Autores:
Iris Luna Montaño.
Título original:
Androgyny and Postmodernism: from the Psychiatry viewpoint.
“Aunque Lo masculino y lo femenino han sido los dos lados del gran dualismo radical, en
realidad siempre se están entremezclando. El líquido se solidifica y el sólido se derrite. No
existe ningún hombre completamente masculino ni ninguna mujer completamente femenina”
Margaret Fuller
Durante muchos años se trató la masculinidad y la feminidad como una dimensión única, con
dos polos opuestos, que hacía posible ubicar a los individuos en un lado u otro de esa
clasificación dicotómica. Es decir, éstos podrían ser en mayor o menor grado masculinos o
femeninos, pero nunca ser ambas cosas a la vez. Asimismo, los roles sexuales estaban
rígidamente ligados al género, y ser masculino o femenino dependía básicamente de ser
hombre o mujer.
(5)
La sociedad patriarcal y racionalista dónde se ubicaba la Era del modernismo presentaba
ciertas expectativas y prescripciones sociales, para ambos sexos. Los hombres eran
caracterizados por exhibir un comportamiento instrumental, poseer una inteligencia superior,
fortaleza, habilidad analítica en resolución de problemas y agilidad. Los intereses del varón
estaban centrados en el planteamiento y desarrollo de teorías, la economía y la política. La
personalidad masculina destacaba los rasgos de independencia, dominancia, liderazgo e
inexpresividad, además exhibían una sexualidad poderosa, activa y con tendencia a la
búsqueda de varias compañeras sexuales. La mujer se caracterizaba por un comportamiento
expresivo y por un especial interés en los valores estéticos, sociales y religiosos. En cuanto a
la personalidad, primaban rasgos de dependencia, afectividad, adaptabilidad, expresividad,
empatía y en lo sexual a la mujer se le atribuía un papel pasivo y poco exploratorio. (6)
Esta categorización fue seriamente cuestionada en la década de los setenta por los
movimientos feministas y resurgió el concepto de androginia desde la psicología social. Así, la
llamada androginia psicológica es definida como la capacidad que tiene un individuo para
expresar rasgos y comportamientos instrumentales o típicamente masculinos y asimismo
comportamientos expresivos o típicamente femeninos. Esta nueva concepción ya no
considera la masculinidad y la feminidad como dicotómicas, sino como un continuo, de tal
forma que todos los individuos podrían ser capaces de exteriorizar en mayor o menor grado
esos dos rasgos. De esta manera se ha posicionado el término androginia psicológica, para
designar a aquellos individuos que presentan en una forma proporcional y equilibrada rasgos
masculinos y femeninos en sus actitudes y comportamientos. (7) (8)
En los albores del siglo XXI la humanidad se halla inmersa en un acelerado proceso de
trasformaciones de toda índole: políticas, sociales, económicas, científicas y culturales. Se ha
afirmado que estamos en la era posmoderna, llamada por Lipovetsky “La era del vacío”, dónde
el orden establecido, la tradición, la vanguardia, los estereotipos, los compromisos rígidos y
los procesos disciplinarios han perdido su virtud generadora de estímulos y se plantea que la
igualdad entre los géneros y el debilitamiento de la moral religiosa han facilitado la reaparición
de la androginia entre los individuos de esta nueva sociedad. Así mismo, en el
postmodernismo se resalta la democratización del hedonismo, la consagración generalizada
del consumismo, la personalización y el pensamiento holístico, estableciéndose un claro
predominio de lo individual sobre lo universal, de lo psicológico sobre las ideologías, de la
comunicación sobre la politización, de la diversidad sobre lo homogéneo y de lo permisivo
sobre lo coercitivo.(9)
Al hacer referencia al significado que tiene el cuerpo para el hombre contemporáneo, este lo
asume como un ente cambiante y generador de múltiples conflictos y posibilidades estéticas.
2. acumulación: Hace una crítica de la historia, guarda evidencia empírica, no niega la historia
y trata de asimilarla y renovarla
Definición
El término Andrógino es tomado del griego, y resulta de la combinación de las raíces “andro”
(masculino) y “gyn” (femenino).
En la obra el Banquete de Platón, Aristófanes relata la existencia de una clase particular de
ser humano denominado andrógino que tenía forma redondeada, contaba con cuatro brazos,
cuatro piernas, dos rostros, una cabeza y reunía en sí mismo al sexo femenino y masculino;
tales cuerpos resultaban vigorosos y Zeus decidió seccionarlos en dos partes. Una vez
realizada esta escisión, cada mitad se esfuerza para encontrar su otra parte. (19)
Es importante señalar que etimológicamente la palabra sexo proviene de secare, que significa
seccionar, (ésta derivación parece reflejar el drama ocurrido en el mito del andrógino). Aunque
este mito de la antigua Grecia es bastante difundido, algunas religiones politeístas, cábala,
alquimia, gnosis, tao te king, entre otras, han definido y rendido culto a deidades bisexuadas,
lo cual parece señalar que desde la antigüedad el hombre ha experimentado fascinación e
inquietud por la armonía y la unidad de los atributos femeninos y masculinos. (20) (21)
En medicina, El término androginia (22) hace referencia a un individuo humano que posee
caracteres sexuales externos femeninos y además posee tejido testicular que no ha
descendido. Los términos hermafrodita e intersexual hacen alusión a los individuos que
poseen tejido testicular y ovárico en sus gónadas, lo que genera anomalías somáticas que le
dan la apariencia externa de reunir ambos sexos. En este contexto, los términos andrógino y
hermafrodita e intersexual podrían ser correspondientes.
Androginia psicológica
Las investigaciones tradicionales acerca de las diferencias psicológicas del sexo, habían
estudiado a la masculinidad y la feminidad como contrarios polares. En esos estudios iniciales
se pudo observar cómo los tipos “masculinos” tenían más éxito en actividades instrumentales
dónde era necesario un despliegue de agresividad y asertividad, mientras que los tipos
“femeninos” tenían mucho más éxito en actividades en las que se necesitaba la sensibilidad y
expresividad.
Se postuló entonces que las mujeres exitosas en el campo laboral tenían integrados en su
repertorio de comportamientos elementos instrumentales, además de los expresivos, y se dio
la oportunidad para disertar acerca de la androginia psicológica. (26) (27)
En esta época en que muchos dilemas tienen que ser resueltos durante el camino, ya no se
dispone de muchas guías o zonas demarcadas por cánones que de alguna manera nos
obliguen a actuar de una u otra forma. Es por eso que se necesitan individuos con una mayor
plasticidad en su funcionamiento global, lo que favorece una mayor adaptación a cada nueva
e inesperada situación de la vida contemporánea. Son claras las ventajas que ofrece el
modelo de androginia psicológica (29). No obstante, existen algunos estudios que señalan que
los comportamientos instrumentales o masculinos son más determinantes que la androginia
psicológica para la adaptación social y bienestar psicológico de las poblaciones. Sobre dichos
resultados todavía existe bastante controversia. (30) (31)
Para poder evaluar la androginia psicológica, Sandra Bem creó en 1974 un instrumento
denominado: Inventario de rol Sexual (BSRI) Bem sex rol inventary. Esta medida fue diseñada
para conducir la investigación empírica sobre la androginia psicológica. El Inventario de rol
sexual incluye sesenta características de la personalidad. Veinte de ellas son
estereotipadamente femeninas y veinte son estereotipadamente masculinas. También incluye
20 características neutras. Se trata de una prueba autodescriptiva en la que se pide al sujeto
que señale de cada ítem en qué grado se da ese rasgo en él, teniendo como referencia una
escala del 1 al 7 que le permite indicar si una determinada característica de personalidad se
da siempre o casi siempre (7) o nunca o casi nunca (1) en él.
Se han obtenido algunas conclusiones interesantes de los diversos trabajos realizados usando
el modelo de androginia psicológica, los mismos que deberían tenerse en cuenta al diseñar
estrategias de promoción y prevención en salud mental relacionadas con el género y ajuste
psicológico y social.
6. Las personas andróginas tienen una mayor percepción de buena calidad de vida, que las
que presentan tipo masculino o femenino (39)
7. La población con rasgos masculinos o andróginos presentan una imagen corporal mas
positiva del cuerpo y están más satisfechos de su sexualidad que la tipología femenina o
indiferenciada. (40) (41)
Durante mucho tiempo, la cultura se encargó de exagerar las diferencias entre los “sexos” y se
le prestó poca atención a las semejanzas. Además los rasgos que han sido asignados
tradicionalmente a cada género se han derivado en gran parte de los procesos de
socialización y endoculturización en el marco de la sociedad patriarcal.