Universidad San Buenaventura Cali

Luisa Fernanda Martinez Morales

Facultad de Psicología
VIII Semestre

REFLEXIONES ENTORNO A LA DIVERSIDAD

La escena está servida- Carlos Skliar

La escena está servida es un documental que evoca una gama de reflexiones sobre la
diversidad y específicamente sobre las diferentes formas de abordar el cuerpo, la voz y la
mirada. Dándole lugar a la conceptualización de lo congruente e incongruente, y la influencia
de éstos en la forma de vivir el cuerpo cuando existe una discapacidad que atrae las miradas,
ante ese cuerpo que habla con su sola presencia.

El abordaje del cuerpo, la voz y la mirada, toman gran relevancia en este documental,
puesto que cada una de estas formas del habla se encuentran cargadas de un poder y un
sentido en la forma en la que se da la comunicación entre cada uno de los sujetos de la
sociedad; es decir, que no es la voz la única que da cuenta del habla, sino que de igual forma
el cuerpo y la mirada están en constante expresión. Cuando se encuentran los cuerpos, uno
en frente del otro, la mayor parte del tiempo es la mirada la que lleva la conversación, la que
plasma el dialogo simbólico entre los sujetos presentes; y mientras las voces se van
comunicando entre sí, como lo dice el documental, es el cuerpo quien sostiene lo que se dice
con la voz, “...uno sostiene lo que dice, con su cara, con su cuerpo, con su presencia física...”
(Skliar, C. 2008)

Por otra parte, cuando en la escena entra un cuerpo inesperado, una voz difusa o una
mirada intraducible, se logra observar la dinámica en la que ese cuerpo inesperado atrae las
miradas de forma inmediata, pero muchas veces esta mirada no es precisamente una mirada
cubierta de empatía, sino que por el contrario es una mirada dirigida a resaltar que en el otro
“algo no está bien”, es decir, que es la mirada la que dota de sentido a ese cuerpo,
catalogándolo como anormal o no, como aceptable o no, como apto o no.

Del mismo modo, se hace relevante mencionar que dentro de los testimonios se
encuentra que estos cuerpos inesperados logran encontrarse con miradas de ternura y voces
tranquilizadoras, las cuales dan cuenta de la importancia de entender la diferencia, no como
una falta sino como otra forma de habitar el cuerpo, otra forma de vivir; al mismo tiempo,
esto permite esclarecer que los cuerpos inesperados no sólo logran ser visibles por el acto
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mismo de ocupar un espacio frente al otro, sino que son visibles principalmente por lo que
son, donde el “soy”, hace referencia al reconocimiento de que otro también está aquí,
haciéndose presente con su cuerpo, su mirada y su voz.

En esta misma línea, se proponen interrogantes frente a la congruencia e

incongruencia de los cuerpos, donde se plantea desde un inicio que la incongruencia de los
cuerpos intranquiliza las miradas; puesto que sí la congruencia se refiere a la coherencia y
relación lógica de los cuerpos, las voces y las miras, dicha definición evoca a lo dicho por
Skliar, C. (2008) “... la vida es la congruencia de lo predecible y como la muerte también la
vida se ha vuelto escena habitual.”. La congruencia, se refiere entonces, a lo conocido y
socialmente establecido, la rutina diaria, las melodías escuchadas con anterioridad, las calles
antes caminadas, las sensaciones conocidas, lo gratamente visto. Lo que evita la sorpresa, y
de igual forma evita re-conocer lo diferente. Pero aun en medio de lo que se espera, lo que
se desea y se conocer, Skliar plantea que el cuerpo, la voz y la mirada no logran ser
congruentes, puesto que aunque se conciba el ideal de la perfección, estos tres rompen con
eso, ya que, el cuerpo “se cae, se quiere, se escapa...”, la voz “se enrojece, empalidece,
enmudece...”, la mirada “se queda tiesa, busca escapar, mancha y mata...”; ¿Será entonces,
el cuerpo congruente?.

Por ende, la incongruencia como un hecho falto de sentido también hace alusión a
esos cuerpos que irrumpen la mirada, cuerpos que muchas veces piden ser mirados,
reconocidos, pero muchas otras sólo desean que esas miradas que resaltan “la falta”,
simplemente sean dirigidas hacia otros lugares y por qué no, hacia otros cuerpos. Así mismo,
lo incongruente da un lugar especial a lo que no se logra predecir o pre-visibilizar, lo que
muchas veces perturba las miradas; en este punto es interesante recalcar que lo incongruente
aparece como un problema para los sujetos que se han enfocado en sólo darle un lugar a lo
conocido; estos cuerpos incongruentes incomodan las miradas, silencian las voces, pero
muchas veces también evocan las miradas, las atraen con tal fuerza que, como se planteaba
en el documental, hace acostumbrar la mirada al problema, aunque ésta no se sostenga.

Pero son estas miradas, las denominadas como las miradas que manchan. Siendo
aquellas que discriminan y limitan al otro por el simple hecho de percibir la existencia de una
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discapacidad en él; las miradas que manchan son las que ven la anormalidad y pretenden la
presencia de lo normal, es decir, la mirada que mancha va mucho más allá del que es mirado
y por el contrario se encuentra absolutamente vinculado con quién mira, así mismo, de la
forma en la que mira. Es interesante resaltar que una mirada que mancha es aquella que al
encontrarse con un cuerpo inesperado intenta eliminar de su visión a este por medio del
ocultamiento de la mirada, evitando dirigirse a este otro cuerpo para mirarlo, y en caso tal de
que esa mirada se dirija a este cuerpo será con asombro ante la “anormalidad”. En pocas
palabras, la mirada que mancha es aquella que no le da un lugar al otro que es diferente.

Finalmente, se logra comprender que las relaciones cuerpo a cuerpo, mirada a mirada,
voz a voz hacen parte de los medios en que los seres humanos se comunican con los otros, y
estas formas del habla no dicen sólo del otro, sino que dicen más del sí mismo; hablando de
lo que cada sujeto espera del otro y al mismo tiempo, la capacidad de hacer parte a otro que
cuenta con capacidades diferentes por encontrar en condiciones de diversidad visual, motora,
auditiva, etc. Entonces, se entiende que estas miradas letales no logran ser eliminadas con
facilidad y que esto logra ser un proceso mucho más complejo, donde la concientización de
la diversidad funcional es la clave principal para eliminar las miradas que manchan. Puesto
que como se concluye en el documental “No existe la congruencia, nadie sabe nunca lo que
es...”, del mismo modo, no existe la congruencia en los cuerpos, puesto que, independiente
de cualquier discapacidad, cada uno de los cuerpos loga subjetivarse y es diferente; ningún
cuerpo escapa de la sorpresa, de lo inesperado y aún de lo que perturba.

Referencias bibliográficas

Skliar, C. (Autor), & Mikey, N. (Dirección y producción). (2008). La escena está servida
[Ensayo Documental].