MAGÍSTER EN GESTIÓN E INNOVACIÓN

DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS

TAREA DE DESARROLLO

Tutor(a)
Dra. Milagros Huamán

Estudiante:
Lisbett Teherán Castro

Cartagena, Bolívar, Colombia

2017
 “GESTIÓN DE LA EDUCACIÓN”

¿UN LIDER, NEGOCIDAOR DE ESPERANZAS O HACEDOR DE UTOPIAS?

"Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe,

cuando su trabajo está hecho y su meta cumplida,
ellos dirán: Lo hicimos nosotros".

Lao Tzu, filósofo chino.

Desafortunadamente ante la crisis de valores que enfrenta Latinoamérica, hace

pensar que ser el líder que las instituciones educativas necesitan, es para personas no
terrenales, se ve casi imposible y que muchos soñadores, entre esas, mi persona,
creemos poder asumir tan enorme reto, pero que se requiere de una especie de Robín
Hood a lo moderno, con las armas de la voluntad, amor por la educación, creyentes de un
Dios que todo lo puede y el suficiente carácter para enfrentarse a un sistema que por
demás tiene grandes vicios y se especializa en aportar obstáculos.

Ahora bien, con qué acciones puede un líder focalizar, en su quehacer, los cuatro
ámbitos; empecemos por el abordaje del direccionamiento, este debe entender las
necesidades del contexto y lo que este mundo globalizante exige para que los estudiantes
puedan aprovechar las oportunidades que este lo ofrece. Para ello, es mejor construir las
metas en conjunto donde haya participación de todos los estamentos, en donde las
propuestas sean minuciosamente analizadas y puestas a aprobación. Con estas metas,
tal como un diamante en bruto requiere de pulimiento, para ello se deben llevar a al
equipo de calidad o proyectos (Consejo Académico), este se encargará de construir toda
una filosofía entorno a dichas metas, para luego ser puestas en consideración en plenaria,
luego publicitadas en toda la institución.

En cuanto al segundo ámbito el desarrollo de las personas, es necesario que el

director o rector de una institución sea un gran animador o motivador de su personal, para
lo cual, debe propiciar momentos de encuentro académico que le permita entender los
anhelos, talentos y ayudarlos a potencializarlos, de tal forma, que se desacomode en
favor de la institución, porque ese docente o empleado, se siente parte de una institución
que lo escucha, necesita y está atenta a que él o ella se sientan satisfecho(a) de su labor.

Con el tercer ámbito, buena organización de la escuela, no basta con tener deseos
de llevar al éxito a la institución, también se requiere de conocimientos, desarrollo de
habilidades y competencias que le permitan negociar, atraer y empoderar a los miembros
de la comunidad educativa para crear todo un proceso organizacional, que permita la
autonomía y sincronización de cada uno de los miembros de la comunidad educativa. Que
entienda que se requiere de la aplicación de procesos de mejora continua, como el PHVA
y el empleo de la matriz DAFO para crear una planeación de cara a la comunidad y
mirando en cada miembro la posibilidad de seguir aprendiendo.

El último ámbito, es la columna vertebral: la gestión académica. Un rector que no

considere la importancia de este eje no es apropiado para seguir liderando esta
organización, tiene que sudar la camiseta, es indispensable que se siga viendo a si mismo
como docente, para entender como coadyuvar en la gestión de aula, construir proyectos
y planes que dinamicen el proceso de enseñanza-aprendizaje, desarrollando procesos de
investigación, asumiendo el reto de emplear las TIC como herramienta de innovación de
cara al futuro.

En conclusión, es fundamental que vean al rector no como el acosador, sino como

el aliado, directamente interesado en que todo marche en las condiciones que se
requieren, para alcanzar las metas trazadas. Que es el parte del equipo dispuesto a
intervenir para ayudar y motivar a sus miembros, demostrando que su entrega es muy
terrenal.
Bibliografía

José Weinstein. (5 de agosto de 2013). www.grupoeducar.cl. Recuperado el 17 de febrero de

2018, de Liderazgo pedagogico para directores: https://www.youtube.com/watch?v=dp-
YbfUkRyM