La misma dice que es una forma de la alteración degenerativa del sistema nervioso que
se da a conocer mediante una endeblez innata de la síntesis psíquica. A su vez afirma
de la imposibilidad de las personas que sufren la enfermedad de cohesionar en una
unidad los procesos anímicos, y por eso tienden a disociarlas.
Describe como de a poco se fue alejando del tratamiento catártico que ejercía Breuer
tras no conseguir poner a todos sus pacientes en estado hipnótico, dando paso a
trabajar con el estado normal de las personas. Retomando la tarea de Bernheim, logró
hacer que las personas recuerden aquellos eventos que marcaron su pasado y los
vuelvan a vivenciar (cosa que no ocurría durante el estado hipnótico), con lo cual se
podía restablecer el nexo entre los momentos patógenos (causantes de enfermedad) y
los síntomas presentes en el individuo.
Este método le sirvió a Freud para darse cuenta que con las nueva técnica
comprobaba que los recuerdos olvidados no estaban perdidos, sino que se encuentran
latentes esperando a salir. Pero había algo que los impedía devenir concientes,
obligándolos a permanecer inconcientes. Ese algo se trataba de una “fuerza”
(denominada resistencia), que pudo ser vencida, pasando los recuerdos del inconciente
al conciente, gracias al nuevo método de tratamiento catártico que utilizaba Freud.
A partir de esto, Freud estableció que para curar la histeria había que vencer a las
resistencias presentes en la mente del sujeto enfermo. ¿Por qué? es que se debe a que
estas mismas fuerzas que hoy impiden la salida de los recuerdos patógenos, fueron los
que en ese entonces provocaron el olvido de los mismos, proceso llamado “represión”.
La recuperación de esos nexos, era vital para restablecer al individuo.
En su explicación del proceso de represión, Freud describe que ante un hecho de una
determinada índole podía surgir un deseo muy intenso, pero que se contradecía con los
demás deseos de la persona. Esa contrariedad provocaba un conflicto entre las partes,
y derivaba en la expulsión del deseo, así como los recuerdos asociados al mismo. Estos
pasaban a formar parte del inconsciente. La fuerza de la represión dependía de los
valores éticos y otros del individuo, que evitaban el displacer que podría haber
provocado el hacer real el deseo.
Esa similaridad permitirá la recuperación del recuerdo original, reprimido. Esto, con
la ayuda de un profesional, conduciría a una cura. Y lo que se entiende por cura en este
caso, sería el poder dominar a dicho recuerdo, desde nuestro consciente.