PROCESAL

MEDIOS IMPUGNATORIOS

CIVIL
ANÁLISIS JURÍDICO

La regulación del recurso

de casación en el Perú

Percy Howell SEVILLA AGURTO*

El autor realiza un estudio sobre la regulación del recurso de casación en nuestro país a

Tema relevante
través de las diferentes normas procesales en materia civil. Asimismo, efectúa un análisis
sobre los aportes de la última modificatoria de 2009 a este medio impugnatorio, llegando
a la conclusión de que aquel constituye un recurso necesario mediante el cual se podrá
aplicar e interpretar las normas materiales o sustantivas adecuadamente y con ello uni-
formizar criterios sobre casos similares creando previsibilidad en la justicia, partiendo
todo ello a través del interés de la parte afectada que utiliza el recurso en pro de la solu-
ción justa a su conflicto.

MARCO NORMATIVO procesales en materia civil (Ley de Enjui-

• Código Procesal Civil: art. 384 y ss.
• Ley que modifica diversos artículos del Código Proce-
sal Civil, Ley N° 29364 (28/05/2009): pássim.
Introducción
En el presente ensayo se ha tratado de anali-
zar desde una perspectiva histórica al recurso
de casación, tanto a nivel propio del recurso
(su nacimiento), como su regulación en
nuestro país.
ciamiento Civil de 1852 y Código de Pro-
cedimientos Civiles de 1912) se reguló el
recurso de casación o si al menos existió un
esbozo del mismo anterior a la actual regula-
ción (Código Procesal Civil de 1993).
En ese orden, lo que se busca con el pre-
sente trabajo es identificar cuál fue el criterio
o razonamiento que tuvo el legislador para
plasmar está institución en nuestro ordena-
miento jurídico y por qué antes no fue pasi-
ble su regulación.

Se ha tratado de estudiar de manera con- Por último, se culminará haciendo un breve

cisa el origen, nacimiento y desarrollo de análisis de la última modificatoria del 2009
la casación, ello a fin de poder asumir una a la casación y si es con esta se cumplen las
posición respecto de este recurso, asimismo, finalidades innatas del recurso (fin nomofi-
se analizará si en nuestras anteriores leyes láctico y uniformador).

* Socio principal del Estudio Sevilla & Parrilla Abogados. Abogado, egresado del Postítulo de Derecho Procesal Civil y de
la Maestría en Derecho Procesal de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

199
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Dejamos sentada nuestra postura acerca de
lo positivo que resulta la regulación de la
casación en sede nacional, aunque como
toda institución regulada tiene errores, ello
no puede ser razón para quitarle su mérito y
pensar en volver a la Corte Suprema como
un órgano de tercera instancia, las patolo-
gías son elementos externos que enervan el
normal desenvolvimiento de las institucio-
nes jurídicas, pero con un cambio de cul-
tura acerca de este recurso, los beneficiados
podremos ser en gran medida los operado-
res jurídicos, y obviamente la sociedad en su
conjunto.
I. Breve historia de la casación
Es casi unánime la doctrina que establece
la gestación del recurso de casación luego
de la Revolución Francesa, a pesar de que
existen instituciones jurídicas que de alguna
manera podrían denominarse las predeceso-
ras de este recurso.
En el mejor tratado –a nuestro entender–
sobre la casación civil se dice que: “El ins-
tituto de la casación, tal como hoy lo encon-
tramos en los Estados modernos, resulta de
la unión de dos institutos que recíprocamente
se compenetran y se integran: de un instituto
que forma parte del ordenamiento judicial-
político, la Corte de Casación, y de un ins-
tituto que pertenece al Derecho Procesal, el
recurso de casación (…) no podemos remon-
tarnos más allá de la Revolución Francesa,
porque precisamente en los últimos años
del siglo XVIII el nacimiento de la casación
moderna aparece formalmente fijado en un
decreto de la Asamblea Revolucionaria”1.
Ahora bien, para una mejor compren-
sión de la gestación del recurso en estudio,
1 CALAMANDREI, Piero. La casación civil. Traducción de Santiago Sentís Melendo, Tomo I, Editorial Lavalle, Buenos
Aires, 1961, p. 26.
2 MONROY GÁLVEZ, Juan. “Apuntes para un estudio sobre el recurso de casación en el proceso civil peruano”. En:
Revista Peruana de Derecho Procesal. Tomo I, Estudio Monroy Abogados, Lima, 1997, p. 15.
200
pasaremos previamente por un somero análi-
sis de sus antecedentes:
1. Derecho Romano
Conforme a la evolución del Derecho
Romano clásico se consideró que había dos
clases de sentencias: la válida y la inválida,
teniendo esta última la calidad de inexistente,
es decir, se consideraba como que dicha sen-
tencia nunca fue expedida, nunca existió, el
juez al expedir la sentencia, analizaba cues-
tiones de hecho (quaestio facti) y cuestio-
nes de derecho (quaestio iuris), por lo cual,
se determinó que las sentencias que conten-
gan errores de derecho consistentes en una
directa violación de la ley sean consideradas
nulas (inexistentes), mientras que se consi-
deraban válidas, pero pasibles de ser declara-
das nulas las sentencias con errores relativos
al derecho subjetivo de las partes, ya sean de
hecho o de derecho.
En este orden de ideas, a las sentencias que
vulneraban directamente la ley se les deno-
minaban contra ius constitutionis, y aquellas
sentencias en las cuales el error se encon-
traba en la apreciación del hecho o del dere-
cho de las partes se les denominaban contra
ius litigatoris.
Ahora bien, al respecto se ha dicho que “las
sentencias afectadas de error contra ius cons-
titutionis se explican en el ejercicio de un
exceso de poder por parte del juez (…) las
razones y el momento político vivido (en
Roma) son los mismos que tuvo en cuenta el
legislador francés –muchos siglos después–
para crear la casación”2.
Asimismo, se dice que “el Derecho Romano
conoció de sentencias válidas, nulas y recu-
rribles, estas últimas, ya fuera por la vía de

la appelatio o por la vía extraordinaria del
restitutio in integrum y de la supplicatio, ya
en la época justiniana (…) De entre estos
recursos, podemos distinguir el de la restitu-
tio in integrun como un primer esbozo histó-
rico de la casación actual, toda vez que recaía
en una sentencia que, sin ser nula de pleno
derecho, era recurrible por la vía de una ver-
dadera anulación”3. “Siendo la restitutio in
integrun un recurso de carácter extraordi-
nario concedido por el pretor con el fin de
rescindir los efectos de un acto y restable-
cer una situación existente modificado por
ese acto”4.
Ortells Ramos nos habla de que “en las fuen-
tes romanas aparecieron dos categorías que
fueron elementos que de modo aislado cons-
tituyen lo que hoy conocemos como la casa-
ción, tal vez como un mejor tino que los
anteriores autores traídos a colación (posi-
blemente con un mejor estudio que ellos)
nos enseña que en las fuentes romanas ya
aparece configurada la categoría de la sen-
tentia nulla, inicialmente por vicios del pro-
cedimiento que la precede y que se extiende
con posterioridad a los casos en que la sen-
tencia hubiera sido dictada contra tam mani-
festi iuris forman, expresssim…contra iuris
rigores datam, specialiter contra leges, es
decir, en abierta contradicción con el Dere-
cho objetivo. No había sententia nulla
cuando se desconocía el derecho subjetivo
del particular, en cuyo caso cabía apelar, sino
cuando se desconocía la fuerza imperativa de
la ley (contra ius constituionis). (…) La sen-
tentia nulla no precisaba ser impugnada para
no producir sus efectos, dado que era senten-
cia inexistente, literalmente nulla sententia
una ‘no sentencia’”5.
3 DONGO ORTEGA, David. Casación laboral. Adrus, Arequipa, 2007, p. 21.
4 GUASCH FERNÁNDEZ, Sergi. El hecho y el Derecho en la casación civil. Bosch, Barcelona, 1998, p. 26.
5 ORTELLS RAMOS, Manuel. Derecho Procesal Civil. 10ª edición, Aranzadi, Pamplona, 2010, p. 543.
6 Ibídem, p. 544.
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Comentario relevante
te
del autor
Con el devenir del uso de la casación,
sus motivos fueron ampliándose, las
resoluciones casatorias fueron –poco a
poco– siendo motivadas, y aparte de la
finalidad nomofiláctica con la que nació
se le asignó la finalidad uniformadora.
Nos sigue explicando el profesor español
que “por influencias germánicas la senten-
tia nulla dejó de significar y de ser tratada
en la práctica como una sentencia inexis-
tente y sin valor de tal. La sentencia, con
independencia de sus vicios, estaba dotada
de una Formal-Kraft (fuerza formal de obli-
gar), de modo que era necesario un medio de
impugnación para eliminarla e impedir que
produjera efectos. Ese medido de impugna-
ción, distinto de la apelación, fue la quere-
lla nullitatis. (…) Pero la querella nullita-
tis del Derecho común se fundaba, además
de en los vicios de procedimiento, no en que
la sentencia fuera contraria al Derecho obje-
tivo, sino en que contuviera un error de jui-
cio manifiesto y evidente, fuera de hecho o
de derecho. Queda, en consecuencia, des-
dibujado el fundamento ‘político’ que tenía
en las fuentes romanas la sententia nulla a
causa de dictarse contra ius constitutionis6.
Resumiendo entonces todas las investigacio-
nes de los juristas hasta aquí postuladas, en
el Derecho Romano la institución de la que-
rella nullittatis vendría a ser el antecedente
que el Derecho Romano brindó al legislador
201
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 34 • ABRIL 2016
francés para ya luego de la Revolución Fran-
cesa instituir el recurso de casación como
actualmente lo conocemos, ello es así por-
que el legislador francés tuvo que apoyarse
en instituciones que sirvieran de fundamento
para la casación, no fue un invento propio.
En efecto, la mejor doctrina nos refiere que
“(…) Pero contra esta negación absoluta de
la utilidad de toda investigación histórica en
la materia, podría alguno objetar razonable-
mente que la Casación, en su complejo orga-
nismo judicial procesal, no surgió de la nada
en medio de la Asamblea Nacional, como
nueva Minerva saliendo armada de la cabeza
de Júpiter; y que, como consecuencia, los
innovadores franceses, cuando instituyeron
el Tribunal de Casación con el oficio político
que representaba en la historia del Derecho
una auténtica novedad, debieron acaso ser-
virse, para dar las bases a su construcción,
de elementos procesales y políticos ya ela-
borados bajo el antiguo régimen, y coordi-
nar, para una nueva finalidad, viejos medios
que habían desarrollado y madurado durante
siglos, en la fusión de romanismo y germa-
nismo que se había realizado en Francia en
el periodo intermedio”7.
2. Derecho francés
Durante los siglos XV al XVIII la relación
entre el Monarca y los Parlamentos (especie
de órganos jurisdiccionales) fue oscilante,
unas veces cómplice y otras controversial,
dado que existió entre ambos una disputa en
el ejercicio de la función jurisdiccional.
Se señala que “esta es la razón por la que
el dato histórico clásico que suele ubicar el
nacimiento de la casación durante la Revo-
lución Francesa, no es exacto. La casación,
sin duda, con otros fines, está presente desde
7 CALAMANDREI, Piero. Ob. cit., p. 27.
8 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 18.
202
¿Qué dice Montero Aroca
Juan y José Flors Matíes?
tíes?
Los recursos son aquellos medios de
impugnación por los que quien es parte
en el proceso pretende un nuevo exa-
men de las cuestiones fácticas o jurí-
dicas resueltas en una resolución no
firme que le resulta perjudicial, a fin
de que sea modificada o sustituida
por otra que le favorezca, o anulada.
muchos años antes a 1790 en la justicia
francesa”8.
En efecto, el Monarca para soslayar la opo-
sición de los Parlamentos que con sus deci-
siones jurisdiccionales y no solo con ellas,
sino expidiendo reglamentos de naturaleza
jurisdiccional que afectaban su autoridad,
empezó a tener la facultad de revisar y anular
cualquier sentencia que afectaba una norma
expedida por él concediendo a las partes una
demanda en casación, la cual, es el antece-
dente directo con algunos cambios de lo que
va a ser el Recurso de Casación.
En ese sentido, “los enfrentamientos entre el
Rey y los Parlamentos, el primero, para pro-
teger su potestad legislativa, dispuso la nuli-
dad de las sentencias dadas contra sus orde-
nanzas reales (Ordonnance de Blois, mayo de
1579 y otras, especialmente la de 1997). Esa
nulidad era específicamente decretada por
el Rey, con su Consejo de gobierno, de ofi-
cio (…). Sin embargo, para hacer más efec-
tivo este control, que se llevaba a cabo en el
solo interés del soberano (como legislador),
se aprovechó el espíritu de litigiosidad de los
particulares, permitiendo que denunciaran al

Rey las infracciones de las ordenanzas que
se realizaban en las sentencias de los pro-
cesos para que el Rey las anulara o casara.
(…) Para conocer de esas denuncias se creó,
con posterioridad, un específico órgano en
el Consejo del monarca: el Conseil des par-
ties. (…) El fundamento de la institución
era político y radicaba en la protección de la
potestad legislativa del Rey frente a las inje-
rencias de los Parlamentos en la misma; sin
embargo, fue progresivamente convirtién-
dose en un medio de impugnación más, con
el cual las partes en el proceso continuaban
defendiendo su particular interés”9.
Ya en la Revolución Francesa, dada la impo-
sibilidad de prescindir de todos los jueces que
conformaban los Parlamentos, el revoluciona-
rio francés consideró imprescindible idear un
mecanismo que permitiera controlar la labor
de estos a fin de evitar las mismas situaciones
de arbitrariedad que trajeron consigo la revo-
lución. Asimismo, el aspecto político fue otro
elemento originario de la casación, la teoría
política de la división de poderes como forma
de gobierno exigió como elemento fundamen-
tal un control recíproco entre estos.
Al ser así, el 27 de noviembre y 1 de diciem-
bre de 1790, la Asamblea Nacional aprobó
una ley creando el Tribunal de Casación,
encargado del control de la aplicación de la
ley por parte del juez pudiendo anular aque-
llas sentencias que contravengan en texto
expreso de la ley.
En ese orden de ideas, podemos asumir que
fueron dos factores los que motivaron la crea-
ción del Tribunal de Casación, el primero de
ellos histórico, ello debido al enfrenamiento
entre la autoridad del monarca como legis-
lador contra los parlamentos, y el segundo
ideológico, es decir, se buscó proteger los
9 ORTELLS RAMOS, Manuel. Ob. cit., p. 544.
10 MONTERO AROCA, Juan y FLORS MATÍES, José. Tratado de recursos en el proceso civil. Volumen II, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2005, p. 683.
PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS
Comentario relevante
te
del autor
La casación es un medio de impug-
nación, específicamente un recurso
devolutivo y de carácter extraordina-
rio, siendo que al ser considerado un
recurso su naturaleza jurídica yace den-
tro del Derecho Procesal pese a que en
sus inicios era eminentemente político.
postulados de la Revolución Francesa, la
protección de la ley como expresión de la
voluntad general, la vigencia del principio de
igualdad ante la ley y la división de poderes.
Es por ello que la casación en un principio
ocupó un rol meramente político y no juris-
diccional, aunque con el paso del tiempo ello
varió hasta la actualidad donde nadie discute
su naturaleza jurisdiccional.
II. Naturaleza jurídica de la casación
Cuando nace el recurso de casación pro-
piamente dicho, esto es, de la Revolución
Francesa, se afirma que la misma no era un
recurso. En efecto, la doctrina nos dice al
respecto que “aunque la afirmación no sea
válida en la actualidad, lo cierto es que origi-
nariamente la casación no se concibió como
un recurso. No es necesario hacer un gran
despliegue doctrinal para fundamentar esta
afirmación, pues bastará tener en cuenta que
si el Tribunal de cassation no era un órgano
jurisdiccional su consecuencia es que no
podía conocer de procesos y, por tanto, no
podía llegar a él la fase del proceso que es
un recurso”10.
203
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Comentario relevante
te
del autor
Los institutos procesales obviamente
deben ser creados para que el pro-
ceso cumpla su fin, y si el proceso es
el medio por el cual el Estado brinda a
los particulares la posibilidad de resol-
ver sus conflictos de intereses pros-
cribiendo de esta manera la acción
directa o autotutela, la casación como
instituto procesal tiene que tener como
función primordial el interés de las par-
tes en conflicto.
Empero, con el devenir del uso de la casa-
ción, sus motivos fueron ampliándose, las
resoluciones casatorias fueron –poco a
poco– siendo motivadas, y aparte de la fina-
lidad nomofiláctica con la que nació se le
asignó la finalidad uniformadora.
Vescovi nos enseña “los caracteres genera-
les de la casación en Francia y que luego son
acogidos por los distintos países, llegando
a España que es fuente de nuestro actual
modelo de casación; así el profesor uruguayo
nos dice que: A) El recurso de casación tiene
por fin anular las sentencias judiciales que
incurran en una violación de la ley; esto es,
se diferencia entre el hecho y el derecho,
quedando excluida toda consideración fác-
tica por parte del tribunal. B) El recurso pro-
cede cuando se viole la ley en la forma como
en el fondo, es decir, que al análisis de los
errores en la aplicación de la ley se agregan
las violaciones del procedimiento. C) Existe
un único órgano, de carácter nacional, con
sede en París, para cumplir la función de uni-
ficación de la jurisprudencia que se persigue.
11 VESCOVI, Enrique. Los recursos judiciales y demás medios impugnativos en Iberoamérica. Ediciones Depalma, Buenos
Aires, 1988, p. 233.
204
D) Por regla general, para que proceda el
recurso se necesita la iniciativa del particular
perjudicado por la sentencia; solo por excep-
ción se admite un recurso “en interés de la
ley”, que pueda ser planteado por el Minis-
terio Público (que no modifica la sentencia.
E) La función de la Corte se limita a analizar
si existe violación de la ley; en caso afirma-
tivo, debe anular (casar) la sentencia y enviar
el caso (reenvío) a otro tribunal similar al
que la dictó, el cual podrá resolver libre-
mente, de acuerdo con la Corte o no; si no
lo hace, cabe una segunda casación. El reen-
vío es, en Francia –a diferencia de España y
nuestros países, como veremos–, esencial;
modernamente se admite como excepción
que en la segunda casación la Corte puede
fallar sin reenvío, lo mismo que cuando la
anulación se ha producido por violación de
la cosa juzgada anterior (esto, que importa
una brecha en el régimen tradicional, se esta-
blece en el artículo 605 del CPC, por reforma
de la ley de casación de 1967). Si la casación
no es por los mismos motivos, lo que habi-
lita a fallar sin reenvío, la declaraciones de
la Corte, contenidas en la sentencia, obligan
y vinculan al tribunal de la tercera instancia.
F) El recurso procede (en la generalidad de
los casos) contra las sentencias definitivas de
segunda instancia (inapelables). G) La inter-
posición del recurso no impide la ejecución
de la sentencia. Esto también se introduce a
partir de 1967 (art. 19, Ley 67-523, del 3 de
julio de 1967). Antes, pese a que el procedi-
miento francés conoce el régimen de la eje-
cución provisoria de la sentencia, en mate-
ria de casación, se admitía solo en casos muy
limitados. (También la reforma del Código
de 1976 agilita el trámite). H) El órgano
de casación está limitado –salvo casos de
excepción– por los motivos (causales) invo-
cados por el recurrente; no se puede casar
por otras razones”11.

¿Qué dice Juan Monroy
nroy
Gálvez?
La casación es un medio impugnatorio,
específicamente, un recurso de natura-
leza extraordinaria y con efectos resci-
sorios o revocatorios concedido al liti-
gante a fin de que pueda solicitar un
nuevo examen de una resolución res-
pecto de situaciones jurídicas específi-
cas, el que deberá ser realizado por el
órgano máximo de un sistema judicial,
a quien se le impone el deber de cumplir
con los siguientes fines: cuidar la apli-
cación de la norma objetiva, uniformar
la jurisprudencia y obtener la justicia al
caso concreto.
En sede nacional, conviene traer a colación
lo que nos dice Monroy al respecto ya que
él es el principal gestor del Código Procesal
Civil vigente en nuestro país, y fue él quien
introdujo la casación en el Perú.
Al respecto, el mencionado autor afirma que
“(…) nos parece que se puede hacer referen-
cia a Pretensiones impugnatorias y Medios
impugnatorios. En el primer caso, nos refe-
rimos a aquellas situaciones en las que, en
ejercicio del derecho de acción, se demanda
la invalidez o ineficacia de una situación
jurídica. A su vez, este acto de proponer
una pretensión impugnatoria puede ser de
naturaleza material o procesal. El primer
caso se presentará, por ejemplo, cuando se
demanda la nulidad o ineficacia de un con-
trato; el segundo ocurrirá cuando, por ejem-
plo, se demanda la nulidad de una sentencia
12 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 23.
13 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría general del proceso. 3ª edición, Editorial Universidad, 1997, p. 505.
14 MONTERO AROCA, Juan y FLORS MATÍES, José. Tratado de recursos en el proceso civil. Volumen I, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2005, p. 37.
PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS
obtenida con fraude procesal. Con ello esta-
mos afirmando que las pretensiones impug-
natorias se caracterizan por ser exclusiva-
mente rescisorias, es decir, porque tienen una
naturaleza esencialmente destructiva de una
situación jurídica determinada y se ejercitan
a través de una demanda. (…) Los medios
impugnatorios, en cambio, se caracterizan
porque se utilizan al interior de un proceso,
y pueden tener como objeto, indistintamente,
revocar o rescindir un acto procesal. En el
caso de la revocación, del motivo medio
impugnatorio es sustituir la decisión o man-
dato contenido en el acto procesal impug-
nado, en atención a la injusticia contenida
en este. A este medio impugnatorio lo deno-
minamos recurso. Nótese que en este caso,
simultáneamente a la ineficacia del acto pro-
cesal impugnado, el juez resuelve el caso de
una manera distinta a la contenida en este, es
decir, sustituye la decisión. (…) Cuando el
medio impugnatorio no tiene por objeto con-
seguir la justicia a través de la sustitución del
acto procesal impugnado como en el caso del
recurso, sino únicamente obtener su destruc-
ción por medido de una declaración resciso-
ria (o de nulidad), estamos ante la figura del
remedio”12.
Ahora bien, a fin de descubrir la natura-
leza jurídica de la casación, tendremos que
señalar su lugar dentro de los medios de
impugnación.
Es casi pacífica la doctrina al establecer que
la impugnación o medios de impugnación
vendrían a ser el género y los recursos una
especie de aquellos13. Así se dice que “un
tipo, pues, de los medios de impugnación son
los recursos, con los que se prolonga la pen-
dencia del proceso, lo que quiere decir que se
interponen contra resoluciones no firmes14.
205
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 34 • ABRIL 2016
Bajo dicho contexto, “los recursos son aque-
llos medios de impugnación por los que
quien es parte en el proceso pretende un
nuevo examen de las cuestiones fácticas o
jurídicas resueltas en una resolución no firme
que le resulta perjudicial, a fin de que sea
modificada o sustituida por otra que le favo-
rezca, o anulada”15.
Los recursos a su vez también pueden ser
clasificados según diversos criterios –lo cual
no es objeto del presente ensayo–, por un
lado tenemos los devolutivos y los no devo-
lutivos, siendo la diferencia entre uno y otro
que en los primeros quien conoce el recurso
es un juez distinto al que expidió la resolu-
ción objeto del recurso, ya sea este un juez
de igual clase o superior (ello depende de la
organización del aparato judicial), mientras
que en el segundo el mismo juez que expidió
la resolución conoce del recurso contra ella.
Siguiendo esta línea de ideas, los recursos
devolutivos pueden ser ordinarios o extraor-
dinarios, el primero radica en que la ley no
establece las causales por las que procedería
dicho recurso, es decir, no existe una limi-
tación en las causales para la formulación
del recurso, mientras que en el segundo, la
ley establece taxativamente cuáles son las
causales por las que procede interponer el
recurso, existe una suerte de numerus clau-
sus en la ley, caso contrario el recurso no ten-
drá trámite.
De lo expuesto se concluye, entonces, que
la casación es un medio de impugnación,
específicamente un recurso devolutivo y
de carácter extraordinario, siendo que al
ser considerado un recurso su naturaleza
jurídica yace dentro del Derecho Proce-
sal pese a que en sus inicios era eminen-
temente político, ya que como se ha seña-
lado el tribunal encargado de conocerlo no
15 Ibídem, p. 38.
206
Comentario relevante
te
del autor
Se dice que con el Código Procesal Civil
pasamos del anacronismo judicial a la
era científica del Derecho Procesal. Lo
que en verdad surgió con la entrada
en vigencia de la actual ley procesal
fue un cambio de sistemas, se dejó de
lado el sistema procesal privatístico
del proceso.
era parte del órgano jurisdiccional sino por
el contrario del Parlamento, el interés de las
partes no interesaba en nada sino por el con-
trario la correcta aplicación de la ley era el
sustento de este recurso, y no era vinculante
el fallo de la corte de casación.
III. Funciones de la casación
Carrión Lugo señala que “en doctrina las fina-
lidades o funciones del recurso de casación
son los siguientes: i) Controlar la correcta
observancia de la norma jurídica, lo que
equivale a defender la ley contra arbitrarie-
dades de los jueces en su aplicación (función
nomofiláctica). ii) Controlar el correcto razo-
namiento jurídico-fáctico de los jueces en la
emisión de sus resoluciones, sobre la base de
los hechos y el derecho que apliquen al caso
(función controladora de logicidad). iii) Uni-
formar la jurisprudencia, en el sentido de
unificar criterios de decisión (función infor-
madora de decisiones judiciales). iv) Con-
tribuye con una de las finalidades supre-
mas del proceso en general, cual es, la de
obtener justicia en el caso concreto, cuando
tiene que pronunciarse sobre el fondo de la
controversia (función dikelógica). v) Tiene

finalidad política, en el sentido de que inte-
resa al ordenamiento político la aplicación
correcta de la ley en el ejercicio de la función
jurisdiccional (función político-judicial).
vi) En otros sistemas legislativos, distintos al
peruano, le atribuye como finalidad el con-
trol de la calificación y valoración de los ele-
mentos probatorios”16.
Siguiendo el análisis histórico propuesto en
el presente trabajo, es indudable que la casa-
ción desde su nacimiento tuvo como princi-
pal función la defensa de la ley, en ese sen-
tido, podemos aseverar y estar de acuerdo
con Monroy cuando afirma que “En la línea
trazada por su origen francés, el recurso de
casación tuvo como fin primitivo la defensa
de la omnipotencia de la ley en el sistema
jurídico”17.
1. Función nomofiláctica
Morón Palomino –citado por Buendía Cáno-
vas– nos dice que “la palabra nomofilaquia
es de etimología griega. Nomos es un sufijo
griego que significa gobierno, norma o ley,
y Filaké significa salvaguarda o defensa, en
nuestro caso estaremos hablando de salva-
guarda de la ley o defensa de la norma”18.
Lo más destacado del fin que comentamos es
que, “a pesar de ser obtenido en un proceso
judicial, no tiene una naturaleza jurisdiccio-
nal. De hecho, el cuidado de la aplicación de
la ley implica un fin ajeno al proceso, más
bien tiene una naturaleza legislativa. Con
el propósito de ser didácticos, podríamos
añadir que el fin estudiado sería desde una
16 CARRIÓN LUGO, Jorge. El recurso de casación en el Perú. 2ª edición, volumen II, Grijley, Lima, p. 7.
17 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 24.
18 BUENDÍA CÁNOVAS, Alejandro. La casación civil. Estudio doctrinal sobre los fines casacionales. Difusa, Madrid,
2006, p. 113.
19 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 25.
20 MARCHESE QUINTANA, Bruno. “La casación civil”. En: Revista Peruana de Derecho Procesal. Tomo I, Estudio Mon-
roy Abogados, Lima, 1997, p. 15.
21 VESCOVI, Enrique. Ob. cit., p. 239.
PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS
perspectiva romana ius constituionis y no ius
litigatoris. Es decir, el cuidado en la aplica-
ción de la norma interesa más a la sociedad
que a los litigantes”19.
Al ser así, esta finalidad de la casación lo
que busca es proteger la correcta aplica-
ción e interpretación de la ley, busca la pro-
tección de la misma.
2. Función uniformadora
La misma que implica unificación de la juris-
prudencia nacional, para que sea aplicada de
un mismo modo en toda la jurisdicción.
Así, es de advertir que “la unificación de la
jurisprudencia significa tendencia a la uni-
formidad de la interpretación judicial en el
espacio, de modo que en un cierto momento,
la norma jurídica sea interpretada del mismo
modo en todo el territorio del Estado; pero
no en el tiempo. La uniformidad en el tiempo
no pertenece, no es inherente a la Casación
(…)”20.
3. Función dikelógica
Jaime Guasp –citado por Vescovi– ha seña-
lado que “los fines enunciados –de índole
política– no corresponden a un instituto pro-
cesal; el proceso, dice, no está destinado ni
a la protección del ordenamiento jurídico,
ni a la uniformización en la aplicación de la
ley”21.
A través de este pensamiento, por demás
adecuado y al que nos unimos por cuanto los
institutos procesales obviamente deben ser
207
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 34 • ABRIL 2016
creados para que el proceso cumpla su fin, y
si el proceso es el medio por el cual el Estado
brinda a los particulares la posibilidad de
resolver sus conflictos de intereses proscri-
biendo de esta manera la acción directa o
autotutela, la casación como instituto proce-
sal tiene que tener como función primordial
el interés de las partes en conflicto. Ese inte-
rés también debe verse satisfecho con este
recurso, al ser que las dos finalidades des-
critas, anteriormente, no tienen como fun-
damento el interés de las partes, sino por el
contrario ven satisfecho su finalidad a través
del ejercicio del derecho al recurso –específi-
camente al recurso de casación– por las par-
tes del proceso.
En este orden de ideas, es donde se gesta la
función dikelógica de la casación, apelativo
que le da el profesor argentino Hitters22, que
vendría a ser la función de la casación de
brindar justicia al caso concreto.
IV. Diversas definiciones de la casación
De los diversos tratadistas, podemos encon-
trar diversas definiciones del recurso de
casación, que a manera ilustrativa traemos
a colación.
Marchese señala que: “Entendemos por
casación a una función jurisdiccional con-
fiada al más alto tribunal judicial, para anular
(sistema francés) o anular y revisar (sistema
alemán y sistema español), a invocación de
parte, las sentencias definitivas de los tri-
bunales de mérito que contengan un error
de derecho. Es un control jurídico sobre los
jueces (nomofilaquia), a fin de mantener la
22 HITTERS, Juan Carlos. Técnica de los recursos extraordinarios y de la casación. Editora Platense, Buenos Aires,
pp. 125-132.
23 MARCHESE QUINTANA, Bruno, p. 51.
24 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 24.
25 MONROY GÁLVEZ, Juan y MONROY PALACIOS, Juan. Teoría de la Impugnación. Palestra Editores, Lima, 2009,
p. 145.
208
unidad del Derecho y de la jurisprudencia
nacional, que asegura al propio tiempo la
igualdad de ley para todos”23.
Otro autor nacional enseña que “la casación
es un medio impugnatorio, específicamente,
un recurso de naturaleza extraordinaria y con
efectos rescisorios o revocatorios concedido
al litigante a fin de que pueda solicitar un
nuevo examen de una resolución respecto
de situaciones jurídicas específicas, el que
deberá ser realizado por el órgano máximo
de un sistema judicial, a quien se le impone
el deber de cumplir con los siguientes fines:
cuidar la aplicación de la norma objetiva,
uniformar la jurisprudencia y obtener la jus-
ticia al caso concreto”24. Aunque dicho autor
posteriormente abandona la idea que uno
de los fines de la casación sea la de obte-
ner justicia al caso concreto, por cuanto para
él “dicho fin es el causante de que las eleva-
das funciones sociales y políticas de la Corte
Suprema no se hayan cumplido”25.
Como ya hemos señalado anteriormente,
la casación es un medio de impugnación,
específicamente un recurso devolutivo y
de carácter extraordinario, el mismo que
es conocido por el órgano de la cúspide
de una organización judicial (en nuestro
caso la Corte Suprema) con el fin de apli-
car e interpretar las normas materiales
o sustantivas adecuadamente y con ello
uniformizar criterios sobre casos simila-
res creando previsibilidad en la justicia,
partiendo todo ello a través del interés de
la parte afectada que utiliza el recurso en
pro de la solución justa a su conflicto.
 PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS

V. La casación en el Perú
En nuestro país, antes de la entrada en vigen-
cia del Código Procesal Civil de 1993, el
recurso de casación no estuvo regulado en
nuestro ordenamiento, mal puede ser que se
afirme que el recurso de nulidad fue el ante-
cedente histórico en nuestro país del recurso
de casación, por cuanto ambos son recur-
sos totalmente diferentes y a mayor abunda-
miento el legislador optó por uno dejando de
lado el otro.
Un sector de la doctrina nacional considera
que el recurso de casación sí fue legislado en
nuestro ordenamiento aunque con otro nom-
bre, así a la fecha hemos tenido tres leyes
procesales civiles, el Código de Enjuicia-
miento en Materia Civil de 1852, Código de
Procedimientos Civiles de 1912 y el Código
Procesal Civil de 1993.
1. Código de Enjuiciamiento en Materia
Civil de 1852
Para algunos, el Código de Enjuiciamientos
en Materia Civil es el primer ordenamiento
procesal en la especie netamente nacional.
Lo trascendente es que, además, en materia
casatoria el referido ordenamiento tiene un
mérito singularísimo que conviene destacar.
Adelantándose a la época, este Código reguló
la casación atendiendo a los rasgos más esen-
ciales que la tipifican. (…) por lo menos tres
años antes de que la Ley de Enjuiciamiento
Comentario relevante
te
del autor
El propio autor del Código Procesal
Civil de 1993 propuso la modificación
del recurso de casación, señalando
que su razón de ser es convertir a la
Corte Suprema en un órgano de expre-
sión de tendencias sociales y valorati-
vas más significativas de la sociedad
contemporánea.
Civil española regulara de manera genérica y
sistemática la llamada casación bastarda, ya
en sede nacional, aunque utilizando el nom-
bre de recurso extraordinario de nulidad, el
legislador nacional había incorporado a la
justicia civil una institución muy parecida
al recurso de casación. Así la norma nacio-
nal reguló los casos en los que procedía el
recurso antes citado, a la manera de las cau-
sales o motivos casacionales26. Inclusive se
dispuso que la parte impugnante precisara la
naturaleza del vicio o error cometido27.
Es cierto también que redujo el recurso a
la determinación clara y precisa de la ley
infringida28, lo que se explica en atención a
la época, pero su singular y extraordinario
mérito es que le concedió a la Corte Suprema
la facultad de resolver el fondo en los casos

26 “Artículo 1733. Se da a las partes el remedio el recurso extraordinario de nulidad, contra las sentencias o autos de las cor-
tes de justicia y de los demás tribunales superiores que causan ejecutoria, en los casos siguiente:
1. Por falta de jurisdicción en los jueces, o de personería legítima en las partes;
2. Por ocurrir alguno de los casos del artículo 1649;
3. Por desnaturalizarse la causa, haciéndose ordinaria la que es ejecutiva o sumaria, criminal la que es civil, y viceversa;
4. Por infracción de los artículos constitucionales relativos a la administración de justicia;
5. Por haberse pronunciado la sentencia contra ley expresa”.
27 “Artículo 1738. Si la nulidad consiste en procedimientos, la parte expondrá en su recurso, el defecto que causa la nulidad,
debiendo ser uno de los especificados en los incisos 2 y 3 del artículo 1733, indicando la foja en que se encuentre; y en el
caso de ser el fallo contra ley expresa, citará la ley o leyes infringidas”.
28 “Artículo 1750. La declaratoria de nulidad por ser dada la sentencia contra ley expresa y terminante, se motivará única-
mente en la ley o leyes infringidas; y de ningún modo en deducciones, doctrinas o leyes extrañas”.

209
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 34 • ABRIL 2016

de error material29. “Es decir, antes de que

la ley matriz española así lo dispusiera, una
norma nacional eliminó el reenvío en los
casos que la sentencia impugnada afectara la
ley material. Se trata de una impecable apli-
cación del principio de Economía Procesal,
realizada años antes que la procesalística ale-
mana iniciara los escarceos científicos que
permitieron a Chiovenda –varios lustros des-
pués, a comienzos de este siglo– sentar las
bases de la ciencia procesal civil”30.
2. Código de Procedimientos Civiles de
1912
Ahora bien, en cuanto al Código de Procedi-
mientos Civiles de 1912, el legislador de ese
entonces optó por seguir con la tercera ins-
tancia a través del recurso de nulidad, opción
que tuvo sus razones en que el reenvío no
tenía razón de ser y que al no tener el tribunal
de casación la facultad de apreciar las prue-
bas, era un órgano muy limitado.
En efecto, el legislador peruano que pre-
paró el Código de Procedimientos Civiles
de 1912 (antecesor al vigente), consideró en
ese entonces la posibilidad de incorporar el
recurso de casación y convertir a la Corte
Suprema en un Tribunal de Casación, lo que
se debatió y analizó en el seno de la Comi-
sión, pero considerando que en ese tiempo la
casación se entendía solo con la función de
reenvío, estando a la realidad nacional, prefi-
rió mantener a la Corte Suprema como tribu-
nal revisor, como una tercera instancia, de tal
que, como fundamentó en la Exposición de
Motivos: “Cuando la Corte Suprema declare
que es ilegal una resolución de vista, expe-
dirá a la vez la que a su juicio corresponda,
Comentario relevante
te
del autor
En cuanto a las finalidades o funcio-
nes de la casación, el cambio fue
meramente textual, dejándose sen-
tado que son dos las funciones del
recurso, nomofiláctica y uniformadora,
por ende, nuestro legislador dejó sen-
tada su postura de no incluir la función
dikelógica del proceso.
sin que sea necesario que el proceso vuelva a
la Corte Superior que pronunció aquella (…)
los tribunales de rigurosa casación se limitan
a examinar si en la resolución recurrida hay
infracción de la ley; no tienen la facultad de
apreciar las pruebas producidas para acredi-
tar los hechos alegados, y esta sola conside-
ración es bastante para considerar la conser-
vación del régimen actual”31.
Así las cosas, se dice que “(…) el legislador
del Código de Procedimientos tuvo presente
el nivel de la cultura jurídica general y con-
sideró que la casación clásica, aquella que en
todos los casos dispone el reenvío del pro-
ceso, no era conveniente; situación que ha
evolucionado con el transcurso del tiempo, y
es por eso que el legislador del Código Pro-
cesal Civil, con otro criterio, incorporó la
institución, en sus actuales alcances32.
3. Código Procesal Civil de 1993
Se dice que con el Código Procesal Civil
pasamos del anacronismo judicial a la era

29 “Artículo 1751. Cuando la Corte Suprema declare la nulidad, en caso del artículo anterior, fallará al mismo tiempo sobre
lo principal”.
30 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., pp. 37-38.
31 SÁNCHEZ PALACIOS-PAIVA, Manuel. El recurso de casación civil. 3ª edición, Ediciones Legales, Lima, 2006, p. 22.
32 Ídem.

210

científica del Derecho Procesal, lo que en
verdad surgió con la entrada en vigencia de
la actual ley procesal fue un cambio de siste-
mas, se dejó de lado el sistema procesal pri-
vatístico del proceso, el que tiene como ras-
gos innatos los siguientes: a) el control del
proceso por las partes; b) dentro de la estruc-
tura procedimental predomina la escritura y
la mediación en los actos procesales, y; c) la
sentencia es siempre el resultado de un silo-
gismo en donde la premisa mayor está dada
por la norma jurídica material, la premisa
menor por los hechos alegados y acreditados
y la consecuencia es la aplicación de la pri-
mera sobre la segunda.
Pasando a un sistema procesal mixto con
grandes dotes publicistas que tiene como ras-
gos los siguientes: a) la dirección del proceso
radica en el juez quien impulsa (en lo que le
concierne) y orienta el proceso; b) en cuanto
a la estructura procedimental tiene su base
en los principios del procedimiento como la
inmediación, concentración, economía pro-
cesal, preclusión, etc., y; c) a través de la sen-
tencia el juez crea derecho para el caso con-
creto, no solo debe ceñirse a la ley sino a los
valores que inspiran dicha norma.
El autor del Código Procesal Civil de 1993
nos dice que “Probablemente lo primero que
haya que decir sobre la materia no está refe-
rido únicamente al recurso de casación, sino
a todo el nuevo ordenamiento procesal. Más
allá de todos los cuestionamientos que este
ha recibido o pueda recibir, está fuera de toda
duda de que su puesta en vigencia constituyó
una opción atrevida destinada a modificar
33 MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 43.
34 Nosotros no hablaremos del garantismo procesal y del activismo judicial corrientes que aunque están muy de moda no sir-
ven de nada para la solución de los conflictos sociales que existen, el proceso está hecho con el fin de asegurar a las par-
tes que sus conflictos de intereses se vean solucionados, está es una garantía de las personas y la solución de estos conflic-
tos obviamente tienen una connotación social que nos incumbe a todos, por ello en nuestra humilde opinión una discusión
entre activismo y garantismo no tiene razón práctica de ser.
35 MONROY GÁLVEZ, Juan. La formación del proceso civil peruano (Escritos reunidos). 3ª edición, Comunitas, Lima,
2010, p. 467.
PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS
sustancialmente la actividad procesal civil
nacional, trasladándola desde su concepción
tradicional, en estricto medieval, hacía una
concepción contemporánea. Constituyó, en
otras palabras, el tránsito de la era precien-
tífica del proceso al pacífico reconocimiento
de este como objeto de estudio de una cien-
cia jurídica”33.
Al ser esto así, lo que hubo en la transición
del Código de Procedimientos Civiles de
1912 al Código Procesal Civil de 1993 es un
cambio de ideología34 en el legislador.
A pesar de que no existe una exposición de
motivos del Código Procesal Civil de 1993,
podemos tomar las palabras de su principal
autor para comprender por qué se justificó la
regulación del recurso de casación.
Así se nos ha enseñado que “La opción de
otorgarle a la Corte Suprema la función de
Corte de Casación, abandonando en conse-
cuencia la concepción de que se mantenga
como un tribunal de tercera instancia –insti-
tución del derecho germánico– se enlaza con
los objetivos del Código. Si la jurispruden-
cia debe tener otra importancia en el dere-
cho nacional y latinoamericano, pues sin ser
novedoso, el recurso extraordinario de casa-
ción coadyuva a asegurar dicho objetivo,
provocando que el tribunal supremo unifor-
mice las decisiones judiciales a nivel nacio-
nal, a la par que cuida –la función nomo-
filáctica de que habla Calamandrei– el uso
adecuado de la norma jurídica”35.
En otra obra ya citada, el autor del Código Pro-
cesal Civil de 1993 revela que el antecedente
211
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 34 • ABRIL 2016
inmediato del recurso de casación por él
regulado, fue el trabajo de investigación
(tesis) de Bruno Marchese Quintana36 para
optar el grado de bachiller en Derecho en la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Hasta aquí, pese al transcurso del tiempo
desde la entrada en vigencia del recurso de
casación con el Código Procesal Civil de
1993, la entrada de dicho instituto procesal
ha resultado positiva, pese a que una parte de
la doctrina no lo considere así.
En efecto, hay quienes señalan que “hoy se
comienza a admitir entre nosotros (algo tan
obvio como) que la casación tendría tam-
bién una función “dikelógica”, cuando se le
quiere también abrir a la denuncia del error
de hecho y a la violación “de reglas lógicas
esenciales del razonamiento”, no se entiende
pues, qué diferencia habría entre la publicís-
tica casación y un recurso (con el nombre
que fuere) que promoviera una tercera ins-
tancia ante la Corte Suprema. Sería hora de
reconocer que “la tercera instancia (abierta a
todos) ante el órgano vértice de la organiza-
ción judicial es lo que se precisa en el Perú,
pues con ella –y en definitiva y creo que de
eso se trata– podemos, sin que se ponga en
riesgo la nomofilaquia y la unificación de la
jurisprudencia, obtener sentencias (en todo
sentido) más justas”37.
4. Modificación al recurso de casación
en el Código Procesal Civil
Mediante Ley Nº 29364 del 28 de mayo
de 2009, se modificaron varios artícu-
los del Código Procesal Civil que regula-
ban al recurso de casación, los anteceden-
tes de esta Ley fueron los proyectos de Ley
Nºs 672-2006-CR, 749-2006-PE, 1725-
36 MARCHESE QUINTA, Bruno José Emilio. La casación de los procesos civiles por la Corte Suprema de Justicia. Tesis
para optar el grado de bachiller por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, julio de 1987.
37 ARIANO DEHO, Eugenia. Problemas del proceso civil. Jurista Editores, Lima, 2003, p. 256.
38 MONROY GÁLVEZ, Juan y MONROY PALACIOS, Juan. Ob. cit., p. 143.
212
2007-CR, 1726-2007-CR y 2881-2008-CR
que la Comisión de Justicia y Derechos
Humanos del Congreso de la República dic-
taminó recomendando su aprobación, pero
proponiendo un texto sustitutorio que luego
sería aprobado por el Congreso. En el análi-
sis de las propuestas legislativas, el mencio-
nado Dictamen sostuvo que: i) No se cum-
ple la finalidad nomofiláctica del recurso de
casación, pues no logra un adecuado cumpli-
miento del derecho objetivo debido a que el
recurso de casación ha venido siendo utili-
zado indebidamente como mecanismo para
acceder a una eventual “tercera instancia”,
dilatando de esta forma la actuación de las
sentencias emitidas por las Cortes Superio-
res, concluyéndose que existe un desborda-
miento de recursos que ha ocasionado que la
Corte Suprema cumpla defectuosamente su
función casatoria, y; ii) No se permite ade-
cuadamente la unificación de la jurispruden-
cia, que es la función que la Corte Suprema
debe asumir como institución promotora de
patrones de conducta dirigidos a la sociedad.
El propio autor del Código Procesal Civil de
1993, propuso la modificación del recurso de
casación, señalando que “su razón de ser es
convertir a la Corte Suprema en un órgano
de expresión de tendencias sociales y valo-
rativas más significativas de la sociedad
contemporánea”38.
Producto de esta modificación de algunos
artículos que regulaban el recurso de casa-
ción, los cambios más importantes fueron los
siguientes:
a) En cuanto a las finalidades o funciones
de la casación, el cambio fue meramente
textual, dejándose sentado que son dos
las funciones del recurso, nomofiláctica y
 PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS
Comentario relevante
te
del autor
Con la modificación, ahora se denomina
precedente judicial a lo que antes se
denominaba doctrina jurisprudencial,
siendo el cambio radical en cuanto a
la formación del precedente ya que
solo se llevará a cabo con el pleno de
los magistrados supremos civiles y no
con la totalidad de los magistrados de
la Corte Suprema.
uniformadora, por ende, nuestro legisla-
dor dejó sentada su postura de no incluir
la función dikelógica del proceso. Ello a
nuestro entender se debe a la gran influen-
cia que tuvo Monroy en esta modifica-
ción que pese a que no se aprobó el texto
que él propuso, su pensamiento acerca de
esta función del recurso cambió rotun-
damente señalando que si se introdu-
cía el fin dikelógico del recurso, este no
c) Con la modificación, ahora se denomina
cumpliría sus fines y la Corte Suprema
colapsaría.
b) En cuanto a las causales del recurso, se
dejó de lado las viejas causales de apli-
cación indebida, interpretación erró-
nea e inaplicación de normas de dere-
cho material o doctrina jurisprudencial,
así como la contravención a las normas
procesales que garantizan el derecho a
un debido proceso o a la infracción de
formas esenciales para la eficacia de los
actos procesales, todo ello fue subsu-
mido dentro de la infracción normativa
que podrá ser material –cuando se sus-
tente en normas de derecho material– o
procesal –cuando se sustente en normas
de derecho procesal–.
Al ser así, este cambio no cumple con
el motivo de la modificación al recurso,
esto es, que atendiendo a la gran cantidad
de recursos de casación la Corte Suprema
no cumple sus finalidades, pues a nues-
tro entender no es así, dado que será más
fácil para los abogados formular los
recursos de casación y que estos sean
declarados procedentes, porque ya no
se tendrán que preocupar en identifi-
car la causal motivo del recurso, ello
traerá consigo mayor cantidad de
recursos de casación contrario al deseo
del legislador.
Asimismo, a través de estas nuevas cau-
sales, se podrá solicitar mediante el
recurso de casación la revaloración de las
pruebas, por cuanto, la forma de su valo-
ración está regulada en nuestro Código
Procesal, y si en la sentencia de vista se
infracciona una norma como la mencio-
nada, entonces la Corte Suprema deberá
revalorar las pruebas, lo cual de por sí es
repudiado por la ratio legis de la casa-
ción que considera la posibilidad de revi-
sar el material probatorio para los jueces
de instancia.
precedente judicial a lo que antes se deno-
minaba doctrina jurisprudencial, siendo
el cambio radical en cuanto a la forma-
ción del precedente ya que solo se lle-
vará a cabo con el pleno de los magistra-
dos supremos civiles y no con la totalidad
de los magistrados de la Corte Suprema,
creemos que con este cambio se buscará
que de una vez por todas se use la institu-
ción del precedente en nuestro país en el
ámbito de la justicia ordinaria, ya que en
el campo del Derecho Constitucional, el
Tribunal Constitucional ha hecho uso de
esta institución en gran medida.
A la fecha los plenos y precedentes emi-
tidos por la Corte Suprema en materia
civil dejan mucho que desear, en primer
lugar porque se demuestra el descono-
cimiento de los Vocales Supremos del
Derecho Civil y Procesal Civil actual,
213
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 34 • ABRIL 2016
Comentario relevante
te
del autor
En cuanto a la admisibilidad del recurso
de casación, ahora solo procede con-
tra sentencias expedidas por las cortes
superiores que pongan fin al proceso,
mientras que antes de la modificatoria
las sentencias expedidas por las cortes
superiores que anulaban una sentencia
de un juez especializado eran pasibles
de casación.
y en segundo lugar se pronuncian sobre
cuestiones que no ameritan propiamente
un pronunciamiento de esta envergadura
lo que ocasiona el mal uso de esta facul-
tad otorgada por el legislador.
d) En cuanto a la admisibilidad del recurso
de casación, ahora solo procede contra
sentencias expedidas por las cortes supe-
riores que pongan fin al proceso, mien-
tras que antes de la modificatoria las
sentencias expedidas por las cortes supe-
riores que anulaban una sentencia de un
juez especializado eran pasibles de casa-
ción, este cambio busca reducir la canti-
dad de recursos de casación, con lo cual
si se estaría cumpliendo con el cometido
del legislador, aunque es claro que con
esta opción adoptada se restringe la posi-
bilidad de cumplir la función nomofilác-
tica del recurso.
e) Se dispuso también que el recurso de
casación podía ser interpuesto al órgano
que expidió la resolución (Corte Supe-
rior) o directamente ante la Sala Civil de
la Corte Suprema, con lo cual los requi-
sitos de admisibilidad que antes eran de
competencia de la Sala Civil o Mixta de
la Corte Superior dejaron de serlo, requi-
sitos como el pago de la tasa judicial,
el plazo de interposición, la resolución
214
impugnada, etc., es decir, requisitos de
forma. En la práctica este cambio ha
sido por demás contrario a la finalidad
que se buscó, ahora la Corte Suprema
deberá revisar también que el recurso
de casación cumpla con los requisitos
de forma, es decir, se le aumenta el tra-
bajo a la Corte Suprema cuando lo que
se buscaba era restarle trabajo a fin de
que cumpla con sus funciones nomo-
filácticas y uniformadora, máxime si
con esto prácticamente se generará
el entorpecimiento de los procesos ya
que su sola interposición es suspensiva,
véase que si se formula recurso de casa-
ción contra una resolución que no pone
fin al proceso y dicho recurso es pre-
sentado ante la Sala Civil o Mixta de
la Corte Superior, esta no tendrá más
remedio que elevar el expediente a la
Corte Suprema pese a que nos encon-
tramos frente a un recurso de casación
manifiestamente improcedente, ello sin
contar que es posible también que se pre-
sente el recurso con una tasa diminuta,
temas estos que no fueron tomados en
cuenta por el legislador que se dejó lle-
var por los teóricos en la materia dejando
de lado el practicismo que gobierna en
el proceso, el legislador cuando quiere
implantar normas nuevas debe tener una
visión total del problema y una solo frag-
mentaría como en nuestro caso.
f) Se ha establecido lo que en doctrina se
conoce como la casación en interés de la
ley, pese a que el recurso no cumpliera
con los requisitos de admisibilidad o pro-
cedencia (aunque la norma no lo diga,
nosotros lo entendemos así), los magis-
trados pueden declarar procedente excep-
cionalmente el recurso de casación siem-
pre y cuando con ello consideren que
lograrán cumplir la función nomofilác-
tica o uniformadora de la casación, cam-
bio sustancial en nuestra normativa que a
nuestro parecer no guarda relación con la

razón de ser de la modificación, pero que
si tiene estrecha relación si se le da un rol
primario a la función nomofiláctica del
recurso.
En este punto, el legislador dejó a dis-
crecionalidad de los magistrados supre-
mos el decidir qué casos pueden conocer
y que casos no –obviamente el supuesto
que no cumplan los requisitos de admisi-
bilidad o procedencia–, lo cual de por sí
genera dudas porque nadie sabe cuándo
estaremos ante aquellos casos mediante
los cuales se cumplirá las funciones
nomofiláctica y/o uniformadora, porque
para los litigantes todos los casos serán
igual de importantes y mediante todos
los casos posibles se podrán realizar estas
funciones.
Conclusiones
• Es claro que la casación no nació como
recurso sino, por el contrario, como parte
del sistema político, pero con el trans-
currir del tiempo, la misma se fue aden-
trando dentro del Derecho Procesal, hasta
el punto que hoy en día es uniforme su
aceptación como un recurso.
• En cuanto a la casación en nuestro país,
su antecedente fue en el Código de Enjui-
ciamiento Civil de 1852, cuerpo de
normas que no lo denominó como tal
(recurso extraordinario de nulidad), pero
de sus características, resulta por demás
indubitable que nos encontramos ante la
denominada casación bastarda que fuera
acogida por España (país que resulta ser
nuestra principal fuente normativa).
• El Código de Procedimientos Civiles de
1912, por opción del legislador dejó de
lado la casación, y optó por el recurso
de nulidad, con lo cual nuestra Corte
Suprema fue un órgano de Tercera Ins-
tancia, la razón de ser fue la tendencia del
PROCESAL CIVIL | MEDIOS IMPUGNATORIOS
legislador que velaba en mayor medida
por los intereses de las partes, y dentro de
su pensamiento el hecho de contar con tres
instancias permitiría encontrar la decisión
más justa al conflicto de intereses.
• La casación fue implantada en nuestro
país a raíz de la entrada en vigencia del
Código Procesal Civil de 1993, cuerpo
normativo que tuvo en su creador una
ideología distinta a la del legislador de
1912, aunque la regulación de la misma
no fue la mejor, ya que luego de algunos
años se modificaron varios dispositivos
que la regulaban.
• Las modificatorias al recurso de casación
por parte de nuestro legislador, tenían
como finalidad, descongestionar a la
Corte Suprema de tantos recursos que no
colaboraban al cumplimiento de sus fines
nomofiláctico y uniformador de la juris-
prudencia, de una vista rápida de tales
modificaciones estas no cumplen dichos
fines, con lo cual pronto estaremos ante
una nueva reforma del recurso.
• El gran problema de la casación en nues-
tro país se debe a diversos factores, uno
de ellos es la cultura jurídica de nuestros
operadores jurídicos que ven en dicho
recurso la posibilidad de aletargar aún
más el proceso. Otro factor es su mala
regulación que permite la proliferación
de estos recursos. Algunos dicen que
nuestro recurso de casación es un recurso
sin identidad; creemos que esto no es así,
sino por el contrario, toda institución pro-
cesal debe coadyuvar a que los fines del
proceso se puedan ver realizados, enton-
ces debemos buscar la manera por la
cual la casación sea vista como lo que
es: un recurso mediante el cual obvia-
mente se vean satisfechos los intereses de
los litigantes, y que de ello se sirva nues-
tra Corte Suprema para cumplir los fines
propios del recurso.
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