Expectativas de logro:
Contenidos:
Conceptuales:
- Definición de arte aurático: Aura y lejanía. Autenticidad y unicidad de la obra de
arte aurática. La obra de arte como valor dentro de una cultura. Lugar de la
obra de arte en una tradición y su fundamento en el ritual.
Procedimentales:
- Identificar conceptos.
- Jerarquizar ideas.
- Aplicación de conceptos para el análisis de casos.
- Elaborar argumentos.
Actitudinales:
- Respeto por el/la otrx.
- Valorar el potencial reflexivo del preguntar.
- Valorar el diálogo y debate.
- Escucha atenta.
- Actitud crítica y constructiva frente a las diversas posturas.
Metodología:
Bibliografía:
Anexo 1
Pizarrón (tentativo):
Anexo 2
Los originarios candombes, realizados por aquellos africanos que encontraban en su música y
danza una válvula de escape a la tragedia que enfrentaban, fueron una forma de sentirse
vivos, a través de un íntimo e intenso que llamaba a la rebeldía ante las imposiciones y el
avasallamiento de que eran objeto.
En esos momentos, al reunirse en las costas montevideanas, evocaban sus vidas en su madre
África, haciendo del mar el enlace, el nexo entre aquella y ellos, y afianzando esas tradiciones a
través de su fuerza espiritual. En las Salas de Nación, con sus candombes, volvían a ser
africanos. En su época cumbre, los africanos organizaban el candombe todos los domingos y
en las grandes fiestas de Año Nuevo, Navidad, Resurrección, San Benito, Virgen de Rosario y
San Baltasar.
Las Antiguas Llamadas [Fragmentos]
Oscar D. Montaño
“Según relatos de Isidoro de María, en Montevideo, al menos desde 1760, y de domingo a
domingo, “los amos permitían a sus esclavos que fueran a sus “canchitas” alineadas a lo largo
de la muralla que cerraba y cuidaba la ciudad”. En esos pequeños espacios de tierra apisonada,
con una capa de arena, se reunían todos los africanos de acuerdo a su nación. Cada grupo iba
‘llamando’ a sus compañeros, los que salían de las casas de sus amos, y se reunían con quienes
los ‘LLAMABAN’ desde la calle o desde la canchita. “Y así los cabindas, benguelas, marises,
casanchez, moyolos, ukolos, etcétera, se reunían los domingos para sus cantos y bailes
entonando sus cadenciosos yé, yé, yé, Calunga yé, eeé llumbá”, narraba Isidoro de María.”
“El musicólogo Luis Ferreira cita al religioso africanista Armando Ayala sobre el carácter de la
llamada y define que ésta “(…) es la preservación de su tradición, es el homenaje a sus
ancestros representados en ese toque de tambor que es el originario de su barrio pero más
importante que eso su nación, que aunque no lo sepan está viva en su sangre, en su corazón y
en sus ojos que se iluminan cuando el ritmo se hace más fuerte”.”
Esquema conceptual:
La