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Empresas involucradas

CMPC:

Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, más conocida como CMPC o “La


papelera”, es una sociedad financiera empresarial forestal y papelero controlado por la
familia Matte. Esta empresa es la segunda dueña de plantaciones forestales en Chile y su
principal producto es la elaboración de celulosa. Además de esta, produce productos
intermediarios derivados de la madera, como tableros, contrachapados, entre otros, así
como productos terminados, como cartones, y entre ellos se encuentra el papel higiénico,
toallas de papel, pañuelos desechables, servilletas y otros, ofreciendo al mercado a través
de sus marcas: Elite, Confort, Nova, Ladysoft, Babysec, Noble y Cotidian.

PISA:

Papeles Industriales S.A., más conocida como PISA, inicio su operación en 1979,
procesando papeles importados para la industria gráfica. En 1986 entraron al mercado de
consumo masivo con marcas propias, marcas que más tarde ofrecerían papel higiénico,
pañuelos, toallas de papel y faciales. En el año 1995 la empresa concentraba el 50% de
las ventas de papelería en baños públicos y oficinas de trabajo. En 2001, ya con el
acuerdo de colusión, la empresa comienza a producir los pañales Naturell, que les dio un
gran éxito empresarial el cual llamaría la atención de SCA, empresa sueca líder en el
mercado europeo, que en primera instancia compraría el 50% de la propiedad a Gabriel
Ruiz-Tagle y posteriormente, el año 2012, el otro 50% restante, con la salida de Ruiz-
Tagle PISA se transformó en SCA.
Colusión de las papeleras

El cartel más grande de los últimos años, así es como lo ha denominado la fiscalía
Nacional económica a la alianza que mantuvo CMPC y SCA para establecer altos precios
durante más de 10 años en productos como el papel higiénico, toallas, pañuelos
desechables, servilletas, entre otros productos.

A mediados del año 2000, en el Club de Golf “Las Brisas” en Chicureo, fue ahí en donde
Gabriel Ruiz-Tagle ex ministro del deporte y accionista de Blanco y Negro y en ese
entonces dueño de Papeles Industriales S.A (PISA) se reúne con Jorge Morel Bulicic,
por aquel entonces Gerente General de CMPC, empresa subsidiaria de la Compañía
Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), propiedad del grupo Matte. Su reunión
fue para debatir la fuerte competencia que tenían los productos por la incorporación de
la Distribuidora y Servicios S.A., dueños de hipermercados y supermercados “Lider”,
que lanzo un producto de propia elaboración bajo la marca “Acuenta”, que entre todos
los productos ofrecidos destaco la elaboración y comercialización del papel higiénico.

Esta situación desato una guerra de precios entre las empresas participes de la
industria, lo cual evidentemente desataría una reducción en las utilidades para las
empresas ya establecidas, CMPC y PISA.

Para evitar dicha situación, sin esperar Ruiz-Tagle y Morel decidieron abordar el tema
viendo las posibles soluciones para evitar la consecuencia financiera de competir por
precios en el mercado. Tras una serie de reuniones, acordaron establecer un acuerdo
para evitar bajas en los precios y reducción de utilidades, el acuerdo consistía en que
cada empresa debía producir las toneladas de productos de papel equivalentes a la
participación de mercado vigente hasta antes de la entrada de “Acuenta” al mercado.
Revisando cifras históricas, concluyeron que CMPC obtenía el 76% de las ventas de
productos de papel, mientras que PISA obtenia el 24% restante, esto sin considerar al
nuevo competidor. De esta forma tomaron la decisión de acordar cuanto produciría cada
una, para así saber con exactitud cuántos productos se comercializaban en el mercado
y fijar un precio meta más alto del que se habría originado si cada empresa hubiese
producido solo velando por sus propios resultados.

Se realizó una alianza con el objetivo de mantener y aumentar las utilidades de ambas
empresas en conjunto, de tal forma de evitar que el papel higiénico fuese mas barato.
Con el acuerdo en marcha y ya empezando a implementarse, con la idea de lograr el
objetivo el cual era mantener los precios y utilidades estables y esperando que fueran
en aumento. Sin olvidar lo más importante y que generaba preocupación, que el
acuerdo perdurara en el tiempo y no fuera detectado por las autoridades.

Por lo cual las reuniones cambiaron de domicilio, en un nuevo lugar que era un cuartel
de bomberos denominado “Bomba Alemana”. A estas reuniones se integrarían gerentes
estratégicos de diversas áreas, quienes serían los encargados de implementar el
acuerdo suscrito previamente.

Para monitorear el cumplimiento del acuerdo crearon unas planillas de datos en formato
Excel llamado “modelo bomba”, estas planillas eran actualizadas cada 2 meses, con
datos de precios y producción provistos por la empresa A.C Nielsen Chile Ltda. Toda
vez que había cambios gerenciales u otros, las reuniones iniciaban con presentaciones
entre las nuevas partes y el acuerdo suscrito.

Cuando ocurrían desviaciones o señales de que el acuerdo no se estaba respetando,


las partes recurrían a contactarse de forma telefónica o a través de correos electrónicos
creados exclusivamente para estos diálogos. Sin embrago a fines del 2008, los
ejecutivos decidieron dejar de usar los correos electrónicos como vía de comunicación,
dada la denuncia sobre la colusión de las Farmacias. No obstante el acuerdo debía
seguir implementándose. Así optando por comunicarse telefónicamente a través de
celulares prepago, los cuales eran desechados cada cierto tiempo, y correos
convencionales a domicilio

La Fiscalía Nacional Económica informo de oficio el inicio de la investigación al


denominado “Cartel del confort” en diciembre de 2014. Para Abril de 2015 se anunció el
envió al Congreso de un proyecto de ley que buscaba endurecer las multas y penas a
las que arriesgaban empresas participes de acuerdos en contra de la libre competencia
y determinación de precios. Así, durante Marzo de 2015, CMPC decidió auto
denunciarse y aportar antecedentes a la investigación, a cambio de eximirse de multas.
Meses después la Fiscalía Nacional Económica accedió. Un tiempo después SCA
decidió auto denunciarse y aspirar a una rebaja en la multa que pudiera solicitar la
Fiscalía al Tribunal de la Libre Competencia y la fiscalía accedió.
Es así como la Fiscalía solicito una multa de $10.367 millones de pesos para SCA, que
equivale a 20.000 unidades tributarias anuales y para CMPC $0 pesos.

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