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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA

DE LOS ANDES

FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AMBIENTAL Y RECURSOS NATURALES

CURSO: Economía Ambiental y Recursos Naturales

DOCENTE: Dr. Mauricio Raúl Escalante Cárdenas

TEMA: Métodos para estimar el valor económico del medio Ambiente

INTEGRANTES: Manuel Mamani de la Torre


Percy Arriola Hurtado

ABANCAY- APURÍMAC
Dedicatoria
A mi madre que siempre está ahí para apoyarme en los
aspectos académicos, y así influyendo en mi correcta
formación educativa aportando así a la sociedad y mi
casa de estudios
INTRODUCCION

El valor económico del medio ambiente constituye un marco de análisis susceptible de ser
utilizado con la finalidad empírica, sin embargo, desde el punto de vista empírico, es
preciso cuantificar y demostrar que estos conceptos son medibles a partir de las
observaciones de la realidad ambiental, de esta forma, los valores económicos, una vez
cuantificados, pueden ser utilizados en la adopción de decisiones de política ambiental y en
las asignaciones de recursos económicos que impliquen costes ambientales.
El desarrollo de métodos de medición empírica del valor económico para los bienes
públicos ambientales han supuesto un reto para las ciencias económicas, pues en un
principio se pensaba que los valores ambientales no eran susceptibles de medición
empírica, y por tanto, representaban tan solo un concepto teórico, por un lado, no existen
mercados para este tipo de bienes, con lo que no es posible observar precios y cantidades a
partir de la cuales inferir los excedentes de los agentes económicos. Por otra parte, se suele
tratar los bienes colectivos o públicos, lo cual plantea un problema de revelación.
De preferencias, como menciono en los fallos del mercado y el medio ambiente. Pero en las
últimas décadas los investigadores han venido dando respuesta a este reto, hasta el punto de
que hoy en día se cuenta con una panoplia de métodos de valoración del medio ambiente
que permite obtener los valores monetarios de un número amplio de características y
recursos ambientales.
De esta forma, a través de los métodos de valoración económica se puede obtener una
cuantificación del excedente consumidor derivado de las variaciones en la calidad de los
bienes ambientales, cuyo valor se puede contraponer al coste marginal, para determinar el
nivel socialmente óptimo de la calidad ambiental
MARCO TEORICO
1. OBJETIVOS
Estudiar las diferentes metodologías existentes para la valoración económica ambiental.
1.2 Objetivos específicos
 Conocer los objetivos propuestos por cada metodología para la valoración
ambiental.
 Reconocer los supuestos de cada metodología a conocer.
 Comprender el modelo de las metodologías para la valoración ambiental.
 Identificar cual es la metodología apropiada para valorar un bien ambiental
determinado.

2. LA VALORACION ECONOMICA COMO HERRAMIENTA DE GESTION


AMBIENTAL
Las decisiones de política que tienen como objetivo su mejoramiento del bienestar de la
sociedad no se pueden tomar con base solamente en argumentos de tipo cualitativo. Resulta
necesario contar con evidencia cuantitativa que permita sustentar objetivamente esas
decisiones de política.
En este orden de ideas, los beneficios potenciales de las políticas y de las inversiones
ambientales tienen que cuantificarse para poder justificar los costos asociados a su
implementación.
Cuando se trata de políticas y proyectos ambientales, la estimación cuantitativa de los
beneficios no es siempre un asunto trivial. Esto por cuanto a muchos de esos beneficios el
mercado no les asigna un precio que permita su fácil cuantificación. Es por eso que resulta
necesario contar con técnicas especiales para adelantar la valoración económica de los
bienes ambientales y de los flujos de servicios que ellos generen, complementariamente.
Si los beneficios ambientales y los costos se ubican en el tiempo, entonces finalmente
resultara posible tener una medida del valor presente neto de las ganancias que una política
o proyecto ambiental generaría a la sociedad en términos de bienestar económico. Las
metodologías de valoración económica de bienes y servicios ambientales resultan ser, en
consecuencia, poderosas herramientas para el diseño de las políticas y para los procesos de
priorización del gasto público: permiten comparar objetiva y cuantitativamente unas
políticas y proyectos con otros desde el punto de vista de los beneficios sociales netos que
ellas puedan generar.
Teniendo en cuenta lo anterior, corresponde a las entidades y empresas con
responsabilidades públicas en materia ambiental incorporar herramientas que les permitan
hacer, de manera cuantitativa y objetiva, la evaluación de sus inversiones. Esto con el
objetivo de mejorar la calidad de sus decisiones, y de contar con sólidos argumentos a la
hora de defenderlas ante la opinión pública y las entidades encargadas del control político y
de la gestión.
3. METODOS DE LA VALORACION DE LA CALIDAD AMBIENTAL
Los métodos que el análisis económico proporciona para la valoración del medio ambiente
buscan descubrir qué importancia concede la persona a las funciones que éste desempeña.
El problema estriba en que, normalmente, y dado el hecho de que estos bienes o muchas de
sus funciones, carecen de mercado, la persona no revela explícitamente lo que para ella
significa el acceso a sus servicios. Ha de buscarse, por tanto, algún camino que descubra
este valor. Una primera posibilidad aparece cuando se constata que mucho de los bienes o
servicios ambientales se combinan con otros bienes, normales y corriente, para producir
determinados bienes y servicios o para generar directamente un flujo de utilidad. A partir
de esta base es posible analizar como revelan las personas su valoración de los bienes
ambientales, estudiando su comportamiento en los mercados reales de los bienes con los
que están relacionados.

(Preferencias reveladas): ésta será la posibilidad en la que se apoyarán los llamados


métodos indirectos de valoración, que se analizarán en este epígrafe. Cuando es imposible
establecer este tipo de vínculos, el analista no tiene más remedio que acudir a los métodos
directos que se analizarán a continuación, y que se basan en lo que las personas afirma al
respecto (preferencias declaradas). En cualquier caso, los métodos directos de
valoración pueden aplicarse en cualquier contexto, así que su utilización no está
restringida a esta ausencia de relación. Los métodos indirectos se apoyan, como decimos,
en las relaciones que se establecen en las funciones de producción, bien sea de bienes y
servicios, bien sea de utilidad, entre los bienes o servicios ambientales objeto de
valoración, y bienes, servicios o in- sumos productivos que se adquieren en el mercado.
Estas relaciones, como es obvio,
Pueden ser de dos tipos:
 Relaciones de complementariedad, que se establecen cuando el disfrute
de los bienes ambientales, o de sus servicios, requiere o se ve potenciado
por el con- sumo de bienes privados. Por ejemplo, para disfrutar de la
observación de las tortugas galápagos en su medio natural, se necesita
un pasaje aéreo o marítimo. El método de los precios hedónicos y el
método del coste de viaje se apoyan en este tipo de relaciones.
 Relaciones de sustituibilidad, que aparecen cuando los bienes
ambientales entran en la función de producción de bienes y servicios, o
de utilidad, junto con otros insumos que pueden ser adquiridos en el
mercado, y que podrían reemplazarlos en estas funciones. Por ejemplo:
el agua que proporciona un río con una determinada calidad, y que
utiliza una empresa de abastecimiento urbano, puede ser tratada con una
serie de técnicas de depuración (que tienen un coste que viene dado, al
menos parcialmente, por el mercado), cuando por las razones que sean
su calidad se deteriora. El método de los costes de reposición, y los
métodos basados en la función de producción, se basan en este tipo
de relaciones.
4. EL METODO BASADO EN LOS COSTES DE REPOSICION
Como su nombre indica, este método consiste simplemente en calcular los costes
necesarios para reponer a su estado original todos aquellos activos afectados
negativamente por un cambio en la calidad de un recurso natural o ambiental. Este modo
suele ser el preferido en la normativa relativa a la Declaración de Impacto Ambiental. Sin
embargo, desde el punto de vista de la eficiencia, deja algo que desear, ya que no permite a
todos los afectados elegir su combinación preferida de atributos ambientales y bienes
privados. En efecto, los bienes privados. En efecto, los bienes privados y los no privados,
suelen estar constituidos por un conjunto de características que no solo diferencia a unos de
otros sino que explican parcialmente su precio, como se tendrá ocasión de comprobar
cuando se aborde el estudio del “método de precios hedónicos”. Un automóvil por
ejemplo, se diferencia de otro en una gran cantidad de atributos: potencia consumo,
seguridad, capacidad, aspecto exterior, años de vida, etc. Normalmente su precio es una
función de todas estas características. Cuando, no suele ser el caso, el mercado ofrece una
gama limitada de opciones al consumidor, este puede escoger, salvo incurriendo en unos
costes de búsqueda prohibitivos, la combinación exacta de características que desearía, por
lo que opta por situarse en el punto más cercano al optimo a su alcance. Cuando, con el
paso del tiempo, el bien va modificando sus características, los costes de búsqueda, a los
que ahora se añaden los de transacción (vender un coche y comprar otro no son
operaciones gratuitas), pueden llevar a que este alejamiento del óptimo se acentúe.
Llegados a este punto, el método de los costes de reposición puede ofrecer una
información incorrecta sobre el valor de determinados atributos ambientales. Podría
recomendarse, por ejemplo, aproximar los costes ambientales que supone la contaminación
acústica generada por la ampliación de un aeropuerto, mediante el cómputo de los costes
de insonorización de las viviendas afectadas. Pasemos por alto que ésta será, en cualquier
caso, una medida incompleta: estas inversiones no cubren del ruido a las personas que
quieren disfrutar de su jardín, pasear con sus hijos de camino al colegio o abrir las ventanas
cuando el calor del verano aprieta. Supongamos, sin embargo, que la medida es perfecta: la
insonorización deja las cosas exactamente igual que estaban antes de la ampliación del
aeropuerto. ¿Serían los costes de la misma una buena medida de la pérdida de bienestar
que experimentan las personas afectadas? No es fácil dar una respuesta in- equívoca a esta
pregunta:

 Por un lado, los costes de reposición indican el esfuerzo necesario para


recuperar el valor integral de un bien que se había perdido: la sociedad
recobra el valor íntegro del activo que se había visto perjudicado por la
pérdida de calidad ambiental. La actividad responsable del deterioro
ambiental generó una pérdida de valor económico que se podría medir
analizando el coste de las inversiones necesarias para neutralizarla.

5. METODOS BASADOS EN LA FUNCION DE PRODUCCION

En este segundo caso se produce, de nuevo, una relación de sustituibilidad entre deter-
minados bienes ambientales y algunos bienes privados que tienen un precio de merca- do,
sólo que, ahora, se permite que la persona o empresa afectada reaccione libremente ante el
cambio producido, e informe de esa manera de lo que para ella supone. En otras palabras,
el bien ambiental forma parte de una determinada función de producción, y el analista
observa la reacción de los afectados ante un cambio en este último. Puede presentarse este
caso en dos contextos distintos:
 Función de producción de bienes y servicios. El aire, o el agua, aparecen
como insumos en la función de producción de muchos bienes. La
productividad de la tierra agrícola, por ejemplo, depende de la calidad
del aire que se encuentra sobre ella: una concentración excesiva de
ozono troposférico puede dar al tras- te con la cosecha.
 Función de producción de utilidad. La calidad del agua no sólo entra
directa- mente en la función de utilidad de una persona (aprecia su sabor
al consumirla), sino que también influye en toro elementos que forman
parte de este bienestar: su salud. Suponga que las autoridades sanitarias
llevaran a cabo una campaña de flouracion de agua corriente para
combatir la incidencia de caries entre la población infantil: la función de
producción de salud se vería afectada positivamente, con el consiguiente
aumento en el nivel de bienestar de las personas afectadas.

Cualquier cambio que se produzca en la capacidad del recurso natural considerado para
seguir desempeñando sus funciones, podría computarse calculando el valor presente neto
del flujo de servicios perdido para los agentes afectados. Una primera posibilidad podría
consistir en calcular el rendimiento de una determinada actividad productiva, por ejemplo,
bajo unas condiciones ambientales dadas, y compararlo con el rendimiento de esa misma
actividad cuando cambian: comparar el rendimiento neto de una parcela dedicada al cultivo
de maíz bajo dos concentraciones de ozono diferentes. La diferencia que un incremento de
la contaminación supondría, por ejemplo, sería un exponente del valor de la pérdida de
bienestar que, por este concepto, se deriva del deterioro de la calidad ambiental. Bastaría
con aplicar las denominadas funciones dosis-respuesta, que vinculan el nivel de una
variable objeto de estudio (la respuesta) con el que tiene una variable ambiental (dosis),
para obtener el valor bus- cado. Proceder de esta forma, sin embargo, encontraría dos tipos
de dificultades de muy distinto signo:
 En primer lugar, el desconocimiento de una gran parte de las funciones dosis-
respuesta relevante (que cuantifican el impacto sobre los distintos receptores), a lo
que se añadiría el problema de establecer en muchos casos la necesaria vinculación
causa-efecto: fundamental en el terreno de los impactos sobre la salud, por ejemplo.
 En segundo lugar, es probable que los afectados no sean sólo los directamente
perjudicados o beneficiados en primera instancia. Cuando el agente primera- mente
afectada no toma ningún tipo de medida ante el cambio surgido, en ocasiones, el
perjuicio se reparte también con los consumidores: un vertido de efluentes
contamina el agua, reduciendo la capacidad de producción piscícola del río y
elevando el precio del pescado en el mercado local, con la consiguiente pérdida del
excedente de los consumidores. El consumidor que, ante la pérdida de calidad del
agua potable, no tiene más remedio que adquirir agua mineral, puede generar un
beneficio extraordinario a los propietarios de la planta embotelladora.
Alternativamente, el agente afectado puede tomar una serie de medidas defensivas,
que intentan recuperar la productividad de sus recursos. Ante un aumento de la
contaminación atmosférica, el agricultor afectado podría modificar la composición
de cultivos o intensificar la utilización de otros insumos, intentando con ello
mantener la productividad de su tierra. Al actuar de esta forma, es probable que
afecte al bienestar de los consumidores (cambio de precios al variar la oferta); al de
los productores de otros insumos (al aumentar la demanda); al de sus competidores
(mayor demanda por sus productos), etc. Finalmente, como el cambio en la calidad
ambiental modifica la renta de la persona afectada, también es probable que ello se
refleje en una modificación del consumo de los otros bienes, lo que termina de
complicar sustancialmente un análisis operativamente complejo: al fin y al cabo, el
valor del cambio ambiental viene identificado como la suma de todas estas
variaciones.

Normalmente, el analista observará una combinación de las tres situaciones con- templadas
(el afectado escogerá la combinación óptima), y un reparto del impacto entre productores,
consumidores y productores de bienes competitivos y complementarios. Por ello, si lo que
se pretende no es tanto descubrir la pérdida de bienestar de los perjudicados, sino la
pérdida de valor económico experimentada por la sociedad debido a la degradación de un
determinado bien ambiental, probablemente resulte más operativo comenzar por aplicar las
correspondientes funciones dosis-respuesta a las funciones de producción afectadas, y
calcular de esta forma la pérdida de recursos reales que ello supone.

6. METODOS DE VALORACION ECONOMICA AMBIENTAL


ENFOQUE DEL VALOR ECONÓMICO TOTAL (VET)
La teoría del valor económico (VET) asigna valor económico a todo lo que pueda ser
utilidad de las personas. Se trata de un enfoque antropocéntrico: lo que no es útil para
nadie, no tiene valor económico
Una dificultad sustancial con la que se topa la economía ambiental al encarar la valoración
del medio ambiente es definir quién le da valor al mismo, especificar cuáles son los
derechos de aquellos usuarios de bienes y servicios ambientales y cuáles los de los no
usuarios. Este punto resulta sumamente complejo dado que es muy frecuente que aquellos
que provocan un efecto nocivo sobre el medio ambiente son distintos de aquellos que deben
padecerlo, y tal hecho es extensivo tanto a comunidades como a regiones y a países.

Los bienes y servicios ambientales pueden poseer un valor desigual para diversos
individuos y grupos de personas. La agregación de los distintos valores marginales por
debajo de algún tipo de umbral mínimo es el Valor Económico Total. La terminología y la
clasificación de los distintos elementos que componen el Valor Económico Total varía
ligeramente entre analistas, pero generalmente incluye al Valor de Uso y al Valor de No
Uso. El primero está compuesto por:
 Valor de Uso Directo;
 Valor de Uso Indirecto; y
 Valor de Opción. El Valor de No Uso se asocia habitualmente con el concepto de
valor de existencia.
La Figura 1 describe la composición del VET e ilustra la correspondencia que existe entre
sus distintas partes integrantes y los métodos de valoración económica que pueden
utilizarse para estimar las mismas. En este sentido, esta figura constituye una referencia
muy importante para el análisis de los distintos métodos de valoración económica que se
realizará posteriormente en este trabajo.
Los valores de uso se refieren al valor de los servicios del ecosistema que son empleados
por el hombre con fines de consumo y producción. Engloba a aquellos servicios del
ecosistema que están siendo utilizados en el presente de manera directa o indirecta o que
poseen un potencial para proporcionar valores de uso futuros.
El valor de uso directo hacer referencia a los bienes y a los servicios del ecosistema que son
utilizados de manera directa por los seres humanos, tales como: la producción de alimentos,
la producción de madera para utilizar como combustible y como insumo para la
construcción, los productos medicinales derivados de sustancias naturales, la caza de
animales, etc.

Los valores de uso indirecto se asocian a los servicios ambientales derivados de las
funciones de soporte de los ecosistemas y que pueden considerarse como requisitos
naturales o insumos intermedios para la producción de bienes y servicios finales. Un
ejemplo de ello son: la filtración natural de agua que beneficia a las comunidades abajo, la
función de protección frente a tormentas que proveen los bosques brindando amparo a las
propiedades y a las obras de infraestructura adyacentes, y por último, el secuestro de
carbono que beneficia a la comunidad entera mitigando el cambio climático.
El concepto de valor de opción se refiere al bienestar que experimentan las personas por el
hecho de preservar la oportunidad de utilizar en el futuro los bienes y servicios del
ecosistema, ya sea por parte de las generaciones presentes (valor de opción), o de las
futuras generaciones. (Valor legado).
El “valor de no uso” es el tipo más complejo de estimar, dado que en muchos casos, no se
refleja en el comportamiento de las personas y es casi inobservable, lo cual hace que sea
imposible capturar el mismo a través de las preferencias que los individuos revelan en el
mercado. En este sentido, a la hora de estimar el “valor de no uso” o “valor de existencia”
se realizan encuestas que intentan revelar, por ejemplo, la “disposición a pagar” de las
personas para conservar especies en peligro de extinción o ecosistemas remotos de los que
ellos no hacen uso directo. No obstante, este punto se desarrollara más profundamente en
las secciones ulteriores de este trabajo.
Para valorar los bienes ambientales o los recursos naturales y los flujos de bienes y
servicios que ellos proveen, puede usarse información relevante de mercados de bienes
transables que estén asociados a esos bienes o recursos naturales. En este caso se utilizan
las técnicas de valoración conocidas como “indirectas”. Se llaman indirectas precisamente
porque utilizan información de otros mercados. Existe un conjunto amplio de valoración
económica de bienes ambientales que utiliza información provista de mercados de bienes
transables. Entre ellos se encuentran el método de costo de viaje. El método de los precios
hedónicos, el método de la función de producción de la salud y los métodos de la función
de baño.

De otra parte están los <métodos directos>. Estos son útiles en los casos en que no existe
información de otros mercados que pueda ser útil parta hacer la valoración de bienes
ambientales. Siendo así, resulta necesario crear mercados hipotéticos a través de encuestas,
para los bienes ambientales que se quieren valorar. La técnica mediante la cual se crean
estos mercados hipotéticos para determinar el valor de los bienes ambientales no
mercadeables se conoce como método de valoración contingente; y es conocida también
como la de la metodología de construcción de mercados hipotéticos o de construcción de
preferencias. Existen distintas variaciones de este método.

Varios autores entre ellos Parerce et. Al.(1990), aconsejan utilizar los métodos indirectos
como primera opción al momento de hacer valoración ambiental. Esto se debe a que por
utilizar información real proveniente de los mercados, que efectivamente reflejan las
preferencias de las personas, los resultados están más sujetos a cuestionamiento.

Para aquellos casos en que no se cuente con ningún tipo de información o se quiera
encontrar el valor económico de un recurso natural o ambiental con un alto componente de
no uso, se recomienda utilizar el método de valoración contingente. Este construye
directamente la información y permite estimar una función de demanda para cualquier bien
y/o servicio ambiental.

Para el caso de cuencas hidrográficas, en la tabla 2 se muestra un resumen de los flujos


ambientales que ellas proveen y que en ocasiones resulta justificable valorar
económicamente. Se presenta además la relación de esos flujos con las posibles políticas
públicas necearías para conservarlos, con las actividades asociadas al desarrollo de esas
políticas y con el método o los métodos de valoración económica que podrán usarse para
valorarlos económicamente.
La tabla 3 contiene la misma información para el caos de humedales y las rondas de ríos.

Las tablas 2 y 3 solamente presentan los bienes y servicios de la naturaleza o mercadeable.


Cualquier flujo que provea el activo natural y que pueda evaluarse a partir de datos del
mercado, puede ser estimado a partir de las técnicas convencionales de estimación de la
demanda por un bien de mercado. Este sería el caso de la pesca o de la madera.
La selección del método a aplicar dependerá, en esencia de dos cosas
1. De la información con que se cuente
2. Del tipo de flujo o servicio ambiental que se quiere valorar.
En caso de contar con información de mercados relacionados con el bien ambiental del
interés, evaluador puede utilizar los métodos indirectos. En el caso de no disponer de esa
información, entonces se puede utilizar una de las distintas formas del método de
valoración contingente. La disponibilidad de los recursos financieros también un factor
importante en la selección de las técnicas de valoración ambiental.
A continuación se describe diferentes metodologías para estimar los valores de los recursos
naturales y ambientales.

3.2 EL MÉTODO DE VALORACIÓN CONTINGENTE (MVC)


El método de valoración contingente (MVC) se introdujo en 1963 al campo de la economía
ambiental y de los recursos naturales, Davis (1963). Desde entonces se ha acumulado gran
volumen de información teórica y empírica relevante a su aplicación. Un avance importante
se dio en 1989: en marzo de ese año en transportador de petróleo Exxon Valdez sufrió un
accidente que ocasionó el derrame de 11 millones de galones de petróleo en el mar frente a
las costas de Alaska. Este percance condujo a la necesidad de dimensionar económicamente
el daño causado sobre el ambiente.
Este método se distingue de todos los expuestos previamente por ser el único método
directo o hipotético. En otras palabras, este método a diferencia de los anteriores -
indirectos u observables.

La aplicación del método de valoración contingente se basa en información recolectada


mediante encuentras. El método busca, básicamente, determinar los beneficios sociales
generados por el acceso a un bien ambiental. En el caso de su aplicación a la economía
ambiental y de los recursos naturales, se trata de dimensionar económicamente los
beneficios sociales generados por la provisión de bines que, como los ambientales, son de
naturaleza no mercadeable.

El método de valoración contingente resulta aplicable especialmente cuando se quiere


estimar valores de no uso. Esto por cuanto para estos valores no existe información de
mercado, y por lo tato no resulta posible hacer inferencias sobre su valor económico
mediante el análisis de las preferencias relevantes de las personas.

El método de valoración contingente ha sido criticado por algunas personas debido a que
por tratarse de un método de construcción de preferencias, no utiliza información sobre el
comportamiento observado de las personas de los mercados reales. Sin embargo, la
aceptación del método de valoración contingente ha aumentado enormemente después del
accidente delo transportado de petróleo. Actualmente es utilizado por investigadores de la
economía ambiental y de recursos naturales, y por organismos multilaterales de crédito.
Estos últimos lo utilizan para estimar beneficios de proyectos no solo en el área ambiental
aino en sectores como el transporte, salud, seguridad, educación, entre otros. El método de
valoración contingente es la única metodología de valoración disponible para la estimación
conjunta de los valores de uso y de no uso.

7. EL METODO DE COSTE DE VIAJE

Este tercer método se utiliza para valorar los servicios recreativos que proporciona la
naturaleza, cuando la persona tiene que trasladarse a un entorno particular para disfrutarlo.
Su fundamento es bien simple. Aunque en general no se paga una entrada para acceder a
un espacio natural determinado (cosa que sí se hace cuando se va al cine o a visitar un
parque de atracciones), el disfrute de sus servicios dista mucho de ser gratuito: la persona
realiza una serie de gastos para poder hacerlo, incurre en unos costes de viaje, de
desplazamiento. Computando estos gastos, se podría analizar cómo varía su demanda del
bien ambiental (el número de visitas, por ejemplo), ante cambios en este coste de
disfrutarlo, y cualquier otra variable relevante. Estimada de esta forma la función de
demanda, sería posible analizar los cambios en el bienestar de la persona que un cambio de
su calidad produciría, así como la incidencia de las variables más relevantes para explicar
su comportamiento: características socioeconómicas de la familia, pro- piedades del
entorno, presencia y accesibilidad de emplazamientos «alternativos», etc. Para ello se
necesita, en primer lugar, estimar en qué medida se demandan los ser- vicios del bien
objeto de estudio, un paraje natural determinado. Cabe hacerlo de tres
Maneras, una vez definida el área de influencia del sitio:
 Coste de viaje zonal. Fue el primeramente propuesto en la literatura y consiste en
tratar de descubrir la propensión media a visitar el emplazamiento objeto de
estudio, desde las distintas zonas en las que se divide su área de influencia. Para
ello, como se verá más adelante, se averigua el lugar de procedencia de visitantes y,
comparando este dato con la población de la zona de origen se obtiene la
propensión media a visitar el sitio desde cada zona. Esta propensión se compara
con el coste de desplazamiento correspondiente a cada zona, para ajustar una curva
de demanda en la que la variable independiente es la propensión media a visitar el
lugar, y la variable independiente, el coste de hacerlo.
 Coste de viaje individual. En este segundo caso, se intenta descubrir la demanda de
los servicios de un emplazamiento específico, realizando una encuesta al respecto
entre los visitantes, más completa que en el caso anterior. Ahora se pregunta
directamente por el coste en el que se ha incurrido para acceder al lugar, el número
de vistas que se realizan al cabo del año y las características socioeconómicas de la
familia en cuestión. Con ello puede tratar de derivarse la correspondiente curva de
demanda. Al igual que en el caso anterior, la encuesta se realiza in situ, lo que
supone algunas dificultades con respecto a la determinación del colectivo de
población analizado, ya que sólo se tiene en cuenta a quienes han «consumido» el
bien, dejando fuera a quienes tienen una demanda potencial que afloraría si
cambiara alguna de las variables que inciden sobre ella (se redujera el tiempo de
viaje o aumentara su renta, por ejemplo).
 — Modelos de elección discreta. Estos modelos, más generales, intentan derivar la
demanda individual de los servicios de un emplazamiento natural determinado, en
función de las características diferenciales del mismo, lo que obliga a incluir en el
análisis los espacios sustitutivos del que constituye el objeto de estudio. Se centran
en la estimación de las tasas de participación, por parte de una persona o unidad
familiar, en una serie de actividades recreativas que tienen que ver, en este caso,
con la naturaleza: montañismo, vela, acampada, esquí, pesca, senderismo, etc., y
que podrían realizarse en el sitio. Se obtienen, por tanto, a través de encuestas a
muestras representativas de la población del área de influencia del entorno natural
analizado (Loomis, 1995; Feather et al., 1995).

8. METODOS DE LOS PRECIOS HEDONICOS


El método de los precios hedónicos permite valorar económicamente las características no
mercadeables- la calidad del aire. El silencio, la oferta hídrica, el paisaje, etc.-, cuando
están asociadas a bienes transables como unas viviendas o una finca.

El término hedónico nace de los previos y de la demanda por los atributos de una bien, los
cuales generan distintos niveles de placer.

Este método se desarrolla mediante el planteamiento de relaciones o regresiones hedónicas.


Ellas relacionan el precio de un bien con los atributos, incluidos los ambientales. Aunque
estas regresiones se han aplicado principalmente al mercado de vivienda urbana, su uso
también se ha extendido a otros casos de bienes inmuebles, como la propiedad rural, a los
cuales también les son inherentes atributos ambientales.

Objetivos de la metodología

Los principales objetivos son:

 Estimar un bien particular, vivienda, finca, etc. Como función de conjunto de sus
características y atributos.

 Estimar el impacto que tienen los diferentes niveles de atributos sobre el precio de
bienes como la vivienda la propiedad rural

 Obtener una medida agregada al bienestar ante los cambios en la calidad o cantidad
de un atributo ambiental de un bien.

Supuesto de la metodología

El modelo de los precios hedónicos supone:

 El precio de bienes, particularmente de los bienes de propiedad raíz como la


vivienda y la propiedad rural, es una función de las características o atributos
ambientales de su entorno.

 El rango de características o atributos de un bien es continuo.

 La cantidad de una característica particular puede variar independientemente

 La escogencia del lugar de un bien o propiedad raíz, depende de las preferencias y


del ingreso del individuo, los precios y los atributos ambientales de esos bienes.

MODELO DE LOS PRECIOS HEDONICOS.

Para realizar una estimación del valor económico de la calidad ambiental a partir
de la metodología es necesario establecer la relación entre el precio de un bien
mercadeable y los atributos ambientales relacionados con el paisaje, aire limpio
y presencia de parques.

Un bien puede ser descrito por un conjunto de características estructurales y


características del entorno, las cuales pueden dividirse en dos grandes grupos:

 Socioeconómicas:
 Inseguridad.
 Hospitales
 Escuelas.
 Impuestos locales.
 Presupuesto del gobierno.

 Ambientales y urbanísticas:
 Contaminación atmosférica.
 Ruido ambiental-
 Contaminación visual.
 Espacios natrales.
 Actividades culturales.
 Accesos a servicios públicos.
 Transporte público.
 Vías de acceso.

APLICACIÓN DE LA METODOLOGIA HEDONICA


La metodología de precios hedónicos se desarrolla utilizando información secundaria que
se encuentra en diferentes bases de datos, tanto de entidades gubernamentales como
privadas. El modelo tiene un componente geográfico muy importante por lo que resulta
útil complementar los datos secundarios con información geográfica que pueda ser
manipulable a través de un sistema de información geográfico. A continuación se
presentan las fases a seguir en el desarrollo de la metodología:
e primera instancia es necesario identificar el atributo ambiental sus posibles impactos.
Luego se debe seleccionar una variable que describa ese atributo.
También se debe seleccionar el conjunto de las características estructurales relevantes de
los inmuebles que puedan afectar su precio, variables que describan a esas características
estructurales, y las fuentes de información que las contengan.

Para obtener el precio inmueble, se puede acudir a varias fuentes, es posible obtener
información telefónica sobre el precio de los bienes inmuebles en el mercado.

Una vez definido lo anterior se procede a seleccionar una muestra respectiva de los
inmuebles asociados al atributo ambiental que se quiere valorar. Una vez recogida la
información necesaria para llenar la base de datos, se pasa a estimar la regresión hedónica,
la cual permite estimar el efecto marginal de cada una de las características y atributos del
bien inmueble sobre su precio y, con base en lo anterior, una medida agregada de la DAP
por características y por atributos. Para lo anterior se toma como base la totalidad de los
inmuebles que componen la población objetivo; de ahí la importancia de definirla y
limitarla con precisión.

9. EL METODO DE LA FUNCION DE PRODUCCION DE SALUD (FPS)


Entre los principales servicios que presta el medio ambiente sano, está el mantenimiento de
la vida y la salud humana. La contaminación ambiental, en sus distintas formas, puede ser
causa importante de la proliferación de enfermedades, e incluso de la muerte.

Entre las metodologías de valoración económica ambiental se incluyen las que estiman los
cambios en bienestar provocados por problemas de salud derivados de modificaciones en
los niveles de contaminación del aire, del agua, etc. Esta metodología ase conoce como la
función de producción de la salud.

Este método parte de una premisa de que los hogares producen un bien llamado estatus de
salud. Para producirlo ellos utilizan como insumos algunos bienes de mercado.

Este método se ha aplicado con frecuencia para estimar el efecto económico de la


disminución de la frecuencia de enfermedades diarreicas, que resulta como consecuencia
del mejoramiento de la calidad del agua potable. El resultado final de la metodología es una
estimación de la disponibilidad a pagar por una reducción marginal en la contaminación.

3.4.1 Objetivos de la metodología


El método de la función de producción de salud se utiliza para alcanzar los siguientes
objetivos:

 Evaluar los beneficios económicos de proyectos o políticas de


mejoramiento ambiental que tienen influencia sobre el estatus de la
salud de la personas.

 Medir, mediante la estimación dela disposición a aceptar (DAA), la


perdida en bienestar causada por un empeoramiento en el estatus de
salud causado por una disminución en la calidad ambiental.

 Medir, a partir del DAP de los ciudadanos, los beneficios sociales


asociados a la reducción de la probabilidad de enfermedades debido a
las mejoras en la calidad ambiental.

Supuesto de la Metodología
El método de la función de producción supone que:

 Los individuos que perciben los problemas de contaminación


ambiental y en respuesta a ellos modifica su comportamiento,
tratando de prevenir o de mitigar los efectos negativos que eso
problemas pueden causar a la salud.
 Los individuos escogen un nivel óptimo de insumos para
minimizar los costos relacionados con el logro de un determinado
nivel de salud.
 Los gastos en actividades de prevención, en tratamiento de la
enfermedad causada y el costo de oportunidad del tiempo que
permanece enfermo, son una buena aproximación de las pérdidas de
bienestar que resultan del empeoramiento en la calidad ambiental.
9. CONCLUSIONES.

De acuerdo a las metodologías estudiadas para la valoración ambiental se puede concluir lo


siguiente.

La aplicación del método de valoración de contingente se basa en la recolección de


información por medio de encuestas, este método busca determinar los beneficios sociales
por la utilización de un bien ambiental. Este ha sido criticado por algunas personas debido
a que por tratarse de un método de construcción de preferencias, no utiliza información
sobre el comportamiento observado de las personas de los mercados reales.

También existe otro método de coste de viaje, el cual se aplica principalmente para la
valoración de los recursos de uso recreativo como parque, playas, lagos y otras áreas
públicas. En este caso se trata de medir de un valor de uso como la recreación.

La aplicación del método supone que el tiempo y el dinero que una persona gasta para
visitar otro sitio es una aproximación a su disponibilidad a pagar por acceder a los
beneficios de recreación que el lugar genera.

10. BIBLIOGRAFIA.

https://inta.gob.ar/sites/default/files/script-tmp-metodos_doc_03.pdf

https://www.gestiopolis.com/metodos-valoracion-monetaria-medio-ambiente/

http://herzog.economia.unam.mx/profesores/blopez/valoracion-valoracion.pdf

http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lec/leal_r_cl/capitulo2.pdf

http://www.minam.gob.pe/patrimonio-natural/wp-
content/uploads/sites/6/2013/10/GVEPN-30-05-16-baja.pdf

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