valora al otro como su hermano, su
prójimo o su conciudadano, con quien dialoga, intercambia, construye,
sueña y realiza sus propósitos en una relación respetuosa y recíproca
sin que la cultura propia sea un obstáculo. Porque en materia de los
valores de las culturas existen concordancias, además siempre suman,
nunca restan. El reconocimiento mutuo se da cuando ambos partes se
aceptan como interlocutores válidos y en cuanto a sujetos iguales en
derechos y ciudadanía común.
 Comunicación efectiva. Las culturas no son islas incomunicadas,
además son dinámicas y no estáticas. Se comunican entre sí y se
intercambian conocimientos, valores, motivos estéticos y astronomía,
artes y visión del mundo. La comunicación efectiva no se da cuando en
una nación pluricultural se implementa una política monocultural y
monolingüe en la que un grupo social pasa a tomar las decisiones en su
código lingüístico y patrones culturales, relevando las otras a una
situación de sojuzgamiento y asimilación. La comunicación es del
dominante hacia el dominado, sin tener en cuenta sus lógicas de
desarrollo endógeno y su dinámica de interculturación.
 Diálogo y debate. La interculturalidad es un diálogo entre iguales. En
una sociedad pluricultural el diálogo y el debate se debe dar entre
iguales, en el sentido de que cada quien dialoga desde su cultura a
través de las convergencias y puntos en común, porque no hay culturas
superiores e inferiores, solo hay culturas diferentes. El diálogo y debate
que se realiza con reconocimiento mutuo y comunicación efectiva lleva a
la consecución del bien común y la conducta fraternal entre sí de todos
los habitantes de una nación o país. En la era de la conectividad mundial
y la sociedad del conocimiento, el diálogo intercultural de un país hace
más informados y cultivados a sus habitantes, sin perder su identidad
cultural pero sí fortaleciendo su participación en las dinámicas regionales
y mundiales.
 Aprendizaje mutuo. Es una actitud recíproca de los miembros de
culturas diferentes en un ambiente propicio de igualdad y equidad. Cada
cultura considera que su cosmovisión, sus conocimientos, valor,
principios de su pensamiento, sus métodos para resolver problemas y
satisfacer necesidades materiales y espirituales, formas de organización
y normas de convivencia social y política y comportamiento con la
naturaleza, economía y espiritualidad, son las que cumplen la función
para su desarrollo humano social. Con confianza y lealtad muestra a los
otros el cúmulo de experiencias que le han permitido vivir y
desenvolverse en el mundo, y con interés quiere aprender de las otras
culturas, especialmente las que se desarrollan en el mismo territorio
nacional. El aprendizaje mutuo favorece la economía, el desarrollo social
y la solidaridad democrática. Hace fuertes a los países y deja a un lado
la discriminación y la negación cultural.
 Intercambio positivo. Es el aporte que cada comunidad cultural hace
por medio de sus integrantes, con lo mejor de sí mismos para la
configuración de la vida social del país. Cada uno de los actores
culturalmente diferenciados aporta algo que sirve para el desarrollo del
otro y de ambos. Se trata de todo lo que conlleva una lengua,
conocimiento, tecnologías, valores, habilidades, tradiciones, formas de
adaptación, expresión artística, creencias y signos sociales.
 Resolución pacífica del conflicto. La persona humana es un ser social
y también es un ser de conflictos. Cada cultura tiene sus formas de
solucionar las contradicciones y los conflictos entre los miembros de la
comunidad cultural, asimismo posee métodos y procedimientos para
entenderse con los de otras culturas y pueblos. En Estados nacionales
pluriculturales, multilingües y multiétnicos, los pueblos y culturas que lo
forman han encontrado la forma de convivir pacíficamente, en sus
dinámicas, participación y competencia; tienen normas, procedimientos y
autoridades para conocer, analizar, tomar consejo e impartir justicia.
Cuando funciona la cultura de interculturalidad entre los pueblos y
comunidades, que supone relaciones equitativas, la resolución pacífica
de conflictos forma parte de la cultura nacional.
 Cooperación. La interculturalidad se va construyendo por fases de
acuerdo al entendimiento mutuo y a la cooperación intercultural y entre
culturas. Se apoya en los principios de solidaridad, complementariedad y
en la reciprocidad.
 La convivencia. Convivencia social que se apoya en el respeto mutuo y
la aceptación de unas normas comunes; viene de la aceptación de las
otras opiniones y estilos de vida hacia el que piensa o actúa de manera
diferente; se buscan arreglos por medios no violentos de las tensiones y
disputas. Conciencia de todos de que convivir es algo difícil y que exige
esfuerzo y aprendizaje. En definitiva es la convivencia dinámica y
enriquecedora que va mucho más allá de la mera coexistencia de no
agredirse y soportarse. Aunque la mera coexistencia de no agresión es
mejor que la violencia y agresión que han sufrido los pueblos indígenas
y otras comunidades étnicas en la historia de América.
La interculturalidad es un camino para la construcción de la paz y la
convivencia armónica, mutuamente enriquecedora entre los pueblos y
comunidades: fortalece la unidad nacional por medio de la conducta
fraternal entre sí de todos los habitantes. Los valores de todas las culturas
que conforman la nación multicultural consolidan el bien común, la justicia y
la equidad.
Sesión 11

Principios de convivencia multicultural e intercultural


en una sociedad democrática
Una democracia intercultural es aquella que se fundamenta en el
reconocimiento, respeto y promoción de la diversidad cultural con el
propósito de fortalecer la convivencia social y política sustentada en los
valores, conocimientos y métodos de resolución de problemas que cada
pueblo y cultura aporta, en un compromiso cívico y político de unidad
nacional. El liderazgo político en un ambiente intercultural surgirá de la
capacidad individual y libre de las personas que, formadas en su comunidad
cultural y lingüística, conocen y respetan los valores y las formas de
organización social de las otras culturas del país y promueven la unidad en
la diversidad, apoyándose en la gama de conocimientos, en la productividad
y en la creatividad de todas las comunidades culturales con el fin de lograr
el desarrollo integral de todas las personas que conforman la nación.
Esta dimensión política y cultural se apoya en la participación libre y
equitativa, la cual supera al concepto y la práctica de la democracia
monocultural que en el devenir histórico de los Estados nacionales se ha
impuesto en las sociedades multiculturales hasta la práctica de una política
de unidad en la desigualdad, cuyas consecuencias más visibles son: la
exclusión social, política, económica y cultural, así como la discriminación y
explotación.
En el diálogo entre iguales cada quien aporta sus valores y potencialidades,
sus conocimientos y técnicas y, sobre todo, el respeto de sí mismo y del
otro. Una democracia intercultural comprende la democracia formal
representativa y la democracia cultural participativa. Antes de entrar a
describir los principios de la convivencia multicultural e intercultural en una
sociedad democrática, es importante recordar los principios de una
democracia participativa que son: principios de igualdad, de libertad, de
pluralismo y de tolerancia, definiciones que se toman del Diccionario
Electoral de CAPEL.

 Principio de igualdad. La igualdad de los seres humanos en lo


fundamental es uno de los presupuestos básicos de la democracia,
porque hace que todos tengamos el mismo derecho de participar en
el gobierno común. La igualdad en la democracia lleva a que se
persista en una constante búsqueda de la mayor participación de los
miembros de la comunidad en las decisiones políticas, no limitándose
a aceptar el voto como la única expresión de esa participación. En la
democracia, la igualdad debe ser una vocación permanente.
 El principio de libertad. La democracia tiene que respetar esta
característica esencial del ser humano. Los límites a la libertad solo
pueden imponerse en la razón de la convivencia mutua. El ser
humano siempre debe mantener en la sociedad las condiciones para
su desarrollo individual. En la democracia, se estima que la libertad
del ser humano no le es concedida por el Estado, sino que sólo le es
reconocida por éste.

 El principio de pluralismo. Si los hombres son libres para


elucubrar cualquier pensamiento y son iguales entre sí, debe
entenderse que se van a producir en su seno distintos pareceres y se
van a suscitar diferentes intereses. El único límite que se puede fijar
es el de la paz social. Una sociedad democrática se reconoce por la
diversidad de planteamientos y su libre discusión.

 El principio de la tolerancia. Una sociedad democrática tiene


que ser una sociedad pluralista donde el dogmatismo esté proscrito.
El dogmatismo, la intolerancia, se sustenta en la presunción de que
uno de los intereses es superior al resto, que quien promueve un tipo
de pensamiento tiene una superioridad sobre los demás que hace
que se pueda prescindir o sojuzgar a los disidentes.

Principios de la convivencia intercultural en una nación multicultural


De los diálogos interculturales convocados en 1999 por el Proyecto
Q´anil B, PNUD-Guatemala, se socializaron los tres principios
siguientes:

 Principio de ciudadanía. Implica el reconocimiento pleno y la búsqueda


constante de igualdad real y efectiva de derechos, responsabilidades y
oportunidades, así como la lucha permanente contra el racismo y la
discriminación.
Una tesis de Thomas H. Marshall, nos amplía la comprensión de este
principio al identificar tres elementos que, en un enfoque sociológico, la
componen: civil, político y social.
 El elemento civil comprende los derechos necesarios para
la libertad individual, libertad personal, libertar de palabra, de
pensamiento, de fe religiosa; el derecho a la propiedad, el de
concluir contratos válidos y el derecho a la justicia.

 El elemento político, el derecho de participar en el ejercicio


del poder político, como miembro investido con autoridad política,
o como elector. o El elemento social, desde el derecho a un
mínimo de bienestar económico y de seguridad de participar
plenamente en la herencia social y vivir la vida de un ser
civilizado, de acuerdo con los patrones predominantes en la
sociedad.
 Principio de derecho a la diferencia. Conlleva el respeto a la
identidad y derechos de cada uno de los pueblos, grupos étnicos y
expresiones socioculturales de un país. El artículo 2 de la Declaración
de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
establece que los pueblos y las personas indígenas son libres e iguales
a todos los demás pueblos y personas, y tienen derecho a no ser objeto
de ninguna discriminación en el ejercicio de sus derechos que esté
fundada, en particular, en su origen o identidad indígena.
 Principio de unidad en la diversidad. Es lo concretado en la
unidad nacional, no impuesta sino construida por todos y asumida
voluntariamente. Sin democracia y pluralismo no pueden prosperar las
relaciones de interculturalidad. La diversidad cultural no es un problema
sino una riqueza con la que se construye la democracia intercultural de
un país.
Sesión 12

Multiculturalidad e interculturalidad en el ámbito


educativo, experiencias de países
Latinoamericanos
El presente capítulo muestra algunas experiencias de desarrollo multicultural e
intercultural en el ámbito educativo de países latinoamericanos con mayor
población indígena y diversidad cultural. La fuente documental es un trabajo
realizado por el autor de este módulo formativo en 2007, en los países:
Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, México y Guatemala
Elementos de vivencia intercultural en una comunidad educativa
La comunidad educativa es un espacio social, pedagógico, ambiental y cultural
en donde se puede privilegiar, en el marco de los fundamentos del desarrollo
integral de la persona humana, su identidad cultural en lo individual, y la cultura
de la interculturalidad en lo comunitario y nacional. La convivencia intercultural
en una comunidad educativa se identifica y se realiza en un marco
socioeducativo, que valora y propicia los siguientes elementos:

 Reconocimiento de la diversidad cultural, lingüística y socioeconómica


de la nación a la que pertenece la comunidad.
 Valoración de la identidad y dignidad de cada miembro de la comunidad
educativa como un sujeto activo en el desarrollo de su familia, su
comunidad y su cultura, y como una persona en proceso permanente de
formación y educación.
 Reconocimiento y valoración de las culturas y lenguas que se practican
en el entorno social de la comunidad educativa.
 Construcción del currículo educacional en el marco de la cultura de la
comunidad y de las interrelaciones de la misma con otros ámbitos y
otras culturas de la nación y del mundo.
 Sobre la base de la vivencia intercultural en las comunidades educativas
locales, impulso a la convivencia intercultural en las comunidades
nacional y regional.
 Consideración de los fundamentos de la cultura de la interculturalidad
tales como: la actitud de reconocimiento y respeto por la otra persona, el
intercambio de valores, los conocimientos y las lógicas de interpretación
del universo, experiencias de la estética y el arte de las culturas, la
interpretación formativa de la historia comunitaria y nacional, visión de la
identidad cultural y de la unidad nacional, sensibilidad hacia otras
culturas del mundo; asimismo, construcción de relaciones sociales que
impulsen el desenvolvimiento de cada educando, teniendo la familia y la
comunidad educativa como los ambientes primarios para el
fortalecimiento de la identidad personal y la autoestima.

12.1 Experiencia de Ecuador

Ecuador es un país multilingüe y pluricultural conformado por pueblos


indígenas, población afrodescendiente y mestiza, que se encuentra en
las tres regiones del país; en la región de la costa los Awa, Chaquis,
Tzachila y Esperos; en la región de la sierra los Quechuas, y en la región
amazónica los Ais, Sionas, Secoyas, Zaparos, Waos, Kichuas y los
Shuaras-Achuaras. Todas estas poblaciones mantienen una lengua y
una cultura propia, que constituyen una de las riquezas culturales de la
nación ecuatoriana. La Constitución de la República determina que “en
los sistemas de educación que se desarrollen en la zonas de
predominante población indígena se utilice como lengua principal de
educación el kichua o la lengua de la cultura respectiva, y el castellano
como lengua de relación intercultural” (artículo 27).
La política estatal con respecto a la educación intercultural bilingüe se
fundamenta en el Acuerdo Ministerial No. 0112-1993, el modelo de
Educación Intercultural Bilingüe y el correspondiente currículo para la
Educación Básica. En el proceso de educación intercultural el Estado
asume las siguientes responsabilidades:
 Garantizar la continuidad de la educación intercultural bilingüe
para todas las culturas indígenas, independientemente del
número de miembros que las integran, y para todos los niveles y
modalidades del sistema educativo.
 Utilizar las lenguas de las culturas indígenas como lenguas
principales de educación y el español como lengua de relación
intercultural en todos los niveles, subsistemas y modalidades.
 Asignar los fondos necesarios para la implementación y desarrollo
de la educación intercultural, incluyendo gastos de investigación,
producción de material didáctico, impresión, cursos de formación
y remuneraciones del personal docente y administrativo.
 Desarrollar un programa que rescate y actualice la etnociencia de
acuerdo con la teoría integrada de la ciencia y la cosmovisión que
caracteriza a los pueblos indígenas.
 Formar educadores provenientes de las propias comunidades
indígenas en base a los programas diseñados para el efecto, y
garantizando su estabilidad y continuidad en el área educativa.

12.2 Experiencia de Perú


Perú es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo. Se
encuentra entre los cinco países más diversos. Su población también se
caracteriza por ser multilingüe, multiétnica y pluricultural lo cual, según la
historia precolombina, ha influido en la diversidad de recursos genéticos.
La configuración lingüística de Perú se agrupa principalmente en dos
zonas: la andina y la amazónica. La zona andina comprende dos
familias lingüísticas, la quechua y la aymara. La familia quechua la
integra el quechua norteño, de la sierra y del amazónico, el quechua
Ancash-yara, quechua sureño (Perú, Bolivia y Argentina) que se
caracteriza por ser el de mayor número de hablantes y el que alcanza
homogeneidad relativa. Por otra parte está la familia aymara, que
comprende el aymara sureño (Perú y Bolivia) y el aymara central (en
peligro de extinción).

12.3 Experiencia de Bolivia

Bolivia es el país con mayor porcentaje de población indígena de


América (5.358.10711) y ahora el de mayor dinamismo en la
participación, diálogo y negociación política de los países multiétnicos,
multilingües y pluriculturales del hemisferio, en la búsqueda de una
reforma constitucional. El 2 de julio de 2006, en el referéndum nacional
sobre autonomía y de elección de nuevos constituyentes, el pueblo votó
“No” en un 58% al primer tema y eligió a 255 constituyentes para discutir
y llegar a acuerdos políticos a fin de aprobar la propuesta final con
temas tan fundamentales para construir “una Bolivia plurinacional e
intercultural con autonomías”12. El panorama de la gama étnico-
lingüística que muestra el censo poblacional de 2001, revela que un 62%
del total se autoidentificó como miembro de algún pueblo indígena al
haber señalado su pertenencia a alguno de los siguientes pueblos:
30.7% Quechua, 25.2% Aymaras, 6.1% alguno de los 31 grupos étnicos
registrados por el censo principalmente de las tierras bajas orientales13;
un 47.3% de toda la población que hablaba una lengua indígena y un
35.4% del total dijo haber aprendido como primera lengua una lengua
indígena. Bolivia, Ecuador, Perú y Paraguay son países que con
diversas políticas y valores fundantes de su nación han reconocido e
impulsado la interculturalidad como un diálogo entre iguales, en el que
los pueblos y comunidades culturales que la conforman participan, en
forma gradual y progresiva, en una “relación entre personas y grupos de
personas con identidades culturales distintas”14. Así se encuentran los
otros países multilingües y pluriculturales de Latinoamérica, en sus
dinámicas para lograr unidad en la diversidad.

12.4 Experiencia de Paraguay

Paraguay es el país de Latinoamérica que tiene carácter bilingüe,


español-lengua indígena Guaraní, por definición constitucional, y cuenta
con varias disposiciones legales en relación a la obligatoriedad de la
enseñanza en lengua materna, por ejemplo la definición de la educación
bilingüe en la reforma educativa paraguaya (Asunción, 2006).
Actualmente (2007) Paraguay se encuentra en una dinámica de diálogos
y consensos sobre la multiculturalidad y el plurilingüismo para su
aplicación en el sistema educativo y en la administración pública de la
nación, de manera que la interculturalidad se convierta en la cultura o
conjunto de actitudes y valores que enriquezcan la convivencia social y
cultural, y se erradiquen los signos sociales de la discriminación étnica,
lingüística y cultural. La condición bilingüe y trilingüe de la población
paraguaya, representa una fortaleza para la convivencia intercultural, la
identidad de la nación y las capacidades de los habitantes para clasificar
e interpretar el universo y la naturaleza desde su código lingüístico y su
grado de bicognición, así como el reconocimiento y respeto de su
diversidad cultural. Sin embargo, la atención de intelectuales y líderes de
las políticas educativas y culturales del país es hacia el fortalecimiento
de cada lengua y cada cultura, así también a la interrelación respetuosa
entre ellas. Porque también hay señales de bilingüismo sustitutivo por el
nivel de prestigio de una lengua y el debilitamiento de otras.
Recientemente el Congreso Nacional emitió un Decreto Ley que creó la
Dirección General de Educación Escolar Indígena en el Ministerio de
Educación y Cultura. Esta norma le viene a dar un impulso sustancial a
las lenguas de todas las regiones y el guaraní para todo el país.
También le da cabida a cada comunidad cultural en el diseño curricular
regionalizado de acuerdo a “sus pautas culturales y formas de
enseñanza en relación armónica a lo dispuesto en la Ley General de
Educación”.

12.5 Experiencia de México

La nación mexicana dio un salto de calidad en materia de identidad y


derechos de los pueblos indígenas, al decretar y sancionar una reforma
al artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, publicada en agosto de 2001. En la Constitución se
establece que “la Nación Mexicana es única e indivisible. La Nación
tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus
pueblos indígenas, que son aquellos que descienden de poblaciones
que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y
que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales
y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena
deberá ser criterio fundamental para determinar a quienes se aplican las
disposiciones sobre pueblos indígenas. Son comunidades integrantes de
un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y
cultural; asentada en un territorio y que reconocen autoridades propias
de acuerdo con sus usos y costumbres. El derecho de los pueblos
indígenas a la libre determinación se ejercerá en el marco constitucional
de autonomía que asegure la unidad nacional”. En lo referente a los
derechos lingüísticos, culturales y sociales, la Constitución reconoce y
garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la
libre determinación y en consecuencia, a la autonomía para:
 Decidir sus formas de convivencia y organización social, económica,
política y cultural.
 Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los
elementos que constituyen en cultura e identidad. La nación
mexicana cuenta con una Ley General de Derechos Lingüísticos de
los Pueblos Indígenas, publicada el 13 de marzo de 2003, la cual
define que es de orden público e interés social, de observancia
general en los Estados Unidos Mexicanos y tiene por objeto regular
el reconocimiento y protección de los derechos lingüísticos,
individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas,
así como la promoción del uso y desarrollo de las lenguas indígenas.

12.6 Experiencia de Guatemala

Guatemala es el país más septentrional de Centroamérica y uno de los


que tiene mayor población indígena del continente (42% según el censo
de 1994). Se encuentra ubicado en el territorio mesoamericano, cuna de
la gran civilización Maya, corredor biológico entre el norte y el sur del
continente Americano. En un territorio de 108.889 kilómetros cuadrados
se hablan 24 lenguas indígenas, 22 de ellas pertenecen al tronco
lingüístico maya, una lengua de origen afrocaribeño que es el garífuna y
la lengua xinka, cercana a las lenguas pipil y náhuatl. La topografía de
Guatemala es muy variada, su biodiversidad es de las más ricas del
mundo, especialmente la reserva de la biosfera Maya localizada en las
tierras bajas del departamento de Petén. Sus montañas y barrancos
conservan la vegetación en sus diversas tonalidades de verde, de esa
cuenta se sabe que cuando los españoles entraron por el lado oeste del
territorio guatemalteco, los indígenas tlascaltecas les informaron que
estaban llegando a un territorio llamado Quautlimayan que quiere decir
“tierra de muchos árboles”, nombre que en la lengua Maya del altiplano
occidental se dice “k´iche” (k´i = bastante; che = árboles).
La belleza del territorio guatemalteco, lo ubérrimo de su naturaleza y la
riqueza de sus culturas contrastan con el sufrimiento de los pueblos
indígenas por las estructuras económicas y políticas injustas y
desiguales que se originaron, primero en el período de la colonia y luego
en la revolución liberal de 1871, por la que fueron despojados de sus
tierras comunales, seguido de otros mandatos que limitaron su
desarrollo con libertad. Sin embargo, sobrevivieron sus lenguas,
culturas, formas de organización social y cosmovisión gracias a la fuerza
de lealtad comunitaria, un espíritu de resistencia proactiva y los métodos
de relación intercultural, que constituyen hoy para la vida del país una
fuente insustituible de identidad nacional y de construcción de la paz.
Dos acontecimientos de gran importancia para la historia del país en el
presente y para el futuro son: la promulgación de una nueva
Constitución Política de la República en mayo de 1985; el diálogo y
negociación de la paz, por un conflicto armado interno que duró 36 años
y que concluyó en 1996 con la firma de la paz firme y duradera entre el
gobierno de la República y la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca, con la moderación de la Organización de Naciones
Unidas y el apoyo de la Organización de Estados Americanos y un grupo
de países amigos.
La nueva Constitución Política reconoció, por primera vez en la historia
del país, el carácter multilingüe, multiétnico y pluricultural de la nación, al
definir que “Guatemala está formada por diversos grupos étnicos entre
los que figuran los grupos indígenas de ascendencia Maya. El Estado
reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, formas de
organización social, costumbres, tradiciones, el uso del traje indígena en
hombres y mujeres, idiomas y dialectos” (artículo 66). Entre los
Acuerdos de Paz se dialogó y se negoció con amplias consultas y
consensos el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos
Indígenas, suscrito en marzo de 1995. Dicho Acuerdo incluía el
compromiso de realizar una reforma integral del sistema educativo que
desarrollara la inclusión de las culturas y lenguas de los pueblos
indígenas y erradicara los estereotipos culturales y de género, con el fin
de alcanzar una sociedad incluyente, solidaria, multilingüe, multiétnica e
intercultural.
Actualmente la nación guatemalteca ha hecho avances en materia de
multiculturalidad e interculturalidad.
 Se creó un Viceministerio de Educación Bilingüe Intercultural en
2003.
 Funciona una Dirección General de Educación Bilingüe
Intercultural desde 1995.
 Fue creada, por Decreto Ley del Congreso de la República, la
Academia de Lenguas Mayas de Guatemala en 1990. • Se
promulgó la Ley de Idiomas Nacionales en 2003.
 La Universidad Nacional de San Carlos y cuatro universidades
privadas han abierto programas y carreras de formación de
cuadros técnicos, docentes y profesionales especializados en
bilingüismo e interculturalidad, y han fortalecido la investigación
y desarrollo lingüístico, sociolingüístico, y estudios antropológico.

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