El arte de Caravaggio tiene tantas contradicciones como para ser un perfecto barroco.
Este período, según Panofksy, fusiona además las tendencias plásticas y espaciales, el
humanismo neopagano y la espiritualidad cristiana en valores como la luz y sombra, el
espacio profundo y las suaves y fluidas expresiones faciales 2. Más adelante en su ensayo,
comenta la Santa María en Éxtasis como el paradigma del las contradicciones en el barroco.
estilos nos referimos a aquella grazia de Rafael o a la terribilitá de Miguel Ángel. Vasari
había clasificado los estilos por épocas – Lomazzo lo hace por individuos4. Introduce la idea
de la psicología del artista y en vez de hablar de la vida del artista de una manera meramente
biográfica como lo hace Vasari sin entrar en la psique del artista, Lomazzo logra darnos una
idea de quién es la persona que creó ese cuadro. El verdadero origen de la obra de arte es el
artista. Esta es una interpretación muchísimo más madura que la de Vasari, quien habla de una
sóla perfetta regola dell’arte.
“La belleza tiene muchas formas y estas son diferentes una de la otra (...) La
esencia de la belleza, como la esencia del placer y del bien, es indefinible e
indescriptible”. (Barasch 2000: 294)
Zuccari hace lo mismo que Bruno pero para el arte, pero es el primer “academista”
mientras Caravaggio es el primer “bohemio”6. Contemporáneo a Caravaggio, Zuccari lucha
desde la alta sociedad por los más radicales ideales. Rechazaba la idea de regla renacentista
de Alberti, especialmente mientras más se acerca a las matemáticas y objetivismo científico.
Cree en el naturalismo, el cuerpo humano sobre todas las cosas 7. Barasch expresa claramente
cómo Zuccari considera que, finalmente la razón, no debería formar parte del arte porque
termina por destruirlo. Sólo cuando las reglas se han ido podemos entender el disegno.
Zuccari es entonces la voz académica de Caravaggio, y podemos ver cómo es que por lo
menos el mundo de la teoría artística ya estaba preparándose para aceptar a Caravaggio
(aunque a regañadientes en casos), si es que no es esta misma en parte su causante.
Sin embargo los neo-platónicos del renacimiento, incluyendo a Miguel Ángel, estaban
demasiado cargado de platonismo como para aceptar la obra de Caravaggio como bella. La
esencia de la belleza para Miguel Ángel es el deseo de remontarnos a partir de la obra de arte
al origen desprovisto de imagen de todas las formas8.
Plotino considera que el artista está en un nivel más alto que la obra que crea. Por ser
el origen de la obra, está más cerca de la perfección absoluta que la pintura o la escultura 9.
Advierte sin embargo, en contra del encanto de la belleza material (que no remonta a ideas).
Lo compara con el caso de Narciso. La belleza material es un vestigio y una sombra 10. Nada
más alejado de la ideosincracia de Caravaggio.
“Aquel que se aferre a la belleza física se hundirá, no con su cuerpo pero con
su alma, al abismo oscuro, horroroso para la mente, donde languidecerá en el
Orco (…)” (Barasch 2000: 40).
Juan 20, 27: “Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi
costado, y no seas incrédulo sino creyente”. (Gombrich 2004: 393)
Caravaggio hace además, mucho con poco. De los escombros del manierismo recupera
el elemento más básico, el cuerpo humano, la que provoca los sentimientos más fuertes
debido a la indentificación con nuestro propio cuerpo, según Hughes 16. Lo alumbra desde
afuera y consigue efectos nunca antes vistos. El cuerpo humano no había sido mostrado con
tanto dramatismo y fidelidad desde Miguel Ángel, pero este no tuvo ni la gracia, sensualidad
ni homoerotismo que podemos encontrar en la serie de San Juan Bautista y el Cupido, ni un
rostro horrorizado y a la vez bañado en luz celestial como el de Isaac al ser sacrificado,
produciendo una terribilitá y una belleza un tanto más sórdida, más compleja.
Critica, por otro lado, a los manieristas por negar la naturaleza. Idealizando a la
naturaleza, sin embargo, ni la subestima ni la prostituye 18. Más aún, la sobrepasa. Estas
aseveraciones pertenecen claramente al clérico que fue. Nombrado Anticuario de Roma por
el Papa, intentó la pintura y la poesía en su juventud pero rápidamente desistió 19. Podemos
asumir que Bellori es uno de esos hombres con miedo, como diría Nietzsche (quien
seguramente lo recriminaría sin mesura), que usa el mismo tono de “solterona” para criticar a
Caravaggio que Vincent Scully identifica en la Bauhaus20. Suena absurdo el hablar de las
formas bellas como superiores al color. La cita ilustra que creía además, como Alberti, que de
la naturaleza se tenían que escoger los modelos más bellos. ¿Qué culpa puede tener una parte
de la creación, si al final, todas son obra del dios que él mismo profesa? Tratadistas como
Bellori, con teorías escapistas, destruyen el arte y no es sorpresa que el neoclásico
(especialmente el francés) sea uno de los períodos más aburridos de la historia del arte.
“le salió un sarampión o sarpullido por el trasero (con perdón) que llegó a
ponerle las nalguitas como desolladas y en la carne viva por habérsele
mezclado la orina con la pus de las bubas (…)" – Camilo José Cela.
17
Cfr. Barasch 2000: 315
18
Cfr. Barasch 2000: 318
19
Cfr. Barasch 2000: 315
20
Cfr. Venturi 1997: 15
21
Hughes: 37
5
Bibliografia
BARASCH, Moshe: Theories of Art 1 From Plato to Winckelmann, Routledge, New York,
2000.