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Teología

Filosofía

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Doctrina

La Doctrina de la Predestinación de Luis de


Molina
September 16, 2017
|

Kirk MacGregor

Este artículo fue presentado en la 67ª Reunión Anual de la Sociedad Teológica Evangélica
el 17 de noviembre de 2015.
Este artículo emplea trabajos actualmente no traducidos de Molina, especialmente el
libro siete de la Concordia, para delinear su doctrina de la predestinación, mostrando en el
proceso sus principales diferencias con la doctrina de Arminio de la predestinación (con la
que a menudo se confunde). Como Calvino, Molina interpretó Romanos 9 como la
enseñanza de la predestinación soberana de Dios de cada individuo para salvación o
condenación. No menos que para Calvino, Molina estaba preocupado por realzar la
soberanía de Dios. Sin embargo, Molina afirmó que un Dios que puede infaliblemente
lograr la salvación o condenación de cada individuo sin comprometer su libertad
libertariana era más soberano que un Dios que sólo puede lograr sus destinos eternos si
carecen de libertad libertariana y si él, a su vez, predispone sus voluntades atadas a sus fines
predestinados.
Molina definió la predestinación como aquel segmento de la providencia de Dios
perteneciente a la vida eterna. [1] Al formular su doctrina de la predestinación, Molina
intentó reconciliar tres conjuntos de textos bíblicos—pasajes que afirman la soberana
predestinación individual, pasajes que afirman la libertad libertariana humana, y pasajes que
afirman la voluntad salvífica universal de Dios. Molina interpretó cada conjunto de textos
literal y directamente, de acuerdo con su significado al pie de la letra. Cabe señalar que
Molina no encontró ninguna contradicción entre estos conjuntos de textos. A pesar de que
es desconcertante para muchas personas, cómo los tres conjuntos pueden ser
simultáneamente verdad, sin embargo, Molina señaló que no hay inconsistencia lógica entre
ellos. Tampoco puede haber ninguna inconsistencia lógica entre ellos, porque todos ellos
son la Palabra inerrante de Dios. [2] Por lo tanto Molina rechazó firmemente cualquier
estrategia interpretativa que leyera los textos que afirman la predestinación individual a
través de los lentes de los textos que afirman la libertad libertariana más la voluntad
salvífica divina (así como Molina sentía que Arminio había hecho) o cualquier estrategia
interpretativa que leyera los textos que afirman la libertad libertariana más la voluntad
salvífica divina a través de los lentes de los textos que afirman la predestinación individual
(así como Molina sentía que Calvino había hecho). Mientras que uno debe utilizar una
exégesis sólida para determinar lo que enseña cada conjunto, Molina creía que la forma de
conciliar estos tres conjuntos de textos no era exegética sino filosófica. En otras palabras, la
exégesis sólida de cada conjunto nos deja sólo con tres piezas de rompecabezas no
contradictorias que no encajan. Como parte de amar a Dios con todas nuestras mentes,
Molina insistió en que usemos la reflexión filosófica para detectar el rompecabezas más
grande en el que encajan las tres piezas. Molina intentó evitar lo que él consideraba como
dos intentos filosóficos fallidos para detectar el rompecabezas: basando la predestinación en
la presciencia, la cual Dios eligió a aquellos a los que antes conoció que creerían libremente
en Cristo; y hacer de la predestinación un don arbitrario de Dios ajeno a su presciencia.

Veamos primero la exégesis de Molina de los textos escriturales pertinentes y luego


volvemos a su análisis filosófico de la predestinación basado en el conocimiento medio.

Exégesis de Molina

Molina creyó que Romanos 9, Éxodo 33:19, Malaquías 1:2-3, 2 Timoteo 2:20,
Efesios 1:4-5, Efesios 1:11, Ezequiel 11:19-20, Ezequiel 36:26-27, Romanos 8:29-30, y 1
Pedro 1:1-2 constituían el conjunto de textos que afirmaban la soberana predestinación
individual de Dios. En otras palabras, Molina afirmó que estos textos enseñan que, para
cada individuo, Dios ha escogido libremente desde antes de la fundación del mundo si ese
individuo sería salvo (elegido) o condenado (reprobado). Esto fue demostrado de manera
concluyente para Molina por varios versos en Romanos 9. Molina afirmó que el ejemplo de
Jacob y Esaú en Romanos 9:11-13 se refería estrictamente a esos dos individuos, de tal
manera que Jacob y Esaú no eran, como Arminio decía, representantes de dos grupos
diferentes. [3] En Romanos 9:15 (una cita paulina de Éxodo 33:19), "Tendré
misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca,"
Molina llamó la atención sobre el hecho de que los pronombres "del que/al que" son
singulares en lugar de plurales, indicando así la elección misericordiosa y compasiva de
Dios de individuos específicos. [4] Que Dios no sólo elige, sino también reprueba
individuos específicos, Molina lo encontró claro en Romanos 9:18, "Así que del que quiere
tiene misericordia, y al que quiere endurece". Nuevamente, Molina argumentó que esta
conclusión estaba garantizada por el uso de pronombres singulares del verso para "del
que/al que" en lugar de pronombres plurales. [5] Un individuo específico que Dios reprobó,
o endureció, fue el faraón, como descrito en Romanos 9:17. [6] Que algunos están
predestinados a la salvación y otros reprobados a la destrucción se hizo aún más evidente
para Molina en Romanos 9:13 (una cita paulina de Malaquías 1:2-3), Romanos 9:20-23, y
su paralelo en 2 Timoteo 2:20. A la posible objeción de que Romanos 9:20-23 (paralelo a 2
Timoteo 2:20) enseña la predestinación corporativa porque se refiere a dos grupos (los
vasos de ira/deshonra y los vasos de la misericordia/honra), Molina respondió que el
contexto de la predestinación individual a lo largo de Romanos 9 y que conduce a los
versículos 20-23 requiere que estos versículos significan que Dios eligió a los individuos
específicos para la elección y la reprobación los cuales formaron los dos grupos. [7]

La naturaleza eterna de la predestinación de Dios fue confirmada para Molina por


Efesios 1:4-5, "Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser
adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad". Antes
de que Dios creara el mundo, y por lo tanto antes que comenzara el tiempo, Dios predestinó,
según su placer y voluntad, varios individuos para ser sus hijos adoptados, santos y sin
culpa en y a través de Cristo. [8] Molina insistió en que, debido a los efectos de la Caída,
nadie puede venir a Cristo por sus propios medios. [9] Más bien, para que alguien venga a
Cristo, Dios primero debe dar a ese individuo un corazón nuevo, suave y un nuevo espíritu
para reemplazar el viejo corazón de piedra y el espíritu muerto forjado por la Caída. Por lo
tanto, la gracia previa dada por el Espíritu Santo, que Molina llamó gracia preveniente,
gracia suficiente, o gracia que hace clemente, es necesaria para que alguien reciba a Cristo.
Tal gracia atrae a la gente a seguir a Cristo. [10] Molina afirmó que esta era la conclusión
ineludible de Ezequiel 36:26-27. [11] Como resultado, Molina sostuvo que es "necesario
para nuestra conversión" que "Dios agite y mueva nuestra facultad de elección con la ayuda
de la gracia sobreviniente". [12]

Molina entonces llegó a Romanos 8:29-30 y 1 Pedro 1:1-2, dos textos que
históricamente se habían utilizado para enseñar que la predestinación se basó en la
presciencia de Dios de quien libremente depositaría su fe en Cristo. Esto fue porque
Romanos 8:29 ("Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo") coloca la presciencia lógicamente antes de la
predestinación, y 1 Pedro 1:1-2 ("Elegidos según la presciencia de Dios Padre") hace que
algún tipo de presciencia sea un factor en la elección. Mientras afirmaba estas claras
observaciones, Molina rechazó la inferencia de estas observaciones a la interpretación
histórica de los textos en dos frentes.

Primero, Molina declaró que la interpretación histórica es descartada por el contexto


más amplio de la Escritura, especialmente los datos en Romanos 9. Porque si nuestra libre
creencia en Cristo es la razón por la cual Dios nos predestinó, entonces somos nosotros
quienes, de hecho, nos predestinamos por nuestra fe en lugar de que Dios nos predestine.
Forzamos la mano de Dios en predestinarnos al realizar el acto espiritualmente meritorio de
poner la fe en Cristo. Por el contrario, el reprobado fuerza la mano de Dios en reprobarse al
negarse a poner fe en Cristo. En tal caso, ninguno de los elegidos podría haber sido
reprobado o viceversa; la elección y la reprobación llegan a ser por las elecciones de los
seres humanos en lugar de las de Dios. Todo esto, afirmó Molina, es directamente
contradictorio con Romanos 9, y la Escritura no puede contradecir la Escritura. [13] Por lo
tanto, Molina preguntó retóricamente "Si la causa de la predestinación puede atribuirse a la
parte del predestinado [los elegidos]" y "si la causa de la reprobación puede atribuirse a la
parte del reprobado". [14] Él respondió a ambas preguntas decididamente en negativo,
alegando que cualquier respuesta positiva equivalía a seguir "los errores de Orígenes y
Pelagio". [15] Sobre la base de la declaración paulina, "Porque cuando aún los mellizos no
habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios
conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama... A Jacob
ame, pero a Esaú aborrecí." (Romanos 9:11-13), Molina declaró que "la fe prevista no
puede ser el fundamento de la justificación o la predestinación" [16], ya que afirmar de otra
manera socavaría la implicación al pie de la letra de que el decreto de Dios para elegir a
Jacob y reprobar a Esaú no tomó en cuenta ningún bien futuro o actos malos de su parte,
tales como la creencia o la incredulidad. De este modo, Molina dedujo que Dios elige a las
personas "con su santo llamamiento, no conforme a nuestras obras, sino conforme a su
propósito y gracia que nos fue dada en Cristo Jesús". [17] Del mismo modo, la persona
reprobada "no es reprobada por los pecados previstos, y verdaderamente no tiene ni la causa
ni el motivo de reprobación dentro de él". [18] Dado que "el efecto total de la
predestinación... depende sólo de la libre voluntad de Dios" [19], Dios podría haber
predestinado a "cualquiera de los elegidos a haber sido realmente reprobados" y a
cualquiera "de los reprobados a haber sido verdaderamente elegidos". [20] En consecuencia,
Molina era un firme creyente en la elección incondicional, sosteniendo que Dios elige
puramente de acuerdo a su placer, sin considerar ninguna fe prevista o buenas obras y
reprueba sin tener en cuenta cualquier incredulidad o pecados previstos. [21]

En segundo lugar, Molina argumentó que la interpretación histórica de Romanos


8:29-30 y 1 Pedro 1:1-2 entendía anacrónicamente los términos "preconoció" y
"presciencia" a la luz de las distinciones filosóficas patrísticas y medievales que eran
desconocidas y por lo tanto ajenas a la intención de Pablo y Pedro. Según Molina, escritores
bíblicos como Pablo y Pedro no diferenciaron entre las especies de la presciencia de Dios,
sino que simplemente clasificó todos los casos de presciencia bajo el término
"preconocimiento" y sus derivados. [22] Sin embargo, los pensadores patrísticos y
medievales sólo entendieron el conocimiento libre (el conocimiento posvolicional de Dios
del futuro) como constitución de la presciencia en el sentido filosófico. En consecuencia, la
mayoría de los exegetas patrísticos y medievales leen el "conocimiento del futuro" en los
términos "preconocí" y "presciencia" en Romanos 8:29-30 y 1 Pedro 1:1-2. Pero Pablo y
Pedro podrían haber denotado tan fácilmente el conocimiento natural (el conocimiento
prevolicional de Dios de todas las verdades posibles) o el conocimiento medio (el
conocimiento prevolicional de Dios de todas las verdades contrafácticas) por estos términos
como podrían haber denotado el conocimiento libre, porque no distinguían entre estos tres
tipos de conocimiento. Así que toda esa sólida exégesis de Romanos 8:29-30 y 1 Pedro 1:1-
2 puede establecer que algunas especies de presciencia (conocimiento natural, medio o
libre) es lógicamente anterior a la predestinación y que algunas especies de presciencia son
un factor en la elección. [23] Puesto que Romanos 9 descarta la posibilidad del
conocimiento libre (ya que esto nos convertiría en los determinantes de nuestra elección o
reprobación), el principio de comparar la Escritura con la Escritura nos deja ya sea con
conocimiento natural o conocimiento medio como el referente preciso de Romanos 8:29 y 1
Pedro 1:1-2. Aquí, sostuvo Molina, el análisis filosófico debe integrarse con la
hermenéutica para discernir la respuesta. [24] En el caso de ambos textos, Molina creía que
el conocimiento natural era eliminado por el reductio ad absurdum. Pues Dios entiende en
su conocimiento natural que es lógicamente posible que alguien sea salvo. Pero si, en el
caso de Romanos 8:29, Dios predestinó a aquellos a quienes él sabía
que podrían simplemente ser salvos y si, en el caso de 1 Pedro 1:1-2, Dios eligió a aquellos
que él sabía que simplemente podrían ser salvos, entonces todos estarían predestinados a la
salvación. Pero el universalismo es negado explícitamente a través de la Escritura,
incluyendo Romanos 9, que presentan a Esaú, Faraón, y los vasos de ira como eternamente
condenados. Por proceso de eliminación, entonces, la presciencia descrita en Romanos
8:29-30 y 1 Pedro 1:1-2 debe ser el conocimiento medio. [25] Por lo tanto, de alguna
manera, Dios predestinó y eligió a aquellos que él sabía que serían salvos bajo diversas
circunstancias de su elección.
Molina tenía conocimiento de otras dos interpretaciones de la presciencia descritas
en estos textos, una de las cuales rechazaba y la otra de las que creía implicaba su propia
interpretación. La interpretación rechazada supuso que el preconocimiento era sinónimo de
predestinación, una visión que primero propuso Agustín y, en los tiempos de Molina,
adelantada por Calvino. [26] Por lo tanto, Dios sabe por adelantado qué personas serán
salvas porque hace que esas personas sean salvas, dándoles una gracia irresistible que es
lógicamente imposible que se opongan. Consciente de las intenciones de su voluntad y de
su omnipotencia, Dios preconoce que todas sus intenciones serán cumplidas. [27] Molina
acusó a esta interpretación de contradecir un conjunto de más de veinte textos bíblicos,
incluyendo Génesis 4:6-7 y Ezequiel 18:30-32, afirmando que los seres humanos poseen
libertad libertariana después de la caída. La clave para Molina era Deuteronomio 30:11-19,
donde Moisés exhortó a los israelitas antes de entrar en la Tierra Prometida:

Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu
alcance. No está en el cielo, para que digas: “¿Quién subirá por nosotros al cielo
para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos?” Ni está más allá del
mar, para que digas: “¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para
hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?” Pues la palabra está muy cerca de ti, en
tu boca y en tu corazón, para que la guardes. Mira, yo he puesto hoy delante de ti la
vida y el bien, la muerte y el mal; pues te ordeno hoy amar al Señor tu Dios, andar
en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que
vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a
entrar para poseerla. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas
arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves, yo os declaro hoy que
ciertamente pereceréis. No prolongaréis vuestros días en la tierra adonde tú vas,
cruzando el Jordán para entrar en ella y poseerla. Al cielo y a la tierra pongo hoy
como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la
bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia.

Pero Dios haciendo que ciertas personas sean salvas destruye su libertad libertariana:
"Porque si, al no tener idea de lo que la libre elección creada iba a hacer en su libertad, Dios
por la libre determinación eterna de Su voluntad y por Su influencia lo determina a todo lo
que Él quiere, y si, mientras permanezca esa determinación e influencia divina, la libre
elección no puede hacer otra cosa que aquella a la que está tan determinada, entonces no
veo en qué sentido permanece genuinamente libre de esforzarse por lo que
quiere". [28] Debido a la libertad libertariana, es lógicamente imposible que Dios haga que
cualquier ser humano sea salvo. Esta consecuencia llevó a Molina a negar que la gracia
previa o preveniente es
irresistible. Más bien, la gracia preveniente restaura a las personas su facultad mental de
elegir el bien espiritual (una facultad que había sido eviscerada en la Caída) y así provee a
las personas de su libertad libertariana. Además, atrae a la gente a poner su fe en
Cristo. [29] Significativamente, puesto que el mencionado conjunto de textos escriturales
atestigua que todos los seres humanos poseen la libertad libertariana (incluso los israelitas
que cometieron idolatría), le siguió a Molina que Dios le da a todos los humanos gracia
preveniente. Pues no podrían poseer la libertad libertariana sin ella. [30] Por lo tanto,
Molina afirmó que la predestinación de Dios no es su decisión de dar a algunas personas la
gracia previa irresistible y retenerla de los demás (porque todos reciben gracia previa, y no
es irresistible), pero debe ser su decisión de hacer otra cosa al elegir incondicionalmente
ciertas personas para ser elegidas y otras para ser reprobadas. [31]

Originalmente propuesto por Bernard de Clairvaux, la interpretación que Molina


sentía implicaba la suya propia era que la presciencia descrita en Romanos 8:29-30 y 1
Pedro 1:1-2 equivalía al conocimiento relacional previo de Dios de las personas a las que él
predestinaría. [32] Porque si Dios tuviera un conocimiento relacional previo de las personas
a las que predestinaría antes de que esas personas existieran, ese conocimiento relacional
técnicamente sería de sus esencias individuales, que existían como ideas en la mente de
Dios. Y el conocimiento relacional completo de la esencia individual de alguien abarcaría
saber todo lo que la esencia individual, si es instanciada, haría libremente bajo cualquier
circunstancia. [33] Así, Molina sostuvo que el conocimiento relacional completo no
excluye, sino más bien implica un conocimiento fáctico completo. [34] Así que Dios conoce
la esencia individual de cada individuo posible tan íntimamente que sabe en qué
condiciones ellos se salvarían o no libremente, y es este conocimiento previo, contrafáctico,
que está relacionado con los textos bajo consideración.

Además de los conjuntos de textos que afirman la predestinación individual y la


libertad libertariana, Molina identificó 1 Timoteo 2:4, 2 Pedro 3:9, Ezequiel 18:23-32,
Ezequiel 33:11 y Apocalipsis 3:20 como el conjunto de textos que enseñan la voluntad
salvífica universal de Dios, o el deseo absoluto de Dios de que cada persona que crea reciba
su salvación. [35] Con los datos bíblicos sobre la mesa, Molina ahora se volvió al análisis
filosófico para la tarea de revelar el rompecabezas más grande en el que encajan los datos.

Un Análisis Filosófico de la Predestinación Basado en el Conocimiento Medio.

Molina comenzó su análisis al proponer varios factores que entraron dentro de la


absoluta deliberación completa e ilimitada de Dios – es decir, la etapa intricadamente
compleja de planeación de qué mundo factible Dios crearía—que sigue y por lo tanto está
basada en la información obtenida de su conocimiento medio. Confrontado con su
conocimiento medio de lo que cada individuo posible haría libremente en cada conjunto
concebible de circunstancias, Dios se compromete, en base a su amor, a considerar para
creación únicamente aquellos mundos factibles en el cual Él ofrece suficiente gracia para
salvación (es decir, gracia preveniente) a cada individuo. En virtud de esta consideración,
todos estos mundos fctibles son igualmente buenos. Por lo tanto, en mantenimiento del
conjunto de textos que afirman la voluntad salvífica universal de Dios, Dios elimina de
consideración cualquier mundo factible en el cual él le ofrece gracia preveniente
únicamente a algunos individuos, moviendo únicamente sus voluntades hacia una dirección
salvífica. [36] De acuerdo con Molina, dentro del rango de esos mundos factibles en los
cuales Dios da gracia preveniente a todos—un rango el cual es infinito—Dios percibe desde
su conocimiento medio que hay al menos uno mundo factible donde cada individuo posible
existe y libremente recibiría la salvación. Así mismo Dios conoce a través del conocimiento
medio que hay al menos un mundo factible donde cada individuo posible existe y
libremente rechazaría la salvación, de manera que se perdería. Así también, Dios conoce a
través de su conocimiento medio que hay al menos un mundo factible donde cada individuo
posible no existe en lo absoluto. Además del punto obvio de que todos los individuos
posibles son contingentes (ninguna persona creada existe necesariamente), dentro de este
escenario hay dos aseveraciones importantes y complementarias. Por un lado, Molina
afirmaba que ningún individuo posible, hecho a la imagen de Dios, es tan depravado que,
dada la gracia preveniente, él o ella libremente rechazarían la oferta de Dios para la
salvación en todas las circunstancias disponibles. Por otro lado, Molina también estaba
afirmando que no hay individuo posible, atrapado en el pecado, que sea tan bueno, que dada
la gracia preveniente él o ella aceptarían libremente la oferta de Dios para salvación en
todas las circunstancias disponibles [37].

Molina creía que estas aseveraciones se deducían como inferencias de introspección


moral personal y de la Escritura. Con respecto a la introspección personal, Molina sentía
que si fueran honestos consigo mismos, cualquier creyente podría percibir circunstancias en
las cuales ellos no creerían en Cristo y cualquier incrédulo podría percibir circunstancias en
las cuales ellos creerían en Cristo. [38]Con respecto a la Escritura, Molina insistía que Jesús
explícitamente enseño que ciertas personas (los habitantes de Tiro, Sidón y la antigua
Sodoma), quienes son libremente perdidos en el mundo actual, habrían sido salvados en un
mundo factible que contuviera distintas circunstancias:

Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de
sus milagros, porque no se habían arrepentido. ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti,
Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en
Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza. Por eso
os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que
para vosotras. Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el
Hades descenderás! Porque si los milagros que se hicieron en ti se hubieran hecho
en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy. Sin embargo, os digo que en el día
del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti. (Mat.
11:20-24)

Aquí Jesús provee una asombrosa pieza de conocimiento medio divino de que los
ciudadanos reprobados de Tiro y Sidón serían escogidos en el mundo factible donde Jesús
prealizó sus milagros ahí y que los reprobados ciudadanos de Sodoma serían escogidos en
el mundo factible donde la encarnación de Jesús ocurrió cerca del siglo XVII a.C. en lugar
del primer siglo d.C.. y hubiera realizado sus milagros en Sodoma. [39]

Debe ser resaltado que en esta coyuntura que Molina habría considerado como falsa
y no bíblica lo que muchas personas toman como una doctrina “Molinista” de la
condenación transmundial. Formulada por William Lane Craig y sostenida por varios
Molinistas contemporáneos, la doctrina de la condenación transmundial afirma que Dios ha
ordenado providencialmente al mundo de tal manera que cualquiera que es perdido en el
mundo real sería perdido en cualquier mundo factible que Dios pudiera crearlo. [40] Craig
mismo reconoce que Molina no aceptaba la condenación transmundial sino que mantenía
que si los perdidos “se hubieran puesto en diferentes circunstancias o se les brindara otras
ayudas ellos responderían libremente a Dios y serían predestinados a la salvación. [41] De
acuerdo con ello, a pesar de que la condenación transmundial es una modificación posible
del esquema Molinista, la condenación transmundial no es parte del esquema Molinista.

Para Molina mismo, en este punto lógico de la deliberación completa e ilimitada de


Dios, Dios se enfrenta con un rango infinito de mundos factibles en los cuales él le
proporciona a todas las personas suficiente gracia para ser salvos. Dentro de esta infinitud
de mundos hay al menos uno donde cualquier individuo posible particular llegaría a la
salvación libremente, al menos un mundo donde cualquier individuo posible particular
libremente alcanzaría la condenación y al menos un mundo en donde cualquier individuo
posible particular no existiría. Es aquí donde el ingenio de la doctrina de la predestinación
de Molina se expone. Basado en Romanos 9, Molina insiste que la predestinación es
incondicional. Molina propuso que la predestinación incondicional de Dios es lograda
cuando, al hacer su decisión soberana providencial de cuál de estos mundos factibles
igualmente buenos crear, él no toma en consideración la salvación, condenación o no
existencia de ningún individuo particular. En la perspectiva de Molina, la predestinación,
que comprende la elección y reprobación, son lógicamente simultáneas con el decreto
divino. Sin consideración por el estatus salvífico o existencial individual posible, Dios
escoge el mundo factible que Él desea como un mero acto de su soberanía [42]. Cualquier
individuo que escogiera libremente abrazar la oferta de salvación de Dios en el mundo que
Dios elige es, por lo tanto, predestinado a la salvación y también elegido por Dios, aún
cuando Dios pudiera haber elegido un mundo igualmente bueno en el cual ese mismo
individuo elegiría libremente rechazar la oferta de salvación de Dios o un mundo
igualmente bueno en el que ese mismo individuo no existiría. Cualquier individuo que
escogiera libremente rechazar la oferta de salvación de Dios en el mundo que Dios elige es
reprobado por Dios, aún cuando Dios podría haber escogido un mundo igualmente bueno en
el cual ese mismo individuo elegiría libremente abrazar la oferta de salvación de Dios o un
mundo diferente igualmente bueno en el cual ese mismo individuo no existiría. [43] Por eso
Molina afirmó que podríamos finalmente entender por qué Pablo insistió que, en la
predestinación, no hay injusticia con Dios: "¿Qué diremos entonces? ¿Que hay injusticia en
Dios? ¡De ningún modo!... Me dirás entonces: ¿Por qué, pues, todavía reprocha Dios?
Porque ¿quién resiste a su voluntad? Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le
contestas a Dios?" (Rom. 9:14, 19-20). Dios no puede contradecirse al elegir a algunas
personas y reprobar a otras, ya que todos los mundos factibles disponibles para él en esta
etapa son igualmente buenos, y Dios eligiendo a algunos y reprobando a otros es
simplemente la consecuencia lógicamente inevitable de su elección de crear un mundo en
absoluto.

Aquí vemos que la doctrina de Molina de la predestinación reconcilia


probablemente la discrepancia aparentemente más nudosa dentro del conjunto de textos que
afirman la predestinación individual. Esta es la supuesta discrepancia entre Romanos 8:29-
30 y 1 Pedro 1:1-2, que afirman que la predestinación concuerda con el conocimiento
previo de Dios sobre las respuestas criaturales libres a la gracia preveniente, y Romanos 9,
que afirma que la predestinación no se basa en el conocimiento previo de Dios de las
respuestas criaturales libres a la gracia preveniente. Molina señaló que no hay ninguna
contradicción lógica entre estas dos afirmaciones. La predestinación literalmente va de
acuerdo o está de acuerdo con el conocimiento previo de Dios de las respuestas criaturales
libres a la gracia preveniente, ya que cualquiera que acepte libremente la gracia de Dios en
el mundo factible que Dios elige crear es elegido y cualquiera que rechace libremente la
gracia de Dios en el mundo factible que Dios elige crear es reprobado. Para expresar el
mismo sentimiento de manera negativa, nadie que acepte libremente la gracia de Dios en el
mundo factible que Dios elige es reprobado y nadie que rechace libremente la gracia de
Dios en el mundo factible que Dios elige es elegido. [44] Así que hay plena conformidad o
acuerdo entre la predestinación y el conocimiento previo de Dios sobre las respuestas
criaturales libres. Sin embargo, la predestinación no se basa en el conocimiento previo de
Dios de las respuestas criaturales libres a la gracia preveniente. Cuando Romanos 9:11-13
dice que "porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni
bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por
las obras, sino por aquel que llama... A Jacob ame, pero a Esaú aborrecí", sólo afirma que
la elección no se basa en el conocimiento previo de sus acciones. No afirma que Dios
carezca de conocimiento previo de sus acciones, y parece que nadie que afirma una
comprensión tradicional de la omnisciencia de Dios (como lo hacen los calvinistas) podría
negar que Dios tiene conocimiento previo de sus acciones. Así que, mientras que Dios tiene
conocimiento previo de lo que Jacob, Esaú y todas las otras criaturas harían libremente en
cualquier mundo factible, su predestinación no se basa en este conocimiento. No toma en
cuenta este conocimiento. La predestinación de Dios de Jacob a la salvación y Esaú a la
condenación se basa puramente en su elección soberana para actualizar un mundo factible
donde Jacob es elegido y Esaú reprobado (es decir, donde Jacob acepta libremente su gracia
y Esaú rechaza libremente la gracia de Dios) en lugar de un mundo factible donde Esaú es
elegido y Jacob reprobado (es decir, donde Esaú acepta libremente su gracia y Jacob
rechaza libremente la gracia de Dios) o un mundo factible donde Jacob es elegido y Esaú no
existe, Esaú es elegido y Jacob no existe, o ni Jacob ni Esaú existen. Todos estos mundos
están dentro del poder de Dios para crear. Por lo tanto nada (tal como el conocimiento
previo de los actos criaturales) influye en la elección de Dios de un mundo sobre los otros, y
la elección se basa puramente en el buen placer de Dios. [45] Dado que esta elección
predestinaria no está de algún modo basada en cómo cualquier persona en ese mundo
respondería a su gracia, la doctrina de Molina de la predestinación defiende la doctrina de la
elección incondicional.

Un Resumen de la Predestinación Molinista

La doctrina de Molina de la predestinación puede ser encapsulada de la siguiente


manera. Molina no veía a ningún individuo posible, creado a la imagen de Dios, tan malo
como para despreciar libremente la gracia de Dios en todas las circunstancias imaginables.
Por otra parte, Molina no veía a ningún individuo posible, sumido en el pecado,
suficientemente bueno para que abrazara libremente la gracia de Dios en todas las
circunstancias concebibles. Por consiguiente, la posesión de conocimiento medio por parte
de Dios lógicamente antes de tomar cualquier decisión sobre el mundo, incluyendo quién
sería salvo o perdido, proporciona la clave para la soberana predestinación individual de
Dios. Para cualquier individuo posible, Dios puede escoger elegir a ese individuo creando
un mundo de circunstancias de preservación de la libertad en las cuales Dios ya sabe que
él/ella voluntariamente abrazaría su gracia. Y Dios puede escoger no hacer ese individuo en
absoluto creando un mundo diferente, igualmente bueno de circunstancias de preservación
de la libertad donde el individuo no existe. Esta elección entre reprobación, elección y no
existencia está condicionada por nada en el individuo, sino que depende exclusivamente de
la voluntad soberana de Dios. [46]

Al acoplar el conocimiento medio con la hipótesis de que Dios podría


soberanamente actualizar para cualquier individuo posible un estado de cosas en el que esa
persona fue salvada libremente, perdida libremente o inexistente, donde la elección no
depende en absoluto del individuo posible sino únicamente del buen placer de Dios, me
parece que Molina reconcilia ingeniosamente la plena soberanía divina, la libertad humana
libertariana y la voluntad salvífica divina universal sin socavar el significado al pie de la
letra de ninguna de estas doctrinas o textos bíblicos que las apoyan. La doctrina de Molina
tiene por tanto el poder de servir como un acercamiento genuino entre las doctrinas
calvinistas y arminianas de la predestinación.
[1] Molina, Concordia, 7.23.1/2.1.1, 8; Craig, Divine Foreknowledge and Human Freedom,
241.
[2] Ibid., 5.19.6.1.19; 7.23.4/5.1.6.25.
[3] Ibid., 7.23.4/5.4.1, 22-3.
[4] Ibid., 7.23.4/5.4.2, 24. La observación de Molina se aplica igualmente al griego original
de Romanos 9:15, el cual usa el singular ὅν en lugar del plural ὅντινα.
[5] Ibid., 7.23.4/5.4.2. Sobre exactamente las mismas bases lingüísticas como Romanos
9:15 (ὅν en lugar de ὅντινα), el argumento de Molina también se aplica al griego original de
Romanos 9:18.
[6] Ibid.
[7] Ibid., 7.23.4/5.1.6.4.
[8] Ibid., 7.23.1/2.1.2; 7.23.1/2.2.4; 7.23.4/5.1.8.25; 7.23.4/5.1.11.12.
[9] Por lo tanto, Molina rechazó vigorosamente la afirmación del teólogo dominicano
Domingo de Soto (1494–1560) y el teólogo franciscano Andreas de Vega (d. 1560) que sólo
el libre albedrío humano sin la ayuda especial de la gracia preveniente era suficiente para el
arrepentimiento y la creencia (Concordia, 3.13.13.39.1-8).
[10] Molina, Concordia, 2.14.13.35.8.
[11] Ibid., 7.23.4/5.1.6.15.
[12] Molina, Foreknowledge, 4.14.13.53.1.8.
[13] Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.2.3-4.
[14] “Utrum ex parte praedestinati detur causa praedestinationis….Utrum ex parte reprobi
detur causa
reprobationis” (Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.1; 7.23.4/5.4.1).
[15] “erroribus . . . Origenis et Pelagii” (Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.2.1).
[16] “fides praevisa non sit ratio iustificationis ac praedestinationis” (Molina, Concordia,
7.23.4/5.1.2).
[17] “Vocavit nos vocatione sua sancta, non secundum opera nostra, sed secundum
propositum suum et
gratiam quae data est nobis in Christo Iesu” (Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.2.1).
[18] “Ergo reprobatio non est propter peccata praevisa atque adeo nec causam nec rationem
ex parte reprobi habet” (Molina, Concordia, 7.23.4/5.4.1).
[19] “totius effectus praedestinationis…ex sola libera Dei voluntate pendeat”
(Molina, Concordia,
7.23.4/5.1.2).
[20] “illi electi…hi vero reprobi fuerint…illi reprobi…hi vero electi fuerint”
(Molina, Concordia,
7.23.4/5.1.2.4).
[21] MacGregor, Molinist-Anabaptist Systematic Theology, 66-8.
[22] Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.11.36.
[23] Ibid., 7.23.4/5.1.3.9.
[24] Ibid., 7.23.4/5.1.8.25.
[25] Ibid., 7.23.4/5.1.3.9; 7.23.4/5.1.11.38.
[26] Augustine, De Spiritu et Littera, 7; idem, De Gestis Pelagii, 7; idem, De Correptione
et Gratia, 23;
Calvin, Institutes, 3.22.8-10.
[27] Craig, “Middle-Knowledge View,” 135.
[28] Molina, Foreknowledge, 4.14.13.50.9.
[29] Molina, Concordia, 3.14.13.40.2-17.
[30] Ibid., 3.14.13.40.18-27.
[31] Ibid., 7.23.1/2.1.5, 8.
[32] Bernard of Clairvaux, Sermones super Cantica Conticorum, 21.7; cf. idem, De gratia
et libero arbitrio, 14.51; idem, De gradibus humilitatis et superbiae, 10.36.
[33] Molina, Commentaria, 15.1.2.4; 16.3.1.
[34] Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.11.18.
[35] Ibid., 1.14.13.23.2.7-8; 7.23.4/5.1.8.8, 6.
[36] Ibid., 7.23.4/5.1.6.23.
[37] Ibid., 7.23.4/5.7.1.1.
[38] Ibid., 1.14.13.12.6; 3.14.13.40.13.
[39] Ibid., 7.23.4/5.1.4.13; 7.23.4/5.1.11.41; idem, Foreknowledge, 4.14.13.49.9.
[40] Craig, “No Other Name,” 184. Otros prominentes molinistas que se suscriben a la
condenación transmundial incluyen Thomas Flint (Providence, 119), Paul Copan (“True for
You, But Not for Me”: Overcoming Objections to Christian Faith [rev. ed.; Bloomington,
MN: Bethany House, 2009] 212), y Bruce Little (Creation-Order Theodicy, 154-5). La
noción de condenación transmundial se basa en la idea de Alvin Plantinga de la depravación
transmundial, según la cual hay ciertas personas posibles que producirían el mal moral en
cada mundo factible en el cual existen (Nature of Necessity, 186-8).
[41] Craig, Divine Foreknowledge and Future Contingents, 204.
[42] Molina, Concordia, 7.23.4/5.1.11.7.
[43] Ibid., 7.23.4/5.1.11.8-16.
[44] Ibid., 7.23.4/5.1.2.9, 7.23.4/5.4.24.
[45] Ibid., 7.23.4/5.1.11.8-16.
[46] Ibid., 7.23.4/5.1.11.7. Como bien dice Craig, "Puesto que Dios elige crear cualquier
mundo que Él desee sin respecto a cómo una persona dada respondería a Su gracia, la
predestinación es inmerecida y gratuita" (Divine Foreknowledge and Future Contingents,
206).
Editado por Allan Sánchez y traducido por Allan Sánchez y Raúl Jaramillo.
Link
original: https://www.researchgate.net/publication/319128147_Luis_de_Molina%27s_Doctr
ine_of_Predestination

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