DE CONVERSIÓN
Las preguntas que te ofrecemos pretenden ayudarte a profundizar el mensaje del Papa Francisco.
No es necesario que recorras todas y cada una de las enfermedades respondiendo a las preguntas.
Comienza leyendo primero el mensaje del Papa. Deja que su catequesis sobre las enfermedades
espirituales resuene en tu corazón. Luego de que hayas “sentido y gustado internamente” [Ejercicios
Espirituales EE 2] su mensaje, escoge aquellos que más te han cuestionado sanamente. Una vez que
ellos por medio de las preguntas. Como verás no es un material que puedas utilizar mientras estás en
la fila del confesionario, necesitas tomarte un tiempo para estar a solas con Dios.
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«Hermanos, las enfermedades y
tentaciones son naturalmente
un peligro para cada cristiano
y para cada curia, comunidad,
congregación , parroquia,
movimiento eclesial , y pueden
golpear sea a nivel individual
que comunitario.
Haciéndonos eco de las enseñanzas del Papa Francisco y deseosos de realizar un profundo y
auténtico camino de conversión, ofrecemos este material para ayudarte a preparar el corazón y
acercarte al sacramento de la reconciliación.
a.¿Me encuentro sumergido en una excesiva laboriosidad descuidando a mis seres queridos? ¿Dedico
tiempo a estar con mi familia?
b.¿Cuido mi salud del estrés? ¿Exijo a mi cuerpo más de lo que puede sobrellevar?
c.¿Busco espacios o momentos de oración o de participación en la misa para estar un rato a solas con
Dios?
d.En mi comunidad o familia, ¿Reparto bien el tiempo entre mis quehaceres, responsabilidades y
descanso? ¿Ayudo a que otros den un tiempo a cada cosa?
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3. EMPATÍA Y CERCANÍA FRENTE AL “CORAZÓN DE PIEDRA”
a.¿Miro a los demás como hermanos a los que ayudar o les aplicó “la ley” de Dios sin más?
b.¿Soy sensible y atento al dolor y necesidades de los demás? ¿Dejo que sus problemas me afecten o
soy un “profesional” de la religión?
c.¿Mi corazón se encuentra endurecido e indiferente ante las “fragilidades” de mis hermanos?
d.¿Promuevo los mismos sentimientos de Jesús de donación y generosidad o soy apegado a “mis
cosas”?
a.¿Estoy atento a los «signos de los tiempos» o simplemente aplico la receta de “siempre se ha hecho
así”? ¿Soy abierto a la novedad y a los cambios o me aferro a defender lo “antiguo”?
b.¿Confío más en la planificación excesiva antes que en la frescura del Espíritu Santo?
c.¿Estoy atento, en la misión, a la novedad muchas veces desconcertante del Espíritu Santo?
d.En la comunidad o familia ¿en qué situaciones concretas tenemos la pretensión de domesticar al
Espíritu Santo?
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5. UNIDAD Y COMUNIÓN FRENTE AL INDIVIDUALISMO
a.¿Me gusta ser protagonista y centro en las relaciones o doy lugar a los demás?
b.¿Padezco la soberbia de “no necesitar de los demás”? ¿Estoy en “todo” y “haciendo de todo” sin
dar lugar a otros a crecer y madurar?
c.¿Estoy dispuesto a colaborar para crecer en comunión con los demás o busco personas que sean
“útiles” para los proyectos personales?
d.En la comunidad o familia, ¿pongo a consideración de los demás lo que hay que resolver o hago
siempre lo que quiero? ¿Soy signo de unidad con todos o colaboro sólo con aquellos que me caen
bien?
“La enfermedad de la mala coordinación . Cuando los miembros pierden la
comunión entre ellos y el cuerpo pierde su armonioso funcionamiento y su
templanza, se convierten en una orquesta que produce ruido porque sus miembros
no colaboran y no viven el espíritu de comunión y de equipo. Cuando el pie dice
al brazo: ‘no te necesito’ o la mano dice a la cabeza ‘mando yo’, causa malestar
y escándalo.”
Papa Francisco
a.¿Confío en mí mismo y en el Señor o vivo dependiente de la opinión de los demás? ¿Soy abierto a
las opiniones ajenas o las rechazo por completo?
b.¿Conservo una memoria agradecida de la fidelidad del Señor en mi historia o dudo de su presencia
en las dificultades?
c.¿Soy capaz de renunciar a mis caprichos y esquemas mentales para enriquecer mi vida con
experiencias ajenas?
d.¿Me convertí en “mi propio ídolo” rindiendo honor a mis propias pasiones o caprichos? ¿Me dejo
enriquecer por lo que aportan los demás?
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7. VERDAD FRENTE A LA “APARIENCIA”
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9. TRIGO FRENTE A LA “CIZAÑA”
a.¿Soy cómplice con chismes, murmuraciones y habladurías? ¿Hablo bien de los demás, les deseo el
bien?
b.¿Cuál es mi reacción cuando me vienen a hablar mal de los demás?
c.¿Juzgo a los demás por “lo que dicen” sin conocer la verdad?
En mi comunidad o familia ¿soy sembrador de cizaña? ¿Cuido lo suficiente no hablar ni dejar hablar
mal de los demás?
a.¿Soy generoso y atentos con todos o sólo con aquellos que me pueden devolver un favor? ¿Adulo a
los débiles para recibir beneficios?
b.¿Halago a los que tienen algún tipo de autoridad o poder para recibir favores?
c.En algún momento, ¿he sido víctima del oportunismo divinizando a las personas y no a Dios?
d.¿Vivo pensando en lo que me conviene obtener antes que en lo que debo dar?
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11. COLABORACIÓN VS LA “INDIFERENCIA”
a.¿Soy indiferente ante las necesidades de los demás? ¿Soy envidioso cuando a los demás les va bien?
b.¿Tengo relaciones de sincera colaboración con los demás o sólo interesadas?
c.¿Pienso sólo en mí mismo y me niego a compartir mi experiencia con los otros?
d.¿Siento alegría cuando mi hermano se cae o colaboro en levantarlo y animarlo?
“La enfermedad de la indiferencia hacia los demás. Cuando cada uno sólo
piensa en sí mismo y pierde la sinceridad y el calor de las relaciones humanas.
Cuando el más experto no pone su conocimiento al servicio de los colegas menos
expertos. Cuando se sabe algo se posee para sí mismo en lugar de compartirlo
positivamente con los otros. Cuando, por celos o por astucia, se siente alegría viendo
al otro caer en lugar de levantarlo y animarlo.”
Papa Francisco
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13. COMPARTIR FRENTE A “LA ACUMULACIÓN”
1.¿Cómo me relaciono con los demás? ¿Margino a los demás que no coinciden con mi parecer, sentir
y querer?
2.¿En algún momento valoré más la pertenencia a mi grupito que la pertenencia a todo el Cuerpo?
¿Tengo capacidad de diálogo con el que piensa diferente? ¿Respeto la diversidad?
3.¿Busco a los que piensan como yo para armar mi propio ejército en lugar de formar una
comunidad?
4.En mi comunidad o familia, ¿favorezco la apertura a una relación más abierta y universal?
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15. ENTREGA VS “PROVECHO MUNDANO”
“Es necesario aclarar que es sólo el Espíritu Santo –el alma del Cuerpo
Místico de Cristo, como afirma el Credo: ‘Creo… en el Espíritu Santo, Señor
y vivificador’- quien cura cada enfermedad. Es el Espíritu Santo quien
sostiene cada sincero esfuerzo de purificación y de cada buena voluntad de
conversión . Es Él quien nos da a entender que cada miembro participa en la
santificación del cuerpo y a su debilitamiento (…).
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