Anda di halaman 1dari 37

PARTE II

COMPRENSIÓN SOCIO-HISTÓRICA-CULTURAL
DEL HOMBRE SOBRE SÍ MISMO,
EL MUNDO Y EL TRASCENDENTE
Vicente Plasencia Llanos
Área Razón y Fe - Universidad Politécnica Salesiana

Introducción

Comprender que el ser humano desde siempre se asumió a sí mismo como problema y
recorrer los caminos de las historias y de las culturas del ser humano occidental son retos
que el ser humano de esta parte del planeta tendría que enfrentarlos, porque es ahí donde
se encuentran las raíces de su identidad.

Precisamente, es en la historicidad donde se conoce al sujeto porque un ser humano sin


historia es un ser sin identidad, esta es mi primera tesis. Así, entonces, la conciencia, el
saber y el conocimiento que hoy tenemos de lo que somos está en la memoria colectiva
que ha surgido de la pregunta del ser humano por el ser humano.

En este contexto y para acercarnos a esta compleja comprensión socio-histórico-cultural


del ser humano, en primera instancia plantearemos la visión del ser humano como
problema quien ha ido buscando una respuesta a la pregunta ¿qué es el hombre?; en
segunda instancia, planteamos una visión tripartita de la comprensión que el ser Humano
tiene de sí mismo, del Mundo y de Dios, a través de sus largos y significativos períodos
existenciales como la Antigüedad, el Medio Evo, la Modernidad y la Posmodernidad.

¿Por qué planteo esta secuencia Hombre-Mundo-Dios o Tascendente? Simplemente


porque de la compresión que el ser humano tiene de sí mismo depende su relación para
con los otros (alteridad), con el mundo (cosidad) y con el Trascendente (trascendencia),
ésta es mi segunda tesis y; en última y decisiva instancia, la comprensión que el ser
humano tiene de sí y del mundo, sólo tiene sustento en la comprensión que tiene del
Trascendente, ésta es mi tercera tesis.

Objetivo
Confrontar la existencia personal a través de la compresión histórica del ser humano.

Sumario
1. El ser humano como problema
2. El ser humano en la Antigüedad
3. El ser humano en el Medio Evo
4. El ser humano en la Modernidad
5. El ser humano en la Posmodernidad

42
1. El ser humano como problema

El ser humano es el único ser, hasta ahora conocido,


que se ha cuestionado y se cuestiona sobre sí mismo.
Es un ser que incansablemente busca su identidad y
por eso es un ser metafísico. Es un ser que va más
allá de lo que él mismo ve, escucha, conoce, toca,
siente, es un ser que trasciende.

¿Qué es el hombre? es la pregunta que el ser humano


se habría hecho desde siempre y, las respuestas aún
no acaban de ser precisas. Ciertamente, es una
pregunta cuyas respuestas están condicionadas por Las raíces del ser
los avatares de su propia existencia, personal, social y humano como problema
geo-histórica. tienen su origen en el
asombro, la inseguridad,
En este contexto, para Ítalo Gastaldi, las raíces del la frustración y el miedo,
hombre como problema tienen su origen en eventos todo lo cual se sintetiza en
como: 1 su ser trascendente y por
tanto en la búsqueda del
a).- El asombro frente a la plural y diferente sentido de la vida.
realidad del universo que para el ser humano le mutuaspalabras.blogspot.com/2007_06
_01_archiv... (pensando)
resulta, como diaría R. Otto, “realidad numinosa,
tremenda y fascinante”.

b).- La inseguridad ante los grandes y pequeños fenómenos naturales que, por
una parte, rebasan las fuerzas del ser humano para controlarlas y; por otra parte,
sobrepasan su inteligencia para comprenderlas.

c).- La frustración ante la fragilidad e impotencia personal para sobreponerse a


ciertas “situaciones límite” como diría K. Jaspers, que le causan desasosiego, ofuscación
y crisis.

Victor Frankl dice que hoy ya no vivimos en una época de frustración sexual, como en los
tiempos de Freud, sino en una época de frustración existencial. La siconeurosis –piensa él–
2
es, en última instancia, un sufrimiento del alma que no ha encontrado su sentido.

Además de lo que Gastaldi asume, creo también que otro de los eventos que al ser
humano le develan como problema es el miedo, el temor a no ser él mismo, el recelo a
todo cuanto pueda atentar a su existencia total.

Estos eventos mencionados, además de revelarle al ser humano como problema, le


revelan, sobre todo, como un ser plus, un ser de trascendencia. Y, en este contexto el ser
humano es capaz de decir-se a sí mismo, en palabras de J. Marías: “soy un ser futurizo”,
por tanto, se descubre convocado a construir el sentido de su vida.

1
GASTALDI ÍTALO, El hombre un misterio, Abya Yala, Quito 2003, p. 26-28.
2
Citado en Ibid., p. 27.
43
2. El ser humano en la Antigüedad

2.1. Contextualización histórica


La época de la antigüedad, en el horizonte occidental, aproximadamente va desde el s.
VI a.C., hasta un tiempo impreciso entre los siglos IV y VIII d.C.

Para comprender dónde, aproximadamente, termina esta época puede considerar los
siguientes criterios3:

- Desde el horizonte filosófico: si consideramos la prevalencia de un pensamiento


pagano puede considerarse, el cierre de la Academia Platónica en el año 529 d.C. por el
emperador Justiniano. Tengamos en cuenta que el filósofo Boecio (480-524) es uno de
los últimos pensadores paganos, y que Justino (..-165), Clemente de Alejandría (150-
215) y Agustín (354-430) anticiparon ya el pensar medieval.

- Desde el horizonte religioso: la consolidación de la religión cristiana alrededor del


año 314 con el Decreto de Constantino que permite al Estado y a la Iglesia convivir sin
tensiones.

- Desde el horizonte pragmático: como fecha convencional podemos pensar en el año


500 de nuestra era.

Para el mundo occidental, la Antigüedad no puede verse al margen del pensamiento y la


cosmovisión griegas, por eso, tenemos que asumir que son características epocales4:

 La constante búsqueda del “arjé” (principio) de las cosas.

 El “logos” que es palabra, principio y espíritu, como un camino que busca


entender y conocer.

 El mito y la imaginación como vehículos para expresar el contenido del logos.

 Una visión estática y estructural del mundo donde prevalece lo cíclico y lo


universal y, se desconoce lo histórico y lo contingente.

 Prevalencia de lo práxico y de lo real.

 Los saberes y el conocimiento se generan a partir de grupos pequeños y selectos


a partir de una metodología dialógica.

3
Cf. ESTERMANN JOSEF, Historia de la Filosofía, T.II., Abya-Yala, Quito 2001, p. 15-62.
4
Ibid., p. 15-16.
44
2.2. Comprensión del ser humano en la Antigüedad

2.2.1. La comprensión que el ser humano tiene de sí mismo


En la antigüedad encontramos un ser humano con una visión muy reducida de sí mismo,
del trascendente y del mundo. Para él, todo su existir, su pensar, su obrar, su
representar, su idear y su soñar, ocurría dentro de los límites de ese mundo reducido.
Era un ser del inmediato y de libertad limitada. Él mismo era desconocido para sí,
podríamos pensar, por tanto, que se trataba de un ser estático y sin mucha trascendencia.

Su mirada era una mirada del todo y ese todo para él era el mundo, así, ninguna
situación particular le inquieta por nada; ni el todo ni la parte eran objetos de
cuestionamiento porque él mismo se concebía parte del todo y, porque creía que el todo
está marcado por un orden natural, por potencias superiores y por el destino inherente al
mismo.

Era un ser que se consideraba parte del mundo, sin cuestionarse por nada. Era una ser
que configuraba su total existencia y su existir en un contexto místico-mitológico.

Era un ser sin prejuicios que vivió con el ritmo de la naturaleza, un ser indefenso que no
hacía daño a nadie; podríamos pensar que se trataba del primer estadio de vida humana
en un estado de inocencia.

2.2.2. La comprensión que el ser humano tiene del mundo


El mundo era comprendido de una manera muy reducida y formal. Este era visto,
interpretado y vivido como una figura limitada y de estructura esférica, pues, no existía
la idea del espacio y del tiempo.

El mundo era todo y todo era el mundo, de ahí que no existía posibilidad para establecer
cuestiones más allá de las dimensiones del mundo perceptible e inmediato. El mundo
era relativamente muy subjetivo, entendemos que cada grupo, cultura y sociedad
humana tenía una concepción y una comprensión del mundo diferentes.

Esta visión inmediata y limitada del mundo hizo que éste no sea sino lo que pisan los
pies del ser humano y lo que alcanza a abarcar su mirada. Las fronteras estaban
constituidas por el horizonte, estaban definidas por los relativos cercanos límites del
gran horizonte cósmico que se percibía tácitamente a simple vista y nada más.

Desde una cosmovisión mítico-religiosa el mundo era una realidad numinosa y


fascinante, era visto como algo divino procedente de un principio o “arjé” que no está
fuera del mundo sino dentro, como algo que le pertenece5.

Las finitas dimensiones del mundo eran compensadas con un riquísimo imaginario
simbólico, por ejemplo:

5
Cf. GUARDINI ROMANO, El fin de la modernidad. Quien sabe de Dios conoce al hombre, PPC,
Madrid 1996, p. 34.
45
- La tierra es un disco que flota sobre el agua como una nave (Tales de Mileto 624-546
a.C.).

- La tierra es como un disco que se sostiene en el aire (Anaxímenes de Mileto 585-525


a.C.).

- El mundo visible no es real sino copia de la realidad perfecta que se encuentra en el


supercielo o <<hiperuranio>> (Platón 427-347 a.C.).

- El mundo se divide en dos partes: los cuerpos celestes y el mundo terreno (Aristóteles
384-322 a.C.).

El mundo era una realidad que tenía como límites: hacia arriba la bóveda celeste o cielo
(espacio de los dioses), y hacia abajo, en sus profundidades, el infierno (espacio de
castigo). Se tenía por cierto, la “idea del cosmos”6 que aparece en Anaximandro de
Mileto (610-546 a.C.).

El mundo llegó a considerarse una realidad de características sagradas; sacralizaron a la


naturaleza u objetos de la misma, llegando a darles carácter sagrado a los astros, a las
montañas, a los ríos, a los lagos, a los animales y a las plantas.

2.2.3. La comprensión que el ser humano tiene de Dios


Como parte de sus creencias mítico-religiosas, el ser humano se diferenció a sí mismo de
los dioses, esto es, reconoció un ser divino y poderoso que a su modo de ver no se
encontraba fuera del mundo sino que formaba parte del mundo sin ser del mundo.

El hombre primitivo es desde ya un homo religiosus (M. Eliade). La realidad sagrada-


Dios en palabras de R. Otto es “lo tremendo, lo misterioso y lo fascinante”.

Es verdad que por sus creencias religiosas [el hombre] sabe de un supremo <<Padre de
dioses y hombres>>, pero forma parte del mundo igual que la bóveda celeste cuyo numen
es. Sabe también de la fuerza del destino que domina incluso a los dioses más grandes; de
una justicia imperante y de un orden racional que regula y dirige todo cuanto acontece. Con
todo, estas potencias todopoderosas no se oponen al mundo, sino que constituyen su
7
ordenamiento último.

En este horizonte, existió un politeísmo que significa, varios dioses frente a los que el
ser humano se sintió amado, temeroso, obediente, seducido, premiado, castigado y hasta
engañado. Estos dioses si bien eran divinos y llenos de perfecciones tenían también
ciertos rasgos humanos; las mitologías griegas, romanas, egipcias, babilónicas, etc., nos
dan contundentes referencias de esto que acabamos de decir.

6
“La observación durante años del cielo lo lleva al descubrimiento del orden matemático y a la
admiración de la mágica belleza del universo, que está ordenado hasta en sus más mínimos procesos por
una ley uniforme.”: FISCHL JOHANN, Manual de Historia de la filosofía, Herder, Barcelona 1997, p.
25.
7
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 32.
46
Acerca de los dioses y del politeísmo de esta época, traemos a colación los siguientes
ejemplos:

- Los egipcios tenían a dioses como: Amón, Anubis, Hathor, Horus, Isis, Ra, Osiris,
Thot.

- Los pueblos vecinos del pueblo de Israel creían en muchos dioses, eran politeístas8.

- Los griegos, igualmente tenían su lugar de dioses o <<Pantheon>> y, de ello fue


testigo Pablo de Tarso9.

- Los romanos igual tenían como dioses a Venus, Baco, Júpiter, Minerva, Diana, etc.

El ser humano de esta época descubrió un absoluto divino con todas las perfecciones, las
mismas que se reflejaban en las perfecciones de su cotidiana experiencia tangible, nació
así un panteísmo.

Lo divino, lo perfecto y lo imperecedero constituyó el fundamento de toda la realidad,


por ejemplo10:

- Para Parménides, el metafísico (539-480 a.C.): sólo el ser es; el no-ser no puede ni
siquiera ser pensado. Existe un solo ser: único, indivisible, igual y eterno, que tiene
forma de una esfera. El ser es inmutable y es todo cuanto existe.

- Para Aristóteles (384-322 a.C.) como para Platón (427-347 a.C.): el ser radica en lo
universal y, lo particular existe cuanto participa de éste.

Como apreciamos, lo divino constituyó el elemento primordial y estructurante del


mundo, por ello, éste toma un matiz mistérico en las culturas y en las cosmovisiones del
ser humano antiguo.

Tengamos en cuenta, finalmente, que en el cosmos politeísta existían tantos dioses


cuantas culturas y cosmovisiones existían en el mundo de esta época. Sin embargo,
tenemos que reconocer que en éste contexto epocal así como existían pueblos y culturas
8
Cf. Ex 20,3; 22,19; Dt 12,30-31.
9
“Pablo, de pie en medio del Areópago griego, dijo: <<Atenienses, veo que vosotros sois, por todos los
conceptos, los más respetuosos de la divinidad. Pues al pasar y contemplar vuestros monumentos
sagrados, he encontrado también un altar en el que estaba grabada esta inscripción: <<Al Dios
desconocido.>>.” (Hch 18,22-23).
Seguramente Pablo encontró sendos pedestales para divinidades como: Apolo-dios de la belleza; Eolo-
dios de los vientos; Afrodita-diosa de la belleza y del amor; Dioniso-dios de la vegetación y de los
campos, en especial de la vid y de los vinos, así como del terror y el éxtasis; Morfeo-dios de los sueños;
Zeus-padre de los dioses y de los hombres; Atenea-diosa de la sabiduría; Artemisa; etc.
En cuanto a los dioses griegos, Demócrito de Abdera (460-370 a.C.) pensaba, en contra de la fe popular,
que los dioses y los demonios no eran eternos, pero que respecto de los seres humanos éstos tenían vida
muy larga. Más adelante, en el transcurso de la historia griega, Sócrates, Platón, Aristóteles ya no se
refieren a <<dioses>>, sino a <<Dios>>, con lo que encontramos una evolución en la cosmovisión
religiosa: se pasa de un politeísmo a un monoteísmo.
10
FISCHL JOHANN, o. c., p. 40-42; 80-96.
47
politeístas, existían también pueblos que tenían un solo Dios (monoteístas) y; otros que
viviendo en medio de culturas politeístas respetaban a los dioses de sus vecinos,
sabiendo, proclamando y confesando, a la vez, la centralidad de su único Dios, éste es el
fenómeno llamado henoteísmo11.

2.2.4. Consecuencias de esta visión


El ser humano primitivo, desconociendo totalmente cómo funciona el mundo e
ignorando radicalmente las leyes de la naturaleza, creyó para sus adentros que
desconocidas fuerzas divinas (sacralización) o malignas (demonización) conducían y
gobernaban los fenómenos cósmicos, humanos y naturales; con esta actitud inocente y
desinhibida consiguió, sobre todo, divinizar al mundo.

La sacralización y mitologización de la naturaleza, de la vida y del destino, le


permitieron asumir su libertad natural sin conflictos, pues, se comprendía como parte
constitutiva del mundo y, por eso, se entiende el por qué de su convivencia armónica y
pacífica con la naturaleza y todo cuanto le rodeaba.

En la naturaleza sólo tenía una opción: estar siendo o ser estando. Con esta actitud no
hizo daño a nada ni a nadie, ni siquiera se preocupó de sí mismo, no tuvo ambiciones, no
existieron para él los conceptos poder, dominio y explotación. Podríamos pensar que se
trata de un ser natural que vivía naturalmente al vaivén de los ritmos de la naturaleza.
Bien podría pensarse también en un esclavo de los acontecimientos del cosmos.

En el transcurso de esta época, el ser humano todavía no había evolucionado tanto,


prevalecía en él un nivel de conocimiento mítico donde todo se lo atribuía a los dioses y,
donde eran característicos el fatalismo y lo fantástico. Este es el estado primigenio del
ser humano, es el momento extático de la conciencia humana al que R. Panikkar hace
referencia.

El hombre simplemente conoce: conoce las montañas y los ríos, conoce el bien y el mal, lo
que le place y lo que le disgusta. El varón conoce a la mujer y viceversa. El hombre conoce
la Naturaleza y conoce también a Dios y a los Dioses. Tropieza y se equivoca, pero se deja
corregir por las cosas mismas. El hombre aprende sobre todo por obediencia, es decir, por
el hecho de escuchar (ob-audire) al resto de la realidad que le habla. En la actitud extática,
12
la mente es principalmente pasiva.

El ser humano se entiende a sí mismo como un ser entre los seres; el mundo es su
espacio vital; vive una vida relativamente armoniosa aunque, acechado por todo lo
sacral, lo fantástico y lo tenebroso del mundo, el mismo que a su entender está
gobernado por dioses tanto del bien como del mal; sus semejantes son considerados
como sus compañeros; Dios y los dioses son seres que se encuentran en toda la realidad,
volviéndose la misma realidad una realidad sagrada.

11
El pueblo de Israel presenta un caso cultural religioso atípico en el que por su historia convive con
pueblos y culturas politeístas, vive concretamente un henoteísmo siendo monoteísta. Sin embargo, como
pueblo que ha logrado una identidad entre los demás pueblos, vivirá un monoteísmo radical.
12
PANIKKAR RAIMON, La nueva inocencia, evd, Estella 1999, p. 42.
48
Como consecuencia de esta mítica comprensión, frente a la naturaleza, ni siquiera se
diferencia de ella: vive en ella y es parte de ella, al mismo tiempo que es huésped es
víctima; ante los fenómenos naturales que le resultan incomprensibles tiene que escapar,
pero no tan lejos, porque no pertenece más que a ese espacio.

En este contexto, a la pregunta ¿qué es el hombre?, se responde: <<un ser entre los
seres>>.

Y puesto que el cosmos constituye el centro de todo, a esta visión la conocemos como,
visión cosmocéntrica.

ÉPOCA ANTIGÜEDAD

Aproximadamente, va desde el s. VI a.C., hasta un tiempo


impreciso entre los siglos IV y VIII d.C.

LA COMPRENSIÓN
QUE EL SER HUMANO
TIENE…
Se considera <<un ser entre los demás seres>>, no se hace
1.- DE SÍ MISMO preguntas, convive de manera armónica con el mundo.
Considera una <<realidad sagrada>>, a tal punto que termina
2.- DEL MUNDO sacralizando o demonizando las realidades naturales.
<<Dios es todo>>; es quien todo lo hace posible y en quien
3.- DE DIOS todo se comprende. Existen un politeísmo y un panteísmo.

3. El ser humano en el Medio Evo

3.1. Contextualización histórica


Dependiendo de los criterios que se manejen, esta época del mundo occidental empieza,
sin una precisión, en los siglos III, IV ó quizá hasta en el siglo VIII si tenemos en cuenta
a Carlo Magno y su reforma; asimismo se extiende también de manera imprecisa hasta
los siglos XIV ó XVI.

Para comprender dónde, aproximadamente, termina esta época, se puede considerar los
siguientes criterios:13

- Desde el horizonte del pensamiento: podemos pensar en Guillermo de Occam,


“padre del Nominalismo” (1300-1349) o en Descartes a quien se le denomina “padre de
la Modernidad” (1596-1650).

- Desde el horizonte cultural: bien puede ser el Renacimiento (1450-1550); el


Humanismo (....-1500); o, los grandes descubrimientos (1492-1610).

13
Cf. ESTERMANN JOSEF, o. c., p. 63-112; véase también FORMENT EUDALDO, Personalismo
Medieval, EDICEP, Valencia 2002.
49
- Desde el horizonte científico: puede contarse con el modelo cosmológico
copernicano-heliocentrismo- (1543).

- Desde el horizonte religioso: la Reforma Protestante (1520-1550) es otra posibilidad.

- Desde el horizonte pragmático: quizá tengamos que tener como fecha convencional
del fin del Medio Evo, aproximadamente, el año 1500.

Al período del Medio Evo se le conoce también, y en clave despectiva, como la edad de
la obscuridad en oposición a la edad de la luz ó Ilustración, esta última es característica
de la Modernidad. Discrepo rotundamente que a esta época se tenga que denominarla
edad de la obscuridad en base a criterios subjetivos tendenciosos. Es mucho más
coherente, sostener que se trata de un período sui generis en el que la continuidad y la
discontinuidad coexisten, si bien por una parte, el Medio Evo se sustenta, hacia el
pasado, en la Antigüedad y, hacia el futuro, en la Modernidad; por otra parte, es también
el puente que une la antigüedad y la Modernidad.

Señalamos algunas características de esta época14:

 Es un período en el que se llega a las grandes síntesis que constituyen sistemas


paradigmáticos, así: Agustín de Hipona (354-430) quien adaptó las doctrinas
platónicas al cristianismo; Alberto Magno (Doctor universalis) (1193-1280)
quien dominó todos los conocimientos de su época; Tomás de Aquino (1225-
1274) quien en su llamada Suma Teológica logra una síntesis de corte metafísico
entre el pensamiento griego aristotélico y el judeo-cristiano.

 Tiene como trasfondo una experiencia religiosa que le viene desde la


Antigüedad y, busca una expresión y una explicación racionales de los
fenómenos.

 Da importancia a la razón (lumen naturale) y a la fe (lumen supernaturale).


Razón y Fe se postulan, desde ese entonces, como los caminos para conocer la
misma verdad.

 Contra el pensamiento determinista propugna la contingencia del mundo y;


promueve la libertad humana como condición intrínseca en la que radica el
problema de la responsabilidad y la culpabilidad humanas.

 Predomina el pensamiento judeo-cristiano.

 Surgen grandes Universidades en ciudades como Oxford, Colonia, París,


Bolonia, Nápoles.

14
ESTERMANN JOSEF, o. c., p. 63-64.
50
3.2. Comprensión del ser humano en el Medio Evo

3.2.1. La comprensión que el ser humano tiene de sí mismo


En esta época encontramos un ser humano eminentemente creyente, es decir cristiano:
“Creer significa, pues, confiar en la autorrevelación de este Dios y seguir sus pautas,
escuchar su llamada, capaz de dar sentido a la persona finita, y referir a Él la propia
vida.”15 Su punto de partida existencial y de comprensión, de todo cuanto existe, era la
revelación bíblica y, desde este ángulo comprendió la existencia de un Dios creador.

A la cuestión ¿quién soy yo? del ser humano creyente respondió: soy criatura de Dios,
obra del creador o lo que textualmente expone la Biblia: “imagen y semejanza” (Gén
1,27). En este contexto su libertad era una libertad creatural, su pensar y su actuar
estaban sustentados en el ser <<imagen y semejanza>> de Dios.

Asumiéndose como criatura tomó distancia de sí mismo y del mundo; descubrió en la


revelación la relación diferenciada y la diferencia ontológica entre el creador y la
criatura; nació una nueva comprensión, bastante equilibrada, del ser humano y del
mundo16. El ser humano se comprendió como aquella criatura agraciada que ha recibido
por pura gracia y como don la creación entera para gobernarla17.

Se comprendió, en una exageración, como cumbre (Gén 1,26-29) y centro de la creación


(Gén 2,7-8), constituyéndose, en el extremo, en la razón de todo. “El todo se condensa
en el hombre y en su vida para crear un nuevo orden: el orden del microcosmos con su
riqueza de grados e importancia.”18 El ser inteligente encontró su sitio en el mundo y
comprendiéndose como un ser de trascendencia, desde un dualismo ontológico, buscó de
no comprometerse con lo terrenal, pues, su <<estar>> en el mundo era pasajero.

La fe constituyó la fuente del ser y, ella explicó el ser y el estar del ser humano en el
mundo. La revelación explicaba el existir y el actuar humanos, explicaba también el
mundo y su dinamismo y la historia a partir de las categorías pasado, presente y futuro.
Toda la existencia del ser humano así como sus plurales relaciones se configuraban
desde un contexto creyente.

Era un ser que apasionado por la verdad se aprovecha del saber griego y de la
revelación.19 Los caminos sobre los que marchaba buscando la verdad eran la
contemplación y la meditación. Este ser humano era un ser sabio, lleno de signos y de
símbolos que no hacían sino ayudarle a la comprensión del todo y de sus partes. En este

15
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 37-38.
16
“La Edad Media ve al hombre desde dos perspectivas. Por un lado como criatura de Dios, sometida a Él
y totalmente en sus manos; por otro, como portador de la imagen de Dios, orientado directamente a Él y
con un destino eterno; infinitamente más pequeño que Dios, pero decididamente más grande que las
demás criaturas.” (Ibid., p. 72-73).
17
“Y los bendijo Dios con estas palabras: <<Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla;
mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta sobre la tierra.>>.” Gén
1,28.
18
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 41.
19
Cf. Ibid., p. 43.
51
contexto cultural se explican el origen y la presencia de los monasterios, la vida
monástica y eremítica.

Sus estructuras de convivencia socio-política y de relación estaban ordenadas por un


sistema moral de corte religioso.20 Pero como el mundo cuanto espacio le resultó
incómodo, mundano y no apto para su trascendencia, terminó experimentando una
angustia existencial21 y, optó por una actitud de huida del mundo.

Era un ser que buscaba trascender desde el mundo a costa del mundo y de su propia
dimensión corpórea. Era un ser que se vio fraccionado cuanto cuerpo y cuanto espíritu,
influenciado, claro está, por un cristianismo platonizado22, no por el cristianismo en sí
mismo, porque la filosofía y teología cristianas genuinas, herederas del judaísmo,
comprenden al ser humano como una unidad total, es decir: en el pensamiento judeo-
cristiano, el cuerpo y el espíritu no son dos cosas como en Platón, sino una única
realidad integrada.

3.2.2. La comprensión que el ser humano tiene del mundo


Existió una visión esférica tanto del cosmos como del mundo o planeta tierra y, en este
contexto, prevaleció la comprensión geocentrista o ptolomeica del cosmos: la tierra es
el centro del universo y el mundo es <<obra de Dios>>. Era una visión pseudocientífica
respaldada por el libro de la fe: la biblia23.

Geográficamente, el mundo era comprendido como un cuerpo finito, lo que significaba


que existían límites definidos: por sobre el mundo estaba el lugar de Dios, el cielo y;
por debajo, en lo más profundo del mundo, estaba el infierno. La visión platónica se
aplicó también a la creación y permitió comprender como bueno el cielo y como malo el
mundo, la tierra.

Se comprendió que el mundo, cuanto existencia, tendría un punto de partida y un punto


de llegada marcados por la historia24, así, el marco experimental en el que se entendió el
mundo contingente era la historia y no al revés.

El mundo era el espacio de todo cuanto existía, era el lugar del ser humano, por eso,
sólo en esta realidad se comprendería al ser humano y su historicidad; más allá de la
historia de los sucesos constatables solamente funciona la fe.

20
El orden de convivencia estaba integrado y respaldado en la relación Iglesia-Estado. Recordemos que
Constantino era emperador de “tierra y cielo” (año 321).
21
Cf. GUARDINI ROMANO, o. c., p. 62, donde se hace referencia a la “tensión entre la finitud del
mundo y la necesidad de expansión del alma”.
22
Al respecto tenemos que decir que el platonismo cristiano es el sustrato de la cultura religiosa occidental
medieval, referencia clara de ello es la maestra obra “De civitate Dei” de Agustín.
23
En esos tiempos se sostenía que la biblia cuanto libro revelado por Dios, verdad absoluta, no podía decir
cosas que no fueran reveladas como verdaderas.
24
Se explica esta visión, desde la teología medieval que de alguna manera sostenía: el comienzo está
marcado por la creación realizada por Dios en seis días; la plenitud se alcanza con la venida del Hijo de
Dios y; en el fin de todo será el “día del juicio final”, al final de los tiempos cuando retorne el Hijo.
52
Cuando se decía que el mundo era <<obra de Dios>>, se quería decir que éste era
ontológicamente diferente a su creador y, sin embargo, podía hablar de Dios a través de
las cosas, según el grado de belleza y perfección de las mismas.25 Así, el mundo es
también lugar de la presencia del Creador, pero este mundo no es más que un espacio de
tránsito del ser humano, porque para San Agustín <<la ciudad de Dios>> estaba más
allá.

3.2.3. La comprensión que el ser humano tiene de Dios


Dios era el creador y soberano del mundo y; lo que ha creado ha sido, no por necesidad
sino por puro amor, por eso, no necesita del mundo para <<ser>> como pensaría más
tarde Hegel.

En cuanto a la relación de Dios con su creación, se vio claramente la distancia existente


entre Dios y la criatura; se comprendió que Dios se manifestaba en la creación pero sin
dominarla ni confundirse con ella, ésta era una postura teísta. Para comprender a Dios
se hizo uso de la analogía: el Espíritu de Dios resultaba ser más análogo con el alma del
ser humano.

El trascendente era el principio y fin de todo cuanto existía y, su manera de manifestarse


era doble: externamente y fuera del mundo en el cielo, internamente en la interioridad
de la persona, en el alma26; ambas cuestiones eran inteligibles sólo desde la fe. Dios, por
ser lo que es, lo explicaba todo y, a la vez, era considerado la medida y la meta de todo
viviente.27

Entre los caminos para conocer a Dios estaban la revelación bíblica, la visión beatífica y
la meditación; pero como el Ser Supremo resultaba de muy difícil acceso para el ser
humano, éste por inferencia intuitiva positiva le ha dotado de las siguientes
características: omnipotente, omnisciente y omnipresente.28

La comprensión de Dios en esta época era, por supuesto, producto de una experiencia
religiosa de la divinidad encarnada en la cultura occidental judeo-cristiana y no exenta
de muchos elementos helénicos.

3.2.4. Consecuencias de esta visión


El ser humano profundizando la noción antigua del mundo natural y de su propio ser,
desde el lente de la revelación, dio un salto cualitativo en la interpretación del mundo, de
sí mismo y de todo cuanto le rodea. Llegó a la conclusión de que existe un

25
En este contexto se enmarcan las <<cinco vías>> de demostración cosmológica de Tomás de Aquino.
26
A pesar de que el ser humano es “imagen y semejanza de Dios”, lo más importante, por analogía con el
Creador, no es la corporeidad ni la relacionalidad, sino la personeidad, el alma. No pudo ser de otra
manera, era un cristianismo platónico.
27
Dios y su mundo eran la meta de todo ser humano, éste era, de alguna manera, el pensamiento de San
Agustín en “De civitate Dei”.
28
Hasta nuestros días, el mismo credo niceno-constantinopolitano lo entiende y lo proclama “Dios
todopoderoso, creador del cielo y de la tierra...”, dándole, a través de una lógica de sintaxis un concepto
de Dios dominador por una parte y, creador por otra. Para evitar comprenderlo así, la sintaxis debería ser:
“Dios todopoderoso creador del cielo y de la tierra...”. En la primera forma el acento radica en el
adjetivo, “todopoderoso”, mientas que en la segunda forma, el acento radica en el verbo, “creador”.
53
<<Creador>> del mundo y del ser humano, así ambos tenían rango de ser criaturas.
Comprendió también que la creación le ha sido encargada a su tutela por ser el único ser
capaz de responder éticamente ante el Creador, sin embargo, este encargo, a veces lo
asumió también sin responsabilidad, creyó que el mundo era necesariamente para él.

Desde la fe se sobrepasó la sola comprensión naturalista del pensamiento antiguo. Esto


permitió, ciertamente, que el ser humano encuentre su propio espacio en el mundo y
frente al mundo, sin tener que destruir o agreder cuanto le rodea para ser lo que es:
criatura inteligente en relación de <<comprensión>>29 con las demás criaturas.

En este horizonte, donde prevalece un conocimiento empírico y las relaciones


fenómeno-fenómeno, es importante considerar que este modo de comprender el mundo,
la naturaleza y las cosas, la historia y la vida misma del ser humano, va más allá de la
simple fenomeneidad por cuanto que el elemento que lo ilumina todo es la revelación.

La revelación permitió al ser humano comprender-se como criatura “imagen y


semejanza” de Dios y hermano con los otros seres humanos. Dios, en cambio, se
comprende como el Creador, sustentador y meta de todo cuanto existe y que se llama
creación. Este Dios amor libérrimo ofrece al ser humano un proyecto de salvación. El
mundo por ser también creación de Dios, de algún modo podrá ver su redención, de
modo indirecto u obliquo, sólo a partir de la salvación del ser humano.

En este contexto, a la pregunta ¿qué es el hombre?, se responde: <<Imagen y


Semejanza de Dios>>. Y visto que Dios es considerado el centro de todo cuanto existe,
a esta visión la conocemos como, visión teocéntrica.

ÉPOCA MEDIO EVO

Aproximadamente, va desde los siglos III, IV ó quizá VIII


hasta los siglos XIV ó XVI.

LA COMPRENSIÓN
QUE EL SER HUMANO
TIENE…
Se considera criatura, hecho a <<imagen y semejanza>> de
1.- DE SÍ MISMO Dios.
Considera que el mundo es <<Creación de Dios>> y don
2.- DEL MUNDO confiado al ser humano para que lo cultive.
Dios es asumido como <<Padre y Creador de todo>> cuanto
3.- DE DIOS existe.

29
Cuando decimos “comprensión” nos referimos a dos actitudes propias de un ser humano que no se cree
más de lo que es: a).- “comprensión” como actitud de acercarse con sana curiosidad para entender las
cosas en su profundidad; b).- “comprensión” como actitud de mantener una relación de equilibrado
respeto con todo cuanto existe y con lo que le rodea, porque cada quien o cada cosa es lo que es, sí mismo,
con entidad propia.
54
4. El ser humano en la Modernidad

4.1. Contextualización histórica


Esta época, en el mundo occidental, aproximadamente, va desde los siglos XIV, XV ó
XVI hasta nuestros días. Sin embargo, para comprender, mejor se pueden considerar los
siguientes criterios:30

- Desde el horizonte de las revoluciones:31 la revolución cultural, científica, industrial


y política son la clave para comprender también el nacimiento de esta nueva época.
Veamos a <<grosso modo>> cada una de ellas:

La revolución cultural está caracterizada por la “Ilustración”32 y en su contexto se iza el


estandarte de la “diosa razón” que es la que comanda el ser y el hacer del ser humano en
el mundo y en la historia. Los padres de la exaltación de la razón son: Francis Bacon
(1561-1626); René Descartes (1596-1650); I. Kant (1724-1804). El <<Siglo de las
Luces>> y la <<Revolución Francesa>> (1789) son la evidente confirmación del
dominio de la razón.

En este marco, se encuentra también el Renacimiento (s. XV-XVI)33 como un tiempo y


un movimiento eminentemente cultural que marca la transición de la Edad Media a la
Moderna. Su interés fundamental es renovar la vida espiritual y moral del ser humano.
Volviendo al pasado, da origen a un humanismo que plantea y sostiene un
antropocentrismo cósmico, sin dejar de ser humanismo cristiano.

La revolución científica tiene como gestor a Guillermo de Occam (1300-1349), “la


emancipación de la experiencia por él predicada dio el más fuerte impulso a la ciencia
natural”34, con él se inicia la secularización de la ciencia.

En el campo científico, también Nicolás Copérnico (1473-1543) autor del <<sistema


heliocéntrico>> del universo, y Galileo Galilei (1564-1642) inventor del telescopio
(1610) son quienes ponen el elemento detonante de carácter rigurosamente científico.
La física se independiza de la filosofía poniendo a su servicio a las matemáticas.
Empieza la conquista del universo.

La revolución industrial que inicia en Inglaterra y tiene un período de crecimiento que


va desde 1760 a 1820, aproximadamente, tiene como punto cumbre la revolución tecno-
científica, la misma que desplaza al ser humano, convirtiéndole en una pieza más del
engranaje del sistema.

30
Cf. GASDTALDI ÍTALO, El hombre un misterio, o. c.; del mismo autor: Educar y Evangelizar en la
Posmodernidad, UPS Ediciones, Quito 1995, p.13-19; ESTERMANN JOSEF, o. c., p. 113-171; MADOZ
VICENTE, 10 palabras clave sobre los miedos del hombre moderno, evd, Estella 19982.
31
Í. Gastaldi, afianzado en el pensamiento de Jeanniere A., considera que “la revolución científica, la
política, la cultural y la técnica”, nos permiten comprender la cultura moderna, cf. El hombre un misterio,
o. c., p. 12.
32
MAESTRE AGAPITO, Modernidad, historia y política, evd, Navarra 1992, p. 58.
33
Cf. ESTERMANN JOSEF, o. c., p. 118-132.
34
Cf. FISCHL JOHANN, o. c., p. 208.
55
En el marco industrial se ha comprender también el fortalecimiento del sistema
económico capitalista que estira sus raíces en el siglo XVI y se sistematiza en 175035;
este sistema tiene como motor el mercado, y con él aparece también la clasificación de
la sociedad en términos economicistas, lo que a la postre provocará una lucha fratricida
entre la burguesía36 y el proletariado.

En esta misma época, las ciencias positivas alcanzan un desarrollo vertiginoso y


dominante37. El ser humano se presenta como pragmático y utilitarista.

La revolución política, es un evento, en el que la democracia constituye la cumbre de


todas las luchas por la emancipación, por la libertad y por la afirmación de los derechos
humanos. Como alternativa a las monarquías y totalitarismos surge la <<democracia
representativa>>, que dicho sea de paso, generalmente en la praxis nunca existió y, de
allí la desconfianza en ella.

- Desde el horizonte ideológico: la ciega fe en el progreso hacía pensar en el encuentro


de la total felicidad, cosa que no se ha logrado hasta nuestros días. Se olvidó reflexionar
en los cambios acelerados de los inventos tecno-científicos que hacen del progreso un
evento complejo de asimilarlo.

- Desde el horizonte religioso: la secularización constituye la ruptura entre la religión


y su relación con las realidades del mundo, entre la Iglesia cuanto institución y el
Estado; esto significó reconocer a Dios, aceptando la autonomía de las realidades
terrenas38. Esto implicó también pérdida de poder para la iglesia jerárquica y,
desorientación en la fe para el pueblo de Dios. Como consecuencia, la institución
religiosa Iglesia se fractura, nace así el fenómeno de las sectas y, al mismo tiempo se
afianza el ateísmo.

Esto significó acabar con una visión teísta, y confiar más en la responsabilidad del ser
humano, lo que a la postre degeneró en el fenómeno del secularismo que no es sino la
versión atea de la secularización donde la actitud del ser humano respecto de Dios radica
en una indiferencia agnóstica.

- Desde el horizonte axiológico: el individualismo y la relativización de los valores son


la nota característica. Cada quien es “la medida de las cosas”, esta actitud hace que el

35
Quien propugna el sistema capitalista es Adam Smith (1723-1790) y, en este sistema surge la noción de
desarrollo que más tarde permitirá clasificar a las personas y a los países como subdesarrollados.
36
El espíritu burgués que alienta al capitalismo clásico tiene unas características, a saber: a).- El tener
como móvil del progreso; b).- La libertad llevada a su máxima expresión, y reflejada en la praxis del
liberalismo económico como ley de la economía y; c).- La propiedad privada es derecho absoluto en
contexto de la libertad personal, cf. GASTALDI ÍTALO, El hombre un misterio, o. c., p. 13; Idem.,
Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 14.
37
Expresiones como: “Saber, para prever, para dominar” (Augusto Comte), se han convertido en el
<<slogan>> del ser humano de nuestro tiempo, quien aparte de dominador es también predador.
38
CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual, n. 36:
“Si por autonomía de la realidad terrena se quiere decir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan
de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco, es
absolutamente legítima esta exigencia de autonomía”.
56
sistema axiológico llegue a ser blando, que la escala de valores sea relativa. Cada quien
es dueño de sus actos y éstos son validados exclusivamente sólo y únicamente por su
conciencia individual.

- Desde el horizonte latinoamericano: 1492 y todo lo que ello significa, es la clave


desde la que se ha de comprender no sólo el impacto eurocentrista de dominio sino,
sobre todo, la resistencia y la protesta dignas de las culturas de América frente a la
negación de sus identidades y, en consecuencia, las luchas por la liberación que se
sostienen hasta el día de hoy.39

De forma global, podríamos decir que la modernidad tiene como características:40

 Un creciente y sistemático secularismo.

 Una mentalidad científico-técnica.

 Una voluntad emancipatoria de todo lo que signifique negación de las libertades.

 Una ciega fe en el progreso y desarrollo ilimitados.

 Una cierta dosis de actitud de tolerancia frente a lo diferente y plural.

 Un espíritu capitalista burgués.

 Un marcado sentimiento individualista y egolátrico.

 Un enfático clima positivista, consumista, hedonista y mediático.

4.2. Comprensión del ser humano en la Modernidad

4.2.1. La comprensión que el ser humano tiene de sí mismo


El ser humano tiene como centro de sus decisiones a la sola razón41 y, busca conocer y
aprehender la realidad total a través del método analítico42 donde prevalece la
experimentación y la comprobación43.

39
Véase el <<Excursus>> sobre las “Pautas para una posible reflexión y comprensión de una antropología
latinoamericana”, p. 74.
40
Cf. GONZÁLEZ-CARVAJAL LUIS, Ideas y creencias del hombre actual, Sal Terrae, Santander 2000,
p. 41-150.
41
Para el hombre moderno, “saber es poder” (F. Bacon). En este contexto, los seres humanos somos
“mîatres et posseseurs de la nature” (R. Descartes). Así, la razón “sólo conoce lo que puede crear según
su proyecto” (I. Kant), cf. MOLTMANN JÜRGEN, El espíritu de la vida, Sígueme, Salamanca 1998, p.
219, donde el autor cita el pensamiento de estos filósofos, explicando que “Cuando la ciencia moderna se
propone conocer algo, lo conoce para dominarlo...”.
42
Francis Bacon (1561-1626) en su “Novum Organum”, estableció un método cualitativo-inductivo que
dio origen a la investigación científica.
43
Aparece así el <<conocimiento científico>> donde prevalece la relación <<causa-efecto>>. Las
ciencias positivas tienen: a).- como objeto, el fenómeno y toda realidad objetivable y; b).- como método,
la observación y la experimentación.
57
De <<homo habilis>> pasa a ser <<homo technologicus>> y, su tecnología llega a ser
símbolo de poder para dominar la naturaleza y al ser humano su propio diseñador y
artífice. Surge entonces la real posibilidad de poder construir o de poder destruir el
mundo. “A partir de ahora y para siempre el hombre convivirá con un riesgo que
amenaza toda su existencia y que no cesa de crecer.”44

El ser humano moderno, evoluciona también en el campo económico teniendo como


móvil el capital y el mercado, surge así un sistema económico capitalista; el ser humano
se metaliza45.

En el campo sociopolítico se mueve organizadamente dentro de los parámetros de la


doctrina moderna del Estado y del derecho46. Políticamente es un ser que busca el poder
para dominar, así se explica el por qué de la lucha entre grupos históricos de poder. En
el ejercicio de la política, funciona una ética donde prevalece la conciencia del
“deber”47.

Desde su racionalidad pone en duda la revelación y la historia de fe y, da paso a la


comprensión de lo que significa “proceso histórico” (R. Guardini). Surge la “Historia en
singular y con mayúscula” como concepto moderno de dominio.48 A través del
paradigma positivista de causa-efecto se explica a sí mismo y de manera racional los
fenómenos, estableciendo múltiples relaciones y conclusiones.

Por todas las posibilidades que desde su libertad tiene para ser y hacer no tiene un
espacio específico donde estar, se vuelve “un apátrida” (R. Guardini). Al tomar
conciencia de sí y, declarándose autosuficiente, no busca sino “conocer para dominar”
(F. Bacon). Tiene un espíritu individualista, explorador, descubridor, conquistador,
aventurero, inventor y colonizador no solamente de la tierra en la que habita sino del
universo49.

44
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 116.
45
“En el aspecto económico, nuestra lengua usa una expresión que me parece extraordinariamente
perspicaz: estar metalizado; el que reduce su vida a ganar y poseer dinero, adquiere su condición, se
convierte en metal, es decir en cosa.”: MARÍAS JULIÁN, Mapa del mundo personal, Alianza, Madrid
1993, p. 69.
46
Entre los legitimadores de la política moderna, encontramos a : Maquiavelo, quien cree que “el fin
justifica los medios” (“El príncipe”); Hobbes y Locke, para quienes la persona es el centro y lugar de la
política; en otra fase: Kant, quien en su reflexión “De la razón teórica a la razón práctica”, asume la
política como respeto de las libertades; Marx, quien cree que el modelo comunista es la solución al
desorden económico y a la explotación.
47
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 57.
48
MOLTMANN JÜRGEN, Dios en la creación, Sígueme, Salamanca 1987, p. 152.
49
Señalamos algunos mega eventos que reflejan al ser humano como explorador y conquistador del
universo:
- 1492, Cristóbal Colón parte del Puerto de Palos en busca de nuevos mundos.
- 21 de Julio de 1969, el éxito de la misión Apolo XI. Armstrong y Aldrin pisaron suelo lunar.
- 1997 la nave Mars Pathfinder aterrizó en la superficie del Planeta Rojo (Marte) para explorarlo, y en
1999 la Mars Global Surveyor traza el primer mapa de la superficie planetaria marciana.
- 2004, Enero 14, Bush presenta el programa espacial. Tienen lugar las misiones “Spirit” y “Opportunity”,
para explorar el Planeta Rojo, cf. El Comercio, Sección Mundo, Ecuador, 26 de Enero del 2004, p. A12.
58
Con los estudios realizados sobre sí mismo, como son la antropología y la psicología,
descubre y asume para sí el concepto de <<personalidad>> volviéndose un ser autónomo
y autosuficiente. Se llega, en la teoría y en la praxis, a establecer un paradigma de
identidad del ser humano y éste se concentra en el concepto formal de <<sujeto>>,
desde entonces el ser humano se identifica como sujeto frente a los demás y frente a las
cosas, sus relaciones de conocimiento ahora se perfilan en la dirección dominante de
sujeto-objeto, se reivindica una conciencia en la que “el hombre es la medida de las
cosas”50.

Los valores que hasta ahora habían sido de carácter objetivo, universal y necesario se
vuelven relativos, pasando a ser central un “ethos de la autenticidad y de la
sinceridad.”51

Con Kant aparece la antropología, es el primero que transita desde la singularidad del
<<yo>> a un cierto concepto universal <<hombre>>. No sin razón Foucault ha definido
que <<el hombre es una pura invención kantiana>>... . Desde luego, Kant no ha dado una
52
respuesta satisfactoria a ese tránsito del yo al hombre.

Confiando en sí mismo, el ser humano, piensa para sí: “como Dios ni la inmortalidad
existen, le está permitido al hombre nuevo transformarse en un hombre-Dios, aunque sea
el único en el mundo que viva de esa manera.”53 Desechando radicalmente el horizonte
de la <<allendidad>> opta radicalmente por la <<aquidad>>, en pocas palabras el ser
humano vive “como si Dios no existiera” (Dostoyevski).

Traemos a colación una parte del diálogo de Ivan Fiodorovich y el Diablo de una de las
clásicas obras de Dostoyevski:

Mi opinión es que no hay que destruir nada, si no es la idea de Dios en el espíritu del
hombre: por ahí hay que comenzar. ¡Oh los ciegos! ¡No comprenden nada! “Una vez que
la humanidad entera profese el ateísmo, y creo que esa época, a imitación de las épocas
geológicas, llegará a su hora, entonces, sin antropofagia, desaparecerá por sí misma la
antigua concepción del mundo, y sobre todo la antigua moral. Los hombres se unirán para
retirar de la vida todas las alegrías posibles, pero únicamente en este mundo. El espíritu
humano se elevará hasta un titánico orgullo y la humanidad será deificada. Triunfante sin
límite de la naturaleza por la ciencia y la energía, el hombre sentirá constantemente por eso
mismo una alegría más intensa que reemplazará por sí las esperanzas y las alegrías
celestiales. Cada uno sabrá que es mortal sin esperanza de resurrección y se resignará a la
54
muerte con un orgullo tranquilo, como un dios.

50
Protágoras de Abdera (485-415 a.C.) enseña el relativismo absoluto tanto del conocimiento como de la
moral, más el pensar y actuar del ser humano moderno, no pocas veces, es la auto-revelación del irracional
sentimiento de poder y de dominio humano evolucionados en la historia.
51
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 66.
52
Se trata del pensamiento crítico de M. Foucault y de J. Gómez Caffarena, recogidos en MAESTRE
AGAPITO, o. c., p. 21-22.
53
El diálogo entre el personaje Ivan Fiodorovich y el Diablo es un contundente reflejo de una antropología
moderna que apunta hacia una libertad ilimitada y a una ética subjetiva, cf. DOSTOYEVSKI FIODOR,
Los hermanos Karamazov, Edaf S. A., Madrid 1998, p. 682.
54
Ibid., p. 681.
59
En palabras de F. Nietzsche, refiriéndose a la muerte de Dios: “Solamente ahora va a
partir la montaña del porvenir humano. Dios ha muerto: ahora queremos nosotros que
viva el superhombre.”55 Al fin, sin Dios se puede apreciar el gran medio día, el triunfo
del ser humano.

El ser humano se convierte en creador y su más grande creación es la <<cultura>>, ésta


es producto de la creatividad y de la libertad del imperio del sujeto y de su intuición
ilimitada y al margen de la trascendencia.

Las distintas áreas del conocer, actuar y crear se regirán según sus propias leyes; se
complementarán unas con otras y surgirá un conjunto de una riqueza y unidad imponentes,
esto es, la <<cultura>>, y en él el hombre encontrará su plenitud.56

Cuando se asume como “creador” inventa maneras para enfrentarse al mundo y hacerlo
suyo, la tecnología es fruto de su inventiva racional que tiene como fin, por una parte,
mejorar la vida misma y, por otra parte, el <<dominio>>.

Los hombres son cada vez más autómatas que fabrican máquinas que actúan como hombres
y producen hombres que funcionan como máquinas; su razón se deteriora a la vez que crece
su inteligencia, dando así lugar a la peligrosa situación de proporcionar al hombre la fuerza
57
material más poderosa sin la sabiduría para emplearla.

Pero, a pesar de todos los triunfos que el ser humano va logrando, pronto le viene la
crisis. Después de desidentificarse a sí mismo y de olvidarse de la trascendencia se
siente navegar en un vacío esencial, he ahí la “angustia existencial”58.

‘La Náusea’ de Sartre, ese asco abominable y metafísico por el sinsentido de la vida; la
angustia, la preocupación de Heidegger ante el problema de la muerte, vuelve una y otra vez
59
en el tiempo que corre entre las dos guerras.

Como siempre sucede en los tiempos de cambios radicales, afloran las capas más profundas
del ser humano. Las emociones primarias -la angustia, la violencia, el deseo de poseer, el
60
rechazo del orden existente- despiertan con mayor vigor.

En una cultura sin valores, contraponiéndose al individuo, al sujeto y a la persona,


aparece el “hombre masa”61, estandarizado y robotizado, como las máquinas,
programado para...; aparece un ser humano sin identidad, anónimo y sin valores, sin

55
NIETZSCHE FRIEDRICH, Así hablaba Zarathustra, Edaf S. A., Madrid 1988, p. 290, acerca del
“Hombre superior”, aforismo 2.
56
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 101.
57
FROMM ERICH, La condición humana actual y otros temas de la vida contemporánea, Paidós,
Barcelona 1991, p. 13.
58
El diario “La náusea” (1938) de Jean Paul Sartre es un reflejo de la angustia existencial del ser humano
moderno.
59
GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 21.
60
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 75.
61
“Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo -en bien o en mal- por razones especiales, sino que se
siente ‘como todo el mundo’, y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los
demás.”: ORTEGA Y GASSET JOSÉ, La rebelión de las masas, edit. Andrés Bello, Santiago de Chile
1996, p. 56.
60
personalidad, “<<hombre sin atributos>>” y, sin embargo, existe un esfuerzo por
rescatarse a sí mismo como persona62.
En este contexto, A. Maestre, además de criticar el racionalismo, nos trae una nota de
Musil, que bien refleja lo que se acaba de sostener.

La época de la razón, aquella que en otro tiempo había conseguido infundir en la


civilización mundial un pathos de igualdad, libertad, progreso y tolerancia, se muestra hoy
arruinada. Las catástrofes políticas, por ejemplo, de nuestro siglo parecen una confirmación
de viejas profecías, que vienen a recordar al hombre sin propiedades, sin atributos, del que
en el año treinta nos hablara Musil, que terminaba disolviendo toda responsabilidad y
comportamiento humano en los estados de cosas. Finalmente <<ha nacido un mundo de
características sin hombres>>.63

Según R. Guardini el ser humano de hoy hace cosas que él mismo no quiere, que no
siente, que no es consciente, que se le escapan sin responsabilidad y, se cuestiona:

Si el hombre es lo que vive, ¿qué será cuando su hacer ya no pueda formar parte de su
vivencia?... ¿qué pasará cuando el hecho carece de toda forma concreta, y se disuelve en
fórmulas y aparatos?
64
Al hombre que así vive lo llamamos hombre <<no-humano>>... .

Para H. U. von Balthasar, “estamos en la era de la acción: el ser humano no sólo


administra su mundo, sino que se administra a sí mismo y hace de sí lo que quiere.”65 Y
en ese hacer “de sí lo que quiere” corre el riego de ganarse o de perderse.

La crisis en la que se debate el ser humano a costa de la exaltación de la diosa razón que
es capaz de producir ciencia y tecnología y, a través de la cual da un salto al progreso y,
por tanto, a la supuesta “felicidad”, es una crisis que toca la estructura más íntima de la
propia identidad humana. Si “En el siglo pasado el problema era que Dios está muerto;
en nuestro siglo el problema es que el hombre está muerto. En el siglo XIX,
inhumanidad significaba crueldad; en el siglo XX significa enajenación esquizoide.”66

Por este camino, silenciosa y hasta inconscientemente y, en el extremo, el hombre, en


nombre de la pura razón, llega a establecer unas relaciones de dominio “racional” y
destructivo para con las diferentes realidades: consigo mismo, con los otros, con la
naturaleza y, con el Trascendente, a esto le llamamos primacía de la sola razón.

4.2.2. La comprensión que el ser humano tiene del mundo


El mundo se descubre y se presenta ilimitado, objeto de investigación del entusiasmo
<<utilitarista>>67 del ser humano. No existen mitos que prejuicien una relación humana

62
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 83-88.
63
MAESTRE AGAPITO, o. c., p. 64.
64
Cf. GUARDINI, ROMANO, o. c., p. 94-95.
65
VON BALTHASAR H. U., Quién es cristiano, Sígueme, Salamanca 2000, p., 12-13.
66
FROMM ERICH, o. c., p. 14.
67
El utilitarismo aparece en el s. XVIII con J. Bentham y D’Alembert, considera la utilidad como
principio de la moral y, se convirtió en una moral acorde con los intereses iniciales del capitalismo
industrial. En el s. XIX, con Spencer y Comte pasa a formar parte de las teorías organicista y positivista.
61
directa de conocimiento exploratorio, el mundo ahora se explica y se comprende desde
las ciencias positivas y mecanicistas.

El pensamiento toma un giro progresista y, se delimita el papel de la fe y de la ciencia:


“Giordano Bruno anuncia en sus turbulentos escritos de filosofía de un mundo infinito e
incluso de un número infinito de mundos. Con ello se plantea la cuestión de la unidad
de significado de lo existente.”68 La cosmología religiosa y la teología abandonan el
mundo dejándolo en manos de las ciencias naturales.

Desaparece el mito de la “naturaleza madre” y sus características sacras para plantearse


otros significados y lecturas: ahora lo natural se entiende como la realidad a explorarse
y como sinónimo de “visto bueno”, de lo real, de lo auténtico.

El mundo cuanto planeta, desmitificado y desacralizado es simplemente “naturaleza” y


es la materia prima de la iniciativa creadora del ser humano. Surge una imagen “real”
del mundo, la tierra es la “aldea global” (McLuhan). Ahora el adjetivo <<mundano>>
ya no es valor despectivo sino sinónimo de mundo cuanto realidad cercana y humana69.

El mundo se convierte en objeto de disputa, recurso de explotación, espacio de dominio,


objeto de consumo y centro de producción y, son las ciencias y las tecnologías las que
inauguran el dominio del ser humano sobre aquél. La tecnología es muchas veces
desencantadora en el modo de apreciar lo natural y la naturaleza70.

Aunque la naturaleza termina siendo una amenaza para el ser humano que con su
audacia y alevosía prepotente la domina y la manipula71, ella no ha dejado de sufrir
silenciosamente los más grandes estragos por ese deseo compulsivo de posesión del ser
humano, es decir, del dominio de la razón irracional. A lo largo de la modernidad la
naturaleza sufre ataques que le han traído consecuencias irreversibles, ahí está por
ejemplo, lo que estos días conocemos como crisis ecológica.

Comprender al mundo y todo lo que él contiene desde las ciencias positivas como objeto
de dominio, de explotación y de consumo, en vez de que éste provoque admiración y
amor por parte del ser humano, es lo que se ha dado en llamar, erróneamente, espíritu
moderno.

68
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 59.
69
VON BALTHASAR H. U., o. c., p. 30, hablando de la secularización del mundo y de la expresión
“<<mundo mundano>> de hoy”, dice que así “suelen decir nuestros teólogos enfáticamente y con sonrisa
cómplice (para que no se piense que expresan una tautología).”
70
¿Qué es mucho mejor y natural: regocijarse con las fotografías de las hermosas playas del pacífico o
realmente encontrarse en las mencionadas costas un fin de semana disfrutando del aroma salado del mar
mientras nuestros pies tocan la fina y caliente arena dorada por el sol tropical?
71
Recuérdese que el átomo siendo la estructura que forma la unidad básica de cualquier elemento se
encuentra en la naturaleza toda y fue, luego de descubierto, usado como elemento destructor y letal en
Hiroshima y Nagasaki. Por inferencia, sostengo que, aproximadamente, desde la década de los treinta -II
Guerra Mundial- hasta hoy, la naturaleza está siendo usada deliberadamente en su propia autodestrucción.
62
4.2.3. La comprensión que el ser humano tiene de Dios
Dios deja de ser el centro tanto del mundo como de la historia humana. El pensamiento
humano ha “evolucionado”, el ser humano ha llegado a su supuesta “mayoría de edad”.
La religión pasa a ocupar un minúsculo espacio en un plano privado o quizá pasa
definitivamente a un segundo plano.

Quienes dan un giro a la religión y su cometido, sobre todo, en occidente, son los
denominados pensadores de la sospecha, así:

- F. Nietzsche, para quien Dios es enajenación de los supremos valores humanos.

- S. Freud, para quien Dios es proyección neurótica o, sencillamente, una revelación de


la inmadurez del hombre.

- K. Marx, quien <<nunca aborda el problema Dios>>, pero sí considera que la


religión es alienación del ser humano en “situación límite” (K. Jaspers) como el
sufrimiento.

Si para F. Nietzsche después de la muerte de Dios sólo queda el superhombre; para


Freud, vencida la neurosis del ser humano, Dios es un mito y; para K. Marx la religión
no es sino el “opio del pueblo”. En este horizonte, pero desde una postura crítica frente
las visiones presentadas, para el freudiano E. Fromm, “La religión se ha convertido en
una cáscara vacía; se ha transformado en un dispositivo que nos ayuda a elevar nuestras
propias fuerzas para lograr el éxito. Dios se convierte en socio del negocio.”72 Así pues,
Dios vive entre críticos radicales, piadosos, utilitaristas, escépticos e indiferentes.

En la modernidad existen diferentes tendencias que reflejan la relación del ser humano
con el Trascendente, así:

- Hay quienes prefieren dar su propio espacio a Dios igual que a las realidades
mundanas, dando origen a la secularización.

- Hay quienes de alguna manera arrinconan a Dios hasta el punto de negarlo dando paso
al secularismo como versión del ateísmo;

- Hay quienes lo niegan directamente, éstos son los gestores del ateísmo;

- Hay quienes no aseveran ni niegan su existencia y son los gestores de un escepticismo


religioso.

Matizando las tendencias mencionadas, Dios es invitado, rechazado, ignorado y


olvidado en muchos banquetes, todo depende de cómo sea comprendido por el ser
humano, así:

72
FROMM ERICH, o. c., p. 12.
63
- Para quienes, supuestamente, han descubierto al ser humano como divino en su
interioridad: Dios no existe.

- Para quienes todavía resultan moverse en el clima “antiguo-medieval”, Dios sigue


siendo como se lo había comprendido: “omnisciente, omnipresente, omnipotente”73,
“Todopoderoso”74, menos amor.

- Para quienes se dicen liberales, Dios es un evento personal, individual y privado. Dios,
por una parte, deja de ser significativo en el foro social y externo, aunque, por otra parte,
en el foro individual e interno llega a ser utilizado dependiendo de las circunstancias. A
guisa de ejemplo y, aunque esto cause risa, existen para Dios diferentes epítetos según el
uso y el usuario, así: dios aspirina, dios milagrero, dios tapagujeros, dios parche, etc.

- Para muchos, Dios llega a ser menos que una necesidad porque lo conciben lejano e
indiferente, impersonal y ausente.

En esto ha influido, entre tantos factores culturales, también, la apologética y la


hermenéutica cristianas de corte tradicionalista que en vez de presentar a un Dios vivo y
amor han buscado a toda costa de trascendentalizarlo dogmatizándolo. Los paradigmas
de comprensión y exégesis, por suerte han cambiado y, por eso la comprensión y la
vivencia de Dios hoy se vive como una experiencia mucho más madura y crítica,
esperanzada y alegre.75

Y, aunque desde hace unas décadas parece ser que notamos un movimiento de regreso a
la Trascendencia por parte del ser humano occidental76, al hecho de que el ser humano
se haya exaltado a sí mismo hasta el punto de proclamar la muerte de Dios y vivir como
si Dios no existiera lo llamamos con A. Gesché el “olvido de Dios” 77.

4.2.4. Consecuencias de esta visión


El ser inteligente poniendo su fe en sí mismo se exalta a sí mismo, niega a Dios y se
enfrenta al mundo y a la naturaleza en términos de dominio. Liberándose de los
supuestos prejuicios morales y religiosos, expresa, entonces, sus más recónditos deseos
mezquinos que se anidan en su pura ambición de poder masculinizado.

73
Son las cualidades divinas que la teología antigua, medieval y contemporánea atribuyen a Dios y, que
asumida como Doctrina de Fe católica se ha reflejado en los textos de enseñanza de doctrina cristiana
(catecismos) de Astete y Ripalda, por ejemplo.
74
Del credo niceno-constantinopolitano, cf. II Concilio Ecuménico, año 381.
75
En este esfuerzo, los métodos exegéticos de la historia y del análisis comparativo de la literatura
bíblica, han sido propuestos y vigorizados por eminentes teólogos protestantes como: O. Cullmann, R.
Bultmann, K. Barth, Gerhard von Rad, entre otros.
76
“Es difícil descubrir una línea unitaria en los movimientos religiosos de nuestro tiempo, a veces tan
opuestos entre sí. ...cuáles son en el fondo los motivos de que se vuelva a tomar en serio al mito y del
descubrimiento de las capas profundas del alma...”: GUARDINI ROMANO, o. c., p. 81; véase también el
riquísimo aporte de MARDONES J. M., Síntomas de un retorno, Sal Terrae, Santander 1999; también
SÁNCHEZ NOGALES JOSÉ LUIS, La nostalgia del eterno, CCS, Madrid 1997.
77
GESCHÉ ADOLPHE, Dios para pensar. II, Sígueme, Salamanca 1997, p. 18: quien en la introducción
al libro mencionado, habla de “un olvido de Dios”, punto de partida para que se quiera “pensar lo más
directamente posible el rostro de Dios” como una respuesta a la crisis de la antropología actual.
64
Ese <<espíritu masculino dominador>> se descarga ilimitadamente sobre la naturaleza
cual si fuera esclava; la tecnología y la ciencia son los instrumentos que respaldan el
dominio humano, habilitándolo para ser un perfecto y compulsivo consumidor.

Es el consumidor eterno; ‘se traga’ bebidas, alimentos, cigarrillos, conferencias, cuadros,


libros, películas; consume todo, engulle todo. El mundo no es más que un enorme objeto
para su apetito: una gran mamadera, una gran manzana, un pecho opulento. El hombre se
78
ha convertido en lactante, eternamente expectante y eternamente frustrado.

En la modernidad la carrera destructora del medio ambiente es vertiginosa y sus


consecuencias son irreparables. El ser humano se convierte en el predador más
despiadado de su espacio vital atentando contra sus propias posibilidades de vida.

El ser humano moderno tiene una visión demasiado grande que le resulta demasiado
pequeña, porque a la vez empobrece su espíritu y desdice de su propia naturaleza. No
tiene tiempo para proyectar las consecuencias porque sólo planea conseguir
<<récords>> y, lo grave es que éstos terminarán con su propia identidad.

Encontramos la prevalencia hegemónica de la razón llevada hasta la cima. La evolución


del conocimiento humano es de corte científico y, por eso, todo se comprende y se
explica a través de su método, el de la experimentación y la comprobación.

En el clima de la modernidad la muerte de la naturaleza y el hambre de miles de


millones de excluidos es el prólogo de la muerte del propio ser humano. Frente a ello
sólo nos queda la esperanza de que el ser inteligente cambie su estilo de vida.

lo que existe, por ser finito, es un riesgo, una aventura, pero también algo valioso y
magnífico que suscita preocupación, responsabilidad, colaboración cordial, todo ello
cargado de misterio: como si lo sólo-finito nos llamara, como si estuviera adviniendo en él
algo inefable que necesitara de nosotros.79

La confianza ilimitada en la razón permite al ser humano, lo siguiente:

- Sentirse rey del mundo.

- Ver a los demás como sus adversarios y servidores para sus egoicos propósitos.

- Dominar la naturaleza a través de su invento tecno-científico hasta tocar los límites de


la extenuación.

- Hacer de la historia humana y de la historia del mundo su propia historia, una historia
unilateral y al margen de Dios, donde la vida se conceptualiza en términos de desarrollo
unilateral y de ciego progreso.

El ser humano moderno ávido de conocimiento y de dominio, pero sin un referente que
le permita comprenderse a sí mismo y al mundo, topa la cumbre de su egolatría;
78
FROMM ERICH, o. c., p. 8.
79
GUARDINI ROMANO, o. c., p. 81.
65
endiosándose a sí mismo cae exhausto bajo el peso de su propio poder limitado y
destructor. Este es “el momento enstático de la inteligencia humana” al que R. Panikkar
hace referencia80.

En este contexto, a la pregunta ¿qué es el hombre?, se responde: <<amo y señor del


mundo>>. Y visto que el hombre es considerado como el centro de todo, a esta visión
la conocemos como, visión antropocéntrica.

ÉPOCA MODERNIDAD

Aproximadamente, va desde los siglos XIV, XV ó XVI hasta


nuestros días.

LA COMPRENSIÓN
QUE EL SER HUMANO
TIENE…
Se considera <<el centro del mundo>>; amo y señor de todo
1.- DE SÍ MISMO cuanto existe.
Considera como un <<objeto de explotación>> y de
2.- DEL MUNDO conquista.
Dios es olvidado y, en el extremo considera que, <<Dios ha
3.- DE DIOS muerto>> (Nietzsche).

5. El ser humano en la Posmodernidad

5.1. Contextualización histórica


Esta época, en el mundo occidental, aproximadamente, empieza en la década de los 60s
y se extiende hasta nuestros días.81 Sin embargo, para comprenderla mejor proponemos
algunos criterios82:

- Desde el horizonte cultural: el fenómeno se presenta complejo y polifacético;


algunos lo califican de “sensibilidad cultural” difícil de evaluar y que viene afectando al
ser humano, aproximadamente desde los años 60s83; el punto de partida bien puede ser la
Revolución Juvenil de mayo del 68, ocurrida en Francia.

- Desde el horizonte industrial: suele señalarse el año 1973, tiempo en el que los
cambios son vertiginosos y provocan incertidumbre y crisis en la fe en el progreso, así:
los avances tecno-científicos en robótica, telemática, cibernética, electrónica e ingeniería
genética; la industria atómica y nuclear; etc.

80
PANIKKAR RAIMON, o. c., p. 42-43.
81
Algunos autores que se pueden consultar: LYOTARD JEAN- FRANÇOIS, La condición posmoderna,
Cátedra, Madrid 2000; FUKUYAMA FRANCIS, El fin de la Historia y el último hombre, Planeta S.A.,
Barcelona 1992; GONZÁLEZ-CARVAJAL LUIS, o. c., p. 151-190.
82
Aquí seguimos a GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 19-28.
83
Ibid., p. 28.
66
- Desde el horizonte económico: puede señalarse la estructuración de los grandes
bloques de mercado que tienen como sistema estructural un liberalismo económico
mejorado: neoliberalismo económico que hoy se comprende como el fenómeno de la
globalización económica.

En el mundo del debate académico, la posmodernidad tiene dos versiones: por una
parte, representa el fin del gran proyecto moderno y, está grávida de todo cuanto no se
pudo cumplir en dicho proyecto (J. F. Lyotard, G. Vattimo)84. Pero también hay
quienes, como J. Habermas, que sostienen que <<la Modernidad no ha concluido>>85.

Sin embargo, todos sabemos que hoy nos encontramos, no ante unos tiempos de cambio
sino ante un cambio de tiempos, en este contexto, la Posmodernidad es una nueva
intuición que promueve un estilo de vida donde el ser humano vuelve a ser el centro,
ahora en clave senso-emocional, propugnando la razón débil y estribando en la
irracionalidad.

Junto a la Posmodernidad, encontramos también la New Age (Nueva Era)86, ésta,


constituye un movimiento con una sensibilidad fascinante y nueva respecto de los
valores humanos, ha dado paso a la expresión y manifestación de plurales
espiritualidades y a una visión holística de la realidad.

La New Age, aunque tiene su raíz en la Modernidad y crece imbricada a la


Posmodernidad tiene una identidad y una naturaleza propias. Es “un movimiento que
surgió ante el colapso de los actuales conceptos sobre el valor y la realidad a que ha
llegado la civilización occidental”, y en este horizonte, por ejemplo, Ítalo Gastaldi lo
entiende como “utopía de la posmodernidad.”87, no así Fuss M., para quien aquélla
“constituye la expresión contemporánea de una espiritualidad ‘vagabunda’, no
propiamente organizada, que surge de la fe moderna en el progreso, irrumpiendo ahora
en el terreno religioso y en la transformación espiritual del hombre con tendencias
sincretistas, evolucionistas, ecológicas y milenaristas”88. Existen otras tantas
importantes visiones cuantos pensadores en la pista del debate se encuentran y, que no
son pocos, pero no distan en extremo de lo que acabamos de expresar.

La Posmodernidad y la Nueva Era están marcadas por un pluralismo radical y una


relativización de todo y, han germinado e impactado con gran fuerza, sobre todo, en los
países del Centro y del Norte, no así en los del Sur donde va llegando de manera
fraccionada gracias a las grandes mega-pistas mediáticas satelizadas.

Estas oleadas de cambio de tiempos y de horizontes existenciales, con sus nuevas e


incitantes sensibilidades, afectan, sobre todo, a las generaciones y culturas jóvenes de las

84
Cf. BERZOSA RAÚL, Hacer teología hoy, San Pablo, Madrid 1994, p. 110-111.
85
Cf., HABERMAS JÜRGEN, El discurso filosófico de la modernidad, Katz, Buenos Aires 2010.
86
Para una comprensión más amplia cf., FRANCK BERNARD, Diccionario de la Nueva Era, evd, Estella
1992 (2).
87
GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 43-53.
88
FUSS M., “Nueva Era”, en: LATOURELLE R. - FISICHELA R. - PIÉ NONOT S., Diccionario de
Teología Fundamental, San Pablo, Madrid 2000 (2), p. 1022-1024.
67
geografías urbanas, porque las encuentran, ó ávidos de experiencias nuevas, con un
espíritu y una psicología cambiantes, vulnerables y frágiles ó, simplemente vacías de
sentido. Reconocemos que esta apreciación, no es radical, porque en los mismos
escenarios, existen también grupos y movimientos socioculturales que, paralelamente,
hacen eco de otras sensibilidades desde la resistencia y la contrapropuesta.
En este horizonte posmoderno algunas de sus características son:

 Rechaza toda conceptualización, lo institucional, lo sistemático y lo doctrinal.

 No cree en las cosmovisiones. Esos grandes sistemas totalizantes que explican la


realidad relacionando no son más que formas lógicas perversas de pensamiento
(científico, filosófico, político) de control y de dominio89.

 Apunta a la inmediatez; no elimina la historia como micro-relato (testimonio);


hace prevalecer el presente y rechaza tanto el pasado como el futuro porque los
niega como tiempos reales de realización.

 Relativiza los valores y propugna un subjetivismo radical, donde sólo valen las
experiencias y decisiones personales subjetivas90.

 El trascendente es entendido como energía atomizada en el universo.

 La naturaleza y el mundo son realidades que se comprenden como seres


misteriosos, con característica pseudopersonales y, con las que el ser humano
está llamado a convivir respetuosamente, buscando un equilibrio en sus
relaciones.

5.2. Comprensión del ser humano en la Posmodernidad

5.2.1. La comprensión que el ser humano tiene de sí mismo


El ser humano que encontramos en la Posmodernidad es el mismo que encontramos en
la Modernidad pero su horizonte, su sentir, su pensar y su hacer están dando un giro que
va del vértice del racionalismo al vértice de la senso-emotividad, el mismo que a veces
pinta de irracional.

El hombre se encuentra con la <<gran desilusión>> de saber que el gran proyecto de la


Modernidad que impulsado por la ciencia apuntaba hacia el progreso indefinido,
propulsado, ciertamente, por el dínamo de la Razón, hoy se desmorona. Quien afianzado en
sí mismo gritó con Descartes “pienso, luego existo” y con Bacon, “conocer para dominar”,
ha construido una pirámide sobre arena; sus mejores sueños y logros hechos realidad, hoy,
son su amenaza y, no pocas veces, en sus momentos lúcidos, se siente morir asfixiado por su
propia sombra.

Para el ser humano posmoderno, la razón que desde el siglo del Iluminismo se
constituyó en “diosa”, hoy es símbolo de fracaso, desencanto y desconfianza. Ella, así

89
J. F. Lyotard es quien contrapone a los “grandes relatos”, los micro-relatos y los fragmentos y, es el
mentor del sin-sentido de la historia.
90
G. Vattimo es el mentor del “pensamiento débil”.
68
como ha sido gestora de los más grandes y plausibles proyectos científicos y de
ponderables adelantos para la humanidad, ha sido también la que ha fraccionado al ser;
ha olvidado que el ser humano es también sentimientos, emociones, instintos y
relación.91

El descubrimiento de la razón ilustrada, autónoma, crítica, empeñada en desvelar mentiras y


supersticiones, en hacer que el hombre mantenga su postura erecta ante las cosas, las
autoridades y tradiciones, flaquea y desfallece ante el predominio de lo funcional e
92
instrumental.

Frente a todo esto, el ser humano posmoderno, del otro lado de la orilla y llenándose de
optimismo, va al rescate de la naturaleza y del mundo, frente al mundo se considera
como <<un ser inteligente y responsable de la vida entre los seres>> de la naturaleza; se
siente hermano y solidario de los demás seres en el mundo y del mundo mismo.

Socialmente, propugna la <<fraternidad universal>>, aunque paradójicamente vive


formando <<ghettos>> y tribus excluyentes. Religiosamente, es muy espiritual pero,
paradójicamente, materialista.

En cuanto a los valores, vive un relativismo y un subjetivismo muchas veces extremos.


Respeto del tiempo, le importa nada más que el presente porque cree que el pasado y el
futuro son formas de vivir fuera de la realidad. El <<estilo relajado y fruitivo de la
vida>> es una fuerza de la filosofía del hombre posmoderno.

Respecto a su pensamiento metafísico, está convencido de lograr una conciencia


universal en la que él llegue a ser parte del todo, pues considera, desde las psicologías
profundas de S. Freud y K. Jung, que en su ser íntimo guarda toda la potencialidad para
la transformación y salvación de sí y del universo.

En este contexto surge también el hombre <<light>> (<<not heavy>>) o de


“pensamiento débil” (Vattimo). Es un ser fraccionado y sin armonía en su personeidad.
Para Í. Gastaldi,

La Pm [Posmodernidad] puso en crisis la pertenencia a realidades que trascienden la propia


esfera personal; fue gestando la aparición del joven ‘light’, un personaje superficial,
inmediatista, lleno de cosas, pero vacío de ideales, incapaz de asumir un compromiso; un
joven que se emborracha de ‘nombres’, pero no perfora el cascarón de la realidad; un joven
saturado quizás, de informaciones yuxtapuestas, pero incapaz de llegar a la unidad.93

91
“Se trata de un desencanto frente al proyecto global de la Modernidad. Desconfianza ante el
racionalismo científico (cientificismo): sólo lleva a un pragmatismo que deja insatisfecho al hombre total.
Desconfianza ante el racionalismo tecnológico que ha creado más problemas de los que ha resuelto: no
acortó la brecha entre la riqueza del Norte y la pobreza del Sur. Desencanto ante el racionalismo
sociopolítico en el que se han desarrollado las ideologías: éstas, de izquierda y de derecha, fracasaron y
aún no asoma una alternativa confiable” (Ibid., p. 23).
92
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA-ISP, Mundo en crisis, fe en crisis, evd, Estella
1996, p. 51.
93
GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 26.
69
Nos encontramos, pues, con un ser humano que está pasando de un extremo, donde el
peso era el de la razón, a otro extremo, donde ahora el peso es de lo senso-emotivo e
irracional. En definitiva “Lo que está en juego es ‘la creencia en la Razón, o por lo
menos la creencia en la fuerza por la cual la Razón se hace presente como técnica y
como principio formal ordenador del mundo’” (Cardoso F. H.)94.

Junto a la Posmodernidad, en la Nueva Era se espera un nuevo ser humano más


espiritual y diluido, un ser que “a la pregunta: ‘¿Quién soy yo?’ pueda responder: ‘Soy
el Universo, soy la Mente Universal’”95. Todo esto no revela sino un panorama en el
que tanto en la teoría como en la praxis el ser humano va proclamando y de manera
radical la desconfianza en la razón, a costa de la cual se va afianzando un nuevo,
diferente y plural ser humano.

5.2.2. La comprensión que el ser humano tiene del mundo


Hoy existe un nuevo espíritu místico y reverencial frente al mundo y a la naturaleza.
Neologismos como ecosofía y ecopatía nos hablan de una nueva espiritualidad, una
espiritualidad ecológica. Ante esta nueva sensibilidad ecológica nos planteamos dos
cuestiones: ¿Se recupera la cosmovisión de la Antigüedad y el Medio Evo? ¿Se puede
hablar de una ley pendular en el trayecto histórico del ser humano?

Para referirse a la naturaleza se vuelve a usar un lenguaje como “Madre naturaleza” o


“Diosa Tierra”; se recupera el concepto de naturaleza como <<casa>>; el mundo se re-
descubre como el espacio vital y único en el que el ser humano desarrolla su vida junto a
la de los demás seres y, por el que profesa un respeto casi “sacro”. El universo y la
naturaleza cobran una vida cuasi personal.

En este contexto, la Nueva Era juega un papel fundamental: “acaba por forjar una
cosmología de carácter mítico. La Tierra (GEA) es toda ella un sistema, un único
organismo vivo y espiritual”96. En este marco cosmovisional el ser humano pasa a ser
un elemento más del universo y la preocupación que surge es por su identidad. “¿Dónde
queda, la libertad humana, fundamento de la responsabilidad y de la dignidad del
hombre? El sujeto, el yo, se disuelve en un ‘tejido de interacciones’ (Frijot Capra )” 97.

Esto sabemos
Todo está conectado
como la sangre que une a la familia…
Lo que le acaece a la tierra,
acaece a los hijos e hijas de la tierra.
El hombre no tejió la trama de la vida;
es una mera hebra de la misma.
Lo que le haga a la trama,
se lo hace a sí mismo.
98
TED PERRY (Inspirado en el Jefe Seattle).

94
DEL VALLE CARLOS, La deuda externa de América Latina, evd, Estella 1992, p. 252.
95
GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 51.
96
Ibid., p. 45.
97
Ibid.
98
CAPRA FRIJOT, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los seres vivos, ANAGRAMA,
Barcelona 1998, p. 13.
70
Se propugna hacia una conciencia y una fraternidad universales: “Hay que cobrar
conciencia ecológica, acabar con los antagonismos, tender puentes en todas direcciones,
interrelacionarlo todo con todo, y evolucionar hacia un ‘holismo’ en que todo se
armonice”99, dicen los posmodernos.

Pues, se trata de recuperar el mundo desencantado por la modernidad; el mundo es


preciso <<re-encantarlo>> es el <<slogan>> de los posmodernos y nuevaeristas, por eso,
a la empresa del rescate de la naturaleza y del mundo se han lanzado múltiples grupos,
movimientos y entidades ecologistas que por su carácter y naturaleza son plurales.

La misión de muchas de estas sociedades ecologistas y <<movimientos verdes>> es


crear conciencia sobre el valor de la vida de/en la naturaleza, sus aportes son
exclusivamente de corte ético y de concienciación a las personas naturales y jurídicas
(gobiernos, estados, transnacionales, empresas, industrias, etc.) para que promuevan
desde el marco político y legal, iniciativas y proyectos que ayuden al equilibrio
ecológico.

A este esfuerzo plural, respetuoso y creativo, que busca reencontrarse con ciertas raíces
místicas y su sentido trascendente desde la mundanidad (lo material y lo finito), con
sesgo de carácter casi divino de la realidad, lo entendemos como el re-encanto del
mundo y de la naturaleza

5.2.3. La comprensión que el ser humano tiene de Dios


Frente a la crisis religiosa y cultural100 del ser humano occidental, encontramos una
nostalgia de lo sagrado y, por eso, un retorno a lo sagrado. En respuesta al espíritu
humano ávido de trascendencia, descubrimos el auge de exóticas tiendas religiosas
donde las ofertas son múltiples y dispares, sin que alguna de ellas no tenga cada vez más
clientelismo.

Ciertamente, lo religioso es connatural al ser humano y; en el transcurso de la historia


ésta connatural e intrínseca predisposición humana ha motivado al ser humano a trazar
plurales caminos de encuentro con el Trascendente así como también a inventar un
sinnúmero de símbolos como expresión de su espíritu religioso. Desde este marco
comprenderemos cómo hoy, la Trascendencia ha sufrido transformaciones en cuanto a la
manera de comprender y de vivir; mencionamos algunas formas de comprender a Dios:

- Dios es una “hipótesis inútil”101. Ni siquiera es hipótesis relativa, simplemente es una


idea que no sirve.

- Dios no es problema: es una posición neutral y es el principio del indiferentismo


religioso posmoderno.

99
GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 49.
100
No puede haber cultura que no tenga rasgos religiosos, como tampoco, puede existir religión que no se
exprese a través de la cultura y que, por tanto, no tenga rasgos culturales. En todas las culturas, la religión
es la que orienta los valores de las mismas.
101
Hacemos referencia al libro de BONÉ ÉDOUARD, ¿Es Dios una hipótesis inútil?, Sal Terrae,
Santander 2000: obra en la que el autor vuelve a retomar el diálogo Fe-Ciencia, en clave actual.
71
- Dios es el <<alma del universo>>, << todo es uno>>, no existen diferencias.

- Existe un <<panteón>> que tiene como divinidades a ídolos efímeros y a la vez casi
omnipotentes: los nuevos dioses de perfil pagano. Estos dioses sin rostro pueden
encontrarse y entenderse sólo desde la magia, la superstición, el esoterismo, las falsadas
prácticas de ejercicios de concentración y meditación orientales, el cine, la música, el
deporte, el sexo, la droga, la ecología...102.

El hombre posmoderno es un ser con un mapa que contiene un sinnúmero de dioses, muchos
de ellos inmanentes y finitos, sin trascendencia. Su frágil religiosidad da paso a un
religiosismo festivo, folclórico y de compromiso socio-cultural, muchos de sus ritos y
celebraciones religiosas son vacías de trascendencia pero llenas de derroche y apariencia.
Es un ser que buscando trascendencia en la sola y pura inmanencia termina negándose a sí
mismo.

Muchas de las veces, en Occidente, se está comercializando como folklor signos y


símbolos sagrados de las religiones de Oriente.

De manera global, dos son las formas de comprender a Dios en el confuso horizonte
posmoderno103 y nuevaerista104:

a).- La relatividad de lo divino y de lo religioso, donde Dios es cualquier cosa,


menos un ser personal.

un dios pagano, impersonal y tan poliformo que incluso puede ser demoníaco...
En la Pm no solo retorna ese ‘dios’, sino también los brujos: ciencias ocultas, sectas
destructoras, soluciones mesiánicas, carismáticas, fanáticas, apocalípticas... ‘Dios hizo al
hombre a su imagen y semejanza -decía Voltaire- y el hombre le devolvió con la misma
moneda’, es decir proyectó, en él las preocupaciones, deseos y aspiraciones de la sociedad y
105
la cultura en que vive.

b).- La totalización de todo en un neo panteísmo: surge, entonces, un dios


atomizado en el universo. “La materia es una gran vibración energética espiritual que va
transformando todo el mundo: todo lo conecta inconscientemente y todo lo dirige hacia
un fin más alto y sublime.”106

La única identidad en la que las demás identidades se fusionan es pangea: organismo


vivo y espiritual único. En cuanto a las religiones, los posmodernos, pero sobre todo, los
nuevaeristas, sostienen que ellas podrían jugar un papel fundamental, podrían
reconciliarse “en un misticismo panteísta de sabor oriental.”107 A esto es lo que
llamamos sincretismo religioso, esto es, un cóctel de lo mejor de cada religión.

102
Cf. GÓMEZ PÉREZ RAFAEL, Los nuevos dioses, RIALP, S.A., Madrid 1986.
103
Cf. GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 43-53
104
Ibid., p. 54-59.
105
Ibid., p. 54-55.
106
TERRÍN ALDO, “Despertar religioso: Nuevas formas de religiosidad”, en Selecciones Teológicas,
No. 126, Vol. 32, Abril-Junio, Barcelona 1993, p. 133.
107
Cf. GASTALDI ÍTALO, Educar y evangelizar en la posmodernidad, o. c., p. 47. El subrayado es del
autor y, está retomando el pensamiento de M. Fergusson.
72
El sentir religioso es, pues, polifacético: “Coexisten, hoy, una secularización avanzada
con una nuevo resurgir de lo religioso, desde sus formas paganas hasta las
manifestaciones del conservadurismo integrista y del fanatismo”108. Encontramos, sin
lugar a dudas, “síntomas de un retorno”109 que nos recuerdan que la cuestión por la
Trascendencia en el ser humano actual está latente, ella marca un ritmo de avidez y se
presenta de modos y formas diferentes.

Como vemos, el clima posmoderno, animado por la espiritualidad nuevaerista, elimina


el concepto del <<Dios personal y creador>> y apunta más bien y con fuerza hacia un
Dios atomizado en el universo.

5.2.4. Consecuencias de esta visión


Da la impresión que nos encontramos ante un movimiento pendular: parece ser que el
ser humano, reconociendo sus errores pasados, ahora quiere re-significar su identidad y
a la vez re-establecer sus relaciones consigo mismo, con el mundo y con el
Trascendente.

En el plano religioso, si para el pensamiento posmoderno y nuevaerista la materia es de


carácter al parecer divino y, en el extremo, Dios se manifiesta como energía atomizada
en el universo ¿no están estribando acaso en un neo-panteísmo? De ser así, ¿tiene
todavía un lugar en el cosmos religioso posmoderno y nuevaerista el Dios Padre de Jesús
o, el Dios Trinitario de Jesucristo? Para ellos no existe un Dios personal y Jesús el
Cristo no es más que un hombre excepcional.

En el plano antropológico, si el ser humano es comparable con un ser más entre los seres
¿se niega acaso el carácter personal y racional del ser humano en medio de la creación?
Si el ser humano, a través de la ciencia y la fraternidad universales, es capaz de salvarse
a sí mismo ¿qué sentido tiene hablar de Salvación como Gracia?

En el plano cosmológico, frente a la crisis ecológica, el ser humano, haciendo conciencia


que del nivel de salud de la naturaleza depende su nivel de vida, aúna esfuerzos para
recuperar la estabilidad del sistema natural. En este marco y desde el ángulo religioso
del <<retorno a lo sagrado>>, encontramos un lenguaje simbólico muy significativo con
el que se denomina a la tierra y a la naturaleza, así:

- Madre Tierra /Madre Naturaleza.- Expresión cargada de un significado relacional y


místico que revela que la vida en sus diferentes y plurales expresiones se sustenta
también en la naturaleza y en Gea. <<Pachamama>> es la expresión de los pueblos
quichuas/quechuas de los Andes (Ecuador, Perú, Bolivia) y, denota una relación
creatural de parte del ser humano autóctono respecto de la Tierra. El peligro de esta

108
Ibid., p. 27.
109
Nos referimos a un excelente trabajo, de J. Mardones, donde el autor pone en claro “que quien retorna
realmente no es la religión, que nunca se marchó, sino que vuelve el interés de la filosofía por ella”, y lo
hace desde el horizonte de pensadores de altura como Vattimo, Trías, Derrida, Levinas y Habermas, sin
desentenderse del aporte y de los retos del cristianismo en el contexto Fe y Razón. Cf. MARDONES J.
M., o. c.
73
concepción es la radicalización de la pura inmanencia y la geotralización, negando la
dimensión fundante de toda realidad, la Trascendencia.

- Naturaleza como ecumene.- Es una categoría que significa casa y, por eso, espacio
familiar en el que la vida de los seres evoluciona con equilibrio y armonía.

- “El mundo como cuerpo de Dios”.- Enunciado manejado por Sallie MacFague, con el
que intenta expresar el amor salvífico de Dios, usando un lenguaje teológico heurístico y
metafórico –como dice ella– con el peligro –como bien lo reconoce– de reducir a Dios a
la contingencia, y el de no poder enfrentar el problema del mal (Teodicea)110.

Ciertas construcciones cuasi poéticas suenan bien pero son incoherentes; el peligro
posmoderno y nuevaerista de pensar al mundo y a la naturaleza como realidades con
rasgos pseudopersonales y sacros, lleva por de pronto, a dos consecuencias: a).- a la
reducción del ser humano y de Dios y; b).- a la idolatrización de la realidades finitas,
cerrando las puertas al futuro y al Trascendente.

El ser humano posmoderno, tiene una pretensión de una visión totalizadora, negando
con ello las diferencias objetivas entre los seres vivos y las realidades como Dios,
Hombre y Mundo; encontramos pues, un nivel de conocimiento sincrético.

En este contexto, a la pregunta ¿qué es el hombre?, se responde: <<parte de un


todo>>. Y visto que ni el Hombre, ni Dios, ni el Mundo ostentan el centro de todo, sino
que todo es uno y uno es todo, a esta visión la conocemos como, visión holocéntrica.

ÉPOCA POSMODERNIDAD

Aproximadamente, empieza en la década de los 60s y se


extiende hasta nuestros días.

LA COMPRENSIÓN
QUE EL SER HUMANO
TIENE…
Se considera como un <<ser senso-emotivo>> y termina
1.- DE SÍ MISMO rayando en la irracionalidad.
Considera como <<un ser vivo con el que hay que convivir
2.- DEL MUNDO equilibradamente>>, hasta el punto que llega a pseudo-
personalizarlo.
Dios es comprendido como <<energía atomizada en el
3.- DE DIOS universo>>.

110
Véase toda la postura de la autora respecto del “mundo como cuerpo de Dios”, en: MCFAGUE
SALLIE, Modelos de Dios, Sal Terrae, Santander 1994, p. 126-139.
74
CUADRO DE SÍNTESIS DE LOS CONTENIDOS
Hasta aquí hemos visto lo siguiente:

1.- Que las raíces del ser humano como problema se encuentran en el asombro, la
inseguridad, la frustración y el miedo, situaciones que al final lo revelan como ser de
trascendencia, por tanto llamado a construir el sentido de su vida.

2.- Que el ser humano en la Antigüedad, se comprende a sí mismo como un ser entre los
seres; al mundo y a la naturaleza como realidades sagradas y; a Dios como un ser que
esta en el mundo sin ser del mundo.

3.- Que el ser humano en el Medio Evo se comprende a sí mismo como “imagen y
semejanza de Dios”; al mundo y a la naturaleza como creación de Dios y; a Dios como
el Creador de todo.

4.- Que el ser humano en la Modernidad se comprende a sí mismo como el señor del
universo; al mundo y a la naturaleza como objeto de explotación y; a Dios como un ser
inventado.

5.- Que el ser humano en la Posmodernidad se comprende a sí mismo como un <<ser


entre los seres>>; al mundo y a la naturaleza como su casa y; a Dios como <<energía
atomizada en el universo>>.

GUIÓN DE AUTO-EVALUACIÓN
1.- ¿Cuáles son las raíces del ser humano como problema?
2.- ¿De qué siglos a qué siglos, aproximadamente, se extiende la Antigüedad?
3.- ¿Cómo se comprende a sí mismo, cómo comprende al mundo y cómo comprende a
Dios el ser humano de la Antigüedad?
4.- ¿De qué siglos a qué siglos, aproximadamente, se extiende el Medio Evo?
5.- ¿Cómo se comprende a sí mismo, cómo comprende al mundo y cómo comprende a
Dios el ser humano del Medio Evo?
6.- ¿De qué siglos a qué años, aproximadamente, se extiende la Modernidad?
7.- ¿Cómo se comprende a sí mismo, cómo comprende al mundo y cómo comprende a
Dios el ser humano de la Modernidad?
8.- ¿De qué tiempo a qué tiempo, aproximadamente, se extiende la Posmodernidad?
9.- ¿Cómo se comprende a sí mismo, cómo comprende al mundo y cómo comprende a
Dios el ser humano de la Posmodernidad?

75
PISTAS DE REFLEXIÓN
1.- Texto de lectura:

El siguiente cuadro, incluye de modo breve, las características del ser humano moderno
así como también del ser humano posmoderno.

EL HOMBRE MODERNO EL HOMBRE POSMODERNO

- Es racionalista, por eso su método será el de la - Es subjetivista: el yo con sus afectos y


experimentación y comprobación. emociones es lo más importante.
- O es ateo de nombre, porque <<vive como si - Es relativista, le importa un bledo los valores;
Dios existiera>>; o es ateo práctico, porque <<vive cada quien tiene su verdad. No hay verdad
como si Dios no existiera>> (Dostoyevski); o es un objetiva, ni universal, ni necesaria.
creyente clásico de esos que van a misa todos los - Es presentista, para él no existe el pasado ni el
domingos aunque de todas maneras en la práctica futuro, sólo el presente.
resulte ser un hipócrita. - Rechaza rotundamente las leyes y las normas.
- Vive, tanto personal como socialmente, La norma es él mismo. Valora mucho su propia
respetando las leyes y las normas. conciencia.
- Muchas veces utiliza a Dios para sus - Vive con toda intensidad cada una de sus
conveniencias. experiencias y, éstas tienen el carácter de ser
- Busca la felicidad en el dinero, en el placer y en personales, llegando al individualismo e intimismo.
los poderes sociopolíticos. - Dios no es problema, pues es indiferente.
- Cree ciegamente en todo aquello que esté avalado - Busca la felicidad en pequeñeces y en detalles
por la ciencia positiva. que muchas veces resultan ser efímeros.
- Tiene puesta su confianza en sí mismo y cree en
los testimonios evidentes.

 Comenta el significado y el alcance de los contenidos del cuadro, teniendo en


cuenta las siguientes preguntas:

a).- ¿Cuáles crees que son las fortalezas del ser humano moderno y cuáles, las del ser
humano posmoderno, comparativamente hablando? Realiza un cuadro comparativo.

b).- ¿Cuáles crees que son las debilidades del ser humano moderno y cuáles, las del ser
humano posmoderno, comparativamente hablando? Realiza un cuadro comparativo.

c).- ¿Te asumes como un ser humano moderno o posmoderno? ¿Por qué? Argumenta
tu posición.

2.- Texto de lectura:


La <<gente light>> tiene como ejes existenciales la libertad sin límites, el placer y el
consumismo. Es gente sin sustancia, superficial y sin valores, llena de cosas y vacía de
sentido; se parecen a esas cosas especiales que saben a “nada”, por ejemplo: cerveza sin
alcohol, azúcar sin glucosa, cigarrillo sin nicotina, café descafeinado, leche descremada,
comidas sin calorías.

76
Todo lo quieren probar, experimentar y sentir. Buscan de experimentar el máximo placer y
sin el menor esfuerzo posible, así:

- si se trata de ser creativos creen que es de locos intentar algo diferente.


- si se trata de pensar, creen que es perder el tiempo y quemar neuronas estérilmente.
- si se trata de programar, es mejor no perder energía, pues ya todo está programado.

En fin, ellos creen que ya no queda nada por descubrirse, explorarse, conocerse,
experimentarse, definirse, construirse y equivocarse, en este contexto no queda sino un
minúsculo esfuerzo: aprovecharse de lo que ya existe, sin embargo, se contradicen, cuando
dicen que “van a hacer el amor", olvidan que el amor no se hace sino que existe y que se lo
vive.

Son gente de apariencias, viven pegados a los cristales de los mega-centros comerciales,
consumen imágenes, ideas y colores. Son los habitantes virtuales del nuevo milenio. Son
seres demasiado meticulosos, rayando en la exageración cuando se trata del cuidado de su
imagen corporal y de su estética, la misma que es más exterior que interior, lo que importa
es estar bien y sentirse bien, sustituyen así la ética con la estética.

Para ellos-as no existen las opciones fundamentales y, si existen no son más que ridículas
utopías a las que por ser inalcanzables no se puede prestar atención. La reflexión, el
discernimiento y la crítica, según ellos no tienen sentido, si lo que importa es solamente
vivir al ritmo de la naturaleza.

Conciben peligrosamente como bueno todo lo nuevo, porque lo nuevo sugiere experiencias
gratificantes que invitan al pleno goce. Para ellos-as la “única” y “verdadera”
(contradicción) norma de vida (individual, porque no conoce el valor de la comunitariedad
aunque se jactan de ello), es la liberada o libertina praxis sin ética.

Para ellos-as es importante y gratificante el tener experiencias placenteras, una manera de


liberarse de la fatiga y de la enfermedad de moda: el “stress”. Tienen experiencias,
<<slogans>> y lenguajes que no sólo reflejan sino que encarnan “personajes” con un estilo
de vida mediática, nómade y relajada que roza muchas veces con la mediocridad, el
<<quemimportismo>>, la violencia y la irracionalidad.

 Comenta el significado y el alcance de los contenidos del texto sugerido,


teniendo en cuenta las siguientes preguntas:

a).- ¿Cuáles crees que son las fuerzas y las debilidades que se encuentran en el perfil de
la <<gente light>>? Realiza un cuadro en el que presentes de modo paralelo las
fuerzas y las debilidades.

b).- Teniendo como referente el texto de lectura, grafica-dibuja de modo detallado el


perfil de una persona <<light>>.

3.- Se dice que en la Antigüedad prevalece una Visión Cosmocéntrica, en el Medio Evo
una Visión Teocéntrica, en la Modernidad una Visión Antropocéntrica y en el
Posmodernidad una Visión Holocéntrica.

 En este contexto, argumenta tus respuestas a las siguientes preguntas:

a).- ¿Cuál es el significado y el alcance de cada una de las Visiones mencionadas?


77
b).- ¿Cuál es la Visión que hoy prevalece en la civilización occidental? ¿Por qué?

c).- ¿Cuál es la Visión que prevalece en el contexto en el que vives? ¿Por qué?

4.- Según F. H. Cardoso, en la Posmodernidad “Lo que está en juego es ‘la creencia en
la Razón, o por lo menos la creencia en la fuerza por la cual la Razón se hace presente
como técnica y como principio formal ordenador del mundo’” (Cf. nota 94).

 Comenta, ¿qué significa que está en juego “la creencia en la fuerza por la cual
la Razón se hace presente como técnica y como principio formal ordenador del
mundo”?

5.- Se dijo que “El ser humano que encontramos en la Posmodernidad es el mismo que
encontramos en la Modernidad pero su horizonte, su sentir, su pensar y su hacer están
dando un giro que va del vértice del racionalismo al vértice de la senso-emotividad, el
mismo que a veces pinta de irracional.

 Comenta, ¿cuál es el peligro de que el ser humano pase “del vértice del
racionalismo al vértice de la senso-emotividad”?

78

Anda mungkin juga menyukai