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¿Cómo mejorar la comprensión y rapidez lectora?

Antes de conocer técnicas para agilizar y comprender de manera más óptima un texto,
debemos conocer lo que es velocidad o rapidez y comprensión lectora.
Velocidad lectora es la velocidad de lectura o desarrollo lector de un texto y es reconocida
como una habilidad fundamental y necesaria para desenvolverse de forma efectiva en la vida
cotidiana. Mientras la comprensión lectora es el entendimiento que se obtuvo en base del
texto que se leyó y por tanto la lectura rápida está estrechamente relacionada con la
comprensión lectora. La fluidez en la lectura y conseguir que se pueda leer más rápido
proporciona la comprensión del sentido o del mensaje.
Ahora vamos a conocer Varios ejercicios para mejorar la habilidad lectora propuesta para
desarrollar:
Percepción

Vamos a adiestrar el comportamiento ocular para incrementar la eficiencia lectora.


Ejercicios para ampliar el campo visual: Sirven para desarrollar la visión periférica de
cada fijación. Tiene la finalidad de que se vea más letras en una sola mirada o fijación.
Los triángulos: Son listas de palabras ordenadas desde la más corta a la más larga,
formando un triángulo. Debe leerlas de arriba abajo usando una sola fijación y en línea recta
vertical (sin desplazar los ojos). Ejemplo: triángulo de lectura.
Ejercicios para desarrollar la discriminación y la agilidad visual.

El slalom: son ejercicios en los que debe fijarse sólo en la primera y la última palabra de
una línea, de manera que se realicen movimientos oculares con dos fijaciones (principio y
final de la línea), sirven para trabajar la agilidad de los ojos y la lectura rápida.
Textos en forma de “Z” o en forma de “V”: Las palabras van colocándose siguiendo la
forma de la letra. Sirven para que se haga el recorrido con los ojos, que luego servirá para la
lectura, ya que ésta requiere esos movimientos. Cuentos en forma de v.
Palabras repetidas: una lista de palabras muy parecidas formalmente en la que se debe
identificar las repeticiones.
Memoria.

Son ejercicios orientados a trabajar la memoria a corto plazo.


Ejercicios de retención de palabras. Consiste en memorizar 4 o 5 palabras y comprobar
si aparecen en un texto escrito. Otros ejercicios pueden ser: encadenar palabras oralmente,
repetir palabras, observar y luego recordar.
Anticipación

Consiste en intuir qué va un texto antes de leerlo. Esto nos ayuda a comprenderlo mejor.
Para anticipar debemos activar la información que ya tenemos sobre el tema, o nuestras
experiencias previas de lectura.
Observe un texto “x” sin leerlo, que le eche un vistazo y anticipe lo que va adentro,
fijándose en la estructura del texto.
Lectura rápida y lectura atenta.

La lectura rápida y la atenta hay que trabajarlas, porque tenemos que aprender a regular la
velocidad de la lectura persiguiendo los objetivos planteados.
Inferencia

Es la habilidad de comprender algún aspecto determinado del texto a partir del significado
del resto. Se trata de deducir, y nos sirve para superar lagunas de los textos, no hace falta
entender todas las palabras sino que se pueden sacar por el contexto.
Si no es capaz de resolver una duda sin ayuda y tiene que recurrir al diccionario
continuamente, la lectura se vuelve pesada, parcial y se pierde el interés. Por esto es muy
importante desarrollar esta habilidad. Para ello se pueden emplear algunos ejercicios como:
Deducir el significado de una palabra desconocida, incluida dentro de un texto.
Trabajar con textos incompletos, en los que faltan palabras, suponiendo qué palabras
irían en cada hueco. Estas palabras pueden proporcionárseles o no.
Adivinar letras de palabras borrosas o escritas con letra ininteligible.
Ideas principales.

Diferenciar la idea principal del texto y las secundarias. Esta microhabilidad es muy

necesaria al momento de sintetizar y comprender un texto.

Se pueden empezar a trabajar algunas técnicas:

Técnicas de subrayado (se debe subrayar de un color la idea más importante de un texto).

Ordenar ideas del texto (mentalmente).

Autoevaluación.

Los ejercicios de autoevaluación normalmente se basan en errores de un texto que se debe

detectar y resolver (errores gramaticales, lógicos, de sentido). Algunos ejercicios pueden ser:
Eliminar las palabras que sobran en un texto o en una frase.

“Me gusta de que Jorge haya mucho aprobado las matemáticas”

Siento que el otro día no pudiste llegar a la reunión en los mall andes.

Ayer estuvimos cantando a tanto alto volumen que despertamos a los vecinos.

Se obtuvo el resultado que merecíamos, pero sentimos que les faltó algo para mejorar.

La noche nocturna paso a hacer de mi día caluroso el alivio de una ventisca veraniega.

-Detectar incoherencias en el significado.

“Jorge va en bicicleta pero María escribe a máquina”

El tren ayer estuvo estacionado a un lado de la estación.

Aprobamos el año pero repetiremos conocer.

-Detectar una serie de palabras que resulten extrañas.


Ser un lector eficiente te permitirá leer más y memorizar más cantidad de información en

un menor tiempo. Imagina que puedes leer cualquier tipo de libro 3 o 4 veces más rápido que

la media de los lectores.

La lectura se compone básicamente de 4 momentos: reconocimiento de las palabras,

entender las ideas de las mismas, contrastar el pensamiento con el que el autor las

escribió con el pensamiento propio y evaluar lo que se ha leído. Las dos últimas fases se

corresponden fundamentalmente a la lectura crítica, elemento muy importante en el estudio

para conseguir aprender de manera significativa, relacionando los conocimientos previos con

la nueva información.

No solo basta con leer, sino con comprender. Cuando leemos interaccionan tanto

elementos físicos como mentales. La lectura es lo que representa la comprensión,

representado en la fig. 1. En cuanto a elementos físicos nos referimos al movimiento de los

ojos cuando leemos, los cuales se dividen en tres momentos:

1. Fijaciones: cuando los ojos se detienen. Es cuando realmente se está leyendo.

2. Movimientos sacádicos: son los rápidos saltos que da el ojo para buscar lo

interesante de la escena y confeccionar un mapa mental de lo que vemos.

3. Barrida de retorno: al terminar de leer una línea saltamos a la siguiente moviendo

los ojos al inicio.


Técnicas de lectura rápida

Marcación (seguir al dedo).

Pues sí, como cuando éramos pequeños y empezábamos a leer. Señalar lo que vamos a leer

establece conexiones entre el texto y el cerebro. Esto ayudará a una lectura más rápida y

eficiente. Lo que estamos consiguiendo es eliminar parte de las regresiones

innecesarias y realizando fijaciones más amplias de lo que leemos.

El dedo nos hace de guía y nos ayuda a reducir los esfuerzos innecesarios de los ojos y

aumenta la concentración en la lectura.

Si no quieres utilizar el dedo, también sirve un bolígrafo, lápiz o similar que sirva de

marcador y nos permita señalar y leer a la vez.

Por empezar a utilizar la técnica, coge un libro u hoja impresa completa y trata de pasar tu

marcador por todas las líneas rápidamente intentando leer el texto. Lo normal sería que al

principio no lograses leer todas las palabras pero con la práctica irás acostumbrándote y

aumentando el número de palabras entendidas en cada fijación. La intención seguir al

marcador en la lectura y así desplazar tu mirada o tus ojos de manera más eficaz en el texto.

¡Ojo! El dedo o el marcador no deben pararse al cambiar de línea. Realiza un

movimiento continuo de regreso hacia la siguiente línea y síguela con los ojos. Evitará

distracciones en la barrida de retorno hacia la nueva línea. Una vez ahí, a seguir marcando y

leyendo.

Disminuir el número de fijaciones.

El ojo realiza pausas y saltos. Cada vez que se realiza una pausa el ojo necesita volver a

enfocarse, como cuando estás intentando sacar una foto con una cámara de fotos, te mueves y

tienes que volver a darle al botón de enfocar. Esto te quita tiempo, por lo que si disminuimos

el número de enfoques o fijaciones que hacemos aumentará nuestra velocidad lectora y

además nuestros ojos se cansarán menos.


Es decir, no tener que fijar la vista palabra por palabra y hacerlo

agrupando palabras. Para conseguirlo, los siguientes consejos:

 Concentrase en un único renglón cada vez. Podemos tapar la parte

inferior del texto con un papel para evitar las interferencias con otras

líneas.

 Forzar la vista. Con práctica intentaremos captar más palabras

agrupadas.

 Fijar la primera y última palabra de cada frase. Estamos

estableciendo conexiones inconscientemente.

 Evitar regresiones a renglones anteriores innecesarias. Lo podemos conseguir con

la técnica de marcación ya explicada.

Un lector normal suele hacerlo de esta forma:

| La | ventana | está | abierta | y | entra | mucho | viento. |

Tras aplicar las técnicas de fijación lo que conseguimos es leer tal que así:

| La ventana | está abierta | y entra | mucho viento. |

Si seguimos practicando lo leeremos así:

|La ventana está abierta | y entra mucho viento.|

Con mucha práctica incluso podríamos llegar a leerlo todo junto:

| La ventana está abierta y entra mucho viento.|

Si estudias y necesitas repasar hazlo realizando un movimiento en forma de S con tu

dedo a lo largo de la página, de derecha a izquierda y de forma continuada, como si fuera una

serpiente. También puede servir para lecturas rápidas sin profundizar para “captar” el mayor

número de palabras ampliando las fijaciones. Una vez dominada esta técnica, puedes variar y

hacer los movimientos en vez de en S de manera más caótica a lo largo de la página


intentando leer y entender lo que se dice, con el mismo objetivo de ampliar el área de

fijación.

Más consejos para una lectura rápida.

 Evitar mover los labios u otros órganos de la boca.

Se trataría de leer lo más rápido que podamos para que estos movimientos no sean

posibles deberíamos enfocarnos en silenciar esa pequeña voz que pronuncia las palabras en

nuestra cabeza. Reducir los esfuerzos por leer facilitará la comprensión y eliminará

interferencias innecesarias.

Es decir, leer mentalmente y no en voz alta, a la vez tratando de minimizar aquella

voz interior que pronuncia las palabras.

 Leer al menos 15 o 20 minutos al día al menos durante 3 o 4 semanas seguidas.

Parece obvio, pero como en todo la práctica es necesaria. En este aspecto se procurará

empezar por lecturas cortas y fáciles. Realizar una gráfica de progreso controlando los

tiempos de lectura aplicando la fórmula de la velocidad de lectura ya mencionada

anteriormente. Para el cálculo aproximado de las palabras totales no hace falta que

cuentes todas, puedes contar solo las de las tres primeras líneas y calcular la media por

renglón, multiplicas por el total de renglones y ya tienes tu número de palabras

aproximado. Si tienes la posibilidad de copiar el texto en un ordenador utiliza la

herramienta de contar del Word, por ejemplo. Dale al play al cronómetro y a leer.

 Ver películas subtituladas. Los subtítulos suelen pasar a un ritmo bastante alto que

generalmente te obliga a llevar una velocidad de lectura bastante amplia. Además,

cuanto antes los leas, más tiempo podrás dedicar a contemplar la escena de la película.
5 breves consejos para una lectura rápida.

1) No hay que subestimar la importancia del entorno en la lectura.

Encontrar el lugar perfecto para comenzar tu experiencia de lectura ágil es esencial. Una

zona tranquila y un área iluminada donde puedas organizar tus pensamientos, concentrarte y

donde te sientas como en casa es el primer paso hacia el éxito. Tú seguirás más alerta si estás

sentado en posición vertical en un escritorio que estando acurrucado en la cama, así que no

caigas en la trampa de sentirte demasiado cómodo (si tiendes a dormirte durante la lectura,

probablemente este es tu problema). Recuerda, un entorno libre de desorden es una mente

libre de desorden.

2) Guía a tus ojos.

Si has estado buscando un uso alternativo para tus palillos lo has encontrado y las harás

herramientas para desplazarte a lo largo del texto. Estas herramientas serán tus mejores

amigas cuando se trata de mejorar la velocidad de lectura. Utiliza el instrumento que elijas,

para guiar a tus ojos y absorber buenas cantidades de información en un corto periodo de

tiempo. Para mantener tu lugar en la página, sigue las frases a medida que las lees con tu

herramienta, para así evitar que las palabras se vean borrosas al incrementar tu velocidad de

lectura.

3) No mires hacia atrás.

La última cosa que debes hacer es dar saltos hacia atrás. Estos saltos te frenan y son

innecesarios, ya que cualquier palabra que piensas que puedes haber perdido, ha sido

absorbida por los ojos mientras tú leías la siguiente frase. Sigue leyendo y entrena tu cerebro

hasta que realmente comprenda que nunca vuelves atrás. La guía te ayudará con esto.

Recuerda, no te preocupes, ¡tus ojos son más inteligentes de lo que piensas! Un lector normal

pasa hasta un 30% de su tiempo de lectura re-leyendo las mismas partes del texto.
4) Velocidad de lectura más rápida, mejor comprensión.

La velocidad promedia de un adulto en Europa está entre 200 y 250 palabras por minuto,

pero el cerebro es más feliz a 400 palabras por minuto o más. A esta velocidad, la

información puede ser fragmentada y almacenada rápidamente en tu memoria. La

fragmentación constituye la base de la lectura rápida y es una de las formas en la que la 6

veces ganadora del Campeonato Mundial de Lectura Rápida, Anne Jones, ha sido capaz de

mantener sus títulos rompiendo récords leyendo 4.700 palabras por minuto con

total comprensión. Un lector lento pierde, a menudo, la concentración durante la lectura y

empieza a soñar despierto pensando en cualquier cosa, menos en lo que está leyendo en ese

momento. Por encima de las 400 palabras por minuto el cerebro está más ocupado y no se

distrae tan fácilmente.

5) La regla de oro de la velocidad de lectura: La regla de “un poco más”.

Si bien es importante que te exijas, no pongas presión sobre ti mismo para convertirte en

un gurú de la velocidad de lectura en una noche. La regla de “un poco más” ha demostrado

que la mejora de la velocidad de una palabra adicional por minuto, a la vez aumentará tu

confianza y rendimiento poco a poco pero no tus niveles de estrés.

La lectura ágil es una habilidad que requiere un poco de entrenamiento, pero que dura toda

la vida.

El dominio te ahorrará días, semanas, meses e incluso años de tu tiempo. La velocidad de

lectura te da la confianza para recoger ese informe o manual de instrucciones que has

tenido la intención de leer y saber que no te vas a tomar todo el día para leerlo y

comprenderlo.

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