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MENCIÓN Y DESCRIPCIÓN DE EXPERIENCIAS SOBRE CONVIVENCIA

ESCOLAR
La Institución Educativa de la Sagrada Familia, cuyo lema es “FORMANDO
PERSONA CRECIENDO EN VALORES” trabaja por ofrecer a la comunidad
estudiantil un Clima institucional cálido, es decir, asume la importancia de crear
conciencia dentro de la comunidad educativa que el ser violentos solo lleva a más
violencia. Un ambiente que se caracterice por la expresión libre de las opiniones, su
aceptación sin molestar a ninguno, la acogida con ternura, la no crítica destructiva,
el cumplimiento satisfactorio del deber, una comunicación oportuna, eficaz y
efectiva y con ambientes organizados, limpios y agradables.

Además, en el Manual de Convivencia, cap.2 VALORES INSTITUCIONALES,


numeral 6 Diálogo y Convivencia se plantean unas estrategias para la vivencia de
estos valores como:
 Un ambiente donde se puede expresar libremente lo que se piensa y se sienta
sin molestar a los demás.
 Trabajar la capacidad de pedir perdón y reconocer la equivocación cuando se
ha fallado frente al otro.
 Solución de conflictos pacíficamente y con justicia.
 Escucha a todas las partes implicadas en un conflicto y buscar segundas
opiniones o terceras si es el caso.
Esto no significa que nuestro ambiente cotidiano institucional, se encuentre exento
de conflictos o dificultades en la Convivencia Escolar.
Mencionar y describir experiencias sobre convivencia escolar nos pone en dos
planos: dentro y fuera del aula.
Dentro del aula, cabe mencionar que se vive un ambiente en el que se forjan
diversas situaciones en torno a la convivencia debido a la diversidad cultural,
ideológica, y características de personalidad las cuales resultan a veces difíciles
de manejar y por tal motivo son generadoras de roces y actos de intolerancia que
interrumpen el normal desarrollo de las clases. Aunque es poco común, se viven
situaciones que terminan en agresiones verbales y en casos extremos agresiones
físicas. Cuando esto sucede se atienden de manera inmediata siguiendo el debido
proceso: docente – coordinador – rector – padre de familia – y atención profesional
por Psicología. Por otro lado, se lleva un registro en el anecdotario y de acuerdo a
la gravedad de la falta se atiende el caso según lo estipule el manual de convivencia
y se inicia la ruta de atención con el Comité de Convivencia Escolar.
El comité de Convivencia Escolar ejerce sus funciones y facultades dentro de la
institución como mediador, conciliador y toma decisiones sobre las sanciones a
aplicar, según la gravedad de la falta y lo consignado en el Manual de Convivencia.
Otra experiencia sobre convivencia escolar tiene que ver con posibles actos de
abuso, bullying, maltrato físico y/o verbal, psicológico o discriminación sexual que
puedan ser denunciado o detectado para hacer el seguimiento y acompañamiento
respectivo desde el Comité.
Fuera del aula, la Convivencia Escolar, se ve afectada por situaciones de poco
respeto y tolerancia, especialmente, entre niños y jóvenes de grados superiores con
los grados inferiores y como estrategia de viene implementando el acompañamiento
en las distintas zonas de la institución, durante los recreos y actividades de
comunidad.
Los padres de familia son un pilar fundamental para nuestra tarea formadora de
mejores estudiantes. Es por esto que apostamos a tener con ellos una comunicación
efectiva y asertiva.
Para la atención específica de la familia con relación a la convivencia escolar
nuestra ruta a seguir en primera instancia es el contacto directo del docente con el
padre de familia ya sea para informar sobre alguna situación específica a nivel
comportamental y/o disciplinario según sea el caso. Teniendo en cuenta la situación,
se involucra al respectivo al docente, coordinador, a la psico orientadora y por último
a la rectora. Como medida extrema, en caso de ser necesario se remite a las
diferentes entidades u organismos encargados de la protección al menor, por
ejemplo: Secretaría de Educación, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF) etc.
Siguiendo esta misma línea conciliadora y mediadora de nuestra Institución
Educativa, dentro y fuera del aula, se atiende a situaciones presentadas en la
relación docentes – estudiantes, docente – docente, etc. Para lo que se atienden
necesidades específicas que puedan presentarse con ellos. Se realizan reuniones
extraordinarias con la rectora de manera individual para resolver cualquier
inconveniente directamente con el/la docente en cuestión, se permite desde un
diálogo pacífico y respetuoso realizar los respectivos descargos, peticiones, quejas
y sugerencias con respecto al ambiente escolar. También se desarrollan reuniones
periódicas con todos los docentes para evaluar y mejorar no solo el nivel académico
de los estudiantes sino también para realizar ajustes encaminados a optimizar la
disciplina y convivencia escolar.
En general la comunidad educativa de la Sagrada Familia promueve y vela por
fomentar ambientes escolares plenos de tranquilidad que permitan un buen nivel de
aprendizaje y una armónica Convivencia Escolar.
Desde esta perspectiva el rol de la psico orientadora de nuestra Institución es
fundamental para brindar apoyo al docente en su misión de formar personas
integrales, ofreciendo estrategias y pautas para el manejo ciertos casos difíciles
dentro del aula.
ANÁLISIS
Sin duda alguna la sociedad de hoy implica muchos retos. Vivimos en una sociedad
donde la vivencia y formación en valores es cada vez más crítica. Múltiples factores
influyen en ello, como lo son la cultura, las tradiciones, el idioma, la diversidad de
pensamiento, de comportamientos, de credos religiosos, las distintas orientaciones
sexuales, los estratos socio económicos, etc.
Desde la labor docente y como personas corresponsables de la orientación y
formación de las vidas de nuestros estudiantes es necesario ofrecerles otras
alternativas basadas en el cambio de esquemas mentales, hay que mostrarles un
ejemplo motivador, siendo para ellos un modelo a seguir, porque es en la escuela
donde se aprenden los conocimientos teóricos básicos y las normas que ya vienen
de los hogares se refuerzan. Partiendo de nuestra cotidianidad y teniendo en cuenta
las diferencias antes mencionadas se vuelve entonces un reto la sana convivencia
en toda la sociedad, más aún, para nuestros ambientes escolares, para la
comunidad educativa en donde ser idealistas nos limitaría para percibir con
objetividad la realidad.
Los estudiantes de hoy, les han restado protagonismo a los valores humanos, ya
casi no se promueven los buenos ejemplos, el bien propio está por encima del bien
común, y en ese orden de ideas el proceso educativo de hoy implica mayores
dificultades en el cual la convivencia escolar se convierte en un desafío constante
debido a las divergencias existentes entre alumnos, docentes y padres de familia.
La Institución Educativa de la Sagrada Familia a pesar de que se caracteriza por su
continua lucha por engranar todos estos eslabones a veces falla en el intento, es
entonces cuando surge el conflicto en la convivencia escolar, lo cual aunque es
totalmente normal no deja de ser frustrante, ya que a pesar de contar con normas
claras definidas en el Manual de convivencia y rutas específicas para la atención no
siempre se cumplen o respetan los conductos regulares. No faltan los padres de
familia que ignoran los lineamientos a seguir en casos de quejas, sugerencias o
peticiones y a veces suelen ser ellos el mal ejemplo para sus hijos en cuanto a la
manifestación de actos de intolerancia y falta de respeto para con otros alumnos,
docentes y/o directivas. Simplemente no saben resolver conflictos, no escuchan ni
están prestos a ser objetivos sino subjetivos. En otras ocasiones no acuden a
buscar alternativas de soluciones dialogando directamente con el docente,
coordinador/a, psico orientadora o rectora para indagar los hechos, sino que omiten
este proceso a nivel institucional para acudir a la Secretaría de Educación
directamente. No se realiza el debido proceso y se altera la ruta establecida para
tales fines; Se percibe entonces una falsa faceta de negligencia institucional para
atender conflictos de convivencia escolar, lo cual difiere con la realidad y filosofía
institucional.
Por otra parte, es necesario mencionar que aunque el rol de los padres de familia
en el proceso educativo debe ser activo, permanente y efectivo, también deberían
participar continuamente en las actividades formativas de la institución, acatar las
sugerencias y recomendaciones ofrecidas para el mejoramiento no solo académico
sino comportamental de sus hijos. Esta es una deficiencia que cada vez es más
frecuente, debido a la misma ausencia de corresponsabilidad y compromiso frente
a la educación. El colegio erradamente ha perdido su connotación formadora para
tornarse en la guardería de los hijos que no se pueden dejar solos en casa, entonces
poco o nada importa la misión institucional cuando el padre de familia no le dedica
tiempo de calidad para afrontar todos los retos que la vida escolar implica. La
institución es quien debe impartir conocimiento, valores, normas, disciplina, afecto
y suplir casi todas las necesidades básicas del estudiante; un estudiante que
resuelve todas estas carencias con agresión en su entorno más próximo, con
frustración y rabia contenida. El colegio entonces es un medio de escape de esas
emociones, es la posibilidad de expresar sentimientos opuestos, de desahogo.
Es un dilema pretender que no aflore la preocupación ante un panorama tan
abrupto, pero no por ello se debe abandonar la causa, que bien merece todo tipo de
esfuerzo sobrehumano, dar al que necesite, y a veces asumir roles no solo de
docente, sino convertirse en ese padre o madre ausente, el amigo que escuche y
la guía espiritual para quien lo requiera. Pero en esta agotadora tarea se requiere
incrementar todo impulso, trabajar mancomunadamente a diario para no desfallecer
en el intento. Ello no implica que sea fácil, la vida misma no lo es.
La educación y en consecuencia nuestra Institución Educativa necesita
compromisos y hechos concretos para poder cumplir con la filosofía, misión y visión.
Aportando desde el aula escolar y desde el contacto directo con el estudiante y sus
padres de familia fundamentos y principios basados en la moral, la ética, los valores
humanos, los derechos pero sobre todo señalando también la ruta del deber, el ser
y el hacer. Solo de esta manera alcanzaremos cumplir con la meta institucional de
Formar Personas, Creciendo en Valores, valorando la vida de manera continua,
esmerando esfuerzos que trasciendan las dimensiones físicas, psíquicas, sociales,
culturales y religiosas, y considerando la pedagogía del amor como base
fundamental en todas nuestras acciones.
La convivencia escolar no puede perder protagonismo, pero debe estar dispuesta
toda la comunidad educativa a ser cercanos, acogiendo desde la alegría, y el ánimo
emprendedor que nos debe caracterizar. Nuestras experiencias del día a día deben
ser totalmente reconfortantes y motivadoras para continuar promoviendo la
educación integral y siendo un ejemplo a seguir para toda la comunidad en general.
Cortado del taller 2 trabajo completo
EXPERIENCIAS INDAGADAS

La Institución Educativa de la Sagrada Familia es regida por una filosofía

Amigoniana la cual es el faro que guía el actuar y proceder de toda la comunidad

educativa, sin embargo, esto no significa que nuestro día a día se encuentre

exento de conflictos o dificultades en la Convivencia Escolar. No obstante, se

trabaja de manera transversal y ardua en la formación de Personas, Creciendo en

Valores y se pretende que dicha filosofía acompañe a los estudiantes, padres de

familia y en general a toda la comunidad educativa a lo largo de todo el proceso

escolar. Por esto se caracteriza, por ser una Institución comprometida en

promulgar el respeto, la tolerancia, la paz y todos los valores inherentes a un ser

humano integral.

Teniendo en cuenta esta perspectiva holística e integrativa se resalta todo

esfuerzo diario por mantener un ambiente escolar agradable, tendiente al

aprendizaje continuo que resulta de todo proceso de convivencia.

Con respecto a los estudiantes de la Institución queremos mencionar que el aula

escolar permite que se forjen diversas situaciones en torno a la convivencia diaria

debido a la diversidad cultural, ideológica, y sus características de personalidad

las cuales resultan a veces difíciles de manejar y por tal motivo generadoras de

roces y actos de intolerancia que interrumpen el normal desarrollo de las clases.

Muchas veces estas diferencias terminan en agresiones verbales y en casos

extremos en físicas. Cuando son detectadas por el/las docentes se manejan de


forma inmediata con amonestación verbal para el estudiante agresor, o anotación

en el anecdotario si el caso lo amerita con la finalidad de resolver pacíficamente el

impase surgido. Pero cuando la situación no logra ser resuelta inmediatamente en

el aula se comunica al coordinador de disciplina de la Institución para mediar y

darle una resolución satisfactoria o iniciar la atención y seguimiento desde el área

de psico orientación escolar. De acuerdo a la gravedad de la falta se atiende el

caso según lo estipule el manual de convivencia y se iniciará la ruta de atención

con el Comité de Convivencia Escolar, en la cual se involucra a estudiantes,

padres de familia, docentes y directivos. El comité de Convivencia Escolar ejerce

sus funciones y facultades dentro de la institución como mediador, conciliador y

sanciona las faltas cometidas según el nivel de gravedad que han sido

consignadas en el Manual de Convivencia. Todo acto de abuso, bullying, maltrato

físico, verbal y psicológico o discriminación sexual que haya sido denunciado o

detectado será atendido para hacer el seguimiento por el Comité.

Los padres de familia también son un pilar fundamental para nuestra tarea

formadora de mejores estudiantes. Es por esto que apostamos a tener con ellos

una comunicación efectiva y asertiva que nos permita estar permanentemente en

contacto con el proceso educativo, entendiendo que una familia unida previene,

acompaña y atiende las necesidades básicas y emocionales de todos sus

integrantes. Para este fin la Institución cuenta con un Proyecto Educativo

Institucional (PEI) que contiene estrategias de transversalidad, integralidad y

programas específicos que involucran siempre a las familias en todos los procesos

escolares, entre los cuales podemos resaltar las campañas educativas que
desarrollamos a lo largo del año escolar, orientadas a capacitarlos y brindarles

herramientas para manejar no solo los conflictos presentados en la convivencia

diaria familiar y escolar, sino también en temas preventivos de salud, medio

ambiente, salud sexual y reproductiva y culturales.

Para la atención específica de la familia con relación a la convivencia escolar

nuestra ruta a seguir en primera instancia es el contacto directo del docente con el

padre de familia ya sea para informar sobre alguna queja, observación o

sugerencia respecto al proceso disciplinario, posteriormente según sea el caso se

involucra al respectivo coordinador de área (académico o disciplina), a la psico

orientadora y por último a la rectora como medida extrema. Por último, en caso de

ser necesario se remite a la Secretaría de Educación, Instituto Colombiano de

Bienestar (ICBF) y demás entidades Territoriales según lo amerite.

Siguiendo esta misma línea conciliadora y mediadora de nuestra Institución

Educativa, en cuanto a los docentes también se atienden las necesidades

específicas que puedan presentarse con ellos. Se realizan reuniones

extraordinarias con la rectora de manera individual para resolver cualquier

inconveniente directamente con el/la docente en cuestión, se permite desde un

diálogo pacífico y respetuoso realizar los respectivos descargos, peticiones,

quejas y sugerencias con respecto al ambiente escolar. También se desarrollan

reuniones periódicas con todos los docentes para evaluar y mejorar no solo el

nivel académico de los estudiantes sino también para realizar ajustes

encaminados a optimizar la disciplina y convivencia escolar.


En general la comunidad educativa de la Sagrada Familia promueve y vela por

fomentar ambientes escolares plenos de tranquilidad que permitan un buen nivel

de aprendizaje, en donde el estudiante cumpla con las normas básicas de

convivencia consignadas en nuestro Manual, para esto son fundamentales

también tener en cuenta los intercambios y relaciones interpersonales generados

en el contacto entre alumnos, docentes, directivas y padres de familia.

Desde esta perspectiva el rol de la psico orientadora del colegio es fundamental

para apoyar al docente en su misión de formar alumnos integrales, ya que nos da

estrategias y pautas para manejar ciertos casos difíciles dentro del aula, y ayuda a

detectar síntomas y conductas patológicas de los estudiantes que a veces

requieren tratamientos con especialistas de otras disciplinas clínicas. También

permite fortalecer el vínculo y la comunicación con los padres de familia para que

realicen un buen nivel de acompañamiento y mejoren la dinámica familiar para

beneficio de sus hijos.

ANALISIS

Sin duda alguna la sociedad de hoy implica muchos retos. Estamos en una situación
crítica en donde valores humanos éticos y morales están en decadencia, y esto se
ve reflejado en la convivencia diaria, la cual cada día es más compleja. Múltiples
factores influyen en ello, como lo son la cultura, tradiciones, idioma, la diversidad de
pensamiento, de comportamientos, de credos religiosos, distintas orientaciones
sexuales, estratos socio económicos también diversos. Todo esto nos afecta sin
avisarnos, sin percatarnos de que el tiempo pasa sin clemencia y debemos tomar
medidas contundentes para prevenir el caos en la humanidad. Desde la labor
docente y como personas corresponsables de la orientación y formación de las
vidas de nuestros estudiantes es necesario ofrecerles otras alternativas basadas en
el cambio de esquemas mentales, con visión proyectiva a largo plazo, hay que
mostrarles un ejemplo motivador, siendo para ellos un modelo a seguir, porque es
en la escuela donde se aprenden los conocimientos teóricos básicos y las normas
que ya vienen de los hogares se refuerzan. Partiendo de nuestra cotidianidad y
teniendo en cuenta las diferencias antes mencionadas se vuelve entonces un reto
la sana convivencia en toda la sociedad, más aún lo es para nuestros ambientes
escolares, para la comunidad educativa en donde ser idealistas nos limitaría para
percibir con objetividad la realidad.

Los estudiantes de hoy, no son los de antes, los de hace una década atrás, tampoco
tienen las mismas familias, por lo tanto a los valores humanos algunos les han
restado protagonismo, ya casi no se promueven, los buenos ejemplos a seguir son
cada vez más escasos, el afán por el bien propio está por encima del bien común,
y en ese orden de ideas el proceso educativo de hoy implica mayores dificultades
en el cual la convivencia escolar se convierte en un desafío constante debido a las
divergencias existentes entre alumnos, docentes y padres de familia.

La Institución Educativa de la Sagrada Familia a pesar de que se caracteriza por su


continua lucha por engranar todos estos eslabones a veces falla en el intento, es
entonces cuando surge el conflicto en la convivencia escolar, lo cual, aunque es
totalmente normal no deja de ser frustrante, ya que a pesar de contar con normas
claras definidas en el Manual de convivencia y rutas específicas para la atención no
siempre se cumplen o respetan los conductos regulares. No faltan los padres de
familia que ignoran los lineamientos a seguir en casos de quejas, sugerencias o
peticiones y a veces suelen ser ellos el mal ejemplo para sus hijos en cuanto a la
manifestación de actos de intolerancia y falta de respeto para con otros alumnos,
docentes y/o directivas. Simplemente no saben resolver conflictos, no escuchan ni
están prestos a ser objetivos sino subjetivos. En otras ocasiones no acuden a
buscar alternativas de soluciones dialogando directamente con el docente,
coordinador/a, psico orientadora o rectora para indagar los hechos, sino que omiten
este proceso a nivel institucional para acudir a la Secretaría de Educación
directamente. No se realiza el debido proceso y se altera la ruta establecida para
tales fines; Se percibe entonces una falsa faceta de negligencia institucional para
atender conflictos de convivencia escolar, lo cual difiere con la realidad y filosofía
institucional.

Por otra parte, es necesario mencionar que, aunque el rol de los padres de familia
en el proceso educativo debe ser activo, permanente y efectivo, también deberían
participar continuamente en las actividades formativas de la institución, acatar las
sugerencias y recomendaciones ofrecidas para el mejoramiento no solo académico
sino comportamental de sus hijos. Esta es una deficiencia que cada vez es más
frecuente, debido a la misma ausencia de corresponsabilidad y compromiso frente
a la educación. El colegio erradamente ha perdido su connotación formadora para
tornarse en la guardería de los hijos que no se pueden dejar solos en casa, entonces
poco o nada importa la misión institucional cuando el padre de familia no le dedica
tiempo de calidad para afrontar todos los retos que la vida escolar implica. La
institución es quien debe impartir conocimiento, valores, normas, disciplina, afecto
y suplir casi todas las necesidades básicas del estudiante; un estudiante que
resuelve todas estas carencias con agresión en su entorno más próximo, con
frustración y rabia contenida. El colegio entonces es un medio de escape de esas
emociones, es la posibilidad de expresar sentimientos opuestos, de desahogo.

Es un dilema pretender que no aflore la preocupación ante un panorama tan


abrupto, pero no por ello se debe abandonar la causa, que bien merece todo tipo de
esfuerzo sobrehumano, dar al que necesite, y a veces asumir roles no solo de
docente, sino convertirse en ese padre o madre ausente, el amigo que escuche y la
guía espiritual para quien lo requiera. Pero en esta agotadora tarea se requiere
incrementar todo impulso, trabajar mancomunadamente a diario para no desfallecer
en el intento. Ello no implica que sea fácil, la vida misma no lo es.

La educación y en consecuencia nuestra Institución Educativa necesita


compromisos y hechos concretos para poder cumplir con la filosofía, misión y visión.
Aportando desde el aula escolar y desde el contacto directo con el estudiante y sus
padres de familia fundamentos y principios basados en la moral, la ética, los valores
humanos, los derechos, pero sobre todo señalando también la ruta del deber, el ser
y el hacer. Solo de esta manera alcanzaremos cumplir con la meta institucional de
Formar Personas, Creciendo en Valores, valorando la vida de manera continua,
esmerando esfuerzos que trasciendan las dimensiones físicas, psíquicas, sociales,
culturales y religiosas, y considerando la pedagogía del amor como base
fundamental en todas nuestras acciones.

La convivencia escolar no puede perder protagonismo, pero debe estar dispuesta


toda la comunidad educativa a ser cercanos, acogiendo desde la alegría, y el ánimo
emprendedor que nos debe caracterizar. Nuestras experiencias del día a día deben
ser totalmente reconfortantes y motivadoras para continuar promoviendo la
educación integral y siendo un ejemplo a seguir para toda la comunidad en general.
Tomando en cuenta todo el trabajo sobre la convivencia escolar, puedo argumentar
que hoy en día se debe trabajar más en esos cambios de indisciplina cada uno de
nuestros alumnos. Ya que estos actos son cada vez más notorios y por ende van
en aumento encontrando primordialmente las formas de conducta aún más
agresivas entre pares.
Sabido es que el hombre es social por naturaleza y que es también es un ser único
e irrepetible trayendo consigo diferencias entre sus semejantes, democráticamente
no es fácil llevar una sana convivencia y sobre todo pacífica al estar en grupo o en
sociedad sabiendo que implica respetar las diferencias de todo tipo, convivir con
respeto y en armonía con todas las personas, independientemente de su nivel
sociocultural, origen, cultura, religión, política, opción sexual, edad, etc.es por ello
que se espera que en las escuelas sean lugares privilegiados en la formación de
seres humanos en todas sus dimensiones, que sean capaces de respetarse y de
convivir sana y armónicamente.
Para ello es importante trabajar no desde la escuela sino desde casa la educación
en valores, como bien se sabe la educación y formación como tal de un ser humano
inicia desde el seno del hogar, en la escuela solo se dan conocimientos y se
reafirman esos valores inculcados en la familia.
Importante es tomar en cuenta que para que los educandos sean aptos
de poder trabajar con otros compañeros, respetando los diferentes rasgos, ritmos,
capacidades e intereses, es necesario guiarlos, instruirlos y reafirmarles los valores
de respeto, tolerancia y cooperación. Con una enseñanza por medio de modelos de
cooperación se pretenda una buena y fundamental forma de trabajo en el aula. "Los
valores deben formar parte del quehacer diario del profesor, los modelos de
resolución pacífica de conflictos deben estar inmersos en las dinámicas del Aula y
del Centro, y no abandonar nunca la esencia del trabajo que se realiza en las
distintas asignaturas" (Martín y Muñoz, 2011, p. 263). De igual manera no cabe duda
alguna sobre que existen los principios legales y morales de la educación inclusiva,
pero aún no se han conseguido garantizar prácticas que atiendan verdaderamente
a la diversidad, aunque ya existen experiencias que impulsan a los demás a cambiar
los modelos homogeneizadores. La educación inclusiva como lo sabemos es un
principio universal la cual es considerada como uno de los valores principales
del sistema educativo.
No se debe olvidar que se debe ir trabajando acorde a la época, el contexto, y la
sociedad demandante do

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos106/sana-convivencia-escolar-


punto-clave-buen-desempeno-academico/sana-convivencia-escolar-punto-clave-
buen-desempeno-academico.shtml#ixzz55zpSYsgX

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