UNIVERSIDAD CRISTIANA DE HONDURAS

(UCRISH)

MODALIDAD FIN DE SEMANA A ~ LEARNIG

FACULTAD DE PSICOLOGIA

ASIGNATURA
Teología Y Sociedad

CATEDRÁTICA
Licda. Alma Lorena Calero

ALUMNA
Ana Ruth Ochoa Morales

NÚMERO DE CUENTA
1141807076

TEMA
Análisis de la lección 28

FECHA DE ENTREGA
08 de octubre Del 2017
 ANALISIS DE LA LECCION 28

“ NO HAY OTRO HOMBRE ”

Dios habla al pueblo de Israel por medio de la Revelación, hasta la venida de Cristo.
La roca que guiaba a Israel era Cristo. Los judíos piadosos de antaño no fueron
salvos por la obra (nadie lo ha sido nunca) sino por la gracia de Dios, por medio de
la fe.

El único camino de acceso al Padre es por medio de Cristo y la única base del
perdón, y la aceptación delante de Dios, el sacrificio expiatorio realizado en la cruz
del calvario.

Todos los que han muerto sin tener la oportunidad de escuchar el mensaje de Dios
están condenados, pero no por no haberla tenido sino porque son pecadores y como
tales son reos de la justicia divida. El hombre solo se salva a través de Cristo; pero
Cristo se halla presente en todas las religiones.

En resumen Romanos 2:11-15 nos dice que, los judíos no podían ser justificados
por la ley de Moisés más que los gentiles por la ley de la naturaleza. La salvación y
la comunión con Dios no pueden venir por las sendas de auto-justificación y el
propio empeño.

No hay otro nombre dado a los hombres en la tierra en quien podamos ser salvos.
Solo en Jesucristo como lo dice Juan 14:6 ¨Yo soy el camino, la verdad y la vida;
nadie viene al padre sino por mi¨ solo por medio de Cristo, de su muerte y su
resurrección, aplicadas con poder a nuestras vida, es capaz el ser humano de
experimentar la salvación y el conocimiento de Dios.

El anhelo de Dios es que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento
de la verdad, pero esto solo es posible mediante Jesucristo. La misericordia del
Señor que obra apoyada en Cristo en la única fuente de salvación.
Tenemos las ordenes explicitas de Cristo de ir y predicar su Evangelio hasta lo
último de la tierra. Todo creyente no solo tiene este privilegio sino que es
responsabilidad y deber suyo el llevarlo a cabo. La gran Comisión del Señor es un
mandamiento (Mateo 26:16-20), no una simple posibilidad optativa.