ESCOLAR
La Institución Educativa de la Sagrada Familia, cuyo lema es “FORMANDO
PERSONA CRECIENDO EN VALORES” trabaja por ofrecer a la comunidad
estudiantil un Clima institucional cálido, es decir, asume la importancia de crear
conciencia dentro de la comunidad educativa que el ser violentos solo lleva a más
violencia. Un ambiente que se caracterice por la expresión libre de las opiniones, su
aceptación sin molestar a ninguno, la acogida con ternura, la no crítica destructiva,
el cumplimiento satisfactorio del deber, una comunicación oportuna, eficaz y
efectiva y con ambientes organizados, limpios y agradables.
educativa, sin embargo, esto no significa que nuestro día a día se encuentre
humano integral.
las cuales resultan a veces difíciles de manejar y por tal motivo generadoras de
sanciona las faltas cometidas según el nivel de gravedad que han sido
Los padres de familia también son un pilar fundamental para nuestra tarea
formadora de mejores estudiantes. Es por esto que apostamos a tener con ellos
contacto con el proceso educativo, entendiendo que una familia unida previene,
programas específicos que involucran siempre a las familias en todos los procesos
escolares, entre los cuales podemos resaltar las campañas educativas que
desarrollamos a lo largo del año escolar, orientadas a capacitarlos y brindarles
nuestra ruta a seguir en primera instancia es el contacto directo del docente con el
orientadora y por último a la rectora como medida extrema. Por último, en caso de
reuniones periódicas con todos los docentes para evaluar y mejorar no solo el
estrategias y pautas para manejar ciertos casos difíciles dentro del aula, y ayuda a
permite fortalecer el vínculo y la comunicación con los padres de familia para que
ANALISIS
Sin duda alguna la sociedad de hoy implica muchos retos. Estamos en una situación
crítica en donde valores humanos éticos y morales están en decadencia, y esto se
ve reflejado en la convivencia diaria, la cual cada día es más compleja. Múltiples
factores influyen en ello, como lo son la cultura, tradiciones, idioma, la diversidad de
pensamiento, de comportamientos, de credos religiosos, distintas orientaciones
sexuales, estratos socio económicos también diversos. Todo esto nos afecta sin
avisarnos, sin percatarnos de que el tiempo pasa sin clemencia y debemos tomar
medidas contundentes para prevenir el caos en la humanidad. Desde la labor
docente y como personas corresponsables de la orientación y formación de las
vidas de nuestros estudiantes es necesario ofrecerles otras alternativas basadas en
el cambio de esquemas mentales, con visión proyectiva a largo plazo, hay que
mostrarles un ejemplo motivador, siendo para ellos un modelo a seguir, porque es
en la escuela donde se aprenden los conocimientos teóricos básicos y las normas
que ya vienen de los hogares se refuerzan. Partiendo de nuestra cotidianidad y
teniendo en cuenta las diferencias antes mencionadas se vuelve entonces un reto
la sana convivencia en toda la sociedad, más aún lo es para nuestros ambientes
escolares, para la comunidad educativa en donde ser idealistas nos limitaría para
percibir con objetividad la realidad.
Los estudiantes de hoy, no son los de antes, los de hace una década atrás, tampoco
tienen las mismas familias, por lo tanto a los valores humanos algunos les han
restado protagonismo, ya casi no se promueven, los buenos ejemplos a seguir son
cada vez más escasos, el afán por el bien propio está por encima del bien común,
y en ese orden de ideas el proceso educativo de hoy implica mayores dificultades
en el cual la convivencia escolar se convierte en un desafío constante debido a las
divergencias existentes entre alumnos, docentes y padres de familia.
Por otra parte, es necesario mencionar que, aunque el rol de los padres de familia
en el proceso educativo debe ser activo, permanente y efectivo, también deberían
participar continuamente en las actividades formativas de la institución, acatar las
sugerencias y recomendaciones ofrecidas para el mejoramiento no solo académico
sino comportamental de sus hijos. Esta es una deficiencia que cada vez es más
frecuente, debido a la misma ausencia de corresponsabilidad y compromiso frente
a la educación. El colegio erradamente ha perdido su connotación formadora para
tornarse en la guardería de los hijos que no se pueden dejar solos en casa, entonces
poco o nada importa la misión institucional cuando el padre de familia no le dedica
tiempo de calidad para afrontar todos los retos que la vida escolar implica. La
institución es quien debe impartir conocimiento, valores, normas, disciplina, afecto
y suplir casi todas las necesidades básicas del estudiante; un estudiante que
resuelve todas estas carencias con agresión en su entorno más próximo, con
frustración y rabia contenida. El colegio entonces es un medio de escape de esas
emociones, es la posibilidad de expresar sentimientos opuestos, de desahogo.