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Cátedra: Métodos de estudio.

Informe de lectura “Madres y Huachos”, alegorías del mestizaje chileno.

Estudiante: Mara Solar Silva.

Métodos de Estudio I.

Carrera: Sociología.

Docente: Irma Pávez.

Fecha de entrega: 19 de Julio año


2018.
Ficha Téé cnica

Montecino Aguirre, Sonia.

Madres y Huachos.

Editorial Catalonia.

Santiago de Chile.

Planificación
El orden del presente trabajo se organizará de la siguiente manera:

-Tesis de la autora.

-Camino de búsqueda.

-Ideología que subyace.

-Conclusión.

Madrés y Huachos
El motivo del presente trabajo consiste en, argumentar la tesis planteada por la autora del
libro “Madres y Huachos”, Sonia Montecino, por medio del análisis de la proposición “No
es lo mismo nacer en Chile siendo mujer”, en base a la recopilación de hechos históricos,
literatura y referentes investigativos expuestos en el texto.

La tesis “No es lo mismo nacer en Chile siendo mujer” abre el camino al conocimiento
acerca del origen y construcción de género en el país, contextualizando, además, en el resto
de América Latina; hecho histórico un tanto deplorable y violento para los nativos en Chile
y el resto del continente, especialmente para la mujer y sus hijos.

Para defender la tesis sobre construcción de género, la autora aplica el concepto dicotomía,
es decir dos palabras antagónicas, como lo es blanco / negro, mestizo, nativo, o dadora vida
/ dadora de sentido, en otros.

Montecino utiliza un amplio campo de información para defender la tesis planteada, con el
objetivo de demostrar la dramática herencia de género en la historia de Chile. Desde un
plano historiográfico, identificando como acontecimiento principal la Conquista de
América Latina; hasta el análisis de textos literarios y mitos. Esta gama de datos es
utilizada como instrumento para contextualizar la ideología preponderante en las
sociedades latinoamericanas, denominada “Marianismo”, legado español producto del
sincretismo cultural entre conquistadores y conquistados.

Es así como “Madres y Huachos” entrega las primeras nociones de construcción de rol de
género, con el surgimiento de una nueva raza y el reforzamiento del ideal mariano,
formulado el papel femenino y masculino, lo cual influenciará las formas de interacción,
acción y opinión de cada individuo en relación con el otro.

Todos los datos históricos, mitos e hipótesis, resultan llamativos para contextualizar el
camino que se ha seguido desde el origen hasta la actualidad. Para algunos lectores, que no
acostumbran a leer textos que critican la estructura establecida, y poseen nociones sobre sus
certeros orígenes, produciría en ellos una claridad y conmoción en su forma de observar la
sociedad chilena.

Es muy importante conocer los símbolos implícitos y explícitos, que se manifiestan día a
día en nuestro entorno, sobre el rol de cada género, a lo que propongo las siguientes
preguntas que luego serán respondidas: ¿Por qué las mujeres representan el 39,5% de
jefatura de hogar? (Ministerio de desarrollo social), ¿Por qué las madres son quienes
reflejan el orden, pero a la vez caos?, ¿Por qué el padre es el último en saber o preocuparse
sobre el contexto familiar?

Tésis

Quienes hayan nacido durante y post proceso de conquista española en territorio


Latinoamericano, llevan consigo un historial enigmático en asuntos de origen, ya que
significa ser hijos de una violación; ¿Por qué?, se cuestionarán algunos -con más razón
quienes se asombran a tal idea de violencia y tienen un pensamiento mucho más tradicional
y religioso-; esto se debe a que somos el resultado de la vulneración de la mujer nativa. La
mujer mapuche, en el caso de Chile, es transgredida, y lamentablemente, debido a la
enajenación de su propia cultura, es confundida, por lo que pierde su base y tradiciones.
Madre e hijo buscarán desesperadamente estatus, y ¿Cómo?, blanqueándose.

El español, quien arriba a la nueva tierra rica en recursos y mano de obra, acarrea consigo
la bandera conquistadora, colmada de codicia y poder. El colosal deseo de dominio, no solo
usurpa territorios, sino que también dará comienzo al abuso físico de la mujer, concediendo
el espacio a la culminación del surgimiento del mestizo, quien transportará a lo largo de su
vida, y nuevas generaciones, el apetito obsesivo de blanqueamiento, producto de la
ausencia de la imagen paterna en rechazo al ilegítimo engendro.

La mujer, según la autora, se identifica con el rol materno, de manera que su interacción
con los hombres será de una forma maternal, lo cual reviste a la figura femenina de gran
relevancia para la construcción de la sociedad chilena. Por una parte, la madre contrae el
rol de soporte de sus hijos -huachos-; por otra parte, establece la configuración de la
traición -conceptos dicotómicos-, cuando se rinde ante el enemigo, provocando que sus
huachos sean abandonados. De este modo es como la mujer es, salvación y condena.

Si bien la madre es la figura más cercana, pero quien a la vez traiciona, el padre vendría
siendo el identificado por su ausencia, pero muy importante, con un poder implícito y
vigoroso dentro de la familia. Es así como en un principio el páter español procrea hijos
con la mujer indígena, dando lugar a los vástagos. Luego el conquistador abandona a la
madre, producto de la no unión matrimonial, ya que ésta no era institucional. Sin embargo,
como la Corona española se oponía profusamente a la procreación interétnica, surgen
distintas prácticas tales como, el amancebamiento, concubinato y a la barraganía. Por lo que
el “aporte” del padre se determinaría por la acción biológica, y no por ser sostén familiar,
como lo es rol materno.

Como podemos apreciar es el hueco simbólico del padre lo que da comienzo a la


constitución cultural. En este sentido, la forma de ocupar el vacío se encuentra en la
representación de la imagen poderosa y violenta, como el guerrero, que da lugar al
surgimiento del machismo, práctica sociocultural que caracteriza la sociedad chilena hasta
la actualidad. La recuperación del padre fundacional (el español), se manifiesta en la
oposición de conquistador (hombre) y conquistada (mujer), donde lo femenino es sometido
y abandonado, y sus hijos, los huachos, despreciados, por ser una raza ilegítima.

Camino dé bué squéda

En este punto se identificará el procedimiento de indagación de la autora Sonia Montecino,


ejemplificando con citas del libro, para concluir en la proposición “No es lo mismo nacer
en Chile siendo mujer”. El texto está enriquecido por referencias de distintas índoles,
tratando asuntos como la historia de Chile, literatura e investigaciones sobre construcción
de género.

Sobre la historia, el proceso de Conquista es fundamental para tener noción sobre la


elaboración de la imagen de género, por ser un momento de abuso y violencia, castigando
injustamente a los nativos de Chile y el resto de Latinoamérica, especialmente a la mujer,
quien era violada, embarazada, siendo madre del huacho, vástago, el cual no solo será
excluido por su padre, sino que, por sus cercanos también, al ser una raza ilegítima, una
mezcla monstruosa.

Los huachos en su estado de desesperación son sometidos al blanqueamiento, obra del


padre inexistente. Éste deseo masivo y contradictorio nace entre los mestizos, sobre poseer
piel, religión, cultura y lenguaje de particularidades europeas, o más bien, occidentales. El
fenómeno de blanqueamiento se puede identificar hasta la actualidad, puesto que
constantemente vemos patrones de racismo, en que los mismos chilenos rechazan
“inconscientemente” que provienen de mapuches, o bien, personas que intentan igualar el
estilo y forma de hablar de los occidentales; todos quieren ser blancos, puros y legítimos.

Por otro lado, con el paso del tiempo, en el panorama de mestizaje, el papel de la mujer se
torna cada vez más injusto y difícil, con la unión cultural del nativo y el español. Y es que
son las mujeres quienes tendrán que aceptar forzosamente el rol sostenedor del nuevo
mundo, mediante la procreación. Por lo que el fin de la mujer será ser madres, educadoras
solitarias, independientes del hombre; base de la ideología mariana que subyace en Chile y
Latinoamérica. No es casualidad que las mujeres sean más preocupadas que los hombres
sobre los hijos, hermanos o quien sea, no es mera coincidencia que la figura masculina esté
vinculada a poder y guerra; acaso es normal que, a lo largo de la historia, la mujer sea la
principal víctima de abuso, injusticia y violación.

Debido al sincretismo de ideologías y como un método de control de construcción de la


identidad chilena, brota el “Marianismo”, corriente la cual justifica la imagen de la Virgen
María, como el ejemplo a seguir de toda mujer. Ella cría a su hijo Jesús, sin un padre
presente físicamente, sin embargo, y muy relevante, el páter de estado invisible efectuaba
su poder e ideas por sobre la madre, implícitamente.

En mención al análisis literario, por parte de Sonia Montecino, la visión de lo femenino se


tornará un tanto bipolar, ya que representará dos polos opuestos y contradictorios, una
mujer guerrera y pacífica, con poder y sometida.

Otras fuentes utilizadas por Sonia Montecino para argumentar la tesis son citas de autores,
como por ejemplo la siguiente, la cual será tratada para comprender la relación: “El
símbolo Madre constituye aún un referente cultural de género que atraviesa las clases, y la
ilegitimidad sigue siendo una realidad importante para un gran número de hombres y
mujeres” (Cf. Vial, Historia de Chile). Según lo planteado y la proposición de construcción
de género, la ilación entre estos puntos es que la imagen de la Mater, no sólo convoca a un
sector social en particular, sino que vincula a toda la sociedad, independiente de su sexo o
posición, puesto que la figura materna se halla tan arraigada en nuestra cultura, que solo
consta analizar hechos históricos como el “Cacerolazo”, donde madres Chilenas se
manifestaban en protección de sus hijos provocando un estruendo social.
Otro hecho histórico ejemplificando el rol de la mujer es: La “guerra de las mujeres” tuvo
un epílogo que, como sabemos, marcó la historia de Chile con la implantación de una larga
dictadura militar, iniciada el 11 de Septiembre de 1973.Muchas participantes del “poder
femenino”, por su lado, “…pasaron a constituir el núcleo de movilización de la Secretaría
de la Mujer y de los CEMA, y que son (serían) controladas directa, ideológica y
materialmente por la Presidencia” (Kirkwood: 119). Lo llamativo de la cita anterior es que
la mujer se hace partícipe de la “política maternal, desde la corriente derechista. Lo cual
destaca la acción femenina en defensa de la figura materna. Una expresión política
desarrollada desde el hogar sale y lucha contra quienes quieren abolir con los valores
tradicionales.

El énfasis, por Sonia Montecino, en la caracterización de las entidades particulares, es


decir, el interés por nombrar e identificar los distintos personajes que participan dentro del
proceso de mestizaje, podría reflejar el propósito de la autora con un modo de
argumentación de orden, en términos de caracterización de los sujetos que han sido
partícipes en el campo social durante la historia.

Los mitos manifestados en el texto son importantes para la explicación y demostración de


la huella histórica que relata el proceso de conquista, ya que interpretan a través del
discurso oral (utilizado por pueblos originarios) lo mitológico del mestizaje; como, por
ejemplo, los relatos de la Virgen de Guadalupe, La tirana, Shene Huinka y el Sumpall. Los
mitos simbolizan la sumisión de la mujer guerrera por el español conquistador. La
dicotomía en los mitos es evidente, puesto que la figura femenina representará poder y
subordinación, guerra y paz.
Idéologíéa qué subyacé

El marianismo es la solución al drama que mestizo del huacho. En primera instancia, el


huacho participa en la ilegitimidad originaría, entiéndase ésta como el desprecio que suscita
su figura ante el padre al momento de nacer, repitiéndose el mismo rechazo posteriormente,
cuando la figura masculina viole sexualmente, la abandone con su progenie.

El bastardo encuentra el marianismo como su justificación. En este sentido la imagen de


“María” se entiende como la mujer nativa, latinoamericana (huacha y madre), capaz de
sanar y salvar el dolor y vergüenza del sometimiento arraigado por el bastardaje.

Para Sonia Montecino, el estudio de la Virgen trasciende los límites de la religión, en


cuanto, el estudio de la representación de la Mater muestra un signo social que permanece
en el psiquismo de muchas sociedades, mostrando el modo de encarnación de este símbolo
dentro de la cultura. La virgen María es madre, tanto de Cristo como de los hijos de Dios.
En este sentido, actuaría como la gran madre y sostenedora latinoamericana que trata por
igual a todos los hijos ausentes de padre.

El marianismo es el legado español y tiene indicios de la evangelización social de la


conquista. Sin embargo, el fenómeno mariano es de tal complejidad que el mestizo es capaz
de interpretar y reflejar su realidad con un nuevo símbolo a partir de la ideología mariana,
con el fin de responder su carencia en término de símbolos sociales, el padre.

Dentro lo popular en asuntos religiosos, la Virgen María estaría relacionada a la figura de la


madre soltera, quien debe criar a sus hijos sola. Es así como la imagen de la Virgen con su
hijo en brazos argumenta la realidad de muchas mujeres latinoamericanas quienes viven en
la situación de ser madres solteras. El marianismo es el remedio del bastardaje, ya que es de
este modo como el dolor y la vergüenza sanan, con la figura de una madre fuerte, pero al
mismo tiempo débil, por ser abandonada y violada.

Mirar nuestro pasado con ojos del presente, colmado de interpretaciones históricas contadas
por nuestro entorno educacional, familiar y social en general, nos entrega una manera de
indagar el por qué tenemos la propensión a querer ser algo que no somos.

A lo largo de la historia se nos ha enseñado que el mestizaje fue un proceso necesario,


amplio y prolongado que transformó la demografía en aquellos años, y que luego significó
un nuevo concepto cultural en nuestro país. Pero no se nos indica en ningún momento, que
nuestra raza fue resultado de una constante violencia y denigración hacia la mujer nativa y
mestiza. Los colonizadores, queriendo satisfacer sus necesidades sexuales, poseen como si
fuese objetos a las indígenas, considerando esto como parte de una rutina obligada por parte
de ellas.

La herencia de esta práctica y el posterior sincretismo cultural nos deja una huella en la
extensión de nuestra historia social. El concepto madre soltera, viene reflejado directamente
del marianismo. La virgen María, una asociación directa a una madre soltera, pero con un
estereotipo diferente. “… El marianismo en América Latina, no solo es comprendido como
práctica religiosa, sino que también como estereotipo cultural, que dota a hombres y
mujeres determinados roles. El machismo y el marianismo operarían juntos en el orden
social mestizo, en tanto patrones asignados a los géneros. Como estereotipo –espiritualidad,
pureza, abnegación, sacrificio, virginidad, maternidad, etc-.” (Madres y huachos; Sonia
Montecino pág. 37). Se acepta, entonces, la idea de ser madre por el ejemplo de una
virgen. Se cree que es posible una purificación por el blanqueamiento de la raza, y
finalmente, se termina aceptando el mestizaje por un bien divino.

Conociendo el origen de nuestro mestizaje, nos preguntamos: ¿Por qué no nos


identificamos con nuestra herencia materna? El legado que nos llega de países del norte y
toda su información, nos permite descifrar a mayor rasgo esta disyuntiva. Podemos ver el
rechazo a una sociedad indígena en todos lados; en la televisión, en los diarios, en los
anuncios publicitarios, en los proyectos de gobierno (que se violenta contra territorios
históricos habitados por pueblos originarios). No existe ningún respeto hacia nuestra madre,
violentada fuertemente en el pasado y futuro. “Por lo anterior, pensamos que esta leyenda
permite conocer el rostro blanco de la virgen. Uno de los atributos dominantes es la de ser
protectora de los conquistadores y colonizadores” (Sonia Montecino; Madres y huachos
pag 78) La leyenda que explica la autora es la aparición relatada por Pedro de Valdivia, en
su carta al Rey. La imagen de la virgen queda entonces, en una idea españolizada, casi
caucásica, para que posteriormente, se le adore encarnada en una escultura a lo largo de la
nación. Esto lleva a una consecuencia actual; una poca empatía por la identificación
indígena.

Podemos ver entonces, que el cristianismo (especialmente el catolicismo) es una de las


causantes de nuestro poco apego a nuestra sangre indígena. Lo podemos ver en la Iglesia
Católica, una institución de siglos, que no reconoce las faltas que cometió al ignorar lo que
sucedía en ese momento. Saber que estos acontecimientos ocurrían y no hacer nada al
respecto -en relación con el poder que tenían- hace que ellos, sin quererlo tal vez, lo
aprobaran.

La superación de nuestra cultura va ligada a la idea de aceptarnos a nosotros mismos.


Aceptar nuestra sangre y que somos huachos. Incorporar esto a los textos de educación,
serviría para incrementar una identidad nacional realista, no una inventada para creer algo
que no somos. Cada vez que conocemos más nuestra historia, el mestizaje tiene un valor
único para nuestra sociedad.

Conclusión
Negadas y empobrecidas las mujeres por las innumerables afirmaciones de filósofos,
políticos, autoridades religiosas y tantos otros que nos relegaron a ser cuerpo —sólo
naturaleza y emociones, reproductoras, fuera del tiempo y de la historia— frente a los
varones —cabeza, creadores y productores, hacedores de la cultura y la historia—, las
transgresiones femeninas han poblado el devenir social en todas las épocas y latitudes.
Pocas veces registradas en crónicas y enciclopedias, han sido recogidas parcialmente en
relatos, cuentos, novelas y biografías.

Somos partícipes de un proceso sorprendente frente a la rigidez de la propuesta de identidad


femenina de la cultura hegemónica en América Latina: ser madres y esposas, virginales y
dóciles, abnegadas para vivir en función de otros. Por una parte, se producen numerosos
cambios en las maneras de ser/hacer mujer, y por otra, brota una diversidad de experiencias
y manifestaciones identitarias que incentivan la propuesta patriarcal, pero que no se adecúa
a las necesidades y deseos de las mujeres quienes en la actualidad dieron paso a una nueva
etapa histórica para la construcción de género (tomo como ejemplo el movimiento
feminista en Chile).

Mestizas y obreras, profesionales y académicas, mujeres populares y feministas, madres y


estudiantes —todas mujeres— y algunos varones desfilan en este libro ante nuestros ojos,
invitándonos al reconocimiento de sus historias y experiencias y a dirigir la mirada a tantas
otras, todavía invisibles y llamadas a enriquecer la vida cultural y social de la región y a
profundizar la democracia.
Identificar el origen de la constitución del rol femenino y masculino es de gran importancia
para comprender diversos sucesos que han ocurrido en la historia, como en la actualidad, se
han publicado noticias sobre abuso de poder, como por ejemplo el caso del director de cine
Nicolás López, quien ha sido acusado de utilizar su posición de jefe para manipular a
actrices chilenas (las cuales no daré el nombre); esto es evidentemente una consecuencia de
la normalización de ver a la mujer como si fuese un objeto sexual, pero al mismo tiempo
imagen de veneración, ya sea por su sensualidad o atributos. Son muchos los casos de
abuso sexual en que la principal víctima es la mujer, cada día son difundidas nuevas
situaciones como ésta, que no solo ocurre en el ambiente de trabajo, sino que en el propio
hogar, en encuentros sociales, etc.

En el contexto chileno actual se ha visto el fortalecimiento del feminismo, lo cual es muy


relevante porque su principal bandera de lucha es cambiar los injustos roles de cada género.
El movimiento feminista llena de optimismo a las mujeres y niñas, la tendencia de la
igualdad de género esmera ser la solución de los miles de casos de abuso, discriminación y
favoritismo por el hombre.

En mi pensar se reitera constantemente la misma interrogante, ¿Qué habría sucedido si la


mujer hubiese podido, desde un principio, participar directamente en la construcción del
Estado en los asuntos políticos, económicos y culturales, en la Sociedad, en conjunto con el
hombre? A lo que me respondo: La Sociedad sería mucho más justa y desarrollada, porque
las mujeres en conjunto con el hombre construirían una comunidad con igualdad, en donde,
desde el comienzo la mujer hubiese votado, estudiado en Universidades, pudiendo ser
profesionales. Si tuviéramos la posibilidad de comenzar todo de nuevo y la mujer con el
hombre encabezaran por igual el rumbo del mundo, todo sería diferente, en mi opinión
mucho mejor. Se imaginan cuántas hipótesis y descubrimientos certeros hechos por mujeres
ni siquiera han sido considerados en materias científicas, o cuántas mujeres han luchado en
momentos históricos en donde el machismo era mucho más preponderante, y fueron
ejecutadas, transgredidas o quien sabe, solo por ser una amenaza, por no ser una “mujer”.

Me pregunto a mi misma, ¿Desde cuándo existe este deseo inconsciente de querer ser lo
más occidental que me es posible?, ¿Por qué quiero ser blanqueada?, a lo que respondo: La
construcción, no solo de género, sino que también de cultura ha sido con el fin de extirpar
cualquier signo de nativo, de origen latino, porque es algo “impuro”, es por esto que no
consideramos a los mapuche, no nos orgullecemos de ellos, quienes han permanecido
durante siglos luchando en contra de quienes quieran dominarlos; no, nos sentimos
satisfechos, queremos algo más, deseamos ser superiores, creemos serlo. Me parece irónico,
que entre nosotros los latinoamericanos discriminemos entre sí, que seamos racistas,
porque, al fin y al cabo, somos todos hijos de la misma madre y padre.

Finalmente, quiero hacer un pequeño análisis sobre la juventud, ya que son las futuras
generaciones quienes compondrán la sociedad, en materias políticas y culturales. En la
actualidad los jóvenes cada vez desconfían más de la política, por lo que no indagan sobre
propuestas de leyes, cambios o nuevas reformas; se desprestigia el único espacio en donde
el ciudadano puede participar, el sufragio. Por otro lado, especialmente en Latinoamérica se
hace más fuerte el movimiento del “reggaetón”, estilo de música el cual en sus letras se
denigra sexualmente a la mujer. Entonces, es de gran contradicción que se desee un cambio
estructural en el rol de género, siendo que no existe interés por la política y el reggaetón
“educan” a las generaciones jóvenes. Por lo tanto, para que haya cambio, debemos
transformar todos los indicios de machismo, desinterés e intolerancia.

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