COMUNICACIÓN NO VERBAL
Que dicen las manos, las manos hablan por nosotros con sus movimientos, siempre
tengamos en cuenta el contexto donde nos desenvolvemos.
Manos en la cara:
Mejillas y Mentón:
Manos en la Cabeza
Los Brazos
Las Piernas:
Ojos y Mirada
Posiciones de la Cabeza
Gestos de Seducción
Controle su mirada:
Cuando estés hablando con alguien, no estés mirando a todos lados: a la ventana, al
techo, al suelo o limpiando tus uñas. Tampoco mires morbosa y curiosamente los
zapatos, pantalones, camisa o peinado del que habla. Mantén el contacto ocular, pero
sin fijar en exceso la mirada: eso lo hacen los locos. De todas formas, si quieres fijar la
mirada durante mucho tiempo en alguien sin cansarte psicológicamente, mira su
entrecejo. Para el otro/a no hay diferencia.
ANEXO
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2. Cuando me encuentro con alguien por primera vez, trato de dar una buena impresión.
3. Cuando hablo, lo hago oportunamente y me expreso de forma correcta. Mis palabras tienen un
efecto notorio sobre los demás.
9. Interactúo bien con la gente porque entiendo todos los elementos implicados en la
conversación.
10. Siempre cuido lo que digo porque sé que hasta las paredes tienen oídos.
11. En muy pocas ocasiones hablo acerca de una información o la revelo si considero que puede
ser delicada.
12. Puedo permanecer en silencio a propósito, pues ejerzo un excelente control sobre cada
palabra que pronuncio.
13. Ejerzo control sobre lo que digo, incluso después de beber algunas copas.
18. Creo que las filtraciones de información en una empresa son graves y negativas.
21. El control que ejerzo sobre lo que digo es algo que sale natural de mí.
26. Me cuesta mucho trabajo guardar para mí mismo la información importante que se me
confía.
28. Sé escuchar a los demás pero con frecuencia no presto atención a lo que me dicen.
30. Soy muy eficaz cuando se trata de persuadir a las personas de que comprendan mi punto de
vista o de que hagan lo que yo deseo.
31. A pesar de que me gustaría ser franco, creo que no podría sobrevivir si digo siempre la
verdad, así que miento de vez en cuando.
Esta reacción, como muchos otros gestos humanos, es totalmente innata y no depende
de la cultura. Del mismo modo, la sonrisa, el llanto, la expresión de tristeza, la
expresión de furia y la de asco o la reacción de saludar a un conocido levantando las
cejas son comunes a todos los seres humanos, sin importar su cultura, su idioma o su
religión. Como contraparte, otros gestos como el asentimiento (mover la cabeza arriba y
abajo, o a los lados) dependen únicamente de la cultura.
Es lógico que la expresión del rostro sea innata porque era la forma esencial de
comunicación entre los prehumanos antes de la aparición y desarrollo del lenguaje, ya
que un malentendido de expresión facial podía ser desastroso para el individuo y para la
manada. Y por eso tampoco es raro que, también, el control de la expresión de nuestras
emociones sea parte de nuestra educación: no reírse en momentos determinados, no
llorar en público, controlar el enojo (o al menos que no se note) son actos considerados
útiles para enmascarar lo que realmente sentimos.
Formas de medir
Ese ocultamiento es una forma de mentir, y el ser humano siempre ha deseado saber
cuándo uno de sus prójimos miente. Para detectar la falsedad se han propuesto
herramientas como el polígrafo, mal llamado detector de mentiras, que mide algunas
variables (resistencia eléctrica de la piel, pulso, tensión arterial, frecuencia respiratoria)
sobre la suposición de que todos esos aspectos se alteran cuando mentimos. Si bien esto
es cierto en principio, en realidad esos aspectos también se pueden afectar por
muchísimos otros factores emocionales y fisiológicos que nada tienen que ver con la
mentira, mientras que un mentiroso frío y controlado puede decir las mayores
barbaridades sin que tales aspectos sufran alteraciones.
Ahora parece que la mejor forma de determinar, con algún grado de certeza razonable,
si alguien miente es volver a nuestros orígenes genéticos: mirar la expresión de quien
habla. Más allá de ciertos lugares comunes o tópicos (como el que quien miente desvía
la mirada), los psicólogos experimentales han podido dar con indicadores clave
mediante los cuales el rostro traiciona mediante sus expresiones al mentiroso.
Paul Ekman, por ejemplo, uno de los mayores expertos en la mentira y las expresiones
faciales, señala que hay movimientos faciales que no son voluntarios en lo más mínimo,
como el estrechamiento de los labios que se da en momentos de furia, y que
difícilmente se pueden hacer voluntariamente, de modo que quien finge estar enojado
no muestra esta característica clara de una emoción genuina.
Según Science Daily, el propio Frank se apresura a aclarar que una o muchas
microexpresiones, por sí mismas, no prueban nada, sólo son indicaciones valiosas y
siempre en el contexto de otros signos conductuales. Y más allá de su programa
informático, sus experiencias y conocimientos hoy sirven para que profesionales de las
fuerzas de seguridad fortalezcan sus capacidades de detectar mentirosos.
Porque, en realidad, el mejor detector de mentiras siempre ha sido el ser humano, capaz
de evaluar e interpretar las expresiones de sus congéneres con gran velocidad y
precisión. Y, ayudados del conocimiento de la psicología social, los más interesados en
descubrir mentirosos pueden realizar un trabajo más efectivo determinando cómo
nuestro rostro puede traicionar nuestras peores intenciones.
Suele ser difícil detectar cuando alguien está mintiendo, incluso si conocemos mucho a
esa persona. Pero una de las razones principales es que la gente no sabe cómo detectar
una mentira. Aldert Vrij y colegas han realizado una investigación de años de duración,
que incluye a expertos en interrogatorios policiales, y con sus conclusiones crearon una
guía mediante la cual se pueden detectar signos no verbales que prueban una mentira y
cuales no.
Primero los tres mitos más comunes:
1- La gente no suele moverse y mirar hacia los lados nerviosamente cuando mienten.
Incluso algunas fuerzas policiales tienen esta razón en sus manuales, pero es incorrecta.
2- Incluso los signos más conocidos no son fiables: reducir los parpadeos, más pausas al
hablar, tensión vocal, dilatación de la pupila, levantar el mentón o estar nervioso, no son
consistentes con alguien que está mintiendo.
3- Otro mito es el que dice que es particularmente difícil detectar mentiras entre los
amigos cercanos o compañeros ya que hemos llegado a confiar en ellos y no esperamos
que nos mientan.
La principal razón de que estos signos suelan ser tenidos como algo común entre
quienes mienten no sólo se debe a una desinformación de le gente, debido a la cultura
popular, sino que la gente tiende a creer que ella misma hace esas cosas cuando miente.
Ahora hagamos un repaso por lo que los investigadores dicen que es la justa para
detectar mentiras.
2- Las micro expresiónes son clave. Los buenos detectores de mentiras pueden elegir
pequeños movimientos faciales que delatan mentiras. El problema es que al ser micro
son difíciles de detectar, tal vez sólo se pueda dar entre gente que se conoce mucho.
3- La inflexión vocal puede ser vital. Es más fácil de detectar las mentiras en la voz. Los
ojos son fáciles de controlar, así que a veces es mejor no prestarle atención.
Como ven la detección de mentiras es un trabajo difícil y arduo, pero al menos tenemos
5 pistas de cómo empezar.
Referencia
Vrij, A. (2006). Nonverbal communication and deception. In: V. L. Manusov & M. L.
Patterson (Eds.). The SAGE Handbook of Nonverbal Communication. SAGE.
¿Sabía que las citas online son el mayor negocio de la web? Si usted es solter@,
probablemente haya incursionado alguna vez en uno o dos sitios. Si lo ha hecho, tal vez
se haya formulado una pregunta muy frecuente: "¿Cómo puedo saber si me están
mintiendo?" ¡No se preocupe! hay muchas maneras. Aquí le muestro algunas de ellas:
Primero, la mayor "razón" para mentir por Internet es la enorme difusión de este medio.
¿Qué interés podría existir en la historia común de una persona común? Sin duda,
mucha gente miente. Y saber discernir quién y quién no requiere una gran dosis de
sentido común.
* Evitar conflictos
* Evitar el rechazo.
* Controlar la situación.
Todas ellas son buenas razones por las que la gente miente por Internet.
Una persona sincera sonará "congruente". Ésto quiere dcir que toda la información que
le esté dando (sus palabras, su lenguaje corporal, su estilo de vida y vestimenta, todo)
encaja, y no contiene contradicciones. La gente que miente es incoherente en algún
aspecto.
Mostrarse dudos@s. Risa nerviosa. Autosuficiencia. Calma poco común. Dar más
información específica que la necesaria o que la que se le pide. Inconsistencias cuando
debe repetir algo que ya ha dicho.
Tocarse el mentón, cubrirse la boca o frotarse las cejas. Piernas o brazos cruzados.
Pupilas contraídas. Jugar con el cabello. El lenguaje corporal y las expresiones faciales
no coinciden con lo que está diciendo. Por ejemplo, decir "no" pero mover la cabeza
hacia arriba y abajo. Evitar el contacto ocular, mirar hacia la derecha, mantener la vista
fija en un punto lejano o en el suelo, o esquivar su mirada mientras hablan. Estar rígidos
o jugar con los dedos. Postura encorvada. Movimientos poco naturales o limitados de
manos y brazos. Encogimiento parcial. No señalar con el dedo. Muchos ponen una
barrera ante sí, como un escritorio o una silla. Sudar, incluso si no hace calor. Decir
"no" repetidamente.
Usted siente que algo va mal. Las explicaciones que le dan no le resultan suficientes. Se
siente confus@, se sorprende a sí mism@ entrecerrando los ojos o inclinando la cabeza.
Siente que hay una barrera entre usted y la otra persona.
En las citas por Internet, o en cualquier tipo de citas para el caso, trate de controlar su
ansiedad, mantenga su mente clara y ESCUCHE todo lo que su cita le diga en todo
sentido. La gente dice mucho más acerca de sí misma de lo que cree, desde el primer
segundo de contacto. Usted debe estar dispuest@ a escuchar. No sólo lo que le dicen,
sino lo que no le dicen.
A menudo, la gente que establece citas por Internet pasa rápidamente a una
conversación telefónica o a un encuentro personal. De este modo se pierde la valiosa
oportunidad de hacer preguntas en una situación segura y estudiar las respuestas con
cuidado. La tensión y la ansiedad se acrecientan, haciendo difíciles la reflexión y el
juicio claros.
Usted tiene una tremenda ventaja con las citas online, en vez de los encuentros directos:
puede registrar por escrito lo que su interlocutor le dice. ¡Úselo! Tómese su tiempo y
conozca a su media naranja a la manera antigua: ¡por correspondencia!